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MICROESTRUCTURA DE LA COGNICIÓN

En los papers de microestructura de la cognición se encuentran los siguientes elementos


comunes: Primero establecen una definición de Imágenes por Datos de Difusión.

La definición comprende a) física de la difusión del agua, cómo los pulsos de


radiofrecuencia adquieren señal del movimiento browniano de termodifusión; b)
relación entre los datos adquiridos por codificadores de gradiente con cuatro variables:
conectividad, densidad, integridad axonal y mielinización; y c) descripción de las
medidas que estandarizan las variables (en orden: Anisotropía Fraccional, Difusión
Media, Difusión Axial y Difusión Radial).

Luego de la definición sigue la articulación entre datos de difusión y cognición.

El esfuerzo estriba en conectar las cuatro medidas con la estructura axonal.

A mayor anisotropía fraccional, menor difusión media, mayor difusión axial y menor
difusión radial.

Estos valores implican también mejor integridad de la fibra.

Los términos que describen la mejor integridad de la fibra son coherencia, integración,
grado de compactación.

El dolor psíquico tiene correlato con aumento de la anisotropía fraccional del limbo
anterior de la corona radiada.

El carácter compacto, integrado y coherente de una fibra se relacionó con procesos que
pertenecen a la psicología (por ejemplo rasgos, estados, procesos, estructuras).

Aquí comenzaron los estudios aplicados de DTI en Psicología. Estamos a principios de


los años 2000. El mecanismo proximal propuesto fue que una fibra más compacta
vuelve más eficiente la conducción nerviosa. En este punto se produce la ‘hiancia
correlacional’, el mundo de la integridad nerviosa frente al mundo del lenguaje
psicológico. De manera similar al lenguaje holandés y el italiano, entre ambos solo
puede haber traducciones. En este momento, las traducciones entre integridad axonal y
procesos psicológicos son coeficientes de correlación.

Las correlaciones operan sobre tres nidos: El nido poblacional, donde sobre el universo
humano disponible se extrae una sub población con características particulares. Por
ejemplo, personas con trastorno depresivo mayor. El siguiente nido corresponde a
variables demográficas, generalmente con variaciones en Edad (adolescentes/ adultos/
adultos mayores) y/o sexo. En el trabajo de Lebel y Leemans observaron los cambios de
anisotropía fraccional en 20 tractos en una población entre 5 a 30 años. El último nido
es la actividad cognitiva o medida de personalidad. La persona fuera del resonador
realiza una tarea, por ejemplo el test de clasificación de tarjetas de Wisconsin.

En conjunto, tenemos datos de la integridad de las fibras de varios espacios cerebrales,


en, por ejemplo, una población de personas con trastorno depresivo mayor, entre 50 a 70
años de edad, de ambos sexos por igual, que realizaron un test de formación de
conceptos.

Una de las conclusiones que pudo alcanzarse es que estas personas tienen un
rendimiento disminuido en la cantidad de perseveraciones que cometen, mientras más
grave es la sintomatología menor anisotropía fraccional tenían en la corteza cingulada
anterior, y el sexo no tuvo ninguna relación.

El análisis de papers de microestructura de la cognición debe tener en cuenta también:


a) el tipo de método, si es automático o basado en el conocimiento b) el campo
magnético del resonador utilizado c) la cantidad de direcciones que fueron aplicadas d)
el número de b0 (por ejemplo 2 x 1000 mm2/s .

Uno de los detalles cruciales es si el paper está guiado por la teoría (se caracterizan por
analizar pocos tractos sobre procesos psicológicos complejos) o por los datos (se
analizan muchos tractos sobre algún tipo de población). De nuestra preferencia son los
papers ‘theory driven’ porque facilitan la interpretación de los resultados. Además, hay
demasiados estudios data driven, generando una varianza demasiado grande que
dificulta detectar un efecto significativo.

Estas conclusiones indican que la depresión como entidad clínica es un síndrome


discontinuo
Conclusiones importantes a las que llegaron los estudios de microestructura de la
cognición aplicados a la depresión: 1) el llamado dolor psíquico tiene correlato con
aumento de la anisotropía fraccional del limbo anterior de la corona radiada. Esto se
aprecia en numerosos trastornos entre los llamados psicosomáticos, por ejemplo colon
irritable; 2) las personas resistentes al tratamiento, tanto psicoterapéutico como
farmacológico, evidenciaron menor anisotropía fraccional en la corteza cingulada
anterior; 3) las mejores recuperaciones en tratamientos multi- integrales en depresión
mayor correlacionaron con mayor anisotropía fraccional en el genu del cuerpo calloso;
4) en las depresiones adolescentes se observó mayor difusión medial (menor densidad)
en el fascículo uncinado, especialmente el derecho.

Estas conclusiones indican que la depresión como entidad clínica es un síndrome


discontinuo. Esto significa que si bien comparte un estado de ánimo negativo,
anhedonia, trastornos fisiológicos y rumiaciones, hay factores como la edad,
padecimientos físicos, rasgos psicóticos que condicionan su evolución y tratamiento.
Los datos de microestructura de la cognición sirven para establecer que combinación
particular presenta un cuadro depresivo. Lo interesante de esto es que las medidas
derivadas de las imágenes por tensores de difusión están resultando cada vez más
significativas, y progresivamente estamos en camino de una evaluación funcional
neurocognitiva- tractográfica. Ese objetivo tenemos en la mira, para ello usamos
neurotecnología y adoptamos learning machines y conectomas.

Un aspecto existencial- epistemológico: Las personas somos continuidades existenciales


que llevamos vidas literarias, producimos acontecimientos mentales con contenidos
particulares. Sin embargo tenemos rasgos constitutivos (por ejemplo una organización
de la memoria de trabajo que incluye el sistema fórnix- hipocampo) que cuando se ven
afectados deben ser tratados en el nivel de análisis adecuado.

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