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05 MÓDULO
EVALUACIÓN POR COMPETENCIAS: TÉCNICAS E INSTRUMENTOS
1. Introducción
¿Qué entendemos por evaluación? Vamos a ofrecerle dos definiciones que nos
parecen adecuadas:
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● Lleva siempre a INTERPRETAR datos, y a la interpretación significativa dar
sentido a los datos, analizarlos, explicarlos desde nuestro punto de vista.
● Emitidos JUICIOS DE VALOR sobre lo que analizamos, decidimos si posee
calidad o no, si es bueno o no, si responde a lo esperado o no.
● Por último, evaluamos para ACTUAR, tomando decisiones que ayuden a mejorar
nuestro trabajo e incidir si se encuentran dificultades de aprendizaje en algunos
alumnos.
Otra visión, complementaria nos la proporciona Rosales, que la define como "una
reflexión crítica sobre todos los momentos y factores que intervienen en el proceso
didáctico, a fin de determinar cuáles pueden ser, están siendo o han sido los resultados
del mismo". En esta definición vemos que la evaluación se entiende como:
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Cuando comienzan a aparecer análisis y construcciones teóricas sobre los procesos de
cambio curricular y educativo; simultáneamente, la evaluación adquiriere un inusitado
desarrollo en modelos, controversias y tendencias, hasta el punto de consolidarse como
una disciplina profesional con carácter propio.
La evaluación ha llegado a ser tan importante que los gobiernos cuentan con sus propios
expertos en evaluación.
Debemos reconocer la evolución lógica y necesaria que ha tenido el campo de la
evaluación, siendo así que históricamente las etapas de auge de la evaluación han
coincidido con momentos en los que la evaluación se hace necesaria a nivel político
además de a nivel educativo; ha sido entonces cuando podemos decir que este campo
disciplinar ha ido adquiriendo entidad propia.
La evaluación se ha convertido en un referente necesario para establecer la situación de
partida, cualificar los progresos y valorar el mérito de lo conseguido.
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social. La instrucción y el aprendizaje están engarzadas, de hecho, para conseguir estos
tres objetivos de aprendizaje. Pero se evalúan cualitativamente.
Los exámenes escritos supusieron el mayor cambio en la tecnología de la evaluación
occidental (ya que en China se empleaban). De hecho, aunque hay datos de que en París
se emplearon en el siglo XIV y que los jesuitas los hacían en el XVI, no se generalizan
hasta el siglo XVIII, en que ya se dispone más del papel. Pero también por razón de la
introducción de las matemáticas en el curriculum. En Oxford y en Cambridge se pensó
que los exámenes orales no eran formas adecuadas para probar el conocimiento de los
alumnos en este campo, y se piden respuestas escritas a cuestiones concretas. Pero se
valoraban también cualitativamente, de acuerdo con las respuestas aceptables
tradicionalmente.
Progresivamente se fue deslizando la evaluación cualitativa hacia la cuantificación,
al establecer niveles cuantitativos para cada cuestión. La cualidad no puede
cuantificarse, pero los niveles individuales pueden sumarse y compararse con otros. La
introducción de un símbolo cuantitativo en las categorías cualitativas del aprendizaje del
alumno a finales del siglo XVIII puede considerarse como el primer paso hacia la
psicometría, que va a describir la capacidad de los alumnos en términos de la
puntuación obtenida en los tests. A partir de ahí, combinando las respuestas escritas de
los estudiantes a una serie de cuestiones, y graduándolas, va a llegar a establecerse un
curriculum común.
Entonces los símbolos cuantitativos adquieren suprema significación, y el
conocimiento que se puede comprobar en los tests, junto con la valoración de la
adquisición de destrezas, va a dar como resultado la nueva concepción de la educación y
de los exámenes. Y adquieren ya preeminencia en las escuelas el conocimiento objetivo
y la competencia técnica en materias específicas, que se pueden examinar y permitir la
selección para la entrada en distintas profesiones.
En el siglo XIX fundamentalmente se hacían exámenes de ensayo, o respuestas
amplias a una serie de cuestiones. Se calificaban puntuando las respuestas especialistas
en las materias. Eran pruebas generales que se imprimían y se repartían por todas las
escuelas para que todos los alumnos las hicieran a la vez. Después se extendió su
práctica y con otras finalidades: para evaluar la eficacia de los profesores y de las
escuelas, y finalmente para decidir sobre la promoción de los estudiantes. Pero tuvieron
enseguida críticas por el problema de la clasificación de los estudiantes, porque los
profesores perdieron autonomía y originalidad en su tarea y rutinizaron sus métodos, y
porque diferentes expertos valoraban una misma prueba de distinta manera.
El uso de tests estandarizados se desarrolla sobre las críticas al tipo de pruebas
anteriormente descrito. Toman el formato de respuesta breve y se generalizan por
influencia de los psicólogos. A partir de Binet (1904) se comienza a medir la
inteligencia mediante tests. Y el desarrollo fue tan grande, que se construyeron este tipo
de pruebas para medir los aspectos más diversos de las personas. También su
aprendizaje. Por el 1918 (año memorable para el curriculum) ya están en curso estas
pruebas. El estudiante responde a cada cuestión con una palabra, un número o una frase
corta. Estas pruebas se difundieron rápidamente, ya que facilitaban a los
administradores el control burocrático de la eficacia de la escuela.
Madaus y Kellagham recuerdan cómo en 1927 un Comité de expertos entre los que
se integraban Bobitt, Kilpatrick, Judd, Counts y Rugg advirtieron del peligro de estas
pruebas que suponían una potente forma de control del currículum, con exámenes
uniformes. No condenaron su uso, pero criticaron el rígido control por parte de la
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Administración enfatizando la memoria de hechos y principios y olvidando los
resultados más dinámicos de la instrucción.
Esta definición recoge conceptos clave que podríamos repensar en el foro: proceso
sistemático, análisis, interpretación, información válida-fiable, criterios, toma de
decisiones, mejora. Por otro lado, conviene definir o aclarar el concepto de evaluación
de competencias. Esto nos lleva, primero, a definir qué entendemos por competencia:
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Por ello, lo más apropiado sería considerarlas como conductas observables relacionadas
causalmente con un rendimiento bueno o excelente en un trabajo y organización
concretos. Estas conductas:
o Saber. Conjunto de conocimientos que permiten a las personas llevar a cabo los
comportamientos que conforman las competencias.
o Saber hacer. Capacidad de aplicar los conocimientos que se poseen a la solución
de los distintos problemas concretos que plantea el trabajo. Esto es, las habilidades
y destrezas de las personas.
o Saber estar. No es suficiente con que una persona sea eficaz y eficiente en las
tareas incluidas en el trabajo; es necesario, también, que adopte un
comportamiento adecuado a las normas, reglas y cultura de la organización. En
este caso, son las actitudes e intereses.
o Querer hacer. Para poner en juego los saberes anteriores es necesario que la
persona muestre la motivación precisa para hacerlo.
o Poder hacer. Se refiere a la organización, al hecho de disponer de los medios y
recursos necesarios para llevar a cabo los comportamientos exigidos por el puesto.
Es así porque las competencias nos ayudan a pensar más detenidamente en qué
queremos que los alumnos aprendan, qué tareas van a aprender a realizar, en definitiva,
nos aporta un enfoque mucho más aplicado y práctico.
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a) Aplicar: La aplicación es una primera actividad práctica mediante la cual el alumno
nos debe de demostrar que es capaz de utilizar conceptos, ideas en situaciones
diferentes a las que ha estudiado. La aplicación se lleva a cabo cuando el alumno es
capaz de utilizar una fórmula, poner en práctica una idea. Esto sirve tanto para
objetivos cognitivos como sociales.
b) Manejar: Manejar significa usar, barajar, conducir, entenderse con, hacer
funcionar, jugar, maniobrar, mover, operar. Pero la capacidad de manejo no se
refiere sólo a manipular objetos o instrumentos, sino también, saber trabajar con
conceptos, situaciones o incluso personas y grupos. La capacidad de gestionar
grupos humanos, de coordinar y colaborar es importante para el trabajo actual.
Asimismo, y en lo más básico de la acepción de manejar, hemos de evaluar si
nuestros alumnos son capaces de manipular instrumentos técnicos necesarios para
su trabajo.
c) Transferir: La transferencia de aprendizaje se produce cuando una persona es
capaz de aplicar lo que ha aprendido en una situación de aprendizaje a otro contexto
o situación de la vida real. La transferencia es uno de los grandes problemas con
que se encuentran los docentes. Se estima que sólo el 10% de lo que se dedica a
enseñanza es utilizado por los alumnos en situaciones reales. Es decir, hay una
laguna importante entre los contenidos abordados en las actividades de aprendizaje
y las habilidades y destrezas prácticas que se requieren para desempeñar un oficio.
d) Aprender a aprender: Una habilidad que la sociedad está demandando de forma
cada vez más generalizada es la capacidad de aprender de forma autónoma, o lo que
se denomina “aprender a aprender”. Aprendizaje autónomo, formación continua son
aspectos de una misma realidad: la necesidad de que las personas, trabajen o no,
sepan desarrollar su propia capacidad de aprender, de adquirir nuevos
conocimientos y destrezas. Y ello es tanto más necesario en una sociedad en
permanente cambio social y tecnológico.
e) Reflexionar: La actuación de las personas están dirigidas no sólo por los
conocimientos y habilidades que poseen, sino también por aquellas ideas que
tenemos de cómo funcionan mejor las cosas. Es decir, habitualmente damos cosas
por sentadas, porque es así como se hacen o como deben de ocurrir. Los orígenes de
este enfoque se remontan a Dewey, quien en 1933 se refería a la práctica reflexiva
como aquella en la que se lleva a cabo el examen activo, persistente y cuidadoso de
toda creencia o supuesta forma de conocimiento a la luz de los fundamentos que la
sostienen y las conclusiones a las que tiende (Dewey, 1989, p.25).
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4. ¿Qué evaluar?
Los profesores son conscientes que la evaluación es un proceso necesario en la
educación. Evaluamos para conocer y mejorar lo que hacemos. Evaluamos para mejorar
la calidad de la formación que impartimos, para conocer en qué medida hemos
alcanzado los objetivos previstos y para preparar mejor nuestro trabajo.
La evaluación va, querámoslo o no, irremediablemente unida a nuestra tarea como
docentes. A veces, es cierto que eludimos entrar en excesivos formulismos técnicos, y
nos contentamos con una impresión subjetiva que nos indica que algo ha ido bien o mal.
No nos preocupamos mucho de sistematizar la información que obtenemos, y que es la
que nos va a permitir fundamentar nuestras apreciaciones. Así, no es lo mismo que
concluyamos que los alumnos han aprendido a redactar una carta sólo por el hecho de
haber atendido a nuestras explicaciones, que porque nos hayan demostrado que son
capaces de hacerlo en un ejercicio escrito que les hemos pedido.
La evaluación de los procesos de enseñanza y de aprendizaje aparece como una
consecuencia lógica de la preocupación que todos los docentes tenemos por conocer los
resultados de nuestras acciones. Es lo que nos preocupa: ¿aprenden los alumnos? Esta
pregunta la podríamos replantear como: ¿aprenden los alumnos aquello que se quería
que aprendieran?, en definitiva, ¿se cumplen los objetivos previstos? Así, los objetivos
nos sirven como criterios de referencia para comparar qué pretendíamos conseguir y qué
hemos conseguido.
● CONOCIMIENTOS (Saber)
● HABILIDADES Y DESTREZAS (Saber hacer)
● ACTITUDES, VALORES (Saber estar, Querer hacer, Saber aprender)
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RECUERDO DE DATOS
Este primer nivel de pensamiento incluye la comprobación de que los alumnos son
capaces de recordar datos concretos que ha debido memorizar: cifras, fechas, nombres,
que les van a ser necesarias para posteriores operaciones mentales.
COMPRENSIÓN
La segunda categoría abarca un conjunto de conductas en las que el alumno va
asimilando, va entendiendo las razones, y por ello comprende lo que se le comunica,
pero aún no llega a captar todo su alcance o relación con otros elementos.
En ella se incluyen tres subcategorías de conducta como: Traducción. Se refiere al
conjunto de conductas por las que el alumno traslada un contenido a otro lenguaje
distinto. Interpretación. En esta subcategoría se recoge el conjunto de conductas que
suponen en el alumno la capacidad para explicar o resumir algún contenido que haya
estudiado. Extrapolación. Esta subcategoría abarca las conductas centradas en la
capacidad para extraer consecuencias, saber ver más allá de los datos.
APLICACIÓN
En esta categoría buscamos conocer en qué medida los alumnos son capaces de
utilizar ideas, principios, teorías o métodos generales en situaciones concretas, en casos
particulares.
ANÁLISIS
Incluimos aquí todas aquellas acciones mentales en las que pedimos a nuestros
alumnos que identifiquen partes de diferentes elementos, que traten de aclarar la
jerarquía existente entre sus partes y la relación que se establece entre las mismas En
esta categoría se incluyen las siguientes subcategorías: Análisis de elementos que
componen una totalidad. Análisis de relaciones entre los elementos: Una vez
establecidos los elementos de un motor de explosión, describir las relaciones entre las
diferentes partes del mismo
SÍNTESIS
Se refiere a conductas centradas en torno a la capacidad para resumir, para reunir
elementos y partes a fin de formar un todo. La síntesis incluye además la creación y
elaboración personal de algún dispositivo o construcción que integre los conocimientos
adquiridos parcialmente.
EVALUACIÓN
Nos encontramos ante la categoría de conductas más complejas, cuya realización
requiere el previo dominio de las anteriores, y que consiste básicamente en la emisión
de juicios cuantitativos y cualitativos sobre los materiales y los métodos. Dicha
evaluación puede entenderse como realizada en función de criterios internos o externos
Uno de los objetivos básicos que persigue la formación consiste en desarrollar la
capacidad de valoración, de emitir juicios, de establecer las consecuencias de alguna
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actividad. La evaluación puede llevarse a cabo aplicando criterios ya dados o por el
contrario pidiendo al alumno que elabore sus propios criterios.
4.2. LA EVALUACIÓN DE LAS HABILIDADES Y DESTREZAS
APLICAR
La aplicación es una primera actividad práctica mediante la cual el alumno nos debe
de demostrar que es capaz de utilizar conceptos, ideas en situaciones diferentes a las que
ha estudiado. La aplicación se lleva a cabo cuando el alumno es capaz de utilizar una
fórmula, poner en práctica una idea. Esto sirve tanto para objetivos cognitivos como
sociales.
MANEJAR
Manejar significa usar, barajar, conducir, entenderse con, hacer funcionar, jugar,
maniobrar, mover, operar. Pero la capacidad de manejo no se refiere sólo a manipular
objetos o instrumentos, sino también, sabe trabajar con conceptos, situaciones o incluso
personas y grupos. La capacidad de gestionar grupos humanos, de coordinar y colaborar
es importante para el trabajo actual. Asimismo, y en lo más básico de la acepción de
manejar, hemos de evaluar si nuestros alumnos son capaces de manipular instrumentos
técnicos necesarios para su trabajo.
TRANSFERIR
La transferencia de aprendizaje se produce cuando una persona es capaz de aplicar
lo que ha aprendido en una situación de formación a otro contexto o situación de la vida
real. La transferencia es uno de los grandes problemas con que se encuentran lo
formadores. Se estima que sólo el 10% de lo que se dedica a formación es utilizado por
los alumnos en situaciones reales. Es decir, hay una laguna importante entre los
contenidos abordados en las actividades de formación y las habilidades y destrezas
prácticas que se requieren para desempeñar un oficio.
APRENDER A APRENDER
Una habilidad que las empresas demandan de sus trabajadores, de forma cada vez
más generalizada es la capacidad de aprender de forma autónoma, o lo que se denomina
APRENDER A APRENDER. Aprendizaje autónomo, formación continua son
aspectos de una misma realidad: la necesidad de que las personas, trabajen o no, sepan
desarrollar su propia capacidad de aprender, de adquirir nuevos conocimientos y
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destrezas. Y ello es tanto más necesario en una sociedad en permanente cambio social y
tecnológico.
Por ello es necesario que la educación propicie en los alumnos habilidades
cognitivas instrumentales: capacidad de observar, analizar, sintetizar, codificar y
descodificar, comparar, formular y verificar hipótesis, interrogar, inferir, imaginar y
crear, pensar de forma divergente. Significa también desarrollar la capacidad de
planificar, de establecer prioridades de acción, de búsqueda de información, de contraste
con compañeros, de cooperar, saber discutir, defender las propias ideas, argumentar,
trabajar en equipo, dirigir discusiones de grupo, liderar grupos, resolver conflictos.
REFLEXIONAR
La actuación de los profesionales está dirigida no sólo por los conocimientos y
habilidades que poseen, sino también por aquellas ideas que tenemos de cómo
funcionan mejor las cosas. Es decir habitualmente damos cosas por sentadas, porque es
así como se hacen o como deben de ocurrir. Los trabajadores tenemos nuestras propias
formas de pensar, de conocer y de reaccionar. Las llamaremos teorías implícitas, porque
están de alguna forma ocultas y sólo aparecen cuando REFLEXIONAMOS sobre ellas.
Los orígenes de este enfoque en la formación de formadores se remontan a Dewey,
quien en 1933 se refería a la práctica reflexiva como aquella en la que se lleva a cabo
"el examen activo, persistente y cuidadoso de toda creencia o supuesta forma de
conocimiento a la luz de los fundamentos que la sostienen y las conclusiones a las que
tiende" (Dewey, 1989, p.25). De ello se deriva la necesidad de formar a los
profesionales para que lleguen a ser reflexivos de su propia práctica.
La Reflexión-en-la-Acción se configura como una habilidad cognitiva que los
profesionales deben practicar. Para facilitar su acceso, Smyth nos propone un ejercicio
que incluye cuatro fases. Descripción, Información, Confrontación y Transformación:
Describir lo que hago, informar qué significa lo que hago, confrontar como he llegado
hasta aquí, y reconstruir, cómo puedo hacer las cosas de forma diferente.
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Por otra parte, los valores actúan como marcos de referencia generales que permiten
a los sujetos orientarse en el mundo y en su relación con los demás. Se refieren por
tanto a principios que guían nuestra conducta: el respeto a los demás, la tolerancia, la
competencia sana, el trabajo bien hecho.
El ámbito de los valores y actitudes, y los objetivos que de él se derivan, no deben
entenderse como exclusivos de una determinada acción formativa. Son el resultado de la
confluencia del conjunto de experiencias de aprendizaje –guiadas o no, provocadas o
no– que ocurren en el alumno a lo largo de su formación.
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- La comparación: encierra grandes cargas de subjetividad, ya que cuando
determinamos que algo es ‘mejor’, y no se especifica para quién o por qué, se simplifica
la realidad a una escala de exigencia difícil de definir.
- La interpretación: cuando una realidad ha sido plasmada en un número, a través del
cual un lector tiene que reconstruir esa realidad, ese filtro de doble sentido ofrece una
inevitable dificultad para una fiel interpretación y además podemos afirmar que no sólo
es insuficiente sino que es fácilmente deformable.
- La generalización: la generalización conlleva una gran carga de descontextualización,
ya que se priva al dato de significado.
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E.Cualitativa E.Cuantitativa
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6. ¿Cuándo evaluar?: evaluación diagnóstica, sumativa y
formativa
b) Evaluación formativa:
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cooperativas, a modificación de estrategias con presentación de alternativas; es el
sentido más positivo de la evaluación. Esta dimensión es decisiva en la evaluación de
los alumnos ya que supone favorecer y guiar la práctica docente con el fin de
incrementar la calidad de los aprendizajes. La dificultad principal estriba en que la
evaluación formativa requiere una dedicación constante del profesorado que le ayude a
saber en todo momento qué dificultades tienen sus alumnos, ya que sólo así podrá
ayudarlos plenamente.
c) Evaluación sumativa:
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Aún cuando las técnicas cuantitativas están vinculadas a la evaluación sumativa o de
resultados no siempre tiene porque ser así. Algunos instrumentos de corte cuantitativo
son válidos para ser utilizados en la evaluación de procesos.
La elección de una determinada técnica o, mejor; de un conjunto de ellas estará en
función de los objetivos y de las circunstancias que rodeen a la evaluación; algunos
indicadores son: los propósitos, el grado de estructuración, la amplitud de la evaluación,
los recursos disponibles, el tiempo disponible, las personas implicadas, la obtención de
los datos, el proceso de análisis, etc.
La elección de una determinada técnica o la combinación de varias determinará no sólo
el proceso y la metodología de la evaluación (cualitativa, cuantitativa, mixta), sino
también su validez y fiabilidad, por no hablar de cientificidad u objetividad.
Para llevar a la práctica estas técnicas es necesario el desarrollo de instrumentos de
evaluación diversos que permitan analizar habilidades y capacidades de los estudiantes.
La evaluación no puede reducirse a constatar los resultados, sino que debe ampliar su
campo con el fin de proporcionar a los alumnos información sobre su aprendizaje, y al
profesor elementos de análisis de su práctica docente. La evaluación es un elemento
básico que debe realizarse en el aula, y que es una exigencia de la función del profesor.
Es responsabilidad del evaluador seleccionar las técnicas más apropiadas para cada
caso. De una elección correcta dependerá en alto grado el éxito de la evaluación.
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familiarizado con este tipo de instrumentos para evaluar a los estudiantes y les ofrecen
mayor confianza para sus valoraciones, sin embargo, el inconveniente es que en muchas
ocasiones no responden al porqué de las actividades realizadas o el rendimiento
obtenido.
Las pruebas escritas previamente estructuradas se caracterizan por ser pruebas que
cuentan con varias preguntas o items de relativa brevedad en el enunciado de las
mismas, pero sobre todo en las respuestas; por estar bien determinada la respuesta
correcta, es decir, sólo puede existir una respuesta correcta, para evitar errores al
corregirlas y puntuarlas; y por estar los resultados de la prueba en función de la
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predeterminación existente de las respuestas, lo que hace que estos resultados puedan
ser convertidos en resultados cuantitativos.
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Los formularios o cuestionarios interactivos son dinámicos, fáciles de usar,
favorecen la evaluación continua y la autoevaluación, y se ajustan a las necesidades y
contexto digital de tus estudiantes. Los puedes usar para repasar temas, valorar los
conocimientos de los alumnos, o incluso como herramienta para desarrollar las técnicas
de estudio: ¡pídeles que elaboren sus propios tests como método de estudio! En la Red
hay numerosas herramientas para crearlos de una manera rápida y sencilla. Te
ofrecemos un listado con las mejores.
2. Quizbean. Este recurso gratuito permite generar cuestionarios tan largos como
quieras, con fotos y explicaciones. Facilita la autoevaluación de los alumnos y les
proporciona un informe con sus resultados.
3. Blubbr. Con esta web puedes crear y compartir formularios a partir de videos de
YouTube. Su enfoque más lúdico y divertido es ideal para introducir estrategias de
gamificación en el aula. Incluye un amplio repositorio con videos de otros usuarios.
4. Quiz me online. Concebida como una red social para estudiantes y profesores,
ofrece la posibilidad de crear formularios y otro tipo de recursos como flashcards, guías
de estudio y apuntes.
5. Examtime. Herramienta ideal para crear tests online y materiales de otros tipos
dirigidos a facilitar el estudio a los alumnos, como mapas mentales, fichas y apuntes.
6. Gnowledge. Avalada por profesores y expertos en TIC, esta plataforma gratuita
simplifica a profesores y alumnos la tarea de crear, publicar, compartir, y realizar tests,
actividades y deberes.
7. Quizlet. Disponible en la web y como aplicación para iOS y Android, te ayuda a
crear tus propios cuestionarios interactivos y da acceso a un enorme repositorio de tests
online. A través de ella, tanto alumnos como profesores pueden crear formularios y
juegos educativos y retar a otros a resolverlos.
El uso en educación de los formularios que vienen incluidos dentro de Google Apps
para educación puede ser muy diverso. Ya en su momento os explicamos cómo
utilizarlos para hacer Exámenes tipo test y corregirlos rápidamente, pero en esta ocasión
os queremos enumerar varias actividades que podemos hacer con nuestros alumnos
haciendo uso de los formularios de Google:
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sobre los sentimientos; preguntas de causa/efecto; o preguntas sobre reacciones.
También en cuanto al tipo de respuestas podemos hablar de preguntas tipo LIKERT
(aquellas que oscilan en un intervalo numérico, de 1 a 5 por ejemplo, o un intervalo
conceptual, de Totalmente de acuerdo a Totalmente en desacuerdo) o preguntas de
Diferencial semántico. (Escala bipolar: De cierto a Falso; De bueno a Malo, etc.).
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no es tanto emitir juiocios de valor como valorar el progreso con el proósito de mejorar,
tangto en lo individual como en lo colectivo.
En general, estos instrumentos pretenden señalar de manera descriptiva, integral,
individual o colectiva el proceso, de manera que permita lograr el desarrollo de una
competencia o habilidad en los estudiantes. Además buscan responder a las expectativas
de las familias, más allá de la calificación o la nota, valorando el proceso de desarrollo e
infomando a lo largo del tiempo, puesto que recoge también datos del contexto y clima
donde el estudiante aprende.
7.2.1. RÚBRICA:
A pesar de que no es una técnica de evaluación propiamente dicha, sino más bien
una técnica auxiliar, las rúbricas son herramientas de trabajo innovadoras en el campo
de la evaluación.
La definición más simple y clara es que la rúbrica es una matriz de valoración. Se
trata de un instrumento de evaluación basado en una escala cuantitativa y/o cualitativa
asociada a unos criterios preestablecidos que miden las acciones del alumnado sobre los
aspectos de la tarea o actividad que serán evaluados. Es un instrumento en el que se
definen criterios de valoración y diferentes estándares que se corresponden con niveles
progresivos de ejecución de una tarea.
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▪ Representan niveles crecientes de complejidad en el tipo de tareas que puede
realizar el estudiante.
▪ Se definen de modo que representen diferencias cualitativas en términos de
aprendizaje.
▪ El número de niveles de desempeño es arbitrario.
▪ Se definen con suficientes ideas para lograr una buena descripción cualitativa y
una clasificación de los evaluados en dichos niveles.
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El portafolios o carpeta de evaluación se ha convertido en uno de los métodos más
innovadores y efectivos para llevar a cabo procesos evaluativos de calidad. Es una
técnica que sirve para diferentes objetivos: para evaluar al alumno, para evaluar los
materiales de la asignatura y para evaluar el proceso formativo en sí mismo.
Es un método para reunir, organizar, gestionar y distribuir información personal en
cualquier formato físico (papel, vídeo, audio, fotos...) o electrónico. Los portafolios se
están utilizando cada vez más en la evaluación de los estudiantes, así como en el ámbito
laboral para demostrar la experiencia profesional anterior y las competencias adquiridas.
La utilización de este tipo de aplicaciones en la evaluación de los estudiantes supone
una innovación radical en el currículum, ya que transforma todo el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
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- Lecturas complementarias (revisión de otras lecturas, artículos, prácticas, etc.)
- Otros
ii.- EL DEBATE. El debate en sí, suele utilizarse más como método de enseñanza que
como medio de evaluación, aunque en este último aspecto nos puede ofrecer una visión
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general del nivel de la clase. Además es también útil cuando se presenta como
instrumento de reflexión y presentación de resultados parciales en grupos de profesores.
El debate puede utilizarse individualmente, donde el evaluado discute con el evaluador
o con otro evaluado, o en grupo. En cualquiera de las dos modalidades, el evaluador
cuando actúa de moderador, debe seleccionar la información a utilizar y dirigir el debate
procurando la máxima participación de todos los implicados. Tanto a la hora de dirigir
el debate, como a la hora de recoger la información evaluativa que pueda surgir del
mismo, el evaluador valorará las intervenciones precisas y pertinentes de los
participantes, así como los hechos y opiniones vertidas, y la implicación y defensa de
tales opiniones por parte de los portavoces de las mismas.
8. El feedback en la evaluación
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enjuiciándolo como persona, se ha de expresar con claridad tanto lo que ha conseguido
el estudiante como lo que aún necesita afianzar. Asimismo, se debe indicar cómo
mejorar, es decir, indicarle medidas específicas que puedan adoptar y aplicar. El
mensaje debe ser breve, no sobrecargado con más información de la que se pueda
entender en ese momento, pero a la vez específico y concreto, refiriéndose a cuestiones
puntuales observadas que puedan ayudar a la comprensión de las valoraciones vertidas.
a) Claridad de formato:
b) Claridad de contenido:
c) Oportuno:
d) Constructivo:
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▪ Limite sus 'marcas rojas'. Recibir trabajo de nuevo cubierto con X roja
puede ser muy desmotivador. Esto puede ser un problema particular para
los estudiantes con inglés académico débil, cuyo trabajo puede contener
muchos errores gramaticales y de ortografía.
▪ Elija una pequeña cantidad de errores y marque solo estos. Puede elegir los
más relevantes para la disciplina o un ejemplo de error recurrente. Los
estudiantes se sentirán más capaces de manejar y trabajar en una pequeña
cantidad de errores y es menos probable que se desconecten del proceso.
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