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Pasatiempo Farmacéutico

Edición Junio
Várices
Dilatación venosa por inadecuado flujo sanguíneo
Por: Pía Ferrer
Retorno alterado
Las venas son conductos fuertes y elásticos que transportan a la sangre cargada
de materiales de desecho hacia el corazón, gracias a unas válvulas que se abren
para permitir el paso del vital líquido de regreso al músculo cardiaco y se cierran
para que ésta no retroceda por efecto de la gravedad. Cuando dichas compuertas
no funcionan adecuadamente, el vital líquido se acumula, provocando que los
vasos se ensanchen, fenómeno que se conoce como várice. Asimismo, se vuelven
más largas, anchas y sinuosas, además de que sobresalen por debajo de la piel .
Aparecen en las piernas debido a la presión que ejerce el peso del cuerpo, la
fuerza de gravedad y la función de llevar el flujo sanguíneo de la parte inferior del
organismo hacia el corazón.

Grados
1º. Las venas aumentan su grosor y relieve, se observan "gorditas", pero no
presentan mayor problema.
2º. Aparece cansancio, aumento de sensibilidad en la piel que se encuentra por
encima de la várice, dolor, calambres e inflamación.
3º. Se presenta comezón (este prurito puede llevar a rascarse y a la aparición de
enrojecimiento o erupciones que suelen atribuirse erróneamente a sequedad de la
piel), sensación de que las piernas se queman, cambios de coloración cutánea (va
de café oscuro al castaño), la piel se siente dura en el sitio de la lesión y,
posteriormente, se hace más delgada.
4º. La epidermis es tan delgada y la lesión tan grande que ésta se rompe,
formándose una úlcera varicosa; la causa del daño suele ser un golpe que, aun
siendo leve, es suficiente en el sujeto afectado para romper el vaso; si dicha rotura
va acompañada de una lesión cutánea, se presenta hemorragia.

Factores de riesgo
Edad. Al envejecer, las válvulas venosas se debilitan y dejan de funcionar
correctamente; entre 70 y 80% de adultos mayores a 60 años de edad las
padecen en algún grado.
Antecedentes. Presentar conductos débiles de nacimiento incrementa el riesgo,
así como tener familiares con problemas venosos.
Cambios hormonales. Ocurren durante la pubertad, embarazo y menopausia.
Las píldoras anticonceptivas y otros medicamentos con estrógeno y progesterona
contribuyen a su formación. Por ello, esta enfermedad es más frecuente en
mujeres, en proporción de cuatro por un hombre.
Embarazo. Hay gran incremento del flujo sanguíneo en el organismo,
ocasionando que las venas se ensanchen, además de que el crecimiento del útero
ejerce presión sobre las mismas. La afección normalmente mejora dentro de los 3
meses posteriores al parto. En general, con cada embarazo aparecen más vasos
de este tipo.
Obesidad. Ejerce mayor presión sobre las venas.
Falta de movimiento. Estar mucho tiempo de pie o sentado puede forzar a los
capilares a trabajar más para bombear sangre al corazón. El problema es mayor al
sentarse con las piernas cruzadas o dobladas.
Moda. Ciertas costumbres en el vestir, como el uso de ligas en las medias, ropa
muy ajustada y tacones altos colaboran a desarrollar la enfermedad.

Control
Aunque las várices pueden eliminarse mediante una terapia con inyecciones o
cirugía, la afección no se cura. Por este motivo, el tratamiento se limita a aliviar los
síntomas, mejorar el aspecto y evitar las complicaciones. Si bien las opciones
actuales tienen índices elevados de buenos resultados, con el paso de los años se
pueden desarrollar capilares anormales dado que no existe un remedio para la
debilidad de sus válvulas. Se puede usar ultrasonido para dar seguimiento que
permita detectar la existencia del padecimiento y atenderlo cuanto antes.

Más vale prevenir


Aunque el paso del tiempo favorece la formación de várices, las siguientes
estrategias retrasan su aparición y ayudan a aliviar la incomodidad de las
existentes:
 La actividad física de manera regular mejora la tonicidad, circulación y
fortaleza de las piernas, particularmente caminata, carrera o ciclismo.
 Tener adecuado índice de masa corporal para no ejercer demasiada
presión en las extremidades inferiores.
 No cruzar las piernas al sentarse, ni permanecer mucho tiempo en esta
posición o de pie, por lo que conviene caminar un poco cada 30 minutos.
 Al descansar, elevar las piernas tanto como sea posible.
 Usar medias elásticas de compresión, las cuales ejercen presión suave y
consistente. Asimismo, ayudan a evitar la acumulación de sangre en las piernas y
reducir la hinchazón al estar sentado o de pie.
 Evitar ropa ceñida que ajuste la cintura, ingles o piernas, así como zapatos
de tacón alto por periodos prolongados.
 Beber agua e incluir fibra en la dieta reducen el riesgo de padecer
estreñimiento, el cual contribuye a formaciones varicosas; también es importante
evitar alimentos ricos en azúcar, grasa y harina. Asimismo, disminuir el consumo
de sal alivia la hinchazón provocada por este trastorno.

Recuadro 1
Al médico
Quienes presenten molestias en las piernas deben acudir al médico para obtener
un diagnóstico y recibir el tratamiento adecuado, antes de que se requiera
intervención quirúrgica para retirar las venas dañadas, como consecuencia de no
recibir atención oportuna. De hecho, la falta de atención genera ausencia laboral,
infecciones recurrentes y hospitalizaciones.

Recuadro 2
Trombosis venosa profunda
Consiste en la formación de coágulos de sangre (trombos) en las venas
profundas, por lo general de las piernas. Estos trombos se forman cuando, entre
otras circunstancias, algún impedimento retrasa el retorno de la sangre al corazón,
como sucede con las várices. Además de causar hinchazón, se pueden
desprender y desplazar hasta los pulmones, ocasionando embolia pulmonar, es
decir, obstrucción de una arteria del pulmón que dificulta la función respiratoria.

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