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Objetos y los animales están habitados por un alma que permanece oculta a la vista y que
dicha
Entidad tiene efectos sobre la naturaleza y el comportamiento de las cosas y los seres
vivos. Cuando nos alimentamos con un animal o vestimos sus pieles, tanto su alma como
sus cualidades pasan a habitar en nosotros; cuando poseemos un objeto mágico somos
capaces de acciones que nunca hubiésemos podido realizar sin éste. El fin de la
superstición que implica la racionalización religiosa, significa el fin de la confianza en
las manipulaciones mágicas. Así, solo en el protestantismo
Se realizaba en todas sus consecuencias la total desmitificación del mundo. (...) aquí
se había vuelto demoníaco todo lo mágico, permaneciendo por el contrario, como
religiosamente valioso sólo lo racionalmente ético: el obrar según el precepto divino e
incluso esto sólo desde la convicción santificada por Dios. (Weber, 1998, p.505)
El mundo encantado tiene a su favor que permite la creencia en una teodicea, una
soluciona la confrontación a los ideales éticos, una posibilidad de dar “sentido al
sinsentido” (Giddens, 1997, p.50; Weber, 2007, p.106). Este juego de palabras quiere
decir que el mundo se convierte en un todo ordenado por un sentido rector; en donde el
sufrimiento y el sacrificio, así como la riqueza y el bienestar, son justificados por esta
creencia. Resumiendo, la teodicea implica que
Ahora bien, un mundo sin teodicea es solo parte del desencantamiento, pues hablar de un
mundo desencantado implica algo mayor: que los procesos de este mundo pierden
sentido, pierden significado para el sujeto en su capacidad para ordenar el mundo. Para
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE ESMERALDAS
“LUIS VARGAS TORRES”
La falta de sentido (ético religioso) se traduce en una falta de orden, el que podamos
registrar que en el mundo suceden cosas pero no podamos dotar estos sucesos de sentido.
Como dice Bauman (2011), el mundo moderno es “un mundo sin significado propio al
carecer de ‘intención’, ‘propósito’ o ‘destino’” (p.220). Un mundo desencantado es un
mundo que se niega a ser interpretado por creencias metafísicas, que se niega a ser dotado
de sentido último, ya que dicho cuestionamiento está -según el protestantismo- por fuera
de las posibilidades humanas. Poéticamente expresado por Peter Berger (2006), el
desencantamiento quiere decir que “un cielo vacío de ángeles se abre a la intervención de
los astrónomos y, eventualmente, a la de los astronautas” (p.163). Es importante que
dejemos en claro que esta racionalización de la religión que culmina con el protestantismo
es una consecuencia no deseada del mismo, ya que la razón pasa a socavar los
fundamentos de sus propias fuentes religiosas, la razón ilustrada, "al tiempo que
desautoriza el lenguaje de los dioses, se reviste, sin embargo de su autoridad sagrada"
(Ruano de la Fuente, 2007, p.304) Para Ruano de la Fuente (2007), la obra de
racionalización ha tenido éxito en tanto 35 que ha desalojado a los dioses de su centro y
es reconocida como objetiva, "como escenario de su dominación cognitiva y práctica".