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MONTONEROS: EL BRAZO ARMADO DEL

PERONISMO

(Comunicado sobre toma de La Calera, setiembre


de 1970)

Compañeros: los hombres y mujeres que


componemos los Montoneros, brazo armado del
movimiento peronista, hemos asestado un golpe a
la oligarquía gorila, ocupando militarmente la
localidad de La Calera y recuperando armas y
dinero, que serán destinados a la lucha por
construir una Nación Libre, Justa y Soberana.

Lo hemos hecho para demostrar nuestra solidaridad combativa con el


Pueblo Peronista, que ha ganado la calle, que pelea desde las fabricas, en
defensa de legitimas aspiraciones y derechos y como repudio ala farsa
gobernante de turno. Los Montoneros prevenimos al Pueblo de córdoba
contra las maniobras de los gorilas que dentro y fuera del gobierno
quieren embarcarnos en un nuevo fraude electoral, en el que no podamos
votar por Peron acompañados de algunos tránsfugas de siempre, que se
dicen dirigentes peronistas y que repudian la resistencia armada del
pueblo y que quieren elecciones porque saben entonces que el queso será
más grande. El Pueblo debe unirse, sin partidismos sectarios, en torno a
las banderas intransigentes de la resistencia, buscando prepararse,
organizarse, armarse y que sepan los traidores, los vendidos, los
torturadores, los
enemigos de la clase
obrera, que el Pueblo
ya no recibirá
solamente los golpes,
porque ahora esta
dispuesto a
devolverlos y golpear donde duela.

Solo peleando conseguiremos recuperar lo nuestro. Los Montoneros


llamamos a la resistencia armada por una Patria Libre, Justa y Soberana.

Con Peron en la Patria.


PERON O MUERTE
MONTONEROS

Fuente: CEDEMA

1
Ruptura de Galimberti y Gelman con la
Dirección de Montoneros

22 de febrero de 1979

Nosotros, militantes del Movimiento, Partido y


Ejército Montonero, decididos a rescatar el
contenido revolucionario que alimentó la lucha del Peronismo Montonero
hasta hoy, hemos resuelto renunciar a nuestra condición de miembros del
Partido, a nuestro grado en el ejército y a nuestros cargos en el
Movimiento Peronista Montonero, convencidos de que la pertenencia a
estas estructuras se ha convertido en un obstáculo para continuar,
eficazmente, en nuestra lucha contra la dictadura y por la liberación del
Pueblo Argentino.

Frente a las perspectivas que existen de modificación de la situación


argentina, ante el fracaso evidente de la dictadura, resulta imprescindible
resolver positivamente la crisis que afecta a nuestras fuerzas.
Serias razones nos impulsan a tomar esta meditada decisión:

El prolongado alejamiento de la Conducción Nacional del Partido del


territorio argentino, y, en consecuencia, de las condiciones reales en que
se desarrolla la Resistencia Argentina, sumado a la falta del ejercicio
efectivo de la conducción de las fuerzas que luchan en el país, ha
agravado viejas desviaciones nunca corregidas del todo, a la vez que ha
favorecido la aparición de nuevas deformaciones.

Sin la pretensión de enunciarlas todas señalaremos las más graves:

Resurgimiento del militarismo de cuño foquista que impregna todas las


manifestaciones de la vida política de las estructuras a las que
renunciamos. Militarismo que, por otra parte, intenta apropiarse
indebidamente de todas las acciones de Resistencia Armada que lleva a
cabo el conjunto del Pueblo.

Reafirmación de la concepción elitista del partido de cuadros, que ha


generado un progresivo aislamiento de las masas y de sus organismos
reivindicativos naturales.
La reiterada aplicación de prácticas conspirativas de los cuadros del
partido en el seno de los organismos de conducción del M.P.M., destinadas
a tratar de garantizar la hegemonía del partido aun a costa de sabotear el
avance organizativo del conjunto.

El sectarismo maniático que pretende negar toda representatividad en el


campo popular a quien no esté bajo el control estricto del partido, con
consecuencias nefastas para todos los intentos de desarrollar la
organización revolucionaria de la clase obrera.

2
La definitiva burocratización de todos los niveles de la conducción del
partido, cuya máxima expresión es la ausencia absoluta de democracia
interna, que yugula todos los intentos de reflexión crítica, calificándola de
defección o traición, enmarcando la falta de respuesta política con un
triunfalismo irresponsable que no convence a nadie.
Frente a tanto desacierto se levanta la rica realidad que ofrece la lucha de
las masas encabezadas por la clase obrera con el heroico concurso de los
militantes del Peronismo Montonero, que ya no están más dispuestos a
ser sacrificados por una política "putchista" y aventurera que persigue
únicamente mejorar las condiciones de una negociación ya entablada, y
que resulta inaceptable para la dignidad de la Resistencia Argentina.

Que quede claro: renunciamos a estructuras que son un freno para


alcanzar los objetivos que justificaron su creación pero no renunciamos al
Peronismo Montonero, ni a las banderas tras las cuales hemos recorrido
los últimos diez años de vida política argentina: las bandera de la
soberanía política, la independencia económica y la justicia social que
jalonan el camino a recorrer para construir el socialismo en nuestra Patria.

Afirmamos que el fracaso evidente de la Dictadura podrá ser convertido en


una victoria popular definitiva e irreversible, únicamente a través de la
articulación de todas las formas de la Resistencia Popular, con la
contribución del Peronismo Montonero cuyo espacio de masas debe ser
convocado y organizado democráticamente como tendencia dentro del
Movimiento Peronista en cuya unidad debe trabajar consecuentemente.

Queremos señalar también que mientras haya Dictadura habrá Resistencia


Armada Popular, con la participación del Peronismo Montonero y que el
heroísmo que se ha socializado al mismo tiempo que el sacrificio, es
patrimonio del conjunto del Pueblo y nadie tiene derecho ni fuerza para
negociar lo que no le pertenece ni controla.

Finalmente, llamamos a los compañeros del M.P.M. y a los compañeros


honestos del Partido a discutir democráticamente en torno a estas
cuestiones que todos conocen pero de las cuales pocos hablan,
recordando que la Historia también sabrá juzgar los silencios.
Firman, por los compañeros del Peronismo Montonero

Rodolfo Galimberti / Juan Gelman

Fuente: CEDEMA

Sobre la deserción de cinco militantes del


Partido y cuatro milicianos en el exterior

3
Resolución Nro: 045/79
Fecha: 10 de marzo de 1979

Objeto: Sobre la deserción de cinco militantes del Partido y cuatro


milicianos en el exterior.

Visto:

Que, durante los días 14 y 15 de febrero próximo pasado, abandonaron


sus tareas habituales y desaparecieron de sus domicilios, citas y controles
partidarios en el exterior del país, el Capitán Rodolfo Galimberti, el
Teniente 1ro Pablo Fernández Long, el Teniente Roberto Mauriño, el
Teniente Juan Gelman, la sub-teniente Julieta Bullrich (esposa de
Galimberti), y que conjuntamente con ellos, también lo hicieron los
milicianos afectados voluntariamente a tareas partidarias: Miguel
Fernández Long (hermano del ya nombrado), su esposa Di Fiorio, Victoria
Elena Vaccaro (esposa de Pablo Fernández Long) y Claudia Genoud
(esposa de Roberto Mauriño).

Que estos hechos fueron acompañados de una serie de indicios,


proporcionados por los mismos protagonistas, que tendían a señalar que
aquéllos estaban desconectados entre sí y eran motivados por problemas
de seguridad o por la ejecución de planes de carácter reservado en
función de su retorno al país.

Que en el diario "Le Monde" de Francia, con fecha de 25 de febrero, se


publicó una declaración política atribuída a Galimberti y Gelman, sin que
haya sido desmentida por los mismos, enla que manifiestan la renuncia a
una serie de críticas al Partido, sus organismos de conducción y a los
planes partidarios y políticas en desarrollo.

Que posteriormente a estos hechos los nombrados están efectuando una


campaña de denuncias y rumores, particularmente a cargo de Juan
Gelman, en el sentido de que nuestro Partido los habría amenazado en el
exterior.

Que simultáneamente con el abandono de sus tareas y domicilios por


parte de los nombrados, son hurtados de la vivienda de un compañero del
Movimiento Peronista Montonero, fondos destinados a cubrir diferentes
presupuestos del MPM. En esa vivienda vivían Pablo Fernández Long y su
esposa hasta que desaparecen del mismo el día del hurto.

Que en similares circunstancias son sustraídos fondos del Partido que


estaban a cargo de Roberto Mauriño, su esposa y Miguel Fernández Long.

Que todas las personas mencionadas en el primer párrafo no han hecho


saber en ningún caso y por ningún conducto orgánico su decisión de

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renuncia publicitada en Francia y que tampoco han reintegrado el dinero
que tenían en su poder destinado a diferentes tareas en curso, ni los
materiales políticos, de servicios y de seguridad que se hallaban
circunstancialmente en su poder. Agregando a las sustracciones
mencionadas los presupuestos que Galimberti, Pablo Fernández Long y
sus esposas habían recibido para viajar a instalarse en la Argentina, el
total de lo hurtado asciende a U$S 68.750.

Y Considerando:

Que el hecho que hizo detonar esta maniobra conspirativa fue la orden
impartida para el regreso al país, en función de los planes de la
contraofensiva popular, de Galimberti y su esposa, Pablo Fernández Long
y su esposa, hecho que se produjo el 10 de febrero próximo pasado.

Que el lanzamiento de la contraofensiva fue aprobado por unanimidad en


la reunión del Consejo Nacional del Partido, reuniendo en octubre próximo
pasado, publicitado suscintamente en el Organo partidario Evita
Montonera Nro 23 y ratificado plenamente en la reunión de la Conducción
Nacional del Partido del último mes de enero.

Que era conocida y compartida, por todas las personas involucradas en


estos hechos, la concepción del Partido en el sentido que la Resistencia
Popular puso fin a la ofensiva oligárquico-imperialista y la consecuente
necesidad del lanzamiento de la contraofensiva popular.

Que todos los miembros del Partido protagonistsa de estos hechos habían
discutido orgánicamente y acordado que la contraofensiva es una
maniobra de características ofensivas, en la que se debe mantener la
integralidad de la lucha y cuyo eje principal de desarrollo es la
movilización de los trabajadores y la reconquista del poder sindical, siendo
la resistencia de los trabajadores el espacio político propio, principal del
peronismo montonero, representatividad ganada con el acierto político y
heroísmo consecuente con que nuestro Partido inició e impulsó la
resistencia a la actual dictadura, habiéndonos constituido en el único
sector político nacional que promovió, apoyó con su entrega generosa de
sangre y reinvidica con absoluta claridad la masificación y el triunfo de la
resistencia sindical y popular. Que es en este espacio político político, que
legíticamente representamos, en donde desarrollamos nuestro Partido
como expresión orgánica de los trabajadores en el seno del movimiento
popular. Ninguno de los nombrados había puesto reparo alguno a la
política del Partido que sostiene que la reinvidicación de la resistencia de
los trabajadores y la lucha por reconquistar el poder sindical se
constituyen en el punto sobre el cual se forjará la reunificación,
transformación y trascendencia del peronismo.

Que a los fines del lanzamiento de la contraofensiva popular de carácter


masivo e integral, basada en la naturaleza y realidad de la resistencia que

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ha triunfado, concebida como el avance desde la resistencia al poder al
poder sindical, Galimberti y Pablo Fernández Long, junto a sus esposas
habían recibido la directiva de retornar al país en forma inmediata e iniciar
las tareas correspondientes para su aproximación, sin haber manifestado
ni diferencias políticas ni objeciones de carácter personal a esta
resolución. Toda vez que plantearon mayores explicitaciones sobre las
modalidades y características de la maniobra en general y de sus misiones
en particular,
concluyeron las
discusiones orgánicas con
efusivas expresiones de
adhesión y confianza en
la contraofensiva
popular.

Que del mismo modo que


el Partido puso su
esfuerzo humano, político
y material para el
lanzamiento y desarrollo
del Consejo Superior del
Movimiento Peronista
Montonero, ahora, en
concordancia política con
las resoluciones del
Consejo Superior
impartió directivas para
que tres de sus militantes
integrantes del Consejo
Superior del Movimiento
se sumaran la tarea de
desarrollar las políticas y
construcción organizativa
del MPM dentro del país,
debiendo agregarse a los viajes inmediatos mencionados en el
considerando anterior, la instalación definitiva de Juan Gelman en pocos
meses más.

Que el abandono, sin previa comunicación, de las diferentes tareas a las


que se hallaban afectados implica que todos los involucrados mencionados
en estos sucesos han desertado como militantes del Partido Montonero.

Que esta decisión constituye un sabotaje conciente y premeditado a los


planes de contraofensiva en marcha, constituyendo un elemento de
objetiva coincidencia con la necesidad que tiene el enemigo de hacer
fracasar la contraofensiva popular.

Que esta sospechosa coincidencia con los intereses y objetivos de la

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dictadura militar, también se manifiestan en el hecho que esta política
oportunista pretende la división entre el Partido Montonero y el
Movimiento Peronista, e inclusive dentro del mismo Partido; esta división
ha sido un objetivo permanente del enemigo, quien ha fracasado
reiteradamente ante la sólida conciencia, existente en el peronismo
montonero, de que todos unidos triunfaremos. Asimismo esta conspiración
coincide con los intereses enemigos al crear las condiciones para que la
dictadura militar con sus propios agentes, con mercenarios contratados o
eventuales colaboraciones que pudiera recibir, intente asesinar a
miembros del Partido Montonero o del Movimiento Peronista Montonero en
el exterior bajo la excusa justificatoria de enfrentamientos internos. La
cobardía de los desertores no ha llegado a comprender que las víctimas de
una maniobra enemiga de esta naturaleza serían, en primer lugar, ellos
mismos.

Que esta objetiva oposición a la política de contraofensiva popular es una


muestra concreta de castración y oportunismo político. El drama argentino
en la actualidad se origina en la desesperada intención oligárquico-
imperialista de aniquilar a la clase trabajadora argentina, a su vanguardia,
nuestro Partido Montonero y a su sólida unidad política con el conjunto del
Pueblo expresada históricamente en el peronismo. Lo intentan con el
genocidio represivo, con la total marginación económica, política y sindical
y con un programa deliberado de desmantelamiento industrial y
destrucción del país. Es por esto que la verdadera disyuntiva actual para
todo el pueblo y para el propio empresariado nacional consiste en apoyar
exclusivamente uno de los términos de la opción: PODER SINDICAL O
DESTRUCCION NACIONAL.

En este contexto histórico, cuando además la resistencia ha logrado


debilitar a la dictadura, mientras los trabajadores y el pueblo argentino no
tienen más remedio que avanzar en su lucha, pasando de la resistencia a
la contraofensiva como única alternativa de superviviencia, un pequeño
grupo de aventureros, en cambio, puede pretender, en base al
oportunismo político, negociar con el enemigo el sacrificio del conjunto, en
beneficio de intereses personales o de círculo.

La imposibilidad de plantear sin tapujos esta política oportunista en el


seno de un Partido que ha estado, está y estará dispuesto al máximo
sacrificio por la clase trabajadora, por el pueblo y por la Patria, es la
verdedera razón de fondo por la cual los desertores han actuado
conspirativamente conla más absoluta corbardía y cinismo político.

Que las eventuales complicidades, provocaciones y campañas de rumores


de los desertores no modificarán nuestra decisión de respetar
escrupulosamente la soberanía y el poder de policía de estados
independientes en los que inclusive las fuerzas gobernantes de muchos de
ellos han dado muestras indudables de simpatía y respeto por la justa
causa de la resistencia popular argentina.

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Que la justa sanción de los delitos cometidos por los acusados se hará
respetando las disposiciones del Código de Justicia Revolucionaria de
nuestro Partido y la misma se ejecutará en cuanto sea posible su
aplicación dentro del territorio nacional de nuestro país.

Que será preciso determinar si la coincidencia objetiva con los intereses y


objetivos de la dictadura es solamente es solamente el producto del
oportunismo político de los desertores o contiene contactos directos con el
enemigo.

LA CONDUCCION NACIONAL DEL PARTIDO MONTONERO Y LA


COMANDANCIA EN JEFE DEL EJERCITO MONTONERO RESUELVE:

Resolución del Partido Montonero


Fecha: 10 de marzo de 1979

La Conducción Nacional del Partido Montonero y la comandancia en jefe


del Ejército Montonero resuelve:

1- Acusar al Capitán RODOLFO GALIMBERTI (legajo Nº 00583), nacido el


5-5-47; al Teniente 1º PABLO FERNÁNDEZ LONG (legajo Nº 00588),
nacido el 16-11-45, libreta de enrolamiento Nº 4.538.880; al Teniente
ROBERTO MAURIÑO (legajo Nº 00581), al Teniente JUAN GELMAN (sin
legajo); a la subteniente JULIETA BULLRICH (legajo 00678) nacida el 28-
1-44, CF Nº 6.089.066, todos ellos militantes del Partido Montonero y a
los milicianos afectados voluntariamente a tareas partidarias, MIGUEL
FERNÁNDEZ LONG (legajo 00674) nacido el 17-10-54; a su esposa DI
FIORIO (sin legajo); a VICTORIA ELENA VACCARO (legajo 00677) nacida
el 17-11-46, CF Nº5.441.545 y CLAUDIA GENOUD (legajo 00657) en los
términos previstos por el Código de Justicia Revolucionaria, de los cargos
de DESERCIÓN (Art. 5), INSUBORDINACIÓN (Art. 8), CONSPIRACIÓN
(Art. 9) y DEFRAUDACIÓN (Art. 11).

2- Investigar si la objetiva coincidencia con los intereses de la Dictadura


Militar tiene algún punto de contacto directo con la actividad del enemigo
y si responde conscientemente a sus planes,
lo que constituiría el delito de TRAICIÓN
(Art. 4).

3- Convocar a la constitución del TRIBUNAL


REVOLUCIONARIO que preceda a la
realización del JUICIO REVOLUCIONARIO
correspondiente a los fines de la
consideración de la acusación precedente,
solicitando al mismo la aplicación del
máximo rigor que corresponda a la
imposición de las penas por los delitos de

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que son acusados, teniendo en cuenta el daño que los mismos provocan
por la particular circunstancia en que son cometidos, en momentos en que
el conjunto de las fuerzas se están reagrupando a los fines del desarrollo
de los planes de la Contraofensiva.

4- Dejar constancia que cualquiera sea el dictamen del TRIBUNAL


REVOLUCIONARIO se mantendrá la actual doctrina en el sentido que
nuestras fuerzas respetarán la soberanía y el derecho de policía de cada
Estado, absteniéndose de realizar acciones que violenten esta definición
de principio.

5- Comunicar al conjunto del Partido Montonero la prosecución de los


planes para el lanzamiento de la contraofensiva popular, conocedores
como somos de los planes enemigos tendientes a ganar tiempo
haciéndonoslo perder a nosotros, tratando de recomponer su debilidad
actual que no le permite contener el pasaje de la resistencia a la
contraofensiva. Así como ningún traidor ni desertor de los peores
momentos de la resistencia fue capaz de destruir el acierto político de la
consigna "RESISTIR Y VENCER", ningún traidor ni desertor de nuevo cuño
podrá impedir el triunfo político de la nueva consigna de la etapa
"CONQUISTAR EL PODER SINDICAL ES VENCER".

6- Dar a publicidad esta resolución a todas las fuerzas políticas con las
que mantenga relación nuestro Partido.

7- Publíquese en todos los órganos de la prensa partidaria y archívese.

Firman:
Comandante Mario Firmenich
Comandante Raúl Yager
Comandante Fernando Vaca Narvaja
Comandante Roberto Perdía
Comandante Horacio Mendizábal
2º Comandante Domingo Campiglia

FORMACIÓN DE LA MESA PROMOTORA DEL


PERONISMO MONTONERO AUTENTICO

(9 de junio de 1979)

La Corriente del Peronismo Montonero Auténtico


informa la constitución de su Mesa Promotora
haciendo pública su decisióon de seguir impulsando la construcción de:
Las Agrupaciones Sindicales de Base, la Juventud Peronista Montonera
(MPM) y los Nucleamientos Políticos, como estructuras en las que se

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organiza democráticamente el Peronismo Montonero.

En cuanto al exterior, la Comisión de Política Internacional, al mismo


tiempo que solicita el apoyo de todas las fuerzas democráticas,
progresistas y revolucionarias para respaldar la lucha del Pueblo
Argentino, convoca a los compañeros que residen fuera del país a
constituir los Núcleos de Apoyo a la Resistencia Argentina, que,
expresándose como estructuras dinámicas en el seno de los organismos
de solidaridad existentes, deben contribuir a aumentar el nivel de
denuncia para estrechar el cerco contra la dictadura. Estos Núcleos deben
luchar contra toda maniobra que intente absolver a los responsables del
genocidio.

La Mesa Promotora del Peronismo Montonero Auténtico manifiesta:

1.- Su absoluto rechazo a la humillación nacional que significa el papel


asignado por la Trilateral a la Argentina y su repudio a esa política de
hambre y dependencia, y al ministro Martínez de Hoz, instrumento del
sector más reaccionario del capital financiero internacional.

2.- El repudio a todos los planes de recambio de la dictadura militar que


pretenden, justificando el golpe de 1976, mantener la situación de
dependencia y opresión, y a las maniobras de aquellos que buscan
negociar el sacrificio de la Resisntencia a espaldas del Pueblo que la
protagoniza.

3.- Su compromiso con la exigencia popular de democracia irrestricta,


reclamando como único camino para la bésqueda de soluciones la
convocatoria a elecciones libres, sin proscripciones ni inhabilitaciones de
ninguna especie. Sólo el Pueblo tiene derecho a decidir su destino.

4.- Su exigencia del cese de todas las violaciones a los derechos humanos.
Libertad a los ex presidentes Dr. Héctor J. Cámpora y María Estela
Martínez. Libertad a todos los detenidos por defender la causa popular.
Aparición de todos los secuestradores y publicación completa de las listas
de asesinados.

5.- Plena vigencia de los derechos sindicales.

6.- El PMA levanta las banderas de Justicia Social, Independencia


Económica y Soberanía Político que jalonan el camino nacional hacia la
Argentina Pluralista, Democrática y Socialista.

UNIDAD, SOLIDARIDAD Y ORGANIZACIÓN

El PMA, en su carácter de corriente interna del Movimiento Peronista,


expresa:

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Su vocación de unidad, unidad que existe en las bases y se verifica
cotidianamente en la Resistencia, que ratifica el contenido revolucionario
del peronismo. Su voluntad de contribuir al desarrollo de la organización
política de la clase obrera, vanguardia del conjunto del Pueblo en la lucha
por la Liberación Nacional y Social.

Esta mesa promotora orientará a la JPM a la labor de reconstrucción de la


Juventud Peronista. A sus Agrupaciones Sindicales de base, rechazando
toda forma de paralelismo o alternativismo sindical, a fortalecer los
organismos naturales del Movimiento Obrero, agredidos y amenazados
por la Dictadura Militar que hoy pretende coronar su acción
desmantelándonos totalmente. A sus Nucleamientos Políticos, a volcar sus
esfuerzos a la reactivación de las formas de expresión orgánicas del
Movimiento Peronista, puntualizando que la legitimidad de todas las
estructuras de conducción deberán refrendarse a través del pleno ejercicio
de la democracia interna. En consecuencia, en las presentes
circunstancias, nadie tiene derecho a excluir a nadie ni a pactar en
nombre del conjunto.

Finalmente, el PMA impulsará, desde el peronismo, la convergencia con


las demás fuerzas democráticas, en un amplio frente antidictatorial.

PLENA VIGENCIA DE LA RESISTENCIA

La Mesa Promotora del Peronismo Montonero Auténtico ratifica su decisión


de comprometer todo su esfuerzo en la defensa de los principios y
objetivos enunciados, sustentando y participando de todas las formas de
lucha que el Pueblo Argentino ha desarrollado contra la barbarie de la
Dictadura Militar.

Por la Mesa Promotora del PMA, firman:

Rodolfo Galimberti, Juan Gelman, Pablo Fernández Long, Arnaldo Lizaso,


Héctor Mauriño, Raúl Magario, Carolina Serrano (Patricia Bullrich) y Carlos
Moreno (Marcelo Langieri)

Fuente: CEDEMA

ESTREMECEDOR INFORME DE INTELIGENCIA


MILITAR DURANTE LA DICTADURA

Lo que sabía el 601

Son 93 carillas secretas preparadas en junio de


1980 por el Batallón 601 que analizan la segunda contraofensiva de
Montoneros. El nivel de detalle es estremecedor: hasta figura quién es la

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maestra de sus hijos en La Habana. Tanto conocimiento hace preguntarse
quién o quiénes fueron las fuentes. Ahora, estos papeles son parte central
de la causa del juez Bonadío.

Por Miguel Bonasso

Un documento secreto de la inteligencia militar (Batallón 601), nunca


publicado hasta este momento, revela que el Ejército tenía un
conocimiento casi perfecto sobre la intimidad organizativa de Montoneros
y sus planes políticos y militares. A tal punto, que sugiere la posibilidad
siempre enunciada y nunca probada de una infiltración en los altos niveles
de la organización guerrillera peronista. El extenso informe (93 carillas)
está caratulado "estrictamente secreto y confidencial", fue elaborado en
junio de 1980 por la "Central de Reunión" y forma parte del corpus
estratégico de la causa 6859, a cargo del juez federal Claudio Bonadío,
que investiga el secuestro y desaparición de 18 militantes montoneros, de
los cuales solamente sobrevivió Silvia Tolchinsky, actualmente residente
en España.
El proceso judicial, que ha causado inquietud en los medios castrenses, le
ha significado el procesamiento y la orden de prisión a casi cuarenta
represores, empezando por el ex dictador Leopoldo Fortunato Galtieri,
recientemente operado de una enfermedad terminal. El texto elaborado en
Viamonte y Callao, se complementa en la causa con otro informe de la
Dirección General de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos
Aires (D.G.I.P.B.A./ Div. CR.Extr. nº 605, de marzo de 1980), que firma el
comisario mayor Alberto Rousse, Subdirector General de Inteligencia. El
documento detalla las caídas de los militantes montoneros y revela que la
fuente es el Batallón 601 (el Servicio de Informaciones del Ejército). El
comisario Rousse evalúa la información como A-1, el rango máximo de
seriedad en el argot de los servicios. Lo mismo puede decirse del análisis
principal, compuesto por diversos informes parciales, pero redactado
posiblemente por una mano única, una rara avis en el mundo de la
"inteligencia": un espía realmente inteligente.
La "segunda contraofensiva"
En marzo de 1980, a despecho de las pérdidas estratégicas sufridas en
1979, durante la primera etapa de la llamada "contraofensiva popular", la
Conducción Nacional de Montoneros (CN) lanzó una segunda oleada de
jóvenes militantes sobre el país. Varios de ellos, que integraban la
estructura militar de las TEI (Tropas Especiales de Infantería), fueron
secuestrados con sugestiva velocidad; en algunos casos a menos de una
semana de haber ingresado clandestinamente a la Argentina. Todos
continúan desaparecidos.
Las TEI y las TEA (Tropas especiales de Agitación), eran los instrumentos
con los que la CN, cada vez más cegada por una visión militarista,
pretendía actuar como motor de arranque de un levantamiento popular
que no se produjo. Desgraciadamente, a pesar de las escisiones y las
fuertes condenas internas, la Conducción no había hecho una autocrítica
de la "Primera Contraofensiva" de 1979, cuestionada por acciones

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"comando" espectaculares y cruentas, que causaron más espanto que
aprobación en la sociedad civil. El resultado para Montoneros fue
catastrófico: perdió el 75 por ciento de los militantes enviados desde el
exterior, empezando por un miembro de la Conducción Nacional (Horacio
Mendizábal), seis miembros del Consejo Superior del Movimiento
Peronista Montonero, entre los que se contaba el ex diputado Armando
Croatto; valiosos y experimentados dirigentes políticos como el puntano
Julio Suárez; dirigentes sindicales de base, como José Dámaso López o
juveniles, como Jorge Gullo, hermano del líder de la JP, Juan Carlos Dante
Gullo.
Ya antes de la Contraofensiva, en febrero de 1979, el Movimiento
peronista Montonero (MPM), había sufrido una importante escisión
conducida, entre otros, por Rodolfo Galimberti. En diciembre de ese
mismo año, otro grupo que incluía la mitad del Consejo Superior del MPM
rompió con la CN, criticando el "militarismo y aparatismo" de la trágica
maniobra. A pesar de las divisiones y señalamientos, la CN insistió con su
estrategia y envió otro contingente de militantes al país, encuadrados
preferentemente en las TEI y las TEA. El resultado volvió a ser letal y
Montoneros ingresó a partir de entonces en un plano inclinado del que no
se recuperaría nunca. Este es el contexto histórico en el cual uno o más
miembros del 601, escribieron (¿con ayuda de algún infiltrado? ¿con el
trabajo esclavo de algún prisionero al que luego igual asesinaron?) su
extenso análisis acerca de la BDT ("Banda de Delincuentes Terroristas")
Montoneros.

El Informe
El largo análisis del 601, comienza haciendo referencia a otro documento,
del 15 de octubre de 1979, donde registraban ya la "crisis interna de la
BDT", "causada por la decisión de la CN de lanzar la maniobra de la
contraofensiva en el país". Recuerda que "un conjunto de intelectuales del
‘MPM’ se hallaba elaborando una propuesta política llamada ‘proyecto
nacional revolucionario’, que se presentaría ‘a personalidades
extranjeras’". "En general tendía hacia los postulados de la
socialdemocracia europea, por considerar que era lo más potable para
EUROPA, los ESTADOS UNIDOS y países socialistas". Tras analizar, sin
triunfalismos, que los réditos políticos de la "contraofensiva" fueron
"escasos", el anónimo redactor (o los anónimos redactores) subrayan que
la "BDT" "sigue adjudicándose el liderazgo de los movimientos de fuerza
ocurridos en el país, por diversas causas, durante el año pasado". Luego
comenta, con el mismo tono, la escisión del DT ("delincuente terrorista")
Rodolfo Galimberti y un "grupo de adherentes" que, además del daño
político, obliga a la organización a enviar al país "otros miembros de nivel,
para cubrir los claros dejados por el grupo disidente". Lo cual a su vez le
supondrá a la organización las graves bajas detalladas más arriba.
"Aproximadamente en noviembre de 1979, los militantes prófugos se
repliegan al exterior", dice el documento y añade un dato logístico que
tendrá consecuencias letales para los integrantes de la segunda
contraofensiva: "El material salvado de la acción de las FFLL (‘fuerzas

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legales’) es depositado en empresas guardamuebles previendo su retiro,
para continuar la actividad, entre Feb/mar 80, lo cual es desbaratado al
efectuarse procedimientos sobre dichas empresas", en diversos puntos del
país y secuestrar "la casi totalidad del material", que incluía elementos
para la propaganda y las comunicaciones, armamento y explosivos,
obviamente "embutidos" en muebles y objetos aparentemente
inofensivos. Material comprado preferentemente en el exterior que ingresó
"desde países limítrofes como Chile, Bolivia y Brasil (...) mediante el
empleo de personas no encuadradas en la BDT, que lo transportaron
‘embutido’ en casas rodantes o trailers..." En los guardamuebles cantados,
los operativos del Ejército (y en algún caso de la ESMA) montarían guardia
para secuestrar a quienes regresaban o venían por primera vez, para la
segunda contraofensiva.
Después de evidenciar un conocimiento minucioso del modus operandi de
la "BDT", lo cual finalmente es menos llamativo, el documento ingresa en
un plano íntimo, anecdótico, que sí llama profundamente la atención al
que conoce la materia. El terrible "narrador omnisciente" relata
pormenores del encuentro que mantienen en "la Comandancia" (por
entonces ubicada en la escasamente penetrable Habana), el secretario
general del Partido Montonero y Comandante en Jefe del Ejército
Montonero, Mario Eduardo Firmenich, con el jefe del Comando Táctico que
fue al país, comandante Raúl Clemente Yaguer (NG; es decir "Nombre de
Guerra") "Roque". Yaguer, que según el 601 ha presenciado "uno de los
atentados realizados por las TEI, el cometido con el señor (Francisco)
Soldati", donde hay bajas montoneras, "pone de manifiesto su
escepticismo en cuanto a la eficacia de las TEI instruidas en MEDIO
ORIENTE, pues le dice a éste (Firmenich) que ‘los cursos Pitman no van’".
El humor negro, tajante para volcar la crítica, era típico de Yaguer. La
exactitud de la observación también: no había muchos puntos en común
entre el conflicto armado palestino-israelí y la lucha popular
(eminentemente política y social) contra una dictadura que hablaba el
mismo idioma y usaba los mismos símbolos.
Los servicios argentinos andaban por todo el mundo, ya se sabe, no es
raro entonces que supieran cómo se reclutó a quienes irían, con indudable
coraje y entrega, a la gigantesca sartén que era la Argentina de 1979. "La
responsabilidad de esta tarea la tenía el Departamento Europa de la SRE
(Secretaría de Relaciones Exteriores de Montoneros) (...) Otro centro
importante se encontraba en México y funcionaba allí en la llamada ‘casa
del MPM’". El Informe del 601 abunda en datos sobre la relación militar
entre Montoneros y Al Fatah, que había sido imprudentemente publicitada
en una entrevista concedida al semanario español Cambio 16, por el jefe
de la estructura militar, Horacio Mendizábal, quien luego caería en
combate, durante la primera Contraofensiva. La revelación de "Hernán" o
"el Lauchón", como se conocía a Mendizábal en Montoneros, causó alarma
en el alto mando palestino y atrajo definitivamente sobre los guerrilleros
argentinos la inquietante mirada del Mossad israelí. Que, según algunas
fuentes, nutrió con información al 601.

14
Lo que inquietaba al Mossad
"Posteriormente .prosigue el Informe- los militantes convocados para
realizar cursos en el Líbano, realizaban un curso completo (de dos meses
de duración) de adoctrinamiento político, en base del ‘Manual Roqué’, en
Madrid y luego viajan para realizar la instrucción militar en Medio
Oriente". El "Manual Roqué", que llevaba como título formal "Curso de
formación de cuadros del Partido Montonero", había sido escrito en México
por el comandante Julio Iván Roqué ("Lino"), que en 1977 regresaría
clandestinamente al país y se batiría, en absoluta soledad, contra una
nutrida patota de la ESMA, a la que le causó tres bajas. Para que no lo
reconocieran y supieran que era un miembro de la Conducción Nacional,
cuando se le acabaron las municiones se voló a sí mismo con una bomba
de exógeno. Los propios marinos quedaron impresionados por su
heroísmo. El "Cuervo" Alfredo Astiz, en su célebre charla con la periodista
Gabriela Cerutti, le confesó que nunca sintió tanto miedo como en ese
combate contra un hombre solo. El "Puma" Jorge Perrén, jefe operativo
del GT33/2 y jefe del operativo contra Roqué, desalentó la nauseabunda
euforia de un prisionero que se había pasado de bando e intervenido en el
tiroteo: "Yo no festejo la muerte de un enemigo que combate de esa
manera".
"La instrucción militar que brinda Al Fatah a la BDT prosigue el 601-
obedece a convenios firmados en 1978 por el DT (NL) Horacio Alberto
Mendizábal (NG) ‘Hernán’ y el responsable militar de Al Fatah, Abou
Jimad. En estos convenios constan los compromisos, por parte de ésta, de
prestar ayuda en cuanto a la instrucción militar y la compra de
armamento y, por la BDT, de instalar una planta de elaboración de
explosivo plástico (exógeno), disponibilidad de personal técnico para ello,
mantenimiento y producción (esta última de propiedad exclusiva de la
OLP-Al Fatah)". Al "Instituto" no le preocupaba mucho la solidaridad
política de Montoneros con la causa palestina; inclusive el hecho notorio
de que sus representantes en Asia, Africa y Medio Oriente fueran "en
alguna medida, los portavoces oficiales de los palestinos en cuestiones
relacionadas con el Depto AMERICA de Al Fatah". Pero alguna vez lo
advirtió- no iba a tolerar una alianza militar.

El detalle revelador
El capítulo referido a la Conducción Nacional, sus distintos instrumentos
organizativos y sus propuestas tácticas y estratégicas, es interesante para
el especialista pero puede ser obviado ante los lectores, en lamedida en
que su información podía ser recogida a través de la nutrida prensa
pública del Partido, el Movimiento y aún el Ejército Montonero, que
editaba su revista "Estrella Federal". Más significativas son algunas
reflexiones que hacen al ánimo interno de los Montoneros que estaban en
el exterior, tras el desastroso resultado de la primera contraofensiva. El
documento no sólo detalla cambios organizativos que dan por superado su
anterior análisis informativo (el IIE del 15 de octubre de 1979).
"La reorganización y reestructuración actual, está más acorde con la
realidad que vive la BDT; se ha dejado de lado la ampulosidad que la

15
caracterizaba en épocas pasadas; influye en esta nueva organización la
falta de cuadros partidarios que reemplacen las bajas producidas, las
deserciones y las figuras que, en franca disidencia con la CN, han
abandonado sus filas para generar nuevas organizaciones que si bien no
divergen en lo ideológico, no comparten los puntos de vista de la CN en
cuanto a la apreciación de situación y metodología a emplear para el
accionar -’militarismo’-; otra causa de las disidencias y escisiones la
constituyen ‘la falta de democracia interna’ y ‘elitismo’ reinante en el seno
de la banda, lo que molesta y causa desagrado en los niveles inferiores
(capitanes, hasta tenientes, especialmente)".
El conjunto del documento es riguroso en cuanto a personas, nombres
legales y de guerra, fechas y circunstancias; las erratas son las mínimas
que se pueden encontrar en 93 carillas a un espacio, hablando de una
sociedad secreta. Pero donde la minuciosidad se torna más que
inquietante, es en la descripción de un ámbito que se suponía más que
hermético para esas fechas: la Secretaría General y sus distintas
dependencias: Comunicaciones, Seguridad Personal, Técnica, etcétera. El
documento, tal como llega a manos de Página/12 (que, conviene
aclararlo, no es gracias a ninguna fuente tribunalicia), registra
anotaciones de puño y letra de otro personaje de la tiniebla que corrige y
perfecciona la información. Sobre todo la "operativa", la que les permitirá
vigilar "el objetivo" y caer sobre su presa. Así, por ejemplo, donde dice a
máquina "Comunicaciones: a cargo del DT (NG) ‘MARTIN’", el misterioso
lector añade: "Gurí", como nuevo nombre de guerra.
"La Secretaría Técnica tiene como responsable a la DT (NL) Silvia
Tolchinsky de Villareal (NG) Chela, de nivel Tte. 1º. Le dependen
directamente un centro de computación de datos, el archivo, la guardería
y la oficina de la comandancia". Una fuente ignota detalla que en el centro
de computación de la Comandancia, en algún lugar de La Habana, puede
encontrarse "una computadora TRS 2 Sistem, con consola de mando,
pantalla, impresor y cuatro aparatos para discos ‘TRS 2’ o ‘Basic Disk’; a
esta computadora se le pueda anexar teléfono y grabador; hasta los
primeros días de 1980, estaba programada para trabajar con información
de los legajos personales de los militantes". "El archivo a cargo de la DT
(NG) ‘Raquel’ (‘Mac Donald’, añade tras una breve flecha el de las
anotaciones manuscritas), Tte, contiene los documentos de la BDT e
información necesaria para sus actividades".
¿Quién conoce ese ámbito reservado? Cuba mantiene en aquel momento
relaciones diplomáticas con la Argentina. Es lógico que su gobierno, de por
sí discreto y cuidadoso en este tipo de actividades, no permita que haya
filtraciones. ¿Quién ha logrado traspasar la severa vigilancia de las Tropas
Especiales, que hasta le sirve la comida a la Comandancia Montonera,
para evitar indiscreciones? ¿Quién puede perforar la malla de esa tropa de
élite que responde directamente al Comandante en Jefe, Fidel Castro?
Alguien lo hace. Alguien que ha caído en manos de los "horribles" o, lo
que es peor, que está perfectamente libre y sabe de que habla. Pero
¿quién? Su sombra se destaca en un tema aparentemente menor, que es
la guardería de La Habana. Allí conviven "los hijos de los compañeros". De

16
los compañeros que están transitoriamente en Cuba como el propio ‘Pepe’
Firmenich, cuya hija está en la guardería- o de algunos compañeros que
"han caído" en Argentina.
El Informe, una vez más, es aterradoramente preciso: "La guardería está
a cargo de la DT (NL) Susana Brandinelli de Croatto (que ha ido allí, tras
la caída de su compañero Armando Croatto en la primera contraofensiva).
Está solventada por las Tropas Especiales Cubanas, en cuanto
alimentación y personal. Fidel Castro regaló un vehículo ‘combi’ para el
traslado de los niños hasta los ‘círculos’ (jardines de infantes) donde
concurren los hijos de madres trabajadoras. (El corrector de la tiniebla ha
trazado un círculo alrededor de ‘combi’ y ha subrayado los nombres y la
palabra ‘círculos’). Los hijos de los DDTT (‘Delincuentes Terroristas’) que
ahí se alojan son atendidos de sus problemas de salud en el Hospital
Centro de La Habana; el equipo médico encargado de esta labor está a
cargo del Dr Valdez Martin. Esta guardería cuenta con una asesora
pedagógica, Hilda Coronel y una psicóloga conocida como Ruth, las que
hacen visitas mensuales a la instalación. En forma permanente se
desempeña una enfermera de Salud Pública llamada Lidia. La asesora
pedagógica es quien se encarga de matricular a los hijos de los DDTT en
los ‘círculos’".
Es imposible citar todo lo que el documento enumera. Pero no hay detalle
orgánico que se les escape: hay precisiones sobre los cursos que se dan
en la "Orga", sobre su producción de armas y explosivos y un engendro
que les preocupa mucho: la emisora de onda corta -"Radio Noticias del
Continente"- que la "BDT" ha montado en Costa Rica para perforar el
cerco informativo en Argentina. La emisora sufre ataques armados y,
finalmente, una fuerte presión del gobierno militar, hará que los
costarricenses anulen la licencia. La información interna de la radio es
impecable. Con detalles que demuestran la permanente actualización
operativa de los datos: al lado del nombre de uno de sus ejecutivos,
Carlos Suárez, el misterioso comentarista, escribe: "Cap Fed". Tiene el
dato preciso: el hombre está clandestinamente en Buenos Aires.
Por las incontables carillas desfila toda clase de nombres. Tanto los de los
militantes, como los de las personalidades, nacionales y extranjeras, con
las que Montoneros ha tenido o tiene contacto. También rompe una regla
de oro de esta clase de informes, que suele ser la jactancia y el
autobombo del burócrata del terror que lo perpetra. Cuando no sabe algo,
el informe lo dice; como en el caso de la sección "Editorial": "No se posee
abundante información sobre este ámbito de la secretaría de relaciones
exteriores". Lo único gordo que se le pasa es la reunión de Managua, de
marzo de 1980, donde se parte en dos el Consejo Superior del MPM.
Registra la agitada reunión y sus conclusiones, pero admite que no sabe
en qué país latinoamericano fue realizada.

Las caídas
Como ya se dijo, el 601 compartió su información acerca del grupo de las
TEI con Inteligencia de la Bonaerense. Este informe es mucho más corto y
puntual, pero acerca un dato estremecedor a la investigación del juez

17
Bonadío: la velocidad con que fueron cayendo los militantes al ingresar al
país. Según este documento Angel Carbajal (Quique), entró a la Argentina
el 5 de febrero y fue secuestrado el 21. Julio César Genoud (Facundo o
Raúl) entró el 26 de febrero y fue detenido el 27. Mariana Guangiroli (Toti)
lo mismo. Verónica Cabilla (Cecilia) igual que los anteriores. Ernesto
Emilio Manuel Ferré (Chino), jefe del grupo, que había reingresado el 10
de febrero fue capturado el 28. Miriam Antonio (Gringa o Lucía), sobrina
de Jorge Antonio, igual que el Chino. Raúl Milberg (Ricardo), pasó la
frontera el 5 de febrero y fue detenido en la misma casa en que cayeron
los anteriores. Ricardo Marcos Zucker (Pato), hijo del actor cómico
MarcosZucker, regresó de España a comienzos del 80 y cayó en una cita
el 29 de febrero. Marta Libenson (Ana), igual que el Pato Zucker. Matilde
Adela Rodriguez había regresado poco antes de su caída, el 29 de febrero
de 1980. Según el informe, la inteligencia montada a partir de los
guardamuebles fue decisiva para "tirar de la piola" y que fueran cayendo.
Alguien en el ámbito judicial explora otras hipótesis.

Argentina: Apuntes para la historia de la


insurgencia

La CIA de los Montoneros

Juan Gasparini
Argenpress, 2002

Los prejuicios de ciertos periodistas que practican la revisión histórica


están haciendo estragos. Las supuestas revelaciones en perjuicio de Mario
Firmenich, cuando encabezara la conducción de los Montoneros, sobre
todo las provenientes del fingido agente del Partido Demócrata de los
Estados Unidos, Martin Edwin Andersen, embarran de tal manera los años
de reciente violencia que conociera la Argentina, que le calza la
memorable frase de Gabriel García Márquez en El otoño del patriarca:
'nada era verdad en aquella crisis de incertidumbre'.

La diabolización del automalogrado Firmenich cuando incursionara en la


dirección montonera se ha puesto de moda. Le entra como anillo al dedo a
vastos sectores de la clase media y de la 'progresía' argentinas, todavía
impregnadas por falsedades de la 'teoría de los dos demonios'. Como se
sabe, desde ese andamiaje se descarga en la guerrilla peronista la
mayoría de las faltas cometidas en años pasados, erigiéndola a su vez,
por simplificación perversa, en objeto de venganza presente, dado el
abandono de las tradiciones justicialistas llevado a cabo por el
'menemismo', al originarse unos y otros en el mismo movimiento político,
fundado por el general Perón en 1945.

Es así que se imputan a Firmenich difusos y etéreos pecados, como si la

18
imperdonable ausencia de un examen autocrítico personal de su actuación
en el seno de los Montoneros, no le alcanzara para impedirle conciliar el
sueño, restándole credibilidad al discurso que viene teniendo desde que
recuperara su libertad tras el indulto presidencial de 1990.

Otras novedades de calibre parecido a las de Andersen se aprestan a salir


a luz. Periodistas italianos han súbitamente recordado una reunión
clandestina entre Firmenich y Licio Gelli, durante 1977 en Roma; y que
'dos montoneros trabajaron en el Banco Ambrosiano', la institución que
arrastrara en su bancarrota los misteriosos enjuagues del Vaticano con
'dinero sucio' proveniente de la corrupción política y de la mafia. Se
aguardan también explosivas afirmaciones en el informe que el procurador
de Miami estaría por dar a conocer, en las que Raúl Castro y un puñado de
funcionarios cubanos irrumpirían junto a sandinistas y montoneros,
salpicados por tráfico de drogas; un cúmulo de versiones que
probablemente nunca traspongan el vestíbulo de las promesas
sensacionalistas. En ese tormentoso panorama podría resucitar Jorge Luis
Borges con su magnífica sentencia: 'parece que nadie quiere una
investigación precisa, y eso quiere decir que todos se sienten culpables'.

En un libro escrito hace buen rato en ingles ('Argentina's Desaparecidos


and the Myth of 'Dyrty War') a punto de ser editado en castellano, idioma
en el cual lo esencial ya se conoce desde 1987 (1), Martin Andersen acusa
por enésima vez a Mario Firmenich de haber sido un informante del
Ejército, haciéndolo responsable de la caída del jefe del Ejército
Revolucionario del Pueblo (ERP), Mario Roberto Santucho, el 19 de julio de
1976; y de haber asimismo celebrado una suerte de ceremonia conjunta
con las Fuerzas Armadas en la conferencia de prensa que puso fin a la
extorsión de la que fueron víctimas los hermanos Born, el 20 de junio de
1975, dentro de una casa alquilada por los Montoneros, que fuera
previamente usada por parapoliciales que reportaban en el Servicio de
Inteligencia del Estado (SIDE).

Andersen extiende luego las distorsiones al conjunto de los Montoneros,


quienes el 25 de septiembre de 1973, afirma, no fusilaron a José Ignacio
Rucci, Secretario General de la CGT; ni acribillaron el 15 de julio de 1974
al civil Arturo Mor Roig, ex-ministro del interior de la penúltima dictadura
militar que asolara la Argentina (1966-1973); acciones ejecutadas -
siempre según Andersen- por los escuadrones de la muerte de José López
Rega, la tristemente célebre 'Triple A'.

Las causas exactas del sacrificio de Santucho ni el propio ERP pudo


dilucidarlas definitivamente. En la biografía de Santucho publicada por
María Seoane ('Todo o nada', Planeta, 1991, páginas 307 y 308), esta
periodista concluye que sólo los militares podrán algún día esclarecer si el
capitán Juan Carlos Leonetti -quien disparó sobre Santucho pereciendo en
el tiroteo- descubrió el escondite relevando las compras y alquileres de
viviendas en la zona de Villa Martelli, en Buenos Aires, tras conocer la

19
identidad falsa del lugarteniente del jefe del ERP Domingo Menna,
secuestrado por el Ejército a mediodía del fatídico 19 de julio de 1976, a
cuyo nombre estaba el apartamento en que se habían atrincherado cuatro
de los cinco miembros de la cúpula de ese grupo guerrillero-; o si llegó al
refugio por 'una infidencia de Montoneros'.

La infidencia aludida por Seoane proviene de un encadenamiento de


hechos que vale la pena disecar pues siembran la sospecha aunque no
inculpan de delación a los Montoneros, quienes en aquellos meses, como
los sobrevivientes del ERP no dejarán de recordar, socorrieron
solidariamente con millones de dólares al último vestigio de la guerrilla no
peronista que carecía de fondos para conseguir víveres y medicamentos
en su agonía política.

El 19 de julio de 1976, Fernando Gertel, enlace de Santucho con Roberto


Perdía -número dos de los Montoneros- alertó a Liliana Delfino, mujer de
Santucho, que quien cumplía similares funciones a las de él ante Perdía,
no había concurrido a una cita que ambos tenían previamente concertada
para arreglar una reunión entre Santucho y Perdía con el propósito de
afinar el lanzamiento de la Organización para la Liberación de la Argentina
(OLA), la primera alianza pública bajo una sola sigla entre las dos
formaciones que finalmente no se concretó. Gertel fue apresado horas
después. Nada indica que su desaparición fue por soplo del asistente de
Perdía, quien estaba en manos de las Fuerzas Armadas desde hacía una
semana, y que podía haber 'entregado' el lugar y la hora del encuentro
con Gertel, del que saliera ileso esa mañana, después del cual se viera con
Liliana Delfino.

En un manuscrito en busca de editor redactado por Fernando Almirón,


quien recoge los testimonios del ex-sargento del ejército, Victor Ibañez,
participe del centro clandestino de detención 'El campito', que funcionara
en Campo de Mayo, relata que la caída de Santucho brotó de una
casualidad y que no provino de ninguna confidencia proporcionada por
algún detenido. El suboficial de ejército recuerda que personal de la ESMA,
al efectuar un control sobre la Avenida General Paz, cerca de Villa Martelli,
recibe el señalamiento de una vecina de un edificio cercano donde 'se
hacían reuniones con gente rara'. Como los marinos estaban fuera de su
zona habitual de operaciones, 'le pasaron el dato al Ejército y Leonetti se
manda para allá con su patota', desencadenando el desenlace que se
conoce. (Copia del original conseguida por el autor en mayo de 1997; su
archivo -capítulo XV, 'El ERP agonizó en Campo de Mayo').

Andersen prodiga más confusión desligando a los Montoneros de la


muerte de José Ignacio Rucci, atribuyendo el hecho a 'la gente de López
Rega', otorgándole sin embargo a los guerrilleros peronistas la propiedad
de un 357 Smith & Wesson Magnum, que fue abandonado en el sitio en
que perdió la vida Rucci, revólver que previamente un comerciante de
Nueva York vendió a una azafata de Aerolíneas Argentinas que cumplió

20
con un encargo de un amigo militar; (2) 'y que alguien se había
presentado en Ezeiza para recogerla' (?).

Si ese revólver pudiera constituir una prueba, nadie sabe si fueron los
Montoneros quienes lo perdieron en la huida, o si se le extravió a alguno
de los cuatro guardaespaldas de Rucci que, desparramados en la vereda
de Avellaneda 2953, entre Nazca y Argerich de la Capital Federal, trataron
de repeler el ataque. Cabe precisar que la munición encontrada por la
autopsia de Rucci provino de armas largas (escopetas y fusiles) y no de
cortas (revólveres o pistolas). El juez Juan Carlos Liporace, entendedor de
la causa, la cerró por carencia de elementos. (3) Como todo expediente
judicial de un homicidio que ha sido archivado puede reabrirse ante la
reaparición de nuevos fundamentos de investigación, es de esperar que
Andersen cumpla con su deber y consiga el reinicio del sumario.

El conocido periodista y ex-montonero Miguel Bonasso (4) se dice


desconcertado por las alegaciones de Andersen, sin refutar casi nada.
Llama la atención que no haya rebatido las conjeturas de Andersen,
montadas sobre trastabillantes indicios, basados en fuentes insolventes, y
apoyados en un endeble ensamblaje de presunciones y premisas de un
'yankee' que apenas rozó la piel de la Argentina, visitando Buenos Aires,
particularmente en épocas de la guerra de las Malvinas, como recadero de
la CIA.

La muerte de Rucci fue uno de los yerros garrafales de los Montoneros,


que reconocieron haber aniquilado una de las piezas del dispositivo de
Perón, mecanismo del que también formaba parte López Rega, a quien
Andersen -haciéndose eco de rumores trasegados desde la Embajada
Estadounidense en la Argentina- adjudica la autoría del asesinato del
Secretario General de la CGT, faltándole cuales podrían haber sido las
razones para que el Ministro de Bienestar Social y secretario privado de
Perón matara al líder sindical a quien el mismo Perón confiara el control
del movimiento obrero, ambos enemigos acérrimos de los Montoneros,
con los que competían en la disputa del poder. Para precisamente pesar
en ella, los Montoneros creyeron que eliminando a Rucci forzarían la
entrada en el círculo áulico de Perón, lo que produjo el efecto contrario. El
patrón del justicialismo dio luz verde para que López Rega echara a andar
la 'Triple A'. Los Montoneros tardarían en darse cuenta que Perón había
decidido destruirlos como herederos y alternativa política para conducir el
Movimiento Justicialista.

Allí radica el móvil del crimen. Se asienta en la concepción militarista de la


lucha interna del peronismo que eligieran los Montoneros. En esa lógica,
Perón cooperó erróneamente, malgastando sus favores en los sectores
retrógrados de su movimiento, rompiendo su alianza con los radicales, lo
que terminó hundiendo el país en el caos del que se sirvieron los militares
para retornar al poder.

21
Perón calculó mal. Acaso pensó que estaba lejos de la muerte, que no se
desgastaría y que eran válidas las maniobras palaciegas para domar de un
'dedazo' a un dirigente indócil, al vérselas con miles de jóvenes insertos
en la sociedad política, dispuestos a pelear contra un líder que volvía a los
balcones de la Casa Rosada gracias a ellos, defraudándolos de inmediato.

La voluntad de oponérsele de aquella manera, independientemente de sus


funestos resultados posteriores, fue colectiva. No se trató de una iniciativa
de la dirección montonera, desbordada por sus bases en la descomunal
batalla de la Plaza de Mayo, el Día de los Trabajadores de 1974, después
que Perón los escupiera de 'imberbes'. Los que en justa medida
reivindican a Rodolfo Walsh por su actitud de ruptura para con las
consecuencias últimas de esa estrategia - que desembocaría en la derrota
al instalarse la dictadura militar, prosiguiendo en una guerra frontal que
llevaba al suicidio- deberían saber que el famoso periodista y escritor
preconizaba una política aún más dura en el conflicto con Perón. De ese
cruento desencuentro entre protagonistas centrales de aquellos capítulos
de la historia argentina no hay rastros en las reflexiones de Andersen.
Nada sorprendente. Era imposible que todos los Montoneros tuvieran
cabida dentro de la CIA.

Un criterio político equivalente animó a los Montoneros en el


'ajusticiamiento' de Mor Roig, habiendo solo transcurrido dos semanas de
la muerte de Perón el 1 de julio de 1974. Esa operación buscaba
desestabilizar un régimen antiperonista, capitaneado por María Estela
Martínez y López Rega. En este marco, sólo a Andersen se le ocurre que
López Rega, habiendo acaparado casi todo el gobierno, tenía interés en
incrementar sus discordias con los radicales que le retaceaban el apoyo
para mantener el funcionamiento de las instituciones, mandando a las
'tres A' a que liquidaran a Mor Roig, un hombre histórico del radicalismo.
La autoría del atentado fue por lo demás confirmada por Roberto Quieto,
en esa fecha número dos de Montoneros, ante el dirigente radical Enrique
Vanoli, en circunstancias reconocidas por otros miembros de la UCR
(Antonio Troccoli y Ricardo Yofré). (5)

El manantial de los señalamientos de Andersen que pretenden trastocar


estos episodios de la historia argentina es Robert 'Sam' Scherrer, un
funcionario del FBI apostado en aquella época en Buenos Aires, hoy
'postrado por una esclerosis múltiple y no está en condiciones de hablar'.
(6) Surgen de las mismas aguas el brujuleo que Andersen ha exhumado
sobre las finanzas de los Montoneros, las que, es público y notorio, jamás
sobrepasaron los 64 millones de dólares; como se sabe, arrancados a los
hermanos cerealeros Juan y Jorge Born, 17 de los cuales fueron
administrados y posteriormente birlados por el banquero argentino
afincado en Nueva York, David Graiver.

En un 'briefing memorándum' del departamento de Estado del 27 de abril


de 1977, publicitado por Andersen, se pretende que el capital montonero

22
redondeó los 150 millones de dólares, 85 de los cuales fueron recuperados
por el Ejército en un cinematográfico operativo realizado conjuntamente
en Madrid, Ginebra y Buenos Aires; desconociéndose por otra parte, al
juzgarlas inexistentes, las relaciones entre David Graiver y los
Montoneros, imprescindibles para entender el financiamiento de la
guerrilla peronista. Es evidente que la literatura amasada por Andersen
utiliza harina de un costal ajeno a la realidad. (7)

Es otra la fuente invocada por Andersen para asegurar que Firmenich


actuó en consonancia con las Fuerzas Armadas al organizar la conferencia
de prensa que puso término al cautiverio de Jorge Born, en un chalet
ubicado en Libertad 244 de Martínez, en Buenos Aires. En tal incidente
Andersen se vale de documentos judiciales que estuvieron bajo control del
fiscal Juan Martín Romero Victorica -quien se ocupó de acusar a Mario
Firmenich después de su rendición brasilera del 12 de febrero de 1984, y
de concertar el reparto de la indemnización del Estado a los herederos de
David Graiver, entre éstos y los hermanos Born- un magistrado que perdió
los pedales por su odio oligárquico hacia los Montoneros, cuestionado en
el parlamento nacional por la parcialidad de sus manejos.

Como acostumbraban los Montoneros, y muchos otros grupos insurgentes


de América Latina cuando tenían que realizar una conferencia de prensa -
método del que se supo también servir el ERP- se arrendaba por una
jornada locales para fiestas con el pretexto de un ágape familiar,
permitiendo de ese modo el encuentro de los periodistas con los
guerrilleros sin poner en peligro las propias infraestructuras, encubiertas
en la legalidad o en identidades apócrifas de sus combatientes. Buscando
una de esas fincas, los Montoneros descubrieron un anuncio en una
confitería de la calle Maipú de Buenos Aires, ofreciendo la locación de un
inmueble, cuyo dueño resultó ser Nelson Romero, quien allí vivía con su
mujer Laura Iche, a donde concurría Rodolfo Silchinger, cuñado de
Romero, personas que se supo mucho tiempo más tarde, estaban
relacionadas con el Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE).

Minutos antes que la ilusoria empresa locataria iniciara la seudorecepción,


Laura Iche salió en busca de Silchinger y Romero, haciéndolos entrar,
siendo los tres inmovilizados por los guerrilleros que los condujeron al
segundo piso de la residencia, lejos de la mirada de la prensa, que arribó
posteriormente acompañada por dos periodistas enrolados en los
Montoneros, Francisco Urondo y Luis Guagnini. Todos estos precedieron a
Jorge Born, trasladado desde la 'cárcel del pueblo' ubicada en las
cercanías; y de Firmenich.

La coincidencia de haber realizado esa conferencia de prensa en ese lugar,


dado los antecedentes de los habitantes permanentes, es fortuita. Estuvo
condicionada por la casualidad del hallazgo de una ocasión propicia, en
virtud de la proximidad de la 'pinturería' donde se mantenía a Jorge Born
privado de su libertad. No sirvió ni para ahogar el acontecimiento

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propagandístico de los Montoneros -que platicaron con medios escritos y
televisivos internacionales, teniendo a Jorge Born como testigo- ni pudo
ser explotado por la represión, que buscaba afanosamente pistas para
impedir el pago del suculento rescate. No influyó en las caídas de
Francisco Urondo y Luis Guagnini, el primero baleado por la espalda, el
segundo raptado y desaparecido, acaecidas bastante tiempo después y en
otras zonas; como tampoco en la suerte del equipo que se encargó de la
realización del operativo, que dejó el lugar sano y salvo.

Andersen no contempla en sus disquisiciones el significado de un factible


arresto de Firmenich en esas circunstancias, admisible si era monitoreado
por las Fuerzas Armadas, las que no hubieran dudado en ofrendarlo a
cambio de los réditos políticos que hubieran sacado de su captura.
Andersen omitió dedicar algún párrafo a la conducta estoica del primer
grupo económico del país de entonces, el cual a pesar de sus notorias
influencias entre los militares, soportó durante casi un año el secuestro de
dos de sus directivos, desembolsando una suma descomunal, secuestro
que en su tramo final aparecía presuntamente comandado por un
infiltrado del Ejército en la jefatura de los Montoneros.

En su reportaje antes evocado, Bonasso dice que el libro de Andersen


'agrega un dato, hasta ahora inédito: Carlos Menem lo sabía cuando lo
indultó junto a los comandantes en jefe', en relación a que secretamente
el Presidente estaba al corriente de la pretendida servidumbre de
Firmenich para con el Ejército, al acordarle su gracia ya fines de 1990, un
desconocimiento informativo si se lo toma por una confidencia ignorada
para esa fecha. Se ha visto que, las acusaciones públicas de Andersen
contra Firmenich arrancan en 1987; antes, en forma de artículos, hoy en
un libro.

De la misma manera que pude reconstruir algunos entretelones y rescatar


del anonimato a los mártires montoneros que participaron en los
'ajusticiamientos' de Rucci y Mor Roig en escritos anteriores, dando cuenta
de logros y desaciertos de ellos y muchos otros, sumémosle ahora el dato
verdaderamente inédito que Menem también indultó a quien con
documentos falsos alquiló por unas horas esa casa en el barrio de
Martínez.

Este viejo militante peronista camina estos días por alguna capital de este
mundo, al igual que otro indultado, quien supervisó la seguridad de la
conferencia de prensa que allí tuvo lugar, 'reduciendo' a los dueños del
chalet, y asegurando la llegada y partida de Jorge Born y Mario Firmenich,
y la entrada y salida de los periodistas invitados.

Estos dos argentinos sobrevivieron a los campos de concentración de la


dictadura con este secreto bien guardado y, dicho sea de paso, no fueron
detectados por el fiscal Juan Martín Romero Victorica en su cruzada
judicial antimontonera en la posterior transición democrática, nombres de

24
los que Firmenich no hizo uso en el informe que pudo haber remitido a los
oficiales del Ejército que comandaban la infiltración, siguiendo la lógica de
Martin Edwin Andersen; si no, tampoco se entiende como esos dos ex-
compañeros suyos fueron año después liberados por las Fuerzas Armadas
de los centros clandestinos de detención. Queda por tanto dicho; una vez
más, por si hacía falta, que ni ellos ni sus miles de compañeros que
participaron de la frustrada odisea revolucionaria que quiso transformar la
Argentina desde el peronismo en esos años, han trabajado para la SIDE ni
para la CIA.

El mensaje de Andersen, o el de sus intoxicadores, persigue por elevación


a las nuevas generaciones de jóvenes argentinos. Los exhorta a ser
precavidos y a tener cuidado. Los previene contra la búsqueda de las
utopías. Formula una clara advertencia contra la rebeldía innata de la
juventud, y amenaza con reprimir el espíritu crítico de quienes acceden a
la vida adulta. Recomienda dejar de lado pasar revista seriamente al
pasado y asumir los riesgos en la práctica que entraña imaginar un futuro
mejor. Porque a la larga -diría el esclerótico espía norteamericano-, los
servicios de inteligencia extranjeros terminan pudriéndolo todo, entre
traiciones y conspiraciones.
--------------------------------------------------------------------------------
Notas

(1) 'Expreso', junio de 1987, 'El Periodista', marzo de 1989, revistas


circulantes en Buenos Aires. Bajo el título 'Dossier Secreto', el libro de
Martin Andersen apareció en Argentina a fines de 1993, editado por
'Planeta'. La fuente principal de ese libro, como se ha dicho, fue el agente
de inteligencia de los Estados Unidos destacado en Buenos Aires, Robert
Scherrer, que murió dos años más tarde, exactamente en 1995. Pero el
11 de febrero de 1999 fue portada en la prensa internacional el oscuro
papel de este Scherrer en las guerras de baja intensidad de América
Latina al desclasificarse algunos documentos secretos norteamericanos
sobre el 'Plan Condor' urdido por el tirano chileno Augusto Pinochet, en
colaboración con las dictaduras de Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil.
Ha quedado por tanto impreso que Scherrer era un confidente e
informante de la satrapía chilena, liderazgo del abominable 'Plan Condor'.
De allí alimentó Martin Andersen su teoría conspirativa y aberrante sobre
los años de plomo en la Argentina. La historia orina sobre su tumba.

(2) 'Noticias', Argentina, 22 de noviembre de 1992.

(3) 'Somos', Argentina, 16 de octubre de 1981.

(4) 'Página 12', Argentina, 25 de abril de 1993.

(5) 'Clarín', Argentina, 18 de octubre de 1992.

(6) 'Página 12', Argentina, 25 de abril de 1993.

25
(7) 18 documentos confidenciales del Departamento de Estado en
Washington sobre el 'caso Graiver' y las finanzas de la guerrilla de los
Montoneros fueron repartidos por Martin Andersen a periodistas
argentinos en Buenos Aires durante 1990.

(*) Escribí esta crónica en 1993. Fue dedicada al extinto periodista


uruguayo Ernesto González Bermejo, el primer entrevistador de los grupos
armados que darían origen a los Montoneros. Se publicó en Argentina en
1999, como uno de los anexos de la segunda edición de Montoneros, final
de cuentas, libro del que soy autor, editado inicialmente en 1988 por
Puntosur, reeditado en 1999 por La Campana, actualmente agotado. Se
trata de la resumida versión en castellano de mi tesis de doctorado en
ciencias sociales, que obtuve en la Universidad de Ginebra el 21 de
noviembre de 1988. El contenido viene a cuento por las imputaciones de
haber cooperado voluntariamente con la dictadura militar formuladas
contra algunos sobrevivientes de la jefatura montonera por voceros del
régimen de las Fuerzas Armadas que perpetraran un genocidio en
Argentina, aparentemente recogidas por el juez federal de Buenos Aires,
Claudio Bonadío, quien viene de dictar ordenes de detención que
conciernen a Mario Firmenich, Roberto Perdía y Fernando Vaca Narvaja.

La verdad histórica reflejada en este artículo se mantiene incólume y ha


sido posteriormente confirmada por la apertura de los archivos federales
suizos sobre los Montoneros, como diera cuenta en mi investigación
periodística aparecida en la revista argentina 'Veintitres', el 26 de
diciembre de 2002. La persecución lanzada contra Mario Firmenich por el
gobierno ilegal instaurado en la Argentina a partir del golpe de Estado del
24 de marzo de 1976, con pedidos secretos de captura documentados por
la policía helvética, echan por tierra que el citado fuera un colaborador de
los militares.

Por otra parte, las memorias que acaba de sacar el alto dirigente del
Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), Enrique Gorriarán Merlo,
tituladas 'De los Setenta a La Tablada' (Planeta, Catálogos, Buenos Aires,
2003) eximen a Firmenich y a los Montoneros de cualquier responsabilidad
en la caída del líder del ERP, Roberto Santucho, rebatiendo lo apuntado
por María Seoane al respecto en su libro 'Todo o nada' (Planeta,
Argentina, 1991), reiterando a su vez el rechazo a las pretendidas
alegaciones en ese erróneo sentido del estadounidense Martin Edwin
Andersen, debidamente desmentidas en esta nota, no obstante repetidas
por él estos días en el diario 'La Nación' de Buenos Aires del sábado 16 de
agosto de 2003.

Por cierto la fuente principal Andersen sigue siendo la misma que antes, el
fenecido Robert Scherrer, un ex-agente del FBI que revistara en la
embajada estadounidense en Argentina, con el cual dice que habló y cruzó
dos cartas, quien paradójicamente no dejo constancias escritas en la CIA

26
de sus descubrimientos sobre Firmenich, a la que debía notificar, no
hallandose nada en los archivos que ya han sido desclasificados para esta
fecha. La ausencia es llamativa si se la contrasta con los inquietantes
informes de la propia CIA sobre Scherrer, enlace norteamericano con el
Plan Condor pergeñado por Augusto Pinochet para coordinar la represión
en el Cono Sur, constituyéndolo en una fuente desconfiable para atribuirle
veracidad a sus informaciones sobre los movimientos políticos de
oposición a las dictaduras que asistió como espía a las ordenes de los
servicios de inteligencia de su país.

En esta irónica 'CIA de los Montoneros', además de disecar los


despropositos de Andersen, se anunciaba también una avalancha de
nuevas acusaciones contra Firmenich que jamas tomaron carácter público.
A las conexiones con el derrumbe del Banco Ambrosiano en Italia,
vinculadas al Vaticano, Licio Gelli y la mafia, se sumaban las relacionadas
con un grupo de cubanos encabezados por Raúl Castro, hermano de Fidel,
junto a sandinistas y montoneros, todos presuntamente implicados en el
trafico de drogas. Estas estrambóticas elucubraciones nunca se
concretaron. Ninguna otra versión de similar naturaleza se ha difundido
desde entonces como para corregir la convicción expuesta en mi libro y en
la tesis de doctorado que lo sostuviera, subrayando que los Montoneros
fueron destruidos por sus propios errores, los cuales despuntan en el mal
manejo del enfrentamiento que les planteara Perón desde 1973. Sigue
siendo evidente que las razones de la derrota de los grupos armados
peronistas no radican en agentes ni motivos externos. Tampoco en la
supuesta infiltración de las Fuerzas Armadas entre sus filas, o en una
'oveja negra' que se pasó de bando, la que algunos siguen buscando sin
éxito a 30 años de los hechos. Todo eso es fruto de la imaginación
malsana de los enemigos del pueblo argentino.

* Juan Gasparini es periodista y escritor, su último libro es 'Mujeres de


dictadores', de Editorial Península, 2002

Fuente: Rebelion

Entrevista de Gabriel García Márquez a


Firmenich (parcial)

Del libro de Eduardo Anguita y Martín Caparros


"La Voluntad". Una historia de la militancia
revolucionaria en la Argentina, Tomo III

Abril de 1977. En esos días, Gabriel García Márquez se encontró en algún


lugar del mundo con Mario Eduardo Firmenich y lo entrevistó.

- Hola, dice dándome la mano.

27
- Soy Mario Firmenich.

- Como decir: el secretario general del Movimiento Montonero, el hombre


más buscado por las fuerzas represivas de Argentina y uno de los más
perseguidos por los periodistas del mundo...

- Ya hace un año que la junta militar presidida por el general Jorge Videla
está en el poder en Argentina, le digo.

Mi impresión personal es que este lapso le ha bastado para exterminar la


resistencia armada. Entonces ustedes, los montoneros, no tienen nada
que hacer, al menos en el terreno militar. Están liquidados.

Mario Firmenich no se inmuta. Su respuesta es seca e inmediata:

- Afín de octubre de 1975, cuando todavía estaba en el gobierno Isabel


Perón, ya sabíamos que se daría el golpe dentro del año. No hicimos nada
para impedirlo porque, en definitiva, también el golpe formaba parte de la
lucha interna en el movimiento peronista. Hicimos en cambio nuestros
círculos de guerra, y nos preparamos a soportar, en el primer año, un
número de pérdidas humanas no inferior a 1500 bajas. Nuestra previsión
era ésta: si logramos no superar este nivel de pérdidas, podíamos tener la
seguridad de que tarde o temprano venceríamos.

- ¿Qué sucedió?

- Sucedió que nuestras pérdidas han sido inferiores a lo previsto. En


cambio, en el mismo período, la dictadura se ha desinflado, no tiene más
vía de salida, mientras que nosotros gozamos de gran prestigio entre las
masas y somos en la Argentina la opción política más segura para el
futuro inmediato.

- Es una respuesta cortante, precisa y elocuente. Con todo no me


convence mucho. Tengo la impresión de que el suyo es un optimismo
calculado. Se lo digo: Soy optimista y me gusta la gente optimista, pero
de las personas que son demasiado optimistas, desconfío. ¿Por qué no
pensar, por ejemplo, que también los militares han calculado por
anticipado esas pérdidas?

Hay previsiones que nadie conoce. Probablemente ellos también piensen


haber vencido, ¿no?

Firmenich admite esta posibilidad, pero la rebate muy rápidamente.

- Los militares deben haberse hecho la idea de conseguir, entre marzo y


diciembre de 1976, el aniquilamiento de cualquier fuerza organizada que
les fuera adversa y de poder dedicarse después, en 1977, a dar caza a los
últimos núcleos dispersos. Más que cálculos concretos eran puras hipótesis

28
políticas: tal vez ni ellos lo han creído realmente. Y si luego lo han creído,
peor para ellos; porque esto significa que no conocen la dialéctica de
treinta años de historia del peronismo.

- No obstante tanta demostración de lucidez política, yo aún no logro


evitar la impresión de estar hablando, sobre todo, con un hombre de
guerra. En efecto, Mario Firmenich ha tenido muy poco tiempo en su vida
para dedicarse a otra cosa que no sea la guerra, desde que nació en 1948
en Buenos Aires. El hijo de un agrimensor que se diplomó en ingeniería de
edad adulta; típico producto del sector medio argentino de funcionarios
pú.
blicos. En 1955, a la caída de Perón, Mario Firmenich tenía apenas siete
años...

Hasta este momento han habido en Argentina, en menos de 22 años, 14


presidentes de la república y ninguno ha llegado a finalizar el período
previsto.

El general Aramburu, el hombre que había echado del poder a Perón,


estuvo en el sillón cuatro años. Luego se retiró a la vida privada y se
encerró en un departamento de la calle Montevideo N° 1053, octavo piso,
en Buenos Aires, permaneciendo aparentemente lejos de cualquier
actividad política. Pero el 29 de mayo de 1970, dos jovencitos vestidos
con uniformes militares lo detuvieron en su casa, a las nueve de la
mañana, con el pretexto de asegurar mejor su protección. Aramburu fue
conducido a una vieja chacra en la periferia de Buenos Aires, procesado,
condenado y fusilado. Mario Firmenich, que entonces tenía 22 años, había
formado parte del
mismo comando que cumplió la operación Aramburu. Pero no había
entrado en la casa de Aramburu. Había quedado sobre la vereda de
enfrente, vestido de oficial de policía, para vigilar que nadie viniese a
desplazar la camioneta sobre la cual habían proyectado transportar al
general y que no habían logrado estacionar bien. Antes de esa empresa,
había participado en 17 operaciones, pero su nombre no lo conocía nadie.
El movimiento estaba compuesto entonces por sólo 10 personas y Mario
Firmenich era el tercero en orden jerárquico. Por eso es que digo que su
formación y su experiencia han sido sobre todo guerreras; más, cuando le
observo que, según mi opinión, lo que le falta a los Montoneros es la
capacidad para manejar opciones políticas y que en la cabeza no tienen
más que el aspecto militar del problema, y que, en mi opinión, la solución
militar es la última y arriesgadísima alternativa que les queda.

Pero no, no es cierto, es todo lo contrario, me contesta rápidamente.

Uno de los trazos característicos de nuestra guerra revolucionaria es que


no ha sido el foco guerrillero el que genera el movimiento de masas; es el
movimiento de masas el que precedió a la guerrilla y eso hace un buen
cuarto de siglo. El movimiento de masas en Argentina empezó en 1945 y

29
el movimiento armado recién en 1970.

En síntesis, su idea es que el movimiento de masas del peronismo va


adelante empujado por la misma dinámica de su propia conciencia y a
veces hasta antecede a la vanguardia política. Dice que este movimiento
se da como objetivo la búsqueda de la justicia social, la independencia
económica y la soberanía política en Argentina.

Es antiimperialista y antioligárquico, y así como ha logrado durante 25


años actuar sin vanguardia política, eso mismo lo ha transformado
también en antiburocrático, consecuencia de la traición de los burócratas.

- Hemos llegado a la lucha armada sólo cuando se agotaron todas las


otras posibilidades de lucha política, dice.

En determinado momento no tuvo más sentido el voto, ni el voto en


blanco ni el proyecto de golpe de Estado populista, ni tampoco las tres
sucesivas experiencias tentativas de guerrilla rural. Todas prematuras. No
tuvo más sentido ni siquiera el retorno político de Perón. Quiero decir: el
proceso no ha comenzado con Montoneros; los Montoneros han sido su
inevitable consecuencia. Más aún, la decisión de lanzarse a la lucha
armada. Ha sido en sí misma una política de masas.

- Me toca en la conversación que tuvimos, el tema que quizá lo ha atraído


más, ha sido el de la modalidad absolutamente original que tiene la guerra
en la ciudad. Firmenich está persuadido de que el hecho de no poder
disponer de zonas liberadas, en vez de obstaculizar, facilita al
revolucionario la conducción política de las masas.

- Es decir, mientras el Ejército está obligado a quedarse encerrado en sus


cuarteles, los Montoneros están en todas partes y nadan dentro de las
masas como el pez en el agua. Es un ejército, el de los Montoneros, que
tiene todas sus fuerzas en territorio enemigo; un ejército que se desarma
todas las noches cuando sus militantes vuelven a casa para dormir pero
que sigue estando intacto y alerta, aún cuando sus soldados duermen...

LA AUTOCRITICA DE FIRMENICH (1995)

El martes 2, el lider de Montoneros, Mario


Firmenich, se presento en el programa televisivo
"Tiempo Nuevo"
del periodista Bernardo Neustadt, para hacer la
autocritica de la organizacion. Montoneros fue una de las organizaciones
armadas peronistas que lucharon por el regreso del general Juan Peron,
concretado en 1973.

30
Posteriormente enfrentaron al anciano general, quien los echo del
peronismo. En 1974 volvieron a la clandestinidad y continuaron la lucha
armada hasta ser derrotados por la dictadura del "Proceso de
Reorganizacion Nacional".

El testimonio de Mario Firmenich fue gestionado por la subsecretaria de


Derechos Humanos, Alicia Pierini, de acuerdo a los deseos del presidente
Carlos Menem. La funcionaria explico sus gestiones "porque entiendo que
forman parte de mis funciones en cuanto se debaten temas de derechos
humanos".

Los dichos del ex jefe guerrillero -emitido a las 22-habian sido grabados a
las 13:30 de ese dia. En el reportaje realizado por el periodista Bernardo
Neustadt, Firmenich confirmo la autoria del secuestro y crimen del general
Pedro Eugenio Aramburu. Este atentado, realizado en 1970, fue una de las
primeras acciones de Montoneros. Aramburu fue el general que derroco en
1955 al gobierno del general Juan Peron.

En el programa se produjo el siguiente dialogo:

Neustadt: ...El secuestro del general Aramburu como lo vive usted?

Firmenich: No lo hemos vejado, lo hemos respetado...y tambien ahi


aprendi que no habia que odiar al enemigo.

Neustadt: Pero lo asesinaron...

Firmenich: Fue un acto que no decidimos nosotros: asi lo decidio el


pueblo...estaba decidido por el pueblo. Y esto es, en todo caso, lo triste,
porque no podemos hablar de esta situacion sin hablar de los bombardeos
a la Plaza de Mayo, o del fusilamiento del general Valle.

A continuacion reproducimos parrafos del texto leido por Firmenich en el


programa televisivo, segun lo extractado por los diarios La Prensa y
Clarin:
* Me dirijo a todos mis compatriotas asumiendo una vez mas la
responsabilidad politica por todo lo actuado por los militantes
montoneros...

* Llego la hora de la verdad para los argentinos. El general Balza tuvo el


coraje de asumir una autocritica que le correspondia a Videla. Tendio una
mano de paz y reconciliacion con la verdad, con la sociedad de hoy o con
sus antiguos adversarios.

* Los montoneros ya habiamos hecho nuestra autocritica...Hoy vuelvo a


reiterarla, aceptando la mano tendida por el general Bala, y tendiendo a la
vez mi propia mano.

31
* Cuando fuimos acorralados, politica y militarmente mientras la Triple A
nos masacraba tras la muerte del general Peron, cometimos el error
madre de pasar a la clandestinidad y retornar a la lucha armada, pese a
que no existia para eso la legitimidad que otorgaba el consenso de las
mayorias. Politicamente, el error fue de naturaleza ideologica y militarista;
espiritualmente, fue un pecado de falta de esperanza que nos llevo a una
decision desesperada.

* Ante la evidencia de aberraciones de lesa humanidad...no fuimos


capaces de luchar cumpliendo el precepto cristiano que nos manda a amar
a los enemigos. De haberlo hecho, se habrian evitado dolorosos da#os...

* Nosotros no tenemos que arrepentirnos por haber desaparecido a nadie,


ni por haber torturado a nadie para obtener informacion, ni por haber
violado ninguna mujer, ni por haber robado ningun hijo a nadie, ni por
haber empalado a nadie, ni por haber arrojado vivo al mar a nadie.

* Esta autocritica abarca el haber celebrado, ingenuamente, algunos


atentados contra adversarios, aun sin saber certeramente su procedencia.
No es cristiano celebrar la muerte ni del peor enemigo.

* No tenemos la responsabilidad de lo actuado por otras organizaciones


armadas (en alusion al ERP) que se opusieron a la salida electoral del '73
y que continuaron e intensificaron absurdamente su accionar guerrillero e
intentaron instaurar una zona liberada en Tucuman.

* Los argentinos produjimos una guerra civil embozada desde 1955 en


adelante. Nosotros no empezamos la violencia en la Argentina.
Nosotros fuimos la generacion que nacio, crecio y se educo durante ese
proceso historico.

* El derecho de resistencia a la opresion por todos los medios fue


legitimado universalmente tanto en el Derecho Constitucional como en las
enciclicas papales. Los peronistas y nuestro lider entendimos que nos
asistia este derecho. Nosotros, la juventud peronista, tuvimos la osadia y
el coraje de ponerlo en practica.

* Toda una generacion fue generosamente sacrificada en una lucha que se


nos imponia como un deber moral en un pais que era injusto y sin
destino.

* Nos averguenza ante el mundo la hipocresia de sostener que tanta


inteligencia y capacidad humana fue arrastrada de las narices a un tragico
final, falsamente explicando por una teoria de los dos demonios...

* Todo el dolor nacional fue posible por una cultura politica totalitaria y
militarista, de la que todos hemos formado parte.

32
* El dolor de lo irreparable no admite estas razones. El amor a los seres
queridos resulto mas fuerte que las ideologias.

* Hoy podemos hablar de la reconciliacion nacional y la pacificacion


definitiva porque en un estado democratico...la violencia politica no tiene
ningun sentido ni ninguna legitimidad.

* Pero no se trata de la reconciliacion de torturadores y torturados.


Se trata de la reconciliacion social y politica en una postura pluralista que
entre todos hemos ido construyendo durante los once a#os de
democracia.

Empero, el presidente Menem no quedó del todo conforme de las


expresiones de Mario Firmenich. En declaraciones radiales, el presidente
considero que la autocritica del jefe montonero "ha sido a medias". Agrego
Menem que "no sé a partir de qué el señor Firmenich se arroga la
representacion del pueblo; estuvo mal, porque no hay arrepentimiento,
que es fundamental para que en esta pais totalmente pacificado podamos
conseguir la reconciliacion de los sectores que todavia siguen debatiendo
este tema". (La Prensa y Clarin 3 y 4/5; La Nacion 4/5/95)

http://www.fcen.uba.ar/prensa/micro/1995/ms194a.htm

Soldados de Perón

El Equipo de Investigación Periodística se


encuentra trabajando sobre una biografía del líder
montonero Mario Eduardo Firmenich. Entre las
muchas entrevistas que ha realizado el equipo
para Firmenich - El libro, se encuentra la siguiente con Richard Gillespie,
autor de Soldiers of Perón - Argentina's Montoneros (Oxford University
Press, 1982). Aquí el escritor británico comparte algunos puntos de vista
sobre Firmenich.

Adrián Korol, Buenos Aires, 1997

La figura del líder de la organización Montoneros, Mario Eduardo


Firmenich, es controvertida, discutida y enigmática. ¿Existe a lo largo de
su investigación publicada en "Soldados de Perón" algún indicio de que
Firmenich era agente de inteligencia o colaborador de los servicios
argentinos? ¿Cree usted que el secuestro del General Aramburu es una
genuina operación de la guerrilla montonera o, como algunas fuentes
aseguran, una maniobra de sectores allegados al gobierno de Onganía?
Durante la preparación de mi libro no he encontrado ninguna evidencia en
este aspecto. El autor que ha trabajado en ese sentido es Martin Edwin
Andersen en Dossier Secreto: Los Desaparecidos y el mito de la Guerra

33
Sucia. La correspondencia con Montoneros sugiere que hubo varios los
contactos interpersonales entre ellos y el régimen militar de 1966-73. Esto
es presumiblemente por el origen cercano a la derecha católica de algunos
de sus miembros fundacionales así como de conexiones familiares. Yo
pienso que ambos lados utilizaron estos contactos de una manera
oportunista. No estoy convencido de que Firmenich "trabajara para el
enemigo". En realidad era una relación de conveniencia mutua.
¿Cuántos combatientes llegaron a integrar el aparato militar montonero en
su apogeo? Cree usted que las acciones emprendidas por Montoneros
desde su aparición pública hasta la instauración del gobierno del Dr.
Héctor J. Cámpora, contaron con la simpatía de la gente?
Yo estimo 5.000 miembros activos de los cuales 3.000 han tenido relación
con el aparato militar. María Moyano en "La patrulla perdida"(The Lost
Patrol) estima un total de 3.500 montoneros. Es evidente que las primeras
acciones de los Montoneros contaron con el apoyo de una "considerable
minoría" entre la gente común.

¿De acuerdo a su investigación, cree usted que los asesinatos de Rucci y


Mor Roig fueron ejecutados por la organización?
Sí.

¿Teniendo en cuenta que los orígenes de Firmenich son cercanos a la


derecha católica, cómo se entiende esa "conversión" hacia las posiciones
tercermundistas para convertirse luego en el máximo dirigente de una
organización guerrillera de izquierda?
Firmenich es uno de esos activistas católicos influenciados por la Teología
de la Liberación en la segunda mitad de la década del '60, aunque uno
puede dudar de la profundidad de esa "conversión". El ascendió dentro de
los rangos de Montoneros como resultado de su propio pragmatismo y
luego de las muertes de sus líderes naturales. El fue capaz de utilizar la
auto identificación de Peronista para evitar hacer declaraciones ideológicas
más explícitas, convocando a todos los grupos que compusieron
Montoneros, que en sus orígenes eran más una coalición que una
organización unida. A partir de que la lucha armada se convierte en el
criterio determinante para un revolucionario, Firmenich adquiere
credibilidad revolucionaria entre la guerrilla a pesar de su ideología inicial.

¿Cree usted que ha habido contactos en Francia entre Firmenich y


Massera? ¿O piensa que estos contactos son parte de un mito?
Yo pienso estos contactos son apoyados por la evidencia.

A propósito de Massera... ¿cómo se entiende ese plan de recuperación que


monta en la ESMA para recuperar a algunos Montoneros que se
encontraban "desaparecidos" en ese lugar?
Por 1978, Massera había perdido la lucha por el poder dentro del régimen
frente al eje Videla-Viola. Entonces mantuvo sus aspiraciones
presidenciales buscando aliados nacionalistas como los Montoneros por
fuera de las Fuerzas Armadas. Por otra parte no era nada nuevo para

34
Montoneros su colaboración con oficiales militares (N. de la R. recordar el
llamado "Operativo Dorrego").

¿Quién era Firmenich?


Es como un enigma permanente para mi. Uno debe creer que tiene cierta
suspicacia política, sino no se entiende como sobrevivió como líder
durante tantos años.

¿Cuál es su opinión sobre los otros dos sobrevivientes de la Conducción


Nacional de Montoneros, es decir, Fernando Vaca Narvaja y Roberto Cirilo
Perdia. Encuentra usted diferencias entre ellos y Firmenich?
Nunca tuve entrevistas con estos líderes. He tenido impresiones indistintas
de ellos y a través de "segundas fuentes". Vaca Narvaja fue un Montonero
de genuino pedigree. Perdia me ha parecido siempre una figura mas bien
siniestra ...Pero no me consta, son más bien impresiones personales.

¿Qué es lo que lleva a Firmenich a ordenar la contraofensiva de 1979?


La desesperación. Esperaba una resistencia masiva al régimen y desde el
exilio pensaba en que era posible aislarlo políticamente. Firmenich estaba
dispuesto a sacrificar las vidas de muchos de los suyos con la esperanza
que los dirigentes pudieran luego capitalizar políticamente su contribución
a la lucha anti dictatorial.

¿Al producirse el golpe del 76 cuál era el poder real de Montoneros? ¿Eran
realmente una fuerza contundente o por el contrario se hallaban en
decadencia?
En mi opinión los Montoneros estaban en problemas en la época del golpe.
Su militarismo los aisló de sus defensores potenciales. Estaban cerrados
en si mismos y no había ninguna posibilidad de una exitosa escalada de la
guerrilla urbana. A su vez el ERP había sufrido importantes pérdidas
militares.

¿Por qué cree usted que Firmencich sobrevivió?


Los contactos dentro de el aparato estatal le brindaron alguna protección;
igualmente muchos montoneros arriesgaron sus propias vidas para
protegerlo y, durante el peor período de la represión, vivió como un
exiliado político.

¿Cuáles fueron los mayores logros y los peores fracasos montoneros?


Logros, la flexibilidad táctica de sus primeros tiempos: la capacidad en
1972 para cambiar desde el llano la guerrilla y el trabajo político mediante
la Juventud Peronista. También la prontitud para declarar un alto al fuego
aprovechando la situación constitucional 1973/1974. El fracaso: a largo
plazo, con su proyecto político desintegrando, ellos perdieron esta
flexibilidad táctica y recurrieron al militarismo, alejándose así de la masa
trabajadora y de otros movimientos sociales.

¿Cree que a partir de la muerte de Perón se desarrolla un culto a la

35
personalidad de Firmenich dentro de la organización?
Dudo que Firmenich sea esa clase de gente cuya fortaleza inspira y
auspicia un culto a la personalidad. Sin embargo, hay un intento de
presumir el "manto" de Perón en el film de propaganda 'La Resistencia
Conduce a la Victoria'.

¿Para la elaboración de su libro, intentó entrevistar a Firmenich?


No.

¿Por qué?
Mi investigación fue iniciada en Buenos Aires entre 1975 y 1976, en plena
escalada de violencia. Pensé que las principales figuras de Montoneros
tendrían poco interés en prestarse a entrevistas o que aportarían poco a la
investigación. Me pareció más interesante trabajar con los activistas
anónimos, con los intelectuales que simpatizaban con la causa. En los
últimos tiempos tampoco hice ningún intento por entrevistar a Firmenich,
en realidad porque pienso que no conseguiría ninguna respuesta útil.

¿Cree usted que la influencia de la teología de la Liberación, tan decisiva


en los orígenes montoneros, luego se trastocó en una desesperada
búsqueda de relaciones formales con el Episcopado Argentino, e inclusive
con el Vaticano?
Seguramente la influencia de la iglesia radicalizada es importante para
explicar la evolución de algunos cuadros montoneros. Luego la política de
nexos crecientes con la jerarquía de la Iglesia es un indicio de
oportunismo por parte de la conducción de la organización buscando
ganar legitimidad mediante contactos con la Iglesia Católica y con la
Internacional Socialista. Pero yo pienso que progresivamente los católicos
fueron cortejados por los Montoneros.

¿Hay alguna anécdota en su trabajo referida a la persona de Firmenich?


Quizás por que en mi libro se sugiere mucho que Firmenich tenía en
cuenta con mucho cuidado su propia seguridad personal, estando
dispuesto a arriesgar otras vidas. Un ex guerrillero me contó de una fuga
en prisión en aquellos tiempos de 1972. Cuando ellos consiguieron estar
fuera de la prisión la primera persona que encontraron ya afuera, en la
calle, era Firmenich.

¿Cómo surge su interés en Montoneros y cuánto tiempo le llevó elaborar


el libro que, entendemos, se vuelve a editar durante 1997 en Argentina?
Mi interés en Montoneros proviene de mi interés en general en la Juventud
Peronista y en otras juventudes radicalizadas en general. Luego yo realicé
mi tesis sobre la izquierda peronista, para lo cual pasé 16 meses en
Buenos Aires, entre 1975-76. 'Soldados de Perón' se desarrolló aparte de
esa tesis y finalmente concluí el libro entre 1980 y 1981, usando mi
original y recopilando documentación adicional y entrevistas con exiliados.

Sabemos que hoy está dedicado al análisis de la situación en España y

36
región mediterránea. ¿Ha encontrado puntos de contacto entre
Montoneros y ETA?
A un nivel muy general, uno puede encontrar una ideología similar de
nacionalistas revolucionarios en grupos tal como Montoneros, Sandinistas
y ETA. Esto involucra una combinación de nacionalismo, las influencias
radicales Católicas y Marxistas, pero en proporciones mas bien diferentes
en cada caso, y las estrategias usadas por estos grupos para alcanzar el
poder han sido muy diferentes.

http://ukinet.com/

MIGUEL BONASSO

"Si pensara que nuestra lucha fue inútil, me


suicidaría"

P. - En "Diario de un clandestino" usted asume su


militancia en Montoneros, hecho no muy frecuente.

R. - Es verdad. Hay algunos compañeros que por sus declaraciones


actuales, parece que hubieran estado en ALPI (Asociación de Lucha contra
la Parálisis Infantil).

P. - Además, se lee con mucho interés. Pero no incluye una evaluación de


la actuación del grupo.

R. Creo que va destilando cierta crítica y autocrítica, pero desde el punto


de vista de aquel momento. No está hecha a nivel ensayístico, porque no
es un ensayo. Más adelante pienso escribir la historia ensayística de
Montoneros. Lo que quise fue rescatar esas anotaciones de aquellos años.
Creo que es importante ver cómo encarábamos la realidad en ese
momento.

P. - Aparecen personajes como Galimberti, Firmenich, Vaca Narvaja y


Perdía, retratados con una cierta simpatía. ¿Cómo los ve hoy, a raíz de
todo lo que pasó?

R. - En uno de mis libros anteriores, "Recuerdo de la muerte", hay una


cierta crítica. Y "Diario de un clandestino" culmina con mi ruptura con
Montoneros.

P. - Sí, pero las causas no quedan del todo claras.

R. Creo que se van deslizando. Tienen que ver con una visión
crecientemente elitista, militarista, apartada de las masas. Lo que el libro
muestra es que la decisión de militar no se toma de la noche a la mañana.

37
Hay una especie de deslizamiento que tiene que ver con las características
de una época, sus presiones y condicionamientos. También intento
demostrar que la clandestinidad es un dolor. No se asume alegre ni
frívolamente, sino que uno se va deslizando en ella. Es como el coma, que
tiene grados. Era muy difícil romper con Montoneros en un momento
determinado, pese a las disidencias.

P. - ¿Era peligroso?

R. No, me refiero a una especie de autocondicionamiento moral, porque


hubiese significado traicionar a los compañeros. Además, tampoco se
podía analizar muy bien lo que estaba pasando, porque la clandestinidad
va encerrando, fracturando y partiendo. Yo hubiera querido encontrarme,
por ejemplo, con Rodolfo Walsh, que también estaba clandestino y a quien
respetaba muchísimo. Hubiera querido comentarle muchas cosas para
conocer su opinión, pero era imposible hacerlo en un café, con un Falcon
lleno de señores con anteojos negros en la puerta.

P. José Pablo Feinmann dijo que no se puede volver al espíritu setentista,


porque ahí no entraba el concepto de democracia para nada, y ese
concepto fue muy seriamente incorporado en estos años. ¿Está de
acuerdo?

R. - No totalmente, porque yo fui secretario de prensa de Héctor J.


Cámpora, o sea que pelée para que el pueblo pudiera votar. Es verdad
que el peronismo estaba estructurado verticalmente a partir de la figura
de Perón. Pero nuestra generación fue una generación trágica, de alguna
manera condenada a la clandestinidad, porque venía de un país muy
dividido entre peronistas y antiperonistas, de un mundo dividido en dos
fracciones. Todo era en blanco o negro, con opuestos brutales. La figura
del adversario no aparecía tanto, aparecía la figura del enemigo. La
democracia implica, entre otras cosas, un margen de negociación.

P. -¿En qué cambió?

R. - Yo mantengo los mismos principios que tenía en los setenta. Lo que


ha variado es mi concepción de cuáles son los instrumentos y los métodos
para alcanzar una sociedad más justa, más fraterna, donde el hombre no
sea un lobo del hombre. No creo en el darwinismo. La idea de democracia
sigue siendo un valor no aceptado a fondo en el juego social y político. Un
tercio de la población se encuentra excluida, existe el gatillo fácil. Todos
coincidimos en querer una calidad verdadera de nuestro sistema
democrático y sus instituciones, pero tenemos que reconocer que hay una
monstruosa crisis de representatividad de la clase política. La gente es
escéptica no porque sea totalitaria, sino por fenómenos tan generalizados
como el del Senado, que inducen al escepticismo. Por suerte, hoy los
militares no están en condiciones de hacer lo que hicieron en nuestra
época.

38
P. -
¿Vol
vió a
ver
a
Gali
mbe
rti y
a
Firm
enic
h?

R.
No.
Ade
más,
creo
que
son
disti
ntos. He vuelto a ver a otros compañeros, con algunos tengo una relación
muy estrecha. Yo no soy de los que se encierran en el pasado, aunque
rescato cosas importantes. Me rodeo mucho de gente joven. Una de las
cosas que deseo es que me lean los muchachos. Que se interesen por esa
época, por la música que escuchábamos, las películas que veíamos. Esos
tiempos tuvieron que ver con la creatividad que suponía un mundo no
dado. Fuese cierto o no, uno tenía la impresión de que podía cambiar el
mundo. No había un discurso monolítico como el que hay ahora, dictado
por el mercado.

P. - Durante la primera época, Montoneros contó con un gran apoyo


popular. Las críticas feroces vinieron después, a raíz de todo lo tremendo
que fue pasando.

R. - Hubo etapas muy definidas. Cuando luchábamos para que la gente


pudiera votar y elegir libremente (no hay que olvidar que el peronismo
estaba proscripto) el margen de legitimidad era altísimo. El problema
empezó cuando a raíz de la persecución de la Triple A y la extrema
derecha, se dio una respuesta militar. La respuesta tendría que haber sido
política, aunque fuese muy costoso en términos de vida y sufrimiento. Ese
fue un error muy importante, porque alimentó la caldera. Lo que no deben
hacer nunca los revolucionarios es dar los elementos para que el otro los
destruya. Espero que las nuevas generaciones puedan desarrollarse. Me
da mucha alegría que los chicos nacidos en democracia tengan un reflejo
frente a la vida cotidiana distinto del que teníamos nosotros. A nosotros
nos consideraban sospechosos por ser jóvenes. Creo que nuestra lucha
contribuyó a que eso no pase más. No fue una lucha inútil.

39
P. - El precio fue muy alto.

R. -Seguro, pero si yo pensara que no dejó ninguna clase de semilla, me


suicidaría. Creo que, en gran medida, las nuevas generaciones tienen por
lo menos algunas cosas garantizadas gracias a nuestra lucha.

P. - Hay que ver si las tienen garantizadas gracias a Montoneros, o gracias


a lo que se fue construyendo a partir de Alfonsín y la democracia.

R. -Montoneros es sólo una parte muy pequeña de un fenómeno mucho


más amplio.

2002, www.lossietelocos.com.ar

Copamiento del Regimiento 29 de Infantería


de Monte, Formosa

PARTE DE GUERRA

Formosa, 6 de octubre de 1975

El día 5 de octubre nuestra Organización lleva a cabo la acción militar más


importante realizada en nuestra patria para lograr su definitiva Liberación
Nacional y social. La misma consistía en la ocupación militar de la ciudad
de Formosa, con centro en el Regimiento 29 de Infantería de Monte, a los
efectos de recuperar armamento y mejorar el pertrechamiento del Ejército
Popular.

Esta acción militar se montó sobre la Sección de Combate "Fred Mario


Ernst" compuesto por los Grupos de Combate "Carlos Tuda" y "Zulema
Willimer" que operaron simultánea y sincronizadamente con mando único
y centralizado.

1.- Los Grupos, compuestos por siete Pelotones de Combate, tenían como
objetivo la reducción de las cuatro Compañías, el retén, la Guardia del
Cuartel y el Casino de Suboficiales.

En todos estos puestos hubo resistencia y luego del enfrentamiento fueron


finalmente reducidos salvo en la Guardia. En este puesto lograron escapar
un conjunto de efectivos militares que armaron una base de fuego
logrando con esto hostigar a nuestra fuerza, fundamentalmente los
Pelotones afectados a esa tarea.

Es en este enfrentamiento donde nuestra fuerza tiene todas sus bajas.


Debido a ello fue necesario adelantar la retirada, lográndose concretar el

40
objetivo de recuperación sólo parcialmente, apropiándose
aproximadamente cincuenta fusiles automáticos que pasan a manos de las
fuerzas militares del Pueblo.

En este enfrentamiento perdemos once compañeros entre muertos y


heridos siendo todos finalmente fusilados. A su vez el enemigo sufre unas
cuarenta bajas todas por no acatar las intimaciones de rendición que les
impartía nuestra fuerza.

2.- El Grupo "Zulema Willimer", compuesto de tres Pelotones cumplió la


función de garantizar la retirada de la fuerza de asalto al Cuartel.

Para ello :

inmovilizan a la Gendarmería y Policía Provincial,

copan un avión Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas y copan el


Aeropuerto Internacional de El Pucú.

inmovilización de la policía y Gendarmería se hace con un Pelotón que


establece una base de fuego sobre la única ruta de acceso a la ciudad.

Al tomar contacto con el enemigo hay enfrentamiento, el enemigo se


retira con bajas no precisadas y nuestra fuerza, sin sufrir bajas consigue
cumplir con éxito esta parte de la Operación.

El Pelotón de copamiento del Aeropuerto encuentra resistencia por parte


de la Policía Provincial y Gendarmería que presentaron combate y fueron
derrotados posteriormente, los policías restantes y los gendarmes que se
encontraban en el Aeropuerto se rinden.

A partir de ese momento el control del mismo fue total. Las bajas
enemigas son cinco, nosotros no tuvimos ninguna.

El Pelotón de copamiento del avión logra su objetivo sin incoveniente,

41
controlándose a la tripulación y al pasaje. A estos últimos se les permite
descender posteriormente, salvo a un miembro de la marina que se deja
como
rehén.

3.- El
Grupo
"Carlos
Tuda"
formado
por tres
Pelotones
tenía como
objetivo
copar un
campo en
las
inmediacio
nes de
Rafaela,
señalizar la
pista y
preparar la
defensa y
absorción hacia distintos puntos del país de las fuerzas y pertrechos que
se retiraron de Formosa. Todos estos pasos se cumplen exitosamente,
tanto el descenso del avión como la defensa de los compañeros que
retornaban en el avión su absorción posterior.

Con esta acción nuestra Organización comienza a desarrollar un Ejército


regular que junto al conjunto del accionar militar y paramilitar que ya se
ha efectuado y que se seguirá haciendo, perfilan ya claramente las sólidas
bases de un Ejército que nutriéndose del Pueblo, se irá desarrollando
progresivamente como una de las fuerzas decisivas que permitirán la
toma del poder del Pueblo en la Patria. Hemos demostrado nuevamente, a
pesar del éxito sólo parcial de la Operación y de las bajas sufridas, la
debilidad enemiga.

No hay lugar del país, ni siquiera sus cuarteles más alejados, donde las
fuerzas militares de la reacción puedan sentirse seguras. Su debilidad lo
muestra esta operación. El enemigo ha elegido la guerra para seguir
dominando al Pueblo; el Pueblo seguirá construyendo su ejército y los
derrotará.

Fuente: Evita Montonera Nro 8 - Octubre 1975

42
1982 - Documento de Montoneros desde
México

AL PUEBLO DE LA NACION ARGENTINA

La historia nacional argentina esta signada por


una intermitente guerra civil a veces encubierta y
a veces violentamente desembozada. Este enfrentamiento aun inconcluso
se inicio en los albores mismos de la independencia en 1810; su
persistencia a lo largo de ya mas de 170 años a pesar de las profundas
transformaciones económicas, sociales y políticas acaecidas en el país,
mas aun, la continuidad de los mismos apellidos, como los Mitre, los Paz y
los Martinez de Hoz, contra los mismos enemigos, como los montoneros;
la reiteración de las mismas falsas opciones como civilización o barbarie,
solo puede explicarse por la esencia misma de esta lucha ya casi
bicentenaria. Se trata del enfrentamiento entre las fuerzas que pretenden
el pseudo progreso del país a partir del capital imperialista venido desde el
exterior, y las fuerzas que pretenden el desarrollo de las fuerzas
productivas nacionales expandiendo el mercado interno. Por eso es que
con las abismales diferencias que separan a la formación social de hoy, de
aquella de hace 170 años, los dos polos de este enfrentamiento aun
inconcluso mantienen sus mismos nombres: pueblo y oligarquía.

El ocaso del imperialismo británico implica el agotamiento del país


constituido a partir de 1853. Ya las insurrecciones radicales habían
obligado a la concesión de la ley Saenz Peña, lo que evidencio que el
modelo económico liberal antinacional y antipopular no podían funcionar
con el modelo liberal en lo político: Las mayorías populares ganaban
cualquier elección votando una filosofía económica antagónica con la
oligárquica. Pero fue el peronismo quien presenta seriamente un proyecto
alternativo al plantearse la constitución de una Nueva Argentina
socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.
Plasmó el nuevo proyecto nacional en una nueva Ley Fundamental con la
reforma constitucional de 1949. La incorporación de la clase obrera y
todos los sectores populares marginados al proyecto nacional de la
revolución justicialista se institucionalizó constitucionalmente con los
Derechos del Trabajador, de la Familia, de la Ancianidad y de la Educación
y la Cultura; a ello le agregó "la función social de la propiedad, el capital y
la actividad económica", consagrando además la propiedad estatal de los
recursos naturales, el monopolio estatal del comercio exterior, de los
servicios públicos y de cualquier otra "actividad en salvaguardia de los
intereses generales". El peronismo planteó constituir un nuevo país que
lograra su efectiva independencia respecto de los centros imperialistas,
para lo cual ofreció una alianza a toda la nación, entendiendo por tal a la
totalidad de los argentinos. La oligarquía quedo comprendida dentro de la
propuesta, no así los capitales imperialistas que imponían la
independencia; solo que ahora la oligarquía debía conformase con ser un
socio menor, políticamente minoritario y económicamente subordinado a

43
la alianza de la burguesía industrial nacional y la clase trabajadora, bajo
un Estado económicamente monopolista y hegemónico. La experiencia
histórica nos ha demostrado, con graves perjuicios para el pueblo, que la
unidad nacional no puede ser de todos los argentinos, no puede incluir a
la oligarquía.

Desde 1955, cuando el contragolpe de la oligarquía derrocó al gobierno


peronista, el país vive en inestabilidad política y sin ley constitucional. En
efecto, la autodenominada "Revolución Libertadora", como la
autodenominada "Revolución Argentina" y el presente autotitulado
"Proceso de Reorganización Nacional", han ocupado el poder durante 16
años con estatutos provisionales a los cuales se subordina la Constitución,
quedando de hecho anulada. A ello debemos sumarle que el tirano
Aramburu anuló por un bando militar la Constitución de 1949, que la
dictadura de Lanusse modificó por decreto la Constitución de 1853, etc. La
última Ley Fundamental con vigencia constitucional es la de 1949; pero el
hecho de que no rija desde 1955 sumado a la inestabilidad política y a 16
años de dictaduras militares, 7 años de gobiernos civiles surgidos de
elecciones proscriptivas y apenas 3 años de gobierno civil surgido de
elecciones libres en un total de 26 años, demuestra que en la actualidad
los argentinos no tenemos una nación orgánicamente constituida.

Esta situación se origina en que en los últimos 40 años el país estuvo y


aun está, sometido a una tenaz lucha entre tres agrupamientos sociales,
cada unos de ellos con su propio proyecto y en defensa de sus intereses y
del capital que considera de su propiedad. Tenemos por un lado las clases
dominantes, es decir, la alianza oligarquico-imperialista, que componen
las dos caras de la moneda de la dependencia: la oligarquía nativa como
clase dominante no podría existir sin el sostén del capital imperialista
extranjero, pero este no podría penetrar en el país sin una clase nativa
vendepatria que le abriera las puertas; esta es la esencia del
neocolonialismo. El entrelazamiento político y económico de la oligarquía y
el imperialismo nos da por resultado los grupos económicos oligárquicos,
al margen de las empresas de puro capital extranjero. Ese gran capital
tiene su propio proyecto de país, subordinado a los planes de división
internacional del trabajo que elaboran los grandes capitales
multinacionales en su propio beneficio.

Tenemos por otro lado la mayoría del pueblo argentino, que son los
trabajadores asalariados, los desocupados, marginados y trabajadores por
cuanta propia. Ellos son los dueños de la fuerza del trabajo y no es ocioso
recordar que el trabajo existió antes de que existiera el capital, forma
sencilla de ver que el capital no es mas que el fruto del trabajo acumulado
durante generaciones. Cuando la fuerza política de los trabajadores
expresada en el peronismo, a partir de 1945, impuso su presencia y sus
derechos, los trabajadores dejaron de ser solamente propietarios de su
fuerza laboral y comenzaron a acumular su propio capital bajo la forma de
propiedad estatal; la gran diferencia entre el capital de los empresarios

44
privados y el capital de los trabajadores de propiedad estatal es que este
ultimo siempre coincide con la soberanía nacional. Es precisamente en la
década del gobierno periodista que se acumula una enorme, raquitismo y
poderoso capital el estado en los sectores claves de la economía.

Por ultimo, tenemos al tercer agrupamiento social constituido por el


empresariado nacional, como genéricamente se lo denomina, y que
abarca al pequeño y mediano capital agropecuario, industrial, comercial y
financiero. Si bien estos sectores son previos al peronismo, no cabe
ninguna duda que su gran expansión, sobre todo la de los industriales, se
la deben a la política económica del peronismo, pese a que nunca lucharon
políticamente a favor del mismo y en mas de una ocasión lucharon en su
contra.

La lucha entre estos tres agrupamientos sociales se desarrolla alrededor


de un eje determinante, que es el antagonismo absoluto entre el pueblo, o
sea, los trabajadores asalariados, y la oligarquía. La lucha gira en torno a
la propiedad del capital estatal, que es de los trabajadores aunque al
servicio de toda la nación. Los trabajadores son políticamente
nacionalizadores y sus intereses en el gobierno significan aumentar la
acumulación del capital en el Estado defendiendo al mismo tiempo la
soberanía nacional. En cambio la oligarquía es políticamente vendepatria
por eso sus intereses en el gobierno significan privatizar las empresas del
Estado. ¿Quién compra las empresas estatales que privatizan las
dictaduras militares?: los capitales oligarquicos-imperialistas. Asi se
demuestra como bajo el argumento técnico de combatir la inflación, la
oligarquía le roba a mano armada (armada de fusiles, tanques, aviones y
submarinos) a los trabajadores, un capital que es propiedad de ellos y
fruto de la acumulación de su trabajo durante generaciones.

La fuerza económica, social y política de estos tres agrupamientos en


lucha de ninguna manera es igual. La alianza oligarquica-imperialista
posee un gran capital altamente concentrado en su propiedad; es una
minoría social insignificante que aun contando a todos aquellos que
pudiera arrastrar detrás de sus objetivos con diversas formas de
compromisos, sobornos y engaños apenas supera el 15% en una
contienda electoral libre: su presencia en el poder durante largos años
desde 1930 hasta el presente solo ha sido posible mediante el manipuleo
de las fuerzas armadas de la nación a su servicio exclusivo, instaurando
dictaduras militares cada vez más criminales. El empresariado nacional
posee un capital pequeño y mediano de escasa composición orgánica y
muy baja concentración; su fuerza social, incluyendo a sectores de las
capas medias que sin ser empresarios se mueven con sus pautas sociales
y políticas, escasamente llega al 25%, razón por la cual su presencia
hegemónica en el gobierno solo se hace posible por medio de regímenes
aparentemente democráticos pero surgidos en la práctica de la
proscripción política de la fuerza popular mayoritaria, o sea, el peronismo.
El pueblo, con la clase trabajadora, como su columna vertebral y

45
vanguardia social en las luchas, posee la más formidable fuerza
económica, base de toda la producción, que es la fuerza del trabajo; a ello
se suma su efectiva propiedad sobre el capital estatal puesto al servicio de
toda la sociedad, que es un capital enorme y poderoso a la vez que es
diversificado y dedicado en gran parte a los sectores claves de la
economía. Si hoy ese capital se ve disminuido por las llamadas
privatizaciones practicadas por la dictadura oligárquica, debe quedar claro
que se trata de un robo que será debidamente reparado cuando el Estado
recupere su propiedad sobre las empresas en un futuro no muy lejano. La
fuerza social del pueblo es mayoría absoluta dentro de la nación, ya que
constituye el 60% y su fuerza política se deriva de que la inmensa
mayoría del pueblo posee una identidad política unificadora, como es el
peronismo, o sea que el pueblo tiene la fuerza política de la democracia
por su propia naturaleza mayoritaria. Su desalojo del gobierno o su
proscripción se ha debido simplemente a la imposición tiránica de la
fuerza de las armas en manos de la minoría.

¿Cómo juega el tercero en discordia en esta lucha?. El comportamiento del


empresariado nacional durante por lo menos los últimos 40 años ha sido
ambivalente y cambiante y puede decirse que es su comportamiento el
que ha venido desequilibrando la balanza según se alió al pueblo
constituyendo una alianza frentista nacional y popular, la correlación se
volvió totalmente desfavorable para la alianza oligarquico-imperialista y
entonces tuvimos gobiernos populares defensores del capital estatal y de
la industria nacional. Pero como no se aniquilaba a la oligarquía , al
tiempo el gobierno se enterraba en una crisis económica; en ese momento
el empresariado nacional rompía la alianza por considerar que se reducían
sus márgenes de utilidades, creyendo que en ese acuerdo con los grupos
económicos oligárquicos contra los trabajadores tendría un futuro
provechoso. Cuando esto sucedió tuvimos gobiernos de dictaduras
militares.

Sin embargo, esa alianza antipopular y antinacional, solo es un engaño


habilidoso de la oligarquía a expensas de la ingenuidad del empresariado
nacional. Al poco tiempo se rompe, porque la política oligárquica no
consiste simplemente en "controlar los excesos sindicales" o "combatir la
corrupción o la subversión", sino que consiste en destruir el mercado
interno, reduciéndolo drásticamente, privilegiando un mercado de
artículos suntuarios para los sectores de altos ingresos, favoreciendo las
importaciones de todo tipo y promoviendo las exportaciones que
convienen al capital de sus grupos económicos y a los intereses de sus
socios imperialistas en el mercado mundial. El gran capital de los grupos
económicos oligárquicos tiene la tendencia natural de aumentar su poder
por medio de la mayor concentración del capital en sus manos y esto lo
realiza tanto por la privatización de las empresas estatales como por la
quiebra del capital de los empresarios nacionales, llevando a la quiebra la
pequeña y mediana industria y desalojando de sus tierras a los pequeños
y medianos productores agrarios. Cuando esta alianza se rompe y el

46
sector de los empresarios nacionales retorna a la alianza con el pueblo, la
crisis política resquebraja la aparente dureza del poder de las dictaduras
militares.
Esta historia se viene repitiendo cíclicamente desde los orígenes del
peronismo hasta hoy, solo que el saldo que va dejando a traves de la
inestabilidad política, la ausencia de continuidad en planes de desarrollo
económico y social de largo plazo, el periódico y cada vez más cruento
derramamiento de sangre, etc., es un saldo negativo para la nacion como
tal, de estancamiento primero, de retroceso en la actualidad y, de seguir
así la historia durante los próximos veinte años, tendremos al final la
desintegración nacional, inclusive territorialmente. Debemos tener la más
clara consciencia que es este y no otro el final en caso de mantenerse
indefinidamente el enfrentamiento entre estos tres agrupamientos sociales
sin que nadie se imponga definitivamente.

¿Cabe plantearse acaso la supresión de la lucha sin suprimir a ninguno de


los tres capitales involucrados en ella?. Eso seria supuestamente la unidad
nacional sin distinciones de ninguna especie. Hemos oído muchas veces
ese canto de sirena. Ya hemos visto que allí estuvo el error esencial del
pacto constituyente de 1949. La oligarquía, cuando se ve perdida, negocia
cualquier cosa con tal de que la otra parte se comprometa a no
expropiarle el capital; posteriormente, con la fuerza de ese mismo capital
hostiga con el desabastecimiento t reduce las exportaciones; al final,
suprime por una proclama militar firmada por un tirano la totalidad de la
Constitución. Volvieron a repetir esa táctica en 1973, retirándose
solamente para preparar una contraofensiva más sangrienta.

La única manera de resolver definitivamente esta lucha desintegradora


por lo desangrante es la alianza de dos con el fin de hacer desaparecer
definitivamente al tercero. Obviamente la alianza del pueblo con la
oligarquía en contra del empresariado nacional es absurda. La alianza del
empresariado nacional con la oligarquía, además de antinacional y
antidemocrática es inconducente según lo ha demostrado ya la historia. La
razón de ello es que en esa alianza va a buscar un aumento en la tasa de
explotación de la mano de obra, pero obviamente no le interesa la
destrucción total de esos mismos trabajadores que son mano de obra y
mercado consumidor. En cambio la oligarquía utiliza la alianza con los
empresarios nacionales al solo efecto de reunir la fuerza suficiente para
derrocar a los gobiernos populares, pero luego se quita la careta y
demuestra que sus intenciones son obtener un país de no más de 15
millones de habitantes, o sea que debe destruir al pueblo expulsando de la
sociedad y del país a nada menos que 13 millones de habitantes. Un
proyecto semejante no deja lugar, naturalmente, para la existencia del
empresariado nacional; pero ha sido siempre la heroica resistencia obrera
y popular la que ha detenido el avance de las ofensivas oligárquicas. La
única alianza natural, en la que convergen los intereses económicos a
largo plazo es la del pueblo con el empresariado nacional con el fin de
aniquilar a la oligarquía, con lo cual se deja sin base social de sustentación

47
a los capitales extranjeros capitalistas.

¿Por qué no ha ocurrido eso hasta ahora si ya esa alianza se hizo en mas
de una ocasión?. Por lo mismo que ya hemos dicho: hasta ahora nunca se
realizo una Alianza Constituyente entre el pueblo y el empresariado
nacional con el fin de construir una Nueva Argentina SIN OLIGARQUIA.

Habitualmente los empresarios nacionales le tienen miedo a una alianza


en la que avance seriamente un plan de nacionalizaciones porque suponen
que esa "violación de la propiedad privada" puede después descargarse
sobre ellos mismos. Nosotros creemos que en la medida que no se
expliciten debidamente las intenciones programaticas de todos los
eventuales participantes de una alianza es natural que todos desconfíen
de las intenciones ulteriores de todos. De acuerdo con el decir
popular"cuentas claras conservan la amistad".

Proponer la eliminación definitiva del agrupamiento social oligarquico-


imperialista constituye indudablemente una revolución, cuyo carácter es
simultáneamente nacional y social. No se puede realizar una revolución en
nuestro con la ingenuidad infantil de proponer alianzas tácticas con la mal
disimulada intención de enfrentar posteriormente al aliado. No creemos en
el engaño como base de la política en el marco de un país culturalmente
maduro. Creemos si en la negociación capaz de armonizar intereses
comunes, capaz de poner limites y garantías para la defensa de los
intereses y de los legítimos derechos de cada uno; creemos en la alianza
estratégica sobre la base de un pacto de mutua conveniencia, tanto por
satisfacer la mayor parte de las aspiraciones sectoriales como por
garantizar el logro de todas las aspiraciones comunes al conjunto. Todo
ello debe realizarse partiendo de la autentica aceptación de la democracia,
cuyo problema básico no ha sido el cacareado problema de la supuesta
falta de respeto por las minorías, verdadero cinismo de los vendepatrias,
sino el respeto a las mayorías, quienes tiene el derecho sagrado de
gobernar partiendo del principio de que el único soberano en una
República es el pueblo mismo.

Por eso es que proponemos una ALIANZA CONSTITUYENTE para una


NUEVA ARGENTINA SOCIALMENTE JUSTA ECONOMICAMENTE LIBRE Y
POLITICAMENTE SOBERANA, MILITARMENTE EN PAZ E
INTERNACIONALMENTE SOLIDARIA.

Pensar un país sin oligarquía y sin dependencia del imperialismo implica


elaborar y pactar un Proyecto Nacional de largo alcance. No se trata en
primera instancia de convocar a elcciones para una Convención
Constituyente que le haga reformas a la Ley Fundamental preexistente. Se
trata de pactar un proyecto socioeconómico para la realización de los
intereses de las fuerzas constituyentes de la Nación. La superestructura
juridico-politica nace de y obedece al proyecto social y económico para la
salvaguarda de los derechos y garantías pactados y para la mayor

48
eficiencia posible en la administración. Por eso hoy, al presentar nuestra
proposición para las BASES de la ALIANZA CONSTITUYENTE, lo hacemos
poniendo especial énfasis en los aspectos económicos y sociales. Si el
frente nacional y popular acuerda un pacto sobre la armonización de los
respectivos intereses económicos, no nos será difícil acordar luego las
instituciones políticas partiendo del principio de la Soberanía Popular en
un régimen republicano, representativo y federal con pluralismo político y
democracia social. Por el contrario, de nada nos valdrá acordar
simplemente en la defensa de la democracia en abstracto si al día
siguiente de que caiga la dictadura se inicia una nueva guerra civil para
imponer proyectos económicos diferentes o para burlar la voluntad de las
mayorías populares; la oligarquía contragolpeara una vez más.

Un Proyecto Nacional de desarrollo economico-social, en el mundo actual,


carece de sentido como proyecto autárquico; presupone por lo tanto una
previsión sobre su inserción internacional. Aquí una vez mas lo
determinante es buscar con quienes tenemos intereses económicos y
sociales comunes. En el Cono Sur enfrentamos proyectos reaccionarios
esencialmente idénticos, basados en la doctrina de seguridad nacional
para imponer en lo económico a la escuela de Chicago, teoría económica
al servicio del gran capital financiero internacional. Además afrontamos el
mismo problema en cuanto a la estrechez de nuestros respectivos
mercados internos, problema mucho más grave en algunos de nuestros
vecinos, y tenemos en común la proximidad geográfica con recursos
naturales que, en el conjunto del Cono Sur, son complementarios. En
América Latina compartimos con nuestros pueblos hermanos los anhelos
de integración fundados en razones historico-culturales y en innegables
ventajas económicas que redundarían en mayor capacidad de decisión
política soberana en el concierto internacional para el siglo venidero; un
mercado común latinoamericano es el mínimo al que debemos aspirar y
por el que debemos luchar. En el conjunto del Tercer Mundo compartimos
la necesidad del desarrollo, de romper él deteriore de los términos de
intercambio y de resolver definitivamente el gravisimo problema de la
dependencia financiera; no es impensable entonces que en el marco del
Movimiento de Piases No Alineados y del dialogo Norte-Sur resolvamos
nuestra propia deuda externa derivando su pago renegociado hacia un
fondo común de desarrollo para el tercer mundo.

Basamos nuestra proposición programatica para una ALIANZA


CONSTITUYENTE DE LA NUEVA ARGENTINA en la interpretación histórica
de nuestro desarrollo económico porque entendemos que de allí surge la
comprensión cabal de nuestros problemas y consecuentemente su
solución. De todas maneras, es bien posible que no exista coincidencia
plena al respecto entre las diversas expresiones sociales y políticas del
frente nacional y popular. No es lo determinante. Lo básico, lo
efectivamente constituyente de un Proyecto Nacional es pactar el futuro.
El oprobioso estado de miseria, injusticia y destrucción nacional a que nos
ha conducido la tiranía oligarquico-militar nos exije imperiosamente una

49
solución definitiva. La constitución del Frente Nacional y Popular con un
Proyecto Nacional definido y una estrategia de conquista del poder clara
basada en la movilización popular activa es un deber histórico que nadie
puede rehuir. Al presentar estas Bases de ninguna forma lo hacemos con
criterio dogmático ni pretendiendo poseer verdades reveladas. Son bases
mínimas suficientes para acordar un pacto histórico y materializar
sólidamente la ALIANZA CONSTITUYENTE. La dirijimos, en primer lugar, a
las bases sociales del pueblo y del empresariado nacional por cuanto allí
reside la soberanía sobre todas las cosas; en segundo lugar las dirijimos a
las organizaciones gremiales y partidos políticos ya que son quienes
deberían actuar en calidad de representantes de aquellas bases sociales.
No se nos escapa que existe en la Argentina de hoy una crisis de
representatividad. Si los actuales dirigentes gremiales y políticos obran
consecuentemente en la defensa de los intereses presentes y futuros de
sus bases sociales harán más fácil la resolución de todos los dramas
actuales. En caso contrario, nos consta la existencia de un segundo nivel
de dirigentes en todos los organismos gremiales y políticos y no dudamos
de la capacidad de expresión y presión desde las bases soberanas; ello
conducirá de todas maneras, aunque por caminos más largos y tal vez
más penosos, a un mismo final de unidad nacional antioligarquica y
antiimperialista.

Enfrentamos dramáticamente la opción de LIBERACION O DEPENDENCIA


del mismo modo en que para el conjunto latinoamericano se hace dirá la
sentencia del General Peron de que "el año 2000 nos encontrara unidos o
dominados". Si no somos capaces de imponer la LIBERACION, ese año
2000 encontrara a nuestra región destruida y quizás desintegrada.
Ninguna sociedad se ha suicidado en la historia. El pueblo y la nación
argentina serán por cierto la excepción. Por eso es que luchamos sin
limites de heroísmo sabiendo que lo que dijera la compañera Eva Peron,
"la patria dejara de ser colonia o la bandera flameara sobre sus ruinas",
solo habrá de concluir con la LIBERACION NACIONAL Y SOCIAL.

12 de enero de 1982

Mario Eduardo Firmenich


Secretario General
Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero

Fuente: Revista Vencer, México, 1982

Discurso de Rodolfo Puiggrós en homenaje a


Mario Roberto Santucho, México, 16 de julio de
1977

50
Rodolfo Puiggrós (1906-1980)

El 12 de noviembre de 1980 fallece en La Habana, Cuba, Rodolfo


Puiggrós, quien fuera uno de los más destacados intelectuales del campo
nacional y popular de Argentina. Formado en las ideas marxistas de las
primeras décadas del siglo XX, Rodolfo militó en el Partido Comunista,
organización con la que entró en conflicto al producirse la gran eclosión
popular del 17 de octubre de 1945. De allí en más participó activamente
en las luchas del Movimiento Peronista, manteniendo siempre su decidida
adhesión a las grandes mayorías que a partir del golpe gorila de 1955
enfrentaron a la reacción dictatorial.

Historiador lúcido del proceso iniciado en 1492 con la conquista europea


que significó el saqueo de Nuestra América y el genocidio de los Pueblos
Originarios, Puiggrós cuestionó siempre desde sus libros, del periodismo
combativo, la cátedra y la acción política, a todas las expresiones del
liberalismo que aceptaban acríticamente el dominio del pensamiento
eurocentrista. En tal sentido, coincidió con los hombres que desde FORJA
bregaron en la década del 30 por la construcción de un proyecto nacional
revolucionario, alejado tanto de los modelos anglo norteamericanos como
de un mecanicismo sedicentemente izquierdista que pretendía trasladar a
los países del Tercer Mundo las contradicciones entre las potencias
occidentales y la Unión Soviética. No aceptó entonces, ni aceptaría nunca,
los "pensamientos únicos", las autodesignaciones de vanguardias
revolucionarias, las pretensiones de igualar realidades sociales y políticas
singulares a las condiciones particulares de Argentina y del subcontinente
latinoamericano.

Legítimo heredero de las concepciones revolucionarias del nacionalismo


popular latinoamericano, expresado desde la gesta sanmartiniana,
bolivariana y antigüista por las montoneras federales rebeladas contra el
proyecto de conformar en la región rioplatense una semicolonia pastoril,
Puiggrós coincidió en la práctica con lo afirmado por José Carlos
Mariátegui: "Todos los pensadores de Nuestra América se han educado en
una escuela europea. No se siente en su obra el espíritu de la raza. La
producción del intelectual del continente carece de rasgos propios". Fue
por ello que planteó: "Las izquierdas comparten con el liberalismo y el
nacionalismo de minorías el hábito mental de conceptuar conceptos, en
lugar de conceptuar los hechos y la historia de la realidad argentina".

Autor prolífico, periodista talentoso, profesor que enseñaba escuchando,


Rodolfo Puiggrós no se refugió nunca en las torres de marfil de las
intelectualidades ajenas a las luchas de los trabajadores y el pueblo, sino
que en las duras jornadas de la resistencia peronista afrontó los riesgos de
una consecuente militancia. En los años que van de 1958 a 1973 da a
conocer gran parte de su obra, desnudando los fundamentos de las
sucesivas caricaturas "democráticas" que abrieron el camino a las
dictaduras de 1966 y 1976.

51
Tras su breve pero inolvidable paso por el rectorado de la Universidad de
Buenos Aires, se vio obligado a exiliarse en ese México solidario y
fraternal para muchos miles de argentinos que allí reencontraron o
descubrieron la auténtica esencia latinoamericana. En conjunto con
amplios sectores de los trabajadores y la juventud combatiente se sumó a
lasa filas del Movimiento Peronista Montonero, demostrando con su actitud
que no participaba del nutrido sector intelectual del "animémonos y
vayan", ni tampoco de los grupos de inspectores de revoluciones a
prudente distancia de la represión dictatorial.

La muerte lo encontró en La Habana, Cuba, donde se había dado cita con


otros compañeros para discutir sobre las mejores formas de proseguir la
lucha antidictatorial. Llevado a México, permaneció en aquella tierra que
tanto quiso hasta su repatriación a la argentina en la década del 80. Los
homenajes que de allí en más se le tributaron han sido desde luego
importantes, pero entendemos que insuficientes. Por eso, un conjunto de
argentinos de diversas expresiones ideológicas, partidarias y sociales, nos
reunimos en esta Comisión de Homenaje que impulsará un programa de
actividades para recordar a Rodolfo Puiggrós, pero fundamentalmente con
el objetivo de difundir su pensamiento y su obra en el ámbito nacional y
latinoamericano.

La Fogata, 2002

Sobre Rodolfo Puiggrós

El historiador argentino Rodolfo Puiggrós (1906-1980) fue uno de los


principales intelectuales enrolados en la izquierda peronista. Su primera
militancia la realiza en las filas del Partido Comunista (PCA) durante la
década del '30 y comienzos del '40. Como miembro de esa organización
publica textos clásicos de historiografía. Entre otros: Rosas el pequeño,
Los Enciclopedistas y De la colonia a la revolución . Dirige entonces la
revista de teoría marxista Argumentos. Más tarde, a mediados de los años
'40, se escinde del PCA y funda el Movimiento Obrero Comunista (MOC).
Adhiere entonces al peronismo y comienza a editar el periódico Clase
Obrera. Luego del golpe de estado de 1955 se exilia en México. Allí, en el
periódico mexicano El Gallo Ilustrado, mantiene durante 1965 un
prolongado debate teórico con André Gunder Frank, uno de los máximos
impulsores de la teoría de la dependencia. Siempre en el exilio, reúne sus
principales textos sobre historia argentina -varios tomos- en una obra
gigantesca titulada Historia crítica de los partidos políticos argentinos. Más
tarde, regresa a la Argentina y en 1973 es nombrado - durante el corto
gobierno de Héctor J. Campora- rector de la Universidad de Buenos Aires
(UBA). Perseguido y amenazado por el grupo parapolicial y paramilitar
Alianza Antocomunista Argentina (AAA), Puiggrós marcha nuevamente al
exilio mexicano. Completamente desgarrado por el asesinato de su hijo
Sergio (joven militante de la organización Montoneros), Rodolfo Puiggrós

52
termina sus años del exilio militando orgánicamente en Montoneros y
encabezando campañas de solidaridad con la revolución cubana, con la
naciente revolución sandinista y denunciando internacionalmente las
violaciones a los derechos humanos de la dictadura del general Videla y
sus cómplices. Muere durante un viaje a La Habana en 1980.

El siguiente texto -inédito- recoge el manuscrito de archivo [tipeado a


máquina], base de la intervención oral de Puiggrós, realizada en México el
16 de julio de 1977, en homenaje a Mario Roberto Santucho (1936-1976),
líder máximo del Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército
Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), quien cayó combatiendo a la
dictadura militar un año antes de este homenaje (19 de julio de 1976).

Creemos que la lectura de este documento histórico puede resultar


sumamente útil para las nuevas generaciones y, sobre todo, en momentos
políticos como los que actualmente vive la Argentina. Cuando desde el
gobierno de Néstor Kirchner y su entorno ideológico se intenta reflotar -
una vez más- el clásico discurso nacional-populista... mientras se vuelve a
insistir con la típica prédica maccartista, ayer dirigida contra la guerrilla
marxista, ahora enfocada contra "los piqueteros duros", contra "los
piqueteros rebeldes", contra "los piqueteros intransigentes", etc.

Bien vale la pena entonces releer a Puiggrós, quien lejos de todo


maccartismo y a pesar de estar enrolado en la izquierda peronista (y de
ser uno de sus principales ideólogos...), no deja de rendir tributo y
explícito reconocimiento a la izquierda marxista revolucionaria.

Discurso de Rodolfo Puiggrós en homenaje a Mario Roberto


Santucho, México, 16 de julio de 1977

El sábado anterior, con motivo de celebrarse el 161 aniversario de la


declaración de la Independencia Argentina un ministro de la tiranía, cuyo
nombre olvidará la historia evocó "con nostalgia desde la pequeñez actual
-así se expresó- los tiempos pasados". Dijo: "Como Diógenes buscamos
hoy desesperadamente, con un candil que ya se apaga, al hombre
arquetipo, y encontramos sólo espectros que nos consolidan en el
convencimiento de una verdad dura e irrefutable: ¡A qué bajo nivel hemos
llegado!. Las cenizas de nuestros antepasados seguramente crepitan de
vergüenza al comprobar que hemos dilapidado un patrimonio moral de
valor inestimable...La república argentina necesita avivar ese fuego
regenerador para que en él se consuma la mediocridad, el oportunismo, la
obsecuencia, la cobardía y el egoísmo, y para que renazca una nueva
República".

El crepitante ministro ofreció con sus palabras un dramático y exacto


cuadro del medio social en que se mueve y de la baja condición moral y
cultural de los hombres que ocupan posiciones públicas, hombres que

53
dicen representar al "ser nacional" y son, en verdad, la "nada nacional". El
Diógenes ministerial no encuentra, con "un candil que ya se apaga", en los
altos círculos que frecuenta y lo enajenan, los personajes que salven a la
Argentina de "la dimensión de nuestra crisis, de la profundidad de nuestra
decadencia. Desconocemos si los miembros de la Junta Militar, los
directores de los diarios oficiosos y la intelectualidad servil se sintieron
aludidos por la irreverencia nihilista del autocrático ministro. Tampoco
sabemos si éste funcionario del genocidio fue a buscar en la ESMA o en los
49 campos de concentración y casas de torturas el "fuego regenerador"
que antiargentinos de escasísima inteligencia y alma criminal aplican con
el fin de cumplir las órdenes de sus amos imperialistas y de una oligarquía
apátrida que sólo piensa en salvarse de la ira del pueblo.

Mientras otro ministro promete doce años de torturas, hambre y de


destrucción, doce años de muerte, cárcel y exilio de los mejores
argentinos para crear lo que llama, con trágica ironía, la "verdadera
democracia", de las entrañas fecundas de nuestro pueblo nacen y nacen
los arquetipos de la sociedad del mañana, los héroes de la Patria
Socialista. El martes próximo se cumple el primer aniversario de la muerte
en combate de uno de los más grandes de ellos. Desde esta tribuna del
"Comité de Solidaridad con el Pueblo Argentino", de la "Casa Argentina",
rendimos emocionado homenaje fraternal al tucumano Mario Roberto
Santucho y en él, a los héroes que dieron su vida y a los millares que
luchan en todos los rincones de nuestra República, día a día más
numerosos, convencidos y combativos por una sociedad soberana y justa.

Santucho nos dejó un ejemplo que perdurará a través de los siglos. El


ejemplo de los revolucionarios auténticos, de los que se entregan a su
causa con pasión integral, de los que no miden los riesgos, ni esperan que
otros se jueguen por ellos en nombre de una falsa superioridad
intelectual.

Santucho creyó en la unidad de la teoría y la práctica, y si entre nosotros


pudo haber diferencias tácticas o hasta ideológicas, no existen fronteras
que nos separen en la guerra contra el enemigo común. Las únicas
fronteras son las que aíslan a los oportunistas, a los acomodaticios, a los
especuladores. Y de esta raza no era Mario Roberto Santucho. Y de esta
raza no son quienes vemos en él un adelanto del argentino que hoy
resiste y pronto barrerá de nuestra tierra a los agentes del coloniaje y de
la opresión para que reine la paz y pueda la inteligencia desterrada volver
para que la Patria querida sea el hogar de la humanidad integrada y
superior.

Homenajeamos en Mario Roberto Santucho a nuestros muertos que


vivirán eternamente en la memoria de los argentinos. A latinoamericanos
de la gloria mundial de los Che Guevara y los Camilo Torres desde cuya
altura sentimos lástima por los capitanejos que roban, violan, torturan y
matan en los escasos minutos de sorpresa que les dejó nuestro error y

54
nuestra ingenuidad. Y a nuestros muchachos y muchachas que preparan
la victoria final sin medir los sacrificios.

A Julio Roqué
Norma Arrostito
R.Ortega Peña
Paco Urondo

Fuente: Rebelión, 2003

12 de octubre de 1973 - Acta


de unidad de FAR y
Montoneros

FAR Y MONTONEROS SE
FUSIONAN

1) ¿QUE ERAN LAS FAR?

Reportaje a las FAR - Fuerzas


Armadas Revolucionarias

FAR: con el fusil del Che

En la calle se les conoce por "los 1973 - Quieto y Firmenich firman el


de Garín", una operación militar acuerdo de fusión de
matemática que les permitió FAR y Montoneros
controlar una población dé 30.000
habitantes durante casi una hora; en los círculos clandestinos se les
conoce como "los hombres del Che", porque estaban preparados para
sumarse a la guerrilla de Bolivia; ellos, después de considerar varios
nombres, decidieron levantarse en armas bajo una firma que ya está
haciendo historia: Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

Un dato para la Policía Federal: les va a dar trabajo descubrir detrás de


este joven delgado y apacible, bien vestido, que tiene la corrección de un
atento empleado de banco, al combatiente y dirigente nacional de las FAR
que me habla de su organización en una confitería, una de las mil
confiterías de ,Buenos Aires.

"Sí, nosotros nacimos como grupo que se proponía incorporarse a la


guerrilla del Che. Conocimos el proyecto con cierta antelación y nos
preparamos para incorporarnos. Nuestro grupo era entonces pequeño,
compuesto por gente que venía de la izquierda tradicional, algún peronista
y mucha gente nueva, sin antecedentes políticos. Éramos conocidos,
amigos, compañeros de luchas políticas y nos unía una idea servir en lo

55
que pudiéramos en la columna del Comandante Che Guevara. No nos
habíamos planteado una línea política independiente, delegábamos todo lo
que se refiera al desarrollo integral de una organización, como es lógico, a
la figura del Che.

Una organización: por hacer

Pero cae el Che ya no podemos pensar así, ya no podemos, delegar nada


en nadie, sino que.- tenemos que hacer un esfuerzo por concebirnos como
una organización que se plantee la totalidad de las variantes que requiere
la lucha revolucionaria.

Siendo conscientes, por supuesto, de que no éramos los únicos consi-


deramos que, en una primera etapa, lo más conveniente, y prudente era
desarrollarnos como grupo, consolidar una organización que tuviera cierta
solidez, cierta homogeneidad, que pudiera además, producir hechos y
entonces iniciar una política de apertura.

Sigue un período desde la muerte del Che a mediados de 1969 un año de


transición en la Argentina y también para nosotros, en que nuestro
trabajo apunta fundamentalmente á la consolidación organizativa y a la
definición de nuestra estrategia.

Nosotros que habíamos arrancado de la concepción del foco guerrillero


rural, nunca subestimamos la lucha urbana, pero entonces no le dábamos
la importancia que le damos actualmente. No obstante, si la guerrilla
urbana habría sido siempre una preocupación en nosotros, no habíamos
conseguido articular bien dentro de una estrategia. Fue recién el año
pasado cuando nosotros incorporamos la lucha urbana como elemento
fundamental de nuestra estrategia y pasamos a actuar en consecuencia.

Nuestra anterior estrategia, como es lógico, se reflejaba en todo lo que


hacíamos: los planes de instrucción militar, apuntaban fundamentalmente
a la guerrilla rural; los planes de formación de cuadros tendían a su
preservación o sea, formábamos la gente y la cuidábamos para la lucha
superior que era la guerrilla rural; la política de recursos la trasladábamos
para un momento más cercano a la instalación del foco. Y todo así.

Fuimos haciendo nuestra experiencia, y bueno, un poco la realidad


nacional nos llevó a ir 'completando' nuestro planteo estratégico que visto
desde hoy hacia atrás, consideramos, efectivamente, que era parcial!,
incompleto, insuficiente.

Una nueva etapa

Nosotros ya habíamos empezado a discutir el problema de la importancia


de la lucha urbana y estábamos en eso cuando en la Argentina sobreviene
el "Cordobazo" que, por supuesto, nos impacta a nosotros, como impacta

56
a todos y produce realmente un cimbronazo que confirma un poco todas
estas cosas.

A partir de ahí iniciamos toda una nueva etapa. Intentamos definirnos,


siempre dentro de una característica, quizás aprendida de los Tupamaros,
que escribimos poco, realmente. Siempre nosotros decimos que nuestra
práctica esta un poco más allá de nuestra teoría.

Ahora estamos haciendo un esfuerzo por nivelar esta cuestión. Haciendo


un 'balance organizativo nos planteamos que la construcción de organi-
zaciones de este tipo suponía el desarrollo simultáneo o lo más simultáneo
posible de varias áreas de trabajo.

Dentro de nuestra terminología los llamamos los principios básicos de la


construcción organizativa y que serían: 1) lo que llamamos la continuidad
y progresividad operacional, 2) clarificación estratégica, 3) capacitación
técnica, entendido por técnica militar y por otro lado: 4) la técnica
organizativa o sea todo lo referente a la infraestructura organizativa, a
niveles de seguridad, de crecimiento, de reclutamiento.

Nuestra historia es un poco una historia de avances a saltos en cada una


de estas áreas. Hemos tenido etapas en que priorizamos la capacitación
técnica, pero producíamos un salto en la técnica en desmedro de las otras
áreas. A lo estrictamente estratégico y político, es recién ahora que le
estamos dando la debida importancia aunque, por supuesto, como le
decía, siempre lo discutimos. Llegó un momento en que creíamos tener un
grado de capacitación técnica bastante adecuado, pensamos que teníamos
un buen nivel operacional. Iniciamos las operaciones -una serie de
operaciones que no se sabe que las hicimos nosotros porque todavía no
firmábamos como organización- y comprobamos que la gente se comportó
bien, que revelaba una gran combatividad y que habíamos alcanzado la
capacidad para planificar y ejecutar operaciones complejas y, puede
decirse, "presentamos en público". Y tenía que ser una buena
presentación.

La idea de Garín

Así surge la idea de tomar Garín. La acción no era una locura porque ya
habíamos 'hecho" como le digo, otras operaciones con una movilización
importante de gente, teníamos una buena experiencia acumulada en ese
sentido.

Siempre nos había gustado mucho la toma de Pando por los Tupamaros,
tanto es así que cuando decidimos planear la acción la llamábamos
"Pandito", aunque, después, lógicamente, le dimos otro nombre.

Nosotros queríamos –y queremos,.- desarrollar un tipo de acciones que


combine diversos aspectos: expropiatorios, que siempre deben estar

57
presentes porque a nuestro juicio son esenciales para el desarrollo orga-
nizativo y la demostración de eficiencia frente a una acción de este tipo:
una acción que revelara lo más claramente posible la eficacia de un
método de lucha.

Los factores políticos no fueron determinantes en Garín. Se tomó por


estas consideraciones que le decía, por razones predominantemente mili-
tares. Aunque, claro, si hubiera habido factores políticos negativos no lo
hubiéramos hecho. Pero, por el contrario, Garín está cerca de una zona
donde está produciéndose un importante desarrollo industrial: la Ford está
muy cerca y una serie de fábricas como Alba, una fábrica importante de
pinturas. Todo este desarrollo se ha producido a partir de la apertura de la
ruta panamericana que llega justo hasta Garín, a unos 35 kilómetros de
Buenos Aires.

Nosotros, entonces, hicimos un estudio y llegamos a la conclusión de que


ese era un lugar bueno. Montamos, por supuesto, un plan de observación.
Teníamos la idea de la acción pero -y esto es importante- queríamos
verificar si era posible su concreción en la práctica. Se le decía a todos los
compañeros que iban a ver el lugar que nos dieran sinceramente su
opinión; que la acción no era un imperativo de nadie, que si era posible se
haría y había que hacerla bien. La suma de las opiniones personales nos
fue dando como resultado que la acción era posible: todo el mundo la
veía.

Un pueblo en sus manos

Y se hizo. Y creemos que, verdaderamente, salió bien. Ocupamos el


pueblo que tiene unos 30.000 habitantes, durante 50 minutos; tomamos
el destacamento policial, el banco, la oficina de teléfonos (que fueron
cortados); se ocupó un aparato de radio-teléfono que había en una casa
particular; se controló la estación ferroviaria que tiene comunicación
independiente ,aunque no se llegó a tomar porque no hubo necesidad; se
controlaron los dos accesos principales, desviando el tránsito: no se
permitía salir a nadie, lo que se permitía era entrar después de un control
por parte nuestra (en un auto venía un agente de policía, lo hicimos bajar
y lo retuvimos hasta que terminó la operación). Nos incautamos de tres
millones y medio de pesos, armamentos, uniformes policiales y otra serie
de elementos útiles.

La acción impresionó, creemos, por la sincronización con que fue hecha,


los medios técnicos empleados y realmente conmovió a la opinión y a los -
medios represivos.

Un problema por delante

Ahora a partir de esto, nosotros presentimos que entramos en una etapa


en la que nos vamos a enfrentar con un gran problema, el problema al

58
que se .enfrentan todas las organizaciones que llegan a un grado de
desarrollo: el de la vinculación de la organización con las armas. Nos
planteamos en términos serios esta tarea, no tanto de la vinculación con
las masas, que nosotros pensamos que, de alguna manera, se logra con
las mismas acciones, sino de cómo se van incorporando las masas (el
famoso problema de las correas de transmisión) cada vez más al proceso
de la lucha revolucionaria. Y pensamos que para lograr la incorporación de
las masas a la lucha es necesario hacer un trabajo político-militar.

Ahora usted me preguntaba cómo veíamos el problema del peronismo


dentro de este contexto. Nosotros consideramos que el peronismo juega
un papel decisivo en la lucha revolucionaria en la Argentina. Nosotros
actualmente tenemos el problema del Peronismo en el primer plano de
nuestras discusiones porque a partir de las relaciones con los compañeros
de las FAP provienen del peronismo". El hecho de que personalmente más
profundidad el asunto.

Nosotros nos resistimos, en primer lugar, a que se nos ubique


políticamente diciendo: "ustedes provienen de la izquierda y los
compañeros de las FAP provienen del peronismo". El hecho de que,
personalmente algunos militantes de nuestra organización hayan hecho su
experiencia política anterior en la izquierda no impide que nosotros
asumamos el peronismo como la experiencia revolucionaria de mayor
nivel que se ha registrado en la Argentina, a nivel de masas, por
supuesto.

Pensamos que el peronismo es la expresión política de la gran mayoría de


la clase obrera y que una política revolucionaria debe partir de esa
premisa. Pensamos que el peronismo no es un movimiento agotado; en
decadencia, que haya caducado; por el contrario: pensamos que tiene
vigencia, que perdura, que desde adentro del peronismo surgen fuerzas
revolucionarias tan importantes como son las FAP. Y, por lo tanto,
creemos que hay que partir de esa premisa y desarrollar todos los conte-
nidos más revolucionarios del peronismo.

Algo en estudio

¿Que nos incorporemos o no al Movimiento Peronista? Bueno, esto es un


problema que estamos discutiendo y sobre él ya no podría hablar en
nombre de todas las FAR, porque las FAR tienen una estructura nacional y
la Dirección Nacional tiene en proceso de discusión todo este problema del
peronismo.

Pensamos que hemos avanzado mucho en la consideración del problema y


no sé si llegaremos a considerarnos alguna vez parte del Movimiento
Peronista. En las últimas discusiones con los compañeros de las FAP, ellos
nos dicen que sí se consideran parte del Movimiento Peronista y que lo
consideran un movimiento de liberación nacional. Nosotros no estamos

59
convencidos de esto, pero vuelvo a decir que estas son consideraciones
que no tienen nivel de decisión oficial de las F AR.

En cuanto a nuestra condición de marxistas-leninistas quiero decirle que


nos consideramos marxistas-leninistas en el sentido de que utilizamos el
marxismo-leninismo como método para el examen de una realidad pero
no lo utilizamos como una "camiseta" política.

Relación con los demás

Este proceso armado que se ha abierto en la Argentina es muy joven,


podríamos decir, y las relaciones entre las diferentes organizaciones
revolucionarias no se han consolidado suficientemente todavía. Anterior-
mente ha habido, a nivel de grupos políticos revolucionarios, miles de
intentos de confluencia. Lo que diferencia a estos intentos de aquéllos, es
que aquéllos se hacían sobre la, mesa de las discusiones teóricas y aquí
toda la experiencia nuestra revela que nosotros hemos ido participando en
un proceso con las otras organizaciones a nivel de la práctica y de la
acción.

Nosotros bautizamos a toda una etapa, con los compañeros de la FAP, la


'''etapa de los bolsones", porque era "toma armas", "dame armas"; "toma
esto", "dame aquello", o sea toda una gran primera etapa de relaciones
que está signada por este tipo de colaboración concreta de los grupos
revolucionarios que no se preguntan mucho “¿qué pensás de esto? ¿qué
pensás de aquello?", porque esas cosas están realmente muy, pero muy
en segundo plano.

Lo que "todos sabíamos era, que estábamos por la lucha armada, que
apuntábamos bien y que lo demás se daría como consecuencia del mismo
desarrollo de la lucha. Ahora, después sí, creado un clima muy bueno, en
fin, uno ya empieza a discutir, pero es a otro nivel. Por allí peleamos,
discutimos fuerte, pero hay una identidad básica entre todos los que
tenemos las armas en la mano.

Nosotros con los que tenemos unas relaciones más estrechas es con los
compañeros de las FAP. Con los compañeros de las FAL también tenemos
relaciones pero, por algún motivo que todavía no hemos determinado
bien, no son tan intensas como las otras.

A nivel continente

Lo mismo pensamos en el plano latinoamericano. A nosotros se nos


planteaba la disyuntiva de hierro entre estrategias continentales o
estrategias nacionales. Por supuesto que en la época del Che, estaba
claro. Nosotros tuvimos oportunidad de discutir este problema
nuevamente, cuando la reaparición del Inti. Tuvimos, conversaciones con
el ELN. Y no estábamos de acuerdo con el planteo de estrategia

60
continental que hacían los compañeros bolivianos que consistía,
esencialmente, o por lo menos así lo recibíamos nosotros, en considerara
la guerrilla 'boliviana como la vanguardia de la lucha revolucionaria en
esta zona del continente, con una jefatura única, y a las que todas las
organizaciones nacionales "tenían que dar su aporte para que una vez que
se constituyera ese núcleo del ejército popular, desprendiera sus ramas
por los distintos países.

A nuestro juicio el proceso era inverso. Es decir no nos cabe ninguna duda
del proceso de continentalización de la lucha, es demasiado obvio decir
que en Latinoamérica son más las cosas que nos unen -empezando por el
enemigo- que las que nos separan.

Tenemos los mismos fines, utilizamos los mismos métodos, tenemos una
historia común; son muy pocas las cosas que nos separan, pero hay
particularidades nacionales que no se pueden abolir por decreto.

Esto de las particularidades nacionales lo discutimos alguna vez con


compañeros revolucionarios de otros países y los foquistas más ortodoxos
no nos tomaban en cuenta. Porque parecía corno si nosotros
planteábamos lo de las particularidades argentinas para concluir en que
aquí no había condiciones para la lucha revolucionaria y era todo lo
contrario, creíamos que la Argentina tiene algunas particularidades a favor
y no en contra de Ia lucha revolucionaria. Fundamentalmente por su clase
obrera, que no es inexperta, sin organización, sino que tiene una gran
experiencia de lucha, un grado de organización bastante importante,
sindical, que de acuerdo no es suficiente, pero que en otros lados ni eso
existe. Y que ha producido hechos importantes y que tiene un nivel de
conciencia que también es importante.

De lleno en la lucha

Y ahora hemos entrado en este período franco de lucha armada. Porque


por un lado en la Argentina se han asimilado mucho las experiencias
internacionales y nacionales y ya en el país no cabe duda de que cualquier
individuo o organización que se plantee seriamente una perspectiva
revolucionaria tiene que pensar en la lucha armada.

Esto ya estaba claro desde 1962 cuando los peronistas ganaron con
Andrés Framini la gobernación de Buenos Aires y no le dieron posesión. -
Desde entonces quedó claro que no había salida electoral.

Antes se podía divagar más o menos sobre el punto, pero no después de


aquella demostración concreta. El punto máximo fue el derrocamiento de
lIIia, la famosa Revolución Argentina. Porque Onganía barre con todo, con
la Constitución, con la Universidad, con todo. Onganía tiene esa, virtud,
digamos así, es un enemigo fenomenal, porque frente a ese régimen,
¿qué alternativa queda que no sea la armada?

61
Hoy leía en el diario las declaraciones de Paladino y de Balbín y hacen
unos malabarismos increíbles para no decir que hay que agarrar las
armas. Porque hoy hasta los Radicales del Pueblo tendrían que decir que
hay que agarrar las armas. Y Paladino sigue haciendo "llamados a la
reflexión" al gobierno, pero ¿hasta cuándo van a estar haciendo esos
llamados?

Y está el hecho capital del "Cordobazo", todo lo que ocurre en la Argentina


entre los meses de mayo y setiembre de 1969. No sólo en Córdoba, en
Rosario, en Tucumán, en Corrientes, en fin. Eso despierta a todo el
mundo.

Nosotros en esa época estábamos en discusión con una gente que había
inventado la teoría de la europeización de la Argentina, de la aristo-
cratización de la clase obrera, que Onganía estaba encausando las cosas y
no sé que más y después del "'Cordobazo" ¡nos quedamos sin
interlocutores! ¡No aparecieron más! Incluso se hablaba de la pasividad de
la clase obrera por aquella época y nosotros decíamos que esa pasividad
escondía un elemento positivo: su resistencia a integrarse al régimen.

Y el "Cordobazo" mostró que esa pasividad era aparente.

Las razones del optimismo

Esta conclusión de que la salida electoral está cerrada ha prendido lo


suficiente en la clase obrera como para hacerla receptiva a la salida
armada. No quiero decirle con esto que esté totalmente claro. Si estuviera
totalmente claro ya las masas estarían haciendo la revolución, pero hay
un grado considerable de receptividad a la lucha armada.

Nosotros nos hemos movido siempre con aquella síntesis genial del Che
de la "necesidad del cambio y la posibilidad del cambio". Las masas hoy
reclaman un cambio y no un cambio cualquiera, un cambio con orientación
porque no por casualidad la gente, los peronistas, se ponen contentos
cuando gana Allende en Chile, porque es una masa que tiene un sentido
antioligárquico y antiimperialista que no puede desconocerse. No quiero
decirle con esto que tengan todavía claro el problema del socialismo y del
comunismo, eso es otra cosa.

Argentina, además, está jaqueada, el cono sur es un volcán: es Uruguay,


es Bolivia, ahora es Chile. Toda la, etapa que alguna vez se llamó de
reflujo, ha cambiado de signo; ahora se puede hablar del flujo revolu-
cionario en toda esta zona y de un flujo a un nivel más organizado, con la
experiencia asimilada. Nosotros somos muy optimistas sobre el futuro de
la lucha en la Argentina".

América Latina en Armas, Ediciones M.A., Buenos Aires, Enero de 1971

62
Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar

2) ACTA DE UNIDAD FAR-MONTONEROS

Visto:
Que en el día de hoy, con la recuperación de la presidencia por el General
Perón, se cumple un objetivo crucial en la historia de nuestro Movimiento,
alcanzado después de 18 años de cruenta lucha;

Que este objetivo es alcanzado por el Movimiento en el marco de un


agudo deterioro de nuestra economía, con un cuadro de desocupación
masiva y profundización de las condiciones que causan nuestra
dependencia;

Que el momento político se caracteriza por una creciente ofensiva del


imperialismo yanki tendiente a sofocar nuestro proceso de Liberación para
perpetuar la dominación y la explotación de nuestro pueblo; ofensiva que,
en la salvaje represión al hermano pueblo chileno, muestra una vez más
la determinación imperialista para aplicar cualquier medio de defensa de
sus intereses;

Que el enemigo imperialista no está sólo más allá de nuestras fronteras,


sino que también se expresa a través de fuerzas económicas, políticas y
militares internas de nuestro país, que están interesadas en el
debilitamiento de las fuerzas populares y en la destrucción del Movimiento
Peronista en particular;

Que dentro de nuestro propio Movimiento, hay ciertos sectores dirigentes


que actúan en estrecha alianza con las fuerzas imperialistas y oligárquicas
de la antipatria;

Y considerando:

Que nuestras organizaciones son producto del desarrollo y profundización


de las luchas del Movimiento y del crecimiento y maduración de la
consciencia de la clase trabajadora y el pueblo peronista que nos llevó a
adoptar nuevas formas de organización y lucha para enfrentar al
imperialismo y a la oligarquía;

Que bajo el rigor de la dictadura militar, el Movimiento Peronista se vio


obligado a apelar a todas las formas de lucha posibles: la acción armada,
las explosiones insurreccionales, las huelgas y movilizaciones y la lucha
electoral;

Que en cada una de estas expresiones de las aspiraciones de un pueblo


por su dignidad, derechos y reivindicaciones, nuestras organizaciones

63
estuvieron presentes alistándose en las primeras líneas de combate, como
lo testimonian todos nuestros compañeros encarcelados, torturados y
muertos;

Que no sólo contribuimos con nuestras armas y nuestras vidas a la


victoria popular, sino que también trabajamos activamente en la
construcción de las fuerzas populares, en la consolidación y desarrollo
doctrinario, político y organizativo de la clase trabajadora y el pueblo
peronista;

Que al cumplirse hoy la máxima aspiración de 18 años de lucha, el


Movimiento Peronista termina una de sus batallas más heroicas y difíciles,
iniciando una nueva batalla en esta larga guerra de liberación, tan dura y
compleja como la anterior, y que para continuar con este proceso, el
General Perón ha llamado a la unidad del Movimiento en torno de su
conducción, para alcanzar por todos los medios posibles los objetivos de
unidad, reconstrucción y liberación del pueblo argentino;

Que para que esa unidad se haga realidad, el General Perón ha convocado
a reorganizar e institucionalizar al Movimiento, lo que significa dotarlo de
estructuras democráticas y representativas de la clase trabajadora y el
pueblo peronista, depurándolo de traidores y oportunistas;

Que esa unidad del Movimiento es el eje necesario para lograr la unidad
del pueblo argentino en un Frente de Liberación Nacional capaz de
enfrentar al imperialismo en la etapa que se inicia. Por todo ello:

LAS ORGANIZACIONES FAR Y MONTONEROS RESUELVEN:

1°) A partir de la fecha ambas organizaciones se fusionan pasando a


constituir una sola y quedando unificadas definitivamente todas sus
estructuras y mandos;

2°) La organización resultante de la fusión se denominará MONTONEROS,


desapareciendo la denominación FAR a partir de la firma de la presente
acta;

3°) La unidad de nuestras organizaciones está orientada a contribuir al


proceso de reorganización y democratización del Movimiento Peronista a
que nos ha convocado el General Perón para lograr la participación
orgánica de la clase trabajadora en su conducción, única garantía de que
la unidad del pueblo argentino en el Frente de Liberación bajo la dirección
del Movimiento Peronista, haga efectivos los objetivos de Liberación
Nacional y Justicia Social, hacia la construcción del Socialismo Nacional y
la unidad latinoamericana.

Libres o muertos, ¡ jamás esclavos !

64
¡Perón o muerte! ¡Viva la Patria!
Fuerzas Armadas Revolucionarias - Montoneros

Entrevista a Mario Firmenich

por Felipe Pigna, 2002

La organización Montoneros fue la fusión de un


sinfín de grupos preexistentes. Grupos que
habían militado la juventud peronista de fines de
la década del ’60. Había un denominador común
en muchos de esos grupos de nuestra
generación. Cuando digo "nuestra generación" me
refiero a nuestra generación de la Juventud Peronista. Había una Juventud
Peronista anterior a nosotros que no había tenido exactamente esta
composición. Pero en el caso de nuestra generación fue muy común la
influencia generalizada de sectores de izquierda post conciliares, de
sectores católicos progresistas que en esa época se llamaban post
conciliares. Después con el tiempo se dio lugar a la teología de la
liberación, cosa que en esa época no existía. Lo que existía era el impacto
del Concilio Vaticano II y de las encíclicas de Juan XXIII y luego de Pablo
VI. Entonces en la generación nuestra que teníamos en la segunda mitad
de la década del ’60, todos por debajo de los veinte años habían tenido
influencia en diversos lugares del país grupos que no tenían interrelación
entre sí, habían tenido esta influencia por un lado, y la influencia del
peronismo estrictamente político por otro. En el caso particular del grupo
al que yo pertenecí, que era el grupo que constituimos con Medina, Carlos
Mangues, Emilio Maza, Carlos Cartoy Martínez, Norma Arrostito, etc., este
grupo venía de la revista Cristianismo y Revolución, en particular. Se
había nucleado alrededor de una figura que había liderado, un carismático
un referente de este pensamiento, el cura Mugica, que había tenido como
referente, primer conductor organizativo a Juan García Lorio. Y que
alrededor de la revista "Cristianismo y Revolución" se generó una
propuesta que dio lugar a un proyecto político organizativo que se llamó
primero "Comando Camilo Torres" e inmediatamente, al poquito tiempo,
cambió el nombre por "Comando Peronista de Liberación". Este es el
origen de la organización. Hubieron muchos grupos que tuvieron
vinculación con esta propuesta en el interior del país, pero como ya era un
organismo clandestino, porque estaba la dictadura de Onganía no había
mucha relación de estos grupos entre sí. Muchos grupos se dispersaron en
torno al programa de García Lorio, que no prosperó y luego se
reagruparon en la organización Montones con grupos de otras
procedencias.

Bueno, era una situación que estaba para los ojos de la época totalmente
convalidada. Desde el punto de vista de la situación política nacional se

65
vivía una dictadura sin límite de tiempo. La dictadura autollamada
"Revolución argentina", que presidía Onganía y alguna junta de
comandantes en jefe que tenía poder militar planteaba que tenía
objetivos, pero no plazos. Ese era el lema de la época. Y en el nivel de los
columnistas políticos de la época se decía que los plazos estaban
determinados por la vida de Perón. Es decir que en definitivamente la
dictadura tenía que durar hasta que Perón se muriera, porque todos los
ensayos de democracia sin el peronismo habían fracasado, porque el
proyecto de la supuesta Constituyente del año ’57 había ganado los votos
en blanco la elección y luego la Constituyente quedó sin cuorum. Luego el
candidato oficialista al régimen era Balbín o sea el radicalismo del pueblo,
se llamaba en aquella época y el candidato triunfante fue el radicalismo
intransigente con Frondizi, merced al pacto con Perón. Luego la
candidatura de en la provincia de Buenos Aires determinó la anulación de
las elecciones. Elecciones más proscriptivas en el ’63, volvieron a ganar
los votos en blanco. En las elecciones del ’65 para diputados se permitió la
participación de partidos neoperonistas, ganó el peronismo y Perón le
ganó a los mismos peronistas, es decir en la interna del peronismo, Perón
venció en la elección crítica, en Mendoza venció a Serú García. Y se ¿? la
elección para el año ’67, con el golpe de Onganía, esta vez había que
elegir gobernadores. Nuevamente el peronismo ganaría las provincias
clave, en particular la provincia de Buenos Aires. De modo que no era
posible un código electoral que cubriera las apariencias de una democracia
representativa con una fuerza política como el peronismo fuera de juego.
Y no había disposición del establishment a permitir la democratización real
del país, de modo que lo que vivíamos era la proscripción sistemática de
la mayoría nacional, proscripción política que tenía connotaciones
claramente clasistas, claramente raciales, porque los pobres de nuestro
país son los cabecitas negras. Entonces el país blanco europeo, país
extranjerizante, el país que para toda la literatura con la nosotros nos
habíamos informado –el revisionismo histórico de Jaureche, etc., estaba
más cerca del pensamiento colonial, que del pensamiento nacional,
oprimía en forma sistemática y marginaba del poder político al país
indoamericano. En una situación – para comparar hoy en día- bastante
similar a la que se vivía en Sudáfrica antes de que se parara el apartheid y
que Mandela pudiera tener acceso a la presidencia. Y nadie se preguntaría
por qué los partidarios de Mandela podían recurrir a la violencia, porque
era lo que se veía como lógico. Por lo mismo los partidarios de Perón
tuvimos que recurrir a la violencia, exactamente por lo mismo.

La relación con Perón evoluciona para nuestra generación desde que


leíamos a Perón en el libro de lectura cuando teníamos seis años de edad
hasta estar cara a cara con él, veinte años más tarde. Y menciono estos
dos ejemplos, porque hay una imagen mítica que tiene un niño, frente a
un líder internacional, Presidente de la Nación, que es la imagen de un
niño desde jardín de infantes o primero inferior frente al libro de lectura.
El libro de lectura es el poder para el niño y Perón era imagen en el libro
de lectura. Con el paso del tiempo, por otra parte, después del

66
derrocamiento del general Perón, nuestra generación realizó un
revisionismo histórico sobre el peronismo en el cual revalorizó
centralmente los aspectos positivos y al hacer esa revalorización carecían
de especial significación otros aspectos que también eran de la realidad,
pero que no formaban parte de una valoración histórica significativa y que
sí pasaron después a tener peso cuando la relación histórica pasó a ser
una relación política, coyuntural. Una cosa es evaluar la historia, evaluar
los rasgos positivos y negativos de una personalidad o de un proceso
político en la historia y otra cosa ¿?? políticos coyunturales. A los efectos
de un balance histórico, los rasgos que pudiéramos llamar deficitarios no
cuentan, no pesan, son menores, pero a la hora de la realidad política
cotidiana sí pesan, porque actúan. Se va este problema que fue lo que
llevó a procurar el enfrentamiento de nuestra generación con Perón. Perón
a su vez sufrió los 18 años de exilio en el sentido de que cuando tomamos
distancia de la realidad, congelamos una imagen de la realidad. Perón
congeló nuestra imagen de niños y congeló la imagen de una dirigencia
peronista de la década del ’50. Cuando había otra dirigencia política que lo
traía a él al país, que era la Juventud, que no éramos aquellos dirigentes
del ’50 ni éramos aquellos niños del ’50. Y entonces a Perón le costó
entender que la relación con nosotros era distinta con el resto del
movimiento. Y a nosotros nos costó entender que el Perón de carne y
hueso era distinto del de la síntesis histórica. Hubo en este sentido,
diferencias políticas, pero más importantes hubo una dificultad de
comunicación, de diálogo o una ruptura generacional. Faltaba una
generación en el medio y había imágenes congeladas en el tiempo,
mutuas entre interlocutores hablando en el ‘73/’74, entre Perón y
nosotros. De modo que nosotros revalorizando el sentido histórico, social,
nacional del peronismo cuando nuestra generación irrumpe en la escena
política, produjimos una gran renovación ene el peronismo, que esa unión
de fuerzas hizo que Perón volviera al país. Y cuando el peronismo vuelve
al poder y Perón vuelve al país hicieron crisis aquellas cosas que estuve
mencionando antes. No hubo la posibilidad o la capacidad de un
mecanismo de comunicación como por lo menos discutir en los términos
más racionales posibles, discutir abiertamente sin que pudiera
considerarlo una falta de respeto y sin que nosotros consideráramos que
éramos marginados. Si se hubieran podido discutir racionalmente las
diferencias, seguramente después -como parte de la lógica política y
formaba parte de nuestra lógica de elaboración de decisiones- hay
democracia en la discusión y luego descentralismo en la decisión. Si se
toma una decisión la minoría "se la banca", como se dice hoy en día. Ese
proceso no existió en aquella actualidad y sobre esa inexistencia de
síntesis, sobre esa inexistencia de diálogo en términos reales –no porque
no hubiésemos tenido contacto directo con Perón, sino porque no era fácil
el diálogo-. Sobre eso intervinieron factores exógenos, provocaciones
exógenas, estrategias exógenas de provocación. A mi juicio hay bastante
documentación al respecto inclusive por servicios de inteligencia
extranjeros que tuvieron a través de López Rega... nadie puede formar
una fuerza de choque, de provocación que convirtió las diferencias

67
políticas y de criterio en una guerra interna del peronismo.
En primer lugar, en el ’74 hace eclosión todo este proceso de discusión
que no tenía fluidos canales de diálogo, porque como Perón sabía cual era
nuestra posición, pretendía impedir por vía administrativa la expresión de
nuestros planteos. Concretamente se tomó la disposición que no se podía
ir con banderas políticas a la Plaza de Mayo el 1°, cosa que es absurda. En
cambio sí se podía ir con banderas sindicales, cosa que era una manifiesta
parcialidad a favor del sector ortodoxo del peronismo que predominaba en
otra generación y en otro sector a nivel sindical. El sector ortodoxo iba a
tener su representación con su bandera de las 62 organizaciones, de los
sindicatos y el sector nuestro que era fundamentalmente juveniles no iba
a poder tener esa expresión, porque en el plano sindical inclusive tenemos
habitaciones sindicales y ello no era considerado político, no era una
institución sindical. Entonces se nos pretendió prohibir la expresión y
nosotros recurrimos a una triquiñuela para tener expresión. Recurrimos a
la vieja imagen del caballo de Troya. En los grandes bombos –se usaron
bombos gigantes para esa ocasión- con los que se accedía a la Plaza de
Mayo para acompañar los cánticos, llevamos dentro de ellos banderas,
aerosoles, letras de las insignias que queríamos poner y concurrimos con
grandes banderas argentinas sin inscripciones. De modo que la valla
policías que estaba puesta para impedir el acceso a la Plaza de Mayo a lo
que tuvieren agrupación política, tuvieron que dejarnos pasar porque
nuestra única identificación eran banderas argentinas. Pero, una vez
adentro de la Plaza, cuando Perón salió al balcón, las banderas argentinas
súbitamente se convirtieron en banderas con las inscripciones políticas
que habitualmente llevábamos a todas las movilizaciones. Esto enardeció
a Perón. Para el prototipo de la cultura política argentina, Perón era el
prototipo del político racional, del estratega, del hombre frío, el hombre
que tomaba decisiones sin emociones. Y ese día Perón fue el hombre, no
fue el estratega frío, fue el hombre emocionado y reaccionó
emocionalmente, reaccionó con insultos que no forman parte del discurso
político. Esto desencadenó una tragedia, esa es la verdad. Nosotros
manifestamos nuestra posición con la triquiñuela de eludir el recurso
administrativo de impedir expresarnos, y lo reivindico, porque no hay
derecho a impedir expresarse a nadie. Perón se salió de las casillas y esto
desencadenó lo que eran ya diferencias políticas muy duras e incluso con
enfrentamientos violentos dentro el peronismo, desencadenó en la Plaza
de Mayo una batalla campal entre la media plaza espantada que nunca
decidió retirarse con los compañeros que formaban parte de nuestro
sector y la media plaza que quería quedarse, que era el sector ortodoxo.
Pero la media plaza que quería quedarse también se iba persiguiendo a los
nuestros o sea que el acto duró escasos minutos y en buena medida este
hecho fue tomado por la estrategia represiva sobre la cual se desarrollaría
el "Proceso de Reorganización Nacional" para profundizar el aislamiento
político de los militantes de nuestro sector al efecto de procurar consenso
social para el exterminio físico.

Inclusive hubo un documento reservado a pedido del senador Martearena

68
por Jujuy (que era el presidente del Partido Justicialista en aquella época)
en una reunión reservada del consejo nacional del Partido Justicialista,
Martearena firmó un documento donde prácticamente exhortaba al
exterminio físico en una represión del tipo que se desarrolló con las tres A.
Pero también hay que tener en cuenta que Perón era un anciano. Lúcido,
pero un anciano. ¿Qué quiero decir con esto? Que él tenía pensamiento
propio, pero no tenía capacidad de acción prácticamente. Y en este
sentido Perón era en cierto modo un prisionero de la edad. Y la persona
que podía mantener la situación, que ha sido su esposa era la aliada más
estrecha de López Rega. De modo que Perón tenía serias limitaciones
reales a su capacidad de acción. Y de todas maneras, evidentemente él no
estaba de acuerdo con nuestros planteamientos políticos. De otro modo no
hubiera dejado que López Rega hiciera las tres A. El modo hubiera sido
"muchachos los llevo a la interna, ustedes hagan su planteo, yo hago el
mío y vamos a ver quién gana. Evidentemente nos iba a ganar él, eso
estaba fuera de discusión. "O hagamos un debate político nacional o
hagamos lo que fuere necesario". Pero Perón no estaba acostumbrado a la
metodología de la discusión política. No aceptaba nuestra discusión
política. Esta era la cuestión. López Rega no nos discutía nada.

Antes de que muriera el General Perón todo el mundo sabía que aquella
situación creada con el triunfo electoral del ’73 era una situación precaria,
no era una situación estable. La historia argentina preexistente
demostraba que las democracias o los períodos democráticos eran breves
intermedios entre un continuo poder militar que representaba al
stablishment, que se le llamaba el partido militar, concretamente, y que
políticamente se los llamaba "gorilas". Eran "gorilas" en ejercicio del poder
armado que controlaban todo el poder armado y el poder económico y del
Estado. Esto era lo recurrente. Inclusive cuando Perón vuelve en el año
’72 se suponía que iban a matar. Entre las hipótesis que existían era que
iban a derribarle el avión. O sea que el proceso que da lugar al triunfo del
justicialismo no venía precedido por "un gran acuerdo nacional", como le
llamaba la ¿??. Había sido presidido por una guerra en la cual no hubo una
victoria militar, un embate militar, un status quo, un armisticio. Inclusive
durante la campaña electoral no se sabía si se iba a llegar a las elecciones
del 11 de marzo. Y cuando Cámpora triunfa con el 50 por ciento de los
votos y anula la maniobra de lealtad que había ideado Lanusse, se
pensaba que lo le iba a entregar el gobierno el 25 de mayo. Todo el
mundo sabía que aquella situación era inestable, que había un poder
político popular que tenía un equilibrio inestable con el poder económico y
militar del establishment y que estas dos cosas eran incompatibles. Este
precario equilibrio, que es un equilibrio de fuerzas existía en virtud de la
existencia de Perón. Perón aglutinaba las suficientes fuerzas sociales,
políticas y económicas, que eran desde la CGT hasta la CGE como para
equilibrar el otro poder. Si Perón desaparecía y este poder, este frente
nacional se resquebrajaba el equilibrio de poder se rompía
automáticamente y volvía una vez más el golpismo militar recurrente en
la historia argentina. Todos sabíamos esto.

69
Cuando Perón se muere no había
más que esperar que esto
ocurriera. Y todos sabíamos, por
la lectura de la historia, que cada
golpe de Estado era más
sangriento y salvaje que el
anterior. Duraba más tiempo que
el anterior. De modo que lo único
que podíamos esperar con la
muerte de Perón y con el poder
en las manos de Isabel Perón y
López Rega era que llegara el
momento del golpe de Estado en
donde nosotros íbamos a ser la
víctima ¿??. Y en estas
condiciones... Además se
esperaba que esto fuera muy
pronto. Cualquier hombre de la
calle podía decir en aquella época
que Isabel no iba a durar tres
meses. De modo que antes de
esos tres meses nosotros decidimos preservarnos pasando a la
clandestinidad. Y esto fue un grave error estratégico, un error político,
porque de última priorizó el intento de una defensa técnica que desde la
clandestinidad hicimos una defensa política, que es la ampliación del
consenso. Entonces aquel hecho del 1° de Mayo del ’74 se agudiza con el
pase a la clandestinidad. Nuestro elemento político se agudiza. Y si bien
un tiempo, que fue el año ’75, en donde la represión era débil, porque era
una represión de las tres A y no la represión del poder totalitario del
Estado como fue después, y que este tiempo nos permitió construir
reparos logísticos para la autodofensa, la orfandad del movimiento político
lo terminó con la magnitud de los desaparecidos después.

Roberto Quieto, a lo mejor los chicos no saben quién es, era el máximo
referente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que era una
organización –entre las múltiples organizaciones que ¿? en los años ’70.
Había organizaciones que nacieron como peronistas, otras que nacieron
como marxistas leninistas, un partido comunista armado, otras con
posiciones maoístas y otras con posiciones troskistas. Y surgió una con
una posición intermedia de naturaleza guevaristas que eran las FAR, las
Fuerzas Armadas Revolucionarias. Las FAR luego de un corto proceso de
existencia como organización pública, a través de un debate interno define
como tesis central el tema del nacionalismo popular revolucionario. Su
dirigente máximo en ese entonces era Olmedo, que murió en un
enfrentamiento en Córdoba poco después. Olmedo desarrolló esta tesis de
que la estrategia y la identidad política del proceso que requería una
formación social como la Argentina era de naturaleza nacionalista-

70
popular-revolucionaria. Y qué movimiento político y social que expresaba
en la realidad concreta esto era el peronismo. De modo que las FAR
convergieron en peronistas. Se dio un proceso de fusión de organizaciones
en el cual las organizaciones eran convergentes en la medida que había
mayor afinidad política. Las FAR convergieron más tardíamente al
peronismo y, en ese sentido fue la última organización que se fusiona
dentro de la organización Montoneros. El máximo referente de esta
organización era Roberto Quieto. Y Roberto Quieto formó parte de la
conducción integrada de algunas organizaciones. Si bien no era el número
uno de la organización –era el número tres-, pero públicamente era el
número dos, por ser el número uno de la FAR. De modo que aparecíamos
bastante en público juntos porque hubo un proceso de ¿? política antes de
la fusión en donde al no haber una organización unificada, la
representación pública se hacía bicéfala, por decirlo así: cada uno
representaba su propia posición. Pero Roberto Quieto tuvo una
significación política importante en los años ‘73/’74. Así en el ’75, nosotros
estábamos recientemente radicados en Buenos Aires, con la conducción
nacional habíamos estado durante todo el año ’75 en Córdoba y Quieto
tenía una situación familiar y ¿? que estaba envuelto en una crisis, porque
estaba separado de su esposa (Alicia Beatriz Testai), su esposa no era
militante, pero tenía sus hijos a los que como todo padre quería ver, tenía
su madre y sus hermanos. Y él cometió la grave imprudencia de ir un día
¿?? a una playa de Vicente López con toda su familia: la madre, los
hermanos, la esposa, los hijos, etc. Y aparentemente fue reconocido por
alguien que lo denunció y fue detenido en la playa. Exigió la identificación
de los que lo detenían –todavía estaba el gobierno de Isabel en el año ‘75-
, si bien había represión, algún marco jurídico y más o menos los marcos
formales existían, distinto a lo que fue le proceso después. Quieto exigió
en público delante de sus familiares la identificación de quiénes lo
detuvieron. El jefe procedimiento era de policía federal. Pero al día
siguiente de estar detenido Quieto desapareció y las fuerzas policiales
negaron la detención y no hubo más como ubicarlo. Y fue, en cierto modo,
el primer desaparecido de lo que sigue después. Yo creo que hubo otros
desaparecido antes, otros casos aislado antes. Pero como hecho notorio,
un caso de gran repercusión periodística y esto fue un desaparecido que
anticipaba lo que iba a ser el método de las desapariciones después.
Evidentemente como todos los desaparecidos Quieto fue sometido a las
peores torturas que uno se pueda imaginar. Nosotros no tuvimos nunca
más información de él, pero sí tuvimos evidencia
de delaciones de él durante la tortura*. Cayeron
casas conocidas por él en la tortura. Y este fue
un impacto político y emocional muy fuerte para
nuestra fuerza. Nuestra fuerza en su ideología
tenía como un elemento significativo, importante
del tema del "hombre nuevo". No era sólo una
sociedad nueva, un cambio de estructura, un
cambio de marco jurídico o un mero cambio de
propiedad de los medios de producción. Una

71
sociedad nueva también culturalmente, espiritualmente, si se quiere. Una
sociedad que construya un hombre nuevo y ese hombre nuevo era el
futuro de la sociedad. Y se suponía que los militantes revolucionarios tenía
que aproximarse o ser casi ese hombre nuevo. De modo que la evidencia
de un quiebre en la tortura de un cuadro en la jerarquía de Quieto ponía
en crisis estos conceptos. Cómo era posible que aquel que tenía que ser el
hombre nuevo pudiera cantar en la apertura. Este fue el problema.
Nosotros establecimos a partir de ahí dos cosas: un juicio en ausencia a
Quieto que tenía un valor realmente simbólico. Sabíamos que no
tendríamos ningún rastro de él. Era un juicio que en definitiva implicaba
establecer jurisprudencia para la conducta ante la represión que se
avecinaba. En ese juicio Quieto fue condenado por cantar en la tortura,
condenado por delación. Que tenía el efecto de decir no admitimos la
delación, no nos parece razonable que alguien delate, aunque las torturas
puedan ser muy tremendas. Porque la delación es el verdadero óxido que
destruye una organización clandestina. Si no existiera la posibilidad de la
delación, no sería posible destruir una organización clandestina. Esta es la
realidad. Eramos todos muy conscientes de eso. Además hay una película
muy famosa que es "La batalla de Argel" que muestra como la tortura
destruye el Frente de Liberación Argelino. Entonces a raíz de ese proceso
nosotros decidimos establecer que los medios de conducción no tenían
que ofrecer el margen de la delación en la tortura, porque por más que
todos aspirábamos a ser "hombres nuevos", vamos a decirlo en términos
bíblicos ¿quién podía decir que no iba a ser Pedro para ¿? veces. Este es el
asunto. Y la única forma de evitar eso y nadie puede garantizar antes de
pasar por la tortura que no va a hablar era morir antes de la tortura. Y allí
fue que se estableció para los miembros de la conducción la obligatoriedad
de la pastilla de cianuro, para no entregarse vivo. ¿Para qué la pastilla de
cianuro? Porque uno podía estar armado y combatir, pero eso no
garantiza que no caigas vivo. Uno puede ser capturado vivo. Uno puede
caer herido, y se te acaban las balas y a pesar de estar armado y de
combatir se puede caer vivo. Todos tenemos un ejemplo muy claro: el
Che Guevara fue capturado vivo, y si el Che Guevara fue capturado vivo
¡Quién podía garantizar que no? De modo que establecimos la pastilla de
cianuro. Y como esto fue un gran debate dentro de la organización, en
realidad la conducción recibió una crítica generalizada de la organización.
Y la crítica que consistía en decir que se establecía un privilegio para lo
miembros de la conducción. Los miembros de la conducción teniendo
pastillas de cianuro tenían el privilegio de no ir a la tortura y el resto de
los militantes no tenían esos privilegios. Y allí fue entonces que se decidió
generalizar la pastilla de cianuro para evitar la delación en la tortura.

Lo que ocurrió fue que cuando nosotros paramos en la clandestinidad,


como dije antes, esperábamos que el golpe de estado se produjera
inmediatamente y eso no ocurrió. Ocurrió una estrategia política del
golpismo que fue conocida como la estrategia del fruto maduro que era
dejar al gobierno de Isabel hasta el hartazgo, hasta el hartazgo de la
sociedad, hasta que hubiera casi un clamor golpista y entonces esto nos

72
puso en la situación de haber pasado a la clandestinidad y no obstante
que seguía en curso un proceso político con depresión, con violencia, una
guerra civil que a cualquiera lo podían matar en la calle, pero un proceso
político al fin. Y como nosotros no habíamos pasado a la clandestinidad
solamente para un autopreservación personal, sino como parte de una
organización que pretendía tener una estrategia política, pues no
podíamos tener una estrategia política que ignorara la existencia de un
parlamento, de un margen de libertad de prensa, que ignorara la
existencia de elecciones periódicas, etc. De modo que se hizo necesario en
cierto modo un paso atrás la idea de pasar a la clandestinidad y construir
estructuras políticas legales. E inclusive hubo un momento, cuando
Rocamora fue ministro del Interior del gobierno de Isabel , que hubo un
discurso del gobierno que intentaba una especie de apertura del diálogo y
nosotros tomamos el guante, buscamos el diálogo con el gobierno
planteando como requisito que terminara el accionar de las tres A, ese era
nuestro requisito básico y esto implicaba desplazar a López Rega que no
tenía absolutamente ningún consenso político. Uno podía tener diferencias
con Lorenzo Miguel, pero él representaba una base social, tenía poder
político, era una cosa perfectamente reconocible. Uno podía tener
diferencias políticas con Martiarena, pero él era un líder político en Jujuy.
Uno podía tener diferencias políticas con cualquiera, y le tenía que
reconocer, aún con sectores como el Comando de Organización o Guardia
de Hierro y eran sectores de activismo político reconocibles. Pero la Triple
A no era activismo político reconocible, era una organización de
mercenarios y López Rega no tenía ninguna base de representación
política.. El único requisito nuestro era "cortemos con la Triple A y
quitémosle poder político a López Rega que no representa a ningún poder
político". Y esto es cuestión de discutir y dirimirlo con el juego político de
¿??. De modo que intentamos introducir eso pero no fue factible, no hubo
eco, porque había ya una presión militar sobre el gobierno de Isabel, que
de algún modo solamente toleraba al gobierno a pesar de todas sus
inconsistencias en la medida en que fuera una avanzada de represión de
lo que iba a ser después el proceso. Si el gobierno de Isabel hubiera
querido dar marcha atrás a esta represión, automáticamente perdía el
mínimo respeto, podríamos decirlo así, que el sector golpista tenía sobre
él.

No, y en esto hay un mito: como dije antes, la represión no se da por la


legalidad, las bajas no se dan por la legalidad, las bajas de dan por la
delación durante la tortura. E inclusive retomo el argumento de la
autocrítica del pase a la clandestinidad: ampliar el espacio político
favorece la seguridad, no la agrava. La seguridad no es un problema
técnico, es un problema político. La orfandad política es lo que hace fácil
que una fuerza sea reprimida con cierta impunidad. La gran amplitud de
un proceso político en estado de plenitud impide eso. De modo que abrir
el proceso político no generaba problemas de seguridad. Al contrario, los
alivianaba. Era más grave haberse ido, como lo hechos demuestran. Hubo
otra gente que hizo algo distinto que nosotros: hablar, y desapareció

73
antes.

Vamos a empezar por un principio. La estrategia no era también salvar


gente. Si hubiésemos tenido esa estrategia directamente no
empezábamos. La estrategia nuestra era transformar la estructura del
poder en la Argentina, no salvar gente.
Los servicios ¿?? de seguridad hicieron lo imaginable y lo inimaginable
desde el punto de vista de la seguridad. Desde un inmenso desarrollo
logístico, una gran base de sustentación política que existió, la utilización
del espacio exterior, el recurso al amparo político desde el exterior, el
apoyar la política de Derechos Humanos de Carter, por ejemplo. Desde el
punto de vista de la preservación se hizo todo lo posible, porque era una
cuestión que sin preservación tampoco podías levantar ninguna estrategia.
Pero desde ese punto de vista hay un error: una cosa es concebir una
política desde el punto de vista de lo que podemos llamar "Amnesty
International", que se dedica a salvar gente y otra cosa es una política
planteada desde el punto de vista de una estrategia de poder que
pretende modificar la estructura de toda la sociedad. El objetivo de una
organización humanitaria es salvar gente. El objetivo de una organización
política no es salvar gente, es tomar el poder con el mínimo costo posible.
Estando legitimado en aquellas circunstancias a nivel mundial el
planteamiento el carácter bélico de guerra revolucionaria, planteamiento
como universalmente se han desarrollado entre guerra popular y ¿? de
Mao Tse Tung, o la guerra de guerrillas, en la que podemos tomar el caso
cubano o la guerrilla urbana con insurrección final del caso argelino, o la
guerra denominada guerra regular o irregular, en la guerra de Vietnam. El
general Perón en sus escritos y en las películas desarrollaba con toda
claridad estos conceptos, el concepto del desarrollo de la resistencia a la
opresión, legitimada por la propia Iglesia, está legitimado por el Derecho
Internacional, que estuvo expresado con toda claridad en los fundamentos
de la Ley de Amnistía del año ’73. Lo que no sabe que se encara una
estrategia de toma de poder que presupone un enfrentamiento violento,
hay bajas, hay costos humanos y cualquier militante que participa
voluntariamente en esto sabe que se juega su vida. No es lo mismo si uno
recurre a una leva obligatoria, a un servicio militar obligatorio, etc., a
cosas que obligan a una persona a jugar su vida al margen de su
voluntad. No es el caso de una organización política clandestina, que
solamente cuenta con el consenso absolutamente explícitamente
voluntario de cada uno de sus militantes, minuto a minuto. No hay nada
más fácil que desertar de una organización clandestina: nadie sabe tu
nombre, si conocían tu nombre legal, nadie sabe el nombre de tu
documento falso, nadie sabe tu domicilio, nadie sabe tu cobertura, cómo
te presentás frente a la sociedad, frente a tu barrio. Es muy fácil, no
concurrir a una cita y separarse de la organización. Eso es todo lo que hay
que hacer. De modo que el concurso explícito de la voluntad cotidiana de
los militantes es lo único que hace posible el desarrollo de esa estrategia
de lucha. Y son esos mismos militantes que tienen esa voluntad los que
corren riesgo de muerte. De modo que si alguien hubiera planteado en la

74
organización "decidamos salvarnos", éste no hubiera tenido consenso
político, hubiera sido una deserción de la lucha, una deserción de la
historia, una deserción de la razón de ser que había dado comienzo y que
no había cambiado la situación, excepto que ser había hecho más
peligrosa, no había cambiado la situación que había dado origen a la
lucha. Al contrario, se había agravado. De modo que el planteamiento de
salvar gente hay que tomarlo en aquel contexto, como planteamiento de
la mayor seguridad posible de los militantes. Se los sacaba del país,
volvían a entrar, no estaban todo el tiempo adentro, se hacían todas las
operaciones logísticas que permitieran garantizar su seguridad. Se
buscaba la mayor ampliación de espacio posible porque éramos
conscientes de que esa ampliación de espacio político hacía a la seguridad
y hacía a la eficacia de la lucha. En este contexto está planteada.

Nosotros tomamos una decisión política. En todo caso la pregunta apunta


a un cuestionamiento. Pero yo le plantearía a todos aquellos que tienen
ese tipo de cuestionamiento que lo centren exactamente en lo siguiente:
nosotros tuvimos la decisión política de resistir hasta el final, podíamos
haber podido tomar la decisión política de no resistir. Esto es lo que hay
que discutir, si es correcto o incorrecto. Yo creo que fue correcta la
decisión y que fue moralmente la única que podíamos tomar, después de
iniciada la lucha. No hubiera sido moralmente legítimo iniciar la lucha en
el año ’70 y en el año ’77 decir "No, como se puso muy fea, ahora nos
borramos". No era decoroso, eso no es consistente. Nosotros tuvimos una
decisión que la tomamos desde el primer día, desde que se funda la
organización. No en vano teníamos una consigna "Perón o muerte" al
principio, "Patria o muerte".
Tomada la decisión política de resistir hasta el final, una consigna del tipo
"Patria o muerte", al hacer una evaluación histórica de ese tipo de
conducta debemos hacer algún grado de comparación, cuál es el patrón
de medida del error o del acierto. Y hay grado de comparación. No hay
diferencia ideológica entre Videla, ¿? en Brasil, Pinochet en Chile, Banzer
en Bolivia. Hay diferencias ideológicas en el golpismo de la doctrina de la
seguridad nacional. Sin embargo, el golpe de Brasil duró veinte años y
cuando se evaluó el golpe se salió con la transición y los gobernadores
civiles y presidente dictatorial. Pinochet, después de más de 20 años sigue
en el poder. Hay un poder civil que tiene que contemporizar con el poder
constitucional de Pinochet frente a las Fuerzas Armadas. Videla no es ni
siquiera un militar en retiro. ¿Qué hizo la diferencia? ¿La ideología? No.
¿Por qué un proceso duró siete años y terminó en una catastrófica derrota
política de sus dirigentes? Otro dura 20 años y no hay derrota política de
sus dirigentes y otro se da el lujo de desarrollar una transición con sus
adversarios del pasado en el poder y permanecer en el poder como
Pinochet ¿Dónde está la diferencia? La diferencia está en la resistencia y
esa resistencia, es la resistencia social, es la resistencia que desarrolló el
movimiento obrero contra la dictadura argentina, y que no se vieron
claramente en Brasil o en Chile. Es la resistencia de los organismos de
derechos humanos planteados como estrategia de resistencia dentro del

75
país, y no solamente como denuncia por violación de derechos humanos
en el exterior, que es los que ha distinguido a las organizaciones de
derechos humanos en la Argentina frente a sus similares en la región. Es
la resistencia armada contra ellos. Los chilenos, al poco tiempo del golpe
de Estado, no tomaron la decisión de resistir hasta el final, tomaron la
decisión de irse todos. Pinochet todavía está en el poder. Este elemento
como patrón de medidas, si digo que lo que hay que optimizar es el
mínimo tiempo posible de poder dictatorial, entonces la estrategia que se
siguió en la Argentina era preferible a la que se siguió en sus países
vecinos.

El golpe de Estado, como dije antes, era una cosa perfectamente


previsible. Para nosotros no es una sorpresa el golpe de Estado. Es una
sorpresa el día en que uno se despierta y está la marcha de San Lorenzo.
El estado de sitio ya existía de antes. No es una sorpresa que se plantee
la pena de muerte, como se planteó al principio del golpe, una serie de
encrudecimientos represivos, la prohibición de la actividad política, etc.,
etc. Nada de eso nos sorprendía en la medida de lo lógico, lo que cabía
esperar de un golpe de estado. De modo que en ese sentido no hay
sorpresa y las expectativas simplemente son confirmadas al día siguiente
al golpe de Estado. No obstante al tiempo sí se nos revela un dato no
imaginado. Un par de datos no imaginados: uno de naturaleza económica
y el otro de naturaleza represiva. Desde el punto de vista económico, los
golpes de estado en la Argentina estaban vinculados a un ciclo económico
conocido en la jerga de los economistas como ¿???. Hay cierto desarrollo
económico, estrangulamiento de la balanza de pagos. El estrangulamiento
de la balanza de pagos produce una crisis económica que se convierte en
crisis política que en el caso argentino se resuelve por transferir la
hegemonía a los sectores terratenientes, agroexportadores, devaluación
típica con gran miseria de los asalariados, etc. Con la gran devaluación,
esto equilibra la balanza de pagos y luego se produce una nueva
expansión del desarrollo industrial, manejado por los sectores
trasnacionales, lo cual incuban en el futuro nuevamente el
estrangulamiento de la balanza de pago. Pero la expansión industrial
fortalece al movimiento obrero, fortalece al movimiento popular y eso se
trasunta en términos políticos en una capacidad de contraofensiva en el
movimiento popular. Nosotros esperábamos este mismo ciclo con el golpe
del ’76. E inicialmente las expectativas son confirmadas, porque al inicio
hay hegemonía del sector terrateniente, un traslado brusco de ingresos en
el sector terrateniente por la grave crisis de la balanza de pagos que dejó
el gobierno de Isabel. Durante el año ’76 esto juega de acuerdo a las
expectativas. En el año ’77,a un año del golpe que tenía que empezar el
ciclo inverso descubrimos el dato sorprendente: en lugar de transferirse la
hegemonía al sector industrial transnacional, se transfiere al sector
financiero y en entonces se pone en marcha un proceso de
desindustrialización, un proyecto explicitado por algunos voceros militares
como necesidad de mantener la industria, que era la causa de existencia
del peronismo, que eran entonces la cuasa de los males políticos del país.

76
Hay un proceso explícito de desmantelamiento del aparato industrial
favoreciendo la especulación financiera. La época de la plata fácil, que
desmantela el aparato industrial así debilita cada vez más la capacidad de
resistencia del movimiento obrero. Esto no estaba en los cálculos y
modifica las expectativas con que se podía luchar frente a una dictadura.
El otro elemento: nosotros imaginábamos que la represión, para decirlo de
algún modo burdo, sería igual que las dictaduras conocidas, pero un poco
peor, multiplicado por algún factor. Si antes había cámara federal especial
que se conocía como "el camarón", bueno ahora habrá leyes más duras,
más rígidas y más cámaras especiales. Si antes había diez días de
incomunicación del detenido, ahora habrá veinte o treinta. Si antes había
limitaciones al derecho de defensa, ahora habrá más limitaciones. Si antes
había menos muertos, ahora habría más muertos en combate. O sea
algunos de los heridos los dejarían morir. Una represión de la misma
calidad, pero en mayor cantidad.

*Nota: Roberto Quieto, fue secuestrado el domingo 28 de diciembre -día


de los santos inocentes- por la tarde, sin resistirse ni combatir, mientras
tomaba mate con su familia en el balneario de Martínez. Se lo llevaron
una docena de policías de civil que escondía sus ametralladoras bajo lonas
y toallas. Su esposa, Alicia Beatriz Testai, fue dejada en libertad. A las
pocas horas de su secuestro empezaron a caer casas clandestinas de
distintas estructuras y decenas de militantes del Norte, Capital y Córdoba.
Cayó hasta el pozo donde pocos días antes había estado secuestrado
Metz, el empresario de Mercedes Benz, por el cual se había pedido un
rescate de 4 millones de dólares. El resto de los miembros de la
Conducción se enteró de su desaparición al sintonizar radio Colonia, por la
noche. Era una de las pocas emisoras que informaban sobre secuestros y
detenciones, de modo más rápido y completo que los comunicados que las
fuerzas de seguridad entregaban a la prensa. El alerta lo dio un militante:
había presenciado el secuestro y llamó por teléfono a la emisora uruguaya
para que lo difundiera. Ver también:
http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/quietos/

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Miradas sobre los setenta: una polémica 20


años después*

María Sondereguer** / Renata Rocco-Cuzzi***,


1997

77
Los revolucionarios aman la época que les tocó vivir, porque es su patria
en el tiempo.
León Trostsky

Durante los años de la dictadura, como consecuencia de la violación de los


derechos más elementales en un régimen generalizado de terror, la
resistencia planteada desde los organismos de derechos humanos y su
reclamo por los desaparecidos, por el derecho a la vida, articuló un
espacio desde donde se reconstituyó la idea de un sujeto de derecho que
fue luego sostén de la refundación política en la Argentina. 1 La
reivindicación de la existencia misma de ese sujeto, operando como el
más claro índice de discontinuidad con la dictadura, colocó toda otra
reivindicación en el lugar de la repetición del pasado, legitimó así un
discurso sobre lo posible, y obturó con el relato del horror todo otro relato
de unos hechos -la experiencia social y política de la primera mitad de la
década del setenta- que, en ese entonces, pertenecían todavía al
presente.

Pero cuando el domingo 7 de abril de 1996, el diario Página/ 12 publicó


dos artículos firmados por Miguel Bonasso y Gabriela Cerruti 2 –a raíz del
estreno de "Cazadores de Utopías", de David Blaustein- con el objetivo de
participar de un "debate sobre la memoria, los montoneros y el futuro",
las primeras grietas en este dispositivo de interdicciones ya habían
comenzado a manifestarse. Ambas notas, situadas dentro de la trama de
legalidades y tabúes que los últimos años fueron tejiendo, actuaron como
disparadores de una polémica que superó los límites de la crítica a una
producción artística. Las respuestas de Susana Viau y Ernesto Villanueva
el 16 de abril; las de Uriarte, Forn, Schapces, Nora Cortiñas el 21, y las de
Baschetti y Lipscovich el 28 del mismo mes profundizaron ese gesto. 3

Con la polémica, y con las inquietudes que revela: con sus luchas,
victorias, azares, restricciones, intentaremos dialogar en estas páginas.
Ciertos discursos valen como signo o manifestación de adhesión -de clase,
de interés, de rebelión, de resistencia- y muestran las posiciones de
quienes los enuncian. 4

Al iniciar su nota, entre los muchos modos en que se puede plantear un


comentario, Bonasso elige la figura de la hipérbole:

[...] En la vereda de Carlos Pellegrini al 600 –escribe- frente al cine Maxi,


donde exhibían "Cazadores de Utopías" de David Blaustein, hubo escenas
que parecían arrancadas de "Veinte años después": antiguos mosqueteros
y mosqueteras se reconocían pese a las arrugas y las canas, saltando en
un abrazo reparatorio un abismo de años cavado por las cárceles, los
destierros y la diáspora que engendra toda derrota, Pocas horas más
tarde, el fenómeno se multiplicaba y alcanzaba el éxito de los grandes
números, en la Marcha del 24. 5

78
Construyendo su reverso -el relato ya tiene sus héroes y, porqué no,
también su moraleja- Gabriela Cerruti invierte los sentidos de la metáfora:
"Toda una proeza" –dice- y sus palabras proponen una refutación.
Suponen una réplica y anticipan una réplica. No sólo cuestionan aquello
que se dice sino a quienes lo dicen, A través del sarcasmo intenta una
desmitificación, pretende una suerte de desocultamiento. "Toda una
proeza: una película de más de dos horas sobre la historia de los
montoneros sin nombrar ni una sola vez a Mario Eduardo Firmenich, ni a
Rodolfo Galimberti, ni a Roberto Perdía o Fernando Vaca Narvaja". 6

Los comienzos demarcan posiciones, instituyen lugares. Si para Bonasso,


veinte años después del golpe del 24 de marzo de 1976, "ese formidable
impulso colectivo, negador del fin de la historia y de las teorías
bidemonológicas que oscurecieron los años de la democracia, sigue allí",
para Cerruti, el documental encierra "proezas" varias, y "jeroglíficos para
iniciados", y en el mismo movimiento, el sarcasmo interpela con signo
negativo y plantea un desafío: "El mito de los años dorados [...] es la
forma de escapar a la discusión verdadera de errores y aciertos".

Cerruti utiliza la ironía para descalificar esas voces que, en el film,


enuncian su verdad de protagonistas, aquello que Bonasso designa -y
legitima- como "epopeya montonera" y que Blaustein constituye en
estrategia básica de su relato. Es que si Cerruti señala sarcásticamente
que es toda una proeza que en una película de más de dos horas no se
nombre ni una vez a Firmenich, Vaca Narvaja o Perdía, interpretando esas
omisiones como un silencio vergonzante destinado a falsear la historia, y
algo de eso puede ser cierto leído desde los noventa, sin embargo, nos
parece más atinado entender ese gesto como la táctica más globalizadora
de la película: otorgar la voz a los cuadros medios es darle la palabra al
pueblo, un pueblo que cuenta su historia. El film se propone, entonces,
como una epopeya que, en el polo opuesto a lo que entiende Cerruti, lejos
de falsearla, cuenta la verdad de la historia.

Pero volviendo a la ironía de Cerruti, en esa doble voz desnuda una


ambivalencia que recorre todo el texto y que quizás en ninguna otra frase
queda tan claramente explicitada como cuando dice: "Toda nuestra
veneración y envidia a esa historia", y la afirmación no es en absoluto
inocente. Como en toda ironía, "veneracion y envidia" pueden leerse en la
línea del sarcasmo pero también al pie de la letra, Entre la adhesión y el
rechazo, el texto delata un malestar: no haber pertenecido a la generación
que aparentemente interpela.

El artículo delimita un blanco doble: "ellos" son los iniciados. El haber


pertenecido los distingue, instala una disimetría respecto de un nosotros"
inclusivo que señala a los otros, los excluidos; los que desconocen las
referencias: la contraofensiva, la píldora, las células, Taco Ralo; 7 los que
no estuvieron ahí, y no saben si era "maravilloso" o "insoportable".

79
Ese nosotros atraviesa el texto y contiene una autorrepresentación
generacional: "Los gloriosos años setenta son el karma de las
generaciones posteriores" afirma Cerrutti-. Pero la discordancia léxica
produce un deslizamiento de sentido que recoloca el valor asignado a los
distintos interlocutores.

"El peso de las generaciones muertas oprime como una pesadilla el


cerebro de los vivos" (y aquí no te cito, cito a Marx)", responde Viau, y la
réplica legítima a los "otros" y permite cifrar una genealogía: son ellos,
"los más viejos" (Villanueva). Los lugares desde donde se habla
determinan la "moral" de los enunciados. Si la polémica reposiciona
aliados y adversarios, la constitución de un "ellos" y un "nosotros" logra
condensar en sus desplazamientos los puntos de fricción y de encuentro,
las vacilaciones y las certezas.

"No se puede plantear ningún debate sin dejar sentado que ellos eran
mucho mejores que los que vendrían después" -continúa Cerruti. Y
concede: "Desde el dolor o la compasión, todos querríamos que esos
jóvenes valerosos e idealistas estuvieran vivos. Quizás este país sería
distinto".

Sin embargo, ese todos compasivo -que nos implica en el texto con toda
su fuerza persuasiva- es también artificio retórico en Cerrutti cuando, en
la conclusión de la nota exaspera su argumentación; 8 la descalificación
por el absurdo expulsa a "ellos" de toda posibilidad de comunión: "Visto
desde hoy, cualquiera tiene derecho a preguntarse si no es legítimo
discutir cómo hubiera sido un país con Mario Firmenich de presidente y
Rodolfo Galimberti de jefe de la SIDE". 9

Otras colocaciones, otros nosotros fundan significados opuestos. A


propósito, es posible armar tres grandes lugares de enunciación: el de los
protagonistas (Bonasso, Villanueva, Viau, Uriarte); el de los no
protagonistas (Cerruti, Schapces, Baschetti, Forn) y el de los que no se
proponen como ni una ni otra cosa (Cortiñas, Lipcovich). La pertenencia a
un grupo no presupone puntos de vista homogéneos; el discurso de
Uriarte es el revés de la trama de los discursos de los protagonistas, en
tanto pone en negativo todo lo que resulta positivizado en los otros. "Los
Montoneros no eran 'cazadores de utopías' -cualquier cosa que sea lo que
quiere decir esto- sino una banda de irresponsables violentos a los que me
tocó ver disolver a cadenazos las asambleas universitarias que les eran
hostiles". Uriarte es juez que dictamina sin el menor asomo de
problematización. Nada hay para ser revisado: "En el clima
ideológicamente exasperado de esa década -que no fue gloriosa sino una
carnicería-, "una época en la que todo se dirimía a tiros", él posee todas
las respuestas que reclama Cerruti (obviamente no sobre la película, sino
sobre el período histórico), Pero, además, sostiene esas respuestas con un
plus; él no es hijo ni hermano menor, en el "me" se define como
coetáneo, él vio, él no reclama -como Cerruti- que los sobrevivientes le

80
den una respuesta que no puede alcanzar por sí mismo.

Entre los setenta y los noventa, entre jóvenes y viejos, entre los chicos
actuales y los revolucionarios de dos décadas atrás, se trazan algunos
ejes de la disputa: solidaridad vs. individualismo; pasión vs. facilismo.
Pero no sólo eso. Si la injuria en Uriarte fractura el topos generacional e
instala un "yo" que pronuncia su sentencia: "Los Montoneros eran un
movimiento del desborde que llevaba incorporada en su propia mecánica
la cláusula de su destrucción", la respuesta de Nora Cortiñas explícita un
nosotros que integra a ese todos y se sitúa por fuera de aliados y
adversarios: la reconstrucción de la historia, de cualquier historia –afirma-
no es patrimonio de nadie, se hace con el aporte de todos los que buscan
la verdad, la hayan vivido o no". "Entender esa historia", es decir,
narrarla, otorgarle un sentido, es la única certidumbre que soporta las
réplicas de los distintos interlocutores. Entre los setenta y los noventa, el
artículo de Pedro Lipcovich lo coloca por fuera de la polémica a la que,
además, pretende clausurar. Como un historiador -en el sentido en el que
lo entiende Hayden White-,10 él rechaza cualquier construcción de un
"nosotros", pero en cambio, dibuja dos "ellos": el de un presente
abigarrado de "grupos solidarios donde caben travestis, amas de casas
suburbanas, organizaciones de discapacitados, habitantes de
asentamientos precarios..." en fin, vecinos que "no creen que su
vecindario es más valioso que otro"; el segundo "ellos" es el de los
miembros de grupos militantes de los setenta. La duplicación en sí es una
toma de partido que salda la polémica al ubicar en el pasado a los
"compañeros o militantes [...] de los tiempos que fueron". Si el tema es el
de la solidaridad, en la narración de los hechos que hace Lipcovich
ninguno de los dos grupos es mejor que el otro, sino simples
protagonistas de las distintas épocas que les tocó vivir.

¿Algo para recordar?:

Quizás ahora que ya saldaron esa deuda con ellos mismos haya llegado
por fin el momento de encontrar una manera un poco menos apasionada y
parcial de que nos ayuden -a nosotros, a los otros- a entender esa
historia, dice Cerruti al cerrar su texto. Y Viau es la que más abiertamente
recoge el guante del desafío, cuando al final del suyo retorna las palabras
de Cerruti y las califica de "atinada exigencia final". Sin embargo, en un
doble movimiento impone sus propias condiciones para ser una de las
tantas Beatrices que reclaman las nuevas generaciones:

Con una salvedad -dice-, no fue el exceso sino la falta de pasiones la que
ha ido transformando esa pequeña historia en algo incomprensible: el
haber tenido que descifrarla, repensarla o padecerla (según se vea) desde
las aguas turbias de un lugar (y un momento) en el que los grandes
edificios que se conocen son -como decía Bertolt Brecht- los que un
hombre puede construir por sí mismo. Y en esa sola frase sintetiza dos de
los presupuestos setentistas más importantes: la pasión como disparadora

81
de la acción y la solidaridad como isotopía de época, contrapuesta al
individualismo de los tiempos presentes.

Como en los discursos sociales que van emergiendo a partir del corte
histórico que se produce con el fin de la dictadura, la palabra "memoria",
"el intento de reconstruir una historia", afloran una y otra vez en los
contenidos de la polémica, en los títulos, volantas y copetes que
enmarcan ese corpus desde la acción de uno de los tantos "otros", el
editor, que a su modo participa en su constitución.

Sin embargo, pese a tanta proliferación, la primera y más elemental


pregunta que cabría hacerse es si los textos admiten que hay algo para
recordar, más allá de que su sola existencia es la prueba más contundente
de una respuesta por el sí. Porque no se puede obviar que quien abre el
fuego (Cerruti) lo hace desgranando una serie de preguntas que bien cabe
calificar de certeras:

¿Valió la pena? ¿Era maravilloso o era insoportable? ¿O lo valioso duró


apenas dos años? ¿Cuánto tiempo vamos a pasar añorando aquellos dos
años sin pensar en el costo que hubo que pagar por esos veinticuatro
meses de gloria?

Porque si todas las primeras preguntas citadas tienen un tufillo a


interrogación vicaria o retórica, la última tiene un poder de condensación
increíble: acota el tema de la nostalgia (que en la explicación de la
experiencia setentista no se agota en la respuesta de "que todo tiempo
pasado fue mejor") y lo hace a un punto tal que la propia Cerruti se
incluye al utilizar la primera persona del plural, y formulando nuevamente
la primera pregunta acerca de sí la experiencia valió la pena, que es, en
definitiva, la que se hicieron todos aquellos que creen haberla respondido
al tachar a los militantes setentistas de "enamorados de la muerte" con
todas sus variantes posibles, Los mismos que intentaron poner el punto
final no sólo mediante las dos decisiones parlamentarias, sino en su
coronación máxima: la teoría de los dos demonios. 11
Entonces, les preguntamos nosotras a cada uno de los protagonistas de la
polémica: ¿vale la pena hacer este ejercicio de la memoria? y se la
hacemos no ya a una sociedad, que si no en su conjunto, respondió con
una plaza de 100 mil personas haciendo un ejercicio inédito de
recuperación de la memoria en la historia de nuestro país.

La memoria es una estratega. Tiene su economía de recuerdos y olvidos,


incertidumbres y certezas. Conlleva tambien una inquietud: desde los
interrogantes posibles del presente puedo significar los contornos del
pasado y volver más visibles, o menos, las siluetas.

Sin embargo, la pregunta acerca del por qué recuperar la memoria de un


tiempo pasado parece imposible de responder sin dar lugar a otra que
interpela sobre el cómo hacerlo.

82
Al respecto, en el cuerpo de la polémica hay por lo menos dos ejes
absolutamente enfrentados que elaboran sendas teorías acerca de cómo
se recupera la memoria: la reconstrucción de los setenta se hace desde
las subjetividades de sus actores (que no sólo es la hipótesis de varios de
los participantes de la polémica, sino también de la propia película de
Blaustein), o plantándose en una reconstrucción que debe anclar en los
noventa, como propone Cerruti.

Como ya demostró Borges en el Pierre Menard- por más que se quiera


volver atrás sobre los hechos tal como fueron, el momento de ejercitación
de la memoria deja sus huellas, más o menos, pero siempre las deja. Y
esto es bien claro ya desde la operación que hace Blaustein con el nombre
de su película: nadie en los setenta hubiera hablado de utopía. Como dice
Villanueva "Era el mundo de la juventud y de los sueños cumplidos, era la
época de la razón puesta al servicio de la voluntad: todo debía
transformarse y era justo que lo hiciéramos ya".

De los setentas se habla como actor de los hechos o como observador. En


este punto es bueno recordar que tal dicotomía no se construye en los
textos que estamos leyendo, sino todavía con mucha mayor virulencia en
los primeros años de la post dictadura, en los que haber sido protagonista
o no haberío sido autorizaba o prohibía el uso de la propia voz.

Después, y sobre todo a partir de la consolidación del presupuesto


bidemonológico, los setenta son demonizados a un punto tal que sobre
ellos empieza a pesar una interdicción que los sepulta, lanzándolos a un
tiempo tan remoto sobre el que no existe discurso ni recuerdo viable, sólo
hay espacio para uno y sólo un discurso hegemónico. Tal vez sea en este
panorama en el que alcanza toda su dimensión la frase "era algo que nos
debíamos" y que Cerruti, apropiándose quizá del voluntarismo con el que
tantos caracterizaron a la generación de los setenta, interpreta como el
"saldo" suficiente que hará posible la comprensión de esa historia para las
generaciones posteriores.

Es dentro de este contexto, al que se suma una fecha tan emblemática


como los 20 años (el tiempo necesario para que se haga posible una
generación de hijos de desaparecidos) que resuena como tan sintomática
una polémica como la que estamos analizando.

En toda sociedad la producción del discurso -dice Foucault en los


comienzos de "El orden del discurso" 12 está a la vez controlada,
seleccionada y redistribuida por un cierto número de procedimientos que
tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el
acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y terrible materialidad [...]
Se sabe que no se tiene derecho a decirlo todo, que no se puede hablar de
todo en cualquier circunstancia, que cualquiera, en fin, no puede hablar de
cualquier cosa,

83
En el ejercicio de la memoria, algunas interdicciones ejercen su coacción y
ensucian, como manchas de origen, la narración de una historia sobre
cuyo significado se pretende debatir. Pero por detrás del conjuro, la
palabra prohibida asoma su poder: la legitimidad de la lucha armada como
opción política en el horizonte ideológico setentista, su racionalidad
histórica para la construcción de una sociedad igualitaria, Y la legalidad del
presupuesto revolucionario frente a los límites de la "democracia liberal" -
en palabras de la época-.

Sólo la alusión: "sí uno equipara los centuriones a los seguidores de


Espartaco" (Villanueva) o la cita: "Los revolucionarios aman la época que
les tocó vivir porque es su patria en el tiempo" (Viau) permiten, de algún
modo, la referencia a ambas.

Quizás sea la pregunta por la solidaridad, por la justicia, la que se inscribe


en las fisuras presentes de ese dispositivo de prohibiciones, Quizás sea
ese interrogante uno de los que pueda devolverle a ese pasado su
significación. Tal vez también sean aquellos límites -los de la democracia
liberal-, los que atraviesan de inquietud los discursos que se proponen
entender la historia de los setenta. y sean esas indagaciones las que
sostienen, recién a fines de los noventa, la voluntad de explicarla.

Notas
* Ponencia presentada en el Coloquio Internacional "DeClínio da
Arte/Ascensao da Culture, organizado por el Nueleo de Estudos Literarios
e Culturais de la Universidade Federal de Santa Catarina (Floriaínápolis),
los días 5, 6 y 7 de marzo de 1997
** Docente del Departamento de Ciencias Sociales de la UNQ.
*** Docente e investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras, UBA.
1 Una interesante reflexión sobre la reconstitución de la idea de un sujeto
de derecho en la cultura política se encuentra en el artículo de Inés
González Bombal "Nunca más: el juicio inás allá de los estrados", en
Juicios, castigos y memorias, Buenos Aires, Nueva Visión 1995,
2 Miguel Bonasso fue secretario de prensa del Frente Justicialista de
Liberación (FREJULI) que llevó a Cámpora a la presidencia en 1973.
Exiliado en 1977, integró el Consejo Superior del Movimiento Peronista
Montonero.
Gabriela Cerruti pertenece a una generación de periodistas más jóvenes,
Escribió El jefe. un libro crítico sobre la figura de Menem.
3 Susana Viau es periodista; en los años setenta militó en el Partido
Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Ernesto Villanueva fue rector de
la Universidad de Buenos Aires en 1973 y 1974; 1975, estuvo en prisión
hasta fines de 1982. Claudio Uriarte es periodista; escribió una biografía
"no autorizada" sobre Massera: Almirante CerO. Juan Forn es escritor y
periodista, actualmente edita el Suplemento Cultural Radar de Página/12;
forma parte de la misma generación de jóvenes que Cerruti. Marcelo
Schapces fue asistente de dirección de David Blaustein en "Cazadores de

84
Utopías". Nora Cortiñas pertenece a la Línea Fundadora de Madres de
Plaza de Mayo. Roberto Baschetti es investigador, autor de Documentos
de la Resistencia Peronista (1955-1970); Rodolfo Walsh, vivo;
Documentos 1970- 1973. de la guerrilla peronista al gobierno popular,
militó en la Juventud Peronista en los setenta. Pedro Lipcovich es
periodista, editor de la página de psicología del diario Página/12.
4 Véase Foucault, Michel, El orden del discurso, Barcelona, Tusquets, 1981
5 Al cumplir veinte años del golpe militar en la Argentina se realizó una
marcha de repudio que reunió a más de 100mil personas en Plaza de
Mayo.
6 Mario Firmenich ocupó la jefatura de Montoneros: Roberto Perdía y Vaca
Narvaja integraron la Conducción Nacional, Rodolfo Galimberti fue líder de
la Juventud Peronista en los años setenta y conductor de la Columna
Norte de Montoneros,
Sobre el surgimiento y desarrollo de Montoneros puede leerse la
Investigación reallzada por Richard Gillespie: Soldados de Perón, Buenos
Aires, Grijalbo. 1987, uno de los estudios más completos sobre la historia
de la organización.
7 La contraolensiva fue una operación militar decidida en 1979 por la
Conducción Nacional montonera en el exilio. Según su particular
evaluación de la situación en Argentina, había condiciones para una
rebelión popular. Pero los servicios de información del estado estaban al
tanto del operativo, la mayoría de los cuadros que retornaron a combatir
fueron muertos y los Montoneros -con excepción de dos tendencias que se
escindieron: la liderada por Galimberti y Montoneros 17 de octubre-
estimaron de todos modos que la contraofensiva había sido "correcta y
oportuna".
Taco Ralo es uno de los primeros intentos de constituir un foco guerrillero
en Tucumán, en 1968, llevado adelante por las FAP (Fuerzas Armadas
Peronistas).
8 Para analizar los recursos retóricos utilizados por los distintos
polemistas, seguimos la sistematización de las figuras de la agresión
realizada por Marc Angenot en La parole pamphlétaire París, Payot, 1982.
9 La dudosa trayectoria política y personal de estos dirigentes montoneros
en los años que siguleron al golpe de estado de 1976 es lo que sustenta la
descalificación de Cerruti.
10 Véase Hayden White, "El valor de la narrativa en la representación de
la realidad", en El contenido de la forma- Buenos Aires, Paidós, 1992.
11 La llamada teoría de los dos demonios explica la experiencia de la
violencia dictatorial en Argentina como resultado del accionar de dos
sectores con igual responsabilidad criminal: las organizaciones guerrilleras
y las Fuerzas Armadas. De este modo homologa la opción por la violencia
de los grupos políticos armados con la metodología represiva basada en la
toma del poder político y el terrorismo de estado.
La llamada Ley de Punto Final de 1986, (que fijó una fecha tope para el
llamado a prestar declaración indagatoria de los presuntos implicados en
violaciones a los derechos humanos): la Ley de Obediencia Debida de
1987, que especificaba grados de responsabllidad; y el indulto otorgado

85
por Menem en 1989 a militares comprometidos con la represión y civiles
sancionados por actividades guerrilleras, operan dentro del presupuesto
bidemonológico.
Para un análisis rnás detallado, puede verse -entre otros- el estudio de
Carlos Acuña y Catalina Smulovitz: "Militares en la transición argentina:
del gobierno a la subordinación constitucional", en Juicios, castigos y
memorias, Buenos Aires, Nueva Visión, 1995.
12 Foucault, M., op. cit.

Imágen de la nota: Cartel de El Descamisado, publicación vocero de la


organización Montoneros, que en 1973, con la dirección de Dardo Cabo,
llegó a vender 250.000 ejemplares.

La unidad y el sectarismo

Dardo Castro*

La construcción de la memoria también requiere


detenerse en la significación que a la distancia
adquieren los acontecimientos. Una noche de marzo de 1974, en la ciudad
de Córdoba, una veintena de militantes armados del Partido
Revolucionario de los Trabajadores (PRT), de Montoneros y de Poder
Obrero montaba guardia en los techos del SMATA, el sindicato de los
trabajadores de la industria automotriz. Su secretario general, René
Salamanca, públicamente conocido como dirigente del Partido Comunista
Revolucionario, había ganado el gremio con una lista de unidad en la que
estaban representadas casi todas las tendencias políticas con inserción en
el gremio. El local era un hervidero. Afuera, nos sitiaba medio centenar de
hombres con escopetas Itaka que habían arribado a la ciudad comandados
por miembros de las Tres A y de la conducción nacional del SMATA. Los
obreros habían votado ese día la renovación de la comisión directiva
cordobesa; el triunfo de Salamanca era un hecho. De esa noche tengo el
recuerdo nítido de Salamanca en la penumbra del techo, angustiado por
un enfrentamiento que suponíamos inminente, no quizás en ese momento
sino al otro día, cuando se transportasen las urnas desde las plantas. Pero
en la mañana siguiente unos 40 ómnibus cargados de trabajadores
salieron de las fábricas trayendo las urnas. Los fascistas del ministro
López Rega sólo pudieron mirar esa caravana triunfal desde lejos.

Salamanca había ganado el gremio por primera vez en 1970. No pudo con
él, ni entonces ni después, la denuncia de que había opuesto inútilmente
la consigna “Ni golpe ni elección, revolución” al alud popular del ‘73. Es
que, en una situación profundamente transicional, los trabajadores
votaban mayoritariamente al peronismo pero elegían conducciones
gremiales que, ante todo, fueran consecuentes en la lucha por sus
reivindicaciones de vida y de trabajo. Desde la epopeya clasista de los

86
sindicatos cordobeses de Fiat, Sitrac y Sitram, en 1970, el movimiento
obrero combativo había recorrido un largo camino. Los mecánicos
cordobeses en 1974, los metalúrgicos de Villa Constitución y, poco
después, en 1975, las Coordinadoras de Gremios en Lucha de Córdoba,
Buenos Aires y Santa Fe, redefinieron el clasismo incorporando el carácter
pluralista de la lucha reivindicativa y democrática. Después de todo, el
Cordobazo fue fruto también de la alianza entre un socialista, Agustín
Tosco, y un astuto vandorista, Elpidio Torres, que por entonces jugaba al
recambio del dictador Onganía propuesto por otro general, Alejandro
Agustín Lanusse.

Esa unidad en la acción se vio, incluso, a pocos meses de la asunción de


Héctor Cámpora en 1973, cuando trabajadores de todo el país rompieron
el techo salarial impuesto por el plan Gelbard. La lucha de clases estallaba
en el propio seno del poder político y, de algún modo, los trabajadores
intuían que, pese a la brecha democrática abierta de hecho por el triunfo
peronista, el movimiento popular carecía de fuerza suficiente para ganar
la hegemonía política, a la vez que los grandes grupos de poder se
recomponían rápidamente.

A partir del Cordobazo, la utopía socialista había ido ganando las


conciencias y, por abajo, la izquierda marxista y el peronismo
revolucionario confluíamos en los organismos de lucha del movimiento
obrero, cuyo punto más alto fueron las Coordinadoras en 1975, que con
mayoritaria presencia de Poder Obrero, Montoneros, PRT y el Peronismo
de Base, fueron verdaderos órganos de transición entre la acción
reivindicativa y la acción política independiente de los trabajadores. Ese
proceso impactó fuertemente en el interior de Montoneros y, acaso
tardíamente, su conducción aprobó en 1976 la propuesta de la unidad de
todos los revolucionarios por el socialismo. De allí nació la Organización
por la Liberación Argentina (OLA), de efímera vida, que se proponía
conformar un estado mayor conjunto de las fuerzas de Montoneros, Poder
Obrero y PRT. Sólo hubo dos encuentros; en el último, a mediados del ‘76
en Rosario, cuando Roberto Santucho y Domingo Mena ya habían caído,
fue evidente el abatimiento de los compañeros del PRT. Nos sorprendió
entonces el desdén de Montoneros y su actitud claramente hegemonista.
De quienes allí estuvieron, ignoro si hay otros sobrevivientes; de los
nuestros, el secretario general de Poder Obrero, Carlos Fessia, murió en
un enfrentamiento en 1976.

Ni el amor ni el espanto, la derrota de todos acabó con ese esbozo de


unidad. Hacia fines de 1975, después del Rodrigazo, grandes capas de
trabajadores peronistas se retraían, desconcertadas por la clausura del
horizonte político, en tanto que los sectores populares que habían sido el
núcleo dinámico comenzaban a aislarse, así como las organizaciones
revolucionarias, que nos empeñábamos en redoblar la apuesta aún
sabiendo que el camino de la revolución era ya un corredor sin salida. El
militarismo, que la movilización incesante había perdonado, cobró mayor

87
fuerza en todas las organizaciones armadas. Ocurre que todo partido
político es portador de una propuesta de orden, más aún cuando se trata
de un grupo revolucionario de los ‘70, dos décadas antes de Chiapas y la
encantadora sabiduría del subcomandante Marcos. Lo saben largamente
los dirigentes gremiales que sufrieron la contradicción entre la
espontaneidad del movimiento, su desorden natural, y la propuesta
partidaria, siempre al filo del autoritarismo. Y una operación armada es la
máxima tentación de orden. Su perfección exige menos creatividad que
resolver una crisis política, donde se está obligado a tener en cuenta no ya
las fuerzas propias sino las tendencias profundas del movimiento social.
No fue en 1973 cuando esa impotencia nos arrastró al holocausto, sino
hacia finales de 1975, cuando nuestro tremendismo revolucionarista
quedó al desnudo a un costo terrible. En nuestro descargo, cabe alegar
que poquísimos dirigentes superaban los 30 años de edad.

Esta historia es, de cabo a rabo, irrepetible. Lo que aquí se ha dicho sólo
pretende contribuir a la comprensión de una etapa que todavía se
dispersa en los recuerdos individuales de quienes la vivieron y sumar uno
más a la diversidad de relatos con que se está construyendo la memoria
colectiva.

*Codirector de la revista “Política, cultura y sociedad en los ‘70.

Firmenich economista - Eutopía

Equipo de Investigaciones Rodolfo Walsh, 2004

Estando en prisión a fines de los ochenta, el autor


de este trabajo profundizó sus estudios e
investigaciones económicas en la búsqueda de una alternativa al
neoliberalismo. Así metido en estas lides, en 1996 obtuvo la licenciatura
en Economía en la Universidad de Buenos Aires y en 1999 el doctorado en
la de Barcelona. Su tesis para este último escalón académico -origen y
núcleo del libro que presentamos- fue apadrinada por el Premio Nobel en
Economía Joseph Stiglitz.

Como economista y hombre político, Firmenich registra en esta obra


reveladora la crisis internacional de los modelos keynesianos y socialistas
tradicionales; hunde luego su mirada en el neoliberalismo que los
reemplazó -con sus desastrosos resultados sobre el Estado y la calidad de
vida de las mayorías-, para construir finalmente una propuesta que
enfrente los principales problemas latinoamericanos, con especial énfasis
en los de Argentina.

Por este último aporte titula a su libro Eutopía, que es "la tierra del bien";
es decir, porque propone y debate cuestiones posibles y no meros sueños.

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Así, expone un modelo compuesto por un conjunto de reformas para el
desarrollo sostenible en los planos social, económico, político y ecológico,
apoyadas sobre fundamentos teóricos más sólidos que los presupuestos
de la economía neoclásica (verdadero "pensamiento único" de los
noventa). Todo ello "mediado" por un sistema de democracia participativa,
justicia social y diversidad cultural que lo garantizará en el tiempo.

Por lo expuesto, el lector podrá pensar que se trata de un libro "difícil".


Nada más alejado de la realidad: su exposición es llana y didáctica,
fácilmente entendible aún para los no habituados a lecturas de Economía.
Eso sí, quien espera un libro político polémico y "de barricada", con
planteos y alusiones al pasado del autor y de la generación que lo
reconoció como unos de sus protagonistas, saldrá defraudado. Firmenich
se presenta aquí como un hombre dispuesto a mirar hacia delante y
aportar con enjundia a las cuestiones del presente.

Mario Eduardo Firmenich nació en Buenos Aires en 1948. Inició su


militancia política durante la dictadura del general Onganía. Saltó a la
notoriedad pública en 1970, tras la ejecución del general Aramburu por
Montoneros, organización de la que fue dirigente destacado. Tras su
doctorado en España se ha desempeñado como profesor invitado a
diversos trabajos de investigación acerca del MERCOSUR y como profesor
asociado en el Departamento de Teoría Económica de la Universidad de
Barcelona. También ha colaborado con diversas organizaciones no
gubernamentales en modelos alternativos de organización social,
desarrollo sustentable y socioeconomía solidaria

89
Entrevista a Mario Eduardo Firmenich

"Es necesario un contrato social explícito donde el sujeto social es la


nación entera"

Por Katy Garcia, Prensared, julio de 2005

Pre
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de la propuesta política contenida en su libro "Eutopía, una alternativa al
modelo neoliberal", que presentó en Córdoba invitado por el Seminario
Iberoamericano de Estudios Sociales y Económicos (Siese).
La tesis doctoral del ex jefe montonero fue apadrinada en 1999 por el
Premio Nobel en Economía, Joseph Stiglitz y está contenida en el libro
"Eutopía", publicado por Editorial Colihue. Firmenich, quien se define como
"un excluido de la política", explicó su propuesta de cambio basada en la
construcción de consensos que permitan desarrollar políticas de Estado a
largo plazo. Proyecto nacional, integración latinoamericana, y una
perspectiva diferente en torno al concepto de sujeto histórico, fueron
algunos de los temas abordados en la entrevista.

-El stablishment y la corporación mediática impugnan tu figura. ¿Sigue


vigente la Teoría de los dos Demonios?

Creo que la Teoría de los dos Demonios es la incapacidad de encontrar,


con racionalidad política, respuestas a las crisis estructurales que ha
vivido la Argentina. ¿Que rol tiene la Argentina en el mundo, qué perfil
productivo, demográfico, tiene este país?. Hubo un modelo estructurador
el de la generación del 80, el modelo oligárquico. Después vino el modelo
industrial peronista que, con variantes de desnacionalización, sigue el
desarrollismo con el modelo industrial. Nos hemos criado escuchando
hablar de la guerra agroindustrial y este es el origen de la cuestión: Qué
clase de país tenemos. La resolución de esa crisis implicó para el país una
guerra civil sui generis, porque no todas tienen que ser iguales a la guerra

90
Civil Española. Pero una guerra civil es un proceso, como dice Von
Clausewicz, "la guerra es la continuación de la política por otros medios"
donde el núcleo central del enfrentamiento es la inexistencia de un
proyecto de país, la inexistencia incluso de un marco jurídico consensuado
que es la Constitución Nacional. En definitiva, la inexistencia de un
contrato social. Esta es la cuestión.

- ¿El gobierno de Kirchner, al menos desde lo discursivo, habla de


salvaguardar intereses nacionales. ¿Cuál sería una propuesta política que
permita avanzar en el diseño de un proyecto nacional?

Creo que el gobierno de Kirchner puede considerarse dentro del mismo


plano en que se han movido los demás, mejor que los demás. Pero dentro
del mismo plano. A saber: ningún gobierno desde el inicio de la transición
democrática hasta ahora ha convocado a redefinir el proyecto nacional.
Esto no lo puede definir un ministro. Esta es una cosa que deben debatir
todos los partidos políticos, las organizaciones de la sociedad civil y que
debe aprobarse en el congreso. En definitiva, es una asamblea
constituyente, un pacto constituyente. Un modelo de desarrollo de
perfiles: industrial, social, cultural y por décadas. Esto no existe en la
Argentina y esta es la crisis que está debajo de la crisis de 2001. Estalló la
convertibilidad que fue un baño que tapó la inexistencia de una estructura
productiva financiando el consumo con deuda externa. Cuando se adoptó
eso, se puso en evidencia que la Argentina no tiene un perfil productivo,
demográfico, cultural; en definitiva, no hay políticas consensuadas a
desarrollar en el largo plazo.

- Ahora, la sociedad ante la crisis ha ido creando nuevas formas de


organización. A los trabajadores se sumaron los desocupados y se
organizaron en cooperativas de trabajo. Por otro lado las empresas
recuperadas, ¿Cuál sería el nuevo sujeto histórico que va a conducir el
cambio?

Vos me estás hablando de un paradigma sociológico marxista en donde se


supone que una clase social tiene las condiciones estructurales para
liderar el cambio. El estudio que yo he hecho y que fundamenta el libro -
esa parte he omitido publicar porque es la más teórica-, he partido de
criticar y replantear el paradigma marxista. Éste parte de la idea de la
hipótesis fundamental de que hay un modo de producción estructurado
básicamente en torno a un criterio que es propiedad de los medios de
producción y que hay una sucesión histórica de los modos de producción.
Ahora, la evidencia empírica demuestra que ese paradigma no se cumplió
en ningún lugar. La revolución rusa no es la consecuencia del
levantamiento y agotamiento del desarrollo de las fuerzas productivas
capitalistas en Rusia. La revolución China y la cubana tampoco.

- Entonces...

91
Entonces, podríamos decir que por lo menos representa el paso del
feudalismo al capitalismo. Bien, pero entonces ocurre que en esa
metodología de análisis, la crisis de la revolución de la fuerzas productivas
o sea la revolución industrial que es un proceso social es lo que destruye
la superestructura del Estado feudal. Pues bien ocurre que en donde hubo
revolución industrial no le cortaron la cabeza al rey hasta el día de hoy -
que fue Inglaterra-, y donde le cortaron la cabeza al rey no hubo
revolución industrial. La teoría marxista como interpretación general de la
historia no se sostiene en la evidencia empírica. Yo parto de otro
concepto. Es cierto que los intereses económicos están en el trasfondo de
la historia política. Esto es obvio. Pero yo sustituyo el concepto de modo
de producción donde hay un sujeto histórico encargado de pasar al modo
de producción siguiente, esa es la base de la teoría marxista, por lo tanto
la clase obrera industrial era el sujeto histórico del cambio del capitalismo
al socialismo, como la burguesía lo era del cambio del feudalismo al
capitalismo, esto que como teoría encuadra una coherencia atractiva, por
eso ha tenido tanta vigencia, la realidad histórica en ningún caso lo
demuestra. Hay cosas parecidas pero esa teoría no se ha realizado en
ningún lugar. La revolución en Alemania o en Inglaterra no se produjo
nunca y era el lugar donde tenía que producirse por la evolución del
desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas. Además, esta teoría
nunca pudo explicar la realidad latinoamericana que no seguía el patrón
de esclavitud, feudalismo etc, Entonces, las distorsiones políticas que han
tenido los partidos políticos comunistas y no comunistas marxistas en
general en América Latina han tratado de encajar la historia dentro de un
molde que no cuadraba.

- ¿Cuál es tu idea en contraposición a ese paradigma?

Yo parto de un concepto distinto. Lo que determina la evolución de las


sociedades no es el modo de producción sino el modo de asignación y uso
de los excedentes. Y esto es un proceso que se decide básicamente en el
poder del Estado, no en la infraestructura. Es la regulación que el Estado
establece sobre la economía, sobre la distribución de la renta, lo que
moldea el poder de compra de los distintos sectores sociales y esto es lo
que determina quién acumula excedentes y para qué. Entonces, el tema
central es que no hay un sujeto histórico necesario de cambio, no hay un
ningún cambio necesario en ninguna dirección. La evolución histórica no
está predeterminada, depende del proyecto a construir. Hay una libertad
significativa de los seres humanos y tan es así que estamos destruyendo
el ecosistema. No necesitamos definir con lupa un sujeto social
inexistente, nos hace falta definir un proyecto consensuado para la
acumulación de excedentes. ¿Quién es el sujeto social de eso? En el caso
de América Latina que no tiene una historia de acumulación de consensos
entre todos sus sectores, porque no hay una construcción secular de
consensos, necesitamos un contrato social muy explícito. No podemos dar
por supuesto nada.

92
- Una de las propuestas expresadas en el libro habla de "refundar la
república". ¿Cómo es esto?

Es necesario un contrato social explícito donde el sujeto social es la Nación


entera. Hay que refundar una Nación. La democracia representativa, la
partidocracia ya no va más, ya no es suficiente. No es una herramienta
apta para canalizar el consenso de un contrato social y una democracia
participativa. Creo que las organizaciones sociales, la sociedad civil en su
conjunto, deben participar en esto.
Instituciones gremiales, patronales, religiosas, cooperativas, mutuales,
incluso los sectores excluidos se han organizado y tienen sus
representantes válidos que hace cuatro años no los tenían. Entonces, creo
hace falta que alguien convoque a debatir.

-¿Quién debería convocar a este gran debate?

En mi opinión y por la cultura política de este país - presidencialista-, la


persona más indicada para hacerlo es el presidente. Cualquiera sea. Tiene
la autoridad institucional suficiente para convocar, en una misma mesa, y
generar una agenda de discusión. Y bueno, creo que hay que discutir casi
todo. Y luego iniciar un proceso participativo que no es la Asamblea
Constituyente de 1994 (Pacto de Olivos) que no ha servido para nada y
que la gente terminó rechazando y cuestionando el statu quo de la clase
política en 2001 y 2002.
Por supuesto que habrá que darle un marco jurídico, una nueva
constitución, pero eso será al final de un proceso participativo donde los
partidos políticos solos no tienen la autoridad moral ni la representación
social para hacerlo. En cambio, hay muchas instancias de participación, de
organización de la sociedad donde están tanto excluidos como incluidos.

- Pero está la lista sábana, el clientelismo...

Tenemos una historia, una tradición de participación que va más allá de


los partidos políticos. Además no pueden tener el monopolio de la
representación social porque la gente no les delega esa función. A la
democracia participativa hay que ampliarla. Incluso hay algunos
mecanismos legislados que no se aplican como el plebiscito y el
referéndum. Y otras instancias de participación que no son ir a votar, sino
a hablar, a discutir. No hace falta ser diputado para proponer una idea.
Las asambleas vecinales han funcionado en ese sentido y muchísimas
instancias de organización social funcionan así. Somos un país de cabildo
abierto que ha nacido con vocación participativa. Tenemos una larga
historia de pueblo en las plazas, expresándose. Tenemos que abrir cauces
institucionales nuevos y lograr un contrato social por los siglos de los
siglos.

- ¿La correlación de fuerzas, permite cristalizar este proyecto?

93
Creo que nadie, ningún presidente, ningún ejército, ninguna guerrilla,
ningún sindicalismo, ni ningún partido político tendrá la fuerza necesaria
para imponerlo. Se debe consensuar. La relación de fuerzas impone. Por
supuesto que hay circunstancias más propicias que otras para la
concreción. Pero hay algo previo que son las ideas. Tiene que existir la
convicción de que si no tenemos un contrato social de largo plazo, no
somos una nación. Y si no somos una nación no habrá gobierno estable.
Como no lo ha habido. Y no lo ha habido porque no hemos sido una
Nación. Pensemos en políticas de Estado seculares, en consensos de
desarrollo social. Para eso, es imprescindible sentarse a negociar y firmar
todos algo.

- ¿Cuando decís todos, quiénes serían?

Todos los sectores interesados en un proyecto nacional basado en políticas


de Estado claras. El plazo depende de la voluntad política de los actores.
Europa lleva 60 años. El asunto es que el consenso de integración no tiene
alternativa. O somos una Nación o la correlación de fuerzas para
enfrentarnos no nos resuelve el problema. Ahora, si no tenemos intereses
comunes y no hay posibilidad de construirlos pues desapareceremos.
Entonces, la correlación de fuerzas pasa a ser un tema secundario. En
todo caso sería de ideas. Qué idea es más poderosa para producir esa
aglomeración. Porque no hay alternativa al consenso. Esta es la cuestión.
Si no se logra, habrá desintegración.

- ¿De acuerdo al actual mapa político; Venezuela, Uruguay, Brasil, Chile,


Argentina. Es posible articular una estrategia de integración
latinoamericana?

No conozco la estrategia. Hay un discurso de integración y tenemos una


oportunidad histórica cuando hay varios gobiernos que tienen el mismo
discurso de integración. Pero ¿cuál es la estrategia de integración? Qué le
proponemos nosotros a Uruguay. Está bien, apoyamos a Tabaré Vásquez,
muy bien, lo aplaudimos, somos compañeros. ¿Pero qué le dejamos
producir en el Mercosur? ¿O solamente están para que nos compren la
industria Argentina y de Brasil? ¿Qué le proponemos a Paraguay? Qué le
ofrecemos a Bolivia para que se integra al Mercosur. ¿Por qué lo va a
hacer? Porque la patria grande, los libertadores, ese es el discurso. Vamos
a los hechos. Qué va a ganar Bolivia en los próximos 40, 50 años, si se
integra al Mercosur. ¿Va a ganar algo o nada? Si no hay una estrategia de
integración, el discurso pasará a la feliz coyuntura política de coincidencias
de gobiernos: de signos más o menos parecidos, de distintos orígenes,
más o menos nacionalistas, democráticos, populares, que abarca desde
Chávez hasta Lagos, pasando por Tabaré, Lula, Kirchner y demás. Esta
feliz coincidencia, al menos desde mi punto de vista, necesita de una
estrategia que por lo menos se concentre en dos puntos. Podrían ser más,
pero por lo menos estas dos. La integración monetaria y la integración
política en el parlamento latinoamericano.

94
La integración no se hace en reuniones de jefes de Estado, de tanto en
tanto. Eso es para ir avanzando en las negociaciones, pero hacen falta
instituciones permanentes.

- O sea que estamos en pañales en este tema...

Sí, esa es mi opinión. Estamos en pañales. tenemos una buena posibilidad


una buena perspectiva, una buena coyuntura. Y debemos aprovecharla
para hacer un cambio de estructuras. Si nosotros seguimos con los
sistemas monetarios fragmentados, vamos a seguir sometidos a las crisis
financieras de movimientos de capitales. Una vez golpeará a Brasil, otra
en Argentina, en Uruguay y en Venezuela. Europa ya demostró la
experiencia para salir de esa crisis especulativa financiera. Hay que
avanzar en la integración monetaria y eso es posible. No es una teoría. Es
algo que está demostrado en la realidad. Bueno, nosotros necesitamos
plantear urgentemente como agenda de integración económica: la
integración monetaria. Para que las crisis financieras de las movilidades
de capitales en la globalización no destruyan nuestra unidad.
Además necesitamos avanzar en una integración política. Va muy bien que
haya cumbres de jefes de Estado. Pero no alcanza. Hay que buscar
estructuras permanentes donde la estructura básica de una democracia
continental sea un parlamento latinoamericano.

El compromiso militante de Walsh

También fue posible evocar la figura de Rodolfo Walsh miembro de


Montoneros durante los años setenta. Ante el planteo de Prensared acerca
de la figura de Rodolfo Walsh quien desde lo periodístico y literario es
valorado a niveles superlativos pero negando u ocultando su identidad
política, Firmenich opinó:
"Para mí, fue un gran militante antes que periodista. Consagró gran parte
de su vida a luchar por un país más justo".
Recordó además que se juntaban en reuniones de discusión política.
"Participábamos todos en rueda y opinábamos sobre el discurso, los
proyectos de prensa, la línea editorial. Sobre todo durante la experiencia
del diario Noticias, mientras estábamos en la legalidad. Por supuesto nos
juntábamos a discutir la línea periodística, la línea editorial. Él era más
grande que nosotros y con toda su experiencia confluyó en la
organización".

2005 - www.rodolfowalsh.org

Imágen: Mario Firmenich y familia (2004)

Un tal Montoto

95
Mario Montoto tiene 46 años, ex integrante de Montoneros y secretario
privado de Mario Firmenich durante el exilio de la comandancia de la
organización armada en el exterior. En 1988 fue el abogado defensor de
su antiguo Jefe y, según Bonasso, fue “el encargado de la delicada misión
de negociar el apoyo financiero contra un lugarcito en el menemovil y el
perdón para Firmenich”. En 1994 se transformó en presidente de
Trainment Ciccone Systems S.A., brazo de la conocida Ciccone
Calcográfica una de las tantas firmas propiedad de Alfredo Yabrán. Esta
compañía tuvo la “fantástica” idea de importar máquinas expendedoras de
boletos. Mágicamente en 1995 se sanciona la Ley de Tránsito y Seguridad
Vial, homologada por decreto presidencial que establece, entre otras
cosas, el uso obligatorio de máquinas expendedoras de boletos.

La empresa del ex Montonero, pasa a colocar en el mercado 10.000


aparatos y lo transforma en un “exitoso” empresario menemista quien hoy
considera que la “Guerra más de moda es la comercial”. Cómo buen
guerrero de los negocios este hombre hoy es dueño del negocio del
transporte. Presidente de la empresa Metropolitano, operadora de las ex
líneas ferroviarias Roca, San Martín y Belgrano Sur, en la ciudad de
Buenos Aires. Trainment esta integrada por 50 empresas de
autotransporte, entre las que se encuentran Chevallier, TATA, ABLO,
Costera Criolla, El Rápido, San José y demás líneas que pertenecían a la
investigada Flecha Bus. Administra Materfer (constructora de vagones)
junto a Sergio Taselli, otro “ex compañero” y en la lista cuentan empresas
de seguros y una carrocera - que participó en la fracasada licitación del
transporte urbano en la ciudad de Córdoba - Colcam.

Fuente: www.tercermundonline.com.ar

Mario Montoto: entre Massera y Firmenich

(por Viviana Gorbato) De tanto ir a cancillería para


visitar a su amigo, Rafael Bielsa, según la revista
Poder, lo llaman “Marito”. Pero cuando fue
secretario y guardaespaldas de Mario Firmenich,
su nombre de guerra era Pascualito.

Su apellido mueve a risa: Mario Montoto, pero su historia no. “Un hombre
con mi pasado nunca puede ser feliz” me confesó una vez en el Open
Plaza mientras yo hacía mi libro “Montoneros, soldados de Menem
¿soldados de Duhalde?”.

Feliz puede que no, pero rico y poderoso sí. “No se hagan la película con
Yabrán. Mario Montoto hizo sus negocios pidiendo de prestado de a mil
pesos a sus amigos” me explicó Carlos Bettini ex montonero, apoderado
de Isabel Perón , director de Aerolíneas y actual cuestionado futuro

96
embajador argentino en España.

La última actividad política de Mario Montoto fue representar al peronismo


revolucionario en la campaña electoral Menem Presidente, en la cual se
negoció el indulto de Mario Firmenich.

De a mil o cien mil, la cuestión es que Montoto dejó la política y se


convirtió en un hábil lobbysta. “Los primeros meses que pasé alejado de la
actividad política me sentía perdido, desorientado , casi vacío.
Experimentaba que mis dolores, angustias y principalmente mis afectos
me impedirían desarrollar otra actividad que no fuera la política. Estaba
recién casado y mi mujer no provenía de la actividad política”
reflexionaba.

En 1994, junto a Sergio Taselli participó de la privatización de Yacimientos


Carboniferos Fiscales en Río Turbio, precisamente en la misma mina en la
que se ha producido recientemente el accidente que terminó con la vida
de tantos mineros.

En 1998, después de varios fracasos económicos, llegó a ser presidente de


Trainment Ciccone Systems, SA. Esta companía líderó la producción de
máquinas expendedoras de boletos de colectivo. Montoto aseguraba que
Ciccone Calcográfica, la empresa madre, nada tenía que ver con Yabrán
como le endilgaba Cavallo.

La relación con Taselli, sin embargo, continuó y llegó a ser director de la


empresa de ferrocarriles Metropolitano “En el Roca no hay ninguna
ventanilla rota “ solía decirle a los periodistas cuando ellos le preguntaban
acerca de las quejas de los usuarios.

Pero hace poco Mario Montoto dejó de ser director del Metropolitano para
emprender un nuevo ambicioso negocio.Su contacto clave en la marina ,
según la revista Poder, es su socio Hugo Darío Miguel , capitán de corbeta
retirado de la Armada que se dedica al negocio de Internet.

Quizás fue Miguel el que interesó a los hijos del almirante Massera en el
proyecto de una empresa de nombre rutilante “Corporación para la
Defensa del Sur” fundada el 20 de junio del 2003.Con su ánimo y
habilidad de lobbysta, que no se inmuta en hacer alianzas con los
verdugos del ESMA, se dedica ahora – entre otras cosas. “al desarrollo ,
implementación, operación y comercialización de la infraestructura,
servicios, sistema para la seguridad, defensa civil y comercial”. El “monto
management”, como lo calificó la revista Poder.

No se arredra ante la “tecnología espacial” y la “ingenieria nuclear”. La


misma revista Poder dice que “Montoto no perdió mucho tiempo. En
noviembre de 2003 inscribió su empresa en el registro de Proveedores del
Estado, un requisito indispensable para participar de las licitaciones y las

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compras directas encargadas por el mayor comprador de la Argentina”.

La pintura que hace de él el actual diputado Miguel Bonasso en su libro


“Recuerdos de la Muerte” no lo beneficia. “Bip-bip. Mario Montoto solía
comunicarse con los militantes montoneros en México utilizando un
radiollamada, toda una novedad en los 70”. Bonasso lo describe “con una
voz castrense y juguetona” y que “con anteojos negros parecía una
pelota”. Agrega que “era un gran pibe, pero lo convirtieron en policía.
Claro que un policía de los nuestros”. Sin embargo, Bonasso no podría
saber en ese momento que Mario Montoto, llegaría a ser uno de los
principales representantes del “montomanagement” en la década del 90 y
en la actualidad.

Fuente: www.weblog.com.ar

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