EXILIO-DERECHOS HUMANOS-TERRORISMO DE ESTADO-HISTORIA DE VIDA
Juan José Torres, un
por Rene ZAVALETA MERCADO Militar Nacionalista (Servicio especial de ínter Press Service) duele por la muerte del mismo Torres que, como Ovando, fue parte del mando ejecu¬ tor de las extraordinarias represiones de 1965, 1966 y 1967, demuestra hasta qué Asamblea Popular. Es necesario dar, sin ambages, la importancia que se merece este hecho sin otros antecedentes en la América Latina. La libertad de las masas, en efec¬ to, es lo que da la medida de la existen¬ punto el proletariado es capaz de captar los El gran mérito histórico de Juan José matices de la historia y no su mera apa¬ cia de la democracia efectiva no importa Torres consistió en haber posibilitado y tam¬ riencia. Miembros del mismo ejército que si hay elecciones o no Es la existencia de bién expresado, en cierta medida, la liber¬ practicó el exterminio de las guerrillas de la Asamblea Popular su aceptación por par¬ tad de las masas populares en Bolivia, en Ñancahuazü y Teoponte y los actos anti- te del sector militar progresista, en cuanto el periodo en que su actuación fue decisiva, obreros Ovando y Torres pertenecían a un ella representaba la forma más alta de orga¬ es decir, cuando fue comandante en jefe de tipo de oficiales que mantenían viva la tra¬ nización de la clase obrera, orientada a cons¬ las fuerzas armadas, primero, y después pre¬ dición nacionalista del ejército boliviano, que truir sus órganos proletarios de poder, lo sidente del país. venta del sacrificó de Busch y Villarroel, que define el carácter definitivamente de¬ resultantes a su turno de la generación de mocrático y progresista del gobierno de Juan De su gobierno mismo puede decirse que la guerra del Chaco. José Torres. se inició con un acto de las masas, que convivió con un momento cualitativamente Ambos fueron figuras centrales en la superior de la historia de las masas del nacionalización de la Gulf, que configuró al¬ VICTIMA DEL IMPERIALISMO país que fue la asamblea popular, y que go así como una operación comando con¬ concluyó junto con una desesperada resis tra el núcleo de la presencia imperialista en Es por eso que, cuando diversos diri¬ tecia militar de las masas, en la batalla del el país. La toma de la Gulf en Bolivia, en gentes bolivianos acusan a Bánzer por este 21 de agosto de 1971. efecto, tiene más de un parecido con la vil asesinato, no están afirmando algo arbi¬ precisión y la penetración con que Nasser trario. Bánzer representa, en efecto, la res¬ Ovando y él fueron los hombres funda¬ tomó el Canal de Suez. Pero sobre Ovando, tauración a sangre y fuego del "sistema mentales de un verdadero golpe de mano titular de este acto notable, pesó a la vez de mayo", es decir, del barrientismo, fruto dado contra el aparato de poder estructu¬ la eficacia del pacto aquel del barrientis- de la Gulf, del Pentágono y de la CÍA. O rado por los norteamericanos en torno a Ba- mo, que no podía romperse si no era afron¬ sea, el aparato de poder constituido en tor¬ rrientos, alrededor de 1964. Es una historia tando la división del ejército y yendo más no a la corrupción y los crímenes por el que puede reconstruirse de un modo pro¬ lejos en la acción, en unión con las masas. imperialismo norteamericano en el ejército bado a estas alturas. Fue el coronel Fox, Tal aparato, el del "sistema de mayo", li¬ boliviano. Que los verdugos fuesen los bru- agregado militar norteamericano, quien lan¬ gado en lo esencial a la CÍA, comenzó a talizadcos grupos de la ultraderecha argen¬ zó a la política el nombre de Barrientos. Pa¬ operar aún bajo el gobierno de Ovando, rea¬ tina, ante la estúpida perplejidad del go¬ ra eso, los Estados Unidos yo podían utili¬ lizando asesinatos en encubrimiento de los bierno de ese país o ante su complicidad, zar el amplio margen que les daba su pe¬ actos de la gran corrupción. No pudo Ovan¬ es algo que carece por sí mismo de im¬ netración en el propio gobierno de Paz Es- do impedir sus acciones y resultó víctima portancia. Aquí, como en el caso de Prats, tenssoro; había altos funcionarios que re¬ política de la propia complejidad de su ca¬ como en los de Michelini y Gutiérrez, el apa¬ sultaron ser agentes de la CÍA, como lo han rrera personal. rato de inteligencia y terrorismo del impe¬ demostrado los testimonios norteamericanos rialismo yanqui es el eje, el "sistema de ma¬ salidos a raíz del "affaire Watergate". Ba¬ yo" que existe en cada uno de los países del rrientos fue un pivote para construir, un sis¬ En ese momento, 1970, parecía que, eli¬ continente, con su propia manera. En el tema de poder, que Sergio Almaraz llamó minando a Ovando, el "sistema de mayo" caso de Torres y también quizá, en el de el "sistema de mayo" en recuerdo de las ma¬ podía reconstruirse como un todo. El sec¬ Zenteno Anaya, aquel sistema que había ex¬ tanzas mineras de 1965, que se basaba, en tor derechista pronorteamericano parecía te¬ perimentado una inexplicable adversidad en lo general, en un pacto entre los militares, ner, al obligar el asilo de Ovando, el con¬ manos de Ovando y Torres, tomó aquí sus es decir, el ejército ahora ocupado por el trol del ejército y también, por tanto, la represalias y sus medidas preventivas ante imperialismo, y los campesinos, o sea, el fuerza como para tomar el poder entero. la ruina, indefectible del gobierno de Bán¬ sector que se habia hecho más conserva¬ Fue entonces cuando Torres, hombre sali¬ zer. Para nadie es desconocido, en efecto, dor como resultado de la propia revolución do del pueblo, de su más humilde entraña, que la consolidación obrera. Indiscutible hoy burguesa de 1952. realizó su más impresionante acto de con¬ día en Bolivia, tiene su primera repercusión secuencia como nacionalista y de osadía po¬ en el renacimiento del nacionalismo militar. Pero cómo pudo Barrientos, hombre ele¬ lítica. Acompañado de un pequeño grupo mental y mero agente, imponerse dentro de hombres, se hizo cargo de la base aérea Torres, sin duda, ha muerto del buen del propio ejército, aun sobre figuras mucho de El Alto y desde ella llamó al pueblo a lado. Es una de las victimas populares de más legitimadas ante la oficialidad, como resistir el golpe derechista. Los obreros la opresión del imperialismo sobre Bolivia. Ovando, es otro problema. Aquí actuaron convocaron a una inmediata huelga gene¬ Sus propias contradicciones, necesarias e in- ya la corrupción, que fue utilizada como un ral, que se cumplió en toda su extensión. De evitables, le impidieron, es cierto, desarro- método de captación de la alta oficialidad, esa manera, se plasmó una suerte de pacto lar hasta el fin el noble compromiso que él y la organización de logias cuya lealtad se no escrito entre el nacionalismo militar y mismo había elegido con el movimiento po¬ basó en la misma corrupción y la constitu¬ el movimiento obrero. Aquél se proyectó pular. Aquí se ve, en efecto, el alto precio ción de brazos paramilitares de poder. Es en la presidencia de Torres y éste en la que se paga en sacrificio y vidas como con¬ obvio, un plan bien pensado por los nor¬ secuencia de haber considerado un mero teamericanos, quienes querían tener certe¬ combate interior lo que era (la batalla del za en el control del poder en un país clᬠ21 de agosto de 1971) una definición fun¬ sicamente inestable, con una recurrente ten¬ damental y por largo plazo. dencia de las masas hacia la política y la organización. La entrega de su vida, empero, señala RECONOCIMIENTO POPULAR a los culpables y convoca de hecho a la ineluctable acción de los militares antim- No hay duda de que Ovando y Torres perialistas que sobreviven como prisione¬ no pudieron evadirse a la lógica envolven¬ ros del régimen Bánzer. Son ellos los que te de la construcción de aquel aparato. Pe¬ serán portadores de la tradición que en su ro el propio hecho de que los trabajadores momento estuvo en manos de Torres y por mineros decreten un día de paro en señal de la cual él murió.