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Ciertamente hoy en día se escucha de todo en todos lados; cosas como tendremos metro, que

somos la carita de Dios, que avanzamos patria, que el dialogo, que ya te caigo en 5, que yo te
quiero, que yo no fui. Como si se lanzaran discurso a diestra y siniestra, como si nos no
importaran sus consecuencias o no quisiéramos darnos cuenta. Y lo que es peor los hay de
quienes en maquiavélica actitud lo hacen para someter y oprimir. Pero este texto no va
dirigido hacia ellos, Sino haca ese vil uso del lenguaje que hoy en día adormece masas y regala
expectativas en globos huequeados.

Ciertamente en muchos escritos ya habrase visto la necesidad de sentenciar y ejecutar a la


demagogia como una forma oprimir y de someter, de poder escupirle en al cara a la gente y de
recibir aplausos a cambio. Llevar a la gente a insultar la inteligencia de otros con profanadores
discursos sugiere talvez una palabra que creo firmemente esta sometida a las más míseras
formas de subestimación.

Subestimada porque no hay quien sentencie a esa palabra mal intencionada. Declaramos
lealtad compromiso fidelidad como raspando la lotería. Como si un cuchillo en la espalda
tuviéramos o como si una copa envenenada diéramos a beber. Y esperamos lentamente a q
haga efecto. Como diría Gombrowicz endulzando discursos que nada tienen que ver con la
realidad. O como diría Euller Granda, babeando al pueblo. La palabra no debe ser
subestimada. Prueben sino a gritar fuego en una sala de cine o en un teatro. Notareis como 5
letras pueden provoca terror.. No digamos, por prudencia, un discurso entero.

Seria preciso entonces jamás desdeñar del autor y sus palabras, sus intenciones demagogas,
Pues estas están detrás de los que prometen, de quienes seducen, de los que se justifican, de
aquellos que proponen y por qué no, de los que aman.

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