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"El treinta por ciento de las personas que toman estos medicamentos no experimentan
un efecto", dijeron Yumiko Saito y Yuki Kobayashi. Ambos son neurocientíficos en la
Escuela Superior de Artes y Ciencias Integradas de HU. "Obviamente, necesitamos un
nuevo medicamento! Necesitamos otra explicación para lo que podría causar la
depresión".
Este estudio se basa en un trabajo previo en el que su equipo encontró que RGS8
controla un receptor hormonal llamado MCHR1. Las partes del cerebro involucradas
con el movimiento y la regulación del estado de ánimo muestran signos de expresión de
RGS8. La MCHR1, cuando está activa, ayuda a regular las respuestas del sueño, la
alimentación y el estado de ánimo. Los investigadores encontraron que RGS8 desactiva
MCHR1 en células cultivadas.
Por lo tanto, la idea es que menos RGS8 significa mayor comportamiento deprimido.
Sin embargo, este efecto nunca había sido examinado en un ser vivo. Aquí, el grupo de
Saito estudió la depresión en ratones en dos ámbitos: a nivel de comportamiento y a
nivel inmunohistológico.
Primero, los ratones hicieron una prueba de natación, que es un método común de
análisis de comportamiento para evaluar los comportamientos depresivos en los
animales. Los investigadores miden el tiempo en que cada ratón estuvo activo, luego lo
restan del tiempo total de prueba, lo que deja a los investigadores con un período de
inmovilidad.
Los ratones con más RGS8 en su sistema nervioso registraron tiempos de inmovilidad
más cortos que aquellos con una cantidad normal de RGS8. Sin embargo, cuando se
administra un fármaco antidepresivo que actúa sobre las monoaminas, los ratones RGS8
tuvieron tiempos de inmovilidad aún más cortos. Sin embargo, cuando a los ratones se
les administró un medicamento que impide que MCHR1 funcione, el tiempo de
inmovilidad no cambió.
El equipo descubrió que los ratones RGS8 no solo tenían un comportamiento menos
deprimido que aquellos sin RGS8 extra, sino que también tenían cilios más largos. Es
decir, los ratones que tomaron el medicamento que detuvo el funcionamiento de
MCHR1 tenían cilios más largos.
En los últimos diez años, los científicos han visto que los cilios disfuncionales están
asociados con trastornos como la obesidad, la enfermedad renal y la enfermedad de la
retina. No se sabe mucho sobre su relación con los trastornos del estado de ánimo. Estos
hallazgos llevaron al grupo de Saito a pensar que RGS8 es un candidato prometedor
para el desarrollo de nuevos fármacos antidepresivos, que es un foco para futuros
experimentos.