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Un agroecosistema es un sitio de producción agrícola, por ejemplo una parcela, visto como un
ecosistema.
Es la manera de hacer agricultura aprovechando todos los recursos que tenemos en nuestra finca,
(como los abonos de los animales para mantener el suelo fértil; la siembra de árboles y arbustos
para proteger a los cultivos por el viento o la lluvia; etc.) Mediante estas prácticas se pueden
obtener productos agropecuarios para satisfacer parte de nuestras necesidades, pero
conservando los recursos naturales tal como lo hacían nuestros antepasados, es decir los
agricultores tradicionales.
Agroecosistemas sostenible
Agroecología, procesos ecológicos en agricultura sostenible Stephen R. Gliessman, 2002, LITOCAT, Turrialba, Costa Rica.
La agroecología se basa en aplicar conceptos y principios ecológicos con el fin de optimizar las
interacciones entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente, teniendo en
cuenta, al mismo tiempo, los aspectos sociales que deben abordarse para lograr un sistema
alimentario justo y sostenible. Mediante la creación de sinergias, la agroecología puede apoyar la
producción de alimentos y la seguridad alimentaria y la nutrición a la vez que restaura los servicios
ecosistémicos y la biodiversidad que son esenciales para una agricultura sostenible. Puede
asimismo desempeñar una función importante en el fomento de la resiliencia y la adaptación al
cambio climático.
Diseño
Manejo orgánico del suelo
Incremento de la materia orgánica
Policultivos
Cultivos de cobertura
Rotaciones
Corredores, etc.,
http://www.fao.org/agroecology/overview/es/
file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/agroecologa%20_gazzano_%20fiesta%20de%20la%20semill
a%20_2015.pdf
La agroecología, disciplina que provee las bases científicas y metodológicas para estudiar, manejar
y evaluar Agroecosistemas de una manera holística, ha emergido como una opción tecnológica
válida para el manejo de los recursos naturales puestos que, entre otras cosas, incorpora acciones
sociales colectivas de carácter participativo, permitiendo el diseño de sistemas agrícolas
sostenibles como pilar de desarrollo que apunta a la raíz de la crisis ecológica y social de la
agricultura campesina e industrial-capitalista en la región (Altieri y Nicholls, 2000). En este sentido,
la agroecología no solo se centra en la producción de cultivos sino en la sostenibilidad ecológica,
socioeconómica y cultural del sistema de producción.
En la búsqueda para reinstalar una racionalidad más ecológica en la producción agrícola, los
científicos y promotores han ignorado un aspecto esencial o central en el desarrollo de la
agricultura más autosuficiente y sustentable: un entendimiento más profundo de la naturaleza de
los Agroecosistemas y de los principios por los cuales estos funcionan. Dada esta limitación, la
agroecología emerge como una disciplina que provee los principios ecológicos básicos sobre cómo
estudiar, diseñar y manejar agroecosistemas que son productivos y a su vez conservadores de los
recursos naturales y que además, son culturalmente sensibles y socialmente y económicamente
viables (Altieri 2011).
El diseño de tales sistemas está basado en la aplicación de los siguientes principios ecológicos
(Reinjntjes et al., 1992):
Estos principios pueden ser aplicados a través de varias técnicas y estrategias. Cada una de ellas
tiene diferente efecto sobre la productividad, estabilidad y resiliencia dentro del sistema de finca,
dependiendo de las oportunidades locales, la disponibilidad de recursos y, en muchos casos, del
mercado. El objetivo último del diseño agroecológico es integrar los componentes de manera tal
de aumentar la eficiencia biológica general, y mantener la capacidad productiva y autosuficiente
del agroecosistema.
La idea es diseñar una trama de agroecosistemas dentro de una unidad de paisaje, miméticos con
la estructura y función de los ecosistemas naturales.
Los diseños deben abordarse desde una perspectiva tridimensional, es decir, mirar el sistema
productivo, la finca y el entorno ambiental (mercado, políticas, instituciones, tecnología, asistencia
técnica, entre otros factores), como un todo y no separado de su realidad: enfoque sistémico.
El límite mínimo del diseño agroecológico es el sistema finca y no el sistema productivo. A partir
de la finca, se construyen los diseños y el sistema productivo va a depender de la estructura
ecológica de la finca (principio de inmunidad: anticiparse al cambio).
Análisis de contexto.
Los diseños agroecológicos son propios de cada contexto y cada contexto tiene sus
particularidades desde cada dimensión de la sostenibilidad: lo cultural, lo ecológico, lo político, lo
productivo, lo económico, entre otros.
De esta manera, definimos que los diseños agroecológicos se construyen a partir del análisis de
contexto y de las necesidades puntuales existentes por los productores (social – cultural) que en
últimas son los responsables y dolientes directos de los procesos agrarios en cada región.
Evaluación de la biodiversidad
Luego de realizar el análisis del contexto “finca”, se evalúa la estructura de biodiversidad con el fin
de insertar procesos que fortalezcan la inmunidad del sistema mediante las estructuras ecológicas
que son:
Biodiversidad funcional:
Es un concepto asociado al beneficio que prestan las estructuras de especies arbóreas y arbustivas
y la incorporación de materia orgánica como fuente principal del equilibrio de organismos vivos,
en la conservación del suelo, aguas y al control natural de plagas y enfermedades.
Biodiversidad productiva:
Biodiversidad auxiliar:
Concepto establecido a aquellas estructuras ecológicas adicionales, que permiten una barrera de
beneficios en el sistema productivo para el control natural de plagas y enfermedades (principios
de alelopatía, por ejemplo), aumento de controladores y aumento de la riqueza nutritiva del suelo
(leguminosas rastreras).
Es tanto o más importante entender cuando un agroecosistema deja de ser sostenible que
cuando éste se vuelve sostenible. Un agroecosistema puede dejar de ser considerado como
sostenible cuando ya no puede asegurar los servicios ecológicos, los objetivos económicos y los
beneficios sociales, como resultado de un cambio o una combinación de cambios en los siguientes
niveles:
QUÍMICA ANALÍTICA
Métodos ópticos
Métodos ópticos
Los métodos espectroscópicos se basan en la propiedad que tienen las moléculas, los átomos y los
iones de absorber o emitir radiación electromagnética a una determinada longitud de onda.
Los usos típicos abarcan desde pruebas de aseguramiento de la calidad hasta mediciones de
desarrollo de producto de textiles, colorantes, papel y vidrio. Descripción La espectroscopia
ultravioleta-visible o espectrofotometría ultravioleta-visible se refiere a la espectroscopía de
absorción o espectroscopía de reflectancia en la región espectral del UV-vis. Esto significa que usa
luz de la región visible y las adyacentes (cercano UV y cercano IR). La absorción o reflectancia en el
visible, afecta directamente el color percibido de las especies químicas involucradas. En esta
región del espectro electromagnético las moléculas llevan a cabo transiciones electrónicas. La
espectroscopia ultravioleta-visible se usa rutinariamente en química analítica para la
determinación cuantitativa de diferentes analitos, tales como iones de metales de transición,
compuestos orgánicos altamente conjugados y macromoléculas biológicas. Los análisis
espectroscópicos normalmente se llevan a cabo en solución, pero también pueden estudiarse
sólidos usando la esfera de integración. Esta técnica se usa comúnmente para aplicaciones de
recubrimientos reflejantes y anti-reflejantes; corrección de color de recubrimientos, y para
caracterizar filtros UV, Vis y NIR.
Las técnicas analíticas UV-Visible han recibido gran aceptación debida, entre otras a las siguientes
razones:
Aparatos:
En todo espectrofotómetro podemos encontrar:
Fuente de radiación: una simple bombilla con filamentos de tugsteno puede servir como fuente
de radiación para trabajar en la región del visible.
Para la región del ultravioleta se unas como fuente de radiación un tubo de descarga en el que se
encuentra un gas (hidrógeno o deuterio). Estas lámparas se agotan con el tiempo y es necesario
tomar la precaución de apagarlas si no se utilizan.
Selector de color de onda: se puede utilizar simples vidrios coloreados como son los filtros. A los
aparatos que utilizan filtros se le denomina fotómetros. Los filtros se eligen del color
complementario a la solución. Si tenemos una solución de color verde (amarillo+ azul), elegimos
un filtro de color rojo que es el complementario del verde.
También se puede utilizar un monocromador una red de difracción, que consta de una rejilla que
dispersa la radiación incidente. Las rejillas de difracción llevan del orden de 6000-12000 líneas
(muescas) por cm. Se selecciona y se separa esta radiación con rendijas y espejos cóncavos para
obtener una radiación monocromática.
Recipiente para la muestra: son cubetas de cuarzo o de vidrio de alta calidad. En general son de un
ancho de 1 cm, aunque puede haber de 2 y 0.5 cm. También existen cubetas de plástico, pero sólo
sirven para trabajar en el visible, no deben utilizarse cuando se trabaja en la región del
ultravioleta.
Detector de radiación: en los espectrofótometros actuales se emplean los fototubos, que son
múltiples células fotoeléctricas que multiplican la radiación incidente.
Simple haz: la radiación procedente de la fuente de radiación incide sobre la muestra o sobre el
disolvente (blanco). La posición de la cubeta se cambia para hacer la medida.
09228228657
Espectrofotómetro de absorción atómica
Principios básicos:
La longitud de onda a la que un átomo absorbe la radiación es específica para cada elemento
(ejemplo: en una muestra que contiene NI y Cu en solución expuesta a radiación de lámpara de
niquel, solo los átomos de níquel registrarán absorbancia).
La cantidad de luz absorbida por una muestra puede ser comparara con la cantidad de luz
absorbida por estandars.
A los químicos les interesa conocer la masa de reactivos que necesitan para obtener una
cantidad de producto determinada en una reacción química, o la cantidad de producto
que pueden obtener a partir de una determinada cantidad de reactivos. Los cálculos que
hay que hacer para resolver estas cuestiones se llaman cálculos estequiométricos.
En una reacción química siempre se conserva la masa, de ahí que una cantidad específica
de reactivos al reaccionar, formará productos cuya masa será igual a la de los reactivos. Al
químico le interesa entonces la relación que guardan entre sí las masas de los reactivos y
los productos individualmente.
Los cálculos que comprenden estas relaciones de masa se conocen como cálculos
estequiometricos.