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Índice

120-Diciembre 2018

Un knock-out en cuatro rounds


Fernando Molina
6
Temas de desarrollo e institucionalidad en América
Latina
Luis Verdesoto, Gloria Ardaya
18
Movimientos “21 F”: Hegemonía partidaria y
contrapeso
Rocío Estremadoiro Rioja
46
Los abusos sexuales contra menores en la
Iglesia son una herida en el cuerpo de Cristo
Daniel Mercado, SJ..
58
De cascos viejos a centros históricos:
resignificando tiempos y espacios
Fernando J. Garcia Barros
68
Un sínodo sobre los jóvenes
80
- Introducción
Víctor Codina, SJ. 81
- Resumen del documento final
Paolo Ondarza e Isabela Piro 82
Dirección
Silvia Guzmán R.
Consejo editorial
Xavier Albó, Carmen Beatriz Ruiz, Victor Codina,
Maria Teresa Zegada, Yuri F. Torrez, Gabriela Canedo, Sergio Montes.
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ISSN: 2226-1281

Cuarto Intermedio no comparte necesariamente las opiniones de los autores.


Se autoriza la reproducción de los textos siempre y cuando se cite la fuente
y se envíen dos ejemplares a Cuarto Intermedio.
Editorial
Cuarto Intermedio

A l cuarto día del mes de diciembre de este año, el Tribunal


Supremo Electoral (TSE) habilitó al presidente Evo Morales
y al vicepresidente Álvaro García Linera para que se postulen
en las elecciones primarias de 2019, pese a los resultados
del referendo del 21 de febrero. Estos últimos años vivimos
en el país una serie de arbitrariedades y contradiscursos que
afectan directamente a la democracia y a la estabilidad del
país.
En el presente número les presentamos un artículo de Rocío
Estremadoiro, quien analiza la lucha de diversos colectivos
y plataformas ciudadanas que se esfuerzan por defender la
democracia en nuestro país y también las tácticas que el
gobierno ha usado para mantenerse en el poder. Este artículo
llegó antes del cuatro de diciembre, Estremadoiro mencionaba
ya que lo peor para nuestra fragmentada democracia hubiese
sido que el TSE habilitara al binomio del MAS. Lastimosamente,
eso ha sucedido.
Por otro lado, para que quede en nuestra memoria histórica,
les ofrecemos un artículo sobre el tema marítimo que tanta
controversia ha ocasionado en nuestro país. En octubre de
este año, la Corte Internacional de Justicia ha rechazado todos

3
los argumentos que había presentado Bolivia. Fernando
Molina revisa paso a paso este proceso desde que fue
iniciado el 2015, haciéndonos notar que hubo una excesiva
confianza e ingenuidad frente a este tema.
Los diferentes contradiscursos que vivimos en el país
son también vivenciados a nivel latinoamericano. Luis
Verdesoto y Gloria Ardaya sitúan a Bolivia en la región y ven
que la corrupción y el extractivismo son una ola que afecta
diferentes países de América Latina. Por otro lado, sitúan a
China como un factor importante en el desarrollo regional,
pero con fuertes ambigüedades.
Pasando a otro tema, más doloroso para la humanidad,
les presentamos un artículo sobre el abuso sexual de
menores. Daniel Mercado enfatiza que este abuso es una
manifestación del abuso de poder que daña en lo más íntimo
al ser humano y se expresa claramente en lo exterior, por
lo tanto, debemos estar atentos a las diferentes señales
y cambios que se manifiestan en nuestros menores y se
debe tomar muchas previsiones en las instituciones que
albergan a niños y niñas.
Otro artículo de este número se refiere a las gestiones
que se hace por la conservación de centros históricos.
Fernando García presenta los avances logrados en
diferentes ciudades del mundo, y remarca el descuido que
en los últimos años se ha tenido en el país respecto a la
preservación del patrimonio histórico.
Para finalizar, queremos compartir también por este medio
un resumen de las conclusiones del Sínodo sobre los jóvenes
que se ha llevado a cabo este año dentro de nuestra Iglesia.
La intención del Papa fue conocer las diferentes situaciones
y problemáticas que viven nuestros jóvenes para poder
acompañarlos de la mejor manera posible y no ser ajenos
a sus voces y necesidades. El P. Víctor Codina, SJ. comenta que
una de las características de este sínodo ha sido “escuchar”.
Escuchar sin juzgar. Actitud que debemos practicar en todos
los niveles de nuestra cotidianeidad. Actitud que ahora más
que nunca es necesaria para dialogar y acercarnos al otro que
piensa distinto. Nuestro país está viviendo procesos complejos
y contradictorios, que la escucha y el respeto primen en
nuestros diálogos.
Que este nuevo número sea de su agrado y nos ayude a hacer
un “Cuarto Intermedio”.

Diciembre - 2018
Cochabamba - Bolivia
Un knock-out en cuatro
rounds
www.paginasiete.bo
Fernando Molina
Periodista y escritor. Colabora con periódicos y revistas nacionales e internacionales.

E l primer round fue en mayo de 2015. Abogados de Bolivia y


Chile comparecieron ante la Corte Internacional de La Haya
y presentaron alegatos a favor y en contra de que esta Corte
se declarara competente para analizar una demanda en contra
de Chile, que buscaba obligar a este país a negociar “de buena
fe” la salida “soberana” de Bolivia al mar.
Chile trataba que la demanda no fuera admitida, con el
argumento de que la misma afectaba el tratado de límites que
ambos países firmaron en 1904, siendo que la jurisdicción de
la Corte corre desde 1948 en adelante. Por su parte, Bolivia
aseguraba que su demanda, presentada en 2013, no pretendía
cuestionar este tratado de límites y en cambio se originaba
en los “derechos expectaticios” que generaron a su favor
los ofrecimientos realizados por Chile a lo largo del tiempo
para resolver el diferendo marítimo entre ambos países. En
particular se refería a la “negociación de Charaña” (una pequeña
población fronteriza que se hizo célebre por el encuentro
en ella, en 1975, de los dictadores Augusto Pinochet y Hugo
Banzer), en la que Pinochet ofreció a Bolivia un corredor hacia
el océano Pacífico, sobre la frontera chileno-peruana, a cambio
de la misma cantidad de territorio boliviano. La negociación
fracasó por la resistencia de la población boliviana al canje
territorial y por la simultánea oposición del Perú, que gozaba
de derecho de veto, puesto que el territorio chileno que iba a
traspasarse a Bolivia había sido peruano antes de la Guerra
del Pacífico.

7
Chile alegó ante la Corte que los ofrecimientos que había
hecho, pero que no habían acabado en un acuerdo entre
partes, no podían generar derecho alguno, ya que si lo hubieran
hecho se restringiría la facultad de los países de explorar
soluciones innovadoras a sus problemas internacionales, y se
los condenaría a seguir un libreto invariable. Bolivia aprovechó
el hecho de que, hasta entonces, la Corte había rechazado
mayoritariamente las objeciones de incompetencia que
se habían presentado en su contra. Pese a ello, Chile había
intentado el recurso, porque consideraba –un punto importante
que entonces los bolivianos no valoraron como debían–que la
demanda boliviana tenía una naturaleza “osada” respecto a los
cánones del derecho internacional.
En ese momento, ambos países enviaron a La Haya a sus
cancilleres y a equipos de diplomáticos, parlamentarios y
juristas nacionales e internacionales. La delegación boliviana
contaba con dos ex presidentes. Los alegatos se transmitieron
en vivo por televisión para las dos naciones. El presidente
Evo Morales ordenó embanderar las casas durante toda
la semana, para mostrar el respaldo de la población a sus
representantes ante la Corte Internacional. En Chile, una
encuesta de la Universidad del Desarrollo estableció que el 49%
de los habitantes creía que este país volvería a perder esta
vez, como ya perdió un juicio anterior con el Perú en torno al
territorio marítimo fronterizo, el cual devolvió a la soberanía
peruana 50 mil kilómetros cuadrados de mar. Este juicio, que
se ventiló entre 2008 y 2014, era el antecedente directo de
la demanda boliviana, que Evo Morales anunció en marzo de
2011, al mismo tiempo que declaraba fracasada la negociación
bilateral sobre 13 puntos, entre ellos el marítimo, que había
iniciado con Michelle Bachelet durante la primera gestión de la
mandataria chilena. El Gobierno boliviano aseguró que durante
esta negociación Bachelet le hizo otra oferta de una salida
soberana al mar, lo que Santiago negó. En todo caso, durante

8 Un knock-out en cuatro rounds


el tiempo que duró la negociación de los 13 puntos se produjo
un deshielo sin precedentes de las relaciones entre ambos
países, que están formalmente rotas desde 1978, fecha en la
que el diálogo de Charaña naufragó.
Desde 2011, las acusaciones mutuas y el distanciamiento entre
Bolivia y Chile habían escalado sin cesar. El gobierno boliviano
había promovido una campaña de reivindicación nacionalista
que incluía la obligación de cantar el “Himno al mar” en cada
acto oficial, la realización de concursos culturales y artísticos
en torno a la cuestión marítima, y el estudio en las escuelas de
un libro oficial sobre la evolución del reclamo boliviano desde
1879, año en que Bolivia participó en la Guerra del Pacífico. El
gobierno de Morales también se volcó al exterior, ayudado
por el “portavoz de la causa”, el expresidente Carlos Mesa,
para difundir los argumentos de su demanda; esto le mereció
la crítica chilena, que consideraba la campaña boliviana
“comunicacional” antes que jurídica. Simultáneamente, las
voces favorables a atender la exigencia boliviana, que siempre
fueron minoritarias pero audibles en el escenario político
chileno, fueron desapareciendo, silenciadas por la amargura
general porque, a causa de Bolivia, Chile estuviera nuevamente
metido en un pleito internacional.

Segundo round
“Es un día inolvidable: sabíamos que tarde o temprano se
iba a hacer justicia”, dijo el presidente Evo Morales el 24 de
septiembre de 2015 después de enterarse de que la Corte se
declaró competente para tratar la demanda. Morales también
felicitó al pueblo boliviano, porque “nunca ha claudicado” en
su causa, y agradeció los gestos de solidaridad con Bolivia, en
especial los que provinieron de ciudadanos chilenos.
Una hora antes, Morales y su gabinete, que veían por televisión
el informe del presidente de la Corte Internacional, Ronny

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Abraham, estallaron en aplausos cuando este concluyó que,
por 14 votos a dos, esta Corte rechazaba la objeción chilena
sobre su competencia en el litigio iniciado por Bolivia en 2013,
y que por tanto este seguiría su curso. Al mismo tiempo, un
grupo de estudiantes de escuelas públicas y de representantes
de organizaciones sociales bolivianas y chilenas festejaban en
la plaza Murillo de La Paz. Similares celebraciones, organizadas
por las autoridades, se realizaban simultáneamente en cada
capital del país. Los niños agitaban banderas y había discursos
y bailes. Por doquier se escuchaba el “himno al mar”.
En varios puntos de La Paz se montaron pantallas gigantes
para ver la transmisión de la televisión estatal, cuyos
presentadores se mostraron “estremecidos” y “emocionados
hasta las lágrimas” porque Bolivia “había ganado” en La Haya,
logrando que la Corte siguiera comprometida en el proceso
judicial.
Sin reparar en los tecnicismos jurídicos que pocos entendieron,
los bolivianos siguieron la lectura del fallo como si se tratara
de un partido de fútbol, en el que al cabo de media hora les
dijeron que, aunque no habían visto los goles, habían ganado.
Y que habían ganado nada menos que a su rival histórico,
repudiado por sucesivas generaciones desde que en 1879
las tropas chilenas vencieran a las del país y se hicieran del
dominio definitivo del “litoral cautivo”.

Tercer round
Poco después de que la Corte Internacional se declarara
competente para tratar la demanda boliviana y rechazara la
objeción que Chile había planteado a su jurisdicción, el portavoz
boliviano, Mesa, tuvo una solvente actuación en una entrevista
que le hizo Televisión Nacional de Chile,  lo que causó desazón
en los medios políticos de este país, golpeados por el veredicto.

10 Fernando Molina
Ese año fue el del mejor desempeño de Bolivia, que aprovechó
cada ocasión para impulsar la campaña comunicacional que
había montado en torno a su demanda. Evo Morales coqueteó
intensamente con el Papa Francisco, quien visitó brevemente
el país en julio, pero el apoyo papal, si existió, fue ambiguo.
Morales logró en cambio que sus aliados, el entonces
presidente Rafael Correa, del Ecuador, y Nicolás Maduro, de
Venezuela, expresaran públicamente su alineamiento con la
causa boliviana.
Estos logros diplomáticos generaron críticas de la oposición
chilena al gobierno de Michelle Bachelet. El entonces jefe de
la oposición, Sebastián Piñera, señaló que Bolivia iba ganando
la carrera propagandista en la que ambos países estaban
empeñados. Al mismo tiempo, el canciller chileno Heraldo Muñoz
estuvo trabajando intensamente para superar las ventajas
comunicacionales que, según él, tenía Bolivia por representar
el papel de “víctima” de la Guerra del Pacífico. Muñoz rechazó
la entrevista en el canal estatal que Bolivia le había ofrecido
en retribución por la que tuvo Mesa, seguramente porque en
ella no hubiera podido elegir a su entrevistador. En cambio,
concedió otra a un reconocido periodista de un medio privado
boliviano. Al mismo tiempo, Muñoz convirtió en una costumbre
el responder a Bolivia con punzantes declaraciones, que

https://goo.gl/images/trsNZ3

11
causaban rechazo en el país. “Que todavía no se compre un
traje de baño”, le recomendó por ejemplo a Maduro, luego
de que este repitiera el augurio del fallecido Hugo Chávez,
quien esperaba “bañarse un día en una playa boliviana”.

Cuarto round
La situación de Bolivia fue empeorando conforme se producía
el “giro a la derecha” en Sudamérica y salían del poder Correa,
Cristina Kirchner y el Partido de los Trabajadores del Brasil.
Incluso Bachelet fue sustituida por Piñera, y en Estados Unidos
comenzó a gobernar Donald Trump, un derechista a quien Evo
“le cantó las verdades” en el Consejo de Seguridad de la ONU
unos días antes del 1 de octubre de 2018, cuando finalmente la
Corte Internacional de Justicia emitió su fallo.
Pese a ello, el gobierno boliviano esperaba este veredicto
dispuesto a celebrar una victoria diplomática sobre su histórico
rival y con grandes expectativas de iniciar “una nueva era” en
las relaciones bilaterales.
Meses antes, el optimismo del presidente Evo Morales lo
había llevado incluso a decir: “estamos muy cerca de volver
al océano Pacífico”. Como el hecho era que el avance de la
ancestral demanda boliviana dependería de la voluntad con
que los gobernantes chilenos asumieran las obligaciones que
podía imponerles la Corte, Morales había invitado al “hermano
presidente de Chile, Sebastián Piñera” a encontrar “fórmulas
de entendimiento para cerrar las heridas abiertas hace más
de 100 años”.
Varias razones explican esta actitud esperanzada y positiva,
que raramente ha adoptado Bolivia frente a su vecino más
desarrollado. Primero, los buenos resultados obtenidos por
el equipo jurídico boliviano en el proceso previo, como ya
relatamos. Segundo, el diseño de esta demanda, que como

12 Un knock-out en cuatro rounds


hemos dicho, y por primera vez en la historia de las disputas
entre ambos países, no afectaba el tratado territorial que sella
la mediterraneidad de Bolivia desde 1904, el cual es irrevisable,
y en cambio se apoyaba en los “derechos expectaticios”.
La tercera causa de la actitud boliviana era político-electoral,
ya que como se sabe uno de los importantes aspectos en
que se evalúa a los políticos del país es su desempeño en
el conflicto con nuestro vecino. Morales había aprovechado
propagandísticamente su idea de llevar a Chile a un juicio,
dentro de una campaña de afirmación nacionalista tachonada
de peculiares actividades de masas, como la confección de “la
bandera más larga del mundo”.
La demanda también había servido para que el gobierno
cooperara con los expresidentes del país, con el fin de proyectar
una imagen de unidad que, sin embargo, se había mostrado
bastante inestable. Uno de estos expresidentes, Eduardo
Rodríguez, era el agente de Bolivia ante la Corte. Otro de ellos,
Mesa, había visto cómo su puesto de portavoz lo catapultaba
en las encuestas de popularidad y simultáneamente había
entrado en fuertes tensiones con el gobierno, que lo había
atacado y al mismo tiempo conservado en el “equipo del mar”,
probablemente con la intención de apartarlo de la política
interna. En un último capítulo de la tormentosa relación entre el
presidente Morales y el vocero Mesa, el primero le dio amnistía
al segundo en un juicio de responsabilidades que su gobierno
le había iniciado hace un par de meses, y al mismo tiempo
abrió la posibilidad de que el expresidente ocupara algún cargo
diplomático en un hipotético proceso de negociación con Chile,
luego del fallo de la Corte. Una posibilidad que estuvo muy
lejos de concretarse. Mesa, el político mejor posicionado en las
encuestas para enfrentar a Morales, no tuvo ninguna oferta
de un puesto internacional por la cual tentarse y terminó
convirtiéndose en candidato opositor a la presidencia para las
elecciones de 2019.

13
Knock-out
El rechazo de la Corte a todos los aspectos de la demanda
fue recibido con sorpresa y desazón. Las reuniones que el
gobierno había organizado para presenciar y celebrar un
resultado que se pensaba sería completamente diferente
se disolvieron en silencio, mientras las redes se llenaban
de recriminaciones contra los políticos del oficialismo y la
oposición que presentaron la evolución de esta causa como
ampliamente favorable para el país.
Solo más de una hora después de conocido el fallo, el presidente
Morales, quien seguro del triunfo había viajado a La Haya,
compareció ante la prensa, acompañado de Mesa. Morales
agradeció la unidad de los ciudadanos y se aferró a un pasaje
del fallo, el único alineado con las expectativas bolivianas,
que señala que la negativa de la Corte de obligar a Chile a
negociar una salida boliviana
al mar no implica que ambos
países no puedan debatir esta
cuestión por su propia voluntad
en el futuro. “Si bien no hay
una obligación de negociar hay
una invocación a seguir con
el diálogo”, dijo el presidente
Morales, que llamó “informe”
al fallo de la Corte. El párrafo
176 de éste señala que los
“hallazgos de la Corte”, es decir,
sus negativas a las solicitudes
bolivianas, “no deben ser
entendidos como si impidieran
un intercambio, con un espíritu
de buena vecindad, sobre la
Carlos Diego de Mesa Gisbert -
https://goo.gl/images/rwQb9T
situación de enclaustramiento
de Bolivia”.

14 Fernando Molina
Pocos minutos después apareció en la televisión, visiblemente
consternado, el vicepresidente Álvaro García Linera, quien
señaló que si bien “esta puerta se había cerrado”, existían
muchas otras vías establecidas por la Carta de la Naciones
Unidas para resolver pacíficamente disputas entre países,
y que Bolivia seguiría luchando “permanentemente” por su
causa nacional.
García Linera no quiso responder a la pregunta que le hizo una
periodista sobre el “costo político” de la derrota en la Corte. Sin
embargo, la discusión sobre las responsabilidades del gobierno
y las personalidades que durante los últimos años se habían
sumado a la exaltación de la demanda ya se había abierto y
no está cerrada hasta hoy. El político opositor Samuel Doria
Medina tuiteó lo siguiente: “Estoy triste por el resultado de la
Corte Internacional de Justicia de La Haya… El pueblo boliviano
está frustrado. Necesitamos una explicación de por qué
llegamos a este resultado”.
Los mensajes en las redes llegaron mucho más lejos. Algunos
se referían al contraste entre el optimismo que infundieron
quienes impulsaron y protagonizaron la demanda y la
contundencia del fallo, otros al costo económico que representó
este asunto para el país (que el gobierno fijó posteriormente
en 14 millones de dólares), a las posibles consecuencias del
fallo para las ríspidas relaciones bilaterales y, principalmente,
a lo que este significará para la autoestima nacional, golpeada
muchas veces en el pasado por el éxito y por la actitud –que
la mayoría de los bolivianos consideran “arrogante” – del rival
histórico de Bolivia.

Comentario
La Corte Internacional de Justicia fue abrumadoramente
contundente. Rechazó todos y cada uno de los argumentos
esgrimidos por Bolivia para obligar a Chile a sentarse a negociar

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–bajo condiciones preestablecidas– su salida al mar.
La lógica de la Corte fue la siguiente: los intercambios bilaterales
y las ofertas unilaterales en torno a la cuestión marítima que
se realizaron a lo largo del tiempo no crearon los “derechos” en
los que Bolivia quiso fundar su demanda. Estos intercambios
(diálogos, acercamientos, negociaciones) no cumplieron los
requisitos establecidos por el derecho internacional para
poder ser considerados acuerdos con efecto jurídico, es decir,
“tratados” entre dos Estados o “expectativas legítimas” de uno
de ellos respecto al otro. Los requisitos incumplidos son varios:
existencia de documentos, que estos documentos hayan sido
reconocidos por las dos partes, que se pueda inferir una
intención vinculante, etc.
En suma, lo que la Corte rechazó fue la idea, que en su momento
sonó brillante para muchos bolivianos, de basar la obligación
de Chile en los diversos ofrecimientos realizados por este país
a Bolivia de negociar una salida soberana al mar. Esta idea, que
es la que finalmente mordió el polvo de la derrota, pareció muy
buena en su momento porque permitía eludir un camino ya
hollado en el que se había fracasado, que era el de cuestionar
el tratado bilateral de 1904.
Luego del fallo pareció evidente que apostar tanto a esta idea
mas bien excéntrica dentro de la jurisprudencia internacional
fue un error de gran calibre. En su momento no se pensó así
por diversos motivos: la ansiedad del gobierno boliviano por
hacer una “construcción grandiosa” también en este terreno;
la falta de personal calificado en el Estado y, sobre todo, la
incapacidad de este personal para hacer una cosa diferente
que la adecuada a las expectativas políticas del presidente;
el deseo incontenible de algunos dirigentes opositores de
retomar un rol político por la única vía que se abría ante ellos;
el falso patriotismo o el miedo al ostracismo que exigía que
todos se alinearan con la decisión “del país”; el exitismo de los

16 Un knock-out en cuatro rounds


políticos que arrastró fácilmente a los medios de comunicación;
la irresponsabilidad de abogados internacionales, sobre todo
del español Remiro Brotóns, que podían hacer buen dinero
alentando la ilusión boliviana; en fin.
Las élites nacionales se compraron la idea novedosa de los
“derechos expectaticios” como antes se habían comprado
otros artefactos ideales, e hicieron creer al país que tenían
total control sobre el flamante objeto. Nuestro mayor
publicista, Carlos Mesa, aseguró que la idea incluso tenía
visos de genialidad. Nominó a Evo, entonces, el “padre de la
demanda marítima”, como se dice que Edison fue el padre de
la iluminación nocturna. Varios abogados se pelearon sotto
voce por la paternidad del artilugio. Y los periodistas pusimos
a todos estos adictos al protagonismo sobre el escenario y
encendimos velas en torno suyo...
Y así nos fue.
Estábamos tan confiados en nuestro invento que ni pensamos
en un escenario como el que se presentó luego del fallo, una
escenario de total derrota.
Qué desgracia la nuestra. Qué humillación para el país.
No deberíamos olvidar lo ocurrido. Se supone, claro está, que
todos los responsables políticos de la demanda actuaron
de buena fe. Pero no por eso dejaron de comportarse con
negligencia, exceso de confianza, desorden e ingenuidad.
Deberíamos recordarlo siempre.

17
Temas de desarrollo
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e institucionalidad en
América Latina
Luis Verdesoto, Gloria Ardaya
Doctores por la École des hautes études en sciences sociales de París.

Es constatable la emergencia de cambios positivos en las


sociedades, la política y la economía desde el inicio de esta
última ola de democratización de América Latina. El principal
logro ha sido el avance y la consolidación de las democracias,
según sea el caso, por un espacio de tiempo inédito en
la historia de la región. Paralelo a este fortalecimiento de
la democracia, cabe señalar que han cambiado las bases
sociales de la democracia. Los actores tradicionales de la
modernización han cedido el protagonismo a nuevos sujetos
sociales asociados al consumo y a la informalización tanto
económica, social y financiera como política. La característica
básica en torno a la concentración del ingreso se mantiene
aunque en la década de precios altos de las materias primas
se disminuyó la extrema pobreza.
Al margen de los sistemas económicos –con mayor énfasis
en la intervención estatal o predominio del mercado–, los
avances al interior de todas las formaciones nacionales han
sido importantes. Entre ellos, la significativa disminución de
la pobreza y el ensanchamiento de los sectores medios, los

19
logros mínimos en infraestructuras de educación y salud,
agua y energía, caminos e infraestructuras urbanas, y la
transición demográfica. En lo político, la mayor estabilidad
de los regímenes políticos, el procesamiento electoral
de la búsqueda de representación y la conflictividad; la
participación en el producto en el segmento de países
de desarrollo medio y núcleos puntuales de desarrollo
tecnológico con participación en el comercio mundial.
Asimismo, en el nivel socio cultural, el reconocimiento de
nuevas y viejas identidades y de actores diversos.
Al mismo tiempo, también es necesario asumir que América
Latina es una y múltiple y se registran vacíos importantes
y ritmos diferentes, especialmente en varios temas del
desarrollo y de la conformación de los sistemas políticos.
Asimismo, la institucionalidad pública estatal y no estatal
ha tenido fortalecimientos y debilidades diferenciados en la
región.
En el marco de la globalización, la pérdida de centralidad
del gobierno y de la economía de los Estados Unidos y el
posicionamiento de la República Popular de China como la
segunda economía del mundo ha cambiado los parámetros
de relacionamiento de América Latina con el mundo y ello
ha mostrado nuevas facetas, problemas y consecuencias. Y
permite abrir hipótesis acerca del cierre de un ciclo político,
económico y social para América Latina como consecuencia
de los cambios globales y su inserción y adaptación al orden
emergente.

Cambios observables
América Latina está cerrando un ciclo económico y un ciclo
político. En lo económico, el extractivismo y el rentismo se
han consolidado; se ha incrementado la desigualdad en
beneficio de algunas multinacionales, traders, rentistas; y,

20 Temas de desarrollo e institucionalidad en América Latina


el capital financiero ha entrado en una fase de auge. Por el
enorme estímulo al consumo, es posible observar hogares
endeudados y sus miembros sumidos en trabajos formales e
informales. Como todo cambio de ciclo, la incertidumbre y la
ausencia de horizontes es lo dominante.
En la última década en términos relativos, en América
Latina surgieron nuevos millonarios. Al margen de estos
ingresos fue una década de oportunidades perdidas para
la diversificación productiva y para mejorar la calidad
democrática. En efecto, en muchos países el modelo de
desarrollo presentó una contradicción entre, por un lado,
la profundización del patrón extractivista y, por el otro,
el compromiso político con la transformación productiva.
Se consolidó a un sector extractivista paralelamente a la
implementación de políticas redistributivas, mientras que se
postergó a la transformación productiva especialmente a los
sectores generadores de empleo. Las rentas de la explotación
de recursos naturales fueron reinvertidas principalmente en
un solo sector y en gastos sociales vía bonos monetarios,
subsidios a servicios básicos1 y el estímulo al consumo.
Con la terminación de la bonanza se ha podido observar
procesos de reprimarización y de dependencia multiplicada
en la exportación de comodities. La perspectiva a futuro es
obtener recursos de la exportación para la construcción de
infraestructura y expandir la frontera de la agroindustria
para la exportación. Por ello, para muchos, el objetivo
es conseguir recursos para sostener el consumo sin
asegurar necesariamente cambios en la productividad y el
mejoramiento de la competitividad.
El contexto internacional adquiere creciente importancia.
China tiene una agenda propia y competitiva con la de

1 Fernanda Wanderley. “Las inconsistencias del modelo de desarrollo del MAS”, Página Siete, La Paz, diciembre
de 2015.

21
Estados Unidos, especialmente para facilitarse el acceso a las
materias primas. Para ello presenta sus propias estrategias
financieras y combina su crecimiento hacia adentro y hacia
fuera. Así mismo, su relación con América Latina se basa en
ese patrón del que, entre otros, la corrupción no ha estado
ausente.
América Latina subió su participación económica en el
mundo. Sin embargo, la imagen de un crecimiento sostenible
de la región, vigente durante la última década, se ha diluido
al compás del descenso de los precios de los comodities –
especialmente del petróleo–, la ralentización del crecimiento
de China, la sobrepreciación del dólar y la expectativa de
un incremento en las tasas de interés internacionales.
Parece haberse cerrado un período largo de “crecimiento
/ modernización” de aproximadamente medio centenar de
años, que contuvo –sin embargo– a dos crisis económicas
de hondas repercusiones. En especial, este lapso presentó
a la caracterizada como “década perdida” en la región, tema
ampliamente trabajado.
La vulnerabilidad del desarrollo en la región relacionada con
los precios de las materias primas muestra cómo el proceso
de acumulación de la región no ha logrado una asociación
virtuosa de factores. Especialmente, se produce una
acumulación lineal sin diversificación, única garantía de mejor
articulación económica internacional y de sustentabilidad del
desarrollo social2.
Desde una mirada de largo plazo, estas décadas dejaron
una impronta de dificultades en América Latina para lograr
una diversificación económica que la aproxime al escenario
internacional en términos diferentes a su pasado primario
exportador. Este patrón de relaciones sustancialmente

2 Alejandro Radonjic. Entrevista a José Gabriel Palma “Otra oportunidad desperdiciada por Latinoamérica”, Crisis -
Observatorio económico de América Latina, mayo 11, 2015.

22 Luis Verdesoto, Gloria Ardaya


inamovible en la mayor parte
de países –salvo México–,
presenta como un factor
diferenciador primordial
a China, demandante
de materias primas y
oferente de financiamiento,
y un factor secundario
a la creciente ausencia/
despreocupación de los
Estados Unidos, como
omnipresente factor de
determinación económica y
política.
La mayor parte de países
entran ahora en “recesiones”
https://pixabay.com/photo-2724241/
y, con velocidades diferentes,
podrían aproximarse a situaciones de crisis. A las que
enfrentarán desde distintos sustentos económicos y alianzas
sociales ya que cuentan con diferentes niveles de reservas
–y capacidades de implantar políticas contracíclicas– y se
disponen a afrontar cada momento del ciclo desde diversas
formas/posiciones de cohesión social y nacional.

Economía, sociedad y política


Como ha sido ampliamente estudiado, la región presentó
patrones disímiles de transición a la democracia. Unos y
otros apelaron a nuevas y viejas instituciones. El objetivo
subyacente fue buscar soluciones a la difícil ecuación
entre el sistema social y el sistema político, correlación de
derechos y garantías, y diseño de la gobernanza. Y desde allí
organizar a los niveles global, nacional, intermedio y local.
Desde estos niveles se puede mirar/evaluar hasta dónde se
ha formulado concretamente la conformación del Estado y

23
su (re)articulación con el mercado. Muchas tareas quedaron
pendientes y/o inconclusas.
Sería muy audaz formular una generalización de América
Latina acerca de las interacciones entre economía, sociedad
y política3. Sin embargo, una rápida e imprecisa codificación
del momento actual de la región nos muestra que la
modernización social es la más resaltante y de visibilidad en
sus efectos. La modernización económica muestra retrasos
frente a sus pares regionales en el mundo pero tiene el
lugar que ocupó la modernización política. A su vez, esta, la
modernización política se ubica a la zaga por su constante
redefinición institucional.
Estos niveles asincrónicos de modernización, de casi
necesaria incongruencia, muestran, una vez más,
la modificación de paradigmas. ¿Cuál es (son) el(los)
paradigma(s) distinto(s) que emerge(n)?
De partida, sería muy poco estimulante circunscribirnos
solamente a las ideas –comprobables– de que ha disminuido
sustancialmente la pobreza, de que ha crecido la “clase
media” y de que América Latina participa más en la economía
mundial. El sistema político está plagado de nuevas
complejidades, así como la gobernanza mundial y nacional.
De modo puntual, seguramente, la mutación de paradigmas
que se anunciaba dentro de un patrón de estabilidad y
acumulativo se verá alterado por los efectos pertinentes de la
crisis de los comodities, que ha desestabilizado y alterado a
los patrones de crecimiento y modernización prevalecientes.
Las preguntas pertinentes pueden ser si nos acercamos
hacia una crisis económica que devenga en crisis social y
posteriormente política siguiendo un esquema analítico e
histórico bastante clásico.

3 Con un sentido más preciso debería integrarse a la cultura, forma de entrada a la conformación de la subjetividad
(e individualidad), que no actúa necesaria ni forzosamente como epifenómeno de los otros.

24 Temas de desarrollo e institucionalidad en América Latina


O, si en su defecto, la lentitud económica incidirá más
mediatizadamente sobre los sistemas social e institucional.

Los países, las subregiones, los alineamientos


Brasil, cuyos indicadores suelen representar alrededor de la
mitad de los de la región, fue el único país de la región que
forma parte de un bloque de significación mundial. Pese a
los esfuerzos de México, Argentina o Chile, las potencias
emergentes, BRICS, no incluyen a otros países de América
Latina. La pertenencia estable de Brasil a este grupo parece
incuestionable, pese a las persistentes señales de deterioro
de su economía y de la política.
Sin embargo, las economías BRICS “miran” hacia arriba y se
asientan hacia abajo. Buscan ser parte del grupo de punta y
transformadores de los productos primarios, en una dialéctica
compleja entre su participación en el comercio internacional
y el desarrollo de su mercado interno. Los factores de su
competitividad internacional son los precios de su fuerza de
trabajo y de las materias primas que procesan. Desde allí
se encuentran imposibilitados de generar enlaces con sus
proveedores. Tienen poca legitimidad para demandar órdenes
políticos en sus socios comerciales y en el resto del mundo
emergente, por la forma de construcción de sus tasas de
rentabilidad y de relación con los factores del poder mundial,
pero realizan múltiples esfuerzos para conservar el poder
adquirido en la región4.
México, por su parte, es el único rastro del Área de Libre
Comercio de las Américas, ALCA, y pudo ligar su crecimiento
a una moneda fuerte y sus ritmos. La inestabilidad e
impredecibilidad económica argentina sumerge a este país

4 “China está dispuesta a profundizar su cooperación con América Latina y el Caribe para que aprendamos
mutuamente una de la otra y abrir juntos un nuevo camino de la Asociación de Cooperación Integral China-América
Latina y el Caribe, anunciada por el Presidente Xi Jinping en julio pasado”, indicó el Primer Ministro del país asiático,
Li Keqiang, durante una conferencia en la sede la CEPAL en Santiago, Chile.

25
en la media de la región tanto como lo convierte en activo
contribuyente en la mediocridad de resultados de MERCOSUR.
Mientras que Chile, pese a sus esfuerzos de individualización
respecto del concierto regional, no ha podido lograr una
diversificación superior pese a sus voluntades de apertura.
Probablemente encuentre mejores soportes mediante un
alineamiento con Perú y Colombia –países productiva y
comercialmente emergentes– y México para participar en los
diversos intentos de integración del Pacífico.
Los principales países de la denominada Alianza Bolivariana
para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, –Venezuela y
Bolivia– (antes Ecuador) vinculados fuertemente por una
disposición y actitud
rentistas de sus políticas
públicas, ahora carecen
de excedente para
dar continuidad a sus
pretensiones redistributivas
“desde arriba”. Concentran
a la paradoja de países
sin renta pero de
comportamiento rentista.
Centro América y El
Caribe se han integrado
política y comercialmente
de modo subordinado
y periférico a Estados
Países que conforman el ALBA - https://goo.gl/images/H1U5Ws Unidos. Si históricamente
puede afirmarse acerca
de la dificultad de conformar una base nacional para el
desarrollo, ahora forman parte más orgánica de la periferia
norteamericana, con solamente los vínculos de imposición
despótica y paralizante de las economías de enclave, ni las

26 Luis Verdesoto, Gloria Ardaya


formas del “imperialismo” omnipresente, funcionalizador y
decisor de todos los resortes de la economía. Es decir, son
formas de desarrollo que buscan su nicho.
Esta diversidad de países, sin embargo, tiene como foco
unificador a nuevas y desiguales relaciones económicas
con China, que demanda, ahora en menor medida, materias
primas específicas y se vincula particularmente con cada
uno, especialmente en su balanza comercial, oferta financiera
e inversiones. La presencia China en América Latina debe aún
ser explicada con profundidad. Para unos es solamente un
participante externo más –inversor, financista o comprador–,
mientras que para otros es un aliado en el enfrentamiento
con el imperialismo norteamericano (y europeo), en los
términos deseados por las “burguesías nacionales” o los
“Estados nacionalistas”. En este sentido, China fue logrando
–mientras tuvo una activa demanda y oferta– una ubicación
inmejorable en medio de los dos mundos.
China es un factor presente en el desarrollo de América
Latina, que reproduce prácticas cercanas al antiguo enclave
(especialmente en relación con las decisiones) junto con
formas de negociación, ausentes en las políticas públicas
regionales. En medio de esta ambigüedad, los países varían
en el grado en que y la agenda con la cual relacionarse
con la potencia emergente, así como en la expectativa de
resultados.
En suma, surgen nuevos alineamientos económicos y
políticos internacionales en medio de nuevos contextos y
perspectivas.
Estados Unidos reconfigura su relación con América Latina
disminuyendo su presencia directa e invocando vínculos de
“madurez” y “respeto”, que se traducen en un menor vínculo

27
económico y menor observación. A su vez, intensifica su
influencia hasta Panamá bajo tres modalidades articuladas:
México, Cuba y el resto de América Central y el resto de El
Caribe.
La Unión Europea, el “mayor” mercado interno del mundo,
más que por volumen por su intensidad regulativa, busca
una relación –especialmente comercial– entre bloques que
devenga en una relación más diversificada y distribuida, que
la colonial histórica.
Los cinco ejes de América Latina parecieran estructurarse
en torno a los intereses de Brasil, siempre asentados en sus
necesidades económicas y políticas internas y de inserción
global antes que de liderazgo regional; la “banda atlántica” de
América del Sur queda reducida a las iniciativas que pueda
recobrar el MERCOSUR; la “banda pacífica” con un más amplio
género de potencialidades para abordar a las situaciones
emergentes en relación con Asia a través de la Alianza para
el Pacífico.
En cada uno de los casos, es necesario colocar interrogantes
institucionales y de desarrollo que devengan de los
alineamientos internacionales.

Modernidad, estilos de desarrollo y ciudadanía


Estas décadas del desarrollo de América Latina han estado
marcadas por la complejidad de diseños que oscilan entre
el mercantilismo y el estatismo radicales. Las cuotas de
capacidad regulatoria o de liberalidad económica tiñeron al
debate sobre las políticas públicas, las que sin embargo no
desataron formas de modernidad sustentable en ninguno de
los sentidos. La tensión y las oscilaciones en las políticas
públicas provocan largas marchas del desarrollo sin salir de
un mismo sitio.

28 Temas de desarrollo e institucionalidad en América Latina


Se estimularon muchas variables económicas, las que con su
mera agregación no lograron decantar fórmulas de desarrollo.
La abundancia de recursos creó el espejismo de que la
mera inversión pública produciría una sinergia positiva para
superar a la pobreza sin dependencias del Estado. También el
espejismo obnubiló a quienes asumieron que, por sí misma,
la inversión privada derivaría en riqueza distribuible y en
desarrollo.
El fracaso de las dos vertientes mostró que la modernización
requiere de una relación estructural –vínculos entre sus
partes– que trascienda a las intervenciones puntuales
y convencionales. Y que el logro del desarrollo y la lucha
contra la pobreza no pueden moverse mecánicamente
alrededor de la dogmática de la abundancia/concentración
de la intervención estatal o de la empresa privada nacional o
internacional, siendo que las dos vertientes repelen al capital
social y a la capacidad política de la sociedad.
En América latina, la producción –primaria y secundaria– en
el contexto mundial de exacerbación tecnológica requiere
de abordajes distintos y los servicios modernos precisan de
vínculos internos e internacionales diferentes. El agro y la
industria se estructuran de modos particulares, asociados a
sus debilidades, al mundo rural y al mundo urbano, así como
comparecen de forma distinta en los mercados internos e
internacionales.
La reprimarización económica de la región –asumiendo
esa denominación con sus imprecisiones– entraña una
configuración rural y urbana distorsionada, así como una
otra gama amplia de relaciones campo/ciudad, caracterizadas
por dualidades sin cohesión social, estructuradas por
subsistemas políticos de “renovado” clientelismo en un marco
de aparente modernidad.

29
La productividad regional no se compadece con la
estabilización de la reducida clase media como componente
central del desarrollo económico y político. La clase media
histórica ha llegado a límites históricos en su capacidad de
reestructuración de los sistemas políticos y de capacidad de
demanda. Se han agotado los roles a los que se les indujo
en materia de democratización pero fundamentalmente de
desarrollo. Mientras que los ingresos medios emergentes,
que no provienen de una relación social (de las interacciones
propias de una clase), representan un peso enorme a las
transferencias y a los mercados laborales especialmente
formales.
La formalización de las relaciones laborales no puede
sostenerse en formas precarias de empleo y regulación
pública. Cabe preguntarse acerca de cuál es el grado en
que la estructura productiva, sometida durante décadas a
una racionalización laboral liberal, puede soportar procesos
de formalización, sea de recuperación de niveles históricos
o de ampliación. Siendo Brasil el caso más importante,

https://goo.gl/images/vZjTWE

30 Luis Verdesoto, Gloria Ardaya


las restantes experiencias, incluyendo a Argentina, han
procurado asentar una estructura de empleo basándose en la
expansión del gasto.
Dicho de otro modo, siendo que la formalización laboral
ha estado asociada al gasto público (al margen de la
intensificación de la producción capitalista), el salario
(“mínimo”/“digno”) convertido como valor referencial, ha
debido refugiarse en cambios en la estructura de precios, sin
los procesos inflacionarios, ni las concertaciones tripartitas
de antaño.
La ralentización económica o la eventual crisis plantean
como podrán resolverse sus efectos corrosivos respecto de
la formalidad del empleo. Las políticas públicas necesitadas
de flexibilización pero incapaces de seguir garantizando a la
formalización con los actuales instrumentos, pueden abrir
modalidades más o menos encubiertas de precarización. Una
modalidad puede consistir en la precarización heterogénea
sostenida en los actuales trabajadores formales.5
Los crecimientos patrimoniales del empresariado son
incompatibles con los ritmos de descenso de la pobreza
crónica y extrema, que requieren de intervenciones
superiores a la forma salario convencional. No existen
medidas acerca de la desigualdad patrimonial en los países
de la región, lo que lleva a ignorarlas.

5 Un caso pintoresco puede ser el ecuatoriano, en que la seguridad social fue concebida como el mecanismo de
formalización de capas allegadas al empleo formal, una vez incorporadas forzosamente a la estructura formal
a las relaciones terciarizadas y al nuevo empleo público. La formalización también implicó a parientes, luego a
mujeres de segmentos específicos y prestaciones campesinas, dentro de un discurso de universalización. Las
prestaciones se orientaron especialmente hacia vivienda e infraestructura, sosteniendo al empleo desde esa
dimensión, ante la ausencia de la inversión productiva interna o externa. La inminencia de la crisis lleva a que el
propio Estado, bajo el escudo discursivo de ser el garante de la formalización laboral, arremeta contra los cimientos
de la seguridad social (redistribución de fondos y desrresponsabilidad estatal) para lograr su propia sostenibilidad
y sobrevivencia, desapropiando de los fondos a los propios actores formales que trató de gestionar/sostener.
Esta forma esquizofrénica (asentada en una política pública y un comportamiento estatal rentista ahora sin renta
económica) busca formas encubiertas de precarización (cuando no cambios en denominaciones estadísticas) y
de asentarse crecientemente en el estímulo a la economía social y solidaria, sector que la entiende como no-
capitalista y, como tal, supongo, como no susceptible de precarización. Este discurso incongruente se asienta en la
falta de un sistema político –concentración del poder y personalización de las funciones– así como reacción tardía
–en democracia y en este régimen– de los trabajadores formales.

31
Junto a lo anterior, es evidente que existe una demanda por
participación social sin precedentes, que no se traduce en
una institucionalización que configure de mejor forma a la
república.

Nuevas complejidades en los sistemas


políticos
En la región ha cambiado la elite política, por lo menos
circunstancialmente. La participación ha sido el sello
de la época. Contra el bloqueo de la expresividad, de la
incidencia, de la presencia en el discurso del otro. Sin
embargo, la participación ha tenido manifestaciones en la
sobreideologización política, pero no en la expresión política
entendida como la posibilidad de vivir juntos y la construcción
deliberada de futuro.
Es un periodo donde los ciudadanos defienden sus derechos
pero no cumplen con obligaciones ya que consideran
que todo se lo deben a sí mismos. Es un contexto donde
se demanda la vigencia de derechos pero donde la
incertidumbre es permanente. No ha existido un contexto
para preguntarnos sobre la calidad de la democracia y
qué significa la misma. Hubo un retorno del Estado sin
gobernanza, soportado en el “viento de cola” de los periodos
anteriores. Se observó “Mucha democracia y poca institución”.
En síntesis, al no haberse encontrado las sincronías
económicas necesarias para responder a la complejidad
del desarrollo, esta mera agregación de estímulos públicos
y formas mercantiles no conformó formas ciudadanas
sistémicas.
A nivel político, se estructuró la llamada “democracia
delegativa” que se expresa en un presidencialismo
exacerbado cuyas bases sociales oscilan entre diversas

32 Temas de desarrollo e institucionalidad en América Latina


formas precarias de ciudadanía. Sus consecuencias fueron
la “desinstitucionalización” por pérdida de credibilidad y el
destierro de la política del ámbito público tanto como la
“despolitización” de la sociedad.
En este punto parece importante interrogarse cómo plantear
el desarrollo institucional desde situaciones de crecimiento
lento y de desorden institucional y social. La historia no es la
misma que en los años 1930. Pero de aquella década, salieron
los populismos.

La pobreza, los patrimonios y los populismos


En todo el mundo y en América Latina se registró un
descenso de la pobreza desde el inicio del presente
siglo. En la región, el descenso fue significativo desde
2004, coincidente con el auge de los precios de los
comodities.6 Varios países de América Latina –por lo menos
coyunturalmente– han logrado formar parte del estrato
superior del desarrollo humano mundial, mientras que la
mayoría ya forma parte del grupo de países de desarrollo
humano medio. La región es parte del estrato medio alto del
mundo aunque albergue desigualdades.
Dicho sucintamente, la caída de la pobreza –velocidad y
volumen– que en la mayoría de países de la región se registra
desde 2004, conforma a esta última década como la más

6 Otra vez, Ecuador es un caso a revisar, en el que el descenso de la pobreza se da en dos períodos. El primero
2000-2006, posterior a la mayor crisis económica registrada (1999) en su historia republicana y cuya principal
respuesta instrumental fue la “dolarización” (Ecuador se anticipó a la región con una incidencia lenta en la
reducción a la pobreza hasta 2004); y, el segundo 2007-2014, en que pese al incremento del gasto público (el
presupuesto del Estado se ha triplicado habiendo recibido en este período más ingresos que durante todo el
período de democratización previo -1979/2006-) y del gasto social (pasa de 4.2% a 9.6% del PIB), su celeridad y
alcance fue menor que en el primer período, en especial el porcentaje absoluto de baja de la pobreza y de la
pobreza absoluta. Debe recordarse, sin embargo, el ingreso por habitante en América Latina ha sido superior al de
Ecuador. Aquello cuestiona a la calidad del gasto para producir impactos sustentables sobre la pobreza, afirmación
que se realiza aun sin evaluar otros indicadores de más bajo impacto y pobre rendimiento como la nutrición,
algunos territorios y distintas jefaturas de hogar.
Crecieron, a su vez, sustantivamente los ingresos medios, que impulsaron a algunos territorios a eliminar de
modo temporal a la pobreza crónica, que sin embargo se mantuvo dentro de un mismo patrón en los restantes
territorios. Esta descripción también vuelve a poner en cuestión a la estrategia contra la pobreza, al margen de la
comparabilidad de períodos por la fase del ciclo y del tipo de pobreza.

33
relevante en la lucha contra la pobreza desde la conformación
republicana en la mayor parte de países. La reducción de la
extrema pobreza junto con la aparición de un segmento de
población con ingresos y consumos próximos a la clase
media, configura un panorama social distinto con efectos
pertinentes en la política.
Asimismo, a esta dinámica social corresponde la
emergencia de nuevos estratos empresariales, cuya
dimensión patrimonial no ha podido ser precisada. Sin
embargo, los indicadores de desigualdad en el ingreso,
que se han modificado heterogéneamente en la región,
no pueden compararse con la desigualdad patrimonial,
cuyas características aun no pueden ser cuantificadas con
precisión.
Sin embargo, es fuertemente evidente que los propietarios
del capital aventajan fuertemente al resto de la población,
en dimensiones superiores a la reducción de las brechas
de ingreso (medidas por el índice de Gini, por ejemplo). El
(los) mercado(s) pueden asignar con más eficiencia que el
Estado algunos recursos, pero son tremendamente torpes
en la distribución de la renta. Sin embargo, hay muy pocas
experiencias que lo intenten con un valor de desarrollo, por
fuera de las ansiedades populistas7.
Aquel doble movimiento, social ascendente, desde el campo
popular, y concentrador, desde el segmento empresarial,
configuran una demanda política que abrió espacios a la
informalización política, expresada en formas más o menos
clásicas de “populismo” o, en todo caso, de a-institucionalidad
en la representación política.

7 En Ecuador se intentó atacar nominal y discursivamente a la distribución patrimonial mediante la herencia


aumentando sus niveles impositivos a los primeros rangos mundiales, habiéndose mostrado, posteriormente, que
el instrumento fiscal no incidía en una parte sustantiva de la renta patrimonial de los ricos ecuatorianos y que, al
contrario, producía una enorme ilegitimidad en la configuración del ámbito individual de los ciudadanos tributarios
de todos los niveles.

34 Luis Verdesoto, Gloria Ardaya


Donde subsistieron las formas de intercambio político entre
las partes de la sociedad –sistemas políticos convencionales–
se han intentado formas institucionales históricas de
democracia, mientras que en los restantes países se han
formulado diseños repletos de personalismos y sentidos
comunes de apropiación de las rutinas y las normas. Estas
formas de la política acompañan a la reconformación del
espectro social.
El viejo tema de las estrategias de lucha contra la pobreza
se subordinó a la abundancia de recursos. Pareciera que
la economía no tuviese a la escasez como su limitante y
que los “efectos multiplicadores” del gasto público fuesen
automáticos y suficientes. Se dio en muchos casos y varios
países. Sin pretensión generalizadora puede interpretarse
a los casos en que se aspiró a que la aglomeración de
satisfactores contra la pobreza (escuelas modernas,
salud suficiente, infraestructura de justicia y seguridad,
financiamiento, carreteras, servicios informáticos, vivienda),

https://goo.gl/images/bRNBSn

35
por sí mismos y de modo “automático”, formarían un circuito
virtuoso sustentable contra la pobreza. La hipótesis fue que
dichas intervenciones serían “tan” sinérgicas que iniciarían
un círculo virtuoso ascendente y sacarían para siempre a los
territorios y a los sujetos fuera de la pobreza.
El planteamiento idílico para romper el círculo de la
pobreza tiene limitantes cuantitativos, en un primer
nivel, relativos a la rapidez con que se materializarían los
beneficios, independizándose de la financiación estatal
y extraterritorial. En un segundo nivel, aparecieron las
dificultades de adquisición de experiencia en el manejo de las
infraestructuras y los mercados. Para, finalmente, asentarse
en que es insustituible el elevado gasto público para sostener
esas infraestructuras y gasto corriente, al margen del cual no
es posible conocer ni reproducir sustentablemente una salida
de la pobreza. En especial, estas experiencias de inyección
superestructural de recursos chocan con las limitaciones de
empleo e inversión, por un lado, mientras que, por el otro, no
pueden superar el desprecio que hacen del capital social y de
las capacidades sociales como objeto y destino de la política
pública.
Las dimensiones sectoriales clásicas también se han
mostrado limitadas. La universalización de la salud se
debate entre modelos centralizadores o descentralizados,
siendo fuertemente evidente que son un vehículo importante
pero muy costoso de formalización de la fuerza laboral, que
combate a la precarización.
La democratización en América Latina, en particular en el
sur, se ha asentado en contextos y progresos muy útiles,
especialmente en materia de alfabetización. Sin embargo, es
insuficiente la mera acumulación de grados de instrucción
mientras la economía no presente un grado suficiente de
diversificación. Muchos gastos en educación a todos los

36 Temas de desarrollo e institucionalidad en América Latina


niveles mostrarán su inutilidad relativa o absoluta por la
incapacidad de insertarse en un ambiente económico diverso
y propicio.
Mantener e incrementar las transferencias monetarias hacia
los más pobres, con distintos tipos de condicionamientos,
ha sido una política pública exitosa en contener los efectos
dentro del mismo estrato y relativamente “barata” frente a
otros subsidios. Dentro de una amplia gama de utilizaciones
políticas también ha sido útil para provocar nuevas formas de
clientelismo.
Estas políticas sociales basadas en estímulos procíclicos
se debilitan súbitamente –con sus consecuencias sociales
y políticas- ante la disminución de ingresos públicos. El
contexto económico reduce sus impactos. Y entran al
entramado conflictivo de disputa por el excedente público con
actores de notable desigualdad de poder e influencia.
Estos párrafos no tienen por objeto cuestionar a la inversión
pública ni al gasto social de la región. Sino pretenden
poner en evidencia como la calidad del gasto incide en
los resultados económicos y sociales tanto como pone en
discusión a las limitaciones de una estrategia de desarrollo
y de lucha contra la pobreza basada en una cuestionada
efectividad y sustentabilidad del gasto público simplemente
agregado. La cuestión sigue planteada en torno al gasto
público como ingrediente de una estrategia que va mucho
más allá del volumen del gasto.
Al margen de lo dicho, cabe cuestionar a las estrategias
de desarrollo montadas en torno a inviables formas de
diversificación, las que han conducido solamente a acelerar
el desaprovechamiento de fases de expansión como las
registradas en la región durante los últimos 50 años. En
algunos casos, este desperdicio contribuye a incrementar
el gasto público como estrategia procíclica, que se reduce,

37
finalmente, como en el momento actual, a una dependencia
extrema de ingresos estatales escasos. Esta incomprensión
o inadecuada manipulación de los ciclos de la economía
ha llevado a una extrema incapacidad de operar frente a
las crisis, así como a imprudentes “desperdicios” de los
acumulados políticos en períodos de prosperidad.
La estabilidad política conseguida en períodos de expansión
con infraestructuras y gasto social deviene solamente en
disciplinamiento de la población antes que en elevar la
eficacia de la inversión pública a partir de la participación.
Convierten a la estabilidad política en el mejor/el único
factor productivo, sostén de inversiones precarias o de
escaso horizonte estratégico. Cada vez es más evidente
la insuficiencia de las estrategias basadas solamente
en el precio de la fuerza de trabajo o las externalidades
productivas.
Estos años de democracia en la región han puesto en
evidencia la alta correlación que existe entre la sostenibilidad
del desarrollo y la democratización8. Y que esta correlación
no se consigue por una sola vía de desarrollo, ni peor aún de
lucha contra la pobreza. La pobreza es un problema nacional,
que trasciende a la disputa político-partidaria. La pobreza
requiere de acuerdos nacionales para enfrentarla.
Países andinos con modelos de desarrollo (y gasto social)
similar y también profundamente disímiles han tenido logros
parecidos en la lucha contra la pobreza. Estos resultados no
se reducen mecánicamente a los precios de los comodities.
¿Por qué distintos regímenes de ideologías y políticas
públicas diferentes logran resultados similares?9 Sus

8 Puede sostenerse incluso que la prevalencia de factores autoritarios en el sistema político debilita a la correlación
entre desarrollo sostenible y democratización, pues diluye a los efectos del capital social. A su vez, la degradación
institucional de los personalismos o de los populismos tiene un altísimo costo económico y político de reparación.
9 Pueden ser los casos de Bolivia comparada con Perú, de Perú comparado con Ecuador, de Perú comparado con
Colombia o de Colombia comparado con Ecuador en el tema de reducción de la pobreza durante el presente siglo.

38 Luis Verdesoto, Gloria Ardaya


estrategias se inscriben tanto en
las cuencas neoliberales o en las
cuencas estatistas. Estas formas
públicas de resultados similares
podrían desviar las conclusiones
hacia el campo en que un
Estado “abundante” (gastador/
despilfarrador) es igual a un Estado
inexistente (de baja intervención
regulatoria y gasto). Al contrario,
hacen reposar el análisis en el
plano de la vigencia de un mal
Estado amparado en una mala
política. Tema éste central para las
formas de transición posteriores
a la fase de restricciones
económicas que se ha abierto.

Rol del territorio y de las


https://www.pinterest.com/pin/396387204695956671/

relaciones intergubernamentales
Algunas variables relevantes de la ruralidad en la región
pueden ser las heterogeneidades del desarrollo, provisión de
fuerza de trabajo y alimentos baratos, zonas de expansión
urbana, reservorios de población –pobreza, desempleo–,
garantías de recursos, consumo institucional retardado, filón
nacional escondido, sostenimiento del statu quo en el mundo
rural.
La nación vuelve a la ruralidad desde los territorios –
circuitos de relaciones sociales, articulaciones productivas,
pactos sociales y políticos, vínculos internacionales,
competitividad sistémica. La nación se territorializa –cadenas
de valor, provisión de servicios, reservorios étnico/culturales–,

39
mientras el poder se redistribuye mediante la relocalización
de todos los recursos y la complejidad de la gestión
intergubernamental.
En América Latina han aparecido nuevas subvenciones
nacionales a la ruralidad. A su vez, la ciudad “nacionaliza”
al agro mientras que la migración nacional e internacional
ciudadaniza a los habitantes rurales. De este modo, es
imposible pensar a la nación globalizada sin (re)comprender a
la ruralidad.
Las relaciones intergubernamentales han entrado en
entredicho. Desde diversos ángulos se cuestiona a la calidad
de la interacción entre los distintos niveles de gobierno y
entre éstos y las organizaciones sociales. El cuestionamiento
tiende a recluirse en los ámbitos administrativos, sin
ahondar en temas tales como la estructura, las funciones y
los procesos gubernamentales inscritas en el contexto de
interacciones entre el Estado y la sociedad.
Los nuevos modos de gobernanza suponen modulación y
reequilibrio del gobierno interactivo, gobierno emprendedor
y el gobierno socio o facilitador. La práctica cotidiana debe
crear y gerenciar redes de actores diversos, autónomos e
interdependientes.
La política pública debe buscar a los actores estratégicos –
territoriales y sectoriales- como fuente de las decisiones para
resolver institucionalmente los conflictos y aproximar a los
individuos y a los colectivos hacia sus expectativas.
Las acciones de los diversos niveles de gobierno no deben
ser de control jerárquico sino de cooperación, en el marco
del modelo de relaciones intergubernamentales elegido.
La columna debe ser las certezas, la coordinación, la
participación y el estado de derecho. Para garantizar el
acatamiento orgánico de las políticas públicas como un acto

40 Temas de desarrollo e institucionalidad en América Latina


de libertad, ajeno al populismo y a la imposición autoritaria,
que se refugian en subsistemas políticos de naturaleza
territorial.
Las nuevas y difusas “fronteras” de lo urbano y lo
rural asumen que el crecimiento rompió varios pactos
territoriales en la región, lo que se tradujo en inestabilidad
de los procesos de descentralización. Cada país afronta una
redefinición de la división espacial del trabajo. Los territorios
re-articulados a la globalización desde distintas formas
unitarias o federales confrontan a las disputas por las tasas
de rentabilidad de los sectores interno y externo.
Las nuevas bases sociales de la democracia asentadas
en el desarrollo urbano y rural, generan aproximaciones
distintas de los actores estratégicos, que contienen a
la institucionalidad y a la acumulación. Los territorios –y
los acuerdos territoriales– son actores decisivos de la
democratización, junto con los partidos políticos.
Cabe interrogarse si ¿han surgido nuevas miradas de la
sociedad acerca de la ruralidad? ¿Existen nuevas ópticas
desde la sociedad rural –la ruralidad– respecto de la nación?

Nuevas complejidades en los sistemas


políticos
Han surgido “otros” actores de la democracia. Los ciclos
económicos y la prosperidad trajeron consigo nuevas
desigualdades: el “triunfo” de las ciudades y de la economía
urbana, el nuevo rol del agro y el futuro de las identidades y
de las definiciones clasistas.
En el contexto de movilidad social ascendente que se
registró en la región, muchos actores se presentaron como
presencias sociales sin futuro, que buscan más consumo y

41
menos ciudadanía. De ahí su cada vez mayor lejanía con las
formas de democracia que se viven y su escaso compromiso
con ella.
Además de las discriminaciones de género, el universo
social presenta nuevas capas de marginalidad: informales,
indígenas, discapacidades, todas las vulnerabilidades, las
migraciones y los refugios políticos y económicos.
Aparecen amplias reivindicaciones juveniles que buscan
mayor futuro y evitar a la profunda y permanente
transitoriedad.
Las diferencias étnicas básicas además de cuestionar
a la conformación del Estado y a sus supuestos de
homogeneidad, se profundizan en torno al salario, empleo y la
ocupación. En las regiones de bajo desarrollo socioeconómico,
hay más discriminación étnica, mayor que en la dimensión de
género.
Los socialmente excluidos tienden a participar en la toma
de decisiones a todos los niveles. Sin embargo, la mayor
participación está asociada con una brecha menor de
ingresos dentro de los territorios, al margen de su ubicación
relativa en el país.
Estos “otros” actores de la democracia en muchos casos
acometen contra la modernidad, como síntoma de la
necesidad de la autodeterminación. De cara a la situación
actual de la región, se perfilan como actores condicionados
al momento del ciclo vital relacionado con el ciclo económico.
Como se mencionó, la participación es el sello aparente de la
época, que emerge contra el bloqueo de la expresividad social
y estamental, de la incidencia ciudadana y de la presencia de
los adversarios/minorías en el discurso de los dominantes/
mayorías. Hemos asistido a oleadas de ciudadanos que

42 Luis Verdesoto, Gloria Ardaya


https://goo.gl/images/h1pn3Y

defienden sus derechos pero que no necesariamente


cumplen con sus obligaciones. La demanda por derechos
sociales se asocia a la incertidumbre política propia de la
democracia y emergente de la informalización sistémica.
Frente a los requisitos tradicionales de la democracia, se
configura –sin la precisión debida– una demanda por una
democracia de calidad. ¿Qué es una democracia de calidad en
un contexto de mucha participación y “pocas instituciones”?
Hasta ahora, el visible “retorno” del Estado en la región,
luego del avasallamiento neoliberal, ha sido acompañado
de poca creatividad en las políticas públicas, recluidas en
la manipulación de los mercados y soportados en el empuje
favorable de los precios de las materias primas.
Desde este contexto, cabe preguntarse ¿gobernabilidad, para
qué? Un nuevo tipo de gobernabilidad debería corresponder
a un nuevo Estado, que no es el único responsable de
gobernar, ni del interés general. La sociedad también es actor
y responsable de lo que acontece en la región.

43
La gobernabilidad no es un fin en sí misma, ni es ajena al
desarrollo. Debe reconocer el valor del conflicto y de su
resolución. Deben definirse los términos de la gobernabilidad
democrática. Especialmente en torno a su metavalor, el
desarrollo humano y sostenible.
¿Quiénes son los actores estratégicos de la gobernabilidad?
Los que pueden hacer ingobernable a un sistema, pero
deberían acatar las decisiones de la autoridad y las reglas.
Apoyan o perturban la construcción de un orden estratégico
porque tienen el control de recursos estratégicos.
Desde esa perspectiva, ¿cuáles son las condiciones que
generan ingobernabilidad? Algunas reglas no cooperan con la
resolución de problemas de interacción o, en su defecto, se
presenta una inadecuada institucionalización de las reglas.
Además surgen nuevos actores estratégicos y se producen
cambios estratégicos de muchos actores poderosos. A su vez,
se vuelve visible la incapacidad de actores estratégicos de
arrastre.
Los gobiernos son aquejados por diversas carencias
de recursos (financieros, autoridad, institucionalidad y
capacidades técnicas y políticas) y por demandas sociales
fragmentadas.
Entre otros déficits de conformación de la ciudadanía
consta la conformación de los individuos que no aceptan a
la representación, que dejan su pasado rural pero que no se
instalan en la economía urbana ni en reglas de convivencia.
Surge una compensación participativa, que se convierte en
sobrecarga gubernamental. Especialmente porque demanda
más recursos económicos, produce deterioros de la autoridad
y generaliza a la transgresión institucional, social y política.

44 Temas de desarrollo e institucionalidad en América Latina


De este modo, se produce una intensificación de la
competición política con resultados en la fragmentación
de intereses. A su vez, genera reacciones nacionalistas y
populistas basadas en el temor a la globalización.
En suma, está emergiendo un nuevo bloque de poder que no
se vislumbra totalmente y que toda la situación en general,
provoca incertidumbres y ausencia de comunidad política que
diseñe futuro. En ese nuevo bloque de poder no está ausente
el papel del narcotráfico y de las nuevas modalidades de la
movilidad humana en la región, además de otros factores ya
analizados anteriormente. Interesa por ello, fortalecer a la
calidad de la democracia acompañada de la buena política,
aquella que los populismos quisieron quitarnos.

45
Movimientos “21 F”:
Hegemonía partidaria y
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contrapesos
Rocío Estremadoiro Rioja
Socióloga, doctora en Ciencias Sociales, con una maestría en Estudios Latinoamericanos.
Docente de pregrado y postgrado, activista e investigadora independiente.

N o cabe duda de que vivimos una coyuntura en la que domina


un sistema de partidos con hegemonía partidaria. Aquello,
por las características de la formación social latinoamericana
y de acuerdo a las experiencias que se dieron en la región, ha
conllevado prácticas autoritarias que suelen presentarse en el
marco de la concentración del poder.
Al ser cooptadas las instituciones del Estado por la hegemonía
partidaria e, incluso, buena parte de las organizaciones
tradicionales de la sociedad civil (sindicatos, gremios,
movimientos sociales, etc.) y frente a la debilidad de la
oposición partidaria, como una especie de contrapeso instintivo
surgieron los llamados colectivos y plataformas ciudadanas
encuadrando diversidad de proyectos, discursos y fines.
Entre ellos se encuentra la variedad de movimientos que
buscan que se respete el resultado del Referéndum del 21 de

47
febrero de 2016, consulta vinculante en la que se preguntó
a la ciudadanía si estaba de acuerdo o no con una reforma
constitucional que permitiera la repostulación del actual
binomio presidencial1, imponiéndose el “no” con un 51,3% de los
votos. Al no respetarse estos resultados (el partido gobernante
se empecina en repostular al binomio presidencial), nacieron
estas expresiones que han agrupado a una gran cantidad de
personas que se manifiestan en las calles y que llevan una
exitosa campaña mediática, principalmente a través de las
redes sociales.
En las líneas que siguen se proponen algunas aproximaciones
tentativas respecto a los movimientos “21 F” (en alusión a
la fecha del referéndum de 2016). Se abordará el motivo de
su conformación en el escenario de la hegemonía partidaria
y del fenómeno del surgimiento de colectivos y plataformas
ciudadanas; y algunos atributos y caracteres de los
movimientos “21 F”, reflexionando en base a sus perspectivas
futuras y sobre el alcance del ejercicio ciudadano activo.

Hegemonía partidaria
Al remitirnos a la hegemonía partidaria del MAS necesariamente
habría que observar en el espejo circular del pasado y recordar
lo que aconteció con la hegemonía del Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR) (1952-1964), o el caso de México (país que
tiene con Bolivia muchas similitudes en su formación social),
con la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI)
(1920-2000), instrumento partidario que tuvo la “capacidad”
de modular tal maquinaria de poder, que subyugó el sistema
político mexicano por ocho décadas.
El PRI fue fruto de la Revolución Mexicana de 1910, una
revolución determinante en la alforja de las utopías más

1 El artículo 168 de la Constitución indica que el presidente o vicepresidente solo pueden ser reelectos por una sola
vez de manera continua.

48 Movimientos “21 F”: Hegemonía partidaria y contrapesos


queridas de América Latina. Al procurar “institucionalizarlo”
el PRI se configuró como un corrupto, autoritario y
funcional organismo. Los gobiernos del PRI resaltaron por
su pragmatismo, se amoldaron para mantener el poder,
transcurriendo entre postulados de “izquierda”, “centro” o
“derecha” según la conveniencia y la coyuntura. Por ejemplo,
mientras en la décadas de los 1960 y 1970 nuestros países
franqueaban la sombra de las dictaduras militares, en México
se seguía el “normal” cause constitucional dominado por el PRI,
pero esto no impidió que la “Doctrina de Seguridad Nacional”
dejara su huella y eso se evidenció en 1968, cuando las fuerzas
gubernamentales masacraron a universitarios en Tlatelolco.
Por ello, la hegemonía del PRI fue calificada como “dictadura
perfecta”, no tuvo la necesidad de apelar a los cuartelazos para
regir con tintes absolutistas.
Si analizamos las gestiones del MAS, existen pretensiones
análogas para controlar el total del armazón estatal. Basta ver
lo que acaece con el Poder Judicial, las FF.AA., la Defensoría del
Pueblo, etcétera, sin contar que se hizo y se deshizo para que la
mayor parte de los ámbitos territoriales intermedios y locales
“autonómicos” sean manejados por el MAS, al tiempo que las
organizaciones civiles como sindicatos, gremios, movimientos
sociales, entidades indígenas, etc. son constantemente
intervenidas, cooptadas, divididas y/o compradas.
No obstante, en México, los fantasmas de Santa Anna o Porfirio
Díaz2 estaban demasiado frescos en la memoria colectiva, por
tanto, se evitó la reelección de la misma persona en el diseño
institucional que devino de la Revolución de 1910.
Esa sería notoria diferencia entre el México del PRI y la Bolivia
actual. En Bolivia es preocupante la omnipresencia de la figura
de Evo Morales, solo basta percatarse de que ostenta un museo

2 Ambos dictadores mexicanos que durante el siglo XIX estuvieron décadas en el poder. Santa Anna gobernó en
periodos discontinuos entre 1833 y 1847. Porfirio Díaz gobernó México entre 1876 y 1910.

49
personal construido con recursos del Estado. Igualmente, la
testaruda imposición de la repostulación presidencial dice
bastante de los atributos de un partido y gobiernos que, una
vez más en la historia de este país, no se entienden, ni se
proyectan, sin su caudillo.
Por otro lado, como todo PRI tiene su Partido de Acción Nacional
(PAN) (que más parecía un extemporáneo espectro funcional al
PRI, al otorgar legitimidad a esa “democracia” sin que pudiera
clasificarse como unipartidista)3, en la fragmentada Bolivia
se tambalean múltiples partidos opositores muy evidentes
en su debilidad política, programática y discursiva; más se
perfilan cual cajas de resonancia de la agenda, retórica y
métodos que enarbola el partido dominante, dando cuenta
que efectivamente el MAS controla la política partidaria y su
expresión institucional.

Contrapeso: Colectivos y plataformas


ciudadanas
Ante la concentración del poder que sobrelleva la
hegemonía partidaria del MAS y el raquitismo de la oposición
partidaria, iniciativas ciudadanas han surgido a título de
colectivos, plataformas, movimientos, etc. Algunas de estas
manifestaciones tienen un historial de lucha de larga data, otra
es la experiencia de nuevas propuestas que se han multiplicado
en los últimos años. En todos los casos, estos organismos se
han fortalecido y han ampliado su alcance gracias a las redes
sociales, mecanismos comunicativos relativamente libres, de
fácil y masivo acceso y que difícilmente pueden ser subyugados
por intereses políticos, corporativos y otros, a diferencia de los
medios de comunicación habituales.

3 Partido que fue el permanente rival del PRI durante su hegemonía partidaria. De tintes conservadores y
anacrónicos, representaba a los sectores contrarios a la Revolución Mexicana, especialmente a los terratenientes
y sectores ligados a la Iglesia. Ante a la hegemonía del PRI, el PAN pocas veces accedía a espacios de poder y
siempre en minoría.

50 Rocío Estremadoiro Rioja


Marchas y protestas contra la repostulaciín de Evo Morales - https://goo.gl/images/F1LYcu

En consecuencia, en el Siglo XXI han proliferado estas


organizaciones colectivas, enunciando diversidad de proyectos,
propuestas, discursos, fines, mecanismos de acción, etc. Los
hay feministas, ambientalistas, defensores de derechos de las
diversidades sexuales y grupos étnicos, temáticos, culturales,
reivindicativos de contenidos coyunturales, y ligados a
proyectos político-partidarios e intereses gremiales.
Lo positivo de este fenómeno es que pareciera que los
bolivianos han decidido ejercer ciudadanía activa en base a
las oportunidades políticas que el sistema democrático faculta
y debería promover. Y ante el deficiente manejo de la gestión
pública que en más de una ocasión acorrala a los gobiernos
municipales, departamentales y nacional, los ciudadanos
están empezando a convertirse en protagonistas de la toma
de decisiones y en el manejo del bien común, a partir de la
incidencia política, la presión social y la acción directa.
Es el caso de colectivos feministas, ambientalistas, etc. que
han alcanzado algunos cambios en el diseño institucional
(incidencia en leyes, normativas, políticas públicas, proyectos

51
estatales, etc.) o por lo menos han introducido temas de
discusión (muchas veces polémicos y en contradicción con las
ideologías auspiciadas por el poder) en la agenda pública y
mediática.
Lo más importante es que el ciudadano aparentemente ha
llegado a cierto nivel de madurez política, en el entendido de
comprender la democracia más allá del voto, utilizando los
dispositivos de participación que trascienden la democracia
representativa y que se acercan a las utopías de las
democracias participativas y directas.
Aunque parte de estos movimientos también tienden a ser
funcionalizados, ya sea por el mismo MAS o por una oposición
partidaria moribunda que encontró nuevos bríos en estos
entes, no deja de ser notable que el contrapeso faltante en un
contexto de hegemonía partidaria lo están ejerciendo estos
movimientos, no solamente por su todavía imberbe influencia
en la toma de decisiones y políticas públicas, sino porque se
traducen en articuladores de discursos y sentidos alternativos
que hacen frente al intento de consolidar el pensamiento
unidimensional de la concentración del poder.

La metida de pata: El Referéndum del 21 de


febrero de 2016
Aún se pueden ver las notas de prensa y las declaraciones
del presidente, vicepresidente, ministros, militantes del MAS
y exponentes de los sectores sociales afines a este partido
respaldando el Referéndum que se realizó el 21 de febrero
de 2016, evento promovido, organizado y auspiciado por los
aparatos gubernamentales. Inclusive, antes que se lleve a cabo
la consulta, se percibió un marcado triunfalismo en las esferas
gobiernistas, estaban seguros de que la opción por aceptar la
reforma constitucional que permitiría la repostulación de los

52 Movimientos “21 F”: Hegemonía partidaria y contrapesos


mandatarios, ganaría por amplio margen. El propio Evo Morales
declaró que esperaba un respaldo que supere el 70% de la
votación: “Vamos a ganar con el Sí el 21 de febrero de este año,
vamos a ganar ampliamente. Eso no está en debate”4.
No esperaron que en los resultados se impusiera el “no”, un
desenlace que no planificaron.
Los días siguientes al corolario, personeros de gobierno y
militantes del MAS desvirtuaron los resultados de la consulta,
arguyendo que se había impuesto una campaña que giró en
torno a la “mentira”, en relación a un escándalo de “faldas” y
corrupción que involucró al presidente y que habría influido
en la votación5. Se afirmó que el 21 de febrero fue el “Día de la
mentira” y se impulsó un aparato propagandístico que desvirtuó
al Referéndum y su desenlace. A la par, se ha recurrido a una
serie de estratagemas y argucias argumentativas y legales
para insistir en la repostulación presidencial. En noviembre de
2017, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) habilitó la
repostulación de la dupla presidencial arguyendo “la aplicación
preferente de convenios internacionales”6. Pese a ello la
repostulación es incierta.

4 Citado en https://www.telesurtv.net/multimedia/Evo-Morales-aspira-70-de-apoyo-en-referendo-20160102-0016.
html.
5 Se trató del escándalo que involucraba a Evo Morales en una relación sentimental con Gabriela Zapata, que en ese
momento era alta ejecutiva de la empresa china CAMC y a quien se acusó de tráfico de influencias y de beneficiarse
con millonarios contratos con el Estado. Se habló de un hijo que habrían concebido, lo que fue admitido y después
negado por el propio presidente. Hoy Zapata cumple una condena en la cárcel por una serie de delitos en los que
se incluyen legitimación de ganancias ilícitas, asociación delictuosa, uso indebido de bienes públicos, falsedad
ideológica, entre otros. No se sabe a ciencia cierta lo que ocurrió con Morales Zapata, el supuesto hijo que tuvieron
y el nepotismo que encerraban las acusaciones; los implicados en el tema y funcionarios gubernamentales han
presentado información contradictoria.
6 Citado en https://www.telesurtv.net/news/Tribunal-habilita-la-repostulacion-de-Evo-Morales-
para-2019-20171128-0047.html. El artículo 23 de la Convención Americana de Derechos Humanos indica: “Todos los
ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: a. participar en la dirección de los asuntos
públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos; b. votar y ser elegidos en elecciones
periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión
de la voluntad de los electores, y c. tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de
su país. 2. La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades a que se refiere el inciso anterior,
exclusivamente por razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental,
o condena, por juez competente, en proceso penal”. (Convención Americana de Derechos Humanos. En https://
www.argentina.gob.ar/sites/default/files/derechoshumanos_publicaciones_colecciondebolsillo_10_convencion_
americana_ddhh.pdf ).

53
El desconocimiento del juego que el mismo gobierno promovió,
obviamente, generó rechazo ciudadano. Resulta ilógico que se
gastaran millones del sudor colectivo en un plebiscito y luego
desconocerlo porque no le agradó el resultado al poder, y
menos ello refleja un comportamiento ético, honesto, coherente
respecto a lo que implica la democracia y sus instituciones
duramente conseguidas.
Una vez conocido el resultado del Referéndum y la intención
gubernamental de desechar su mandato, se generó una
reacción ciudadana crítica al régimen que trascendió a los
tradicionales grupos de oposición. Aclarar que esa reacción ya
se iba alimentando varios años antes, debido a que el gobierno,
en la praxis, continuó siendo eco de una cultura política y una
historia sellada por la corrupción, las prácticas autoritarias, el
militarismo, el extractivismo y la improvisada y viciada gestión
pública, lo que fue generando malestar colectivo. La gota que
rebalsó el vaso fue el desconocimiento del Referéndum del 21
de febrero de 2016.

Marcha contra el 21F - https://goo.gl/images/19fAwb

54 Rocío Estremadoiro Rioja


De esta manera, los movimientos “21 F” generaron amplia
convocatoria, por lo que son diversos en cuanto a extracción
social y posición ideológica. Y por más que algunos se
empecinen en recalcar que tal slogan es fofo, simplón y carente
de profundidad, “Bolivia dijo no” resultó envolvente, fácil de
enunciar y replicar, y ha ocasionado más de un bochorno a
autoridades y funcionarios gubernamentales. El hecho de que
hayan arrestado y pretendan condenar a un joven albañil por
decirle al presidente “Bolivia dijo no”, denota que este lema
causa bastante incomodidad, lo que ilustra su eficacia.

Vigencia de los movimientos “21 F”:


Descontento instintivo y fragmentado
Por las razones anteriormente manifestadas, los movimientos
“21 F” han convocado gran cantidad de personas, canalizando el
descontento por los gobiernos del MAS. Las movilizaciones en
torno a este tema sí han logrado cierto éxito, sea a partir de los
paros y concentraciones masivas, sea desde interpelaciones
particulares mediante la consigna “Bolivia dijo no”.
Empero, al ser grupos heterogéneos no podemos decir que
compartan ideologías y menos una agenda o programa político
único que vaya más allá del tema de la reivindicación de los
resultados del “21 F”, por lo que el fenómeno aún es instintivo,
inmaduro, precario. En las filas de los movimientos “21 F” hay
grupos que exteriorizan posiciones radicalmente distintas
y contrarias, dado que los hay feministas, ambientalistas,
anarquistas, de la izquierda clásica más allá del MAS, pero
también hay representación de sectores conservadores7 y de
la élite tradicional desplazada por el MAS.
El gobierno ambiguamente tildó a estos movimientos de “clase
media”, replicando una tendencia que se ensaña con la llamada

7 No por nada hay apologistas del ultraderechista Bolsonaro en las filas de algunas plataformas “21 F”.

55
“clase media” en los regímenes que adolecen de prácticas
autoritarias, oclocráticas y ruidosamente militaristas8.
Indistintamente, esta definición limita y desconoce la
diversidad de sectores que consiguieron articular estos
movimientos y la pluralidad que representa la “clase media”
en un país complejo, históricamente fragmentado y lleno de
matices. Precisamente, los movimientos “21 F” han heredado la
semilla de la fragmentación política.
Por ende, así como la oposición partidaria boliviana no se
puede librar de la fragmentación multipartidista, algo similar
está ocurriendo con los movimientos “21 F”. Otra posibilidad es
que las “plataformas” más numerosas terminen cooptadas por
algún partido opositor que sepa canalizar el descontento frente
al gobierno, diluyendo su carácter ciudadano e innovador.

A manera de conclusión
Claramente el MAS pretende continuar indefinidamente
en el gobierno y hay la tentativa, deliberada y planificada,
de concentrar el poder justamente a título de mantener
y profundizar esa hegemonía9. Si sumamos a ello la
fragmentación partidaria opositora hay probabilidad de que el
MAS se mantenga como partido hegemónico.
Hay que adicionar que en la remota posibilidad de que una opción
opositora le gane al MAS en las próximas elecciones, aquel
seguramente sería un gobierno muy débil, particularmente, al
enfrentarse a los sectores sociales que controla el MAS.
Asimismo, una opción opositora en el poder, en términos de
praxis, ¿sería muy distinta al MAS? Finalmente, los gobiernos

8 Para verificar ello, recordar las arengas de Franco, Mussolini, Hitler, Stalin y, en América Latina, los vituperios
de Trujillo, Stroessner, Banzer, Pinochet, Bordaberry, Videla, etc., que, a nombre del “pueblo”, se estrellaron contra
profesionales, universitarios, artistas, etc., quienes eran blanco de maniqueísmos articulados para justificar la
acometida despótica.
9 En los términos de Gramsci. Recordar que algunos ideólogos del MAS, como el vicepresidente, se dicen seguidores
de Gramsci.

56 Movimientos “21 F”: Hegemonía partidaria y contrapesos


del MAS son herederos de una gestión pública y cultura política
en la que se repiten recurrentes falencias y limitaciones:
corrupción, institucionalidad débil, pésima planificación pública,
pobre noción del bien común.
En tal medida, ante la debilidad del contrapeso institucional
y partidario, alguna esperanza trae el contrapeso ciudadano,
más allá de su inmadurez y fragmentación. Los colectivos y
plataformas representan frenos que, aunque instintivos, han
limitado algunos excesos del poder. Además, si consolidaran
su independencia, puede fortalecerse el ejercicio ciudadano
activo, algo ideal en una democracia.
Para ello falta mucho trabajo; mientras tanto, esperemos que
estas iniciativas no sucumban con el desenlace electoral y
sobrevivan a él.

57
Los abusos sexuales
contra menores en la Iglesia
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son una herida en el cuerpo de Cristo


Daniel Mercado, SJ.
Médico y docente en la Universidad Mayor de San Simón

E l título está tomado de una frase contenida en la carta a los


católicos de Irlanda que Benedicto XVI les dirigiera luego de
saberse la magnitud de los abusos sexuales cometidos en ese
país, y describe la profundidad con que los abusos lastiman
al conjunto de la Iglesia y a la relación con Cristo. Haber
conseguido que hoy la Iglesia católica pueda ser vista como
una amenaza en lugar de un sitio de seguridad y protección
para niños, niñas y adolescentes es algo que merece pensarse.
Desgraciadamente la violencia sexual contra menores no
es exclusiva de los clérigos católicos ni de los dirigentes de
diversas religiones, no es exclusiva de las religiones. El abuso
sexual de menores está uniformemente distribuido en todas
las profesiones, culturas y clases sociales. Es todavía más
llamativo que el abuso sexual ocurra de forma más frecuente
en el entorno familiar y sea cometido por parientes o personas
del círculo de confianza de la familia.
Es un fenómeno ampliamente extendido, pero sería ridículo
excusarse con este argumento de la obligación que tiene la
Iglesia de convertirse en una institución de la que el abuso
sea proscrito. No podemos tolerar que el entorno eclesial sirva

59
de espacio de acción impune a estos crímenes horrendos.
Escudarse en que otros lo hacen sería declararse abiertamente
cómplices.
Cabe pues aprender de los errores cometidos y generar una
cultura institucional que proteja a los menores, una manera de
funcionar donde todos nos hagamos responsables de ofrecer
ambientes sanos y seguros para niños, niñas y adolescentes.
En lo que sigue esbozaré algunos factores que en la Iglesia han
favorecido el abuso, intentaré hacer un resumen de los errores
que se han cometido antes y plantearé una formulación general
del tipo de medidas que pueden adoptarse para la prevención
de este desgraciado fenómeno.

El marco del abuso en la Iglesia


El clericalismo es apuntado por el propio papa Francisco como
el factor determinante en la dinámica del abuso. Clericalismo
es la distorsión del rol del sacerdote para conseguir fines
egoístas de quien accede a este cargo o dignidad. Considerar
que por ciertas funciones religiosas que se encomienda a
los clérigos, todos sus actos son sagrados e incontestables
termina por erigirlos en una casta separada y superior al resto
de los miembros del Pueblo de Dios.
La confusión del rol del clérigo, que lleva a sustituir la vocación
del servicio por la ambición de poder está en la esencia del
clericalismo. Y es el poder el que se halla detrás de la dinámica
del abuso sexual. Hay que añadir que ese clericalismo
tiene además dos rasgos añadidos que han favorecido el
autoritarismo en la Iglesia, el ejercicio del poder exclusivamente
por varones y un estilo de autoridad marcadamente vertical.
Todos los adultos nos hallamos en múltiples relaciones de
poder y todos ejercemos distintos tipos de poder, pero un
adulto equilibrado entra en la dinámica de poder en cierta

60 Los abusos sexuales contra menores en la Iglesia


simetría con sus pares. El abusador sexual, en cambio, se
aprovecha de su fuerza, de su autoridad y de su edad para
manipular y someter a un menor que se halla en condiciones
totalmente desventajosas. Se consigue así una dinámica de
abuso de poder que llega a violentar la esfera íntima del niño,
de la niña o del adolescente, cuya manifestación es sexual,
pero que en esencia es abuso de poder.
Quizás convenga subrayar este aspecto, el abuso sexual de
menores es una manifestación del abuso de poder. No es
producto de la necesidad sexual contenida por clérigos célibes.
La gran mayoría de los abusadores son personas que no tienen
ninguna obligación de mantenerse célibes y podrían acceder
a relaciones sexuales con total libertad. El abuso sexual de
menores es una cuestión de poder que llega a controlar y vejar
a un menor en lo más íntimo: su cuerpo y su sexualidad.
Este contexto ha hecho que la Iglesia haya cometido errores
en el modo de enfrentar el fenómeno del abuso sexual contra
menores. Errores que es necesario recordar para evitar
cometerlos nuevamente.

Los errores cometidos


Es imposible, además poco práctico, ofrecer aquí un catálogo
exhaustivo de los diferentes errores que como Iglesia se
han cometido en el manejo del abuso sexual de menores.
Sin embargo, conviene tener presentes algunos, sobre todo
porque se han repetido una y otra vez en distintos lugares del
mundo, como si no pudiéramos aprender de los errores.
Un primer error es no escuchar a la víctima. El menor que
denuncia es casi invariablemente veraz. Menos del 1% de estas
acusaciones han demostrado ser falsas. Pero se tiende a
considerar al menor como fantasioso y al clérigo como incapaz
de un acto semejante.

61
Para no creer en la acusación influye el hecho de considerar al
menor poco creíble, capaz de fantasear o malinterpretar. Según
dicen los expertos, la capacidad de fantasía de los menores es
enorme, pero nunca sobre aquello que les hace daño y menos
implicando a quien se supone que los protegería. Por otra
parte, el abusador suele despistar a sus superiores, minimiza
su responsabilidad, la racionaliza y manipula los hechos, de
forma que logra convencer de su inocencia. Esto ha hecho que
muchos obispos no tomaran acciones enérgicas y decididas
contra los abusadores y, al contrario, les permitieran continuar
sus funciones sin restricción alguna. Es lamentable recordar a
tantos obispos, hoy acusados de encubrimiento y complicidad,
cuando podían haber tomado las medidas adecuadas evitando
tanto dolor.
Lo terrible del abuso sexual de menores suele provocar una
reacción de negación, cuesta creer que alguien, un sacerdote,
del que se espera una conducta moral y espiritual elevadas,
sea capaz de un acto tan deleznable.
Un segundo error es el de creer que eso no pasa entre
nosotros. A las primeras noticias del escándalo de abusos en
Estados Unidos y Europa le siguió un escepticismo respecto al
fenómeno en nuestro medio. Se prefería pensar que esto era
propio de otros contextos. Frente a esta primera reacción cabe
recordar el estudio de Stoltemborgh que ha demostrado que el
abuso sexual de menores tiene una incidencia semejante en
todos los continentes.
Dentro de la propia Iglesia hubo, en cierto momento, la
tendencia de atribuir el abuso a ciertas corrientes eclesiales
ya sea por su rigor o por su liberalidad. Cada uno consideraba
lo suyo como inmune a este desgraciado fenómeno.
No tomar consciencia de la presencia del abuso sexual
entre nosotros solo retrasa el tomar medidas para evitarlo
y castigarlo. Es ser cómplice por omisión de que los abusos
sigan ocurriendo.

62 Daniel Mercado, SJ.


https://goo.gl/images/gsU3uu

Un tercer error es el de creer en soluciones mágicas. Como


los agresores solían convencer a sus obispos o superiores de
que se trataba de un hecho aislado, un incidente que no se
repetiría, muchas de las autoridades eclesiales prescribían
algunos paliativos: retiros espirituales, el sacramento de la
confesión y solo recurrían a trasladar de parroquia o diócesis al
abusador. En algunos casos se recurría también a tratamientos
psicológicos intermitentes e inadecuados.
También es cierto que hubo entre psicólogos un excesivo
entusiasmo por los éxitos conseguidos que hacían confiar
ciegamente en las terapias al uso. Para hoy, se ha estudiado
mejor el abuso sexual de menores y se puede afirmar que no
existe una terapia que sea cien por ciento efectiva. Los mejores
tratamientos intensivos, que duran en promedio cinco años
con un equipo multidisciplinar especializado y un seguimiento
posterior por varios años consiguen rehabilitación en algo más
del 90%. La tasa de reincidencia hace que no se pueda tomar el
riesgo de sostener como posible la curación de los abusadores
y que se deba, en ese sentido, mantener a todo aquel que por
una vez abusó sexualmente de niños, niñas o adolescentes
totalmente alejado del trato con menores.

63
El tratamiento del abusador debe hacerse por profesionales
especializados, con un equipo multidisciplinar y toma varios
años. Con todo, no asegura resultados exitosos, por lo que
un abusador no puede ser puesto a trabajar nuevamente con
menores.
De los errores cometidos y de lo que hoy se conoce de la
violencia sexual contra menores se ha visto que es necesario
enfrentarla de un modo integral y sostenido.

Cómo debe encararse el abuso sexual de


menores
Se necesita promover una cultura de protección del menor
en la que todos nos hallemos implicados. No es una cuestión
exclusiva entre abusador y abusado sino también de los
terceros que podemos detectar las señales del peligro. Tampoco
es responsabilidad exclusiva de los niveles de autoridad de
la Iglesia sino que nos compete a todos una participación
decidida para extirpar esta lacra de entre nosotros.
No es suficientes hacer enunciados ni expresar buenas
intenciones, sino que las prevenciones deben traducirse
en acciones. Un adecuado diseño de intervención debería
comprender varios niveles de prevención que delinearemos a
continuación de modo conciso.
Prevención primordial. Está constituida por una serie
de acciones cuyo eje es la información. Las autoridades
eclesiásticas deben responsabilizarse de promover espacios y
oportunidades de información adecuada acerca de la violencia
sexual contra menores, sus tipos, su carácter de delito y sus
efectos en el menor, en su familia, en la Iglesia y en la sociedad.
Todos los ámbitos eclesiales deben recibir esta información.

64 Los abusos sexuales contra menores en la Iglesia


En pocas palabras, la prevención primordial es conseguir una
población bien informada de lo que es el abuso sexual de
menores y sus implicaciones.
Prevención primaria. Tiene su lugar en grupos específicos en
los que es importante una formación más completa al respecto.
Por ejemplo, los maestros y estudiantes de las instituciones
educativas deben formarse para reconocer manifestaciones
de abuso o señales de peligro. Aquí se suele incluir también
códigos de conducta que establecen medidas que buscan
minimizar las oportunidades de acceso clandestino a menores
por parte de un abusador. Estas medidas pueden ser cambios
en la infraestructura, tales como que los despachos donde se
recibe a menores no estén completamente cerrados a la vista
de los demás, sino que por el contrario cuenten con puertas
de cristal o ventanas que permitan ver lo que ocurre adentro.
También se asumen normas de comportamiento en el trato
con los menores, por ejemplo, estableciendo la prohibición a
un adulto, clérigo o no, de compartir dormitorios o carpas con
menores en un viaje de estudio o en un campamento.
Prevención secundaria. Es la dirigida a grupos en los que
se detecta mayor riesgo. Un riesgo mayor implica mayor
cuidado y efectivizar medidas que eviten que los menores
en cuestión puedan llegar a ser abusados. Nos referimos a
menores institucionalizados, a los que tienen algún grado
de discapacidad o a los que pertenecen a familias que
experimentan violencia intrafamiliar, son grupos en los que
es necesario -además de lo establecido en los otros niveles-,
extremar el cuidado en la detección de señales de peligro.
Existen manifestaciones que indican que un menor se halla
en riesgo de sufrir un abuso, desde el riesgo leve hasta el
inminente. Por lo tanto, se debe dar formación acerca de la
detección de estas señales de peligro y, además, las acciones
que se adoptarán en cada circunstancia deben quedar

65
https://goo.gl/images/eNYQew

establecidas. El abuso sexual de menores se nutre del secreto


y del silencio, sacarlo de esa esfera a lo público y manifiesto
puede evitar el irreparable daño a un menor.
Prevención terciaria. Se da cuando el abuso ya ha ocurrido,
cuando el daño ha sido infligido. Se trata de un conjunto de
medidas que se establecen para atender a las víctimas tan
prontamente como sea posible y con la finalidad de disminuir
en lo posible el impacto del abuso en su vida. Busca la atención
psicológica, médica, social y legal para el restablecimiento de
la salud física, psicológica y sexual, y busca la restitución de
sus derechos.
En este nivel se deben establecer también las medidas legales
para que el delito sea juzgado tanto en la esfera civil como en
la eclesiástica. Un hecho de abuso cometido por un clérigo es
cuestión de la justicia interna de la Iglesia, pero además es
un delito civil que debe ser llevado a las instancias judiciales
correspondientes.
Para todas estas medidas el común denominador es la
información. Conocer qué es el abuso sexual de menores, qué

66 Daniel Mercado, SJ.


medidas se pueden adoptar para minimizar los riesgos de
abuso, saber reconocer las señales de peligro y cómo actuar
cuando se las detecta y, finalmente, actuar con prioridad sobre
la víctima para aminorar el impacto dañino que el abuso tuvo
en ella. También es importante reconocer que el abusador
tiene que recibir atención profesional seria.

En conclusión
El fenómeno del abuso sexual contra menores está ampliamente
difundido en nuestras sociedades. Cuando ocurre en la Iglesia
y es perpetrado por un clérigo, constituye un delito todavía
más horrible porque contraviene por completo el rol que se
espera de él y de la institución.
Ciertos modos de proceder de la Iglesia católica favorecen a
los abusadores, la verticalidad, el machismo y, sobre todo, el
clericalismo, que es un abuso de poder en toda regla.
Los errores cometidos por la Iglesia en el pasado deben
obligarnos a enmendarlos y a no repetirlos: debemos escuchar
a las víctimas, reconocer la presencia del fenómeno del
abuso entre nosotros y saber que la rehabilitación de clérigos
abusadores debe ser asumida por un equipo profesional.
Finalmente, nuestros esfuerzos como Iglesia deben dirigirse
a un abordaje integral del fenómeno que incluya distintos
niveles de prevención en el que todo miembro de la Iglesia,
y con mayor responsabilidad sus autoridades, asuma un
compromiso decidido.

67
De cascos viejos a
Plaza 14 de septiembre Cochabamba

centros históricos:
resignificando tiempos y espacios
Fernando J. Garcia Barros
Arquitecto urbanista y gestor cultural y patrimonial. Docente en la UMSS y en la UPB.
vDirector del proyecto mARTadero-Fundación Imagen.

L os cascos viejos, hoy mejor denominados como centros


históricos, son conjuntos urbanos que, desde el corazón
físico y simbólico de nuestras ciudades, nos ayudan a evocar
el pasado, a celebrar y disfrutar el presente, y a proyectar
creativamente el futuro. Cuando están bien conservados y
manejados generan riqueza (por el turismo y diversas ofertas
y productos culturales), identidad (por las historias contenidas
en sus calles y casas, y por lo emblemático y referente de
sus monumentos) y hermosos espacios de encuentro (por la
escala humana y armonía de sus elementos), proporcionando
un buen vivir a quienes los habitan siempre o los visitan
circunstancialmente. Por todo ello son atractivos y atractores,
requiriendo una atención mayor de todos para su conservación
y puesta en valor.

Desde un pasado [continuo] que trajo presente


Generalmente configurados inicialmente durante los siglos
XVI y XVII (con ciertas excepciones notables de fundación
prehispánica como México, Cusco y otros) muestran por eso una
notable riqueza cultural e inmaterial propia de dichos periodos
tempranos, desde la habitual retícula ajedrezada denominada
damero con centro en la plaza de armas (establecida por Felipe

69
II el 13 de julio de 1567, y por la Leyes de Indias en general)
hasta las manifestaciones de barroco mestizo tan originales y
frecuentes en iglesias, palacetes y casonas de los siglos XVII
y XVIII.
Sin embargo, el concepto en sí de centro histórico es
relativamente reciente, surgiendo como tal en plenas labores de
reconstrucción tras las destrucciones urbanas de la segunda
guerra mundial en Europa. Se ha ido después generalizando
progresivamente en las últimas décadas para denominar
esas zonas más antiguas de nuestras ciudades, capaces de
conservar una mayoría de sus edificaciones previas a los
desarrollos urbanísticos por ensanches de finales del siglo XIX
y principios del XX.
Paralelamente, memoria e identidad, como conceptos, van
reapareciendo en el siglo pasado con fuerza, y continuamente
en nuestras reflexiones conversacionales o investigativas
contemporáneas. Ligados íntimamente, muestran como
esencial mantener presente la memoria histórica de la cultura
que nos identifica, para proyectarnos al futuro con mayor
fuerza conservando esa identidad como país o región y como
latinoamericanos. La identificación y defensa de los valores
del patrimonio se convierte en el tema cultural y de gestión
patrimonial por excelencia, articulando pasado, presente y
futuro, y siendo continua y sucesivamente recordado por
instituciones especializadas como ICOM, ICOMOS, ICCROM, IFLA.
Así, se generó hacia mediados del siglo XX una dicotomía
entre ciudad vieja y ciudad nueva, resuelta generalmente con
el sucesivo abandono de la primera en busca de condiciones
de vida y habitabilidad “más modernas” ofertadas por la
nueva arquitectura. Envueltos en el mito del progreso, las
necesidades cubiertas de circulación y parqueo de los autos,
la luminosidad ofertada por ventanales y pieles de vidrio, las
nuevas infraestructuras y los servicios de bienestar, y muchas

70 De cascos viejos a centros históricos


otros ventajas comparativas, llevaron al olvido y degradación
de esas áreas donde surgieron nuestras ciudades, pasando
a denominarlas, bastante gráficamente, como cascos viejos.
Dicha terminología, que sugeriría casi su inutilidad e inminente
sustitución, fue sucesivamente –y con la progresiva y
creciente valoración del patrimonio de mano de historiadores
y otros investigadores– suavizada con mejores adjetivos,
renombrándolas como cascos antiguos o históricos.
La Carta de Atenas, allá por 1931, recogería ya la importancia
del uso de los monumentos por su conservación, planteando
acciones de restauración que no perjudiquen estilos de
ninguna época. Sin embargo, su visión como objetos aislados
era limitante y sin consideración de conjunto y, en 1933, el CIAM
dictará otra Carta de Atenas, promoviendo la zonificación, el
“progreso”, planteando incluso la demolición de estos espacios.
Una vez surgido el concepto de centro histórico, consolidándose
allá por los años 1960, será en Santiago de Compostela, en
1961, y en el marco de un Congreso Internacional de Vivienda
y Urbanismo, que se recoja como tema central el de los
conjuntos históricos. Dicha preocupación tendrá en la Carta
de Venecia, de 1964, su aterrizaje en la noción de patrimonio
histórico asociada a sitio. Las normas de Quito, de 1967, ya
contemplarán el monumento unido al espacio urbano, en su
conjunto, suponiendo un faro normativo y referencial para la
salvaguarda patrimonial de estos conjuntos. Allá se realizaría
dicho año la pionera Reunión sobre Conservación y Utilización
de Monumentos y Lugares de Interés Histórico y Artístico, que
desencadenaría sucesivos encuentros y seminarios en toda
nuestra región.

En un presente [indefinido] lleno de futuro


En nuestro mundo actual –reinterpretado continuamente por
las ciencias– vamos comprendiendo cada día más la profunda
interrelación entre idea y forma, entre onda y partícula. Lo

71
intangible activa lo tangible, y lo tangible realiza (convierte en
real) lo intangible. Su vínculo dinámico es la esencia misma del
quehacer humano. Así, el patrimonio como expresión de una
cultura va quedando definido por la interrelacionada y necesaria
conjunción de lo material (valores tangibles) y la imprevisible
derivación de sus significados y de sus conexiones simbólicas
(valores intangibles).
Podemos por ello identificar en los conjuntos históricos
múltiples valores de ambas naturalezas: históricos (de
antigüedad e integridad, conmemorativos, documentales),
arquitectónicos (espaciales, urbanísticos, territoriales),
artísticos (de innovación, arqueológicos, de representatividad),
estéticos (formales, materiales, de originalidad), constructivos
(tecnológicos, estructurales), simbólicos (religiosos, rituales, de
evocación), sociales (culturales, etnológicos, antropológicos, de
excepcionalidad), circunstanciales (contextuales, funcionales
o de uso, productivos), éticos, científicos, paisajísticos, etc…
Y éstos valores deben ser intermediados y accesibilizados al
gran público, mediante recursos diversos que vayan desde la
señalética hasta la difusión por diversos medios analógicos y
digitales, y desde la guía especializada hasta las presentaciones
o representaciones artísticas en dichos marcos. De ahí la
importancia de la investigación, exploratoria e interpretativa,
que permita desarrollar esas estrategias con mejor sustento.
En la actualidad, y desde unas cinco décadas atrás, muchas
ciudades han emprendido la revalorización de sus centros
históricos, dotando a estos conjuntos de una enérgica
capacidad que, desde sus valores y con la ayuda de avances
tecnológicos y restaurativos, lidera transformaciones urbanas
y desarrollo económico, no sin conllevar muchas veces
indeseables consecuencias conexas como la gentrificación
(expulsión progresiva de su pobladores), la terciarización
(utilización comercial y de servicios, y no ya doméstica), o
el efecto de parque temático (pérdida de autenticidad y
artificialidad cosmética).

72 Fernando J. Garcia Barros


Del mismo modo que la museología ha tenido que ir
actualizándose durante las última décadas, ampliando su
visión y mirada para comprender más en sus colecciones
las piezas, más en sus comunidades a los usuarios, y más
en sus territorios a los lugares, paralelamente se han ido
comprendiendo los monumentos mismos como inseparables
de su contexto y tejido urbano, y surcados además de ese
rico patrimonio intangible (narrativas, fiestas, tradiciones,
costumbres, saberes) íntimamente relacionado con ellos, y
vivo en los grupos humanos que los habitan o circundan.
Así, ciudades como Quito, nombrada junto a Cracovia Patrimonio
Cultural de la Humanidad en 1978, lideraron en nuestra región
una justa y necesaria
revalorización de los centros
históricos, siendo ponderado
por la UNESCO en aquella
ocasión y en la declaratoria
como el “mejor conservado
y menos alterado de toda
América Latina”. Tras ello,
ciudades latinoamericanas
como Antigua (1979), Ouro
Preto (1980), Olinda (1982), Arequipa
Cusco (83), Cartagena (1984),
Salvador (1985), Potosí, La
Habana, Puebla, Oaxaca,
México y Xochimilco (1987),
Lima, Trinidad y Guanajuato
(1988), Santo Domingo
(1990), Morelia y Sucre (1991)
, Zacatecas y Coro (1993),
Colonia del Sacramento y
Santa Cruz de Mompox (1995),
Querétaro (1996), Guadalajara
Valparaiso
y Sao Luis (1997), Tlacotalpán

73
(1998), Diamantina, Campeche y Cuenca (1999), Brasilia, Buenos
Aires, Arequipa y Córdoba (2000), Goiás (2001), Valparaíso y
Panamá (2003), Cienfuegos (2005), San Miguel de Allende (2008)
obtuvieron en estas décadas la preciada declaratoria. Cada una
desarrollaría mecanismos propios de trabajo, como La Habana,
con su Oficina del Historiador de la Ciudad, creada el 1993
con asignación adecuada de recursos y personal vigilante y
gestor; o Buenos Aires, con nuevos programas y servicios para
rehabilitar áreas extensas del Puerto Madero con estrategias
claras, políticas firmes, y el mercado reinante de la mano de
la corporación privada creada a tal fin; o Salvador de Bahía,
probando en el Pelourinho intentos sucesivos de generar
servicios indemnizando a los habitantes desplazados, para
luego darse cuenta de la importancia de generar más bien
programas sociales para ellos, en educación, salud, asistencia,
y apostar finalmente por la cualificación cultural; o Lima,
abarrotada de comerciantes ambulantes hacia 1996 generando
una situación crítica hasta que el alcalde Dr. Alberto Andrade
impulsa el Plan de Gestión del Centro Histórico, reduciendo
enormemente el problema.
Pero la declaratoria de patrimonio de la humanidad –que
afortunadamente exige un plan de manejo– solo se da como
reconocimiento a conjuntos de importancia excepcional,
asociado a eventos y tradiciones vivas, testimonio único,
eminente, y con mayor integridad y autenticidad, y por tanto
más representativo de valores menos alterados, evidenciando
sin embargo que todo el sistema de ciudades latinoamericanas
ostenta una combinación increíble de los mismos, aun habiendo
sufrido alteraciones propias de las transformaciones que el
tiempo, la prosperidad o la decadencia, traen consigo.

74 De cascos viejos a centros históricos


Hacia un futuro [perfecto] que actualice el
pasado
Nuestros centros históricos, todos ellos, necesitan cariño
y atención. Procesos de abandono y tugurización conllevan
frecuentemente marginalidad e inseguridad, informalidad
e insalubridad. El envejecimiento poblacional y las bajas
rentas dificultan el mantenimiento y la inversión necesaria.
Se hace urgente frenar su deterioro y revertir su decadencia
mediante políticas claras e incentivos fiscales, promoviendo la
restauración o el reciclaje de inmuebles y espacios públicos,
acompañando las intervenciones y promoviendo un uso
más multifuncional de los mismos. Para ello, se requiere
investigación exploratoria e interpretativa, generando
catálogos que puedan –como instrumentos para tal fin– guiar
las necesarias intervenciones. Paralelamente, poner en valor
y difundir sus múltiples narrativas, dinamizándolas mediante
actividades afines.
Además, organizar adecuadamente la recogida de residuos,
la iluminación artística, la arborización, la pavimentación, el
soterramiento de cables, la señalética, la mejora de fachadas,
y muchos otros aspectos que, interrelacionados, consigan
hacer agradables los espacios, conservando su memoria sin
transformar en museo dichos conjuntos, surgidos desde y para
la vida, como realidades urbanas que son con una necesaria
visión dinámica de los procesos. Obviamente, con un plan que
priorice las áreas de mayor concentración de valores, para ir
acometiendo sucesiva y ordenadamente las demás.
Haciendo un ejercicio de necesaria prospectiva, podemos
imaginar lo necesario. Los alcaldes entendieron la
importancia estratégica de los centros históricos y trabajando
colaborativamente lograron mejoras sustanciales en corto
tiempo, disparándose el turismo y la atracción de jóvenes

75
profesionales atraídos por la belleza y las nuevas condiciones de
vida. Al posibilitar la variedad de usos, incluyendo promociones
sociales de vivienda, y mecanismos participativos y otros
dispositivos para ello, se pudo ir logrando un carácter integral
de las intervenciones, devolviendo una centralidad muchas
veces dañada en lo ecológico, en lo productivo, en el encuentro
social. Se convirtieron así, nuestros centros históricos, en
imán para emprendedores, con nuevas tecnologías y creciente
calidad de vida, manteniendo su escala humana, posibilitando
la vivencia residencial junto a la actividad comercial de amplia
gama, de servicios y ocio.
Para ello, la peatonalización fue esencial, junto a las ciclovías
y veredas bien trazadas, tratadas y adaptadas, recuperando
y rehabilitando las edificaciones e integrando las nuevas
visiones de la sociología urbana que lograron en lo necesario
resignificar espacios e imaginarios.
A las autoridades les tocó para ello hacer muestra de su
cultura y voluntad, al establecer y hacer cumplir medidas para
inventariar –o mejor catalogar– los inmuebles de mayor valor

La Paz

76 Fernando J. Garcia Barros


cultural, protegiéndolos; planificar en base a ello estrategias
de recuperación de espacios comunes, casonas, y, en su
caso, expropiaciones, reconversiones y refuncionalizaciones;
establecer normativas específicas de alcance amplio, mediante
planes maestros; incentivar a pobladores y empresas –
mediante subvenciones y créditos favorables – para su
implicación activa en el proceso, priorizando el uso residencial
para asegurar la vitalidad del centro; reforzar la seguridad
mejorando la iluminación y la presencia de fuerzas de
seguridad, soterrando cables y aprovechando para organizar
las redes de servicios en el subsuelo; ordenar y optimizar la
circulación; desarrollar estrategias particulares e ingeniosas
para la conservación, revitalización y puesta en valor. Todo ello
se pudo hacer gracias a una unidad municipal especializada,
dotada de los recursos necesarios para tal impulso, y con
autoridad simbólica y real suficiente para su puesta en marcha,
control y mejora continua. Actuaciones, por tanto, que fueron
claras, bien estudiadas, flexibles y participativas.
La ciudadanía participó además en los diversos momentos
desde su calidad de habitantes, aprendiendo de experiencias
vecinales en todo el mundo que van logrando una mejora
sustanciosa de la calidad de vida, estableciendo alianzas para
la regeneración urbana, y combinando lo viejo y lo nuevo. El
vivir bien se manifestó naturalmente en una relación armónica
entre pasado, presente y futuro, entre la comunidad humana
de habitantes, los valores espirituales que la cultura transmite,
y el medioambiente circundante.

El panorama en Bolivia… tiempos y espacios


reales
Tras dos décadas de esfuerzos notables en la recuperación
del patrimonio de algunos de nuestros centros históricos, se
lograron avances significativos sobre todo visibles en Sucre,

77
Potosí

Potosí y los pueblos misionales de la Chiquitanía. Pero la última


década está siendo preocupantemente recesiva. Los Programas
de Rehabilitación de Áreas Históricas, a pesar de su eficiencia
y pertinencia, fueron siendo cerrados o transformados en
unidades muy genéricas (a veces mixtas como la de Sucre)
de patrimonio arquitectónico dependientes de direcciones de
cultura y patrimonio, en el mejor de los casos con comisiones
conexas, como la del centro histórico en La Paz. La falta de
asignación de recursos y del personal necesario ha disminuido
notablemente su alcance y no logra evitar algunas pérdidas
irreparables en las ciudades, en las que difícilmente puede
mantener su influencia. Potosí cerró su programa, al igual que
la Escuela Taller, perdiendo dos baluartes de gran valor para
el manejo y mejora de su centro histórico. En Cochabamba,
se mal realizó un catálogo que a pesar de su costo no llevó a
nada, y las barbaridades patrimoniales se suceden perdiendo
irreparable y periódicamente inmuebles que deberían estar
protegidos. En La Paz, algo se hace pero el calado es poco. En
Santa Cruz, a pesar del problema con el registro no actualizado
de inmuebles patrimoniales, se contaba hasta hace poco con
una dirección de patrimonio y centro histórico que ha sido
suprimida.

78 De cascos viejos a centros históricos


Como se puede notar en este panorama final, la escasez y
remoción de responsables impide la necesaria continuidad
de los incipientes esfuerzos. Solo Sucre y Potosí cuentan con
Planes Maestros, ya con más de una década de antigüedad.
Las otras ciudades tienen reglamentos y ordenanzas poco
integrales, que no alcanzan a proteger y poner en valor del
modo necesario. En la Chiquitanía, el Plan Misiones aún logra
mantener una positiva autonomía técnica, comprometiendo en
su financiamiento a gobernación, alcaldías y cooperación.
Así estamos. Bastante aplazados en cuanto a gestión de
centros históricos. Y decir detrás en esto no es decir delante
en lo otro. Porque lo peor que le puede pasar a nuestras
ciudades es olvidar su pasado y no planificar bien su futuro. El
inmediatismo, soporte ideal de la especulación y la corrupción,
toma la batuta al encontrar huecos en lo cultural y en lo técnico.

Nuestros centros históricos son más que cascos viejos.


Son en gran parte el trazado de lo que somos. La suma de
narrativas que nos explican. El conjunto de monumentos
que, en su materialidad, archivan la memoria de nuestras
sociedades. Salvémoslos y hagamos que nos acompañen
y nos sirvan a nosotros, a nuestros hijos, y a los hijos
de nuestros hijos. Porque fue construyéndolos que nos
construimos a nosotros mismos.

79
Un sínodo sobre los
jóvenes
Introducción
Víctor Codina, SJ.
Doctor en teología y autor de numerosos libros.

E l Concilio Vaticano II (1962-1965) estableció que se celebrasen


periódicamente reuniones de representantes de obispos de
todas la Iglesias para tratar temas de interés y actualidad.
Estas reuniones periódicas se llaman sínodos y el último
celebrado en Roma del 3 al 28 de octubre de 2018 ha sido sobre
los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. El texto que
se publica a continuación es un resumen del Documento final
de este sínodo.
Este sínodo ha sido precedido por una encuesta a jóvenes de
las Iglesias de todo el mundo, lo cual ha ofrecido un material
rico y valioso, donde se muestra la variedad de situaciones
del mundo juvenil y su problemática humana, social, cultural
y religiosa. También numerosos jóvenes, hombres y mujeres
de diversos países han sido invitados a participar en el sínodo
para poder escuchar sus voces.
Esta ha sido una de las características de este sínodo, la
insistencia en la necesidad de escuchar a los y las jóvenes,
sin juzgarlos ni ofrecerles respuestas ya confeccionadas
y recetas prefabricadas por parte de una Iglesia jerárquica,
siempre proclive al clericalismo patriarcal.

81
Más allá del tema de la juventud, este sínodo ha insistido mucho
en una visión sinodal de toda la Iglesia, es decir, una Iglesia
que camina conjuntamente hacia el Reino de Dios, donde todos
los bautizados avanzamos en comunión. Etimológicamente
“sínodo” significa camino conjunto y es un término que se
aplica a la Iglesia, donde todos somos miembros activos,
responsables, todos hemos recibido el mismo Espíritu del
Señor y todos nos hemos de escuchar y ayudar.
Por esto no es casual que el desarrollo del Documento final
siga el esquema del caminar de Jesús con los discípulos de
Emaús, donde comienza por escucharlos. Escuchémosles.

Resumen del documento final


Paolo Ondarza e Isabella Piro.
Periodistas de Vatican News

T res partes, doce capítulos, ciento sesenta y siete parágrafos


y sesenta páginas: así se presenta el documento final de
la XV Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos,
sobre el tema: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.
El texto fue aprobado por los dos tercios del Aula, la tarde del
27 de octubre. El documento fue entregado al Papa, que luego
autorizó su publicación.
Es el episodio de los discípulos de Emaús, narrado por el
evangelista Lucas, el hilo conductor del  documento final del
Sínodo de los Jóvenes. Leído en el Aula en voces alternas
por el Relator General, Card. Sérgio da Rocha, los Secretarios
Especiales, Padre Giacomo Costa y Don Rossano Sala, junto con
Mons. Bruno Forte, miembro de la Comisión para la Redacción
del texto, el documento es complementario al Instrumentum
laboris del Sínodo, del que retoma la división en tres partes.

82 Un sínodo sobre los jóvenes


Acogido con aplausos, el texto –dijo el Cardenal da Rocha– es
“el resultado de un verdadero trabajo de equipo” de los Padres
sinodales, junto con los demás participantes en el Sínodo y “en
modo particular con los jóvenes”. El Documento contiene los
364 modos, es decir, las enmiendas, que se han presentado.

 “Caminaba con ellos”


En primer lugar, el  documento final del Sínodo  examina el
contexto en el que viven los jóvenes, destacando sus puntos
de fuerza y sus desafíos. Todo comienza con una escucha
empática que, con humildad, paciencia y disponibilidad, permita
dialogar verdaderamente con la juventud, evitando “respuestas
pre confeccionadas y recetas ya preparadas”. Los jóvenes,
intactos, quieren ser “escuchados, reconocidos, acompañados”
y desean que su voz sea “considerada interesante y útil en
el campo social y eclesial”. La Iglesia no siempre ha tenido
esta actitud, reconoce el Sínodo: a menudo los sacerdotes
y los obispos, sobrecargados por muchos compromisos,
tienen dificultad  para encontrar tiempo para el servicio de la
escucha. De ahí la necesidad de preparar adecuadamente a los
laicos, hombres y mujeres, que sean capaces de acompañar a
las jóvenes generaciones. Además, ante fenómenos como la
globalización y la secularización, los chicos se encaminan hacia
un redescubrimiento de Dios y de la espiritualidad, y esto  debe
ser un estímulo para que la Iglesia recupere la importancia del
dinamismo de la fe.

La escuela y la parroquia
Otra respuesta de la Iglesia a las interpelaciones de los jóvenes
proviene del sector educativo: las escuelas, universidades,
colegios, oratorios, permiten una formación integral de los
chicos, ofreciendo al mismo tiempo un testimonio evangélico
de promoción humana. En un mundo donde todo está

83
conectado –familia, trabajo, tecnología, defensa del embrión
y del migrante– los obispos definen como irremplazable el
papel que desarrollan las escuelas y universidades, en donde
los jóvenes transcurren mucho tiempo. En particular, las
instituciones educativas católicas están llamadas a afrontar la
relación entre la fe y las exigencias del mundo contemporáneo,
las diferentes perspectivas antropológicas, los desafíos
científicos y técnicos, los cambios en las costumbres sociales
y el compromiso por la justicia. La parroquia también tiene su
papel: “Iglesia en el territorio”, es necesario volver a pensar su
vocación misionera, porque a menudo es poco significativa y
poco dinámica, especialmente en el ámbito de la catequesis.

Los migrantes, paradigma de nuestro tiempo


El documento sinodal se detiene también en el tema de los
migrantes, “el paradigma de nuestro tiempo” como fenómeno
estructural y no como emergencia transitoria. Muchos
migrantes son jóvenes o menores no acompañados que huyen
de la guerra, violencias, persecuciones políticas o religiosas,
desastres naturales, pobreza, y terminan siendo víctimas
del tráfico, de las drogas, abusos psicológicos y físicos.
La preocupación de la Iglesia es sobre todo por ellos, en la
perspectiva de una auténtica promoción humana que pase
a través de la acogida de los refugiados y prófugos, y sea
punto de referencia para los muchos jóvenes separados de
sus familias de origen. Los migrantes –recuerda el documento–
son también una oportunidad de enriquecimiento para las
comunidades y sociedades a las que llegan y pueden ser
revitalizadas por ellos. Resuenan pues, los verbos sinodales
“acoger, proteger, promover, integrar”, indicados por el Papa
Francisco para una cultura que supere la desconfianza y los
miedos. Los obispos piden también un compromiso mayor en
el garantizar, a quien no querría migrar, el derecho efectivo de
permanecer en su propio país. La atención del Sínodo se dirige

84 Paolo Ondarza e Isabella Piro


también a las Iglesias que son amenazadas, en su existencia,
por las migraciones forzadas y las persecuciones sufridas por
los fieles.  

Compromiso contra todo tipo de abuso: Luz en


la verdad y un pedido de perdón
Luego hay una amplia reflexión sobre los “diferentes tipos
de abusos” (de poder, económicos, de conciencia, sexuales)
cometidos por algunos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos:
en las víctimas causan un sufrimiento que “puede durar toda
la vida y que ningún arrepentimiento puede remediar”. De ahí el
llamamiento del Sínodo a “un firme compromiso a la adopción
de rigurosas medidas de prevención que eviten su repetición, a
comenzar de la selección y la formación de aquellos a quienes
se les confiarán tareas de responsabilidad y educación”. Por
lo tanto, será necesario erradicar aquellas formas como la
corrupción o el clericalismo en las que se injertan estos tipos
de abusos, contrarrestando también la falta de responsabilidad
y transparencia con la que
se han gestionado muchos
casos. Al mismo tiempo,
el Sínodo expresa su
gratitud a todos aquellos
que “tienen el valor de
denunciar inmediatamente
el mal”, porque ayudan a la
Iglesia “a tomar conciencia
de lo que ha ocurrido
y de la necesidad de
reaccionar con decisión”.
“La misericordia, de hecho,
exige justicia”. No deben
olvidarse, sin embargo,
los numerosos laicos, https://www.agenciasic.es

85
sacerdotes, consagrados y obispos que se dedican cada día,
con honestidad, al servicio de los jóvenes, quienes pueden
ofrecer realmente “una ayuda preciosa” para una “reforma de
envergadura histórica” en este ámbito.

La familia “Iglesia doméstica”


Otros temas presentes en el Documento tienen que ver con la
familia, principal punto de referencia para los jóvenes, primera
comunidad de fe, “Iglesia doméstica”: el Sínodo recuerda, en
particular, el papel de los abuelos en la educación religiosa y
en la transmisión de la fe, y advierte sobre el debilitamiento
de la figura paterna y de los adultos que asumen estilos de
vida “juveniles”. Además de la familia,  para los jóvenes cuenta
mucho la amistad con sus coetáneos porque les permite
compartir su fe y ayudarse mutuamente en su testimonio.

Promoción de la justicia “contra la cultura del


descarte”
El Sínodo se detiene en algunas formas de vulnerabilidad
de los jóvenes en diversos ámbitos: en el trabajo, donde la
desocupación juvenil empobrece a las jóvenes generaciones,
socavando su capacidad de soñar; las persecuciones hasta
la muerte; la exclusión social por razones religiosas, étnicas
o económicas; la discapacidad. Frente a esta “cultura del
descarte”, la Iglesia debe hacer un llamamiento a la conversión
y a la solidaridad, convirtiéndose en una alternativa concreta
a las situaciones de malestar. En el lado opuesto, no faltan en
cambio los ámbitos en los que el compromiso de los jóvenes
se expresa con originalidad y especificidad: por ejemplo, el
voluntariado, la atención a los temas ecológicos, el empeño
en política para la construcción del bien común, la promoción
de la justicia, para lo cual los jóvenes piden a la Iglesia “un
compromiso firme y coherente”.

86 Un sínodo sobre los jóvenes


Arte, música y deporte, “recursos pastorales”
También el mundo del deporte y de la música ofrece a los
jóvenes la posibilidad de expresarse lo mejor posible: en
el primer caso, la Iglesia les invita a no subestimar las
potencialidades educativas, formativas e inclusivas, de la
actividad deportiva; en el caso de la música, en cambio, el
Sínodo se centra en su ser “un recurso pastoral” que interpela
también a una renovación litúrgica, porque los jóvenes tienen el
deseo de una “liturgia viva”, auténtica y alegre, un momento de
encuentro con Dios y con la comunidad. Los jóvenes aprecian
las celebraciones auténticas en las que la belleza de los signos,
el cuidado de la predicación y el compromiso comunitario
hablen realmente de Dios”: por tanto, se les debe ayudar a
descubrir el valor de la adoración eucarística y a comprender
que “la liturgia no es puramente expresión de sí misma, sino
una acción de Cristo y de la Iglesia”. Las jóvenes generaciones
quieren ser protagonistas de la vida eclesial, aprovechando
sus propios talentos, asumiendo responsabilidades. Sujetos
activos de la acción pastoral, son el presente de la Iglesia,
deben ser animados a participar en la vida eclesial, y no ser
obstaculizados con autoritarismo. En una Iglesia capaz de
dialogar de una manera menos paternalista y más directa, de
hecho, los jóvenes saben ser muy activos en la evangelización
de sus semejantes, ejerciendo un verdadero apostolado que
debe ser apoyado e integrado en la vida de las comunidades.

“Se abrieron los ojos”


Dios habla a la Iglesia y al mundo a través de los jóvenes,
que son uno de los “lugares teológicos” en los que el Señor
se hace presente. Portadora de una sana inquietud que la
hace dinámica –se lee en la segunda parte del documento– la
juventud puede estar “más adelantada que los pastores” y por
eso debe ser acogida, respetada, acompañada. Gracias a ella la

87
Iglesia puede renovarse, sacudiéndose de encima “la pesadez
y lentitudes”. De ahí el llamado del Sínodo al modelo de “Jesús
joven entre los jóvenes” y al testimonio de los santos, entre los
cuales hay muchos jóvenes, profetas del cambio.

Misión y vocación
Otra “brújula segura” para la juventud es la misión, don de sí
mismo que conduce a una felicidad auténtica y duradera: Jesús
no quita la libertad, sino que la libera, porque la verdadera
libertad es posible solo en relación con la verdad y la caridad.
Estrechamente ligado al concepto de misión está el de vocación:
cada vida es una vocación en relación con Dios, no es fruto de
la casualidad o un bien privado que se gestiona por sí mismo
–afirma el Sínodo– y toda vocación bautismal es una llamada
a la santidad para todos.  Por eso, cada persona debe vivir su
propia vocación específica en cada ámbito: profesión, familia,
vida consagrada, ministerio ordenado y diaconado permanente,
que representa un recurso que debe ser desarrollado.

Papa Francisco con los jóvenes - http://www.synod2018.va

88 Paolo Ondarza e Isabella Piro


El acompañamiento
Acompañar es una misión que la Iglesia debe llevar a cabo
a nivel personal y de grupo: en un mundo “caracterizado por
un pluralismo cada vez más evidente y una disponibilidad de
opciones cada vez más amplia”, buscar junto con los jóvenes
un recorrido específico para hacer elecciones definitivas es
un servicio necesario. Destinatarios son todos los jóvenes:
seminaristas, sacerdotes o religiosos en formación, novios y
jóvenes esposos. La comunidad eclesial es lugar de relaciones
y ámbito en el cual, en la celebración eucarística, uno es tocado,
instruido y sanado por el mismo Jesús. El documento final
destaca la importancia del sacramento de la Reconciliación en
la vida de fe y anima a los padres, animadores, sacerdotes y
educadores a ayudar a los jóvenes, a través de la doctrina
social de la Iglesia, a asumir responsabilidades en el campo
profesional y sociopolítico. El desafío en sociedades cada vez
más interculturales y multirreligiosas es indicar en la relación
con la diversidad, una ocasión de enriquecimiento mutuo y
comunión fraterna.

No a moralismos ni falsas indulgencias, sí a la


corrección fraterna
El Sínodo promueve un acompañamiento integral centrado
en la oración y en el trabajo interior que valora también la
aportación de la psicología y de la psicoterapia, en cuando
están abiertas a la trascendencia. “El celibato por el Reino”
debe ser entendido como “un don que debe ser reconocido
y verificado en la libertad, la alegría, la gratuidad y la
humildad”, antes de la elección final. Es bueno que se busque
acompañantes de calidad: personas equilibradas, de escucha,
fe y oración, que se han medido con sus propias debilidades y
fragilidades y que, por ello son acogedoras “sin moralismos ni

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falsas indulgencias”, sabiendo corregir fraternalmente, lejos de
actitudes posesivas y manipuladoras. “Este profundo respeto
será la mejor garantía contra los riesgos de plagio y abusos de
cualquier tipo”.

El arte del discernimiento


“La Iglesia es el ambiente para discernir y la conciencia –escriben
los Padres sinodales– es el lugar donde se capta el fruto del
encuentro y de la comunión con Cristo”: el discernimiento, a
través de “una confrontación regular con un guía espiritual” se
presenta como un trabajo sincero de conciencia, “solo puede
entenderse como una auténtica forma de oración” y “requiere
el valor de comprometerse en la lucha espiritual”. La prueba de
las decisiones tomadas es la vida fraterna y el servicio a los
pobres. De hecho, los jóvenes son sensibles a la dimensión de
la diaconía.

“Se fueron sin demora”


María Magdalena, primera discípula misionera, sanada de
sus heridas, testigo de la Resurrección, es el icono de una
Iglesia joven. Los esfuerzos y la fragilidad de los jóvenes “nos
ayudan a ser mejores, sus preguntas nos desafían, las críticas
son necesarias porque muchas veces a través de ellas la
voz del Señor nos pide conversión y renovación”. Todos los
jóvenes, con diferentes visiones de vida, están en el corazón
de Dios. Los Padres subrayan el dinamismo constitutivo de la
sinodalidad, es decir, caminar juntos: el final de la Asamblea y
el documento final son solo una etapa, porque las condiciones
concretas y las necesidades urgentes son diferentes entre
países y continentes. De ahí la invitación a las Conferencias
Episcopales y a las Iglesias particulares a continuar el
proceso de discernimiento con el fin de desarrollar soluciones
pastorales específicas.

90 Un sínodo sobre los jóvenes


Sinodalidad, estilo misionero
“La sinodalidad” es un estilo de misión que nos anima a pasar
del yo al nosotros y a considerar la multiplicidad de rostros,
sensibilidades, proveniencias y culturas. En este horizonte hay
que valorar los carismas que el Espíritu dona a todos, evitando
el clericalismo que excluye a muchos de los procesos de toma
de decisiones y la clericalización de los laicos que frena el
impulso misionero. La autoridad –es la esperanza– se vive en
una perspectiva de servicio. Sinodal también sea el enfoque del
diálogo interreligioso y ecuménico, orientado al conocimiento
mutuo y a la ruptura de prejuicios y estereotipos, así como a
la renovación de la vida comunitaria y parroquial para acortar
la distancia entre los jóvenes y la Iglesia, y muestre la íntima
conexión entre la fe y la experiencia de vida. Se formalizó
la petición reiterada en el Aula de establecer, a nivel de las
Conferencias Episcopales, un “Directorio de pastoral juvenil
en clave vocacional” que pueda ayudar a los responsables
diocesanos y a los agentes locales a cualificar su formación
y su acción “con y para los jóvenes”, ayudando a superar una
cierta fragmentación de la pastoral de la Iglesia.

El desafío digital
Hay algunos desafíos urgentes que la Iglesia está llamada a
asumir. El documento final del Sínodo trata de la misión en
el entorno digital: parte integrante de la realidad cotidiana de
los jóvenes, una “plaza” donde pasan mucho tiempo y donde
se encuentran fácilmente, un lugar esencial para llegar e
involucrar a los jóvenes en las actividades pastorales, la web
presenta luces y sombras. Si, por un lado, permite el acceso a la
información, activa la participación sociopolítica y la ciudadanía
activa, por otro, presenta un lado oscuro –el llamado  dark
we  – en el que se encuentran la soledad, la manipulación,
la explotación, la violencia, el  cyberbulismo  y la pornografía.

91
De ahí la invitación del Sínodo a habitar en el mundo digital,
promoviendo las potencialidades comunicativas con vistas al
anuncio cristiano, y a “impregnar” de Evangelio sus culturas
y dinámicas. Se espera que se creen organismos de cultura y
evangelización digital que, además de “fomentar el intercambio
y la difusión de buenas prácticas, puedan gestionar sistemas
de certificación de los sitios católicos, para contrarrestar la
difusión de noticias falsas sobre la Iglesia”, emblema de una
cultura que “ha perdido su sentido de la verdad”, fomentando
la promoción de “políticas y herramientas para la protección de
los menores en la red”.

Reconocer y valorar a la mujer en la sociedad y


en la Iglesia
El documento evidencia también la necesidad de un mayor
reconocimiento y valoración de la mujer en la sociedad y en la
Iglesia, porque su ausencia empobrece el debate y el camino
eclesial: hay una urgente necesidad de cambio por parte de
todos incluso a partir de una reflexión sobre la reciprocidad
entre los sexos. Se espera que “haya una presencia femenina
en los organismos eclesiales a todos los niveles, incluso en las
funciones de responsabilidad” y que “haya una participación
femenina en los procesos de toma de decisiones eclesiales
con respecto al papel del ministerio ordenado”. “Es un deber de
justicia” –afirma el documento– que encuentra su inspiración
en Jesús y en la Biblia.

Cuerpo, sexualidad y afectividad


El documento se detiene sobre el tema del cuerpo, de la
afectividad, de la sexualidad. Ante los avances científicos que
plantean cuestiones éticas, fenómenos como la pornografía
digital, el turismo sexual, la promiscuidad, el exhibicionismo en
línea, el Sínodo recuerda a las familias y a las comunidades

92 Paolo Ondarza e Isabella Piro


Jóvenes durante el Sínodo / Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)

cristianas la importancia de hacer descubrir a los jóvenes que


la sexualidad es un don. A menudo la moral sexual de la Iglesia
se percibe como “un espacio de juicio y condena”, mientras que
los jóvenes buscan “una palabra clara, humana y empática”
y “expresan un deseo explícito de confrontación sobre
cuestiones relacionadas con la diferencia entre la identidad
masculina y la femenina, la reciprocidad entre hombres
y mujeres, la homosexualidad”. Los Obispos reconocen el
esfuerzo de la Iglesia por transmitir en el contexto cultural
actual “la belleza de la visión cristiana de la corporeidad y de
la sexualidad”: es urgente buscar “caminos más apropiados,
que se traduzcan concretamente en la elaboración de caminos
formativos renovados”. “Es necesario proponer a los jóvenes
una antropología de afectividad y sexualidad capaz de dar el
justo valor a la castidad” para el crecimiento de la persona,
“en todos los estados de vida”. En este sentido, es necesario
prestar atención a la formación de agentes pastorales creíbles
y maduros desde el punto de vista afectivo-sexual. El Sínodo
constata también la existencia de “cuestiones relativas al
cuerpo, a la afectividad y a la sexualidad que requieren una
elaboración antropológica, teológica y pastoral más profunda,

93
que debe llevarse a cabo de la manera más adecuada y en los
niveles más adecuados, desde lo local hasta lo universal”. Entre
ellas surgen las relacionadas con la diferencia y la armonía entre
la identidad masculina y femenina y las inclinaciones sexuales.
“Dios ama a cada persona y también a la Iglesia al renovar su
compromiso contra toda discriminación y violencia por motivos
sexuales”. Igualmente, el Sínodo “reafirma la importancia
antropológica decisiva de la diferencia y de la reciprocidad entre
hombre-mujer y considera reductivo definir la identidad de las
personas a partir de su orientación sexual”. Al mismo tiempo
se recomienda “fomentar” los “caminos de acompañamiento
en la fe, ya existentes en muchas comunidades cristianas”,
de “personas homosexuales”. En estos caminos las personas
son ayudadas a leer su propia historia; a adherirse libre y
responsablemente a su propia llamada bautismal; a reconocer
el deseo de pertenecer y contribuir a la vida de la comunidad;
a discernir las mejores formas de alcanzarla. De esta manera
ayudamos a cada joven, sin excluir a nadie, a integrar cada vez
más la dimensión sexual en su personalidad, creciendo en la
calidad de las relaciones y caminando hacia “el don de sí”.

Acompañamiento vocacional
Entre los otros desafíos señalados por el Sínodo está también
el económico: la invitación de los Padres es a invertir tiempo
y recursos en los jóvenes con la propuesta de ofrecerles un
período destinado a la maduración de la vida cristiana adulta
que “debe permitir un alejamiento prolongado de los ambientes
y de las relaciones habituales”. Además, mientras esperamos un
acompañamiento antes y después del matrimonio, se alienta la
creación de equipos educativos, incluyendo figuras femeninas
y matrimonios cristianos, para la formación de seminaristas
y personas consagradas, también con el fin de superar las
tendencias al clericalismo. Se requiere una atención especial
en la acogida de los candidatos al sacerdocio, que a veces

94 Un sínodo sobre los jóvenes


tiene lugar “sin un conocimiento adecuado y una relectura
profunda de su historia”: “la inestabilidad relacional y afectiva,
y la falta de raíces eclesiales son signos peligrosos. Descuidar
las normas eclesiales a este respecto –escriben los Padres
sinodales– constituye un comportamiento irresponsable, que
puede tener consecuencias muy graves para la comunidad
cristiana”.

Llamados a la santidad     
“Las diversidades vocacionales están reunidas en la única y
universal llamada a la santidad. Lamentablemente, el mundo
está indignado por los abusos de algunas personas de la
Iglesia, más que animado por la santidad de sus miembros”,
por eso la Iglesia está llamada a “un cambio de perspectiva”: a
través de la santidad de tantos jóvenes dispuestos a renunciar
a la vida en medio de la persecución para permanecer fieles
al Evangelio, puede renovar su ardor espiritual y su vigor
apostólico.

El regalo del Papa a los participantes del


Sínodo
Finalmente, como recuerdo del Sínodo de los Jóvenes, el Santo
Padre ha regalado a todos los participantes una baldosa de
bronce en bajorrelieve que representa a Jesús y al joven
discípulo amado. Se trata de una obra del artista italiano Gino
Giannetti, acuñada por el Estado de la Ciudad del Vaticano,
emitida en 460 ejemplares.

95
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