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De la quinta meditación metafísica de descartes

Jorge Iván Garzón Pardo


Curso de metafísica
Bogotá, 1 de octubre del 2018

Siendo fiel a la manera de proceder que he venido siguiendo en los anteriores


análisis empezare haciendo explícitos los pasos, que a mi parecer, son los
seguidos en esta meditación y a explicarlos. Además, como he venido haciendo
a lo largo de cada análisis, brindare una interpretación, en este caso, sobre lo
que Descartes llama ideas “distintas” o “claras” y las ideas “confusas”. Dicha
interpretación estará fundamentada en lo dicho en la meditación quinta de
Descartes.
Los pasos seguidos por Descartes en esta meditación son:

1. Entender las ideas que están en mi pensamiento. Pues, para saber si hay
cosas materiales fuera de mí debo considerar sus ideas. Porque estas se
representan de una manera clara o confusa en mi pensamiento. Y en la
medida de su claridad puedo juzgar con verdad si hay o no cosas fuera de
mí.

2. Identificar cuáles son las cosas claras y verdaderas. Dado que, Descartes
pone de manifiesto que hay cosas cuya naturaleza es “clara” como la
naturaleza de él “(…) también percibo innumerables particularidades de
las figuras, del número, del movimiento, etcétera , cuya verdad es tan
clara y conforme a mi naturaleza que, al descubrirlas por primera vez,
no me parece aprender nada nuevo, sino más bien recordar lo que ya
sabía antes” (DESCARTES, pág. 58)

3. Establecer la diferencia entre “interioridad” y “exterioridad”. “hay que


considerar aquí. Sobre todo, que encuentro en mí innumerables ideas de
ciertas cosas que, aunque quizá no existan fuera de mi en ninguna parte,
no puede decirse sin embargo que no sean nada” en esta cita entendemos
pues que hay un “interior” y un “exterior” y que este “exterior” es
entendido como aquello que no depende de mi mente que esta fuera de
ella.

Quedándonos con estos tres pasos que, a mi parecer, abarcan la idea


global de la quinta meditación avanzare a la interpretación de las ideas
“claras” y “distintas” y a la de las ideas “confusas”.

Las ideas “confusas” son aquellas de las cuales no se pude tener


confianza absoluta pues son dudosas por consiguiente es mejor apartarse
de ellas.

“Así, por ejemplo, cuando imagino un triángulo, aunque quizá tal figura
no exista fuera de mi pensamiento en ninguna parte, ni haya existido
nunca, sin embargo, hay una determinada naturaleza de esa figura, es
decir, su esencia o forma, que es inmutable y eterna, que no ha sido
fingida por mí, y que no depende de mi mente” (DESCARTES, pág. 58)

Por otra parte las ideas “claras” y “distintas” son aquellas de las cuales
no se puede tener duda alguna. Es por lo anterior que a mi parecer lo que
descartes propone al decir que hay ideas “claras” y “distintas” es que hay
una suerte de conocimiento que está disponible para la mente. Es decir
que hay “cosas”, “esencias” que se conocen por medio de la mente más
no dependen de ella. Lo que nos llevaría inmediatamente a una
interpretación realista del asunto. Pues, a pesar de que Descartes no
propone una realidad tangible en la que dichas “cosas” estén sino que, en
la interpretación que yo doy, la “esencia” de dichas cosas se encuentra en
una región esencial. Es posible que se pueda dar un salto de la región
esencial al plano ontológico. Pues como esta explicado en la meditación
es lo que diferencia a el ente “Dios” de un triángulo, el poder pasar de la
región puramente esencial al plano ontológico. Lo que da cuenta de que
hay una realidad que no depende de nosotros pues hay “cosas” que
pueden pasar de lo que arriesgadamente denomino realidad esencial a la
realidad mundana. Y a fin de cuentas sea una realidad esencial o una
realidad ontológica hay cosas que no dependen de mi mente y están en
una realidad que por consiguiente tampoco depende de ella.

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