noviembre 2018
Editorial # 1
¿ Q ué hay que hacer cuando se vienen encima los
tiempos oscuros? Se preguntaba Bertolt Brecht, en
épocas del ascenso del nazismo en Alemania. Y su respuesta,
dada sin dudar, fue que también hay que escribir sobre esos
tiempos oscuros. También hay un
lugar para esto. Para la reflexión
y el pensamiento crítico (acom-
pañado de acción, movilización),
que se hacen necesarios para
repensar escenarios distintos de
estos que nos avasallan.
Y lamentablemente vivimos
tiempos oscuros. Atravesamos
momentos en que la versión
más antisocial del capitalismo:
el neoliberalismo, impone, con
mano de hierro, austeridad a las
grandes mayorías a la par que
rescata de la quiebra a los ban-
cos privados, promueve, además,
una acelerada carrera por los
recursos naturales, a través de
la explotación y exploración min-
era a cielo abierto, la exploración
petrolífera, la especulación sobre la tierra y la expansión
de la frontera agrícola para la agroindustria, donde que-
da en evidencia que el actual modelo de desarrollo es in-
sostenible, con costos socioambientales irremediables; la
corrupción en todos los niveles, crisis de representación
y participación, y el secuestro de la propia democracia por
poderes antidemocráticos, sumadas al reciente auge de
neofascismos en América latina y Europa, nos llevan a re-
plantearnos los papeles que debemos ocupar como sujetos
y sociedad crítica y deliberante.
Es en ese contexto en el que nace Malatesta. Un fanzine
a la izquierda de lo posible, que busca convertirse en una
trinchera de lucha a través de las palabras y el pens-
amiento crítico, contra el capitalismo y todas aquellas
formas de dominación.
Sabemos muy bien que el cap-
italismo no ejerce su dominio si
no sirviéndose de otras formas de
opresión, principalmente el colo-
nialismo, racismo y el patriarcado.
Por lo tanto, nuestra lucha tam-
bién será anticolonialista, antirac-
ista y antipatriarcado, conscientes
también de que la relación del
hombre con la naturaleza (y esa
idea del crecimiento económico
infinito a costa de los recursos
naturales) ha sido una relación de
dominación contra la cual tam-
bién hay que luchar.
Nos dirigimos, en general, a to-
dos aquellos que luchan contra
el capitalismo, el colonialismo, el
racismo, el sexismo y la homofo-
bia, a anarquistas, a miembros de
todas las facciones de izquierdas, a toda la ciudadanía
organizada en partidos o movimientos sociales, o que
sin estar organizada comparte los objetivos y aspira-
ciones de quienes se organizan para luchar contra estos
fenómenos.
Malatesta es una idea de El Laberinto del Minotauro.
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derechos que implica, tener una conciencia y sentido de
Por Pablo Muñoz Rojo
L a persona ciudadana es, en el papel, toda aquella con
nacionalidad colombiana mayor de 17 años y que, por
lo tanto, cuenta con el reconocimiento de todos sus dere-
chos, así como de diferentes obligaciones.
En base a esta regla, encontramos que se puede hablar de
distintos niveles de ciudadanía que vendrían siendo defini-
dos en función de los derechos que le reconoce el Estado.
Resulta que a lo largo del territorio nacional hay diferen-
tes colectivos que no son atendidos en toda su extensión
y obligaciones por parte del Estado donde la protección,
las ayudas sociales, la educación y la sanidad de calidad no
llegan. Asumiendo esta idea, resulta complicado negar que
en el primer nivel encontramos a los hombres blancos he-
terosexuales de clase media-alta y a partir de ahí se irá des-
cendiendo el nivel en función del género, la clase, la raza1,
la identidad sexual y estatus legal, entre otras categorías.
Teniendo esto en cuenta, no parece tan descabellado que
existan personas que no se sienten identificadas con este
concepto al comprobar día tras día que no son sujetos de
derechos. Por lo que tales ideas, no representan quienes
son ni cómo son entendidos por parte de las administra-
ciones. Dentro de estas personas encontramos, entre otros
colectivos, a las poblaciones afrocolombianas del país que
lejos de ser reconocidos como ciudadanos, en la práctica,
son relegados de todo aquello que envuelve tal concepto.
Es importante para sentirse ciudadano y poseedor de los
1 La raza entendida como una construcción social y no
como un determinismo biológico.
pertenencia a la sociedad en la que se está inscrito. Y para
ello, es necesario a su vez que la sociedad no se limite a un
único modelo que deje por fuera a aquellas personas que
no encajan en él. Cuando un estado se olvida de ti, o sim-
plemente no te reconoce como un actor al que garantizar
sus derechos, difícilmente se podrán establecer un sentido
de pertenencia a un modelo de sociedad que te excluye de
forma cotidiana, que te criminaliza e incluso te persigue.
Así se constata que, cuando los poderes políticos se di-
gieren en términos de ciudadanía, la realidad es que están
hablando de una población concreta sin tener en cuenta a
todas aquellas otras personas que aun habitando el mis-
mo territorio no se sienten partícipes de la vida pública,
así como de la vida política del país. De ahí que, un amplio
porcentaje de estas personas no ejerzan sus derechos po-
líticos, como por ejemplo, votar en los diferentes procesos
lectorales o consultas populares.
Cuando hablamos de las poblaciones negras, debemos re-
cordar que son cuerpos que históricamente han sido cons-
truidos al margen, deshumanizados, como contraposición
al cuerpo blanco sujeto de derechos. En referencia al con-
cepto de los “no lugares” creado por el antropólogo francés
Marc Augé, como espacios donde no se garantizas los de-
rechos, se puede hacer un paralelismo situando estos cuer-
pos como “no lugares”, es decir, espacios corporales que no
son reconocidos desde las instituciones como cuerpos a
tener en cuenta. La territorialidad del cuerpo, del que se ha
extraído su fuerza de trabajo y sus saberes, sigue siendo
violentada y situada en la antípoda de lo reconocido como
válido: la normatividad de los cuerpos blancos.
Vemos así que, asumiendo las lógicas dicotómicas occi-
dentales de blancos/negros, buenos/malos, civilizados/
salvajes se llega a la de ciudadanos/no ciudadanos. Es una
forma más de continuar con los modelos racistas que je-
rarquizan a las poblaciones y que sigue manteniendo los
privilegios en las mismas personas de siempre. Estas ca-
tegorizaciones llevadas a cabo desde el poder implican el
mantenimiento de un orden colonial y racista que repercute
en todas las capas sociales marcando las experiencias de
las diferentes personas.
De esta forma, resulta complicado hablar de ciudadanía
como un concepto unificador vinculado a otros tales como
el de democracia o Derechos Humanos, cuando realmente
lo que implica es la reafirmación de los privilegios de una
parte de la población respecto del resto.

La clase obrera va al paraíso.
Dir. Elio Petri.
Año 1971.
La película transcurre en una
fábrica en la que Ludovico Mas-
sa, más conocido por sus compa-
ñeros de fábrica como Lulú, que
es el encargado de hacer cum-
plir las órdenes del patrón. La
ambición de los jefes hace que el
trabajo a destajo se multiplique,
mientras aquel sigue sin cues-
tionarse absolutamente nada de
lo que le mandan, ni tan siquiera
para quién trabaja o quien se be-
neficia realmente de su trabajo.
Pero todo cambiará cuando se
corte un dedo en la máquina que
lleva y se convierta en testigo de
la solidaridad obrera.
La película “La clase obrera va
al Paraíso” es un claro reflejo de
la crisis en la que se encontraba
sumida Europa en los años 60,
el malestar y revueltas que se
vivían y el descontento particu-
lar de la clase trabajadora. Sin
embargo, el bombardeo propa-
gandistico de la clase capitalista
hace que la clase trabajadora
Dices que nos va mal. La oscuridad
crece. Las fuerzas flaquean.
Después de trabajar tantos años
nos encontramos ahora en una situación O dio a los indiferentes. Creo, como Friedrich Hebbel, que
“vivir significa tomar partido”. No pueden existir quienes
sean solamente hombres, extraños a la ciudad. Q uien realmente
de las consecuencias, querría dejar claro que él no quería, que él
no es el responsable. Algunos lloriquean compasivamente, otros
maldicen obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan:
más difícil que cuando
comenzamos. vive no puede no ser ciudadano, no tomar partido. La indiferencia Si yo hubiera cumplido con mi deber, si hubiera tratado de hacer
es apatía, es parasitismo, es cobardía, no es vida. Por eso odio a los valer mi voluntad, mis ideas, ¿habría ocurrido lo que pasó? Pero
El enemigo es ahora indiferentes. nadie o muy pocos culpan a su propia indiferencia, a su escepti-
aún más fuerte que nunca. La indiferencia es el peso muerto de la historia. Es la bola de plo- cismo, a no haber ofrecido sus manos y su actividad a los grupos
Parece que haya crecido su fuerza. Ha cobrado mo para el innovador, es la materia inerte en la que a menudo se de ciudadanos que, precisamente para evitar ese mal, combatían,
una apariencia de invencibilidad. ahogan los entusiasmos más brillantes, es el pantano que rodea a proponiéndose procurar un bien.
Mientras que nosotros hemos cometido errores, la vieja ciudad y la defiende mejor que la muralla más sólida, mejor La mayoría de ellos, sin embargo, pasados los acontecimientos,
es inútil negarlo. que las corazas de sus guerreros, que se traga a los asaltantes en prefiere hablar del fracaso de los ideales, de programas definitiva-
este dividida, desorganizada.
Cada vez somos menos. Nuestras su remolino de lodo, y los diezma y los amilana, y en ocasiones los mente en ruinas y de otras lindezas similares. Recomienzan así su
El protagonista es el retrato
consignas son confusas. Una parte hace desistir de cualquier empresa heroica. rechazo de cualquier responsabilidad. Y no es que ya no vean las
del obrero en proceso de des-
de nuestras palabras La indiferencia opera con fuerza en la historia. Opera pasiva- cosas claras, y que a veces no sean capaces de pensar en hermo-
ideologización producto del
ha sido tergiversada por el enemigo hasta convertirla en mente, pero opera. Es la fatalidad, aquello con lo que no se pue- sas soluciones a los problemas más urgentes o que, si bien requie-
neoliberalismo, en proceso de
irreconocible. de contar, lo que altera los programas, lo que trastorna los planes ren una gran preparación y tiempo, sin embargo, son igualmente
transformación en un esclavo mejor elaborados, es la materia bruta que se rebela contra la in- urgentes. Pero estas soluciones resultan bellamente infecundas, y
del consumo. Pero la lucha con-
¿Q ué es erróneo, falso, de todo aquello que hemos dicho? teligencia y la estrangula. Lo que sucede, el mal que se abate so- esa contribución a la vida colectiva no está motivada por ninguna
tra la explotación y la natural
¿Una parte o todo? bre todos, el posible bien que un acto heroico (de valor universal) luz moral; es producto de la curiosidad intelectual, no de un fuerte
ansia de emancipación propia
¿Con quién contamos todavía? puede generar no es tanto debido a la iniciativa de los pocos que sentido de la responsabilidad histórica que quiere a todos activos
de todo explotado hace que
¿Somos supervivientes, arrastrados trabajan como a la indiferencia, el absentismo de muchos. Lo que en la vida, que no admite agnosticismos e indiferencias de ningún
nunca sea tarde para despertar.
por la corriente? Q uedaremos rezagados, sin ocurre no ocurre tanto porque algunas personas quieran que eso género.
Tomado de http://cuestionatelotodo.
comprender ya a nadie, incomprendidos por todos. ocurra, sino porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, Odio a los indiferentes también porque me molesta su lloriqueo
blogspot.com/2014/03/la-clase-obrera-va-
deja hacer, deja que se aten los nudos que luego sólo la espada de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos por cómo
al-paraiso.html.
¿O podemos contar con la buena fortuna? puede cortar, deja promulgar leyes que después sólo la revuelta ha desempeñado el papel que la vida le ha dado y le da todos los
*** podrá derogar, dejar subir al poder a los hombres que luego sólo días, por lo que ha hecho y sobre todo por lo que no ha hecho. Y
¿Viste la película? ¿Te gustó?
Esto preguntas. No esperes un motín podrá derrocar. siento que puedo ser inexorable, que no tengo que malgastar mi
Escríbenos a info@ellaberinto-
otra respuesta que no sea la tuya. La fatalidad que parece dominar la historia no es otra cosa que compasión, que no tengo que compartir con ellos mis lágrimas.
delminotauro.com.co y cuénta- la apariencia ilusoria de esta indiferencia, de este absentismo. Los Soy partisano, vivo, siento en la conciencia viril de los míos latir la
nos. hechos maduran en la sombra, entre unas pocas manos, sin nin- actividad de la ciudad futura que están construyendo. Y n ella la
gún tipo de control, que tejen la trama de la vida colectiva, y la cadena social no pesa sobre unos pocos, en ella nada de lo que su-
masa ignora, porque no se preocupan. Los destinos de una época cede se debe al azar, a la fatalidad, sino a la obra inteligente de los
son manipulados según visiones estrechas, objetivos inmediatos, ciudadanos. En ella no hay nadie mirando por la ventana mientras
ambiciones y pasiones personales de pequeños grupos activos, unos pocos se sacrifican, se desangran en el sacrificio; y el que
y la masa de los hombres ignora, porque no se preocupa. Pero aún hoy está en la ventana, al acecho, quiere sacar provecho de lo
los hechos que han madurado llegan a confluir; pero la tela teji- poco bueno que las actividades de los pocos procuran, y desahoga
da en la sombra llega a buen término: y entonces parece ser la su desilusión vituperando al sacrificado, al desangrado, porque ha
fatalidad la que lo arrolla todo y a todos, parece que la historia fallado en su intento.
no sea más que un enorme fenómeno natural, una erupción, un Vivo, soy partisano. Por eso odio a los que no toman partido, por
terremoto, del que son víctimas todos, quien quería y quien no eso odio a los indiferentes.
quería, quien lo sabía y quien no lo sabía, quien había estado activo 11 de febrero de 1917 **Tomado del texto compilatorio de Antonio
y quien era indiferente. Y este último se irrita, querría escaparse Gramsci “Odio a los indiferentes” editado por Ariel.

Por Katleen Marún Uparela
M arialabaja es sinónimo de biodiversidad y produc-
tividad agropecuaria. Sin embargo, este relato está
pasando a la historia. En los últimos 20 años el municipio
montemariano cambió notoriamente las formas de explota-
ción, con pérdida de zonas de cultivos campesinos y afecta-
ción de su biodiversidad.
El avance acelerado del cultivo de palma de aceite en la
zona desplazó cultivos tradicionales como el ají dulce, arroz
de riego, fríjol, guayaba, coco y mango. Según Agronet (Red
de Información del Minagricultura) el área sembrada de pal-
ma pasó de 5.800 ha en 2007 a 22.044 en 2016. Hoy este
cultivo ocupa el 40% del territorio municipal.
Ante semejante expansión, la producción campesina mi-
gró a zonas de difícil acceso, que dificultan el transporte de
los productos y encarecen los costos de producción. Ade-
más, se ha restringido el acceso a recursos como la tierra,
el agua y siembras que constituían la base de su sustento.
Lejos de compensar y reversar los costos para los campe-
sinos, el Estado ha estimulado el aumento de este cultivo a
través de medios como el incentivo a la capitalización rural
y otras exenciones tributarias.
La Ley de Víctimas y Restitución, que pudo ser un con-
trapeso, no ofrece grandes salidas al respecto. Esta norma
señala que en caso de existir algún proyecto agroindustrial
en curso en un predio sujeto a restitución, se buscará “de-
sarrollar en forma completa” el proyecto reconociendo la ti-
tularidad de la tierra al reclamante, pero dando un contrato
al productor para que lo explote hasta el final del proyecto
(si se demuestra su buena fe). En el caso de la palma esto
representa unos 25 años (entre cultivo y cosecha del pro-
ducto), sin contar con que al finalizar el proyecto la tierra
queda afectada por el uso excesivo de químicos que esta
requiere.
La visión de desarrollo que reafirma el poder econó-
mico de monocultivadores no se compadece con la si-
tuación de miles de bolivarenses que se sienten en un
laberinto sin salida, rodeados de plagas, enfermedades
y dificultades para cultivar la tierra, y conseguir sustento
y alimentación.
Hasta hoy se ha contado una parte de la historia; no
se trata sólo de intereses contrapuestos entre grandes
productores y pequeños campesinos. En este debate las
preguntas deben moverse hacia el terreno de la visión
de desarrollo del campesinado, que ha sido desconocida
por un modelo impulsado desde el propio Estado.
La discusión pasa también por la garantía de derechos
como el acceso al agua, la seguridad alimentaria, el míni-
mo vital, la reparación integral de las víctimas y en algu-
nos casos hasta la vida.
**Esta columna apareció por primera vez publicada en
el diario el universal.
Visita El Laberinto del Minotauro
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El Laberinto
del Minotauro
Por Daniel Alzate Mora
E l pasado 26 de noviembre de 2018 se cumplieron dos años
desde la firma de los acuerdos de paz entre la guerrilla de
las FARC y el gobierno colombiano. Un hecho histórico para el
país, que busca una solución política al extenso conflicto armado
y marca el fin de la insurgencia armada que por 52 años resistió
contra las oligarquías enquistadas en el aparato estatal colom-
biano.
Pese a todas las adversidades del proce-
so de paz, los constantes ataques mediáti-
cos, el asesinatos de líderes sociales,
encarcelamientos, amenazas y modifica-
ciones que impusieron los ganadores por
el NO en el plebiscito por la paz, los seis
puntos acordados entre guerrilla y gobier-
no buscan atacar las causas del conflicto
armado y construir un camino hacia la
superación de la guerra, dado que el con-
flicto social y político persistirá mientras
se mantengan las condiciones estructura-
les que sustentan el capitalismo ganster-
il y traqueto que impera en Colombia.
Además de los constantes incumplimien-
tos del anterior gobierno y la falta de vol-
untad política del nuevo inquilino de la
Casa de Nariño, Iván Duque, la privación
de la libertad de Jesús Santrich amenaza
con destruir los exiguos logros que lleva la
implementación de lo acordado.
En el proceso contra Santrich las élites
criollas han desplegado todo el poder estatal para exterminarlo y
sacarlo de la contienda política, ya que en “tiempos de paz”, no
pueden acudir a los bombardeos comandados por el ejército de
Estados Unidos, como ocurrió en Sucumbíos, Ecuador, donde
falleció Raúl Reyes. Santrich representa un sujeto indeseable que
no encaja en el modelo de paz que añoran, de una guerrilla de-
sarmada y dócil al poder, que se limita a ser oposición desde el
Congreso de la República, que disfruta temporalmente.
El 9 de abril de 2018, cuando se conmemoraba 70 años del
magnicidio de Jorge Eliecer Gaitán, Jesús Santrich es detenido
ilegalmente en el domicilio que le entregó el Estado colombiano,
por orden de la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York, que
para el Fiscal Martínez, tienen inmediato cumplimiento, pasando
por encima del ordenamiento jurídico colombiano, pues Santrich
ya se había sometido a la Justicia Especial para la Paz (JEP). En
una acción de entrapamiento la DEA logró frustrar la supuesta
conspiración de Santrich, de exportar 10 toneladas de cocaína a
Estados Unidos.
El debate jurídico en el caso Santrich parte del supuesto de
su culpabilidad en la conspiración contra Estados Unidos y se
reduce a determinar la fecha de la ocurrencia de los hechos, para
establecer el juez competente. Si los hechos ocurrieron antes de
la firma de los acuerdos de paz, es la Justicia Especial para la
Paz (JEP) quién tiene que juzgarlo; si los hechos son posteriores
al acuerdo, será la justicia ordinaria
competente, por lo que sería inminen-
te su extradición, como lo ha reiterado
el presidente, Iván Duque. Además,
para el Fiscal Martínez y el Procurador
General, Fernando Carrillo, la decisión
de un juez de Estados Unidos tiene
presunción de legalidad en Colombia
y es de inmediato cumplimiento, un
absurdo jurídico hasta para un estudi-
ante de derecho de primer semestre.
Ante la imposibilidad de asumir
como congresista Jesús Santrich fue
demandado ante el Consejo de Estado
en proceso de pérdida de investidura,
conocido como “la muerte política”,
proceso que sigue en paralelo sin que
se defina cuál será el resultado del
estudio que adelanta la JEP, y al que
la Fiscalía de Martínez no autorizó su
comparecencia, porque en su criterio
debía darse por medios virtuales, por
lo que fue suspendida la audiencia.
Ante el incremento de la protesta en todo el país, el movimiento
estudiantil está en paro desde el 11 de octubre, las principales
centrales obreras se unen a sus reivindicaciones y se oponen a
la reforma tributaria infame que pretende gravar con IVA toda
la canasta familiar, a poco más de 100 días de ingobernabilidad
de Duque que tiene incendiado todo país, se cumplen 233 días
de una detención completamente irregular que no responde a
ningún parámetro jurídico y se juega con la vida de un ser huma-
no como triunfo político. Por eso nos unimos a las voces críticas
y expresamos nuestra solidaridad con Santrich, por lo que exigi-
mos que se respete las actuaciones de su juez natural, la Justicia
Especial para la Paz (JEP), y que el próximo 28 de enero cuando se
debe pronunciar la JEP, se acabe por fin con este burdo montaje
judicial que se ha hecho en su contra.