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Museos de la Memoria en Argentina:

una aproximación desde la gestión


cultural

Elisa Braunstein

Directora Académica: Dra. Valentina Salvi

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRES DE FEBRERO

CARRERA DE LICENCIATURA EN GESTIÓN DEL ARTE Y LA CULTURA

DEPARTAMENTO DE ARTE Y CULTURA


2009

Trabajo Final de Grado

Cátedra: Taller de elaboración de trabajo final

Profesor Titular: Lic. Enrique Valiente


Docente Auxiliar: Lic. Alejandra Sánchez Antelo
Docente Auxiliar: Lic. Jorge Zuzulich
Quisiera agradecer infinitamente

A mi madrina, a mi tutora Valentina Salvi, a Ana Bidiña, a Flor, a la Tía


Ana, y a mamá, por sus valiosas sugerencias y acertados aportes durante
el desarrollo de este trabajo.
Al equipo de trabajo del Museo de la Memoria de Rosario y a mis
profesores, en especial a Marta Nanni, por su extraordinaria labor y la
huella que han dejado en mi vida.
A Ingo, por dejarme ser.
Y a mi familia y amigos, por su continuo y afectuoso aliento
Resumen

En 1949 se fundó el primer museo relacionado a la memoria de las


víctimas del Holocausto, y en 1953 se inauguró el Museo del Holocausto
de Jerusalén (Yad Vashem), reconocido internacionalmente como piedra
fundante de los Museos de la Memoria. Estos museos presentan y
transmiten memorias traumáticas de diferentes sociedades y períodos,
obedeciendo a la idea de “recordar para no repetir”. La presente
investigación está basada en los dos primeros exponentes argentinos de
este tipo de museos tomados como estudio de caso. Con este fin, se ha
delimitado como objetivo principal reflexionar sobre las características
específicas de los museos de la memoria, indagando acerca de los modos
de construcción de la memoria ligada a exterminios masivos. Y como
objetivos específicos indagar acerca de los usos de la memoria presentes
en las propuestas de los museos estudiados y seleccionar y sistematizar
sus características distintivas. El presente trabajo ofrece una descripción y
análisis de problemáticas específicas de estos museos y describe aquellos
atributos que hacen a las instituciones de la memoria diferentes respecto
de otros museos. Para finalizar se propone una caracterización básica y
tentativa del Museo de la Memoria, enmarcada en la bibliografía específica
del tema.
Abstract

In 1949 the first museum related to the memory of holocaust victims was
founded and later, in 1953, the Holocaust Museum of Jerusalem (Yad
Vashem) was inaugurated, being internationally recognized as the
foundational stone of the Memory Museum. These museums exhibit
traumatic memories from different societies and time periods, with the
mission of “remembering to avoid repetition”. The research presented is
based on the first two Argentinean examples of this kind of museum,
reviewed as case studies. To this end, it has been determined as the main
objective of this study to think about the specific characteristics of
memory museums, investigating about the ways memory is constructed in
relation to mass extermination. The specific objectives of this research are
to inquire about the diverse uses of memory present in the proposals of
the analyzed museums, and to select and systematize their distinctive
characteristics. This paper offers a description and an analysis of the
specific problems that these museums have to face, and describes those
attributes that make these memory institutions different from other
museums. To conclude, it offers a basic and tentative characterization of
memory museums, framed on specific bibliography.
Índice general
1. Pro Secretarios..........................................................................................................................................51
2. Pro Tesoreros............................................................................................................................................51
3. Biblioteca..................................................................................................................................................70
4. Administración..........................................................................................................................................70
Introducción

“…los llamamientos a la memoria no poseen en sí mismos legitimidad alguna mientras no sea


precisado con qué fin se pretende utilizarlos.” (Tzvetan Todorov, Los abusos de la memoria, 2000)

"Memory has fueled merciless, violent strife, and it has been at the core of reconciliation and
reconstruction. It has been used to justify great crimes, and yet it is central to the pursuit of justice.
In these and more everyday ways, we live surrounded by memory, individual and social: in our
habits, our names, the places where we live, street names, libraries, archives, and our citizenship,
institutions, and laws. Still, we wonder what to make of memory and its gifts, though sometimes we
are hardly even certain that they are gifts. Of the many chambers in this vast palace, I mean to ask
particularly after the place of memory in politics, in the identity of political communities, and in
their practices of doing justice."—(Booth, James W , Communities of Memory: On Witness, Identity,
and Justice; 2006)1

En 1949 se funda en Israel el museo Beit Lojamei HaGuetaot que significa


“Casa de los combatientes de los Guetos” y cuatro años después se
inaugura el Museo del Holocausto de Jerusalén, Yad Vashem. El nacimiento
de estas instituciones representa un punto de inflexión en la memoria del
Holocausto puesto que se ofrecen como un espacio de transmisión de un
pasado traumático, pero también implican una transformación de la
noción misma de museo. Surgen así los llamados museos de memoria,
entre cuyos principales objetivos será evocar la memoria de las víctimas
con el fin de que se elimine el odio, el racismo y la intolerancia de futuras
generaciones. El nacimiento de los museos de memoria, es parte pues de
un cambio cultural que se viene produciendo en las últimas décadas y que
tiene que ver con una suerte de obsesión por el pasado. La memoria ha
adquirido un rol protagónico en los discursos públicos, en muchos análisis

1
“La memoria ha alimentado contiendas violentas y despiadadas, y a su vez, ha estado
involucrada en la reconciliación y la reconstrucción. Se la ha utilizado para justificar
grandes crímenes, y a pesar de ello, es central para la búsqueda de justicia. De esta y
otras maneras cotidianas, vivimos rodeados de memoria, individual y social: nuestros
hábitos, nuestros nombres, los lugares donde vivimos, los nombres de las calles,
bibliotecas, archivos, y también, en nuestra ciudadanía, instituciones y leyes. Aún así nos
preguntamos qué hacer con la memoria y sus dotes, aunque a veces resulte difícil verlos
como tal. De las muchas cámaras de este vasto palacio, apunto a preguntar
particularmente por el lugar de la memoria en la política, en la identidad de las
comunidades políticas y en sus prácticas para hacer justicia.” (traducción personal)
académicos, en los medios de comunicación, dando lugar a lo que
Hyussen (2002) llama una nueva cultura de la memoria.

En diversos países se vienen desarrollando museos relacionados a


memorias traumáticas nacionales, como por ejemplo, el National Civil
Rights Museum de los Estados Unidos, el Constitution Hill de Sudáfrica, el
Perm-36 Gulag Museum de Rusia, el Museo Memoria y Tolerancia de
Méjico ó el Hiroshima Peace Memorial Museum de Japón, que se suman a
la fundación de Museos de la Memoria del Holocausto. Estos nuevos
museos, en algunos casos, se agrupan como Sitios de Conciencia, Museos
de Paz ó, como los denomina la UNESCO, museos temáticos. Sea cual
fuere su denominación, los nuevos museos responden al mandato de
“recordar para no repetir”, aunque, como advierte Jelin (2002), esto puede
esconder las luchas de poder entre las diversas memorias que compiten
por controlar estos espacios públicos.

Ahora bien, el presente trabajo se propone abordar el tema amplio de los


museos de memoria a partir del análisis de dos estudios de caso: el Museo
del Holocausto de Buenos Aires y el Museo de la Memoria de la Ciudad de
Rosario. El objetivo general de este trabajo es sistematizar la información
dispersa respecto de los museos relacionados a la memoria y llevar
adelante una caracterización de sus principales propuestas, actividades y
relaciones con la sociedad, a fin de enriquecer la investigación existente a
nivel local.

Para el desarrollo del presente trabajo se han relevado y analizado fuentes


documentales primarias y secundarias. Entre las primeras contamos con
una entrevista realizada a Rubén Chababo, director del Museo de la
Memoria de Rosario, y diversas conversaciones con funcionarios del Museo
Memoria del Holocausto de Buenos Aires. Como fuentes documentales
secundarias utilizaremos folletería institucional, sitios de Internet, material
bibliográfico, así como, las observaciones de muestras, acervos,
instalaciones, bibliotecas, etc. La elección de estos dos estudios de caso
responde a que se trata de los primeros exponentes del país de este tipo
de museos.

Se partirá de la descripción de la gestión de dos instituciones argentinas,


el Museo Memoria del Holocausto (Shoá) de Buenos Aires y el Museo de la
Memoria de Rosario, y se establecerán los rasgos comunes de ambas
instituciones. Dado que se analizan sólo dos museos, no podemos
pretender concluir con una tipología de esta clase particular de museos.
No obstante, luego del análisis de ambas instituciones, propondremos una
caracterización básica y tentativa del Museo de la Memoria, enmarcada en
la bibliografía específica del tema.

Al tomar dos estudios de caso, el presente trabajo ofrecerá una


descripción y análisis de problemáticas específicas de estos museos y
describirá aquellos atributos que hacen a las instituciones de la memoria
diferentes respecto de otros museos. Con este fin, hemos delimitado como
objetivo principal: reflexionar sobre las características específicas de los
museos de la memoria, indagando acerca de los modos de construcción
de la memoria ligada a exterminios masivos. Y como objetivos específicos:
indagar acerca de los usos de la memoria presentes en las propuestas de
los museos estudiados y seleccionar y sistematizar sus características
distintivas.

Este trabajo se estructura en cuatro capítulos. El primer capítulo desarrolla


las principales conceptualizaciones relacionadas con la memoria, tomando
como base los trabajos de Elizabeth Jelin (2002) y Tzvetan Todorov (2000).
El segundo narrará brevemente la historia de los museos, e identificará el
origen de los Museos de Memoria. Allí se describirán las características
propias de dichos museos, comenzando con los que están relacionados al
Holocausto Judío. Luego se mostrará el desarrollo de una diversificación de
temáticas, centradas en memorias locales. El tercer capítulo presenta el
primer ejemplo de análisis, el Museo Memoria del Holocausto (Shoá) de
Buenos Aires. Por último, el cuarto capítulo desarrolla nuestro segundo
ejemplo de gestión, el Museo de la Memoria de Rosario. Se enuncia el
contexto social en el que se inserta, la génesis de la institución y una
descripción general de su gestión.
Capítulo 1
Conceptualizaciones sobre la memoria

Desde la segunda mitad del siglo XX, la memoria social se concentra


fundamentalmente en el análisis del recuerdo de acontecimientos
traumáticos como guerras, dictaduras, masacres –de los cuales la
memoria del Holocausto (Shoá)2 es el caso paradigmático. Al decir de
Huyssen (2000) la sociedad misma se encuentra inmersa en una
verdadera cultura de la memoria3. En este nuevo escenario cultural, la
memoria representa un punto de anclaje y una garantía (Groppo, 2002:
187), particularmente para muchas identidades colectivas que hasta hace
poco se encontraban fuertemente arraigadas y han entrado en crisis, al
sentirse amenazadas por un proceso de cambio que se acelera sin cesar
en un escenario globalizado, inmerso en lo que muchos teóricos han
denominado fenómeno posmoderno. Para Scott Lash (1990) el fenómeno
posmoderno problematiza la realidad ya que coloca el caos, la endebles y
la inestabilidad en la experiencia con ella. Se plantean así nuevas formas
de percepción y experimentación del tiempo y el espacio, acompañados
de una nueva subjetividad, que parece girar sobre sus pasos y rescatar el
pasado, museificando la cultura, permitiéndole tener un rol protagónico en
la vida cotidiana de las personas, sumidas en una obsesión archivista. Esta
actitud compulsiva representada por las modas retro, lo viejo, las
antigüedades, la fotografía, el video, se hace visible junto al debilitamiento

2
Shoá ó Shoah, es un término de origen hebreo que significa literalmente catástrofe, y se
utiliza para referirse al Holocausto.

3
Huyssen (2000) hace referencia a una teoría que fue articulada por primera vez a
principios de los años 80 por dos filósofos alemanes de tendencia conservadora:
Hermann Lübbe y Odo Marquard. Y explica que ya en aquel entonces, mientras otros
estaban inmersos en el debate sobre las promesas que traía la posmodernidad con
respecto al futuro, Hermann Lübbe definió lo que dio en llamar la "musealización" como
un aspecto central de la cambiante sensibilidad temporal de nuestro tiempo y demostró
que este fenómeno ya no estaba ligado a la institución museal en su sentido estricto, sino
que se había infiltrado en todos los ámbitos de la vida cotidiana.
de los Estados Nacionales, y el avance del consumo, algunas de las causas
que generan la necesidad de reafirmación identitaria.
En el presente capítulo se propone indagar en la temática de la memoria.
Si bien ésta ha sido ampliamente conceptualizada por diversas disciplinas
académicas, es posible dar cuenta de ella desde un acercamiento

impreciso, nada definitivo ni concluyente. En efecto, cuando se habla de


memoria, los límites conceptuales se difuminan y el tema se expande,
dependiendo de la luz analítica bajo la cual se la observe, por lo que los
investigadores y teóricos de la materia suelen hablar de memorias en
plural. Esto se debe, además, al hecho de que las memorias representan
una base fundamental para las identidades, puesto que en una sociedad
coexisten muchos grupos diferenciados con una cantidad proporcional de
memorias e identidades, así una simple memoria compartida puede ser
razón suficiente para que un grupo se mantenga unido.
A fin de ofrecer un acercamiento a las conceptualizaciones de la memoria,
daremos cuenta brevemente de algunas posiciones académicas y, sin
pretender ser exhaustivos, exploraremos las posibilidades del tema a fin
de delimitar sus posibles alcances en relación al tema de este trabajo: su
museificación y la creación de museos de la memoria.
Presentaremos el aporte de diversas disciplinas abocadas al análisis de la
memoria, tales como la sociología, la antropología, la psicología y la
historia, y utilizaremos como base el estudio realizado por Elizabeth Jelin
(2002), Los trabajos de la memoria. La propuesta es pues explorar la
relación entre los conceptos de memoria, identidad, olvido, transmisión,
políticas de la memoria, usos y abusos de la memoria y marcas de la
memoria. Esbozaremos asimismo las relaciones sociales e históricas, en
las que surgen y se consolidan dichas políticas y marcas.

1.1 La memoria selectiva


En primer lugar, es importante destacar que el concepto de memoria se
encuentra emparentado con el de olvido, refutándose así el principio
antagónico y de mutua exclusión entre ambos, y con esto, que se trata de
dos caras de una misma moneda. En segundo lugar, debemos subrayar
que la memoria implica procesos selectivos y, por esta razón, necesita
olvidar ciertos aspectos en pos de recordar otros que se consideren más
importantes.
Al respecto, Elizabeth Jelin explica:

“… el paso del tiempo permite poner distancia entre el pasado y el


presente, ubica las memorias e interpretaciones de ese pasado reciente en
el lugar central de los debates culturales y políticos. Estas memorias e
identidades son elementos clave en los procesos de (re) construcción de
identidades individuales y colectivas en sociedades que emergen de
periodos de violencia y trauma. Es imposible encontrar una única visión o
interpretación del pasado que sea compartida por toda la sociedad, puede
haber más o menos consenso, pero siempre habrá memorias alternativas.

Hay una lucha política activa acerca del sentido de lo ocurrido, pero también
acerca del sentido de la memoria misma. La lucha contra el olvido o silencio
esconde en realidad la lucha de memoria contra memoria” (Jelin, 2002: 6).

Las presencias y sentidos del pasado se manifiestan en una multiplicidad


de dimensiones y niveles en diversos planos -político, cultural, simbólico,
personal, histórico y social-. Para su análisis, Elizabeth Jelin (2002)
propone tres premisas: la primera es entender a las memorias como
procesos subjetivos anclados en experiencias y en marcas simbólicas y
materiales; la segunda considera a las memorias como objetos de
disputas, conflictos y luchas, lo cual apunta a prestar atención al rol activo
y productor de sentido de los participantes en esas luchas, enmarcados en
relaciones de poder; por último, propone “historizar” las memorias
reconociendo que existen cambios históricos en el sentido del pasado, así
como destacando el lugar asignado a las memorias en diferentes
sociedades, climas culturales, espacios de luchas políticas e ideológicas
(Jelin, 2002).
Ciertamente, memoria y olvido, pero también identidad, transmisión,
expectativas y experiencias son diferentes aspectos de un mismo proceso,
que se mantienen activos para realizar un trabajo de memoria (Jelin,
2002). Este trabajo permitirá a la sociedad ganar una distancia crítica
sobre un problema, distinguiendo entre pasado, presente y futuro, para
que, en el plano colectivo, se puedan superar las repeticiones, los olvidos
y los abusos políticos, al tiempo que se promueva el debate y la reflexión
activa sobre ese pasado y su sentido para el presente/futuro. En este
ejercicio se encuentra una clave explícitamente planteada por Todorov,
quien asevera que “una vez restablecido el pasado, la pregunta debe ser:
¿para qué puede servir?, y ¿con qué fin?” (Todorov, 2000: 33).

1.2 Temporalidades de la memoria

En principio, si definimos a la memoria como un sentido del pasado, en un


presente y en función del futuro, y le sumamos la existencia de múltiples
tiempos, subjetividades y sentidos, horizontes temporales, la constante
transformación y cambio de los actores y de los procesos históricos,
debemos, por tanto, señalar la multiplicidad temporal que la atraviesa.
Cabe preguntarse, entonces, ¿frente a qué temporalidades nos
encontramos?

Jelin (2002) plantea que la primera concepción del tiempo sería de manera
lineal/cronológica: pasado, presente, futuro, ordenados éstos en ese
espacio con unidades de tiempo equivalentes y divisibles, como por
ejemplo, una década o una hora. Pero, al sumar los procesos históricos y
la subjetividad humana, el presente contiene y construye la experiencia
pasada y las expectativas futuras. La experiencia es “un pasado presente,
cuyos acontecimientos han sido incorporados y pueden ser recordados”
(Koselleck citado en Jelin, 2002: 12).
La experiencia estará moldeada por el horizonte de expectativas, siendo
éstas concebidas como un futuro hecho presente, que apuntan al “todavía
no”, a lo no experimentado, a lo que sólo se puede descubrir (Koselleck
citado en Jelin, 2002). Las experiencias, por su parte, no son puras: se
superponen y se impregnan unas de otras. Así, el ser humano incorpora
vivencias propias, como así también las de otros, que le han sido
transmitidas. De esta manera, el pasado puede condensarse o expandirse
según como esas experiencias pasadas sean incorporadas. Es en este
sentido que estamos hablando de procesos de significación y
resignificación subjetivos, donde los sujetos de la acción se mueven y
orientan entre futuros pasados (Koselleck, 1993), futuros perdidos
(Huyssen, 2000) y pasados que no pasan (Connan y Rousso, 1994), en un
presente que se tiene que acercar y alejar simultáneamente de esos
pasados recogidos en los espacios de experiencia y de los futuros
incorporados en horizontes de expectativas (Jelin, 2002)

Ubicar temporalmente la memoria significa hacer referencia al espacio de


la experiencia en el presente. El recuerdo del pasado se incorpora de
manera dinámica, puesto que puede modificarse en períodos posteriores.
El paso del tiempo permite establecer distancia entre el pasado reciente y
el presente, abriendo la posibilidad de debate y superación del pasado.
Para ello resulta interesante entender a la memoria como un trabajo, pues
pone a la persona y a la sociedad en un lugar activo y productivo.

1.3 El sujeto de la memoria

Además de su complejidad temporal, el análisis de la memoria no puede


obviar al sujeto que rememora y olvida. ¿Quién es? ¿Se trata de un
individuo o puede ser un grupo? En relación al contenido de su memoria,
¿qué recuerda y qué decide olvidar? Y por último, conviene contextualizar
la acción, ¿cómo y cuando se recuerda u olvida?
El psicoanálisis, al centrar su atención en la influencia de los procesos
psíquicos relacionados al desarrollo del yo y a la noción de trauma, aportó
claves centrales para analizar la memoria y el olvido. Con el cambio que
representa su enfoque analítico, el cual no apunta ya a medir cuánto y qué
se recuerda u olvida, sino que se centra en cómo y cuándo se recuerda u
olvida, el psicoanálisis vincula la memoria y el olvido a la conformación de
la identidad personal. Asimismo, priorizando los factores emocionales y
afectivos, sostiene que “la singularidad de los recuerdos, y la posibilidad
de activar el pasado en el presente es lo que define la identidad personal
y la continuidad del sí mismo en el tiempo” (Jelin, 2002:19).

Si bien rememorar es un proceso individual, cada individuo se encuentra


inserto en una compleja red de relaciones sociales, pasando de lo
individual a lo social/interactivo. Aquí se presenta el núcleo central del
debate: definir el peso relativo del contexto social y de lo individual en los
procesos de la memoria. Respecto a este punto, la sociología clásica de
Halbwachs aportó dos principios claves: marcos sociales de la memoria y
memoria colectiva.

Los marcos sociales son los portadores de la representación general de la


sociedad, de sus necesidades y valores, incluyendo su visión del mundo, y
estableciendo una matriz grupal dentro de la cual se ubican los recuerdos
individuales. En palabras de Ricoeur (1999), los recuerdos individuales
estarán inmersos en narrativas colectivas que a menudo están reforzadas
en rituales y conmemoraciones grupales. Toda memoria es una
reconstrucción más que un recuerdo, pues los marcos son históricos y se
encuentran en constante cambio, y todo aquello que no encuentre lugar o
sentido en ellos, es olvidado. Así lo demuestran Jelin y Ricoeur:

“[la “memoria colectiva”] se puede entender como memorias compartidas,


superpuestas, producto de interacciones múltiples, encuadradas en marcos
sociales y en relaciones de poder…” (Jelin, 2002: 22).

“(…) la memoria colectiva [destacado en el original] sólo consiste en el


conjunto de huellas dejadas por los acontecimientos que han afectado al
curso de la historia de los grupos implicados que tienen la capacidad de
poner en escena esos recuerdos comunes con motivo de las fiestas, los ritos
y las celebraciones públicas” (Ricoeur, 1999: 19).

1.4 Elaboraciones de la memoria y el olvido

Los procesos de memoria también se pueden conceptualizar en relación a


la actitud activa o pasiva tomada por el sujeto frente a la existencia de
huellas del pasado. Así, en el plano individual, la psicología cognitivista
distingue entre reconocimiento -una asociación, la identificación de un
ítem referido al pasado- y la evocación -recall, que implica la evaluación
de lo reconocido y requiere de un esfuerzo más activo por parte del
sujeto-. Si transferimos esto al plano social, se observa que el hecho de
contar con archivos y centros de documentación, sumado al conocimiento
y la información sobre el pasado, más la presentación de sus huellas en
soportes reconocidos de distinto tipo, no garantiza su evocación. Estas
huellas únicamente se vuelven centrales en el proceso de interacción
social cuando el sujeto las activa y las motoriza en acciones orientadas a
dar sentido al pasado, para interpretarlo y traerlo al escenario del drama
presente.

Al respecto, Jelin sostiene:

“… reconocer que las memorias se construyen y cobran sentido en cuadros


sociales cargados de valores y de necesidades sociales enmarcadas en
visiones del mundo puede implicar (…) dar por sentada una clara
concepción de pasado, presente y futuro. (…) Sin embargo, hay que tomar
en consideración que las propias nociones de tiempo y espacio son
construcciones sociales (…) Si bien todo proceso de construcción de
memorias se inscribe en una representación del tiempo y el espacio, estas
representaciones son culturalmente variables e históricamente construidas
[al igual que las propias categorías de análisis utilizadas por investigadores
y analistas del tema]” (Jelin, 2002: 23).
Las configuraciones del tiempo mítico, estudiadas por la antropología
clásica, remiten permanentemente a un momento fundacional mediante
rituales y repeticiones, sin relación a la temporalidad histórica. La
performance de estos ritos no es estática, ya que incorpora “nuevos”
acontecimientos. Lo que se “recuerda” es el marco cultural que permite
interpretar circunstancias “nuevas”. Otra situación es la de la
incorporación de tradiciones y prácticas cotidianas, no reflexivas, cuyo
sentido original se ha perdido con el devenir del tiempo.

Por otra parte, la identidad está ligada desde su núcleo a un sentido de


permanencia a lo largo del tiempo y el espacio; el poder recordar y
rememorar algo del propio pasado es lo que la sostiene. La identidad y la
memoria son herramientas con las que pensamos, y existen únicamente
dentro de nuestras relaciones sociales e historias. Los parámetros de la
identidad se fijan mediante la selección de hitos por los que el sujeto se
relaciona con los demás, identificándose con algunos y diferenciándose de
otros. De esta manera se definen los límites de la propia identidad, y se
construyen los marcos sociales para encuadrar las memorias. Es posible
que estos hitos se vuelvan “invariantes” alrededor de las cuales el
individuo o grupo organizan las memorias. Pollak4 (1992) señala tres tipos
de elementos que pueden cumplir esta función: acontecimientos, personas
o personajes, y lugares, que pueden estar ligados a experiencias vividas
por la persona o transmitidas por otros. No importa si están fundados en
hechos concretos o en proyecciones o idealizaciones a partir de otros
eventos; ellos permiten mantener un mínimo de coherencia y continuidad,
necesarios para el mantenimiento del sentimiento de identidad.

En palabras de Jelin:

“La constitución, la institucionalización, el reconocimiento, y la fortaleza de


las memorias y de las identidades se alimentan mutuamente (…) los
períodos de crisis internas de un grupo o amenazas externas generalmente

4
Conceptualización utilizada en Anexo A, para el análisis de discurso del Museo Memoria
del Holocausto de Buenos Aires.
implican reinterpretar la memoria y cuestionar la propia identidad” (Jelin,
2002: 25-26).

Asimismo, en la vida cotidiana utilizamos una memoria habitual que


agrupa los comportamientos incorporados por cada individuo de manera
singular pero que, al mismo tiempo, comparten y repiten todos los
miembros de un grupo social determinado. Cuando un acontecimiento
rompe esa rutina y se lo rememora de forma narrativa, en un relato
comunicable, mínimamente coherente, existe una memoria narrativa. En
este sentido, Elizabeth Jelin (2002) explica que, mediante la memoria
habitual, el pasado, en el acto de rememorar/olvidar, cobra sentido en su
enlace con el presente, mientras que en la memoria narrativa la
interrogación sobre el pasado que se presenta es un proceso subjetivo,
activo y construido socialmente en diálogo e interacción. Es en este
sentido específico que rememorar presupone una experiencia pasada, que
se activa en el presente, a causa de un deseo o sufrimiento, unidos a la
intención de comunicarla. Así, al rememorar, el recuerdo cobra carga
afectiva y un sentido especial. La memoria narrativa es este “nuevo
compromiso” entre el pasado y el presente, y representa la contraparte de
la memoria habitual.

Ante esta situación, diversos mecanismos, tanto psíquicos como sociales,


entran en juego, pues “las narrativas socialmente aceptadas, las
conmemoraciones públicas, los encuadramientos sociales y las censuras
dejan su impronta en los procesos de negociación en los permisos y en los
silencios entre narrativas privadas y discursos públicos” (Jelin, 2002: 27).
Sin embargo, en general, con los acontecimientos traumáticos se plantean
interrupciones en la capacidad narrativa, vacíos en la memoria. La
presencia de lo traumático se plantea frente a la imposibilidad de dar
sentido a los acontecimientos del pasado. En este escenario, el olvido es la
presencia misma de la ausencia, representa algo que estaba y ya no.

Por su parte, Bal (1999) considera que las memorias narrativas son
construcciones sociales comunicables a otros. Las narrativas del pasado
siempre implican una selección, y ante esta situación de “recorte”, el
olvido y el silencio son protagonistas. Este olvido “necesario” frente a la
selectividad de la memoria no es el único tipo de olvido posible, sino que
existe una multiplicidad de situaciones en las que olvidos y silencios
reciben diversos “usos” y sentidos.

Entre los “usos” y sentidos que se dan, podemos mencionar, en primer


lugar, un olvido profundo o “definitivo” que responde a la borradura de
hechos y procesos del pasado propio del devenir histórico. Este olvido, si
es exitoso, anula a su vez su comprobación, pero a menudo sucede que lo
“definitivo” no es tal, y a partir de cambios en los marcos culturales y
sociales se impulsa la revisión y resignificación de las huellas y restos.
Relacionado con esta situación, un segundo tipo de olvido puede
representar una expresa voluntad o política de olvido y silencio por parte
de actores que elaboran estrategias para ocultar y destruir pruebas y
rastros, a fin de impedir con ello la recuperación de memorias en el futuro.
Este tipo de métodos encuentra un límite en los recuerdos y memorias de
protagonistas y testigos, pues éstas no pueden ser manipuladas de la
misma manera. Ricoeur (1999) plantea un tercer tipo de olvido que
denomina “evasivo”, y refleja un intento de no recordar lo que puede
herir, cuya contracara será el silencio.

Otro escenario posible para el silencio lo impulsan los regímenes


dictatoriales cuando, mediante la represión, impulsan silencios nacidos por
el temor. Así, la interacción de los silencios sobre memorias disidentes
pueden darse con respecto a un Estado dominante o entre grupos
sociales. Por otra parte, hay silencios relacionados con la reinserción de
las víctimas, la protección entre víctimas y el deseo de proteger a los otros
para no transmitir sufrimiento. En este punto, se plantea otra lógica del
silencio que consiste en que para relatar sufrimientos es necesario
encontrar del otro lado la voluntad de escuchar. Por ello, en el plano de las
memorias individuales, el temor a ser incomprendido puede también llevar
a silencios. Existe también un olvido “liberador”, que alivia la carga del
pasado para así poder mirar hacia el futuro.

Por último, cabe resaltar que el olvido social “aparece cuando ciertos
grupos humanos no logran -voluntaria o pasivamente, por rechazo,
indiferencia o indolencia, o bien a causa de alguna catástrofe histórica que
interrumpió el curso de los días y las cosas- transmitir a la posteridad lo
que aprendieron del pasado” (Yerushalmi citado en Jelin, 2002:34).

1.5 Transmisión y políticas de la memoria

El punto anterior nos conduce directamente a la problemática de la


transmisión. ¿Quiénes dan sentido al pasado mediante la memoria? ¿Qué
pasado es el que se significa y transmite? Como ya expusimos, la
memoria es un espacio de luchas de poder entre las diversas memorias
colectivas, a fin de conseguir “adeptos” a sus recortes del pasado. La
interacción y conflicto entre las diversas memorias se agudiza en el tema
de la transmisión.

Bruno Groppo (2002) plantea la existencia de un grupo de memorias que


denomina memoria social estructurada, conformada por las diversas
memorias grupales: la memoria oficial -memoria que intenta imponer el
grupo en el poder- y la memoria erudita -aquella construida por los
historiadores-. Éstas compiten entre sí a fin de influir sobre la memoria
pública5 o memoria social no estructurada.

Entendiendo como política de la memoria a “una acción deliberada,


establecida por los gobiernos o por otros actores políticos o sociales con el
objetivo de conservar, transmitir y valorizar el recuerdo de determinados
aspectos del pasado considerados particularmente significativos o
importantes” (Groppo, 2002: 192), el autor plantea que el análisis
5
Vale recordar que cada memoria es sólo un recorte del pasado, y no el pasado en su
totalidad, y por ello es que ninguna memoria debería pretender y/o obtener la
exclusividad sobre las demás.
concienzudo más cercano a la verdad histórica en busca de la transmisión
es una de las tareas ideales frente a cualquier política de la memoria.
Asimismo, el autor sostiene que las políticas de la memoria intentan
imponer, en la tarea de la transmisión, una cierta identidad del pasado,
esforzándose por forjar una identidad colectiva, y en particular una
identidad nacional que corresponda al tipo de sociedad “deseable”.
Destaca también que cuando estas políticas buscan orientar la evolución
de la sociedad, debería considerárselas como verdaderas políticas, tan
importantes como las políticas económicas.

Como las políticas de la memoria trabajan sobre el pasado pero en vista al


futuro, se diferencian entre sí por los objetivos perseguidos, y algunas
estarán inscriptas en una lógica democrática, mientras otras responderán
a una lógica autoritaria. Según Groppo, “todos los regímenes dictatoriales
intentan legitimarse manipulando la memoria y apelando a un pasado
más o menos mítico” (Groppo, 2002: 193). Aquí se vuelven de vital
importancia las consideraciones respecto de los olvidos, pues existen
verdaderas políticas del olvido, que “tienen por objeto declarado,
explícito, eliminar determinados acontecimientos de la memoria colectiva
(…). Entre ellas se destaca la amnistía, una forma de olvido político y
jurídico que apunta a imponer amnesia social” (Groppo, 2002: 193). La
memoria, para ser transmitida y conservada, necesita aferrarse a huellas
materiales, y es por ello que las políticas del olvido las atacan
explícitamente. La resistencia a estas políticas se encuentra en la
transmisión, sea ésta oral -por medio de la familia o grupo social-, o
institucional -escuela, museos, conmemoraciones, monumentos, nombres
de calles, etc.-. También los medios de comunicación cobran un rol
protagónico como punto de resistencia, gracias a su poder y presencia en
el espacio público.

Asimismo, la significación de las políticas de la memoria dependerá de dos


elementos: en primer lugar, los objetivos que asignen los actores
-personas o instituciones- que lleven adelante la iniciativa y la pongan en
marcha; y en segundo lugar, el eco que la política encuentre en la
sociedad. Una verdadera política cultural con perspectiva democrática
debería apuntar a permitir conocer el pasado, inclusive en sus aspectos
dolorosos, para así poder asumirlo, reconocerlo como propio y lograr
superar el trauma. Algunos ejemplos de políticas de la memoria son las
conmemoraciones y los rituales, los monumentos, la preservación de
“lugares de memoria”, entre otros. En este contexto es cuando se vuelve
necesario un verdadero “trabajo de la memoria” por parte de la sociedad,
para evitar su manipulación.

1.6 Usos y abusos de la memoria

Por último, describiremos brevemente la conceptualización hecha por


Tzvetan Todorov (2000), quien distingue entre memoria literal y memoria
ejemplar. Si bien “los individuos y los grupos tienen el derecho de saber y
por tanto de conocer y dar a conocer su propia historia” (Todorov,
2000:16), existe una distinción entre recuperación del pasado y su
utilización subsiguiente, puesto que la selección de la memoria está
basada en ciertos criterios, y éstos orientan su utilización.

La memoria literal conserva el pasado en su literalidad -lo que no significa


verdad-; es decir, extiende las consecuencias del trauma inicial a todos los
instantes de la existencia. Por ello permanece intransitivo, no conlleva un
más allá de sí misma, estableciendo, por tanto, una continuidad entre el
pasado y el presente. Este tipo de memoria queda fijada en las marcas del
pasado y somete el presente al recuerdo.

La memoria ejemplar, por su parte, no niega la singularidad del suceso,


“pero lo evalúa como una manifestación entre otras de una categoría más
general”, sirviéndose de él “como un modelo para comprender situaciones
nuevas, con agentes diferentes” (Todorov, 2000:31). En esta dinámica, el
pasado se convierte en un principio de acción para el presente. Si son
llevadas al extremo, la memoria literal es portadora de riesgos, mientras
que la memoria ejemplar es potencialmente liberadora, según el análisis
del autor.

“Sin duda, todos tienen derecho a recuperar su pasado, pero no hay razón
para erigir un culto a la memoria por la memoria; sacralizar la memoria es
otro modo de hacerla estéril. Una vez restablecido el pasado, la pregunta
debe ser: ¿para qué puede servir, y con qué fin?” (Todorov, 2000:33).

1.7 Palabras finales

En el desarrollo de este capítulo hemos recorrido diferentes perspectivas


analíticas respecto de la memoria, y su relación con la identidad, el olvido,
la transmisión, las políticas de la memoria, tanto individual como
colectiva; la manera en que la sociedad influye y es influida por ella, su
representación en el espacio, su dependencia a la materialidad de la
huella; y algunos de los elementos a tener presentes en relación a la
transmisión, entre ellos, las luchas de poder entre memorias y sus
consecuencias hacia el futuro.

Al resaltar la impronta política y de luchas por la memoria, el abordaje de


esta temática apela al pensamiento crítico frente a las diversas voces,
pero también a la tolerancia a la multiplicidad y a la especial atención
frente a los usos y los abusos que de ella se hacen. La memoria exige a los
investigadores reflexionar, meditar y actuar, utilizando las
reconstrucciones hechas desde el presente acerca del pasado como
experiencia, para la construcción del futuro. En síntesis,

“la memoria se produce en tanto hay sujetos que comparten una cultura,
en tanto hay agentes sociales que intentan materializar [destacado en el
original] estos sentidos del pasado en diversos productos culturales que
son concebidos como, o que se convierten en vehículos de la memoria
[destacado en el original], tales como libros, museos, monumentos,
películas o libros de historia. También se manifiesta en actuaciones y
expresiones que antes que re-presentar el pasado, lo incorporan
performativamente" (Jelin, 2001: 37).

Este proceso de memoria se encuentra acompañado por políticas de la


memoria, donde explícitamente se elige o no recordar algo, y de ellas se
desprende, entre otras cosas, las decisión de colocar marcas tangibles
donde representar dicha memoria; entre estas marcas es donde podemos
ubicar a los museos de la memoria. ¿Qué significa la existencia de un
museo de la memoria en un lugar o sociedad determinada? ¿Se puede
“museificar” la memoria? ¿Qué memoria se “museifica”? Estos
interrogantes intentarán ser respondidos en el próximo capítulo, utilizando
como base los principios analíticos y conceptuales planteados hasta aquí.
Capítulo 2
Museo, memoria y sociedad

El presente capítulo pretende explicar la existencia y alcance de los


museos denominados “de la memoria” o “de memoria” que se han visto
multiplicados en las últimas décadas del Siglo XX en la mayoría de los
países occidentales y en Japón.
Comenzaremos el recorrido con una breve descripción histórica de los
museos en general, los cambios respecto de su utilidad para las
sociedades y los principales enfoques museológicos al respecto.
En este sentido Tomislav Sola (1992) afirma:

“Los museos comenzaron como memoria, luego se volvieron más


explícitamente tesoros; la siguiente fase fue de curiosidad y ciencia, y
luego se inspiraron en valores más evocativos y se centraron cada vez más
en la antigüedad y los valores históricos”6

Partiendo del recorrido planteado en el primer capítulo, desarrollaremos


en primer lugar una breve génesis de los museos de la memoria, sus
principales características y algunos de sus antecedentes ejemplares de
mayor renombre internacional. En segunda instancia, describiremos los
diversos enfoques que eligen los museos de la memoria, y por último,
buscaremos responder qué tipo de museos son los museos de la memoria,
si son museos históricos, qué significa la existencia de un museo de la
memoria en un lugar o sociedad determinada y, por último, nos
preguntamos si es posible presentar la memoria en formato de museo y,
en ese caso, qué memoria es la que se museifica.

6
Museums began as memory, then became more explicitly treasuries (a tendency
retained throughout further development); the next phase was curiosity and science, and
then they took up more evocative values and became concerned more and more with the
age and historical values. In my opinion we are, for the majority of tendencies within the
era of documenting values, still nourishing the idea of prestige and importance
[traducción personal]. (Sola, 1992)
2.1 Génesis del museo como institución

“Es tal la variedad de públicas instituciones que se describen a sí mismas


como museos que a veces resulta difícil ver qué tienen en común”
(Woodhead y Stanfield, citado en Alonso Fernández, 1999: 88)

Si bien la institución museo encuentra el origen de su nombre en el


Museion de la Antigua Grecia, templo de las nueve musas de la cultura,
hijas de Mnemosine, Diosa de la Memoria, para el ICOM (International
Council of Museums, o Consejo Internacional de Museos), el museo es:
“una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y
del desarrollo, abierta al público, cuyo fin es el adquirir, conservar,
investigar, comunicar y exhibir evidencia material referente al hombre y su
entorno” (Jurado, 2000: 30).
Para llegar a esta definición, el museo ha transitado varias etapas, las
cuales, sin ser homogéneas, han dejado su impronta en las diferentes
sociedades. El proceso de la modernidad, incluyendo el Iluminismo, el
desarrollo de los Estados y las identidades nacionales, imprimió al museo
sus rasgos principales. Desde sus inicios, la palabra “museo” abarcaba
una amplia gama de posibilidades, dividida en dos grandes ramas: el
museo de arte y el museo de ciencias naturales.
Como institución al servicio del poder, el museo fue una de las
herramientas utilizadas por las “naciones imperialistas” con un doble
propósito: como guardianes de los tesoros de la cultura universal para la
posteridad, y como templo de botines de saqueo. Al respecto Horst
Kurnitsky (1999) explica que, en su rol de guardián del patrimonio público,
el museo sirvió para atesorar compulsivamente objetos, agrupando piezas
disímiles y descontextualizadas bajo criterios enciclopédicos y
representándolos en función de una continuidad histórica, presentando así
un mundo ajeno del cual se querían apropiar, y clasificando, además,
todas las áreas del conocimiento.
Con la creación de las fronteras y los Estados Nacionales, el museo ofreció
también un espacio de definición y reafirmación identitaria a los pueblos
arbitrariamente definidos por fronteras geográficas. Asimismo, agrega
Federica Palomero (2008), el museo recibe de la conciencia histórica y el
espíritu democrático sus dos pilares fundamentales: la necesidad de
conservar y el deseo de compartir. Se desarrollaron, a partir de allí, la
historia del arte, la museología y la arqueología, respaldándose y
complementándose entre sí, entendiendo a la cultura como una herencia
que había que preservar y estudiar.
La elite ilustrada, a su vez, aportó una nueva característica al museo: la de
una conciencia educadora, con la pretensión de “iluminar” al pueblo.
Como resultado de ello, el museo pasa a tener una triple razón de ser: la
preservación, el estudio y la divulgación. Ya en el siglo XX, el desarrollo de
la etnología ofreció un cambio fundamental en la concepción del museo,
pues el objeto de curiosidad pasó a ser un objeto de civilización, por lo
cual, el aspecto educativo pasa a ser la justificación misma de la
institución: conservar y estudiar para enseñar.

2.2 Transformaciones de la institución museo

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se crean las Naciones Unidas –


ONU- y, ya desde aquel momento fundante, se contempló la necesidad de
un organismo centrado en los museos, lo que dio como resultado el
Consejo Internacional de Museos -ICOM-, organismo al servicio de la
UNESCO, del cual depende a su vez el Consejo Internacional para la
Museología (ICOFOM). Estas instituciones aportan un marco de referencia
para el desarrollo de los museos.
Posteriormente, la curaduría de los museos también registró un
desplazamiento no uniforme, que, como explica Palomero (2008),
pretendió contrarrestar los reclamos referidos al rol pedagógico de las
instituciones, acusadas de reproducir las clases sociales, ofreciendo
capital cultural sólo a quienes lo poseían de antemano. En los años 70, se
reconoce una nueva museología que reemplaza los conceptos de edificio,
colección, público por los de territorio, patrimonio y comunidad. Esta
nueva generación de museos se volcaba por completo a la comunidad y a
su reclamo de pertenencia y representación, tomando la forma, por
ejemplo, de museos comunitarios.
Danto (2003) denomina a estos museos tribalizados, pues considera que
ofrecieron en los años subsiguientes un espacio de referencia social para
los grupos determinados. El autor plantea que esta oferta puede
entenderse desde dos perspectivas: una es que estos espacios
remarcaron la subalternidad de los grupos y los excluyeron, o bien, tal vez
le permitieron a los grupos el acceso a su propia cultura y el
enaltecimiento de la diferencia frente a la homogeneidad universal.
Las búsquedas de respuestas a las diferentes necesidades sociales han
abierto un amplio abanico de posibilidades, innumerables formas y tipos
nuevos de museos. La década de 1980 trajo aparejado un incremento en
la cantidad de museos construidos y, desde la teoría, una creciente
conceptualización de lo que algunos autores denominaron fenómeno
posmoderno. Dicho fenómeno estuvo contextualizado por un descontento
general con las “verdades absolutas”, ya en decadencia, y se propuso,
desde varios frentes, el discurso del “fin de todo”. Algunos de los efectos o
causas de la posmodernidad están dados por el revisionismo histórico
-ampliamente difundido ante el 50 aniversario de la finalización de la
última gran guerra-, la pérdida de la fe en el progreso y en el futuro, la
globalización telecomunicacional que permitió el desarrollo de una
economía mundial, el debilitamiento de los Estados Nacionales y un
cambio de paradigma: se pasó de una sociedad de producción a una de
consumo, donde las diferencias sociales ya no están dadas por la
pertenencia a determinadas clases sociales sino por la capacidad de
consumo. Así

“la posmodernidad no cree en la razón y sí en el individuo; no en la ciencia


y sí en el 'sabio' (…) la legitimación de la ciencia y el arte se realiza al
margen de cánones enciclopedistas: el saber en su forma contemporánea
ya no es ciencia, sino que se ha transformado en capacidad de relación; es
información. (…) la cultura posmoderna está dominada por el consumo y
los medios de comunicación, y se encuentra, por tanto, reestructurada
según la lógica de la seducción y de lo efímero” (Alonso Fernández, 1999:
84).

Rosalind Krauss (1990) describe este cambio en el ámbito de los museos


de arte, los cuales abandonan su formato enciclopédico y su rol de
guardián de la cultura universal, para desplazarse hacia una nueva
mentalidad comercial. En esta nueva mentalidad la prioridad estará dada
por el edificio, el patrimonio será contemplado como activos de capital, y
la institución comienza a competir con otras industrias del ocio,
identificándose más con ellas que con el museo tradicional. Al respecto,
Horst Kurnitsky (1999) señala dos tipos de museos posibles: unos
orientados al comercio y al mercado, y otros que se le resisten, planteados
como talleres de la memoria.
Aún en el año 2008,
“el museo continúa siendo, pese a todo, un instrumento valiosísimo para la
sociedad, al que se le exige una sincronización cada día más apurada con
la realidad del momento y que identifique sus contenidos y funciones con
las necesidades de su entorno sociocultural” (Alonso Fernández, 1999: 87).

2.3 Museos de la memoria

A partir de la década de 1980 cada vez más los museos adoptaron para su
denominación la palabra memoria y de memoria. La temática de estos
museos está relacionada con relatos de memorias traumáticas de una
sociedad específica o de la sociedad global. Podrían, en principio,
pertenecer a la tipología de museo histórico o museo de historia, ya que
ésta entraña en su definición una amplia gama de diversas instituciones
que proponen una perspectiva cronológica. Según Alonso Fernández:
“de hecho, todos los museos cuyas colecciones han sido concebidas y
presentadas dentro de una perspectiva histórica pueden ser incluidos en esta
categoría, al estar enfocado su objeto esencialmente para documentar un
modo cronológico un proceso o un conjunto representativo de un momento en
un modelo de evolución” (Alonso Fernández, 1999: 127).

Por su parte, Claudia Jakubson sostiene que los museos de la memoria


representan un tipo único de institución, al servicio de la educación hacia
la tolerancia, “como arma fundamental (…) en la lucha contra el racismo,
la xenofobia, la discriminación y el antisemitismo” (Jakubson, 2007: 126).
Este surgimiento de los discursos sobre la memoria en la cultura
occidental se produjo a partir de las décadas posteriores a la Segunda
Guerra Mundial, pero más intensamente con los 50 aniversarios y las
conmemoraciones que tuvieron lugar en Europa en la década de `80. Se
intensificó también la creación de espacios de la memoria, entre ellos,
innumerables museos que adoptaron en su denominación el término
memoria. Si bien estas instituciones fueron objeto de una mayor cobertura
mediática y de una enorme carga política, desconocida hasta el momento,
cuentan con antecedentes presentes ya desde fines de la década de 1940,
inmediatamente después del término de la guerra. En este sentido, varios
autores sitúan el origen de este tipo de museos en la fundación del Museo
del Holocausto de Jerusalén (Yad Vashem) en 1953, aunque existe un
antecedente no tan difundido, el Beit Lojamei HaGuetaot, “Casa de los
combatientes de los Guetos”, fundado en 1949 junto al Kibutz Lohamey
ha-Geta'ot.
Ahora bien, ¿qué significa la existencia de un museo de la memoria en un
lugar o sociedad determinada? ¿Se puede museificar la memoria?
La institución museo es una de las marcas territoriales y tangibles que se
elige para la transmisión de la memoria. La existencia de un museo de la
memoria remite fundamentalmente a una voluntad política y se sostiene a
partir de una política de la memoria. Como hemos visto, las sociedades
necesitan tiempo para trabajar sus traumas y reelaborarlos. Por lo general,
esta es una tarea llevada a cabo por las nuevas generaciones, que no han
vivido la experiencia, pero la han recibido de los sobrevivientes, que
pueden aún estar vivos y activos. La memoria es una reelaboración, por
ello no es inmutable. Entonces, ¿cómo museificarla en una colección
permanente? Y en caso de llevarse a cabo este proyecto, ¿qué memoria
será la representada?
Un museo, entonces, puede transmitir un recorte del pasado, uno o
varios, pero nunca todos, ya que resulta imposible. Ricard Vinyes (2008)
advirtió que el relato acabado promueve el alejamiento, la alineación,
agregando además que si el dolor y la víctima son el núcleo de la
transmisión, la memoria se vuelve seca e impide la reelaboración,
cerrándose al futuro y negando a las nuevas generaciones su derecho a
resignificarla. Para el autor, la política pública debe permitir el ejercicio del
derecho de la memoria, no construir una memoria oficial. Las políticas
llevadas a cabo deben entender la relación entre pasado y presente como
de continuación y no de conexión, puesto que aquellos no son dos
elementos divisibles. Para Ricard Vinyes, un espacio dedicado a la
construcción de ciudadanía y a la manutención de la memoria podría
seguir el modelo del ágora griego, entendido como un espacio de
mediación entre los siguientes polos:
• El público: generalmente concebido como consumidores y
espectadores, interpelados como sujetos que deben ser entendidos
como productores de patrimonio de memoria7. El fin último debe ser
hacer de ellos ciudadanos responsables con pensamiento crítico.
• Los poderes públicos, entendiendo el patrimonio como un símbolo
que deberá ayudar a instrumentalizarlo.
• Las fuentes de producción de conocimientos entre las cuales se
ubican los medios de comunicación.
• Los profesionales, que se encuentran inscriptos entre una lógica
autónoma y una corporativa.

7
Para Ricard Viynes, los modelos interactivos, por ejemplo apretar un botón en una
muestra, sólo los hacen más pasivos”.
Ricard Vinyes propone la continuidad entre el pasado y el presente, como
un espacio de desarrollo de las diversas memorias que medie con los
diferentes actores y les permita interactuar entre sí. Su objetivo es evitar
el desarrollo de un relato acabado, pero además, estos espacios deben
estimular el pensamiento crítico, y formar un público activo para generar
una ciudadanía conciente, capaz de resignificar la memoria y realizar así
un trabajo de memoria.

2.3.1 Los museos de la Memoria (de la Shoá)

Los museos relacionados a la Memoria de la Shoá reciben el título de


museos de la memoria, reconociendo en la institución la tarea de
actualizar la memoria y mantenerla siempre vigente. Según explica Nora
Gaon, “la memoria de la Shoá evolucionó hasta convertirse en parte de
nuestra identidad personal y de nuestra identidad como pueblo [judío]”.
(2007:55)
Estos museos se han diseminado por el mundo rápidamente tomando
características testimoniales y/o simbólicas.
El primer museo dedicado a los acontecimientos ocurridos en la Segunda
Guerra Mundial, en donde se dio lugar a los testimonios de las “víctimas”,
fue el Beit Lojamei HaGuetaot, “Casa de los Combatientes de los Guetos”,
fundado en 1949. Pero la institución considerada piedra fundante para
estos museos es el Yad Vashem, Autoridad Nacional para el Recuerdo de
los Mártires y Héroes del Holocausto, más conocido como Museo de la
Memoria del Holocausto de Jerusalén, que fue fundado por ley del
parlamento israelí en 1953. Su objetivo principal es el de perpetuar la
memoria de las víctimas de la Shoá, con el fin de que se elimine el odio, el
racismo y la intolerancia de futuras generaciones. El museo conmemora a
los judíos asesinados entre 1933 y 1945, rememora el heroísmo y la
resistencia de los partisanos judíos y de los combatientes de las rebeliones
de los guetos, así como las acciones de los llamados Justos entre las
Naciones8.
Entre la vasta cantidad de museos dedicados a la temática podemos
mencionar al museo del Holocausto de Washington DC, planificado
durante la década de 1980 e inaugurado en 1993, [que] dio lugar al
debate sobre la norteamericanización del Holocausto (Huyssen, 2000). En
el mismo año, nace en Buenos Aires la Fundación Memoria de la Shoá,
encargada de llevar adelante la versión local del Museo del Holocausto o
Museo de la Shoá. Además, en Europa se encuentran, entre otros: el
Museo Judío de Berlín -fundado en septiembre de 2001, y centrado en la
experiencia judía en Alemania desde los romanos hasta la actualidad-, el
Museo del Holocausto de Budapest -fundado en abril de 2004-, y el
Memorial de la Shoá de París -fundado en enero de 2005-. Este escueto
listado retoma la pregunta de Andreas Huyssen (2001): ¿en qué medida se
puede hablar de una globalización del discurso del Holocausto entendido
como tropos universal del trauma histórico?

2.3.2 Los museos de (otras) memorias

Otros traumas históricos comienzan a aflorar, y encuentran en los


espacios museísticos y en la “cultura de la memoria”, un contexto amable
para narrar sus historias, en nuevos espacios de expresión. Entre ellos
cabe mencionar el caso del museo Memoria y Tolerancia de Méjico DF que
presenta, luego de una sala introductoria al tema del genocidio, los
principales ejemplos del siglo XX, iniciando con el Holocausto y luego
recorriendo lo sucedido en Ruanda, Camboya, ex Yugoslavia y Guatemala.
Este museo se encuentra ubicado en la Plaza Juárez de Méjico DF y
depende de la asociación sin fines de lucro Memoria y Tolerancia A.C.,

8
Denominación establecida por la institución para referirse a los no judíos que
arriesgaron sus propias vidas para salvar a judíos.
cuyo propósito es el de “transmitir la tolerancia a través de la memoria
histórica”9.
Asimismo, pueden encontrarse espacios de reivindicación de memorias
locales, entre los que podemos mencionar el Museo del Apartheid en
Sudáfrica -Constitution Hill-, el de los derechos civiles en EEUU -National
Civil Rights Museum-, el de los Gulags en Rusia -Perm-36 Gulag Museum-,
y también Japón cuenta con museos relacionados a su memoria
traumática, como son el caso del Museo del Parque de la Memoria de
Itoman o el Museo Memorial de la Paz en Hiroshima.
A su vez, una evolución similar a la europea -respecto al Holocausto- se ha
desarrollado en América Latina, pero centrada en los procesos
dictatoriales y en el pedido de justicia por los desaparecidos. Estos
museos comienzan a tener una fuerte presencia mediática e institucional,
generando espacios propios para su desarrollo. Un ejemplo de esto es el
Primer Encuentro de Museos de la Memoria del MERCOSUR, llevado a cabo
en Montevideo durante el mes de abril de 2008, que fue abierto al público
con inscripción previa con la pretensión de:
“reunir las diferentes iniciativas que se llevan adelante en los distintos
países del bloque para la construcción de la memoria del horror del
terrorismo de Estado que asoló la región y de la lucha de los pueblos por la
libertad, la democracia y la justicia social”10.

Varias de las instituciones anteriormente mencionadas, están agrupadas


en la Coalición Internacional de Museos de Conciencia en Sitios Históricos,
una red mundial de “Sitios de Conciencia”, entendiendo a éstos como:
“sitios históricos dedicados a conmemorar eventos pasados de lucha por
la justicia y a ocuparse de su legado en la actualidad”11. En este trabajo,
reconocemos en esta conceptualización de sitios de conciencia un tipo de
museo de memoria, para los casos en que adoptan la forma de museos.

9
Sitio Oficial. Disponible en: http://www.memoriaytolerancia.org/default.aspx
10
http://www.somosmercosur.org/?q=es/node/597
11
Disponible en: http://www.sitesofconscience.org/quienes-somos/es/
“… los sitios históricos tienen la obligación de ayudar a que las personas
establezcan conexiones entre la historia de nuestros sitios y sus
implicaciones contemporáneas. Consideramos que estimular el diálogo
sobre temas sociales apremiantes y fomentar los valores democráticos y
humanitarios son nuestra función fundamental”12.

Esta Coalición describe a los Sitios de Conciencia como museos que:

• Interpretan la historia a través de sitios históricos;


• Participan en programas que fomentan el diálogo sobre temas
sociales apremiantes;
• Promueven los valores democráticos y humanitarios como objetivo
fundamental;
• Brindan oportunidades para la participación colectiva en temas que
se plantean en el sitio.

En Argentina, además, existen varios proyectos en vías de desarrollo y


otros en funcionamiento que se centran en el tema de la memoria. Entre
ellos, cabe mencionar al Museo de la Memoria de Rosario -primera
institución del país abocada al tema y por ello la elegida para nuestro
análisis-, el Museo Arte y Memoria de la Plata, el proyecto de abrir en 2010
las instalaciones de la ESMA -Escuela de Mecánica de la Armada- en
Capital Federal, entre otros desarrollados en diversos puntos del país.

2.4 Palabras Finales

El presente capítulo ha descrito brevemente el desarrollo de la institución


museo, definiendo la evolución de sus pilares fundamentales-
preservación, estudio y educación- y los cambios de perspectiva
curatorial, que lo han convertido en un espacio dedicado a la sociedad a la
que sirven, con una carga simbólica importante. Por ello, no resulta casual
que sea éste uno de los formatos elegidos para la transmisión de las
12
Artículo en línea visitado 29/10/08. Disponible en:
http://www.sitesofconscience.org/quienes-somos/es/
memorias traumáticas, donde se deposita el deseo y la demanda de ser
una herramienta útil para que los hechos representados no vuelvan a
repetirse. Pero este deseo además esconde, como resalta Jelin (2002), una
lucha de poderes entre memorias que compiten por el espacio público. Al
proyectar políticas públicas y espacios de debate y desarrollo de las
diversas miradas, Vinyes afirma, en una mirada más crítica, que el fin de
la política debería garantizar el debate y no generar una memoria pública.
A pesar de la proliferación de este tipo de museos, cada proyecto
despierta en la sociedad todo tipo de discusiones, relacionadas al
tratamiento de la memoria colectiva, la selección de olvidos, y la
presentación de un relato, que no puede ni debe ser acabado. Cuando el
relato es abierto permite la reelaboración de la memoria, por ello, la
apertura de la transmisión debería estimular la participación de los
públicos desde una postura activa, ciudadana y conciente. Esto se logra
estimulando el desarrollo y utilización del pensamiento crítico, para
reforzar los valores y las creencias, entendidos como un “escudo” contra
la posible repetición de los hechos narrados, y una herramienta para estar
atentos a la generalidad de los hechos, alerta frente a los indicios de
repetición, en busca de un futuro mejor.
El museo de la memoria se presenta como una herramienta válida para el
desarrollo de estas capacidades, por ello resulta importante analizar los
modos en los que se realiza la transmisión, con el fin de determinar qué
tipo de memoria se plasma. Esta memoria será la que luego defina la
relación temporal buscada entre pasado, presente y futuro, el tipo de
público al que va dirigido, y la sociedad en la que está inmerso.
Capítulo 3
El Museo Memoria de la Shoá como primer estudio de caso de
gestión y presentación de la memoria.

En el presente capítulo se realiza una descripción de la gestión del Museo


Memoria de la Shoá de Buenos Aires, como primer ejemplo de
presentación museal de la memoria y herramienta social de transmisión
de memoria. Comenzaremos con una breve descripción del contexto
histórico y social en el que fue inaugurada la institución. Luego,
presentaremos el funcionamiento de la institución, sus actividades y
objetivos.

3.1 Contexto socio histórico

“La comunidad judeoargentina ha sido muy numerosa, multifacética y de una


gran pluralidad política y cultural [pero, existen ciertos] factores que
distinguen a los judíos argentinos de otros: el enorme poder de la Iglesia
Católica local, el terror y la represión sufridos en la “Guerra Sucia”13 (la
dictadura militar entre 1976 y 1983) y los dos grandes ataques antijudíos: la
destrucción de la Embajada de Israel, en 1992, y la de la AMIA dos años
después, el mayor ataque sufrido por la comunidad judía después de la Shoá”
(Wang, 2003: 10).

Con el retorno a la democracia, la sociedad argentina comenzó a


reflexionar sobre su pasado reciente, y las incidencias de la memoria. Para
la década del 90, la presencia del tema se intensificó nacional e
internacionalmente. Hacia 1995, la sociedad daba a la memoria un lugar
privilegiado, desarrollando proyectos para la creación de espacios
relacionados a ella.

13
Sobre la cifra estimada de 30 000 desaparecidos más de un 10% correspondía a judíos,
diez veces más que la proporción en relación a la población general. [además] los judíos,
como prisioneros, sufrían torturas suplementarias: más humillaciones y crueldades que
los demás.(...) Algunos sobrevivientes [de la Shoá] han tenido, efectivamente, la cruel
desdicha de haber tenido hijos en condición de desaparecidos.(Wang, 2003: 10)
Es también en esta década, que se producen dos atentados a instituciones
judías. El primero, en 1992, contra la embajada de Israel, y dos años más
tarde, un coche bomba explotó en la Asociación Mutual Israelita Argentina
(AMIA); ambos crímenes están aun impunes.
En ese contexto se fundó el Museo Memoria del Holocausto, eje de análisis
del presente capítulo. Frente a esta situación surgen una serie de
interrogantes: ¿Por qué se instala en la Argentina un museo del
Holocausto/Shoá? ¿Qué relaciones mantiene este museo con la sociedad
en la que surge y viceversa? ¿Por qué surge en ese momento histórico?

A fin de esbozar algunas respuestas posibles, consideramos adecuado el


análisis de las pautas de recordación y olvido que caracterizaron a la
sociedad argentina, en general, y la sociedad judía, en particular,
desarrollados por Yossi Goldstein (2006). Utilizando un marco teórico
basado en la escuela francesa de Pierre Nora (1998) y Pierre Vidal-Naquet
(1996), el autor considera que en la asunción del primer gobierno
democrático y el nombramiento de la CONADEP, por un lado, y el intento
de pacificación y cierre de heridas signados por las leyes de Punto Final y
Obediencia Debida, por otro, se establece una contradicción que atañe a
la sociedad argentina de las últimas dos décadas, así como también a “la
historia reciente del Judaísmo argentino” (Goldstein, 2006: 41)
Pues bien, ¿en qué consiste la historia reciente del Judaísmo argentino y
qué relaciones mantiene con el contexto memorial local del que surge?
Como explica Goldstein, mientras en Francia el disparador para reiniciar el
debate en torno a la memoria colectiva fue el Holocausto y la literatura
revisionista negadora tematizados por la escuela francesa, en Argentina el
eje central fue la búsqueda de justicia y el descubrimiento del secreto de
los desaparecidos. En nuestro país, los lugares de la memoria estaban
destinados al tema de los desaparecidos y a la demanda de castigo a los
culpables, y sus principales promotores fueron organizaciones no-
gubernamentales. Sumado a esto, hasta mediados de los 90, la mayor
parte de las publicaciones e investigaciones a nivel del pensamiento
público intelectual, “hacían foco en el tema de los derechos humanos y la
democracia confrontados con el discurso político y la política represiva de
la dictadura militar (1976-1983)” (Goldstein, 2006:44). Durante la década
del 90 se hizo necesario institucionalizar e investigar más
sistemáticamente el tema de la memoria y el pasado.
La comunidad judía argentina, que surgió como resultado,
fundamentalmente, de las crisis europeas del siglo XX, es la mayor de
América Latina, pero no forma un grupo monolítico ni homogéneo (Wang,
2003:10). A pesar de que creció sostenidamente a lo largo de los años, y
la mayoría de los judíos se integraron a la sociedad argentina, “el
antisemitismo ha estado arraigado desde un primer momento en todos los
aspectos de la vida argentina. Casi todas las principales instituciones, ya
sean las fuerzas armadas o la Iglesia o el gobierno, han permitido y a
veces alentado, políticas antisemitas orientadas a desestabilizar a la
comunidad judía. [Un ejemplo de esto es que] durante la última dictadura
se apuntó especialmente a los judíos” (Meter, 2006: 66). “El antisemitismo
era justificado por los representantes de la junta militar, que percibían el
judaísmo como una deformidad de la cristiandad que hacía peligrar el
núcleo mismo del establishment argentino” (Meter, 2006: 67).
Al respecto, Diana Wang (2003) considera que existe un “argentino
común” -entendido como descendiente de italianos y españoles llegados
en la gran ola inmigratoria de fines del siglo XIX (igual que muchos
judíos)-, que es tolerante y amable, y tiene un antisemitismo “latente”,
pero que hecho conciente no reconoce ni defiende. La autora coincide con
las opiniones anteriores en que los focos antisemitas en la actualidad se
hallan “en las fuerzas de seguridad -especialmente, la policía, el ejército,
las fuerzas protectoras de la sociedad- y en grupúsculos marginales y
acotados” (Wang, 2003: 10).
Cabe destacar, que hacia fines de la década del 80 se observan nuevas
publicaciones que reivindican la memoria personal y nacional. “En estas
publicaciones, se perfila una nueva narrativa que apunta a un cambio en
la forma de percepción del pasado, la cual se caracterizaba por una
obsesión en torno a la antinomia memoria-olvido y por una orientación
hacia el entorno de la sociedad argentina” (Goldstein, 2006: 47) Así,
escritores de diversos orígenes y de ambos géneros, [entre ellos Alicia
Steimberg, Marcos Aguinis, Daniel Feierstein, Ana María Shúa y Manuela
Fingueret], coinciden en su “intento de comprender sus orígenes y
celebrar su judaísmo” (Meter, 2006: 69).
La década del 90 trajo aparejado un nuevo enfoque que refería al
Holocausto como un genocidio más, y como ejemplo para ayudar a las
víctimas, actuales o futuras, de genocidios. Un ejemplo de ello es el
trabajo de León Rozitchner (1986), quien “…sostiene que los judíos deben
abandonar la ‘arquitectura anímica’ que los convierte en eternas víctimas
poseedoras del monopolio del sufrimiento y la persecución, y
argumentando que es legítimo hablar de un “holocausto argentino” al
analizar las consecuencias de la represión en época de dictadura”
(Goldstein, 2006:48). Esta postura se ve reflejada en los estudios
realizados por Daniel Feierstein (2000; 2005), los cuales definen el
genocidio como una práctica social generalizada, encarando el Holocausto
como una forma de genocidio y aludiendo a las proyecciones de este
fenómeno en Argentina. Asimismo, este proceso se acompañó del
desarrollo teórico respecto del atentado a la embajada de Israel, llevado a
cabo en marzo de 1992, el cual en palabras de Goldstein (2006) dio lugar
a un nuevo modelo de recordación en el que pasado y presente se
entremezclan con el objetivo de generar una conciencia diferente a la
existente hasta ese momento. Los intelectuales judíos, entonces,
comenzaron un proceso de investigación de las raíces para repensar el
modelo judío comunitario del presente. Si bien la intelectualidad judeo-
argentina no transformó su narrativa, debió afrontar el desafío del rechazo
y el peligro de alienación hacia la sociedad argentina en general. Dos años
después, en 1994, la comunidad judía sufre un segundo atentado. Esta
vez contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), acontecimiento
que se convirtió en el lema que unió a todos los sectores progresistas y
democráticos del país en el reclamo de memoria y justicia, pues “veían a
los atentados como eslabones de una cadena de olvido e impunidad y al
nuevo antisemitismo pululante en la Argentina como a una amenaza
contra toda la sociedad” (Goldstein, 2006:58).
Así, después del segundo atentado, la comunidad judía tomó
protagonismo en el espacio público. “La sede de la AMIA era el corazón de
la vida social judía. El golpe ha sido tan profundo que los judíos en pleno
nos volcamos a las calles a demostrar nuestra oposición e indignación”
(Wang, 2003: 11). Esta ola de protestas, y la lucha contra el antisemitismo
dio como resultado una renovación del término “judío”. “Se empezó a
llamar ‘judíos’ a los judíos, en lugar de los eufemismos habituales:
israelitas, hebreos, paisanos, rusos. También dejó su impronta en las
instituciones judías, pues éstas instalaron bloques de cemento en sus
veredas para su protección, resintiendo esta particularidad institucional
como “una reedición lúgubre de la estrella con la palabra Jüde” (Wang,
2003: 11).
Además, a raíz de este atentado se institucionaliza y sistematiza el
Holocausto como eje central en torno al esfuerzo por constituir la
Fundación Memoria del Holocausto.
Goldstein (2006) resume:

“Al cumplirse cincuenta años de la finalización de la Segunda Guerra


Mundial, el 8 de mayo de 1995, la Fundación pasó a un imponente
edificio otorgado por el Gobierno de la Nación para ser destinado al futuro
museo o “Centro de la Memoria”. (...) [Se plantea una] paradoja central:
por un lado la Shoá es reclutada para activar la memoria, y por el otro
para justificar una política de integración y acercamiento al gobierno
argentino. (...) Ante el peligro de desintegración y olvido, la
intelectualidad judeoargentina en conjunto con el liderazgo comunitario
acuden a la Shoá para recuperar la memoria, como motivo funcional que
a su vez ayuda a agilizar la memoria histórica referente a la represión, la
dictadura militar, los desaparecidos, la impunidad y la falta de justicia
ante los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA” (Goldstein,
2006:60).
3.2 El Museo de Memoria de la Shoá como ejemplo de gestión y
presentación museal de la memoria

La Fundación Memoria del Holocausto fue el resultado de la reunión de


sobrevivientes del Holocausto, segunda generación, y personas
interesadas en la temática que buscaban crear un centro educativo
especializado. Se conformó un Consejo de Administración y se nombró un
presidente. A mediados de 1993, la Fundación estaba constituida, con el
objetivo principal de:

“mantener viva la memoria de la Shoá. Para ello desarrolla un vasto programa


de actividades culturales y educativas -dirigido a jóvenes, docentes,
investigadores y comunicadores- para concientizar a la sociedad acerca de las
consecuencias del racismo y la xenofobia, educar hacia el respeto por el
diferente y honrar a las víctimas de la Shoá con la memoria y a los
sobrevivientes, con la continuidad y la transmisión”14

El Museo Memoria de la Shoá es un proyecto gestionado por la Fundación


“Memoria del Holocausto” para la que “una de sus misiones [era] crear y
desarrollar el Museo de la ‘Memoria del Holocausto’ de la Argentina,
comprometido con la problemática de la intolerancia y la discriminación.15.
Con este fin, recibieron del gobierno Nacional Argentino la cesión del ex
edificio de la Ítalo-Argentina de Electricidad, inmueble ubicado en la calle
Montevideo 919 de Capital Federal, “para que sea funcionalizado como
sede de un Museo narrativo que relate la historia del Holocausto y
contenga los testimonios de los sobrevivientes que actualmente residen
en la Argentina. En este inmueble funcionarán además las oficinas de la
Fundación”16 La Fundación realizó “una amplia convocatoria a organismos
públicos, privados y a personas con el objeto de reunir los fondos para

14
Booklet por el 10º aniversario, en la revista “Nuestra Memoria”: II
15
Proyecto del Museo del Holocausto en Buenos Aires: 3
16
Proyecto del Museo del Holocausto en Buenos Aires: 4
concretar la puesta en marcha de éste museo”17. En un primer momento
se remodeló la planta baja del edificio, con fondos donados por el Estado y
auditados por la AMIA. Una segunda etapa consistió en la remodelación
del segundo y el cuarto piso. En el segundo se inauguró el Centro de
Documentación y Conservación del Patrimonio Cultural (Biblioteca y Sala
de Reserva de los objetos de la Shoá), y en el cuarto un Centro de Ayuda
para sobrevivientes necesitados.
Para la realización del presente capítulo utilizaremos la información
provista por la institución -folletos, revistas y otras publicaciones
institucionales- puesto que fue imposible concertar una cita con su
directora o algún miembro responsable del Museo o de la Fundación. Si
bien el trato fue cordial, la información respecto del funcionamiento
específico de gestión de la institución fue difícil de obtener puesto que las
personas consultadas no “estaban capacitadas para responder”18.

3.2.1 Génesis de la institución

Los museos del Holocausto se han diseminado alrededor del mundo, con
diversas propuestas curatoriales y espaciales, pero manteniendo ciertas
características que les son propias, entre las cuales se encuentra la
presentación de los justos entre las naciones, término acuñado por el Yad
Vashem de Jerusalén para referirse a los individuos no judíos que
arriesgaron sus vidas para salvar a judíos.
El Museo del Holocausto (Shoá) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
depende directamente de la Fundación Memoria del Holocausto, fundada a
fines de 1993 por el Instituto Argentino de Estudios del Holocausto (IAEH)
y la Sherit Hapleitá -institución cuya función original fue nuclear a los
recién llegados de la persecución nazi de Europa y otros lugares-. La
Fundación durante los primeros años funcionó en diversas sedes
17
El proyecto Fundación y Museo Memoria del Holocausto -presentado en el folleto-, fue
realizado por un grupo de profesionales que donaron su trabajo a la Fundación Memoria
del Holocausto. (Proyecto del Museo del Holocausto en Buenos Aires: 11)
18
Ver Anexo C.
provisorias. El actual edificio, ubicado en la calle Montevideo 919, fue
entregado por el Estado Nacional el día 8 de Mayo de 1995, fecha en la
que se cumplían cincuenta años de finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Cuatro años más tarde, en agosto de 1999, el Honorable Congreso de la
Nación sancionó por ley la cesión de uso del inmueble por 99 años. El
Museo responde al objetivo de la Fundación Memoria del Holocausto de
“mantener viva la conciencia que existió una Shoá, planificado asesinato
de seis millones de judíos, por el sólo hecho de serlo, a manos de los nazis
y sus cómplices, durante la Segunda Guerra Mundial”19. Para desarrollar
este objetivo la Fundación explica que “estos objetivos se cumplen a
través de una tarea educativa cuya misión es concientizar acerca de los
males del racismo y la xenofobia; evitar la repetición de ideologías y
hechos como los que llevaron a la Shoá; educar en el respeto por el
diferente y su diferencia; honrar a las víctimas de la Shoá con la memoria
y a sus sobrevivientes con la continuidad”20.
El Museo del Holocausto (Shoá) de Buenos Aires cuenta con una muestra
permanente denominada “Imágenes de la Shoá” la cuál ofrece un primer
acercamiento a los hechos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial
en Europa, con referencias a su incidencia en la Argentina, que si bien
está dirigida al público en general, apunta específicamente a alumnos de
la escuela media. A esta muestra, se le ha sumado otra llamada
“Identidad”, que agrupa retratos fotográficos de sobrevivientes, hoy
residentes en nuestro país, y extractos de sus testimonios.
El museo se inauguró en 1999, con la muestra permanente “Imágenes de
la Shoá y sus incidencias en la Argentina”, y con un comité de Honor
conformado por: Arq. Ralph Appelbaum, Prof. Haim Avni, Prof. Yehuda
Bauer, Dr. Michael Berenbaum, Rab. Israel Singer, Sra. Simone Veil, Sr.
Elie Wiesel.

“El Museo del Holocausto de Buenos Aires está pensado como un espacio
vivencial de la memoria. Su desarrollo está basado en un guión didáctico que

19
Disponible en línea 20/11/2008 en: http://www.fmh.org.ar/fundacion/objetivos.htm
20
Disponible en línea 20/11/2008 en: http://www.fmh.org.ar/fundacion/objetivos.htm
permite al visitante un recorrido histórico respaldado con textos, objetos y
documentos. Esta propuesta se completa con muestras itinerantes, films y
testimonios”21

En la presente investigación elegimos este museo por ser el primer


exponente de Museo de Memoria de Argentina, y a la vez, un
representante de lo que podríamos denominar Museos de la Memoria
“tradicionales”, entendiendo a los museos del Holocausto como los
pioneros en el tratamiento de temas relacionados a las memorias
traumáticas, ya que existen desde 1949.

3.2.2 Objetivos del museo

Desde la apertura del Museo, la Fundación Memoria del Holocausto ha


funcionado en el mismo edificio, imprimiendo su objetivo a la institución:
“El objetivo de la Fundación Memoria del Holocausto y su Museo es
mantener viva la conciencia de que existió una Shoá (Holocausto),
planificado asesinato de seis millones de judíos. Este objetivo se cumple
mediante un archivo de documentos y un vasto programa de actividades
culturales y educativas”22.

En uno de sus folletos institucionales declaran que “la función central de la


institución es investigar, informar, difundir y educar, para afirmar una
conciencia moral que rehace toda persecución, prejuicio, odio,
discriminación e intolerancia”23

21
Información extraída de uno de los Folletos institucionales que se entregan al ingresar
al museo.
22
[artículo en línea] 27/05/2009, disponible en: http://www.fmh.org.ar/
23
Información extraída de uno de los Folletos institucionales que se entregan al ingresar
al museo.
3.2.3 Política institucional

La Fundación y el Museo llevan adelante una serie de actividades que se


suman a la exposición de las muestras. Las más importantes son la
edición de la revista Nuestra Memoria, las charlas de los sobrevivientes
con diversos públicos, conferencias, seminarios y cursos, recolección y
conservación de objetos y documentos donados, y una serie de
actividades estrictamente relacionadas a la educación, destinadas a
docentes y alumnos.
Si bien en un comienzo se enfatizó el desarrollo de una biblioteca
especializada, la misma se encuentra cerrada al público “por reformas”
hace aproximadamente dos años.
La Fundación Memoria del Holocausto mantiene convenios y acuerdos de
colaboración suscritos con instituciones académicas del país, y con otras
instituciones centradas en la temática del Holocausto, principalmente.

3.2.4 Trabajo Inter institucional

Por lo observado en las fuentes a nuestra disposición, la Fundación realiza


un amplio trabajo Inter institucional para una diversa lista de actividades,
eventuales o regulares. Describen en su publicación que “la red de lazos
con otras instituciones que promueven la defensa de los derechos
humanos y la lucha contra todo tipo de discriminación crece día a día…”24.
Entre los colaboradores e instituciones con los que cooperan se
encuentran: DAIA, Claims Conference, Joint, sponsors, bancos, empresas,
socios adherentes, aportantes, periodistas, personal voluntario de
Tzedaká. En esa publicación, también describen que las actividades con
otras instituciones incluyen: visitas guiadas, capacitaciones y testimonios
de sobrevivientes. La tercera actividad tiene a su vez dos aristas: por una
parte los testigos vivientes de la Shoá testimonian en las

24
Editorial 15º aniversario Museo del Holocausto de Buenos Aires
escuelas/instituciones que solicitan a la institución información acerca de
la Shoá, tanto en Buenos Aires como en el interior del país, y por otra
parte, se realizan reuniones semanales de un grupo autogestivo de
actividades culturales. Además, suman “el auspicio de actividades
organizadas por instituciones oficiales y no gubernamentales”. Entre las
actividades podemos mencionar, en primer lugar, los actos Iom Hashoá
(referentes a la resistencia y lucha en los Guettos), entre otras actividades
alusivas.
Otro ejemplo está dado por el Baúl pedagógico, que se entrega en
préstamo por quince días a la escuela que lo solicite. El baúl fue una
donación del Museo del Holocausto de Houston, Estados Unidos, y consiste
en “una caja que contiene videos, libros, guías de estudio y DVD’s en
español para enseñar la temática de la Shoá en el aula. Este material,
seleccionado por el museo norteamericano y enviado a diversos países,
fue diseñado para brindar material a los educadores en diversas áreas de
las escuelas secundarias. Entre los títulos incluidos en el baúl, se
encuentran El diario de Ana Frank, el film Algunos que vivieron (dirigido
por Luis Puenzo para la Shoah Foundation), Lo que debe saber su hijo
acerca del prejuicio y la discriminación y “Salvar una vida: la historia de
los gentiles justo”25.
Además, la Fundación organiza charlas en escuelas e instituciones de todo
el país26. Así, durante el año 2002, se organizó el programa “Vamos a las
Escuelas” destinado a las escuelas secundarias de Buenos Aires; también
trabajó junto con la Universidad Católica Argentina y la Comunidad Sant
´Egidio, para realizar el encuentro “Testigos del dolor, una mirada hacia la
esperanza”.
Otro ejemplo de su relación Inter institucional son los convenios con
Organismos Nacionales e Internacionales, entre las organizaciones se

25
[artículo en línea] 04/06/2009 disponible en:
http://www.fmh.org.ar/holocausto/baul/notaclarin.html
26
Todas las actividades mencionadas en este apartado están descriptas en uno de los
folletos institucionales.
menciona a la Gedenkdienst de Austria, el Museo Yad Vashem (pasantes y
becarios), AMIA.
Los convenios académicos incluyen la firma del convenio con la Facultad
de Derecho (UBA) y la Asociación de Magistrados para la instauración del
Primer Seminario Universitario Permanente sobre Holocausto, Genocidio y
Lucha contra la Discriminación, en el año 2008. En el marco de este
seminario se pudieron realizar congresos, mesas redondas, jornadas,
visitas, becas abiertas a estudiantes de otras carreras y público en
general.
Otro ejemplo está dado por la suscripción de un Acta de Acuerdo entre la
Facultad de Derecho de la UNNE, la Fundación Memoria del Holocausto-
Museo del Holocausto y la DAIA Filial Corrientes, con el objetivo de
implementar planes, programas y cursos de investigación sobre la
temática del Holocausto, el genocidio y la lucha contra la discriminación.
Por otra parte, en el marco de la capacitación docente, se realiza la
selección de becarios para seminarios y cursos de intercambio con el
Museo del Holocausto de Houston (EEUU) y el de Yad Vashem (Israel).
Un último aspecto de las relaciones Inter institucionales es que el Museo
del Holocausto integra la delegación argentina ante la International Task
Force (ITF), el Grupo de Trabajo para la Cooperación Internacional en
Educación, Rememoración e Investigación del Holocausto, junto a otras
Organizaciones No Gubernamentales y tres ministerios nacionales:
Educación, Justicia y Relaciones Exteriores.

3.2.5 Organigrama y departamentos

Sra. Danuta Gotlieb


Presidente
Arq. Boris Kalnicki
Fundador
Dr. Gilbert Lewi Vice Presidentes Dr. José Menasce
Dr. Mario Feferbaum Lic. Sima Milmaniene
Presidente
Dr Enrique Ovsejevich
Secretaria
Pro Dr. Jorge Goldstein
General Susana Rochwerger
Prof. Bruria Sorgen
Secretarios

Sr. Enrique Dychter


Tesorero Pro Sr. Jaime Machabanski
Tesoreros
Sr. Daniel Banet

Sr. Moises Borowicz


Sra Raquel Dawidowicz
Dr Pablo Goldman
Sr Alberto Monczor
Sr Eduardo J Santoro
Vocales Sr. Ernesto Slelatt Vocales suplentes Sr. Eduardo Chernizki
Dr. Sixto Stolovitzky
Sra. Eugenia Unger
Dra. Irene E. Freilich de Weiss
Lic. Susana Zang

Revisor de
Directora Ejecutiva Prof. Graciela N. de
cuentas Dr. Manuel Kobryniec
Jinich

La Institución se estructura en diez comisiones, a saber: Comisión de


Cultura y Educación, a cargo de la organización y el planeamiento de
actividades culturales y educativas, como capacitaciones y publicaciones.
La comisión de Museo y muestras encargada de los proyectos y el
contenido ideológico. La comisión Juventud, que organiza actividades para
jóvenes y la de Sobrevivientes, encargada de las actividades recreativas,
de reflexión y contención. Además, conjuntamente con la DAIA y la
Fundación Tzedaká, y con fondos de la Claims Conference, se ha instalado
un centro de ayuda para asistir a los sobrevivientes en estado de
necesidad, que funciona en el 4º piso de la Fundación.
Otra comisión está a cargo de la Biblioteca, la organización de la misma e
intercambio con otras similares. Aunque se explica que “Biblioteca y
videoteca especializadas [están] abiertas a estudiantes, investigadores y
público en general. [Y que] cuenta con un catálogo de más de 1800 libros
en diversos idiomas y cerca de 500 videos y DVD, así como también con
una amplia hemeroteca”27, la misma ha estado cerrada al público general
27
Folleto institucional.
por los últimos dos años, y no tiene fecha de reapertura. Además, se
cuenta la comisión Patrimonio, a cargo de la recolección y conservación de
objetos de la Shoá, que provienen de donaciones de familias e
instituciones. El museo cuenta con una “Sala de Guarda del Patrimonio. Un
equipo de especialistas clasifica los objetos y documentos de la Colección.
Los mismos se resguardan en una sala acondicionada especialmente”28.
La Fundación tiene una comisión de Prensa y Difusión, que divulga la
temática de la Shoá a través de sus actividades. La comisión de
Intendencia a cargo del cuidado y mantenimiento edilicio. La de Eventos y
recursos que realiza actos recaudatorios y, por último, la comisión
Adherentes, que se encarga de proyectos y coordinación para el
acercamiento de colaboradores.

3.2.6 Muestras

En la planta baja del primer cuerpo del edificio, luego del hall de ingreso,
se encuentra el auditorio sobre la derecha, y sobre la izquierda, los baños
y una serie de afiches desarrollados por el Museo del Holocausto de
Washington DC, que se titulan: “Dafur. Genocide emergency”. Luego se ve
una máquina de escribir destruida por la explosión de la embajada de
Israel, y una vitrina con algunos de los libros disponibles en la biblioteca.
Se atraviesa luego un patio, a través de un pasillo vidriado, que conduce al
segundo cuerpo del edificio donde se encuentra la muestra principal. El
museo ha denominado su muestra permanente “Imágenes de la Shoá. El
Holocausto y sus resonancias en la Argentina”29, inaugurada en el año
1999. La presenta como una “muestra educativa de carácter introductorio,
altamente visual, con una perspectiva argentina. Testimonios,
documentos, fotos y objetos, narrados a lo largo de doce hitos del
Holocausto”.

28
Folleto institucional
29
Ver Anexo A para más información.
“La muestra se inicia con la rica vida judía de preguerra, transmite los
aspectos fundamentales de los trágicos acontecimientos de la persecución
y el exterminio de seis millones de judíos en el contexto histórico del
ascenso del nazismo y la Segunda Guerra Mundial, destaca los heroicos
actos de resistencia judía contra el nazismo, concluye con la liberación, el
destino de los sobrevivientes y el procesamiento a los criminales nazis,
señalando en cada uno de los hitos, las repercusiones de estos hechos en
nuestro país.

Se exhiben en esta muestra objetos originales acompañados de paneles


explicativos ilustrados con fotografías, documentos y mapas. Los mismos
se complementan con presentaciones audiovisuales de documentales y
testimonios de sobrevivientes” (Texto introductorio de la muestra)

En uno de sus folletos declaran que “el objetivo central de la muestra es


dignificar, humanizar y restituir la identidad despojada por los victimarios
a las víctimas, a través de historias de vida con nombres, apellidos y
rostros concretos. Historias personalizadas con las cuales el público pueda
identificarse”.
Los estadíos o hitos30, en los que se divide la muestra, están distribuidos
en dieciocho paneles, algunos de los cuales son unidos por vitrinas que
contienen objetos originales o imitaciones -a modo de maquetas-, y se
complementa con vitrinas externas de objetos variados- de la colección
propia o préstamos de otras instituciones-. Si bien los hitos originales de la
muestra son doce, desde que se inauguró se han ido agregando nuevas
muestras, como “El pasaporte de Eichmann. La identidad encubierta de un
genocida” y artículos diversos, en otros formatos, y que se superponen
con la muestra original. Además, aunque la muestra no cuenta con una
sonoridad propia, al recorrerla se escucha constantemente la repetida

30
Ellos son: “La vida judía en Europa antes de la Guerra”; “Los comienzos de la vida judía
en la Argentina”; “Período de entreguerras y Antisemitismo (1918-1932)”; “Ascenso del
nazismo al poder (1933-1937)”; “Persecución violenta a partir de la Kristallnacht (1938-
1939)”; “Segunda Guerra Mundial (1939-1945)”; “Deportaciones, Ghettos, Exterminio
(1939-1941)”; “La Solución Final (1942-1945)”; “La Resistencia (1943-1945)”;
“Sobrevivientes en busca de un hogar (1945-1950)”; “No Olvidar - Para que no se repita
(1945-hasta hoy)”; “Los Lipszyc – el impacto de la Shoá en la vida de una familia”
melodía de un video institucional ubicado en la muestra contigua,
“Identidad: Retratos de testigos de la Shoá”, área que se define
virtualmente por columnas y por las divisiones que marcan los propios
paneles.
Cada panel de la muestra principal, está conformado por un collage de
imágenes diversas-documentos, fotografías, afiches, tapas de revistas y
diarios, propaganda política, etc.- o documentos originales, sumado a una
guía textual, privilegiando siempre la imagen. Además de los paneles, las
vitrinas- incorporadas a ellos y otras que no lo están- aportan un grado de
materialidad al relato.
Cada uno de los doce hitos de la muestra, no cada panel, contienen
referencias a la Argentina en un apartado titulado “Mientras tanto en
Argentina”, que ofrecen datos variados que no siempre coinciden o
aportan a la temática desarrollada, imposibilitando así la conexión de los
hechos europeos con sus repercusiones en Argentina respecto del
nazismo, la xenofobia y la lucha en su contra. Esta muestra es la primera
producción propia del Museo del Holocausto, y ha sido desarrollada por un
equipo interdisciplinario integrado por profesionales, técnicos y
voluntarios, con la intención de presentar una muestra didáctica, de
carácter introductorio. Si bien, como analiza Goldstein (2006), en la
Argentina se registró una amplia producción académica y literaria con
respecto al Holocausto y el judaísmo argentino, la muestra no repara
claramente en estas colaboraciones, entre las que se aborda el tema de
manera ejemplar (Todorov, 2000)31. Además, el Museo define el
Holocausto como “el asesinato planificado de seis millones de judíos por el
solo hecho de serlo”32, victimizando únicamente al pueblo judío y
generando una lectura literal (Todorov, 2000) del acontecimiento. Otro
ejemplo de ello está dado por la aseveración que dice: “en el mundo había

31
Feierstein (2000) aporta un intento de periodización del Holocausto como proceso
genocida. Menciona para ello cinco momentos por los que atravieza este proceso: la
construcción de una otredad negativa, el hostigamiento, el aislamiento espacial, el
debilitamiento sistemático y por último, el exterminio.
32
[Artículo en línea] 10-06-2009. Disponible en:
http://www.fmh.org.ar/fundacion/objetivos.htm
dos clases de países: aquellos donde los judíos no podían permanecer, y
aquéllos donde los judíos no podían ingresar”. Este mensaje se presenta
en el centro del panel número 8, dentro de un recuadro de grandes
dimensiones, redactado en mayúsculas. Entonces, si bien el Museo del
Holocausto tiene como objetivo principal transmitir y fomentar valores
universales contra la xenofobia, el racismo y la discriminación, al
reconstruir históricamente la política de exterminio del nazismo, no
mencionan a las otras víctimas, entre ellas a los comunistas, los enfermos
mentales, los homosexuales, entre otros.
El segundo cuerpo del edificio, además, contiene en la planta baja junto a
la muestra “Imágenes de la Shoá…”, una sala de la memoria, con placas
conmemorativas, y por la escalera, ubicada junto al ingreso, se accede a
un entrepiso donde se presentan muestras artísticas temporarias basadas
en el tema del Holocausto, realizadas en diversos soportes -pintura,
fotografía, dibujo, collage-.
Además, el museo ha presentado en diversos espacios otras muestras
itinerantes, algunas desarrolladas por ellos y otras generadas en otras
instituciones de la temática. Entre ellas: entre 2001 y 2002 se expusieron
El anexo, de Perla Bajder y Visas for life, en la Feria del Libro, en conjunto
con la Embajada de Israel y la DAIA.

3.2.7 Actividades

El museo lleva a cabo una multiplicidad de actividades, estables o


eventuales33, desarrolladas por las diferentes comisiones. Por tratarse de
una Fundación, se desarrollan actividades relacionadas al desarrollo de
fondos, entre ellas, una cena anual de beneficencia para cerrar el ciclo,

33
No contamos con un detalle específico de todas las actividades realizadas, y no se
ofrece abiertamente un listado de las mismas.
con sorteos y subastas. Además, cuenta con programas de donantes y
diversas campañas a lo largo de los años para alcanzar las metas
propuestas.
Otro grupo de actividades está dado por los cursos, conferencias,
seminarios y cine debate que ofrece la institución abiertos a la comunidad,
centrados en el tema del Holocausto presentado y trabajado, en general, a
través del cine, la historia o la sociología. Algunos ejemplos son: “Historia
de la Shoá”, dictada por el profesor Abraham Huberman, “La Shoá a
través de la cinematografía”, por Abraham Zylberman y “La Shoá: una
interpretación sociológica” dictada por el Lic. Patricio Brodsky, todos
realizados en el año 2003. Y todos los jueves de marzo de 2009, el ciclo de
cine debate, coordinado por el historiador Abraham Zylberman.
Además, ofrece certámenes y capacitaciones para docentes. Entre ellos se
pueden mencionar el Certamen para Docentes “Recordando la Shoá”
realizado en 2008, que buscaba incentivar la investigación y la enseñanza
de la Shoá y, el mismo año, dos capacitaciones docentes a cargo de
Docentes de Museos de Israel: la Conferencia-taller “El Ghetto. La solución
final. Una visión desde la fotografía y las artes plásticas” a cargo de Aiala
Feller y “Filosofía y educación. La transmisión del Holocausto-Shoá en el
aula”, a cargo de la Prof. Dalia Ofek.
Otra actividad del museo se relaciona a la actividad editorial. La edición
ininterrumpida de la revista “Nuestra Memoria” desde 1994, la
presentación, distribución y venta de libros especializados en el tema,
ofrecidos en un catálogo en línea; entre ellos: Holocausto-Shoá. Sus
efectos en la teología y en la vida cristiana en Argentina y en América
Latina” de la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana; “Un día más de
vida. La Odisea de David Galante” de Martín Hazán y el desarrollo de
materiales pedagógicos, destinados a educadores de todos los niveles.
Entre ellos se destacan: “El Holocausto en 10 posters”, CD fragmentos y
los cuadernillos para el educador que complementan el film “Mujeres de la
Shoá” y la muestra “Identidad”. Asimismo, a través de su editorial
“Nuestra Memoria”, el Museo realizó diversas publicaciones.
Otro perfil de actividades está dado por el asesoramiento a productoras de
cine, TV y medios de comunicación en general, instituciones, docentes e
investigadores, nacionales e internacionales y la edición de un newsletter
digital.
También realiza actos, entre ellos, la conmemoración anual recordando el
Levantamiento del Ghetto de Varsovia en escuelas y colegios públicos y
encuentros de jóvenes y docentes con Sobrevivientes de la Shoá. Sumado
a eventos académicos y artísticos, su presencia pública se completa con la
Campaña publicitaria en los subterráneos de Buenos Aires durante 2007 y
2008; la presentación del film “Mujeres de la Shoá” en Cancillería y su
posterior emisión en Canal 13; la participación de la Noche de los Museos
y en el Día Internacional de los Museos.

3.2.8 Público

El museo está abierto al público en general, con un énfasis especial en la


escuela media: “Desde su inauguración, miles de jóvenes estudiantes de
escuelas medias y universidades; miembros de la Policía Federal, Fuerzas
Armadas y Poder Judicial, entre otros, visitan las muestras y participan de
las actividades en el Museo del Holocausto de Buenos Aires”34

3.2.9 Comunicación institucional y presencia en Internet

La Fundación Memoria del Holocausto cuenta con un sitio de Internet poco


actualizado, incompleto y confuso para su navegación. En él se pondera el
contenido teórico, pues se puede acceder a su archivo y a la revista
“Nuestra Memoria” completa, dispuesta para su descarga en formato PDF.
Las actividades, noticias y anuncios oficiales no reciben un lugar
destacado, y la presentación de la página no cuida los aspectos
formales35.

34
Editorial, 15º aniversario Museo del Holocausto de Buenos Aires, 2008
35
Disponible en: http://www.fmh.org.ar
Por otra parte, en el período 2007-08 la institución realizó una campaña
publicitaria36 compuesta por afiches gráficos y un spot televisivo, que se
transmitían en el canal Vía Subte, de los subterráneos de Buenos Aires, en
las estaciones de las líneas A, B, C y D. Los afiches exhibían fotografías
tomadas a presos de los campos de concentración nazis y contenían la
leyenda "Un museo, nada de arte", mientras que el spot televisivo
comenzaba mostrando imágenes abstractas que podrían pertenecer a un
museo de arte y luego se leía: "Obras difíciles de entender. También en
nuestro Museo". Y cerraba con imágenes de campos de concentración.

3.3 Palabras finales

La Fundación Memoria del Holocausto-Museo del Holocausto pertenece,


simplemente por la temática, a una amplia variedad de instituciones que
presentan y desarrollan la memoria de ese suceso. Entre las muchas
variedades, como hemos visto en el segundo capítulo, se adoptan ciertas
ideas rectoras y terminología específica, como por ejemplo: “los justos
entre las naciones”. El Museo del Holocausto de Buenos Aires se inauguró
hace diez años. Desde entonces, ha desarrollado una amplia gama de
actividades dirigida a toda la sociedad con un énfasis en la escuela media
y universidades. Si bien la Fundación repite incesantemente la importancia
del logro del Museo, y ha comenzado a incluirlo en sus impresos
institucionales como indivisible de sí misma -Fundación Memoria del
Holocausto-Museo del Holocausto-, la gestión del mismo resulta confusa,
secretiva y desordenada.
Según el listado de actividades y relaciones Inter institucionales, la gestión
institucional resulta dinámica, pero la falta de respuestas y la

36
Reconocida con el premio Lápiz de Oro, que distingue a las producciones más creativas
e innovadoras del mercado. "Obras", el aviso gráfico que se vio en los subterráneos de la
ciudad, obtuvo el premio por el bimestre abril-mayo, y el spot televisivo "Inentendibles"
quedó entre los tres finalistas de su categoría. Ambas publicidades fueron realizadas ad
honorem por la agencia FWK Argentina y contaron con el apoyo del grupo Vía Subte.
desorganización lo contradicen.
Como elementos para la transmisión, el Museo cuenta con patrimonio
propio y piezas prestadas por otras instituciones, que lo preceden y lo
guían. Además, es el primer museo totalmente en español y está situado
en una sociedad que ha dado lugar a dos atentados contra la comunidad
judía en la década de 1990. Sin embargo, no ofrece un aporte propio a la
tradición de museos del Holocausto. El relato se lleva a cabo en una
periodización rígida, que no genera en su transmisión puentes o
conexiones entre el pasado y el presente. Sumado a esto, las referencias a
la Argentina son inconexas y esporádicas y no aportan un contexto ni
plantean interrogantes. Así, la posición ideológica resulta un poco confusa
en las diversas fuentes consultadas, y merecería un estudio propio37.
¿Qué posición toma la institución con respecto del mundo académico? Por
la falta de respuesta ante el pedido de una entrevista, sumado a la
precariedad de su sitio de Internet, asumimos que no tiene una actitud
abierta hacia la sociedad o hacia el mundo académico, al menos no como
institución, sumado al hecho de que su acervo bibliográfico se encuentra
fuera de circulación hace más de dos años.
Creemos, por lo visto y analizado, que el museo Memoria del Holocausto
de Buenos Aires tiene un accionar contradictorio. Por una parte, su amplia
oferta de actividades sugiere una apertura total a la sociedad, generando
espacios de análisis y debate sobre el tema, que aunque no contemos con
los contenidos teóricos de dichos espacios, suponemos su apertura y
ejemplaridad basados en el tenor teórico que contiene la publicación
“Nuestra Memoria”. Pero, por otra parte, la investigación desarrollada
plantea un interrogante: ¿su imagen institucional, su muestra y la página
de Internet no descubren, acaso, una memoria literal que no logra
abandonar un pasado que victimiza al pueblo judío frente a un mundo que
aparece descripto como “despiadado”, en un pasado que se muestra
rígido, ajeno y distante?

37
Ver Anexo A.
Capítulo 4
El Museo de la Memoria de Rosario como segundo estudio de caso
de gestión y presentación de la memoria.

En el presente capítulo se describen los modos de la gestión que practica


el Museo de la Memoria de Rosario, tomado como ejemplo de espacio de
memoria, herramienta social y propuesta de transmisión de memoria de la
dictadura en forma de museo. Para ello, comenzaremos con un sintético
panorama del contexto histórico y social que da origen a esta institución,
atravesado por tensiones, contradicciones y frustraciones. Continuaremos
luego con la descripción y análisis del funcionamiento de la institución,
sus actividades y objetivos.

4.1 Caracterización del contexto social y político de los últimos 30


años

El contexto de la violencia política reinante en la Argentina a mediados de


los años setenta culminó el 24 de marzo de 1976, cuando un
levantamiento de las Fuerzas Armadas (FFAA) depuso al gobierno
constitucional de María Estela Martínez de Perón, instalando en su lugar
una junta militar encabezada por los comandantes de las tres Fuerzas
Armadas (FFAA): Jorge R. Videla (Ejército), Emilio E. Massera (Armada) y
Orlando R. Agosti (Fuerza Aérea). El gobierno de facto, autodenominado
“Proceso de Reorganización Nacional”, duró hasta el año 1983 y compartió
con el resto de los regímenes autoritarios del Cono Sur una serie de
rasgos:

“Como es sabido, tanto en la Argentina, como en Chile, Brasil y Uruguay


los regímenes militares intentaron realizar dos grandes tareas: 'normalizar'
la economía y reimplantar el 'orden' en la sociedad mediante la
resubordinación del sector popular. La 'normalización' de la economía
implicó la implantación de un modelo basado en la redistribución negativa
del ingreso, la disminución del producto bruto industrial y el aumento del
desempleo estructural. Por su parte, la reestructuración del conjunto de la
sociedad implicó un sistema de exclusión y desmovilización política de los
sectores populares activos en la etapa anterior, la destrucción de los
recursos organizacionales que habían sustentado dicha activación, y la
supresión de la ciudadanía y la democracia activa” (Acuña-Smulovitz,
1995:24-25).

Después del golpe, el gobierno militar instauró una “legalidad de facto” y


se organizó una extendida y brutal represión, implementada en forma
clandestina y extra-legal.
La definición de los enemigos potenciales fue tan amplia que no dejó de
incluir ninguna categoría social. Como resultado de esta represión no sólo
la oposición fue silenciada; también se logró ocultar la información de la
extensión y severidad de la represión. (Przeworski, 1995:13)38.
La acción represiva fue denunciada por el movimiento de los derechos
humanos (DDHH) de Argentina a nivel nacional e internacional. Este
movimiento conformado por dos grandes grupos de organismos, los de
“afectados directos” y los de “no afectados”. Entre los primeros están:
Madres de Plaza de Mayo; Madres de Plaza de Mayo- Línea Fundadora;
Abuelas de Plaza de Mayo; Familiares de Desaparecidos y Detenidos por
Razones Políticas (FDDP); Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos; y
más recientemente, Hijos por Identidad y Justicia contra el Olvido y el
Silencio (HIJOS); que tienen como eje central de sus acciones promover la
justicia y la recordación de los hechos ocurridos durante la dictadura
militar.
Entre los organismos de “no afectados” se encuentran: la Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos (APDH); la Liga Argentina por los
38
Aún hoy, se hace imposible una evaluación definitiva de sus alcances. Al respecto, la Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) documentó en 1984 la desaparición de
8960 personas, mientras que Amnesty International estimó que el número de víctimas supera los
15000 y otros organismos defensores de los derechos humanos como Madres de Plaza de Mayo y el
Servicio Paz y Justicia sostienen que la cifra alcanza las 30000 personas.
Derechos del Hombre (LADH); Centro de Estudios Legales y Sociales
(CELS); Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH);
Servicio Paz y Justicia (SERPAJ); Fundación Memoria Histórica y Social
Argentina; Asociación Buena Memoria; Equipo Argentino de Antropología
Forense (EAAF). “Estos organismos tienen un mandato más amplio y
dirigen también su atención a otras modalidades de atropello a los DDHH”
(Valdéz, 2001: 74).
En 1980, “el régimen militar inicia el ‘diálogo político’ con las dirigencias
partidarias con la finalidad de lograr el aval civil a lo actuado por las
Fuerzas Armadas en la represión” (Jelin, 1995: 114). Luego, en 1982, la
derrota en la guerra de Malvinas, sumada al fracaso de las políticas
económicas, llevó a una crisis interna en las FFAA y a la apertura del
camino a la transición democrática, con la asunción de Raúl Alfonsín como
presidente constitucional en 1983. El movimiento de DDHH tuvo un papel
fundamental en la conformación de la agenda de demandas sociales de
defensa de estos derechos al término del gobierno militar.
Comienza así un proceso de avances y retrocesos por la “verdad” y la
“justicia”. El gobierno debía cumplir sus promesas electorales de justicia a
la vez que incorporar a las FFAA a la vida constitucional. En este contexto
decretó el enjuiciamiento de las tres Juntas Militares y los líderes
guerrilleros de Montoneros y del ERP, instalando “la teoría de los dos
demonios”; pero también derogó la (auto) amnistía, y constituyó la
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP).
Przeworski (1995) sostiene que el juicio a los oficiales militares superiores,
en 1985, fue el punto clave de la transición, cuando utilizando legislación
destinada a perseguir homicidas se sancionaba a personas acusadas de
genocidio, y marcaba un hito inédito en las transiciones democráticas del
Cono Sur. Además, el autor agrega que:

“los juicios representaron un punto de condensación privilegiado de la política en


tanto éstos se convirtieron en un espacio de articulación de relaciones entre las
FFAA, partidos, movimiento de derechos humanos, gobierno y las víctimas del
terrorismo de Estado.” (Przeworski, 1995: 9)

Años más tarde, cuando tribunales de todo el país citaban a declarar a


militares de todas las graduaciones, estalló el levantamiento
“carapintada” liderada por oficiales de graduación media que
cuestionaban los juicios y al generalato. Como resultado del levantamiento
de “Semana Santa” se promulgó la ley de Obediencia Debida 39 (1987) que,
sumada a la ley de Punto Final del año anterior, fue un revés para el
movimiento de DDHH.
A partir de 1989, las organizaciones de derechos humanos intensificaron
su tarea ante las instancias internacionales, e insistieron ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que revisara la
conducta del gobierno argentino y las violaciones que estas leyes
representaban a los mandatos constitucionales. Asimismo, las Abuelas de
Plaza de Mayo iniciaron procesos judiciales dada la falta de contemplación,
en las leyes citadas, para los casos de los niños secuestrados y nacidos en
cautiverio, apropiados o bien asesinados junto a sus padres.
Carlos Menem asumió en 1989, en medio de una gran crisis
hiperinflacionaria, y luego de que el presidente Raúl Alfonsín le entregara
el gobierno antes de concluir su mandato. Carlos Menem llevó adelante
una política de Pacificación Nacional, decretando el indulto de militares y
guerrilleros presos. Esta nueva etapa política del país instauró la
hegemonía de la cuestión económica en la agenda política, disminuyendo
la capacidad de convocatoria de los organismos de derechos humanos.
El año 1995 fue un punto de inflexión en la presencia de la memoria en el
espacio público. Se produjo en la televisión una oleada de testimonios de
militares “arrepentidos” acerca del accionar en la represión, iniciada por
Adolfo Silingo. Luego, Martín Balza pidió perdón a los familiares de las
víctimas de la represión, y afirmó que nadie estaba obligado a cumplir una
orden inmoral.

39
Esta ley desprocesó centenares de militares acusados, algunos de ellos ya condenados.
En 1996, los eventos relacionados al XX aniversario del golpe, fueron
multitudinarios. Se abrió así un nuevo período de acciones promovidas por
el movimiento de DDHH, y avanzaron diversas iniciativas. Además, el
trabajo legal de los organismos de derechos humanos se reactivó para
encontrar canales creativos y novedosos para la acción de la justicia, que
motivaron, entre otras, las “Causas por el Derecho a la Verdad” 40. Gracias
a una mayor receptividad en el ámbito oficial, municipal y provincial, para
la preservación de la Memoria surgen archivos, memoriales, el parque de
la memoria y museos memoriales en Buenos Aires, La Plata y Rosario.
Además se conformó, en el 2000, Memoria Abierta, una acción coordinada
de ocho Organizaciones de Derechos Humanos. También, el emblemático
edificio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), principal centro
clandestino de detención, simbolizó las disputas entre diferentes posturas
políticas. Primero, Menem decretó su demolición, luego, en junio de 2000
la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires revocó la cesión para la
instalación del “denominado Museo de la Memoria” (Valdéz, 2001: 78).
Cuatro años después, el presidente Néstor Kirchner decretó el traspaso del
edificio a los organismos de derechos humanos para la creación de un
museo y archivo especializados, iniciando un ciclo que podríamos
denominar políticas de memoria del Estado. (Lvovich y Bisquert, 2008:79)

4.2 El Museo de la Memoria de Rosario como ejemplo de gestión y


presentación de memoria(s)41

El Museo de la Memoria de la ciudad de Rosario es el primero de Argentina


reconocido como de interés nacional y uno de los primeros de América

40
Especialmente después de 1997, consiguen el reconocimiento internacional al generar
el concepto de “derecho a la verdad y al duelo”, una de las motivaciones centrales de
estas causas que se desarrollan en las Cámaras Federales de Bahía Blanca, Capital
Federal, Córdoba y La Plata (Valdéz, 2001: 68).
41
Si bien el Museo trabaja sobre la temática relacionada al Proceso de Reorganización
Nacional (1976-1983), la dirección acepta muestras diversas, que considere
enriquecedoras para su accionar, aunque no se centren en dicho período. Algunos
ejemplos de estas muestras son: “Ciudad oculta / ciudad descubierta”(Septiembre, 2008)
, “El cielo por asalto. 40 años de rebeliones” (Mayo 2008) y “Las madres del monte”
(Diciembre, 2008)
Latina que trabaja sobre las causas y consecuencias del accionar del
Estado terrorista. En el ámbito rosarino, la preservación de la memoria
reconoció diversas iniciativas desde el retorno de la democracia, siendo la
fundación de este museo la que introdujo algunas notas novedosas en el
proceso de reconfiguración de la memoria de la dictadura en la ciudad.
Los organismos de DDHH de Rosario y particulares comenzaron en 1990 y
1991 a reunir firmas para alentar la propuesta de la creación de un Museo
de la Memoria. Recién en 1996 encontraron eco político, cuando el
concejal Roberto Bereciartúa por la Unión Cívica Radical (UCR) presentó el
pedido en el Honorable Concejo Deliberante. En diciembre de 1996 se
confecciona la ordenanza bajo la denominación de Museo de la Memoria y
se aprueba la promoción para su creación, que se sanciona dos años
después. En 1998 se conformó a través del Concejo Deliberante una
Comisión Pro Museo de la Memoria, encargada del seguimiento del
proyecto y de la elaboración de los detalles, integrada por once miembros
de Organismos de DDHH y un concejal por bloque. La comisión directiva
del Museo está integrada por miembros activos de ODH y personalidades
reconocidas de la ciudad: Susana Lliera, Norma Ríos e Iván Hernández
Larguía de APDH, Martha S. Díaz de la Comisión de ex Presos Políticos,
Ema Lucero de SERPAJ y Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC), Paula
Luna de Familiares de Detenidos/Desaparecidos y Federico Pagura, obispo
metodista miembro de MEDH. El Museo inauguró en 2001, y la Comisión
Directiva fue la encargada del llamado a concurso para la dirección,
puesto que desde 2002 ocupa Rubén Chababo, docente universitario en la
carrera de Letras de la Universidad Nacional de Rosario y vinculado al
partido Socialista.

4.2.1 Génesis de la institución

El origen del Museo de la Memoria puede ubicarse en el reclamo de


diversos organismos de Derechos Humanos de la ciudad de Rosario,
apoyados por ediles de distintos partidos políticos -UCR, PJ, PSP, PPS-, que
presentaron el proyecto en el Concejo Deliberante de la Ciudad. En 1996,
representantes de estos organismos conformaron la primera Comisión Pro
Museo creada a instancias del Concejo Municipal. Éste, en febrero de
1998, dicta la ordenanza Nº 6506, creando el Museo con la conformación
de una Comisión Directiva y le asigna un lugar provisorio, en un sector de
la ex estación de trenes Rosario Norte. Aunque comenzó sus actividades el
30 de marzo del año 2001, recién en el año 2002 se designa el primer
director, Rubén Chababo, elegido por concurso público de oposición y
antecedentes, con un jurado conformado por autoridades municipales y
del campo de los Derechos Humanos; el cargo tiene una vigencia de
cuatro años y puede ser renovado solamente por un período más. Durante
los primeros dos años, funcionó sin erogación presupuestaria y en un
marco de precariedad financiera notable, hasta que en 2003, una vez
elegida por concurso la dirección del Museo, el Municipio decidió otorgarle
una partida presupuestaria para su funcionamiento.
La implementación del proyecto atravesó diversos avatares, entre los
cuales cabe citar el debate público sobre la instalación definitiva del
Museo en la ex sede del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército, para lo
cual se utilizó la ley de expropiación de carácter provincial que permitió a
la municipalidad la compra del inmueble, tasado en más de dos millones
de pesos.
El edificio del antiguo Comando que será sede del Museo de la Memoria se
halla ubicado en la esquina de las calles Córdoba y Moreno -Córdoba
2019/25-. Actualmente ocupa el predio el bar Rock&Feller´s hasta que
opere el vencimiento del contrato suscripto, hecho que ocurrirá en mayo
de 200942. Mientras tanto, el Museo funciona en un sector de la ex
estación de Trenes Rosario Norte que ahora pertenece a la Secretaría de
Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario. Aquí tiene asignado

42
Esta información se consiguió en una visita a la institución realizada en abril de
2009. La mudanza anunciada en dicha ocasión se pospuso en principio hasta fin de 2009.
Monzón (2009) explica que “entre los dueños del bar y la municipalidad están negociando
para prorrogar por unos meses el contrato a cambio de que los empresarios puedan
reubicar a sus empleados y dejen algunas cosas funcionando como los ascensores y aires
acondicionados”
en la planta baja un espacio que se destina a Sala de Exposiciones. En la
planta alta, tres oficinas: una general donde funciona el Departamento de
Educación y la Biblioteca, otra más pequeña, para el director y la
coordinadora general, y una tercera para el Archivo.

Los integrantes del equipo de trabajo se muestran entusiasmados con la


pronta mudanza al edificio definitivo, y explican que éste resulta
emblemático en la historia del Terrorismo de Estado de la Ciudad, ya que
desde sus oficinas se diseñó y puso en marcha el siniestro plan de
persecución y exterminio que fue desplegado por las fuerzas represivas
sobre las seis provincias bajo su jurisdicción: Santa Fe, Entre Ríos,
Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa. Esta institución debe lidiar con un
pasado en constante reformulación, acerca del cual se presentan día a día
nuevas visiones y versiones, y del que, por ser tan reciente y a la vez tan
contradictoriamente tratado, se tienen cada vez menos certezas.

4.2.2 Objetivos del museo

En su sitio de Internet43, la institución afirma que orienta sus acciones


hacia:

La preservación de la memoria de lo ocurrido en nuestro país durante los


años de la última dictadura militar, trabajando para evitar que el olvido se
lleve consigo la atroz verdad de los campos de concentración, la
desaparición forzada de personas, la apropiación de niños y la tortura,
prácticas aberrantes que fueron naturalizadas por el Terrorismo de Estado.

El desarrollo de actividades investigativas y educativas tendientes a generar


conciencia no sólo de la dimensión trágica de lo ocurrido en el pasado sino
también para advertir en este presente la existencia de situaciones
históricas y sociales que merecen y exigen de nuestro compromiso
sensible y humano.

43
http://www.museodelamemoria.gov.ar/
La construcción de puentes que promuevan el diálogo intergeneracional y
sean de utilidad para hacer del pasado un territorio de constante
interrogación y aprendizaje para que aquello que nos sucedió, no nos
vuelva a suceder.

El fortalecimiento de los valores de la libertad, la justicia y la dignidad


humana, valores que fueron vulnerados por la dictadura, indispensables
para la construcción de cualquier comunidad democrática.

La comunicación permanente con la literatura y el arte, en todas sus formas


porque sus representaciones y poéticas son el vehículo más eficaz de
comunicación de las terribles verdades de nuestra historia contemporánea.
44

“El Museo de la Memoria sigue los lineamientos de la UNESCO para la


45
organización de museos de carácter temático, y sintetiza su labor principal en la
siguiente fórmula: nuestro trabajo consiste en la recopilación, estudio, análisis y
difusión de lo ocurrido durante los años de la última dictadura militar que tuvo
lugar entre 1976 y 1983. En este punto es necesario consignar que si bien los
objetivos del Museo aparecen centrados en la problemática de la dictadura, las
políticas implementadas la trascienden por cuanto los principios que se propone
difundir: democracia, justicia, solidaridad y respeto por nuestra dignidad como
persona pretenden generar conciencia en la vida cotidiana para contribuir a la
construcción de una sociedad más tolerante, más abierta, más justa” (Ríos y
Scalona, 2007).

4.2.3 Política institucional

Para llevar adelante la compleja labor de generar memoria, las políticas


implementadas por el Museo no se limitan a la exhibición de objetos y
organización de muestras, sino que, además, se investiga, se organizan
cursos, conferencias y seminarios, se recogen testimonios de
sobrevivientes y familiares, se organizan visitas de escuelas y cursos de
44
[artículo en línea] 10-06-2009. disponible en:
http://www.museodelamemoria.gov.ar/museo-objetivos.htm

45
http://www.museodelamemoria.gov.ar/
capacitación de docentes. La dirección del Museo se presenta abierta a
todo tipo de propuestas que puedan enriquecer el accionar de la
institución y el acervo de la sociedad.
El museo se compromete a adquirir aquellos libros solicitados con los que
su biblioteca no cuente, además de una atención bien predispuesta y
servicial hacia los investigadores y visitantes.
Ha logrado configurarse como una institución referencial en la temática de
la memoria y los Derechos Humanos. Tiene convenios y acuerdos de
colaboración suscritos con instituciones académicas del país, así como
también con otras que trabajan en diferentes lugares de América latina y
Europa en pos de la reconstrucción de las memorias de períodos post-
genocidas.

4.2.4 Trabajo Inter institucional

El Museo mantiene un estrecho contacto con otras instituciones


pertenecientes a la municipalidad de Rosario, como es el caso, por
ejemplo, del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRO). Además
trabaja en contacto con los Organismos de Derechos Humanos de la
Ciudad de Rosario y del resto del país. La apertura institucional se
extiende al diálogo constante con otras instituciones de la ciudad, de la
Argentina y del resto de America Latina y Europa que trabajan en
temáticas afines, entre las cuales citan al Museo de la Cruz Roja y la Media
Luna Roja con sede en Ginebra, la Comisión Provincial por la Memoria con
sede en La Plata, Villa Grimaldi en Santiago de Chile, el Archivo Nacional
de la Memoria y Memoria Abierta en la Ciudad de Buenos Aires. Además,
desde 2006, el Museo de la Memoria es un miembro adherente de la
Coalición Internacional de Sitos de Conciencia con sede en Nueva York, del
cual serán miembros cuando comiencen a funcionar en la sede definitiva.
Desde su creación considera al espacio académico como referencia. Para
ello, cuenta en su historial con acuerdos de intercambio, convenios y
proyectos conjuntos. Docentes e investigadores de la Universidad Nacional
de Rosario son frecuentes colaboradores y activos usuarios de su valioso
archivo documental que se nutre constantemente con sus producciones. A
su vez, el Departamento de Investigación mantiene relaciones de
intercambio con organismos e instituciones educativas, a través de
convenios de pasantías y colaboración académica.

4.2.5 Organigrama y departamentos

Para el desarrollo de sus actividades, el museo se organiza en tres


Departamentos de Trabajo: Departamento de Educación, Departamento
de Investigación y la Biblioteca "Voces de la Memoria".

Fabiana Elcarte
Dirección Rubén Chababo Departamento educativo
Claudia Piccinini

Susana Llera
Iván Hernández Larguía Claudia Contreras
Comisión Federico Pagura María Rosa Adamo
directiva Norma Ríos Biblioteca Lelia Ferrarese
Ema Lucero Marta Cisneros
Marta Díaz

Coordinaci
Viviana Nardoni Administra Marta Díaz
ón general
ción

Archivo y
Gabriela Aguila
documentaci Violeta Bodiño Asistencia administrativa Anahí Chiaverano
ón

Técnica David Gómez Sala de Museo Stella Maris Morcillo

4.2.5. 1 Biblioteca “Voces de la Memoria”

La biblioteca y archivo documental “Voces de la Memoria” posee un


importante patrimonio bibliográfico con más de 2000 volúmenes dedicado
al análisis y estudio del Terrorismo de Estado y los Derechos Humanos, no
sólo orientado al caso argentino sino también al latinoamericano. Este
material, a disposición del público lector, echa miradas desde distintos
campos disciplinarios, tanto desde la pedagogía crítica, el derecho, la
sociología, la antropología, la literatura, la historia, las investigaciones
periodísticas y el género testimonial.

En la biblioteca pueden encontrarse informes, investigaciones y


documentos elaborados por instituciones nacionales y extranjeras, entre
otras del Centro de Estudios Legales y Sociales, de la Comisión Nacional
para la Desaparición de Personas, de la Asociación Abuelas de Plaza de
Mayo, del Instituto Interamericano de Derechos Humanos con sede en
Costa Rica, de Amnistía Internacional -carpeta latinoamericana de
materiales didácticos para educación en DDHH-, Informes de la Comisión
Nacional sobre Prisión Política y Tortura (Chile), Derechos Humanos para
Todos (Perú). Cuenta, además, con una importante colección de
publicaciones periódicas vinculadas al período 1976-1983, conformada por
materiales gráficos de aparición semanal y mensual. Son parte integrante
también, publicaciones producidas por las diferentes juntas militares así
como una copia digitalizada de más de ciento cincuenta mil fojas que
conforman la Causa Feced, pieza fundamental para comprender las
características del accionar represivo en el área de Rosario y el Segundo
Cuerpo de Ejército durante los años de la última dictadura militar y el
Diario del Juicio a la Junta, producido en el primer gobierno democrático.

La base documental se completa además con una selección de recortes


periodísticos seleccionados y ordenados en carpetas según descriptores,
lo que facilita y agiliza la búsqueda de información por parte del usuario.
Se ha incorporado un número importante de monografías, tesis y
proyectos de investigación realizados tanto por estudiantes e
investigadores de la Universidad Nacional de Rosario, como así también
los producidos por integrantes de los distintos departamentos del Museo.
Completan esta colección, películas y videos documentales y ficcionales
referidos exclusivamente al abordaje de temáticas afines a los Derechos
Humanos y el Terrorismo de Estado.

4.2.5.2. Departamento de Educación

Desde el Departamento de Educación se trabaja con el objetivo de acercar


el Museo al ámbito educativo, tanto formal como no formal. Se considera
que éste es el espacio ideal para la promoción de los valores
democráticos, la construcción y reconstrucción de la Memoria Colectiva,
siendo indispensable que los alumnos se formen como sujetos activos,
promotores del cambio social.

En cada una de las actividades se busca incorporar la reflexión, el diálogo,


la participación, la solidaridad, así como también el protagonismo histórico
de cada quien, el respeto a las ideas del otro, y el ejercicio y vigencia de
los derechos humanos, desde una visión integradora de los mismos.

Las actividades anuales se presentan en febrero, y se realiza un balance a


fin de año que se entrega al director, para el balance general de la
institución. Entre estas actividades se encuentran las guías para escuelas
que acompañan cada muestra, los talleres educativos, las jornadas de
formación docente, los ciclos de videos. Además se realizan proyectos,
como por ejemplo la participación de escuela móvil en la que se trabaja el
ejercicio de cartografía de la represión en Rosario.

El departamento organiza visitas guiadas para escuelas durante todo el


año, en las cuales se brinda una charla en relación a los objetivos del
Museo y su dinámica de trabajo, sobre la muestra que está exhibida en el
momento de la visita, y por último sobre la última dictadura militar en
base a textos breves e imágenes de la época. Al finalizar la visita se
entrega material para continuar trabajando en el aula.

Las guías para escuelas


Con respecto a estas guías, Guillermo Ríos y Elvira Scalona, en su trabajo
“¿Qué enseñan los Museos de la Memoria?” analizan algunas de las
perspectivas desde las cuales el Museo se propone “transmitir” los
horrores del pasado traumático a las generaciones nacidas en la
posdictadura, así como a los docentes que portan el mandato de recordar.
Los autores aseguran que, en cuanto a la difusión, el Museo despliega una
amplia gama de actividades y que estas guías tienen una amplia
circulación en el espacio educativo. Las guías, un total de 27, producidas
en el período 2003-2007, son analizadas para responder: ¿qué
periodizaciones se manejan? , ¿cuál es el lugar que tiene el testimonio?,
¿cómo se plantea el mandato de recordar?, ¿a quiénes se transfiere ese
mandato? En este análisis, las conclusiones son: “más allá de la rigidez de
las fechas que compartimentan la temática central del Museo, la elección
de los tópicos, las periodizaciones y la perspectiva comparada se mueven
hacia atrás y hacia adelante, en la búsqueda de un enfoque integral, que
permita entender tanto el pasado como el presente. El contenido de los
guiones manifiesta un esfuerzo por concretar los objetivos educativos del
Museo, en cuanto a lograr formas explicativas del pasado reciente que
superen el plano de la rememoración”. Encuentran luego una
contradicción respecto de la referencia a la excepcionalidad del
acontecimiento, donde se preguntan si esta excepcionalidad no da por
tierra con los esfuerzos por explicar el pasado y conectarlo con el
presente, ¿si tiene carácter excepcional no queda el acontecimiento
encerrado en sí mismo?

Talleres educativos
Otra de las actividades desarrolladas por el departamento son los talleres
educativos dirigidos a alumnos de todos los niveles y modalidades,
pensados como un espacio de reflexión acerca de la importancia del
ejercicio de la Memoria, de los Derechos Humanos y la Educación en
Valores.
A través de estos talleres se busca propiciar el debate intergeneracional,
aportando elementos que permitan enriquecer el quehacer pedagógico.

La modalidad de taller constituye una práctica capaz de generar espacios


y procesos de aprendizaje, en donde la construcción social de
conocimientos puede realizarse de manera solidaria y democrática.
Implica compartir y aceptar los distintos aportes que realizan los sujetos
participantes, teniendo en cuenta las posibilidades de cada uno.

En el Nivel Inicial, en EGB1 y EGB2 el objetivo principal es promover la


Educación en Valores, el conocimiento sobre los Derechos Humanos en
general y sobre los Derechos del Niño en particular. Se busca que los
niños puedan reflexionar acerca de la importancia de dichos derechos
como elementos necesarios para la convivencia y la construcción de lazos
solidarios. Se presentan actividades pensadas en función de las edades de
los niños participantes de cada taller, teniendo en cuenta también las
inquietudes del docente a cargo.

Para el EGB 3 y Polimodal el objetivo principal es construir, a través del


debate, el trabajo en común y la reflexión, una visión crítica de la última
dictadura militar, buscando aportar también a la construcción de una
lectura reflexiva de nuestra realidad social actual. Paralelamente, se trata
de dar cuenta en el proceso educativo formal de la significación social del
Museo de la Memoria en particular y de los lugares de memoria en
general.

Jornadas de Formación Docente46


Estas jornadas están destinadas a docentes de los distintos niveles y
modalidades, como así también a estudiantes de carreras afines. Se
plantean como un espacio a través del cual los participantes puedan
profundizar sus conocimientos sobre Derechos Humanos y Terrorismo de
Estado, y reflexionar en torno a la transmisión del pasado reciente en el

46
Un listado de las jornadas realizadas se puede consultar en:
http://www.museodelamemoria.gov.ar/educacion-jornadas.htm
espacio áulico, abordando social y pedagógicamente la construcción de la
memoria colectiva y propiciando la escucha y la tolerancia. Anualmente
varían los ejes temáticos en torno a los que se estructuran las jornadas, y
para los cuales se cuenta con la presencia de especialistas y académicos
destacados. Las jornadas han sido declaradas de interés educativo por el
Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología de la Nación, el Ministerio de
Educación de la Provincia de Santa Fe y el Concejo Municipal de Rosario.

Actividades especiales
Entre las actividades se encuentran los ciclos de video, realizado junto al
Centro Audiovisual Rosario (Sec. de Cultura y Educación, MR), proyectados
en la Sala del Museo, en dos turnos, y orientada a los cuatro niveles
escolares con una programación especial para cada uno. El ciclo
selecciona cortometrajes a partir de los cuales se intenta reflexionar
acerca de valores tales como la tolerancia, el respeto y la solidaridad,
procurando además, incentivar en los niños y jóvenes el interés por
conocer e indagar nuestro pasado reciente. Luego de cada proyección se
trabaja en grupo con los alumnos a partir de consignas, dando lugar al
diálogo y al debate.
Las Jornadas lúdicas de trabajo y reflexión en el Bosque de la Memoria
están dirigidas a alumnos del nivel Polimodal y en ellas se intenta
rememorar lo ocurrido un 16 de septiembre de 1976, en la denominada
“Noche de los lápices”, trabajando en torno a su significación para las
juventudes actuales, a partir de actividades que aborden los conceptos de
juventud, libertad, participación, compromiso, derecho, comunicación,
censura, libertad de expresión, solidaridad, entre otros.

4.2.5.3 Departamento de investigación

Esta Área se propone reconstruir el entramado socio-político a través de la


sistematización y análisis de los hechos acontecidos durante la última
dictadura militar Argentina (1976-1983) en el área del “II Cuerpo de
Ejército”.
Las tareas específicas descriptas en el sitio de Internet son:
Organizar y sistematizar los datos de fuentes documentales para la
reconstrucción de las desapariciones forzadas y asesinatos.
Organizar y sistematizar la nómina de Represores, Centros Clandestinos
de Detención (CCD), con el fin de identificarlos, así como también a las
personas que intervinieron en ellos.
Reconstruir y analizar hechos vinculados a personas
desaparecidas/asesinadas, desde el momento del secuestro hasta su
último lugar de enterratorio.
Construir un archivo testimonial sobre las personas asesinadas o
desaparecidas entre 1971/1983 basado en los aportes de quienes las han
conocido (familiares, compañeros, amigos) o que poseen alguna
información sobre ellas, con el fin de reconstruir su paso por la vida.
Capacitar voluntarios formándolos en el análisis de los contextos políticos,
históricos y sociales de la historia contemporánea.
Establecer relaciones interinstitucionales en particular con el espacio
académico.

Archivo testimonial

El archivo testimonial busca reconstruir el pasaje por la vida de las


personas desaparecidas/asesinadas gracias a testimonios orales brindados
por distintos actores que han sostenido vínculos con dichas personas. De
esta manera se organizan carpetas, una por cada persona
desaparecida/asesinada con, además del testimonio oral, documentos y
materiales que dan cuenta de su singularidad.
El acceso al contenido del archivo depende de la autorización previa y
expresa de los testimoniantes.

Capacitación de voluntarios
El Departamento brinda a estudiantes universitarios avanzados la
posibilidad de sumarse al trabajo investigativo.
Previo a su ingreso se los capacita en temáticas específicas, indispensable
para el desarrollo de tareas como: reconstrucción y análisis socio-político
de los acontecimientos históricos, realización de entrevistas y armado de
carpetas testimoniales, análisis de hechos.

Relaciones Interinstitucionales

Las actividades que se destacan en sus relaciones de intercambio son las


siguientes:
Tutoría de pasantías según convenio con la Facultad de Ciencia Política y
Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Seguimiento de pasantías de instituciones educativas de nivel polimodal que
hayan elegido desarrollar el trabajo en el Departamento.
Diagramación de trabajos de relevamiento con los pasantes de la Universidad
Autónoma de Barcelona.
Vinculación con Organismos (gubernamentales y no gubernamentales) de las
otras provincias del II Cuerpo.

4.2.6 Muestras

El Museo de la Memoria presenta muestras temporales, con un promedio


de cinco anuales. Esta rotación de producciones le permite presentar la(s)
memoria(s) desde ángulos, temáticas y soportes diversos, generando así
un rico espacio de debate.
La selección de las mismas está a cargo del director del Museo y la
coordinadora general. Las muestras pueden ser particulares,
institucionales –préstamos-, o producciones propias del Museo de la
Memoria. Si bien no existe un criterio de selección explícito, el Museo
evalúa ofertas y busca muestras que dialoguen con la temática de la
institución y que cuiden la presentación; uno de los colaboradores
principales del proceso de selección es la Comisión Provincial de la
Memoria que cuenta con un archivo de muestras.
En su nueva sede, la dirección está planificando una muestra permanente,
basada en la idea de un Museo Vivo, que abra interrogantes y esté en
diálogo constante con el presente. Junto a esta muestra permanente, se
continuarán presentando muestras temporarias como se ha hecho hasta
ahora.
Con respecto a la curaduría de las muestras, dependiendo del caso, la
realiza el mismo artista, vienen ya determinadas o bien, si es necesario, se
contrata a un experto. El accionar del museo se ha visto disminuido en los
últimos meses debido al presupuesto acotado que recibe, puesto que la
Municipalidad de Rosario está atravesando una crisis financiera. Pero el
museo cuenta con otros modos de financiamiento, como por ejemplo un
subsidio recibido de la Coalición de Sitios de Conciencia para la realización
de su próxima muestra.

Muestra actual47

Desde el 23 de marzo hasta el 30 de mayo de 2009, el Museo de la


Memoria presentó la muestra fotográfica “Ausencias” realizada por
Gustavo Germano.
El autor, entrerriano radicado en España, tiene a su hermano Eduardo
desaparecido. Presenta su exposición como un trabajo de la memoria con
la imagen. “Despierta una conciencia de esa brutalidad acercándola o
haciéndola ‘visible’ en el ámbito de lo más preciado: lo cotidiano, lo
pequeño, lo propio”48
Cada caso registrado en “Ausencias” está representado por dos
fotografías: en la primera siempre aparece una víctima del terrorismo de
Estado posando con un/os familiares y/o amigos en un determinado lugar.
Esta primera fotografía fue extraída de álbumes familiares en cada caso.
47
La presente investigación se realizó entre noviembre de 2007 y abril de 2009.
48
[artículo en línea] 10-06-2009 disponible en:
http://www.museodelamemoria.gov.ar/muestras-ausencias.htm
La segunda, más reciente, fue tomada por Germano más de treinta años
después en el mismo lugar y allí aparecen los familiares y/o amigos del
desaparecido, dando cuenta de la ausencia presente. “Las primeras son
fotografías de álbumes familiares, son fotos de momentos cotidianos en
las que alguien posa frente a la cámara y que fueron tomadas
espontáneamente con el deseo de guardar ese instante en la memoria de
quienes lo han vivido”, relata Germano en diálogo con Página/12. Las
segundas no son parte de un álbum familiar, son fotos “de situaciones
generadas premeditadamente en las que alguien posa frente a la cámara
–con naturalidad y sinceramente – y que fueron tomadas con una
intencionalidad clara y definida: guardar/revelar en ese instante treinta
años de ausencias”, completa Germano, quien afirma que “del diálogo
entre el instante de ayer, que se atesora como recuerdo de un momento
feliz, y el instante de hoy, que se buscó como conciencia de lo que no
pudo ser, nace la evidencia de lo sucedido en los treinta años que los
separa”49.
La muestra se presenta prolijamente, en paneles individuales que
contienen un par de fotografías cada uno. La sala está despojada, salvo
por los paneles y una televisión que muestra la realización de las sesiones.
El espacio permite respirar profundamente, disfrutar de la claridad que
entra por las muchas ventanas, y aporta un poco de calor al sentimiento
de vacío y tristeza que produce tanta ausencia.

4.2.7 Actividades

Para llevar adelante la compleja labor de generar memoria, las políticas


implementadas por el Museo no se limitan a la exhibición de objetos y
organización de muestras, sino que, además, se investiga, se organizan
cursos, presentaciones de libros, conferencias y seminarios, se recogen

49
Quise mostrar la magnitud de la tragedia. Diario Página 12 [artículo en línea] 10-06-
2009 disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/2-
9118-2008-02-05.html
testimonios de sobrevivientes y familiares, se organizan visitas de
escuelas y cursos de capacitación de docentes.
Este año, además, participa de dos convocatorias: un concurso de
proyectos teatrales para Teatro x la Identidad Rosario, y “Rosariazo
1969/2009. Si lo tenés, traelo”, que convoca a la presentación de material
documental del acontecimiento para exponer en la conmemoración de los
40 años del Rosariazo. La curaduría de dicho evento estará a cargo del
historiador Pablo Montini quien evaluará, junto a las entidades
involucradas, los materiales y documentos que serán expuestos.

4.2.8 Público

El Museo de la Memoria trabaja con el público en general, desde su amplio


accionar en todas las áreas descriptas. En su sitio de Internet50 presenta
una lista del público al que se dirigen, dividiéndolo en cinco grupos: los
participantes activos y sobrevivientes, las personas que no han podido
contar lo que les pasó, los que quieren saber, los incrédulos y los
indiferentes.

4.2.9 Comunicación institucional y presencia en Internet.

El museo cuenta con un sitio de Internet bien actualizado y completo, con


un archivo de todas las actividades realizadas, documentos para
descargar, el catálogo de la biblioteca, links importantes y otras
informaciones pertinentes al tema.

4.3 Palabras finales

El Museo de la Memoria desarrolla una amplia gama de actividades en


torno a la memoria de la represión. A una variedad de ángulos de análisis

50
[Artículo en línea] 10-06-2009 disponible en:
http://www.museodelamemoria.gov.ar/museo-objetivos.htm
y espacios de rememoración, se suma la renovación bimestral de
muestras, lo que genera una gestión dinámica, acorde a los cambios y
diversas aristas que requiere el tratamiento de la memoria. Como hemos
visto, si bien la periodización es rígida, la transmisión está enfocada a
generar puentes entre el pasado y el presente, con interrogantes y
conexiones que flexibilizan el abordaje al tema. Se trata de una institución
responsable y comprometida con el desarrollo de la sociedad civil y la
divulgación de la memoria. Sus acciones multifacéticas, las activas
relaciones Inter-institucionales, los lazos y la apertura que presenta y
estimula, hacen de este museo un caso paradigmático, no sólo por ser el
primer Museo de la Memoria del país, sino porque en ocho años de gestión
ha logrado posicionarse nacional e internacionalmente, como referente
institucional. ¿Esta apertura y dinamismo de gestión están relacionados
con la inmediatez del tema o depende de la posición tomada por la
dirección y la coherencia en la gestión? El Museo de la Memoria de Rosario
trabaja sobre una temática que lleva menos de dos décadas de análisis y
desarrollo académico, y que se modifica cada día, a veces producto de las
mismas acciones del museo. En parte, la apertura es imprescindible para
lograr satisfacer las demandas de una sociedad contradictoria, temerosa,
que busca justicia, explicaciones y por sobre todo que necesita realizar un
trabajo de memoria.

Consideraciones finales
A lo largo de la presente investigación hemos recorrido diferentes
perspectivas analíticas acerca de la Memoria y las relaciones que ella
establece con la identidad, el olvido, la transmisión, las políticas de la
memoria, y su relación con la sociedad; la representación en el espacio y
su dependencia a la huella, sumado a los elementos necesarios para una
transmisión exitosa, dónde las luchas de poder y sus consecuencias se
definen en función del futuro. Estos elementos deberían apelar a un
pensamiento crítico, para desarrollar la tolerancia a la diversidad y alertar
frente al uso o abuso de memoria. Este tipo de pensamiento depende de
una posición activa, consciente y ciudadana, donde el espacio museal
debería alertar acerca de los indicios de repetición. Para lograr este
objetivo, la Memoria debe presentarse en el museo de manera ejemplar.

Un museo se define en su relación temporal, el tipo de público al que se


dirige, la relación entre memorias y el contexto social en el que se
inserta; sin dejar de lado, su rol principal como herramienta social.

La descripción y análisis del Museo del Holocausto (Shoá) como primer


estudio de caso de gestión de la Memoria, se resume en una gestión
institucional dinámica, con una multiplicidad de actividades desarrolladas
en sus diez años de existencia, que se ve contradicha por las respuestas
de sus funcionarios y la desorganización demostrada por ellos. Esta
institución se inscribe en una tradición expandida internacionalmente, en
la que es el pionero en idioma español y el más importante de
Latinoamérica. A pesar de ello, no aporta a esta tradición museística
nuevas miradas o información relevante de perspectiva local o regional, lo
que consideramos podría haber enriquecido el tema. Su periodización
rígida no logra flexibilizarse a través de referencias temporales que
permitan una elaboración desde el presente de aquél pasado. Si bien la
institución realiza actividades abiertas a la comunidad, la falta de una
biblioteca especializada accesible, el ingreso restringido (timbre, medidas
de seguridad) y su presentación en el espacio público a través de su sitio
de Internet dicen lo contrario.
El museo funciona en instalaciones cedidas por el gobierno nacional, sin
embargo, las referencias al país a lo largo de la muestra no parecen
ofrecer una visión local. A esto se suma la presentación de una Memoria
que parecería victimizar exclusivamente a los judíos, presentando un
pasado ajeno y distante, que no permite establecer relaciones con la
comunidad judeo cristiana en este accionar. Esta falta de conexión con la
sociedad podría impedir el logro del objetivo principal de la institución,
dificultando la reflexión respecto del antisemitismo, la xenofobia y el
racismo.

Por el contrario, creemos que nuestro segundo estudio de caso, El Museo


de la Memoria de Rosario, dependiente de la Municipalidad de esa ciudad
y primer exponente del país centrado en la temática de la dictadura
militar argentina 1976-1983, representa un caso paradigmático. Con una
amplia y multifacética gama de actividades, dirigidas a diversos públicos y
espacios, acompaña una gestión dinámica, que renueva su apuesta
curatorial varias veces por año y se responsabiliza por el desarrollo de la
sociedad y la divulgación de la Memoria. Además, esta institución se
encuentra abierta a los aportes académicos, los promueve y apoya,
generando producciones conjuntas, pasantías y escuchando sus
propuestas. Las relaciones Inter-institucionales generan lazos de apertura
y desarrollo. Sus muestras se centran en la defensa de los derechos
humanos, y por ello, algunas veces, se presentan temas externos a la
temática central del museo, pero aledañas a la misma, lo que aporta a la
Memoria de este museo una nueva arista ejemplar.

Consideramos entonces que además de las características propias de todo


museo, un museo de la Memoria debería contemplar y contener las
siguientes características:
Respecto a las muestras, sería conveniente que el museo cuente con
criterios de selección definidos, dónde se privilegien los enfoques
ejemplares, los cuestionamientos que apelen al pensamiento crítico y se
inserten en una temporalidad donde el pasado esté al servicio del
presente, con miras al futuro. Idealmente, debería cuidar la presentación
de los contenidos y aspectos formales. Otros aspectos a tener en cuenta,
relacionados a la curaduría en general, pero que consideramos vitales
para este tipo de transmisiones serían: la preferencia de la calidad por
sobre la cantidad de información y objetos, el desarrollo profesional y
comprometido, que contemple siempre al público al que va dirigido.
También consideramos muy importante la actualización de la muestra.
Esto se podría llevar a cabo sobre sí misma o bien, complementarla con
muestras temporarias dinámicas. Asimismo, el formato y los contenidos de
la muestra deberían contemplar los avances académicos sobre la
temática, adaptándolos para su presentación en función del público.
Creemos que si bien el museo está intrínsecamente relacionado a la
educación, para el tipo de museo analizado en este trabajo, que intenta
transmitir la memoria de hechos que se espera no vuelvan a repetirse, la
educación representa su base fundamental.
Este principio nos sugiere algunas consideraciones respecto de las
actividades de la institución.
Entendiendo que las actividades se relacionan con la temática y
complementan la muestra, se sugiere que las mismas respondan a las
diversas necesidades del público al que se dirige la institución
(normalmente a la sociedad en general). Estas acciones estimularían así el
desarrollo del pensamiento crítico, presentando información y ofreciendo
herramientas para la reelaboración de los temas tratados, a fin de permitir
la participación intergeneracional51.
Consideramos que la dirección del museo es la que parecería definir el
dinamismo y carisma de una institución. Si bien sería conveniente que las
instituciones tengan un carácter propio que supere a los diversos
directores, consideramos que son éstos los que las guían y los que les
imprimen sus perfiles. Parecería también adecuado y necesario, como
concepción general, la renovación de la dirección, a fin de ofrecer diversas
miradas a la institución.

51
Para una ejemplificación comparada de las instituciones, ver Anexo B.
Además, sería conveniente contar con una junta directiva o un consejo, un
grupo de trabajo estimulado y activo, pues éstos son ingredientes que
suman al buen funcionamiento de una institución.
Otro punto aconsejable sería mantener una apertura a las voces externas,
como por ejemplo las académicas, ya que esta actitud también parecería
ofrecer dinamismo y ser un buen indicador de la funcionalidad de la
institución.
Por otra parte, agregaremos algunas consideraciones respecto de las
áreas de trabajo institucional. Se aconsejaría que el museo cuente con
áreas interrelacionadas que generen contenidos educativos para reforzar
el alcance de las muestras, además de un equipo curatorial y de contenido
de muestras, otro equipo de especialistas que desarrolle contenidos y
materiales, además de una biblioteca completa y actualizada, sumando
las áreas mínimas que requiere cualquier institución (contable, técnica,
directiva, etc.).
Sería conveniente prestar atención respecto de las relaciones Inter
institucionales, ya que la colaboración Inter institucional ofrece una buena
forma de multiplicar los resultados y los alcances de los objetivos
institucionales. Podemos sugerir algunos ejemplos de acciones idóneas
como las colaboraciones, los acuerdos, los voluntariados y las pasantías,
entre otras.
Se recomendaría también el cuidado respecto de la presencia pública, ya
sea en Internet o en eventos o lugares. Consideramos que por tratarse de
instituciones al servicio de la sociedad, su presencia pública es vital. Por
ello, es recomendable atender a la presencia en Internet, debido a que es
importante para la presentación de la oferta institucional. Por otra parte,
también la presencia de representantes en diversas actividades y
espacios, permite una interacción humanizada de la institución con los
miembros de la sociedad.
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http://www.rosario.gov.ar/sitio/boletines_muni/museo_memoria/mem
oria_01.html
• Noailles, Martina y Ves Losada, Alfredo. Este tipo de museos son
lugares casi sagrados. Entrevista a Rubén Chababo. [artículo en
línea]. 1-7-08. Disponible en:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-33667-2004-04-04.html
• Noailles, Martina y Ves Losada, Alfredo. La sede definitiva. [artículo
en línea]. 1-7-08. Disponible en:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/33667-11851-
2004-04-04.html
• Palomero, Federica. Cultura como herencia, cultura como proceso:
los museos en la encrucijada. [artículo en línea]. 1-7-08. Disponible
en:
http://www.experimentosculturales.com/ensayopalomero/palomero.
html
• Primer Encuentro de Museos de la Memoria del MERCOSUR. [artículo
en línea]. 1-7-08. Disponible en: http://www.somosmercosur.org/?
q=es/node/597
• Revista Desacatos On-line. 1-7-08. Disponible en:
http://www.ciesas.edu.mx/DESACATOS/INI.HTML
• Šola, Tomislav (1992) The Future of Museums and the Role of
Museology [artículo en línea] 24-10-08. Disponible en:
http://dzs.ffzg.hr/text/Sola_1992.htm
• Todotov, Tzvetan. Memoria del Mal. El Correo de la UNESCO.
[artículo en línea]. 1-7-08. Disponible en:
http://www.unesco.org/courier/1999_12/sp/dossier/txt01.htm
• Valdéz, Patricia (2001) “ ‘Tiempo óptimo’ para la memoria” en La
imposibilidad del Olvido. Groppo, Bruno y Flier, Patricia comps.
Ediciones Al Margen. La Plata.
• Vásquez Rocca, Adolfo. ZYGMUNT BAUMAN; MODERNIDAD LÍQUIDA
Y FRAGILIDAD HUMANA. Revista Escaner Cultural. [artículo en línea].
1-7-08. Disponible en: http://revista.escaner.cl/node/652
Anexo A

A fin de entrever los marcos sociales utilizados en el discurso del Museo del Holocausto
de Buenos Aires, hemos analizado los doce hitos de su muestra, utilizando la
conceptualización de Pollak (1992) a lo largo de los dieciocho paneles que conforman su
muestra permanente. ¿Cómo construyen su discurso y su identidad institucional? ¿Qué
elementos recuerdan en detrimento de otros?

HITOS (coherencia/continuidad)
panel acontecimientos personas lugares
Presen 9 historias de MENCION de lugares:
tación sobrevivientes, hoy ciudades varias, campos de
argentinos. “Sus rostros, concentración, Argentina.
sus recuerdos... Nuestra
memoria” (David Galante,
Eugenia Rotsztejn de
Unger, Eva Fon de
Rosenthal, Juan Lichtig,
Bernardo Hirsch, Gina Sal
de Ladanyi, Moisés
Borovicz, Jorge Klainman,
Rebeca Fiszman de
Mesyngier)
Nº 1 Europa (en mapa) (EUROPA
1918-1938)
Nº 2 “Argentina. La vida judía en Argentina antes de la II Alberto Genchunoff, con su
Guerra Mundial”. libro “el gaucho judío”.
Olas inmigratorias, fundacion de pueblos y espacios
comunitarios, SEMANA TRÁGICA.
Nº 3 Participación de los soldados judíos en la 1ra guerra
mundial, antisemitismo ideologico y racismo
pseudo-científico.
Nº 4 (el ascenso del nazismo al poder) Propaganda
electoral nazi.

Nº 5 Leyes raciales de Nüremberg. Fotos de humillaciones Fotos bloqueo a tiendas


Algunas medidas impuestas a los judíos. publicas judias.
(MIENTRAS TANTO EN ARGENTINA) (pareja mixta)
primer congreso contra el racismo y el
antisemitismo; publicacion nazi en Arg.
Nº 6 Kristallnacht. Familia LEIST Incendio sinagoga
Einstein & Freud De Austria a la Argentina
Humillaciones públicas
(lavar vereda)
Nº 7 “numerus clausus” (Judios en Polonia- % alto de la Abraham Berlfein y hnos. Polonia, EEUU/Palestina/Arg
poblacion). (Carta/ enterrado vivo) hasta 1930
Emigracion, cierre de fronteras (GRANDE). FOTO FLIA Tepper (como Refugiados en ARG.
murieron)
(Refugiados Arg) Mina
Klinska (VISA)
Inge Süssmann de Kuntz
(Sello rojo J)
Beile Bieder (alem/arg)

(Texto) J.L.Borges respecto


de el antisemitismo
PORTADAS CLARINADA (ej
antisemitismo)
Nº 8 1939-Abstract DISCURSO DE HITLER en Parlamento Marek Lautersztein (bebe Dominio Nazi en Europa
1/9/39- Estalla 2ª G M Ale/Polonia identif/sobrev c flia) 38-42 (mapa)
1940-Biltzkrieg Varsovia 9/39
22/6/41- Ale/ URSS Chaim Goldbaum (soldado j
1943- Sitio de Stalingrado-repliegue ale en francia)
6/6/44- Dia D- Normandía EINSATZGRUPPEN
1945- Alemania se rinde incondicionalmente (escuadrones especiales)
Argentina ROMPE relaciones con el EJE,
28-1-44 Secreto: detencion/persecución ciudadanos
arg en Europa de EICHMANN
4-10-43 Poznan Discurso de Himmler a Of SS
1/9/41 Diversas estrella amarillas de paises
ocupados
Nº 9 1939- Ghettos Europa Oriental Ana Frank Varsovia, Lodz, Terezín,
Censura- correo Niños de Lodz (Ilena Birkenau, Bergen-Belsen,
Trabajos forzados Karpelesová, Pavel
Billetes especiales Friedmann, Margit
Correspondencia obligatoria (pretender vida Koretzová)
normal/censuradas) Gerda Wolff & Manfred
10/42 Decreto visa 1000 niños judios a Arg. En Loewenthal
Vichy, nunca llegaron. Presidente Ramòn Castillo
Revista Pro y anti nazi en Arg.
Nº 10 20/1/42 Wannsee:Solucion Final (reubicar 11 000 Iankel Goldman Construccion en Polonia de:
000 personas) Nujeni Bursztyn Treblinka, Maidanek,
N y O Europa politica de engaño. Mélej Helber Belzek, Sobibor y
1944 Deportacion a expensas de envio de Jeannette Engelman (valija) Auschwitz-Birkenau
suministros al ejercito en combate. Deportacion judios de
Marchas de la muerte. “las victimas no debian Sarnak hacia Shedletz y de
sobrevivir y transformarse en molestos testigos” ahi a Treblinka
30/11/42 liquidacion ultimos judios de Shedletz
Nº 11 Protocolo de Wannsee Israel Gutman Auschwitz-Birkenau
Mengele (barraca de mujeres,
experimentos mengele,
plano gral, puertas de la
muerte, porton entrada- El
trabajo libera, la
“seleccion”, los niños a
camaras gas)
Nº 12 Clarinada y sus chistes. (4/6) Matilde Bueno (arg) y
Pasaporte Wallenberg familia

Carlos M. Silveyra (anti


semita)
Abraham Scher
“justos entre las
naciones”
Jose Caballero, Luis Luti,
Jose Carlos Ponti
Raoul Wallenberg
Sempo Sugihari
Aristides de Sousa Mendes
Nº 13 Tatuajes, distintivos de los deportados, Nombres de pila Auschwitz-Birkenau
Alfred Kun (nazi) (crematorio, camara de
Fotos de prisioneros gas)
(polaco, gitano, judio) Treblinka
Bosques alrededor de
Lublin
Nº 14 Resistencia (cultural, espiritual y armada) Janusz Korczak, Mordejai Varsovia, Treblinka,
19/4/1943 (Abril/mayo) Rebelion Ghetto Varsovia Anielevich, Jana Szenes, Mauthausen, Bosque de
23/4/1943 Proclama de M. Anielevich a la poblacion Abba Kovner, Rabino Irving Parczew (Lublin, Polonia),
polaca Miller, Embajador Eduardo Ghetto de Kovno (Bosque
Solidaridad Argentina con las victimas Labougle Rudniki, Lituania), Bosque
Naroch, Bielorrusia, Ghetto
de Vilna.
Nº 15 Matanza de Kielce (Polonia 1946) Armando Eichenbaum, Julia Puerto de Haifa,
4/5/1948 Establecimiento del Estado de Israel Klein, Moisès Borowicz, EEUU/Palestina/ Arg.
1947- Fracazo de la operacion Brijá al ser detenido Familia Scher.
el buque Exodus por fuerzas inglesas.
1era encomienda de la Union israelita polaca.

Nº 16 20/11/1945 comienzan los Juicios de Nuremberg Adolf Eichmann, Erich


Octubre 1946- Sentencia de los juicios. Priebke, Hermann Goering,
Rudolph Hess, Von
Ribentrop, Krupp, Gerhardt
Bohne, Eduard Roschmann,
Walter Kutschmann, Joseph
F. L. Schwammberger, Ante
Pavelic, Joseph Mengele
Nº 17 30/4/1940 Se cierran las puertas del Ghetto de Lodz Familia Lypszic, Flia. Ghetto de Lodz
8/1944 Liquidacion del Ghetto de Lodz Wollman (Dubno), Flia
9/1942-1/1943 Batalla de Stalingrado Checisnki,
4/1943 Levantamiento del Ghetto de Varsovia
Extra Cronologìa publicada en la Revista “Todo es Andres H Reggiani (autor)
1- historia” nº 376 (noviembre 1998)
panel
17
Extra Imagenes del pasaporte de Adolf Eichman en la
2 Argentina y su repercucion en los medios gràficos.
Extra Imagenes de 9/1941 Heinz Jöst Ghetto de Varsovia
3
Extra Lista de criminales de guerra segun fuentes José Mengele En Argentina
4 argentinas Otros

Extra 18/1/1945 Abandono de Auschwitz Karlo Hocker Auschwitz


5 27/1/1945 Liberacion de Auschwitz Josef Mengele
(Imagenes de ocio y vida cotidiana de los nazis) Lili Jacob
Anexo B
Comparación fotográfica de los estudios de caso.
a) Presentación edilicia
Museo de la Memoria de Rosario, sede provisoria
El museo resulta fácilmente identificable. A pesar de que comparte el edificio,
lo integra totalmente, desde la fachada externa, con una clara utilización de la
imagen institucional.

Museo Memoria del Holocausto

Este museo resulta especialmente llamativo por sus cualidades edilicias,


reforzadas con las protecciones de las veredas y la puerta enrejada y cerrada.
b) Presentación de las muestras
Ingreso

Museo de la Memoria de Rosario.

Museo Memoria del Holocausto de Buenos Aires


Presentación y montaje
Museo de la Memoria de Rosario

Museo Memoria del Holocausto


Anexo C
Entrevista propuesta a los responsables del Museo del Holocausto de
Buenos Aires.

1) Respecto de las muestras:


a) La muestra "Imágenes de la Shoá" estuvo a cargo de un equipo de trabajo, ¿quienes
eran?
b)¿cuales fueron los criterios de selección de la información?
c)¿Quien diseño la presentación de los paneles?
d)¿Existe un proyecto de actualizar la muestra, o consideran que es suficiente para
transmitir su mensaje?
e)Ha habido, dentro y fuera de la comunidad, un desarrollo académico en el cual se
generaliza al holocausto como un genocidio más de la humanidad, y se lo utiliza como
ejemplo para prevenir o detectar nuevos acontecimientos. ¿Cual es la postura oficial de la
institución frente a esta rama teórica?
f) Las muestras temporarias, ¿qué criterio de selección siguen? ¿Cómo y quien las
seleccionan? ¿Quién las financia? ¿Cada cuánto tiempo se cambian? Ambos sectores
siguen los mismos criterios (planta baja y planta alta).

2) Respecto de las actividades.


a) Entre las tareas de la fundación figuran muchas de gestión y promoción. Si el museo
pertenece a la Fundación. ¿Qué actividades dependen del museo? ¿O es indistinto?
b) Podría mencionar las actividades que se llevan a cabo, el público destinatario, las
condiciones de acceso (si son gratuitas o no, etc), los espacios donde se realizan.
c) Cuales son las ideas rectoras que guían la formulación y planificación de estas
actividades. Quién está a cargo de ello, y quienes la llevan adelante.

3) Respecto de la dirección de la institución.


a) ¿Como y quien selecciona al director del museo? ¿Se renueva? ¿Cada cuanto? ¿Existe
un criterio de selección? ¿Cual es?
b) Como trabaja la dirección? Independientemente o existe una junta directiva (o similar).
¿Que tipos de decisiones puede tomar solo y cuales en conjunto? (por ejemplo la
selección de muestras temporarias)
c) Cual es la posición de la dirección con respecto a las voces externas? (Escucha y aplica
consejos, o se guía únicamente por sus propias ideas?

4) Respecto de las áreas de trabajo de la institución.


a) ¿Que áreas de trabajo tiene el museo? (dirección, biblioteca, archivo, etc), ¿Podría
describirlas brevemente? ¿Donde funcionan?
b) Como funcionan las áreas, son autárquicas, realizan sus propias actividades?
c)Cuentan con un departamento de Educación? Podría describir como funcionan las
visitas guiadas, si se realizan actividades especiales para las escuelas visitantes, y si se
entrega algún tipo de material para trabajar en clase.
d)Es posible conseguir un organigrama?

5) Respecto de las relaciones inter institucionales.


a) ¿Realizan actividades con otras instituciones? ¿Que instituciones y que actividades?
b) Cuentan con programas de intercambio, pasantía o voluntariado? De ser así, podría
describirlo brevemente?
c) Que postura tiene la institución respecto del trabajo conjunto con otra instituciones en
general, y con cuales en particular?
d) De realizarse, que actividades conjuntas se llevan a cabo, y con qué instituciones? ¿En
que marco?

6) Respecto de la presencia pública (en Internet y otros eventos o lugares)


a) Cada cuanto actualizan su sitio de Internet?
b) Quién diseñó los contenidos presentados?
c) ¿Existe un proyecto de actualización del mismo, o están satisfechos con el que tienen?
d) ¿Cual es la prioridad que se le da a la presencia en Internet?
e) En que eventos participan, y de qué modo se presentan (como fundación o como el
museo del Holocausto)?

7) Respecto de la postura frente al mundo académico.


a) Si usted tuviera que describir la postura de la institución respecto del mundo
académico, como lo haría?
¿Puede dar ejemplos concretos de acciones realizadas en este aspecto?

8) Para finalizar, como se distribuyen los espacios en el edificio del museo?


Todas áreas trabajan desde allí?
Realizan balances de fin de año respecto de los logros alcanzados? En qué consisten?
¿Cuentan con alguna estadística de impacto en la sociedad en estos casi 15 años de
arduo trabajo?
¿Por qué considera que la sociedad argentina DEBE contar con un museo de estas
características? ¿En qué aspectos se hace vital esta presencia?
Muchas gracias por su tiempo.

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