INSTITUCIÓN DE LA CENA DEL SEÑOR.
El celebrar la “Santa Cena”, en segundo lugar:
1 Corintios 11: 23-26
Amados hermanos: hoy, como cada domingo, estamos reunidos en este
lugar santo para recordar a nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Este
culto es un acto sagrado que llamamos: “Santa Cena”, “Cena del Señor”
o “Culto de Comunión”, y consiste en participar de estos símbolos (pan
y vino), los cuales representan el cuerpo y la sangre de Cristo.; y esto lo
hacemos para cumplir con una ordenanza de nuestro Señor. El celebrar
este acto nos obliga a leer 1 Cor 11:23-26.  Leerlo.
Esta narración del apóstol Pablo puede traer a nuestra memoria muchos
pensamientos. Quiero considerar algunos de manera breve.
El celebrar la “Santa Cena”, en primer lugar:
A. Es un acto de obediencia y amor al Señor.
“…haced esto en memoria de mi” (v. 24-25). Si hay algo que Dios
demanda de nosotros es obediencia. Al Señor le agrada que le
obedezcamos a ÉL y a su Palabra. Dice 1 Samuel 15:22
“…Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar
atención que la grosura de los carneros”. Hermanos, obedecer al
Señor y a su Palabra es una muestra de que amamos al Señor.
Nosotros nos reunimos cada domingo a celebrar este culto por esta
razón: porque le amamos y queremos obedecerle.
Hemanos, que hermoso es celebrar este culto por obediencia a
nuestro Señor y a su Palabra!
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B. Es satisfacer un deseo del Señor
El recordar la persona de nuestro Salvador Jesucristo es un deseo que
viene del mismo corazón de nuestro Señor, y esto me hace pensar en lo
frágil que es nuestra mente humana. Creo, que si hay una característica
que identifica al hombre de hoy es que olvida fácil; aunque cabe aclarar,
que muchas veces, el que se nos olvide algo no es propiamente
intencional.
Hoy está muy de moda lo que es la Neurociencia, una disciplina que
estudia el Sistema Nervioso y su relación con la Salud Mental.
Recientemente estuve leyendo un artículo sobre cómo funcionan el
recuerdo y el olvido, y algo interesante que leí es lo siguiente:
- …, la incapacidad para recordar se debe a que la memoria
está relacionada con el estado fisiológico del cuerpo o con
nuestra situación exterior.
Esto nos indica que hay causas físicas que pueden provocar el olvido:
mala nutrición, falta de ejercicios, entre otras.
- Cuando comenzamos a olvidar cosas habituales, lo que más
tememos es que eso sea el principio de una grave
enfermedad, como el alzhéimer.
Una de las recomendaciones para evitar el Alzheimer es practicar juegos
que ejerciten la mente, como: dominó, ajedrez, barajas, ejercicios de
memorización.
De la misma manera, nuestro Señor, que conoce la debilidad de nuestra
mente, nos aconsejó mantenernos activos haciendo memoria de él.
Recordar a nuestro Señor en su muerte, debe ser un ejercicio constante
en la iglesia de hoy. Es cierto que no especifica cuantas veces, “Así,
pues, todas las veces que comiereis este pan, …” (v. 26), que bueno que
nosotros lo hacemos como los apóstoles: cada primer día de la semana.
Tambien dice el artículo:
- Recordamos lo verdaderamente importante, lo que es
capaz de emocionarnos, porque activa en nosotros las
regiones cerebrales y las hormonas que ayudarán a
guardar ese recuerdo.
Recordar al Señor es para nosotros su pueblo lo verdaderamente
importante, porque activa en nosotros las hormonas que nos recuerdan
su vida, una vida de amor, de bondad, de perdón, de misericordia, de
servicio; en fin, todo lo que ÉL es y lo que fue su ministerio aquí en la
tierra, al venir en rescate de una humanidad perdida, entre los que
estábamos tu y yo hermanos, y tu también querido amigo.
El celebrar la “Santa Cena”, en tercer lugar:
C. Es anunciar su muerte
1 Cor. 26 “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis
esta copa, la muerte del Señor anuncias…”, de manera que al hacer
memoria de su obra, estamos anunciando que Cristo murió.
a) Es un hecho irrefutable. No se puede negar.
39 Yel centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar
había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.
Marcos 15:39
b) Cristo sufrió. Pensar en todo el dolor: traicionado, vendido por
30 piezas de plata, acusado falsamente, burlado, escupido,
escarnecido y despreciado, abandonado, azotado, crucificado,
sus manos y pies perforados, le dieron a beber vinagre, su
costado traspasado, echaron suertes sobre sus ropas. (Isaías 53 y
los evangelios nos hablan de esto).
Todo este dolor y sufrimiento fue por mí y por ti, ¡cómo no
anunciarlo! No podemos callarlo. Todo esto fue el precio que
Cristo pagó por nuestros pecados, para que hoy usted y yo
pudiéramos tener Salvación y vida eterna.
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El celebrar la “Santa Cena”, en cuarto lugar:
D. Es una muestra de que esperamos su venida.
26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa,
la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
¡El Señor no quedó en la tumba, ÉL resucitó!
1 Cor 15:3-4
…” 3 porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que
Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue
sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; …”
Así como es un hecho irrefutable el que Cristo murió, también es un
hecho irrefutable el que Cristo resucitó; hermanos, amigos “ÉL
resucitó”. La resurrección de nuestro Señor Jesucristo es la base de
nuestra fe. Estamos aquí en esta mañana porque servimos a un Dios que
resucitó y vive para siempre. Si no fuera así, que sería de nosotros. El
apóstol Pablo en 1 Cor 15:14 declara: “Y si Cristo no resucitó, vana es
entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe”.
Tengo una compañera en la Universidad que me dice: “Cómo tu puedes
creer en lo que tu no ha visto”, simplemente le contesto: “no lo he visto
pero lo siento”. Hermanos, amigos, ese Cristo que nosotros servimos y
adoramos en esta tarde es real. Es real porque aunque no lo hemos visto,
lo sentimos en nuestros corazones.
Dice el escritor a los hebreos hablando de la fe:
1Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio
los antiguos. 3 Por la fe entendemos haber sido constituido el
universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue
hecho de lo que no se veía.
Hermanos y amigos, hay una esperanza para los que creen en Cristo.

Juan 14:3
3Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os
tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también
estéis.

Bendito sea nuestro Señor Jesucristo en esta mañana y todos los días de
nuestras vidas. Quiera el Señor que al recordar la muerte de nuestro
Señor, podamos recordar que estamos:

1. Obedeciéndole a él y a su Palabra
2. Satisfaciendo un deseo del Corazón de Dios
3. Anunciando su muerte
4. Mostrando nuestro deseo de que el vuelva

Dios nos bendiga!