You are on page 1of 11

MOVIMIENTO FERROCARRILERO ( 1958-1959)

Este movimiento es creado por los trabajadores de los ferrocarriles que se encontraban en
disgusto con las oportunidades y beneficios que solo se otorgaban a algunas personas dentro
de las instituciones ferrocarrileras, además tomaron como ejemplo los movimientos que
anteriormente se habían desarrollado, pero en base a las necesidades y problemáticas que
ellos tenían.

2.jpgFue un conflicto provocado por las actividades que atentaban a la democracia de la vida
dentro del sindicato y mayoritariamente a los intereses que se tenían hacia otras empresas,
pues los trabajadores mexicanos quedaban desprotegidos y las empresas extranjeras obtenían
mayores beneficios. Es así como el 2 de mayo de 1958 comienza el movimiento con la
formación de una comisión que se encargó de exigir un aumento de salario a lo que
posteriormente se le unificó un paro de labores de parte de los trabajadores.

Después llegó la primer gran movilización en el DF el el 28 de junio, a lo cual los policías y el


ejército respondió violentamente eliminando a los manifestantes que se atravesaran por su
camino; cabe mencionar que los militares tomaron los sindicatos formados por este
movimiento, neutralizando nuevos intentos de protestas, pero no contaban con que otros
sindicatos como el de Telegrafistas, que de manera temerosa también alzaron la voz en apoyo
a este movimiento y se unieron a ellos, en consecuencia lograron concentrar mayor cantidad
de manifestantes y trabajadores inconformes que protestaban contra el mal funcionamiento y
corrupción del gobierno mexicano.

ferrocarril.jpg

Ahora bien, mientras el conflicto estaba en marcha se llevaron a cabo las elecciones sindicales
de Ferrocarriles, donde salió triunfante Demetrio Vallejo, y de la mano de él lograron lo que en
un principio fue su objetivo, negociar un aumento de paga a los Ferrocarriles Nacionales, lo
cual como consecuencia provocó el descontento de Ferrocarriles del Pacífico y Mexicano,
porque ellos querían recibir todos los beneficios que se otorgaron a los trabajadores de
Ferrocarriles Nacionales, pero desafortunadamente las negociaciones no prosperaron y el
movimiento continuo.
El 28 de marzo de 1959 los líderes principales de este movimiento fueron aprehendidos;
Demetrio Vallejo, Hugo Ponce y Alejandro Pérez, se mostraron indefensos ante las autoridades
del gobierno mexicano, y junto con ellos cerca de 15 mil personas que se encontraban en los
sindicatos se les unieron, ya que también fueron detenidos, es así como el paro de labores
volvió una vez más a las instalaciones ferrocarrileras.

Posteriormente ante la salida de Ruiz Cortines del poder y la entrada de López Mateos, el
rumbo político se encontraba ciertamente dividido, y este fue un factor para que el
movimiento ferrocarrilero fuera uno de los más importantes durante la década de 1950,
donde cerca de nueve mil individuos fueron cesados de sus trabajos, sin contar los que
anteriormente ya habían sido despedidos; en este movimiento solo fueron beneficiados
algunos trabajadores de las empresas ferrocarrileras y el conflicto no se soluciona
parcialmente, solo a una pequeña minoría

http://movimientosycontradicciones.blogspot.com/2016/04/movimiento-ferrocarrilero-1958-
1959.html
La huelga de los mineros de Palaú, Nueva Rosita y Cloete, Coahuila

4 JUNIO, 2016 | POSTED IN CRÓNICA | COMENTARIOS DESACTIVADOS EN LA HUELGA DE LOS


MINEROS DE PALAÚ, NUEVA ROSITA Y CLOETE, COAHUILA

Ramón Morales / La Izquierda diario / diario19.com

El 16 de octubre de 1950 estalló la huelga de las minas de Nueva Rosita, Palaú y Cloete en
Coahuila contra la injerencia del gobierno en los asuntos sindicales.

Era mayo de 1950. Se realizaba la VI Convención Nacional del Sindicato Nacional de


Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SITMMSRM). La
tensión estaba presente. Los trabajadores mineros sabían que el gobierno preparaba un nuevo
“charrazo”.

Ya les había pasado a los trabajadores del ferrocarril y a los del petróleo. Era su turno. Hacía
apenas dos años que los tres sindicatos más poderosos de la industria –ferrocarrilero,
petrolero y minero– que aglutinaban a cerca de 200 mil obreros, habían acordado el Pacto de
Solidaridad, Amistad y Ayuda Mutua para resistir los planes que el presidente Miguel Alemán
(1946-1952) preparaba contra los trabajadores mexicanos.

Era la alianza de los trabajadores que se oponían a la CTM (Central de Trabajadores de


México), sindicato controlado por los patrones y el Estado.

El gobierno mexicano que había ascendido en 1946 pretendía lograr un cuantioso nivel de
desarrollo económico impulsando la industrialización del país. Para esto, requería de grandes
flujos de capital privado (nacional y extranjero) y, por tanto, una fuerza de trabajo más dócil
que no obstaculizara las ganancias capitalistas. Era la época de la “modernización”.

Por eso el 26 de octubre de 1948 el gobierno había aprehendido a los dirigentes ferrocarrileros
Valentín Campa y Luis Gómez Z. –sostenedores del Pacto de Solidaridad, Amistad y Ayuda
Mutua– e impone como dirigente a “El Charro” Jesús Díaz de León –de ahí el origen de la
palabra charrísimo–. Inmediatamente después la policía tomó por la fuerza todas las secciones
del sindicato ferrocarrilero. El mensaje era claro: la autonomía sindical no tiene cabida en el
proyecto de modernización económica.

Controlado el STFRM (Sindicato del Ferrocarril de la República Mexicana), los trabajadores


mineros y petroleros convocan a un congreso para discutir la alianza. De ahí se crea la Unión
General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM), el 22 de junio de 1949. Esta Unión
levantaba la bandera del “internacionalismo proletario”.
Pero antes de finalizar el año, el gobierno lanza una ofensiva contra el sindicato petrolero
usando los mismos métodos que contra los trabajadores del ferrocarril. Nuevamente se
impone un incondicional de Alemán. Nuevamente, la democracia sindical es desgarrada.

Quedaba en pie ya solamente uno de los tres pilares del sindicalismo independiente. El
gobierno preparaba el tercer charrazo. La dinámica de la VI Convención Nacional del Sindicato
Minero no fue diferente a la de sus aliados del Pacto. Por medio de delegaciones espurias e
impidiendo a las verdaderas secciones elegir, el gobierno logró controlar y amañar las
votaciones. Jesús Carrasco, un hombre que ni siquiera había sido delegado al Congreso, se
convirtió así en el nuevo dirigente.

Pero esta vez los trabajadores contraatacaron. A la convención controlada y espuria, los
valientes mineros le opusieron una nueva convención en una fecha posterior donde asistieron
más de las dos terceras partes de los 52 mil mineros y que fue apoyada por las bases de las
secciones más importantes del sindicato, entre ellas la 14 y su fracción I, de Nueva Rosita y
Cloete, y la 28 de Palau, ambas de Coahuila. Resultó electo Antonio García Moreno y
desconocieron al gobiernista Jesús Carrasco. Los mineros dejaban así una importante lección:
el charrísimo sindical no es invencible.

La huelga

La patronal y el gobierno no podían permitir semejante ejemplo. Constantemente hostigaban


a los mineros para que reconocieran a una dirección que ellos no habían votado. En Coahuila,
el estado con más afiliados al sindicato minero, la Mexican Zinc Company y la Compañía
Carbonífera de Sabinas, del monopolio American Smelting and Refining Company (ASARCO),
en complicidad con la Secretaría de Trabajo, desatendían las demandas de la sección 14 por no
reconocer a Carrasco como dirigente.

Las represalias frente a la insubordinación iban desde el desconocimiento de derechos


sindicales hasta la suspensión del salario. Pero ante esto, los trabajadores de la sección 14 de
Nueva Rosita lanzan un pliego de peticiones con emplazamiento a huelga, demandando les
sean restituidos todos sus derechos y el cese de las represalias. La huelga estaba por estallar.

Poco les importó que la Junta de Conciliación y Arbitraje no haya tomado en cuenta su pliego,
por no estar firmado por “el verdadero Comité Ejecutivo General reconocido por la Secretaría
del Trabajo”. Tampoco les intimidó que el Ejército ocupara su local sindical. Mientras los
soldados les apuntaban postrados en las azoteas, los casi seis mil mineros se reunieron en la
plaza de Nueva Rosita para votar la huelga que iniciaría el 16 de octubre.
La mañana del 16 de octubre se presentaron a trabajar como cualquier otro día. La costumbre
era iniciar las huelgas a las 10 de la mañana y dar un silbatazo para avisar a todos. También
había silbatazos para indicar la hora de entrada y de salida y la hora para comer. La patronal
puso seguridad para garantizar que ningún silbatazo se diera. Los trabajadores
precavidamente cambiaron la hora del estalla miento de huelga a las 12 pm, que era la hora en
que tenía que sonar el silbatazo para ir a comer, pero a las 12 tampoco sonó el silbato. Sin
embargo, los trabajadores tomaron otra precaución: ese día cada quién llevaba su reloj.

Y entonces, con reloj en mano, los trabajadores salieron a la huelga.

La patronal ASARCO y gobierno reaccionaron con todo. Sacaron al Ejército a patrullar por toda
Nueva Rosita con pick-ups y megáfonos para “alertar” de la ilegalidad de la huelga.
Amenazaban también con rescindir los contratos si los mineros no volvían en menos de 24
horas. No podían estar más de tres personas reunidas en la calle. Había soldados por todas
partes. Era un verdadero estado de sitio.

Se cerró la clínica y la cooperativa del municipio, que pertenecían al sindicato minero. También
contrataron esquiroles y se intentaba convencer a las familias de los obreros que éstos
volvieran al trabajo. La determinación de los mineros de Nueva Rosita no debía ser tolerada.

La huelga fue abrazada con inmensa solidaridad. “En el Distrito Federal se formó el Comité
Nacional de Defensa y Solidaridad con las Huelgas Mineras. También los campesinos de La
Laguna colaboraron. Además, enviaron sus contribuciones la Federación Sindical Mundial y
sindicatos mineros de Alemania Democrática, Polonia, Estados Unidos, Canadá, China,
Rumania y Checoslovaquia, entre otros. Por su parte, las esposas de los huelguistas se
integraron en la Alianza Femenil Coahuilense, que se dedicó a la labor de “convencimiento de
los vacilantes”, entre otras tareas” (CARLOS ALBERTO QUIÑONES AGUILAR, Huelga de mineros
de Nueva Rosita y Colette, 1950-1951)

La inhumana reacción de la minera ASARCO de negar de alimentos y atención médica a los


mineros (al cerrar su cooperativa de consumo y la clínica donde se atendían) empezó a cobrar
agotamiento en las filas de los trabajadores. Aún y con la gran solidaridad mostrada, después
de algunos meses no eran suficientes los recursos. Hacía falta que el movimiento se dotara de
una solidaridad más activa, con huelgas en otras minas y otros sectores industriales en apoyo a
Nueva Rosita y por sus propias demandas. Sin embargo, la dirección que era afín a Lombardo
Toledano (en ese momento “opositor” al ser despedido de la CTM) optó por abrazar la
estrategia legalista de hablar con el presidente. Pero la tendencia a la autonomía sindical
apenas mostraba sus primeros bríos. El ataque del Estado y la patronal a la libertad sindical,
desde los ferrocarrileros, pasando por los petroleros hasta llegar a los mineros, había sido muy
duro, pero estaba lejos de ser definitivo para quebrar las fuerzas de la clase obrera. Esto se
verá cuando 8 años después, Demetrio Vallejo gana las elecciones del Comité Ejecutivo del
sindicato del ferrocarril (STFRM) al vencer al candidato charro por 59 mil 579 votos contra
nueve, acontecimiento que permitirá unos meses después la gran huelga victoriosa del 58-59.

Finalmente, después de varios meses, la sección 14 opta por emprender una larga y tortuosa
marcha hacia el Distrito Federal para negociar con Miguel Alemán conocida como La Caravana
del Hambre.

Sus demandas eran las siguientes: reconocimiento del Comité Ejecutivo independiente,
devolución de la clínica, la cooperativa, el local sindical y el pago de los salarios caídos y gastos
del conflicto. El presidente envió una comisión para dialogar, pero la decisión del
desconocimiento de huelga no iba a cambiar. El fallo de la comisión fue a favor de la ASARCO y
los trabajadores regresarían derrotados a Coahuila.

Conclusiones

La Huelga de la sección 14 de los mineros de Nueva Rosita deja importantes lecciones. Una de
ellas es que no se puede confiar únicamente de métodos legalistas para hacer triunfar la
huelga. Los patrones como la ASARCO tienen bastante influencia en el gobierno y sus
instituciones como para obtener un fallo favorable. Es necesario confiar únicamente en las
fuerzas de los trabajadores y de sus compañeros de clase para arrebatar el triunfo a los
patrones y el gobierno. Por eso, las luchas como la de los mineros coahuilenses en 1950 no
deben quedar aisladas.

La segunda lección es que el charrísimo sindical no es invencible. A la injerencia de la patronal


en los sindicatos, los mineros le opusieron una valiente resistencia que resultó en la elección
de un Comité Ejecutivo distinto al charro. Que la lucha no terminó en victoria no se debe sino a
que el camino a la autonomía sindical apenas en iba en sus primeros pasos. Además, la lucha
de los mineros de Nueva Rosita es reivindicable por cuanto significaba la otra cara de la clase
obrera, la combativa, en el marco de la hegemonía de la gobiernista CTM.
Hoy, que los derechos de los obreros vienen siendo desgarrados, es importante volver a la
huelga de Nueva Rosita de 1950. Mientras se termina de escribir este artículo, se está
finalizando el recuento por la disputa del contrato colectivo de los trabajadores de Honda
entre el sindicato independiente STUHM y los charros del CETEAMI, adherida a la CTM. Con
presencia de la policía federal y estatal dentro de la fábrica durante la votación, con presencia
de golpeadores de la CTM fuera de las instalaciones, con amenazas dejar a más de 1700
obreros en la calle y con inyección de votos, parece indicar que la CETEAMI, de la mano del
gobierno y patronal, logró imponerse por la mínima ventaja de 117 votos. Como en Mayo de
1950, la patronal y el estado se entromete en las decisiones de los trabajadores. Es importante
que el STUHM no de su brazo a torcer y continúe la lucha por medio de la movilización por su
derecho a la organización independiente sin confiar en el Estado.

Un protagonista de la lucha de Nueva Rosita contaba:

“¿Cuáles eran los derechos por los que peleábamos? Sencillamente nuestra libertad y
autonomía sindical y nuestro derecho a estallar la huelga. Esa era nuestra bandera. Dos cosas
que no se le pueden negar a un trabajador y a una organización. Tenemos razón ¿Por qué nos
niegan la razón?, ¿Por qué nos niegan la justicia?, Que reconozcan nuestro comité y volvemos
inmediatamente, lo demás como quiera lo arreglamos. Que no se entrometan con nosotros,
que no nos impongan gente. Nosotros no estamos acostumbrados, ni lo admitimos. Nos vamos
a morir teniendo la razón.” (Victoria Novelo Pequeñas historias de grandes momentos de la
vida de los mineros del Carbón de Coahuila)

http://diario19.com/archivos/12780/la-huelga-los-mineros-palau-nueva-rosita-cloete-
coahuila/
LA CTM COMBATIVA Y SOLIDARIA (1936-1941)

ESTUDIOS POLÍTICOS, SOCIALES E HISTÓRICOS

Publicados en 30/11/2014Por Juan Campos

1 Comentario

Guardar

LA CTM COMBATIVA Y SOLIDARIA (1936-1941)

Juan Campos Vega

La Confederación de Trabajadores de México (CTM), en sus primeros cinco años de vida, fue
una organización sindical combativa y solidaria, no solamente apoya y orienta a los
trabajadores ferrocarrileros, electricistas y petroleros para contribuir al éxito de sus luchas, así
como a las huelgas de otros sindicatos afiliados a ella, sino que también brinda, desde el año
de 1936, su apoyo al pueblo y al gobierno republicano españoles ante la rebelión falangista
encabezada por Francisco Franco, apoyado por los nazis de Alemania y los fascistas de Italia, lo
que genera grandes movimientos de masas en México y la ayuda decidida del gobierno del
país a la República amenazada.

Trotsky_libro

En enero de 1937, el gobierno federal le otorga asilo a León Trotski, la CTM protesta de
inmediato por su presencia en México; pero deja la responsabilidad de las consecuencias que
pudieran traer sus actividades en el país a las autoridades, lo que no impide que combata
públicamente las opiniones del emigrado ruso que:

En noviembre de 1937, Vicente Lombardo Toledano, en su carácter de secretario general de la


CTM, presenta la opinión de la confederación acerca del proyecto de Ley General de
Sociedades Cooperativas y del dictamen correspondiente de la comisión legislativa de la
Cámara de Diputados. Entre los aspectos esenciales de la postura de la CTM destaca la
valoración del papel de las cooperativas de producción a las que califica de simples aliados “de
la gran producción capitalista”,[2] que en el caso de México se encuentra en manos del capital
extranjero; en sentido opuesto plantea la necesidad de impulsar las cooperativas de consumo
y las agrarias: las primeras porque pueden contribuir a mitigar el problema de los bajos
salarios, al contrarrestar la elevación artificial de los precios de los artículos de consumo
básico, y las segundas, porque importa saber si la economía agrícola debe basarse en la
hacienda, en el peonaje, la aparcería en los campesinos organizados en comunidades de
producción. La CTM aboga “porque el objeto fundamental de la ley de cooperativas sea el de la
producción agraria de nuestro país en manos de los campesinos”.[3] En todo caso, se trata de
evitar “la ilusión cooperativista como solución dentro de la lucha de clases”.[4]

En febrero de 1938 se realiza el Primer Congreso Nacional de la CTM que había nacido con
independencia del Estado, por ello, al recibir al presidente Lázaro Cárdenas, el 22 de febrero,
Lombardo pronuncia estas palabras: “Somos una organización independiente del gobierno,
autónoma […] Ni usted querría un proletariado sometido a la dirección del gobierno ni
nosotros querríamos un jefe del gobierno que no estuviera sometido más que a la voluntad del
pueblo de México”.[5]

Para Lombardo era claro que el apoyo del gobierno era positivo, pero no indispensable. Su
experiencia le indicaba que la CROM, en su etapa inicial, no fue importante porque el gobierno
la apoyara, sino porque tenía organizados a los trabajadores y luchaba por sus demandas; que
empezó a languidecer en el momento en el que deja de luchar; que los trabajadores también
habían ganado batallas en las épocas difíciles del callismo, y del maximato —los gobiernos de
Portes Gil, Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez—, y que ahora, la CTM era importante no porque
contara con la simpatía del gobierno, sino porque peleaba por los intereses nacionales y
populares, así como por los de la clase obrera. Como muestra estaban la huelga y la estrategia
empleadas que condujeron a la expropiación petrolera, y mismo podría decirse del reparto de
tierras en La Laguna y den otras grandes victorias de la clase trabajadora.

El 30 de marzo de 1938, pocos días después de la expropiación petrolera, se celebra la


asamblea constituyente del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), el cual se integra por
cuatro sectores: el obrero (CTM); el campesino, Confederación Campesina Mexicana (CCM); el
popular (federaciones en el Distrito Federal y en algunos estados), y el militar. El frente
popular queda finalmente constituido, sin embargo, era diferente a como lo habían propuesto
sus precursores.

Es necesario señalar que los sectores que constituyen el PRM no eran homogéneos ni
mantenían una dirección única; cada organización mantenía su independencia, conservaba la
autonomía para atender y defender sus intereses particulares y realizar sus tareas; pero
también, se comprometía a no interferir en la política de los otros sectores y a no hacer
política fuera del partido.

Desde que nace la CTM, se propone contar con un órgano informativo que permita que los
trabajadores puedan: “expresar libremente con toda valentía y franqueza sus puntos de vista,
tanto respecto de sus problemas concretos, cuanto desde el punto de vista general e
internacional”.[7]

Después de abordar este tema en el Primer Consejo Nacional, de junio de 1936, y después, en
el Primer Congreso Nacional, de febrero de 1938, el 1 de julio de este mismo año:

El comité nacional de la CTM, fue el más interesado porque los trabajadores del Estado
tuvieran los mismos derechos que los demás sectores de la clase obrera. Cuando se realiza el
Congreso los Trabajadores al Servicio del Estado, en octubre de 1938, reitera sus puntos de
vista al respecto: que los trabajadores del Estado gocen de los mismos derechos que para los
demás trabajadores establece la Ley Federal del Trabajo; que la aprobación del Estatuto
Jurídico es un triunfo, pero hay que seguir luchando hasta obtener igualdad de condiciones
laborales; que su interés por organizar a los empleados públicos no ha sido motivado por una
cuestión de control de esos sectores de trabajadores, sino por una política de solidaridad hacia
otros sectores proletarios; que preocupado por la unidad de los trabajadores que concurran al
Congreso, ha dado indicaciones a los sindicatos de empleados públicos que militan en su seno
que está en libertad de concurrir al congreso de unificación y adoptar la posición que mejor les
convenga; finalmente, les ofrece su respaldo solidario para el logro de sus demandas y la
defensa de sus intereses.[9]

La CTM convoca a la realización de tres congreso internacionales

En septiembre de 1938, a la realización del Congreso Obrero Latinoamericano que constituye a


la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL), con la asistencia de delegados de
12 países del área, así como invitados de otros continentes. Las finalidades que se propone al
nacer la más importante central obrera en la historia de Latinoamérica y el Caribe, son: “lucha
contra el fascismo que es la expresión violenta de las fuerzas reaccionarias; lucha contra la
explotación capitalista; mantenimiento de la paz y apoyo de la democracia, mediante cuya
vigencia […] hace posible el desarrollo de la fuerza del proletariado”.[10]

Al mismo tiempo, se verifica el Congreso Internacional Contra la Guerra y el Fascismo —


sugerido al Congreso Nacional de la CTM por el presidente Lázaro Cárdenas—, que fue el
primero de su género en el mundo, tuvo como principal objetivo: “trazar un programa que
pudiera ser suscrito por todos los sectores progresistas del mundo para hacer frente al peligro
de la guerra”.[11]

También se efectúa el Congreso del Instituto Internacional de Relaciones Industriales que


reúne a “técnicos y especialistas en asuntos económico-sociales […] para el estudio sistemático
de la situación económica y social de los países de la América Latina”.[12]
En diciembre de 1939, convocada por el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la
República Mexicana y la CTM, se realiza la Conferencia Nacional de Educación, en la que se
discuten las características que debe tener la educación popular mexicana en todos sus grados.
La asamblea analizó los temas siguientes: “legislación educativa, reglamentación del artículo
tercero constitucional, federalización de la enseñanza, bases financieras de la educación, ley
general de educación”.[13] Las conclusiones de la conferencia contribuirían a la confección de
la primera Ley Orgánica del Artículo Tercero constitucional, y también, a la unificación del
magisterio en un solo sindicato.

En enero de 1941, se celebra el Congreso Económico de la CTM que después de analizar los
principales problemas vinculados al desarrollo económico de México aprueba un programa
basado en la realización de la reforma agraria integral y la industrialización independiente de la
nación mexicana, al considerar que “es deber de la clase obrera revolucionaria reforzar la
intervención del Estado democrático mexicano [para] levantar la estructura económica
revolucionaria, por encima de la estructura que representa el capitalismo privado”[14],
sometido a un plan de nacionalización progresiva y de administración por el Estado.

Un mes más tarde se celebra el Segundo Congreso Nacional de la CTM, en el que Lombardo
deja la secretaria general; cuando se despide de sus compañeros de lucha —porque a partir de
ese momento dedicará todas sus energías a lucha antifascista y antiimperialista de la CTAL que
dirige—, les dice:

https://www.centrolombardo.edu.mx/la-ctm-combativa-y-solidaria-1936-1941/#_ftnref

You might also like