Professional Documents
Culture Documents
Ley Federal de Derechos de Autor, Título VI De las Limitaciones del Derecho de Autor y de los
Derechos Conexos, Capítulo II De la Limitación a los Derechos Patrimoniales, Artículo 148
Apartado V:
Traducido por
Márcelo Damiani y Martín Arias
El Colegio de Michoacán
VII. VENAS DE VALOR, PIEDRAS DE RENOMBRE
U na antropología de las sustancias mineras
1. La palabra achichicle no es un término de uso extendido en México ni en Guanajuato; está restringido a los
mineros, comerciantes, ingenieros y otras personas relacionadas con la minería. Se utiliza de la misma manera
en otros centros mineros mexicanos. Santamaría da la siguiente definición de achichicle-, “(del Azteca atl, agua,
y chichipictli, gota) sustantivo, tipo de estalactita o estalagmita que seform a en las minas” (1959: 27). Dennis Beals,
uno de los más activos comerciantes de minerales mexicanos, indica que este término se utiliza solamente en
Guanajuato y que hace referencia a los tipos más comunes de especímenes minerales (los minerales de plata
menos usuales se denominan changuitos).
241
V enas de valor , piedras de renombre
M e r c a n c ía s in a l ie n a b l e s . La plata
242
M ercancías inalienables. La plata
243
V enas de valor , piedras de renombre
244
M ercancías inalienables. La plata
Vamos a poner el trabajo usted conmigo y vemos que trabajamos bien, no esta
mos peleando, hacemos todo lo que se necesita hacer como compañeros entre los
dos, como se dice... somos dos y hay que hacer esto. Esta es la ley del m inero...
los dos juntos, pues sí... los dos estamos en el mismo riesgo, en el mismo lugar.2
2. Entrevistado por la licenciada Ada M arina Lara Meza, O ral History Laboratory, Centro de Investigaciones
Humanísticas de la Universidad de Guanajuato, 22 de mayo de 1997.
245
V enas de valor , piedras de renombre
3. Los ingenieros también pueden adquirir ese gran conocimiento de las minas que consiste en la habilidad de cla
sificar el mineral a simple vista; cuando lo pueden hacer, son respetados en tanto mineros e ingenieros. Es decir,
el conocimiento local es el criterio primordial para entrar al gremio de los mineros; si lo poseen, los ingenieros
pueden unirse.
246
Fotografía 7.1 Mina La Valenciana, la Veta Madre. Fotografía de Stephen Ferry
4. Poco después de su fundación, hacia finales de los años treinta, la cooperativa debió enfrentar conflictos con
los buscones que seguían trabajando en las minas tal como lo habían hecho en la época de la Compañía de
Reducción. Para echar a esos cateadores subterráneos, la cooperativa pidió ayuda al gobierno federal, que, como
gesto de apoyo a la flamante cooperativa, envió tropas para proteger las minas contra los lupios (AGN fondo
Presidentes Lázaro Cárdenas, exp 432.1/93; Bernstein 1965: 208-209).
247
V enas de valor , piedras de renombre
5. Las subjetividades y sociabilidades producidas por los socios de la cooperativa no son, en modo alguno, armóni
cas; en cambio, los trabajadores y sus familias pugnan constantemente por definirlas y determinar quiénes son
los verdaderos socios y quién defiende o traiciona los derechos y obligaciones. Sin embargo, sí están mayormente
de acuerdo en torno a los criterios que determinan la pertenencia a la comunidad, uno de los cuales es el recono
cimiento subterráneo de la plata.
248
M ercancías inalienables. L a plata
249
V enas de valor , piedras de renombre
250
M ercancías inalienables. La plata
6. En este artículo, Parmentier examina tanto los aspectos saussureanos (sistémicos) como los peircianos (transac-
cionales) del dinero palauano.
251
V enas de valor , piedras de renombre
252
Figura 7.2 Folleto anònimo, Guanajuato, ca. 19 9 7
desde las minas hacia el resto del mundo, la imagen muestra tanto el origen
como el destino final de las “formas” creadas por el movimiento desde la
oscuridad de las minas hacia la luz del sol.
En esta im agen y en el texto, la m ina de Rayas es varias cosas al
mismo tiempo: la fuente de estas formas (la plata), el lugar construido con el
dinero proveniente de ella y la atracción para los turistas que se acercan a ver
el origen de la fama de Guanajuato. Palabras e imagen son interdependientes;
su interacción comprende la salida y el retorno de la plata. En estos emergen
cia y retorno, la plata difunde la fama de Guanajuato, que es en sí misma una
forma de valor.
Muchos lugares de Guanajuato representan visual o materialmente
el retorno de la plata y la fama difundida de Guanajuato. Un ejemplo es
la iglesia de la Virgen de Guadalupe, cuyos ebanistería, herrería y retablo
están pintados de plata en su totalidad. Otro es la corona de la santa patrona
de la ciudad, Santa Fe de Guanajuato, hecha de plata. Cuando la corona
fue robada, en los años ochenta, la cooperativa donó un sustituto hecho del
253
V enas de valor , piedras de renombre
mismo metal. Un libro reciente sobre la arquitectura barroca del siglo XVIII en
Guanajuato destaca esta relación en su título: De La Plata, Fantasías (Serrano
Espinoza y Cornejo Muñoz 1998). Estos ejemplos representan el retorno anti
cipado de la plata a Guanajuato, así como el proceso de constitución de la
ciudad, y vuelven compleja la noción de la plata como “pura mercancía.” Esta
manera de reconstituir el metal, bien que en formas diferentes, es uno de los
modos de resolver las tensiones entre su inalienabilidad y su mercantilización,
pues a pesar de que la plata, como producto terminado, es intercambiada
libremente en el mercado, de igual forma tiene que ser devuelta a su lugar de
origen. La plata, que es al principio parte del patrimonio de la cooperativa, se
transforma también en el patrimonio de Guanajuato. El lenguaje del patri
monio, como categoría de la propiedad para ser traspasada a los futuros socios
de la cooperativa (y guanajuatenses), permite a los actores locales resolver la
“paradoja del retener dando” y afirmar la inalienabilidad de la plata a pesar
del hecho de extraerla para el intercambio mercantil.
El h a u d e l o s e spe c ím e n e s m in e r a l e s
254
El hau de los especímenes minerales
7. Ponciano Aguilar quedó inmortalizado en el nombre de un mineral encontrado por primera vez en Guanajuato:
La aguilarita.
255
V enas de valor , piedras de renombre
8. Durante mucho tiempo, el departamento de seguridad industrial trató de convencer a los mineros de “amacizar”;
ellos a menudo se resistieron, por un lado porque la cooperativa no les otorga ningún contrato de incentivo por
esta actividad, y por otro lado porque esto indicaría una preocupación poco viril por la seguridad. El conflicto
derivado de este rechazo recuerda Germinal, de Zola (1993 [1885]), novela en que los trabajadores se niegan a
poner madera como soporte porque la compañía bajó el precio por madero.
256
El hau de los especímenes minerales
257
V enas de valor , piedras de renombre
era el número tres en la dirección y tenía una misión en la vida: Hacer que la
cooperativa adoptara una mentalidad de eficiencia empresarial (por ejemplo, ter
m inar con la recolección de especímenes y, en lo posible, también conmigo).
[Alfredo pasaba] sus horas de trabajo zapateando por el frente de la mina y sus
pendiendo a los trabajadores por varios días sin goce de sueldo si tenían especí
menes (p. 106).
258
El hau de los especímenes minerales
259
V enas de valor , piedras de renombre
260
V enas de valor , piedras de renombre
260
El hau de los ESPECIMENES minerales
9. Noté que los hogares de la cooperativa tenían mayor tendencia a exhibir especímenes minerales que los de los
hombres que trabajaban en otras compañías mineras. Cuando fui a las casas de mineros de El Cubo y Peñoles,
después de charlar un rato, los anfitriones sacaban las piedras que habían escondido, como un gesto de hospita
lidad. Supongo que esta diferencia se debe al hecho de que la cooperativa permite la extracción de estas piedras
y las otras compañías no.
10. Como casi todos los mineros construyen sus propias casas, pueden ubicar el “nicho” donde quieran.
11. Recientemente, la Universidad de Guanajuato creó un Patronato del Templo de Villaseca para preservar tanto
la “capilla de especímenes minerales” como la colección de retablos. El director de la Santa Fe y el responsable
del departamento de ingenieros son miembros de este grupo y a menudo la cooperativa presta trabajadores para
ayudar con la restauración y otras tareas en la iglesia. Hace poco, este grupo quiso detener el robo de especímenes
minerales de la capilla y puso carteles que decían: “no quite estas piedras ”.
261
capilla bordeada de piedras extraídas por los mineros y donadas al santo en
su día, a comienzos de mayo" (fotografías 7.2 y 7.3).
Si bien los mineros me ofrecían de forma espontánea piedras que esta
ban exhibidas en un estante o en una mesa de su casa, nunca me dieron las
que estuvieran cerca de una imagen religiosa o del altar. Una vez visité la casa
de Hilario, un minero de Cata; fui en mayo y me mostró una caja de especí
menes minerales que guarda todo el año para la época de Navidad, momento
en que saca al Niño Jesús y lo pone en un nacimiento con las piedras. “No
le puedo dar una de éstas -m e dijo disculpándose-, son para el niño Jesús”.
Una ofrenda para un santo o una deidad no puede convertirse en regalo para
otra persona, ni puede ser vendida como mercancía; un comerciante local me
dijo: “Desde que yo puedo recordar, los mineros han puesto las piedras en sus
altares, y esas piedras no las venden para nada.”
La gente me explicó de diferentes modos el uso de especímenes mine
rales como adornos religiosos. En algunos casos, la piedra es considerada un
regalo para la deidad. Cuando Hilario me dijo que no podía darme las pie
dras destinadas al niño Jesús, me dio la impresión de que hacerlo hubiera
sido como tomar un regalo destinado a una persona para dárselo a otra.
Asimismo, la gente se refería a todos los adornos en los altares en términos de
262
Fotografía 7.4 A ltar a la Virgen de Dolores, departamento de Ingeniería,
Cooperativa Sta. Fe. Fotografía de Stephen Ferry
12. Tuve que ser cuidadosa en cuanto al modo de formular esta pregunta y a quién dirigirla. Mientras en otras partes
de América Latina la gente creía que, como observadora interesada en las costumbres locales, yo era seguramente
una agente de la CIA, en Guanajuato pensaban que era una misionera protestante. Los altares domésticos y labo
rales son considerados como el pilar de la práctica católica local y, por tanto, un blanco de los misioneros. Es por
esto que sólo preguntaba por los altares una vez que conocía bien a la persona.
263
V enas de valor , piedras de renombre
Guadalupe. Esto sugiere que los altares domésticos, tanto como los de las
minas, establecen un paisaje sagrado y un sitio para la memoria dentro del
espacio cotidiano. Como me dijo un trabajador de la cooperativa: “El altar
existe para el día cuando muere el minero, para que recordemos que en esa
casa vivía un minero con su familia”. Aquí, una vez más, el hau de los espe
címenes minerales sirve como un vínculo entre la mina y la casa que puede
trascender la muerte del minero.
Los especímenes minerales también forman parte de un floreciente
mercado de minerales en Guanajuato y en otras zonas. No deja de ser intere
sante que son las cualidades oblativas de los especímenes minerales, y en espe
cial su capacidad de establecer una conexión entre la mina y otros lugares, lo
que aumenta su valor como mercancía. En contraste con la centralización y la
regulación de la extracción de la plata, la economía del espécimen mineral es
difusa y carece de regulación. Las redes dentro de las cuales circulan los espe
címenes minerales varían drásticamente de acuerdo con un amplio espectro
de relaciones sociales, factores de fijación de precios y medios de pago, inclui
dos el crédito o el trueque. Hasta donde alcanza mi información, el primero
que vendió muestras minerales al público en Guanajuato fue un pequeño
comerciante llamado Santos Macías (.Santitos), a finales de los años treinta,
época en que el turismo comenzaba a cobrar importancia en la ciudad. Hablé
con el hijo de Santitos , quien continúa el negocio de su padre, es decir, la
reparación de máquinas de coser, la venta de libros y la comercialización de
especímenes minerales. Me contó que su padre había aprendido lo que sabía
sobre minerales con un profesor de geología de la Escuela de Minas. Primero
había tenido un puesto en la Plaza San Roque y luego había montado su
negocio fuera de su casa, en la calle Alonso.13En la actualidad hay docenas de
vendedores de minerales en Guanajuato y también numerosos compradores
y coleccionistas de otros lugares.
Los mineros suelen vender directamente a coleccionistas de fuera de
Guanajuato, o bien, más a menudo, a los malacateros que conducen el carro
que sube y baja trabajadores y mineral por el pozo. El malacatero tiene una
13. Él mismo alquila un lugar privilegiado bajo la sombra de un árbol, a un lado del Mercado Hidalgo. Obtuvo esta
ubicación en la década de los años setenta con la ayuda de un amigo que trabajaba en la presidencia municipal.
Sin embargo, dice que desde que transfirieron la estación de autobús fuera de la ciudad (alrededor de 1994), el
negocio ya no va tan bien como antes.
264
ventaja para la venta porque suele estar en la superficie y, por tanto, está más
disponible para los compradores. En La Valenciana hay tres malacateros que
se turnan cada semana, cada ocho horas; esto significa que una de cada tres
semanas un malacatero trabaja en horas diurnas, y las otras dos está libre
durante el día; así, puede tratar con los compradores en la superficie en cual
quier momento.14Los tres trabajaban en el negocio de los especímenes mine
rales y tenían puestos instalados en el terreno de La Valenciana; el más exitoso
de ellos me dijo que ganaba al menos el doble de su salario con la venta; el
acceso a éstos y el derecho a tener un puesto dentro del recinto de la mina
eran las únicas razones por las que continuaba trabajando para la cooperativa.
El minero suele vender al malacatero u otro minorista los especíme
nes minerales tal como salen; simplemente los enjuaga para quitarles la tierra.
Luego, el comerciante que le compra al minero para la reventa lava las piedras
más meticulosamente y las remoja en ácido durante uno o dos días, para
14. O tro comprador importante en La Valenciana era el “reparador”, quien también pasaba mucho tiempo en la
superficie.
265
V enas de valor , piedras de renombre
elim inar el óxido y otras manchas de las piedras. Cuesta 25 pesos el litro de
ácido en una ferretería, es la única inversión adicional que deben realizar estos
comerciantes (además del pago de las piedras) que son socios o parientes de
socios de la cooperativa, dado que ni ellos ni sus familias deben pagar para
instalar un puesto adyacente a La Valenciana (o Rayas, ubicada en la carretera
panorámica que rodea a la ciudad). Estos comerciantes suelen cultivar la rela
ción con sus proveedores a lo largo del tiempo y de diferentes maneras: anti
cipándoles dinero o dándoles refrescos, tortas (emparedados) y baratijas que
compran a otros vendedores itinerantes. Los mineros califican a los diferentes
comerciantes de acuerdo con la rapidez y la cantidad de dinero que pagan por
las piedras y según cuán generosos sean con los anticipos, como comenta esta
persona: “Siempre vendo al Sol porque me da buen precio, y a veces me da 20
pesos pa un refresco”.15
La pertenencia a la cooperativa y a las viejas “familias de la coopera
tiva” les da una ventaja a los comerciantes en la venta de especímenes minera
les. En primer lugar, la pertenencia a la cooperativa permite a los trabajadores
instalar puestos en lugares clave alrededor de las minas sin pagar (la tarifa
diaria).16Además, al igual que con otras actividades, los trabajadores aprove
chan las relaciones familiares y rituales tanto para obtener materiales y trans
porte, como para establecer redes de intercambio.
Muchos de los compradores más cercanos a las minas son también
socios de la cooperativa; por ejemplo, Pepe, uno de los malacateros de La
Valenciana, tiene una tienda enfrente de la entrada de esta mina y un puesto
en el terreno, atendido por su hijo. Dice haber construido la tienda con la
recaudación proveniente de los especímenes minerales. Vende casi sólo a
turistas y prefiere ofrecer pequeñas piedras baratas individualmente antes
que “lotes” de piedras por un único precio, o muestras raras. En cambio,
Feliciano, que trabaja en Rayas y vive en una casa prestada en la carretera
panorám ica a un lado de la m ina, vende algunas piedras a turistas pero
también a clientes habituales que vienen del exterior de Guanajuato, tanto
15. Un refresco cuesta entre dos y tres pesos; éste es un dicho que se emplea para referirse a una pequeña suma de
dinero cuya devolución no se espera. Es lo que (supuestamente) dice a menudo la policía u otros cuando piden
un soborno.
16. La tarifa por un permiso del municipio es de un peso por día y los lugares no son tan buenos como los de la
cooperativa, ubicados justo contra las paredes de la mina o en el terreno de La Valenciana.
266
El hau de los especímenes minerales
17. Éstas son minas de Peñoles, conocidas por la belleza y la rareza de los especímenes minerales. Como estos mine
ros tienen prohibido extraerlos, las muestras de las minas de Peñoles tienen más demanda y alcanzan un precio
más alto.
18. Es el reparador de esa mina.
19. Isidro me contó que la venta de especímenes minerales es sólo una de las estrategias que pone en práctica
para ganar dinero. Por ejemplo, a menudo trabaja entre 10 y 15 horas por semana haciendo reparaciones en La
Valenciana. Me dijo con gran orgullo, muy justificado, que estos esfuerzos le habían permitido criar a seis niños
y brindarles una formación profesional.
267
V enas de valor , piedras de renombre
20. Es probable que haya tenido algún tipo de relación personal con la presidencia municipal que le procuró uno de
estos codiciados lugares.
21. $7 000 fueron por una magnífica y valiosa muestra en particular.
268
El hau de los especímenes minerales
Hace una semana un minero me trajo unas piedras de San Vicente, y al principio
pensaba que no eran de buena calidad, no me gustaban, pero de repente vi que
tenían unas florecitas muy bonitas. Hay que ver con los ojos del alma y no sólo con
los meros ojos, así ves nada más la superficie ... Pero el problema es que la persona
a quien vendo, tal vez no va a ver el valor de la piedra, y así pierdo yo.
Para este minero, el valor de la piedra está dentro de ella misma pero
también es posible apreciarlo físicamente, al menos para algunos observado
res. Este valor exterior puede ser expresado en términos como el precio, pero
su tasación exacta depende de la sensibilidad de quien la observa; y quizás
este minero esté sugiriendo también que tanto comerciantes como turistas,
al carecer de vínculo con las minas, a menudo no la tienen. Además, aunque
esté hablando del modo en que se compran y venden los especímenes mine
rales, este minero relaciona su precio con una forma más sutil de valor, visible
269
V enas de valor , piedras de renombre
sólo para algunos, aquellos que pueden apreciarlo de manera adecuada (un
poco como un obsequio).
Otro ejemplo muestra cómo los socios de la cooperativa valoran los
especímenes minerales de maneras que tienen en cuenta la perspectiva cam
biante, la localización y la relación con las m inas. Una tarde visité a mi
am iga Alicia, la viuda de un camionero de la cooperativa que se incorporó
a ésta después de la muerte de su esposo; ahora vende boletos en la entrada
turística de La Valenciana, en la bocamina San Cayetano. Nos sentamos
a la sombra de la entrada a la m ina, tomando Coca Cola y mirando a los
vendedores pregonando sus piedras. Le pregunté qué motivaba a la gente a
comprarlas. Ella conjeturó: “Un minero me puede dar unas piedras y tienen
valor porque las sacó de la minas con sus propias manos. Yo, porque vengo
de Guanajuato, yo nunca pagaría por una piedra, porque aquí están donde
quiera. Pero si vienes de afuera, sí tienen valor”.
Aquí, Alicia parece identificar dos fases diferentes del intercambio:
el espécimen mineral en tanto que mercancía y en tanto que obsequio; así,
establece una diferencia tajante entre su persona como guanajuatense nativa
y socia de la cooperativa, y las personas de afuera. Comprar especímenes
minerales está bien para las personas de afuera, pero ella no lo haría; para
ella, su valor deriva del lugar de proveniencia y del minero que los extrajo y
se los dio. Sin embargo, sean vendidos o regalados, los minerales implican
una relación entre su origen y algún otro lugar (la posición que tiene Alicia
como socia de la cooperativa, pero no minera, o bien la posición de visitante
de Guanajuato).23
El hau de los especímenes minerales entra en juego también para los
vendedores y coleccionistas fuera de Guanajuato. En una entrevista de agosto
de 2000, Carl Francis, el director del Museo de M ineralogía de Harvard,
se refirió a la importancia de reunir una colección de minerales con espe
cialidades regionales y locales. Francis señaló que cada tipo de comprador
valora cosas diferentes de las muestras minerales. Las colecciones científicas,
por ejemplo, están interesadas, como es comprensible, en la documentación
23. En su análisis del souveniren general, Susan Stewart (1993) apela a temas similares a los que menciono aquí, como
el intento de encapsular y transportar una versión en miniatura del lugar. El hecho de que las muestras minerales
sean literalmente fragmentos de Guanajuato resalta esto aún más.
270
La hibridez del valor
detallada que les permita ubicar las muestras geológicamente. Algunos com
pradores buscan un bonito souvenir del lugar, o simplemente algo que luzca
bien sobre un estante o una mesa. Muchos joyeros en sitios como Ann Arbor,
Sedona y Laguna Beach usan minerales para decorar el sitio donde exhiben
sus artículos. Y, como dijo Francis, “los vendedores de minerales quieren en
verdad interesar a los más ricos.24 Esa gente busca belleza, rareza y exclusivi
dad. Es una forma tangible de valor.”
Estas son sólo algunas de las motivaciones y los criterios para valorar
los especímenes minerales. No obstante, todas estas maneras diferentes se
vinculan con una noción de lugar, y en muchos casos el valor de la piedra
aumenta si se puede establecer con certeza la relación con una ubicación par
ticular.25 Aun cuando la piedra se venda como mercancía, lo que a menudo
es el caso (y a veces por una gran suma de dinero), el hecho de ser tangible
—es, después de todo, un pedazo de Guanajuato—, de ser única y tener una
relación evidente con los mineros, le otorga cualidades de don. De hecho,
cuanto más importante sea esta cualidad, más alto será el valor de cambio de
la piedra.
La h ib r id e z d e l v a l o r
En el curso del siglo XX, la ciudad de Guanajuato pasó de tener una econo
mía por completo dependiente de la minería y sus actividades derivadas, a
una economía que combina minería, turismo, administración del estado y
de la universidad, y producción artesanal (en especial cerámica). El precio
de la plata cae mientras que el valor de las minas como Patrimonio de la
H um anidad (e im án para los turistas) aumenta. Hoy en día, Guanajuato
compite con otras ciudades plateras como Zacatecas (ambas, y varias otras en
México, están incluidas en la lista de Ciudades del Patrimonio M undial de
la UNESCO) por la autenticidad y la grandeza de su pasado minero y la sin
gularidad de sus minas, plazas e iglesias. No sorprende que los especímenes
24. Aquellos que pagarían cinco, 10 o 25 mil dólares por un solo espécimen.
25. Un ejemplo interesante de esto es la emergencia de un mercado de etiquetas antiguas de muestras minerales (The
Mitieralogical Record, sept.-oct. 1977: 407-408).
271
V enas de valor , piedras de renombre
26. Cari Francis describió un espécimen particularmente delicado diciendo “es un verdadero Rembrandt”.
27. Encontramos un ejemplo análogo de la tensión descrita por Parmentier en el seno del capitalismo estadouni
dense: la imagen de la fortaleza inexpugnable de Fort Knox, donde los lingotes de oro deben mantenerse inmóvi
les y protegidos con el fin de que los dólares estadounidenses circulen con seguridad. Si bien esta imagen supone
el patrón oro, al que el dólar ya no está vinculado, continúa ejerciendo un poder cultural sobre la mayoría de los
estadounidenses.
272
La hibridez del valor
en los registros etnográficos las cosas que encajen en estas categorías, un paso
que oscurece la manera en que compiten y se intercalan los diferentes modos
de asignar valor.
Una antropología de las sustancias mineras en la cooperativa de Santa
Fe nos permite ver el terreno en el que la gente es capaz de caracterizar algunas
cosas como patrimonio y sacar provecho de ello. Los socios de la cooperativa
y otros guanajuatenses no tratan los especímenes minerales como posesiones
patrimoniales; sin embargo, su existencia y el derecho a extraerlos y vender
los les permite sobrevivir y continuar considerando la plata como patrimo
nio. Además, el hau de los especímenes minerales promueve una visión de
Guanajuato construida desde las minas, que puede ser enviada al extranjero
y conservar un vínculo incluso cuando viaja. La plata difunde la fama de
Guanajuato al retornar en otras formas, mientras que los especímenes mine
rales lo hacen dado que tienen una relación evidente y documentable con las
minas. Ambos son esenciales para la supervivencia de la cooperativa y depen
den de la capacidad de sus socios, familias y otros guanajuatenses de asignar
formas de valor múltiples o híbridas.
A lo largo de este libro hemos visto cómo los socios de la cooperativa
y sus familias, así como otros guanajuatenses, luchan con una paradoja fun
damental: cómo utilizar la riqueza para mantener y reproducir el colectivo
al tiempo que deben vivir de ella. Los socios de ésta intentan resolver tal
contradicción de diversas maneras. Como vimos en el capítulo 4, lo hacen
concibiendo los aspectos generativos de la minería, la m ina y la casa como
espacios generativos análogos. Logran esto, como vimos en el capítulo 6, al
transformar la administración adecuada del patrimonio en una caracterís
tica de la masculinidad y de liderazgo adecuados. En este capítulo hemos
visto que dichas estrategias conceptuales e ideológicas están avaladas por la
existencia paralela de otras formas de riqueza, de las que no depende el man
tenimiento adecuado de la colectividad. Los especímenes minerales son un
ejemplo de esta otra forma de riqueza. Sin embargo, como sucede con la
riqueza patrimonial, múltiples modos de asignación de valor condicionan su
rentabilidad y su significado para aquellos que están tanto dentro como fuera
de Guanajuato.
Los múltiples usos y significados asociados con los especímenes mine
rales y la plata, bien que en cierta forma particulares a Guanajuato y Santa
273
V enas de valor , piedras de renombre
274