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TEORÍA DEL PSICOANÁLISIS

Integrantes:
Álvarez Mero Mónica
Loor Delgado María
Reyes Acosta Freddy
Torres San Pedro Carol

4to “A”
Psicología Clínica
LA PULSION

Como último concepto fundamental del psicoanálisis analizaremos la pulsión Para Freud la

pulsión es un concepto fronterizo entre lo anímico o psíquico y lo somático o corporal, como

una representación de los estímulos que se originan en el interior del cuerpo y alcanzan el

alma.

Mientras que para Freud la pulsión la consideraba como un mito, Lacan la consideraba como

una ficción; es decir algo falso.

La pulsión es un proceso corporal del ser cuyo estímulo representa la pulsión en el estado de

ánimo de la vida. Tried (pulsión) hace referencia a la intercepción entre lo somático y lo

mental o psíquico, se distingue por la diversidad de sus fuentes. La actividad mental está

incluida en el principio del placer nivelando las sensaciones del placer, siendo la disminución

psíquica, y el displacer, el incremento de la pulsión. Si no hay cadena de significante no hay

satisfacción pulsional.

La pulsión es esa energía psíquica la cual no es estática, cuya energía se distribuye en el

sujeto, dando paso a una acción y un camino guiado a un fin. Todo esto tiene que ver con la

vida del sujeto, con su historia.

Freud distingue cuatro términos de la pulsión: el empuje (el Drang) que es la fuerza motora,

lo que nos motiva, la fuente (la Quelle) que es donde se origina la excitación, el objeto (el

Objekt) que es donde la pulsión encuentra la satisfacción, y la meta (el Ziel) que es la

obtención de la satisfacción, sin embargo para Lacan estos términos solo pueden aparecer

disyuntos. (Miller, 1964)

El estímulo en el reino animal se denomina instinto, que puede ser de auto conservación o

reproducción y se satisface en el acto, responde a lo natural o a un elemento especifico, tiene


una secuencia temporal y no presenta variaciones; en los seres humanos este instinto al pasar

por el lenguaje toma el nombre de pulsión, como un acto que nos mantiene vivos, que puede

ser sexual, de auto conservación pero también de muerte cuando se deriva a los extremos

como los vicios, alimentos, perversiones, comida, deportes extremos; que actúan como una

fuerza constante que se regula por el principio de placer-displacer. Resaltemos que la pulsión

es permanente, denominada por Freud como DRANG (estimulo interno de propiedad

universal), que ubicado al nivel de la sexualidad es su elemento fundamental (constante con

el Otro).

Freud descubre que hay 2 tipos de pulsiones que no son substancias químicas ni medibles: la

pulsión de vida y la pulsión de muerte.

La pulsión de vida o Yoica, busca la afirmación o conservación del YO, manifestada en la

auto conservación, pulsiones libidinales (huellas mnémicas), narcisismo; que son relativas al

sujeto determinado y que dan paso a relaciones objétales. Esta pulsión siempre va a estar

asociada a nuestra vida y sólo se reflejará en lo somático (cuando aparece una enfermedad),

además de la relación con los demás.

El objeto de la pulsión es cambiable y no tiene fronteras, se satisface pero no se sacia; su

fuente tiene que ver con las zonas erógenas, los orificios húmedos del individuo, de ahí que al

somatizarla los órganos elegidos son de orden no sexual.

La pulsión de muerte que es una regresión a un estado anterior; encuentra su satisfacción en

el displacer, con una compulsión a la repetición cuya única meta es el goce; y, cuando

encuentra un lugar dentro de las fuerzas conservadoras del YO, estas van a responder a lo

mortífero. La satisfacción es propia del sujeto, es algo muy suyo y el objeto “a” es el camino

hacia esa satisfacción; siendo propia dicha satisfacción aún así necesitamos del Otro, es
preciso un objeto. Freud decía que la pulsión no puede estar en el interior del sujeto sino es

por medio del representante.

También hay que decirlo cuando se da la transferencia dará ciertas ocasiones placenteras.

Este pasaje al acto no solo puede llevar al suicidio, sino también a la anulación del sujeto con

lo cual da lugar a la angustia.

Como la pulsión se escapa de lo natural y está relacionado con la cultura, tiene que ver con la

descarga de monto de afecto que pasa por tres destinos posibles: la representación, que

emerge de la conciencia y se vuelve angustia; cabe resaltar que no siempre es susceptible de

represión.

Lacan añade 2 estímulos a los propuestos por FREUD que son el escópico (ACTIN –

PASAJE) y el auditivo (escucho lo que quiero escuchar que da origen a la pulsión).

Lacan indica además que todas las pulsiones son de muerte, porque al buscar en un momento

anterior NADA es como la primera vez, aun cuando el representante sea el mismo, la

satisfacción no lo es, ya ha desaparecido y no existe.


CONCLUSIÓN

Tanto Freud como Lacan tienen sus diferentes perspectivas sobre el concepto de pulsión,

tratando de encajarlo en las reacciones físicas y psíquicas del ser humano, es decir en el

plano fisiológico y anímico. Freud lo enfoca desde la fisiología y el estímulo, haciendo una

diferencia entre los estímulos fisiológicos, que provienen del exterior, que son hechos que se

presentan, se los puede evadir para disminuir la tensión, y los estímulos pulsionales, que

provienen del interior del organismo, estimulan lo psíquico y ejercen una fuerza constante,

interminable, e inevitables.

Freud Expresa también que existen las pulsiones yoicas que tienen que ver con la

conservación de la vida del hombre, haciendo una diferencia entre esas funciones esenciales

de la vida con la función de conservación de la especie, aquellas que surgen para conseguir el

placer, para después cumplir la función de reproducción.

Lacan se basa en el texto de Freud para definir la pulsión, pero a medida que lo va analizando

encuentras discrepancias en tales definiciones. Por ejemplo especifica que el objeto no puede

satisfacer la pulsión. Lacan identifica el objeto de la pulsión como la oralidad (pecho), la

analidad (heces), lo escópico (mirada) y lo invocante (voz), con lo que cada individuo se

relaciona de manera distintiva. Las fuentes vendrían a ser las zonas erógenas (agujeros con

bordes), mecanismos de goce sexual, los cuales se asocian al inconsciente. La sexualidad

tiene un motivo psíquico, que se puede satisfacer sin buscar precisamente la reproducción.
BIBLIOGRAFÍA

Miller, J. A. (1964). El Seminario de Jacques Lacan, libro 11. Los Cuatro Conceptos Fudamentales del
Psicoanálsis. Buenos Aires: Ediciones Paidos.

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