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UNIVERSIDAD PRIVADA

JOSE CARLOS MARIATEGUI

CURSO : HISTORIA

CARRERA : DERECHO

TEMA : GUERRA CON CHILE Y LA


RECONTRUCCION.

DOCENTE : DR. Manuel A. QUISPE VERA

ALUMNO : Fernando CHAYÑA CALLATA

Moquegua – Perú
2018

1
DEDICATORIA

Dedicada a Dios quien me dio la vida


Mis padres que siempre están apoyándome
moralmente
A mis docentes que nos llenan de conocimiento y
ética profesional.

2
AGRADECIMIENTO

Agradecemos a nuestros amigos, compañeros de clase


quienes con ganas de llegar a la meta seguimos la carrera
exitosamente sin importar los obstáculos que se nos
presenten, para poder llegar a ser buenos profesionales.

3
ÍNDICE

DEDICATORIA 2

AGRADECIMIENTO 3

INDICE 4

INTRODUCCION 5

CAPÍTULO I 6

OBJETIVOS DEL PROBLEMA 7

CAPÍTULO II 8

MARCO TEÓRICO 8

CONCLUSIONES 38

BIBLIOGRAFÍA 40

ANEXOS 41

4
INTRODUCCIÓN

En febrero de 1878 Bolivia estableció un nuevo impuesto a la empresa


chilena Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, en violación
del tratado de límites de 1874 que prohibía nuevos impuestos o el aumento de
estos. Chile protestó y solicitó someter el pleito a un arbitraje, pero el Gobierno
boliviano, presidido por Hilarión Daza, consideraba el asunto como interno y
sujeto a la jurisdicción de las cortes bolivianas. Chile insistió y advirtió al
Gobierno boliviano que Chile no se consideraría ligado al tratado limítrofe de
1874 si Bolivia no suspendía el impuesto. Por el contrario, el Gobierno boliviano
rescindió la licencia a la compañía chilena, embargó sus bienes y los puso a
remate. El día del remate, el 14 de febrero de 1879, las fuerzas militares
chilenas ocuparon la población boliviana de Antofagasta sin resistencia, una
ciudad mayoritariamente habitada por chilenos, y avanzaron en pocos días
hasta el paralelo 23°S. La zona entre el río Loa y el paralelo 23°S permaneció
bajo soberanía boliviana.

Al terminar la pesadilla de la Guerra con Chile y de la ocupación, el país


seguía viviendo. Pero era un país exangüe, amputado, dolorido. En suma, un
país yacente.

“¡Qué horroroso espectáculo dado al mundo y qué terrible llaga en el corazón


de los pueblos!”, escribió Emilio Castelar al comentar las noticias que llegaban
a España sobre los últimos sucesos de la lucha entre Perú y Chile. “No puede
darse – decía también– un estado más triste que el estado actual de la nación
vencida.

5
CAPITULO I

OBJETIVOS DEL PROBLEMA

6
A. DELIMITACION DE LOS OBJETIVOS

1. OBJETIVO GENERAL

 Describir, analizar y determinar sobre el tema la Guerra con

Chile y la Reconstrucción.

2. OBJETIVOS ESPECIFICOS

 Identificar conceptos sobre Guerra con Chile y la

Reconstrucción.

 Conocer sobre es Guerra con Chile y la Reconstrucción.

 Precisar cuáles son las consecuencias de la Guerra con Chile

y la Reconstrucción.

7
CAPITULO II

MARCO TEORICO – DOCTRINARIO

8
1. LA GUERRA CON CHILE Y LA RECONSTRUCCION

La guerra del Pacífico, también denominada guerra del Salitre, fue


un conflicto armado acontecido entre 1879 y 1883 que enfrentó
a Chile contra los aliados Bolivia y Perú. La guerra se desarrolló en el
océano Pacífico, en el desierto de Atacama y en las serranías y valles
peruanos.

En febrero de 1878 Bolivia estableció un nuevo impuesto a la empresa


chilena Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, en violación
del tratado de límites de 1874 que prohibía nuevos impuestos o el aumento
de estos. Chile protestó y solicitó someter el pleito a un arbitraje, pero el
Gobierno boliviano, presidido por Hilarión Daza, consideraba el asunto
como interno y sujeto a la jurisdicción de las cortes bolivianas. Chile insistió
y advirtió al Gobierno boliviano que Chile no se consideraría ligado al
tratado limítrofe de 1874 si Bolivia no suspendía el impuesto. Por el
contrario, el Gobierno boliviano rescindió la licencia a la compañía chilena,
embargó sus bienes y los puso a remate. El día del remate, el 14 de
febrero de 1879, las fuerzas militares chilenas ocuparon la población
boliviana de Antofagasta sin resistencia, una ciudad mayoritariamente
habitada por chilenos, y avanzaron en pocos días hasta el paralelo 23°S.
La zona entre el río Loa y el paralelo 23°S permaneció bajo soberanía
boliviana.

El Perú, que había firmado con Bolivia un Tratado de alianza defensiva con
carácter secreto, ordenó preparar sus fuerzas militares y simultáneamente
envió un diplomático a Chile para mediar. Ante el avance chileno en
territorio disputado, el 1 de marzo, Bolivia se declaró en estado de guerra
contra Chile. Cuando Perú se negó a permanecer neutral, Chile declaró la
guerra a ambos aliados el 5 de abril de 1879. El 6 de abril, el Perú declaró
el casus foederis, es decir, la entrada en vigor de la alianza secreta con
Bolivia.

9
Aunque el impuesto de los diez centavos y el tratado de 1873 aparecen a
primera vista como los detonantes del conflicto, las causas fundamentales
de la guerra fueron profundas y complejas. Entre ellas los historiadores
señalan la vaguedad de las fronteras coloniales, el interés por el negocio
del salitre y la tensión producida por las diferencias entre el progreso de
Chile y la inestabilidad política y económica de los aliados. A ello se añade
la competencia entre Perú y Chile por la hegemonía regional que incluía
una alianza con Bolivia como aliado menor.

Los territorios disputados, así como las zonas aledañas, se ubican en


el desierto de Atacama, y en aquel tiempo tenían acceso expedito solo por
mar. En los primeros seis meses, Chile logró la supremacía naval,
indispensable para conquistar las zonas costeras del desierto. Antes de
fines de 1879 ocupó la provincia peruana de Tarapacá y a comienzos de
1880 ocupó la zona de Tacna y Arica, tras lo cual Bolivia abandonó
militarmente la guerra. Luego, en enero de 1881, tras vencer en las batallas
de Chorrillos y Miraflores al ejército peruano, las fuerzas chilenas ocuparon
Lima. Después de estas campañas, la guerra entre Chile y Perú continuó
por dos años más entre los remanentes del ejército, guerrillas y
montoneros peruanos contra las fuerzas chilenas de ocupación, hasta la
firma del Tratado de Ancón en 1883, en la que Perú, entre otras cosas,
cedió el Departamento de Tarapacá y le fueron retenidas las provincias de
Arica y Tacna.

Al año siguiente se firmó el Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884,


que puso fin al estado de guerra entre ambos países. Por su omisión en el
tratado, Bolivia aceptó la anexión chilena de la franja. Bolivia aceptó la
ocupación militar chilena de la zona entre el río Loa y el paralelo, pero su
soberanía quedó en disputa y fue resuelta a favor de Chile en el Tratado de
1904 entre Chile y Bolivia. En el Tratado de Lima de 1929 Chile devolvió
Tacna al Perú y Arica fue cedida a Chile.

10
1.1 Antecedentes

Conflicto limítrofe boliviano-chileno

Al iniciarse la época republicana, Chile, Perú, Bolivia y Argentina


aceptaban que sus fronteras debían ser las mismas de la administración
colonial, norma conocida como Uti possidetis iuris. Sin embargo, la
administración española nunca había tenido interés en definir
estrictamente límites precisos entre regiones que le pertenecían, por lo
que estos eran a menudo difusos, contradictorios y a menudo sobre
territorios desconocidos, inhabitados o inhabitables por su clima o
lejanía. A causa de sus apremiantes conflictos internos, los primeros
límites enunciados en sus constituciones fueron imprecisos: Chile señaló
en 1822 el despoblado de Atacama como límite norte y Bolivia consideró
desde 1825 la costa en cuestión como perteneciente a la provincia de
Potosí.

A principios de la década de 1840 se descubrieron en Tarapacá y


Antofagasta grandes acumulaciones de guano y salitre, fertilizantes que
empezaban a ser muy cotizados en el mercado mundial. Incidentes y
reclamos entre Bolivia y Chile se sucedieron en los años siguientes,
mientras que las diplomacias de ambos países argumentaban
respectivamente sobre los derechos que tenían en la región, exhibiendo
documentos coloniales sobre la jurisdicción de la Audiencia de Charcas
o la Capitanía General de Chile.

Las tensiones aumentaron a tal punto que el 25 de junio de 1863 la


Asamblea Legislativa boliviana autorizó al ejecutivo declarar la guerra a
Chile, aunque solo después de que se agotaran todos los recursos por la
vía diplomática que dieran un resultado favorable a Bolivia.6:207 Pero
el Tratado de alianza defensiva y ofensiva entre Perú y Chile (1865), al
que se adhirieron poco después Bolivia y Ecuador para enfrentarse a
España en la guerra hispano-sudamericana, puso un paréntesis al

11
asunto, considerándose secundaria cualquier otra disputa que no fuera
el enfrentarse al enemigo común.

1.2 Tratados de límites de 1866 y 1874

Artículos principales: Tratado de límites entre Bolivia y Chile de


1866 y Tratado de límites entre Bolivia y Chile de 1874.

Tras la guerra con España, Bolivia y Chile reanudaron las negociaciones


y firmaron su primer tratado limítrofe el 10 de agosto de 1866, que fijó el
paralelo 24°S como límite (norte-sur) y se debían compartir a medias los
derechos de exportación de minerales extraídos entre los paralelos 23°S
y 25°S. En 1871, el gobernante boliviano Mariano Melgarejo, bajo cuyo
gobierno se firmó el acuerdo, fue derrocado y reemplazado por Agustín
Morales, quien, siguiendo la corriente de la opinión pública boliviana,
consideró nulos todos los actos del gobierno anterior. Pero como no se
podía abrogar unilateralmente un acuerdo internacional, abrió
negociaciones con Chile para revisar el tratado de 1866.7 Se discutieron
diversos aspectos sobre la aplicación del tratado de 1866, como la
definición de "minerales", la inclusión (o exclusión) del rico yacimiento de
plata Mineral de Caracoles en (de) la zona de beneficios mutuos, y las
dificultades en Bolivia para transferir el 50 % del impuesto recaudado en
la zona a Chile. El 5 de diciembre de 1872 se firmó el acuerdo llamado
de Corral-Lindsay, que fue aprobado en Chile, pero, por influencia del
Perú, que quería para Bolivia un mejor arreglo, o, en todo caso,
intervenir como mediador junto con Argentina, no fue aprobado en
Bolivia.8

Finalmente, Bolivia y Chile firmaron un nuevo tratado de límites el 6 de


agosto de 1874, por el cual Chile renunció al 50 % de los impuestos en
el territorio 23°S-24°S a cambio de la promesa de Bolivia de no
incrementar los impuestos a los capitales y negocios chilenos durante 25
años. La frontera permaneció en el paralelo 24°S.6:216 En esa ocasión,
Chile condonó las deudas bolivianas provenientes de la no transferencia

12
del 50 % del impuesto recaudado por Bolivia en la zona de beneficios
mutuos. En un protocolo adicional firmado el año 1875, ambos países
acordaron, entre otros, someter a arbitraje posibles divergencias en la
aplicación del tratado.

1.3 Tratado secreto de alianza entre Perú y Bolivia de 1873

Caricatura publicada en noviembre de 1879 en la revista


chilena El Barbero. Daza (a la izquierda), Prado, y el presidente
argentino Avellaneda (con el sombrero de cilindro) se unen para
contrarrestar, infructuosamente, la supremacía militar chilena durante la
guerra, representada por una inmensa bala de cañón que ha puesto el
chileno Santa María.

Frente al ímpetu de las inversiones y trabajo chileno en Tarapacá y


Antofagasta, el Perú sintió amenazada su supremacía en la costa del
Pacífico y firmó el 6 de febrero de 1873 un tratado secreto cuyas
intenciones eran, según lo hecho público seis años después, proteger la
integridad y soberanía de los países firmantes. Argentina fue invitada a
firmar el pacto, su gobierno se mostró de acuerdo y solicitó la aprobación
del parlamento. Efectivamente, la Cámara de Diputados en Buenos Aires
aprobó la adhesión al pactoy agregó una partida al presupuesto para la
guerra. Pero Bolivia y Argentina disputaban la zona de Tarija y no
lograron un acuerdo. Argentina propuso entonces a Perú un tratado
Perú-Argentina (sin Bolivia), pero Perú rechazó la oferta.Así pasó el año
1873, y a finales de 1874 llegó a Chile la fragata blindada Blanco
Encalada que dio la supremacía naval a Chile. Tanto Perúcomo
Argentina no quisieron comprometerse en un tratado contra Chile. Sin
embargo, cuando afloraron nuevamente, en 1875 y 1878, las tensiones
fronterizas por la Patagonia, Argentina buscó ingresar al pacto, pero el
Perú diplomáticamente rechazó la iniciativa.Asimismo, al comienzo de la
guerra, Perú y Bolivia proyectaron ofrecer a Argentina los territorios
chilenos desde el 24°S al 27°S a Argentina a cambio de su ingreso a la
guerra contra Chile.

13
Los historiadores consideran que el verdadero objetivo del tratado era
imponer a Chile las fronteras convenientes a Perú, Bolivia y Argentina
por medio de un arbitraje obligado de la alianza mientras Chile fuese
militarmente débil, es decir antes de la llegada de las fragatas
blindadas Cochrane y Blanco Encalada. Gonzalo Bulnes lo sumariza
sosteniendo que La síntesis del tratado secreto es: oportunidad: la
condición desarmada de Chile; el pretexto para producir el conflicto:
Bolivia; la ganancia del negocio: Patagonia y el salitre;en palabras
de Jorge Basadre, El Perú defendiendo a Bolivia, a sí mismo y al
Derecho, debía presidir la coalición de todos los Estados interesados
para reducir a Chile al límite que quería sobrepasar;15 Pedro Yrigoyen lo
explica señalando que perfeccionar la adhesión de la Argentina al
Tratado de alianza Perú-boliviano, antes de que recibiera Chile sus
blindados, a fin de poderle exigir a este país pacíficamente el
sometimiento al arbitraje de sus pretensiones territoriales.

1.4 Monopolio peruano del salitre

Los ingresos provenientes de la exportación del guano, que en las


décadas anteriores había sido el sostén de la bonanza económica
peruana, comenzaron a caer en la década de 1870. Consciente de ello,
el gobierno de Manuel Pardo y Lavalle creó por ley en 1873 un estanco
del salitre, por el cual las empresas productoras debían regular su
producción y los precios de acuerdo a las políticas del gobierno con el fin
de evitar que el guano y el salitre, peruanos, compitieran. Pero aun antes
de entrar en vigor la ley, el gobierno debió retirarla porque sus costos
serían mayores a las ganancias obtenidas.19 En 1875 el mismo
gobierno decidió estatizar todas las empresas salitreras y de esa manera
controlar el precio del salitre.

El proyecto del gobierno peruano debió enfrentar para ello a


la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta (CSFA), una
empresa chilena, radicada en Valparaíso, con una minoría de 34 % de
capital británico (Casa Gibbs de Londres) que tras los avatares de la

14
política interna boliviana había obtenido el 27 de noviembre de 1873 una
licencia del gobierno boliviano para explotar los depósitos de nitrato del
Salar del Carmen y Las Salinas en Antofagasta libre de impuestos por
15 años, además del derecho a construir un ferrocarril desde
Antofagasta al interior.

Las salitreras operadas por la CSFA en Bolivia impedían al Perú


controlar el precio internacional del nitrato, por lo cual el gobierno
peruano trató de hacer valer su influencia sobre Bolivia para impedir esa
competencia. Por medio de un testaferro, Henry Meiggs, Perú compró
las licencias bolivianas de explotación de los recién descubiertos
depósitos de "Toco", al sur del río Loa, impidió la firma del acuerdo
Corral-Lindsay y quiso impedir la firma del tratado de límites de 187420
(que eximía de impuestos a las compañías chilenas del salitre) e
imponer una mediación de Perú y Argentina para definir las fronteras de
Chile.

1.5 Crisis

En 1875, el municipio de Antofagasta había intentado imponer un


impuesto de 1centavo a la CSFA, pero el Consejo de Estado, presidido
por Serapio Reyes Ortiz, quien sería durante la crisis ministro de
RR. EE. Y posteriormente presidente de Bolivia, había rechazado el
impuesto por violar el Tratado de Límites de 1874 y la licencia de
noviembre de 1873.

En 1878, la asamblea de Bolivia se avocó al estudio de la licencia a la


CSFA de noviembre de 1873, basándose en una interpretación de la ley
del 22 de diciembre (que dio lugar a la licencia de 1873) que entendía
que todas las renegociaciones debían ser aprobadas por el congreso. La
empresa sostenía que solo en caso de desavenencia entre el gobierno y
la empresa. Finalmente la Asamblea Nacional Constituyente mediante
una ley del 14 de febrero de 1878 aprobó la licencia a condición de que
la compañía pagara un impuesto mínimo de 10 centavos por quintal de

15
salitre exportado, en abierta violación al tratado de límites de 1874 y a la
licencia de 1873 en que Bolivia se había comprometido a no subir ni
crear nuevos impuestos en 25 años a las empresas chilenas.

La CSFA se negó a pagar el impuesto, solicitó y obtuvo la


representación del gobierno chileno, desencadenándose un conflicto
diplomático, amén de un conflicto interno en el gobierno chileno entre
algunos de sus miembros que eran accionistas en la CSFA y otros que
tenían intereses invertidos en Bolivia que temían perderlos si el conflicto
llegaba a mayores.

A lo largo de los meses siguientes, el gobierno boliviano, que


consideraba el asunto solo pertinente a los tribunales bolivianos, se
abstuvo de implementar la ley mientras se discutían las objeciones
presentadas por el gobierno chileno. El 8 de noviembre, el canciller
chileno envió una nota al gobierno boliviano indicando que el Tratado de
1874 podría declararse nulo si se insistía en cobrar el impuesto,
renaciendo los derechos de Chile anteriores a 1866. Aunque ambas
partes propusieron la resolución del conflicto por vía de un arbitraje, tal
como lo contemplaba el Protocolo de 1875, este no llegó a realizarse ya
que mientras el gobierno de Chile exigía que se suspendiera la ejecución
de dicha ley hasta que su legalidad fuese determinada por un árbitro, el
gobierno de Bolivia exigía que el blindado Blanco Encalada y sus fuerzas
navales se retiraran de la bahía de Antofagasta.

1.6 Rescisión de contrato, cobro de impuestos y ocupación chilena


de Antofagasta

Desembarco chileno en Antofagasta

El 6 de febrero, aduciendo que la CSFA no había aceptado la


nueva ley, el gobierno de Bolivia rescindió el contrato con la CSFA y
ordenó embargar y rematar sus bienes para cobrar los impuestos
generados desde febrero de 1878.5:166-168 Ante esta situación, el
presidente chileno Aníbal Pinto ordenó la ocupación de Antofagasta, que

16
fue realizada sin resistencia el 14 de febrero de 1879 por 200 soldados
chilenos entre el aplauso de la población mayoritariamente chilena.La
guarnición boliviana del lugar ante la imposibilidad de resistir se retiró al
interior.

Artículo principal: Mediación de Lavalle

La medida de fuerza del gobierno chileno inició gestiones


diplomáticas en las tres cancillerías. Sin embargo, la mutua
desconfianza aumentaba con los preparativos bélicos en los tres países,
y las demostraciones "patrióticas" en las calles impedían un
acercamiento de las posiciones. En los tres países había fuertes
corrientes públicas que pregonaban la guerra y hacían temer a los
mandatarios que si no iban a la guerra serían depuestos por los
partidarios de la guerra. Más todavía, Hilarión Daza, el dictador
boliviano, a pesar de ser el peor preparado para la guerra, decretó una
serie de medidas contra residentes chilenos en Bolivia y sus
propiedades.

El 16 de febrero, llegó a Lima el ministro boliviano Serapio Reyes a fin


de exigirle al gobierno peruano que cumpliera con el tratado de alianza
defensiva de 1873. Las noticias de la ocupación de Antofagasta llegaron
a La Paz el 22 de febrero, por una carta enviada por el cónsul boliviano
en Tacna. El 26 de febrero, Daza decretó el estado de sitio en Bolivia.

Perú trató de persuadir al gobierno de La Paz para someterse a un


arbitraje con la misión de José Luis Quiñones, y ordenó preparar su
armada y alistar su ejércitomientras intentaba obtener de Argentina su
ingreso a la alianza o por lo menos barcos de guerra como empréstito o
en compra. Para mediar en el conflicto, envió a su ministro
plenipotenciario José Antonio de Lavalle a Chile con una oferta de
mediación bajo la condición de que Chile se retirase de Antofagasta,
pero sin garantía de que Bolivia levantaría el embargo de la propiedad o
suspendería el impuesto.El canciller chileno inquirió al plenipotenciario

17
peruano sobre la existencia de un "Tratado Secreto" firmado con Bolivia
en 1873. Lavalle, que a más tardar lo conocía desde el inicio de su viaje,
soslayó la pregunta y le indicó que en la comisión diplomática del
congreso a la que él había pertenecido no se había tocado ese tema.

El 1 de marzo, el gobierno de Bolivia emitió un decreto en el que declaró


en estado de guerra, la interrupción del comercio y las comunicaciones
con Chile, la expulsión de los residentes chilenos, el embargo de sus
bienes, propiedades e inversiones, y reversión de toda transferencia de
intereses chilenos hecha con posterioridad al 8 de noviembre, cuando el
gobierno chileno había advertido de las consecuencias de la no
suspensión del impuesto en cuestión.

El 17 de marzo el ministro plenipotenciario de Chile en Lima exigió al


gobierno peruano una declaración de neutralidad. Tres días más tarde,
el presidente peruano reconoció ante el representante chileno que el
tratado secreto existía y que convocaría al congreso peruano para el 24
de abril a razón de evaluar qué actitud tomar ante Chile y Bolivia. Ambas
medidas, la mediación y la convocación al congreso, fueron entendidas
en Chile como un ardid peruano para ganar tiempo.

Por otra parte, tras la ocupación de Antofagasta, las fuerzas chilenas


habían consolidado la ocupación de los territorios comprendidos entre
los paralelos 23ºS y 24ºS que Chile consideraba suyos tras la violación
del tratado. Luego a consecuencia de la declaración de guerra de Bolivia
se continuó el avance sobre el litoral boliviano hasta la desembocadura
del Río Loa, la frontera sur del Perú. El 21 de marzo fueron ocupados
simultáneamente los puertos de Cobija y Tocopilla, ambos sin
resistencia. El 23 de marzo, tuvo lugar el combate de Calama, en la que
los soldados chilenos vencieron a un grupo de milicianos bolivianos
organizados en el sector, y ocuparon dicho poblado. El gobierno chileno
consideró este avance solo como temporal a causa de una necesidad
militar y ofreció a las autoridades civiles bolivianas continuar en sus
funciones, lo que fue rechazado.

18
El 5 de abril, Chile declaró la guerra a Bolivia y Perú. Al primero por la
imposibilidad de lograr un acuerdo con las autoridades bolivianas y al
segundo por no declarar su neutralidad y considerar la espera de la
resolución del congreso peruano como un mero ardid para prepararse
militarmente para una confrontación. El 6 de abril Perú declaró el casus
foederisconforme al tratado de alianza con Bolivia.

2. DESARROLLO DE LA GUERRA

Véanse también: Economía de la Guerra del Pacífico, Armas usadas en


la Guerra del Pacífico, Prensa en la Guerra del Pacífico y Prisioneros en la
Guerra del Pacífico.

Es opinión entre los historiadores neutrales que ninguno de los beligerantes


estaba preparado para la guerra, ni financiera ni militarmente. Ningún país
tenía un estado Mayor, ni suficientes ambulancias, ni servicio de
abastecimiento. Sus naves de guerra se encontraban en pésimo estado.En el
caso de Chile, por ejemplo, la dotación militar efectiva había sido reducida
continuamente de 3776 a 2400 soldados desde 1867 a 1879. Y ninguna de las
unidades estaba estacionada al norte de Valparaíso, a más de 1700 km de
Iquique y significaban solo el 0,1 % de la población. En la armada de Chile al
final de la guerra, el 53 % de los primeros ingenieros, el 20 % de los segundos
ingenieros y el 8 % de los aprendices eran extranjeros. El gobierno del Perú
había cesado el pago de la deuda externa y en Bolivia había epidemias y
hambre.

Según W. Sater, Chile y Perú llegaron a enlistar temporalmente al 2 % de su


población masculina y Bolivia solo el 1 %. Se debe considerar que ambos
ejércitos aliados profesionales del comienzo de la guerra fueron desbandados
tras la batalla de Tacna y debieron ser reagrupados o formados nuevamente.

Los aliados tenían, a primera vista, algunas ventajas sobre el país del sur. Su
población y sus tropas doblaban a las chilenas en número y el puerto peruano
del Callao era con sus defensas de artillería casi inexpugnable para la flota
chilena y ofrecía un refugio seguro a las naves peruanas. En el Callao una

19
firma inglesa ofrecía los servicios de un dique flotante para naves de hasta
3000 t lo que permitía complicadas reparaciones de sus barcos, de lo que hizo
uso reparando sus naves antes de la guerra. Quizás fueron estas las razones
por las que la prensa internacional en un comienzo dio por segura la derrota de
Chile.La ambivalente actitud argentina y el permanente conflicto araucano
ensombrecían las expectativas chilenas. Como afirma Basadre sobre la opinión
pública de su país. Se desconocía entonces el verdadero poder de Chile y las
espantosas consecuencias de la guerra, y se creía, por las gentes poco
avisadas, que, como en conjunto, los países aliados eran más extensos que
Chile, lograrían la victoria finalmente. Otros observadores hicieron un análisis
más profundo, que mostraba ventajas chilenas tanto políticas como militares.
Chile tenía desde 1833 un régimen político estable que le había permitido
desarrollar y fortalecer sus instituciones. Entre ellas, su ejército y su armada
tenían un mando formado en una escuela de oficiales, tropas fogueadas en la
guerra de Arauco y uniformidad en el armamento (casi todos los fusiles
chilenos de infantería, Comblain y Gras, usaban munición de 11 mm con vaina
metálica y poseían bayoneta). La armada de Chile poseía 2 blindados que
eran, por el espesor de sus corazas, casinota 6 imbatibles para la armada del
Perú. Aunque existieron en Chile disputas entre militares y civiles por la
dirección de la estrategia, siempre hubo un primado de lo político por sobre lo
militar.35:616 Su abastecimiento desde Europa podía realizarse a través del
Estrecho de Magallanes que solo una vez fue amagado por la Marina del Perú.

En los ejércitos aliados, la falta de dedicación a sus funciones profesionales


llevó a una situación en que se tenían varios tipos de fusiles con munición
diferente para cada uno y a veces sin bayoneta, haciendo más difícil la
instrucción de los reclutas, la manutención del equipo y el municionamiento
durante la guerra. (W. Sater lista once tipos diferentes de fusiles aliados y solo
cinco chilenos). La Armada del Perú tenía antes de la guerra una buena parte
de sus tripulaciones formadas por chilenos y tras su expulsión solo pudieron
ser reemplazados por otros extranjeros. Los aliados tampoco poseían una
artillería ni caballería comparable a la chilena. Al contrario del chileno, el

20
abastecimiento aliado pasaba a través de terceros países, sujetos a la
influencia de la diplomacia y la armada de Chile.

A ello se debe agregar que una vez en posesión de los recursos del guano y
del salitre de Tarapacá, Chile percibió ingresos que le permitieron financiar la
guerra, los que le faltaron al Perú y que tras la ocupación de Tacna y Arica, el
comercio boliviano hacia y desde el Pacífico fue controlado por Chile.

3. CAMPAÑA NAVAL

A comienzos de la guerra era evidente que antes de cualquier operación


militar en un terreno tan difícil como el desierto de Atacama, debía ganarse el
control de los mares. En esta campaña solo se enfrentaron las fuerzas navales
de Chile y Perú, ya que Bolivia no contaba con una, y si bien el gobierno de
este país intentó recurrir al corso para suplirlo, esto no prosperó.

El poder de la escuadra chilena se basaba en las fragatas blindadas


gemelas, Cochrane y Blanco Encalada. El resto de la escuadra estaba formada
por las corbetas Chacabuco, O’Higgins, Esmeralda y Abtao, la cañonera
Magallanes y la goleta Covadonga, todas ellas de madera.

Los buques capitales de la escuadra peruana eran la fragata blindada


Independencia y el monitor blindado Huáscar. Completaban la escuadra
peruana los monitores fluviales Atahualpa y Manco Cápac, la corbeta de
madera Unión y la cañonera de madera Pilcomayo.

Con el objetivo de asfixiar la economía peruana de exportación y forzar la


salida del Callao de la escuadra peruana para dar una batalla en altamar, la
escuadra chilena bloqueó el puerto peruano de Iquique desde el 5 de abril y
también bombardeó los débilmente defendidos puertos de Pabellón de Pica,
Huanillos, Mollendo y Pisagua. Sin embargo, la flota peruana, evitó el combate
con unidades chilenas que fueran superiores y utilizó el espacio y el tiempo
dado para una estrategia más audaz de ataque a las líneas de transporte y a
los desguarnecidos puertos chilenos, entre otros. Durante esas operaciones
ocurrió el 12 de abril el combate naval de Chapana, sin un claro vencedor.

21
El 16 de mayo el grueso de la flota chilena salió de Iquique con dirección al
Callao con el objetivo de batir la flota peruana, dejando a sus dos buques de
menor poder para mantener el bloqueo del puerto. El mismo día, salieron del
Callao los dos buques capitales del Perú rumbo a Arica. Durante la navegación
se cruzaron ambas fuerzas sin avistarse y cuando el alto mando naval peruano
se enteró de que sólo débiles naves bloqueaban Iquique, aprovechó la
oportunidad inmediatamente y envió a sus buques a romper el bloqueo.

El 21 de mayo, en el combate naval de Iquique, el monitor blindado


Huáscar logró hundir a la corbeta Esmeralda. En el mismo día, la fragata
blindada Independencia se enfrentó con la goleta Covadonga, la que
astutamente dirigida logró que su adversario, en su afán de espolonearla,
encallara en el combate naval de Punta Gruesa y que terminó sufriendo el
bombardeo de esta. El resultado de ese día en Iquique y Punta Gruesa caló
hondo en ambos países: en Chile aumentó el fervor patriótico y al Perú, si bien
se levantó temporalmente el bloqueo de Iquique, le costó la pérdida de la
unidad más poderosa de su armada. El 1 de junio, el grueso de la escuadra
chilena volvía de su infructuosa expedición al Callao enterándose de los
hechos y restableciendo el bloqueo de Iquique hasta el 2 de agosto.

Pese a la inferioridad técnica en la que ahora se encontraba la marina peruana,


el monitor blindado Huáscar logró con sus correrías mantener en jaque a la
escuadra chilena durante 6 meses en las que atacaba sorpresivamente
transportes chilenos, hostilizaba sus líneas de comunicación, bombardeaba
instalaciones militares de los puertos y evitaba con su velocidad a los blindados
chilenos, incluso en cierta ocasión intentó torpedearlos, pero sin éxito. El punto
culminante de las correrías del monitor blindado Huáscar fue la captura del
vapor Rímac con el regimiento de caballería Carabineros de Yungay a bordo, el
23 de julio. La captura causó una crisis en el gobierno chileno que provocó la
renuncia del gabinete y del jefe de la armada de Chile. La corbeta Unión que
también participó en estas correrías para hostilizar a las fuerzas chilenas, fue
enviada a Punta Arenaspara capturar los transportes con armas que debían
pasar por ese puerto. Zarpó de Arica el 31 de julio, en pleno invierno, y llegó al

22
lejano lugar el 16 de agosto. Aunque no logró su objetivo, fue una demostración
de decisión y capacidad de los marinos peruanos.

Tras las reparaciones de caldera y carena de los buques capitales chilenos, la


flota chilena fue organizada en 2 divisiones destinadas solo a la eliminación
del Huáscar. El 8 de octubre, fue capturado el Huáscar en el decisivo combate
naval de Angamos. La corbeta Unión, por su parte, logró escapar de los otros
buques chilenos gracias a su mayor velocidad.

A partir de Angamos, la escuadra chilena pudo convoyar y apoyar al ejército en


sus operaciones en tierra, así como también a hostilizar las costas peruanas y
bloquear sus puertos para impedir el abastecimiento del ejército peruano o la
llegada de refuerzos. Técnica y numéricamentedisminuida, la escuadra
peruana se limitó a abastecer en lo posible sus fuerzas terrestres evitando
enfrentamientos con la flota adversaria. Los intentos de los agentes del
gobierno de adquirir nuevas unidades navales de consideración en el
extranjero fracasaron. Durante este período se producen algunas acciones
como la captura de la cañonera Pilcomayo el 18 de noviembre y algunos
enfrentamientos en Arica, tras el inicio del bloqueo de aquel puerto por buques
de la flota chilena el 28 de noviembre y que se extendió hasta el 7 de junio de
1880, cuando fue ocupada por el ejército chileno.

En la etapa final de la campaña naval, la flota chilena sostuvo un bloqueo en el


Callao iniciado el 10 de abril de 1880. Durante esas operaciones se dieron
varios enfrentamientos menores entre unidades chilenas y peruanas, y también
la flota chilena realiza bombardeos a las defensas del puerto. En estas
acciones, los peruanos logran hundir con el uso de artefactos explosivos y
torpedos la goleta Covadonga, el transporte artillado Loa y la
torpedera Janequeo. Pese a esos pequeños triunfos peruanos, la escuadra
chilena mantuvo el bloqueo firmemente y luego, tras las derrotas del ejército
peruano en Chorrillos y Miraflores, ocurridas el 13 y 15 de enero de 1881
respectivamente, donde además algunos buques de la escuadra apoyaron al
ejército chileno atacando las posiciones peruanas cercanas a la costa, la
autoridad naval peruana en el Callao ejecutó el 17 de enero la destrucción de

23
las baterías y los buques que aún le quedaban a la marina peruana, entre ellos
la corbeta Unión, para evitar su captura por los chilenos.

Durante la campaña de la Breña los buques chilenos transportaron


destacamentos y material de guerra por la costa peruana. En la fase final de
esa campaña, en 1883, la torpedera Colo Colo fue transportada por ferrocarril
desde el puerto de Ilo hasta Puno, y de allí lanzada a las aguas del lago
Titicaca para patrullar la zona y evitar el posible uso militar de esta vía por
fuerzas peruanas o bolivianas.

4. CAMPAÑAS TERRESTRES

Con la extensa costa peruana sin protección naval desde octubre,


excepto puntualmente por su poderosa artillería costera, las fuerzas chilenas
pudieron elegir el lugar donde continuar la guerra. Según Carlos Dellepiane,40
:76- existían tres alternativas, la zona de Lima, Arica-Tacna y Pisagua-Iquique.
Lima era el centro político del Perú, pero su ocupación no garantizaba la
rendición. Arica-Tacna era un centro de las comunicaciones con la zona sur,
puerto usado por Bolivia y daba acceso a la zona de Arequipa. Tarapacá, es
decir Pisagua-Iquique, era la fuente de la riqueza peruana, de donde se extraía
el guano y el salitre y donde los aliados habían concentrado sus fuerzas
militares. Las zonas de Arica e Iquique eran, cada una, compartimientos
estancos sin acceso expedito por tierra al resto del Perú.41 J. Basadre cita la
posibilidad de un desembarco chileno cerca de Lima ya en 1879 y señala al
historiador chileno Wilhelm Ekdahl que hubiera aconsejado abandonar el sur
del Perú y fortalecerse en Lima hasta restablecer el equilibrio naval o encontrar
nuevos aliados. Pero, contradice Basadre, hubiese sido tremendo y humillante
rendir esas regiones, además de una pérdida económica enorme y por lo
demás inútil, pues Chile se interesaba por los ingresos salitreros provenientes
de Tarapacá, y su ocupación sin resistencia hubiese significado probablemente
el fin de la guerra.Debe agregarse, por el lado de Chile, que al comienzo de la
guerra, la organización, conocimiento y experiencia estaban todavía lejos del
nivel alcanzado en 1881.

24
La guerra terrestre puede ser dividida en cuatro campañas, donde las tres
primeras llevaron sucesivamente a la ocupación chilena de las regiones de
Tarapacá, Arica-Tacna, y Lima y la cuarta, la campaña de la Breña, desarticuló
la última resistencia peruana. Sin embargo, existen otros hechos militares de la
guerra terrestre que no están necesariamente incluidas en esas cuatro
campañas, como la resistencia boliviana en el litoral, la expedición de Lynch a
la costa norte del Perú y la ocupación de Arequipa, que algunos la consideran
aparte.

4.1 Concentración de fuerzas aliadas en Tarapacá y Arica

El 7 de marzo, al comienzo de la mediación de Lavalle, salieron


los primeros batallones peruanos desde el Callao (algunos desde
Ayacucho) rumbo a Arica, Iquique, Pisagua y Molle. Algunos se formaron
con voluntarios, peruanos y bolivianos, de la zona. En total, según
Dellapiane, quedaron 4452 soldados estacionados en Tarapacá y 4000
en Arica. El 30 de abril llegaron a Tacna desde La Paz tras 13 días de
marcha 4500 (6000 según Dellepiane) soldados bolivianos bajo las
órdenes de Hilarión Daza para unirse a las fuerzas peruanas mandadas
por el general Juan Buendía y Noriega y tomar el mando del ejército
aliado. Las fuerzas aliadas se distribuyeron en torno a los lugares donde
se podía esperar un desembarco chileno: Iquique-Pisagua (Buendía) y
en Arica-Tacna (Daza). También había refuerzos, en Arequipa al mando
de Lizardo Montero y en el sur de Bolivia al mando de Narciso Campero,
que debían confluir a la costa una vez conocido el lugar del desembarco.
Sin embargo, las fuerzas militares de Montero no fueron movilizados a
tiempo. Los últimos refuerzos, cerca de 1500 hombres, llegaron el 1 de
octubre a Iquique.

4.2 Resistencia boliviana en el litoral y la división errante de


Campero

Tras la resistencia en Calama, el más importante enfrentamiento


en el Litoral fue el combate de Río Grande el 10 de septiembre de 1879.

25
El 11 de octubre salió de Cotagaita la 5ta. División del ejército boliviano
bajo el mando de Narciso Campero en una penosa marcha falta de
pertrechos y municiones con órdenes y contraórdenes a través del
altiplano.(Ver desplazamientos en Mapa de desplazamientos de la 5.
división) Un destacamento de esta división avanzó hacia el oeste y
enfrentó a algunos piquetes enemigos en Chiu-Chiu (2 diciembre) y en
el combate de Tambillo (6 diciembre).

4.3 CAMPAÑA DE TARAPACÁ

Desembarco y marcha de tropas aliadas y chilenas durante la


campaña de Tarapacá, en noviembre de 1879.

El ejército chileno comenzó la invasión del Perú el 2 de noviembre de


1879 con el desembarco de 9900 hombres y 880 animales en Pisagua,
550 km al norte de Antofagasta, en una de los primeros desembarcos
anfibios de la era moderna. Tras la neutralización de las baterías
costeras por la artillería naval los atacantes desembarcaron desde botes
de fondo plano (especialmente construidos) y vencieron a las fuerzas
bolivianas y peruanas que defendían el puerto. Tras la ocupación del
puerto y la zona aledaña fue enviada al interior una avanzada de
caballería para obtener información del enemigo. En el trayecto enfrentó
y derrotó una avanzada de caballería aliada el 6 de noviembre en
el combate de Pampa Germania (o Agua Santa). Las fuerzas aliadas se
desplegaron para atacar a los chilenos desde Iquique por el sur, y desde
Arica por el norte. Sin embargo, Daza, que dirigía las fuerzas venidas
desde Arica, inexplicablemente, volvió al norte sin entrar en batalla. Las
fuerzas chilenas acampadas en Dolores derrotaron a las aliadas venidas
desde Iquique el 19 de noviembre en la batalla de Dolores (o San
Francisco) tras la cual el puerto de Iquique, bloqueado ahora por tierra y
por mar, se entregó sin resistencia el 23 de noviembre. Posteriormente,
una división chilena que avanzó en persecución de los aliados fue
derrotada el 27 de noviembre en la batalla de Tarapacá, un pequeño
poblado ubicado en el interior de la región. Pese al triunfo, los aliados sin

26
refuerzos ni apoyo logístico para mantener la posición y rechazar nuevos
ataques se retiraron a Arica en una penosa marcha. Con este hecho
finalizó la campaña y Chile quedó dueño de la región que había
albergado al 10 % de la población del Perú y le daba a este un ingreso
anual de ₤ 28 millones por la producción de nitrato.44

Situación interna en los países beligerantes hasta la caída de


Iquique

Chile tenía un gobierno elegido y estable, pero los desastres de la


campaña naval demostraron que los estrategas de su flota no estaban
preparados para la guerra y durante las campañas terrestres el ejército
tendría también problemas de abastecimiento, ambulancias y mando.
Los desaciertos desataron la ira popular y habían obligado al gobierno a
cambiar al esclerótico comandante en jefe de la armada Williams
Rebolledo por Galvarino Riveros y al avejentado comandante en jefe del
ejército Justo Arteaga por Erasmo Escala, quien posteriormente
renunciaría por desavenencias con el ministro de guerra Rafael
Sotomayor, quedando al mando del ejército Manuel Baquedano. En el
plano de alianzas, Chile buscaba segregar Bolivia del pacto con Perú.G.
Bulnes escribe: El objeto de la política boliviana era ahora el mismo de
Antes: conquistar Tacna i Arica para Bolivia, colocar a esta como Estado
intermediario entre Chile i el Perú, creyendo que de esa manera Lima i el
Perú entero se someterían a las condiciones de paz que se les
impusieran. Esto se llamaba en el lenguaje convencional de los iniciados
"arreglarse con Bolivia". Asimismo, el gobierno debía negociar con
Argentina un tratado que fijase la frontera e impidiera su entrada en la
guerra al lado de Perú y Bolivia. En el plano técnico, el gobierno de Chile
reorganizó el ejército en divisiones, unidades que pueden vivir y combatir
aisladamente, para lo que es necesario que tengan todas las armas
(infantería, artillería, caballería) y los requeridos servicios (intendencia,
sanidad, estado mayor, etc), impidiendo así que el comandante en jefe

27
tuviera que dirigirse, para una operación cualquiera a cada uno de los
jefes de cuerpo.

Tras la ocupación de la zona salitrera de Iquique, el gobierno chileno


privatizó las oficinas que habían sido nacionalizadas por el estado
peruano devolviéndolas46 a los tenedores de bonos peruanos. La
alternativa de crear una empresa estatal que gestionara la producción y
venta del nitrato fue desechada por onerosa dado que el estado chileno
debía financiar la guerra y movilizar al frente de guerra una parte
importante de su fuerza de trabajo además de que los acreedores
europeos de los bonos peruanos exigían el pronto pago de sus deudas.
En 1879 el estado chileno comenzó a cobrar un impuesto de $0,40 por
quintal métrico (100kg) de salitre exportado y en 1880 el impuesto
aumentó a $1,60 por qm.

Perú y Bolivia habían acordado en el Protocolo de Subsidios que Bolivia


debería pagar los costos de la guerra, lo que provocó resentimientos y
temores en Bolivia dado que hipotecaba los ingresos fiscales bolivianos
en circunstancias que allí se veía el envío del ejército a Tacna como una
ayuda de Bolivia a Perú, más aun cuando se supo que no sería enviado
a expulsar a los chilenos de Antofagasta sino que permanecería en
Tacna para proteger la provincia peruana de Tarapacá. Cuando Daza y
sus oficiales llegaron a Tacna pudieron cerciorarse de que la capacidad
militar peruana no era la imaginada por ellos y que su permanencia en el
poder estaba en juego si era derrotado el ejército aliado. Querejazu
sugiere que Daza utilizó la oferta chilena de una salida al mar por Tacna
y Arica para presionar al Perú a revisar el Protocolo de Subsidios, lo cual
logró.

La situación interna en Perú era complicada. Prado, al parecer contra su


voluntad, declaró la guerra a Chile obligado por el tratado alianza de
1873 y por las presiones internas a pesar de no tener fondos para
financiar la guerra y sin crédito internacional debido a las continuas
cesaciones en el pago de la deuda. Para asumir el mando del ejército y

28
dirigir la estrategia militar, Prado relegó la gestión del gobierno al
vicepresidente Luis La Puerta de Mendoza. Debido al bloqueo chileno de
los principales puertos peruanos de exportación, los ingresos fiscales
peruanos en 1879 (8 078 555 soles) disminuyeron a la mitad de lo
calculado para ese año (15 257 698 soles) y, por el contrario, los gastos
fiscales en guerra aumentaron más del triple (55 050 000 soles). A falta
de un sistema tributario eficaz, Prado debió financiar la guerra con
donativos patrióticos, empréstitos, cesación de pagos de deudas,
emisión de más monedas y también en un aumento de los impuestos. El
desastre político del gobierno puede ser medido en la cantidad de
ministros de hacienda que tuvo su gobierno solo en 1879: Izcue,
Quimper, Pazos, Arias, (Piérola rehusó una oferta), Arenas, otra vez
Quimper, Denegri. En el aspecto político-militar se enjuició al capitán de
navío More Ruiz por la pérdida del buque Independencia y al general
Buendía por las derrotas en Tarapacá. El 19 de diciembre de 1879,
conocida la caída de Iquique y Pisagua, Prado salió del Perú para,
según él, acelerar las compras de material de guerra en EE. UU. y
Europa. La historia ha condenado su salida como una deserción.

Tras la partida de Prado, Nicolás de Piérola Villena dio en diciembre un


golpe de estado y asumió como dictador del Perú. Piérola creó el Inti
(moneda), renegoció la deuda externa, reconoció una controvertida
deuda peruana a la firma Dreyfus y dividió el ejército del sur en dos: el
primero bajo el mando de Lizardo Montero compuesto por unidades en
Tacna y Arica, el segundo se compuso de las tropas acantonadas en
Arequipa (más otras que llegarían) bajo el mando de Pedro A. del Solar.
Muchos historiadores ven razones políticas en una partición que
definitivamente debilitó la defensa de la región. Piérola ha sido criticado
por la forma dictatorial de ejercer el poder, por su sectarismo temeroso a
posibles opositores, por su frivolidad en el vestuario y sus decretos
pomposos y la falta de control en los gastos, pero también debe decirse
que desplegó un enorme esfuerzo para obtener nuevas fuentes de
financiamiento, modernizar el estado, dar igualdad a los indígenas y

29
renegoció (sin éxito) la deuda y la consignación del guano peruano.
Basadre lo critica pero a su vez considera su labor un acto de
abnegación y hasta de heroísmo, pues instauró su Dictadura en un país
territorialmente invadido, políticamente perturbado, navalmente
desaparecido, militarmente maltrecho, económicamente exangüe y
contra el cual se preparaban a dar sus golpes decisivos los poderosos y
arrogantes vencedores en la campaña marítima y en la campaña de
Tarapacá.

4.4 CAMPAÑA DE TACNA Y ARICA

Desembarco y marcha de tropas aliadas y chilenas durante la


campaña de Tacna y Arica, de enero a junio de 1880.

Inmediatamente después de la batalla de Dolores, el ministro de guerra


en campaña propuso al gobierno chileno continuar con un desembarco
cerca de Lima para acortar la guerra. Pero dentro del gobierno se insistió
en la realización de la llamada "política boliviana" que aseguraría la paz
futura. Por esa razón, finalmente el gobierno decidió ocupar la región
que es la salida natural de Bolivia al océano.

Tras un desembarco de reconocimiento el 31 de diciembre de 1879


cerca de Tacna y que se extendió hasta Moquegua, 11 000 soldados
chilenos fueron desembarcados desde el 26 de febrero de 1880 y
durante varios días en Punta Coles, cerca de Ilo, sin ser atacados por los
aliados. Paralelamente a esto, se envió una expedición de 2148
soldados a Mollendo, con el objetivo de destruir la infraestructura del
puerto e impedir el abastecimiento de la guarnición de Arequipa que se
hacía desde este lugar.50 Las operaciones en Mollendo fueron entre el 9
y el 12 de marzo, finalizando con el éxito de sus objetivos pero con
grandes desmanes en el puerto ocasionados por algunos soldados
chilenos.

En el avance chileno, tras el desembarco de sus fuerzas, se sucedieron


varios enfrentamientos. El 22 de marzo se libró la batalla de Los

30
Ángeles, donde las tropas chilenas derrotaron a una división peruana
posicionada en una fuerte defensa natural, y cortaron con ello las
comunicaciones de Tacna y Arica con Arequipa, es decir el resto del
Perú. El 26 de mayo el ejército chileno derrotó a las tropas aliadas en
la batalla de Tacna (o Del Campo de la Alianza). El 7 de junio las últimas
tropas aliadas fueron derrotadas en la batalla de Arica. Tras esta
campaña los ejércitos profesionales del Perú y Bolivia dejaron de existir.
Perú debió formar un nuevo ejército y Bolivia no continuó su
participación militar en la guerra aunque si apoyó al Perú con armas y
dinero. Ningún gobierno boliviano aceptó, durante la guerra, las ofertas
chilenas de ocupar Tacna y Arica.

Expedición de Lynch

Expedición de Lynch a Chimbote, Supe, Paita, Eten e islas de


Lobos de septiembre a octubre de 1880.

Tras la ocupación de Tacna y Arica el gobierno chileno creía que Perú y


Bolivia aceptarían la cesión de Tarapacá y Antofagasta o que por lo
menos Bolivia buscaría asegurar una salida al mar y dejaría la alianza
con el Perú. Sin embargo una corriente de la opinión pública chilena
sostenía que la única forma de lograr la paz era la ocupación de Lima.
Con la intención de evitar la continuación de la guerra con una invasión a
Lima, el gobierno de Chile preparó una expedición al norte del Perú que
debía demostrar al gobierno de Piérola su propia incapacidad de
continuar la guerra contra Chile. La expedición a Mollendo realizada
entre el 9 y el 12 de marzo tuvo el mismo fin.

El 4 de septiembre zarpó de Arica una expedición de 2200 hombres al


mando del capitán de navío Patricio Lynch, con el fin de imponer cupos
de guerra a las ciudades del norte del Perú y a los ricos hacendados del
norte, dañar bienes fiscales y por último impedir el desembarco y tránsito
de armas.

31
El gobierno de Piérola declaró el pago a Lynch como traición a la patria
de tal manera que los propietarios en Chimbote, Paita, Chiclayo y
Lambayeque, quedaron entre dos fuegos a elegir: la destrucción de sus
bienes por Lynch o más tarde por Piérola. Algunos pagaron, otros no.
Como resultado de las contribuciones de guerra se habían logrado reunir
29 050 libras esterlinas, 11 428 pesos de plata, 5000 pesos en papel
moneda, algunas barras de oro y plata y gran cantidad de mercaderías y
productos de esas regiones. Lynch capturó además un envío marítimo
para el gobierno peruano, consistente en 7,5 millones de pesos impresos
(billetes y estampillas) proveniente de los Estados Unidos. Durante la
expedición, las fuerzas chilenas encontraron en las haciendas peruanas
a cientos de trabajadores chinos culí en condiciones de semiesclavitud,
algunos de los cuales al ser liberados se incorporan voluntariamente a
las fuerzas de Lynch como apoyo logístico, y también en la posterior
campaña de Lima.La expedición duró 2 meses y sin la oposición de
fuerzas peruanas.

Conferencia de paz de Arica

El 22 de octubre de 1880 delegados de los tres países en guerra


se reunieron a bordo del barco de guerra norteamericano USS
Lackawanna (de 1862), anclado frente a Arica, para una conferencia de
paz gestionada por los representantes de los EE. UU. En los países
beligerantes. Chile exigió la cesión de las provincias de Antofagasta y
Tarapacá (desde la quebrada de Camarones al sur), una indemnización
de 20 millones de pesos oro, la desmilitarización de Arica, la abrogación
del tratado secreto y la devolución del Rímac así como de las
propiedades embargadas a los ciudadanos chilenos. Los aliados se
negaron a hacer cesiones territoriales y la conferencia fracasó.

Los historiadores han concluido que los gestionadores estadounidenses


habían transmitido las exigencias de los beligerantes de una forma
diluida, poco realista, para lograr la reunión, pero esto causó decepción
en los participantes.El ministro plenipotenciario de EE. UU. En Bolivia

32
Charles Adams había asegurado a los aliados que en caso de no llegar
los beligerantes a un acuerdo, los EE. UU. Impondrían a Chile un
arbitraje favorable a los aliados. Por esa razón para los gobiernos de
Campero y Piérola era mejor no entregar los territorios ocupados y dejar
a los EE. UU. Imponer la paz sin cesión de territorios.

Tras el rechazo de los países de la alianza a aceptar la entrega de


Antofagasta y Tarapacá, continuó en Chile el debate sobre el camino a
seguir para obtener de los aliados un tratado de paz duradera que
reconociera la entrega de Antofagasta y Tarapacá: esperar en Tacna un
cambio de opinión en Lima o La Paz u ocupar Lima. Finalmente se
decidió que la ocupación de Lima era la única alternativa viable.

4.5 CAMPAÑA DE LIMA

Para la campaña de Lima el ejército chileno fue aumentado en


20 000 plazas y llegó a enlistar 41 000 hombres en total, distribuidos
desde los fortines de la guerra en la Araucanía, en el sur de Chile, hasta
Lurín. El 19 de noviembre de 1880 el ejército expedicionario del
norte comenzó a desembarcar en Pisco, Paracas, Lurín (artillería) y
Curayaco (22 de diciembre) hasta completar 27 00023:263 soldados,
que se concentraron en Lurín, a 36 km al sur de Lima antes de continuar
hacia Lima.

Piérola, que inicialmente esperaba un desembarco chileno al norte de


Lima, tras los desembarcos entre Pisco y Lurín (al sur de Lima), ordenó
preparar dos líneas de defensa sucesivas al sur de Lima: el ejército de
línea debía detener la invasión en Chorrillos. En caso de fracasar, una
segunda línea de defensa constituida por un ejército de reserva formado
por reclutas limeños organizados por gremios, otros traídos de las
provincias más los remanentes de la primera línea y la guarnición del
Callao, debía derrotar al supuestamente debilitado ejército chileno en
Miraflores.

33
La línea principal era la de Chorrillos de aproximadamente 15 km de
largo, compuesta de baterías de artillería, ametralladoras, minas
personales, fortificaciones y trincheras para los defensores, ubicadas
sobre elevaciones naturales de la zona (280 m en el Morro Solar y
Monterrico, 170 m en Sta. Teresa y San Juan) escarpadas y arenosas
que van desde Chorrillos por el Morro Solar, Santa Teresa, San Juan,
por los cerros de Pamplona hasta Monterrico Chico. Cerca de Santa
Teresa y de San Juan pasaban los caminos que iban desde Lurín a Lima
y serían por lo tanto importantes objetivos del ataque.

Batalla de San Juan y Chorrillos

A las 16:00 horas del 12 de enero de 1881 las tres divisiones que
formaban el ejército chileno comenzaron a salir por diferentes caminos
del campamento de Lurín hacia las defensas de Chorrillos para enfrentar
desde las 5:00 horas del día siguiente a los cuerpos del ejército peruano
comandados por Iglesias (Morro Solar-Santa Teresa), Cáceres (Santa
Teresa-San Juan) y Dávila (San Juan-Monterrico chico). Ante el empuje
chileno, las fuerzas peruanas debieron abandonar San Juan y Santa
Teresa a las 9:00 horas para reorganizarse, algunos en Chorrillos, otros
en Morro Solar, donde Lynch había sido rechazado tempranamente en el
intento de desalojar a Iglesias de esa posición. Con los refuerzos
llegados del centro, los chilenos lograron vencer las defensas peruanas
del Morro Solar cerca de las 12:00 del día. La batalla continuó en el
balneario de Chorrillos donde se atrincheraron en casas y azoteas los
peruanos desalojados del Morro Solar, Villa, Santa Teresa y San Juan,
apoyados entre otros por un tren blindado enviado desde Lima. A las
14:00 horas los chilenos habían vencido la primera línea de defensa de
Piérola.

5. BATALLA DE MIRAFLORES

Tras la derrota peruana de Chorrillos se acordó en el Armisticio de San


Juan, una tregua para fijar condiciones que reestablecieran la paz, pero por

34
causas no aclaradas el 15 de enero se inició la lucha en la segunda línea de
defensa de Miraflores, que comenzó cuando las fuerzas chilenas todavía no se
habían alineado frente a la defensa peruana. Las fuerzas peruanas hicieron al
comienzo bastante presión a una de las divisiones chilenas en la batalla, pero
con la reorganización y contraataque chileno se vieron sobrepasados y fueron
derrotadas.

5.1 Crítica

La división de las fuerzas peruanas en dos líneas ha sido


criticada. El analista militar y escritor Francisco Machuca cita a Napoleón
Bonaparte: El general que conserva parte de sus fuerzas para servirse
de ellas al día siguiente está perdido.Después de las batallas, hubo
saqueos en Chorrillos por algunos destacamentos chilenos y también en
Lima por soldados peruanos dispersos que luego fueron controlados por
la organización de residentes extranjeros.

Las batallas de Chorrillos y Miraflores han sido las mayores batallas en


la historia de América del Sur, en consideración al número de
combatientes: 45 000 en Chorrillos y 25 000 en Miraflores.Se estima el
número de soldados muertos entre 11 000 y 14 500 y los heridos.

5.2 Ocupación de Lima y el Callao

La ocupación de Lima por el ejército chileno se inició el 17 de


enero, ese mismo día eran destruidos los fuertes del Callao y las naves
peruanas restantes de su marina fueron varadas, incendiadas o
hundidas por orden de la autoridad naval para evitar su captura por
fuerzas chilenas que al día siguiente ocupaban el puerto.

6. LA RECONSTRUCCION.

Al terminar la pesadilla de la Guerra con Chile y de la ocupación, el


país seguía viviendo. Pero era un país exangüe, amputado, dolorido. En
suma, un país yacente.

35
“¡Qué horroroso espectáculo dado al mundo y qué terrible llaga en el
corazón de los pueblos!”, escribió Emilio Castelar al comentar las noticias
que llegaban a España sobre los últimos sucesos de la lucha entre Perú y
Chile. “No puede darse – decía también– un estado más triste que el
estado actual de la nación vencida.

El luto por muertos queridos entristecía a numerosas familias. Era fácil ver
las ruinas y destrozos en los campos o ciudades que fueron escenario de
batallas y combates o estuvieron bajo la ocupación. Faltaban labradores y
braceros en las haciendas. Así era más lacerante el recuerdo del pasado
inmediato, convertido en presente por el homenaje solemne a los caídos
que recién podía hacerse en público y por las recriminaciones ante los
errores o pecados que, a su hora, favorecieron la catástrofe.

El cuadro de la situación nacional era aún más terrible. El Perú ya no tenía


escuadra. Los restos, desmedrados, de su ejército combatían entre sí
abrumaban a la hacienda pública y a la economía privada el
empobrecimiento general del país; la fuga o la merma de capitales; la
depreciación progresiva del papel moneda que las necesidades de la
defensa obligaron a emitir en abundancia; la semiparalización del comercio
exterior durante cinco años; la destrucción de los elementos de movilidad
en los puertos; la ruina dejada en la agricultura por las batallas y combates
y otros acontecimientos bélicos y también por las expediciones de Lynch.
El aparato tributario íntegro tenía que ser acomodado a una situación fiscal
de imprevisto o irremediable empobrecimiento.

El Tratado de Ancón había cercenado una zona considerable del territorio


que incluía la totalidad de la riqueza del salitre y parte de la del guano; y,
con ello, arrebató al Perú los medios de atender a sus acreedores
extranjeros, y lo obligó a asumir, dentro de su pobreza, la responsabilidad
de una deuda enorme. El pago de ella parecía imposible con un
presupuesto nacional de siete millones de soles. Ni siquiera llegó aquel
tratado a terminar la cuestión con Chile; por el contrario, dejó abierta una
larga y penosa querella con ese país en la cual se invirtieron por largos

36
años grandes caudales de refuerzo, dinero y pasión. Al amparo de ese
litigio y de la debilidad del Perú creció paulatinamente la magnitud de los
problemas con Bolivia, Ecuador y Colombia, mientras que Brasil, dueño de
las desembocaduras de los ríos Purús y Yurúa, iba a extender sus
posesiones al crecer la importancia económica del territorio amazónico con
la explotación del caucho. Así el Perú a fines del siglo XIX y comienzos del
siglo XX afrontó cinco graves cuestiones internacionales a la vez.

37
CONCLUSIONES:

- El Perú, que había firmado con Bolivia un Tratado de alianza


defensiva con carácter secreto, ordenó preparar sus fuerzas militares y
simultáneamente envió un diplomático a Chile para mediar. Ante el avance
chileno en territorio disputado, el 1 de marzo, Bolivia se declaró en estado
de guerra contra Chile. Cuando Perú se negó a permanecer neutral, Chile
declaró la guerra a ambos aliados el 5 de abril de 1879.

- Aunque el impuesto de los diez centavos y el tratado de 1873 aparecen a


primera vista como los detonantes del conflicto, las causas fundamentales
de la guerra fueron profundas y complejas. Entre ellas los historiadores
señalan la vaguedad de las fronteras coloniales, el interés por el negocio
del salitre y la tensión producida por las diferencias entre el progreso de
Chile y la inestabilidad política y económica de los aliados. A ello se añade
la competencia entre Perú y Chile por la hegemonía regional que incluía
una alianza con Bolivia como aliado menor.

- Al año siguiente se firmó el Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884,


que puso fin al estado de guerra entre ambos países. Por su omisión en el
tratado, Bolivia aceptó la anexión chilena de la franja. Bolivia aceptó la
ocupación militar chilena de la zona entre el río Loa y el paralelo, pero su
soberanía quedó en disputa y fue resuelta a favor de Chile en el Tratado
de 1904 entre Chile y Bolivia.

- Finalmente, Bolivia y Chile firmaron un nuevo tratado de límites el 6 de


agosto de 1874, por el cual Chile renunció al 50 % de los impuestos en el
territorio 23°S-24°S a cambio de la promesa de Bolivia de no incrementar
los impuestos a los capitales y negocios chilenos durante 25 años.

- La situación interna en Perú era complicada. Prado, al parecer contra su


voluntad, declaró la guerra a Chile obligado por el tratado alianza de 1873
y por las presiones internas a pesar de no tener fondos para financiar la

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guerra y sin crédito internacional debido a las continuas cesaciones en el
pago de la deuda. Para asumir el mando del ejército y dirigir la estrategia
militar, Prado relegó la gestión del gobierno al vicepresidente Luis La
Puerta de Mendoza.

- El 5 de abril, Chile declaró la guerra a Bolivia y Perú. Al primero por la


imposibilidad de lograr un acuerdo con las autoridades bolivianas y al
segundo por no declarar su neutralidad y considerar la espera de la
resolución del congreso peruano como un mero ardid para prepararse
militarmente para una confrontación. El 6 de abril Perú declaró el casus
foederis conforme al tratado de alianza con Bolivia.

- El 22 de octubre de 1880 delegados de los tres países en guerra se


reunieron a bordo del barco de guerra norteamericano USS
Lackawanna (de 1862), anclado frente a Arica, para una conferencia de
paz gestionada por los representantes de los EE. UU. En los países
beligerantes.

- Al terminar la pesadilla de la Guerra con Chile y de la ocupación, el país


seguía viviendo. Pero era un país exangüe, amputado, dolorido. En suma,
un país yacente.

- El Tratado de Ancón había cercenado una zona considerable del territorio


que incluía la totalidad de la riqueza del salitre y parte de la del guano; y,
con ello, arrebató al Perú los medios de atender a sus acreedores
extranjeros, y lo obligó a asumir, dentro de su pobreza, la responsabilidad
de una deuda enorme.

- El luto por muertos queridos entristecía a numerosas familias. Era fácil ver
las ruinas y destrozos en los campos o ciudades que fueron escenario de
batallas y combates o estuvieron bajo la ocupación. Faltaban labradores y
braceros en las haciendas.

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BIBLIOGRAFÍA

 https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_del_Pac%C3%ADfico.
 https://historiaperuana.pe/periodo-independiente/republica/guerra-peru-
chile-del-pacifico/.
 https://www.elpopular.pe/series/escolar/2016-11-14-la-guerra-del-
pacifico-perubolivia-y-chile.
 https://diariocorreo.pe/cultura/guerra-del-pacifico-hace-138-anos-chile-
declaro-la-guerra-al-peru-741555/.
 https://carpetapedagogica.com/guerraconchile.
 https://www.monografias.com/trabajos7/chileguerr/chileguerr.shtml.
 https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/guerra-pacifico-guerra-salitre-
carlos-contreras-noticia-449507.
 https://carpetapedagogica.com/elperudespuesdelaguerraconchile.

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ANEXOS

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