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Investigación Documental

Nutracéuticos y su evolución a través del tiempo.

El proceso de nutrición en los seres vivos es uno de los factores más importantes para
un buen estado de salud física, así como también para sus actividades diarias. En
nuestros días, la calidad de un alimento no es evaluada únicamente por su contenido
de macro y micronutrientes, sino también se analiza el contenido de sustancias
bioactivas, así también el papel que estas desempeñan en la prevención y tratamiento
de enfermedades; es por ello que se toma en cuenta factores tales como la
biodisponibilidad, su concentración y el número de veces que se rebasa su ingestión
diaria recomendada (Ramírez, 2009).

En la actualidad más personas están tomando consciencia de la importancia que tienen


los hábitos alimenticios en la nutrición y en la reducción del riesgo de padecer
enfermedades, por tal motivo, se demandan alimento que no sólo nutran sino que
también aporten beneficios a su salud, a través de sustancias contenidos en ellos que
desempeñen acciones en las funciones fisiológicas del organismo, de esta forma
coadyuvando a una mejora física. Este tipo de alimentos se conocen como alimentos
funcionales (Alvídrez et al., 2002).

Existe un emergente mercado de los alimentos funcionales y de los nutracéuticos,


principalmente estimulado por el incremento del conocimiento por parte de los
consumidores, de que existe una relación importante entre las enfermedades y la dieta,
el alto costo de los servicios de saludo, al envejecimiento prematuro de la población y a
los grandes avances en la ciencia y tecnología de los alimentos. En la actualidad la
investigación y el desarrollo de alimentos se basa en el estudio de los principales
ingredientes funcionales contenidos en los alimentos, con la finalidad de demostrar su
potencial actividad biológica y efectos benéficos en la salud (Hernández y Serna 2003).

Es un hecho que los consumidores han comenzado a ver la dieta como parte esencial
para la prevención de las enfermedades crónicas como el cáncer, las enfermedades
cardiovasculares, la osteoporosis entre otras. De esta manera es que se presenta un
fenómeno denominado de auto-cuidado (self-care) que es el factor principal que motiva
a decidir comprar alimentos saludables (Sloan, 2000), y lo más importante para la
industria alimenticia, tienen un poder económico muy fuerte (Hollingworth, 1999), este
es el mercado que hará florecer la industria de los alimentos funcionales.
Existen numerosas evidencias de que la relación entre la dieta y la salud fue reconocida
desde el año 1000 a.C. por la medicina tradicional china. También hacia el año 400 a.C.
Hipócrates, que es conocido como el padre de la medicina, postuló la siguiente frase
“deja que tus alimentos sean tu medicina”, reconociendo así la importancia de la
alimentación en la salud del ser humano, de esta manera concluyó que el mantenimiento
de la salud se efectúa a través de la dieta y la higiene (Bello, 1995; Boylston et al., 2004).

En los tiempos actuales es considerado que la alimentación del ser humano es el


conjunto de procesos biológicos, sociológicos y psicológicos que se relacionan con la
ingestión de alimentos que le proveen al organismo los nutrimientos que este necesita,
para así lograr la satisfacción estética, emocional, sociocultural e intelectual que le es
indispensable para que se disfrute de una vida plena (Guzmán et al., 2009).

Desde inicios del siglo XX se sabe de la necesidad que tiene el organismo para ingerir
las cantidades idóneas de macronutrientes (proteínas, carbohidratos y lípidos) y de
micronutrientes (vitaminas y minerales), para prevenir o recuperar a personas enfermas
por deficiencias específicas de estos nutrimentos.

Con el avance de la ciencia y tecnología, fue posible la síntesis química de fármacos.


Aunque los fármacos han permitido optimizar el tratamiento de muchas enfermedades,
los enfermos se someten a terapias que tienen como consecuencia severos efectos
secundarios. Debido a esto, en se centraron esfuerzos en la búsqueda de alternativas y
de esta manera el termino alimento funcional fue introducido por primera vez en los años
80’s en Japón, cuando las autoridades de aquel país consideraron que una buena
nutrición, contribuiría a mejorar de manera importante la salud y con ello se disminuirían
los costos de salud que se destinaban a este sector. De esta manera nació un nuevo
concepto de alimentos: “Alimentos para uso específico de salud” (Foods For Specified
Health Use o FOSHU), cuya finalidad es la de mejorar la salud y reducir el riesgo de
padecimiento de enfermedades por la población.

Este nuevo concepto se utilizó por primera vez en el mundo occidental en 1989, por el
Dr. Stephen L. Defelice, que definió esta nueva clase de alimentos como alimentos
funcionales o nutracéuticos, y la definición que acuño es cualquier sustancia que puede
considerarse como alimento o ingrediente de un alimento, que además de su valor
nutricional, aporta beneficios a la salud y previene de enfermedades a quien lo consume
(Arai, 1996; Roberfroid, 2002).
Referencias
Alvídrez, M.A., González, M.B.E., Jiménez, S.Z. 2002. Tendencias en la producción de
alimentos: alimentos funcionales. Revista Salud Pública y Nutrición. 3(3).
http://www.respyn.uanl.mx/iii/3/ensayos/alimentos_funcionales.html

Arai, S. 1996. Studies on Functional Foods in Japan. State of the art. Biosci. Biotech.
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Bello, J. 1995. Los alimentos funcionales o nutracéuticos. Nueva gama de productos en


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Boylston, T., Vinderola, C., Ghodusi, H., Reinheimer, J. 2004. Incorporation of


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Guzmán, A.B., Juárez, H.E., Ortega, E.S., Romero, V.R., Silencio, B.J.L. 2009. Los
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Hernández, B.C., Serna, S.S. 2003. Alimentos nutracéuticos: el futuro de nuestra


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Hollingworth, P. 1999. Food priorities for an aging America. Food Technol. 53: 38-40.

Ramírez, G.X.S. 2009. Alimentos funcionales, etnobotánica y nutrición. Ide@s


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Sloan, A.E. 2000. The top 10 functional food trends. Food Technol. 54: 33-62.

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