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ISSN: 0258-591X
revista_au@arquitectura.cujae.edu.cu
Instituto Superior Politécnico José
Antonio Echeverría
Cuba
Leyva Fontes, Carmen Julia; Alonso Gatell, Aymeé; Marichal González, Anelis María
El mapa verde. Alternativa para la educación y el mejoramiento ambiental a escala local
Arquitectura y Urbanismo, vol. XXXVII, núm. 3, septiembre-diciembre, 2016, pp. 01-14
Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría
Ciudad de La Habana, Cuba
Arquitectura y Urbanismo
El mapa verde. Alternativa para la educación y el mejoramiento
ambiental a escala local
Carmen Julia Leyva Fontes, Aymeé Alonso Gatell y Anelis María Marichal González.
RESUMEN: El mapa verde brinda posibilidades para su utilización como herramienta en la transformación
del contexto y en la formación de valores ambientales. También facilita la identificación de los problemas y
la concepción de soluciones locales para el mejoramiento de la comunidad. En este trabajo se proponen
acciones que contribuyen a la educación y al mejoramiento ambiental a través de la elaboración del Mapa
Verde de la localidad. Fueron empleados métodos teóricos y empíricos, estos últimos incluyeron la
observación de la realidad y encuestas a vecinos de la comunidad a partir de lo cual se conformó el
diagnóstico ambiental. La investigación se desarrolló con estudiantes de Arquitectura de la Universidad de
Camagüey, ya que este profesional requiere de una preparación sólida en cuanto a conformación,
transformación y conservación del entorno. Los resultados alcanzados incluyen un plegable, una multimedia,
el diseño de un nuevo icono aprobado en Iconos del Sistema de Mapas Verdes y el plan de acciones.
Palabras clave: mapa verde, educación ambiental, formación de valores ambientales, medio ambiente.
Sección: Académicas
Temática: Educación ambiental
Arquitectura y Urbanismo. Vol. XXXVII, No. 3, septiembre- diciembre 2016, ISSN 1815-5898
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Introducción
En los últimos años, los vertiginosos avances tecnológicos y la obtención de ganancias en
términos de bienes y servicios impiden la recuperación del medio natural y conducen a la reducción
de capacidades para mantener la vida en la tierra. Ante la exigencia de solucionar estos problemas,
lo cual implica la recuperación y protección del medio ambiente y con ello el mejoramiento de la
calidad de vida de la comunidad, es imprescindible crear una verdadera conciencia de protección y
cuidado del medio ambiente, en especial en las jóvenes generaciones.
La inquietud mundial acerca del desarrollo social y su consecuencia en el medio ambiente y la
calidad de vida humana en peligro, originó la realización de la Conferencia Mundial sobre Medio
Ambiente Humano en Estocolmo. En ese entonces se le confirió gran importancia a la necesidad de
la educación ambiental, lo cual ha sido enfatizado por diferentes autores (E. Leff 1995, A. Pardo
1996, O. Valdés 1996 y R. Díaz 1999).
La problemática del medio ambiente se ha convertido en una de las mayores preocupaciones
políticas, económicas, sociales y educativas. Ante esta situación se hace necesario incorporar la
educación ambiental al proceso educativo para propiciar el desarrollo de una cultura ambiental.
La revisión y evaluación de la bibliografía consultada evidencia que la educación ambiental es un
proceso educativo que no es exclusivo de los ámbitos escolares, no se limita a la faceta del
conocimiento ya que se extiende a la esfera de lo afectivo, los valores, y busca cambio de actitudes
y comportamientos respecto al medio ambiente.
Algunos autores como J.A Cardona y M.I Figueroa, (1992) tienden a considerar la educación
ambiental como parte de la formación integral con un enfoque educativo que influye en las acciones
que capacitan intelectualmente a los educandos.
En Cuba, actualmente se concede gran importancia al tema, ya que el país dedica grandes
esfuerzos a la protección del medio ambiente, y el desarrollo del hombre nuevo. El Sistema
Nacional de Educación después de 1959, ha incorporado de forma oficial al plan de estudio y al
currículum educacional los temas sobre el cuidado y la protección del medio ambiente, orientado
hacia las causas, los efectos, la prevención, la solución y la participación de los estudiantes en ello.
En este sentido, la educación ambiental, como sistema de influencias debe estar dirigida al
desarrollo de una actitud responsable ante el medio, que debe comenzar en el hogar, extenderse al
barrio, la escuela y la localidad.
En la actualidad, la interrelación entre lo natural, lo social, lo cultural y lo económico requiere de
un equilibrio que favorezca el desarrollo de la humanidad, por lo que es preciso “poner los
adelantos de la ciencia y la técnica de forma integral y armónica en función de la protección del
medio ambiente y del desarrollo económico y social de las comunidades. Para ello también es
necesario que se produzcan profundos cambios en la mentalidad de los hombres y se creen patrones
de conducta sostenibles…” [1], esto demanda incrementar las acciones en torno a la educación
ambiental.
Se considera la educación ambiental como un proceso continuo y permanente que constituye una
dimensión de la educación integral de todos los ciudadanos. Es por ello que lograr la elevación
sostenible de los niveles de educación ambiental, dependerá en gran medida de la organización,
coherencia y capacidad institucional de los sistemas educativos para alcanzar su plena integración
con una activa labor de las instituciones (docentes, científicas y comunitarias, entre otras), orientada
a ese fin.
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La educación ambiental es por tanto un modelo teórico, metodológico y práctico, que trasciende
el sistema educativo y alcanza la concepción medio ambiente- desarrollo [2], que abarca a todos los
grupos de edades, todos los sectores, todos los géneros y grupos sociales.
En este sentido, Hernández (2012) señala: “amplios niveles de participación comunitaria en los
procesos generan y crean sentimientos de pertenencia y compromiso de las personas involucradas,
de ahí que considero de vital importancia este componente tanto para proyectos de desarrollo como
en investigaciones dirigidas a producir cambios perdurables en las relaciones de género en la
comunidad” [3, p.310].
En consecuencia, la educación ambiental es vista como el medio de asegurar que se llegue a
contar con una población informada que comprenda y soporte los cambios requeridos con el fin de
lograr una calidad de vida superior, que promueva los cambios en los valores y modo de vida
acordes con el desarrollo sostenible.
Blas Zabaleta (2004) plantea: la Educación Ambiental se concibe como un proceso permanente
en que los individuos y la colectividad cobran conciencia de su medio y adquieren los
conocimientos, los valores, la competencia, la experiencia y la voluntad capaces de hacerlos actuar
individual y colectivamente para resolver los problemas actuales y futuros del medio ambiente. [4]
De acuerdo con estas condicionantes, la dificultad que este tema resuelve está en el tratamiento de
la educación ambiental de las nuevas generaciones dirigida a una comprensión sistemática de la
realidad ambiental de la localidad para contribuir a su mejoramiento.
Para ello se requiere del empleo de herramientas que faciliten la educación y el mejoramiento
ambiental, una de ellas es el Mapa Verde que tiene como objetivo educar, creando conciencia del
cuidado y conservación del entorno; y constituye además un medio de consulta, información y
actuación.
Es así como el trabajo con los mapas verdes ayuda a los ciudadanos a descubrir múltiples
caminos para vincularse a la conservación y restauración de la ecología urbana, ilustrando la
interconexión entre la sociedad, la naturaleza y el medio.
Como herramienta de prácticas educativas que afirman y generan conocimiento, el mapa verde se
sostiene sobre bases teóricas conceptuales que contribuyen a la comprensión de la tarea al facilitar
la interpretación y ubicación de problemas concretos que constituyen en sí un proceso parcial y que
requieren soluciones prácticas. Este resulta útil en la educación ambiental porque más que
acrecentar los conocimientos busca incidir en comportamientos colectivos en pos de la
sustentabilidad.
El hombre, como contaminador de su entorno y principal afectado por los efectos de tal accionar,
debe abandonar su visión cortoplacista, relacionarse más con el ambiente para no afectar el
desarrollo de las futuras generaciones. Esta estrategia impulsa cambios de actitud en la sociedad,
especialmente en la valoración que hace de los recursos y en las pautas de consumo. Tales objetivos
se cumplen mediante una enseñanza que privilegie la práctica y que tome como ejes a los recursos,
la salud, las áreas naturales, los problemas ambientales y los cambios irreversibles globales.
Por tal motivo, se considera que a través de la elaboración de un Mapa Verde se puede contribuir
al mejoramiento de la localidad y a la formación de valores ambientales que integren la
personalidad de los futuros ciudadanos. En este artículo se exponen las posibilidades que brinda el
Mapa Verde en la adquisición de actitudes comprometidas con la mejora del entorno, la educación
ambiental y la búsqueda de soluciones eficientes que resuelvan problemas ambientales de la
comunidad.
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“En la medida que se logre que las personas vayan conociendo estas realidades, irán elevando su
cultura proteccionista y conservacionista, contribuyendo a la eliminación de malos hábitos y a una
actividad consciente y dirigida a favor de preservar su propio medio” [5].
Materiales y métodos
La confección del mapa verde atraviesa por las etapas de búsqueda de información,
ordenamiento y análisis; elementos que permiten considerarlo como un diagnóstico ambiental
participativo que refleja el estado de la localidad. Como métodos aplicados en la investigación
figuran los teóricos y los empíricos, en particular el histórico lógico y el de análisis y síntesis, así
como la observación participativa y la entrevista; también se emplearon métodos no interactivos
como el registro de los lugares con problemas y valores ambientales, arquitectónicos, culturales e
históricos. La utilización de estos métodos posibilitó obtener criterios sobre los conocimientos que
poseen los vecinos de la comunidad, en lo relacionado con la protección y el cuidado del medio
ambiente y además llegar al conocimiento de la problemática ambiental local y la propuesta de
acciones dirigidas a su solución. El procedimiento seguido para la elaboración del mapa tiene como
base la guía metodológica que propone el Sistema de Mapa Verde a la que las autoras aportan los
dos últimos pasos del proceso como parte del perfeccionamiento de dicha metodología, estos pasos
se consideraron una necesidad para el contexto local como vía para la solución de la problemática
ambiental de la comunidad. Los pasos que se siguieron fueron:
Selección del grupo de trabajo.
El grupo es la unidad básica y funcional del trabajo del mapa, donde se organizan
voluntariamente los que lo confeccionarán para analizar problemas y necesidades de la comunidad,
por lo que constituye un espacio de aprendizaje, se promueve el sentido de pertenencia y se
encaminan los intereses de la comunidad. Este grupo de trabajo lo conforman diez personas
interesadas y comprometidas con los propósitos de la comunidad y sus resultados. Constituyen
actores claves de la localidad, de ellas seis personas activas laboralmente y cuatro no vinculadas al
trabajo, tres profesores y veinticinco estudiantes de la carrera de Arquitectura, de ellos quince de
tercer año y diez de quinto, lo que constituye la mitad de la matrícula (cincuenta alumnos). Estos
estudiantes están asociados a grupos científicos estudiantiles que desarrollan trabajos investigativos
relacionados con el ordenamiento urbano ambiental en Consejos Populares.
Familiarización con la temática.
Se realizó un taller metodológico donde se define la actividad y el alcance de los resultados
esperados. Algunas de las interrogantes que se exploran en este taller son ¿qué es un mapa verde,
quiénes lo hacen, quiénes lo usan, cuál es el objetivo, dónde se puede buscar la información
necesaria para hacerlo, cómo se puede presentar la información de manera interesante y atractiva, y
cómo sugerir el diseño de un Mapa Verde? Este método permitió a los estudiantes, profesores y
vecinos, familiarizarse con el tema e identificarse con la práctica educacional del Mapa Verde.
Selección de la zona objeto de estudio.
Considerando la necesidad de vinculación de los alumnos con el área de estudio y los vecinos de la
comunidad, se seleccionaron las circunscripciones 24, 137 y 170 del Consejo Popular Garrido que
es donde reside la mayoría de los estudiantes seleccionados, y por las condiciones
medioambientales que posee el territorio, expuesto a inundaciones por la cercanía al arroyo Juan del
Toro y su situación desfavorable desde el punto de vista urbano. (Figura 1)
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Este consejo popular fue uno de los primeros que se constituyó en la Ciudad de Camagüey, el 15 de
septiembre de 1992; es uno de los más extensos, con 3.88 km2, y una densidad poblacional de 7308
hab/km2, constituyendo un territorio altamente urbanizado. Se encuentra situado en la parte Sur de
la Ciudad de Camagüey, limitando al norte con el río Hatibonico y la línea del ferrocarril; al sur con
el arroyo Juan del Toro, y las calles 2da, B y 1ra; al este con la Circunvalación; y al oeste con la
Carretera Central, y es una de las primeras ampliaciones del núcleo urbano en el siglo XX. En el
mismo se encuentra una parte del centro histórico de Camagüey, otorgándole gran importancia
desde el punto de vista turístico, cultural y social, por las edificaciones con valor que aún posee, por
contener el parque urbano más grande de Cuba. (Figuras 2 y 3)
Figura 2: Parque urbano. Casino Campestre de Camagüey Figura3: Parque urbano. Casino Campestre de Camagüey.
Glorieta
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Investigación y registro de los lugares con problemas y de los valores a través de íconos.
Se elaboró una guía para el análisis del sitio y se les explicó a los que confeccionarían los mapas.
Posteriormente se hizo un recorrido por la zona con el fin de realizar croquis del área de estudio, en
los que se debían identificar los sitios con problemas ambientales, así como los de mayor
significación para la comunidad, es decir, aquellos que poseen valores ambientales, arquitectónicos,
culturales e históricos, se verifica cuáles son los factores medio ambientales más dañados y se
determinan sus posibles causas. Todo el proceso de preparación y observación se realizó utilizando
el sistema de íconos.
Selección de íconos y organización de sitios verdes.
Terminado el proceso de reconocimiento y observación detallada del área de estudio, se realizaron
sesiones de trabajo conjunto, donde, donde se graficaron mediante íconos seleccionados los lugares
con problemas ambientales, los sitios interesantes y los que se desean transformar.
Confección del mapa.
Con los resultados del trabajo realizado, se elaboró el Mapa Verde (Figura 4). En el mismo se
señalan, tanto los lugares con problemas ambientales como los que constituyen valores ambientales,
culturales e históricos.
Plan de acciones.
El Mapa Verde se complementó con un plan de acciones, que es entregado al Presidente del
Consejo Popular para su gestión y discusión con la comunidad, con el objetivo de lograr el apoyo en
la ejecución de las propuestas.
Control del cumplimiento del plan de acciones.
Una vez realizado el Mapa Verde, se presentó a la comunidad, aprovechando las asambleas de las
organizaciones de masas y administrativas, para establecer el control se designan pioneros
responsables de cada área, que realizan inspecciones dentro de la zona y velan por el cumplimiento
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de las acciones propuestas, también visitan las viviendas y determinan cuales de ellas cumplen los
requisitos para declararse “familia a favor del medio ambiente sostenible” (Figura 5). A cada casa
cumplidora se le entrega una estampilla diseñada por los pioneros que avala esta condición.
Figura 5: Logotipo que avala la condición: “familia a favor del medio ambiente
sostenible”. Fuente: Elaborado por los estudiantes.
Resultados
El proceso de mapeo comunitario permitió la toma de conciencia de la problemática ambiental
local y la efectiva participación de los individuos en la búsqueda de alternativas de solución a partir
de las iniciativas locales [6]. El trabajo contribuye a la formación de valores, rescata la historia de
los lugares y facilita una mejor preparación de las comunidades en la promoción del desarrollo
sostenible [7].
En este contexto, los resultados de la práctica desarrollada en el Consejo Popular Garrido, se
agrupan en las dimensiones de educación, gestión ambiental y social.
Educación:
Durante la confección del Mapa, se lograron cambios favorables en las actitudes de los actores
sociales que participaron, creando conciencia y responsabilidad en lo relacionado con la
conservación y protección del medio ambiente, lo que contribuye a crear una cultura de relación
íntima del hombre con la naturaleza. En este sentido, se refuerzan valores patrióticos, éticos y
culturales, entre otros, destacándose: el colectivismo, la solidaridad, el sentido de pertenencia, y
la propuesta y ejecución de medidas para solucionar los problemas ambientales en la
comunidad.
Los resultados de la investigación ambiental que realiza el grupo científico estudiantil en los
consejos populares se llevó a la comunidad, involucrando a los tomadores de decisiones en la
misma.
Se logró desarrollar en los estudiantes capacidades para la investigación y la búsqueda de
soluciones a partir del conocimiento de la realidad que los rodea, y la posibilidad de educarlos
en los principios transformadores de cómo quisieran que fuera su comunidad, en función de
lograr un mejor lugar para vivir.
Se aplicaron las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en las diferentes
escalas en la elaboración del Mapa Verde.
Gestión ambiental:
Reforestación de áreas teniendo en cuenta el tipo de suelos, rescate de especies autóctonas, e
incremento de árboles frutales y maderables en dependencia del destino de esta.
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Discusión
El inmenso caudal de conocimientos acumulados durante más de cinco años de trabajo e
investigaciones por los profesores del Departamento de Arquitectura, posibilitó el inicio de esta
experiencia pedagógica en el curso 2005-2006. A partir de esta fecha se incorporaron nuevos
contenidos en los programas de clases, a través de distintas acciones, tales como: trabajos extra-
clases y prácticos así como otras actividades curriculares con el propósito de ampliar la formación
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Los valores estéticos se refieren a aquellos que definen el modo de llevar a cabo las prácticas
culturales según determinadas concepciones de belleza. La arquitectura refleja estos valores
mediante la calidad de las formas visibles. Además debe desarrollar los valores artísticos, si
estamos considerando que es un proceso de creación.
El elemento volitivo en la formación del arquitecto requiere de una preparación sólida en lo
relativo a la conformación, transformación y conservación del entorno natural y construido,
desarrollar su capacidad investigativa consolidando un método de trabajo para la solución de tareas
con aportes técnico-económicos y estéticos, elevar su capacidad de evaluar críticamente proyectos
y obras arquitectónicas, ampliando aptitudes para transmitir información a través del lenguaje oral
y de sus obras; también debe conocer técnicas y métodos de dirección que le permitan
operativamente la elaboración de proyectos y la ejecución de obras.
Lo complejo de su formación es lograr que el estudiante, al enfrentar los problemas
profesionales, establezca una interrelación entre las disciplinas, manteniendo esencialmente sus
marcos teórico-metodológicos, propiciando la articulación de los conocimientos en torno al objeto
de estudio para identificar su problemática y proponer la solución acorde con la realidad del
contexto y donde prime funcionalidad, expresividad y posibilidad de construirse para satisfacer lo
que llamara Martí “el anhelo de perfecta hermosura”.
Considerando estas particularidades, la confección del mapa verde constituye una herramienta
útil para su formación integral y en particular para su educación ambiental. Para el trabajo se
establece la escala de ciudad, o sea, confeccionar el Mapa Verde de la ciudad, con el fin de motivar
la elaboración de mapas locales. Esta escala y el objetivo planteado permiten que los estudiantes
tengan que enfocar la solución del problema multidimensionalmente y realizar trabajos
interdisciplinarios, al integrar los conocimientos adquiridos en las diferentes disciplinas. Además,
requiere de la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación.
Para ello se establecieron dos tareas, los estudiantes de tercer año confeccionaron el plegable
(Figura 6), que contiene los sitios culturales, patrimoniales y ambientales más importantes de la
ciudad, así como aquellos que constituyen un problema ambiental que requieren pronta atención.
Para su confección se realizaron amplias revisiones bibliográficas, recorridos y observaciones para
identificar los sitios de mayor significación para la comunidad, relacionados con la sociedad y el
medio natural, realizando croquis y tomando imágenes.
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Por su parte, los estudiantes de quinto año elaboraron una multimedia con el Mapa Verde de la
ciudad de Camagüey a partir de los resultados expresados en el plegable, Durante el desarrollo de
este trabajo los estudiantes profundizaron en los diferentes sectores de la ciudad, estudiando su
problemática y expresándola gráficamente con el auxilio del sistema de íconos, con el propósito de
realizar mapas locales de Consejos Populares. (Figuras 7 a 10)
Figura 9: Interface del Mapa Verde de la ciudad de Figura 10: Sitios Verdes de la Ciudad de Camagüey
Camagüey Fuente: elaborado por el equipo de estudiantes de 5to año
Fuente: elaborado por el equipo de estudiantes de 5to año de de arquitectura.
arquitectura.
Como resultado de este trabajo se diseña el ícono que identifica a los criadores de aves
ornamentales (Figura 11), el cual fue aprobado e incluido en el sistema de íconos internacionales, el
cual fue publicado oficialmente en el folleto “Mapa Verde, una mirada al desarrollo local”. [13]
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Referencias bibliográficas
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el siglo XXI. La Habana: Editorial José Martí, 2001, p. 64.
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[3] HERNÁNDEZ, C. “El género en el trabajo comunitario”. En: BIDART, L. y colectivo de
autores. Mapa Verde en el contexto cubano. 1ra ed. La Habana: Publicaciones Acuario, Centro
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[4] ZABALETA, P.B. “Respuesta educativa a la crisis ambiental”. En: MC PHERSON, M., y
colectivo de autores. La educación ambiental en la formación de docentes. La Habana: Editorial
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www.revistafuturos.info/futuros_3/mapa_verde1.htm.
[7] BIDART, C. L, VENTOSA, Z. M, Y RODRÍGUEZ, V. D. Mapa Verde: una mirada al
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[9] BIDART, L, VENTOSA, M.L, y RODRÍGUEZ, D, Mapa Verde: una mirada al desarrollo
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[10] Especialistas Centro Félix Varela. “Patrimonio, Identidad, Medio Ambiente” [en línea]. En:
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Disponible en:
http://www.cubarte.cult.cu/paginas/actualidad/columna.detalle.php?id=7006&id_columna=PAT
RIMONIO,%20IDENTIDAD%20Y%20MEDIO%20AMBIENTE
[11] VENTOSA, M. L, RODRÍGUEZ, D, BIDART, L. et al. Mapa Verde: Una experiencia
cubana. Complejidad 2004. La Habana. CD-ROM, ISBN 959712-4335.
[12] CÁRDENAS, E. “Problemas de Teoría de la Arquitectura”. México: Editorial Universitaria,
1998. p. 1.
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Arquitectura y Urbanismo. Vol. XXXVII, No. 3, septiembre- diciembre 2016, ISSN 1815-5898