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CRISTO
La L EY de
CRISTO
– CHARLES LEITER –
Hannibal, Missouri
www.grantedministries.org
La Ley de Cristo:
Copyright © 2012 por Charles Leiter.
Publicado por Granted Ministries Press, Una División de Granted
Ministries.
Isbn 978-1-941658-09-3
Primera edición
Impreso en los Estados Unidos de América
2016
ÍNDICE
Reconocimientos ����������������������������������������������������������������������������� 11
Prólogo ������������������������������������������������������������������������������������������� 13
Prefacio ������������������������������������������������������������������������������������������ 15
LA LEY DE CRISTO
119
APÉNDICES
239
11
PRÓLOGO
13
lector, cuánto mi vida ha sido bendecida y transformada por estas
enseñanzas. Es una verdad muy hermosa y fortalecedora el hecho
de que la vida cristiana es justamente eso: es vida, la misma vida de
Cristo en nosotros. Como se afirma en el prefacio, el cristianismo no
es un sistema de filosofía ni una colección de verdades atemporales
y eternas; ¡El cristianismo es la persona de Cristo!
Es una bendición maravillosa y poco común para mí recomendar
un libro que no solamente honra las Escrituras, sino que también ha
sido usado por Dios como un instrumento de transformación en mi
propia vida. Por lo tanto, con gran gozo, te recomiendo este libro.
No tengo duda de que todo creyente sincero que lo lea, encontrará
a través de él muchas perlas de gran precio que le guiarán a una
mejor visión de Cristo, a un mayor aprecio de Su obra en favor de
ellos, y a un mayor poder para vivir para Su gloria.
Paul David Washer
14
P R E FA C I O
1
Juan 1:1 2
Juan 7:46 3
Juan 9:32; 15:24 4
1 Juan 1:1-3 5
Lucas 1:78
6
Juan 1:9
15
Dios a la humanidad,1 “el resplandor de Su gloria y la expresión
exacta de Su naturaleza”.2 Él es “la imagen del Dios invisible”;3
verlo a Él es ver al Padre.4 En Él “toda la plenitud de la Deidad
reside corporalmente”.5 En Él están escondidos “todos los tesoros
de la sabiduría y del conocimiento”.6 Él es la meta hacia la que se
dirige toda la historia.7
Es en el contexto de esta incomparable gloria de Cristo que
Juan escribió las palabras citadas arriba: “La Ley fue dada por medio
de Moisés, pero la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de
Jesucristo”. Juan no quiere decir que no había gracia o verdad en la
Ley de Moisés; ciertamente las había. Pero en comparación con la
absoluta “plenitud”8 divina de gracia y verdad hallada en Jesucristo,
la gracia y la verdad del Antiguo Pacto se vuelven insignificantes.
En las palabras de Pablo: “Pues en verdad, lo que tenía gloria, en
este caso no tiene gloria por razón de la gloria que lo sobrepasa”.9
Comparado con Cristo, Moisés es como una vela comparada con
el sol. Esta realidad es la que siempre debemos tener presente si es
que vamos a entender correctamente la “ley de Cristo”.
Como el cristianismo mismo, la ley de Cristo es Cristo. No
es un sistema de reglas que los hombres deben cumplir. No es
el establecimiento de un código de conducta sabia como en el
Confucionismo, o las enseñanzas de un “Noble Camino Óctuple”
como en el budismo. Más bien, es Cristo mismo, en toda la maravilla
de Su perfecta humanidad divina, llamando a Sus discípulos a
seguirle,10 y empoderándolos para hacerlo mediante Su propia
resurrección “obrando en” ellos.11 ¡El supremo llamamiento de
todo cristiano es nada menos que “vestíos del Señor Jesucristo”!12
Entonces, lo que este libro intenta, es capturar algo del enorme
privilegio de conocer y seguir a Cristo Jesús nuestro Señor, mientras
la misma “vida de Jesús” “se manifiesta en nuestro cuerpo mortal”.13
Los capítulos exploran lo que la Biblia quiere decir cuando describe
1
Hebreos 1:1-2 2 Hebreos 1:3 3 Colosenses 1:15 4 Juan 14:9
5
Colosenses 2:9 6 Colosenses 2:3 7 Efesios 1:9-10; Colosenses 1:15-18
8
Juan 1:14, 16 9 2 Corintios 3:10 [Las cursivas se usaron aquí y a través de
todo el libro, para dar énfasis.] 10 Mateo 9:9 11 Efesios 3:20; ver también
Efesios 1:19-20; Filipenses 3:10. 12 Romanos 13:14 13 2 Corintios 4:11
16
a los cristianos como aquellos que “sirven en la novedad del Espíritu
y no en el arcaísmo de la letra”,1 e intentan demostrar las tremendas
libertades y grandes responsabilidades que nos han sido dadas a
nosotros por ser hijos maduros de Dios.
El significado de “amar como Cristo amó” es un océano con
profundidades que ningún cristiano podrá jamás comprender por
completo en esta vida. Este libro sólo pretende proporcionar un
entendimiento básico de lo que es la ley de Cristo, y dirigir a los
creyentes hacia la vida de resurrección que hay en Cristo, que es
lo único que puede darles poder para “cumplirla”. Es posible que
aquellos que son partidarios de ciertas posturas como la “Teología
del Pacto”, o el “Dispensacionalismo”, o la “Teología del Nuevo
Pacto”, encuentren decepcionantes algunos aspectos del libro. Sin
embargo, se espera que todos los verdaderos creyentes oigan en sus
páginas la voz de su Pastor llamándolos a seguirle más íntimamente.
Para ayudar a los lectores a entender el flujo de pensamiento,
el libro ha sido dividido en tres secciones: La primera parte se
ocupa del desarrollo de la historia redentora desde la creación
hasta la venida de Cristo; la segunda parte, de lo que significa que
el cristiano está libre de la ley; y la tercera parte se ocupa de la ley
de Cristo misma. A través de este libro, se han asignado muchas
Escrituras importantes como notas al pie, y están colocadas al pie
de cada página para facilitar la referencia. También se abordan
varias cuestiones controversiales en apéndices, para no oscurecer
innecesariamente el tema central del libro. Algunos estarán muy
en desacuerdo con las posturas que he tomado en este libro. Si
tú estás entre ellos, sólo puedo rogarte que estudies estos apéndices
cuidadosamente con una mente abierta antes de descartar el libro entero.
A fin de cuentas, es la Biblia misma la que debe regir nuestra
teología; no los credos ni las confesiones de los hombres, no importa
cuán loables o venerados sean.
Al abordar este tema he estado muy consciente de lo indigno
que soy para tratar un tema como éste. ¿Cómo podemos atrevernos
a hablar de “amar como Cristo amó”, sin que se nos caiga la cara
de vergüenza por el egoísmo y la frialdad que con tanta frecuencia
1
Romanos 7:6
17
encontramos en nosotros mismos todavía? Considerando esto, uno
no puede más que repetir las palabras de Pablo: “Y para estas
cosas, ¿quién está capacitado?”.1 ¡Cuán agradecidos podemos
estar de que aunque no somos “suficientes en nosotros mismos
para pensar que cualquier cosa procede de nosotros”, sin embargo,
“nuestra suficiencia es de Dios, el cual también nos hizo suficientes
como ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu;
porque la letra mata, pero el Espíritu da vida”!2
1
2 Corintios 2:16 2
2 Corintios 3:5-6
18
Primera Parte
El C urso de la
H istoria R edentora
Si de alguna manera vamos a vislumbrar algo de la incomparable
gloria de la “ley de Cristo”, primero debemos entender el curso de
la historia redentora. Desde el momento de la creación en adelante,
todos los tratos de Dios con la humanidad convergen en Cristo y
encuentran su significado en Él. Desde el principio, Dios estuvo
moviendo la historia hacia su consumación final en Jesucristo.
Sus pactos con Noé, Abraham, Moisés y David no fueron nada
más que peldaños que llevaban hacia el Mesías. Dios habló a los
padres por medio de los profetas “en muchas ocasiones y de muchas
maneras”, pero la revelación1 de Sí mismo y de Su voluntad para
la humanidad era siempre parcial e incompleta. Como resultado,
“muchos profetas y justos”2 desearon oír las palabras que Cristo
diría un día, pero no las oyeron. Fue sólo cuando “el Verbo se hizo
carne y habitó entre nosotros” que se dio la palabra final de Dios
a la humanidad, y es en esta palabra final donde la “ley de Cristo”
es revelada a nosotros.
Los capítulos 1 al 5 de la primera parte dan un breve panorama de
la relación entre el Pacto Abrahámico, el Pacto Mosaico y el Nuevo
Pacto, mostrando que toda la historia del Antiguo Testamento
halla su culminación y cumplimiento en Cristo. A continuación,
el capítulo 6 resume varios principios básicos de interpretación que
han surgido durante este panorama. Esto prepara el camino para la
segunda parte, donde se explora lo que significa para el cristiano
el haber sido libertado de la Ley de Moisés, seguida por la tercera
parte, donde la atención se centrará en la ley de Cristo.
1
Hebreos 1:1 2
Mateo 13:17
19
Capítulo Uno
Antiguo y Nuevo
Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho
esclavo para ganar al mayor número posible. A los judíos
me hice como judío, para ganar a los judíos; a los que están
bajo la Ley, como bajo la Ley (aunque yo no estoy bajo la
Ley) para ganar a los que están bajo la Ley; a los que están
sin ley, como sin ley (aunque no estoy sin la ley de Dios,
sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin
ley. A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles;
a todos me he hecho todo, para que por todos los medios
salve a algunos. Y todo lo hago por amor del evangelio,
para ser partícipe de él. 1 Corintios 9:19-23
21
LA LEY DE CRISTO
N o es la L ey de M oisés
Pablo deja muy claro en estos versículos que la ley de Cristo no
es la Ley de Moisés: “A los judíos me hice como judío, para ganar
a los judíos; a los que están bajo la Ley, como bajo la Ley (aunque
yo no estoy bajo la Ley)”. ¡Los cristianos no están bajo la Ley! Esta
es la enseñanza uniforme del Nuevo Testamento, y su significado
será explorado más a fondo en capítulos posteriores; pero a estas
alturas, unas cuantas citas de las Escrituras serán suficientes para
establecer este hecho:
• “Por tanto, hermanos míos, también a vosotros se os hizo
morir a la Ley por medio del cuerpo de Cristo, para que
seáis unidos a otro, a Aquel que resucitó de entre los
muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.”2
• “Pero ahora hemos quedado libres de la Ley, habiendo muerto a
lo que nos ataba, de modo que sirvamos en la novedad del
Espíritu y no en el arcaísmo de la letra.”3
• “Porque Él mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos
hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
aboliendo en Su carne la enemistad, la Ley de los mandamientos
expresados en ordenanzas, para crear en Sí mismo de los
dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, y para
reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de
la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.”4
1
Filipenses 1:21 2
Romanos 7:4 3
Romanos 7:6 4
Efesios 2: 14-16
22
Antiguo y Nuevo
E l A ntiguo P acto
Cuando Dios estableció Su pacto con Israel en el monte
Sinaí, cerca de mil quinientos años antes de Cristo, Él hizo un
despliegue visible de Su gloria distinto a todo lo que se había visto
en la historia de la humanidad hasta ese entonces. Se nos dice que
el Señor descendió “a la vista de todo el pueblo sobre el Monte
Sinaí”.3 Toda la montaña fue tan consagrada por la presencia de
Dios, que cualquier hombre o bestia que tocara “aun el límite del
monte” “ciertamente morirá”.4 “Hubo truenos y relámpagos y una
densa nube sobre el monte y un fuerte sonido de trompeta; y tembló
todo el pueblo que estaba en el campamento… Y todo el monte
Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en fuego;
el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se
estremecía con violencia”.5 Se nos dice que cuando Moisés hablaba,
“Dios le respondía con el trueno”.6 La voz audible de Dios era tan
aterradora “que los que oyeron rogaron que no se les hablara más”,7
no fuera que murieran.8 El autor a los Hebreos habla de “fuego
ardiente, tinieblas, oscuridad y torbellino”, y un espectáculo “tan
terrible”, que Moisés dijo: “Estoy aterrado y temblando”.9
¡Éste fue el contexto en que Dios dio Su santa y tremenda
Ley en el Monte Sinaí! Fue en ese tiempo que Él le dio a Israel
1
Gálatas 2:19 2 Gálatas 3:24-25 3
Éxodo 19:11 4 Éxodo 19:12
5
Éxodo 19:16,18 6 Éxodo 19:19 7
Hebreos 12:19 8 Éxodo 20:19
9
Hebreos 12:18, 21
23
LA LEY DE CRISTO
E l N uevo P acto
Más de ochocientos años después de que Dios estableció Su
pacto con Israel por medio de Moisés, Él levantó al profeta Jeremías
para anunciar a Su pueblo un glorioso nuevo día que venía:
1
Éxodo 34:28; Deuteronomio 4:13 2 Éxodo 31:18; Deuteronomio 9:10
3
Deuteronomio 4:5-8; Salmo 147:19-20 4 Deuteronomio 4:6
5
Romanos 2:17, 23 6 Romanos 3:2 7 Romanos 2:20
24
Antiguo y Nuevo
1
Lucas 22:20 2
Hebreos 13:20 3
Hebreos 9:18-22 4
Hebreos 10:4
5
1 Pedro 1:19
25
LA LEY DE CRISTO
1
Hebreos 8:13, ver también 2 Corintios 3:6, 14 “nuevo, viejo”.
2
Hechos 15:1, 5 3 Gálatas 1:6-8 4 Gálatas 2:4
26
R epaso D el C apítulo U no
Abraham y C risto
Hace varios años se publicó un artículo en una revista secular
bastante leída, en la que se presentaron los principios básicos del
judaísmo. Como era de esperar, el rabí que escribió ese artículo
afirmó dos veces que el judío más grande que ha vivido jamás fue
Moisés. Ésta ha sido la convicción de los judíos por muchos siglos,
y era la convicción de los judíos en los días de Pablo. Pero Pablo se
dio cuenta por las Escrituras de que la verdad yacía en otro lugar.
Con la obvia excepción del Mesías mismo, la figura clave en la
historia de los judíos no fue Moisés, sino Abraham. Dios reveló los
principios fundamentales de la salvación por medio de Sus tratos
con Abraham; Sus tratos con Moisés sólo entraron en el torrente
principal de la historia redentora como un afluente —“desde el
lado”,1 por así decirlo— para que sirviera a un propósito secundario
en el plan global de Dios.
Esto explica por qué Pablo se refiere en repetidas ocasiones a
los tratos de Dios con Abraham, para demostrar las verdades de
su propio mensaje del evangelio. Por ejemplo, al apelar al caso
de Abraham, “el padre de los creyentes”, Pablo prueba que la
justificación siempre ha involucrado la imputación de justicia a
pecadores indignos sólo por gracia, mediante la fe.2 También puede
probar que la circuncisión de Abraham no tuvo nada que ver con su
justificación3 y que la fe de Abraham ofrece un patrón para todos
los que “siguen sus pasos”, ya sean judíos o gentiles.4
Por lo tanto, no debería de sorprendernos que también es en
Abraham, y en el pacto hecho con Abraham,5 que Pablo encuentra
una respuesta más que adecuada para esos judíos que insistían en
que los gentiles debían guardar la Ley de Moisés para ser salvos. Él
da esta respuesta en la segunda mitad de Gálatas 3. El argumento
1
Ver Romanos 5:20, donde la palabra “entró” literalmente es “se introdujo
además de”. 2 Romanos 4:1-8 3 Romanos 4:9-12 4 Romanos 4:16-25
5
Génesis 15:18; 17:1-21
29
LA LEY DE CRISTO
30
Abraham y Cristo
1
Gálatas 4:28; Romanos 9:8-9 2
Génesis 17:19, 21
31
LA LEY DE CRISTO
La Nación
La nación prometida era Israel, los descendientes físicos de
Abraham: “Haré de ti una nación grande”.1 “Lo llevó fuera, y
le dijo: Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible
contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia”.2
La Tierra
La tierra prometida era Canaán, la cual Dios prometió a
Abraham y a su simiente como herencia: “Y el Señor se apareció a
Abram, y le dijo: ‘A tu descendencia [o “simiente”] daré esta tierra’”.3
“Y el Señor dijo a Abram después que Lot se había separado de
él: ‘Alza ahora los ojos y mira desde el lugar donde estás hacia el
norte, el sur, el oriente y el occidente, pues toda la tierra que ves te
la daré a ti y a tu descendencia para siempre’”.4
La Bendición
La bendición prometida tenía que ver con todo tipo de
beneficios materiales: riquezas, protección, larga vida, etc.: “Haré
de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre,
y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te
maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la
tierra”.5 Conforme a estas promesas, Dios preservó a Abraham por
muchos años y lo enriqueció. Al final de su larga vida, leemos esto:
“Abraham era viejo, entrado en años; y el Señor había bendecido
a Abraham en todo”.6
1
Génesis 12:2 2 Génesis 15:5 3 Génesis 12:7 4
Génesis 13:14-15
5
Génesis 12:2-3 6 Génesis 24:1
32
Abraham y Cristo
1
Gálatas 3:16 2 Génesis 22:18 3
Gálatas 3:19 4
Gálatas 3:27-29
5
Romanos 8:17 6 Gálatas 3:7
33
LA LEY DE CRISTO
1 Gálatas 3:29 2
Romanos 2:28-29; 9:6-8; Filipenses 3:3 3 Génesis 22:17
4
Mateo 21:43 5
Éxodo 19:5-6 6 Levítico 20:24-26 7 Hebreos 9:10
34
Abraham y Cristo
1
1 Pedro 2:5 2 1 Pedro 2:9-10 3
Isaías 9:6-7; Daniel 2:44; 7:13-14;
Lucas 1:32-33
35
LA LEY DE CRISTO
1
Ver también Salmo 2:8. 2 Mateo 5:5 3
Génesis 17:8; 28:4 4
Apocalipsis 5:10
5
Hechos 3:25-26 6 Gálatas 3:8
36
Abraham y Cristo
1
Gálatas 3:9-10 2 Gálatas 3:13-14 3 Romanos 4:6-8 4 Génesis 22:18
5
Apocalipsis 5:9 6 Génesis 28:4; Gálatas 3:14 7 Efesios 1:3 8 Gálatas 3:14,
ver “Promesa cumplida”, p. 66. 9 Gálatas 4:5-6; Romanos 8:15-16
37
LA LEY DE CRISTO
C risto
Llegados a este punto, ya debería estar claro que toda la historia
del Antiguo Testamento converge en Cristo. Desde el principio,
Dios estuvo moviendo la historia hacia su consumación final en el
Mesías. Antes de la fundación de la tierra, Él se había propuesto1
glorificarse a Sí mismo al salvar “en Cristo” —sólo por gracia,
mediante la fe— a una multitud que nadie puede contar. Este
propósito salvífico es el principio unificador detrás de todos los actos de
Dios en la historia de la humanidad. Cuando Pablo dice que Dios “nos
ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según
nuestras obras, sino según Su propósito y según la gracia que nos
fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad”,2 sus palabras aplican
a todos los que alguna vez han sido o serán salvos.
Podemos ver el desarrollo del propósito salvífico de Dios en
Cristo desde la caída en adelante. Inmediatamente después de que
el hombre pecó, antes de que la maldición de Dios hubiera sido
pronunciada oficialmente sobre la raza humana, Él proclamó la
venida de Aquel que, como la “simiente de la mujer”, aplastaría
la cabeza de la serpiente.3 En Génesis 5, como preparación para
la venida de este Mesías, Dios levantó a la descendencia de Set
en sustitución de la del piadoso Abel, quien fue asesinado por
su hermano Caín. A medida que pasaba el tiempo, Él hizo una
sucesión de pactos con los hombres. Cada uno de estos pactos
fue hecho con miras al avance de Su singular propósito salvífico.
En Génesis 6-9 Él preservó el linaje del Mesías a través de Noé,
e hizo un pacto de no volver a destruir la tierra con un diluvio,
asegurando así que la historia humana continuaría hasta que el
1
Efesios 3:11 2
2 Timoteo 1:9 3
Génesis 3:15
38
Abraham y Cristo
1
Gálatas 3:19 2
Gálatas 3:24-25
39
LA LEY DE CRISTO
40
R epaso del C apítulo D os
El P acto Abrahámico:
“P romesa ”
Hermanos, hablo en términos humanos: un pacto, aunque
sea humano, una vez ratificado nadie lo invalida ni le
añade condiciones. Ahora bien, las promesas fueron
hechas a Abraham y a su descendencia. No dice: y a las
descendencias, como refiriéndose a muchas, sino más bien
a una: y a tu descendencia, es decir, Cristo. Lo que digo
es esto: la Ley, que vino cuatrocientos treinta años más
tarde, no invalida un pacto ratificado anteriormente por
Dios, como para anular la promesa. Porque si la herencia
depende de la ley, ya no depende de una promesa; pero
Dios se la concedió a Abraham por medio de una promesa.
Entonces, ¿para qué fue dada la Ley? Fue añadida
a causa de las transgresiones, hasta que viniera la
descendencia a la cual había sido hecha la promesa, ley
que fue promulgada mediante ángeles por mano de un
mediador. Ahora bien, un mediador no es de una parte
solamente, ya que Dios es uno solo. ¿Es entonces la Ley
contraria a las promesas de Dios? ¡De ningún modo!
Porque si se hubiera dado una ley capaz de impartir vida,
entonces la justicia ciertamente hubiera dependido de la
ley. Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para
que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuera dada
a todos los que creen.
Y antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley,
confinados para la fe que había de ser revelada. De manera
que la Ley ha venido a ser nuestro ayo para conducirnos
a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe. Pero
ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo ayo, pues
todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús.
Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo, de
Cristo os habéis revestido. No hay judío ni griego; no hay
43
LA LEY DE CRISTO
P romesa
Pablo concibe el pacto de Dios con Abraham en términos de
promesa. A través de la Biblia, el concepto de “promesa” es muy rico,
y los escritores del Nuevo Testamento se refieren a él una y otra vez.1
Lo que Pablo quiere que comprendamos cuando pensamos en la
“promesa” en el contexto del Pacto Abrahámico, es que esa promesa
es inmutable, incondicional, y de cumplimiento seguro. Pablo destaca
estas tres cualidades de la promesa usando varios argumentos e
ilustraciones.
I nmutable
La promesa que Dios le hizo a Abraham es inmutable —no
puede cambiar. Como mencionamos en el capítulo 2, cuando “la
1
Lucas 24:49; Hechos 1:4; 2:33, 39; 7:5, 17; 13:23, 32-33; 26;6-7; Romanos 1:2;
4:13-14, 16, 20-21; 9:4, 8-9; 15:8; 2 Corintios 1:20; Gálatas 3:14, 16-22, 29; 4:23,
28; Efesios 1:13; 2:12; 3:6; 2 Timoteo 1:1; Tito 1:2; Hebreos 6:12-18; 7:6; 8:6;
9:15; 10:23, 36; 11:9, 11, 13, 17, 33, 39; 2 Pedro 1:4; 3:4, 9, 13
44
El Pacto Abrahámico: “Promesa”
45
LA LEY DE CRISTO
I ncondicional
La promesa de Dios a Abraham no sólo es inmutable, también
es incondicional —a fin de cuentas, su cumplimiento no depende
de condición alguna que deba ser cumplida por el hombre.2 Pablo
subraya este punto de varias maneras a través sus escritos. En primer
lugar, hace esto para enfatizar el aspecto unilateral (es decir, de una
sola parte) del Pacto Abrahámico. El pacto de Dios con Abraham
fue “de una sola parte”, en el sentido de que fue ratificado por Dios
mismo3 sin la intervención de un mediador. Los mediadores son
necesarios cuando dos partes están involucradas en una transacción
legal. “Ahora bien, un mediador no es de una parte solamente,
ya que Dios es uno solo”. El Pacto Abrahámico fue una promesa
unilateral por parte de Dios, basada en Su propósito soberano y
de gracia, en Cristo, de salvar a una multitud de personas. Otorgó
una “herencia”, y esa herencia fue “concedida” a Abraham “por
medio de una promesa”.4 La asignación de una herencia puede
tener lugar, incluso, sin el consentimiento o conocimiento previo
del beneficiario. Por ejemplo, cuando el testamento de mi abuelo se
leyó poco después de su muerte, me sorprendió saber que yo había
sido incluído en su testamento y que ahora era poseedor de algunos
de sus bienes personales. ¡Esta es la naturaleza de una herencia!
Una y otra vez, el Nuevo Testamento enfatiza que los cristianos
son “herederos”5 de una “herencia”6 que les pertenece a ellos por
“promesa”.7 ¡Gloria a Dios!
En contraste con la “unilateralidad” del Pacto Abrahámico,
el Pacto Mosaico “fue dado por medio de ángeles en manos de
1
Hebreos 6:12 2 Ver Apéndice E, P.6. 3 Génesis 15:1-21; Hebreos 6:13-14
4
Gálatas 3:18 5 Romanos 4:13-14; 8:17; Gálatas 3:29; 4:1, 7, 30; Efesios 3:6;
Tito 3:7 6 Gálatas 3:18; Efesios 1:11, 14, 18; 5:5; Colosenses 1:12; 3:24
7
Romanos 4:13-14; Gálatas 3:18, 29; Efesios 3:6; Hebreos 6:12, 17; 9:15
46
El Pacto Abrahámico: “Promesa”
1
Éxodo 19:7-8; 24:3, 7-8; ver Deuteronomio 5:5 2 Levítico 18:5; Lucas 10:28;
Gálatas 3:12; Levítico 26; Deuteronomio 28 3 Romanos 4:14-15
4
Romanos 3:11 5 Juan 6:65 6 Romanos 4:15
47
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 9:8
48
El Pacto Abrahámico: “Promesa”
S egura
En tercer lugar, la promesa de Dios a Abraham es segura —nada
puede impedir su cumplimiento. Esta seguridad se basa, en primer
lugar, en el hecho de que la promesa no está condicionada en modo
alguno por ley; es de pura gracia: “Pero donde no hay ley, tampoco
hay transgresión. Por eso es por fe, para que esté de acuerdo con la
49
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 4:15-16 2 Job 42:2 3
Isaías 46:9-10 Gálatas 3:19 5 Salmo 2:8
4
6
2 Corintios 1:20 7 Lucas 3:8 8
Génesis 22:17 9
Apocalipsis 21:7
10
Romanos 8:17
50
R epaso del C apítulo T res
1
Gálatas 3:18 2
Gálatas 3:12 3
Gálatas 3:10-12
53
LA LEY DE CRISTO
B endiciones y M aldiciones
Para entender por qué esto es así, debemos recordar que la
Ley tenía un lado positivo y un lado negativo, presentando la
posibilidad dual de vida o de muerte. Estas posibilidades estaban
condicionadas por la obediencia o la desobediencia humana. Esto
está bien ilustrado por las bendiciones y maldiciones anunciadas
desde el Monte Gerizim y el Monte Ebal. Si bien este importante
pasaje debería leerse de principio a fin para sentir la fuerza de
su impacto,1 unos cuantos fragmentos serán suficientes para
demostrar el hecho de que el Antiguo Pacto estaba caracterizado
por “condiciones”, y que las bendiciones (y maldiciones) dependían
del desempeño humano.
1
Deuteronomio 27:11-28:68; ver también Levítico 26.
54
El Pacto Mosaico: “Ley ”
1
Ezequiel 18:4 2 Gálatas 3:12; Levítico 18:5 3
Ver Apéndice E, P. 3.
4
Romanos 2:28-29
55
LA LEY DE CRISTO
1
Comparar con Levítico 18:5. 2 Mateo 19:16-17 3
Filipenses 3:9
4
Romanos 10:5 5 Gálatas 3:13 6 Romanos 6:23 7
Romanos 5:20
56
El Pacto Mosaico: “Ley ”
inevitable resultado era que “produjera ira”.1 Es por esto que Pablo
considera que el Antiguo Pacto como tal es un “ministerio de muerte”2
y un “ministerio de condenación”.3 ¡No fue una mala interpretación
judía del Antiguo Pacto lo que representaba un “ministerio” de
muerte y condenación, sino las “tablas de piedra”4 en sí mismas!
Es verdad que, efectivamente, la mayoría de los judíos no logró
comprender el propósito verdadero de la Ley de Moisés. Pero su
malentendido se relacionaba no con el hecho de que la Ley prometía
vida bajo la condición de obediencia, sino con el hecho de que los
hombres son demasiado pecaminosos en sí mismos para merecer
esta vida.5 En lugar de darse cuenta de que la Ley se había dado para
encerrarlo “todo bajo pecado”,6 y para mostrarles su desesperada
necesidad de ser justificados por fe como su padre Abraham lo
había sido,7 supusieron que podían obtener una “justicia propia”8
guardando la Ley. “Pues desconociendo la justicia de Dios y
procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia
de Dios. Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel
que cree”.9
El marcado contraste entre las demandas del Antiguo Pacto y
las provisiones del Nuevo es evidente incluso en la manera misma
en que se inauguraron los dos pactos. La promulgación de la Ley
en el Sinaí fue un evento lleno de terror, aprensión y oscuridad
—mientras hombres pecadores temblaban ante un Dios santo e
inaccesible y la “santa, justa, y buena”10 ley que Él los llamaba a
obedecer.
1
Romanos 4:15 2 2 Corintios 3:7 3 2 Corintios 3:9 4 2 Corintios 3:3, 7
5
Romanos 7:10 6 Gálatas 3:22 7 Romanos 4:1-5; 11-12 8 Filipenses 3:9
9
Romanos 10:3-4 10 Romanos 7:12
57
LA LEY DE CRISTO
L ey vs . P romesa
Según Pablo, “la Ley no es de fe”,4 y es sólo cuando la salvación
es por fe que puede ser una cuestión de gracia:
1
Juan 13:1 2 Mateo 27:45-46 3
Lucas 22:42-44 4
Gálatas 3:12
5
Gálatas 3:21 6 Gálatas 3:21
58
El Pacto Mosaico: “Ley ”
¿P ara Q ué la L ey , E ntonces ?
Si Dios nunca determinó que los hombres fueran salvos
guardando la Ley, naturalmente surge la pregunta: “¿Para qué
fue dada la Ley?”.3 La respuesta de Pablo es que “Fue añadida
a causa de las transgresiones... hasta que viniera la descendencia a
la cual había sido hecha la promesa”. Fíjate que en este pasaje
Pablo describe a la Ley como algo “añadido”. No fue la entidad
principal, sino un anexo; “se introdujo además de”.4 La Ley no
sólo fue añadida; también era temporal. “Fue añadida… hasta que
viniera la simiente [Cristo] a quien había sido hecha la promesa”.
Cuando Cristo apareció, el tiempo del Pacto Mosaico llegó a su fin.
“Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo ayo”.5
Pablo dice que la Ley fue añadida “a causa de las transgresiones”.
Lo que él quiere decir con esta declaración se expone más
detalladamente en sus otros escritos. Según Pablo, la Ley “despierta
pasiones pecaminosas” en aquellos que son inconversos.6 El pecado
“se aprovecha del mandamiento” para producir más pecado, para
“engañarnos”, y “por medio del mandamiento” para “matarnos”.7
La Ley despierta y suscita el pecado; de hecho, ¡la Ley es el “poder
del pecado” mismo!8 Por lo tanto, Pablo puede decir que “la Ley
1
Romans 8:3 2
Romanos 7:9-10 3 Gálatas 3:19 4 Romanos 5:20
5
Gálatas 3:25 Romanos 7:5 7 Romanos 7:8, 11, 13 8 1 Corintios 15:56
6
59
LA LEY DE CRISTO
P romesa vs . L ey
Dado que “todos los que son de las obras de la Ley están bajo
maldición”,5 es evidente que aquellos judíos que encontraron la vida
eterna mientras vivían bajo el Pacto Mosaico la encontraron no
por medio de la Ley en sí misma, sino por medio de la Promesa. A
diferencia de sus compatriotas, que imaginaron que podrían lograr
establecer una “justicia propia” que es de la Ley,6 ellos se dieron
cuenta que la misma Ley sólo los condenaba. Reconocieron que
aun sus “justas” obras no eran sino “trapos de inmundicia”7 a los
ojos de Dios, y entendieron que la observancia meticulosa de los
sacrificios y ofrendas del sistema mosaico en realidad no les podía
quitar sus pecados.8 Más bien, ellos “siguieron en los pasos de la
fe que tenía su padre Abraham cuando era incircunciso”.9 Ellos,
como Abraham, “creyeron a Dios”, confiando en que Él “justifica
al impío” y le “atribuye justicia” “aparte de las obras”.10 Ellos, como
Abraham, miraron en fe a la promesa y a la venida de Aquel a quien
1
Romanos 5:20 2 Ver Apéndice E, P. 8. 3 Gálatas 3:22 4 Gálatas 3:10
5
Gálatas 3:10 6 Filipenses 3:9; Romanos 9:31-32; 10:3 7 Isaías 64:6
8
Miqueas 6:6-7; Salmo 51:16; Hebreos 10:4 9 Romanos 4:12 10 Romanos 4:3-6
60
El Pacto Mosaico: “Ley ”
1
Juan 8:56; 12:41; Hechos 2:30-31; 1 Pedro 1:10-12 2 Deuteronomio 28:45, 48,
51, 62 “hasta destruirte”. 3 Deuteronomio 28:15-68 4 Nehemías 9:26-37;
Daniel 9:1-19 5 Nehemías 9:30-31; Deuteronomio 4:29-31
61
LA LEY DE CRISTO
1
Jeremías 31:31-37; 32:37-41; Hebreos 8:6-13
62
El Pacto Mosaico: “Ley ”
1
Ver Ap. E, P. 8. 2
Romanos 7:12
63
R epaso del C apítulo C uatro
El Nuevo P acto: “F e”
Y antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la
ley, confinados para la fe que había de ser revelada.
Gálatas 3:23
1
2 Corintios 3:6; comparar con Gálatas 4:24. 2
Romanos 4:1-12
3
Gálatas 3:23 4 Gálatas 3:25
65
LA LEY DE CRISTO
P romesa C umplida
Si bien en última instancia el Pacto Abrahámico y el Nuevo
Pacto tienen que ver con las mismas realidades espirituales, no
son idénticos. En primer lugar, el Pacto Abrahámico tenía una
dimensión física y nacional bien marcada.1 Esto está completamente
ausente en el Nuevo Pacto. Es más, incluso en cuanto a su dimensión
“espiritual”, el Pacto Abrahámico se refería a bendiciones que eran
futuras todavía (por ejemplo, la justificación de “todas las naciones”2
por medio de la fe en Cristo). El Nuevo Pacto, por otro lado, habla
de estas mismas bendiciones ahora realizadas “en el cumplimiento
del tiempo”. En el desarrollo de la historia de la redención, estos
dos pactos están separados por unos dos mil años.
Con la llegada del Nuevo Pacto, ¡la Promesa alcanza su
culminación y cumplimiento! Se cumple mediante la llegada
de Aquel “a quien las promesas habían sido hechas” —el Señor
Jesucristo. “Pues tantas como sean las promesas de Dios, en Él todas
son sí”.3 Estas “promesas” incluyen la muerte y resurrección4 de
Cristo para la salvación de Su pueblo, la cosecha de los gentiles5 y
su justificación6 por la fe, la “enseñanza” personal de Dios7 para
cada hijo verdadero de Abraham y, sobre todo, el don “prometido”
del Espíritu Santo:
1
Ver capítulo 2. 2 Gálatas 3:8 3 2 Corintios 1:20 4 Hechos 13:23, 32-33;
26:6-8 5 Mateo 12:17-21; Hechos 13:47; 15:17; Romanos 15:10-12
6
Gálatas 3:8 7 Juan 6:45; Hebreos 8:11
66
El Nuevo Pacto: “Fe”
L ey C umplida
Pero no solamente la Promesa se cumple con la venida de Cristo
y la llegada del Nuevo Pacto; ¡igualmente glorioso es el hecho de
que también la Ley se cumple mediante Su venida! Esto es verdad
en todos los aspectos de la Ley, hasta en la más pequeña jota o
tilde.4 En primer lugar, cada una de las profecías, sacrificios, tipos, y
sombras del Pacto Mosaico, halla su cumplimiento y consumación
en Cristo. Cristo es el Mesías prometido, el sumo sacerdote que
lleva al pueblo de Dios continuamente sobre Sus hombros y en Su
corazón.5 Él es el sacrificio cuya sangre expía los pecados de ellos,
1
Ver capítulos 18-19. 2
2 Corintios 3:6, 8 3
Efesios 1:3 4
Mateo 5:17-18
5
Éxodo 28:12, 29
67
LA LEY DE CRISTO
L a G loriosa C ruz
Debido a que representa el cumplimiento de la Promesa y la
Ley simultáneamente, la Cruz de Cristo es la suprema paradoja
de la historia humana. Por un lado, es la mayor demostración de
la gracia divina; y al mismo tiempo, la mayor demostración de la
justicia divina jamás vista entre los hombres. ¡La Promesa y la Ley
se encuentran y hallan su cumplimiento en una Persona —el Señor
Jesucristo! La promesa es absorbida mientras la anticipación da lugar
a la realización, y la Ley es absorbida mientras la demanda da paso
al cumplimiento. ¡Oh, maravilla de maravillas! Dios amó tanto a
los objetos de Su ira judicial, que hizo una promesa incondicional
1
Levítico 16:8-10 2 Juan 6:31-35 3
1 Corintios 5:7 4
1 Corintios 10:4
5
Hebreos 10:20 6 Ver capítulo 9. 7
Romanos 5:19 8
Gálatas 3:13
68
El Nuevo Pacto: “Fe”
1
Salmo 85:10
69
R epaso del C apítulo C inco
P rincipios de
Interpretación
[Estas] cosas… sólo son sombra de lo que ha de venir, pero
el cuerpo pertenece a Cristo. Colosenses 2:17
R ealidades E spirituales
Ya debería ser obvio que aunque muchas de las promesas y profecías
del Antiguo Testamento a primera vista parecen ser de naturaleza física,
finalmente, a menudo tienen que ver con realidades “espirituales”.1 A veces
tienen un cumplimiento inicial que es físico, y un cumplimiento
final que es espiritual (como es el caso de las promesas hechas
a Abraham); en otras ocasiones tienen un cumplimiento que
es únicamente espiritual. Por ejemplo, cuando Dios habla por
medio de Isaías con respecto a la venida de Cristo: “Preparad en
el desierto camino al Señor; allanad en la soledad calzada para
1
1 Pedro 2:5; 1 Corintios 10:3-4; Efesios 1:3
71
LA LEY DE CRISTO
1
Isaías 40:3-4 2 Lucas 3:3-6 3 Malaquías 4:5-6 4 Mateo 11:13-14
5
Lucas 1:17 6 Apocalipsis 1:6; 1 Pedro 2:5, 9 7 1 Pedro 2:5; Hebreos 13:15-16;
Apocalipsis 5:10 8 Jeremías 33:20-21 9 Ver Salmo 89:30-31;
Jeremías 33:17-18, 22.
72
Principios de Interpretación
1
Lucas 1:31-33; Isaías 9:7 2 Amós 9:11-12 3
Colosenses 2:17; 2 Corintios
4:18-5:1; Hebreos 8:4-5; 9:23-24; 10:1
73
LA LEY DE CRISTO
1
Ver Leonard Verduin, The Reformers and Their Stepchildren (Los Reformadores y sus
hijastros) (Grand Rapids: Baker Book House, 1980). 2 1 Samuel 15:33
74
Principios de Interpretación
C risto es la C lave
Una importante lección final que debemos aprender de todo lo
que hemos considerado hasta aquí es esto: La clave para entender la
Biblia es Cristo.1 Las Escrituras del Antiguo Testamento señalan a
Cristo en sus profecías, tipos, pactos, sacrificios, y leyes. Como el
Señor Jesús les dijo a los judíos: “Examináis las Escrituras, porque
vosotros pensáis que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que
dan testimonio de mí. Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a
mí, porque de mí escribió él.”2 “Y comenzando por Moisés y continuando
con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras.”3
Como hemos visto una y otra vez, la meta suprema de Dios en
la historia fue, y es, el “reunir todas las cosas en Cristo”.4 Este hecho
en sí mismo es suficiente para guardarnos de muchos errores en
nuestra comprensión de la verdad bíblica. De los muchos ejemplos
1
Comparar el Dispensacionalismo (que ha hecho a la nación de Israel la clave
para entender la revelación bíblica) con la Teología del Pacto (que ha hecho del
supuesto “pacto de gracia” la clave). 2 Juan 5:39, 46 3 Lucas 24:27
4
Efesios 1:8-10
75
LA LEY DE CRISTO
1
1 Corintios 12:12, 27; Efesios 1:22-23, 5:28-32
2
Romanos 2:28-29; 9:6-8; Gálatas 4:24-26; 6:15-16; Hebreos 12:22-24
3
Lucas 3:8-9
76
Principios de Interpretación
1
Romanos 11:28-29 2 Romanos 11:30-32 3 Romanos 11:23-27
4
Gálatas 4:30-31; ver versículos 21-31. 5 Mateo 5:3, 8 6 Sofonías 3:11-12
7
Hebreos 8:10 8 Hebreos 8:11; Juan 6:45 9 Hebreos 8:12 10 Romanos 15:8
11
2 Corintios 1:20
77
LA LEY DE CRISTO
1
Gálatas 3:16 2
1 Corintios 1:23 3
Deuteronomio 21:23
78
Principios de Interpretación
1
Isaías 53:4 2
Isaías 53:6 3
Isaías 53:4-5 4
Gálatas 3:8
79
Segunda Parte
Libertad de La Ley
Para entender correctamente la ley de Cristo, primero debemos
entender qué quiere decir la Biblia cuando dice que los cristianos han
“muerto a” y “han sido liberados de” la Ley. ¿Acaso la libertad de la
Ley quiere decir que ahora los cristianos pueden vivir en pecado?
¿Qué quiere decir no estar “bajo la ley” sino “bajo la gracia”? ¿Están
los cristianos libres de la maldición de la Ley, pero siguen estando
“en libertad condicional” con respecto a los requisitos de la Ley para
bendición y vida? ¿Cuál es la relación entre la ley de Cristo y la Ley
de Moisés? ¿Es una relación de continuidad, o de discontinuidad?
—¿o de ambas? ¿De qué manera los mandatos individuales de la Ley
de Moisés son todavía relevantes para nosotros como cristianos?
En el capítulo 7 se explora lo que significa que el cristiano
ha muerto a la Ley, y el capítulo 8 continúa el tema de que el
cristiano ha quedado libre de la Ley, mostrando la superioridad
de Cristo sobre Moisés. Como el tan esperado “profeta como
Moisés”, Cristo describe en el Sermón del Monte principios de
conducta para Su reino espiritual. Finalmente, en el capítulo 9
se considera la relevancia trascendental del Antiguo Testamento
para el cristiano. De este modo, después de establecer y explicar la
libertad del cristiano de la Ley, estaremos en posición de considerar
en la tercera parte la norma de vida para el creyente del Nuevo
Pacto: la ley de Cristo.
81
R epaso del C apítulo S eis
No Bajo La Ley
Pero ahora hemos quedado libres de la Ley, habiendo
muerto a lo que nos ataba, de modo que sirvamos en
la novedad del Espíritu y no en el arcaísmo de la letra.
Romanos 7:6
L a M aldición
¿En qué sentido están libres de la Ley los cristianos? La primera
respuesta a esta pregunta es que los cristianos están libres de la
1
Gálatas 5:1 2 Gálatas 5:1, 13 3 Romanos 6:14-15
4
Este material ha sido adaptado del capítulo 14 de mi libro Justification and
Regeneration (Título en español: Justificación y Regeneración)
83
LA LEY DE CRISTO
B endición y F avor
Los cristianos no sólo están libres de la maldición de la ley;
sino que también están libres de la aplastante carga7 de tener que
1
Gálatas 3:10 2 Juan 3:36 3 Mateo 25:41 4 Gálatas 3:13 5 Romanos 8:1
6
Hebreos 8:12 7 La obediencia perfecta representa una “carga aplastante”, no
porque la ley sea irracional en sus exigencias, sino porque el corazón del
84
No Bajo La Ley
guardar la Ley como un medio para obtener justicia y vida. Como vimos
en el capítulo 4, la Ley extiende la promesa de vida y bendición
a aquellos que establecen su propia justicia por medio de cumplir
la Ley.1 Solamente una persona en la historia de la humanidad
ha hecho esto; todos los demás han fallado por completo. Sólo El
Señor Jesucristo ha “cumplido toda la justicia”.2 Él no sólo pagó
por nuestros pecados; ¡Él vivió una vida de perfecta justicia que es
acreditada a nuestra cuenta, y habiendo recibido Su justicia, tenemos
derecho a la vida! No sólo recayó sobre Él la maldición que nos
correspondía a nosotros, sino que la bendición que le correspondía
a Él recayó sobre nosotros.
Bajo la Ley, los hombres se agotan (y fallan miserablemente)
tratando de merecer el favor de Dios y así recibir la vida eterna. Para
el cristiano todo es diferente. Pues mediante la justicia perfecta que
se le ha dado en la justificación, él ya tiene vida eterna; ya tiene la
sonrisa y el favor de Dios —¡todo debido a la obra de Cristo a su
favor! Dios se deleita en él y se regocija por él como un novio por
su novia: “Y como se regocija el esposo por la esposa, tu Dios se
regocijará por ti”.3 “¡Aquel día le dirán a Jerusalén: No temas, Sion;
no desfallezcan tus manos. El Señor tu Dios está en medio de ti,
guerrero victorioso; se gozará en ti con alegría, en su amor guardará
silencio, se regocijará por ti con cantos de júbilo”.4 Sabiendo que
todavía somos pecaminosos e indignos del deleite de Dios, nos
cuesta creer que Él puede realmente sentirse así por nosotros. ¡Pero
es así! ¡Él no sólo nos ama; nos ama mucho más de lo que podemos
entender —Su amor “sobrepasa el conocimiento”!5
El cristiano está libre de la Ley como un requisito para obtener
la vida eterna. Cristo no sólo lo ha redimido de la maldición de la
Ley; Él también ha obtenido para el cristiano todas las bendiciones
de vida y justicia. “Cristo nos redimió de la maldición de la Ley...
a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los
gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la
85
LA LEY DE CRISTO
1
Gálatas 3:13-14 2
Gálatas 3:8-9 3
Romanos 4:6-8 4
Mateo 25:34
5
Hebreos 12:6-8 6
Hebreos 12:10 7
1 Corintios 2:9 8
Salmo 23:6
86
No Bajo La Ley
R eglas E xternas
Es evidente por las secciones anteriores que algunos aspectos
de la “libertad de la Ley” que tiene el cristiano están relacionados
con la justificación. Él está libre de la maldición de la Ley, y libre
de la Ley como un medio para alcanzar la vida. Pero otro aspecto
de la libertad del cristiano de la Ley es un resultado directo de la
regeneración: El cristiano está libre de la Ley como una regla externa
que contradice su verdadera naturaleza y deseos. Esta libertad viene a
él mediante el milagro de un nuevo corazón.
Para comprender lo que esto significa, sólo necesitamos
considerar la condición de todo incrédulo: La Ley se impone sobre
él desde afuera y contradice sus verdaderos deseos, manteniéndolo
en un estado de continua cautividad y frustración. Le prohíbe las
cosas que él ama y le manda hacer las cosas que odia. Cuando estira
su mano para robar, la Ley le dice: “No robarás”. Cuando mira a
una mujer para codiciarla, la Ley le dice: “No cometerás adulterio”.
Una popular calcomanía para autos resume la condición del hombre
perdido de este modo: “Todo lo que me gusta es ilegal, inmoral,
o engorda”. La Ley obliga y refrena al hombre no regenerado
mediante temor y amenazas, y él la odia: “Ya que la mente puesta
en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios,
pues ni siquiera puede hacerlo”.1
Todo cristiano ha sido liberado de este estado de esclavitud.
Para él la ley ya no es una regla externa que contradice su verdadera
naturaleza y deseos. Más bien, la ley es interna; ha sido “escrita en
su corazón” en el milagro de la regeneración.2 Él es constreñido
por amor, no por la ley.3 Aunque el pecado todavía trata de “reinar”
en el “cuerpo mortal” del cristiano,4 y sus conflictos con el pecado
son muchos y feroces, sin embargo, a todo creyente le ha sido dada
una nueva naturaleza que ama la justicia. Lo que fluye de lo más
profundo de su ser se conforma a la ley y la cumple de manera
natural, porque “el amor es el cumplimiento de la Ley”.5 ¡Un
1
Romanos 8:7 2 Hebreos 8:10 3 2 Corintios 5:14 [RV60]
4
Romanos 6:12; 8:13 5 Romanos 13:8-10; Gálatas 5:14
87
LA LEY DE CRISTO
1
Ver mi libro Justificación y Regeneración, capítulos 4-13. 2 Gálatas 5:22-23
3
Gálatas 5:18 4 1 Timoteo 1:8-10 5 Hebreos 3:13 6 Efesios 6:11
7
Ver “Mandamientos específicos”, p. 140. 8 Hebreos 5:14 9 Romanos 12:2
10
1 Corintios 9:21 (griego “ennomos Christou”); ver Ap. E., P.13.
88
No Bajo La Ley
O ferta y D emanda
Una cuarta manera en que los cristianos han “muerto a la Ley”
se encuentra en la declaración de Pablo de que los cristianos “no
están bajo la ley, sino bajo la gracia”.1 Ellos han muerto a la Ley
en el sentido de que ya no viven en el ámbito de la “exigencia”, sino en el
reino de la “provisión”. Están “bajo” la gracia, no de la ley, como un
poder dominante, y viven en el reino donde la gracia “reina”.2 En
este reino nada depende finalmente del hombre; todo depende de
Dios. ¡Todo deseo por el bien y todo acto de obediencia es obrado
por la gracia de Dios en el creyente! “Porque Dios es quien obra en
vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito”.3
En el ámbito donde la gracia reina, Dios asume la responsabilidad
de obrar en mí a pesar de mis debilidades y fallas hasta que sea
perfectamente conformado a la imagen de Cristo. Aunque yo esté
conmocionado por mis fallas como cristiano, ¡Dios no lo está! Él ya
conocía todos mis pecados y fallas antes de haber puesto Su amor
sobre mí, y realmente controla y dirige mis fallas para mi propio
bien —para exponer mis debilidades y librarme de ellas.
Encontramos esta realidad bien ilustrada en los evangelios
cuando Pedro niega a Cristo:
1
Romanos 6:14 2
Romanos 5:21 3
Filipenses 2:13
89
LA LEY DE CRISTO
1
Ezequiel 36:25
90
R epaso del C apítulo S iete
A Él Oíd
Por tanto, hermanos míos, también a vosotros se os
hizo morir a la Ley por medio del cuerpo de Cristo,
para que seáis unidos a otro, a Aquel que resucitó de
entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
Romanos 7:4
93
LA LEY DE CRISTO
1
Gálatas 5:3; ver Apéndice C, “Civil, ceremonial y moral”. 2
Ver capítulo 11.
3
Romanos 7:12
94
A Él Oíd
1
Juan 6:14; ver también 1:21, 25.
95
LA LEY DE CRISTO
que los que hizo Moisés; Cristo habló “todo lo que Dios le mandó”
con tal perfección, que sólo Él era digno de que le pusieran atención
en literalmente “todo” lo que dijo, ¡y toda alma que no le hizo caso
fue “completamente exterminada” del pueblo!1
P rofeta , S acerdote y R ey
El Señor Jesucristo ha absorbido y reemplazado a Moisés como
Profeta, así como ha absorbido y reemplazado a Aarón como
Sacerdote, y a David como Rey. ¿Es Cristo un verdadero sacerdote?
¡Sí, Él es el único sacerdote real que jamás ha existido; el único
Hombre que realmente ha sido capaz de representar a los hombres
ante Dios, y verdaderamente ofrecer un sacrificio que pudiera quitar
los pecados de ellos! ¿Es Cristo un verdadero rey? ¡Sí, Él es el único
rey verdadero que jamás ha existido; un Soberano verdadero que
realmente reina sobre los hombres con toda autoridad, el Rey de
reyes y Señor de señores! ¿Es Cristo un verdadero profeta? ¡Sí, Él
es el único profeta verdadero que jamás ha existido, que habla las
palabras exactas2 del Padre y lo representa perfectamente.3 “Dios,
habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y
de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos
días nos ha hablado por Su Hijo”.4 ¡El Señor Jesucristo es un profeta
infinitamente mayor que Moisés!
1
Hechos 13:46; Romanos 11:17-20 2
Juan 3:34; 14:10, 24; 17:8 3
Juan 14:9
4
Hebreos 1:1-2
96
A Él Oíd
A É l O íd
Cuando Moisés profetizó de la venida de Cristo, sus
instrucciones fueron las siguientes: “Un profeta de en medio de ti,
de tus hermanos, como yo, te levantará el Señor tu Dios; a él oiréis”.
Es muy significativo que éstas fueran las mismas palabras de Dios
a los discípulos en el Monte de la Transfiguración.
97
LA LEY DE CRISTO
98
A Él Oíd
todas las cosas con la palabra de Su poder”.1 Sus palabras son las
mismas palabras de Dios,2 y Sus hechos son los mismos hechos
de Dios;3 ¡ver al Hijo es ver al Padre!4 En Sus palabras y en Sus
obras —en realidad, en Su Persona misma— el Hijo es la palabra final
de Dios a la humanidad.
P ero Y o os D igo
En un capítulo anterior consideramos el impresionante
despliegue de la gloria de Dios cuando dio la Ley en el Monte
Sinaí. ¡Sólo podemos imaginarnos lo que hubiera sido estar presente
en esa ocasión! Pero para aquellos con ojos para ver, hubo una
manifestación aun mayor de la gloria de Dios que aconteció
mil quinientos años después en un “monte” diferente, cuando
Dios Encarnado en la Persona de Jesucristo “subió al monte”,
y “abriendo Su boca les enseñaba diciendo: Bienaventurados los
pobres en espíritu…”
Es en este “Sermón del Monte”5 que el Señor Jesús establece
los principios de conducta para Su reino espiritual. Seis veces,6 Él
comienza con “se dijo a los antepasados” o “se dijo” y termina con
el contraste: “pero yo os digo”:
1
Hebreos 1:3 2 Juan 3:34; 12: 49-50 3
Juan 5:19; 14:10 4
Juan 14:7-9
5
Mateo 5-7 6 Mateo 5:21-48
99
LA LEY DE CRISTO
Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.”
Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes bien, a
cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele
también la otra.
1
Mateo 5:17 2
Ver Apéndice E, P. 16. 3
Ver capítulo 9.
100
A Él Oíd
Pacto y el Nuevo Pacto. Dios hizo el Antiguo Pacto con una nación
física de personas que en su mayoría no eran regeneradas.1 Él hace
el Nuevo Pacto con una nación espiritual de personas cien por ciento
regeneradas.2 Como consecuencia, las leyes asociadas con los dos
pactos son diferentes. Por ejemplo, cuando Dios mandó “ojo por ojo
y diente por diente”, Él estaba estableciendo principios de estricta
justicia y equidad dentro de una nación civil. Estos principios eran
vitales para la preservación de la sociedad, y también sirvieron para
enseñar la imposibilidad de perdón sin la satisfacción de la justicia.
En contraste con esto, cuando Jesús dice: “Pero yo os digo: No
resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla
derecha, vuélvele también la otra”, Él no está estableciendo reglas
para el gobierno de una nación civil, sino que está describiendo el
tipo de vida que Su pueblo regenerado ha de vivir en medio de un
mundo hostil y anticristiano.
Asimismo, donde la Ley decía: “No cometerás adulterio”,
estaba estableciendo uno de los estatutos de una sociedad teocrática
donde el adulterio era castigado con la muerte. Debido a que los
jueces civiles no tenían forma de discernir “adulterio en el corazón”,
claramente es el acto físico del adulterio lo que estaba previsto en
este mandamiento. Lo mismo ocurre con respecto a la prohibición
de matar, que en la Ley tenía que ver con el asesinato propiamente
tal, y no con una actitud de enojo. Esto no quiere decir que las
personas piadosas en el Antiguo Testamento no supieran que
pensamientos de lujuria3 o de odio4 eran malos, pero sí ilustra el
hecho de que muchos de los mismos preceptos de la Ley de Moisés
trataban más con cuestiones externas que con cuestiones internas.5
En cambio, el Sermón del Monte (y el Nuevo Testamento en
general) se centra en lo que es interno y espiritual, enfatizando
motivos escondidos y actitudes del corazón. Es por eso que el
Señor comienza la serie de comparaciones citadas anteriormente
en Mateo 5, advirtiéndonos que “si vuestra justicia no supera la
1
Deuteronomio 29:4; Salmo 95:8-11; Hebreos 3:7-19; 8:8-9; 1 Corintios 10:1-11;
etc. 2 Juan 6:45; Hebreos 8:8-12 3 Job 31:1 4 Levítico 19:17
5
Hebreos 9: 8-14; Marcos 7:18-23
101
LA LEY DE CRISTO
1
Mateo 5:20 2 Filipenses 3:5-6; ver también Mateo 19:16-20.
3
Mateo 23:27-28 4 Mateo 5:3-11 5 Mateo 5:21-26; 1 Juan 2:9-11; 3:14-15
6
Mateo 5:44-48 7 Mateo 5:27-30 8 Mateo 5:33-37 9 Jeremías 13:23
102
A Él Oíd
E sclavos vs . H ijos
Y antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley,
confinados para la fe que había de ser revelada. De manera
que la Ley ha venido a ser nuestro ayo para conducirnos
a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe. Pero
ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo ayo, pues
todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús….
103
LA LEY DE CRISTO
1
Deuteronomio 13:11
104
A Él Oíd
1
Gálatas 5:13
105
R epaso del C apítulo O cho
El M ás P equeño de
Estos M andamientos
No penséis que he venido para abolir la Ley o los Profetas;
no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en
verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no
se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Ley
hasta que toda se cumpla. Cualquiera, pues, que anule
uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños,
y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el
reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los
enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los
escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Mateo 5:17-20
1
Hebreos 8:13 2
Efesios 2:14-15 3
Gálatas 3:24
107
LA LEY DE CRISTO
1
2 Timoteo 3:15-17 2
Santiago 1:17 3
Mateo 2:4-6 4
Hechos 2:29-32
5
Mateo 22:43-44
108
El Más Pequeño de Estos Mandamientos
1
Ver Apéndice E, P. 15.
109
LA LEY DE CRISTO
1
Ver RV60. 2
Deuteronomio 22:9-11
110
El Más Pequeño de Estos Mandamientos
puede ser, sobre todo cuando sabemos por las enseñanzas de Jesús
en otros lugares,1 que son precisamente tales mandamientos los que
los cristianos ya no están obligados a cumplir? ¿Cómo es que se
puede decir que los que están “en el reino de los cielos” “guardan
y enseñan” estos mandamientos?
Parte de la respuesta a esta pregunta se encuentra en la segunda
carta de Pablo a los corintios: “No estéis unidos en yugo desigual
con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la
iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?”.2 Cuando
Pablo habla aquí de estar en “yugo desigual”, se está refiriendo
al mandamiento de Dios en Deuteronomio 22:10 contra el arar
con buey y asno juntos. Fíjate en lo que Pablo ha hecho con este
versículo. ¡Él ha tomado un mandamiento del Antiguo Pacto acerca
de arar con un buey y un asno juntos, y ha aplicado sus principios
a los cristianos! ¿Por qué mandaría Dios a los judíos que no araran
con buey y asno juntos? ¡Porque uno era una bestia limpia y la otra
era inmunda!3 Asimismo, Pablo dice que el cristiano no debe estar
“en yugo desigual” con alguien que sea incrédulo. Vemos, entonces,
que como cristianos, nosotros sí guardamos Deuteronomio 22:10,
¡y lo guardamos de una manera más profunda y completa que la
que jamás lo hicieron los judíos!
Otra ilustración de este principio se ve en 1 Corintios 9:6-10.
1
Ver, por ejemplo, Marcos 7:18-19; compara con Hechos 10: 9-15, 28-29.
2
2 Corintios 6:14 3 Levítico 11:1-8
111
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 2:26
112
El Más Pequeño de Estos Mandamientos
113
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 13: 9-10; Gálatas 5:14; ver capítulo 16. 2 Romanos 8:4
3
Efesios 6:1-3 4 Deuteronomio 5:16 5 Ver también Éxodo 20:12.
6
Por ejemplo: Proverbios 3:1-2, 16; 4:10; 9:11; 10:4, 27; 22:4; 24:3-4.
7
2 Corintios 8:2 8 Hechos 7:58-60
114
El Más Pequeño de Estos Mandamientos
B uscando a C risto
Sobre todo, deberíamos buscar a Cristo en las páginas del Antiguo
Testamento. Podemos hacer esto con absoluta confianza, ya que
sabemos que “Moisés escribió de Él”.4 Según el Señor Jesús, “ellas
(las Escrituras del Antiguo Testamento) son las que dan testimonio
de mí”.5 No sólo las leyes, sino también muchos de los acontecimientos
históricos que tuvieron lugar en el Antiguo Testamento fueron
determinados por Dios para prefigurar la Persona y obra de Cristo.
Cristo es el “maná” real, el “verdadero pan del cielo” que “da vida
al mundo”.6 Él también es “nuestra Pascua”7 y la “roca espiritual”
“de la cual los Israelitas bebieron en el desierto!8 ¡Cristo está en
todas partes en el Antiguo Testamento!
Hudson Taylor (1832-1905), misionero en China, relata
una experiencia que tuvo mientras viajaba en uno de sus viajes
misioneros que ilustra muy bien esta realidad:
1
Romanos 15:4 2 1 Corintios 10:11 3 Mateo 22:31-32; Éxodo 3:6 4
Juan 5:46
5
Juan 5:39 6 Juan 6:31-35 7 1 Corintios 5:7 8 1 Corintios 10:4
115
LA LEY DE CRISTO
1
Hudson Taylor, Separation and Service (Separación y servicio) (London: Morgan &
Scott, n.d.) 7-8. 2 Separation and Service 3 Salmo 119:18 (RV60)
116
Tercera Parte
La Ley de C risto
La ley de Cristo es superior a cualquier otra revelación de la
ley porque emana de Su “nuevo mandamiento” de que tenemos
que “amar como Él amó”. Este amor semejante al de Cristo encarna y
cumple la esencia de la ley y nos da la máxima revelación imaginable
del estándar por el cual debe vivir el hombre. En conformidad con
este hecho, el amor es el énfasis central del Nuevo Testamento en
relación con la vida y la conducta del cristiano. Debido a que Cristo
mismo es nuestra “ley”, la “ley de Cristo” presenta un estándar a
la vez maravilloso e imposible. Sólo puede cumplirse en nuestras
vidas mientras Cristo mismo, en la Persona del Espíritu Santo, viva
Su vida a través de nosotros.
Los capítulos 10 al 13 exploran el significado y la centralidad
del “mandamiento nuevo” de Cristo y de la “ley del amor”. Luego
el capítulo 14 explica por qué el amor bíblico y verdadero siempre
debe ser definido en términos de las propias acciones de Cristo;
el Nuevo Testamento enseña ética al apelar al ejemplo de Cristo
mismo. En el capítulo 15 se ilustran las implicaciones prácticas
del nuevo mandamiento de Cristo a “amarse unos a otros”, por las
muchas exhortaciones “unos a otros” del Nuevo Testamento. En
el capítulo 16 se considera la simplicidad de la ley de Cristo —los
cristianos no viven por una “lista de normas”. Después, el capítulo
17 explora con más detalle la superioridad de la ley de Cristo con
respecto a la Ley de Moisés; y los capítulos 18-19 intentan poner
la ley de Cristo en su propio contexto, como parte del dominante
“ministerio del Espíritu” en el Nuevo Pacto.
119
R epaso del C apítulo N ueve
El Nuevo M andamiento
A los que están sin ley, como sin ley (aunque no
estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo)
1 Corintios 9:21
121
LA LEY DE CRISTO
N uevo P acto
Cuando pensamos en el mandamiento “nuevo”, debemos
recordar que éste no fue la única cosa que fue “nueva” aquella
tarde en el Aposento Alto: “De la misma manera tomó la copa
después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en
mi sangre, que es derramada por vosotros”.1 El nuevo mandamiento
se llama “nuevo” porque acompaña a un pacto nuevo. Cuando se
dio el Antiguo Pacto hubo una comida de pacto, el derramamiento
de sangre y el establecimiento de mandamientos que el pueblo
debía obedecer.2 Asimismo, cuando se da el Nuevo Pacto hay una
comida de pacto (la primera “Cena del Señor”), el derramamiento
de la sangre de Cristo y nos da un “mandamiento nuevo” para que
lo obedezcamos. Este “mandamiento nuevo” no es algún tipo de
código legal nuevo, o una lista de normas que deben observarse,
sino un recordatorio de lo que es verdaderamente importante en la
vida cristiana.
¡Piénsenlo, amados! Bajo el Antiguo Pacto había todo tipo
de leyes y regulaciones que debían seguirse meticulosamente
—de hecho, ¡seiscientas trece! Bajo el Nuevo Pacto, ¡hay un solo
1
Lucas 22:20 2
Éxodo 24:7-11
122
El Nuevo Mandamiento
N uevo E jemplo
El nuevo mandamiento es “nuevo” porque está asociado a un
nuevo pacto. Pero también es “nuevo” porque le da una profundidad
de significado totalmente nueva a la palabra “amor”. Esto es obvio
por el hecho de que nuestro Señor no sólo dijo: “Un mandamiento
nuevo os doy: que os améis los unos a los otros”. En cambio, Él
dijo: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a
los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los
otros”. En otras palabras, el estándar del cristiano no es solamente el
“amor”, ¡sino un amor de la misma calidad y magnitud que Cristo mismo
manifestó en Su encarnación y muerte en la cruz! Indudablemente
este es un mandamiento “nuevo”, porque es la revelación más alta,
clara y brillante que jamás ha sido o podría ser dada al ser humano
del estándar por el cual debe vivir el hombre. No puede haber nada
más exigente, o más demandante, o más maravilloso que esto —¡amar
a otros en la misma forma y hasta el mismo grado en que Cristo
nos amó a nosotros! Nunca nadie ha comprendido por completo
la trascendencia de estas palabras, ni jamás nadie ha comenzado a
vivir a la altura de ellas. Vamos a examinar más extensamente las
implicaciones de estas palabras en un capítulo posterior.
N ueva C reación
Hay una tercera razón del por qué el nuevo mandamiento es
“nuevo”. Juan destaca esto en su primera epístola: “Amados, no os
escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo,
que habéis tenido desde el principio; el mandamiento antiguo es la
palabra que habéis oído. Por otra parte, os escribo un mandamiento
nuevo, el cual es verdadero en Él y en vosotros, porque las tinieblas van
123
LA LEY DE CRISTO
L a L ey del A mor
¡El amor es la “ley” que Dios “escribe en el corazón” de todo
creyente nuevo! Esto se hace evidente cuando consideramos lo que
sucede en la regeneración: “Porque éste es el pacto que yo haré con
la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis
leyes en la mente de ellos, y las escribiré sobre sus corazones. Y yo
seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”.10 ¿Qué significa que Dios ha
escrito Sus leyes sobre nuestros corazones? El nuevo creyente no
se va a encontrar instintivamente no queriendo encender fuego en
su vivienda desde las seis de la mañana del viernes hasta las seis
de la tarde del sábado.11 Ni tampoco de repente se encuentra no
1
1 Juan 2:7-8 2
Levítico 19:18 3 2 Corintios 5:17 4 Ezequiel 36:26-27
5
Mateo 12:33 6
Juan 3:3-8 7 Romans 6:4 8 1 Tesalonicenses 4:9
9
1 Juan 3:14 10
Hebreos 8:10 11 Éxodo 35:3; Levítico 23:32
124
El Nuevo Mandamiento
1
Deuteronomio 22:11
2
Romanos 8:28; 1 Corintios 16:22; Efesios 6:24; 1 Pedro 1:8; etc.
3
1 Juan 3:10-15; 4:7-8; etc.
125
R epaso del C apítulo D iez
La Esencia de la Ley
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda
tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer
mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás
a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos
dependen toda la Ley y los Profetas. Mateo 22:37-40
127
LA LEY DE CRISTO
Aquí aprendemos del Señor Jesucristo que guardar los dos grandes
mandamientos es por sí mismo suficiente para merecer la vida eterna. ¡Todos
los requisitos morales más gravosos de la Ley evidentemente se
cumplen al guardar estos dos! Son estos dos mandamientos los
que constituyen la esencia de la Ley.
L a L ey —S u E sencia
Cualquier discusión sobre la “esencia de la ley” debe tener
como su punto de partida el propio Ser y el carácter de Dios mismo.
Aparte de Dios, no hay ley —ni correcto o incorrecto, ni bueno o malo.
Específicamente, no hay ningún estándar de “bondad” fuera de
Dios al cual Él se deba someter para ser bueno. Dios mismo, en la
libertad perfecta de Su voluntad y ser, es el estándar por el cual se
define toda bondad. Lo que es semejante a Dios es “bueno”; lo que
no es semejante a Dios es “malo”. Cuando este principio se aplica
a la raza humana, significa que los hombres deben ser moralmente
semejantes a Dios para ser buenos; y todos los hombres que no son
semejantes a Dios, por definición y en realidad son malos.
Entonces, en su esencia, la “Ley” no es un decreto arbitrario,
sino una necesidad basada en el propio Ser de Dios. La Ley es una
expresión del carácter de Dios en cuanto ese carácter se relaciona
con el orden creado. Puesto que Dios “es” amor,2 y las criaturas
racionales y morales de Dios deben ser semejantes a Él para ser
buenas, los hombres necesariamente están obligados a amar, simplemente
debido a quién es Dios. Cualquier falta de amor es pecado.
1
Comparar Levítico 18:5. 2
1 Juan 4:8, 16; ver Apéndice B.
128
La Esencia de la Ley
L a L ey —M aravillosa y A terradora
Como una expresión necesaria del propio carácter de Dios,
la ley es a la vez maravillosa y aterradora. Es maravillosa, ya que
describe todo lo que es moralmente hermoso, deseable y divino
—los caminos del amor, la justicia, la paz y la vida. Es aterradora, ya
que explica la condenación segura y la destrucción —la separación
de Dios— para todos aquellos cuyas vidas son una contradicción
del Dios al que esa ley señala. Por eso la existencia de Dios es tanto
la mejor noticia imaginable, como la peor noticia imaginable para
la humanidad caída. Así como es cierto que hay un Dios que es
todo glorioso, todo justo y autoexistente, también es cierto que
1
Salmo 36:9 2
Ezequiel 18:4
129
LA LEY DE CRISTO
L a L ey —S us A plicaciones
Como se señaló anteriormente, la obligación esencial de todos
los hombres en todos los tiempos es inmutable. Sin embargo,
es importante entender que las aplicaciones específicas de esta
obligación no han sido igualmente claras a todos los hombres en
todos los tiempos. De hecho, las implicaciones de lo que significa
—en términos de acciones concretas— amar a Dios por sobre todo
y amar al prójimo como a uno mismo ha sido revelado más y más
claramente conforme ha ido pasando el tiempo y ha diferido bajo diversas
circunstancias:
• Para el gentil —el hombre sin la Biblia— han sido reveladas
sólo por medio de la naturaleza y la conciencia, “la obra de la
Ley escrita en el corazón”.2
• Para el judío, fueron expuestas con todo lujo de detalles
en términos del Pacto Mosaico. Debido a las circunstancias
especiales de ese pacto, el amor a Dios y al hombre en el
contexto de la Ley Mosaica implicaba la obediencia a
los mandamientos que ahora reconocemos como típicos,
ceremoniales y civiles, al igual que aquellos que eran “de
1
Hechos 15:10; 1 Juan 5:3 2
Romanos 2:14-16
130
La Esencia de la Ley
L a L ey E scrita en el C orazón
Cuando Pablo describe a los gentiles como “los que están sin ley”,1
él no se refiere a esto en un sentido absoluto. Aunque los gentiles
nunca hayan visto una Biblia u oído de los Diez Mandamientos,
no obstante tienen un conocimiento innato de Dios, y del bien y el
mal. Cuando una víbora venenosa se prendió en la mano de Pablo
en la isla de Malta, los nativos dijeron: “Sin duda que este hombre
es un asesino, pues aunque fue salvado del mar, la justicia no le ha
concedido vivir”.2 ¿Cómo sabían que el asesinato era malo? ¿Y cómo
sabían que “la justicia” requería que el asesinato se castigara con la
muerte del ofensor? Según Pablo, ellos sabían esto por “la obra de
1
1 Corintios 9:21 2
Hechos 28:1-6
131
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 2:14-16 2 Romanos 13:9-10 3
Mateo 7:12 4
1 Timoteo 4:2
5
Isaías 5:20 6 Romanos 1:24, 26, 28
132
La Esencia de la Ley
L a L ey de M oisés
Cuando la Ley de Moisés fue dada a los judíos, no estableció
ninguna “ley nueva” en cuanto a esencia (una imposibilidad, porque
la esencia de la ley de Dios nunca puede cambiar). Sí expuso más
claramente (y en términos de mandamientos específicos y concretos)
los deberes que todos los hombres habían conocido anteriormente
por la ley de la conciencia. Ante este código claramente escrito, la
“pecaminosidad” del pecado se hizo aún más aparente.5 Además, la
Ley de Moisés estableció varios mandamientos nuevos relacionados
a las circunstancias particulares de la teocracia. Como se mencionó
anteriormente, el “amor a Dios” bajo la teocracia implicaba
obediencia a muchos mandamientos que ahora reconoceríamos
como ceremoniales o civiles, así como también aquellos que eran
“de más peso” y relacionados directamente con el carácter de
1
Romanos 1:32 2 Génesis 6:5 3 Génesis 18:20-19:25; Romanos 1:26-27
4
Génesis 19:7 5 Romanos 5:20; 7:13
133
LA LEY DE CRISTO
L a L ey de C risto
Al igual que la Ley de Moisés no estableció ninguna ley nueva
en cuanto a su esencia (una imposibilidad), pero sí estableció más
1
Ver Apéndice C. 2 Compárese con Mateo 12:3-4 3
Éxodo 4:24-26
4
1 Corintios 7:19; Gálatas 6:15 5 Mateo 23:23
134
La Esencia de la Ley
1
Ver capítulo 14. 2
Romanos 8:28 3 1 Corintios 16:22 4
1 Tesalonicenses 4:9;
1 Juan 3:14; etc. 5
1 Juan 3:14 6 1 Juan 4:8
135
R epaso del C apítulo O nce
A mor y Ley
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros;
porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley. Porque
esto: No cometerás adulterio, no matarás, no hurtarás,
no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en estas
palabras se resume: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. El amor no hace mal al prójimo; por tanto, el
amor es el cumplimiento de la ley. Romanos 13:8-10
1
Ver capítulo 14.
137
LA LEY DE CRISTO
1
Mateo 7:12 2
Gálatas 5:13-14
138
Amor y Ley
1
1 Corintios 13:4-8 2 Éxodo 20:13-16 3 Éxodo 20: 3-7 4
Levítico 19:14
5
Deuteronomio 22:8 6 Éxodo 21:29 7 Éxodo 21:33-34 8
Marcos 16:15
9
1 Juan 3:17 10 Romanos 14:15 11 Capítulo 11, p. 132. 12
Romanos 1:26-31
13
Romanos 13:9 14 Romanos 13:10
139
LA LEY DE CRISTO
M andamientos E specíficos
El hecho de que el verdadero amor cumple la ley naturalmente,
sólo por actuar de acuerdo a lo que es, no quiere decir que los cristianos
no tienen necesidad de mandamientos concretos. ¡Las muchas
instrucciones, amonestaciones y advertencias encontradas en el
Nuevo Testamento, proporcionan abundantes pruebas de que los
necesitamos! Estos mandamientos son necesarios porque todavía
no hemos “llegado a ser” completamente, en la práctica, quienes ya
“somos” en lo más íntimo de nuestro ser. Los cristianos no han sido
todavía completamente conformados a la nueva naturaleza que
Dios les ha dado o a los nuevos deseos que Él ha “escrito en sus
corazones”. Debido al “engaño”1 del pecado, la sutileza de Satanás,2
y la corrupción que queda de su carne,3 todavía están en necesidad
desesperada de instrucción específica, incluso en asuntos que se
relacionan directamente con la esencia de la ley. Para guiarnos en
esta dirección, las palabras y el ejemplo de Cristo mismo establecen
el patrón supremo para el comportamiento cristiano y nos definen
lo que es el verdadero amor.4
Los mandamientos de Cristo no son “gravosos”5 para el creyente.
Debido a que la “ley del amor” ha sido escrita en su corazón, él
encuentra que los caminos de su Maestro son sumamente hermosos,
y su deleite está en la “ley” de su Señor. Los mandamientos de
Cristo son un gozo a su corazón, y está agradecido por cada uno
de ellos mientras busca crecer en gracia.
El cristiano también está agradecido por todas las otras
exhortaciones y mandamientos del Nuevo Testamento, además
de la revelación del carácter y de los caminos de Dios dados en
el Antiguo Testamento. La palabra de Dios es una lámpara a sus
pies y una luz para su camino.6 Los mandamientos de Dios lo
hacen más sabio que sus enemigos, y Sus testimonios le dan más
discernimiento que a todos sus maestros.7 Atesora la palabra de
Dios en su corazón para no pecar contra Él.8 Sigue el ejemplo de su
1
Hebreos 3:13 2 Génesis 3:1; 2 Corintios 11:3 3 Gálatas 5:16-21 4
Ver
capítulo 14. 5 1 Juan 5:3 6 Salmo 119:105 7 Salmo 119:98-99
8
Salmo 119:11
140
Amor y Ley
Señor usando la “espada del Espíritu” para vencer las artimañas del
diablo.1 Estudia la Biblia diligentemente y con ello examina cada
enseñanza y práctica.2 Debido a que “la palabra de Dios es viva y
eficaz y más cortante que cualquier espada de dos filos, penetra
hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los
tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del
corazón”,3 el cristiano depende de sus enseñanzas y mandamientos
para examinar sus motivaciones y conducta. Dándose cuenta de
la corrupción que queda en su carne, él comprende que cuando la
Biblia dice que algo está mal, no debe atreverse a confiar en sus
sentimientos subjetivos acerca de eso. En lugar de eso, le pide a Dios
que le “renueve su mente”4para conocer y creer “la verdad” que lo
“hará libre”5 del poder del pecado. En síntesis, él se da cuenta de
que “toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para
reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra”,6 y
bendice a Dios por las instrucciones gloriosas y las consolaciones
contenidas en sus páginas.
M andamientos “N o E senciales ”
El hecho de que el verdadero amor cumple la ley naturalmente,
simplemente actuando de acuerdo a lo que es, no quiere decir que
los cristianos no tienen necesidad de mandamientos concretos. De
la misma manera, el hecho de que todos los otros mandamientos
“dependen” del amor, no significa que todo mandamiento (ya sea
del Antiguo Testamento o del Nuevo) puede ser lógicamente deducido
del amor. Algunos mandamientos no tienen relación directa con el
amor en absoluto, o con la esencia de la ley. La circuncisión es
un ejemplo del Antiguo Testamento;7 el bautismo es un ejemplo
del Nuevo. Estos mandamientos “no esenciales” son dados por
Dios en Su sabiduría para circunstancias y períodos de tiempo
particulares. Aunque son “no esenciales” (en el sentido de que no
1
Mateo 4:4, 7, 10; Efesios 6:17 2 1 Timoteo 6:3 3 Hebreos 4:12 4 Romanos
12:1-2; Efesios 4:20-24 5 Juan 8:31-32 6 2 Timoteo 3:16-17 7 Gálatas 5:6
141
LA LEY DE CRISTO
C onclusión
El amor no es un mandamiento entre muchos; el amor es el
mandamiento. O, para decirlo de otra manera, amar es el deber
supremo del hombre. ¡El amor está en el centro mismo de la vida
piadosa! ¡El propósito de nuestra instrucción es el amor!2 Los hombres
perdidos que tratan de conformar su conducta en torno al “amor”,
lo pervertirán hasta convertirlo en algo malvado. De hecho, ¡“la
ley” (en la forma de prohibiciones especificadas), fue instituida para
tales hombres!3 ¡Pero los cristianos que conforman su conducta en
torno al amor se encontrarán inconscientemente “cumpliendo” la
ley! El amor es el estándar de vida supremo del cristiano, abarcando
y cumpliendo todos los otros deberes. El amor es también su deleite
supremo, ¡porque la “ley del amor” ha sido escrita dentro de él y el
Espíritu de amor ha venido a morar en su corazón!
La ley, en su esencia, no es nada más que la obligación a amar. Y
el amor —actuando de acuerdo a su propia naturaleza en el orden
creado donde Dios lo ha puesto— 4 es el cumplimiento de la ley.
1
Juan 14:15, 21, 23-24; comparar con 1 Juan 2:3-4. 2
1 Timoteo 1:5
3
1 Timoteo 1:8-11 4 Ver Apéndice E, P. 17.
142
R epaso del C apítulo D oce
Mateo 7:12 —“Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los
hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esta es
la Ley y los Profetas.”
1
Ver Apéndice G.
145
LA LEY DE CRISTO
Mateo 12:1-8 —“Por aquel tiempo Jesús pasó por entre los
sembrados en el día de reposo; Sus discípulos tuvieron hambre,
y empezaron a arrancar espigas y a comer. Y cuando lo vieron
los fariseos, le dijeron: Mira, tus discípulos hacen lo que no
es lícito hacer en el día de reposo. Pero Él les dijo: ¿No habéis
leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron
hambre, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes
consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que
estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no habéis leído
en la Ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo
profanan el día de reposo y están sin culpa? Pues os digo que
algo mayor que el templo está aquí. Pero si hubierais sabido lo
que significa: “Misericordia quiero y no sacrificio”, no hubierais
condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor
del día de reposo.”
1
Mateo 23:24 2
Marcos 12:32-34
146
La Centralidad del Amor
147
LA LEY DE CRISTO
148
La Centralidad del Amor
1
Romanos 14:14 2
1 Corintios 8:13 3
Romanos 14:15
149
LA LEY DE CRISTO
1
Números 24:2; 2 Pedro 2:15; Apocalipsis 2:14; Mateo 7:22-23
150
La Centralidad del Amor
1
Gálatas 5:19-21
151
LA LEY DE CRISTO
152
La Centralidad del Amor
153
LA LEY DE CRISTO
1
LBLA; RV60 2
DHH 3
Gálatas 5:23
154
La Centralidad del Amor
Aquí Santiago habla del amor como de “cumplir la ley real” [“la
ley de nuestro Rey”]. Esta “ley real” del amor es llamada también
la “ley de la libertad”. Santiago la aplica directamente a nuestra
obligación de mostrar misericordia, y a tratar al pobre con el mismo
respeto que al rico. El favoritismo es una infracción a la ley del amor
y es, por consiguiente, un pecado. El juicio será sin misericordia
para aquellos que no han mostrado misericordia (es decir, que han
quebrantado por completo la ley del amor).1
1
Ver Mateo 18:23-35.
155
LA LEY DE CRISTO
1
Proverbios 10:12; 17:9
156
La Centralidad del Amor
157
R epaso del C apítulo T rece
C omo Yo Os He Amado
Amaos los unos a los otros, como yo os he amado.
Juan 13:34
1
1 Juan 2:6
159
LA LEY DE CRISTO
1
1 Timoteo 6:3-4 2
1 Timoteo 1:5-11 3
1 Juan 5:3
160
Como Yo Os He Amado
S iguiendo a C risto
Entonces Jesús dijo a Sus discípulos: Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame. Mateo 16:24
S irviendo
Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó Su
manto, y sentándose a la mesa otra vez, les dijo: ¿Sabéis
lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro y Señor;
y tenéis razón, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro,
os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a
otros. Porque os he dado ejemplo, para que como yo os he hecho,
vosotros también hagáis.” Juan 13:12-15
1
Marcos 1:17; Juan 1:43; Lucas 5:27-28; 9: 57-62; Marcos 8:34; 10:21; Juan
10:4-5, 27; 12:26; 13:36-38, etc. 2 Mateo 4:18-19 3 Juan 21:19-22
4
Juan 13:3-5
161
LA LEY DE CRISTO
162
Como Yo Os He Amado
D ando
Mas así como vosotros abundáis en todo: en fe, en palabra,
en conocimiento, en toda solicitud, y en el amor que hemos
inspirado en vosotros, ved que también abundéis en esta
obra de gracia. No digo esto como un mandamiento, sino
para probar, por la solicitud de otros, también la sinceridad
de vuestro amor. Porque conocéis la gracia de nuestro Señor
Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se
hizo pobre, para que vosotros por medio de Su pobreza llegarais
a ser ricos. 2 Corintios 8:7-9
1
Mateo 18:21-35 2
2 Corintios 9:7
163
LA LEY DE CRISTO
A ndando en A mor
Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos,
maledicencia, así como toda malicia. Sed más bien
amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos
unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo.
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andad
en amor, así como también Cristo os amó y se dio a Sí mismo
por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante
aroma. Efesios 4:31-5:2
164
Como Yo Os He Amado
Aquí Juan nos dice que “en esto conocemos el amor: en que
Él puso su vida por nosotros”. En otras palabras, la naturaleza
del amor verdadero es conocida y demostrada por las acciones de
Cristo. Mediante Su ejemplo, Él define lo que es el amor verdadero
y fija el estándar que nosotros debemos seguir. Al tener en cuenta
Su gran amor por nosotros, debiéramos poner nuestras vidas por
los hermanos.
N o D evolviendo M al por M al
Pues, ¿qué mérito hay, si cuando pecáis y sois tratados con
severidad lo soportáis con paciencia? Pero si cuando hacéis
lo bueno sufrís por ello y lo soportáis con paciencia, esto
halla gracia con Dios. Porque para este propósito habéis
sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros,
dejándoos ejemplo para que sigáis Sus pisadas, el cual no
cometió pecado, ni engaño alguno se halló en Su boca;
y quien cuando le ultrajaban, no respondía ultrajando;
cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba
a aquel que juzga con justicia… 1 Pedro 2:20-23
P aciencia
Corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador
165
LA LEY DE CRISTO
H umildad
Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con
actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro
como más importante que a sí mismo, no buscando cada
uno sus propios intereses, sino más bien los intereses
de los demás. Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo
también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma
de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a
qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo tomando
forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y
hallándose en forma de hombre, se humilló a Sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 2:3-8
166
Como Yo Os He Amado
1
Números 12:3
167
R epaso del C apítulo C atorce
V ersículos con
“Unos a Otros”
Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a
los otros; que como yo os he amado, así también os améis
los unos a los otros. Juan 13:34
169
LA LEY DE CRISTO
que son descritas con todo lujo de detalles en el Nuevo Testamento. Las
exhortaciones relativas a “los unos a los otros” toman la justicia de
Cristo del ámbito de la teoría y la ponen en el ámbito del diario vivir
sacrificial. Ellas muestran la naturaleza radical del cristianismo
neotestamentario, donde no hay “griego y judío, circunciso e
incircunciso, bárbaro, escita, esclavo o libre, sino que Cristo es
todo, y en todos”.1 En este ámbito, ¡judíos libres abrazan a esclavos
gentiles como “hermanos amados”, y ex-homosexuales “ponen sus
vidas” por ex-fariseos!
Aunque estos versículos se catalogan casi sin comentario, se
espera que su tremenda importancia se haga sentir, y que los
lectores vuelvan a este capítulo repetidamente después de haber
leído el libro. De ser así, este capítulo será posiblemente el más
revolucionario y el que pueda cambiarnos más la vida. “Si sabéis
esto, seréis felices si lo practicáis.”2
1
Colosenses 3:11 2
Juan 13:17; comparar con vv. 14-15.
170
Versículos con “Unos a Otros”
171
LA LEY DE CRISTO
1
1 Corintios 8:1
172
Versículos con “Unos a Otros”
173
LA LEY DE CRISTO
1
1 Corintios 13:4-5 2
1 Pedro 4:8 3
1 Corintios 13:4-5
174
Versículos con “Unos a Otros”
Efesios 4:32 “Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó
en Cristo.”
Colosenses 3:13 “soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a
otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó,
así también hacedlo vosotros.”
1
1 Corintios 13:6 2
Efesios 4:15
175
LA LEY DE CRISTO
1
Efesios 4:2-3 2
Proverbios 13:10 3
1 Corintios 13:4-5 4
Santiago 3:16, 18
176
Versículos con “Unos a Otros”
177
R epaso del C apítulo Q uince
La Ley de C risto
He aquí mi Siervo, a quien yo sostengo, mi escogido, en
quien mi alma se complace. He puesto mi Espíritu sobre
Él… y su ley esperarán las costas. Isaías 42:1, 4
1
Ver capítulo 14. 2 Por ejemplo, 1 Corintios 14:37-38; 2 Tesalonicenses 3:12-15;
etc. 3 2 Timoteo 3:16-17; Mateo 5:17-19
179
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 13:8-10; Gálatas 5:14; ver también Mateo 7:12 y Lucas 10:25-28.
2
Levítico 19:27-28 3 1 Corintios 6:12; ver Apéndice E, P. 19.
180
La Ley de Cristo
1
Juan 14:25-26; 16:12-15 2
Efesios 6:9 3
Colosenses 4:1 4
Filemón 15-17, 21
181
LA LEY DE CRISTO
1
Gálatas 3:28 2 Filemón 16 3 Deuteronomio 14:26; Salmo 104:14-15; además,
ver también Proverbios 31:3-7. 4 1 Corintios 8:13 5 Gálatas 5:13
6
Ver, por ejemplo, 1 Corintios 9:3-18, especialmente vv. 12, 15, 18.
182
La Ley de Cristo
1
Romanos 2:18 2
Romanos 12:1-2
183
LA LEY DE CRISTO
¿Q uién M e B esó ?
Esta realidad está bien ilustrada por un relato de la vida de
Evangeline Booth (1865-1950), hija de William Booth, el fundador
de Salvation Army (El Ejército de Salvación). Como alguien que a
menudo ministraba a lo más bajo de la sociedad, una mañana se
encontraba afuera de las grandes puertas de hierro de un juzgado
de policía local y centro de detención. Esperando a que abrieran
las puertas, oyó el arrastrar de pasos pesados y voces fuertes y
agitadas. En sus propias palabras:
1
Filipenses 1:9-10 (¡Nota el contraste con Romanos 2:18!)
184
La Ley de Cristo
185
LA LEY DE CRISTO
1
Evangeline Booth, Who Kissed Me? (¿Quién me besó?) (Folleto, sin fecha)
186
La Ley de Cristo
Marie Monsen, A Present Help (Un Auxilio Hoy) (Londres: China Inland
1
Mission), 1960)78-80.
187
LA LEY DE CRISTO
V ida en el E spíritu
En todo esto Cristo no nos ha dejado huérfanos, sin un
Consolador o Maestro.1 ¡Él ha venido a morar en nosotros en la
Persona del Espíritu Santo! Cristo mismo vive en el corazón de
todo creyente2 y Su Espíritu “nos enseña acerca de todas las cosas”.3
La ley de Cristo solamente se cumple mientras Cristo mismo viva Su vida
a través de nosotros.
Ver la ley de Cristo como una nueva “lista de reglas” que han de
ser seguidas escrupulosamente es, por tanto, perder todo el énfasis
del Nuevo Testamento respecto a la naturaleza de la nueva vida
del cristiano “en el Espíritu”.4 A pesar de que pueda intimidar a
aquellos que quieren un mandamiento objetivo para cada situación,
el Nuevo Testamento concibe el “andar en el Espíritu” como la
clave para hacer la voluntad de Dios. Los que “andan conforme al
Espíritu” “cumplirán el requisito de la ley”5 naturalmente, porque
cuando el Espíritu tiene via libre en la vida de un creyente, él o
ella manifestará “el fruto del Espíritu”, el cual es “amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio
propio”, y “contra tales cosas no hay ley”.6
“C opiosas L eyes ”
Cristo nos dio un “mandamiento nuevo”. ¡Esto quiere decir
que los cristianos tienen un solo señalizador que deben tener
siempre presente en su mente! En Paraíso del Corazón, Jan Comenius
1
Juan 14:16-18 2 Juan 14:23; Romanos 8:9-10 3 1 Juan 2:26-27; Juan 10:4-5
4
Ver capítulos 18-19. 5 Romanos 8:4 6 Gálatas 5:22-23
188
La Ley de Cristo
1
Jan Comenius, “The Paradise of the Heart” (“El Paraíso del Corazón”),
Christian History Magazine, Edición 13, 1987-27. (Esta cita debe leerse a la luz de
la sección anterior titulada “Mandamientos específicos” p. 140.)
189
R epaso del C apítulo D ieciséis
La Superioridad de
la L ey de C risto
[Cristo] era paciente, [Cristo] era bondadoso; [Cristo]
no tenía envidia; [Cristo] no era jactancioso y no era
arrogante, [Cristo] no se portaba indecorosamente; [Él]
no buscaba lo suyo, no se irritaba, no tomaba en cuenta el
mal recibido; no se regocijaba de la injusticia, sino que se
alegraba con la verdad. Todo lo sufría, todo lo creía, todo lo
esperaba, todo lo soportaba. [Cristo] nunca dejaba de ser…
1 Corintios 13:4-8
1
Salmo 40:7-8; Hebreos 10:5-10 2
Gálatas 2:20
191
LA LEY DE CRISTO
C odicia
Supongamos que a uno de mis hermanos en Cristo le regalan
un auto nuevo, porque la persona que se lo regaló ya no está en
condiciones físicas de conducirlo. Ese hermano ya tenía un auto que
era más nuevo que el mío, pero este último es aún mejor. Pronto
empiezo a sentir lástima de mí mismo, al desear que me hubieran
regalado ese auto a mí. Pero sé por la Ley de Moisés que la codicia
está prohibida: “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás
la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su
asno, ni nada que sea de tu prójimo”.4 Conociendo la pecaminosidad
de la codicia, me determino entonces a “no codiciar” el automóvil
de este hermano. Por más que intento no codiciar, debo admitir que
todavía lucho un poco con el resentimiento y la autocompasión.
Este es un posible escenario.
Ahora supongamos, por otro lado, que mi corazón está
rebosando de amor como el de Cristo hacia este hermano. Debido
a mi afecto por él, anhelo verlo bendecido en todo sentido. Estoy
agradecido por su servicio al cuerpo de Cristo y estaría encantado
de que él fuera cada vez más útil. En otras palabras, supongamos
1
Juan 15:5 2
2 Corintios 4:10-11 3
Efesios 4:28 4
Éxodo 20:17
192
La Superioridad de la Ley de Cristo
L ujuria
Supongamos que voy caminando por la calle y veo a una mujer
atractiva pero vestida sensualmente viniendo hacia mí. Sé por la
Ley de Moisés que el adulterio es un pecado grande y mi mente
va a la prohibición: “No cometerás adulterio”. Ciertamente esto
es mejor que no tener estándar de conducta, pero en Cristo algo
mucho más grande y más maravilloso es posible. Supongamos que,
en cambio, cuando me encuentro con esta mujer mi corazón está
rebosando de amor y compasión por ella. Acabo de salir de una
reunión de oración donde se han derramado lágrimas y súplicas
por las almas perdidas y necesitadas, y voy camino a testificar
en las calles. ¿Acaso mis pensamientos hacia esta mujer no serán
enteramente diferentes de los que hubieran podido ser?¿Acaso
la realidad del amor en mi corazón no me permitirá cumplir el
mandamiento de no cometer adulterio en una forma muy superior
a la que jamás podría haberlo cumplido antes? Se cuenta del relato
de un evangelista del siglo XIX quien, como cristiano nuevo lleno
de amor por Dios y el hombre, fue abordado un día en las calles de
una ciudad oriental por una joven prostituta. Cuando él finalmente
se dio cuenta de lo que ésta le estaba preguntando, su primera
respuesta fue ponerse a llorar. Viendo su respuesta, ella también
se puso a llorar. ¡Esta es la realidad de la ley de Cristo en acción!
1
Romanos 12:15
193
LA LEY DE CRISTO
D ar
La ley de Cristo encuentra una aplicación maravillosa también
en el ámbito del dar. Para el cristiano, el “diezmo” del Antiguo
Testamento es solamente el punto de partida del dar. Las leyes del
Antiguo Testamento relacionadas con el diezmo nos dicen que,
en la mayoría de los casos, no es irracional o gravoso esperar que
diez familias puedan mantener a un pastor y su familia en la obra
del ministerio a tiempo completo. Las iglesias con veinte familias
deberían poder mantener a dos pastores, y así sucesivamente. Tal
sustento económico es parte de la responsabilidad regular y corriente
de las iglesias hacia sus pastores.1 Pero esto es solamente un punto
de partida. Si tengo diez dólares en mi cartera, el mandamiento a
“amar como Cristo amó” puede implicar que yo dé no sólo uno de
los dólares, sino los diez… ¡y la cartera también! Algunos hombres
de negocio cristianos han sido guiados a dar el 90 por ciento de sus
ingresos y vivir con el diez por ciento. Otros, como las “iglesias de
Macedonia”, a veces han sido guiados “de su propia voluntad” a
dar “aún más allá de sus posibilidades... suplicando con muchos ruegos el
privilegio de participar en el sostenimiento de los santos”.2 El Señor
Jesús habló bien de la viuda pobre que “de su pobreza echó todo lo
que poseía, todo lo que tenía para vivir”,3 aunque normalmente dar de
tal manera no sería prudente ni tampoco justo. Otra vez, vemos que
la ley del amor es demasiado incisiva para ser codificada como una
“lista de reglas” que pueden ser seguidas en toda circunstancia. El
cristiano depende del Espíritu Santo para que lo guíe con respecto
a cuánto debe dar, si es que debe dar, en una situación dada. A
veces puede ser constreñido a dar todo, ¡a veces nada! Una vez más,
la ley de Cristo demuestra ser muy superior a la Ley de Moisés.
C onvicción de P ecado
En los últimos años se ha hablado mucho acerca de la necesidad
de predicar los Diez Mandamientos en el evangelismo con el fin
de convencer a los hombres de pecado como una preparación para
1
1 Corintios 9:7-14 2
2 Corintios 8:1-5 3
Marcos 12:44
194
La Superioridad de la Ley de Cristo
1
Mateo 19:16-19 2
Romanos 7:7-14 3
1 Timoteo 1:3-11 4
Lucas 5:8
5
Mateo 19:20-22
195
LA LEY DE CRISTO
P redicación A postólica
Cuando examinamos en el libro de Hechos cómo predicaban
en la iglesia primitiva, encontramos que seguían este mismo patrón.
No se dice nada acerca de una “predicación preparatoria de los Diez
Mandamientos”. Más bien, encontramos a los apóstoles predicando
el rechazo, la crucifixión, la resurrección, y la exaltación de Cristo,
proclamándolo como el Mesías prometido y el Señor de gloria
—Aquel que juzgará a todos los hombres en el Último Día.1 El
Espíritu Santo toma este mensaje y lo aplica con poder de convicción
poderoso a judío y gentil por igual:
1
Juan 5:22-23; Hechos 17:30-31; Romanos 2:16
196
La Superioridad de la Ley de Cristo
197
LA LEY DE CRISTO
C risto C rucificado
Es evidente por estos y otros pasajes1 en el libro de Hechos que el
Espíritu Santo es muy capaz de convencer a los hombres de pecado
mediante una predicación que está centrada en Cristo mismo.
Dondequiera que Cristo —el rechazado, crucificado, resucitado,
y exaltado Señor de gloria— es puesto delante de los hombres, el
Espíritu Santo no tiene falta de recursos para poder convencer al
corazón del pecador de su propia depravación y perdición.
1
Ver también Hechos 3:13-21; 4:8-12; 7:51-58; 13:23-43; 17:2-3; 17:22-34; 26:22-
23; 28:23-24. 2 Hechos 2:37
198
La Superioridad de la Ley de Cristo
¡Oh, la terrible culpa que recae sobre las cabezas de todos los
que oyen el verdadero evangelio de Cristo crucificado y luego se
alejan en apatía o desprecio! ¡Este es un pecado mucho más grave
que cualquier pecado contra la Ley de Moisés! “Cualquiera que
viola la Ley de Moisés muere sin misericordia por el testimonio
de dos o tres testigos. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el
que ha hollado bajo sus pies al Hijo de Dios?”2 “Y este es el juicio: que
la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz,
pues sus acciones eran malas.”3
1
2 Corintios 4:4 2
Hebreos 10:28-29 3
Juan 3:19
199
LA LEY DE CRISTO
L a S egunda M illa
Antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla
derecha, vuélvele también la otra… Y cualquiera que te
obligue a ir una milla, ve con él dos… Yo os digo: amad
a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.
Mateo 5:39, 41, 44
1
Juan 4:16-18 2 Hechos 24:25 3 Hechos 17:22-30; Romanos 1:18-32
4
Ver Apéndice D. 5 1 Corintios 1:23; 2:2 6 Mateo 5:3-16
200
La Superioridad de la Ley de Cristo
más alto: hemos de ir voluntariamente, ¡no una milla, sino dos! Este
estándar parecerá gravoso, a menos que estemos llenos de un amor
como el de Cristo por el soldado romano, en cuyo caso la “segunda
milla” será un deleite para nuestros corazones. Durante la segunda
milla, tendremos una oportunidad de contarle al soldado acerca
de Aquel que nos ha hecho tan “diferentes” de los otros que han
llevado su carga. Durante la segunda milla, la vida de Cristo será
manifestada “en nuestros cuerpos mortales”. Y, durante la segunda
milla, el Espíritu Santo tendrá ocasión de usar “la ley de Cristo”
para convencer al soldado de su pecado.
Watchman Nee relata la historia de un cristiano en el sur de
China que tenía un arrozal en el centro de la colina:
1
Watchman Nee: Sit, Walk, Stand (Sentarse, andar, estar de pie) (1957; reimpresión,
Fort Washington: Christian Literature Crusade, 1970) 26.
201
LA LEY DE CRISTO
1
Martyn Lloyd-Jones, Studies in the Sermon on the Mount (Título en español:
Estudios sobre el Sermón del Monte) (Grand Rapids:Wm. B. Eerdmans, 1977) 281.
202
La Superioridad de la Ley de Cristo
1
Corrie ten Boom, The Greatest of These is Love (El mayor de ellos es el amor), 1972.
203
LA LEY DE CRISTO
204
La Superioridad de la Ley de Cristo
1
Doug Nichols, Let’s Get On With It (Pongámonos manos a la obra), 1995
Conferencia para pastores de Desiring God, 1 febrero 1995.
205
LA LEY DE CRISTO
206
R epaso del C apítulo D iecisiete
El M inisterio del
E spíritu —P arte I
No que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar
que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra
suficiencia es de Dios, el cual también nos hizo suficientes
como ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del
Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. Y
si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue
con gloria, de tal manera que los hijos de Israel no podían
fijar la vista en el rostro de Moisés por causa de la gloria de
su rostro, que se desvanecía, ¿cómo no será aún con más
gloria el ministerio del Espíritu? Porque si el ministerio de
condenación tiene gloria, mucho más abunda en gloria el
ministerio de justicia. Pues en verdad, lo que tenía gloria,
en este caso no tiene gloria por razón de la gloria que lo
sobrepasa. Porque si lo que se desvanece fue con gloria,
mucho más es con gloria lo que permanece… Ahora
bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del
Señor, hay libertad. Pero nosotros todos, con el rostro
descubierto, contemplando como en un espejo la gloria
del Señor, estamos siendo transformados en la misma
imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.
2 Corintios 3:5-11, 17-18
209
LA LEY DE CRISTO
V iejo vs . N uevo
Es en este contexto que las palabras de Pablo en 2 Corintios,
citadas anteriormente, son consideradas en su perspectiva correcta.
En estos versículos, Pablo contrasta el Nuevo Pacto con el Antiguo
de modo impresionante.
1
2 Corintios 4:7-10
210
El Ministerio del Espíritu —Parte I
L etra vs . E spíritu
Una y otra vez en el Nuevo Testamento se mantiene esta
contraposición entre la letra y el Espíritu. La diferencia entre ellos
es la diferencia entre lo externo y lo interno, la servidumbre y la
libertad, la antigüedad y la novedad, la esclavitud y la condición
de hijo, la muerte y la vida.
2
Gálatas 4:24-25; 5:1
211
LA LEY DE CRISTO
Pues lo que la Ley no pudo hacer, ya que era débil por causa
de la carne, Dios lo hizo... para que el requisito de la Ley se
cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu. Romanos 8:3-4
212
El Ministerio del Espíritu —Parte I
1
Romanos 7:4
213
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 8:2,4 2 Efesios 4:30 3 1 Tesalonicenses 5:19 4 Hechos 7:51
5
Hechos 5:3 6 Hechos 5:9 7 Hebreos 10:29 8 Mateo 12:31-32 9 Gálatas 5:25
10
Gálatas 5:25 11 Romanos 8:14 12 Gálatas 5:22 13 Efesios 5:18
14
Gálatas 6:8 15 Lucas 10:21 16 Romanos 15:13 17 Efesios 6:18
18
Filipenses 3:3 19 Apocalipsis 1:10; Lucas 2:27 20 Lucas 12:12; Hechos 6:10;
1 Corintios 2:13 21 Hechos 16:6-7 22 Hechos 9:31 23 Romanos 7:6
24
Romanos 8:5 25 Romanos 8:13 26 Efesios 3:16 27 Efesios 4:3
28
Colosenses 1:8 29 Hechos 13:52; Romanos 14:17; 1 Tesalonicenses 1:6
30
2 Timoteo 1:14 31 1 Pedro 1:12 32 Mateo 12:28
214
El Ministerio del Espíritu —Parte I
1
Apocalipsis 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22 2
2 Corintios 3:8 3
Gálatas 3:2, 5
215
LA LEY DE CRISTO
1
Mari Jones, When Swallows Return (Cuando las golondrinas vuelven) (Bryntirion:
Evangelical Press Of Wales, 1992) 74-5.
216
El Ministerio del Espíritu —Parte I
1
Romanos 6:13 2
Romanos 6:4
217
R epaso del C apítulo D ieciocho
El M inisterio del
Espíritu —P arte II
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio
propio… Gálatas 5:22-23
L a V id y los S armientos
Si la metáfora de la vid y los sarmientos de nuestro Señor
tiene la intención de enseñarnos algo, sin duda tiene por objeto
enseñarnos esto: ¡que la vida que fluye en nosotros como cristianos
es la misma vida de Cristo! Los cristianos son partícipes de la “vida
de Dios en el alma del hombre”. Los sarmientos no pueden dar
fruto “por sí mismos”; únicamente pueden dar fruto a medida que
219
LA LEY DE CRISTO
220
El Ministerio del Espíritu —Parte II
1
Juan 6:52 2 Juan 6:63 3 Juan 6:35, 47, 50-54 4 Juan 15:5
5
Samuel Bolton, The True Bounds of Christian Freedom (Los verdaderos límites de la
Libertad Cristiana) (London: Banner of Truth, 1964) 76, 71.
221
LA LEY DE CRISTO
1
2 Corintios 3:17-18 2
Juan 13:1
222
El Ministerio del Espíritu —Parte II
1
Romanos 7:4
223
LA LEY DE CRISTO
1
Ver Apéndice F. 2
Gálatas 5:15 3
Gálatas 4:15 4
Gálatas 5:26
224
El Ministerio del Espíritu —Parte II
“E sforzándose ”
El hecho de que no se espera que los cristianos den fruto por
sus propias fuerzas sino por permanecer en Cristo y centrar sus
afectos en Él, no quiere decir que la vida cristiana es sin dolor y sin
preocupaciones. Tanto el Señor Jesús como Sus apóstoles hablan
de “esforzarse” como de una característica de los creyentes.1 Los
cristianos están llamados a seguir,2 correr,3 pelear,4 ser diligentes,5
estar alerta,6 perseverar7 y a limpiarse.8 A menudo deben hacer
esto únicamente “por fe”, a pesar de todos los “sentimientos”
adversos. El llamado a amar a Cristo con todos nuestros corazones
ciertamente no es un llamado a la comodidad, la apatía y la auto
indulgencia. El cristiano sigue las pisadas de su Maestro a lo largo
de una senda que a menudo está manchada con lágrimas, sudor, y
sangre. Amar como Cristo amó nos costará todo. “Si alguno viene
a mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer, e hijos, a sus
hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser
mi discípulo. Y el que no carga su cruz y viene en pos de mí, no
puede ser mi discípulo.”9
El amor es el más costoso de todos los esfuerzos.
1
Lucas 13:24; Romanos 15:30; Colosenses 1:29; Hebreos 12:4 2 1 Timoteo
6:11; 2 Timoteo 2:22; Hebreos 12:14 (RV60) 3 1 Corintios 9:24-27;
Hebreos 12:1 4 1 Timoteo 1:18; 6:12 5 Hebreos 4:11 (esforzados); 6:11-12
(solícitos; no perezosos) ; 2 Pedro 1:5, 10; 3:14 (diligentes) 6 Lucas 21:34
7
Colosenses 4:2 8 2 Corintios 7:1 9 Lucas 14:26-27
225
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 5:5 2
2 Corintios 5:14-15 (RV60) 3
Efesios 3:14-19 4
1 Juan 4:9
226
El Ministerio del Espíritu —Parte II
“S egún S u P oder ”
El amor mutuo entre un creyente y su Señor le permite “sufrir
y soportar todo”.1 Sin embargo, esta relación de amor debe ser
constantemente sustentada y renovada por el Espíritu Santo. Los
cristianos deben esperar en y obtener su fuerza del Señor. “Él da
fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor. Aun los
mancebos se fatigan y se cansan, y los jóvenes tropiezan y vacilan,
pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán
con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se
fatigarán.”2 La vida cristiana requiere paciencia, guerra, sufrimiento,
negación de uno mismo y obediencia costosa a los mandamientos
de Cristo. Implica “esfuerzo”. Pero ese esfuerzo no es un esfuerzo
energizado por nuestra propia carne; es un esfuerzo empoderado
por el Espíritu. Pablo conocía este fortalecimiento interior por el
Espíritu Santo como una realidad tan palpable, que venía a su
mente de manera espontánea cada vez que surgían los asuntos de
sufrimiento o “trabajo”:
• “Y con este fin también trabajo, esforzándome según Su poder
que obra poderosamente en mí.”3
• “Participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según
el poder de Dios.”4
• “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que
la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de
nosotros. Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos,
pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados;
derribados, pero no destruidos; llevando siempre en el
cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, para que también
la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Porque nosotros
1
1 Corintios 13:7 2
Isaías 40:29-31 3
Colosenses 1:29 4
2 Timoteo 1:8
227
LA LEY DE CRISTO
S ara E dwards
El testimonio de Sara Edwards (1710-1758), después de un
inusual derramamiento del Espíritu Santo en su vida, ilustra algo
de esta realidad:
1
2 Corintios 4:7-11 2 Efesios 3:14,16 3 Efesios 6:10 4 1 Pedro 1:8
5
Hechos 13:52 6 Romanos 5:5 7 Romanos 8:26 8 Hechos 4:31, 33
9
Hechos 7:55-60
228
El Ministerio del Espíritu —Parte II
D irk W illems
Un relato más extenso de la vida de Dirk Willems (murió en
1569), proporciona un ejemplo de este amor sobrenatural semejante
al de Cristo por los enemigos de uno al ser puesto en práctica bajo
las circunstancias más difíciles.
1
The Works of Jonathan Edwards (Las Obras de Jonathan Edwards) (1834; reedición,
Edinburgh: Banner of Truth, 1979) 1.lxv-lxvii.
229
LA LEY DE CRISTO
H owell H arris
Howell Harris (1714-1773), quien sufrió mucho por la causa
de Cristo, brinda un ejemplo final del poderoso empoderamiento
del Espíritu Santo para el servicio, el sacrificio y el amor. Como
predicador al aire libre y “exhortador” durante el Avivamiento
1
Thieleman J. van Braght, Martyrs Mirror (Espejo de mártires) (1886; reeditado,
Scottdale, Pa: Herald Press, 1985) 741-2. 2 John S. Oyer and Robert S. Kreider,
Mirror of the Martyrs (Espejo de los mártires) (Intercourse, Pa: Good Books, 1990) 36-7.
230
El Ministerio del Espíritu —Parte II
1
D. Martyn Lloyd-Jones, The Sons of God (Los hijos de Dios) (Grand Rapids, Mi:
Zondervan, 1975) 349. 2 Richard Bennett, Howell Harris and the Dawn of Revival
(Howell Harris y los Albores del Avivamiento) (Bryntirion, Bridgend: Evangelical
Press of Wales, 1962) 31.
231
LA LEY DE CRISTO
232
R epaso de C apítulo D iecinueve
1
Génesis 18:18 2
Gálatas 3:29
235
LA LEY DE CRISTO
1
Filipenses 3:10 2
Génesis 2:23; Efesios 5:28-32
236
I. Amad
“De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y Profetas.”
II. Amad
Cuarta Parte
Apéndices
Apéndice A
C onceptos C laves
L ibertad de la L ey
• Los cristianos han quedado libres de la maldición de la Ley, han
quedado libres de la Ley como requisito para obtener favor y la
vida, han quedado libres de la Ley como una regla externa que
contradice su verdadera naturaleza, y han quedado libres de la
Ley como un ámbito de exigencia en contraposición al reino de la
provisión. También han sido liberados de la Ley (y de todos sus 613
mandamientos) como una norma de vida determinada por el pacto.
• El Señor Jesucristo ha absorbido y reemplazado a Moisés como
Profeta, así como absorbió y reemplazó a Aarón como Sacerdote
y a David como Rey.
241
LA LEY DE CRISTO
L a L ey de C risto
• El “nuevo mandamiento” que Cristo dio a sus discípulos en el
Aposento Alto es “nuevo” porque está asociado a un nuevo pacto,
porque le da una profundidad totalmente nueva de significado a la
palabra “amor”, y porque es dado a aquellos que pertenecen a un
nuevo ámbito en donde “las tinieblas van pasando, y la luz verdadera
ya está alumbrando”.
• ¡El amor es el corazón mismo y la esencia de la Ley!
• Los dos grandes mandamientos son la obligación moral inmutable
puesta sobre todos los hombres, en todo lugar, en todos los tiempos
y en la eternidad.
• La esencia de la ley nunca cambia, sino que la revelación de la ley
adquiere una expresión más y más clara, hasta que encuentra su
culminación en Cristo.
• El amor hace más que impulsarme a guardar la ley; el amor es, en
sí mismo, “el cumplimiento de la ley”.
242
Conceptos Claves
243
LA LEY DE CRISTO
244
Apéndice B
“Dios Es Amor ”
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
1 Juan 4:8
245
LA LEY DE CRISTO
1
Éxodo 34:6-7; ver también Salmo 103:7-18. 2 Éxodo 34:7 3 Lamentaciones
3:31-33 4 Ezequiel 18:31-32; 33:11 5 1 Juan 1:5 6 1 Juan 2:8-11 7 Juan 1:4;
8:12 8 2 Corintios 4:6; Lucas 2:32 9 Efesios 5:13; Juan 3:21 10 Mateo 5:16;
2 Corintios 6:14; Efesios 5:8-9 11 Mateo 4:16 12 2 Corintios 4:4; Mateo 6:23
13
2 Corintios 4:2; Juan 3:20; Efesios 5:11-12 14 Isaías 5:20; Lucas 22:53;
Hechos 26:18
246
Apéndice C
“C ivil, C eremonial,
y M oral ”
Se ha tomado por costumbre que los teólogos reformados sigan
a Aquino (1225-1274) al dividir las leyes del Antiguo Pacto en tres
categorías: civiles, ceremoniales y morales. Las leyes civiles eran
aquellas leyes que se relacionaban específicamente con el gobierno
de la teocracia y que incluían cosas tales como los procedimientos a
seguir en los casos de homicidio,1 la pena específica para el adulterio2
y otras cuestiones de la justicia social. Las leyes ceremoniales, por
otra parte, trataban cuestiones como la circuncisión, los rituales
de lavados3 y el ofrecimiento de los sacrificios.4 Las leyes morales
eran aquellas leyes que se relacionaban directamente con el carácter
de Dios, tales como los mandamientos de no matar o dar falso
testimonio contra nuestro prójimo.
El hecho de que la Biblia no use términos tales como “civil,
ceremonial y moral” expresamente, no quiere decir que estos
conceptos son inherentemente anti-bíblicos. Son fáciles de entender
y, en cierto modo, útiles para comprender las leyes del Antiguo
Pacto. La mayoría de los cristianos (debido a su perspectiva del
Nuevo Pacto) identificarán rápidamente los ejemplos más obvios
de las leyes civiles, ceremoniales y morales dentro de la legislación
Mosaica. Sin embargo, esta división mental de la Ley Mosaica en
“categorías” ha dado lugar a mucha confusión y malentendidos en
la interpretación de las Escrituras.
L a L ey —U na U nidad
El primer problema (y es muy serio) surge del hecho de que el
Nuevo Testamento de principio a fin considera la Ley de Moisés
1
Éxodo 21:12-14 2
Levítico 20:10 3
Éxodo 30:18-21 4
Éxodo 29-36-42
247
LA LEY DE CRISTO
como una unidad. Cuando Pablo dice que los cristianos “ya no
estamos bajo ayo”,1 él está refiriéndose a toda la economía Mosaica,
y no sólo a una parte de ella. De igual manera, cuando él dice que
“hemos quedado libres de la Ley, habiendo muerto a lo que nos
ataba, de modo que sirvamos en la novedad del Espíritu y no en el
arcaísmo de la letra”,2 él está hablando de la liberación de toda la
Ley. Los cristianos han salido de todo el “ámbito” de la Ley; ellos
“no están bajo la ley, sino bajo la gracia”.3 Por tanto, ponernos bajo
alguna parte de la Ley, es ponernos bajo toda la Ley.4
El Señor Jesucristo tenía una perspectiva similar con respecto
a la unidad de la Ley. Cuando Él sacó ejemplos de la Ley Mosaica
con el fin de exponer (por contraste) las leyes de Su reino,5 no hizo
una distinción entre (por ejemplo) los Diez Mandamientos y los
otros mandamientos. Antes bien, Él tomó ilustraciones de toda
la Ley, incluyendo aquellos mandamientos que concernían a los
juramentos, el divorcio, la justicia civil (“ojo por ojo”) y el trato a
los enemigos.
En la gran mayoría de los casos en el Nuevo Testamento,
la palabra “Ley” es, por consiguiente, una referencia a la Ley
Mosaica como una unidad de pacto. Si imponemos de manera
inconsciente nuestras propias categorías “civiles, ceremoniales y
morales” sobre los versículos que hablan acerca de la Ley, entonces,
sin duda, vamos a malinterpretarlos. Por ejemplo: cuando Pablo
dice en Romanos 6:14 que no estamos “bajo la ley”, muchos
automáticamente presuponen en estas palabras la idea de que no
estamos “bajo la condenación de la ley” ni “bajo la ley ceremonial”,
pero que estamos “todavía bajo la ley moral”. Pero si esto fuera
lo que Pablo quería decir, él nunca habría anticipado la objeción
que sigue inmediatamente: “¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no
estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?”
Lo mismo ocurre con Gálatas 5:13: “Porque vosotros, hermanos,
a libertad fuisteis llamados; sólo que no uséis la libertad como
pretexto para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”. Si
Pablo hubiera estado enseñando a los gálatas que fueron “liberados”
1
Gálatas 3:25 2
Romanos 7:6 3
Romanos 6:14 4
Gálatas 5:3 5
Mateo 5:20f
248
“Civil, Ceremonial, y Moral”
1
Romanos 6:1-6 2 Romanos 7:4-6; ver capítulos 18-19. 3 Gálatas 5:13-25;
Romanos 8:4 4 Éxodo 22:25 5 Levítico 19:18-19 6 Miqueas 6:6-8; Oseas 6:6;
Salmo 51:16-17; Proverbios 21:3
249
LA LEY DE CRISTO
“L a L ey M oral I nmutable ”
El tercer problema con las categorías “civiles, ceremoniales,
y morales” se deriva del hecho de que muchos en la tradición
reformada han llegado a afirmar que la “ley moral” y los Diez
Mandamientos son lo mismo. Como hemos visto, la Biblia ni
siquiera hace referencia a “la ley moral”; ¡y mucho menos dice que
1
1 Corintios 7:19; Gálatas 5:6; 6:15 2
Levítico 19:18-19 3
Mateo 23:23
250
“Civil, Ceremonial, y Moral”
La poligamia
Por ejemplo, la mayoría de los cristianos seguramente afirmaría
que un creyente en el Nuevo Pacto que entra conscientemente en
una relación polígama, estaría cometiendo adulterio.1 No obstante,
bajo el Antiguo Pacto (que fue resumido en “las palabras del pacto,
los Diez Mandamientos”,2 incluido el Séptimo Mandamiento contra
el adulterio), la poligamia no sólo estaba permitida, sino que además
hubo leyes con respecto a quiénes se les permitía ser segunda esposa,
cómo habían de ser tratadas las diferentes esposas, etc.3 Mientras
David se casó con múltiples esposas, Dios no mostró abiertamente
su descontento,4 pero cuando cometió adulterio con Betsabé, lo
castigó severamente.5
Además de la poligamia, debemos encarar la cuestión de
las “concubinas”, que también estaban permitidas bajo los Diez
Mandamientos. ¡Hasta los teólogos más dotados parecen ser
incapaces de explicar a sus hijos pequeños (ni siquiera a sus hijos
adolescentes), exactamente qué era una concubina y por qué Dios
permitió a hombres como David y Salomón tenerlas! Si el Decálogo
es, en efecto, la “ley moral inmutable de Dios”, ¿estamos dispuestos a
aceptar su definición de “adulterio”, el cual permite tanto múltiples
esposas como concubinas dentro de sus parámetros?
El hecho de que la poligamia estaba permitida en el Antiguo
Pacto a menudo ha sido comparada con el permiso de divorcio, que
según el Señor Jesús era una concesión a los hombres por “la dureza
de su corazón”.6 Esto sin duda es verdad, y las leyes relacionadas
con la poligamia no deben ser entendidas como una aprobación
de la práctica, sino como regulaciones para proteger a las mujeres.
Esta observación, sin embargo, en realidad no aborda el asunto
en cuestión. Si uno de los Diez Mandamientos hubiera sido: “No
1
Romanos 7:3; 1 Corintios 7:2 2 Éxodo 34:28; Deuteronomio 4:13
3
Deuteronomio 21:15-17; Levítico 18:18; Éxodo 21:10-11 4 2 Samuel 3:2-5
5
2 Samuel 10:10-12 6 Mateo 19:8
251
LA LEY DE CRISTO
La esclavitud
Otro dilema moral surge con respecto a la esclavitud. La esclavitud
es mencionada sin ser condenada en el Cuarto y en el Décimo
Mandamiento del Decálogo.2 De hecho, la esclavitud fue aceptada
durante toda la legislación Mosaica,3 y antes de la Guerra Civil
estadounidense algunos argumentaron su reconocimiento en los
Diez Mandamientos en defensa de la continuación de esa práctica.
Si nos preguntamos en qué consistía exactamente la esclavitud reconocida
por el Cuarto y Décimo Mandamientos, encontramos la respuesta a
nuestra pregunta al examinar los detalles de las leyes de esclavitud
que Dios le dio a Moisés. Cuando hacemos eso, descubrimos que
si bien la Ley Mosaica era muy superior a otros códigos de leyes
antiguas (por ejemplo, el Código de Hammurabi) en cuanto a la
forma de tratar a los esclavos, no obstante, estaba muy lejos de
presentar el ejemplo perfecto de la voluntad de Dios respecto a
tales asuntos. Por ejemplo, según la Ley Mosaica, un hombre no
debía ser castigado por matar “a su siervo o a su sierva con una
vara”, siempre y cuando el esclavo “sobreviva uno o dos días…
1
Génesis 2:18, 24 2 Éxodo 20:10, 17 [Nota: la palabra traducida “siervo” aquí
(Heb. ebed) es traducido uniformemente “esclavo” en los siguientes versículos.]
3
E.g., Éxodo 12:44, 21; 26-27, 32; Levítico 25:44-46; Deuteronomio 23:15.
252
“Civil, Ceremonial, y Moral”
El día de reposo
Un dilema moral final se presenta con respecto al día de reposo.
Bajo el Cuarto Mandamiento (“Acuérdate del día de reposo para
santificarlo”), los hombres fueron mandados a observar “completo
reposo” el séptimo día de la semana. “Cualquiera que haga obra
alguna en el día de reposo, morirá irremisiblemente”.2 “No harás
en él obra alguna.”3 Si preguntamos qué exactamente quiso decir
Dios en el Cuarto Mandamiento cuando prohibió “obra alguna”,
hallamos que una “obra” fue definida por Dios para incluir cosas
como encender fuego en la morada de uno,4 preparar alimentos5
y comprar o vender.6 ¿Es este mandamiento parte de la “ley moral
inmutable” de Dios?7 Si es así, ¿cómo deben los cristianos observarlo
exactamente? ¿Está permitido prender las luces eléctricas en
nuestras casas en “el día de reposo” o utilizar el autobús para ir a la
reunión de la iglesia en la mañana? (Ambas actividades involucran
una violación del Cuarto Mandamiento, ya que requieren comprar
y también requieren que otros trabajen en el “día de reposo”).
¿Quién decide qué está permitido en el día de reposo y qué no lo
está? Suponiendo que somos capaces de decidir qué es y qué no es
permisible en el día de reposo, ¿no deberíamos ejercer disciplina
en la iglesia hacia aquellos que continuamente hacen lo que no es
permisible? Si la violación del día de reposo requería la pena de
muerte bajo el Antiguo Pacto y es agrupada junto con el homicidio,
el robo y el adulterio, como uno de los requisitos esenciales de la
1
Éxodo 21:20-21 2
Éxodo 31:15 3 Éxodo 20:10 4 Éxodo 35:3
5
Éxodo 16:23-24 6
Nehemías 10:31; 13:15-22 7 Ver Apéndice E, P. 2.
253
LA LEY DE CRISTO
“Pero Yo os digo”
Aparte de estos dilemas, hay otra consecuencia negativa al
identificar los Diez Mandamientos con “la ley moral inmutable
de Dios”. Si los Diez Mandamientos son la revelación más completa y
perfecta de la voluntad de Dios para la humanidad, entonces inevitablemente
resulta en que la “ley de Cristo” no puede añadir nada a ellos. Lo más
que Cristo puede hacer es exponer el “verdadero significado” de
los Diez Mandamientos; Él no puede establecer un estándar de
conducta más alto que el que ellos ya revelan. Históricamente, esto
ha centrado la atención más en el Decálogo que en los multiformes
y ricos imperativos del Nuevo Testamento. Los mandamientos de
Cristo y Sus apóstoles se convierten en meras notas al pie de los
Diez, y se hacen muchos intentos ingeniosos para mostrar que
en realidad estaban incluidos en el “verdadero significado” del
Decálogo desde el principio. Tal enfoque inevitablemente conduce
a una disminución de las glorias distintivas del Nuevo Pacto.
Estas glorias distintivas son manifestadas no sólo por los
estándares sin igual de la ley de Cristo misma, sino también por el
contexto en que estos estándares están establecidos. Los imperativos
del Nuevo Testamento siempre se dan en el contexto de una nueva
era que ha amanecido entre los hombres: “Las tinieblas van
pasando, y la luz verdadera ya está alumbrando”.8 Los cristianos
han “gustado de los poderes del siglo venidero”.9 El Reino de Dios
está “entre ellos”.10 Ellos han sido “resucitados con Cristo y sentados
con Él en los lugares celestiales”.11 Ellos “han muerto y su vida está
escondida con Cristo en Dios”.12
Es en este contexto que los maridos (por ejemplo) son exhortados
a amar a sus esposas “así como Cristo amó a la iglesia”. El amor
excepcional de Cristo por Su novia no sólo fija el más alto estándar
imaginable para los esposos cristianos, sino que ese estándar se
8
1 Juan 2:8 9
Hebreos 6:5 10
Lucas 17:21 11
Efesios 2:6 12
Colosenses 3:3
254
“Civil, Ceremonial, y Moral”
C onclusión
Si bien las categorías “civiles, ceremoniales y morales” no son
totalmente inválidas, no obstante, introducen mucha confusión y
malentendidos en cualquier estudio del Nuevo Testamento acerca
de la Ley Mosaica. Esto es particularmente cierto cuando “la ley
moral” es identificada con el Decálogo. Aunque a veces2 el Señor
y sus apóstoles se refieren a secciones de los Diez Mandamientos
en el Nuevo Testamento, esto es fácil de entender si consideramos
su posición central como “las palabras del [Antiguo] pacto.”3 Esto
no significa que fueron dados como una recopilación inmutable y
exhaustiva de todo el deber moral para todos los hombres en todos
los tiempos. Cuando el “joven rico” le preguntó qué mandamientos
habían de cumplirse para “obtener vida eterna”, Jesús fácilmente
podía haber dicho: ¡“Los Diez”! En lugar de eso, Él citó cinco
mandamientos de la segunda tabla del Decálogo, junto con un
mandamiento de no “defraudar” y el mandamiento de amar a
nuestro prójimo como a nosotros mismos.4 Cuando Pablo dice
que “a los que están sin ley” se hizo “como sin ley”, no continúa
diciendo: “aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo los Diez
Mandamientos”. El enfoque de Pablo para una vida santa era Cristo,
no el Decálogo. Cuando Pablo cita del Decálogo en cualquier
medida, es sólo para demostrar que es cumplido naturalmente
por los que andan en amor.5 La exhortación que Pablo da a los
cristianos es que “anden conforme al Espíritu”, no que “guarden
1
Gálatas 2:20 2 Siete ocasiones: Mateo 5:21, 27, 15:4, 19:18-19, Romanos 7:7;
13:9, Efesios 6:2-3; Santiago 2:11 3 Éxodo 34:28; Deuteronomio 4: 13
4
Mateo 19:18-19; Marcos 10:19 5 Romanos 13:8-10; Gálatas 5:13-14
255
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 8:4 2
Mateo 22:34-40
256
Apéndice D
E l A mor E s la M eta
Pablo dice aquí que “la Ley (Mosaica) es buena”, aun en un
contexto del Nuevo Pacto, pero sólo si uno “la usa legítimamente”.
Algo de lo que él quiere decir con esta declaración puede ser visto
en el contexto inmediato. Los falsos maestros estaban usando la
Ley de una manera que conducía a “discusiones inútiles” y “vana
palabrería”. En lugar de eso, deberían haber usado la Ley para
“hacer avanzar el plan de Dios que es por fe”. En otras palabras,
deberían haber usado la Ley para promover el evangelio. Según
Pablo, “el amor” es la meta suprema de toda instrucción cristiana —ya
257
LA LEY DE CRISTO
sea que esta instrucción venga del Antiguo o del Nuevo Testamento.
Tal amor sólo fluye de una renovación interna (corazón puro, buena
conciencia, fe sincera), la cual la Ley por sí misma es incapaz de dar. Por
lo tanto, ¡cualquier “uso” de la Ley que no está centrado en el amor
como su meta y resultado supremos, es un uso equivocado de la Ley!
Cualquier uso de la Ley que haga que los cristianos “se muerdan
y se devoren unos a otros”,1 que “se juzguen”2 y se disfamen unos
a otros, que centren su atención en “reglas” y lo externo,3 o que
de cualquier manera lleguen a estar “otra vez sujetos al yugo de
esclavitud”,4 constituye un uso erróneo de la Ley.
Entonces, ¿cómo puede ser usada correctamente la Ley en un
contexto del Nuevo Pacto? ¿Cómo puede ser “usada lícitamente”
para dirigir a los hombres hacia Cristo y al amor como la suprema
“meta de nuestra instrucción”? La respuesta que Pablo da de
inmediato a esta pregunta se encuentra en los versículos 9-11.
Después de decir que “la Ley es buena, si uno la usa legítimamente”,
inmediatamente pasa a decir que para hacer esto, primero uno
debe “reconocer el hecho de que la Ley no ha sido instituida para
el justo”. Más bien, la Ley ha sido instituida “para los transgresores
y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y
profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para
los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que
juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana
doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito”. En otras
palabras, el particular “uso de la Ley” que Pablo tiene en mente en estos
versículos es algo esencialmente negativo. La ley no ha sido instituida
para el justo, sino para los transgresores y rebeldes. Sus negaciones
y prohibiciones no fueron diseñadas primordialmente para edificar
a los santos, sino para restringir y condenar a los malvados. (Esto
explica por qué Pablo centra su enseñanza a los cristianos no en
las negaciones de la Ley, sino en la Persona de Cristo y la gloriosa
redención consumada por Él.)
1
Gálatas 5:15 2
Romanos 14:3-4 3
Romanos 14:17; Hebreos 13:9
4
Gálatas 5:1
258
El Uso Lícito de La Ley
1
Romanos 2:21-24 2 Romanos 3:9 3 Romanos 7 4 Hechos 17:16-34;
Hechos 14:11-18; Romanos 1:14-32; 2:14-16 5 Hechos 17:30-31
259
LA LEY DE CRISTO
T estificar de C risto
Uno de estos “usos lícitos de la Ley” adicionales se ve en el
libro de Hechos. Ahí aprendemos que era “costumbre” de Pablo,
cuando testificaba en las sinagogas, “razonar” con sus oyentes
judíos a partir de las Escrituras del Antiguo Testamento. Esto
implicaba “explicar y presentar evidencia de que era necesario
que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos, y decir:
‘Este Jesús, a quien yo os anuncio, es el Cristo’”.1 El segundo “uso
lícito de la Ley” en un contexto del Nuevo Pacto es, entonces,
“predicar a Jesús”2 desde las Escrituras del Antiguo Testamento.
Si bien esto se aplica primordialmente a la “Ley” en su sentido
más amplio (ya sea el Pentateuco o el Antiguo Testamento como
un todo), también ocurre con la Ley en su sentido más estricto (la
legislación Mosaica como tal). Muchos de los mandamientos de la
Ley Mosaica (especialmente los que tenían que ver con el servicio
del templo y los sacrificios) señalaban directamente a la venida del
“Cordero de Dios”, el cual un día “quitaría los pecados del mundo”.
La predicación de Cristo desde las páginas del Antiguo Testamento,
conjuntamente con el testimonio ocular de los apóstoles, fue usado
poderosamente por el Espíritu Santo para convencer a los de origen
judío de sus pecados. Por el libro de Hechos es evidente que éste era,
sin duda, el “uso de la Ley” predominante en la predicación apostólica.
(Las características de la predicación apostólica son discutidas con
más detalle en el capítulo 17.) De esta manera, la Ley era usada
para llevar a los hombres directamente a Cristo, y al “amor de un
corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera”.
1
Hechos 17:1-3 2
Hechos 8:35
260
El Uso Lícito de La Ley
1
Capítulo 9 2 2 Timoteo 3:16 3 Romanos 15:4 4 Romanos 13:8-10
5
E.g., 1 Corintios 9:8-10 6 2 Corintios 6:14 7 Mateo 7:12
261
LA LEY DE CRISTO
U sando la L ey H oy en D ía
La Ley Mosaica (junto con la predicación de Cristo) se usó en
el Nuevo Testamento principalmente para convencer a los judíos
de pecado, mientras que la revelación natural (conjuntamente
con la predicación de Cristo) se usó para convencer de pecado a
los gentiles. Esto no significa, sin embargo, que nosotros nunca
podemos citar la Ley Mosaica o el Antiguo Testamento cuando
les predicamos a los gentiles. La Palabra de Dios lleva consigo Su
propia autoridad, y (puesto que toda la Biblia es una revelación
del carácter de Dios) nosotros podemos usar acertadamente tanto
el Nuevo como el Antiguo Testamento para predicar a Cristo y
convencer a los hombres de pecado.
Juan el Bautista no dudó en reprender a Herodes por casarse
con la mujer de su hermano Felipe, diciéndole que “no le era
lícito”1 tener la mujer de su hermano. Asimismo, no dudó en
reprenderlo por todas las otras “maldades que había hecho”.2 El
resultado fue que “Herodes temía a Juan, sabiendo que era un
hombre justo y santo”.3 De la misma manera, los cristianos no
deberían dudar en citar pasajes como Levítico 18:22-23 y 20:13
para reafirmar el conocimiento innato4 que los hombres tienen
1
Marcos 6:17-18; cf. Levítico 20:21 2
Lucas 3:19 3
Marcos 6:20
4
Génesis 19:7
262
El Uso Lícito de La Ley
L os D iez M andamientos
Algunos evangelistas y teólogos sostienen que la convicción de
pecado sólo puede tener lugar cuando la Ley (en la forma específica
1
Levítico 7:21; 17:10; Deuteronomio 14:3 2
Romanos 14:14
3
Levítico 18:23 es un ejemplo.
263
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 1:32
264
Apéndice E
P reguntas Frecuentes
1. ¿Están obligados los cristianos a obedecer el Cuarto
Mandamiento de “acordarse del día de reposo para
santificarlo”?
1
Ver capítulo 9. 2
Hebreos 4:1-11 3
Apocalipsis 14:13 4
Éxodo 23:12
265
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 14:6 2
Romanos 14:3
266
Preguntas Frecuentes
Aquí Pablo nos manda que no dejemos que nadie “se constituya
en nuestro juez” en relación con estas cuestiones, ya que son sólo
“sombras” de la realidad (“sustancia”) que se encuentra en Cristo.
No cabe duda de si el día de reposo semanal es o no lo que está en
cuestión en estos versículos, dado que Pablo mantiene la misma
categoría aquí (fiestas anuales, lunas nuevas mensuales, y días de
reposo semanales), tal como se encuentra en varios lugares en el
Antiguo Testamento.2
Con respecto a su naturaleza “de sombras”, el día de reposo
es similar a la circuncisión. A pesar de que la circuncisión física
era sólo un mandamiento temporal simbolizando una realidad
espiritual más profunda,3 tuvo un lugar muy prominente en el Pacto
Abrahámico, porque era la “señal” de ese pacto y, por consiguiente,
era identificado con el pacto mismo.4
1
Romanos 14:4 2
1 Crónicas 23:31; 2 Crónicas 2:4; 8:12-13; 31:3;
Ezequiel 45:17 3
Romanos 2:28-29 4 Hechos 7:8 “el pacto de la circuncisión”
267
LA LEY DE CRISTO
También les di mis días de reposo por señal entre ellos y yo, para
que supieran que yo soy el Señor, el que los santifica… Mis
días de reposo… que sean una señal entre yo y vosotros.
Ezequiel 20:12, 20
1
Éxodo 34:28
268
Preguntas Frecuentes
El día de reposo era “una señal” del pacto “entre Dios y los
hijos de Israel”. Como tal, era de suma importancia en el contexto
del Antiguo Pacto; pero como la circuncisión, ahora está vigente
sólo en cuanto a que se ha convertido en una “realidad” en Cristo.
Según Pablo, Cristo mismo es la “sustancia” del día de reposo.
Aquellos que “descansan de su obras” y ponen su confianza sólo en
Cristo para la salvación entran en la realidad que el día de reposo
prefiguró, y, por lo tanto, no deberían “dejar que nadie se constituya
en su juez” con respecto al día de reposo.
2. La observancia del día del Señor como el “día de reposo
cristiano” está basada en la teoría que dice que los Diez
Mandamientos son la “ley moral inmutable”1 de Dios y que el
primer día (domingo) ha sustituido al séptimo día (sábado) como
el día en el cual el Cuarto Mandamiento ordena que los hombres
descansen. Sin embargo, en ninguna parte del Nuevo Testamento
existe alguna enseñanza concerniente a tal cambio en los Diez
Mandamientos. Tampoco hay ningún mandamiento diciéndonos
que observemos el Cuarto Mandamiento en un día diferente
al que Dios originalmente “bendijo” y “santificó”. Se nos dice
explícitamente en Génesis 2:3 que “bendijo Dios el séptimo día y lo
santificó”. No se nos dice en ninguna parte de la Biblia que Dios
ahora ha bendecido el primer día y lo ha santificado en lugar del
1
Ver Apéndice C.
269
LA LEY DE CRISTO
1
Génesis 2:18-24; 1:26-28; Mateo 19:3-5 2 E.g., Génesis 8:20; 22:7-8; 31:54;
46:1 3 Génesis 7:2, 8; 8:20 4 E.g., Daniel 5:22-23; Jonás 1:2; Lucas 3:19;
Hechos 24:25 5 p. 268 6 Nehemías 9:13-14; Ver también Éxodo 16:4-5, 22-30,
donde la observancia del día de reposo es introducida y explicada por primera
vez.
270
Preguntas Frecuentes
1
Ezequiel 20:11-12 2 Salmo 95:8-11; Hebreos 3:11, 18; 4:1, 3, 5, 10
3
Hebreos 3:18-19; 4:2-3, 10-11; 6:1; 9:14 4 Apocalipsis 14:13
5
Marcos 2:27-28
271
LA LEY DE CRISTO
los hombres, pero, debido a que era “la sombra de lo que había de
venir”, su “verdadera realidad es Cristo”.1
4. De la escasa evidencia que tenemos en el Nuevo Testamento,2
parece que el primer día de la semana vino a ser conocido en la
iglesia primitiva como “el Día del Señor” porque fue en ese día que
Jesús resucitó de entre los muertos, reiteradamente se apareció a Sus
discípulos,3 y derramó el Espíritu Santo.4 La práctica de la asamblea
cristiana en ese día parece haber surgido espontáneamente, no por
mandamiento, y fue asociada desde el principio con la adoración,
no con la cesación del trabajo. La iglesia primitiva veía el Día del
Señor como una fiesta, para ser “celebrada” como un “día de gozo”.
No obstante, ellos repetidamente mantenían que no “guardaban
el día de reposo”.5
5. Es un hecho histórico que la iglesia primitiva no observaba
el Día del Señor (domingo) como un día de descanso o “día de
reposo cristiano”. Los gentiles convertidos se reunían el domingo
temprano en la mañana para la adoración, y luego procedían a ir
a trabajar todo el día como cualquier otro día de la semana. No
fue hasta el tiempo de Constantino (321 d. C.) que el domingo
legalmente fue hecho un día festivo. Sin embargo, aun después del
año 321 d. C., los cristianos continuaron manteniendo la diferencia
esencial entre el Día del Señor y el día de reposo.
Una postura verdaderamente sabatista tocante al día del Señor,
no se desarrolló sino hasta la Edad Media. A fines de la Edad
Media, la idea de que los cristianos estaban obligados por el Cuarto
Mandamiento a descansar el domingo se había convertido en una
parte aceptada del dogma católico romano. En los Estados Unidos,
la mayoría de nuestras ideas en relación con el domingo como
el “día de reposo cristiano” han sido heredadas directamente del
1
Colosenses 2:16-17 (DHH) 2 Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2; Apocalipsis 1:10
3
Lucas 24:1-36; Juan 20:19, 26 4 Hechos 2:1-2 5 Para estos y otros asuntos de
historia general expuestos abajo, ver D. A. Carson, ed. From Sabbath to
Lord’s Day (Del día de reposo al Día del Señor) (1982; reprint, Eugene: Wipf and
Stock Publishers, 1999), además de la mayoría de las enciclopedias bíblicas
convencionales bajo artículos titulados “Día de reposo” o “Día del Señor”.
272
Preguntas Frecuentes
1
Ver Apéndice C. 2
Mateo 18:15-18; 1 Corintios 5:9-13
273
LA LEY DE CRISTO
1
1 Corintios 6:9-11; Gálatas 5:19-21 2 Hebreos 10:25 3 Compare con
Deuteronomio 4:8. 4 Ver “Nación civil vs. nación espiritual”, p. 100.
274
Preguntas Frecuentes
1
Hebreos 9:8-14 2 1 Timoteo 1:9-10 3 Mateo 19:3-9; Marcos 10:2-12
4
Josué 24:19-20; Deuteronomio 31:16-18, 20-21
275
LA LEY DE CRISTO
1
Ver “Bendiciones y maldiciones”, p. 52. 2
Jeremías 2:32; Isaías 1:3; Romanos
7:12 3 Romanos 5:14, 20; Gálatas 3:17 4
Gálatas 3:19 5 Gálatas 3:12
6
2 Corintios 3:9
276
Preguntas Frecuentes
1
1 Timoteo 1:9-10 2
Romanos 7:4-5 3
Romanos 7:12, 14, 16, 22, 25
4
Romanos 7:6
277
LA LEY DE CRISTO
1
Colosenses 3:1-3 2 Romanos 6:13 3 Romanos 6:4 4 2 Reyes 23:1-24
5
2 Reyes 23:25; cf. 2 Crónicas 15:12-15; 16:9; ct. 1 Reyes 11:4
278
Preguntas Frecuentes
1
Lucas 10:25-28 2 Romanos 5:17-18, 21 3 Génesis 12:1-3, 7; 13:14-17; 15:1-
21; 17:1-27; 18:17-19; 22:15-18 4 Génesis 26:2-5 5 Génesis 28:3-4, 13-15;
32:12 6 E.g., Lucas 1:72-73 (cf. vv. 54-55); Gálatas 3:15-18 7 Romanos 4;
Gálatas 3-4; Romanos 9 8 Gálatas 3:9; Romanos 4:16
279
LA LEY DE CRISTO
1
Génesis 12:1, 4; 17:1-2, 9-14; 22:18; 26:5; Hebreos 6:15 2 Mateo 7:21-23;
Romanos 6:17-18; 11:22; Hebreos 6:11-12; 12:14 3 Romanos 9:6-13;
Gálatas 4:23-31 4 Jeremías 32:40
280
Preguntas Frecuentes
281
LA LEY DE CRISTO
1
Mateo 25:34-36, 41-43 2 Santiago 2:21-23 3 Salmo 147:19-20; véase
Deuteronomio 4:6-8; Salmo 119; etc. 4 Romanos 3:1-2 5 Romanos 2:20
282
Preguntas Frecuentes
1
Levítico 17:11 2
Romanos 4:12 3
Romanos 9:30-10:11
283
LA LEY DE CRISTO
1
Levítico 18:5; 25:18-19; 26:3-5; Deuteronomio 4:1, 40; 5:33; 8:1; 30:15-20
2
Deuteronomio 28:1-14; ct. 29:21 “todas las maldiciones del pacto” 3 Lucas
10:25-28; Romanos 10:5; Gálatas 3:12 4 Romanos 5:17 5 2 Corintios 3:7
284
Preguntas Frecuentes
1
Gálatas 3:10 2 Romanos 5:13-14, 20 3 Gálatas 3:17-4:5 4
Gálatas 4:24
5
2 Corintios 3:5-18 6 Hebreos 9:9-10, 13-14
285
LA LEY DE CRISTO
1
Éxodo 34:28 2 Deuteronomio 13:1-11 3 Éxodo 31:15 4 Deuteronomio
19:11-13; Levítico 24:17 5 Levítico 20:10 6 Levítico 24:10-16 7 Levítico
20:13 8 Levítico 20:15-16 9 Levítico 20:27 10 Levítico 20:9 11 Levítico 5:17-
19; Números 15:22:26; ver también Levítico 4:2, 22, 27; 5:15, etc. 12 Números
15:30-31; contrastar, sin embargo, Levítico 5:1-6; 6:1-7. 13 Levítico 4:31, 35
14
E.g., Levítico 14:1-32 15 Levítico 5:17-19
286
Preguntas Frecuentes
1
Levítico 14:10, 21-22 2 Hechos 15:10 3
Romanos 7:12 4
Jeremías 2:32;
Isaías 1:3 5 Gálatas 5:1
287
LA LEY DE CRISTO
1
Hebreos 10:3-4 2
Hechos 13:38-39; Hebreos 9:15
288
Preguntas Frecuentes
1
DHH (versión Dios Habla Hoy) 2 DHH 3 Romanos 5:20; 7:25; 1 Corintios
15:56; etc.; ver “¿Para qué la Ley, entonces?” p. 59. 4 Gálatas 3:22
289
LA LEY DE CRISTO
los hombres (tanto judíos como gentiles) han sido “encerrados bajo
pecado”, así como en los versículos 13-14, en donde él identifica
la maldición, de la cual Cristo ha liberado a los creyentes tanto
judíos como gentiles, como siendo “la maldición de la Ley”. Además,
Pablo les pregunta a los gentiles que quieren ponerse bajo las reglas
y regulaciones de la Ley de Moisés cómo es que ellos “desean
volver a estar esclavizados de nuevo” a “las cosas débiles, inútiles y
elementales” de su vida pasada.1
A partir de todo esto debería quedar claro que,
independientemente de cómo traduzcamos Gálatas 3:24, el principio
de que Dios usa la ley para conducir a los hombres a Cristo, es
bíblico. El pecado carece de sentido aparte de un estándar de algún
tipo. Todos los hombres están condenados por la ley ”bajo” la cual
están. Para los gentiles, esta es la ley de conciencia; para los judíos,
es la Ley de Moisés; y para los que han oído el mensaje del Nuevo
Testamento, es la ley de Cristo.
1
Gálatas 4:9
290
Preguntas Frecuentes
1
1 Corintios 9:21 2
P. ej., 1 Juan 2:3, 6, 7-10; 3:22-24
291
LA LEY DE CRISTO
1
Mateo 28:20 2
Hebreos 8:10 3
Romanos 2:15
292
Preguntas Frecuentes
1
Efesios 2:1-3 2 1 Corintios 2:14 3 Romanos 8:7-8 4 Génesis 15:6;
Hebreos 11; Salmos 119:97, 113, 163 5 Jeremías 31:31-34
293
LA LEY DE CRISTO
1
Ezequiel 18:31 2 Deuteronomio 30:6; ct. 29:2-4 3 Deuteronomio 10:16;
Jeremías 4:4 4 Juan 3:8 5 Juan 3:10 6 Mateo 13:16-17 7 Juan 7:37-39;
Hechos 2:14-18; Gálatas 4:4-7 8 Mateo 11:11; Lucas 16:16
294
Preguntas Frecuentes
14. ¿Qué quiere decir Pablo, cuando dice en Romanos 7:14 que
“la Ley es espiritual”?
Cuando Pablo dice que “la Ley es espiritual, pero yo soy carnal,
vendido a la esclavitud del pecado”, él está haciendo la misma
1
Romanos 3:9 2 Gálatas 3:22 3 Romanos 5:21 4 Juan 8:34 5 Romanos 2:12;
3:19; 6;14-15; 1 Corintios 9:20; Gálatas 3:23, 25; 4:2-5, 21; 5:18 6 Gálatas 5:1
7
Romanos 7:4 8 Gálatas 2:20 9 Colosenses 3:4
295
LA LEY DE CRISTO
15. ¿Por qué algún judío pensaría que Jesús había venido a
“abolir la Ley o los Profetas?”4
1
Romanos 7:5-6; 8:6-9; ver capítulo 11 de mi libro Justificación y Regeneración.
2
P. ej., 1 Corintios 2:12-3:3 3 Romanos 7:5 4 Mateo 5:17 5 P. ej., Mateo
21:42; 22:29; 26:54, 56; Juan 7:38; 13:18 6 Juan 10:35 7 E.g., Mateo 26:24;
Lucas 4:21; 24:27; Juan 5:39 8 Lucas 5:12-13; ver también Lucas 8:43-44 y
Levítico 15:25
296
Preguntas Frecuentes
1
Lucas 5:14 2 Mateo 17:24-27 3
Mateo 12:5-6; comparar con Juan 5:18.
4
Marcos 2:28 5 Mateo 12:8
297
LA LEY DE CRISTO
1
Juan 8:4
298
Preguntas Frecuentes
1
Génesis 1:26-27 2
Génesis 9:6 3
Romanos 1:26-28 4
Hechos 5:4
299
LA LEY DE CRISTO
1
Hechos 15:28-29 2
1 Corintios 8; Romanos 14 3
Romanos 14:15
4
1 Corintios 10:32
300
Preguntas Frecuentes
1
Mateo 7:12; Lucas 6:31
301
LA LEY DE CRISTO
1
Romanos 14:23: comparar con v. 14 2
Hechos 16:3 3
1 Corintios 9:19-23
302
Preguntas Frecuentes
débil, el hermano por quien Cristo murió.”1 “Es mejor no comer carne,
ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece.”2 “Porque
si por causa de la comida tu hermano se entristece, ya no andas
conforme al amor.”3
6. ¿Estoy dominado por este deseo, o soy completamente neutral,
queriendo sólo la perfecta voluntad de Dios en este asunto? “Todas las
cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas
me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.”4
7. ¿Me he humillado y buscado el consejo de aquellos que son mayores,
más sabios y piadosos que yo? “Asimismo, vosotros los más jóvenes,
estad sujetos a los mayores; y todos, revestíos de humildad en
vuestro trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios, pero da
gracia a los humildes.”5
Ninguna de estas consideraciones nos da una respuesta “Si o
No” bien definida a la pregunta que se nos plantea, y las respuestas
pueden variar dependiendo de los individuos y las circunstancias.
Es por esto que Pablo nos dice que “presentemos nuestros cuerpos
como sacrificio vivo y santo” a Dios. Debemos “no adaptarnos a
este mundo, sino transformarnos mediante la renovación de nuestra
mente, para que verifiquemos cuál es la voluntad de Dios: lo que es
bueno, aceptable y perfecto”.6 Dios es fiel para guiar a aquellos
que verdaderamente quieren conocer Su voluntad.
1
1 Corintios 8:10-11 2 Romanos 14:21 3
Romanos 14:15 4
1 Corintios 6:12
5
1 Pedro 5:5 6 Romanos 12:1-2
303
LA LEY DE CRISTO
1
Hebreos 8:11 2
Juan 3:3-8 3
Hebreos 8:11; Juan 6:45 4
Hebreos 8:12
5
Hebreos 8:10 6
Gálatas 3:7
304
Preguntas Frecuentes
1
Charles Hodge, Systematic Theology (Teología Sistemática) (Grand Rapids:
Eerdmans, 1973) 3.588.
305
LA LEY DE CRISTO
1
B.B. Warfield, Studies in Theology (Estudios en Teología) (193; reprint, Grand
Rapids: Baker, 2003) 9.408. 2 Iain Murray, David Martyn Lloyd-Jones, The Fight
of Faith (La Batalla de la Fe) (Edinburgh: Banner of Truth, 1990) 525.
3
Romanos 11:4
306
Preguntas Frecuentes
1
2 Timoteo 3:5 2 Gálatas 6:15-16; Romanos 9:6 3 Gálatas 3:7, 29
4
Romanos 2:28-29; Filipenses 3:3 5 1 Pedro 2:9 6 Apocalipsis 5:9-10; cf.
Éxodo 19:6 7 1 Pedro 2:5 8 Apocalipsis 11:8 9 1 Corintios 5:7
307
LA LEY DE CRISTO
22. ¿Deberían los cristianos tener tantos hijos como sea posible
con el fin de “levantar una descendencia piadosa” que supere
en número a la “descendencia impía” de los incrédulos?
1
Jeremías 31:31; Hebreos 8:6-13 2
Romanos 11:17 3
Efesios 2:11-19
4
Mateo 8:11-12
308
Preguntas Frecuentes
Los hijos son una gran bendición de Dios,1 pero nuestro motivo
para tenerlos no debe ser para incrementar el número físico de
la comunidad “cristiana”. El pensar de esta forma implica una
mentalidad esencialmente del “Antiguo Pacto”, por medio de la
cual los hijos de creyentes son automáticamente considerados
“hijos del pacto” por nacimiento, y los hijos de los incrédulos son
considerados “paganos”. Aparte de los autores modernos, esta idea
es propuesta en la Confesión de Fe de Westminster (24:3), que
enseña que una de las razones del matrimonio es “para el aumento
... de la Iglesia con una simiente santa”. Incluso algunos recientes
defensores de este punto de vista han abogado por dejar que los
horrores del aborto continúen sin tratar de prevenirlo, ya que debido
a eso los incrédulos están tan solamente disminuyendo el número
de su propia “descendencia” (impía).
Los libros para niños escritos desde esta perspectiva, con
frecuencia no les hablan a los niños acerca de su necesidad de
regeneración y conversión, sino que los tratan como “pequeños
cristianos” quienes “aman a Dios” desde sus primeros años de vida.
Como resultado, multitudes crecen pensando que son hijos de Dios
simplemente porque han sido bautizados cuando bebés, han sido
criados en una familia cristiana, han asistido a la iglesia fielmente,
y han vivido vidas limpias y morales. Tristemente, a menudo no
conocen en absoluto el milagro por el cual los hombres llegan a ser
“nuevas criaturas” en Cristo y “todas las cosas son hechas nuevas”.
1
Salmo 127:3-5
309
LA LEY DE CRISTO
24. ¿De qué manera se relaciona la ley de Cristo con las enseñanzas
de la “teonomía”?
1
E.g., Levítico 15:2-11 2 Levítico 20:24-26; ver también 15:31 y 16:16, en
donde “morir por sus impurezas” tenía que ver, no con enfermedad, sino con
“contaminar el tabernáculo de Dios” que estaba “entre ellos”. 3 Colosenses
2:16-17 4 E.g., Levítico 12:2-5; 15:16-24; 16:23-24, 26, 28, etc.
310
Preguntas Frecuentes
1
Juan 18:36 2
Romanos 13:1-8 3
1 Timoteo 2:1-2
311
LA LEY DE CRISTO
1
2 Corintios 10:3-5 2 2 Corintios 6:4-10; nota v. 7 3 Efesios 6:4 4 Hebreos 7:4
5
Hechos 7:8-9 6 Hechos 2:29 7 1 Crónicas 24:31; 2 Crónicas 26:12
312
Preguntas Frecuentes
313
LA LEY DE CRISTO
1
Mateo 5:8-10, 39-40 2 Romanos 13:1-4 3 Deuteronomio 9:4-6; Levítico 18:25
(vv. 21-24); Génesis 15:16 4 Proverbios 19:18; 22:15; 23:13-14
314
Preguntas Frecuentes
315
Apéndice F
Legalismo vs.
A ntinomianismo
El término “legalismo” no se encuentra en la Biblia, y por eso
es difícil definirlo bíblicamente. Sin embargo, para los propósitos de
este estudio, el legalismo puede definirse como buscar cumplir leyes y
reglas para ser salvos y santificados. Las “leyes” que el legalista procura
cumplir pueden ser mandamientos dados por Dios, o normas y
reglamentos inventados por los hombres. Según esta definición,
una persona no es necesariamente un legalista solamente por el
hecho de que tenga una conciencia demasiado sensible con respecto
a cuestiones como la honestidad o la frugalidad. Tampoco son
legalistas los que enfatizan la responsabilidad humana tanto como
la soberanía divina.1 Ni tampoco es legalista una persona porque
insiste en la necesidad de disciplinas espirituales tales como el
ayuno y la negación de uno mismo.
El término “antinomianismo” proviene de dos palabras griegas:
anti (“contra”) y nomos (“ley”). Significa, literalmente, estar en contra
de la ley de Dios. Al igual que la palabra “legalismo”, la palabra
“antinomianismo” realmente no aparece en la Biblia. Una palabra
estrechamente relacionada sí aparece en la Biblia, sin embargo; es
la palabra griega anomos (a = “sin”; nomos = “ley”). Queda claro lo
que significa estar “sin ley” en los contextos en los que se encuentra
la palabra anomos: “¿Qué asociación tienen la justicia y la iniquidad2?
¿O qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O qué armonía tiene
Cristo con Belial?”3 Aquí vemos que “iniquidad”4 es lo opuesto a
“justicia” y que está asociado con “oscuridad” y “Belial”. (Nota
del traductor: Debido a que en castellano no existe una palabra
específica para decir “sin ley”, para transmitir la idea se usará el
término “antinomianismo” durante el resto del apéndice.)
1
Filipenses 2:12-13 2 anomos (griego: “sin ley”) 3 2 Corintios 6:14-15; ver
también Mateo 7:23; 13:41; 23:28; 24:12. 4 anomos (griego: “sin ley”)
317
LA LEY DE CRISTO
1
Judas 19 2 Gálatas 5:4 3 Judas 4 4
Mateo 23:28 5
Gálatas 5:4
6
Mateo 7:23 7 1 Timoteo 4:7
318
Legalismo vs. Antinomianismo
2. Al legalista le importa más cumplir con las reglas que las
necesidades de sus semejantes. El segundo pecado más grande del
legalista es que realmente no ama a los demás. Para el legalista, las
“reglas” son más importantes que las personas, y el “sacrificio” es
más importante que la “compasión”.2 El legalismo es insensible
a la necesidad humana. Está centrado en la ley, no en el amor. Se
1
Lucas 16:14-15 2
Mateo 9:11-13
319
LA LEY DE CRISTO
1
Marcos 3:1-6 2
Mateo 27:3-6
320
Legalismo vs. Antinomianismo
1
Juan 7:22-24 2
1 Samuel 16:7
321
LA LEY DE CRISTO
322
Legalismo vs. Antinomianismo
323
LA LEY DE CRISTO
324
Legalismo vs. Antinomianismo
Además, todos los legalistas son sentenciosos; creen estar por sobre
otros y se dan aires de superioridad, prestando especial atención a
las supuestas fallas de los demás. Los legalistas también se encargan
de juzgar las intenciones de los corazones de otros hombres.
1
Mateo 19:16-22 2
Romanos 10:3
325
LA LEY DE CRISTO
1
Gálatas 4:15 2
Gálatas 5:15
326
Legalismo vs. Antinomianismo
1
Lucas 19:12-14
327
LA LEY DE CRISTO
328
Legalismo vs. Antinomianismo
329
LA LEY DE CRISTO
330
Apéndice G
El Amor en el Nuevo
Testamento
El Nuevo Testamento tiene mucho que decir acerca del amor.
La fuente del amor es Dios mismo —el “Dios de amor”.1 Su amor
se manifiesta entre las Personas de la Trinidad, hacia todos los
hombres,2 y especialmente hacia “los Suyos”.3 Como resultado
del amor de Dios por nosotros, nosotros lo amamos a Él4 y a
otros cristianos.5 El amor a Dios y el amor a nuestro prójimo
están inseparablemente vinculados. Es imposible amar a Dios
verdaderamente sin amar a nuestro prójimo6 o amar a nuestro
prójimo verdaderamente sin amar a Dios.7 La mayor parte de las
referencias explícitas sobre el “amor” en el Nuevo Testamento están
enumeradas en este apéndice. En algunos casos, los versículos se
han incluido más de una vez porque no está claro si se refieren
al amor de Dios por nosotros, a nuestro amor por Él, o a nuestro
amor por los demás (o los tres).
E l A mor de D ios
Mateo 5:44-46 “Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos
y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro
Padre que está en los cielos; porque Él hace salir su sol sobre malos y
buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os
aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también lo mismo
los recaudadores de impuestos?”
1
2 Corintios 13:11 2 Mateo 5:44-48 3 Juan 13:1 4 1 Juan 4:19 5 1 Juan 5:1
6
1 Juan 3:17; 4:20; Juan 21:15-17; cf. Levítico 19:14, 32; 25:36, 43; Proverbios
14:31; Génesis 9:6; Santiago 3:9 7 1 Juan 5:2
331
LA LEY DE CRISTO
332
El Amor en el Nuevo Testamento
333
LA LEY DE CRISTO
334
El Amor en el Nuevo Testamento
335
LA LEY DE CRISTO
336
El Amor en el Nuevo Testamento
337
LA LEY DE CRISTO
338
El Amor en el Nuevo Testamento
339
LA LEY DE CRISTO
340
El Amor en el Nuevo Testamento
Lucas 6:32 “Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?
Porque también los pecadores aman a los que los aman.”
Lucas 6:35 “Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien,
y prestad no esperando nada a cambio, y vuestra recompensa
será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque El es bondadoso
para con los ingratos y perversos.”
Juan 13:34-35 “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis
los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os
améis los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis
discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros.”
Juan 15:12 “Este es mi mandamiento: que os améis los unos a
los otros, así como yo os he amado.”
Juan 15:17 “Esto os mando: que os améis los unos a los otros.”
Romanos 12:9-10 “El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo
malo, aplicándoos a lo bueno. Sed afectuosos unos con otros con
amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros.”
Romanos 13:8-10 “No debáis a nadie nada, sino el amaros
unos a otros; porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley.
Porque esto: No cometerás adulterio, no matarás, no hurtarás,
no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en estas palabras
se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace
mal al prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley.”
Romanos 14:15 “Porque si por causa de la comida tu hermano
se entristece, ya no andas conforme al amor. No destruyas con
tu comida a aquel por quien Cristo murió.”
Romanos 15:30 “Os ruego, hermanos, por nuestro Señor
Jesucristo y por el amor del Espíritu, que os esforcéis juntamente
conmigo en vuestras oraciones a Dios por mí.”
1 Corintios 4:21 “¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con
amor y espíritu de mansedumbre?”
1 Corintios 8:1 “En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos
que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece,
pero el amor edifica.”
341
LA LEY DE CRISTO
342
El Amor en el Nuevo Testamento
343
LA LEY DE CRISTO
344
El Amor en el Nuevo Testamento
345
LA LEY DE CRISTO
346
El Amor en el Nuevo Testamento
347
LA LEY DE CRISTO
348
El Amor en el Nuevo Testamento
349
Charles Leiter
Disponible en www.grantedministries.org.
ISBN: 978-0-9817321-2-1
Polític a Acerc a de Lo Que
Ust ed P uede Pag a r
Al igual que con todo el material que ponemos a disposición,
este libro se ofrece a quienes creen que pueden beneficiarse del
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