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Grandeza mexicana
de hoy su texto completo y fidedigno, establecido a partir de
las dos ediciones aparecidas en México en 1604 y teniendo a
la vista ediciones posteriores. El libro está reproducido con
ISBN 978-84-9940-562-9
MEXICANA
D E L B AC H I L L E R B E R -
nardo de B albuena,
DIRIGIDA AL ILUS
trísimo y Reverendísimo D on F r.
G arcía de M endoza y Zúñiga,
Arzobispo de M éxico. D el
Consejo de Su M ajestad .
a
C O N P R EV I L EG I O
En México, por Melchior Ocharte.
Año de 1604.
¶ AL I L U S T R I S I M O Y R EVE-
rendísimo D on F ray G arcía de M endoza y
Z ú ñ i ga . A r z o b i s po d e M éxico, del
C o n s e j o d e s u M a j estad, &¢
aaa
a
H excelencias
abiendo amagado a escrebir estas
de M éxico con deseo de dar-
las a conocer al mundo viéndolas hoy aumentadas
y en todo su colmo y lleno con la deseada venida
de V. S. R ., paréceme que no cumpliera con lo
que a ellas y a mis deseos debo si a todos juntos
no hiciera un nuevo servicio: a V. S. en ofrecer-
le un retrato desta su dichosa ciudad, a ella en
darle por amparo y defensa de sus grandezas la
mayor de todas, y a mis deseos ocasión donde mo-
strar que si en la tierra hay otra cosa que con nom-
bre de grande pueda competir con las dos es el
amor que los ofrece. Suplico a V. S. que puestos
los ojos en él, merezca yo por esta vez gozar el
gusto de verlo tan bien empleado, y estos rasgu-
ños y sombras contra los riesgos del tiempo de
la del
la del gran valor de V. S., cuya importantísima
vida guarde nuestro Señor muchos años para
bien nuestro. M éxico, quince de semptiembre
de M D C I I I Años.
B. Bernardo de
Balbuena
a AL LECTOR a
el Sabio en el Ecclesiastés, 12: Facien-
D minoice
di plures libros non est finis , no hay tér-
ni fin en el hacer y multiplicar li-
bros. Cada uno saca el suyo y le tiene por el
más esencial y mejor. Y es la razón, a mi pare-
cer, no poderse dar uno tan copioso y general,
tan ajustado y medido a todos gustos que ni ten-
ga de más ni de menos; son varios los talentos
y profesiones, los estados, los disc ursos, las ha-
bilidades, las inclinaciones y apetitos de los
hombres; unos briosos, otros humildes; unos
altivos, otros rateros: unos dese nvueltos, o-
tros encogidos; unos fáciles y de trato suave
y compuest o, y otros tan satíricos, desabridos
y melancólicos que en todo trop iezan y todo
les enfada; unos dicen bien de todo y a otros
nada les cae en gusto. ¿Quién guisará para to-
dos? Si escribo para los sab ios y discretos, la
mayor parte del pueblo (que no entra en este
número) quédase ayuna de mí. Si para el vul-
go y no más, lo muy ordinario y común ni
puede ser de gusto ni de provecho. Unos se a-
gradan de donaires, otros los aborrecen y tie-
nen por juglar a quien los dice. Si a los graves
enfadan las burlas, ¿a quién no cansan las ordi-
narias
narias veras? Horacio quiso que se hiciese una
mezcla de todo, de lo útil con lo dulce. Pero eso,
¿quién lo sabe? ¿Quién sino Dios lloverá maná que
a cada uno sepa a lo que quisiere? Esta misma razón
y discurso, que un tiempo pudo desaficionarme
a escrebir, es quien hoy me ha convencido a salir a luz
con mis obras (cosa que jam ás pensé hacer), no
la confianza que algunos tienen de las suyas, creyen-
do que a todos gustos han de agradar, que ésa es locu-
ra y caso imposible. Y así, ni yo creo esto de mí,
ni ningún cuerdo lo crea de lo más limado que es-
cribiere. Lo que solo pudo animarme, es entender
que hay de todos antojos y preñeces en el mundo.
Y que entre los que comían el maná, con ser la mali-
lla de los gustos, hubo a quien se le antojasen ce-
bollas y codornices. Y que a Marcias no le faltó
un Midas que le aprobase su música en competen-
cia del mism o Apolo. ¿Pero qué mucho si el can
tar del Sátiro le había prim ero regalado los oí-
dos con lisonjas? Harto es eso, pero lo principal
es que para la hermosura ha de haber de todo y
quien se incline a ello. ¿Qué tabaque hay de man-
zanas tan desflorado donde no haya una que esco-
ger? ¿O qué campo tan eriazo y por cultivar que no
tenga alguna yerba a propósito?Unusquisque
proprium donum habet ex Deo, alius quidem sic,
alius vero sic: a todos da Dios sus dones, a
unos
unos de una manera y a otros de otra. Ésa es la
bellez a del mundo y la variedad de los gustos y
opiniones dél. Y la que ahora me obliga a creer
que así como no es posible que este mi libro sea
para todos, así tampoco lo es que deje de ser para
algun os. Si al demasiado grave le pareciere hu-
milde, no por eso le cuent e por perdido, que hu-
mildes habrá que le tengan por grave; si la obra
es pequeña, el sujeto es grande, y la calidad y
valor de la cosa no está en lo mucho sino en lo
bueno; ni la discreción y eloc uencia en el gran
número de hojas y ruido de palabras, sino en
pocas y bien dichas. Si hubiera de aguardar a
todos los votos de los padrinos, ni el casamien-
to se efetuara, ni saliera a vistas la novia. Por
eso añadió luego el Sabio Frequens medita-
tio afflictio carnis est : Aflición y congoja es
el demasiado cuidado en estas cosas. Uno de los
primores de Apeles fue saber levantar el pin-
cel de la tabla. Y yo, imitándole en esto, no quie-
ro cansarme más en buscar manj ar para todos,
pues no le hay. Sino rogar a la ventura acierte
a salir este al gusto de los discretos, para quien
se guisó. Y a quien como a dioses de la tierra
ofrezco desde luego estos primeros sacrificios,
y ofreceré los segundos, que cuando ellos no
se admiran, yo me habré pagado de mi mano en
el gusto de haberlos empleado tan bien.
¶SUMA DE LA LICENCIA.
E licenciaBachillerdel Excelentísimo
l Bernardo de Balbuena tiene
Conde de Mon-
terrey, Virrey que fue desta nueva España, pa-
ra imprimir este libro intitulado Grandeza Me-
xicana por tiempo de diez años. Ante Pedro de
Campos Guerrero, Secretario de Gobernación
en diez días del mes de julio, de 1 6 0 3 años.
Carta
del bachiller
Bernardo de Balbuena a la
S e ñ o r a D o ñ a I s a b e l d e To -
bar y Guzmán, describiendo
la famosa ciudad de México
y sus grandezas
()
ARGUMENTO.
Argumento.
aaa
a
¡
O h, tú, heroica beldad, saber profundo
que, por milagro puesta a los mortales,
en todo fuiste la última del mundo!
Criada en los desiertos arenales
sobre que el Mar del Sur resaca y quiebra
nácar lustroso y perlas orientales,
do, haciendo a tu valor notoria quiebra,
el tiempo fue tragando, con su llama,
tu rico estambre y su preciosa hebra;
de un
MEXICANA. 62
Capítulo. II.
aaa
a
Argumento.
aaa
a
a Origen y grandeza de edificios a
a
C apítulo. I II .
aaa
a
Argumento.
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a
a Caballos, calles, trato, cumplimiento. a
a
Capítulo. IIII.
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a
Argumento.
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a
a Letras, virtudes, variedad de oficios. a
a
¿
Q ué o°cio tan sutil ha ejercitado
flamenco rubio, de primores lleno,
en templadas estufas retirado,
a quien los hielos del nevado Reno
en la imaginación dan, con su frío,
un cierto modo a obrar dispuesto y bueno
que aquí, con más templanza, aliento y brío,
no tenga fragua, golpe, estampa, lima,
pincel, gurbia, buril, tienda o buhío?
Telares
MEXICANA. 79
Capítulo. V.
aaa
a
Argumento.
aaa
a
a Regalos, ocasiones de contento . a
a
Capítulo. vi.
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a
Argumento.
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a
a Primavera inmortal y sus indicios. a
a
Capítulo. vii.
aaa
a
Argumento.
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a
a Gobierno ilustre. a
a
CA
GRANDEZA
Capítulo. viij.
aaa
a
Argumento.
aaa
a
a Religión y Estado. a
a
ep Í logo y cap Í t .
a ú ltimo. a
aaa
a
Argumento.
aaa
a
a Todo en este discurso está cifrado. a
329
Notas al Argumento
331
Notas al Capítulo I
332
Notas al Capítulo I
333
Notas al Capítulo I
334
Notas al Capítulo I
335
Notas al Capítulo I
336
Notas al C a p í t u l o II
Notas al Capítulo II
337
Notas al C a p í t u l o II
338
Notas al C a p í t u l o II
339
Notas al C a p í t u l o II
340
Notas al C a p í t u l o II
341
Notas al C a p í t u l o II
342
Notas al C a p í t u l o II
343
Notas al C a p í t u l o II
344