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UCC SL - “Ley anti lavado de dinero y el alcance del auditor externo, en la República Argentina”.

CATEDRA AUDITORIA: 2018.


Lavado de dinero definiciones y conceptos básicos.
Origen del significado: La expresión “lavado de dinero” se origina al comienzo del siglo XX y está vinculado a
actividades ilícitas que realizaba Al Capone, que creó una cadena de lavanderías automáticas por medio de las cuales
hacía pasar utilidades ilegitimas como legales. Bastaba con poner las cantidades importantes de efectivo que recogían
gracias a sus bares clandestinos y casinos, dentro de las cajas registradoras de sus cadenas de lavanderías. Así, después
podían colocar esos fondos ilegales dentro del circuito bancario norteamericano y diversificarlos para que éstos se
integraran al circuito monetario y quedaran finalmente legitimados.

1
Definición de lavado de dinero: Al lavado de dinero lo podemos definir como el proceso mediante el cual los
activos preferentemente provenientes de los delitos previstos en el artículo 6 de la ley N° 25246 (encubrimiento de
lavado de activos de origen delictivo)se integran al sistema económico legal con apariencia de haber sido obtenidos en
forma licita, si bien existen múltiples definiciones para este término todas concluyen en la idea de que el objeto final
consiste en la “similitud de licitud” de activos originados en un ilícito.
La ley N° 25.246 (Encubrimiento de lavado de activos de origen delictivo) enumera en su artículo sexto una serie de
delitos de los cuales provienen los activos ilícitos, los cuales enumeramos a continuación:
a) Delitos relacionados con el tráfico y comercialización ilícita de estupefacientes (ley 23.737);
b) Delitos de contrabando de armas y contrabando de estupefacientes (ley 22.415);
c) Delitos relacionados con las actividades de una asociación ilícita calificada en los términos del artículo 210 bis del
código penal o de una asociación ilícita terrorista en los términos del artículo 213 ter del código penal;
d) Delitos cometidos por asociaciones ilícitas (artículo 210 del código penal) organizadas para cometer delitos por fines
políticos o raciales;
e) Delitos de fraude contra la administración pública (artículo 174, inciso 5, del código penal);
f) Delitos contra la administración pública previstos en los capítulos VI, VII, IX y IX bis del título XI del libro segundo
del código penal;
g) Delitos de prostitución de menores y pornografía infantil, previstos en los artículos 125, 125 bis, 127 bis y 128 del
código penal;
h) Delitos de financiación del terrorismo (artículo 213 quáter del código penal);
i) Extorsión (artículo 168 del código penal);
j) Delitos previstos en la ley 24.769 (régimen penal tributario);
k) Trata de personas.

Proceso de “lavado de dinero”.

1
ley N° 25246 “Encubrimiento de lavado de activos de origen delictivo”.
1
El dinero es lavado a través de una serie de complejas transacciones2 y, por lo general, incluye las tres etapas o fases que se describen
a continuación, sin desconocer que en la práctica, los casos observados pueden no cumplir estrictamente con cada una de las fases o
etapas aquí expuestas.
-Primera etapa: etapa de “colocación”:
Varias actividades delictivas poseen la particularidad de obtener sus ganancias en dinero en efectivo. Tal es el caso, entre otros, del
delito de narcotráfico. Los que obtienen así este dinero necesitan transformar estas sumasen activos que sean más fáciles de manejar.
Esto se logra a través de instituciones financieras (intentando efectuar depósitos bancarios para poder transformar estas sumas en
dinero bancario), casinos, negocios, casas de cambio y otros comercios.
Objetivo de esta etapa: separar o diferenciar el dinero que se trata de invertir de la actividad ilícita que lo originó y mantener el
anonimato del verdadero depositante.
-Segunda etapa: “decantación o estratificación”
Una vez que el dinero fue colocado, se trata de transformar, y más específicamente disfrazar esa masa de dinero ilícito, en dinero
lícito, a través de complejas transacciones financieras, tanto en el ámbito nacional como internacional, para que se pierda su rastro y
se dificulte su verificación contable.
El objetivo en esta instancia: cortar la cadena de evidencias ante eventuales investigaciones sobre el origen del dinero, creando
complejas capas de transacciones financieras para disfrazar el camino, fuente y propiedad de los fondos. En general las sumas son
giradas en forma electrónica a cuentas anónimas en países donde puedan ampararse en el secreto bancario o, en su defecto, a cuentas
de firmas fantasmas ubicadas en varias partes del mundo, propiedad de las organizaciones delictivas.
-Tercera etapa: “integración”
En esta última etapa el dinero es incorporado formalmente al circuito económico legal, aparentando ser de origen legal (por ej.:
proveniente de ahorristas o de inversores comunes), sin despertar sospechas. Esta integración permite crear organizaciones de
"fachada" que se prestan entre sí, generando falsas ganancias por intereses, o bien invierten en inmuebles que a su vez sirven como
garantías de préstamos, que son supuestamente invertidos en negocios con una, también, supuesta gran rentabilidad. Una vez formada
la cadena, puede tornarse cada vez más fácil legitimar el dinero ilegal.
Los medios más utilizados en esta etapa son, por ejemplo: las inversiones en empresas, la compra de inmuebles, oro, piedras preciosas
y obras de arte. Las metodologías de la sobrefacturación, subfacturación y la facturación ficticia son centrales en el accionar.

Consecuencias del lavado de dinero3: Las consecuencias sociales, económicas y políticas de esta actividad
delictiva son otras de las características relevantes que es importante remarcar. Internacionalmente se sostiene
que los grupos delictivos obtienen, a nivel mundial, volúmenes de negocios de cifras multimillonarias por año.
De ellas una parte significativa constituirían ganancias que se derivan a distintas plazas. Por aplicación de tasas
de interés de mercado se acumulan sumas que llegan a dimensiones macroeconómicas de gran relevancia.
El lavado de dinero proveniente de ilícitos se presenta así como un punto de intersección entre la economía
legal y la delictiva, y a largo plazo predominan los efectos negativos de ese desarrollo, que exponen al estado y
a la sociedad a grandes peligros. Entre ellos se pueden enumerar: a) la sustracción de fondos de la economía
real y productiva, para la inversión en el aparato especulativo sin un fin económico, trae apareado una
reducción de las tasas de crecimiento internacional; b) los movimientos de capital inducidos por el intento de
lavar dinero no son promovidos por fundamentos económicos, sino que están inducidos por las diferencias de
controles y regulaciones existentes entre los países. Estos movimientos se producen en direcciones opuestas a
aquellas que serían esperables sobre las bases de fundamentos económicos; c) los bienes totales controlados
por organizaciones criminales son de magnitud tal que la transferencia, aunque sea de una mínima fracción de
ellos, de un país a otro puede tener consecuencias económicas importantes. En el ámbito nacional, grandes
entradas y salidas de capital podrían influenciar significativamente sobre diferentes variables de la economía
(tasas de cambio y de interés, y aún en los precios de determinados bienes). Asimismo podrían afectar la
confianza y transparencia que deben tener los mercados de capitales. d) las agrupaciones delictivas invierten,
sobre la base de su alto “flujo de caja”, especialmente en sectores de prestación de servicios, expulsando así a
las estructuras de producción tradicionales se pierden, entonces, las capacidades de producción de bienes, y
aumenta la dependencia de las importaciones de los países, con efectos negativos para la balanza comercial y de
pagos, y e) la generación de un ambiente de corrupción generalizada en la sociedad pudiendo afectar el buen
funcionamiento de las instituciones.

Normas Profesionales: Resolución de junta de gobierno Nº 420/2011 de la Federación Argentina de Consejos


Profesionales de Ciencias Económicas (“R 420/2011” de la FACPCE). Normas sobre la actuación del contador

2
http://hablandodenegociosz.blogspot.com.ar/2009/11/etapas-en-el-proceso-de-lavado-de.html
3
https://www.afip.gob.ar/lavado/
2
público como auditor externo y síndico societario relacionadas con la prevención del lavado de activos de
origen delictivo y financiación del terrorismo.
Unidad de Información Financiera (U.I.F): Mediante la ley N° 25.246 (encubrimiento de lavado de activos
de origen delictivo) se crea la Unidad de Información Financiera (UIF) que tiene a su cargo el análisis,
tratamiento y la transmisión de la información recibida, a fin de prevenir e impedir el lavado de activos
provenientes de los delitos de tenencia y comercialización ilícita de estupefacientes, contrabando de armas
actividades de asociación ilícita o de una asociación ilícita terrorista , fraudes y otros delitos contra la
administración pública, prostitución de menores y pornografía infantil y financiación del terrorismo.
G.A.F.I.: El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) es un organismo inter-gubernamental cuyo
propósito es el desarrollo y la promoción de políticas, en los niveles nacional e internacional, para combatir el
lavado de activos y la financiación del terrorismo.

Profesionales en ciencias económicas alcanzados: De acuerdo con la R 65/2011 de la UIF, los profesionales
en ciencias económicas que están alcanzados por las obligaciones son los que prestan servicios de auditoría
de estados contables, o se desempeñan como síndicos societarios, cuando estos servicios profesionales se
brindan a las personas físicas o jurídicas, a) enunciadas en el artículo 20 de la ley (sujetos obligados) o,
Están obligados a informar a la Unidad de Información Financiera (UIF), en los términos del artículo 21 de la
presente ley: 1. Las entidades financieras sujetas al régimen de la ley 21.526 y modificatorias.
2. Las entidades sujetas al régimen de la ley 18.924 (ley de entidades cambiarias) y modificatorias y las
personas físicas o jurídicas autorizadas por el Banco Central de la República Argentina para operar en la
compraventa de divisas bajo forma de dinero o de cheques extendidos en divisas o mediante el uso de
tarjetas de crédito o pago, o en la transmisión de fondos dentro y fuera del territorio nacional.
3. Las personas físicas o jurídicas que como actividad habitual exploten juegos de azar.
4. Los agentes y sociedades de bolsa, sociedades gerente de fondos comunes de inversión, agentes de
mercado abierto electrónico, y todos aquellos intermediarios en la compra, alquiler o préstamo de títulos
valores que operen bajo la órbita de bolsas de comercio con o sin mercados adheridos.
5. Los agentes intermediarios inscriptos en los mercados de futuros y opciones cualquiera sea su objeto.
6. Los registros públicos de comercio, los organismos representativos de fiscalización y control de
personas jurídicas, los registros de la propiedad inmueble, los registros de la propiedad automotor, los
registros prendarios, los registros de embarcaciones de todo tipo y los registros de aeronaves.
7. Las personas físicas o jurídicas dedicadas a la compraventa de obras de arte, antigüedades u otros
bienes suntuarios, inversión filatélica o numismática, o a la exportación, importación, elaboración o
industrialización de joyas o bienes con metales o piedras preciosas.
8. Las empresas aseguradoras.
9. Las empresas emisoras de cheques de viajero u operadoras de tarjetas de crédito o de compra.
10. Las empresas dedicadas al transporte de caudales.
11. Las empresas prestatarias o concesionarias de servicios postales que realicen operaciones de giros de
divisas o de traslado de distintos tipos de moneda o billete.
12. Los escribanos públicos.
13. Las entidades comprendidas en el artículo 9º de la ley 22.315.
14. Los despachantes de aduana definidos en el artículo 36 y concordantes del código aduanero (ley
22.415 y modificatorias).
15. Los organismos de la administración pública y entidades descentralizadas y/o autárquicas que ejercen
funciones regulatorias, de control, supervisión y/o superintendencia sobre actividades económicas y/o
negocios jurídicos y/o sobre sujetos de derecho, individuales o colectivos: el Banco Central de la
República Argentina, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), la Superintendencia de
Seguros de la Nación, la Comisión Nacional de Valores, la Inspección General de Justicia, el Instituto
Nacional de Asociativismo y Economía Social y el Tribunal Nacional de Defensa de la Competencia;
16. Los productores, asesores de seguros, agentes, intermediarios, peritos y liquidadores de seguros cuyas
actividades estén regidas por las leyes 20.091 y 22.400, sus modificatorias, concordantes y
complementarias;

3
17. Los profesionales matriculados cuyas actividades estén reguladas por los consejos profesionales
de ciencias económicas;
18. Igualmente están obligados al deber de informar todas las personas jurídicas que reciben donaciones o
aportes de terceros;
19. Los agentes o corredores inmobiliarios matriculados y las sociedades de cualquier tipo que tengan por
objeto el corretaje inmobiliario, integradas y/o administradas exclusivamente por agentes o corredores
inmobiliarios matriculados;
20. Las asociaciones mutuales y cooperativas reguladas por las leyes 20.321 y 20.337 respectivamente;
21. Las personas físicas o jurídicas cuya actividad habitual sea la compraventa de automóviles, camiones,
motos, ómnibus y microómnibus, tractores, maquinaria agrícola y vial, naves, yates y similares,
aeronaves y aerodinos.
22. Las personas físicas o jurídicas que actúen como fiduciarios, en cualquier tipo de fideicomiso y las
personas físicas o jurídicas titulares de o vinculadas, directa o indirectamente, con cuentas de
fideicomisos, fiduciantes y fiduciarios en virtud de contratos de fideicomiso.
23. Las personas jurídicas que cumplen funciones de organización y regulación de los deportes
profesionales.

b) que, no estando enunciados en dicho artículo, según los estados contables auditados:
I) un activo superior a $ 20.000.000 (pesos, VEINTE millones).
II) hayan duplicado su activo o sus ventas en el término de un año.

Operaciones inusuales y sospechosas4


Se consideran operaciones sospechosas a las transacciones, aisladas o reiteradas, que de acuerdo con los usos y
costumbres de la actividad que se trate, como así también de la experiencia e idoneidad de las personas
obligadas a informar, resulten: a) inusuales; b) sin justificación económica o jurídica, o c) de complejidad
inusitada o injustificada.
Se consideran operaciones inusuales: aquellas operaciones tentadas o realizadas en forma aislada o reiterada,
sin justificación económica y/o jurídica, que no guardan relación con el perfil económico financiero del cliente,
desviándose de los usos y costumbres en las prácticas de mercado, ya sea por su frecuencia, habitualidad,
monto, complejidad, naturaleza y/o características particulares.
Complementariamente, la R 65/2011 (de la UIF) también incluye la siguiente definición de operación
sospechosa:
Son aquellas operaciones tentadas o realizadas que habiéndose identificado previamente como inusuales, luego
del análisis y evaluación realizados por el sujeto obligado, las mismas no guardan relación con las actividades
lícitas declaradas por el cliente, ocasionando sospecha de lavado de activos o aun tratándose de operaciones
relacionadas con actividades lícitas, exista sospecha de que estén vinculadas o que vayan a ser utilizadas para la
financiación del terrorismo.

Sujetos obligados: Los sujetos obligados a informar a la UIF, en los términos del artículo 21 de la ley, son
aquellos que pueden estar en contacto con información esencial para la lucha contra el lavado de activos y la
financiación del terrorismo: entidades financieras, empresas que exploten juegos de azar, compañías
aseguradoras, escribanos públicos, despachantes de aduana, organismos de la administración pública, agentes
inmobiliarios, mutuales y cooperativas, registros públicos de comercio, entidades que organizan y regulan los
deportes profesionales, etc.

Procedimientos a realizar por el auditor externo: Identificación de clientes.


El conocimiento del cliente constituye uno de los pilares en la prevención del lavado de activos de origen
delictivo y financiación del terrorismo. La UIF toma como definición de cliente la adoptada y sugerida por la
4
UNIDAD DE INFORMACION FINANCIERA, RESOLUCIÓN (UIF) 65/2011 Información de los profesionales matriculados en ciencias
económicas que se desempeñen como síndicos de sociedades y auditores de estados contables (30 DE MAYO 2011).

4
Comisión Interamericana para el control del Abuso de Drogas de la Organización de Estados Americanos
(CICAD-OEA).
Se definen como clientes a todas aquellas personas físicas o jurídicas con las que se establece, de manera
ocasional o permanente, una relación contractual de carácter financiero, económico, comercial o profesional.
En ese sentido, es cliente el que desarrolla una vez, ocasionalmente o de manera habitual, operaciones con los
sujetos obligados, conforme lo establecido en el la ley N° 25.246 y sus modificatorias. El vínculo del contador
público en su rol de auditor externo o síndico y su contratante es de carácter profesional, por lo que así deberá
ser interpretada la relación contractual con cada cliente. El principio básico en que se sustenta la R 65/2011 de
la UIF es la política internacionalmente conocida como "conozca a su cliente".
El auditor deberá confeccionar un legajo de identificación para cada cliente alcanzado.
Dicho legajo deberá contener como mínimo la información detallada taxativamente en R 65/11 de la UIF:
Los sujetos obligados deberán determinar de manera fehaciente, al menos, lo siguiente:
En el caso de clientes que sean personas jurídicas: a) Razón social;
b) Fecha y número de inscripción registral;
c) C.U.I.T. (clave única de identificación tributaria) o C.D.I. (clave de identificación);
d) Fecha del contrato o escritura de constitución;
e) Copia certificada del estatuto social actualizado, sin perjuicio de la exhibición del original;
f) Domicilio legal (calle, número, localidad, provincia y código postal);
g) Número de teléfono de la sede social, dirección de correo electrónico y actividad principal realizada;
h) Actas certificadas del órgano decisorio designando autoridades, representantes legales, apoderados y/o
autorizados con uso de firma social;
i) Datos identificatorios de las autoridades, del representante legal, apoderados o autorizados con uso de firma,
que operen en nombre y representación de la persona jurídica, cliente del sujeto obligado.
La norma requiere intensificar estos controles en ciertos casos, concretamente: A). Empresas pantalla; B).
Propietario/beneficiario; C). Fideicomisos; D). Transacciones a distancia; E). Operaciones y relaciones
profesionales con personas de o en otros países que no aplican o aplican insuficientemente en las
recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI); F). Personas incluidas en el listado de
terroristas.
En estos casos deberá aplicarse procedimientos adicionales a los efectos de poder identificar el real perfil del
cliente, debido a que se trataría de estructuras complejas, alejadas del verdadero beneficiario de la operación.
El profesional deberá aplicar todos los procedimientos que considere necesarios según las circunstancias.

Evaluación y conclusiones respecto de las operaciones inusuales: Si de las muestras realizadas, se detecta o
identifica una operación inusual, se debe solicitar al cliente su justificación económica o jurídica o financiera o
comercial o de negocios, lo que fuera aplicable. Esa justificación debe ser siempre en documentos por escrito
(memorándum, documentación, análisis, etc.) y si resulta válida y suficiente, debe documentarse en los papeles
de trabajo del estudio (carpeta de muestras que se tendrá a disposición de la UIF) y se cierra el análisis de la
operación. El mismo procedimiento de dejar constancia en los papeles de trabajo es aplicable si se obtiene
satisfacción por otros medios. Si el equipo de trabajo del estudio no recibe esa justificación, y no se obtiene
satisfacción por otros medios, sin importar el monto de la operación involucrada, se deberán efectuar
indagaciones adicionales al cliente en su máximo nivel, y si, aun así no se recibe una justificación válida y
suficiente, se deberá dar inmediata intervención al titular del estudio y éste analizará la situación.
Si evaluada la operación, se concluye que la misma tiene carácter de sospechosa de lavado de activos, con
independencia de su monto, directamente se informará la transacción a la UIF dentro de los ciento cincuenta
días corridos y siempre antes de emitir el informe de auditoría externa o sindicatura societaria, mediante la
presentación del ROS (Reporte de Operaciones Sospechosas) que deberá formalizarse a través del sitio
https://sro.uif.gob.ar/sro/, según el procedimiento establecido en la R 51/2011 de la UIF o la que la
complemente o sustituya, la generación de un ROS dará lugar a que el titular del estudio complete los datos
pertinentes en el Registro de Análisis y Gestión de Riesgo de Operaciones Sospechosas Reportadas, el cual será
guardado con todas las previsiones de inalterabilidad y su acceso será confidencial y reservado al titular del
estudio. En el caso de tratarse de una operación inusual detectada que tiene el carácter de sospechosa y que
pudiera tener relación con la financiación del terrorismo, con independencia de su monto, deberá reportarse a la

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UIF dentro de las cuarenta y ocho horas corridas de haberse detectado, mediante la presentación del RFT
(Reporte de actividad sospechosa de Financiación al Terrorismo) que deberá formalizarse a través del sitio
https://sro.uif.gob.ar/sro/, según el procedimiento establecido en la R 51/2011 de la UIF.
La generación de un ROS dará lugar a que el titular del estudio complete los datos pertinentes en el Registro de
Análisis y Gestión de Riesgo de Operaciones Sospechosas Reportadas, el cual será guardado con todas las
previsiones de inalterabilidad y su acceso será confidencial y reservado al titular del estudio.

Cuestiones a considerar en la emisión de Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) y Reporte de


actividad sospechosa de Financiación al Terrorismo (RFT): Al momento de emitir un ROS o un RFT
deberán considerarse las siguientes cuestiones: A). No colocar detalles sobre el estudio o sus integrantes en los
campos del reporte (como en la descripción del análisis efectuado) para disminuir el riesgo de que la UIF envíe
información del ROS o RFT revelando la identidad del reportante o del estudio. B). Verificar que los datos de
contacto del SRO (Sistema de Reporte de Operaciones) estén actualizados a efectos de evitar que una eventual
comunicación de la UIF sea dirigida a un domicilio desactualizado. C). Si hay indicios para sospechar que el
cliente reportado o alguien vinculado a éste pueda ser peligroso e intentar tomar represalias (por ej: individuos
de antecedentes violentos; grupos criminales o terroristas; etc.), incluir una nota en el reporte en el campo de
descripción del análisis para que la UIF pueda considerar la situación en caso de elevar la investigación a juicio
y el emisor del ROS o RFT (y en su caso, otros integrantes del estudio) pueda requerir protección personal.

Conclusión: Podemos nombrar a ciencia cierta varias actividades ilícitas e ilegales mediante las cuales se
financian las organizaciones delictivas en la actualidad, que son capaces de destruir sociedades enteras, dentro
de estas actividades encontramos el narcotráfico y la trata de personas que son dos de los más grandes
problemas que enfrentan la mayoría de los países. Las organizaciones que realizan esas actividades ilícitas
necesitan ingresar en el mercado el dinero proveniente de esas actividades ilegales, para poder lograr incorporar
el dinero en el mercado legal realizan una serie de operaciones a través de empresas pantalla o ficticias, entre
otras. La tarea del contador público (auditor externo) consiste en poder detectar estas operaciones inusuales o
sospechosas y denunciarlas ante la UIF. Si bien existe el secreto profesional que obliga al auditor a respetar la
confidencialidad de la información y no utilizarla nunca en beneficio propio, ante estas situaciones, el contador
debe actuar en forma inmediata al no poder identificar el origen de los fondos o no poder obtener una
explicación por parte del cliente sobre los fondos en cuestión, el contador hace uso del art. 21 del código de
ética profesional que indica que puede incumplir el secreto profesional cuando se trate de cumplir con una
obligación legal. El auditor externo, deberá tener pleno conocimiento del cliente, por el principio de “conozca
a su cliente”, estar actualizado en cuanto a la normativa emitida por la UIF y realizar las evaluaciones del
control interno para determinar si los controles impuestos por el cliente pueden dar cumplimiento a las
resoluciones impuestas por la UIF, emitiendo, además, un informe especial anual. Ante la imposibilidad de
justificar una operación inusual o sospechosa, el auditor externo está obligado a emitir un ROS o RFT en el
término de ciento cincuenta días corridos o de cuarenta y ocho horas corridas, respectivamente, si como
consecuencia de la labor efectuada por el profesional se confirmara que, a su juicio, la operación inusual
detectada tiene el carácter de sospechosa. En conclusión, el alcance del auditor externo ante la ley anti lavado
de dinero consiste en detectar operaciones sospechosas e inusuales, analizarlas, obtener una respuesta del
cliente en cuestión y proceder a informar ante la UIF en caso de corresponder, aunque esto sea contrario al
secreto profesional, apoyándose en el código de ética profesional, en caso contrario estará dispuesto a afrontar
las sanciones penales correspondientes. En mi opinión, luego de haber desarrollado el tema en cuestión,
considero que del mismo podrían desprenderse varios temas importantes que se podrían investigar a futuro para
complementar esta investigación, tales como la actuación de las organizaciones sin fines de lucro que obtienen
donaciones y se encuentran en la mira de la UIF sin contar con profesionales idóneos en el tema en cuestión, el
funcionamiento de las empresas pantalla u off-shore, o ahondar aún más en el proceso de lavado de activos de
las grandes organizaciones delictivas a nivel mundial a lo largo de la historia, entre otras.
En cuanto al deber de informar, considero que el mismo violenta el secreto profesional y que podría perjudicar
la relación cliente – contador, pero má sallá de esta consideración también hay que tener en cuenta que el
mismo tiene origen en una normativa profesional mientras que el deber de informar se origina en normativas
nacionales e internacionales las que siempre van a prevalecer sobre cualquier norma profesional.-

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