You are on page 1of 2

4. Raíces de los nervios espinales.

Los nervios espinales se desprenden de la médula


espinal por medio de dos raíces: una raíz anterior o raíz motora y una raíz posterior o
raíz sensitiva.

a) ORIGEN DE LAS RAÍCES. GANGLIOS SENSITIVOS DE LOS NERVIOS ESPINALES. Las raíces
anteriores
nacen de neuronas situadas en el asta anterior de la médula espinal. Representan las
prolongaciones axonales de estas células, denominadas por esta razón neuronas radiculares.
Las raíces posteriores presentan en su trayecto un engrosamiento elipsoide de eje mayor
transversal; estos engrosamientos son los ganglios sensitivos de los nervios espinales
o ganglios raquídeos. Los ganglios sensitivos de los nervios espinales están constituidos
por neuronas originariamente bipolares, pero que evolucionan de tal manera que
las dos prolongaciones de la célula se fusionan en su origen en una breve parte de su
extensión. Así pues, estas células sólo son unipolares en apariencia y las dos prolongaciones
se separan a escasa distancia del cuerpo neuronal.
De las dos prolongaciones, una es protoplásmica y celulípeta o periférica, se dirige
hacia la periferia y constituye una fibra del nervio espinal; la otra es axonal y celulífuga,
central o centrípeta, y alcanza la médula espinal a través de los filetes de origen
de la raíz posterior correspondiente.

FIBRAS DE LA RAÍZ ESPINAL DEL NERVIO ACCESORIO (XI). Las fibras motoras proceden de
neuronas del asta anterior. Las fibras sensitivas tienen su origen en pequeños ganglios análogos
a los ganglios sensitivos de los nervios espinales situados en la unión de los
filetes radiculares con el tronco de la raíz espinal del nervio. La prolongación periférica
procedente de las células ganglionares participa en la constitución del nervio accesorio,
mientras que la prolongación axonal o central alcanza el asta posterior de la sustancia
gris medular.
Las fibras sensitivas emergen de la médula espinal con las demás fibras del nervio accesorio,
motoras y vegetativas, un poco anteriormente o a lo largo del surco posterolateral, pero siempre
anteriormente a las raíces posteriores.

b) TRAYECTO, DIRECCIÓN Y RELACIONES.


Las dos raíces de un nervio espinal
convergen hacia el agujero intervertebral correspondiente, lo atraviesan y se unen lateralmente
al ganglio sensitivo del nervio espinal cuando alcanzan el extremo lateral del agujero
intervertebral. El ganglio sensitivo del nervio espinal ocupa, en efecto, esta parte de la raíz
posterior situada en el agujero intervertebral, a excepción de los ganglios sensitivos de los
nervios sacros, que están situados dentro del conducto vertebral. La dirección de las raíces de
los nervios espinales varía de superior a inferior. Las raíces del primer nervio cervical son
horizontales. Inferiormente, las raíces se dirigen oblicuamente en sentido inferior y lateral. Esta
oblicuidad aumenta de manera progresiva de superior a inferior, si bien las raíces de los tres
últimos nervios lumbares y las de los nervios sacros y coccígeo son casi verticales y forman
alrededor del extremo inferior de la médula espinal y del filum terminal un voluminoso haz de
cordones nerviosos denominado cola de caballo (fig. 3).
Esta diferencia en la dirección de las raíces de los nervios espinales se debe al aparente
ascenso de la médula espinal. En efecto, a medida que el extremo inferior de la
médula espinal parece ascender en el conducto vertebral, el punto de emergencia de
las raíces se aleja de forma gradual de los agujeros intervertebrales por los cuales salen
del conducto vertebral, y éstas a su vez se alejan tanto más cuanto más cercanas están
las raíces del extremo inferior de la médula espinal.
Es esencial, durante ciertas intervenciones quirúrgicas que se realizan en la región
vertebral (p. ej., durante una cordotomía), poder reconocer de manera precisa las diferentes
raíces de los nervios espinales puestas al descubierto.
Las relaciones entre las raíces y las apófisis espinosas son muy variables para servir
como punto de referencia.
Banzet propone acertadamente basar el reconocimiento de las raíces de los nervios
espinales en las relaciones que éstas presentan: con las apófisis transversas en las regiones
torácica y lumbar, y con las interlíneas de las apófisis articulares en la región
cervical.
Las raíces se identifican gracias a su orificio en la duramadre.
En la región torácica, una pareja de nervios espinales perfora la duramadre a nivel
de cada apófisis transversa. La raíz tiene el mismo número de orden que la apófisis
correspondiente.
Sin embargo, a nivel de las tres o cuatro primeras vértebras torácicas, el orificio de
salida se encuentra frente a la parte inferior o muy ligeramente inferior a la apófisis
correspondiente.
Las raíces de los dos primeros pares de nervios lumbares presentan, con las apófisis
costales, las mismas relaciones que las de los nervios torácicos.
En la región cervical, las raíces de los nervios espinales perforan el estuche dural a
nivel de las interlíneas de articulación de las apófisis articulares. El número de la raíz
viene dado por el de la vértebra situada inferiormente a la interlínea.
Precisaremos, a propósito de las meninges, las relaciones que las raíces de los nervios
espinales presentan con estas membranas.

c) DISPOSICIÓN GENERAL DE UN NERVIO ESPINAL. Un nervio espinal es el resultado de la


unión de dos raíces: una raíz anterior o raíz motora y una raíz posterior o raíz sensitiva.
Todo nervio espinal es, por tanto, un nervio mixto (sensitivomotor). Así formado,
todo nervio espinal se dirige lateralmente y no tarda en dividirse en dos ramos, uno
posterior y otro anterior (fig. 5).
El ramo posterior se dirige posteriormente, pasa entre las apófisis transversas correspondientes
y se distribuye en las partes blandas situadas posteriormente a la columna
vertebral.
El ramo anterior, más voluminoso que el precedente, continúa la dirección del nervio
espinal y se distribuye en las partes lateral y anterior del cuerpo.
Los plexos de los nervios espinales están formados por las comunicaciones que unen
entre sí los ramos anteriores de algunos nervios espinales.

d) NÚMERO DE NERVIOS ESPINALES. Se cuentan 31 pares de nervios espinales. Se dividen


en: o a) ocho pares cervicales que reciben el número de orden de la vértebra situada
inferiormente a ellos; el octavo par cervical está comprendido entre la séptima vértebra
cervical y la primera vértebra torácica; o b) doce pares torácicos; o c) cinco pares
lumbares; od) cinco pares sacros, y oe) un par coccígeo. Los pares torácicos, lumbares
y sacros llevan el número de la vértebra situada superiormente a ellos.
Cada nervio espinal recibe comunicaciones de la porción simpática del sistema
nervioso autónomo: son los ramos comunicantes (v. Simpático).

Cada nervio espinal da origen a un fino ramo, denominado ramo meníngeo o ramo
recurrente del nervio espinal (fig. 5).
Éste puede nacer bien del nervio espinal antes de su división bien de su ramo anterior.
El ramo meníngeo del nervio espinal, engrosado mediante un filete de la porción
simpática del sistema nervioso autónomo, sigue un trayecto recurrente, penetra en el
conducto vertebral por el agujero intervertebral y se distribuye en los vasos del conducto
vertebral y en las meninges.

You might also like