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Texto: Génesis 2:18-25

Tema: Lazos que Distinguen a un Matrimonio que Permanece.

Introducción:
¿QUÉ ES EL MATRIMONIO?
A. Es el pacto entre dos personas, hombre y mujer, que se aman y que han decidido unir sus vidas
voluntariamente, para cumplir juntos el propósito de Dios formando una familia según el orden establecido
por Él mismo.
El Profeta Malaquías llama a la esposa “La mujer de tu pacto”. (Mal. 2:14)
B. Un buen Matrimonio está basado sobre un compromiso, que hacemos delante de Dios, de nuestra
familia y de la sociedad. La relación matrimonial no se norma sobre los sentimientos. Nos comprometemos
a vivir juntos, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza,
todo el tiempo que Dios nos conceda para vivir como esposo y esposa, hasta que Él en su Soberanía nos
separe.

I.- EL LAZO DEL AMOR. I Juan 4:8-10.


Una de las palabras más trilladas en el vocabulario cotidiano de la sociedad actual sin duda, es la palabra
“amor”. Ha sido mal interpretada y violentada. Hoy en día se le llama amor a una relación de infidelidad,
de homosexualismo o peor aún de incesto. Pero en qué consiste el verdadero amor. Amor es:
 Satisfacer las necesidades del otro.
 Preocuparse más por lo que a mi pareja le hace falta, que a mí mismo.
 Hacer cualquier cosa para que mi pareja sea feliz.
 Dar.
 Entregarse sin esperar recibir.
 Darse sin exigir poseer.
 Cumplir con el plan de Dios como esposos según su Palabra.
El amor determina la vida integral de una familia. cuando se carece de amor se crece con una personalidad
emocionalmente desequilibrada. Cuando el hombre se niega a expresar su afecto a su esposa, se genera
en ella una inseguridad y desconfianza, cuando los hijos no son testigos presénciales y oculares del amor
de papá por mamá se diezma su crecimiento integral.
Fuimos creados por Dios y para Dios que es todo amor, fuimos creados para amar y ser amados. Por favor
no te detengas y toma la decisión de amar. Nunca nos parecemos tanto a Dios como cuando amamos de
una manera incondicional sin esperar recibir nada a cambio.

II.- EL LAZO DEL RESPETO Y LA FIDELIDAD MUTUA. Efesios 5:33.


El respeto, según el diccionario es: Caballerosidad, Consideración, Miramiento, Veneración, Atención y
Cortesía. La Biblia usa la palabra “Reverencia”, y el concepto “Temor” para hablar de eso que podemos
llamar Respeto.
En Efesios 5:33, se le pide a la mujer que respete a su marido. Lamentaciones 5:12 manifiesta la tristeza
de que haya gente que no respete a los ancianos. En Romanos 13:7 se nos exhorta a dar respeto a todos
los que debemos; mayores, autoridades, líderes, padres, esposo, esposa, hijos, etc. Y nuevamente en I
Pedro 3:1-2, se le ordena a la mujer a respetar a su marido.
El respeto para alguien, manifiesta qué tanto valor le concedemos a ese alguien. Es decir, que con el
respeto manifestamos nuestro grado de pertenencia. Hay varones que hasta dicen “cuando mi esposa se
casó...” como si ellos no se hubieran casado. Hay quien dice a la esposa, “¿dónde están tus hijos?”, como
si no fueran de él también. El respeto es pertenecer, y dejar a otros pertenecernos.
En Colosenses 3:18-25 encontramos un himno, un poema al respeto en el seno familiar.
Desde los esposos, pasando por los hijos y llegando hasta los que trabajan en un hogar, de los unos para
los otros, debe haber respeto. Ese respeto que:
a) Da Libertad para Ser. Cuántas veces el padre le falta al respeto al hijo cuando no le permite ni elegir, ni
ser él mismo, sino que lo quiere controlar y decidir por sobre su vida. Lo mismo pasa a la inversa,
cuando un hijo tiene en poco a sus padres y le limita su alegría y su ministerio.
b) Ayuda a Sentirse Valioso. Cuando somos respetados y gozamos de la libertad auténtica que el
respeto de los demás nos da en la familia, nos sentimos valiosos e importantes, nos sentimos a gusto
con nosotros mismos.
c) Nos Motiva a Respetar. Para ser respetados hay que respetar (v.25), el respeto genera respeto, como
la deshonra acarrea deshonra.
Es interesante que el Señor Jesucristo no habló en contra del esclavismo, ni tampoco lo hizo abiertamente
contra la poligamia, la razón es muy sencilla, los principios que enseñó como el respeto son una revolución
en la sociedad, nadie que respeta a otro lo puede esclavizar, nadie que respete a su cónyuge puede
conseguirse otro u otra. El Respeto puede revolucionar nuestros hogares hasta hacerlos nuevos a la
imagen del plan de Dios. Dios quiere para nosotros como matrimonios que nos respetemos en el amor de
Dios. Luchemos por conseguir para nuestro hogar el Respeto y viviremos de una manera digna, honorable
y próspera.

III.- EL LAZO DEL SERVICIO. Marcos 10:42-45.


Tengo algunas afirmaciones para las parejas que caso: “No nos casamos para ser amados, nos casamos
para amar; No nos casamos para ser servidos, nos casamos para servir; No nos casamos para recibir, sino
para dar”. Y no hay mayor ejemplo de esto que nuestro Señor Jesucristo, lo vemos a Él lavando los pies de
sus apóstoles como señal de humildad y servicio. Su vida y sus enseñanzas se enfocaban en un servicio
sacrificado por los demás. Él dijo una vez: “No vengo para ser ministrado, sino para ministrar”. Amados el
más Grande significado de la vida no es recibir, sino dar.
Nosotros los padres hemos de enseñar a nuestros hijos lo que creemos, es uno de los más importantes
ingredientes de una familia amorosa, la disposición de servir.
¿Quién hará el trabajo? Espero que la familia, toda la familia. En cualquier tamaño de familia hay suficiente
trabajo para todos. Entonces cada miembro de la familia debería ciertamente aprender a trabajar. Deben
delegarse tareas apropiadas a cada edad, conjuntamente con el entrenamiento básico como efectuar la
tarea.
En la familia, se necesita hacer mucho trabajo, (la ropa necesita ser lavada, la basura sacada, se deben
barrer y trapear los pisos, lavar, enjuagar y secar trastos, ir por el mandado, pagar cuentas, lavar el coche,
lavar los baños, forrar libros y libretas, ayudar con la tarea escolar a los hijos, etc.) Pero si la tarea se hace
entre todos los que integramos la familia, la carga se hace más ligera y placentera. Si entiendo bien la
Biblia, la grandeza está expresada en el servicio, no en la dominación. El servicio es un marca de
grandeza. Alguien debe dar el primer paso para fomentar en su familia una disposición de servir. Espero
sea usted, quien lee este sermón.

IV.- EL LAZO DEL PERDÓN.


Este estudio no estaría completo si no tocara el punto tan importante del Perdón.
El rencor, el resentimiento y amargura han destruido matrimonios y han provocado enfermedades
emocionales, aún físicas. Usted no puede darse el lujo de no perdonar.
Mitos en cuanto a Perdonar.
1. Es señal de debilidad.
2. Implica que la otra persona tenía razón.
3. Unas personas pueden perdonar, otras no.
En vez de ser señal de debilidad, es señal de madurez, alguien ha dicho que la madurez se muestra en la
disposición de perdonar una ofensa más grande que la suya propia. Por ejemplo es señal de madurez,
cuando una esposa está dispuesta a perdonar el adulterio del marido cuando ella nunca ha sido culpable
de tal cosa. De ninguna manera implica que la otra persona tenía la razón, simplemente es una decisión de
perdonar al cónyuge (o cualquier persona) Porque Dios lo ha perdonado a uno todas sus ofensas.
El Padre Nuestro dice: “Y perdónanos...como (en la misma manera) perdonamos. No pudiera ser más
claro, si nosotros no perdonamos, no seremos perdonados.
Si alguien dijera “no puedo perdonar” o “no siento perdonar”. Hay buenas noticias, el perdonar no es una
emoción, sino una decisión. Si usted decide perdonar, lo puede hacer, con la ayuda de Dios. Aunque sus
emociones estén gritando que no lo haga (porque el orgullo humano no quiere) de su voluntad, de su
espíritu decida. Los que dicen que no pueden perdonar, en realidad, no quieren perdonar.
Cada uno de nosotros, por ser pecadores, merecemos el infierno, pero por medio de la Obra Redentora de
Su Hijo en la Cruz, Dios nos perdonó, esto nos obliga a perdonar a los que nos ofenden.
En cada matrimonio vienen heridas y ofensas, usted puede vivir lleno de rencor, aferrado a que tiene (o
tenía), la razón y llegará a ser un viejecito(a) amargado(a). La ofensa que usted y yo hemos hecho a Dios
no es comparable con la ofensa que usted y yo podamos recibir, y así como Dios nos perdonó a nosotros,
no importando el tamaño de la ofensa, así también nosotros debemos perdonar.

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