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Concepción
Programa: Mejoramiento de la velocidad Lectora
Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
(196 Palabras)
HORMIGA INVESTIGADORA
Hoy día fue la fiesta final de curso en el colegio. A mí me tocó un papel muy importante: tuve que
hacer de hormiga investigadora. Las hormigas investigadoras usan camisa negra y pantalones de buzo
azul. Encima de la cabeza llevan un alambre eléctrico con dos bolitas de plumavit, pero hay que pintarlas
de negro. Yo creía que las hormigas investigadoras usaban una lupa para ver como eran las cosas pero no
es así: usan una lanza negra con una punta de papel dorado pegado con cola fría. Mi papá no quiso
comprar pintura para pintar la lanza de la hormiga. Dijo que con pasta de zapatos negra quedaba de lo
más bien. Yo me encargué de pintar la lanza. Primero tomé la escoba que usan para barrer el jardín y le
corté el palo. Después le puse pasta de zapatos; el palo quedó negrito, brillante, y lo mismo pasó con la
pared, mis pantalones nuevos y mi camisa celeste: todos quedaron negritos y con mucho olor. No hay
que tomar la lanza porque a uno le quedan las manos negras. Yo creo que es mejor así porque las
hormigas investigadoras tienen que tener las manos negras y no blancas. La representación fue muy
buena. Mardones era un leñador que se durmió mientras derribaba un árbol. Entonces llegaron las
hormigas investigadoras y se lo llevaron al hormiguero. Ahí vio la reina, a las hormigas trabajadoras y
a las hormigas guardianas que usan una espada de madera plateada. Cuando Mardones despertó, no
sabía que le había pasado. Espero que para la fiesta del próximo año me den un papel más bonito:
cordero por ejemplo, o soldado romano, o bien emperador, que es mucho más entretenido.
Colegio “Santa Emilia”
Concepción
Programa: Mejoramiento de la velocidad Lectora
Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
HORMIGA INVESTIGADORA
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Hoy día fue la fiesta final de curso en el colegio. A mí me tocó un papel muy
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importante: tuve que hacer de hormiga investigadora. Las hormigas investigadoras
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usan camisa negra y pantalones de buzo azul. Encima de la cabeza llevan un alambre
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eléctrico con dos bolitas de plumavit, pero hay que pintarlas de negro. Yo creía que las
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hormigas investigadoras usaban una lupa para ver como eran las cosas pero no es así:
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usan una lanza negra con una punta de papel dorado pegado con cola fría. Mi papá no
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quiso comprar pintura para pintar la lanza de la hormiga. Dijo que con pasta de
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zapatos negra quedaba de lo más bien. Yo me encargué de pintar la lanza. Primero
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tomé la escoba que usan para barrer el jardín y le corté el palo. Después le puse pasta
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de zapatos; el palo quedó negrito, brillante, y lo mismo pasó con la pared, mis
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pantalones nuevos y mi camisa celeste: todos quedaron negritos y con mucho olor. No
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hay que tomar la lanza porque a uno le quedan las manos negras. Yo creo que es
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mejor así porque las hormigas investigadoras tienen que tener las manos negras y no
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blancas. La representación fue muy buena. Mardones era un leñador que se durmió
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mientras derribaba un árbol. Entonces llegaron las hormigas investigadoras y se lo
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llevaron al hormiguero. Ahí vio la reina, a las hormigas trabajadoras y a las
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hormigas guardianas que usan una espada de madera plateada. Cuando Mardones
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despertó, no sabía que le había pasado. Espero que para la fiesta del próximo año me
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den un papel más bonito: cordero por ejemplo, o soldado romano, o bien emperador,
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que es mucho más entretenido.
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Colegio “Santa Emilia”
Concepción
Programa: Mejoramiento de la velocidad Lectora
Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
Ustedes no me lo van a creer. Tengo una tía nuclear. Ella es un poco doctora porque trabaja en un
hospital, anda con delantal blanco y pone inyecciones. Pero no es una doctora doctora, porque no puede
operar a la gente de las amígdalas. Al lado de su oficina ella tiene un depósito radiactivo. Al principio
yo creía que ella usaba unas bombas atómicas chiquititas para matar a los microbios. Ahora sé que
no usa bombas atómicas; usa unas cápsulas atómicas que descubren todas las enfermedades. Si uno esta
enfermo, se toma un vaso de bebida radiactiva y una maquina enciende luces de todos colores. Así se
sabe si uno esta enfermo o no. El otro día fui a hacerme un examen con mi tía. Es sensacional. Toda la
gente anda radiada. Usa unas plaquitas en los delantales porque todos tienen contaminación atómica. A mí
me dieron un vaso con agua radiactiva con un montón grande pero grande de átomos. Me lo tomé de un
trago y sentí muchas cosquillas en el estómago. Los átomos me andaban por todo el cuerpo. Ahora tengo
que esperar. No sé que me va a pasar. Con esto átomos puedo convertirme en el Hombre Nuclear o
en Hombre Increíble. Prefiero al Hombre Nuclear, porque el Hombre Increíble es muy feo y a mí no
me gusta ser verde. Mi tía dice que no me va a pasar nada. Pero cuando me pusieron la maquinita de las
luces, yo vi que se encendió una luz verde. Le voy a decir a mi mamá que me compre hartas camisas,
porque lo más seguro es que me voy a transformar en el Hombre Increíble.
Colegio “Santa Emilia”
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Programa: Mejoramiento de la velocidad Lectora
Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
Todo el mundo sabe que el suelo el agua y la luz son importantes para las plantas. Por eso se las
riega, se las coloca en buena tierra y en lugares donde tengan buena luz. Con sus raíces y sus hojas, las
plantas captan el agua y las otras materias que se necesitan para vivir; gracias a sus hojas aprovechan la
luz para hacer transformaciones en las materias que sacan del aire y del suelo. Todos sabemos que a
diferencia de los animales las plantas no se trasladan de un lugar a otro; no tienen ojos para ver; no
tienen oídos para escuchar; no tienen narices para oler; no gritan ni protestan cuando se las golpea;
parecen no sentir nada. ¿Será realmente así? ¿Será verdad que las plantas son incapaces de sentir algo?
Algunas personas creen que las plantas oyen cuando alguien les habla. Otras creen que a las plantas les
gusta la música. Según estas personas las plantas crecen más lindas si se les habla con cariño y se las hace
"escuchar" música suave. Hoy día se sabe que las plantas sienten. Sienten los cambios de temperatura, los
cambios de luz, las variaciones de la humedad. Por eso las plantas saben cuando deben hacer brotar sus
hojas florecer, botar sus hojas e invernar. Los científicos todavía están estudiando cómo sienten las
plantas a pesar de no tener ojos, ni oídos, ni narices. Ya se sabe que algunas plantas tienen órganos
sensores en sus hojas y yemas. Es decir, tienen algo parecido a nuestro sentido del tacto, gracias al
cual sabemos cuando algo esta frío o caliente, es blando o duro, áspero o liso, seco o húmedo. Además,
sin ver propiamente, saben cuando hay luz o no. Todavía no se sabe si las plantas captan los sonidos.
Cuando se aclare el misterio, vamos a saber si tienen razón las personas que les hablan a las plantas y
las hacen "escuchar" música para que crezcan mejor.
Todo el mundo sabe que el suelo el agua y la luz son importantes para las plantas .
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Por eso se las riega, se las coloca en buena tierra y en lugares donde tengan buena luz .
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Con sus raíces y sus hojas, las plantas captan el agua y las otras materias que se
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necesitan para vivir; gracias a sus hojas aprovechan la luz para hacer transformaciones
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en las materias que sacan del aire y del suelo. Todos sabemos que a diferencia de los
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animales las plantas no se trasladan de un lugar a otro; no tienen ojos para ver; no
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tienen oídos para escuchar; no tienen narices para oler; no gritan ni protestan cuando
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se las golpea; parecen no sentir nada. ¿Será realmente así? ¿Será verdad que las
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plantas son incapaces de sentir algo? Algunas personas creen que las plantas oyen
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cuando alguien les habla. Otras creen que a las plantas les gusta la música. Según estas
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personas las plantas crecen más lindas si se les habla con cariño y se las hace "escuchar"
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música suave. Hoy día se sabe que las plantas sienten. Sienten los cambios de
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temperatura, los cambios de luz, las variaciones de la humedad. Por eso las plantas
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saben cuando deben hacer brotar sus hojas florecer, botar sus hojas e invernar. Los
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científicos todavía están estudiando cómo sienten las plantas a pesar de no tener ojos,
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ni oídos, ni narices. Ya se sabe que algunas plantas tienen órganos sensores en sus hojas
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y yemas. Es decir, tienen algo parecido a nuestro sentido del tacto, gracias al cual
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sabemos cuando algo esta frío o caliente, es blando o duro, áspero o liso, seco o
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húmedo. Además, sin ver propiamente, saben cuando hay luz o no. Todavía no se sabe
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si las plantas captan los sonidos. Cuando se aclare el misterio, vamos a saber si tienen
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razón las personas que les hablan a las plantas y las hacen "escuchar" música para que
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crezcan mejor.
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Los camellos son los animales que están más adaptados para vivir en los desiertos. Se
suele
decir que los camellos resisten las condiciones de vida de los desiertos, porque acumulan agua en
sus jorobas. En verdad no es así. En su joroba, el camello acumula grasa que usa para alimentarse
cuando no tiene qué comer.
En el camello, en realidad, todo está adaptado para que pueda vivir en el desierto. Por ejemplo,
sus ojos son grandes y están protegidos por tres párpados. Los párpados de más afuera tienen
unas pestañas largas y encrespadas que protegen el ojo, impidiendo que entren granos de arena.
El párpado de más adentro es muy fino; si una partícula de polvo entra al ojo del camello, este
párpado interior lo limpia expulsando el cuerpo extraño.
Las narices del camello son también muy especiales. Si hay una tormenta de arena, las puede
cerrar completamente; así nunca tiene problemas porque le entren granos de arena a su sistema
respiratorio. Las orejas del camello también están protegidas contra la arena. Son pequeñas, están
dirigidas hacia atrás y están cubiertas de pelos.
Los dientes del camello son muy afilados. Su boca está protegida por dentro por una dura
membrana. Gracias a esto el camello puede comer plantas espinosas sin herirse y triturar
cualquier planta del desierto por dura que sea.
Sus largas patas apartan su cuerpo del calor del suelo. En sus pezuñas lleva una especie de
almohadillas que le permiten avanzar por la arena sin hundirse.
El camello puede pasar meses sin tomar agua. En invierno, cuando el calor es menor y las plantas
contienen más humedad, el camello no toma agua. Saca agua de las plantas que come. En verano,
cuando el calor aumenta y las plantas están más secas, puede pasar hasta cinco días sin tomar
agua. Si es necesario, transforma la grasa de su joroba en agua, pero normalmente no lo hace así.
Se defiende de perder el agua que necesita para vivir no transpirando, orinando poco y
soportando sin problemas que su temperatura suba hasta 11 grados durante el día. No le importa.
El frío de la noche le sirve para recuperar su temperatura normal.
Por esta y otras muchas razones, cuando se quiere hacer un viaje por el desierto en una
cabalgadura, el camello es el animal más indicado. No cabe la menor duda.
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Los camellos son los animales que están más adaptados para vivir en los desiertos. Se suele
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decir que los camellos resisten las condiciones de vida de los desiertos, porque acumulan
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agua en sus jorobas. En verdad no es así. En su joroba, el camello acumula grasa que usa
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para alimentarse cuando no tiene qué comer.
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En el camello, en realidad, todo está adaptado para que pueda vivir en el desierto. Por
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ejemplo, sus ojos son grandes y están protegidos por tres párpados. Los párpados de más
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afuera tienen unas pestañas largas y encrespadas que protegen el ojo, impidiendo que
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entren granos de arena. El párpado de más adentro es muy fino; si una partícula de polvo
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entra al ojo del camello, este párpado interior lo limpia expulsando el cuerpo extraño.
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Las narices del camello son también muy especiales. Si hay una tormenta de arena, las
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puede cerrar completamente; así nunca tiene problemas porque le entren granos de arena a
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su sistema respiratorio. Las orejas del camello también están protegidas contra la arena.
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Son pequeñas, están dirigidas hacia atrás y están cubiertas de pelos.
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Los dientes del camello son muy afilados. Su boca está protegida por dentro por una dura
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membrana. Gracias a esto el camello puede comer plantas espinosas sin herirse y triturar
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cualquier planta del desierto por dura que sea.
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Sus largas patas apartan su cuerpo del calor del suelo. En sus pezuñas lleva una especie de
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almohadillas que le permiten avanzar por la arena sin hundirse.
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El camello puede pasar meses sin tomar agua. En invierno, cuando el calor es menor y las
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plantas contienen más humedad, el camello no toma agua. Saca agua de las plantas que
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come. En verano, cuando el calor aumenta y las plantas están más secas, puede pasar hasta
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cinco días sin tomar agua. Si es necesario, transforma la grasa de su joroba en agua, pero
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normalmente no lo hace así. Se defiende de perder el agua que necesita para vivir no
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transpirando, orinando poco y soportando sin problemas que su temperatura suba hasta 11
temperatura normal.
Por esta y otras muchas razones, cuando se quiere hacer un viaje por el desierto en una
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tiene nombre.
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Nació en Toledo en 1911. Sus padres fueron Alberto García y Brígida García.
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Nuestro hombre tuvo su primer problema a la hora de su bautizo.
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-¿Cómo se va a llamar? – preguntó el sacerdote .
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García – le respondió el padre .
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No puede ser – replicó el religioso -. ¿Cómo se va a llamar García García García?
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Así quiero que se llame- insistió el padre, un hombre inflexible.
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El sacerdote tuvo que aceptar, porque en España “García” no sólo es apellido sino
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también nombre. Un personaje conocido es don García Hurtado de Mendoza, español
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que vino a América en tiempos de la Colonia.
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En el colegio, al pobre García García lo volvían loco con continuas bromas. Le decían
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“García por triplicado”, “García elevado al cubo”, “Capicúa”.
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La primera vez que quiso salir con una chica, ésta no aceptó por causa de su nombre.
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Hay algunas personas que tienen nombres que les causan problemas.
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¿A quién le gustaría llamarse Delporte del Piano?
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Un hombre llamado Pedro Miró conoció a una encantadora mujer llamada Angélica
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Latorre. No quiso casarse con ella, porque los apellidos de sus hijos serían Miró Latorre.
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Don Guillermo Espinoza le puso Rosa a su primera hija: no pensó en que se iba a
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transformar en Rosa Espinoza.
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Los que se apellidan Barriga deben tener mucho cuidado. Un poco que se descuiden y
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salen nombres divertidos. Una señora que se llama Dolores nunca se casará con un
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señor Barriga, porque no quiere Dolores de Barriga.
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La mayoría de las personas está muy contenta con su nombre, pero algunas tienen razón al
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preguntarse: ¿Por qué me pusieron estos nombres?”
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MARISOL
Colegio “Santa Emilia”
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Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
A María Soledad le decían Sole o Marisol. A ella no le gustaba ninguno de esos tres nombres:
quería llamarse Francisca. María Soledad nunca estaba contenta con lo que tenía. No le gustaba su
nombre, ni los nombres cariñosos con que la llamaban su mamá y sus hermanos. No le gustaba su pelo, ni
el color de sus ojos y de su piel.
-A mí nadie me quiere- decía María Soledad -. Si yo tuviera el pelo rubio y liso y me llamara Francisca,
todos me querrían. Y para colmo, tengo los ojos negros y a mí me gustaría tenerlos azules.
- No seas tontita, Sole – le dijo una vez su mamá -. Todos te queremos.
- Me dijiste tonta – rezongó María Soledad y se fue a llorar a su pieza.
En el colegio, María Soledad no tenía amigas. Sin darse cuenta, ella no aceptaba el cariño de sus
compañeras. Cada vez que era simpático con ella, María Soledad decía que ella no servía para nada. Sus
compañeras terminaron por cansarse y dejarla sola.
Un día, muy de mañana, la mamá se levantó muy abrigada y recorrió Las camas de sus hijos para taparlos,
porque hacía mucho frío. La hermana chica y los dos hermanos de María Soledad dormían profundamente
en sus camas. La mamá los abrigó con mucho cariño. Pero cuando llegó a la cama de María Soledad…
¡nunca se lo hubiera imaginado!…La cama estaba vacía.
- María Soledad –llamó, sin alzar mucho la voz para no despertar a los otros niños.
Nadie respondió.
La mamá miró en el baño, debajo de la cama y en los closets. María Soledad no estaba por ninguna parte.
La mamá despertó a su marido. Entre los dos buscaron a la niña por toda la casa. María Soledad no
apareció.
El papá y la mamá salieron rápidamente de la casa, miraron por el patio y por la calle. No había huellas de
la niña.
A todo esto despertaron los hermanos, y ellos también se pusieron a buscar a María Soledad.
El papá se paseaba como un león buscando por todas partes. A la mamá se le empezaron a caer unas
lágrimas. Los hermanos estaban tristes, muy tristes. ¿Qué le podría haber pasado a María Soledad?
Cuando ya llevaban como una hora buscando a la niña, despertó también Jimena, la hermana mayor. Se
levantó, se puso zapatillas y bata y preguntó lo que pasaba.
Cuando despertó, estaba en brazos de su mamá, que se la comía a besos, y rodeada por su papá y sus
hermanos, que la miraban con mucho amor. Así fue como María Soledad se dio cuenta de que todos la
querían mucho, mucho. Desde ese día le empezó a gustar que la llamaran por su nombre.
MARISOL
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Programa: Mejoramiento de la velocidad Lectora
Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
A María Soledad le decían Sole o Marisol. A ella no le gustaba ninguno de esos tres
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nombres: quería llamarse Francisca. María Soledad nunca estaba contenta con lo que tenía.
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No le gustaba su nombre, ni los nombres cariñosos con que la llamaban su mamá y sus
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hermanos. No le gustaba su pelo, ni el color de sus ojos y de su piel.
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-A mí nadie me quiere- decía María Soledad -. Si yo tuviera el pelo rubio y liso y me
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llamara Francisca, todos me querrían. Y para colmo, tengo los ojos negros y a mí me
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gustaría tenerlos azules.
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- No seas tontita, Sole – le dijo una vez a su mamá -. Todos te queremos.
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- Me dijiste tonta – rezongó María Soledad y se fue a llorar a su pieza.
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En el colegio, María Soledad no tenía amigas. Sin darse cuenta, ella no aceptaba el cariño
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de sus compañeras. Cada vez que era simpático con ella, María Soledad decía que ella no
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servía para nada. Sus compañeras terminaron por cansarse y dejarla sola.
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Un día, muy de mañana, la mamá se levantó muy abrigada y recorrió las camas de sus
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hijos para taparlos, porque hacía mucho frío. La hermana chica y los dos hermanos de
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María Soledad dormían profundamente en sus camas. La mamá los abrigó con mucho
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cariño. Pero cuando llegó a la cama de María Soledad…¡nunca se lo hubiera
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imaginado!…La cama estaba vacía.
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- María Soledad –llamó, sin alzar mucho la voz para no despertar a los otros niños. 289
Nadie respondió. 292
La mamá miró en el baño, debajo de la cama y en los closets. María Soledad no estaba por
ninguna parte. La mamá despertó a su marido. Entre los dos buscaron a la niña por toda la
casa. María Soledad no apareció.
El papá y la mamá salieron rápidamente de la casa, miraron por el patio y por la calle. No
había huellas de la niña.
A todo esto despertaron los hermanos, y ellos también se pusieron a buscar a María
Soledad.
El papá se paseaba como un león buscando por todas partes. A la mamá se le empezaron a
caer unas lágrimas. Los hermanos estaban tristes, muy tristes. ¿Qué le podría haber pasado
a María Soledad? Cuando ya llevaban como una hora buscando a la niña, despertó también
Jimena, la hermana mayor. Se levantó, se puso zapatillas y bata y preguntó lo que pasaba.
- La Sole se hizo humo –le dijo uno de sus hermanos.
- La Sole está en su cama –dijo la Jimena, y corrió las frazadas y las sábanas de la cama de su hermana. Y
ahí estaba María Soledad, acurrucada al final de la cama, profundamente dormida.
Cuando despertó, estaba en brazos de su mamá, que se la comía a besos, y rodeada por su papá y sus
hermanos, que la miraban con mucho amor. Así fue como María Soledad se dio cuenta de que todos la
querían mucho, mucho. Desde ese día le empezó a gustar que la llamaran por su nombre.
EL CALEUCHE
EL CALEUCHE 2
EL VOLANTIN
La primavera es para Juanito el más embrujado país. He aquí que florecen los
aromos y sus arañitas amarillas tejen una encantada y diáfana red en el aire.
Más allá los almendros escriben mensajes rosados. Y el viento, el viento largo,
fresco, río puro en el cielo. Desde las casas vecinas han salido a piruetear los
primeros volantines. Verdes, azules, morados, amarillos, levantan sus
banderas crepitantes e incendian de alegría el espacio. Saltan los ojos del niño
por estos movibles peldaños y van por el azul ilustrándose de claridades y de
vuelos. A Juanito le gusta el revoloteo incesante de estas encadenadas
mariposas que habitan en un melodioso e inalcanzable clima. Cada crujido de
la seda tensa, cada evolución de las livianas armazones de caña y papel dejan
anchas estelas en su espíritu. ¿Quién sostendrá los volantines en lo alto?
¿Quién los hará ascender, inclinarse, describir sueltas curvas? Sencillo y fácil
misterio que él quisiera conocer de cerca, sintiendo entre sus dedos el hilo
tenso que va hasta los tirantes vibradores. Pero él no tiene hilo ni dinero. Es
muy pequeño para poseer uno de aquellos embrujados juguetes.
-Cuando yo sea grande... (Sí, Juanito, cuando tú seas grande no tendrás
tiempo de mirar el cielo donde piruetean los volantines. Tu mundo estará aquí
abajo, sobre la tierra que pisan tus pies sin sentirla. Pero es mejor que lo
ignores entretanto.
Tomado del Libro “Cuento Contigo”
Oscar Castro
EL VOLANTIN 2
La primavera es para Juanito el más embrujado país. He aquí que florecen los 17
aromos y sus arañitas amarillas tejen una encantada y diáfana red en el aire. 32
Más allá los almendros escriben mensajes rosados. Y el viento, el viento largo, 48
fresco, río puro en el cielo. Desde las casas vecinas han salido a piruetear los 65
primeros volantines. Verdes, azules, morados, amarillos, levantan sus 78
banderas crepitantes e incendian de alegría el espacio. Saltan los ojos del niño 92
por estos movibles peldaños y van por el azul ilustrándose de claridades y de 106
vuelos. A Juanito le gusta el revoloteo incesante de estas encadenadas 118
mariposas que habitan en un melodioso e inalcanzable clima. Cada crujido de 131
la seda tensa, cada evolución de las livianas armazones de caña y papel dejan 146
anchas estelas en su espíritu. ¿Quién sostendrá los volantines en lo alto? 161
¿Quién los hará ascender, inclinarse, describir sueltas curvas? Sencillo y fácil 176
misterio que él quisiera conocer de cerca, sintiendo entre sus dedos el hilo 190
tenso que va hasta los tirantes vibradores. Pero él no tiene hilo ni dinero. Es 207
muy pequeño para poseer uno de aquellos embrujados juguetes. 217
-Cuando yo sea grande... (Sí, Juanito, cuando tú seas grande no tendrás 232
tiempo de mirar el cielo donde piruetean los volantines. Tu mundo estará aquí 246
abajo, sobre la tierra que pisan tus pies sin sentirla. Pero es mejor que lo 263
ignores entretanto. 266
Tomado del Libro “Cuento Contigo”
Oscar Castro
A las ocho de la mañana nos despertó un rayo de sol. Las facetas de las
lava en las paredes lo recogieron y devolvieron convertido en una lluvia de
chispitas.
- ¿Qué me dices, Alex? – preguntó mi tío - ¿Has pasado en tu vida
alguna noche tan tranquila? No hay ruidos ni grito…
- El lugar es muy tranquilo, en efecto – repliqué -. Pero esta misma
calma tiene algo trágico.
- No te apresures. Recién hemos bajado al nivel del mar. Puedes
comprobarlo consultando el barómetro. Yo estoy deseando poder usar el
manómetro.
- ¿No nos resultará perjudicial la presión?
- No, iremos bajando lentamente y nuestros pulmones se irán acos-
tumbrando a respirar en una atmósfera más comprimida. Pero dejémonos
ya de charla y busquemos el paquete que arrojé.
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VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA
A las ocho de la mañana nos despertó un rayo de sol. Las facetas de las 23
lava en las paredes lo recogieron y devolvieron convertido en una lluvia de 36
chispitas. 38
- ¿Qué me dices, Alex? – preguntó mi tío - ¿Has pasado en tu vida 54
alguna noche tan tranquila? No hay ruidos ni grito… 64
- El lugar es muy tranquilo, en efecto – repliqué -. Pero esta misma 78
calma tiene algo trágico. 83
- No te apresures. Recién hemos bajado al nivel del mar. Puedes 96
comprobarlo consultando el barómetro. Yo estoy deseando poder usar el 107
manómetro. 109
- ¿No nos resultará perjudicial la presión? 116
- No, iremos bajando lentamente y nuestros pulmones se irán 127
acostumbrando a respirar en una atmósfera más comprimida. Pero dejémonos 137
ya de charla y busquemos el paquete que arrojé. 147
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Hans miró atentamente a su alrededor con su buena vista de cazador y
lo descubrió en una saliente, unos treinta metros encima de nosotros 172
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Poco después almorzamos frugalmente y regamos la comida con algunos
tragos de ginebra. Mi tío anotó algunos datos en su cuadernillo de viaje 198
y, señalándome solemnemente una galería oscura, anunció: 206
- Ahora, Alex, vamos hacia el centro de la tierra. 218
Colegio “Santa Emilia”
Concepción
Programa: Mejoramiento de la velocidad Lectora
Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
Además de los animales, existen otros seres con vida que viven fijos 17
a la tierra, de la que se alimentan. Son las hierbas, arbustos y árboles, que 36
reciben el nombre de plantas o vegetales. 44
Sin las plantas, no tendríamos alimentos vegetales, no vivirían los 56
animales, no habrían casas, ni barcos, ni aire puro. Sin las plantas no 73
podríamos vivir. 76
Existen muchas clases de plantas. 82
Unas se distinguen por su gran tamaño, como el roble, el álamo y el 98
pino. Otras son medianas, como el rosal y el limonero. Algunas son pe- 113
queñas, como el musgo de los prados. 122
A las plantas les ocurre lo mismo que a los animales, pues como 136
tienen vida, nacen, crecen, se alimentan, respiran, tienen hijos, envejecen 152
y mueren. 155
A diferencia de los animales, que se trasladan de un lugar a otro y 170
tienen órganos de los sentidos, las plantas viven fijas y no tienen 183
sentidos. 185
Algunas plantas sólo duran un año o menos, y otras pasan de cien 199
años de vida. 203
Colegio “Santa Emilia”
Concepción
Programa: Mejoramiento de la velocidad Lectora
Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
(fragmento)
Fernando Santiván
chileno
Colegio “Santa Emilia”
Concepción
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Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
(fragmento)
Fernando Santiván
chileno
Colegio “Santa Emilia”
Concepción
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Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
Resulta que Azulina estaba muy triste y que en el patio último de la casa 21
– allí donde la señora Parra se empina sobre cuatro rodrigones – no hacía la 34
niña otra cosa que estarse muy quieta sentada en su sillita, mano sobre 48
mano, mirando con ojos distraídos no se sabía qué. No jugaba con los 63
hermanos , no paseaba la muñeca en el coche, no tejía cantando esas 77
alegres tonadas que embelesaban el Jilguero, no reía a la par que el agua del 93
surtidor. A tanto llegó el ensimismamiento de la niña, que muy de mañana 108
hubo un conciliábulo en el patio. 115
(fragmento)
Marta Brunet
chilena
Colegio “Santa Emilia”
Concepción
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Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
Resulta que Azulina estaba muy triste y que en el patio último de la casa
– allí donde la señora Parra se empina sobre cuatro rodrigones – no hacía la
niña otra cosa que estarse muy quieta sentada en su sillita, mano sobre
mano, mirando con ojos distraídos no se sabía qué. No jugaba con los
hermanos , no paseaba la muñeca en el coche, no tejía cantando esas
alegres tonadas que embelesaban el Jilguero, no reía a la par que el agua del
surtidor. A tanto llegó el ensimismamiento de la niña, que muy de mañana
hubo un conciliábulo en el patio.
(fragmento)
Marta Brunet
Chilena
Colegio “Santa Emilia”
Concepción
Programa: Mejoramiento de la velocidad Lectora
Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
INFANCIA Y POESÍA 3
Para saber y contar y contar para saber… tengo que empezar así 17
esta
historia de aguas, plantas, bosques, pájaros, pueblos, porque eso es 33
la
poesía, por lo menos mi poesía. 41
insectos de Chile. Estremece verlo de pronto en los troncos de los maquis y 335
de los manzanos silvestres, de los coigües, pero yo sabía que era tan fuerte 351
que podía pararme con mis dos pies sobre él y no se rompería. Con su gran 368
dureza defensiva no necesitaba veneno. 374
(fragmento)
Pablo Neruda
chileno
INFANCIA Y POESÍA
Para saber y contar y contar para saber… tengo que empezar así
esta
historia de aguas, plantas, bosques, pájaros, pueblos, porque eso es
la
poesía, por lo menos mi poesía.
(fragmento)
Pablo Neruda
chileno
LA FERIA DE CHILLÁN 4
Y es tan grande el movimiento, que a las siete de la mañana no cabe nada 108
más. Y hay tanto ruido y tanto ir y venir, que la visión se colma de arabescos 127
enloquecidos. 129
- ¡Las tortillas de rescoldo de harina flor! ¡Con manteca, las tortillas! ¡Las 237
tortillas con chicharrones, caserito; pase a llevar tortillas! 248
- No hay flores más lindas que las que le tengo, señorita… Los 262
pensa-
mientos dobles, las rosas fragantosas, las dalias, los claveles dobles… 276
¡Pasar a llevar las flores! ¡Fresquitas las flores, con roció las flores!… 293
Colegio “Santa Emilia”
Concepción
Programa: Mejoramiento de la velocidad Lectora
Profesora: Marlene Lamerain Barra. (6to año)
(fragmento)
Antonio Acevedo H.
Chilena
LA FERIA DE CHILLÁN
- ¡Las tortillas de rescoldo de harina flor! ¡Con manteca, las tortillas! ¡Las
tortillas con chicharrones, caserito; pase a llevar tortillas!
- No hay flores más lindas que las que le tengo, señorita… Los
pensa-
mientos dobles, las rosas fragantosas, las dalias, los claveles dobles…
¡Pasar a llevar las flores! ¡Fresquitas las flores, con roció las flores!…
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