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VIVAMOS COMO JESÚS

El fruto del Espíritu


49 lecturas devocionales para 7 semanas
Pedro Fuentes
SEMANA 1
CAUTIVADOS POR EL AMOR
SEMANA 2
LLENOS DEL GOZO DE DIOS
SEMANA 3
DISFRUTANDO DE LA PAZ
SEMANA 4
ESPERANDO CON PACIENCIA
SEMANA 5
MOSTRANDO A TODOS LA BENIGNIDAD Y BONDAD DE DIOS
SEMANA 6
DESAFIADOS POR LA FE
SEMANA 7
CONTROLADOS POR LA MANSEDUMBRE Y LA TEMPLANZA

“ El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza”.
Gálatas 5:22-23

El propósito de este devocional es ayudarnos a reflexionar sobre el carácter de Cristo expresado por el apóstol
Pablo en Gálatas 5:22-23. El fruto del Espíritu Santo en nosotros se manifiesta por lo menos de dos formas muy
prácticas:

En primer lugar, en nuestra conducta diaria, que es la expresión de nuestro carácter. Dios espera que nos
parezcamos a su Hijo Jesucristo y para ello envió a su Espíritu a morar en nuestros corazones (Romanos 5:5), de
modo que podamos ser moldeados al carácter de Jesús.

En segundo lugar, están nuestras acciones, es decir, aquellas buenas obras que debemos hacer como seguidores
de Jesús, en esto también Dios espera que imitemos a su Hijo.

En este devocional meditaremos juntos durante siete semanas especialmente en el fruto del Espíritu que tiene
que ver con nuestra manera de conducirnos, con nuestras conductas diarias que deben ser una muestra de un
carácter controlado por el Espíritu Santo.

Las lecturas diarias nos ayudarán en forma personal y el encontrarnos con nuestro grupo pequeño nos
enriquecerá al compartir la comunión con otros cristianos.

Espero que Dios llene tu vida con su bendita gracia y en estos días sientas que él habla a tu corazón. Te desafío
a que juntos podamos decirnos: ¡VIVAMOS COMO JESÚS!

CAUTIVADOS POR EL AMOR


SEMANA 1
“El amor de Dios fue derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo…”
Romanos 5:5

Mostrando el cristianismo en la vida diaria


DIOS ME AMA
“Mirad cual amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios”
1°Juan 3:1

Seguramente nunca podremos llegar a entender cuánto nos ama Dios. Quizás en muchas ocasiones te encontraste como
perdido en el mundo, sintiendo que nadie se interesaba por vos. Lo más probable es que no sea así, pero si así fuera Dios
nunca dejará de amarte. El amor de Dios es invariable, es personal, es único y está a tu disposición.

Los seres humanos fuimos creados con una tremenda necesidad de ser amados y Dios lo sabe porque él nos creó. A
algunas de las personas que te rodean quizás les cueste amarte, como a vos te costará amar a algunas también, sin
embargo a Dios no le resulta un sacrificio amarnos porque él en esencia es AMOR. Y Dios te ama así como eres, sin
importar tu pasado, sin preguntar por tus fracasos, sin evaluar tu capacidad. Dios sencillamente te ama, porque él te creó
para amarte. Esto no significa que Dios siempre esté de acuerdo con nuestra conducta porque cuando pecamos Dios no lo
aprueba. Y el pecado nos conduce a la perdición eterna. Pero como Dios nos ama buscó la solución a nuestro problema:

“De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en Él cree no se pierda sino
que tenga vida eterna” Juan 3:16

Si aún no experimentaste el amor de Dios, sencillamente tienes que recibirlo por la fe, apropiarte de su amor y de su
perdón. Pedir a Dios que perdone tus pecados y recibir a Cristo en tu corazón. A partir de allí vivirás una vida distinta
Y COMENZARÁS A DISFRUTAR DEL AMOR DE DIOS.

Pasar por este mundo sin haber experimentado el amor de Dios en la vida, es haberse perdido lo más importante que
podemos disfrutar: Que el Creador y Sustentador del universo nos rodee con su brazo amoroso y nos conduzca hasta el
final del camino. Te invito a vivir el resto de tus días sabiendo que DIOS TE AMA.

Reflexión: Cuando pases por situaciones difíciles y te sientas incomprendido por los demás recuerda que Dios te sigue
amando.

Lectura complementaria: 1° Juan 3:1-3

YO AMO A DIOS
“Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero”
1°Juan 4:19

Cuando comenzamos a disfrutar del amor que Dios nos tiene, empezamos a darnos cuenta qué significa amar. Dios pone
en evidencia su amor, así lo expresa San Pablo: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros” Romanos 5:8

Amar a Dios es tenerlo en primer lugar en el rango de nuestras prioridades. Es aceptar sus demandas y obedecer sus
mandatos. Amar siempre es dar y darse por el ser que amamos. Por esto, sólo podemos mostrar nuestro amor a Dios
cuando tomamos en serio sus mandatos, cuando seguimos sus consejos, cuando respetamos sus principios.

Quiero presentarte algunas formas muy prácticas que tenemos para mostrarle a Dios que lo amamos de verdad:

1 - ADORACIÓN: La adoración que le rendimos a Dios es la expresión más sublime del amor. Adorar es tener un
corazón que quiera agradar a Dios en todo lo que pensamos, decimos y hacemos. A Dios lo podemos adorar cuando
estamos solos y cuando estamos en la comunidad del pueblo de Dios. “Pero tú eres santo. Tú que habitas entre las
alabanzas de Israel” Salmos 22:3
2 - OBEDIENCIA: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con
él” Juan 14:23. Dios está muy interesado en que le obedezcamos, no porque sea un déspota y autoritario, sino porque
Dios sabe todas las cosas y como Padre amoroso siempre nos pedirá que hagamos lo que será mejor para nosotros. Es
verdad que a veces nos cuesta obedecer a Dios, pero debemos recordar que es para nuestro bien. “El obedecer es mejor
que los sacrificios” 1°Samuel 15:22

3 - SERVICIO: Jesús dijo “El Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir” Marcos 10:45. Si somos
seguidores de Jesús debemos pensar que cada vez que hacemos algo en beneficio de otros estamos sirviendo a Dios y
mostrándole que lo amamos de verdad.

Reflexión: Adoración, obediencia y servicio son formas muy prácticas que tenemos para mostrar QUE AMAMOS A
DIOS.

Lectura complementaria: Juan 14:21-24

AMOR A MI HERMANO
“Amados; amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquél que ama, es nacido de Dios, y
conoce a Dios”
1°Juan 4:7

El Nuevo Testamento nos dice que la Iglesia es como una familia. Todos sus integrantes son hermanos entre sí. En las
relaciones familiares se viven distintas y variadas experiencias. La relación entre los hermanos suele ser buena y en
ocasiones no tanto. Dios desea que en la Iglesia reine un clima de amor y comprensión. En toda familia los hermanos
cuando son chicos se pelean por cualquier cosa, a medida que van creciendo y madurando cada asunto se puede conversar
y las cosas van resolviéndose cada vez mejor.

El Señor Jesús sabía esto y es por eso que nos dejó un mandamiento muy cortito pero que puede revolucionar nuestras
relaciones “Este es mi mandamiento: Que se amen los unos a los otros” Juan 15:17

El amor permite que nos aceptemos tal como somos.


El amor nos hace perdonar las ofensas y olvidar los agravios.
El amor nos motiva a ayudar.
El amor nos permite renunciar a lo nuestro para beneficiar al hermano.

Se cuenta que en la Segunda Guerra Mundial los soldados vencedores hicieron explotar una bomba en el centro de un
pequeño pueblo. Todos salieron huyendo. Una niña de unos ocho años salió corriendo llevando en sus brazos a su
hermanito un poco más chico que ella. Un hombre que corría desesperado como los demás la observó y le gritó: “Niña:
¿no es demasiado pesado para ti?” a lo que la niña respondió: “NO, ES MI HERMANO”.

A la hora de ayudar a un hermano no contará tanto lo que hacemos por él sino la razón del por qué lo hacemos. Es nuestro
hermano. No siempre será una ayuda material la que están esperando nuestros hermanos. A veces necesitan compañía,
que oremos por ellos o que sencillamente dediquemos tiempo a escuchar sus pesares.

El amor a los hermanos siempre se mostrará en acciones concretas y no en un discurso lindo pero vacío de contenido. Esto
es lo que nos enseñó el Maestro cuando lavó los pies de sus discípulos.

Reflexión: Tanto amo a mis hermanos, tanto estaré dispuesto a hacer algo en beneficio de ellos.

Lectura complementaria: 1°Juan 4:7-21

AMOR AL PRÓJIMO
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Marcos 12:31
Aprendimos que tenemos que ayudarnos entre hermanos porque somos de la misma familia. Pero no debemos olvidar que
la ayuda a las demás personas también es parte de nuestro cristianismo. Jesús, nuestro Maestro, “Recorría
todas las ciudades y aldeas, enseñando…predicando.. sanando… y al ver las multitudes tuvo compasión de ellas…”
Mateo 9:35. Es muy importante que estemos atentos a las personas que nos rodean, sean cristianas o no. Son nuestro
prójimo, son los que tenemos próximos a nosotros. Lucas nos cuenta que Jesús” anduvo haciendo bienes y sanando a
todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” Hechos 10:38

A veces recibiremos gratitud por nuestras acciones y seremos reconocidos. Pero no siempre será así. En ocasiones
seremos criticados y hasta acusados falsamente. No nos preocupemos, debemos hacer el bien a todos porque esto
es lo que nos enseñó Jesús, y nosotros seguimos su modelo.

La Biblia nos advierte sobre el cuidado que debemos tener en relación a la fe que declaramos, con las acciones que
hacemos. Nos dice que la fe sin obras es muerta. Nos indica que para testificar de nuestra fe no alcanzan las palabras si
nuestras obras no respaldan lo que decimos. El relato de la vida de Jesús muestra que esto debe ser así. Nadie podrá, con
su palabrerío, convencer a otros de su amor a las personas si no lo muestra con sus acciones.

Quizá oíste aquel famoso refrán: “hablan tan fuerte tus acciones que no me dejan oír lo que tú dices”. Cuando hablamos
del amor de Dios, la gente quiere ver algo concreto de ese amor y no sólo escuchar de él. Las personas dedican más
tiempo a observar lo que hacemos que a escuchar lo que les decimos. Por eso recordemos lo que nos dice el Señor:

“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” 1°Juan 3:18

Reflexión: Estemos atentos para mostrar a nuestro prójimo con acciones concretas de cuánto Dios los ama a ellos y cómo
nosotros también los amamos.

Lectura complementaria: Lucas 10:25-37

AMOR A LOS ENEMIGOS


“… Cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la
causa al que juzga justamente”
1°Pedro 2:23

Amar a los que nos hacen mal, a los que nos dañan, a los que nos causan heridas, es muy difícil, casi imposible. En
realidad es imposible que una persona con sentimientos normales pueda amar a quien se declara su enemigo. Pero
los seguidores de Jesús tienen el mandato de hacerlo. Y es posible porque los seguidores de Jesús, han recibido al Espíritu
Santo en sus corazones y tienen ahora todo el poder para vencer el odio con el amor de Dios.

Esto fue lo que sucedió con Jesús. Lo maldecían y él no les respondía. Lo maltrataban y él encomendaba a Dios su causa.
Cuando estaba en la cruz oró al Padre pidiéndole que perdonara a sus agresores. ¡Qué tremendo! ¡Qué contradicción para
nuestros sentimientos! ¡Que desafío para nuestra experiencia diaria!

“El amor cubrirá multitud de pecados” Sólo el amor de Dios en nosotros puede pasar por alto la ofensa, disimular la
agresión y soportar la injusticia. Quiero que pienses en las personas que alguna vez te hirieron, que fueron injustas con
vos. Debes perdonarlas, de lo contrario seguirás atado al pasado. El amor que Dios puso en tu corazón es más fuerte que
todo el odio que puedas recibir. Porque es el amor de Dios, que en Jesucristo venció al pecado, a la muerte y al mismo
Satanás. Y hoy ese amor puede inundar tu corazón de modo que no haya espacio para que se albergue el odio ni el rencor.
Cuando amas a tus enemigos eres libre y nadie podrá inquietar tu ser interior. El estilo de vida que Dios espera de
nosotros es éste: “No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, BENDICIENDO
sabiendo que fuimos llamados para heredar bendición” 1° Pedro 3:9

Reflexión: No dejar que ninguna ofensa recibida se quede en nuestros corazones, sino vencerla con el AMOR DE DIOS
que tenemos en nuestro corazón aún para nuestros enemigos.

Lectura complementaria: Mateo 5:38-48


AMOR A LOS PERDIDOS
“… a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos”
° Corintios 9:22

Con demasiada facilidad olvidamos nuestra condición pasada. Todos nosotros estábamos descarriados como ovejas.
Seguíamos nuestro propio camino. No sabíamos exactamente cuál era el camino. Pero alguien nos contó del verdadero
camino hacia la felicidad interior, hacia la paz del corazón. Nos explicó que Jesús estaba dispuesto a perdonar nuestros
pecados y darnos la vida eterna. Alguien nos mostró que Dios nos amaba así como somos. El día que aceptamos ese amor
nuestra vida empezó de nuevo. ¡Qué maravilla!

Esta hermosa experiencia que nos sucedió, debiera cada día recordarnos que a nuestro alrededor hay miles de personas
que están sin Dios, sin Cristo y sin esperanza en el mundo. Viven ciegos, no conocen el camino, marchan rumbo al
infierno. Muchas de estas personas viven muy cerca de nosotros; algunos son nuestros familiares, vecinos, compañeros de
estudio o de trabajo. Cada uno de nosotros es responsable directo de las personas que tiene a su alrededor. Pensando que
Dios nos ama tanto y que su amor también es para ellos, ¿no te parece que es demasiado injusto y egoísta el no
compartirles esta buena noticia?

Amar a los que están perdidos es lo que Jesús hizo, así lo declaró: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo
que se había perdido” Lucas 19:10 Quiero animarte a que muestres tu amor a quienes están perdidos de alguna forma.
Puede ser compartiéndoles alguna literatura cristiana, regalándole un ejemplar de la Biblia, una película cristiana,
invitándoles a alguna actividad de la iglesia, ofreciendo tu casa para algún encuentro de grupo pequeño, contándoles tu
testimonio de vida y fundamentalmente mostrando con tu conducta que eres un verdadero seguidor de Jesús. Ora
constantemente por las personas a las que les compartiste tu fe y está atento a sus necesidades e inquietudes para
ayudarles.

Reflexión: Sabiendo que alguien me compartió del amor de Dios yo también lo haré con otros.

Lectura complementaria: Lucas 15:11-32

AMOR QUE PERMANECE PARA SIEMPRE


“El amor nunca deja de ser…”
1° Corintios 13:8

En este mundo todo se termina, nada permanece para siempre. Las cosas se rompen, las modas cambian, las ideologías se
agotan. Las personas se envejecen y se mueren, las relaciones se interrumpen y se cortan. Nada permanece.

Como dijo el filósofo Heráclito: “Lo único que permanece es el cambio”. Esta es la razón por la que la vida es tan
inestable, no tenemos de dónde tomarnos para permanecer seguros. Pero gracias al cielo, el amor de Dios por nosotros no
cambia ni cambiará. ¿Sabes por qué? Porque es la esencia misma de Dios: “En Dios no hay mudanza ni sombra de
variación” Santiago 1:17

Mientras pasamos por este mundo, el peregrinaje se hace difícil a veces, porque hay que vivir experiencias no deseadas,
porque se rompen relaciones y la tristeza invade nuestro corazón. En ocasiones nos sentiremos solos y no comprendidos ni
queridos. Debes recordar que Dios sí te comprende porque te creó y te ama y nunca dejará de amarte.

Quiero que te asombres conmigo y celebremos juntos el amor de Dios. Estamos seguros y nada cambiará nuestra relación
con nuestro Creador. Él es ahora nuestro Padre y tenemos una relación de amor inmutable con él. ¡Qué maravilla! Por fin
podemos vivir tranquilos y seguros, tenemos dónde poner nuestros pies seguros de que no caeremos, porque “Los que
confían en Dios, son como la montaña de Sion que no se mueve sino que permanece para
siempre” Salmos 125:1.

Ahora tenemos una relación que durará por siempre, aún después de nuestra muerte. Esta relación de amor es para toda la
eternidad.
Reflexión: Señor ayúdame para vivir consciente que todo aquí abajo pasará, pero gracias porque puedo vivir aferrado a tu
amor porque nunca se terminará.

Lectura complementaria: 1° Corintios 13:1-13


7

LLENOS DEL GOZO DE DIOS


SEMANA 2
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo ¡Regocijaos!”
Filipenses 4:4

GOZO DE DIOS
“En tu presencia hay plenitud de gozo”
Salmos 16:11

Normalmente las personas confunden gozo con alegría. La alegría es el resultado de las cosas lindas que nos suceden. Y
como todo el tiempo no nos suceden cosas lindas, la alegría es algo temporal, ocasional, que comienza y termina junto con
la circunstancia linda que estamos viviendo. Cuando aparece una experiencia desagradable la alegría desaparece.

El gozo no necesariamente tiene que ver con las circunstancias que vivimos, sino con el estado del corazón. Por lo tanto es
algo interno y puede ser un estado permanente.

¿Qué es el gozo? La Biblia enseña que el gozo es la satisfacción del corazón por estar en armonía con nuestro Creador. Es
vivir feliz interiormente. “En tu presencia hay plenitud de gozo”. Por eso el gozo puede ser permanente porque Dios no
cambia como las circunstancias.

Para entenderlo un poco mejor piensa en lo que sucede cuando la relación con la persona que amas se corta; sea con tus
padres, tus hijos, tu novio o novia, tu esposo o esposa. Se produce un estado de inseguridad, insatisfacción. Desagrado es
todo lo contrario a placer y satisfacción. Así sucede con las personas que no tienen una correcta relación con su Creador,
nada les satisface.

¿Por qué podemos sentir gozo en medio de circunstancias adversas? Porque cuando vivimos en comunión con Dios él
controla nuestro corazón y dirige las circunstancias por las cuales atravesamos. La historia nos cuenta de muchas personas
que pasaron situaciones extremadamente difíciles y vivieron satisfechas, no por tener un espíritu estoico sino porque
ninguna de esas experiencias hicieron mella en su relación con Dios. Así fue con José en Egipto, con Daniel en Babilonia,
con San Pablo en la cárcel de Filipos. El gozo viene de Dios y él está dispuesto a darlo a quien se acerque buscando tener
comunión con él. “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo ¡Regocijaos!” Filipenses 4:4

Reflexión: Si creemos que vivir feliz es solo pasar momentos agradables, nos estamos perdiendo el verdadero significado
de la felicidad.

Lectura complementaria: Salmos 145:1-7

GOZO DE LA SALVACIÓN
“Vuélveme el gozo de tu salvación”
Salmos 51:12

Tener la salvación, en la Biblia, significa haber nacido de nuevo, tener vida abundante, estar en comunión con Dios, tener
asegurada la vida eterna, estar preparado para enfrentar la muerte y vivir con esperanza segura. Esto produce un gozo, una
satisfacción que no puede explicarse. Aunque esta salvación no la podemos perder porque está garantizada por la obra de
Cristo, sí podemos perder en ocasiones el gozo que produce esta salvación. Así le sucedió a David.
La vida del rey David representa mucho la vida de cada uno de nosotros, así se ve en el libro de los Salmos. Este
pastorcito de Belén vivió todo tipo de experiencias difíciles. En su niñez fue mandado a la montaña a cuidar unas pocas
ovejas, casi olvidado por su familia. De joven soportó la envidia de sus hermanos y el celo del rey Saúl. Fue perseguido y
acusado falsamente. Tuvo que abandonar su casa, su familia, su tierra y sus amigos porque el rey con su
ejército lo buscaba para matar. En todas estas tristes experiencias David no perdía el gozo de saber que Jehová era su
pastor y nada le faltaría.

En su oración casi desesperada dice: “Vuélveme el gozo de tu salvación”. ¿Qué ocurrió con David en esta circunstancia?
Había pecado, había ofendido la santidad de Dios y eso provocó la pérdida de la comunión con su Dios y por lo tanto
perdió la satisfacción de la armonía con el Creador.

El gozo de los hijos de Dios no depende de las circunstancias que atraviesen, sino de hacer las cosas conforme a los
principios de Dios. Vivir con una actitud de querer agradar a Dios nos permitirá disfrutar del gozo que brinda la
comunión. Qué bueno es saber que cuando David tomó conciencia de su pecado se inclinó ante Dios y pidió perdón de su
ofensa y fue restaurado. Y Dios le volvió el gozo de la salvación.

Reflexión: Mantener una vida de obediencia al Señor y a su Palabra nos permite disfrutar del gozo que perdura.

Lectura complementaria: Lucas 19:1-10

GOZO DE LA COMUNIÓN
“Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido”
1° Juan 1:4

“No es bueno que el hombre esté solo”. Esta es una sentencia que involucra mucho más que el matrimonio, tiene que ver
con que Dios no nos creó para vivir en soledad, sino en relación con otros como nosotros, esto es comunión.
La buena relación con los hermanos, a la que la Biblia llama comunión, produce un gran gozo.

Hay una gran bendición, un gran deleite en vivir en buena comunión con los hermanos, así lo dice el salmista: “Mirad
cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía” Salmos 133:1

La comunión en la vida cristiana tiene dos facetas importantes. Así como amar a Dios se demuestra amando a los
semejantes, la comunión con Dios se demuestra en la comunión con los hermanos. En esa relación con la comunidad
de fe, que es la iglesia, es que expreso mi cercanía con Dios. Nadie puede afirmar que está en buenas relaciones con Dios
si está lejos de sus hermanos.

Jesús se mantuvo en una estrecha relación con sus seguidores y les pidió a los discípulos que se mantuvieran unidos como
muestra de que eran seguidores de él: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los
unos con los otros” Juan 13:35

Es muy importante que cultives la vida de comunión. La forma que tenemos es participando de los distintos programas
que tiene la congregación: asistiendo a los encuentros que organiza la iglesia, sean los cultos o las actividades con
distintos propósitos, formando parte de algún grupo pequeño, participando en algún ministerio o tarea misionera. Esto te
ayudará a expresar en forma muy concreta tu comunión y a disfrutar del gozo que produce el vivir en la comunión de la
iglesia.

Reflexión: Por nada del mundo debiéramos perdernos la bendición de la comunión con los hermanos.

Lectura complementaria: 1° Juan 1:1-4

GOZO DE SERVIR
“Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aún yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas,
aunque amándoos más sea amado menos”
2° Corintios 12:15
“Mayor placer” es sinónimo de abundante gozo. Es extraño que alguien pueda decir que gastar sus bienes y su propia vida
en beneficio de otros le produzca semejante gozo. Más fuerte se torna esta expresión al decir que está dispuesto
a amar más a cambio de menos amor recibido. ¿Cuáles son las razones que permiten esta conducta tan extraña para la
gente común? Veamos por lo menos tres razones:

1 - A Dios le agrada. Siempre que hacemos lo que a Dios le agrada nos transformamos en personas felices, en personas
que disfrutan de la vida, que gustan el placer de vivir. Personas que cumplen el propósito y la asignación para la que
fueron creadas, son personas satisfechas plenamente. “El hacer tu voluntad, Dios mío me ha agradado” Salmos 40:8

2 - Hacer algo por la felicidad de otros nos llena de felicidad a nosotros. Dios nos ha creado para disfrutar de la vida y
ver a otros que disfrutan. Cuando nuestras acciones permiten a alguien mejorar su calidad de vida, cumplir sus
objetivos, alcanzar nuevas metas y los vemos felices, la consecuencia natural es que nosotros también sintamos placer,
gozo y felicidad. “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad” 3° Juan 4.

3 - Saber que un día seremos recompensados con gozo eterno. Cada acción que hacemos aquí en la tierra a favor de
cualquier persona, por más pequeña que sea, Dios la tiene en cuenta. No debiéramos perder ninguna oportunidad
de hacer algo en beneficio de otros. “Cualquiera que dé un vaso de agua fría... no perderá su recompensa” Mateo 10:42.

Es importante que sirvamos a Dios mientras estamos aquí en la tierra para poder disfrutar de un gozo especial aquí abajo y
por la eternidad. Qué bueno será que cada uno de nosotros pueda oír de labios del Señor la frase: “Bien, buen siervo y fiel;
sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” Mateo 25:21

Reflexión: Las oportunidades de servir a otros se presentan HOY y tienen resultados eternos.

Lectura complementaria: Mateo 25:31-46

GOZO EN LA DIFICULTAD
“Hermanos míos tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”
Santiago 1:2

Las pruebas producen gozo


Las pruebas normalmente no producen ningún tipo de placer ni de gozo, más bien de fastidio y tristeza. Pero cuando
podemos entender que Dios está haciendo algo bueno en nuestras vidas y en nuestro carácter, utilizando las pruebas
como medio de aprendizaje, todo cambia. Entonces sí podemos experimentar gozo, como Jesús: “Verá el fruto de la
aflicción de su alma y quedará satisfecho” Isaías 53:11

Las pruebas juegan a nuestro favor


Las pruebas son esas experiencias difíciles que juegan a nuestro favor y para nuestro beneficio si sabemos enfrentarlas
con las armas que Dios nos da. “Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, mas tenga la paciencia su obra
completa para que sean perfectos y cabales sin que les falte cosa alguna” Santiago 1:3-4

Las pruebas nos ayudan


Las pruebas están para ayudarnos, no para destruirnos. Es difícil entender esto cuando estamos atravesando una prueba,
por esta razón es que debemos prepararnos antes de que lleguen. “Para que sometida a prueba vuestra fe… sea hallada en
alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” 1° Pedro 1:7

Las pruebas no son para siempre


Las pruebas son temporales, no durarán toda la vida. Algunas las sufriremos hasta que nos marchemos a pasar la
eternidad, pero como dice Pablo: “Las aflicciones del tiempo presente no se comparan con las glorias venideras”
Romanos 8:18.

Reflexión: Debo aprender a percibir el obrar amoroso de Dios en medio de la prueba para saber que algo bueno él está
haciendo en mi vida, así fluirá el gozo de saber que estoy en sus manos preciosas.
Lectura complementaria: Salmos 84

GOZO EN LA SOLEDAD
“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios, y los presos los oían”
Hechos 16:25

Para la mayoría de las personas estar solos no es agradable, mientras que para otras sí. Dios no nos hizo para estar solos,
pero ese no es el mayor problema. En ocasiones estamos rodeados de gente pero nos sentimos solos. Sea que
estés solo o que te sientas solo, puedes experimentar el gozo de la presencia incondicional de Dios en tu interior. Puedes
estar seguro que él cumplirá su promesa: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu
Dios que te esfuerzo....” Isaías 41:10.

Cuando tus padres te dejan solo


Muchos fueron abandonados por sus padres y viven una experiencia dolorosa que los acompaña toda su vida. Tienen
miedo a quedarse solos. Esto puede superarse cuando encuentras que alguien no te dejará nunca. A David le había pasado
algo parecido hasta que pudo decir “ Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos”
Salmos 27:10

Cuando tus hermanos te dejan solo


Tenía muchos hermanos pero cuando los necesitó no pudo contar con ninguno. Diez de ellos lo entregaron como esclavo
por unas pocas monedas. Por momentos pensó que se quedaba solo en el mundo, sin embargo la biografía
de su vida narrada en Génesis 37 en adelante nos dice vez tras vez: “Pero el Señor estaba con José”. Siempre será así, el
Señor estará con nosotros y podremos disfrutar de su presencia y de su gozo, porque éste no depende de las circunstancias
que estemos pasando.

Cuando tus compañeros te dejan solo


El apóstol Pablo y su compañero Silas habían sido puestos en la cárcel injustamente. Lo más probable es que se sintieran
solos y abandonados, sin embargo cantaban y oraban con mucho fervor. El canto era una expresión del gozo del corazón.
No estaban felices porque estaban presos. Ellos estaban gozosos porque Dios estaba con ellos y cuando Dios está con
nosotros no hay lugar para sentirse solo. El gozo brota del corazón porque se tiene la convicción de que
todo está bajo el control de un Dios Soberano y amoroso.

Reflexión: Mientras Dios esté con vos no estarás solo nunca.

Lectura complementaria: Salmos 23

GOZO QUE PERDURA


“Gozaos de que vuestros nombres están escritos en el libro de la vida”
Lucas 10:20

Saber que podemos vivir el resto de nuestras vidas disfrutando de gozo permanente no es una utopía. ¡No! Es lo que Dios
nos ofrece y garantiza desde que comenzó a trabajar en nuestras vidas. Porque la felicidad que nos consiguió es por estar
en comunión con él. Por lo tanto, durará mientras dure nuestra comunión. Y cuando ésta se corta tenemos la indicación
bíblica de cómo restaurarla. ¡Qué maravilla!

Es una pena que algunos pasen toda la vida buscando felicidad y gasten mucho dinero sin poder llegar a sentir esa plena
satisfacción que Dios les ofrece gratuitamente.

Muchos esperan llenar sus ansias de placer con viajes, compras, conociendo gente importante, practicando deportes,
estudiando, investigando, con el arte, con la música, y con tantas otras cosas que son buenas y sanas. Está bien hacerlas e
invertir tiempo y dinero para practicarlas, lo que no está bien es pensar que haciendo estas cosas obtendremos la felicidad
tan ansiada.

Los discípulos de Jesús confundieron alegría con gozo y Jesús les explicó la diferencia. Les dijo que ellos debían gozarse
con aquellas cosas que no cambiarían con el tiempo. Ellos se gozaban porque habían podido hacer algunos
milagros y Jesús les recordó que lo más preciado que una persona puede tener aquí abajo es la seguridad y garantía de
saber que su nombre está escrito en el libro de la vida. Es decir que está preparado para su muerte. Tiene plena seguridad
que pasará la eternidad en el cielo junto a Jesucristo.

Jesús no les estaba diciendo que no debían alegrarse por las cosas lindas que les sucedían. Lo que debían aprender era a
diferenciar entre la alegría temporal y el gozo eterno.

Reflexión: Aprender a diferenciar lo temporal de lo eterno nos permite descubrir la felicidad en el presente y a disfrutar
del gozo que perdura.

Lectura complementaria: Habacuc 3:17-19

DISFRUTANDO DE LA PAZ
SEMANA 3
“La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se
acobarden”.
Juan 14:27

PRÍNCIPE DE PAZ
“Y se llamará su nombre: Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”
Isaías 9:6

Éste es uno de los títulos más sobresalientes de nuestro Señor. Isaías, el profeta, lo llama PRÍNCIPE DE PAZ y tiene
razón, porque él arregló la guerra que teníamos con Dios. Habíamos ofendido la santidad de nuestro Creador y no había
forma de reconciliarnos con él a menos que hubiera un mediador válido que tomara el asunto en sus manos. Y Jesús hizo
eso por nosotros.

“Él es nuestra paz” Efesios 2:14


“Él hizo la paz” Efesios 2:15
“Él anunció la paz” Efesios 2:17

No tenemos por qué tenerle miedo a Dios ya que a través del Señor Jesús estamos en paz con él. No tenemos por qué
tenerle miedo a la muerte ya que estamos en paz para enfrentar lo que viene después. No tenemos por qué tenerle miedo al
diablo porque es un enemigo derrotado y nosotros vivimos en paz porque participamos de la victoria que Jesús logró al
vencerle en la cruz.

No tenemos por qué tener miedo a las circunstancias difíciles que podamos enfrentar porque tenemos paz en el corazón y
nada puede perturbarnos. Jesús dijo: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da
el mundo. No se angustien ni se acobarden”. Juan 14:27

El PRÍNCIPE DE PAZ arregló todos nuestros asuntos de conflictos espirituales, así que ahora podemos caminar por este
mundo lleno de conflictos con un corazón quieto y reposado, porque el Príncipe de Paz vive en nosotros.

Reflexión: Vivamos tranquilos que el Príncipe de Paz está en nosotros, con nosotros y por nosotros.

Lectura complementaria: Isaías 9:6, Efesios 2:13-18

LA PAZ DEL PERDÓN


“Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”
Romanos 5:1
La falta de paz en el corazón humano es esencialmente por no sentirse perdonado por Dios. Mientras que la relación con
el Creador esté cortada no puede haber paz interior. Lo bueno para nosotros es saber que ahora ya se hizo la paz
y podemos estar en armonía con Dios.

Muchas personas viven una gran carga de conciencia y sentido de culpa. Cargan con malas decisiones y pecados
cometidos en el pasado que les resulta una gran mochila casi imposible de llevar. No pueden disfrutar por mucho tiempo
de las cosas lindas que les suceden porque siempre están trayendo a su memoria viejas culpas. Es una pena que sea así,
porque Jesús ofrece para todos un perdón total y absoluto. De modo que no quede ni una pizca de pesar porque “si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” 1° Juan 1:9
Todas nuestras ofensas fueron perdonadas y Dios no se acordará más de nuestros pecados.

Cuando dos personas están peleadas se genera una relación desagradable y un clima enrarecido. Esto es lo que sucedía
entre nosotros y Dios, pero ahora habiendo sido justificados, es decir, puestos en buena relación con Dios, no
hay nada desagradable. La relación es buena y agradable. Los cristianos debemos aprender a disfrutar esta nueva
condición, vivir en armonía es una gran bendición.

Reflexión: No permitiré que viejas culpas empañen la paz que Jesús consiguió para mí cuando me arregló las cuentas con
Dios el Padre.

Lectura complementaria: Salmos 32

CAMINAR EN PAZ
“…Vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros”
2° Corintios 13:11

Desilusión
Dice un cantor popular: “Los caminos de la vida no son lo que yo esperaba, no son lo que yo creía, no son lo que
imaginaba. Los caminos de la vida son muy difícil de andarlos, difícil de caminarlos y no encuentro la salida”. Hay mucha
verdad en este poema. La vida nos sorprende muchas veces con cuestiones que nunca pensamos que nos tocaría enfrentar.
Enfermedad, accidente, mudanza, viajes, fracasos, disoluciones, pérdidas de cosas materiales y de personas y tantas otras
cuestiones más. Algunos suelen decir: es imposible vivir en paz en este mundo.

Desafío
Quiero recordarte que el mundo no va a cambiar y las circunstancias probablemente tampoco. Lo que sí puedo asegurarte
es que puede cambiar tu forma de enfrentar estos caminos. Puede cambiar tu corazón, para estar preparado para transitar
caminos difíciles.

El hijo menor de un zapatero campesino dijo a su padre: “Papá; quisiera caminar descalzo por todo el mundo sin pinchar
mis pies con las espinas del campo, quiero que consigas mucho cuero y cubras todo el mundo así no habrá nada que me
moleste para caminar por donde yo quiera” El padre lo miró con ojos de amor y compasión, pero conociendo la realidad
de la vida le contestó:

“No será posible cubrir todo el mundo con cuero, porque no podría encontrar suficiente material para ello. Pero algo voy a
hacer para que cumplas tus deseos de no pincharte con las espinas del campo. Conseguiré el mejor cuero y te fabricaré las
mejores botas que hayas visto y entonces podrás salir por el mundo sin problemas. No puedo quitar las espinas del
camino, ni puedo cubrirlas a todas, pero sí puedo prepararte, cubriendo tus pies para que enfrentes cualquier tipo de
espinas y pinches del camino”.

Que el Dios de paz esté con nosotros, nos da la plena seguridad de poder caminar por este mundo en paz, no porque los
problemas sean quitados, sino porque Él cubre nuestro corazón con su presencia y podemos decir como el poeta bíblico:
“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den
mantenimiento... El Señor es mi fortaleza” Habacuc 3:17-19

Reflexión: Si el Dios de paz está conmigo, puedo vivir en paz.

Lectura complementaria: 1° Pedro 3:1-9


PAZ CON LOS DEMÁS
“ Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”
Romanos 12:18

No siempre es fácil llevarse bien con todos. Es por eso que Pablo nos dice “SI ES POSIBLE”. En ocasiones será
imposible pero que no sea por culpa nuestra, esa es la idea del apóstol. Tres actitudes que pueden ayudarnos para poder
estar en paz con todos:

NO ENOJARNOS PORQUE LOS DEMÁS TIENEN OPINIÓN DIFERENTE A LA NUESTRA.


Es muy importante que aprendamos que nuestro parecer es muchas veces sólo nuestro y nadie está obligado a pensar
como nosotros. Por ello si queremos estar en paz con todos debemos ser muy respetuosos de la opinión ajena.

NO DISCUTIR SOBRE CUESTIONES DE POLÍTICA NI DE RELIGIÓN.


Estos dos temas son los que han separado más que cualquier otro asunto a los pueblos a través de la historia. Y son los que
generaron la mayoría de las guerras en el mundo. Dejemos que cada uno tenga su parecer y nosotros estemos firmes en
nuestras convicciones, siempre que éstas estén respaldadas por la Palabra de Dios.

NO RESPONDER CUANDO NOS INSULTAN


Esta es una clave importante en las relaciones interpersonales, especialmente cuando tratamos con personas soberbias y
“mal llevadas” en el trato. Jesús nos dejó el mejor de los ejemplos al respecto: “Cuando proferían insultos contra él no
replicaba con insultos, cuando padecía no amenazaba, sino que se entregaba a aquél que juzga con justicia” 1° Pedro 2:23.

Reflexión: Saber llevarnos bien con la gente nos permite disfrutar de la vida y ser de bendición a quienes nos rodean.
“No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario BENDICIENDO…” 1° Pedro 3:9.

Lectura complementaria: Salmos 122.


8
PAZ PARA TOMAR DECISIONES
“…Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo
Jesús”
Filipenses 4:7

Una persona perturbada en su interior difícilmente podrá decidir correctamente. La angustia del corazón, el apuro
mezclado con desesperación para resolver algún asunto, puede llevarnos a tomar caminos equivocados.

Debemos evitar tomar cualquier tipo de decisión cuando no estamos en paz. El texto que estamos compartiendo comienza
diciendo: “Por nada estén preocupados, sino sean conocidas sus peticiones delante de Dios, en toda oración y ruego, con
acción de gracias y la paz de Dios …”

La paz es el resultado de encomendar a Dios nuestros asuntos. Dios no nos está prometiendo resolver los problemas, sino
que promete quitarnos la ansiedad poniéndonos su paz en nuestros corazones. Cuando estamos interiormente
en paz, estamos en mejores condiciones de ver con mayor claridad los caminos que debemos tomar.

Un punto importante para tomar decisiones sabias es utilizar la premisa de querer honrar a Dios en lo que vamos a decidir.

Debemos declararle a Dios que deseamos que él se agrade de nuestro proceder. Pedirle que si en la decisión que estamos
por tomar no va a ser honrado su nombre, que no nos permita avanzar en el tema. Esto nos dará una garantía
para andar por camino seguro, ¿sabes por qué? Porque Dios se ha comprometido a no defraudarnos cuando nosotros
ponemos su honra en primer lugar: “YO HONRARÉ A LOS QUE ME HONRAN, Y A LOS QUE ME DESPRECIAN
SERÁN TENIDOS EN POCO” 1° Samuel 2:30

Reflexión: Las buenas decisiones se toman en paz y generan paz, al margen del resultado que produzcan.

Lectura complementaria: Juan 14:1-14


PAZ EN LA ADVERSIDAD
“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense!
Yo he vencido al mundo”
Juan 16:33

Muchas son las situaciones difíciles que debemos afrontar en esta vida. Algunas de ellas son inesperadas, otras son
causadas por terceros y un gran número son las que nosotros mismos provocamos por decisiones incorrectas.

Cualquiera sea su origen son AFLICCIONES que perturban nuestro ser interior y nos quitan la paz. Jesús lo sabía, porque
él nos conoce lo suficiente como para poder advertirnos al respecto.

Problemas de Salud: Sólo valoramos nuestra salud cuando llega la enfermedad a nosotros o a algún ser querido muy
cercano. ¡Cómo nos hace sentir de frágiles y sin fuerzas! Esto perturba grandemente nuestro corazón.
Problemas Familiares: Cuando menos nos imaginamos algo sucede en las relaciones familiares y se rompe algún vínculo.
Es casi como una muerte. Algo desaparece de golpe y quedamos perplejos y nos sentimos impotentes ante
tal situación.

Problemas Económicos: La escasez de dinero suele quebrantar a muchos, especialmente a quienes estaban acostumbrados
a la abundancia. El quiebre económico suele quebrar también la entereza del corazón. Ante las necesidades económicas y
la escasez de lo esencial para la vida, nuestro corazón se llena de angustia.

Estas y muchas más son AFLICCIONES de las cuales Jesús nos anunció que tendríamos. Él no dijo que las quitaría, sino
que nos daría su PAZ para enfrentarlas. El salmista dijo: “Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente” Salmos
84:6. Todos pasamos tarde o temprano por el valle de lágrimas, son estas AFLICCIONES de las que nos habló Jesús. Pero
nunca debemos olvidar que la PAZ de Jesús es una promesa firme y segura que nadie podrá cambiar. Lo que tenemos que
hacer es confiar en Jesús y dejar que él se ocupe de nuestras aflicciones y a cambio nos dará su paz.

Reflexión: En medio de la aflicción sepamos que la promesa de paz es segura.

Lectura complementaria: Salmos 23

VIVIR Y MORIR EN PAZ


“... Yo ya estoy para ser sacrificado y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he
acabado la carrera, he guardado la fe”
2° Timoteo 4:7-8

A todos nos gusta vivir y deseamos tener muchos años aquí en la tierra. Pero lo cierto es que un día vamos a morir, por
más que nos aferremos a esta vida, sólo estamos de paso. Dios quiere que el tiempo que estemos aquí lo disfrutemos
al máximo. Una de las formas de hacerlo es vivir en paz, no sobresaltados y corriendo de aquí para allá sin saber
demasiado si vale la pena correr.

Vivir en paz no significa estar inactivos. Para el apóstol Pablo vivir en paz era:

1 - PELEAR UNA BATALLA


La vida es como una batalla en la que se gana o se pierde y Dios quiere que ganemos y puso todo a nuestra disposición
para que así sea. Batallamos contra nuestros deseos pecaminosos, batallamos contra las ofertas deshonestas de este
mundo, batallamos contra las fuerzas del maligno. En cada una de éstas podemos triunfar y así caminar en paz por este
mundo.

2 - CORRER UNA CARRERA


La vida es como una carrera en la que no podemos detenernos si queremos ganar. Para correr aliviados debemos
despojarnos de cosas que, aunque nos gustan, son demasiado pesadas para poder avanzar. Si queremos vivir en paz
debemos respetar las reglas de esta disciplina atlética y así llegar al final y obtener el premio. La vergüenza que pasa quien
es descalificado por hacer trampas en una carrera no le permite disfrutar la competencia ni estar en paz con sus
compañeros. Dios quiere que corramos en paz.

3 - GUARDAR LA FE
La vida es como un encargo del cual tenemos que dar cuenta al finalizarla. Guardar la fe es cuidar y respetar el contenido
del cristianismo; sus valores y principios que son inalterables como lo es Dios mismo. Si queremos vivir en
paz debemos ser celosos de lo que Dios es y dice. No transgredir sus mandatos nos permite llegar al final del camino en
paz.

Reflexión: Si quieres morir en paz debes vivir en paz.

Lectura complementaria: Salmos 46

ESPERANDO CON PACIENCIA


SEMANA 4
“Mas tenga la paciencia su obra completa, para que sean perfectos y cabales sin que les falte cosa alguna”
Santiago 1:4

CORRER CON PACIENCIA


“ … Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” Hebreos 12:1

El relato del capítulo 11 de Hebreos nos cuenta de muchas personas que lograron triunfar en la carrera de la vida. La
mayoría de ellos atravesando experiencias súper difíciles, que cualquiera de nosotros diría que es imposible superarlas.
Sin embargo, lo lograron porque asumieron su responsabilidad con paciencia y confiaron en Dios quien les dio finalmente
la victoria.

TOMA DE CONCIENCIA No se puede ganar en una carrera si no nos hemos anotado y aceptado las reglas de la
competencia. Por ello debemos asumir que estamos en una carrera. No debemos entretenernos ni perder el tiempo
en cosas que no nos ayudarán a ganar el premio. No olvides que Dios quiere premiarte al final del camino.

RENUNCIA Dios sabe que tenemos muchas cosas en nuestra vida que nos perturban e impiden que corramos la carrera
con libertad. Así que nos invita a dejar atrás y a despojarnos del peso que nos molesta. Muchas veces esas cosas que nos
pesan son a su vez cosas que queremos y que nos cuesta dejar. Pero no olvidemos que será mejor renunciar a ellas si
deseamos ganar la carrera y ser premiados por Dios.

PACIENCIA A medida que avanzamos nos sentiremos cansados y en ocasiones desanimados. Las circunstancias
adversas nos harán perder la confianza y también la paciencia. Pero no es posible llegar al final del camino sin paciencia.
Por esto “corramos con paciencia”.

CONFIANZA Hay una clave que no debemos descuidar para alcanzar el triunfo: es hacia dónde miramos. Es fácil
desviar la mirada y cambiar de rumbo. Es tentador empezar a pensar que estamos teniendo un buen ritmo y comenzar a
confiar en nuestras propias fuerzas. Esto nos llevará seguro al fracaso. Por esto la Biblia nos advierte que la carrera se
corre y se gana “PUESTOS LOS OJOS EN JESÚS”.

Reflexión: Muchos comienzan la carrera, pocos continúan en la carrera, solo algunos llegan al final de la competencia. El
triunfo es de los que llegan hasta el final.

Lectura complementaria: Hebreos 11

SOPORTAR LA PRUEBA CON PACIENCIA


“Hermanos tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe
produce paciencia”
Santiago 1:1-2
Cada vez que enfrentamos una dificultad sentimos que estamos frente a un adversario. La Biblia nos dice lo contrario. En
realidad la adversidad juega a favor de nosotros.

Cuando nos enfrentamos a la dificultad solemos pedirle a Dios que la quite, pero ignoramos que es Dios quien la ha
mandado para nuestro bien. Debiéramos entender que las adversidades son parte de nuestra formación. Tienen un
propósito bien definido. LA PRUEBA PRODUCE PACIENCIA, es decir, confianza en Dios. Cuando pasamos por las
pruebas aprendemos a depender de Dios y podemos vivir tranquilos y seguros porque nada malo va a sucedernos que
escape al control de Dios.

El gozo que debemos sentir es por saber hacia dónde nos conduce la prueba y no por la prueba en sí. Es como cuando
andamos por un camino de montaña, el piso puede ser de ripio y tener muchas piedras a su paso que molestarán nuestro
andar. Si vamos en vehículo podemos arruinar alguna cubierta, sin embargo seguimos porque esperamos llegar al final
para encontrarnos con el objetivo de un buen paisaje. Así debiéramos enfrentar las pruebas, SABIENDO
que al final nos espera un resultado bueno para nuestras vidas.

No debiéramos olvidar nunca esa preciosa afirmación del apóstol:


“Y SABEMOS QUE A LOS QUE AMAN A DIOS, TODAS LAS COSAS LES AYUDAN A BIEN, ESTO ES A LOS QUE
CONFORME A SU PROPÓSITO SON LLAMADOS” Romanos 8:28

La paciencia que Dios promete darnos se forja en el crisol de la prueba, y pretende formar nuestro carácter. Dios desea
que seamos “perfectos y cabales”, de modo que estemos en condiciones de honrar su nombre y ser de ayuda y de
bendición en la vida de otros.

Reflexión: Ayúdanos Señor a soportar las pruebas confiados en que éstas serán para nuestro bien formando nuestro
carácter, para que sea parecido al de Jesús.

Lectura complementaria: 1° Pedro 1:3-9

LA PACIENCIA DE DIOS
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros…”
2° Pedro 3:9

Si Dios tuviera nuestra paciencia ya hubiera terminado con la raza humana hace mucho tiempo. Si él se manejara con
nuestros parámetros, creo que en este momento yo no estaría escribiendo ni vos estarías leyendo. La realidad es que
hemos desobedecido tantas veces sus mandatos y ofendido tantas veces su santidad que su justicia ya debería habernos
destruido. Pero su paciencia es tremenda. “Dios es lento para la ira y grande en misericordia” Que Dios nos tenga
paciencia significa que: Teniendo motivos suficientes para actuar en contra de nosotros no lo hace aún.

Está dispuesto a esperarnos para que cambiemos nuestras conductas. Nos dará una nueva oportunidad porque espera que
cambiemos. Sigue creyendo en nosotros.

La paciencia de Dios no es como la nuestra que se agota con demasiada facilidad y rapidez. Pero esto no significa que
Dios no actuará porque nos tiene paciencia, lo hará en su tiempo y según le parezca a él. No debiéramos agotar su
paciencia sino más bien aprovecharla en responder pronto a su llamado de amor, y cambiar aquellas cosas que ya nos ha
pedido varias veces que cambiemos.

Frente a su gran paciencia por nosotros tengamos un corazón agradecido y vivamos sabiendo que es por esta paciencia
que seguimos en pie y no hemos sido destruidos. Y frente a esta misma paciencia vivamos dispuestos a obedecer y
cambiar de actitud cuando nos equivocamos.

Reflexión: Que Dios sea paciente como lo es, nos permite tener una nueva oportunidad ante nuestros errores.

Lectura complementaria: Isaías 30:18-21


SER PACIENTES CON OTROS
“Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”
Efesios 4:2

“Soportar con paciencia” es una idea que entendemos mejor cuando la miramos desde dos perspectivas:

1- Cuando nos tienen paciencia y nos soportan.


Soportar no significa aguantar fastidiado una situación que nos colma. Eso no es aplicar paciencia sino mantener un
fastidio casi incontrolable. Soportar con paciencia es sostener a alguien esperando que cambie o aún cuando no cambie
seguir sosteniéndolo. Como hace Dios con nosotros. ¿Quiénes nos soportan? ¿Cuántos nos sostienen a nosotros? ¿Cuánto
tiempo hace que nos soportan? Estas y otras preguntas similares nos pueden ayudar a dimensionar la paciencia que otros
tienen por nosotros y esto servirá de inspiración y fuerte motivo para ejercer esta paciencia con los demás.

2 - Cuando nosotros debemos tener paciencia y soportar a otros.


Esta es una indicación bíblica, es un mandato que debemos obedecer. Pensemos en las personas que debemos sostener:

Creyentes nuevos que aún no han madurado y por lo tanto hay que tenerles paciencia porque están creciendo.
Creyentes de muchos años que no han querido madurar y que mantienen costumbres y conductas que molestan a los
demás.
Personas que actúan como adolescentes cuando debieran actuar como adultos que son.
Personas ancianas que repiten las cosas una y mil veces porque se olvidan que ya nos las dijeron.
Personas caprichosas que insisten en los mismos errores aún cuando se les ha explicado cuál debe ser la conducta
correcta.
Personas adictas que prometen cambiar y siempre vuelven a sus mismas prácticas.

Dios nos dice “Soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”. Supongo que habrás notado que es “unos a
otros”, lo que significa que de la lista que dimos nosotros también formamos parte.

Reflexión: Seamos agradecidos con nuestros hermanos que nos soportan.

Lectura complementaria: Colosenses 3:12-17

UN EJEMPLO DE PACIENCIA
“Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y
compasivo”
Santiago 5:11

No siempre es fácil entender los caminos de Dios para nuestras vidas, más aún cuando vivimos experiencias que a nuestro
parecer nos suenan injustas, como es el caso de este hombre llamado Job. Su vida parecía muy exitosa, tenía una familia
bien constituida, una buena posición económica y las relaciones familiares eran buenas. ¿Qué más podía pedir?.

Hasta que un día, cuando menos imaginó, todo se vino a pique. Todo su ganado, ovejas y camellos fueron robados por
unos malos vecinos y los sembrados del campo fueron destruidos por un fuego del cielo. Sus hijos murieron en
un derrumbe en la casa donde estaban de fiesta. Toda una tragedia inexplicable. A todo esto se le sumó la visita de sus tres
mejores amigos que tratando de encontrar alguna explicación, concluyeron en que seguramente Job había
ofendido a Dios y por esto le venían tantos males.

Job decidió encomendar su causa al que juzga justamente. La paciencia de este hombre nos muestra a alguien capaz de
esperar y confiar en la mano soberana de Dios, sin importar las circunstancias que deba atravesar. Quizás debiéramos
encontrar en esta historia algunas lecciones para cuando nos toque vivir alguna experiencia difícil:

NO DEJAR DE ADORAR A DIOS. Podemos no entender la situación y sentirnos incomprendidos e impotentes para
enfrentar el momento, pero nunca debiéramos dejar de reconocer a Dios como Soberano y Señor, digno de ser adorado.
NO VIVIR ATADO A LOS BIENES MATERIALES. Una de las grandes desilusiones de las personas es haber vivido
atadas a las cosas materiales y el día que estas se pierden caen en una tremenda depresión. No fue así con Job, él declara:
“desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá”

NO OLVIDAR QUE DIOS SIEMPRE TIENE PROPÓSITOS BUENOS. Pensar que lo malo que nos sucede es una
desgracia y sentir que somos maltratados por el destino o por un acto de injusticia de parte de Dios es vivir en ignorancia.
Job nos deja la gran lección de una vida piadosa: “en todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno”.

Reflexión: Tener paciencia es esperar en Dios en cualquier circunstancia que nos toque vivir.

Lectura complementaria: Job 1:1-22

PERDIENDO LA PACIENCIA
“No te impacientes a causa de los malignos ni tengas envidia de los que hacen iniquidad”
Salmos 37:1

“Yo hice las cosas bien y me fue mal” Es la queja de muchas personas y quizás alguna vez fue la tuya. Es verdad que
cualquiera pierde la paciencia cuando después de un gran esfuerzo para hacer las cosas bien el resultado es negativo.

Más aún si a quienes no se esforzaron e inclusive hicieron trampas en el camino les fue bien. Esto hace que para muchas
personas la paciencia llegue a su fin. El problema es que ante estas circunstancias las decisiones que se toman
suelen ser tan perjudiciales que luego queriendo revertirlas se torna tan difícil. Por ello NO PERDAMOS LA
PACIENCIA. ¿Cómo hacerlo entonces?

PRIMERO, no olvides que Dios tiene el control de todo lo que nos sucede. Él conoce las cosas importantes que nos
suceden y también las cosas sencillas, las que todos ven y las más íntimas, a Dios no se le escapa ningún detalle de
nuestra vida. “Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme… todos mis caminos te son conocidos” Salmos 139:2-3

SEGUNDO, no es verdad que siempre les vaya bien a quienes hacen las cosas mal, aunque nos parezca que tienen éxito
quienes hacen las cosas transgrediendo los principios de Dios. Disfrutar de la paz y la comunión con Dios es sólo
patrimonio de quienes le obedecen. Todos, un día, daremos cuenta a Dios de nuestros hechos y él recompensará nuestros
esfuerzos. “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” Romanos 14:12

TERCERO, no es verdad que no recibiremos recompensa por hacer bien las cosas. El Señor dará a cada uno según su
labor. Nada de lo que aquí hacemos quedará sin recompensa. Algunas veces no seremos premiados aquí abajo pero en el
cielo Dios tomará en cuenta cada uno de nuestros esfuerzos. “Cualquiera que de un vaso de agua fría solamente… no
perderá su recompensa” Mateo 10:42

Reflexión: Tener paciencia es esperar el obrar de Dios aunque al presente no lo veamos.

Lectura complementaria: Salmos 37

EL PROPÓSITO DE LA PACIENCIA
“Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”
Santiago 1:4

Ser pacientes no es una virtud natural sino un aprendizaje que nos llevará toda la vida. La paciencia en el sentido bíblico
no es la virtud que reprime la ira, sino la espera paciente de la ayuda y el premio divinos prometidos a los atribulados.
Dios está trabajando intensamente formando nuestro carácter y esto lleva tiempo y ejercitación en experiencias que en
ocasiones nos disgustan grandemente, pero que Dios las utiliza como pruebas de formación.

Cada uno de nosotros aspira a ser lo que Dios desea que seamos y el interés de Dios es el mismo, para ello, nos permite
pasar por situaciones que ayudan a este propósito. Las expectativas de Dios son que seamos perfectos y cabales, esto
quiere decir que está trabajando en serio en nosotros. Lo que sucede es que no nos gusta que las cosas que vivimos nos
causen cierto dolor, pero la experiencia de la vida es que siempre tendremos problemas y dificultades que atravesar. Por
ello recordemos que más importante que lo que nos sucede afuera es lo que sucede en nuestro interior, es decir, qué
hacemos con lo que nos sucede. No debiéramos sorprendernos de los problemas que tenemos que enfrentar, a todos nos
toca vivir cosas difíciles y en ocasiones muy desagradables. Por esto dice el apóstol Pedro “Queridos hermanos, no se
extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito” 1° Pedro 4:12

El secreto está en discernir que cada una de estas experiencias son para nuestro bien y Dios nos dará las fuerzas para
atravesarlas y salir ejercitados en la paciencia y aprobados en el carácter.

Reflexión: “Si miras al mundo te afligirás. Si miras tu interior, te deprimirás. Pero si miras a Cristo ¡reposarás!” Corrie
Ten Boom

Lectura complementaria: Jeremías 18:1-6

MOSTRANDO LA BENINGNIDAD Y
BONDAD DE DIOS
SEMANA 5
“Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad”
Efesios 5:9

DIOS ES BUENO
“El Señor es bueno con todos, él se compadece de toda su creación”
Salmos 145:9

Viviríamos más felices si descubriéramos un poco más de lo bueno que es Dios. Dios es bueno con todos, él no hace
acepción de personas. Dios está dispuesto a extender su bondad a tu vida y llenarte de su bendición. Hace falta un corazón
abierto para que Dios lo llene de su gracia y bondad. Quiero desafiarte a tres cosas que debes hacer respecto a la bondad
de Dios:

1 - SABER:
“Porque Dios es bueno; para siempre es su misericordia” Salmos 100:5 La ignorancia es la madre de muchas desdichas en
la vida. No saber de lo bueno que es Dios nos hace perder la bendición de vivir vidas satisfechas. Nos hace mendigos de
felicidad, buscando migajas cuando podríamos estar en abundancia. Una persona buena es alguien que da para satisfacer
la necesidad del otro. Así es Dios: “La bendición del Señor es la que enriquece y no añade tristeza con ella” Proverbios
22:10

2 - PROBAR:
“Gustad y ved que es bueno el Señor, dichoso el hombre que confía en él” Salmos 34:8. Debiéramos animarnos a probar
con Dios. Tantas personas nos han defraudado y tantas veces nosotros también hemos dejado a otros desilusionados de
nuestra bondad. Pero Dios nos desafía a que probemos con él. Cuando tengas alguna necesidad no recurras a nadie sino
prueba con Dios y después me cuentas. Jesús nos dijo: “pedid y recibiréis”

3 - DISFRUTAR:
“Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan” Lamentaciones 3:25. Si confías en Dios
puedes empezar a disfrutar de lo que él hará en tu vida, con tu vida y a través de tu vida. Quedarás sorprendido. Puedes
comenzar a disfrutar desde hoy mismo de la bondad de Dios ya que está a tu disposición.
Reflexión: Vivamos cada día dándole a Dios la oportunidad de mostrar cuán bueno es, porque ésta es su invitación.

Lectura complementaria: Salmos 136


BONDAD IGUAL A SEGURIDAD
“No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer
que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento”
Romanos 2:4

David fue un rey extraordinario del pueblo de Israel, pero como hombre que era se equivocó varias veces y pecó. En una
ocasión pidió a sus soldados que censaran al pueblo, contradiciendo una indicación del Señor. Luego de su mala decisión
sintió una gran angustia pero el pecado ya había sido cometido.

Un profeta llamado Gad vino a David y le trajo la resolución de parte de Dios del castigo que iba a tener por su pecado.
David debía elegir entre tres clases de castigos, (léalo si le interesa en 1 ° Crónicas 21:1-27). La respuesta de David fue de
alguien que conocía de la BONDAD de Dios y por ello dice “… Ruego que yo caiga en la mano de Jehová, porque sus
misericordias son muchas en extremo; pero que no caiga en manos de hombres” 1° Crónicas 21:13. La bondad de Dios
nos permite descansar interiormente en medio de situaciones desfavorables y de grandes o pequeñas necesidades.

El texto de Romanos nos dice que debemos ser cuidadosos de no despreciar la bondad de Dios. Una persona que aprecia
la bondad de Dios es alguien que está dispuesto a arrepentirse cuando se equivoca y permitirle a Dios manifestar su buena
disposición a perdonarle y bendecirle.

Sólo estamos seguros cuando confiamos en lo bueno que es Dios y no en nuestros propios méritos. Aún cuando Dios
tenga que disciplinarnos lo hará en el marco de su bondad y nunca será para nuestra destrucción sino para nuestro bien.
Porque Dios es BUENO.

Reflexión: Dios es bueno aunque nosotros lo ignoremos.

Lectura complementaria: Salmos 100


31
BONDAD COMO LA DEL PADRE
“Como el padre se compadece de sus hijos, se compadece el Señor de los que le temen”
Salmos 103:13

David veía lo bueno que era Dios con él y lo expresa a través de bendiciones que había recibido a lo largo de su vida.
Vamos a mirar tres en este día.

1. DIOS PERDONA
No hay mayor dicha y satisfacción que sentirse perdonado. Porque esto implica ser librados de la culpa y del castigo que
ésta ocasiona. A las personas nos cuesta perdonar y somos mezquinos a la hora de conceder perdón a otros. Solemos
medir, calcular, considerar si es que vamos a perdonar o no. Dios no hace así. Él perdona porque es bueno.

2. DIOS SANA
Todos alguna vez fuimos heridos en nuestro corazón. Alguna vez fueron injustos con nosotros y quedamos mal heridos.
Otras nos defraudaron y nos hizo daño interior. Quizás fueron indiferentes con nuestro dolor y nos sentimos
ignorados… y tantas otras. Pero como David podemos decir: “él sana mis heridas” Por esto no camines ni un día más con
heridas en tu corazón, cuando Dios está dispuesto a sanar “todas tus heridas” no importa cuán graves sean ni cuánto
tiempo lleven. Dios es un médico especialista en estos asuntos.

3. DIOS RESCATA
David había vivido muchas experiencias duras. En varias ocasiones sintió que estaba en el pozo de la desesperación y
Dios lo rescató de allí. Cuando resbalamos y caemos solemos sentirnos en un profundo pozo espiritual. Dios que es bueno
sabe de lo mal que nos sentimos en estas ocasiones, por esto, oficia de rescatista y nunca deja a nadie en el pozo ¿por qué
lo haría contigo?

Reflexión: Vivir perdonado, sanado y rescatado es mostrar la bondad de Dios.


Lectura complementaria: Salmos 103:1-6

BONDAD SIN CONDICIONES


“Bendice alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios”
Salmos 103:2

Compartamos otras tres bendiciones que menciona David en este Salmo:

1. CORONA DE FAVORES
A todos nos agrada ser coronados, con un premio, con un reconocimiento, con una mención. Quiero que sepas que Dios
está dispuesto a coronarte, así lo sentía el salmista. Pero esta coronación no tiene que ver con nuestros logros, con nuestras
destrezas y capacidades. Tiene que ver con la disposición de Dios a llenarnos de sus favores y misericordias.

¡Qué lindo es experimentar la disposición de alguien cuando necesitamos que se nos haga un favor! Dios, como nuestro
padre amoroso, está siempre dispuesto a llenarnos de favores. ¡Qué bueno es Dios con nosotros!

2. SACIA DE BIEN
Quizás podríamos traducir esta frase “El que llena tu vida de cosas buenas”. Sentirnos saciados es sentirnos satisfechos y
es así como Dios espera que vivamos. Decía el famoso predicador Mario Mulki “vivimos quejándonos tanto de lo que nos
falta, que no podemos disfrutar de lo que tenemos”.

3. HACE JUSTICIA
Todos alguna vez vivimos experiencias en las que a nuestro entender no se hizo justicia con nosotros. Esto causa una gran
impotencia y angustia en nuestro interior. El joven David vivió muchas de estas experiencias y cuando le vinieron
los años se dio cuenta que Dios es el que hace justicia. Por ello debiéramos dejar que Dios obre y que lo haga a su manera.
Siempre lo hará igual: aplicará justicia en su tiempo aún cuando no sea el nuestro.

Reflexión: Disfrutar de la vida es valorar la bendición de Dios sobre nosotros y no buscar satisfacer nuestros caprichos.

Lectura complementaria: Salmos 103:1-22

BONDAD COMO CONSECUENCIA


“De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”
Colosenses 3:13

Esta es una regla que nos da la Biblia: de la manera que Cristo lo hizo con nosotros, debemos actuar nosotros con los
demás. Cuando pensamos en lo bueno que es Dios con nosotros y cómo él nos trata, nos motiva y nos inspira a dar a
nuestros semejantes el mismo trato.

En muchas ocasiones ante personas agrias y ofensivas nos sentimos impulsados a tratarlas mal. Sin embargo debiéramos
recordar cómo nos trata Dios cuando nosotros somos agrios y desagradecidos con él.

Ser bueno es aceptar al otro como es


La mayoría de las veces sólo aceptamos a quienes piensan como nosotros, a quienes nos dan su apoyo incondicional. Pero
ser bueno es ser abierto y tener un corazón tan grande como el de Dios que nos acepta tal como somos. ¿Por qué crees que
Dios te acepta cómo eres?

Ser bueno es perdonar al otro sus ofensas


Muchas veces se nos suele hacer muy difícil perdonar a quien nos ha herido o traicionado. Sentimos que no merece
nuestro perdón y que debiera hacer muchos méritos si espera que la perdonemos. Pensamos que estar siempre dispuestos a
perdonar es como un derroche de bondad. Quiero preguntarte ¿Piensas que Dios tiene esta misma idea cuando le pides
perdón por tus ofensas a su santidad?

Ser bueno es dar al otro sin reproche.


La disposición a dar es algo que no traemos incorporado a nuestra personalidad ya que por naturaleza somos egoístas. Lo
primero que aprendemos a decir en nuestra niñez es “mío”. Sin embargo lo primero que dice el lenguaje
del amor es “dar” “De tal manera amó Dios al mundo que ha DADO…” ¿Cuánto estamos dispuesto a dar a los demás?

Reflexión: Como Dios nos trata a nosotros debemos tratar a nuestros semejantes. O como tratemos a nuestros semejantes
nos tratará Dios a nosotros.

Lectura complementaria: Mateo 6:14-15

BONDAD PARA TODOS


“No oprimirás a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su
hermano”
Zacarías 7:10

La bondad hacia nuestros semejantes es una virtud como todas que no es para declamarla ni para explicarla, sencillamente
debe mostrarse en acciones concretas.

La teoría de la bondad es algo que los fariseos y escribas, religiosos de la época de Jesús, se sabían de memoria. Jesús les
reclamó la falta de práctica de estas verdades que podían recitar de memoria sin olvidar ninguna línea. El hermano de
Jesús entendió muy bien esta verdad por eso dice: “La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es ésta: Visitar
a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones” Santiago 1:27

Dios espera que seamos bondadosos con todos pero dejó indicaciones específicas de algunas personas a las que debemos
mostrar una bondad especial. Dios debe sentirse muy mal cuando no tomamos en serio sus intereses. Cada uno de los
textos que leemos a continuación nos hablan del interés de Dios en atender a personas que viven en estas condiciones:

Viudas:
“Padre de Huérfanos y defensor de viudas, es Dios en su santa morada” Salmos 68:5

Huérfanos:
“Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso” Salmos 82:3

Extranjeros:
“Jehová guarda a los extranjeros, al huérfano y a la viuda sostiene” Salmos 146:9

Pobres:
“Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová” Salmos 41:1

Te invito a que pienses en alguna persona que se encuentre en alguna de estas condiciones y ores por ella. Además piensa
de qué manera práctica podrías ayudarla en esta semana y hazlo.
Reflexión: El interés de Dios debe ser nuestro interés.

Lectura complementaria: Isaías 58:1-12

BONDAD Y RECOMPENSA
“Cualquiera que de a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de
cierto os digo que no perderá su recompensa”
Mateo 10:42

“Ni siquiera me dio las gracias” es una frase que tal vez has escuchado. Sí, muchas veces las personas reciben una
atención o un favor y no se acuerdan de agradecer. ¡Qué pena! pero sucede y suele ser muy común.
Qué bien nos sentimos cuando nos dan una recompensa por nuestra labor. Dios sabe esto y por esta razón nos prometió
que lo haría. Pero para ser recompensados debemos cumplir con la condición, es decir, actuar bondadosamente con
nuestros semejantes.

Dios no se olvida de ninguna cosa que hacemos.


“Porque Dios no es injusto como para olvidarse de las obras y del amor que, para su gloria, ustedes han mostrado …”
Hebreos 6:10

La recompensa es justa.
Debemos saber que aunque aquí abajo puedan olvidarse de nosotros o no ser justos con el reconocimiento, llegará un día
en el que Dios nos dará lo que corresponde a nuestra acción.

La recompensa es valiosa.
La recompensa que Dios nos dará será realmente de mucho valor. Tanto valor tendrá que podremos presentarla en el cielo
a nuestro Señor Jesucristo como muestra de gratitud por lo que él hizo por nosotros en la cruz.

“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos, si no nos damos por vencidos”
Gálatas 6:9

Reflexión: Esperemos la recompensa con la misma fuerza con la que nos esforzamos para hacer el bien a todos.

Lectura complementaria: Gálatas 6:7-10

DESAFIADOS POR LA FE
SEMANA 6
“La fe viene por oír la palabra de Dios”
Romanos 10:17

TENER FE ES CREER EN DIOS


“Justificados pues por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”
Romanos 5:1

Las bendiciones de Dios están basadas en la bondad de Dios para sus criaturas.
Pero la Biblia nos enseña que hay una cantidad de bendiciones que Dios
promete entregar a aquellos que ponen su fe en él. Es decir, para aquellos que
le creen a Dios en sus promesas.
Nuestra naturaleza pecaminosa nos ha puesto en enemistad con Dios y nos ha
transformado en enemigos de él. Pero Jesucristo vino para justificarnos, es decir,
ponernos en buenas relaciones con Dios. Para obtener este beneficio de la
justificación que implica nuestra salvación eterna, es necesario poner nuestra
fe en él. Debemos creer en Jesucristo. Creer es confiar, es entregarnos en sus
manos, es aceptar que su obra en la cruz fue a nuestro favor.
Para obtener la paz del perdón debemos:
RECONOCER que le hemos fallado a Dios, que no lo tuvimos en cuenta en
nuestras decisiones, que lo hemos ignorado. Que hemos pecado.
ARREPENTIRNOS de todos nuestros malos caminos, de aquellas cosas que
ofendieron la santidad de Dios y estar dispuestos a cambiar de dirección en
nuestras vidas.
ACEPTAR el amor de Dios en forma personal y aceptar que Jesús murió en mi
lugar y que su sangre fue derramada para limpiarme de mis pecados.
RECIBIR a Jesús como mi salvador personal invitándolo a que sea el Señor de
mi vida.
Cuando hacemos esto estamos dando el primer paso de lo que significa creer
en Dios. Y todos los beneficios que Dios promete en su palabra para los que
creen en él pasan a ser promesas personales para cada uno de nosotros.
Reflexión: Creer en Dios es apropiarnos de todas sus promesas para ahora y
la eternidad
Lectura complementaria: Efesios 2:1-10

TENER FE ES CREERLE A DIOS


“En ti confiarán los que conocen tu nombre”
Salmos 9:10

Dijimos ayer que creer es confiar, y es importante que descubramos cómo poder confiar más en Dios ya que así
obtendremos mayores beneficios. Dios ofrece muchas promesas a aquellos que confían en él.

La clave de la confianza está en el conocimiento. Un producto se torna confiable cuando las personas, luego de probarlo,
encuentran que es útil y de valor. Luego lo recomiendan y otras personas lo conocen y lo prueban y así se hace una gran
cadena donde todos quieren conocer las virtudes de ese producto.

Con las personas sucede algo parecido. Cuando alguien conoce a una buena persona la recomienda y cuando se ha hecho
muy popular y su prestigio llegó lejos, todos desean conocerla. Con los productos y con las personas puede pasar que
alguna vez fallen y nos decepcionen, sin embargo con Dios no sucede así. Dios siempre cumplirá. Por esto podemos
confiar en él. Pero no se puede confiar en alguien que no conocemos o que conocemos poco. Las personas que conocen
algo de Dios comienzan a confiar en él y mientras más lo conocen, más aumenta esa confianza.

¿Cómo conocer más de Dios? Para conocer a Dios, debo leer su Palabra. La
Biblia es el libro de Dios, allí es donde encontramos todo lo que él desea que
sepamos de su persona y de sus planes para nuestras vidas. Es por esto que si
queremos confiar más en Dios debemos ser lectores asiduos de su Palabra.
Para conocer a Dios, tengo que estar muy atento a las cosas que me
suceden. Dios habla de muchas maneras y en ocasiones utiliza las circunstancias
que nos suceden. Por ello no debemos ser indiferentes a lo que nos
sucede. Pidamos a Dios en oración ser sensibles a las circunstancias, de modo
que podamos descubrir el propósito de lo que nos pasa.
Para conocer a Dios debo relacionarme con otros que lo conozcan. Las
personas que conocen a Dios lo aman y se reúnen en la iglesia para adorarle.
Cuando estamos cerca de esta clase de personas, ellos nos muestran cómo es
Dios a través de sus conductas y acciones. Ésta es otra razón por la que debo
congregarme.
Reflexión: Confiar en Dios es el resultado de conocerle
Lectura complementaria: Salmos 19
Dia 38
LA FE QUE FORTALECE : El ejemplo de Sara
“Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir;
y dio a luz aún fuera de tiempo de la edad, porque creyó que era fiel
quien lo había prometido”
Hebreos 11:11
Las condiciones en las que se encontraba esta mujer eran muy desfavorables y
no tenía ninguna posibilidad de ser madre. Pero Dios le había prometido a su
marido que tendrían un hijo y ella le creyó a Dios, es decir, tuvo fe.
Era anciana, esto hacía que ya no pudiera quedar embarazada. Pero si hubiera
tenido menos edad tampoco podría haber tenido hijos, ya que era estéril. Las
circunstancias jugaban todas en su contra, pero cuando se tiene fe en Dios, lo
imposible se hace posible.
El gran desafío para Sara era aceptar que las cosas no dependían de ella. Así es
como obra la fe. Cuando tienes todo a tu favor, no necesitas de fe.
La fe nos hace acreedores de las promesas de Dios. De Sara, esta mujer anciana
y estéril, se dice: “recibió fuerzas para concebir”. Cuando esto sucede la ciencia
no tiene explicación y los médicos quedan asombrados. Es que Dios no tiene
límite, porque él hace como quiere, cuando quiere, donde quiere y con quien
quiere. Lo único que pidió de Sara fue que creyera en su promesa. Esto es lo
único que Dios pide de vos para obrar maravillas.
Sara fue aprobada por Dios y disfrutó de su promesa cumplida. Quizás Dios
está siendo descreído por nosotros y no damos demasiado crédito a sus palabras
y entonces él no actúa. Nunca actuará ante personas incrédulas. Así sucedió
con Jesús en la región de Nazaret (Marcos 6:5-6) ¿Será que necesitamos
empezar a creerle más a Dios?
Reflexión: Para tener fuerzas especiales de Dios, tenemos que darle todo el
crédito a Dios y a su Palabra.
Lectura complementaria: Hebreos 11:1-11
Dia 39
CREERLE A DIOS COMO ABRAHAM
“Por la fe Abraham siendo llamado obedeció para salir al lugar que había
de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba”
Hebreos 11:8
Creerle a Dios es hacer lo que él nos pide, lo entendamos o no, nos guste o no,
nos cause placer o no. Creerle a Dios es sencillamente obedecerle.
Abraham es un buen ejemplo de esto. Vivía cómodo en su tierra, estaba con su
familia, disfrutaba de sus amigos, podríamos decir que todo marchaba bien.
De pronto Dios le dice: “debes irte”. Tal vez no podamos imaginar lo que significó
para este hombre dejar todo por hacer caso a la palabra de Dios. Pero allí
está el secreto de este paladín de la fe, puso su fe en acción, obedeció.
Cuando vemos el final de la historia de Abraham quedamos maravillados. Terminó
siendo el padre de dos pueblos tremendamente grandes y de mucha influencia
hasta nuestros días; el pueblo de Israel y el pueblo árabe. Seguramente
no pasó por su mente a dónde Dios lo estaba llevando cuando le pidió que
saliera de su tierra. Pero esto fue posible porque Abraham le dijo sí a Dios.
De la misma manera que sucedió con este hombre, Dios quiere obrar con cada
uno de nosotros. Él quiere hacer grandes obras pero sólo lo hará si estamos
dispuestos a creerle, es decir, a obedecerle.
La obediencia tiene un precio. Cuando seguimos las instrucciones de Dios
estamos renunciando a nuestros planes, a nuestros sentimientos y a nuestros
gustos. Esto suele ser un sacrificio, pero es el precio de aceptar que Dios tiene
razones importantes cuando nos pide que hagamos algo.
La obediencia debe ser inmediata. Cuando tomamos conciencia de lo que
Dios nos está pidiendo, debemos obedecer con prontitud.
La obediencia debe ser completa. Cuando Dios nos pide algo debemos tomarlo
en serio y no ser parciales en el cumplimiento. Abraham no se fue por
unos días, se fue definitivamente porque le creyó a quien lo enviaba.
Reflexión: La medida de mi obediencia es la medida de mi fe.
Lectura complementaria: Hebreos 11:8-22
Dia 40
FE ES CREERLE A DIOS COMO MOISÉS
“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija del Faraón,
escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de
los deleites temporales del pecado”
Hebreos 11:24-25
La renuncia fue conciente.
Moisés era un hombre grande, en pleno uso de sus facultades cuando decidió
renunciar a sus privilegios de “hijo de la hija del Faraón”. Es que la fe es un
acto conciente, aún cuando es aceptar lo que no se ve. Algunos tienen la idea
(equivocada) de pensar que quienes viven en fe, toman decisiones alocadas
e irresponsables. Nada más lejos de la verdad. Tener fe en Dios y actuar en
consecuencia, es hacer cosas conociendo para quién las hacemos y por qué
las hacemos.
La renuncia fue arriesgada.
Cualquiera que observa esta conducta de Moisés, dirá que no midió bien las
consecuencias de su decisión. Estaba dejando atrás demasiados privilegios a
cambio de nada. Sí, es verdad que aparentemente no recibía ningún beneficio
visible. Quien tiene fe en Dios arriesga demasiado para quienes observan. Pero
quien ejerce la fe, tiene plena convicción de que su vida y su futuro están bien
asegurados en las manos de un Dios demasiado grande para fallar. Por lo tanto,
no lo ve como un riesgo sino como un desafío seguro de ganar.
La renuncia fue por querer algo mejor.
Moisés fue el gran líder de Israel y quedó como el prototipo de un liderazgo
ejemplar. Este hombre sabía que su renuncia personal estaba siendo a favor
de todo su pueblo y que serían millones que se beneficiarían por su actitud de
renuncia. Creo que Moisés supo medir muy bien los resultados. No renunció
por nada, renunció por cosas mejores.
Siempre que renunciemos a lo nuestro por elegir lo de Dios, saldremos beneficiados
nosotros y quienes nos rodean.
Reflexión: Cuando la fe en Dios exige renuncia, recibimos mucho más de lo
que entregamos.
Lectura complementaria: Hebreos 11: 23-29
Dia 41
LA FE DERRIBA MUROS
“Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días”
Hebreos 11:30
Cuando los muros de tus adversidades y problemas se parecen a los de Jericó,
por lo alto, ancho y difíciles de derribar, estás en un desafío de fe.
Dice Josué 6:1: “Jericó estaba cerrada, bien cerrada”. Muchas veces sentirás que
la situación que debes enfrentar está de esta misma manera: “cerrada, bien
cerrada”. Nos parece que ningún esfuerzo podría cambiar la situación, que no
hay ya nada más por hacer. Sin embargo, frente a la fe, nada es definitivo, ni siquiera
los muros de Jericó. Por eso, quiero animarte a que enfrentes los muros
que te rodean y que le creas a Dios, él puede derribarlos y además él quiere
derribarlos. Así vivirás en libertad y tu fe se fortalecerá y estarás preparado
para nuevos desafíos.
Dios le pidió a Josué que camine junto al pueblo alrededor de los muros. Esto
parecía demasiado sencillo, algo muy fácil de hacer. Pero nunca se había oído
que hay muros que caen cuando se los rodea caminando, es que esto no sucede
así, ni sucederá jamás; a menos que Dios lo diga.
Muchas veces sentimos que para derribar los muros que estamos enfrentando,
Dios nos está pidiendo cosas demasiado simples: que leamos la Palabra,
que oremos, que nos congreguemos, que sirvamos a nuestros hermanos, que
hablemos de él; todo esto nos parece que nada tiene que ver con resolver
nuestro problema y derribar los muros. Pero es que si obedecemos, Dios hará
lo que nosotros no podemos hacer. Dejémosle los muros a él y nosotros hagamos
lo que sí podemos hacer.
Vivir en fe es aceptar el desafío de Jesús: “Mas buscad primeramente el reino
de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas” Mateo 6:33
Reflexión: Cuando yo me ocupo de hacer lo que Dios me pide que haga, él se
ocupa de hacer lo que yo no puedo hacer.
Lectura complementaria: Hebreos 11:30-40
Dia 42
CULTIVAR LA FE
“Así también la fe, si no tiene obras es muerta en sí misma”
Santiago 2:17
Vivir en fe no es vivir una vida llena de misticismo, por el contrario, quienes
manifiestan tener fe en Jesucristo viven una vida llena de experiencias prácticas.
Es vivir una vida llena de acción, en donde Dios se hace visible a los que
nos rodean.
Las obras no son el camino para llegar a ser salvos, pero sí son la evidencia
de que somos salvos. Las personas que han nacido de nuevo viven haciendo
buenas obras, porque para esto Dios nos regaló la nueva vida.
Hay dos clases de obras que Dios quiere que se vean en nuestras vidas:
Una es la que él está realizando en nuestro carácter, que se muestra a través de
las conductas que manifestamos en distintas circunstancias. Si decimos que
tenemos fe en Dios, debemos dejar que él trabaje en nosotros, cambiando y
modificando lo que tenga que hacer.
En segundo lugar, las obras que debemos realizar en beneficio de los demás.
Éstas pueden ser muy variadas, pero todas tienen que ver con ayudar a otros.
Por naturaleza, como seres humanos, somos egoístas y pensamos en nuestro
propio beneficio. La Biblia enseña que quienes tienen fe en Dios, siempre están
pensando en los demás. Por esta razón la fe se hace práctica y quienes no
hacen obras es de dudar que realmente tengan fe verdadera.
Sería bueno pensar: ¿qué cosas hago a favor de otros? Podrías hacer un listado,
aún cuando no lo hagas público, te animo a reflexionar sobre las acciones
que realizás para que otros lleven el beneficio.
“Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras
está muerta” Santiago 2:26
Reflexión: Fe y Obras son inseparables, cuando no van juntas la fe no existe.
Lectura complementaria: Santiago 2:14-26

CONTROLADOS POR LA
MANSEDUMBRE
Y LA TEMPLANZA
SEMANA 7
“ Más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades”
Proverbios 16:32
Mostrando el cristianismo en la vida diaria
Dia 43
SER MANSOS COMO JESÚS
“Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón”
Mateo 11:29
Ser manso es tener un corazón sumiso a la voluntad de Dios. Esta característica
escasea en nuestra sociedad: “cada uno hace lo que bien le parece”.
Jesús expresó permanentemente en su andar la mansedumbre. Es importante
recordar que dijo: “soy manso y humilde de corazón”. La mansedumbre debe
estar en nuestro interior. Desde el corazón se resuelve hacer la voluntad de
Dios, es allí donde decidimos vivir dispuestos a agradarle.
Hay quienes le presentan a Dios sus planes y luego le piden que él los prospere
y bendiga. Cuando en realidad Dios está esperando que le demos una hoja en
blanco para que él escriba su plan para nosotros.
Jesús dijo: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envío y que acabe
su obra”. Esto quiere decir que hacer la voluntad del Padre estaba en alta prioridad
para Jesús. ¿Qué es lo que más nos interesa hacer: lo que quiere Dios o
nuestros propios planes?
Sólo alguien manso como Jesús puede decir: “El hacer tu voluntad Dios mío
me ha agradado”.
Jesús tuvo que enfrentar situaciones difíciles y muchas de ellas muy desagradables.
Lo que Jesús disfrutaba no era pasarla mal, ¡no! Lo que él disfrutaba era
saber que estaba cumpliendo los planes de su Padre. A nadie le agrada sufrir,
no estamos sugiriendo que cuando pasemos por situaciones duras nos alegremos.
Esto es ser masoquista y Dios no pide eso de nosotros. Si por hacer la
voluntad de Dios tenemos que sufrir, entonces nos alegra saber que estamos
en lo correcto, aunque la estemos pasando mal temporalmente.
Tener un corazón manso es disfrutar cuando vivimos como Dios quiere, es no
protestar por lo que hacemos, ni por las circunstancias que nos toque transitar.
Tener un corazón manso nos hace sentir felices.
Reflexión: Ser mansos nos permite hacer la voluntad de Dios y disfrutar de la
vida de obediencia.
Lectura complementaria: Filipenses 2:3-11
Dia 44
MANSOS COMO MOISÉS
“Y aquel varón Moisés era muy manso, más que
todos los hombres que había sobre la tierra”
Números 12:3
Moisés fue el hombre que Dios eligió para que realizara la gran tarea de sacar
al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto. Se necesitaba alguien en quien
se pudiera confiar, alguien que dejara sus caprichos y estuviera dispuesto a
permitirle obrar a Dios. Alguien que se dejara usar por Dios. Muchos quieren
ser utilizados en la obra de Dios, pero olvidan que él sólo utiliza instrumentos
dóciles, es decir personas con un corazón manso.
Recordemos que ser manso es tener un corazón sumiso a la voluntad de Dios.
Veamos algunos aspectos en que se muestra un corazón manso:
Cuando no nos consideran. Es realmente desagradable y en ocasiones desolador
cuando experimentamos la sensación de que no hemos sido considerados.
A veces por algún olvido o un descuido no fuimos tenidos en cuenta.
Cuando no reconocen nuestro trabajo. El cumplimiento de nuestro trabajo
nos da satisfacción, pero mucho mejor nos sentimos si se nos agradece por lo
que hacemos. Cuando esto no sucede y se reitera, comenzamos a desanimarnos
y reclamamos el reconocimiento.
Cuando hablan mal de nosotros. Cuánto fastidio sentimos cuando alguien
nos critica y si lo que dice es mentira nos produce un gran deseo de revancha.
Cuando te enterás que alguien habló mal de vos, quiero invitarte a releer el
pasaje de Números 12. Esta historia va a ayudarte a entender por qué es mejor
tener un corazón manso, que actuar con la reacción natural que brota de
nuestro corazón.
La ventaja de ser manso es saber que lo sucedido con Moisés sucederá también
con nosotros. Dios va a intervenir y establecerá justicia a su manera. El
relato nos dice que frente a la murmuración de sus hermanos “lo oyó Jehová”.
Quiero que recuerdes que Dios siempre estará atento a todo lo que nos suceda
y no dejará que nadie nos haga daño. Sólo podrán hacernos lo que él
permita y siempre terminará siendo para nuestro bien.
Reflexión: Un corazón manso deja actuar a Dios antes que reaccionar frente
a un daño.
Lectura complementaria: Número 12:1-16
Dia 45
EL TRAJE DE LA MANSEDUMBRE
“Vestíos como escogidos de Dios … de mansedumbre”
Colosenses 3:12
A la mayoría de las personas les agrada vestirse bien, con ropa buena y de la
mejor marca. Quiero presentarte el traje que nos propone Dios en su Palabra:
“Vestíos de…entrañable misericordia (un corazón lleno de amor), de benignidad
(un corazón lleno de bondad), de humildad (un corazón que reconoce a
los demás como mas importantes que él) de MANSEDUMBRE (un corazón que
deja que las cosas las maneje Dios).
Cuando nos vestimos con mansedumbre podemos:
RESTAURAR a un hermano caído. Esto es lo que hizo y hace nuestro Señor
permanentemente con nosotros; esto debemos practicarlo con los demás:
“Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,
restauradlo con un espíritu de mansedumbre…” Gálatas 6:1.
CORREGIR es un trabajo a veces difícil, pero muy necesario para ayudarnos
unos a otros a mejorar nuestro andar como cristianos. “Que con mansedumbre
corrijas a los que se oponen” 2° Timoteo 2:25
RECIBIR el buen consejo de Dios para la vida: “… Recibid con mansedumbre la
palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas” Santiago 1:21
PRESENTAR DEFENSA de nuestra fe en Dios y en su palabra: “Estando siempre
preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la
esperanza que hay en ustedes, pero háganlo con mansedumbre y reverencia”
1° Pedro 3:15
Así como los maestros y los médicos se ponen el guardapolvo para realizar su
trabajo, nosotros debiéramos continuamente usar esta prenda de vestir que
nos recomienda San Pablo. Si deseamos hacer estas cuatro acciones que mencionamos
y otras más que Dios espera que hagamos, debemos estar vestidos
correctamente con mansedumbre en el corazón.
Reflexión: Ser mansos de corazón nos pone en condiciones correctas para
ayudar a muchos.
Lectura complementaria: Colosenses 3:12-17
Dia 46
TEMPLANZA: DUEÑO DE SÍ MISMO
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su
espíritu, que el que toma una ciudad”.
Proverbios 16:32
Podemos ser grandes conquistadores, personas muy exitosas en diferentes
disciplinas, pero eso no nos garantiza que seamos personas realizadas. Las
conquistas de afuera son las que se ven con mayor rapidez pero no necesariamente
son las que nos dan mayores satisfacciones. Tampoco debiéramos
pensar que son las que Dios más aprueba. El Señor está más preocupado en lo
que pasa por nuestro interior que en lo de afuera: “Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón”. Hay muchos que triunfaron en los negocios, el deporte, las
artes, la política, o en otros ámbitos, pero que sin embargo se sienten frustrados,
porque siguen teniendo asuntos en su corazón sin resolver.
Hay quienes llevan heridas en su interior y necesitan curarlas. Nada de lo de
afuera podrá hacerlo. Para ello hay que aprender a perdonar, a aceptar a los
demás y a saber que Dios es nuestro sanador.
Hay otros que arrastran adicciones de diferentes índoles, que los tienen cautivos,
y necesitan ser liberados por Jesucristo para poder caminar en libertad.
Hay quienes luchan con un carácter torpe e hiriente, que sólo consiguen que
pocos quieran acercarse y viven alejando a sus amigos. Estos necesitan dejarse
moldear por los principios de la Palabra de Dios y aceptar humildemente que
deben cambiar algunas cosas en su conducta.
Y hay de aquellos que son dominados por su temperamento y sus pasiones,
que luego de tomar decisiones equivocadas se arrepienten y lloran las consecuencias.
Ellos necesitan dejar que el Espíritu Santo trabaje en sus mentes y
los transforme.
¿Cómo vencer y lograr dominar nuestro espíritu?
REFLEXIONAR: Hay que dedicar un tiempo a pensar sobre nosotros y nuestro
estado interior. Repensar lo que nos sucede y evaluar nuestras conductas.
ASUMIR: Hacernos cargo de nuestras formas de actuar y afrontar las consecuencias
sin culpar a otros.
DECIDIR: Cambiar de rumbo en aquello que estuvimos decidiendo mal. Tomar
decisiones que no contradigan los principios de Dios.
ACTUAR: Tener conductas que se ajusten a las nuevas decisiones que hemos
tomado. Ser consecuentes entre lo que hacemos y lo que es correcto.
Reflexión: Cuidar el interior nos garantiza la felicidad exterior.
Lectura complementaria: Mateo 5:1-12
Dia 47
DISFRUTANDO DEL CONTROL DE DIOS
“Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios
para que él os exalte cuando fuere tiempo”
1° Pedro 5:7
Cada uno de nosotros trata de vivir teniendo todo controlado. Esto nos da
cierta seguridad. Queremos tener controladas las circunstancias, nuestros sentimientos
y aún a las personas que nos rodean. Esto no sólo que no es posible,
sino que además, en el caso de que pudiéramos hacerlo, nos estaríamos
ocasionando grandes males. Porque no conocemos el futuro, ni el corazón de
las personas, ni siquiera el nuestro. Por esto Dios nos invita a que si deseamos
disfrutar de la vida tengamos un corazón humilde, y dejemos que Dios se encargue
del control total. Hecerlo nos permitirá mostrarle a Dios que tenemos
un corazón manso y una disposición verdadera de querer ser dueños de la
templanza (dominio de nosotros mismos). Por ello te invito a:
DEJAR todo en las manos de Dios, como dice el apóstol: “Depositen en él toda
ansiedad, porque él cuida de ustedes” 1° Pedro 5:7. Este es un acto de fe, es una
resolución del corazón. Es una muestra de que confiamos de verdad en Dios.
CONFIAR en las promesas de Dios, es vivir descansando en aquél que nunca
descuidará nuestras vidas, es recordar que “no se dormirá el que te guarda”
Salmos 121:3. Es aceptar que lo que Dios resuelva para mi estará bien, aunque
no lo entienda y quizás no lo comparta por el momento.
DISFRUTAR de los beneficios de tener todo resuelto por quien tiene el conocimiento
completo de la vida. Dios, quien me ama y busca siempre lo mejor
para mi vida es mi padre y desea mi bien. Nunca olvides que: “… Dios quien
nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” 1° Timoteo
6:17.
La condición para disfrutar de la vida es humillarnos delante de Dios reconociendo
que no podemos tener el control de nada. La consecuencia será de
gran beneficio para nosotros, porque él nos pondrá en alto y viviremos en paz
y en plena satisfacción.
Reflexión: El grado de nuestra humillación ante Dios, es el grado de nuestro
disfrute de la vida.
Lectura complementaria: Salmos 91:1-16
Dia 48
EL BENEFICO DE LA TEMPLANZA
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”
Mateo 5:5
SABER DIFERENCIAR
La historia completa se encuentra en 2°Reyes 5:1-27 y quiero pedirte que la
leas. Allí se relata parte de la vida y accionar del antiguo profeta Eliseo. Es una
clara ilustración de una persona que tuvo la tentación de llenarse de bienes a
bajo costo, pero como tenía dominio propio pudo resistirla. También relata la
historia de su ayudante, un hombre llamado Giesi, quien creía que “tener” era
lo más importante.
Un corazón con dominio propio puede diferenciar el verbo TENER del verbo
SER.
Para tener hay que conseguir, calcular, negociar, guardar, pedir, especular,
aprovechar… y varias cosas más que tienen que ver con cosas que se ven, que
se tocan, pero que jamás podremos meter dentro nuestro y que además no
podremos llevarlas cuando marchemos de este mundo.
Para ser hay que reconocer, renunciar, esperar, aceptar, creer, compartir, dar…
y varias cosas más que son invisibles, que no se pueden tocar, pero que Dios
las puede poner dentro nuestro y nos permitirán ser felices y llevarlas por la
eternidad.
SABER PERDONAR
Esta segunda historia la podés leer en Génesis 37 y 50.
Sus hermanos siempre lo despreciaron y avergonzaron. A tal extremo llegó el
odio que le tenían que lo vendieron como esclavo y por más de 20 años no vio
a su familia. Pero Dios no lo olvidó y lo preparó de modo tal que un día llegó
“su tiempo”. Llegó a ser el segundo después del Faraón. Sus hermanos vinieron
a Egipto a suplicarle por comida. Él pudo vengarse y todos hubieran justificado
su venganza. Pero no, un hombre con dominio propio deja la venganza al
Señor y tiene la capacidad de perdonar. José, el personaje de esta historia, fue
un hombre que pudo vivir y morir en paz, porque no se dejó dominar por sus
pasiones.
Reflexión: La templanza (el dominio propio) que se lleva en el interior se puede
ver en la conducta visible en la vida diaria.
Lectura complementaria: Génesis 50:15-23
Dia 49
EL FRUTO DEL ESPÍRITU SANTO
“ El fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre y templanza, contra tales cosas no hay ley”.
Gálatas 5:22-23
Terminemos este tiempo de meditaciones repasando el significado del fruto
del Espíritu. El fruto es el resultado visible que produce el Espíritu Santo por su
obrar en el corazón del creyente, cuando éste le entrega el dominio o control
de su vida. El fruto del Espíritu es:
AMOR
“El amor de Dios fue derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo…”
Romanos 5:5
Es el amor ágape que significa benevolencia invencible, puede provenir únicamente
de Dios, porque él es amor. Ninguna circunstancia hace cambiar el
objetivo de hacerle bien al otro sin importar lo que haya hecho. A este amor
los griegos le llamaban ágape: el amor de Dios.
GOZO
“Regocijaos en el Señor siempre.
Otra vez os digo ¡Regocijaos!”
Filipenses 4:4
Es la satisfacción dada por la presencia de Dios, y no incluye la alegría por cosas
banales.
PAZ
“La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes
como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden”.
Juan 14:27
Es el reposo interior y la armonía con el Creador y con el prójimo. Es la tranquila
serenidad del corazón proveniente de la plena conciencia de que nuestros
tiempos están en las manos de Dios.
PACIENCIA
“Mas tenga la paciencia su obra completa, para que sean perfectos y
cabales sin que les falte cosa alguna”
Santiago 1:4
Es grandeza de espíritu. Es la gracia del hombre que pudiéndose vengar no lo
hace, aplicando la actitud de Dios “lento para la ira y grande en misericordia”.
Paciencia es tener confianza en Dios.
BENIGNIDAD Y BONDAD
“Porque el fruto del Espíritu es
en toda bondad, justicia y verdad”
Efesios 5:9
Benignidad es amabilidad y bondad es la actitud de aborrecer el mal, por lo
tanto siempre actúa con rectitud frente al prójimo.
FE
“La fe viene por oír la palabra de Dios”
Romanos 10:17
Es fidelidad o digno de confianza. Es creerle a Dios.
MANSEDUMBRE Y TEMPLANZA
“ Más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades”
Proverbios 16:32
La mansedumbre esta basada en la humildad del corazón. Es ser sumisos a
la voluntad de Dios (Mateo 5:5). Alguien que no es soberbio para aprender
(Santiago1:21). Templanza es la disciplina de tener dominio propio sobre cualquier
tipo de placer.
Reflexión: “Contra tales cosas no hay ley”: Cuando tenemos el carácter de
Cristo no es necesario cumplir ninguna otra ley.
Lectura complementaria: Filipenses 4:8
Impreso en mayo de 2009
por Grancharoff Impresores
Tapalqué 5868, Buenos Aires
impresores@grancharoff.com

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