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Alberto C Riccardi
National University of La Plata
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Abstract: HORACIO J. HARRINGTON: SIGNIFICACIÓN AND TRASCENDENCE OF THE GEOLOGICAL CONTRIBUTIONS.- The geological
contributions made by Horacio Harrington between 1934 y 1974 are characterized by their broad thematic range and
excellence. The published works were devoted to regional geology, paleontology, stratigraphy, and to theory, teaching and
outreach of the geological sciences. Studies on regional geology were mainly focused, within Argentina, to the Sierras
Australes and Precordilleran regions. For other countries they comprised the Chilean region of Antofagasta and Atacama,
eastern Paraguay and Uruguay. Devoted to larger areas were his studies on morphostructural units, Cambrian, Ordovician,
Silurian, Devonian, regional geology of South America, Argentina, Paraguay, and Uruguay. Studies on paleontology included
detailed surveys on invertebrate systematic, biostratigraphy and paleobiogeography of trilobites and brachiopods, mainly
from the Paleozoic of Argentina and, marginally from Bolivia and Colombia, and contributions to the volumes on trilobites
and cnidarians of the Treatise on Invertebrate Paleontology. Harrington’s contributions to theory, teaching and outreach
were mainly focused in the development and foundation of basic concepts of the geosciences and to the spatial and
temporal meaning and classification of geological events.
Introduccion
Horacio Jaime Harrington nació en Bahía Blanca el 17 de septiembre de 1910. Realizó sus
estudios secundarios en el Colegio Nacional Buenos Aires y en 1919 ingresó en la Facultad de
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En 1932 finalizó con Diploma de Honor y al año siguiente
obtuvo el título de Doctor en Ciencias Naturales con una tesis sobre la geología de las Sierras
Australes de la provincia de Buenos Aires. En el verano de 1933-1934 realizó el estudio geológico
de la isla de los Estados, como miembro de la Comisión Científica del Museo Argentino de
Ciencias Naturales, adjunta a la Misión Hidrográfica del Ministerio de Marina. En 1934 recibió el
1
CONICET y Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Paso del Bosque s/n, 1900
La Plata, Argentina. E-mail: riccardi@museo.fcnym.unlp.edu.a
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Premio Strobel, otorgado por la Universidad de Buenos Aires y obtuvo la beca “Príncipe de
Gales” para efectuar estudios sobre las faunas de trilobites de la Argentina en la Universidad de
Oxford, en Gran Bretaña. Allí obtuvo un Ph. D. en geología en 1936, tras lo cual realizó un curso
sobre geología alpina en la Universidad de Berna, Suiza. Al regresar a la Argentina, en 1936,
ingresó en la Dirección de Minas y Geología, y en los años siguientes efectuó estudios geológicos
en varias regiones del país. En el mismo año inició actividades docentes como Ayudante y Profe-
sor Adjunto de Hans Keidel en la Cátedra de Geología de la Universidad de Buenos Aires. En
1942, al retirarse Keidel, fue designado Profesor Titular de Geología General e Histórica. Para-
lelamente entre 1938 y 1942 fue Profesor Suplente de Paleontología y en 1950 Profesor de
Geología Regional en el Instituto del Museo de la Universidad Nacional de La Plata. En 1938
recibió el Premio Eduardo Holmberg, otorgado por la Academia Nacional de Ciencias Exactas,
Físicas y Naturales. En 1945 fue miembro fundador y primer Presidente de la Asociación Geológica
Argentina y en 1947 y en 1951, respectivamente, primer Director del Instituto de Geología y Jefe
del Departamento de Ciencias Geológicas en la Universidad de Buenos Aires. En 1953 emigró a
los Estados Unidos de América, donde se desempeñó como Profesor de Geología en el Hamilton
College, Clinton, Nueva York. Pasó luego a la Universidad de Kansas donde fue, entre 1954-
1956, Research Professor en Geología, con la misión principal de ayudar a R.C. Moore en la
edición del “Treatise on Invertebrate Paleontology” y, posteriormente Profesor Honorario de
Sedimentología y en 1957 Profesor “Rose Morgan” en Geología. Por la misma época fue miem-
bro de la “International Subcommission on Stratigraphic Classification”. En 1957 pasó a ser Jefe
del Departamento de Geología de la División de Ultramar de Tenneco Oil. Co. en Houston,
Texas y entre 1964 y 1971 desarrolló actividades de consultoría geológica en la misma ciudad.
Regresó a la Argentina en 1971, oportunidad en la que perdió todos sus archivos, biblioteca y
efectos personales al naufragar el buque que los transportaba. Fue contratado como Profesor en
la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires e invitado por el
CONICET a incorporarse a la Carrera de Investigador Científico. Lamentablemente la posibili-
dad de completar numerosos proyectos y volcar en la enseñanza universitaria de nuestro país sus
conocimientos y experiencia se vieron truncados con su prematura muerte el 21 de diciembre de
1973.
Como bien lo señaló Turner (1974), aunque la dimensión de su actuación profesional no se
reflejó en el volumen de sus publicaciones, fue por la calidad y jerarquía de las mismas y de su
actividad nacional e internacional el geólogo argentino de su época de mayor renombre mundial.
Ello fue claramente evidenciado en las publicaciones que dio a conocer, las que abarcaron temas
geológicos, paleontológicos, teóricos, docentes y de difusión. Al respecto Turner (1974) ha des-
tacado que si bien su interés principal fue la Geología Estructural, comprendió desde alumno
que para encarar adecuadamente esa disciplina era imprescindible conocer la estratigrafía y por
ende la paleontología. Esta aproximación lógica a la Geología lo llevó a analizar en profundidad
los fundamentos teóricos que sustentaron sus estudios, todo lo cual se reflejó implícita o explíci-
tamente en sus publicaciones y en las enseñanzas que transmitió.
De esta manera las publicaciones de Harrington si bien en su mayoría comprenden aspectos
geológicos, paleontológicos y teóricos íntimamente entrelazados, usualmente están centradas en
algunos de ellos. Consecuentemente y por un problema de ordenamiento la obra de Harrington
será analizada siguiendo la división expuesta, por más que sea evidente que ella fue en todo
momento abarcativa y totalizadora.
HORACIO J. HARRINGTON: TRASCENDENCIA DE SU OBRA GEOLÓGICA 261
Estudios Geológicos
Figura 2. Mapa de isosistas del terremoto de San Juan del 15 de enero de 1944 (Harrington, 1944c).
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Figura 3. Efectos del terremoto de San Juan del 15 de enero de 1944 (Harrington, 1944c).
PARAGUAY
En agosto y septiembre de 1946 Harrington (1950) realizó un viaje de estudios al Paraguay y
como resultado publicó el primer bosquejo geológico de la mitad oriental de ese país. Pese a la
pérdida de todas las muestras de rocas y numerosos fósiles, debido a los enfrentamiento armados
que se produjeron en el Paraguay entre marzo y agosto de 1947, Harrington acompañó un mapa
geológico y un perfil entre Asunción y Colonia Independencia, con una detallada descripción de
la sucesión estratigráfica expuesta en la zona, que abarca el Precámbrico, Ordovícico, Silúrico,
Devónico, Pérmico y Triásico (recte Jurásico-Cretácico). Describió también la estructura e histo-
ria geológica y los pocos fósiles que le quedaron, gracias a que los transportó personalmente con
su equipaje, incluyendo cnidarios, braquiópodos, bivalvos, trilobites, tentaculítidos, gastrópodos
y hiolítidos. De los taxa descriptos, 7 correspondían al Silúrico, 8 al Devónico y 2 al Pérmico, y
7 representaban especies nuevas para la ciencia.
NORTE DE CHILE
Como resultado de varias visitas efectuadas entre 1945 y 1952 a Antofagasta y Atacama, en el
norte de Chile, Harrington (1961a) describió la geología de la región comprendida entre 22º y 26º
S presentando un bosquejo geológico de la misma. En este estudio se concentró en áreas claves
y trató en mayor detalle las sucesiones sedimentarias del Jurásico y Cretácico aflorantes en
Moctezuma, Caracoles, Potrerillos-Pedernales, Purilactis, Sierra de Almeida y El Way. Así deter-
minó la existencia de Sinemuriano, Pliensbachiano, Bajociano, Calloviano, Oxfordiano,
Kimmeridgiano y Tithoniano y diferenció una serie de unidades estratigráficas (formaciones
Moctezuma, Montandón, Asientos, Limón Verde, Coronado, Torcazas, Mina Chica, Caracoles,
Descubridora, Doralisa, Millonaria, Honda, Potrerillos, Pedernales, Coloso, Way, Pular, Pajonales)
que hasta la fecha constituyen el esquema fundamental de la geología de la región.
HORACIO J. HARRINGTON: TRASCENDENCIA DE SU OBRA GEOLÓGICA 265
ESTUDIOS VARIOS
Al margen de las contribuciones mencionadas más arriba, Harrington mostró la amplitud de
su formación geológica en otras publicaciones, en las hizo observaciones e interpretaciones
geológicas de diferente naturaleza. Así describió, en coautoria (Harrington y Rayces, 1944), as-
pectos geológicos y mineros de la mina de vanadio la “Nelly”, ubicada 60 km al este de Concoran,
provincia de San Luis. De igual manera se ocupó (Harrington, 1946) de las corrientes de barro de
“El Volcán”, producidas en el verano de 1943 en la Quebrada de Humahuaca, Jujuy, de las
describió su composición, características estructurales, origen y movimiento. Allí discutió la sig-
nificación del término “fanglomerado” y propuso usar “cenuglomerado” (lat. cenum = barro,
glomerare = juntar o unir) para depósitos resultantes de la consolidación de corrientes de barro.
En la misma categoría se inscribió el estudio (Harrington, 1971b) sobre las estrías de “tipo
glacial” observadas en 1957 en una toba riolítica del Holoceno aluvial de la Quebrada de Tambo-
res, en el desierto de Atacama, Chile, las que luego de una ponderada discusión, enmarcada en la
descripción de la geología de la zona, atribuyó a la acción de flujos torrenciales.
Entre sus trabajos inéditos conocidos se registran: un bosquejo geológico y evaluación sobre
yacimientos minerales, de la Antártida (Harrington, 1939e) y tres informes geológicos sobre
proyectos de embalses en Salta y Buenos Aires (Harrington, 1939f, 1941b, 1942d)
SÍNTESIS REGIONALES
A partir de 1953, año en el que se radicó en América del Norte, la actividad geológica de
Harrington se centró en estudios, mayormente de consultoría y por ello inéditos, sobre diferen-
tes regiones del mundo (véase Amos 1974). Sus contribuciones éditas versaron sobre la Argenti-
na y América del Sur y constituyeron importantes aportes de síntesis, basados en el conocimien-
to existente en la época. Así se ocupó (Harrington, 1956) de las unidades morfoestructurales de
América del Sur y de la geología de Argentina, Paraguay y Uruguay, y resumió el conocimiento
existente sobre el Cámbrico (Harrington, 1961b) y Devónico (Harrington 1967) de América del
Sur y el Silúrico del Paraguay (Harrington, 1972b). En estas publicaciones describió las principa-
les unidades litoestratigráficas, discutió la bioestratigrafía, paleobiogeografía y los eventos tectónicos
y efectuó reconstrucciones paleogeográficas.
Pero su aporte más importante, en esta gama de trabajos, lo constituyó su “Paleogeographic
development of South America” (Harrington, 1962). Esta síntesis incluyó 46 mapas
paleogeográficos que mostraron los avances en el conocimiento geológico de América del Sur
producidos en los 15 años transcurridos desde la publicación de los 16 mapas de Weeks (1947).
Como en prácticamente todas sus contribuciones, Harrington introdujo el tema con una expo-
sición metodológica, en la que puso de relieve las dificultades que conllevan representaciones de
este tipo, pues constituyen, en el mejor de los casos, intentos imperfectos de sintetizar interpre-
taciones basadas en datos estratigráficos. Remarcó también que los mapas paleogeográficos son
síntesis subjetivas, nacidas de valoraciones e interpretaciones personales de numerosos hechos
observacionales y que, si bien su exactitud y detalle guardan relación directa con la cantidad y
calidad de los datos, por más que estos sean abundantes y de alta calidad su representación
cartográfica es una “posibilidad” subjetiva teñida por la ideas y experiencia personal de cada
autor. En el desarrollo del trabajo partió de la distribución de las principales unidades geotectónicas
(Fig. 4), definidas sobre la base de su estabilidad vertical, tendencias positivo-negativas y grado de
deformación tangencial sufrido durante períodos de levantamiento o compresión. Allí reiteró el
uso del término “leptometamorfismo”, en relación con rocas de bajo metamorfismo y de
“nesocratón” para regiones que han tenido a través de su historia una persistente tendencia
subpositiva y han estado caracterizadas por su moderada estabilidad vertical y resistencia a la
266 CORRELACIÓN GEOLÓGICA 24
deformación tangencial. Esta contribución constituyó una síntesis magistral, de acuerdo con el
conocimiento de la época, del desarrollo paleogeográfico de América de Sur desde el Cámbrico
al Plioceno. Junto con otras similares (Harrington, 1956, 1961b, 1967, 1972b, 1975) condensó “el
resultado de pacientes investigaciones personales, de mas de 10 años de trabajo”, representado
por “varios volúmenes de su obra inédita Stratigraphy of South America, cuyo manuscrito se hundió
con el Tacuarí el 13 de abril de 1971” (Amos, 1974).
DERIVA CONTINENTAL
Uno de los aspectos menos conocidos de la obra de Harrington es el referido a sus ideas, de
avanzada para la época, con respecto a la deriva continental y sus causas, probablemente debido
a que ellas se hallan mayormente dispersas en textos de carácter general.
Así en su obra “Volcanes y Terremotos” (Harrington, 1944), al explicar las causas de los
terremotos y el volcanismo, sostuvo que el desplazamiento de bloques siálicos, debido a corrien-
tes plásticas del sima que “provocan la deriva de los continentes”, daba cuenta del origen de la
energía liberada por los sismos. Allí Harrington también diferenció el frente que se halla en la
dirección del desplazamiento continental, con presiones tangenciales que producen fracturación
en gran escala, del borde continental opuesto, en el cual “se originan tensiones de distensión,
tracciones que también pueden originar fracturación en gran escala”. Y a renglón seguido aplicó
esta explicación a América del Sur “que tiende permanentemente a alejarse de Africa” por lo que
“se producirán compresiones en el frente occidental del continente y tracciones en la región
atlántica”, lo cual explica “la fundamental diferencia entre las costas atlánticas y las pacíficas del
continente americano”, que pasó a detallar. En conexión con estas explicaciones Harrington
mencionó finalmente la posibilidad de que ellas también den cuenta de focos sísmicos profun-
dos, tema que volvió a tratar en su libro “Geología entre Bambalinas” (Harrington, 1955a) y en
una publicación específica (Harrington, 1963, en Munyan, 1963), producto esta última del Sim-
posio “Mineralogical and Paleontologic aspects of Continental Drift and Polar Wandering” or-
ganizado por la Society of Economic Paleontologists and Mineralogists en Atlantic City, N.J., en
1960. Allí Harrington realizó un detallado análisis de distribución de los focos sísmicos interme-
dios y profundos en relación con la propuesta de Benioff de la existencia de un corrimiento de
alto ángulo inclinado hacia el E a lo largo del margen Pacífico. Para Harrington las profundidades
de los focos sísmicos, correspondientes a diferentes posiciones latitudinales, constituían una
evidencia negativa con respecto a tal propuesta y se inclinó por buscar otra explicación en la
supuesta existencia de corrientes estratificadas fluyendo diferencialmente de este a oeste. Nota-
blemente, se aproximó a inferir la segmentación tectónica de la cadena andina al observar que el
efecto compresional del borde Pacífico sobre la pila sedimentaria del Mesozoico había produci-
do acortamientos cuyas diferencias latitudinales atribuyó a las existentes en la geología del conti-
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Estudios
na. En tal sentido se ocupó de remarcar que dicha enseñanza tendría que estar destinada a
otorgar sólidos conocimientos de minería y geología, que debería ser académica y no práctica,
evitando en tal sentido una hibridación que “siempre tiene un efecto esterilizante”, y que la
institución que la impartiese no necesitaba estar enclavada en una zona minera.
En 1955 Harrington publicó su libro “Geología entre Bambalinas”, obra reimpresa en 1957
que según Amos (1974) tuvo como destinatarios a sus colegas. El propósito de la misma fue,
según Harrington, que se entendiese mejor cómo y por qué se han formulado las teorías, hipóte-
sis y explicaciones de la Geología y lo transitorio de las mismas. A través de quince capítulos, con
títulos poco ortodoxos, Harrington pasó revista a una serie de temas de significación geológica,
mediante una exposición erudita pero sumamente didáctica en la que se excluyen las certezas y se
promueve la reflexión. Es una obra que en muchos aspectos ha mantenido su vigencia hasta la
actualidad, en algunos casos por explicar conceptos fundamentales de la disciplina y en otros por
historiar el desarrollo de diferentes hipótesis explicativas en relación con determinados estados
del conocimiento. Todo ello matizado con reflexiones de trascendencia: e.g. “siempre hay varias
hipótesis para cualquier cosa”, “lo cautivante de la ciencia está precisamente en lo ambiguo, lo
inseguro y lo nuevo”, “la Geología es ciencia moderna y puramente occidental”.
En este libro Harrington dedicó un capítulo al tema del “actualismo” de Hutton y el
“uniformismo” de Lyell, señalando que el primero “es poco más que una simple afirmación de
que las leyes naturales químicas y físicas son inmutables” y que el segundo “consiste en combinar
esta verdad apriorística con una generalización intuitiva y dogmática”. “Eso de que el presente es
la clave del pasado es muy bonito, pero tan cierto como que el pasado es la clave del presente”.
Es interesante comprobar que Harrington diferenció claramente lo que muchos años después
algunos autores denominaron “uniformismo metodológico”, “uniformismo sustantivo” y
“uniformismo revertido”. Idéntica aproximación al mismo tema sería expuesta por Harrington
al final de su vida (Harrington, 1973). De especial significación resultó su exposición sobre el
concepto de “geosinclinal”, especialmente en relación con el de “tectógeno”, temas sobre los
que recomendó “no creer todo a pie juntillas como si fuera probado y cierto”. Este análisis debe
ser relacionado con el que realizó sobre la deriva continental, dando continuidad a la exposición
que hizo en su obra “Volcanes y Terremotos” (Harrington, 1944c), tal como se señaló más arriba
al tratar sus aportes geológicos. En tal sentido cabe destacar que con respecto a la deriva finaliza-
ba diciendo: “Ya sabemos que los geofísicos dicen que no. Pero también Lord Kelvin dijo que no
cuando los geólogos dijeron que 40 millones de años era muy poca cosa para la vida de la
Tierra”…“Si el desplazamiento continental es imposible para los geofísicos, peor para los
geofísicos. Para los geólogos es perfectamente posible. Y para nosotros los geólogos australes
más que posible, es casi necesario”.
Un capítulo en el que se revela la capacidad de análisis de Harrington y que es de vigencia
actual en relación con la definición de GSSP, es el referido al “Espacio y al Tiempo” en el que,
entre otros temas, explicó la conformación progresiva de la escala estratigráfica internacional,
concluyendo “Lamentablemente eran geólogos europeos y todo comenzó en Europa. Y digo
lamentablemente porque el resultado final de aquellos esfuerzos hubiera sido mucho más satis-
factorio si el trabajo hubiera comenzado en una región más normal y más representativa de la
condiciones medias de la Tierra”... “Pero tuvo que ser Europa. Que siempre fue el mismo caos
de islas, golfos, penínsulas, montañas, mares internos y lagos. Allí se construyó el estándar inter-
nacional, que es un verdadero desastre geológico”. De especial significación en este contexto es
su afirmación de que “solo las unidades tiempo-roca son conceptos puramente geológicos” y
que “el tiempo ‘puro no es concepto histórico, ni humano, ni geológico”.
De vigencia actual resultan también sus observaciones sobre el registro de los diferentes
HORACIO J. HARRINGTON: TRASCENDENCIA DE SU OBRA GEOLÓGICA 273
Conclusiones
Las contribuciones a la geología realizadas por Horacio Harrington lo largo de cuatro déca-
das, entre 1934 y 1974, se caracterizaron por su variedad temática, su alcance regional, y su
excelencia. Los trabajos publicados se focalizaron en temas de geología regional, paleontología y
estratigrafía, y de teoría, educación y difusión de la geología.
Las temáticas mencionadas se hallan entrelazadas en la mayor parte de los trabajos pues
Harrington entendió que para encarar adecuadamente estudios geológicos de índole regional era
imprescindible conocer la estratigrafía y por ende la paleontología y que para conjugarlas adecua-
damente era necesario tener un conocimiento acabado de los fundamentos teóricos de la disci-
plina. Esto hizo que la obra geológica de Harrington fuese en todo momento abarcativa y
totalizadora.
Los estudios de geología regional estuvieron referidos, fundamentalmente, dentro de la Ar-
gentina a las Sierras Australes, la isla de los Estados y el noroeste de la Argentina. En la primera
de estas regiones caracterizó, definió y denominó a todas las unidades estratigráficas aflorantes y
describió sus relaciones y estructura con una precisión tal que el esquema establecido no ha
sufrido modificaciones substanciales pese al tiempo transcurrido. De igual manera su estudio
sobre la Isla de los Estados constituyó el primer aporte de importancia a su geología y el esquema
estratigráfico que describió perduró por más de treinta años y ha sido confirmado en sus aspec-
tos esenciales.
Los estudios efectuados por Harrington en el oeste y norte de la Argentina estuvieron, fun-
damentalmente dedicados a la estratigrafía y paleontología del Paleozoico. Así mapeó primero las
sierras de Villavicencio y Mal País, Precordillera de San Juan y Mendoza y estudió el Paleozoico y
la cubierta triásica sus relaciones, para extender posteriormente sus trabajos hacia el norte, don-
de levantó la Hoja Ramblón y describió y denominó una serie de unidades litoestratigráficas
(formaciones, grupos) del Paleozoico y del Triásico.
La contribución de Harrington sobre la geología del Paraguay, constituyó el primer bosquejo
geológico de la mitad oriental de ese país, el cual incluyó una detallada descripción de la sucesión
estratigráfica y de la estructura e historia geológica. De igual manera su estudio de la región del
norte de Chile comprendida entre 22º y 26º S y en especial de las sucesiones sedimentarias del
Jurásico y Cretácico allí aflorantes constituye, hasta la fecha el esquema fundamental de la geolo-
gía de la región.
Sus contribuciones sobre aspectos geológicos regionales de la Argentina y América del Sur y
representaron importantes aportes, sobre la base del conocimiento existente en la época, entre
ellos una síntesis sobre unidades morfoestructurales y la geología de Argentina, Paraguay y Uru-
guay, y un resumen del conocimiento existente sobre el Cámbrico y Devónico de América del
Sur y el Silúrico del Paraguay, para lo cual describió las principales unidades litoestratigráficas,
discutió la bioestratigrafía, paleobiogeografía y los eventos tectónicos y reconstruyó la
paleogeografía. En su contribución más importante, mostró en 46 mapas el desarrollo
paleogeográfico de América del Sur desde el Cámbrico al Plioceno, en una síntesis magistral del
conocimiento de la época.
Harrington se ocupó además de las normas que regulan la terminología estratigráfica y, tal
vez por ello, fue uno de los primeros autores argentinos en definir unidades lito y bioestratigráficas
(formaciones, grupos, zonas de asociación) de manera moderna.
En lo que hace a la paleontología las contribuciones de Harrington comprendieron, por un
lado, detallados estudios sistemáticos, bioestratigráficos y paleobiogeográficos de faunas de in-
vertebrados, fundamentalmente trilobites y braquiópodos, del Paleozoico de la Argentina y
HORACIO J. HARRINGTON: TRASCENDENCIA DE SU OBRA GEOLÓGICA 275
marginalmente de Bolivia y Colombia, y por otro su participación como autor principal de los
volúmenes sobre trilobites y cnidarios del tratado internacional sobre Paleontología de Inverte-
brados. En lo que hace al Paleozoico superior sus trabajos sobre la flora de Glossopteris y la fauna
de invertebrados de las Sierra Australes constituyeron verdaderos hitos, tanto para el conoci-
miento bioestratigráfico de esta región como para establecer sus vinculaciones paleogeográficas
con otras regiones del Hemisferio Austral. En lo que hace al Paleozoico inferior, sus estudios
sobre las faunas de invertebrados y en especial los trilobites del Cámbrico y el Ordovícico del
oeste y norte de la Argentina se constituyeron en referencias fundamentales sobre el tema, tanto
en los aspectos sistemáticos, como bioestratigráficos y paleobiogeográficos. En todos estos estu-
dios Harrington demostró su excelencia mediante descripciones detalladas de los taxa estudia-
dos, que fueron acompañadas de excelentes ilustraciones y de toda la información pertinente
con respecto a la procedencia geográfica y estratigráfica del material, y de exhaustivas y bien
fundamentadas discusiones de la bioestratigrafía y paleobiogeografia
La obra de Harrington sobre aspectos teóricos, educativos y de difusión de la Geología
estuvo referida al desarrollo y fundamentación de conceptos básicos de la disciplina geológica.
De especial significación resultan sus análisis sobre de una serie de conceptos básicos de la
geología que relacionan los objetos geológicos, el espacio, el tiempo y los acontecimientos cons-
tituyen un verdadero ejemplo de claridad conceptual, expresada tanto en el razonamiento deduc-
tivo como en la exposición. En otras temáticas resultan sorprendentes, además de su capacidad
de análisis y claridad de exposición, su erudición.
Finalmente son notables y de avanzada sus observaciones y reflexiones, comenzadas en 1944
y continuadas en 1955 y 1963, sobre la deriva continental y su relación con corrientes convectivas,
terremotos profundos y la existencia de márgenes continentales pasivos y activos.
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