You are on page 1of 4

80 años de la llegada a Venezuela de la primera misión médico-educativa

cubana
Julio Mosquera

En este año se cumplen ochenta años de la llegada de la primera misión médico-


educativa cubana a nuestro país. Si, así como usted lo lee. La primera misión
médico-educativa cubana llegó a territorio venezolano en 1938. Hecho ignorado
por la mayoría de nuestros educadores. Es muy importante conocer ese hecho,
como muchos otros, para comprender mejor la historia de nuestra educación.
Pero, no solo resulta de ayuda para comprender la historia de la educación, sino
para comprender la educación misma. Por ejemplo, las misiones educativas
cubanas que llegaron a nuestro país durante la presidencia del Comandante
Chávez fueron blanco de despiadados ataques por parte de los opositores a su
gobierno. Los críticos de la oposición enarbolaban la bandera de la sumisión de
nuestra educación a manos de extranjeros. Muchas veces se afirmó que se
trataba de un hecho inédito. Que nunca antes habían venido a nuestro país
extranjeros a colaborar con nosotros en materia educativa. Se propagaba por
todos los medios que entregamos la educación a los cubanos. Hecho curioso,
porque las primeras misiones educativas, y en particular la misión médico-
educativa cubana, fue traída al país por la derecha. En los argumentos oficiales en
defensa del trabajo de esas misiones cubanas nunca oí ni leí que se explicara que
en nuestro país se habían recibido en varias oportunidades misiones educativas
extranjeras. En este artículo me centro en la misión médico-educativa cubana que
arribó a Venezuela en 1938.

La historia de la educación rural en nuestro país es muy reciente. Oficialmente se


puede señalar como fecha de inicio de la educación rural el 27 de diciembre de
1932. En esa fecha fue emitida una circular, por parte del Ministerio de Educación,
mediante la cual se crean las escuelas mixtas rurales. Otro momento importante
ocurrió en 1937, cuando fue creada la sección de Educación Rural en el Ministerio
de Educación. El gobierno envió a grupos de docentes a México y Cuba para
conocer las experiencias en educación rural en esos países y recibir formación en
la materia. Y en 1937 son envidas las primeras misiones rurales a los estados
Cojedes, Guárico, Lara, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Yaracuy y Zulia. En
1938 fue creada la Escuela Rural El Mácaro y más tarde le siguieron otras
escuelas de este tipo. Diecinueve años más tarde entra en funcionamiento un
servicio especial dedicado a la planificación, administración y supervisión de la
educación rural en todo el país. En ese mismo año fueron instaladas las primeras
Escuelas Unitarias y luego una cuantas Escuelas Granja. En estas últimas
escuelas se buscaba combinar la formación académica con la preparación para el
trabajo propio del campo. Vemos así pues, que la historia de la educación rural
formal en nuestro país abarca un período con una duración menor de los cien
años. Y las misiones educativas forman parte de esa historia prácticamente desde
sus inicios. Como dato curioso tenemos que la educación rural en Venezuela se
inicia, no solo tardíamente, sino que en momentos de decaimiento de la economía
agraria y en pleno auge de la nueva economía sustentada en la explotación del
petróleo.
Tampoco debe pensarse que el resto de la educación formal tiene una historia
mucho más larga o que sus logros fueran mucho mejores. Tal como nos relata
Salcedo Bastardo:

“Para 1935 tan sólo alrededor del 10% de la población del país sabe leer y
escribir; más del 60% de los habitantes con edad de diez o más años son
analfabetos (…) el 82% de los niños de siete a catorce años no asisten a la
escuela; los inscritos no de 123.000. Venezuela tiene para ese año: 1.919
maestros federales, de los cuales únicamente 60 son graduados; hay dos
escuelas normales con 115 cursantes en ambas. En toda la República el gobierno
sostiene tres liceos y quince colegios federales—semiliceos--, en suma: 188
cátedras de bachillerato y 1.100 alumnos. La Universidad Central de Venezuela
contaba 1.256 estudiantes, la de Mérida contaba 276.” (citado en Qüenza, 2000, p.
21)

Esa era pues la dramática situación de la educación venezolana en la primera


mitad del siglo XX. Volvamos con el asunto de la educación rural y la primera
misión médico-educativa cubana en suelo venezolano.

Dado el estado de atraso de nuestra educación, el Gobierno del momento


consideró que era vital para desarrollar la educación recurrir a experiencias de
otros países. En particular, en lo que respecta a la educación rural, fijamos
nuestras miradas en experiencias de México. Cuba, Chile y Uruguay. Paises,
como señala Qüenza (2000), que habían logrado importantes avances en materia
de la educación rural y, sobre todo Uruguay, habían asimilado las propuestas de la
llamada “escuela nueva” estadounidense. En particular recibimos influencia de la
experiencia mexicana en educación rural, por medio de la maestra Flor Padrino y
del maestro Luis Padrino, colaborador de Prieto Figueroa, quienes viajaron a ese
país a formarse sobre esta materia. Y de Cuba, Chile y Uruguay por medio de
misiones educativas que vinieron al país desde 1936 hasta 1946.

El 1935 muere el dictador General Juan Vicente Gómez y asume la presidencia de


la república el General Eleazar López Contreras, para el período 1935-1941, quien
fuera Ministro de Guerra y Marina. Termina con la muerte del dictador Gómez la
dictadura más larga del país bajo el liderazgo de un único caudillo militar. El auge
de la industria petrolera obliga al General Conteras a implementar una serie de
reformas políticas y en materia de educación que permitieran amoldar a la
población a esta nueva realidad. El General Contreras presenta ante el Congreso
el Plan Trienal Político Administrativo en 1938. Se delineaban en este plan una
serie de tareas urgentes a realizar bajo el eslogan de la trilogía “sanear, educar y
poblar”. Se señalaba en dicho Plan que era necesario “la penetración de la
enseñanza en los lugares más aislados del país” (citado en Santana, 1999, p. 23),
y que “Las Misiones Rurales, ya iniciadas con éxito, servirán de complemento
eficaz a esta labor de penetración educativa en todos los ámbitos del país” (ibid.).
Las Misiones Rurales ambulantes estaban conformadas por cuatro miembros. Los
miembros de estas misiones eran: un maestro director jefe de la misión, un
agricultor, un higienista y un manualista. Composición que respondía claramente a
la consigna que guiaba su acción: “sanear, educar y poblar”. Lo cual también
reflejaba la composición de la primera misión médico-educativa cubana que arribó
al país en 1938. Esta misión estaba integrada por: la Dra. Blanca Rosa Urquiaga,
el Dr. Gustavo Joy Fernández (maestro de prácticas pecuarias), el Dr. Oscar
Jiménez de Cisneros (médico higienista), el Dr. José María Aguirre (cirugía
dental), el Dr. Alberto Faz Renández, la Sra. Dulce Jiménez (especialista en
industrias rurales) y el Sr. Venancio Aguilar y Ruíz (especialista en oficios rurales)
(Santana, 1999).

Como ya mencionamos, en ese mismo año, en una vieja casona ubicada en la


hacienda El Mácaro, en el estado Aragua, que era propiedad del Dictador General
Gómez, el propio Presidente General López Contreras acompañado de su ministro
de educación, el Dr. Enrique Tejera, inaugura la Escuela Normal Rural El Mácaro.
Precisamente fue la primera misión médico-educativa cubana la encargad de darle
forma a nuestra primera escuela normal rural. Su primera función fue capacitar a
los miembros de las misiones rurales ambulantes, quienes habían presentado
problemas para realizar la misión encomendada. La misión cubana le imprime una
disciplina de carácter militar a la formación de los primeros maestros rurales de
nuestro país. “La referida misión educativa procedente de Cuba pertenecía al
sistema de educación cívico-militar del general Fulgencio Batista, Presidente de
Cuba (…)” (Reyes, 1998, citado en Santana, 1999, p. 25). Su carácter militar y la
manera de conducir la formación de los primeros alumnos en la Escuela Normal
Rural El Mácaro se hacía “(…) visible en los desfiles que a manera de ensayo
hacían los uniformados alumnos por las calles de Turmero (…)” (ibid.). Es curioso
que Reyes no se atreve a llamar Dictador a Fulgencio Batista.

En conclusión, este año se cumplen 80 años de la llegada al país de la primera


misión médico-educativa cubana. Esa misión vino a organizar nuestra primera
escuela normal rural bajo el mandato del General López Contreras, quien fuera
ministro de guerra y marina del dictador Juan Vicente Gómez. La misma fue
enviada a nuestro país por el dictador general Fulgencio Batista y le imprimió un
carácter militar a la formación de nuestros primeros maestros rurales.

Referencias:

Qüenza, E. (comp.) (2000). El Mácaro rescata su historia. Caracas: Ediciones del


Vicerrectorado Académico de Investigación y Postgrado de la Universidad
Pedagógica Experimental Libertador.

Reyes, F. (1998, agosto). La huella macariana. Candelaria, 14.

Santana, L. D. (1999). Notas sobre la historia del I.P.R. “El Mácaro”. Trayectoria
única de la educación venezolana. En J. S. Castillo (ed.), El Mácaro, presencia y
compromiso (pp. 15-41). Caracas: Fondo Editorial de la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador.

You might also like