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DERECHOS DE LOS TRATADOS , CONVENCIÓN DE VIENA DE 1969.

La expresión “tratado” es usada para abarcar un sinnúmero de acuerdos internacionales


celebrados generalmente entre Estados. Estos acuerdos reciben denominaciones diversas:
tratados, convenciones, pactos, declaraciones, cartas, concordatos, protocolos, modus
vivendi o convenios. Algunos tienen un carácter cuasi-legislativo y otros puramente
contractual, pudiendo establecer obligaciones referidas a nuevas áreas del Derecho
Internacional o codificando, clarificando o complementando obligaciones de carácter
consuetudinario.
Convención de Viena de Derecho de los Tratados (1969)
El Derecho de los Tratados ha sido codificado en la Convención de Viena de Derecho de
los Tratados (CV) que entró en vigor el 27 de enero de 1980 . Fue suscrita por Chile el
23 de mayo de 1969 entrando en vigor para Chile el 9 de mayo de 1981. La Convención
se aplica sólo a los tratados celebrados con posterioridad a su entrada en vigor Art. (4),
sin embargo es importante destacar que gran parte de sus disposiciones tienen un carácter
consuetudinario y por tanto son de aplicación general.
Definición
El Art. 2(1)(a) CV define tratado para los efectos de la convención como:

“..un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por
el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más
instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular”

Entre algunas definiciones doctrinarias podemos citar:

Rousseau: “Cualquiera que sea su denominación, el tratado se nos presenta como un


acuerdo entre Estados destinado a producir efectos jurídicos”
Guggenheim: “Un acuerdo internacional, consignado en un instrumento único o en dos
o más instrumentos conexos, y cualquiera que sea su denominación particular”

Schwarzenberger: “Acuerdos entre sujetos del derecho internacional, creadores de


obligaciones vinculantes en derecho internacional”.

Barberis: “Se puede definir el tratado internacional expresando que se caracteriza por
ser creado mediante una manifestación de voluntad común de dos o más sujetos de
derecho de gentes con capacidad suficiente, tendiente a establecer una regla de derecho
en el orden jurídico internacional y que está regida directamente por este
ordenamiento”.

Benadava: “Un tratado es un acuerdo internacional celebrado generalmente entre


Estados, regido por el derecho internacional y destinado a producir efectos jurídicos”.

De las definiciones anteriores podemos concluir que un acuerdo para tener el carácter de
tratado debe reunir las siguientes características:
a) Acuerdo de voluntades. Los tratados son un acuerdo de voluntad entre las partes, los
tratados son al derecho internacional lo que los contratos son al derecho privado, un
acuerdo de voluntades destinado a crear derechos y obligaciones.
¿Existe algún límite a la voluntad de las partes? ¿Pueden éstas acordar cualquier cosa?
La respuesta es simple, así como en el derecho interno todo contrato debe tener un objeto
lícito -no estar prohibido por la ley, las buenas costumbres o el orden público-, en derecho
internacional los tratados no pueden ser contrarios a una norma imperativa de derecho
internacional general, las llamadas normas de ius cogens que explicaremos más adelante
al tratar las causales de nulidad y terminación de los tratados.
b) Uno o más instrumentos escritos. Si bien la CV no se aplica a acuerdos no celebrados
por escrito su Art.3 señala expresamente que su carácter oral no afectará el valor jurídico
de tales acuerdos. Esta norma debemos entenderla en asociación con el Art. 102 de la
Carta de Naciones Unidas referido al registro de los tratados.

1. Todo tratado y todo acuerdo internacional concertados por cualesquiera


Miembros de las Naciones Unidas después de entrar en vigor esta Carta,
serán registrados en la Secretaría y publicados por ésta a la mayor brevedad
posible.

2. Ninguna de las partes en un tratado o acuerdo internacional que no haya


sido registrado conforme a las disposiciones del párrafo 1 de este Artículo,
podrá invocar dicho tratado o acuerdo ante órgano alguno de las Naciones
Unidas

La práctica internacional ha conocido casos de acuerdos orales a los cuales se


les ha reconocido su carácter de tratados que generan derechos y obligaciones
internacionales.

LOS ESTANDARES INTERNACIONALES SOBRE DDHH.

Los tratados podemos clasificarlos


a) Según el número de partes, en bilaterales o multilaterales.
b) Si permiten la adhesión de nuevos miembros una vez que han entrado en vigor,
en abiertos o cerrados.
c) Según su forma de negociación, en tratados solemnes o acuerdos en forma
simplificada.
d) Según el tipo de prestación: tratados contratos los que imponen una prestación
única como la cesión de territorio o tratados leyes, los que imponen obligaciones
de carácter permanente por ejemplo la Convención de Derecho del Mar.
Los tratados solemnes por lo general están compuestos de las siguientes partes:
a) Un preámbulo que consta de dos partes: i) Enumeración de las partes contratantes.
ii) La exposición de los motivos que llevan a las partes a contratar, en otras
palabras el objetivo perseguido por los Estados. El preámbulo es de gran
importancia al momento de tener que interpretar el tratado.
b) Parte dispositiva: contiene las estipulaciones celebradas por los Estados, las
obligaciones y derechos.
c) Cláusulas finales: están referidas a la entrada en vigor, ratificación, denuncia,
reservas, idiomas etc.
d) El tratado puede contener además anexos.
La Celebración de un Tratado Solemne
a. Negociación
La negociación no es otra cosa que lograr el acuerdo de voluntades, las partes darán a
conocer sus pretensiones y tratarán de llegar a un acuerdo mutuamente conveniente. Las
negociaciones deben efectuarse por representantes del Estado en cuestión que estén
provistos de “Plenos Poderes”, no debemos confundir la capacidad del Estado para
celebrar tratados de la capacidad de los representantes del Estado para negociar y
obligarlo internacionalmente.
Por “Plenos Poderes” debemos entender la capacidad, competencia, facultad que la
autoridad competente concede por escrito a una persona para la ejecución de todos los
actos relativos a la celebración de un tratado, la adopción del texto del tratado y para
manifestar el consentimiento del Estado en obligarse por él. Previo a toda negociación,
hay una etapa de verificación de poderes, donde los representantes exhibirán sus poderes
y comunicarán las posibles restricciones que pudieran tener. Esta etapa es suma
importancia ya que como veremos más adelante, la inobservancia de una restricción
específica que había sido debidamente notificada es una causal de nulidad de los tratados.
El Art. 7 CV presume de derecho los plenos poderes de determinadas personas en virtud
de los cargos que ocupan:
 Jefes de Estado, Jefes de Gobierno y Ministros de Relaciones Exteriores para la
ejecución de todos los actos relativos a la celebración de un tratado.
 Jefes de misión diplomática para la adopción del texto de un tratado negociado
con el Estado ante el cual se encuentra acreditado.
 Representantes acreditados por el Estado ante una conferencia internacional o
ante una organización internacional, para la adopción del texto de un tratado en
tal conferencia u organización.

La negociación efectuada por una persona desprovista de plenos poderes o de los cargos
señalados anteriormente debe ser confirmada por el Estado, de lo contrario no surtirá
efecto jurídico alguno Art.8 CV.
Adopción del texto
Finalizada la negociación y alcanzado el acuerdo entre las partes, estas deben proceder a
adoptar el texto. El Art.9 CV establece como regla general que la adopción se efectuará
por el consentimiento de todos los Estados participantes en su elaboración, en otras
palabras por unanimidad. Sin embargo, reconociendo la dificultad de la regla de la
unanimidad, especialmente en tratados multilaterales, señala en su numeral 2° que
tratándose de una conferencia internacional se efectuará por mayoría de 2/3 de los Estados
presentes y votantes, a menos que por igual mayoría decidan aplicar una regla diferente.
La adopción del texto no genera obligación alguna.
Autenticación del texto
La autenticación es el medio por el cual un tratado quedará establecido como auténtico
(genuino) y definitivo. Las partes han negociado, adoptado el texto y ahora mediante la
autenticación quieren señalar que no será posible hacer modificaciones al texto y que será
ese texto el que deberá ser firmado, aprobado y ratificado por las partes. La autenticación
se realizará mediante el procedimiento que señalen las partes y en caso de silencio
mediante la firma o rúbrica puesta por los representantes de las partes negociadoras.
Art.10 CV.
El artículo 320 de la Convención de Derecho del Mar (CONVEMAR) señala:

Textos auténticos

El original de esta Convención, cuyos textos en árabe, chino, español,


francés, inglés y ruso son igualmente auténticos, será depositado, teniendo
en cuenta lo dispuesto en el párrafo 2 del artículo 305, en poder del
Secretario General de las Naciones Unidas.

Firma del Tratado

Para conocer los efectos de la firma debemos saber en que circunstancias esta ha
procedido:

1. La firma de un tratado puede significar simplemente la autenticación de su


texto (caso anterior).

2. Para el caso que la firma esté sujeta a ratificación, aceptación o aprobación, la


firma no es la manifestación del consentimiento para obligarse por un tratado.
Existe acá cierta duda respecto a cual es la relación existente entre las partes
en el tiempo que va desde la firma hasta la ratificación, aceptación o
aprobación en su caso. El tratado, a menos que sea declaratorio de derecho
internacional consuetudinario, no será obligatorio para las partes hasta que no
sea ratificado.

En el caso de La Plataforma Continental del Mar del Norte, (CIJ 1969) la


República Federal de Alemania era signataria de la Convención de Ginebra
sobre la Plataforma Continental de 1958 pero no la había ratificado. La Corte
señaló que el Art. 6 de esa Convención no era oponible a Alemania porque su
firma era sólo un primer paso pero no significaba ratificación, por tanto no era
parte de la Convención y no estaba contractualmente obligada por sus
disposiciones.

Con todo, el Art. 18 CV señala que el acto de la firma crea una obligación de
buena fe para el firmante consistente en no realizar actos que puedan frustrar
el objeto y fin del tratado y poner en marcha el mecanismo que conducirá a la
asunción de la obligación definitiva. Por tanto, la firma confiere al Estado
signatario un status limitado con respecto al tratado si bien es difícil definir la
naturaleza de dicho status. La CIJ en su Opinión Consultiva respecto a la
Convención de Genocidio señaló que la firma otorgaba a los Estados un status
provisorio que los autorizaba para formular objeciones a las reservas hechas
por otros signatarios. De lo anterior, podemos concluir que un tratado firmado
es más que un simple proyecto si bien aún no es un tratado concluido, para
algunos se trataría de un acto sujeto a una condición suspensiva.

Debe dejarse claro que la firma nunca lleva consigo una obligación de
ratificar.

Esta es la situación general de un tratado solemne que una vez firmado deberá
ser sometido a los trámites constitucionales o legales respectivos, en el caso
chileno deberá ser aprobado por el Poder Legislativo y después ratificado por
el Ejecutivo, sólo ahí el tratado llega a ser obligatorio en el plano internacional.

3. Cuando el tratado no está sometido a ratificación, aceptación o aprobación, la


firma significará el consentimiento de obligarse por el tratado. Esta situación
especial está regida por el Art. 12(1)(a) CV:

El consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado se manifestará


mediante la firma de su representante: cuando el tratado disponga que la
firma tendrá ese efecto.

Ratificación del Tratado


La ratificación es el acto jurídico internacional por el cual el Estado manifiesta su
consentimiento de obligarse por un tratado. Para el caso de un tratado solemne celebrado
por Chile se trata de una declaración hecha por el Presidente de la República por la cual
señala expresamente que una vez cumplido los trámites internos de aprobación del tratado
por el Congreso, el Estado de Chile viene en obligarse internacionalmente por el Tratado.
Por este acto, entra en vigor el tratado en el plano internacional y las contrapartes pueden
exigir su cumplimiento o hacer efectiva la responsabilidad del Estado por incumplirlo.
ELEMENTOS DE LA EXISTENCIA Y VALIDEZ DE LOS TRATADOS.

Efectos Jurídicos
Regla general: los efectos jurídicos que producen la aceptación y la objeción de una
reserva alcanzan sólo a las relaciones entre el reservante y cada uno de los demás
aceptantes u objetantes Arts. 20(4)(a)(b) y 21CV.
En las relaciones entre reservante y aceptante, las disposiciones del tratado se modifican
en la medida prevista por la reserva Art. 21(1)CV.
Según lo establecido en el Art. 20(4)(b)CV, la objeción no impide la entrada en vigor del
tratado entre reservante y objetante, aplicándose las disposiciones convencionales con
excepción de las afectadas por la reserva. Pero, el objetante puede también manifestar su
intención de que el tratado no entre en vigor en sus relaciones con el objetante,
continuando con los demás contratantes o limitar el alcance de su acto excluyendo la
aplicación de sólo una parte del tratado o de las disposiciones que estime vinculadas a las
que han sido reservadas, siempre que sea posible la divisibilidad del tratado.
Situaciones especiales
La Convención prevé dos situaciones especiales que tienen por objeto salvaguardar la
integridad del régimen convencional e impedir las objeciones:
1) El Art.20(2)CV dispone que una reserva exigirá la aceptación de todas las partes
cuando el numero reducido de negociadores y el objeto y fin del tratado se desprenda que
la aplicación de éste en su integridad ha sido condición esencial del consentimiento de las
partes.
2) El Art.20(3)CV referido a un tratado constitutivo de una organización internacional y
se disponga que la reserva debe ser aceptada por algún órgano competente de dicha
organización. El órgano competente para aceptar la reserva y la forma de aceptación habrá
que buscarla en las reglas de la propia organización.
Retiro de las reservas y objeciones
Las reservas una vez formuladas producen sus efectos en forma indefinida, a menos que
medie disposición en contrario. El retiro de una reserva es un derecho permanente de las
partes que las formulan, sometiéndose a los mismos requisitos formales de su formulación
no siendo necesario el consentimiento de las partes que la aceptaron. Los efectos del retiro
se producirán desde el momento de la notificación a las demás partes contratantes por el
depositario, a menos que el tratado disponga otra cosa Arts 22(39(a), 77(1)(e) y 78CV.
Si es posible para el Estado retirar una reserva, nada impide que la modifique reduciendo
su alcance (quien puede lo más puede lo menos).
El régimen de retiro de las objeciones sigue el mismo principio del retiro de las reservas,
en cualquier momento un objetante puede retirar su objeción, debiendo notificar su
revocación surtiendo efecto desde que ha sido notificada al autor de la reserva.
Estas normas están claramente establecidas en el DI, sin embargo frecuentemente generan
problemas en el ámbito interno. La Ley de Reforma Constitucional N° 20.050, de 26 de
agosto de 2005, vino a suplir el vació existente en el ordenamiento constitucional chileno
referido a la materia. El Art.54 de la Constitución establece en su nueva redacción:
Son atribuciones del Congreso:
1) Aprobar o desechar los tratados internacionales que le presentara el
Presidente de la República antes de su ratificación (……)
El Presidente de la República informará al Congreso sobre el contenido y el
alcance del tratado, así como de las reservas que pretenda confirmar o
formularle. (inc.2°)
El Congreso podrá sugerir la formulación de reservas y declaraciones
interpretativas a un tratado internacional, en el curso del trámite de su
aprobación, siempre que ellas procedan de conformidad a lo previsto en el
propio tratado o en las normas generales de derecho internacional. (inc.3°)
El retiro de una reserva que haya formulado el Presidente de la República y
que tuvo en consideración el Congreso Nacional al momento de aprobar un
tratado, requerirá previo acuerdo de éste, de conformidad a lo establecido
en la ley orgánica constitucional respectiva. El Congreso Nacional deberá
pronunciarse dentro del plazo de treinta días contados desde la recepción del
oficio en que se solicita el acuerdo pertinente. Si no se pronunciare dentro
de este término, se tendrá por aprobado el retiro de la reserva. (inc.8)
Reservas y los tratados de Derechos Humanos
El problema se presenta en el caso de un acuerdo sobre Derechos Humanos que no prevé
la formulación de reservas y debemos analizar si las reservas efectuadas son o no
compatibles con el objeto y fin del tratado. En otras palabras, que por medio de reservas
se intente bajar el nivel de protección de derechos humanos desvirtuando el objeto del
tratado.
La Jurisprudencia de los órganos de supervisión de los acuerdos de derechos humanos
ha sido constante en resaltar la condición particular de este tipo de acuerdos que los
diferencian de los tratados comunes. La CIJ ya en su Opinión Consultiva relativa a la
Convención sobre Genocidio (1951) afirmó: “en este tipo de tratados, los Estados
contratantes no tienen intereses propios; solamente tienen, por encima de todo, un
interés común: la consecución de los propósitos que son la razón de ser de la
Convención”. Por su parte la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su
Opinión Consultiva OC-2/82 denominada “El efecto de las reservas sobre la entrada en
vigencia de la Convención Americana” señaló “…los tratados modernos sobre derechos
humanos, en general, y, en particular, La Convención Americana, no son tratados
multilaterales del tipo tradicional, concluidos en función de un intercambio recíproco
de derechos, para el beneficio mutuo de los Estados contratantes. Su objeto y fin son la
protección de los derechos fundamentales de los seres humanos, independientemente de
su nacionalidad, tanto frente a sus propio Estado como frente a los otros Estados
contratantes. Al aprobar estos tratados sobre derechos humanos, los Estados se someten
a un orden legal dentro del cual ellos, por el bien común, asumen varias obligaciones,
no en relación con los otros Estados, sino hacia los individuos bajo su jurisdicción”.
El régimen de reservas de la CV, al no reconocer el carácter especial de los tratados de
derechos humanos y al establecer una norma bastante general permite la formulación de
reservas siempre que sean compatibles con el objeto y fin del tratado, sería inadecuado a
este tipo de acuerdos cuyos beneficiarios últimos son los seres humanos y no las partes
contratantes.
El criterio de compatibilidad en la CV queda sometido únicamente a los Estados, que las
objetan o las aceptan mediante su silencio, dejando entonces al criterio de las propias
partes la determinación final del alcance de sus obligaciones convencionales. Partes que
muchas veces actúan motivadas por fines políticos y no pensando en el objeto y fin del
acuerdo.
Diferentes órganos jurisdiccionales internacionales se han pronunciado sobre el tema y
han afirmado su competencia para pronunciarse sobre la compatibilidad de una reserva
con el objeto y fin de un tratado sobre derechos humanos, tratando siempre de buscar la
interpretación más proclive a la máxima protección posible de brindar.
 Corte Europea de Derechos Humanos, Caso Belilos vs Suiza (1988) estimó
la declaración efectuada por Suiza a la Convención Europea de Derechos
Humanos como una reserva de carácter general incompatible con el objeto
y propósito de esta última y por tanto la consideró inválida. Estimó inválida
la reserva pero consideró que Suiza seguía siendo parte del tratado y por
tanto obligada por la Convención.
 La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su segunda y
tercera opinión consultiva: El efecto de las reservas sobre la entrada en
vigencia de la Convención Americana sobre Derechos Humanos OC-2/82 y
restricción a la pena de muerte, OC-3/83 señaló la dificultad de la aplicación
de las normas generales de la CV sobre reservas a los tratados sobre
Derechos Humanos.
 El Comité de Derechos Humanos del Pacto de Derechos Civiles y Políticos
de la ONU en el caso I. Gueye et alii vs. Francia (1989) relativo al pago de
pensiones a 700 miembros senegaleses jubilados del ejército francés
consideró, a pesar de una reserva ratione temporis efectuada por Francia,
tener competencia para conocer el caso pues perduraban hasta entonces los
efectos de la legislación francesa sobre la materia y concluyó que se había
violado el artículo 26 del Pacto
Desde 1993 la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas (CDI) se ha
dedicado a estudiar el tema de las reservas a los tratados, si bien haciendo abstracción de
la especificidad de los tratados sobre derechos humanos, ha concluido que el sistema de
reservas debe ser perfeccionado, dada sus lagunas, sobre todo en lo relativo a reservas no
permisibles.
El régimen de reservas es una de las materias más controvertidas del Derecho de los
Tratados. Para algunos dañan la integridad de los tratados, permiten la desigualdad del
compromiso de las partes, debilitan la autoridad de los tratados de codificación del DI
general y permitirían la existencia de compromisos débiles.
Para otros permite la aceptación y entrada en vigor de tratados multilaterales abiertos,
facilitando una mayor participación sin dañar lo esencial del régimen creado.
DERECHOS HUMANOS Y SU NORMATIVA INTERNACIONAL
La Declaración Universal de Derechos Humanos(DUDH) es considerada generalmente
el fundamento de las normas internacionales sobre derechos humanos. Aprobada en
1948, la DUDH ha inspirado un valioso conjunto de tratados internacionales derechos
humanos. Sigue siendo una fuente de inspiración para cada uno de nosotros, ya sea en
momentos de conflicto, en sociedades que sufren represión, en la lucha contra las
injusticias, y en nuestros esfuerzos por lograr el disfrute universal de los derechos
humanos.

La Declaración supone el primer reconocimiento universal de que los derechos básicos y


las libertades fundamentales son inherentes a todos los seres humanos, inalienables y
aplicables en igual medida a todas las personas, y que todos y cada uno de nosotros hemos
nacido libres y con igualdad de dignidad y de derechos. Independientemente de nuestra
nacionalidad, lugar de residencia, género, origen nacional o étnico, color de piel, religión,
idioma o cualquier otra condición, el 10 de diciembre de 1948 la comunidad internacional
se comprometió a defender la dignidad y la justicia para todos los seres humanos.

A lo largo de los años, ese compromiso se instaló en el campo del derecho, ya sea en
forma de tratados, de derecho internacional consuetudinario, principios generales,
acuerdos regionales o leyes nacionales, y a través de ellos se expresan y garantizan los
derechos humanos. De hecho, la Declaración Universal de Derechos Humanos ha
inspirado más de 80 declaraciones y tratados internacionales, un gran número de
convenciones regionales, proyectos de ley nacionales de derechos humanos y
disposiciones constitucionales que, en conjunto, constituyen un sistema amplio
jurídicamente vinculante para la promoción y la protección de los derechos humanos.

A lo largo de los años, ese compromiso se instaló en el campo del derecho, ya sea en
forma de tratados, de derecho internacional consuetudinario, principios generales,
acuerdos regionales o leyes nacionales, y a través de ellos se expresan y garantizan los
derechos humanos. De hecho, la Declaración Universal de Derechos Humanos ha
inspirado más de 80 declaraciones y tratados internacionales, un gran número de
convenciones regionales, proyectos de ley nacionales de derechos humanos y
disposiciones constitucionales que, en conjunto, constituyen un sistema amplio
jurídicamente vinculante para la promoción y la protección de los derechos humanos.

Con el tiempo, los tratados internacionales de derechos humanos se han ido centrando y
especializando tanto en los temas que abordan como en los grupos sociales que precisan
de su protección. La legislación relativa a los derechos humanos sigue creciendo y
ampliando los derechos y libertades fundamentales que figuran en la Carta Internacional
de Derechos Humanos, abordando asuntos como la discriminación racial, la tortura, las
desapariciones forzosas, las personas con discapacidad, y los derechos de la mujer, los
niños, los migrantes, las minorías y los pueblos indígenas.

En numerosas convenciones, declaraciones y resoluciones internacionales de derechos


humanos se han reiterado los principios básicos de derechos humanos enunciados por
primera vez en la Declaración Universal de Derechos Humanos, como su universalidad,
interdependencia e indivisibilidad, la igualdad y la no discriminación, y el hecho de que
los derechos humanos vienen acompañados de derechos y obligaciones por parte de los
responsables y los titulares de éstos. En la actualidad, todos los Estados Miembros de las
Naciones Unidas han ratificado al menos uno de los nueve tratados internacionales
básicos de derechos humanos, y el 80% de ellos ha ratificado al menos cuatro de ellos, lo
que constituye una expresión concreta de la universalidad de la DUDH y del conjunto de
los derechos humanos internacionales.

El derecho internacional de derechos humanos establece las obligaciones que deben


cumplir los Estados. Al pasar a formar parte de tratados internacionales, los Estados
asumen deberes y obligaciones en virtud del derecho internacional, y se comprometen a
respetar, proteger y promover los derechos humanos. La obligación de respetar supone
que los Estados deben abstenerse de restringir los derechos humanos o de interferir en
su realización. La obligación de proteger exige que los Estados protejan a las personas
o grupos de personas de las violaciones de los derechos humanos. La obligación de
promover significa que los Estados deben adoptar medidas positivas para facilitar la
realización de los derechos humanos básicos.

A través de la ratificación de los tratados internacionales de derechos humanos, los


gobiernos se comprometen a poner en práctica medidas y leyes nacionales compatibles
con los deberes y obligaciones inherentes a esos tratados. En consecuencia, el sistema
jurídico interno proporciona la principal protección jurídica de los derechos humanos
garantizados por el derecho internacional. Cuando los procedimientos jurídicos
nacionales no solucionan las violaciones de derechos humanos, existen mecanismos y
procedimientos a escala regional e internacional para atender las denuncias individuales
y de grupo, con miras a velar por que se respeten, apliquen y hagan cumplir a escala
local las normas internacionales en materia de derechos humanos.

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