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INTRODUCCIÓN
más representativas del filósofo argentino Günter Rodolfo Kusch, los conceptos que
presenta como altamente relevante desde una perspectiva ético-política que resiste a los
dimensiones del análisis que se pretende realizar, procurando resaltar el entramado que
hogar, con lo cual lo divino es propiedad de la misma tierra que se habita, del mundo
receptiva del devenir de las fuerzas naturales se torna central para comenzar a
dado.
conexión con otras múltiples localidades que son partícipes y conforman una globalidad
cuestiones que suscita, hoy más que nunca, el fenómeno de la globalización. El desafío
e intentar articular con problemáticas que están afectando a todas las comunidades del
uniformización cultural que pretende arrasar con las modalidades regionales en donde
se afirman. Mejor dicho, “la trasnacionalización tiene que ser pensada como
dislocación de los ejes que articulan el universo de cada cultura.” (BARBERO; 1990:
decir, anticipatoria de los procesos que hoy llamamos decoloniales, esto es, procesos
implican tanto las instancias del ser y del estar en sus diferentes matices conceptuales
complementarios (en los vectores del ser y el estar), para luego prestar atención a los
creemos, se logra entender y expresar mejor la ontología y teología kuscheana como una
filosofía que busca hacer jugar lo más representativo del pensar indígena y popular
Referencias bibliográficas
actividades culturales de América Latina. Las Jornadas Rodolfo Kusch han contribuido
los artículos del Dr. Roberto Esposto, de la Universidad de Queensland, Australia, sobre
cultural sino buscando dar cuenta de la proyección universal de todo pensar situado. La
subjetividad que sostiene esta elaboración será la indígena y popular, por lo tanto, una
ciencia, y éste rasgo será también heredado por el ciudadano medio, incluso a pesar de
6
polaridad. Por otra parte, el artículo de Graciela Maturo "Rodolfo Kusch: La búsqueda
del sí-mismo a través del encuentro con el otro" constituyó una de las primeras
destrenzar lo que ya está en el corpus", en una clara alegoría con nuestra tradicional
danza de las cintas. En nuestro continente elaborar una filosofía propia constituye una
tarea riesgosa de por sí, porque implica mínimamente la exploración de los límites
dejar de ser alguien y sumergirse en el mero estar nomás. Entonces, pensar por nosotros
mismos significará pensar desde el miedo, e incluso, desde el posible error de estar
revista Huaico Lazo Americano, con un análisis desde el rol de la antropología como
de negación del pensamiento popular con respecto al bagaje cultural occidental. Tal
transracional, dice Benedetto, ligada a las similitudes del bagaje americano con el
la "doble vectorialidad del pensar": intelectual y emocional, como otra expresión de los
Referencias bibliográficas
Cullen, C.; (2010) "La América profunda busca su sujeto. De cómo entiende la filosofía
Maturo, G.; (2010) "Rodolfo Kusch: la búsqueda del sí-mismo a través del encuentro
con el otro". En UTOPÍA y praxis latinoamericana. Año 15. nº 48. CESA – FACES –
CAPÍTULO I
GEOCULTURA
1. Caracterización general
del sujeto colectivo concreto que construye su vida, su historia y su futuro conectado
del pensar de una comunidad vinculada intrínsecamente con el suelo que la sostiene y
que habita son del tipo de la decisión geocultural: la manera propia, idiosincrática, en
que un conjunto humano coloca su pensar sobre su hábitat geográfico. Tal sobre-
asumiendo las características de las comunidades concretas que las elaboran y dibujan
vivida. En otras palabras, esto significa que la comunidad no se reconoce a sí misma por
fuera del ámbito que habita. No hay exterioridad definitiva, sino algo así como una
sentido el primer rasgo que caracteriza a una geocultura es, tal como su nombre lo
sugiere, su capacidad de reconocer en la geografía que habita, las fuerzas, los matices,
específica de la vida que, en la forma de símbolos, mitos y rituales, adquiere por esto el
status de paisaje. Se trata del ámbito vital, del domicilio signado por la existencia que
significa más que el terreno que se pisa. Al reconocerse en un espacio mucho más
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necesarios para dialogar con el paisaje y lograr que el mismo le sea favorable. Se trata
de la forma propia y colectiva del ser-en-el mundo como estando de una determinada
manera y a través de una tonalidad existencial particular. Así, por un lado, el mismo
mundo no es una simple exterioridad opuesta al sujeto, sino que es lo que la comunidad
que lo proyecta sobre su territorio. Por otro lado, en la América andina la investidura
en Argentina que condicionan la configuración cultural global del país: el litoral, los
finalmente toma sus rasgos actuales con la hegemonía de Buenos Aires y la consecuente
que, en AP se presentará como una evidente y localizada referencia de los modos del ser
y del estar, señalando que es más bien hacia el interior de América que toma fuerza la
índole existencial del estar nomás, mientras que hacia los márgenes del continente, a
modo de fuga de su realidad primigenia, se efectiviza el ser alguien en las ciudades por
y cultural. El mero estar nomás, en cambio, se sostiene por la propia gravitación del
suelo, por una dinámica íntima según la cual toda constitución de un centro debe
hogar desde la intemperie de lo natural que adquiere consistencia toda cultura y como
tal comienza a radiar desde su centro con una rítmica propia. Ese centro bio-cultural es
el suelo que “simboliza el margen de arraigo que toda cultura debe tener” (KUSCH,
1976: 74). El suelo, como ese punto de arraigo y de resistencia que permite la gestación
de sentidos vitales para una cultura, asume las formas de las diversas geografías, con lo
que no hay referencia abstracta para la vida, sino siempre vinculada con un horizonte
determinado que posee una fuerza de gravedad característica y al mismo tiempo tan
completa para una comunidad que asume los rasgos de un organismo ultrahumano y
supraindividual.
establece los horizontes específicos del habitar, haciendo posible la constitución del
integra los ciclos cotidianos, comunitarios y personales con los ciclos ultrahumanos y
cósmicos.
4) Ese centro se constituye como tal en función de una remisión a una sacralidad, a una
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“(...) todo lo conciben en términos seminales de crecimiento, ya que el hombre, las plantas y el ayllu
(comunidad), todo esto, se vinculan con conceptos que hacen referencia a dicha seminalidad.” (KUSCH,
1976: 87).
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mundajja” (el mundo así es) del yatiri de Tiahuanaco (KUSCH, 1976: 87) expresa la
equilibrio del cosmos, tanto para el alimento material, encarnado en la papa, el maíz o el
es posible indicar un otro tipo de universalidad o totalidad, esta vez ya no cargada de las
universal radica en la relación particular que toda comunidad o pueblo entabla con el
2. Lo mestizo
(Franz Fanon)
que se pone en marcha desde la conquista europea genera una serie de múltiples
constantemente una falsa identidad pura e ideal para mantener la vigencia de todas las
tensión, no-conciliación.
tierra, del ámbito del demonismo con la fuerza de la ficción ciudadana en tanto voluntad
de construcción propia del individuo europeo que pretende un espacio exterior a toda
mestizo se engendra en una dimensión intermedia del subconsciente que trae fuerzas
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“Desde la parte más negra de mi alma, a través de la zona sombreada, me sube ese
deseo de ser de golpe blanco. Yo no quiero ser reconocido como negro, sino como
blanco."(FANON, 2009: 79). La psique social se conforma así por una serie de capas
del vegetal y la idea, esto es, de la atracción invencible del caos del paisaje y de la
forma plena y ordenada del pensamiento. Donde Nietzsche intuye la figura de Dionysos
Quetzalcóatl, imagen de la
yuxtaposición, nunca de la
subterránea que mantendrá la presencia de las culturas avasalladas más allá de los
2
"Me considero ch‟ixi, y considero a ésta la traducción más adecuada de la mezcla abigarrada que somos
las y los llamados mestizas y mestizos. (…) La noción ch‟ixi, como muchas otras (allqa, ayni) obedece a
la idea aymara de algo que es y no es a la vez, es decir, a la lógica del tercero incluido. (…) Lo ch‟ixi
conjuga el mundo indio con su opuesto, sin mezclarse nunca con él." (CUSICANQUI; 2010, 69)
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origen alteridad, esto es, constituida por la irrupción de un otro que desencadena un
Uno de los principales rasgos de esta condición mestiza americana es que “nos
impide ser totalmente occidentales” (KUSCH, 1999: 135), lo que significa que todos
misma, por constituirse precisamente desde el mestizaje, está habitada por el error, la
herejía. En definitiva se trata de la genética cultural indígena y africana que opera desde
nuestro inconsciente colectivo y que se manifiesta en los modos vitales de los pueblos
del interior, el campesinado y el mundo rural, los sectores populares de las grandes
del viejo planteo del mero estar. Pero es precisamente este sedimento, esta genética, esta
más auténtico y más americano” (KUSCH, 2008: 16). Esta falta de pretensión
una tierra particular, elabora una linealidad espacio-temporal que constriñe toda
retorno en esa experiencia al momento en que ya no puede dar más de sí: “El logos
3. Conciencia mítica
en tanto reserva de valores, relatos y visiones sobre lo real. Los símbolos que
exteriorizan de alguna manera esa conciencia popular ch‟ixi son llamados en NPP
determinación objetiva o instrumental, sino que más bien se intuye como estando a
cuando se busca la definición del objeto o tema de que se trata o cuando se pretende
3
“(...) el brujo traza un recinto sagrado con los utensilios y la significación de éstos se torna disponible.
Entonces, cuando se pregunta a un brujo por el significado de algún elemento ubicado en ese recinto,
suelen contradecirse. Cualquiera puede significar, por ejemplo, el rayo, o el hombre, o la tierra o lo que
fuera. Incluso el brujo considera innecesario decir qué significa, pero suele agregar en aymará „waliki‟
(está bien).” (KUSCH, 2008: 30-31).
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nunca se define él mismo como noción acabada sino más bien se revela como un fondo
que hace posible el ordenamiento de las diversas valoraciones que el sujeto hace del
desde una lógica hacia una ética y una mántica. Se trata de un desplazamiento hacia
conceptos sino a una otra experiencia de lo real4. De esta manera, lo que Raimon
Pannikar expresa, para la experiencia filosófica índica, como campo del dharma, en el
pensamiento kuscheano podemos expresarlo como estar, cuyo agente simbólico será el
significación, puesto que “lo que realmente se dice ocupa el centro. Y esto no se puede
volcar en fórmulas”. (KUSCH, 2008: 34). Ese centro que se sustrae a la racionalidad
“así es” del yatiri de Tiahuanaco y, en general, con el símbolo como mediador entre el
sujeto y el mundo. Esto significa que el pensar indígena y popular, en tanto mandálico,
subjetividad individual que enuncia el juicio. De esta manera, los juicios significan en la
este y por este campo los objetos se transforman en símbolos por el operar de la
Ahora bien, dado que los operadores seminales no son prerrogativa de una cultura en
identificación de cada unidad geocultural de que se trate, podemos encontrar que las
mismas funciones y rasgos se dan en los mitos que los sujetos colectivos crean para
Ceferina, una informante popular salteña referida en EAFA, el mito “le ofrece un
4
"El concepto es inmutable. Quien juega con la verdad como con conceptos ha de ser forzosamente
intolerante. 2+3 son 5 y sólo 5. Cualquier otra concesión sería una traición. Si, en cambio, la verdad es la
descripción fidedigna de un campo ontológico no tendrá por qué ser una constatación objetiva y
constante, pero tampoco una simple veracidad meramente subjetiva: será la adecuación propia a un estado
que trasciende la dicotomía epistemológica objeto-sujeto" (PANNIKAR, 1997: 21).
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en una historia propia por ser vivida por los abuelos primigenios que dieron comienzo a
disposicionalidad del mito que referencia un campo simbólico, creación de valores que
2009: 28). El dinamismo se revela por el carácter ambivalente, creativo y seminal del
del mito presenta directa y plenamente lo real porque precisamente lo hace mostrando el
4. Estar en la pobreza
antes que una disposicionalidad emocional que busca darse un mundo cargándolo de
sentido vital, entonces los operadores seminales terminan desplazados por suscedáneos,
esas suplencias que conforman como una pantalla y pretenden llenar/ocultar el vacío
realizar y éxitos/fracasos que contabilizar como resultados que dan el peso real de la
Pero, por otra parte, si se pone en primer plano lo que constituye la base vital y
necesario partir para pensar en americano. Tal intuición vital reconoce la vinculación de
ámbito numinoso del mito, lo que implica una caída, un descenso, para una posterior
reconstitución. En sintonía con una causalidad seminal, no hay solución para el pobre,
sino una salvación cualitativa5, esto es, una reacomodación de la propia existencia en el
orden cósmico. Esto lo salva de la trampa del ser alguien, de la manera de existir
5
“Pareciera ser que el pobre no es caracterizado desde un ángulo económico, sino más bien ontológico,
como un estado natural y original que hace por ejemplo que el pobre siempre tenga vinculación con el
orden cósmico, con la verdadera curación, la cual, por su parte, no consiste en una simple modificación
física, sino en una salvación.” (KUSCH, 1978: 31).
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acumuladora de cantidades físicas y simbólicas que ahogan el juego vital que alimenta
sentido, en el pobre no hay fuerza positiva, sino por la asunción de una fundamental
América, y por lo tanto resulta más significativa que la abstracción occidental de una
intuye la vinculación del pobre al suelo, por su inmovilidad física y sobretodo simbólica
que expone la condición de gravidez, esto es, la gestación, por el símbolo, del propio
Pero es precisamente a partir de esta pobreza asumida en el “así es” del yatiri del
altiplano o el "pa´ mí" del ciudadano de a pie, que se manifiesta una cosmovisión
tierra" (NIETZSCHE, 2007: 34), esto es, de la realidad y de la historia, porque sus
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Polisémico concepto andino que mienta la constitución de este plano existencial histórico o "mundo de
aquí", como también suele traducirse, en relación con el Hanan Pacha o realidad superior, divina, y el
Ukhu Pacha o inframundo, ámbito de las semillas, los muertos, las fuerzas oscuras.
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occidental, sino que su potencia de vivir se nutre explícitamente de esta tierra que le da,
siempre en su relación con la tierra misma, con su estar en este mundo porque es acá
opuestos que pueden provocar el kuty, el vuelco de las condiciones, el cambio de suerte,
episódica y provisoria determinación cotidiana que el acierto fundante del juego logra al
que permanece como un fondo impensable de la existencia y que presiona en todas las
modo de estar en la tierra del Übermensch (NIETZSCHE, 2007: 49). Por el juego
creador el sujeto conforma su mundo una vez que pudo abandonar toda ilusión de un
abismo del ser, y ésta es una pobreza constitutiva que produce el anhelo de eternidad
primer paso para un diálogo inter-filosófico que permita abrir las significaciones más
7
"Si alguna vez jugué a los dados con los dioses sobre /la divina mesa de la tierra, de tal manera que la
tierra /tembló y se resquebrajó y arrojó resoplando ríos de fuego: -/pues una mesa de dioses es la tierra,
que tiembla con /nuevas palabras creadoras y con divinas tiradas de dados: - /Oh, ¿cómo no iba yo a
anhelar la eternidad y el nupcial /anillo de los anillos, - el anillo del retorno?" (NIETZSCHE, 2007: 316)
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el quehacer filosófico (aunque no sólo éste) como un modo de cultivo, esto es, una
particular relación con la tierra que engendra una determinada actitud vital, una ética
geocultural. ¿Qué frutos del pensar hemos recibido de nuestra tierra, de nuestra
tradición occidental? ¿Qué frutos nos falta descubrir de nuestra tierra americana, de
como América Mestiza y abrir las posibilidades de crear mundos de vuelta. Las
existencial, su pacha.
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Referencias bibliográficas
Cambeiro.
CAPÍTULO II
deformada (KUSCH; 1978: 18). Esto significa que toda producción cultural se
encuentra tensionada por dos vectores, uno en dirección hacia una totalidad en la
otras palabras, es la gravidez del lugar propio (el paisaje cultural) lo que deforma el
mismo tiempo que abre la posibilidad del encuentro y la relación con otra/s
como una dinámica propia del ser en tanto proyecto geocultural occidental que alcanza
como pensable en detrimento de una otredad impensable por a-lógica, esto es, no
unilateralidad pretendida del enunciador dominante como centro de poder que configura
la disloca al situar el ser en relación, ya no con un no-ser, sino con una expresión del
conformadora ésta de todas las estructuras históricas de dominación que pueblan con su
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discurso los universos simbólicos ajenos haciéndolos hablar y pensar desde su propio
simbolismo.
potencia del símbolo y el ritual que no opera lógicamente sino que apunta a un ámbito
donde la condición del ser viviente experimenta tanto la cotidianeidad como el misterio
de estar vivo. Tal condición puede calificarse de seminal, en tanto remite a una relación
holística y orgánica más que a una conexión mecánica y causal. Es que el estar dice de
la experiencia local, del estar siendo en éste lugar del mundo, y no en una universalidad
cultural, como prefiere llamarlo Raimon Pannikar, sólo es posible de ser enunciado,
ser pensado exclusivamente como universal puro, instaura sí o sí una lógica bipolar y
lógicas y relatos.
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* Pulcritud y hedor
posibilita la definición de la esencia viene dado, desde Parménides hasta Descartes, por
la inmaculada virtud del espíritu que contempla las Ideas inteligibles en un plano
estrictamente separado del acontecer del mundo, pero que al mismo tiempo otorga
conceptos el devenir de lo real. De esta manera se llega al concepto supremo que brilla
con luz propia porque indica lo más puro y sagrado que se sostiene en el extremo de la
pirámide de lo existente: logos, ser, idea, ousía, Dios, res cogitans, razón pura...
compartimenta la realidad entre lo que es y lo que no es, o sea, entre lo que se presenta
como definible por una lógica que estructura un campo a través de un análisis binario y
bipolar, al mismo tiempo que precisa un único recorrido conceptual para lograr el
manera se configura una técnica del pensar que se dinamiza por la relación extrínseca de
sus elementos, esto es, por el engranaje de los razonamientos que, a la manera de un
bien los mecanismos del pensamiento para encontrar la evidencia de lo verdadero según
una actitud ético-política. Pulcritud será, también, un remedio exterior frente al hedor
conceptos civilizados. América tiene un rostro sucio y pardo para el cual, parafraseando
Por el lado del hedor, esta elección metafórica y conceptual para dar cuenta de
del otro. Tal noción funciona como metáfora de la otredad, pero de esa otredad hostil,
que provoca rechazo, repulsión. No se trata simplemente del olor corporal, sino de la
mientras que en ámbito de la cumbia villera el grupo “Los Gedes” canta claramente su
consigna: “Quiero que gedan los gedes” reafirmando su ser gediento, esto es repulsivo e
molestia que provoca la presencia del otro diferente, del negro, del indio, del marginal.
Marca de una suciedad corporal-simbólica, epistémica, dado que todo saber proveniente
políticas y existenciales de la modernidad occidental. Ese “rostro sucio que debe ser
lavado” remite a la barbarie americana que debe ser blanqueada, civilizada, colocada en
exterior, carcomiéndola por dentro y desde abajo, el ser hediento de la vivencia cultural
perseguida se mantiene vital. Hay también entonces una topología del hedor, porque hay
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“La categoría básica de nuestros buenos ciudadanos consiste en pensar que lo que no es ciudad, ni
prócer, ni pulcritud no es más que un simple hedor susceptible de ser exterminado. Si el hedor de
América es el niño lobo, el borracho de chicha, el indio rezador o el mendigo hediento, será cosa de
internarlos, limpiar la calle e instalar baños públicos.” (KUSCH; 1999: 25).
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propiedad de ese Yo pienso, esto es, constituyen lo más propio que tiene el sujeto. La
esencia que define al sujeto occidental, entonces, es una tenencia, un tener propiedades,
accidentes, objetos, representaciones o lo que sea necesario para ser. De esta manera la
una computadora o un terreno, o intangibles como una ideología, una religión o una
fórmula matemática. Así se sientan las bases para sostener una jerarquía de identidades
que jalonan la existencia humana según las diversas áreas de la adquisición, porque no
es lo mismo ser un doctor que un peón de campo, o ser un diputado que una prostituta,
ser un partido político que una nación indígena, un investigador universitario que una
objetos que puede manipular, es decir, a la destreza certificada que posee para
habérselas con la cosa de que se trata a fin de dominarla, controlar sus inclemencias y
predecir sus devenires. Por esto la mayor significación que tiene el área de la
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adquisición científica para la definición de este modo de ser como identidad. Quien
la materia que trabaja con la lucidez del experto, porque puede entonces predecir sus
servicio.
Por otra parte, el significante que constituye el eje de los variados matices del
característico concepto kuscheano de estar se expresa como "mero estar nomás" en AP,
explícitamente, sugiere Kusch, sobre el 'uno anónimo' (das Man) que simplemente está,
cay, equivalente a los verbos castellanos ser y estar. Con el verbo cay se mientan las
de su mundo. Es un sujeto que no altera al mundo por su acción sino que cambia su
del "curarse-de", esto es, ocupado por los entes en la pre-comprensión afectiva del
mundo. Ahora bien, la distancia entre el Dasein heideggeriano y el runacay (lo humano-
Esto significa que todo lo que la analítica del Dasein quiebra de la subjetividad moderna
no es más que una indicación de la dirección que debe tomar una posterior superación,
no efectuada por esta analítica, del sujeto. "Ser y tiempo"¸ entonces, implosiona en una
auto-referencia del ente al que le va su ser sin salir nunca hacia el ser (o, mejor dicho,
sin salir del ser hacia el estar), "de manera que nada, ni siquiera la nada misma, es
una radical apertura a otra llamada que no provenga de él, y esto no va a ser superado en
el horizonte de "Ser y tiempo". Esto significa que el Dasein todavía está a medio
oscilación, como diría Marion, la que incapacita en última instancia al Dasein para oír
“(…) [Al Dasein] le falta aún dejarse reivindicar por una instancia
diferente de él (aquí, el ser) para poder suceder finalmente al sujeto sin
heredar otra vez la subjeti(vi)dad." (MARION; 1990: 93-94).
1999:90), pero no desarrolla esta línea. Sin embargo tomará la noción hindú de
"mandala" para abonar a su caracterización del mero estar, tal como ya lo había hecho
* Ciudad y paisaje
humano a lo otro, a lo que está más allá, a la tiniebla, el caos y lo infinito. No hay
oposición, se pretende cortar con la pulsión originaria de lo vital que subyace incluso
bienpensante, pero, como todo artificio, sólo alcanza a simular una separación nunca
barbarie. Ésta es su fuente primordial y oculta. Incluso si fuera posible construir una
absolutamente toda la superficie del planeta, sería necesario que la misma se sostuviera
siempre por una vitalidad externa y mucho más inmensa que ella, con lo cual, el fondo
vital contra el que se recorta la figura en definitiva circunstancial del ser en el diseño de
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cerramiento en lo mismo.
En la obra kuscheana, la ciudad será una metáfora para la razón occidental como
marco, un límite en fin para reconocer y reconocerse como una instancia en definitiva
intrínseca:
es el primer paso para una intuición del paisaje que posibilite una filosofía americana.
cronista indígena expresa los elementos de todo el universo, porque no hay una
paisaje es tanto inmanente como trascendente: “Viracocha era un poco como un dios
horizontal y su esencia debía cuadrar dentro de las cuatro regiones” (KUSCH, 1999:
36).
procesión cíclica y abierta de los elementos del mundo. El símbolo del óvalo o muyu de
las estaciones y las constelaciones, esto es, del juego de las fuerzas opuestas-
9
La reproducción del dibujo figura al final del presente capítulo.
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el fin de perseguir el fruto, esto es, propiciar que se den los alimentos tangibles e
comunitaria10.
sagrado: “Se trata, en fin, de que se humanice el mundo con la plegaria y con el rito y
que el mundo sea el organismo viviente que ampara y protege” (KUSCH, 1999: 46). El
rito que pide el fruto o alimento, y así toda acción indígena y popular se desarrolla en y
desde un medio religioso que integra toda finalidad ético-política, económica, estética o
de otro carácter.
* Saliencia y entrancia
humana en la cultura indígena y popular con el motivo del ayuno en tanto una forma
antigua del indio se manifiesta residualmente como “fiaca”. Pero este residuo de una
frente a la inmensidad del caos del mundo. Para encontrar la fuerza de enfrentar y
ordenar ese caos es que se intenta el itinerario interior, como una estrategia para vivir
ante los opuestos del mundo. Se trata de un recurso mágico porque apuesta a un
conciencia del predominio entrópico de la muerte sobre la vida, del desgaste que sufre
los opuestos. Nada puede prevalecer indefinidamente porque debe dar lugar a otro que a
su vez prevalece también provisoriamente. Y esto último implica una rítmica entre los
se pretende conjurar el caos del mundo, mientras que en la actitud interior lo que se crea
es un orden íntimo vinculado a las fuerzas del crecimiento, de la simiente, del fruto, lo
que implica una conexión bio-emocional con el otro, con la comunidad, con la especie,
y una singular fortaleza para “conversar” con el caos y la muerte como manifestaciones
de lo numinoso. Y esto implica enfrentarse con los grandes temas de la existencia. Así
juicios y actitudes indígenas, y que para una mirada occidental comporta más bien los
psicosomática (no exclusivamente cerebral) del sujeto, que sopesa las cosas en términos
inconsciente.
Ahora bien, el basamento más profundo para esta seguridad psíquica radica,
como fue mencionado de pasada en AP, en un “saber rítmico”, esto es, una sabiduría
arquetipo que funciona como receptáculo a priori vacío para cualquier experiencia
sensible, y que, según las reflexiones kuscheanas en torno a los símbolos pectorales de
tipo 3+111. Entonces, el símbolo del centro, del ombligo del mundo y del sujeto, refiere
saber del cómo, no del porqué; un saber de acontecimientos antes que de objetos. Y este
estancia, esto es, “en la mera subjetividad de sentir mi esencia como proyecto desde mi
puro estar a nivel de nosotros” (KUSCH, 2000,T IV: 5). Esta estancia remite a algo
de esa estancia que se comprende como una condición de indigencia originaria del
sujeto, esto es, de su desconstitución, de su “ser nada” como punto de partida para una
entre dichas oposiciones” (KUSCH, 2000, T IV: 7). Se trata de un campo pre-óntico de
conciencia habitado por los símbolos que señalan alguna divinidad como forma de
11
“(Sobre la distribución de los adoratorios en el Cuzco) Hacia la zona del Chinchaysuyu se dan nueve
ceques o hileras, hacia el Anti-suyu otras nueve, hacia Qolla-suyu también nueve, no así hacia el Sur, el
Conti-suyu, donde se dan catorce. Se trata de un ritmo de 3+1, similar al que usan los chipayas, pero
también parecido al empleado por Choque y Apaza Rimachi (los yatiris) en Tiahuanaco. En todos los
casos se advierte el mismo saber rítmico.” (KUSCH, 2000, T2: 315)
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tentativo de los nombres, las determinaciones que buscan responder las incógnitas del
vivir.
país porque indica un domicilio existencial que se sostiene sobre la in-memoria mítica
los elementos para “la constitución del sujeto americano y argentino a través del
tiempo” (KUSCH, 2000 T IV 9). En los relatos del Popol Vuh y de Guaman Poma, el
americano expresa la distancia entre la pacha, ese estar gigantesco y geomántico como
como esencia. La pacha será entonces tanto el hogar donde se cocina constantemente el
de una indigencia que abarca desde el hambre del alimento hasta la admiración
metafísica.
ontificación. Esto significa que en esa distancia, en ese juego estancia-esencia, dinamiza
sujetos será, por América, la experiencia desgarrada de una dualidad en la apuesta por
un fundamento, provisorio, frágil, inestable, como proyecto humano de sentido, sea este
investigación académica. Ahí estamos siendo también los gemelos mayas que
descienden al inframundo para morir y renacer, estamos siendo Martín Fierro yendo al
fortín y luego a las tolderías, o estamos siendo las abuelitas salteñas sanando personas
en los valles.
(Reproducción del dibujo de Joan de Santacruz Pachachuti Yamqui Salcamaygua, cronista de la Relación de
Referencias bibliográficas
Castaneda.
CAPÍTULO III
PACHA
un objeto o como un horizonte indefinido de sentidos, sino que desde el principio toma
el carácter de un ser viviente tanto dador como receptor de la vida, esto es, que propicia
el crecimiento de los seres, sean maíz, animal o ser humano, como también los reintegra
una entidad terrible e indomable, pura energía arrasadora que debe ser contenida para
primigenia es un monstruo, una especie de reptil marino lleno de fauces y ojos. Los
dioses deben someterla para que en ella pueda manifestarse su potencia de vida en su
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profusión vegetal y acuática, ya que de su piel brotará el pasto y de sus fauces las
señalamos, para devorar-recibir-renovar a los seres que ha hecho crecer. Con respecto al
concepto andino de Pacha, Reyes nos advierte que estamos frente a una noción
crónicas coloniales, en su obra hay una constante búsqueda de un pensar propio que,
tomando los diversos escorzos semánticos del concepto, exprese sus intuiciones sobre la
existencia, lo humano y sus relaciones con lo trascendente sin pretender esbozar una
un organismo, un animal cósmico, un universo con alma propia que contiene en sí las
fruto, la vida. Se trata de un mundo mandálico, esto es, una textura vital íntimamente
revuelto, porque la realidad es intrínsecamente una relación entre fuerzas que despliegan
acontecimientos fastos o nefastos para la vida, que deben equilibrarse entre sí. Entonces,
acontecimientos de un todo más grande y al mismo tiempo cercano, que habita aquí, con
esta dimensión, los sujetos se sostienen por el entramado ritual que aguanta la presión y
el desgarro que provoca lo absoluto-real del mundo que, al mismo tiempo, ofrece su
profundizar sobre los matices conceptuales de Pacha en los escritos más representativos
de nuestro autor estudiado y calibrar la relevancia ontológica y teológica que tiene, para
12
Divinidad azteca que representa la tierra. En esta página, la fotografía de su representación más
emblemática.
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espiral de la potencialidad, la
manifestación, la diversificación y
consiste, en esa diversidad cultural americana, en lograr hacer jugar las fuerzas terribles
pura del paisaje que se instancia en el vegetal, la piedra o el espacio. El vegetal es figura
del axis mundi, sostenimiento quíntuple de la totalidad, dado que se piensa el universo
movimiento vertical del árbol no habría separación y al mismo tiempo unidad entre los
mar, Mama Kocha. El vegetal, "árbol" del maíz en el mundo maya, es el "Madero
Enhiesto", Wakah Chan, la Vía Láctea (CABRERA; 2007: 90-91), el eje central del
cosmos que los dioses deben asegurar para que sea posible la vida. El vegetal es
inframundo y el infinito, Corazón del Cielo y Corazón de la Tierra, como dice el Pop
mismo tiempo es unificación de los planos de lo existente. Sir Eric Thompson, el gran
cualquier límite, forma o modo de lo finito. En un mito maya un árbol cae o es abatido
por los humanos y de él salen como derramados todos los frutos y vegetales que sirven
de alimento a los seres. En el mundo andino la papa debe respetarse recogiendo incluso
50
ser vegetal:
“(...) por eso nuestros abuelos siempre nos decían: „no hay que botar
la papa en cualquier lugar afuera; rinde cuenta a Dios‟, nos dicen,
„cuenta a la Pacha, y si no lo escuchamos, si no lo acogemos, entonces
se va a ir, ya no va a producir‟.” (QUISPE; 2011: 6)
(KUSCH; 2000 T II: 45), e incluso también será el aspecto de la “ira de dios” que debe
instanciarse como demiurgo divino ordenador del mundo en la figura del héroe agrario
Tunupa. El Dios supremo Viracocha, se desdobla en sus hijos, sol y luna, a fin de
andina, símbolo de ese cosmos que se abre paso en los extremos del mundo, en el marco
los dioses aztecas sólo pueden dominar al anfibio numinoso una vez que han puesto sus
punto, es la de una fe que depende del mito y el rito para abastecer la confianza en que
sexual (femenino/masculino).
En PIPA el pacha, en tanto saber vital, intuición que permite la vida del ser
humano, puede ser enseñado y también, en tanto condición de existencia, puede ser
cambiado en fasta o nefasta para lo humano. Esta dualidad del pacha, percepción del
habitante originario del delicado equilibrio de fuerzas que hacen posible la vida, se
Ceferino Choque como "ucamahua mundajja" (en aymara: "el mundo así es"),
favorables o desfavorables a los seres, "casi como una red de relaciones que adquieren
una solidez similar a la materia" (KUSCH, 2000: 335). Y en el entramado de esa red, el
atraviesan y también lo desgarran. Por eso la búsqueda constante del indígena por
manifiesta en los diversos seres que habitan el universo del indio. Tales seres no están
sincrónica con mi propia presencia en ese espaciotiempo. Por otra parte, la conciliación
o punto de vinculación entre los extremos innombrables pacha y kuty, entre ámbito vital
miedo por una inmersión en el ámbito demoníaco del inframundo que provoca la
conformidad ciudadana de la propiedad (mi casa, mi trabajo, mis cosas...) está asediada
desapropiada, desgarrada, sometida a ese juego: "Lo prueba Bertonio cuando traduce la
palabra haque por hombre, pero también por 'los tantos en el juego'." (KUSCH, 2000:
simbólico-conceptual de Santacruz
universo como hogar viviente, aunque nunca definitivo, sino expuesto siempre al vuelco
o kuty.
experimentaba unido. El pacha reunía la pequeña y cotidiana historia con esa historia
interioridad como centro vital del humano, su pacha personal, íntima, que lo conecta
con esa su otra parte, esa ultrahumanidad que tomó la forma de los dioses y, en nuestra
revuelva el tiempo (kuty) y nos impacte contra lo innombrable. Pero esta posibilidad, al
sacrificio para soltar la propiedad de las cosas que el ser alguien detenta, como
portentoso, como itinerario interior que surge desde un soncco, y como ritual mágico
que busca conjurar el así del vivir, el pacha adquiere su dimensión del aquí, del kay que
hábitat como molde simbólico para la instalación del ser de una cultura. Este molde se
ubica por fuera de cualquier determinación de lugar desde una posición empírico-
la pulsión del suelo, su gravidez hacia una in-determinación por la mera circunstancia
del estar aquí, frente al paisaje, se torna, sino un error, una herejía del pensar, cuando
menos una limitación, o, peor, una invisibilidad, una ausencia, una nada. Y nuestro
filósofo elige mentar esa pulsión del suelo como deformación de una universalidad. El
legislación totalitaria basada en tal fundamento, porque "(…) no hay tierra de nadie.
Referencias bibliográficas
Quispe, C. (2011); Sobre papas que lloran y otras cosas: Diálogo sobre la
Bolivia.
Reyes, J.L. (2009); El pensamiento indígena americano. Los antiguos andinos, mayas y
CAPÍTULO IV
HUIÑAY
1. Cosmovisión mandálica
subjetividad que interpela desde la distancia intercultural, sea en la forma del tiempo
concreta de tal o cual informante la que exige una hermenéutica apropiada, una especie
porque algo de este concepto remite sí o sí a la presencia del habitante de una comarca
topamiento con un otro. Después de este tipo de encuentro no se puede negar esta
borramiento, devenir. Cuando sentimos emoción al recordar, por ejemplo, algún relato
indígena o popular que nos haya sido referido, tal emoción es indicadora de una
presencia sustraída, una huella del sujeto o, un lugar propio donde se recobra la vigencia
del encuentro. Este juego ambivalente entre ausencia y presencia del sujeto, entre huella
57
y lugar propio, es el juego de la mediación simbólica. Y este juego sólo puede jugarlo el
sujeto. Ese jugar es lo que Kusch llama la “vivencia” del mito por parte del sujeto. Esa
oposiciones, tensiones, remisiones de lo azaroso buscado y acertado, o no. ¿Por qué ese
determinaciones, delimitaciones sobre lo que es, sobre los componentes de realidad que
elementos, de las cosas. En este sentido podríamos considerar los relatos filosóficos
sobre el ser como otras tantas ficciones útiles, al decir nietzscheano. Toda la metafísica
13
El profesor peruano Víctor Mazzi Huaycucho (Docente Universidad Nacional de Educación Enrique
Guzmán y Valle), en una comunicación vía e-mail, disiente de esta interpretación de corte kuscheana:
"Los conceptos que acogió Kusch como 'indígena' implican un alejamiento de la verdadera identidad con
que se autorrepresentan nuestros haturunakuna en su allin kawsay. La 'vivencia del mito' se relativiza
dentro de un concurrir aglutinante entre historia, narración, verdad, sabiduría, actos éticos, 'magia',
'religión', todo concurre en un todo único, separarlo entre mito y logos resulta absurdo en la lógica de lo
58
oposiciones/correspondencias.
condensar en una determinación significativa esa tensión que vive de los opuestos, y
esto es lo mismo que Kusch llama sacrificarse o lograr el centro, acertar un fundamento.
Por parte del campo ontológico, el mismo se dinamiza en y por lo Absoluto, fuerza de
Esa excedencia es vivida por el sujeto como presión y el símbolo que el sujeto esboza es
mediación, puente y también protección frente a esa presión. El símbolo, como gesto
que denominamos 'mundo del pensamiento autóctono'. La vivencia del 'mito' es el discurso autóctono
sobre el discurrir de la vida. 'Estructura mandálica' resulta impropio para conceptuar o analizar las
derivaciones de 'presencia' en runasimi o aymara, más que 'un juego de tensiones' es una cuestión de
reciprocidad donde los contrarios son necesarios interdependientes, no se concibe uno sin el otro. Me
parece que una expresión más adecuada es 'Hinantin tiqsi muyu pacha' significa 'todo lo observable'."
59
indigencia constitutiva del sujeto. Entonces, donde Foucault, Derrida o Lévi-Strauss ven
borramiento, huella o insignificancia del sujeto, Kusch, siguiendo a Carl Jung, ve más
entre oposiciones, en una imposible dialéctica que nunca se resuelve en una superación,
devenir como un advenir de la autoconstitución del sujeto por su acierto fundante. Tal
estar.
fuerzas de lo natural provoca la inseguridad, el miedo primigenio del humano que debe
inventarse formas de vida que conjuren el dinamismo inestable y poderoso del mundo.
Por eso Viracocha es el dios que ordena el mundo a través de sus cinco unanchan
(signos): La enseñanza que se necesita para adquirir las destrezas que permitan vivir de
estéril; la mediación de sí mismo en una divinidad que puede andar por el mundo y
esencia del dios, que reúne los cuatro signos anteriores en un centro, a la manera de un
del dios hacia las cuatro direcciones del mundo. De esta forma entendemos que Kusch
sugiere que el número cinco expresa una noción totalizante. Se trata de una disposición
mismo tiempo implica una espacialidad, no vacía u objetiva, sino significativa, plena de
valencias diferenciadas según las características y fuerzas propias de esos lados del
mundo. Al mismo tiempo, esta espacialidad también es temporalidad, puesto que los
cinco signos también son cinco momentos, formas en las que lo real se manifiesta. Se
universo y al mismo tiempo de dar cuenta de una centralidad, de una medianía propia
tanto del sujeto que está decodificando esta simbología vital, como del mismo eje de lo
real que atraviesa y une los diversos planos del mismo. “Además, los cerros, los
caminos, los ríos –como el Vilcanota en época de lluvia- son reales y evidentes y
destaca también el valor del cinco como regenerador de tiempos y espacios, es decir
también, de energías divinas y cósmicas, por su rol de ruptura, vacío y exceso. Cinco
eran los aciagos días que “sobraban” del calendario y portaban-indicaban, según la
el inframundo. Este exceso, esta apertura que sobre el pensamiento opera la emoción, es
61
lo que no puede integrarse a una totalidad racional pero que al mismo tiempo posibilita
la aparición de una “nueva cuenta”, un nuevo desarrollo de lo real. De aquí también que
espacio:
Por su parte, León Portilla describe el universo náhuatl como el resultado tanto
teoatl, el inmenso anillo de agua. Desde el ombligo de la tierra, centro donde reside y se
oculta Ometéotl, se abren los cuatro rumbos y tiempos del mundo. Esos rumbos
tanto principio masculino como femenino, porque sólo la autofecundación podría dar
modo de ser divino de Viracocha como oculto, como retirándose del mundo hacia su
de la dispersión y la
concentración, de la
inmanencia y la
trascendencia en un
dinamismo dual se
autoreplica desde el
la conexión íntima entre las dos fuerzas que no se oponen ya, aunque tampoco se con-
dispersión no es fuerza por sí misma sino por el impulso que el centro le da. El centro
mandálico es el "así es": Aquí habitan los operadores seminales, y el sujeto sólo puede
decir "Yo creo". No hay actividad del sujeto en el área emocional, sino receptividad de
lo revelado por el "así" del mundo. Receptividad que no es pasividad sino toma de
conciencia de lo real en su totalidad, que expresa esto en el símbolo. Por esto el anti-
discurso del sujeto popular americano niega las cosas del mundo en tanto cosas, para
3. La presión de lo absoluto
opera siempre como previa a toda otra determinación de tipo apofántica. Esto significa
que la conciencia popular dice lo que dice desde una inmersión en una totalidad sagrada
64
que trasciende, que engloba el mero sentido lógico de la afirmación, y apunta a una
recobran la unidad previa a toda distinción. De esta manera se entiende cómo el aymara
puede decir ciertamente "yo me enfermo a través del zorro" o "la montaña me duele".
que está instalada en el símbolo, en la actitud mágica. He aquí la actitud que Kusch
llama "consagración". Esa consagración mienta en sus gestos la presión que ejerce lo
acontecimientos fastos y nefastos, de una actitud por parte del sujeto. Tal actitud se
resuelve, como venimos diciendo, en el símbolo, el mito, el ritual. Así, los discursos de
las informantes de la puna o las crónicas coloniales, como los gestos del habitante de los
inmanente, en el sentido que se está con lo que acontece más allá de toda posibilidad de
determinación, de lo impensable como "lo no pensado aún" y que, como tal, nunca
puede ser pasado plenamente al ámbito del objeto, de la palabra. Esa trascendencia
episodio" (KUSCH; 1978: 89) y que vincula explícitamente con la seminalidad, en tanto
emocionada, de la instalación de eso real, de lo dado donde podría no haberse dado, esto
65
una planta o una piedra, o todo a la vez. Puede darse lo previsto y lo imprevisto. Allí, en
puede tomar las diversas formas de la chapa para la casa o la jubilación, o la curación
la cultura como acto común de consagración del suelo, como cultivo ritual de
instalación para lograr domiciliarse en el mundo, esto es, esbozar la palabra que pueda
invocar, nombrar a los dioses, como se dice en el Popol Vuh. La cultura permite
gravidez del suelo que sostiene y emite las diversas determinaciones del ser en sus
Y con la cuestión del suelo se abre la pregunta por el fundamento, el arjé de lo arcaico,
esa realidad afirmada desde la racionalidad instrumental moderna. Esto significa que, en
Kusch muestra cómo la comprensión intercultural debe sostenerse sobre una condición
de los actos de consagración del objeto “camión” tanto a la divinidad fasta (la Gloria),
asunción de la precariedad del existir, del proyectar-se humano a partir del plano de la
totalidad que puede devenir contraria a ese proyecto. Y en ese trasfondo late la
paradójica completitud del principio teológico popular. Huiñay, como eternidad que se
gasta, implica que esa totalidad, ese simbólico “5” de la trascendencia, está sujeta al
“pendular”, como lo venimos señalando, forma parte de la filosofía seminal del indígena
totalidad como eternidad que se gasta. La/s divinidad/es que se invoca/n no se sitúa/n en
puro devenir de las fuerzas del mundo, manifestándose, como dijimos, pendularmente,
67
en carne propia. ¿Se trata de esa misma disolución del pensamiento de la que habla
Referencias bibliográficas
Chávez, A. (trad.) (2007) Pop Wuj: Libro del Tiempo. Buenos Aires: Del Sol.
Castaneda.
Séjourné, L. (2004) El pensamiento náhuatl cifrado por los calendarios. México: Siglo
XXI.
69
CAPÍTULO V
IMPLICANCIAS ÉTICO-POLÍTICAS
“Es un cuestionamiento del presente, ya de antemano vencido porque acaba su mita, su turno.”
(Luis Reyes)
Interculturalidad o Globalización
algunos elementos para las bases alternativas de diversas globalidades posibles como
cultura. El mito tiene la fuerza que dinamiza al sujeto, tanto individual como colectivo,
y sus arquetipos, operan allí donde se encuentran las pulsiones psíquicas, los referentes
perspectiva kuscheana sobre la cultura, implica entender que la misma entronca con la
éticas y políticas alternativas, creativas y resistentes frente a lo más macabro del proceso
juego aquí y ahora, e indicar los posibles y múltiples itinerarios socioculturales que
misma Pacha, porque es desde ella que se construye y se valida la identidad de una
campesinas en América es aportar a las luchas por otros mundos posibles. Como es
la efectiva fuerza que tienen los mitos y a la vez debilitando la potencia singular de
configurando un paradigma único que tiene como efecto borrar toda diferenciación o
alternativa cultural posible. Como cumpliendo los peores sueños de la ciencia ficción, la
Máquina que ha tomado el control sobre la vida no es ésta o aquella tecnología, sino
proponer otro mundo posible, un mundo, como dicen los zapatistas, “donde quepan
de la globalización radica hoy, más que nunca, en su capacidad para manipular, simular
directamente allí donde los sujetos crean y transforman su mundo, afectando todos los
estética, diseño que expresa-simula un determinado valor vital y que está al servicio, en
porque, en la medida en que se logra entrar en el lugar del hábito, es decir, en ese pre-
recinto del ser humano, su "estancia", adviene el proceso de suplencia de los valores
todo tipo de mensajes posibles que dan forma a los sujetos y al mundo: La forma de una
pantalla…
deportistas que movilizan los sentidos de vida de masas enteras, y también de los
modelos de éxito televisivo sobre formatos que explotan el talento artístico de miles de
la gloria. Allí están también las puestas en escena de conflictos familiares, barriales,
fondo, etc. Allí está el aparato cultural de las discográficas y productoras que succionan
universales" o invariantes culturales que, por no poder ser reducibles los unos a los
funcionen como definiciones estancas y xenófobas que continúen por esto deudoras del
ser alguien sino que se mantengan abiertas desde sus especificidades para producir
verdaderos tejidos culturales que alimenten la vida de los pueblos y los individuos.
como fruto de un auténtico diálogo intercultural. Pero ese diálogo se posibilita sólo a
otro, no es apropiación discursiva sobre sus palabras o sus gestos, sino primordialmente
de respetos, de admiración por la diferencia cultural, por ese otro universo a distancia
escuchar.
"Así es que el escuchar nos está preparando para percibir a fondo otra
cultura, mejor dicho, para inculturarnos en la otra cultura, para
entenderla e interpretarla y, de alguna manera, participar en ella si y
sólo si estamos dispuestos a escuchar desde el punto de partida de
aquéllos que escuchamos." (Lekensdorf; 2008: 25)
más grande, como dice Marcos, pero integrarse no es fundirse porque esto sería
desaparecer, sino encontrarse respetando las formas de cada cultura, esto es,
74
occidental del progreso, sobre el cual se alimenta la ética del crecimiento y el desarrollo
necesariamente tiene sentido para otras culturas donde no existen los mitos que
Ahora bien, nuestro pensador también se pregunta sobre qué bases genuinas estructurar
2) Realizar una crítica de la cultura occidental y marginada de la cual se parte, esto es,
3) Como punto esencial, y en sintonía con la intención general del presente trabajo, es
necesario investigar los aspectos de la vida campesina que pueden servir como
referencia para “esta deficiente vida ciudadana que vivimos en América” (KUSCH;
1976: 90).
hacerlo crecer de una forma diferente a la establecida por su cultura, con lo cual se
consigue un mutante, un monstruo. En sintonía con esta mirada, los zapatistas expresan
produzcan para ella todo el tiempo más "con el secreto afán de atarlo todo, como si
(KUSCH, 1999: 108). La mutación material y cultural esconde el grave problema ético-
globalizadora avanza hasta los límites del ser vivo alcanzando los genes y
Shiva:
76
"La patente cerca al ser vivo, como las plantas que sirven para
alimentar o para curar a los seres humanos, y en última instancia
contribuye a excluir a los más pobres de los medios de vida y
supervivencia." (Robin 2010: 456).
Frente a este avance sobre lo seminal el EZLN, así como muchos otros
caben los grandes modelos o planes económicos ni sociales más que como sistemas que
gran árbol, entre diferentes movimientos es fundamental, ligados de una forma u otra a
la vida de la tierra:
significa tanto una estrategia única, sino más bien como una matriz ideológico-filosófica
necesidades locales. Y esta matriz es la que nuestro filósofo interpreta como germinal
77
más sana y más equilibrada por la integración con los ritmos de la naturaleza. Esto
implica, también, que lo que llamamos economía no es un ámbito separado del resto del
quehacer humano, sino que, por no tratarse simplemente de una cuestión de obtención o
política.
determinada donde se gestan sus orientadores. Personas que asumen la tarea de indicar y
realizar los siguientes pasos a seguir en el camino del crecimiento y renovación de una
sus pueblos. De la misma manera que, en el cultivo de los alimentos, las comunidades
utiliza en diferentes momentos de su obra la figura arquetípica del héroe para poder dar
78
por el Ukhu Pacha andino hasta la dispersión de Martín Fierro por los cuatro rumbos de
la pampa; desde la muerte del Chacho, de Gardel o de Evita, hasta los relatos de la cruz
de Tunupa enterrada en Carabuco, el mito del Inkarri y las fiestas del Fuego Nuevo en
En ese ritmo dual se verifica la disposición del caudillo-semilla que trasciende la mera
sino en función de una inmersión sacrificial en la matriz popular para gestar alternativas
consecución de objetos, de cosas que sirven exclusivamente para tapar, al modo de una
identidades colectivas por la potencia de sus mitos. Pero, por una tan sólo aparente
paradoja, ese mismo encubrimiento actúa como una conjuración mágica sobre las
inclemencias del mundo, con la gran diferencia que en la actitud popular la conjuración
se asume y se vive como tal y no se niega o encubre bajo una pretensión de objetividad
y pulcritud bien pensante. Ligado a esto, la apuesta indígena y popular americana será el
sacrificio, por su dinámica de estar-siendo en medio del tironeo de las fuerzas opuestas-
79
semillas. De esta forma lo que opera ético-políticamente recubriendo toda cosa u objeto
del ámbito del ser es lo típico del estar como inmanencia de lo sagrado, de lo fundante
como seminalidad existencial. Sólo a partir de esta consagración es que las cosas son
esto es, ya investidas culturalmente, sean estas cosas camiones, casas o conceptos. En lo
sujeto moderno, sea esta propiedad de objetos como bienes económicos o como
voluntades (de autoconsciencia, poder, razón, libertad, etc.) por una posesión atravesada
por un a priori colectivo y pre-objetivo que no opera nunca al modo de una totalidad
totalitario porque está dado como entramado de relaciones que ya hacen parte de los
individuos y que se manifiesta en la manera en que los sujetos subordinan toda acción
retribución personal al ámbito fundante de lo humano, esto es, del juego del vivir y
convivir. Sólo así se entienden, por ejemplo, las experiencias económicas populares en
Bolivia ya que "lo que urge es no sólo la distribución de los bienes, sino en volver a
Referencias bibliográficas
Argumedo, A. (2000); Los silencios y las voces de América Latina. Buenos Aires,
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/sdsl-es/.
Kusch, R. (1976). Geocultura del hombre americano. Buenos Aires, Argentina: García
Cambeiro.
Plaza y Valdés.
Reyes, J.L. (2009); El pensamiento indígena americano. Los antiguos andinos, mayas y
CONCLUSIONES
comunidad geocultural.
estudiado, estará atravesada por la influencia o "tironeo" de los dos grandes vectores del
piramidal a partir de un Uno (llámese Estado, Ciencia, Dios…) como posmoderna, que
sólo alcanza a vislumbrar y explorar el abismo del nihilismo con sus necesarias
consecuencias escépticas, pero continúa atrapado en el límite del sentido establecido por
de cualquier tipo de determinación, sin auto-determinarse en una esencia, sino más bien,
geocultural, en nosotros los que estamos siendo ahora y aquí para proyectar un mundo
14
Kusch, R. (2008) La negación en el pensamiento popular. Pág. 107. Buenos Aires, Las Cuarenta.