Edición Especial en el marco de la celebración del 20 Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño

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Pensamiento y Acción
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2009 boletín @ n•4-2009

Principio de Participación
2009 SECCIÓN COSTA RICA

triple celebración
Editorial A sa rio
• Vigésimo aniversario de la Convención
ni ver
• Trigésimo aniversario de DNI-Internacional
• Décimo Quinto aniversario de DNI-Costa Rica

La participación es un Estas ideas son el punto de arranque de las reflexiones de este

• Relaciones basadas en principio rector de la Con-
respeto y convivencia vención sobre los Dere-
armónica. chos del Niño. Este prin-
cipio se lleva a la práctica
• Se deben reconocer mediante los derechos
potencialidades de niños, y libertades civiles y
niñas y adolescentes.
derechos políticos que
la misma Convención des-
cribe en varios artículos.
En este sentido, la partici-
pación necesita canales y
condiciones para hacerse
efectiva y activa; esto últi-
mo implica planificación
y el reconocimiento de la
ciudadanía de los niños,
niñas y adolescentes.
Virginia Murillo H.
Presidenta Ejecutiva
DNI Costa Rica
Boletín Especial, el cuarto de una serie que aborda los Principios
de la Convención sobre los Derechos de Niñas, Niños y Adoles-
centes (NNA) y en el que al igual que los anteriores, se cuenta con
el aporte valioso de expertos y expertas que plantean diferentes
visiones y experiencias. A continuación se incluyen las personas
que contribuyeron con un artículo para este Boletín.
Esta publicación se en-
• Alejandro Cussianovich, Director del
Instituto INFEJANT, Perú
cuentra en el marco de
los esfuerzos de DNI-
• deDiego German Martínez, Programa
Participación, Global Infancia
Costa Rica por celebrar
su 15 aniversario, así
Paraguay como el 20 Aniversario
• KGeneral
arin van Wijk, Coordinadora
DNI Costa Rica
de la Convención sobre
los Derechos del Niño y
• JDirección
orge Delgado, Director Ejecutivo
Nacional de Prevención
el 30 Aniversario de DNI
Internacional.
de la Violencia y el Delito, Ministerio
de Justicia de Costa Rica
• ENiños,
xperiencia de participación con
Niñas y Adolescentes que
viven en estrategia de Subsistencia,
Proyecto Entre Compas, Costa Rica
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Principio de Participación
Participación
Al hablar de participación de niños, niñas
y adolescentes surgen interrogantes por
los estilos y formas que se aplican y su
interpretación. En algunas predomina una
visión adultista y otras van acompañadas de
procesos con niños, niñas y adolescentes,
procesos promovidos por ellos mismos, lo
que quiere decir que hay diversidad de estilos
con un aporte particular al aprendizaje.
Pese a esta diversidad, hay un común
denominador que tiene que ver con el
significado y el papel de la participación entre
adultos, niñas, niños y adolescentes. Es algo
tan elemental en nuestras vidas, en nuestros
procesos de socialización, que más que un
elemento de tensión debería ser un factor de
unión, de respecto y de crecimiento, tanto a
nivel personal como desde el punto de vista
de una sociedad. Pero esta no es la norma,
la participación es con frecuencia motivo de
enfrentamientos, de negación del otro, de
presión y de rupturas. ¿Qué
hace tensas las relaciones
entre las personas menores
de edad y las personas
adultas, y por qué?
La participación transforma
las relaciones de poder
entre las personas adultas
y las personas menores de
Virginia Murillo H. edad, reta las estructuras
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Participación como principio,
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derecho y proceso
autoritarias y reconoce las capacidades y
potencialidades que tienen los niños, niñas y
adolescentes.
Por tanto, la participación genera nuevas
relaciones basadas en el respeto y convivencia
armónica entre los niños, niñas y adolescentes
y las personas adultas, pero también invita
a quienes trabajan con Niños, Niñas y
Adolescentes a revisar sus roles y los procesos
que promueven entre esta población.
¿Por qué la Participación de
Niños, Niñas y Adolescentes
es tan importante?
La Convención sobre los derechos del Niño
marca un cambio en el reconocimiento
jurídico, político y social de los niños, niñas
y adolescentes. Estos pasan de ser actores
pasivos a actores activos, cuyas capacidades
se reconocen de acuerdo con su desarrollo
y madurez. Además son reconocidos como
SUJETOS DE DERECHOS, con ciudadanía
social, participando activamente en
sociedad.
Los niños, niñas y adolescentes pasan a ser
protagonistas de sus actos, adquieren derechos
y responsabilidades para gozarlos, cumplirlos
y ejercerlos y adquieren autonomía progresiva
conforme su desarrollo y madurez. Para esto,
se establecen responsabilidades y obligaciones
a los Estados como garantes de sus derechos
y al resto de la sociedad en general con
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ni
corresponsabilidades para la realización de
estos derechos humanos.
y adolescentes (NNA)i. La Convención
los reconoce como “sujetos sociales de
derechos”. La ciudadanía formal de los NNA
Cualquier organización o institución que pasa por el reconocimiento de una serie de
promueva este principio debe preguntarse: derechos, por su condición de sujetos en vez
¿Qué capacidades requieren los/as niñas/os y adolescentes para que
participen de los asuntos que les interesa y les afecta?
¿Qué capacidades requieren las/os adultas/os para promover la
participación infantil y adolescente?
¿Qué condiciones necesitan los proyectos/programa/institución para
garantizar que la participación de niñas/os y adolescentes sea efectiva?
¿Que otros aspectos debe tener en consideración la organización/
institución a la hora de promover la participación de niños, niñas
y adolescentes en los procesos diseño, elaboración, ejecución y
evaluación y seguimiento?
El planteamiento de esas preguntas y su de objetos y, en general, de su derecho a tener
respuestas, permiten a estas organizaciones derechos.
plantear “caminos”, estrategias, para que niñas,
La ciudadanía se entiende como el “conjunto
niños y adolescentes se conviertan en verdaderos
de prácticas (jurídicas, políticas, económicas y
protagonistas de sus vidas y actos.
culturales) que definen a una persona como
miembro competente de una sociedad.
La Ciudadanía social de los
Prácticas cuya fuente de legalidad y legitimidad
niños, niñas y adolescentes reside en la posesión de derechos que influyen
Como ya se mencionó la Convención sobre en la distribución de recursos accesibles a
los Derechos del Niño ha significado un paso distintas personas y grupos sociales. Desde
fundamental en cuanto al reconocimiento esta perspectiva la ciudadanía incluye dos
formal de la ciudadanía de los niños, niñas
dimensiones: la titularidad, que implica la
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Principio de Participación
existencia legal de los derechos propios de
los ciudadanos y la provisión, referida al acceso
real a los beneficios – sean bienes y servicios
materiales o simbólicos – de los que se tiene
titularidad”ii.
Derechos y libertades civiles1
Los derechos y libertades civiles aparecen
como compromisos y garantías del Estado
frente a sus miembros individuales. Cabe
señalar que los ciudadanos y ciudadanas
no somos un grupo homogéneo sino un
conglomerado de diferentes grupos étnicos,
etáreos, de sexo, de género, lenguas, patrones
culturales, distribución dentro del territorio,
entre muchas otras. Esto hace que las
necesidades y demandas de los individuos
frente al Estado se diversifiquen casi hasta el
infinito.
Las diferentes luchas dadas por algunos de
estos grupos, sus niveles diferenciados de
organización y poder político tanto a nivel
nacional como internacional y las condiciones
(1) Extracto Propuesta DNI Costa
Rica para el Análisis de los derechos y
libertades civiles y derechos políticos,
2007.
(2) Extracto Propuesta DNI Costa
Rica para el Análisis de los derechos y
libertades civiles y derechos políticos,
2007.
(3) Ver art. 19, 20, 21, 22, 25Pacto
Virginia Murillo H.
Internacional de Derechos Civiles y
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derecho y proceso
sociopolíticas cambiantes dentro del mismo
país; han permitido la visibilización de
algunos de estos grupos particulares y la
reivindicación de derechos y libertades civiles
correspondientes a sus particularidades
y características como individuos y como
“agregado de iguales”. En muchos de estos
casos, las luchas han ido orientadas o han
desembocado en la reivindicación de derechos
y garantías existentes ya para otros grupos,
pero de los cuales se había sido excluido en
tanto grupo particular.
De esta manera cobra sentido hablar de
forma específica de los derechos civiles y
las libertades de las personas menores de
edad, lo cual implica al menos dos ámbitos
conceptuales importantes. Por un lado el
tema de las personas menores de edad como
un grupo social específico y, por otro, el tema
de la ciudadanía de las personas menores de
edad.
Criterio “etáreo”
En cuanto al primer punto, el criterio etáreo
es ampliamente reconocido como un criterio
ordenador de las fases del desarrollo personal
y social: de acuerdo a la edad de un individuo
varían tanto sus necesidades y demandas
hacia el Estado, como las responsabilidades y
roles en sentido inverso. La relación Estado
– Sociedad varía sensiblemente de acuerdo
con la edad de de los distintos grupos que
conforman la sociedad, convirtiéndose
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ni
además en un criterio ordenador como Niño incluye una gama amplia de derechos. Los
se mencionó antes. Se requieren entonces Derechos y Libertades Civiles relacionados
políticas públicas, programas y legislaciones con el Principio de Participación son:
capaces de reconocer y
regular las relaciones entre Principio de Participación Art. de la
el Estado y, por ejemplo, los y Derechos y Libertades Civiles Convención
niños y niñas; las personas Ser Escuchado 12.2
adolescentes, los adultos
jóvenes y los ancianos iii. Libertad de pensamiento, conciencia y religión 14.1
Ciudadanía
En cuanto a lo segundo hay quizás menos Derechos políticos2
consenso y claridad. Al ser la ciudadanía La política viene a ser la esfera social en la
tradicionalmente reducida al ámbito de la que se toman las decisiones de orden público,
participación política –como posibilidad de mientras que el régimen político es el conjunto
elegir, ser elegido y poder participar activa y de procedimientos previamente establecidos
ampliamente en los temas públicos- ya no queda adoptados para ordenar y definir el proceso
claro el carácter de ciudadanos y ciudadanos mediante el cual se busca llegar a tomar tales
cuando de niños y niñas se trata. Creemos, sin decisiones.
embargo, que con lo sola excepción de elegir
y ser electos en cargos públicos, la condición En un régimen democrático las decisiones
de persona menor de edad iv no supone por son tomadas por el conjunto de ciudadanos/
sí misma mayores restricciones en cuanto a la as, generalmente mediante representantes
calidad de ciudadanos de esta población. De libremente electos (democracia representativa),
modo que las personas menores de edad no pero también mediante el voto de cada uno y
solamente son (o deberían ser) ciudadanos una de los/las ciudadanos/as y la construcción
plenos, sino que también cuentan (o deben de mayorías.
contar) con libertades y derechos civiles
propios de la etapa particular de desarrollo Sin embargo, para que los y las ciudadanos/as
en que se encuentran. puedan efectivamente ejercer de forma libre
e informada esta participación en la toma de
Aunque no se hace ninguna clasificación decisiones públicas, se requiere una serie de
explícita por “tipo de derechos”, se reconoce condiciones que vienen a formar parte de los
que la Convención sobre los Derechos del derechos y deberes políticos3.
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Principio de Participación
derecho y proceso
La CDN, por su parte, retoma y reivindica para en los asuntos que le incumben y que dicha
las personas menores de edad prácticamente opinión sea efectivamente tomada en cuenta.
los mismos derechos reconocidos al resto de A la vez que se “agrega” de forma explícita el
los y las ciudadanos/as, con excepción de los derecho a la información.
derechos de “participación política” para cuyo
ejercicio se establece una edad mínima que Opinión Art. CDN: 12.1
se debe hacer alcanzado (18 años en Costa
Los Estados Partes garantizarán al niño que esté
Rica).
en condiciones de formarse un juicio propio, el
Para el caso de las personas menores de edad, derecho de expresar su opinión libremente en
en la CDN los derechos de participación todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose
política se limitan a la posibilidad de opinar debidamente en cuenta las opiniones del niño,
en función de la edad y madurez del niño.
Derechos Involucrados Artículo
En nuestro criterio, cuando se habla de
CDN
“asuntos que afectan al niño” se está haciendo
Opinión 12.1 referencia tanto a asuntos de orden privado
como de orden público, convirtiendo a las
Expresión 13
personas menores de 18 años en un actor
Asociación y asamblea 15 político “legítimo” cuyas únicas limitaciones
legales son las referidas a los derechos de
Acceso a información 17
participación política, y sólo en el sentido en
el que éstos son definidos en el artículo 25 del
PIDCP. Estando las personas menores de edad
inmersas en el mismo contexto económico,
político, social y cultural que el resto de los
ciudadanos (de hecho son generalmente la
población más afectada por las decisiones
tomadas en estos campos) los “asuntos que
(4) Bajar texto completo en les afectan” son de toda naturaleza y no existe
versión inglés en htpp://www2. en la CDN ninguna restricción con respecto a
ohchr.org/english/bodies/crc/
esto más que estar “en condiciones de formarse
comments.htm
un juicio propio”.
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Tradicional y cómodamente se ha querido
entender que el derecho de los/as ciudadano/as, y
en este caso de los NNA, a opinar supone para el
Estado la obligación de abstenerse, es decir, de no
tomar medidas tendientes a evitar, obstaculizar o
sancionar las posibilidades de opinar libremente.
Desde esta perspectiva, el derecho a opinar se
respeta al no obstruirlo activamente. Ésta es una
interpretación sumamente restrictiva del derecho
a opinar, principalmente cuando se trata de
NNA.
Es cierto que el derecho de NNA a opinar se
debe respetar (no impedir), pero también se
debe garantizar y se deben crear las
condiciones; esto implica fomentar, promover
y crear mecanismos institucionales capaces de
canalizar adecuadamente la opinión de esta
población sobre los temas que ellos mismos
consideren que son de su incumbencia y
aquellos que deban ser sometidos a discusión
con la ciudadanía.
Se debe asegurar, a la vez, que tales opiniones
pasan a formar parte de los elementos a
tomar efectivamente en cuenta a la hora de
tomar decisiones de carácter público. No
cabe duda, de que desde este punto de vista,
se requiere una profunda transformación de
nuestras democracias.
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ni
El Comité de Derechos
del Niño y el Principio de
Participación
El Comité de Derechos del Niño de Naciones
Unidas insiste en que los Estados deben
informar sobre cómo aplican el Principio
de Participación y además ha generado
espacios de reflexión y discusión sobre la
temática, como lo fue el Día de Debate sobre
el Derecho del Niño a ser escuchado en el
2006, que dio las bases para el desarrollo de la
Observación General 12.
La Observación General
124 (OG12) del Comité de
Derechos del Niño:
El derecho de los Niños a ser escuchados.
El Comité desarrolla dicha Observación
General 12 basándose en el Artículo 12 de la
Convención el cual se considera como central
siendo el derecho que tiene el niño a opinar,
a ser tomado en cuenta y a ser escuchado,
los cuales representan valores fundamentales
que deben ser tomados en cuenta para la
interpretación y aplicación de todos los demás
derechos.
Los Estados reafirmaron su compromiso de
la realización del Artículo 12 en la Asamblea
General sobre Infancia en el 2002, a través de
la Declaración final Un Mundo Justo para los
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Principio de Participación
Niños, sin embargo el Comité evidenció que
pese a es importante señalamiento existen
aun serios retos a superar y acciones a realizar
para que dicha realización sea un hecho real
y esté al alcance de todos los niños, niñas y
adolescentes.
La OG12 comienza con un análisis jurídico de
los párrafos del Artículo 12; en la Sección A
explica los requisitos para la realización plena
del derecho a ser escuchado en todos diversos
ámbitos: escolar, familiar, servicios de atención,
así como en el judicial y administrativo entre
otros. En la Sección B la OG12 hace el enlace
del Artículo 12 con los otros principios de la
Convención y su relación con otros temas.
En la Sección C establece los requisitos y
señala el impacto del derecho del niño a ser
escuchado en diferentes situaciones, En la
Sección D establece los requisitos básicos para
(5) OG12 inciso, punto 12
(6) OG12, punto 10 por el Comité de derechos del Niño en
7) OG12, punto 16 y 22
(8) OG12, punto 35
(9) OG12, punto 20
(10) OG12, punto 21
(11) OG12, punto 134
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derecho y proceso
la aplicación de este derecho y finalmente las
conclusiones se encuentran en la Sección D.
El Objetivo de la OG12 es el de apoyar a los
Estados Partes en la aplicación del Artículo
12.
Uno de los aspectos mas importantes de la
OG12 con respecto al Art. 12 es que no solo
toma en cuenta el derecho del niño o la niña
a ser escuchado en tanto individuo sino invita
a los Estados a tomar en cuenta el derecho
del los grupos/colectivos de niños, niñas y
adolescentes a ser escuchados. Este salto
del individuo al colectivo es muy significativo
y puede a la vez “agregar perspectiva y la
experiencia …. en la toma de decisiones,
formulación de políticas y la preparación de leyes
y/o medidas, así como en la evaluación”5
En tanto colectivo, el Comité recomienda
firmemente que los Estados Partes hagan
todos los esfuerzos para escuchar o buscar
las opiniones de los niños que hablan
colectivamente.6
Sin bien es una obligación de los Estados
Partes escuchar al niño/niña en su sistema
judicial, cabe señalar que el niño/niña tiene
el derecho a no ejercer este derecho. La
expresión de opiniones es una opción para
el niño, no es una obligación y debe poderse
expresar libremente. Por lo que los Estados
Partes deben garantizar que el niño/niña
reciba toda la información y el asesoramiento
necesarios para tomar una decisión a favor de
sus intereses.7
Después de que el niño/niña ha decidido ser
escuchado, él o ella tendrá que decidir la forma
de ser escuchado: ya sea directamente o a
través de un representante o de los organismos
correspondientes. El Comité recomienda
siempre que sea posible, que el niño / la niña
debe tener la oportunidad de ser escuchado
directamente. 8
Ellos y ellas tienen sus
propias opiniones.
Los Estados Partes deberán asumir que un
niño tiene la capacidad de formar su o sus
propias opiniones y reconocer que el o ella
tiene el derecho a expresarse9, y desalienta
a los Estados a introducir límites de edad
(ni en derecho ni en la práctica) que puedan
restringir el derecho al niño/a a ser escuchado/
a en todos los asuntos que le afecten.10
Los Estados Partes deben además garantizar
este derecho para todo niño, niña y adolescente
sin ninguna discriminación raza, nacionalidad,
condición y situación individual, social y su
entorno y deben hacer lo necesario para
que este derecho se de bajo las condiciones
adecuadas para toda situación en que se
encuentra el niño o la niña.
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A ver sa rio
ni
Para garantizar una adecuada aplicación del
Derecho al niño, niña y adolescente, así como
a los colectivos, el Comité ha desarrollado a lo
largo de la OG12 recomendaciones que deben
tenerse presentes para atender cada una de
las situaciones posibles en que los niños, niñas
y adolescentes se encuentran inmersos.
El Comité señala que es importante que a la
hora de escuchar al niño o a la niña, se tome
en cuenta la capacidad evolutiva de éste/a.
Los Estados deben dotar a los padres, madres
y/o tutores/as de toda la información y las
herramientas necesarias para que estos
escuchen a los niños y tomen en cuenta
debidamente sus opiniones en todos los
asuntos que les conciernen.
El Comité llama a los Estados a que
dicho derecho se ejerza plenamente y
sin discriminación alguna en los recintos
escolares.
El cumplimiento de los requisitos expuestos
la OG12 supone un reto para los Estados
Partes. Por tanto es necesario que todas las
recomendaciones y las estrategias definidas
en la OG12 se apliquen sistemáticamente
debe estar basada en una cultura donde se
respeta a los niños, niñas y adolescentes y de
a sus puntos de vista.11
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2009 LA PARTICIPACIÓN:
Principio de Participación UN PRINCIPIO QUE SE CONCRETA SECCIÓN COSTA RICA

COMO UN DERECHO
A ver sa rio
Principios y derechos, ni
una ecuación con cipios y derechos son valores necesarios y no decir que la participación de los niños es un
valores necesarios y no Entendemos por negociables. derecho, contradice el marco cultural ances-
negociables. principio, en este Pero ¿será que el llamado derecho a la parti-
tral. Y es que la propia Convención, emplea
un lenguaje vago, indirecto que obliga a hacer
caso, un referente cipación expresa realmente un principio fun- una inferencia y una hermenéutica sistemática
Principio: exigencia que hace cuerpo damental y que además sea fundamento de la
condición social del sujeto de derechos? Más
para concluir que sí, la Convención reconoce
el derecho de los niños a participar14. Hacer
insoslayable con la dignidad aún, ¿que al tomar la forma de lenguaje jurídi- el esfuerzo por colocarnos desde la cosmovi-
Derechos: construcción del ser humano. co se refuerza, de hecho, el carácter relacional
del sujeto de derechos, en el entendido de
sión de nuestros pueblos originarios, nos per-
mite afirmar que la participación es más bien
cultural siempre perfectible. Declarar como que el reconocimiento de que se es sujeto de un problema para las culturas y sociedades
principio es derecho empieza cuando esta misma condi-
ción se le reconoce al otro?
modernas, pero no lo es para culturas como
la andina o la amazónica, por ejemplo. En este
emancipar algo de Ya en el Congreso Panamericano del Niño ce- contexto, la no participación sería impensable.
su contingencia, de lebrado en San José en 1993, se discutió este En todo caso, se trata de un desafío a nues-
tros sistemas de democracias constitucionales
(12) Ver Ernesto Garzón Valdés, “Tolerancia, Dignidad y su circunstancia y punto relacionado con al principio del interés
superior del niño, si debía, además, ser consi- o políticas, pero sobre todo a las frágiles y em-
Democracia”, UIGV, 2006. reconocerle una derado como un verdadero derecho. Sin lugar brionales culturas democráticas.
(13) Henk van Beers, “Exploratory assessment of
the current understanding and level of Children’s
fuerza inspiradora a dudas, es un hecho que no todo principio
deba terminar deviniendo un derecho posi-
Todo discurso sobre participación ciudadana
participation hmong Rädda Barnen’s partners and que opera, en tivizado. Bastaría recordar entonces cómo el
–y muy particularmente la participación de
las generaciones emergentes de niños, niñas
relevant agencies in Ho Noi and Ho Chi Minh City”, April-
June 2000.
primer lugar, como discurso de los derechos humanos, en cuanto
discurso, es una construcción cultural siempre
y jóvenes- deberá encararse desde las demo-

(14) Con justa razón un imperativo ético perfectible, mientras que en cuanto principio
cracias excluyentes que son las nuestras.

Francisco Pilotti llega a
afirmar de la CDN: “…es
un hito de la globalización
del ideal occidental”
en“Globalización y
Convención sobre los
“Derechos del Nino: el
contexto del texto”, 2001,
CEPAL, p.13.
Alejandro Cussiánovich V.
Director Instituto INFEJANT, Perú
Cuando un principio se reviste de derecho
se expresa como tal, podemos decir que si-
multáneamente pasa a ser, además, un impe-
rativo jurídico. En este entendido, los consi-
derados derechos humanos fundamentales
-los ya reconocidos formal y positivamente
como aquellos que aún no lo hubieren sido-
son tales porque constituyen en sí, principios
fundamentales en salvaguarda de la dignidad
humana12. Por ello, podemos asumir que prin-
sienta una exigencia insoslayable a la respon-
sabilidad ética.
La participación como derecho
no es novedad en todas las
culturas
Casi podría afirmarse que la participación tiene
una historia más larga, fecunda y compleja que
su ambiguo reconocimiento como un derecho
recién a finales del siglo XX. Como lo recuer-
da Henk van Beers13, en la cultura vietnamita,
Quizá ello explique por qué el propio artículo
12 de la Convención sobre los Derechos de
los Niños, CDN -que se suele reconocer
como la más clara declaración del derecho
a la participación- es un artículo en su
formulación actual, tímido en concepto y
práctica, ha suscitado las más raras reacciones.
Basta, desde el análisis doctrinal, tomar en
cuenta lo que Alessandro Baratta señalara
como el artículo que revela las profundas
dudas de los legisladores que intentan
conciliar apertura y conservadurismo en
Edición Especial en el marco de la celebración del
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Principio de Participación
materia de una participación de los niños en todo
aquello que les concierna. Pero es sumamente
alentadora la lectura que de este artículo ha
hecho recientemente el Comité de Ginebra en
su Comentario General al mismo15.
El enfoque participativo,
componente del enfoque de
derechos
Mucho se trabaja no sólo en nuestra región sino
a nivel mundial, el llamado enfoque de derechos
cuando de políticas sociales y públicas de infancia
se trata, así como de programas de acción con
la infancia, incluso en la solución de cuestiones
delicadas como los niños privados de libertad por
abandono, por entrar en conflicto con la sociedad
y con la ley.
El enfoque de derechos supone un cambio de pa-
radigma en la representación del niño, en las ac-
ciones que de ésta se derivan en la vida cotidiana.
(15) Se trata sin embargo de un documento que está por ser aprobado definitivamente
por el Comité, aunque ya circula desde hace casi dos años en la página web del mismo.
(16) Ver las sugerentes reflexiones de Juan Enrique Bazán, “Modo de vida de la
infancia”, SCC, 2009
Alejandro Cussiánovich V.
Director Instituto INFEJANT, Perú
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LA PARTICIPACIÓN:
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UN PRINCIPIO QUE SE CONCRETA
COMO UN DERECHO
Pero además, se trata de una transformación de
la subjetividad social aún dominante en nuestra
sociedad frente a la infancia.
Y es que el llamado enfoque de derechos, no es
otra cosa que el enfoque de dignidad y recorde-
mos que toda violación de los derechos del niño,
antes que ser una cuestión de incumplimiento, es
una cuestión relacionada directamente con la dig-
nidad, es decir con ética y política. Esto implica,
entre otras cosas, que sobre cualquier circuns-
tancia, el niño es siempre sujeto de derecho y de
derechos.
¿Cuán vigente es la no discriminación? En el caso
de los niños y niñas, discriminación de género, de
edad y de condición social y económica, se de-
termina por el alcance concreto del derecho y el
ejercicio de la participación. Consideramos que
aquí radica igualmente un examen a los sistemas
democráticos.
Cuando se refiere a los niños hay que tomar
en cuenta que el desarrollo de sus capacida-
des no constituye, bajo ningún criterio, un mo-
tivo de moratoria de su derecho a participar
en la familia, en la comunidad, en la escuela,
en su sociedad.
El enfoque participativo constituye antes que un
ritual formal, muchas veces ficcional, una actitud,
un modo de vida en su entorno16.
Toda categoría tiene su historia y puede perder
sentido y significado
Esta es una realidad. Basta recordar el sentido
originario de la categoría sujeto (subjectum) que
significaba sometido, sujetado, objeto de, y hoy
constituye una categoría que expresa la dignidad
de ser portador de, conductor de, merecedor de
una consideración y reconocimiento respetuoso,
opuesto a cosa, a objeto material, etc.
Es por ello que la categoría participación debe
ser precisada para evitar que con mayor facilidad
pueda ser cooptada en el sentido inverso o que
pueda devenir formalmente la justificación de
cualquier entendimiento que bajo dicha categoría
se quiera colocar. Y es que las categorías confor-
man y cobran sentido cuando son parte de un
discurso alejándose así del riesgo de valer para
todo, es decir dejar de significar lo que con ella
se quisiera comunicar. La categoría participación
debe entonces ser entendida en el marco del pro-
yecto social, del contrato social en el que ésta se
utiliza.
Hoy se habla de participación activa, directa, pro-
activa, integral, participación consciente, infor-
mada, propia, etc. Desde experiencias dadas en
nuestro Continente, se ha ido acuñando y ganado
espacio, lo que se ha dado en llamar la partici-
pación protagónica, teniendo en el desarrollo de
la condición protagónica de todo ser humano, el
paradigma que la sostiene.
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A ver sa rio
ni
Pero incluso aquí, también el calificativo que le
queramos poner, puede ser pasible de cooptacio-
nes diversas. Por ello el sentido y significado de
la expresión promoción de la participación pro-
tagónica de la infancia se va definiendo desde el
uso que los movimientos sociales de niños, niñas
y adolescentes le van dando. Así, desde hace algu-
nos años, en estas organizaciones y movimientos
de niños, niñas y adolescentes, particularmente
trabajadores, hoy prefieren hablar de co-prota-
gonismo, de participación co-protagónica para
sortear creativamente el riesgo de deformar y
conflictuar su relación con el mundo adulto.
Finalmente, en el marco de democracias domi-
nantemente representativas a nivel global, las
organizaciones de niños y niñas, apuntan a una
democracia participativa que se articule a nuevas
formas de democracia deliberativa. No por nada
las nuevas generaciones están empezando a ha-
cer de la llamada tele-democracia un ejercicio de
nuevas formas de participación cívica y ciudadana
a diversos niveles.
El Congreso Panamericano del Niño en Lima
en el 2009, plantea el derecho a la participación
como tema central, constituye, desde nuestra
perspectiva, una importante clave hermenéutica
para evaluar cuánto nuestros Estados y cuánto la
sociedad civil han avanzado en su voluntad política
de hacer de la democracia, sin sectores excluidos,
un factor de bienestar para todos. Pero además,
este hecho, significa que nuestra región hace del
derecho a la participación de los niños y niñas y
adolescentes, un componente indispensable para
un futuro de dignidad de nuestros pueblos.
Edición Especial en el marco de la celebración del
Pensamiento y Acción
boletín @ n•4-2009
Principio de Participación
Comenzar a escribir sobre participación des-
de vivencias y resignificaciones de la genera-
ción de vínculos con niños, niñas y adolescen-
tes de por sí ya permite poner en movimiento
lazos afectivos en los que se van construyendo
historias de mucha gente.
Me gustaría iniciar afirmando que lo que vamos
a leer en estas líneas son reflexiones acerca de
“las” participaciones, y no precisamente sobre
“la” participación, partiendo de la base de que
cuando hablamos de participación estamos
ante una multiplicidad de relaciones, vínculos,
miradas, prácticas, costumbres, innovaciones,
miedos, certezas, entre muchos otros senti-
mientos que nos habitan al promover estos
espacios con niños, niñas y adolescentes.
Partiendo del principio de la participación
consagrado en la Convención por los Dere-
chos del Niño como eje transversal a todos
los derechos de niños, niñas y adolescentes,
es fundamental resaltar su fuerte conexión
con las historias que son parte de cada niño y
niña. Es así que considero vital contactar con
el niño y la niña desde su ser como persona,
con sus historias, sus costumbres, tradiciones,
vivencias previas, formas de
hacer, es decir sus visiones de
mundo, sería el desde donde
nos vinculamos en la pro-
puesta de espacios de parti-
cipación.
Diego Germán Martínez
Programa Participación Global Infancia,
Paraguay
20 Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño
DNI CDN
30! 20!
Ser parte
1979
1989
2009
“con el otro”
“En Global Infancia enten-
demos la participación como
un derecho humano, porque
contribuye a la construcción
de la identidad de las perso-
nas y de su subjetividad en
entornos culturales diversos,
y a la formación de actitudes
ciudadanas y de comunida-
des democráticas”
(Global Infancia - Extracto de la
definición de participación)
Me surgen dos preguntas al respecto. ¿Cómo
afecta a la participación de un niño o niña su
historia, sus relaciones diarias, su percepción
de sí, su valoración? Considero importante es-
tar atentos a los emergentes que van surgien-
do mediante el trabajo de lo grupal; estar para
contener y promover a la par de la formación
como ciudadanos un espacio para el desarro-
llo personal y grupal.
Es muy difícil pedir participación o que la gen-
te se haga cargo de sus procesos cuando no
se proponen alternativas donde estas dimen-
siones sean abordadas, donde cada uno pueda
verse como persona en relación a un entra-
mado social que condiciona, pero que a la vez
puede ser infinitamente recreado.
¿Nuestros acercamientos a los niños y niñas, a
los grupos organizados, lo hacemos para que
respondan a una figura funcional, a una for-
ma de concebir espacios de participación?, o
¿también queremos que esta participación sea
gestora de nuevos comienzos de hacer, pen-
sar y sentir, basándose en aproximaciones a
las visiones de mundo que se generan dentro
de un grupo de niños y niñas y su interacción
con los demás?
¿Cómo vemos a las comunidades, grupos, or-
ganizaciones, a los niños, niñas y adolescentes
con los que trabajamos?: ¿Como colectivo al
que ayudamos y mostramos “las claves” para
el desarrollo, o como co-creadores de su reali-
dad? Por ejemplo ¿enseñamos la participación
o buscamos integrar a nuestra mirada formas
preexistentes de hacer y participar; ¿partimos
de ellas y construimos nuevas formas?… ¿Son
fuente de información o sujetos comprometi-
dos con el abordaje de “sus-nuestros” proble-
mas y soluciones?
Si bien estamos ante una serie de preguntas,
siento que ellas nos invitan a mirar los pro-
cesos de participación como espacios desde
donde se construyen y articulan por medio de
los vínculos; vínculos humanos que van más
allá de la racionalidad y las formas prescritas
que pregonan un modelo “exitoso.”
Creo convencido, que la participación no debe
ser utilizada únicamente como una caja de he-
rramientas de métodos, un ejercicio técnico o
como una manera de movilizar el trabajo local
o las ideas, o inclusive como un proceso de
consulta. ¿Cómo podemos trascender estas
formas que en definitiva refuerzan las posicio-
nes jerárquicas entre los profesionales que sa-
ben y llevan la participación para el beneficio
de los grupos o las comunidades? Es impor-
tante para que la participación cobre sentido,
concebir el entorno político social y cultural
de las personas. Al trabajar estos aspectos es-
tamos trabajando también desde lo interno,
desde lo grupal, desde sus identidades.
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SECCIÓN COSTA RICA
A sa rio
ni ver
“A través de la participa-
ción son posibles el acceso al
cumplimiento de los derechos
humanos y un desarrollo res-
ponsable, autónomo y crítico
de ciudadanía”
(Global Infancia - Extracto de la
definición de participación)
De esta manera, hay y se puede crear con-
ciencia, y es ésta la que sostiene la acción y la
reflexión. Aquí podríamos también encontrar
y entender los porqués y cómos, y saltar de
una forma a otra. Si estamos de acuerdo en
que la persona “va siendo” en su entramado
social, familiar, de amistad, cultural, política,
recreativa, afectiva, no se puede descuidar un
acercamiento integral que comunique al co-
nocimiento, la emoción y la acción.
¿La palabra como hegemonía de
la participación?
Es común y recurrente ver que los espacios
de representación siguen en la mayoría de los
casos el mismo patrón, aquel que nos dictan
nuestros anteojos del perfil del líder, la buena
dicción, la facilidad de palabras, el que sobre-
sale a simple vista, que aparte de tener bue-
nas ideas las puede conversar tranquilamente.
Como resultado tenemos los espacios de
participación y formación centrados en ese
“don”, y se repiten una y otra vez, siempre los
mismos representantes, que por gozar de di-
cha capacidad centralizan en sí oportunidades
y nuevas experiencias.
Edición Especial en el marco de la celebración del
Pensamiento y Acción
boletín @ n•4-2009
Principio de Participación
Pareciera ser, y el grupo muchas veces lo sien-
te así, que está el indicado o la indicada para
ser dueño de los espacios de participación y
representación. Por supuesto, este proceso no
se da de manera “impositiva”, sino sutilmente
se van delimitando quiénes si y quiénes no.
Al relacionarnos desde aquí entramos en las
costumbres que rigen desde la mirada reduc-
cionista, desde lo dicotómico, desde la utilidad,
que inminentemente vienen asociadas a la je-
rarquización de los espacios de expresión.
También es común que los mismos adultos
que acompañamos estos procesos, fortalezca-
mos esta visión, claro, hemos sido parte de esa
misma formación y visión. De hecho, una de los
aspectos interesantes está en (re)conocernos,
en hacernos concientes de nuestra formación,
nuestros aprendizajes, lecturas, experiencias,
formación ideológica, que son importantes en
los abordajes que hacemos en torno a poder
construir “con el otro” procesos participativos.
Sin embargo, estamos hablando de “construir
con el otro” y esto implica incluir el recono-
cimiento de la historia del otro, lo cual no
puede ser dejado de lado en
el momento de propiciar la
participación. De otro modo
seguiremos construyendo
monólogos que responden
a una sola visón, una verdad,
y una sola forma.
Diego Germán Martínez
Programa Participación Global Infancia,
Paraguay
20 Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño
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Ser parte
1979
1989
2009
“con el otro”
“Este derecho tiene un ejer-
cicio progresivo mediatizado
por la edad, la experiencia,
el interés y las capacidades,
y cuenta con diferentes mo-
dalidades de expresión”
(Global Infancia - Extracto de la
definición de participación)
Al intentar deconstruir “la palabra como he-
gemonía de la participación”, me surgen varias
preguntas; ¿Qué tipos de líderes esperamos
que emerjan siempre? ¿Cómo facilitan o li-
mitan a la participación nuestros anteojos del
perfil del líder? ¿Cómo vemos a aquellos que
así como permanecen en silencio en cada re-
unión o en la clase, están presentes en cada
encuentro? ¿Cómo nuestras aproximaciones
a los grupos van estimulando la aparición de
algunas formas de participación con ciertos
tipos de liderazgos? (a pesar de que “enten-
damos” de que existen diversas formas de
participar). ¿Cómo nutrimos y estimulamos a
aquellos/as que no están precisamente dentro
de ese perfil de liderazgo que aprendimos?
La diversidad es la posibilidad de tener nuevas
miradas que ponen en movimiento las formas
acostumbradas, conocidas, aprendidas, como
en un ejercicio democrático y ciudadano que
invita a aprender con un otro, con una otra.
Cuando hablamos de diversidad hacemos alu-
sión a la inclusión, al desafío de permitir(se)
permear por el interjuego permanente de idas
y vueltas que nos lleva a crecer con otros.
Dar (se) esta posibilidad implica descentra-
mientos que desafían nuestras miradas y nos
ponen en situación de poder mantenernos
en movimiento hacia nuevas reconstruccio-
nes, que en definitiva nos desafían “el espacio
cómodo”. Cuando no nos animamos a este
descentramiento empezamos a tejer nuevas
hegemonías en las que solamente una forma
es la que se alza, entonces de qué estamos ha-
blando; estamos simplemente anulando a los
demás, permitiendo que la diversidad muera.
La participación, la formación de ciudadanía, la
vida organizativa de los grupos van mucho más
allá de la oralidad, animémonos a trabajar des-
de la expresión corporal, los escritos, cuentos,
poemas, mímicas, danzas; aquello que mueve a
cada persona desde su identidad, desde su po-
der ser sin tener que permanecer en la eterna
lucha por llegar a aquello que es premiado y
valorado desde la sociedad hoy. La posibilidad
está en poder hacernos perceptivos y dar con
aquello que mueve al niño o la niña.
Creo que podemos acordar de que este in-
tento de legitimar un modelo único y abso-
luto, crea un gran grupo de niños y niñas que
no entran dentro de él, por lo que a veces
involuntariamente se contribuye a una forma
más de exclusión que más tarde se van mani-
festando también en diferentes esferas de la
sociedad.
Pensar en la participación como construcción
desde el intercambio de saberes, experiencias
y reflexiones, que en su interacción producen
el conocimiento que ya no es de unos sobre
otros, sino de unos con otros, nos invita a
lanzaros hacia relaciones más horizontales,
aquellas que permiten que el conocimiento se
genere en ese espacio “entre”, en el cual no
existen jerarquías ni niveles.
Sin dudas, las miradas de las participaciones
van acompañadas de la diversidad de los in-
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SECCIÓN COSTA RICA
A sa rio
ni ver
tegrantes que hacen a un espacio, por eso,
resulta interesante que la retórica de la diver-
sidad no quede en eso, en una palabra vacía de
contenido, y plantearnos de que al hablar de
niños y niñas hacemos mención a niños con
discapacidad, trabajadores, en situación de ca-
lle, institucionalizados, privados de libertad, de
diferentes etnias, etc.; que en su interacción
replantean nuestros modelos sedimentados
y nos impulsan a seguir recreando nuestros
espacios y saberes seguros.
Este escrito está recorrido por muchas inte-
rrogantes, ya que creo que muchas veces son
las preguntas y no las respuestas acabadas las
que nos permitirán salir de los moldes que por
formación disciplinar tenemos y transitar por
la incertidumbre como un espacio de saber
desde donde dialogar y crear sostenibilidad a
lo que hacemos.
La incertidumbre es como la tierra fértil que
permite concebir desde diversos entrama-
dos las diferentes realidades y en definitiva
la que nos libera del corsé del conocimiento
disciplinario, permitiendo dar vuelo a nuestra
creatividad y comprender que el fluir es par-
te constitutiva de nuestro andar y dentro de
él también se encuentran las “verdades de la
participación”.
Y por último, cuando la dinámica de lo urgen-
te nos habita y se nos impone en demasiadas
ocasiones producto de necesidades reales,
nos invito a dar vueltas esta pregunta que po-
dría ayudar a seguir construyendo el diverso
espacio de la participación, hacia una sociedad
más inclusiva: ¿Cómo hacer que la mira-
da enfoque lo distinto cuando estamos
habituados y habitados por discursos y
prácticas que dictan mirar siempre lo
mismo?
Edición Especial en el marco de la celebración del
Pensamiento y Acción
boletín @ n•4-2009
Principio de Participación
La participación:
Transforma realidades
Parte esencial del
crecimiento
Afirma e impulsa
capacidades
Promueve la confianza
Karin van Wijk
Coordinadora General, DNI-Costa Rica
20 Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño
DNI
El principio de la Participación
CDN
30!
1979
20!
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desde las organizaciones:
2009
como medio y fin
Contar con la Convención
sobre los Derechos del
Niño es un importante
acontecimiento para la
historia de la humanidad.
Además de ser el instrumento
más ratificado en el mundo,
que abarca tanto los
derechos civiles y políticos,
como los económicos,
sociales y culturales de las
personas menores de edad,
se considera fundamental
porque marca un nuevo
periodo en el que se
reconoce a las personas
menores de edad como
sujetos sociales y activos
de derechos; es decir, se
reconoce que niños, niñas y
adolescentes pueden tener
un papel activo frente a
su realidad y que tienen
capacidad para contribuir en
el desarrollo propio, el de su
familia y de su comunidad.
Desde este enfoque; la participación aparece
como un principio que enfatiza su capacidad para
opinar según su grado de madurez y desarrollo
y, participar activamente en asuntos que afec-
tan sus vidas y las de sus comunidades, cuando
estos requieren de decisiones compartidas. Esto
no solamente implica que puedan expresar libre-
mente sus opiniones, pensamientos, sentimientos
y necesidades, sino que plantea la formación de
personas menores de edad, capaces de ejercer la
participación libre y responsable, en armonía con
su derecho a asumir un papel activo y protagóni-
co en su entorno.
La participación como derecho está directamen-
te plasmada en la Convención a través del dere-
cho a ser escuchado/a; a expresar su punto de
vista libremente, sobre todo asunto que les afec-
ta y que esta opinión sea tomada en cuenta para
tomar las decisiones; a la libertad de expresión,
pensamiento, manifestación religiosa y asociación
y al acceso a la información.
Está estrechamente relacionada con los demás
principios de la Convención, promoviendo el
interés superior de niños, niñas y adolescentes;
su desarrollo integral y la participación sin dis-
criminación. Pero también para que todos los
derechos de la Convención sean interpretados
y aplicados desde este principio.
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SECCIÓN COSTA RICA
A sa rio
ni ver
La participación es un
medio para transformar
realidades. Debe ser en-
focado como elemento
clave en el cumplimiento
y la exigibilidad de todos
los derechos humanos.
Desde la gestión de la idea de un proyecto, de
un programa, o de una ley, las personas afecta-
das por intervenciones en el desarrollo deben
ser incluidas en los procesos de decisión. A
través de toda acción, iniciativa o lucha, debe
garantizarse el reconocimiento de los niños,
niñas y adolescentes como actoras o actores,
ya sea de manera individual o como grupo
social. Según propone el Comité de los De-
rechos del Niño en su reciente recomenda-
ción 12; los niños, niñas y adolescentes deben
participar activamente en la concreción de sus
derechos, como por ejemplo el de la salud, la
educación y en temas como la economía y el
medio ambiente, no solamente como indivi-
duos, sino también como grupo.
Aunque la participación de las personas me-
nores de edad es concebida como un instru-
mento para lograr el alcance de todos los de-
rechos humanos, nunca debe perderse de vista
que es al mismo tiempo un fin en sí mismo. La
Edición Especial en el marco de la celebración del
Pensamiento y Acción
boletín @ n•4-2009
Principio de Participación
participación es inherente a la naturaleza del ser
humano ya que eleva la dignidad, las posibilida-
des de desarrollo y la realización de la persona.
Asimismo es una parte esencial del crecimiento
humano, que implica el desarrollo de autoconfian-
za, orgullo, iniciativa, creatividad, responsabilidad y
cooperación.
Participación y las
organizaciones
Mediante la traducción del paradigma actual en
acciones concretas, se ha promovido una trans-
formación estructural del contexto en que vivi-
mos, lo que ha planteado, desde las organizaciones,
exigencias cualitativamente diferentes y novedo-
sas. Es decir, el reconocimiento, el desarrollo y
el ejercicio de la participación de los niños, niñas
y adolescentes como un asunto cotidiano, como
parte integral de vida de la sociedad. Transciende
la escucha y el “ser tomado en cuenta”, para pa-
sar al intercambio de
información y el dia-
logo continuo entre
personas menores
de edad y adultos
sobre la base de
un respeto mutuo,
constituye no sola-
mente un eje para la
Karin van Wijk
construcción de una
Coordinadora General, DNI-Costa Rica
20 Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño
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desde las organizaciones:
2009
como medio y fin
sociedad respetuosa de los derechos humanos de
las personas menores de edad, sino que genera
retos para las organizaciones que trabajan con
esta población.
La participación de los niños,
niñas y adolescentes no debe
ser un acto momentáneo o
un acontecimiento aislado,
sino un proceso en el cual el
punto de partida es un inter-
cambio permanente entre
personas menores de edad y
personas adultas en el desa-
rrollo de políticas, programas
y medidas en todos los con-
textos relacionados con la
vida de las personas menores
de edad.
Siguiendo la misma lógica, las posibilidades de
participación de niños, niñas y adolescentes de-
ben partir desde su cotidianidad y ser adaptadas a
las condiciones sociales y psicológicas de acuerdo
a su edad, de manera que les permite sentirse có-
modos/as sin necesidad de adoptar determinados
papeles que no corresponden a su idiosincrasia.
Es decir que la participación de los niños, niñas y
adolescentes no se debe pensar desde la lógica de
los y las adultos, sino desde los intereses y posibi-
lidades de las personas menores de edad.
En este sentido, tanto el juego como la recreación
y el arte, que son una necesidad del ser humano,
y una forma natural de expresión de primera im-
portancia en la vida de los niños, niñas y adoles-
centes; que están en la vida cotidiana, permean su
tiempo a través del día, divierten y forman; y que,
además, son vistos por y para las personas me-
nores de edad como parte integral de sus vidas,
resultan ser muchas veces espacios y estrategias
idóneas para el ejercicio de la participación
En la práctica se ha demostrado que los modelos
participativos genuinos –como los señalados- dan
mejores resultados que los modelos tradiciona-
les paternalistas. No obstante, es común ver que
siguen habiendo prácticas y actitudes en las orga-
nizaciones, que impiden una participación real y
genuina. Prácticas y actitudes que se manifiestan
en la manipulación de los niños, niñas y adoles-
centes por parte de los adultos y la utilización de
las personas menores de edad “para decoración”
o de manera meramente simbólica.
Facilitar o promover participación a través de in-
formación, consulta, debate, decisión en conjunta,
no es una decisión meramente metodológica, sino
una decisión política . En este sentido se conside-
re importante institucionalizar la participación.
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SECCIÓN COSTA RICA
A sa rio
ni ver
Esto significa generar no solamente conciencia
respecto a las ventajas de la participación, sino
de hacer del avance de la participación una meta
central en los planes institucionales y un monito-
reo constante acerca de cómo están avanzando
estas metas de participación.
Debe lograrse un convencimiento real (funda-
mentalmente racional) de la organización y sus
funcionarios/as de la efectividad de la participa-
ción en la gestión y de los beneficios que esto
trae para la población meta, ya que implica cam-
bios en la estructura y en la manera de organizar-
se de las organizaciones.
Con la participación se mejora la intervención y
se atiende la necesidad intrínseca de ser humano
y de los niños, niñas y adolescentes en particular,
por lo que no debe ser enfocado como proble-
ma, sino como oportunidad. Asimismo, la parti-
cipación debe ser un punto de partida para las
orientaciones práctica en el trabajo con los niños,
niñas y adolescentes.
Hemos dicho que la participación no puede li-
mitarse a algunas etapas del proyecto, sino debe
estar presente en todo el ciclo del proyecto. Esto
significa que los niños, niñas y adolescentes están
presentes e involucrados/as desde la formulación
del proyecto o acción hasta la evaluación del mis-
mo. Para esto es importante tomar en cuenta que
se requiere una inversión extra de recursos, tanto
Edición Especial en el marco de la celebración del
Pensamiento y Acción
boletín @ n•4-2009
Principio de Participación
humanos como financieros, y que además habrá
necesidad de alargar los plazos. No es lo mismo
que la organización diseña una propuesta, basado
en su experiencia y diagnósticas previas a que se
realice un proceso con personas menores de edad
para detectar las necesidades, definir sus priorida-
des y formular junto a ellos/as una propuesta de
acción para dar una respuesta a estas carencias.
También el proyecto o la acción deben promover
la sostenibilidad, que fortalezca la posibilidad que
éste pueda seguir adelante en el tiempo. Por esto
es crucial que a través de la participación, los ni-
ños, niñas y adolescentes se apropian del proyec-
to o la acción, haciéndolo realmente suyo. Esto
movilizará esfuerzos para que el mismo avance,
además se creara una conciencia de protección
de sus concreciones, posibilitando a la vez que los
niños, niñas y adolescentes aprendan y vean crear
sus capacidades, lo que fortalecerá la posibilidad
de sostener el proyecto. Nuevamente ahí es im-
portante apuntar a
la disposición de la
organización ya que
significa la necesidad
de una estructura
horizontalizada
compartir el poder,
lo que podría impli-
car lidiar con posi-
bles resistencias a
Karin van Wijk
Coordinadora General, DNI-Costa Rica dar el control a los
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desde las organizaciones:
2009
SECCIÓN COSTA RICA
como medio y fin A sa rio
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niños, niñas y adolescentes sobre detalles de la El juego, recreación y el arte pueden y deben in- to ahora desde un proceso y con intencionalidad,
implementación. corporarse a las estrategias formales de partici- además de ser vistos como valores y derechos en
pación. sí mismos y como un producto.
Desde las organizaciones debe haber una claridad
y convencimiento acerca de las capacidades de Significa entonces que en vez de pensar solamen-
los niños, niñas y adolescentes, no solamente con- Participación a través del te en ejercicios de dinámicas dirigidas a que los
juego, recreación y el arte
siderándolos capaces de integrarse a procesos de niños, niñas y adolescentes verbalizan o escriban
diseño, gestión, control y evaluación, sino también El juego y el arte tienen grandes alcances, posibi- sus opiniones, podemos y debemos buscar alter-
de que a través de su participación la propuesta y litan la experimentación de vivencias con enorme nativas metodológicas que permiten una forma
la ejecución de los proyectos se enriquecen y se valor en sí mismas como son el goce y la diver- de expresión distinta, mas acorde a las vivencias
mejoran. Por el contrario, el fracaso de algunas sión; pero, además, pueden alcanzar propósitos de las distintas etapas de la niñez y adolescencia.
acciones y aun de proyectos completos podrían orientados no solamente al desarrollo propio de
En síntesis, la participación real de niños, niñas y
tener su explicación -parcial, al menos-, en la des- la persona: cuentan con el potencial para replan-
adolescentes requiere un repensar para las orga-
valorización de estas capacidades, lo que se hace tear las estructuras de poder, cambiar roles, llevar
nizaciones; no solamente con relación a la estruc-
notar por parte de los niños, niñas y adolescentes, a analizar las propias realidades, armonizar intere-
tura organizacional y a la manera cómo se conci-
quienes no se ven impulsados a involucrarse. ses individuales y por ende contribuir a la cons-
ben, gestionan, ejecutan y evalúan los proyectos y
trucción de ambientes y relaciones más democrá-
Hemos dicho también que la participación me- las acciones, sino en búsqueda de cambios institu-
ticas entre personas menores de edad y personas
jora la autoestima de los y las participantes, pro- cionales; cambios en el diseño de los proyectos y
adultas, lo que a la postre lleva al cambio social.
mueva la solidaridad y confianza en el grupo. En las acciones y en las metodologías a utilizar, de tal
estos tiempos de crisis económica, en donde se Por esto, la participación de los niños, niñas y ado- manera que se construyan espacios de encuentro
debe, más que nunca, mostrar los impactos de lescentes en las diferentes etapas del proyecto o entre las personas menores de edad y las perso-
las acciones realizadas, las organizaciones deben de la acción debe ser abordada, también, desde lo nas adultas que permite el dialogo en igualdad de
poder transmitir con claridad frente sus entes lúdico; mediante el juego, recreación y el arte, vis- condiciones.
donantes que la participación de
Esto, y seguro que mucho más, habrá que hacer,
niños, niñas y adolescente pro-
mueva valores como cohesión
Pero esto requiere, además de una ca- para que las organizaciones apliquen el principio
y pacidad de las personas adultos para de participación, promoviendo de esta manera la
social, clima de confianza y grado
construcción de un mundo en donde haya goce y
de organización, difíciles de me- leer adecuadamente estas formas de disfrute en el ejercicio pleno de todos los dere-
dir, pero factores fundamentales expresión y el contenido expresado. chos de todos los niños, niñas y adolescentes.
para la efectividad de la gestión.
Este es otro reto importante que de-
ben enfrentar las organizaciones.
Edición Especial en el marco de la celebración del
Pensamiento y Acción
boletín @ n•4-2009
Principio de Participación
Si aspiramos a construir
un país más pacífico y
prometedor para todos y
todas, es necesario facilitar
la participación activa, libre
y fecunda de las personas
menores de edad, (objetivo
político), lo cual nos
compromete como agentes
facilitadotes.
Jorge Delgado Salazar
Director Ejecutivo Dirección Nacional de
Prevención de la Violencia y el Delito/
Ministerio de Justicia
20 Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño
Una experiencia de
DNI CDN
30!
1979
20!
1989
2009
participación ciudadana
adolescente
¿Cuál es el contenido
y el alcance del princi-
pio de participación?
¿Que promueve el pro-
tagonismo de las per-
sonas menores de edad
en diversos espacios
de socialización, como
el hogar, la escuela y
la comunidad? Este
protagonismo va más
allá del ejercicio pe-
dagógico y ciudadano
de opinar y de que las
personas adultas les es-
cuchemos con respeto
y atención y tengamos
en cuenta sus puntos
de vista.
Se trata de derechos que deben materializarse
en otro que no es más que la prolongación
de los dos anteriores, porque representa un
despliegue de iniciativas vinculadas con pro-
yectos de diversa índole, relacionados con su
aporte a la vida en familia, a la dinámica y a
las necesidades escolares, además de la acción
comunal. Es aquí, justamente, donde pueden
mostrarse con más vigor frente a las personas
adultas, las organizaciones y las instituciones
llamadas a ser facilitadoras del desarrollo de
una cultura inclusiva, que les reconozca como
ciudadanos y ciudadanas en plena formación.
La promoción de esta nueva cultura, se perfiló
desde el mismo momento en que la Asamblea
General de la Naciones Unidas aprobó el 20
de noviembre de 1989 la Convención de los
Derechos del Niño. Ahí se iniciaron cambios
de orden legal y cultural relacionados con la
situación de la niñez y la adolescencia en todo
el mundo.
Se instaura así la Doctrina de la Protección
Integral, que reconoce a las personas menores
de edad, como sujetos activos de derechos y
deberes.
La Convención constituye en este sentido, la
carta de ciudadanía de las personas menores
de edad de todo el mundo.
Costa Rica la ratificó en 1990 y el 11 de di-
ciembre de 1997, la Asamblea Legislativa apro-
bó El Código de la Núñez y la Adolescencia,
cuyo texto fue publicado en la Gaceta Nº 26
del seis de febrero de 1998. El Código es la
adaptación del contenido de la Convención a
la realidad costarricense.
Esto marcó el inicio en Costa Rica de ac-
ciones orientadas a divulgar el contenido y
los alcances de estos instrumentos legales y
a promover cambios culturales y sociales a
favor de los niños, niñas y adolescentes, para
sintonizar la legislación costarricense con los
principios de la Doctrina de la Protección In-
tegral.
Desde las instituciones se inicia un trabajo
sostenido derivado de la obligación de di-
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SECCIÓN COSTA RICA
A sa rio
ni ver
vulgar ampliamente los alcances de toda esta
normativa, en procura de promover el desa-
rrollo de una cultura de reconocimiento y de
respeto de los derechos de las personas me-
nores de edad, que desde entonces ha dado
lugar a una gran diversidad de campañas
y proyectos emprendidos tanto por organiza-
ciones no gubernamentales como por institu-
ciones estatales.
Es en este contexto enmarcado en 1998, la
Red Nacional de Jóvenes para la Prevención
de la Violencia en el Sector de Educación
Secundaria, surge como una respuesta al de-
recho de los y las adolescentes de participar
activamente en asuntos que son de su interés.
Esta experiencia, es la que nos sirve para fun-
damentar el contenido del presente artículo,
mediante el cual queremos mostrar algunas
lecciones, derivadas del trabajo con adoles-
centes de enseñanza secundaria.
Red Nacional de Jóvenes
La Red se conformó en el marco de una ini-
ciativa que contó en aquel momento, con el
respaldo de UNICEF, denominada “Foro Na-
cional de Prevención/ perspectiva del sector
educativo”. Este fue un espacio de reflexión
en donde participaron estudiantes de distin-
tos niveles y de diversas regiones del país, así
como de profesoras, profesores y directores
de colegios y liceos con el afán de analizar ma-
nifestaciones de violencia que se presentaban
en ese momento en comunidades de la Gran
Área Metropolitana, GAM.
Desde su inicio, contó con el aval del
Ministerio de Educación Pública. Fue el primer
Edición Especial en el marco de la celebración del
Pensamiento y Acción
boletín @ n•4-2009
Principio de Participación
componente del Plan Nacional de Prevención
de la Violencia en y desde el Sistema Educativo,
vigente desde el año 2002.
La experiencia inició con 30 centros educa-
tivos y 80 jóvenes. A la fecha, la Red está
integrada por 135 centros educativos y 700
muchachos y muchachas. Está presente en las
21 Direcciones Regionales de Enseñanza del
Ministerio de Educación Pública y en 62 de
los 81 cantones del país.
La Red está concebida como un espacio de
participación real para los y las jóvenes que la
integran, apostando al fomento de su protago-
nismo en un marco de respeto a sus opinio-
nes sobre todos aquellos asuntos que son de
su interés . Para ello, cuentan con el apoyo y
acompañamiento de profesionales en orienta-
ción, que fungen como enlace entre el centro
educativo y la Dirección General para la Pro-
moción de la Paz y la Convivencia Ciudadana
(DIGEPAZ)/ Ministerio de Justicia.
El ingreso a la Red está dado por el interés
del/la joven de participar, de representar a su
institución en este espacio
de trabajo, el respaldo de
sus padres/madres o per-
sonas encargadas, el aval
del centro educativo, su
motivación y capacidad de
transmitir a otros/otras lo
que aprende.
Se trata de estudiantes
promedio, con interés de
aprender y contribuir al de-
Jorge Delgado Salazar
sarrollo de una cultura de
Director Ejecutivo Dirección Nacional de
Prevención de la Violencia y el Delito/ prevención de la violencia,
Ministerio de Justicia
que se afinque en los cen-
tros educativos, en sus fami-
lias y en sus comunidades.
20 Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño
DNI CDN
30!
1979
20!
1989
El Derecho a una
2009
Educación Intercultural
Deben ser personas con deseos de socializar
lo que aprenden, con deseos de ejercer un li-
derazgo y marcar la diferencia en la forma de
asumir los desafíos cotidianos, en particular,
aquellos relacionados con la prevención de la
violencia y la promoción de la paz social.
Sus integrantes responden a los principios del
respeto a la diversidad cultural, de la condi-
ción de ciudadano/a de toda persona humana,
el derecho al disenso y de participar activa-
mente en todos aquellos asuntos que sean de
su interés.
Durante el encuentro con Honorarios,
“La Red unos años después” que se realizó
hace cuatro años, los y las participantes con
su concurso y experiencia, definieron “los
principios orientadores para participar en la
Red Nacional de Jóvenes para la Prevención
de la Violencia”, que mantienen a la fecha su
vigencia y que se trabajan permanentemente
con los y las jóvenes durante actividades for-
mativas y de capacitación como talleres, foros,
cine foros y campamentos. Los principios son
los siguientes:
1. Todo ser humano tiene derecho a ser
respetado y atendido debidamente sin
distinción alguna.
2. Los y las jóvenes tiene el derecho y el
deber de denunciar el maltrato y el abu-
so en cualquiera de sus expresiones.
3. Las niñas, los niños y adolescentes, no
tiene que sentirse intimidados ni ame-
nazados por decir la verdad.
4. Ninguna persona tiene derecho a abu-
sar o maltratar a las demás personas,
bajo ninguna circunstancia.
5. Pare esta en la Red, hay que ser una per-
sona con ganas de marcar la diferencia,
de una forma siempre positiva, tener la
disponibilidad y adquirir esa responsabi-
lidad.
6. Se debe tener o buscar una visión más
amplia del mundo… Tener una mentali-
dad abierta para buscar un cambio posi-
tivo.
7. Se debe tener interés por eliminar y
prevenir la violencia, además de predi-
carlos con el ejemplo.
8. Se debe adquirir el compromiso de di-
vulgar la información que se reciba, sin
ninguna distinción.
Un aspecto relevante de esta iniciativa de
participación adolescente, es el hecho de que
la misma constituya un componente del Plan
Nacional de Desarrollo 2006-2010, al consi-
derarla como un Programa que contribuye no
sólo al fortalecimiento del protagonismo ado-
lescente, sino a crear condiciones para mejo-
rar las relaciones entre las personas menores
de edad y las personas adultas (padres, madres
de familia, tutores, profesores, profesoras), lo
cual va en beneficio del mejoramiento de las
relaciones intergeneracionales.
Pese al estatus que se le ha dado a la Red, al
ser parte del plan de desarrollo, no se ha tra-
ducido en un incremento de recursos huma-
nos y financieros para ampliar su cobertura
e impacto a nivel nacional.
Por esa razón fue necesario buscar el apoyo
de la Municipalidades, algunas de las cuales han
reaccionado de excelente forma, aportando
recursos financieros y logísticos para realizar
encuentros de trabajo con los y las jóvenes de
los colegios de su jurisdicción y más allá, que
están adscritos a la Red. Tal es el caso de las
Municipalidades de San José, Cartago, Turrial-
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SECCIÓN COSTA RICA
A ver sa rio
ni
ba, Alajuela, Heredia, Limón, Puntarenas, San
Carlos y Liberia.
Para el próximo año, está confirmado el apo-
yo de la Municipalidad de Corredores en el
sur-sur del país, mientras otras estudian nues-
tra propuesta. En este esfuerzo, se trata de
convencer a las autoridades municipales para
que inviertan recursos en programas soste-
nibles para las personas menores de edad y
los y las jóvenes, sabidos que ellos y ellas
constituyen el recurso más valioso con el
que cuentan nuestras comunidades y el país
en su conjunto.
Paralelo a esta estrategia se ha fortalecido
el proceso de regionalización de la Red, que
emprendimos hace poco más de cuatro años,
debido al crecimiento del Programa. En la ac-
tualidad, la Red tiene las siguientes sedes re-
gionales: San José, Heredia, Alajuela, Turrialba,
San Carlos, Liberia, Puntarenas, Limón, San
Isidro de Pérez Zeledón y Ciudad Nelly. En
cada uno de estos lugares, se cuenta con la
colaboración de diversas instituciones inclui-
das algunas municipalidades y universidades
públicas y privadas que facilitan espacios para
la realización de encuentros y talleres de tra-
bajo con los y las jóvenes que pertenecen a
la Red.
Si aspiramos a construir un país más pacífi-
co y prometedor para todos y todas, es ne-
cesario facilitar la participación activa, libre
y fecunda de las personas menores de edad,
(objetivo político), lo cual nos comprome-
te como agentes facilitadotes. Este desafío
debe estar orientado al fortalecimiento de la
práctica y la vida en democracia, ejerciendo
plenamente los derechos y deberes, que es al
fin y al cabo lo que hace que una sociedad sea
más gobernable.
Edición Especial en el marco de la celebración del
Pensamiento y Acción
boletín @ n•4-2009
Principio de Participación
“El problema no está en
la ausencia de niños, ni-
ñas y adolescentes capa-
ces, sino más bien, en la
ausencia de adultos ca-
paces e interesados en
comprender y compartir
pensamientos, ideas, opi-
niones, acciones o pro-
yectos con las personas
menores de 18 años”
Anónimo
20 Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño
DNI CDN
30!
1979
20!
¿QUÉ ES PARTICIPACIÓN Y CÓMO
1989
2009
RESPONDEN LAS Y LOS ADOLESCENTES?
PROYECTO ENTRE COMPAS ALAJUELITA
Los derechos humanos de niñas, niños y
¿Qué es participación? adolescentes van más allá de cubrir las ne-
cesidades básicas de alimentación, cuido y
protección. Tienen que ver con reconocerles
Expresar ideas y respetarles como personas únicas e irre-
petibles; con motivaciones, deseos, intereses
Es oportunidad e inquietudes individuales. Cada niña, niño y
adolescente tiene derechos y responsabilida-
Poder hablar des en cuanto ser humano.
Hacer valer mis derechos En este sentido la participación debe visua-
lizarse como un elemento o una condición
Sentirme vivo no sólo necesaria sino imprescindible para
el ejercicio de los derechos de las personas
Ser independiente menores de edad. Cuando a las niñas, niños
y adolescentes se les facilita o se les da las
Poder ser yo condiciones y los espacios de participación,
ellas y ellos se convierten en protagonistas de
su propia historia dado que, emergen repen-
tinamente sus talentos, cualidades, habilidades
y destrezas.
Ante la pregunta que es
participación? Las y los
adolescentes respondie-
ron así…
“Participación es una forma de ex-
presar nuestras ideas y muchas ve-
ces sentirnos parte importante de
algún grupo”
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SECCIÓN COSTA RICA
A ver sa rio
ni
“Es tener la oportunidad que las
personas mayores respeten nues-
tras opiniones y decisiones y no nos
juzguen por nuestras acciones.”
“Para mí participación es tener
poder… poder para hablar lo que
pienso y siento…”
“Participar es hacer valer mis dere-
chos para poder dar mi opinión”
“Para mí participación es el espacio
que nos dan en el DNI”…
“Participación es sentirme vivo, no
ignorado, es ser feliz porque puedo
ayudar..”
“Cuando participo soy independien-
te, me siento importante…”
“Participar es divertirse, es alegrar-
se, es compartir con los “Compas”,
es convivir con los demás, es no sen-
tirse rechazado…”
“Participar es comprometerse, com-
partir y tener la oportunidad de ser
escuchado…