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A LA LUZ DEL VATICANO

Lo O. N. U. proclamo los «Derechos del Hombre»


El comunismo y el sistema liberal senta una simple fórmula política, ¿no es cierto que en las
características del liberalismo absoluto hallamos la ima-
Dos mundos al parecer antagónicos, se disputan la gen más perfecta de lo que constituye la esencia del régi-
hegemonía y el imperio sobre los pueblos. Dos mundos men comunista?
que externamente representan dos coneepciones de la vida, El comunismo hace suyos los principios doctrinales
distintas y aun opuestas, pero que fm el fondo, en sus del sistema liberal en lo que concierne al derecho, al or-
lógicas consecuencias y aun tal vez en sus primitivos prin- den social, a la economía y a la religión; la verdadera
cipios, coinciden en el desprecio absoluto del orden so- oposición entre ambas teorías nace especificamente de una
brenatural. divergencia fundamental en el plano de la política. En el
De una parte, el liberalismo en sus varias escuelas; orden jurídico, defienden las dos la inexistencia de una
de otra, el comunismo y, a cierta distancia, el socialis- ley natural; en el orden económico, los comunistas son
mo en sus diversas facetas, que se extienden desde los discípulos, en último término, de Adam Smith; en el or-
mismos lindes del sistema liberal has.ta las entrañas del den soCial, el comunismo y el liberalismo se declaran ene"
doctrinarismo marxista. migas de la organización viva de la sociedad, y reclaman
Colocados frente a frente en sendas posiciones irre- la instauración de un absorbente centralismo; en el orden
ductibles, aunque en tal enemistad puedan jugar otros in- religioso, nada quieren saber de un Dios providente y jus-
tereses no ciertamente materiales, y dt~terminadas tácticas to que rige la vida social y que constituye el fin último
políticas, tratan de librar una lucha decisiva. ¿Quién del hombre, antes, por el contrario, se desatan a menudo
va a salir ganador de la contienda? en persecuciones contra la Iglesia, persecuciones que bajo
Para Donoso Cortés la contestación es muy clara. «Las el comunismo adquieren el carácter de una lucha abierta
soluciones socialiitas - escribe - sacan una gran ventaja y descarada contra Dios.
a la liberal, asi por la naturaleza de los problemas que se Si todo ello es cierto, ¿ cabe mayor monstruosidad que
propone resolver como por la manera de plantearlos y de la de cultivar un pretendido anticomunismo en nombre
resolverlos. Sus maestros se muestran familiarizados, has- de los principios liberales? ¿Cómo puede oponerse al co-
ta cierto punto, con aquellas especulaciones atrevidas que munismo una doctrina que ha sido su causa y origen?
tienen por asunto a Dios Y su naturalf:za, al hombre y su Cuando en la encíclica Immortale Dei, el Papa
constitución, a la sociedad y sus instituciones, al universo León XIII dice que la tesis liberal de que «entre distintas
y sus leyes. De esta inClinación a generalizarlo todo, a con- y contrarias formas de culto, lo mismo da una que otra),
siderar las cosas en su conjunto, a observar las disonan- lo que en realidad significa que no se quiere aprobar ni
cias y las armonias generales, procede una más grande practicar ninguna, añade a renglón seguido que tal prin-
aptitud en ellos para entrar y salir, sin perderse, en el in- cipio «si bien no tiene el nombre de ateísmo, representa
trincado laberinto de la dialéctica racionalista.:. Y agre- estrictamente la misma COSeD. Por eso, Donoso Cortés pue-
ga: «Si en la gran contienda que tiene como en suspenso de afirmar que aunque la escuela liberal no es atea en sus
al mundo no hubiera otros combatientes sino. los socialis- dogmas, va a parar, de consecuencia en consecuencia, has-
tas y los liberales, ni la batalla sería larga ni dudosa la ta los confines del ateísmo (3). •
victoria:. (1). De lo cual cabe dCú1.H':lr que la reafirmacíón de los
y no lo sería tampoco si atendemos a la íntima relación principios liberales, tarea a la que vienen consagrándose
de procedencia que une al socialismo y al comunismo con pensadores y políticos de ese extraño conglomerado que
los postulados fundamentales de la doctrina liberal. se califica a sí mismo de civilización occidental- y que
cEl liberalismo absoluto - define el padre Liberatore - no puede, en modo alguno, confundirse con la auténtica
concibe el Estado como la más alta potencia, a la que el civilización cristiana - , entraña una verdadera colabora-
género humano se eleva en su progreso social. Para él, el ción a la obra proselitista del comunismo, ya que al pro-
Estado posee la omnipotencia; no solamente no tiene nin- clamarse como dogma central la indiferencia religiosa, se
gún poder superior a sí mismo, sino ni tan siquiera igual ):lace una verdadera afirmación de ateismo, con lo que la
o que no le esté sujeto. Es decir, es un poder soberano y tesis liberal se entronca con la misma esencia del comu·
universal, al que nadie puede resistir ~. al que todo debe ,nismo invasor.
obedecer. Es el derecho por excelencia; fuente de todos Esto es lo que han hecho de nuevo los portavoces libe-
los restantes derechos y regulador supremo de las relacio- rales al proclamar en el seno de las «Naciones Unidas:.
nes entre los hombres. No hay frente a él ningún derecho una nueva edición de los llamados «Derechos del Hombre».
individual o doméstico que no sea inviolable,~y mucho
menos un derecho sagrado, del que otra sociedad pueda
La Revoluci6n francesa
preciarse. Todos los derechos están incluidos en el dere-
cho público, y de éste es promulgador ,e intérprete el Es- El día 27 de agosto de 1789, después de prolongadas
tado. Los otros derechos inferiores derivan de él e~ vir- y acaloradas discusiones, la Asamblea Nacional francesa
tud de su propia ley; por lo que sus leyes son la última aprobó la Declaración de los derechos del hombre como
regla de las acciones humanas. Pero como la sociedad no introducción a la futura Constitución. Veintiún proyectos
es estacionaria, sino progresiva, se sigue que ninguna ley, distintos habían sido leidos. Lafayette proponía que en el
ningún derecho y ninguna institución st~an inmutables, ya primer artículo se declarara que «ninguna corporación ni
que dependen de la voluntad social, obediente al progre- persona particular puede ejercer autoridad ninguna que
so:. (2). no fluya del pueblo). Barnave pidió que a la Declaración
Prescindiendo de la intervención de la llamada volun- se le diese el nombre de catecismo del pueblo,
tad popular, que en la práctica del sistema liberal repre- Por su parte, el arzobispo de Chartres puso en guardia
a la Asamblea de que la pretendida declaración sólo ser-
(1) Oonolo Cort~l. Emoro .obr. ,1 COlollci.mo, el Llb,,·oll.mo r el 8ocioll..no.
(2) P. Mau•• Liberator•. La Chilla, lo Slalo. (3) Oono.o Cor161. Obra ch.

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viria para excitar todavía más la soberbia y el orgullo, y ayudan a ejecutar mandamientos arbitrarios han de ser
Mirabeau-Tonneau completó aquel pensamiento solicitan- castigados; pero cualquier ciudadano que en virtud de la
do de los reunidos el acuerdo de que en lugar de dicha leyes citado preso ha de obedecer al instante; será puni-
declaración se estampasen en el prólogo de la Constitu- ble si resiste.
ción los Mandamientos de la Ley de Dios. >8. La ley s610 puede imponer castigos rigurosa y evi-
Todo fué en vano, como lo fué la propuesta de Gregoi- dentemente necesarios y nadie puede ser castigado sino'
re de redactar una declaración de deberes que comple- por una ley ya promulgada antes del hecho, la cual tam-
mentase a la de derechos. Y así nació la proclamación por bién se ha de aplicar legalmente. '
la Asamblea de los llamados derechos humanos nativos, >9. Todos han de ser tenidos por inocentes hasta tan-
que' algún tiempo después fueron sancionados, tras inúti- to que sean declarados culpables; por eso ha de prohibir
les tentativas, por la mano del infortunado monarca de por la ley, cuando inevitablemente sea necesario prender-
Francia Luis XVI. le, todo rigor que no sea absolutamente necesario para
La declaración comenzaba con las siguientes palabras:' asegurarse de IlU persona.
«En atención a que la ignorancia, el olvido o el menos- >10. Ninguno puede ser inquietado por sus opiniones,
precio de 'los derechos del hombre son las únicas causas aun cuando se refieran a la religi6n, excepto cuando su
de la infelicidad pública y del desorden del gobierno, los manifestación perturba la tranquilidad ordenada por la ley.
diputados del pueblo francés han acordado explicar, en ,11. La libre comunicación de las ideas y opiniones
una solemne declaración, los derechos, naturales, inaliena- es uno de los más preciosos derechos del hombre; todo
bles y sagrados del hombre, para que esta declaración esté cuidadano puede, por tanto, hablar, escribir e imprimir
siempre ante los ojos de todos los ciudadanos del Esta- libremente; sólo en los casos previstos por la ley ha de
do, y les recuerde sin intermisión sus derechos y deberes; responder del abuso de esta libertad.
para que las acciones del Poder legislativo como del eje- )12. La conservación de los derechos del hombre y del
cutivo en todos los instantes se puedan cotejar con la fina- ciudadano exige un poder público. Este Poder ha sido,
lidad de toda la vida política, y sean tanto más estimadas; según esto, establecido para el bien de todos y no para
para que, finalmente, las exigencias de los ciudadanos que particul~r utilidad de aquellos a los que está confiado.
se apoyan sobre principios simples o invariables no tien- >13. Para el mantenimiento de la fuerza pública y
dan más que a la conservación de la Constitución y a la para los gastos de la administración es inevitablemente
felicidad de todos. Por eso, la Asamblea Nacional, en pre- necesaria una tributación general, la cual se ha de repar-
sencia y bajo el gobierno del Ser Supremo, reconoce los tir equitativamente entre todos los ciudadanos conforme a
siguientes derechos del hombre y del ciudadano.» su fortuna.
Sigue a continuación la enumeración de tales derechos, >14. Todos los ciudadanos del Estado tienen el dere-
en la forma siguiente: cho de persuadirse de la necesidad de introducir un im-
d. Los hombres nacen líbres e iguales en derecho y puesto público, por si o por sus representantes, y para
permanecén libres e iguales. Las diferencias sociales sólo esto de dar libremente su asentimiento, inspeccionar su
pueden basarse en la utilidad común. empleo, su cuantia, su extensión y su duración.
>15. La sociedad está facultada para exigir a todo fun-
)2. La finalidad de toda asociación política es la con-
cionario público cuentas de su administración.
servación de los derechos naturales e inalienables del hom-
>16. Toda sociedad donde no se vela sobre la conser-
bre. Estos derechos son la libertad, la propiedad, la segu-
vación de sus derechos y no se han fijado los límites de
ridad y la_resistencia contra la opresión. •
los poderes carece de Constitución.
»3. La base de toda soberania se- halla esencialmente
>17. Como la propiedad es ut} derecho sagrado e in-
en la nación. Ninguna asociación ni persona particular
violable nadie puede ser despojado de ella, salvo cuando
puede ejercer una autoridad que no proceda expresamente lo exija la utilidad pública, evidentemente demostrada, y
de ella. aun entonces sólo mediante una previa y legítima indem-
)4. La libertad consiste en la facultad de hacer todo nización~
lo que no perjudique a otro; por tanto, el ejercicio de los He ahí los famosos Derechos del hombre declarad<;>s
derechos naturales de cada cual no tiene otras barloeras por la Francia revolucionaria.
sino las que aseguran a los demás miembros de la sociedad Veamos entretanto a grandes rasgos el estado de diso-
el goce de los mismos derechos. Estas barreras sólo pue- lución en que se debatia el pueblo, mientras los miembros
den ser determinadas más en particular por la ley. de la Asamblea aprobaban la anterior resolución. Ferrie-
»5. La ley no puede prohibir otras acc'¡ones sino aque- res ha escrito: «Una general locura parecia haberse apo-
llas que perjudican a la sociedad. Todo lo que no está pro- derado de las cabezas; todo el mundo discutia. Los guar-
,bibido por la ley no puede impedirse; nadie puede ser dias deliberaban en los Oratorianos; los oficiales de sastre,
obligado a hacer cosa alguna que la ley no mande. ·en la Columnata; los peluqueros, en los Campos Elíseos...
>6. La leyes la expresi6n de la voluntad general. To- Pero todo esto no era nada comparado con la anarquía de
dos los ciudadanos tienen derecho a tomar parte en la re- los distritos; todos tenían una Comisión permanente, una
dacción de las leyes, personalmente o por sus representan- Comisión de seguridad, una Comisión militar, civil y de
,tes. La ley ha de ser una misma para todos, ya ampare o víveres. Cada comisión tenía su presidente, su vicepresi-
castigue. Como todos los ciudadanos son iguales ante ella, dente y su escribano; cada distrito se atribuía autoridad
todos tienen el mismo derecho a todos los honores, cargos legislativa, y cada comisión, autoridad ejecutiva. Las in-
y empleos, según sus aptitudes, y sin ninguna otra dife- trigas decidían las elecciones; se repartían tarjetas con
rel}cia que aquella que está fundada en sus virtudes y en los nombres de los que debían ser elegidos.)
su talento. ITal era el pueblo al que se lisonjeaba con estas (ra-
>7. Nadie puede ser acusado, apresado o encarcdado ses: «La base de toda soberanía se halla esencialmente en
sino en los casos determinados por la ley y en la forma la nación, y «La leyes la expresión de la voluntad ge-
por ella prescrita. Los que obtienen, envian, ejecutan o nerab!
José-Oriol Cuffi Canadell

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A LA LUZ DEL VATICANO

lo O. N. U.. proclomo los «Derechos del Hombre»


11 (*)

»Por cuanto una comprenSlOn general de estos dere-


Fundamentos de la nueva declaración
chos y libertades es de la mayor importancia para la
Una nueva declaración de los Derechos del Hombre completa realizadón de aquel solemne compromiso;
está actualmente en estudio por parte de la Organización »Por tanto, la Asamblea General
de las Naciones Unidas. La llamada Comisión de Dere-
»Proclama esta Declaración de los Derechos Humanos
chos Humanos, ha presentado con este fin un proyecto que
como una aspiración general para todos los pueblos y
será discutido y redactado definitivamente por la Asam- -
todas las naciones, y al objeto de que cada individuo y
blea de la O. N. U. reunida en Paris. Dicho proyecto, en
cada órgano social, llevando esta declaración constante-
sus líneas esenciales, está, sin duda alguna, influenciado
ment'e en el pensamiento, se esfuercen, mediante la ins-
por la declaración aprobada por los jefes -de la Revolu-
trucción y la educación, en difundir el respeto a estos
ción de 1789, y sigue especialmente el e.>piritu profun-
derechos y libertades, y mediante progresivas disposicio-
damente naturalista que presidió aquélla. Ello quiere de-
nes, tanto nacionales como internacionales, aseguren su
cir que las ideas rectoras que provocaron directamente
universal y' efectivo reconocimiento y observancia entre
el estallido revolucionario en la Francia. de Luis XVI,
la población de los propios Estados miembros y entre la
mantienen su influencia y su predominio en aquellas es-
de los territorios que se hallen bajo su jurisdicción.»
feras internacionales que se han irrogado la facultad de
decidir la futura estructura de la sociedad universal de Como es fácil observar en el anterior preámbulo, se
los pueblos. consigna veladamente y «como último recurso», un de-
Ahora bien. Si en aquel entonces la masonería fué la recho a la rebelión «contra la tiranía y la opresión»; de-
inspiradora y la organizadora del complot revolucionario -recho que nacería, a su vez, del que se reconoce -como
que echó por los suelos el, ordenamiento social de la veremos seguidamente- en el artículo 19, a los ciuda-
vecina nación -como hace poco tiempo reconoció una danos de cualquier país, «a un gobierno conforme a la
destacada personalidad del mundo masóni ca de Italia:-¡ voluntad popular».
y abrió las puertas a la invasión de todo género de doc- De ese pretendido derecho habla precisamente el Papa
trinas disolventes, ¿tiene algo que ver en la nueva decla- León XIII en la Encíclica Inmortale Dei, en los siguientes
ración que se prepara por la O. N. U. el espíritu anti- términos: «Con tales doctrinas (relativas a la soberanía
cristiano encarnado por la masonería internacional? del pueblo) han llegado las cosas a punto que se tiene
Conste que ello no significa en modo alguno que todos por muchos como legítimo e1 derecho a la rebelión, pues
los elementos de la O. N. U. sigan o hayan de seguir las 'ya prevalece la opinión de que, no siendo los gobernantes.
Instrucciones de la secta,pe:o, ¿hasta qué punto la ma- sino delegados que ejecutan la voluntad del pueblo, es
sonería juega actualmente su papel -directa e indirecta- necesario que todo se mude <1.1 compás de la voluntad de
mente- en los asuntos que atañen al porvenir inmediato éste, no viéndose nunca libre el Estado del temor de dis·
de la humanidad? turbios y asonadas.» Y añadía en otro lugar de la misma
Encíclica: «el derecho de rebelión es contrario a la ra-
El proyecto aprobado por la mencionada Comisión de zón misma», después de hacer referencía a la condena-
la O. N. U. comienza consignando los siguientes antece- ción expresa que del mismo hicieron los anteriores Pon-
dentes: tifices singularmente el Papa Gregario XVI en la EnCÍ-
«Por cuanto al reconocimiento de la innata dignidad e clica Mirari vos: «Los que con torpes maquinaciones de
iguales e inalienables derechos de todos los hombres cons- rebelión se apartan de la fe que deben a los príncipes,
tituye el fundamento de la libertad, la justicia y la paz queriendo arrancarles la autoridad que poseen, oigan
mundiales; como claman contra ellos todos los derechos divinos y
»Por cuanto el menosprecio de los derechos humanos humanos.»
condujo antes y después de la segunda guerra mundial,
a la ej~cución de actos de barbarie que ultrajaron la
conciencia de la humanidad y mostraron evidentemente Texto del proyecto presentado
que los derechos del hombre eran unos de los supremos
en la Asamblea General de las Naciones Unidas
valores en defensa de los cuales se libraba la contienda;
El proyecto, en su parte dispositiva, consta de veintio-
»Por cuanto es esencial (si no ha de empujarse a la
cho artículos, que, copiados a la letra, dicen asi:
humana especie a rebelarse, como último recurso, contra
la tiranía y opresión) el que los derechos del hombre «Articulo 1.0 - Todos los seres humanos han nacido
queden proteg.idos dentro de un régimen jurídico; iguales en dign-idad y derechos. La naturaleza los ha
dotado de razón y conciencia y deben tratarse los unos
»Por cuanto los pueblos de las Naciones Uniaas han
a los otros con espiritu de fraternidad.
consignado en la Carta su determinación a reitera~ s~
fe en los derechos humanos fundamentales y en la dlglll- »Art. 2.° - Todos son acreedores a la totalidad de los
dad y nobleza de la persona humana, y a promover e1 derechos y libertades incluídos en la presente Declara-
progreso social y la elevación del nivel de vida en una ción, ;,in distinción de ninguna clase, v. g.: de color,
más amplia libertad; sexo idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole;
situa'ción económica u otra cualquiera condición u origen
»Por cuanto los estados miembros se han comprome- nacional o social.
tido a lograr, cooperando con l~ Organización, el fomento
del respeto y observancia de los derechos del hombre y »Art. 3.° - Cada cual tiene el derecho a su vida y a
la libertad y seguridad de su persona.. _
de sus libertades básicas;
»Art. 4.° _1.0 A nadie se podrá detener en csC]:tvitlld
(1) Vid. el número 111 de CRISTIANDAD. págs. 484 y 483. o en servidumbre involuntaria. 2.° No se podrá someter

509 •
A LA LUZ DEL VATICANO

a nadie a tortura ni a un tratamiento o castigo cruel, in· través de sus representantes libremente elegidos. 2.° Todo
humano o degradante. individlIO tiene el derecho de acceso a los empleos públi-
»Art. 5.° - Todo hombre tiene derecho a que se le re- cos de su país. 3.° Los ciudadanos de todo país tienen
conozca, dondequiera, como una persona jurídica. derecho a un gobierno conforme a la voluntad popular.
»Art. 6.° - Todos los hombres son iguales ante la ley »Art. 20. -:- Todo hombre, en cuanto miembro de la
y tienen derecho, sin discriminación alguna, a igual pro- sociedad, tendrá derecho de seguridad social, y podrá,
tección legal contra cualquier parcialidad que viole esta mediante los esfuerzos nacionales y la cooperación in-
declaración y contra ~ualquiera in citación a semejante ternacional, y según la organización y recursos de cada
parcialidad. estado, gozar de los derechos económicos, sociales y cultu-
rales expuestos a continuación.
»Art. 7.° - A nadie se impondrá prisión o detención
»Art. 21. - 1.0 Cada cual tiene el derecho al trabajo,
arbitraria.
a justas :Y favorables condiciones de trabajo y a paga y
»Art. 8.° - En la determinación de sus derechos y proteCCIón contra el paro forzoso. 2.° Todos los individuos
obligacIOnes y en el esclarecimiento de cualquier acusa- tendrán derecho a igual remuneración por igual trabajo.
ción que se le dirija, todo individuo tiene derecho, en 3.° Todo individuo, en defensa de sus intereses, tien'~
perfecta igualdad, a que se le oiga en juicio por un tribu- derecho a formar asociaciones obreras, o a unirse a las
nal imparcial e independiente. mismas.
»Art. 9.° _1.0 Todo acusado de una infracción penal »Art. 22. -1.0 Todo hombre tiene derecho a un nivel
tiene derecho a que se le presuma inocente, entretanto minimo de vida, incluyendo alimentos, vestidos, habitación
no se le declare culpable con arreglo a la ley, en público y servicio médico y asistencia social, adecuada para la
juicio, en el cual haya tenido todas las garantias necesa- sah,ld y bienestar de sí mismo y de su familia, y a un
rias para su defensa. 2.° A nadie se hará culpable de un seguro social en caso de paro forzoso, enfermedad, inca-
delito fundado en cualquier acto u omisión que no hu- pacidad, vejez u otra falta de condiciones, de substancia,
biere constitgido infracción criminal, bajo las ieyes na· en circunstancias superiores a sus propios medios y ener-
cionales o internacionales, en el momento de su perpe- gías. 2.° La madre y su 'hijo tienen derecho a cuidado y
tración. asistencia especiales.
»Art. 10. - No se someterá a nadie a injusta intromi- »Art. 23. _1.0 Todo hombre tiene derecho a la edu-
sión en su vida privada, su famili~, su hogar, su corres- cación. Así la educación elemental como la fundamental
pondenda o reputación. serán gr'ltuitas y obligatorias, y el acceso a más alta ins-
»Art. 11. _1.0 Cada cual tendrá libertad de residencia trucción se hallará, sobre la base del mérito, al alcance
y traslado, dentro de las fronteras del Estado, respectivo. de todos; la educación se dirigirá al pleno desarrollo de
2.° Cada cual tendrá derecho a abandonar el país en que la personalidad humana, y al fortalecimiento -del respeto,
resida, incluso el suyo propio. y a los derechos del hombre, y a sus básicas garantias,
»Art. 12. _1.0 Todo ciudadano de cualquier país tiene y a la impugnación del espíritu de intolerancia y odio,
derecho a buscar y obtener asilo en los demás, contra dondequiera se manifiesten, contra grupos raciales o re-
persecución injusta. ,2.0 Las persecuciones derivadas ge- ligiosos.
nuínam-:nte de crímenes no políticos o de actos contra- »Art, 24. - Todos los hombres tienen derechos al des-
rios a los propósitos y principios de las Naciones Unidas, canso y al Ilosiego.
no entran en el concepto de persecución. »Art. 25. - Todo hombre tiene derecho a participar en
»Art. 13. - A nadie se le privará de su naeionalidad la vida cultural de la comunidad, y a gozar de las artes,
ni del el erecho a cambiarla. y a beneficiarse del progreso cierrtífico.
»Art. 14 - 1.° Los hombres y mujeres mayores de edad »Art. 26. - Todos los hombres tienen derecho a los
gozarán del derecho de casarse y crear una familia y beneficios de un orden nacional en el que queden plena-
serán legalmente iguales dentro del matrimonio. 2.° El mente realizados los derechos y garantías consi¡nadas en
matrimonio sólo se contraerá con el pleno consentimiento la presente declaración.
de ambos esposos. 3.° La familia constituye la natural y »Art. 27. -1.0 Todo hombre tiene para con la comu-
fundamental- unidad colectiva de la sociedad, y tiene de- nidad determinadas obligaciones, lo cual le ofrece ocasión
recho a solicitar protección. de revelar libremente su personalidad. 2.° En el ejercicio
»Art. 15. _1.0 Todo individuo tiene derecho a su par- de sus derechos, cada individuo deberá solamente estar
ticular propiedad, así como el mismo derecho en aso- sujeto a aquellas limitaciones necesarias para garantizar
el reconocimiento y respeto de los derechos de los de-
ciación con otros. 2.° A nadie se privará arbitrariamente
más y los requerimientos de moralidad, orden público,
de su propiedad.
bienestar común en una sociedad democrática.
»Art. 16. - Todo hMilbre gozaFá-lle Ubertad--depensa-
»Art. 28. - Nada de lo contenido en esa declaración
miento, conciencia y religión; este derecho incluye el de
podrá significar el reconocimiento del derecho de ningún
cambiar de religión o creencia, así como la libertad del
estado ni persona a emprender actividades encaminadas
individuo, bien aisladamente f) en unión de otros, y ya sea
en público o en privado, de manifestar su religión o creen- a la de~trucción de cualquiera de los derechos y garantías
aquí consignados.»
cia, por medio de la enseñanza, el culto o las costum-
bres. Tal es el conjunto de derechos que tratan de proclamar
las Naciones Unidas. Entre los mismos, descuellan aque-
»Art. 17. - Todos los hombres disfrutarán del derecho
llos que constituyen la misma entraña del sistema liberal:
de opinión y expresión de la misma; este derecho incluye
libertad de conciencia, de pensamiento, de religión, etc.,
el de sostener opiniones sin censura previa, y el de reci-
elevados a la categoría de tesis, y cuya aplicación se pre-
bir y difundir idease información, por cualquier medio,
tende imponer desde un plano internacional a todos los
y sin preocupación de fronteras.
pueblos del universo. La amenaza que la nueva declaración
»Art. 18. - Todos los hombres tendrán el derecho de pueda representar para las naciones católicas, hace ne-
reunión y asociación. cesario insistir sobre la verdadera índole de tales - liber-
»Art. 19. _1.0 Todos los hombres tienen derecho a tades. -
participar en el gobierno de su país, directamente o a ¿Qué dicen sobre ellas los Romanos Pontífices?
José-Oriol Cuf{i Canadell

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A LA LUZ DEL VATICANO

Castilla. - y Castilla, gran Prelado, j Qué significado tan sublime el de estos 'versos! ¿Puede
Ofrece alegre este día haber mayor identificación sacerdotal entre Cristo y España?
Mi Reino y el de Aragón, ¿Puede alguien eclipsar esta gloria española?
León, Granada y Galicia: Oíd al divino Misacantano que dice:
A Zaragoza y Valencia, . Pueblo mío, Iglesia hermosa,
y Barcelona la rica, Esta es la Iglesia primera
A Menorca y a Mallorca, De tu Sacerdote Esposa:
Milán, Nápoles, Sicilia, Lo que he prometido e.:;pera
Que todo ha de ser de España: Leal, pura y amorosa.
Valladolid y Medina, Al Padre voy desde aquí;.
Burgos, Osma, Salamanca, Mi espíritu vendrá en ti,
Avila, Segovia antigua, y tendrás confirmación...
Sin otras muchas ciudades.
<y al final añade): - Iglesia de España amiga,
Toledo. - y yo por la Andalucía, Tus dones recibo alegre,
Como ciudad Imperial, Que es bien que asi los reciba,
Ffierte, noble, franca y rica, y te prometo por premio,
Os ofrezco, Sacerdote En acabando la Misa,
Del cielo, a la gran Sevilla, y ordenando Sacerdotes
A Córdoba y a Jaén, Para que por Mí la digan,
Sanlúcar, Jerez, Medina, De enviarte un premio mío,
Cádiz. Ronda, Osuna, Andújar, Que no sólo con mi firma
Pliego, Antequera, Montilla, Te administre Sacramentos,
A Gibraltar y Archidona, Bautismo y Eucaristía
A Granada y Almería: Para que del fiero moro
y en mi reino de Toledo, Muchas veces te resistas,
Aquella ciudad antigua A quien llamaban patrón.
En cuya famosa Iglesia, Ciertamente concluía lógicamente el pensador mártir, Ramiro
Que glorifica a Ma:ría de Maeztu, al decir que la misión histórica de los pueblos his-
Bajó a dar el premio a Alfonso, pánicos consiste en enseñar a todos los hombres de la tierra
Casulla, laurel, insignia que si quieren pueden salvarse, y que su elevación no depende
De haber celebrado tanto sino de su fe y su voluntad. y admirablemente comentaba el
Su castidad pura y limpia. mismo Maeztu: «Todavía ayer moría en Salamanca el padre
y a Madrid por mía os ofrezco, González Aintero. Y suya es la sentencia: «No hay proposición
Fuerte; antigua y noble Villa ... teológica más segura que ésta:' a todos sin excepción se le da
Su Corregidor ofrezco, -«proxime» o «remoto»-una gracia suficiente para la salud... »
Torre fuerte'y verde silla, Como floración de este espíritu histórico, plácenos evocar la
y todo sus Regidores, augusta figura del Beato Juan de Avila, el gran sacerdote pa-
A quien tal nobleza obliga treno del clero secular español, a cuya muerte lloraba la gran
Celebrar con tal cuidado Santa Teresa y San Francisco de Borja, besando las paredes de
Este soberano día su aposento...
En que sois Misacantano y glorificar una vez más al Señor porque España es nación
Hostia, Sacerdote y Misa... de alma sacerdotal.
José Ricart Torrens, pbro.

la O. N. U. proclama los «Derechos del Hombre»


y 111 (*)

El protestantismo origen, de las pretendidas libertades y de los supuestos


causa de los principios revolucionolrios derechos. «Las dañosas y deplorables novedades promo-
vidas en el siglo XVI, habiendo primeramente trastornado
La relación directa que une la propuesta declaración las cosas de la religión cristiana. vinieron por natural
de los llamados «Derechos del Hombre» por las Naciones consecuencia a trastornar la filosofía, y por ésta todo el
Unidas, con la formulada por los elementos dirigentes orden de la sociedad civil. De aquí, como de fuente, se
de la revolución de 1789, es tan clara y tan abierta que derivaron aquellos modernos principios de libertad desen-
no necesita mayores precisiones. Basta la atenta lectura frenada, inventados en la gran revolución del pasado si-
de los documentos que reproducimos en anteriores núme- glo y propuestos como base y fundamento de un «derecho
ros, para convencerse del parentesco íntimo de las ideo- nuevo», nunca jamás conocido, y que disiente en muchas
logías que presiden la elaboración de ambos.
de sus partes no solamente del derecho cristiano, sino
Pero el examen de este anteceden~e, no sería suficiente
también del natural» (1).
para comprender la intrínseca malicia que se oculta en-
tre algunos de los «derechos» tan pomposamente procla- En la subversión luterana, por consiguiente, es en don-
mados por la Comisión de la O. N. U. y este antecedente de hemos de buscar la raíz de los «modernos prinCIpIOS
es tanto más dígno de tenerse en cuenta en estos momen- de libertad desenfrenada», principios que la Revolución
tos, en que por ciertas mentes se pretende nada menos francesa levantó como estandarte de una nueva era en la
que crear una patria eurápea al estilo democrático libe- que el hombre había de ser el dueño absoluto de sí mis-
ral al uso, para calibrar el fruto amargo de disgregación mo, de su vida y de su destino.
y violencía que nace de ciertas doctrínas que parecen te- Partiendo de esta base, no es extraño que las más dis-
ner como denominador común la denominada «tolerancia». paratadas libertades hayan encontrado su asiento en las
El Papa León XIII precisa en brevísima síntesis el constituciones liberales.

(*) Vid. el núm. 112 de CRISTlANDAD,'pág•• 509 y :;10. (l)_León XIIl. Ene. Inmortal. D.i.

.534
A LA LUZ DEL VATICANO

La libertad de culto y de conciencia La libertad de hablar y de escribir


«El decir que entre distintas y aun contrarias formas «La absoluta libertad de sentir e ~mprimir cualquier
del culto lo mismo da una que otra, es venir a confesar cosa sin freno ni moderación alguna -dice León XIII-
que no se quiere aprobar ni practicar ninguna; lo cual si no es por sí misma un bien de que justamente pueda go-
difiere en el nombre del ateísmo, en realidad es la misma zarse la humana sociedad, sino fuente y origen de muchos
cosa, supuesto que quien cree en la existencia de Dios, males. La libertad, como virtud que perfecciona al hom-
si es consecuente y no quiere caer en un absurdo, ha de bre, debe versar sobre lo que es verdadero y bueno, y la
confesar necesariamente que las formas de culto divino razón de verdadero y de bueno no puede cambiarse al
que se practican, y en las cuales hay tan grande diferen- capricho del hombre, sino que perseverará siempe la mis-
cia y tanta desemejanza y contrariedad, aun en cosas de ma, con aquella inmutabilidad que es propia de la natu-
suma importancia, no pueden ser todas igualmente acep- raleza de las cosas. Si la inteligencia asiente a opiniones
tables ni igualmente buenas o agradables a Dios'> (2). falsas y si la voluntad atiende y se abraza al mal, ni una
Estas palabras de León XIII precisan exactamente la ni otra alcanzarán su perfección, antes decaen de su dig-
verdadera índole de la llamada libertad de cultos, que en nidad natural y pervierten y corrompen; de donde se si-
el fondo constituye una intrínseca declaración de ateís- gue que no· debe ponerse a la luz y a la contemplación
mo. Tal vez con ello quede perfectamente explicada la de los hombres 10 que es contrario a la virtud y a la
malicia de los sectarios contra la Iglesia de Cristo, apoyán- verdad, y mucho menos favorecerlo y ampararlo con las
dose precisamente en esa pretendida libertad. Lo pone leyes" (6).
de manifiesto el propio Pontífice en otra de sus lumino- y refiriéndose a estas libertades y a la de hablar, pre-
sas encíclicas: cisa el propio Pontífice: «Apenas es necesario negar el
«En lo tocante a tolerancia -escribe el Papa- causa derecho de semejante libertad cuando se ejerce, no con
alguna templanza, sino traspasando toda moderación y
extrañeza cuánto distan de la prudencia y equidad de la
_ todo límite. El derecho es una facultad moral que, como
Iglesia los que profesan el liberalismo. Porque con esa hemos dicho y conviene repetir mucho, es absurdo haya
licencia sin limites, que a todos conceden acerca de las sido concedido por la naturaleza de igual modo a la ver-
cosas que hemos enumerado, traspasan toda moderación y dad y al error, a la honestidad y a la torpeza. Hay dere-
llegan hasta parecer que no dan más a la honestidad y cho para propagar en la sociedad, libre v prudentemente,
a la verdad que a la falsedad y la torpeza. En cambio, a lo verdadero y lo honesto, para que se extienda al mayor
la Iglesia, columna y firmamento de la verdad, maestra número posible su beneficio; pero en cuanto a. las opinio-
incorrupta de las costumbres, porque, en cumplimiento de nes falsas, pestilencia la más mortífera del entendimiento,
su deber, siempre ha rechaz~do y niega que sea lícito se- y en cuanto a los vicios, que corrompen el alma y las cos-
mejante género de tolerancia, tan licencioso y tan perver- tumbres, es justo que la pública autoridad los cohiba con
so, la criminan de falta de paciencia y mansedumbre ... diligencia para que no vayan cundiendo insensiblemente
en daño de la misma sociedad." Y añade más adelante:
Pero en medio de tanta ostentación de tolerancia, son con
«Si a todos es permitida esa licencia ilimitada de hablar
frecuencia estrictos y duros contra todo lo que es católico, y escribir, nada será ya sagrado e inviolable; ni aun se
y los que dan con profusión libertad a todos, rehusan a perdonará a aquellos grandes principios naturales tan lle-
cada paso dejar en libertad a la IgÚsia" (3). nos de verdad, y que forman como el patrimonio común
Su Santidad el Papa Pio XI, al referirse al indiferen- y juntamente nobilísimo del género humano. Oculta asi
tismo religioso, dice lo siguiente: «En este tiempo se en- la verdad en las tinieblas, casi sin sentirse como muchas
cUentran no pocos que, aplicando a la sociedad civil el veces sucede, fácilmente se enseñoreará de las opiniones
impío y absurdo principio del naturalismo, se atreven a humanas el error pernicioso y múltiple, que será tanto
enseñar «que el ser de la vida pública y el mismo pro- mayor y más segura cuanto mayores fueren los frenos de
greso civil requieren que la sociedad humana se consti- la licencia" (7).
tuya y gobierne sin preocuparse para nada de la religión, y en esta misma Enciclica, declara formalmente el
como si ésta no existiere, o por lo menos, sin hacer dis- Romano Pontífice:
tinción entre las verdaderas y falsas reHgiones". Y en «No es lícito de ninguna manera pedir, defend'er, con-
contradicción de la Sagrada Escritura y de los Santos ceder la libertad de pensar, de escribir, de enseñar, ni
Padres, no dudan en afirmar que «la mejor condición de tampoco la de cultos, como otros tantos derechos dados
la sociedad es aquella en la que no se reconoce al poder. por la naturaleza al hombre. Pues si los hubiera dado, en
civil autoridad para coartar con penas a los violadores efe~to, habria derecho para no reconocer el imperio de
de la religión católica, mientras la paz pública no lo Dios, y ninguna ley podria moderar la libertad del hombre.
exija". Y partiendo de esta falsa idea social, sus propa- Siguese también que, si hay justas causas, podrán tole-
gadores no temen en fomentar la opinión, desastrosa para rarse estas libertades, pero con determinada moderación,
la Iglesia Católica y para la salud de las almas, llamada para que no degeneren en liviandad e insolencia. Donde
por nw;stro predecesor, de feliz memoria, 4.locura", de que estas libertades estén vigentes usen de ellas para el bien
la «libertad de conciencias y de cultos es propio e ina- los ciudadanos, pero sientan de ellas lo mismo que la
lineable derecho individual que hay que proclamarlo en Iglesia siente. Porque toda libertad puede reputarse legi-
las leyes y establecerlo en todas las sociedades rectamente tima con tal que aumente la facilidad de obrar el bien;
constituídas... '> (4). FUERA DE ESO, NUNCA.)
Y en el Syllabus está explícitamente condenada la si- He ahi, en resumen, la doctrina de la Iglesia sobre las
guiente proposición: «Todo hombre es libre para profesar libertades modernas. A su luz puede apreciarse fácilmente
y abrazar aquella religión que, guiado por la luz de la cuán opuestos a la verdad y al bien son algunos de los
razón, juzgue verdadera" (5). principios que pretende proclamar la Asamblea de las
Naciones Unidas.
(2) León XIII. Ene. cit.
(3) León XIII. Ene. Libertas.
José-Oriol Cufff Canadell
(4) Pío XI. Ene. Quanta cura. (6) León XIII. Ene. Immorlale Dei.
(5) Syllabus, 26. (7) Le6n XlII, Ene. Liberta,.

535
Año XXXII NUMERO 548

BARCELONA

· . . ..
AL REINO DE CRISTO POR LOS CORAZONES DE JESúS y MARrA
OCTUBRE 1976

«DERECHOS HUMANOS»
y DESPRECIO AL HOMBRE
El lenguaje político moderno está lleno de graves equívocos. El término
«democracia», que para los griegos significaba la deformidad viciosa de la
SUMARIO forma de gobierno republicana -así como la tiranía lo es de la monarquía,
o la oligarquía de la aristocracia- había sido admitido en el lenguaje tra-
_DERECHOS HUMANOS. Y DESPRE·
CIO AL HOMBRE F. C. V. dicional escolástico para expresar la deseable participación en el poder por
CARTA DEL CARDENAL VILLOT EN parte de todos los miembros de una comunidad. Así en Santo Tomás. Pero a
NOMBRE DE PAULO VI EN LA INAU· partir de la filosofía del siglo XVIII, inspiradora de la revolución francesa,
GURACION DEL CONGRESO INTER· significa también una concepción del mundo y una filosofía, negadora del
NACIONAL "TEORIA y PRAXIS.
origen divino del poder y del fundamento de las leyes humanas en una ley
TEORIA y PRAXIS EN LA PERSPEC· natural participación de la ley eterna.
TIVA DE LA DIGNIDAD DEL SER
PERSONAL Francisco Canals Vidal Un equívoco análogo se da con el término «derechos humanos». Éstos son
LA BANCARROTA DEL LIBERALISMO hoy objeto de atención universal en los ambientes políticos y en los medios
Y EL REINO DE CRISTO J. J. E.·S. de comunicación, y vienen a ser como el lema o bandera que preside la
DOS TEXTOS CLARIVIDENTES DE vida colectiva de los Estados y de la comunidad internacional. Pero, como
DONOSO CORTES efecto de aquellos equívocos, podemos advertir dos hechos a primera vista
LA REVOLUCION LIBERAL EN ES· sorprendentes.
PAfilA José M.o Alsina Roca
Es habitual oírlos invocar para condenar represiones «derechistas», o
SOfilANDO CON EL BUEN FRAILE
TOMAS Manuel M. Doménech
<<fascistas» o tenidas por tales, contra actividades políticas de signo izquier-
dista. Es también habitual que estos defensores de los derechos humanos
EL PENSAMIENTO ANTILlBERAL DE
SARDA SALVANY se indignen contra quien se atreva a aludir a su violación por parte del
Narciso Torres Riera totalitarismo comunista. Basta decir sobre esto lo que por otra parte todo
¿ES PECADO EL LIBERALISMO? el mundo sabe, para ser acusado de loco, insensato, o cómplice del fascismo;
Ramón Gelpí Sabater todos recordamos lo que se escribió en «Cuadernos para el diálogo» sobre
AL MEDIO SIGLO - 1917 - EN LA la conveniencia de que no pudiesen huir de los campos de concentración
TEOLOGIA DE LA HISTORIA - SI· hombres como un célebre escritor ruso.
GUEN LAS CONSIDERACIONES SO,
BRE LA GRAN SUBVERSION y LA Este lema de los «derechos humanos», que sirve para defender, contra
NUEVA IDEA·FUERZA: CRISTO REY limitaciones o prohibiciones por parte de la autoridad, actividades de expre-
- L1X Luis Creus Vidal
sión de ideas políticas, luchas laborales, huelgas, etc., y desde luego para
SE ANONADO... combatir la pena de muerte, es también invocado para defender, como un
Fray Antonio de Lugo
derecho de la mujer, el aborto; y pronto veremos a las mismas corrientes
SIN COMENTARIOS Luis Creus Vidal
ideológicas y políticas invocarlo, no sabemos como derecho de quién, para
LA IGLESiA DEL SILENCIO EN CHILE defender como un progreso la legalización de la eutanasia.
L. C. V.
Estos hechos resultan sorprendentes sólo desde una consideración su-
perficial de las cosas. En nuestro mundo occidental, y mientras sigue estando
ADMINISTRACION: Lauria, IS, 3.' - (10)
presente en la conciencia de muchos la idea del hombre como ser personal
Teléfono 31747 33
creado a imagen y semejanza de Dios, ejercen su imperio, a través de la po-
Director: Fernando Serrano Misas
lítica, ideologías cuya inspiración filosófica es radicalmente antropocéntrica,
234

atea y antiteística, y por ello profundamente inhumana. El liberalismo, la


democracia de inspiración doctrinal roussoniana y spinoziana, el socialismo
en todos sus grados, se apoyan en concepciones filosóficas que niegan la sus-
tantividad espiritual del hombre individual, y su libertad de albedrío y res-
ponsabilidad moral.
Cuando se habla de «derechos humanos» desde estos presupuestos filo-
sóficos, más o menos conscientemente profesados, lo que se hace es establecer
una perspectiva antropocéntrica sobre la vida social y la historia. Tales de-
rechos se fundan en el hombre, y en nombre de estas concepciones se recusa
precisamente la idea cristiana de una ley natural impresa por Dios en nuestra
mente. Negada la fuente divina de la dignidad de la persona humana, el mito
de la voluntad general se constituye en fundamento último de todo el orden
social.
En relación íntima con este antropocentrismo, para el que el poder
humano carece de límites imperativos que condicionen su decisión -por
esto puede imperar el control de la natalidad, el monopolio obligatorio de
la educación estatal, la esterilización, la eutanasia, y todo lo que considere
útil para los objetivos que se proponga una determinada política- está la
negación del origen divino del poder, expresada en la falsa metafísica de
la «soberanía del pueblo».
Según la fe cristiana, obediente a la enseñanza del Apóstol San Pablo,
<<uo hay poder sino por Dios». No radica en el hombre, cualquiera que sea
su edad o situación en la familia, en la actividad económica o en la escala
social, la facultad de dirigir las voluntades humanas al bien común.
La misma razón natural nos da a conocer que ninguna multitud puede
ser ordenada sino desde principios que trasciendan los elementos múltiples
que la integran. La fe y la filosofía cristiana están acordes en afirmar que
sólo desde una perspectiva descendente, desde el origen trascendente y divino
de la potestad, se justifica el derecho a su ejercicio, su título moral de auto-
ridad, y el deber de obedecerla.
Por esto mismo la voluntad humana está al legislar sometida a la su-
prema legislación divina impresa, con la creación, en el orden natural puesto
por Dios en el mundo. Para el antropocentrismo, por el contrario, la voluntad
humana es ilimitada en sus objetivos, e incondicionada frente a toda norma
que no emane de ella misma.
Es esto, y no una forma de gobierno en la que «todos tengan parte en
el principado» -según la expresión de Santo Tomás- lo que, desde la ins-
piración de las filosofías anticristianas de los siglos modernos, se significa
con la tesis de la «soberanía del pueblo», que se afirmó en antítesis al
origen divino del poder.
El absolutismo, inspirado en el humanismo del Renacimiento, operó una
reducción mundana e inmanente de la doctrina católica a través de la tesis
del derecho divino de los reyes. En nuestro siglo, en un contexto filosófico
más explícitamente panteísta, se concibió el Estado como el advenimiento de
10 divino sobre la tierra. Tales errores tienen un carácter idolátrico, porque
atribuyen carácter divino a realidades finitas. Pero la mitología democrática
de la soberanía del pueblo se levanta contra la idea misma de un principio
divino de unidad, y de un modo mucho más radicalmente anticristiano se
enfrenta «a todo lo que se llama Dios o recibe culto». No es ya idolatría,
sino antiteísmo.
y al negar la soberanía de Dios, se cancela la comprensión del hombre
como persona. Los «derechos humanos» son entonces expresión de la omni-
potencia ilimitada de la voluntad humana como único fundamento de toda
norma. El mito del «pueblo» justifica, con el apoyo del falso principio que
pone en la multitud como tal el principio de su unidad, aquel carácter del
Estado de ser fuente y árbitro del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto.
235

En un momento en que un lenguaje cargado de equívocos, bajo los que


pueden ocultarse graves errores y que pueden conducir en la práctica a
consecuencias muy nefastas, invade nuestro ambiente, esta revista cree tener
una responsabilidad. Bajo la inspiración del que fue maestro de sus funda-
dores, se inició en 1944 llevando el título de EDICIONES SARDA Y SALVANY
como designación de su empresa responsable. Ahora hay que insistir en el
sentido pecaminoso y erróneo de los errores que se enmascaran bajo los
títulos de liberalismo, democracia o socialismo.
De otro modo nuestro pueblo correrá riesgos muy graves. Nuestros inte-
lectuales y políticos parecen ignorar que, si tales filosofías falsas no han
llevado a consumación su tarea desintegradora, es porque otros principios
y tradiciones cristianas han seguido, más o menos precariamente, presentes
en la conciencia colectiva de los pueblos occidentales.
Under God «Bajo Dios», decía Lincoln al hablar del Gobierno «por el
pueblo y para el pueblo». En Suecia se ha conservado la confesionalidad de
la monarquía, y el carácter «establecido» de la Iglesia evangélica luterana, a
través de cuarenta y cuatro años de gobierno social-democrático.
Pero quizá en esto habrá que reconocer que España es diferente. El so-
cialismo democrático tolera el protestantismo sueco y el anglicanismo, pero
es moralmente cierto que no toleraría en la vida pública nuestra confesio-
nalidad católica. Tal vez nosotros seamos más radicales y consecuentes, y
avancemos más rápidamente desde los principios a las conclusiones prácticas.
Un ruso genial dijo que «si Dios no existe todo está permitido», pero esto
tal vez sea el pueblo español el único en llevarlo inmediatamente a la práctica.

F.C.V.

LA SOCIEDAD SIN DIOS CORROMPE LA LIBERTAD Y


PERVIERTE LA AUTORIDAD
y en efecto, dejando el juicio de lo bueno y verdadero a la razón humana sola y única,
desaparece la distinción propia del bien y del mal; lo torpe y lo honesto no se diferenciarán
en la realidad, sino según la opinión y juicio de cada uno; será lícito cuanto agrade, y, estable·
cida una moral, sin fuerza casi para contener y calmar los perturbados movimientos del alma,
quedará naturalmente abierta la puerta a toda corrupción. En cuanto a la cosa pública, la facul·
tad de mandar se separa del verdadero y natural principio, de donde toma toda su virtud para
obrar el bien común; y la ley que establece lo que se ha de hacer u omitir, se deja al arbitrio
de la multitud más numerosa, lo cual es una pendiente que conduce a la tiranía. Rechazando el
señorío de Dios en el hombre y en la sociedad, es consiguiente que no hay públicamente reli·
gión alguna, y se seguirá la mayor incuria en todo lo que se refiera a la Religión. Y asimismo,
armada la multitud con la creencia de su propia soberanía, se precipitará fácilmente a promover
turbulencias y sediciones; y quitados los frenos del deber y de la conciencia, sólo quedará la
fuerza, que nunca es bastante a contener, por sí sola, los apetitos de las muchedumbres. De lo
cual es suficiente testimonio la casi diaria lucha contra los docialistas» y otras turbas de sedi·
ciosos, que tan porfiadamente maquinan por conmover hasta en sus cimientos las naciones. Vean,
pues, y decidan los que bien juzgan, si tales doctrinas sirven de provecho a la libertad verdadera
y digna del hombre, o sólo sirven para pervertirla y corromperla del todo.

LEON XIII, Encíclica ((Libertas»


236

CARTA DEL CARDENAL VILLOT EN NOMBRE DE PABLO VI EN LA INAU-


GURACION DEL CONGRESO INTERNACIONAL DE "TEORIA y PRAXIS».

SECRETARIA DI STATO
N. 312178 Dal Vaticano, 5 de septiembre de 1976

Reverendo Padre
P. Benedetto D'Amore, O.P.
Direttore del Centro Internazionale
di Studi e di Relazioni Culturali.
Roma.

Reverendo Padre,
La noticia que Vd. ha comunicado de que este Centro Internacional de Estudios y
Relaciones Culturales celebrará un Congreso Internacional desde el 8 hasta el 15 de septiem-
bre sobre el tema «Teoría y Praxis» ha sido acogido con vivo interés por Su Santidad, que
congratulándose por una tan útil y oportuna iniciativa, desea hacerles llegar con esta oca-
sión sus paternales palabras de augurio, de guía y de aliento.
No ha pasado desapercibida al Santo Padre la importancia del tema que se tratará en
el Congreso, ya que parece recoger el punto central de tantas polémicas del pensamiento y
de la vida en el mundo contemporáneo. Buscar un orden más equitativo y fundamentado en
las relaciones entre teoría y praxis; por consiguiente revisar el papel de la razón y de la ley,
como también el límite de la dependencia de la acción, significa someter a la reflexión uno
de los aspectos más graves y más inquietantes de la sociedad moderna. En realidad nadie
ignora cuán preponderante es hoy día el papel que suele atrabuirse a la utilidad respecto
de la verdad; a la acción ante la contemplación, produciendo de tal modo profundos cambios
en las normas de la vida individual y social. El Concilio Ecuménico Vaticano II ya había
puesto de relieve que «el cambio de mentalidad y de estructura con frecuencia pone en litigio
los valores tradicionales» y además que «los modos de pensar y de sentir heredados del pa-
sado, no siempre se adaptan bien a la situación actual: de ahí un profundo malestar en el
comportamiento yen las mismas normas de la conducta» (Constit. Gaudium et Spes, n. 7).
El problema reviste una gravedad aún mayor por cuanto, según varias ideologías con.
temporáneas, una teoría no saca su valor de la verdad que exprese, sino solamente de su
interés individual y social, y por ello se convierte en aceptable tan sólo en cuanto aparezca
como quiera que sea, útil al individuo y a la colectividad. Hay que notar además que la va-
loración de una teoría en función del éxito de una praxis arbitraria se extiende a pesar de
todo, también al campo religioso, por obra de aquellos que juzgan el valor de los dogmas
en relación con una eficacia, cualquiera que sea, emotiva y política, llegando así a negar ver-
dades fundamentales de la revelación cristiana y hasta la misma existencia de Dios, juzgada
extraña al interés y a la utilidad de individuos y grupos sociales.
A todos y particularmente a quien minimiza y contamina la verdad evangélica, habrían
de servir de advertencia las palabras de Jesús a Pilato: «Para esto he nacido y para esto he
venido al mundo: para dar testimonio de la verdad» (Juan, 19, 37).
Pero si la verdad no puede claudicar ante el utilitarismo, tampoco puede cerrarse en
el egoísmo, sino que debe abrkse a la comunicación y a la promoción del individuo y de la
sociedad. San Bernardo ha analizado los varios modos con que el saber se aísla en sí mismo
237

y se expansiona en la práctica: «Hay quienes quieren saber con el solo fin de saber; y esto
es torpe curiosidad. Hay quienes quieren conocer para que así sean conocidos; lo cual es
torpe vanidad. También hay quienes quieren saber para vender su ciencia, por ejemplo por
dinero, o por honores; que es torpe mercantilismo. Pero también hay quienes quieren saber
para edificar; y esto es caridad. Por fin hay quienes quieren saber para ser ellos edificados;
lo cual es prudencia: (Sermo 36 in Cantica, P.L. 183, 968).
La teoría se extiende en la práctica y por consiguiente cuanto más alta y amigable
sea la verdad conocida, tanto más se detiene el espíritu a contemplarla y a gozar de ella
con un íntimo gozo, de suerte que la verdad se convierte en principio de una práctica más
elevada, convencida y eficaz. Por ello la sabiduría teórica en su desarrollo práctico deberá
estar al corriente de la historia, de las condiciones culturales y sociales de la actividad hu-
mana y deberá también chocar con la historia, en cuanto a todo lo que de malo se contiene
y se obra en ella. Y si bien en el paso desde la teoría a la práctica la humanidad no podrá
nunca llegar a actuaciones exhaustivas, no obstante deberá siempre evitar realizaciones con-
tradictorias.
Su Santidad, pues, mientras se complace por el trabajo que este Congreso Internacional
se propone desanollar, expresa sus deseos de que esto pueda realizarse con plena fidelidad
a la Verdad Primera, inspiradora de toda verdad humana y en vistas de una práctica que
promueva la justicia y el desarrollo del indivi duo y de la sociedad, como se expresaba el
mismo S. Bernardo: «Ya ves que no se arriba acertadamente a la luz de la ciencia si antes
la semilla de la justicia no se echa en el alma, de donde se forma el grano de la vida y no
la paja de la vanagloria» (Epístola 108, P.L. 182, 250).
Con estos sentimientos el Sumo Pontífice envía de todo corazón a V.P., como también a
todos los relatores y participantes al Congreso, su alentadora Bendición Apostólica.
Aprovecho esta ocasión para expresarle mis sentimientos de religioso aprecio.
De su Paternidad Rdma. dev.mo. en el Señor,
t G. CARO. VILLOT.

INTENCIONES DEL APOSTOLADO DE LA ORACION


NOVIEMBRE

GENERAL: «POR EL RESPETO DE TODA VIDA HUMANA».


Dios está presente en toda vida humana y en ella está empeñada su
acción creadora.

MISIONAL: «QUE LAS NUEVAS GENERACIONES DE LOS PAíSES CRISTIANOS CONSERVEN Y


AUMENTEN LA TRADICIÓN MISIONAL.»
TEORIA y PRAXIS EN LA PERSPECTIVA
DE LA DIGNIDAD DEL SER PERSONAL
Conferencia pronunciada por el Dr. D. Francisco Canals Vídal en el Congreso
Internacional «Teoría y Praxis» celebrado en Génova y Barcelona del 8 al 15 de
septiembre de 1976.

«En el principio era la Acción». En la preten- mente imposible, y la tendencia que la impulsa
dida interpretación del texto evangélico que ex- inconsistente y vacía, si no tuviese sus principios
presa Fausto en el momento anterior a la acep- en los fines a que aspira. No se daría lo elegible
tación del pacto con Mefistófeles, podríamos ver sino fuese como tal lo ordenable al fin; un fin
expresada una actitud que define para muchos la últimamente no elegible sino por sí atractivo y
del hombre occidental moderno: el hombre faús- como tal querido. La voluntad del fin precede
tico. y fundamenta a la elegibilidad de lo práctico.
«Nadie os traza el camino que debéis seguir... ; A la intención, que considera prácticamente el
mi único consejo es: lo que te propongas, óbralo fin como término del obrar, que hay que conse-
sin temor», dice Mefistófeles. «No trato de buscar guir a través de los medios elegibles, precede la
la felicidad» responde Fausto. La quietud es con- estimación y conocimiento de lo que es en sí
traria a la vida. «La medida óptima del temple mismo bueno. La subordinación de la prudencia
de un hombre es la más agitada actividad». y la política a la sabiduría se funda en el ca-
El conocimiento de la naturaleza como ins- rácter teorético del juicio sobre el bien. La con-
trumento del dominio del hombre sobre ella, de templación del bien óptimo y fin último universal
Bacon de Verulamio; la opción, de que habla Les- «en gracia del cual se ha de obrar todo lo que
sing, por la búsqueda, ofrecida por la mano iz- se obra», pertenece a la filosofía primera, a la
quierda de Dios, con preferencia a la verdad; el des- sabiduría especulativa.
plazamiento de la filosofía como contemplación Contra este carácter de la contemplación del
del mundo por la praxis que se ocupa en trans- bien como fundante y orientadora de la vida hu-
formarlo, del marxismo; la voluntad de voluntad mana a sus fines, se rebela precisamente el radi-
nietzcheana; en todas estas actitudes la primacía cal antropocentrismo que quiere ejercerse en la
de la acción, no condicionada en sí misma y en primacía incondicionada de la acción. Todo fin
cuanto tal por fines que la trasciendan, no legis- que sea «aquello a que la acción tiende» ha de
lada por una normatividad natural -para la li- quedar excluido si la acción no puede tener otro
bertad de la acción no hay naturaleza sino a modo principio que ella misma. Por eso Fausto, de-
de obstáculo a superar u ocasión en que ejercer- clara que no busca la felicidad, para dar así ga-
se, al modo del no-yo en el sistema de Fichte- rantía de su compromiso, de su entrega al mo-
ni por una teleología que la ordene a un bien ab- vimiento sin descanso.
soluto, es siempre la expresión de un antropo- No podría negarse que en nuestra sociedad
centrismo que quiere alcanzar su radicalidad úl. contemporánea occidental este ideal actúa, lle-
tima. nando paradójicamente el ambiente y viniendo a
Ya Aristóteles había afirmado que la superio- ser el programa común y uniforme de los movi-
ridad de la prudencia y de la política sobre la mientos de no-conformismo e inquietud que orien-
sabiduría sólo tendría sentido si se afirmara tam- tan los sectores de «vanguardia» en la política,
bién que el hombre es lo supremo en el ente. en el arte, en la cultura y en la teología. Y no
Hablaba así a modo de argumento por reducción podría negarse que esto ocurre en un mundo en
al absurdo. Para él la praxis sería constitutiva- que se ejerce a escala planetaria la planificación,
239

la programaclOn, la objetivación, la racionaliza- destinatario de la propaganda de la rebeldía y del


ción, es decir, en el que impera esta «metafísica» movimiento permanente.
de nuestros días que es para Heidegger la tecno- De aquí la paradoja de la situación contempo-
logía como ejercicio de la voluntad de voluntad. ránea, en la que se produce un uniforme no-con-
Ocurre también que es de un modo progresiva- formismo como triunfo de la hegemonía de una
mente uniforme y «propagado», en el que se dice filosofía de movimiento universal y permanente,
que «cada uno» se niega a ser alienado, cada jo- pero en la que la conciencia de opresión y aplas-
ven se niega a ser manipulado, cada mujer se nie- tamiento por parte de esta sociedad progresiva
ga a ser «objeto». es, en un sentido mucho más profundo, verda-
Podría interpretarse este proceso, con el triun- dera y auténtica.
falismo filisteo de los tecnólogos de una política El hombre concreto e individual, la persona,
educadora y conformadora de la sociedad, como la sustancia individua de naturaleza racional, el
el impacto de las tareas progresivas de los diri- espíritu subsistente «en carne y hueso», es total-
gentes de la planificación en el progreso de la mente heterogéneo respecto de la nebulosa de la
toma de conciencia de las nuevas generaciones. ilimitada y absoluta acción postulada por la me-
Las alienaciones, las opresiones y manipulaciones, tafísica de la primacía de la praxis.
la reducción a «objeto», pertenecerían constituti- «Sois lo que sois», responde Mefistófeles con
vamente a la tradición y al pasado; sería sólo un ironía trágica a Fausto, al darse cuenta éste de
lastimoso malentendido el que haría que algunos que lo que busca solo puede alcanzarlo un dios,
las atribuyesen a la evolución progresiva de la y de que está tan distante de lo infinito como lo
sociedad industrializada y tecnificada, es decir, estuvo siempre antes de su compromiso de mo-
regida por una ciencia puesta al servicio de la rá- vimiento permanente. «Sois lo que sois», visto
pida transformación de las condiciones de la vida como objeto, como «en-sí», como ente de la ná-
humana. turaleza, como parte del absurdo y nauseabundo
Tengo la convicción de que los que piensan existente, se os continúa viendo sometido a la
así no han alcanzado a una reflexión profunda necesidad ciega y compacta. Al ser mirados no
sobre los problemas de la existencia del hombre somos sino cosas, y las cosas son lo que son.
contemporáneo, y que influidos por las propa- En verdad que, cancelada la primacía de la
gandas y arrastrados por lo que públicamente se contemplación y con ella la verdad y el bien en
dice cada día, no han caído en la cuenta de que lo que es, deja de tener sentido final el «ver»,
el antropocentrismo expresado en la primacía ab- aunque fuese reconocido, o más bien precisamen-
soluta de la praxis se ha constituido a sí mismo en te si fuese reconocido, como aquello a que todos
una metafísica absoluta y aún en una religión, al los hombres tienden por su naturaleza. Deja de
adorar la libertad y la historia, la acción y el pro- tener sentido la admiración y la teoría, la actitud
greso, no tiene nada serio y último que decir sobre de detenerse a mirar, que sería anulación de la
el «pobre» individuo humano, el que está en la na- vida para el que así se detiene.
turaleza de las cosas, el hombre empírico y «feno- Al cancelar la primacía de la contemplación,
ménico», sobre el Cayo o Sempronio que tritura el antropocentrismo radical expresado en la pri-
Fichte en nombre del carácter absoluto, altivo y macía absoluta de la praxis cancela el reconoci-
libre, del espíritu, sobre el «quien» que no puede miento de aquello que es dignissimum in tota
dar razón de sí mismo en el contexto del lenguaje natura. Persona es nomen dignitatis, pero esta
verdadero, en el duro diálogo de la fenomeno- dignidad entitativa no puede ser admitida, ni en
logía del espíritu hegeliana. sí mismo ni en el prójimo, por el hombre en-
El mito del hombre como puro sujeto activo, diosado y suicida entregado al mito de la acción
libre e incondicionado, sin naturaleza ni ley na- sin fin.
tural, sin subordinación a fines a los que aspire Demasiados hombres concretos y reales ha-
por una inclinación impresa en su ser sustancial, brán sido víctimas de esta seducción de despre-
se refiere un «para-sí» inexistente en la realidad cio al ser y a la verdad por la afirmación del
natural. Cada uno de nosotros, considerado en sí para-sí como pura actividad y libertad, para que
mismo, queda reducido al plano de lo objetivo y no reconozcamos que ha podido tomar fundamen-
natural, que en definitiva sólo es para la libertad to la acerba fenomenología sartriana sobre el «ser
campo de acción, resistencia a vencer, y también mirado». Porque desde la incodicionada afirma-
240

clOn de la voluntad y de la praxis la mirada es de noticia». Valores y deficiencias, carácter y ap-


sólo dominadora, y por esto ofensivamente «ins- titudes, y no sólo su vida personal y familiar sino
pectora» y aplastante. incluso la profesional y política, difieren, a veces
Esta fenomenología del mirar pretende apoyar con radical heterogeneidad, de lo que ha alcan-
con un argumento existencial el antiteísmo pos- zado a traspasa,r la misteriosa frontera que sepa-
tulativo del existencialismo ateo. Dios sería el ra la desconocida realidad de la prestigiosa no-
«inspector» infinito, cuya mirada eterna y omni- ticia.
presente anula toda posible libertad. El hecho responde a la utilización domina-
Ahora bien, esta argumentación antiteística y dora, a la finalidad política y no teorética, de
la fenomenología de la mirada humana en que se los medios de comunicación social. El hecho se-
apoya hacen patente el drama del humanismo ría menos grave si el hombre continuase siendo
ateo. Y nos invitan a dar una respuesta ad homi- conocido a nivel doméstico por sus familiares y
nem al sin-sentido de un antropocentrismo que amigos; pero ahora que la «tercera edad» es tam-
recusa la verdad y el bien en el ser y la contem- bién un «tema sociológico» y de programación
plación y el amor en la felicidad del hombre. sociopolítica, está ocurriendo cotidianamnete en
Atendamos con sinceridad a la situación del las grandes ciudades la vida y la muerte solitaria
hombre contemporáneo, en la sociedad regida por de los ancianos, mientras la infancia parece estar
una voluntad planificadora al servicio de sí mis- destinada por el progreso y por la emancipación
ma y sin fines «especulativos». Lejos de ser aplas- de la mujer a ser atendida por el Estado por per-
tado por la mirada del prójimo, hallaremos tal sonal especializado, o entregado en los niveles
vez que en su trágica soledad, perdido en lo pú- económicamente más altos a la atención merce-
blico y sumergido en la socialización impersonal naria y utilitaria de los baby seekers.
de pretendidas «relaciones humanas», este hom- Un literato conocedor del mundo de hoy po-
bre podría ser caracterizado con el título de: «el dría fingir, con fundamento en la realidad, la bio-
hombre a quien nadie miró». grafía novelesca de este «hombre a quien nadie
El lenguaje de una ciencía que sirve a la efec- mkó», que podría haber sido reiteradamente fo-
tividad técnica utiliza cada vez más un extraño tografiado, radiografiiado, sometido a análisis clí-
modo de significar: llama fenómeno sociológico nicos y tests psicológicos, y cuyos datos podrían
al paro obrero, experiencia patológica a la en- estar archivados en abundantes ficheros y memo-
fermedad, y problema psicológico al que debería rias electrónicas. Este hombre podría haber vivi-
llamar mental o psíquico o tal vez espiritual. do constantemente inmerso en grupos multitudi-
La estadística y la encuesta se formalizan mate- narios. ¿Podríamos imaginar el tipo de «proble-
máticamente en una sociología que no contempla ma psicológico» que se daría en un hombre así
esencias en los grupos o relaciones sociales, pero desde su infancia y en su adolescencia y al acer-
cuya concreción y aplicabilidad exige, como a la carse a la juventud y a la madurez? ¿O acaso no
reflexología y a la psicología de la conducta, n<;> es un problema así el que afecta a compañeros
detenerse a contemplar sino aquello que puede o convencinos o familiares nuestros"? ¿No tiene
ser, por el cálculo, dominable. que ver con esto la difusión de las drogas y el
En los medios de comunicación social se uti- suicidio juvenil?
liza a veces la expresión «es noticia» para atri- El «ser mirado», con mirada desinteresada,
buirla a personas o acontecimientos. Se pone así contemplativa y amorosa, lejos de ser destructor
de manifiesto su inclinación a ocuparse y a ha- y anonadante, es una exigencia radical de la exis-
blar de «aquello de que se ocupan y hablan» tencia y de la vida humana personal. Kant habla
aquellos mismos medios de comunicación. Apa- del imperativo de considerar al hombre siempre
rece un extraño mundo nuevo de entidades como como fin y nunca como medio, pero el formalis-
de «secunda intentio» que podría definirse como mo ético enlazado a la primacía de la razón prác-
el del «ente de noticia», lo que tiene ser en el tica no puede dar fundamentación a tal exigen-
mundo de la noticia y cuya entidad o esencia con- cia. Sólo si se reconoce teoréticamente el ser per-
siste en la noticiosidad. sonal como lo que es dignissimum in tota natura
Hemos podido hacer muchas veces la expe- y -puesto que el ente se convierte con el bien-
riencia desconcertante de ver hasta qué punto son como lo bueno «honesto» máximamente, como el
los hombres distintos de su traducción en «ser único término posible del amor de amistad, que-
241

da fundamentada la comprensión del ser perso- creciente de la metafísica del idealismo de la


nal como el fin y bien propiamente y por sí mis- voluntad y de la acción, en la que hay que incluir,
mo amado, ya que todo lo demás sólo puede ser pese a cuestiones de palabras, el marxismo. Pri-
deseado, querido, para la persona. macía incondicionada de una praxis «sin temor»,
Por esto la vida personal quedaría negada si y también sin respeto ni amor hacia lo que es en
se diese a la mirada sentido instrumental o útil sí fin y bien.
en orden a la efectuación de resultados proyecta- Desaparecido el reconocimiento contemplativo
dos «sin temor» por una acción no radicalmente de la verdad y del bien, queda sin fundamento
exigida y atraída por lo bueno en sí. Un hombre una distinción que fue fundamental para el pen-
podría haber sido muchas veces mirado en este samiento griego, y que el pensamiento occidental
sentido -quizá para diagnosticar y dictaminar cristiano mantuvo en lo profundo aunque con ter-
sobre la oportunidad y procedencia de su euta- minología menos rica y precisa.
nasia- y sentirse íntimamente en la situación Me refiero a la dicotomía praxis-poiesis. La
trágica del hombre a quien nadie miró. La feno- praxis es la acción humana deliberada y elegida,
menología sartriana, en su proterva unilaterali- en cuanto orientada a la perfección del hombre,
dad, no considera sino aquella situación que es al bien humano como dice Aristóteles. Sus hábi-
precisamente la creada en el orden de las relacio- tos perfectivos son las virtudes éticas y la pru-
nes sociales por la pretendida autarquía de una dencia, que perfecciona el entendimiento práctico
subjetividad que quiere ser libertad incondicio- para la recta elección. La poiesis es la eficiencia
nada, y que es por ello mismo ceguedad soberbia humana en cuanto causativa racionalmente de per-
y arbitrariedad anárquica e implacable. fección y bien en lo efectuado por el hombre; su
De aquí que en el mundo en que se quieren hábito perfectivo es la tejne, que se tradujo al
proclamar los derechos humanos desde una pers- latín por ars, y que es la vktud de la razón en su
pectiva de antropocentrismo radical, se pueda función poiética, regulativa de la poiesis humana
palpar en el ambiente el advenimiento del temor. en cuanto productiva de efectos.
La opción de la voluntad imperante y planifica- Praxis y poiesis se entrecruzan constitutiva-
dora puede hacer suceder la decisión eutanásica mente, pero para el pensamiento helénico se man-
al apremio de la atención hacia los subnormales tenía precisa la distinción entre el sentido y fina-
o hacia a la lucha contra el cáncer. Se optará en lidad de una y otra, que en cuanto tales son
su momento, según lo que se quiera conseguir y distintas e irreductibles. Mientras en el plano
según parezca útil, supuestos los datos que ofrez- ético es reprobable el que yerra o causa un efecto
ca la pirámide demográfica, y el equilibrio entre deficiente por voluntad consciente, en el orden
la producción y el consumo. No es anecdótico que técnico será deficiente el que yerra cuando quie-
sea desde presupuestos doctrinales y actitudes re acertar, mientras que el que produce de intento
ideológicas desde las que se combate la pena de el efecto deficiente muestra con ello el dominio
muerte, donde se comience a proclamar también que tiene sobre los efectos que produce. Lo que
como derecho humano, como derecho de la mu- en el lenguaje ordinario llamamos un hombre
jer, el aborto. práctico sería llamado correctamente, en esta ter-
Si creemos ver en esto una inconsecuencia es miología griega, un hombre capacitado o hábil
porque está presente todavía de un modo amplio en el plano poiético o técnico. La perfección del
y profundo, más de lo que se admite expresa- hombre práctico se entiende, desde aquella misma
mente, la concepción cristiana del hombre y la terminología helénica, como definida por la pru-
elaboración teorética sobre la misma que fue dencia y las virtudes morales.
principalmente obra de San Agustín, y que es pa,r- Para una praxis no normada en sí misma por
te nuclear del patrimonio espiritual y cultural de una ley natural, y para que las leyes «de la na-
Occidente. Pero aquella paradoja no es inconse- turaleza» no son sino la condición según la que
cuencia para quien se sitúe en la perspectiva de ejercer su dominio, que en cuanto praxis es autár-
las concepciones filosóficas para las que son ilu- quico e incondicionado, carece de sentido la dis-
sión el yo personal, su libertad y albedrío y su tinción entre la rectitud moral y la eficacia téc-
responsabilidad moral. nica.
La soledad y opresión del hombre contempo- Si el antropocentrismo radical de la primacía
ráneo son efectos connaturales de la hegemonía de la praxis reduce lo teorético al constituirse la
242

acción en algo absoluto, con ello sucumbe la pra- la voluntad que lo ama se ejerce plenamente el
xis misma y la moralidad, que quedan identifica- acto por el que se define la nobleza suprema del
das con el poder activo y eficiente de la razón. La entendimiento; sólo la criatura racional, la perso-
que quiere ser libertad suprema, viene a ser sumi- na creada a imagen de Dios, puede ser amada por
sión del hombre a una actividad transformada en cuanto sólo ella en el Universo creado dice razón
control tecnológico y planificado, al servicio de de bien y de fin propia y plenamente; toda ciencia
su utilización como instrumento de procesos de y toda filosofía desconectada de la contemplación,
producción-consumo. entendida como comunicación de vida personal,
Si tenemos presente aquel desprecio «filosófi- sería vacía y sin valor perfectivo del hombre.
co» por la substancialidad espiritual y personal Quiero añadir aquí una palabra de homenaje a
del hombre y por su libre albedrío, que inspira Jaime Bofill, el que fue catedrático de Metafísica
las concepciones ideológicas dominantes en el Oc- de la Universidad de Barcelona, que tuvo este
cidente contemporáneo -en lucha con su tradi- punto como preocupación central de su tarea filo-
ción cristiana- comprenderemos que no es un sófica.
contrasentido, sino algo fundado en el dinamismo Toda ley tiende, afirma Santo Tomás, a cons-
propio de una política constituida en religión y tituir la amistad de los hombres entre sí o de los
que concibe el Estado como providencia del hom- hombres con Dios como fin último. El fin de la
bre, el que la comunicación de las ideas sea téc- leyes el amor. El amor, en su exigencia incondi-
nica de propaganda y publicidad, la educación se cionada, pone en marcha toda praxis y la rige y
transforma en manipulación o en amaestramiento ordena. El amor no cae, de suyo y en cuanto tal,
para causar técnicamente un aprendizaje, y la en el contenido elegible y prudencial de la praxis
reflexología y el conductismo sean los métodos humana, antes la trasciende y sostiene -la cari-
de este modo de comprender el gobierno de los dad teologal no está bajo sino sobre la prudencia
hombres. infusa o sobrenatural- a la vez que es como el
La inhumanidad y unidimensionalidad no son núcleo y el corazón más íntimo de lo contempla-
accidente o anécdotas, sino que brotan de la raíz tivo o teorético.
del humanismo ateo y ponen de manifiesto su La primacía final de la contemplación, que es
trágico sin-sentido. Esto nos lleva también a cons- compatible y que exige el reconocimiento de una
tatar la impotencia ante esta situación de todo primacía dinámica de la acción en el hombre
intelectualismo teoreticista, que será estéril e im- viador, la no escisión ni antítesis entre lo teoré-
potente, y que es radicalmente opuesto a lo que tico y lo práctico, se comprenden sólo si no se
es más nuclear y decisivo para un pensamiento ignora la implantación del amor en el orden de lo
cristiano auténtico sobre la persona humana. El contemplativo, de la que deriva la exigencia y
hombre no soportaría tampoco ser mirado única- el imperio del amor sobre la praxis. Si no com-
mente como dato para un estudio científico uni- prendemos el supremo acto contemplativo como
versal sobre la naturaleza humana. comunicación de vida y la inserción del amor en
Frente a las escisiones entre la teoría y la la contemplación como felicidad del hombre, no
praxis y frente a la autosuficiencia inhumana de habremos comprendido tampoco lo que es la sa-
una acción ciega para el bien y despiadada en su biduría humana y cristiana. «No se entra en la
ignorancia del amor, nos urge comprender un verdad sino por la caridad.» «El que no ama no
aspecto fundamental de la filosofía cristiana. Sólo conoce a Dios, porque Dios es amor.»
en el conocimiento del bien adquiere su culmina-
ción sapiencial lo teorético; sólo en la mutua in- FRANCISCO CANALS VIDAL
clusión del entendimiento que conoce lo bueno y Génova, 10 de septiembre de 1976
La bancarrota del liberalismo
y el Reino de Cristo
La bancarrota del liberalismo y el Reino de Cristo pueblos sometidos a su yugo, y con las contra-
dicciones en las que necesariamente cae en su
Las ideas, los textos y el título de este artículo desarrollo por razón de los errores que lleva
están extraídos de dos obras del insigne publi- ocultos bajo hipócritas fórmulas.
cista Enrique Ramiere. Fueron escritas hace aho- El liberalismo ha llegado a esta hora fatal
ra un siglo, pero su contenido, por su acuciante en que, renegando de todas sus máximas, y
actualidad, no sólo permite adaptarse a los pre- desmintiendo todas sus promesas, destruye
sentes tiempos, sino que, más aún, parece pensado sus propios principios con el último desarrollo
y escrito para los hombres de hoy. de sus consecuencias.»
La obra «La bancarrota del Liberalismo», que
aparece en 1875, comienza así: ¿ Qué es lo que se entiende por liberalismo?

«Dando una mirada a todo el mundo civili- «El liberalismo es aquel sistema que afir-
zado, vemos brotar de los acontecimientos que ma la completa independencia de la libertad
se van realizando, dos verdades en apariencia humana, y niega por consiguiente toda auto-
contradictorias, y en realidad unidas entre sí ridad superior al hombre, sea en el orden in-
por necesario enlace, y son: el liberalismo telectual, en el religioso, sea en el político. Tal
obtiene por todas partes un triunfo completo, es la idea que se colige de la famosa Declara-
espantoso; y ello no obstante, por doquier se ción de los dérechos del hombre, símbolo fun-
ve obligado a destruirse a sí mismo. damental del liberalismo (... ).
Que este infausto sistema triunfa por todas Por lo tanto, Dios ya no es el Señor, ni en
partes, no es necesario demostrarlo, basta el orden intelectual, ni en el religioso, ni en el
abrir los ojos para convencerse de ello. El libe- político; en esta triple esfera el hombre es so-
ralismo ha afirmado a un tiempo su dominio berano. Tal es el principio del liberalismo, ne-
sobre las almas, las leyes y las costumbres... gación directa y absoluta de la doctrina cató-
y sin embargo, en el momento en que sus cons- lica, que afirma la soberanía de Dios en todos
piraciones eran coronadas con el más pleno los órdenes en los que el error liberal procla-
triunfo, en el momento en que el liberalismo ma la independencia del hombre.»
se había asegurado el concurso de todos los
poderes que tienen la misión de combatirlo, un El liberalismo es el anticristianismo
defensor de la verdad, el diputado Reichens-
perger, tenía el valor de proclamar en el Pa.r- «Es en verdad imposible creer en la divinidad
lamento de Berlín la bancarrota del libera- de Cristo y negarle su dignidad real sobre la socie-
lismo. dad, como es imposible admitir que el Hijo
(... ) Tales la venganza reservada por Dios de Dios se haya hecho hombre y que de hecho no
en favor de la eterna verdad, momentánea y sea jefe de la familia humana; que haya aceptado
aparentemente vencida por el error. Cuando el título y la misión de Salvador, y que sea lícito
éste ha llegado al apogeo de su poder y se a los individuos, a las familias, a los pueblos bus-
lisonjea de haber conquistado un imperio irre- car fuera de El su salvación. Si es cierto que en
sistible sobre los ánimos y naciones todas, la sociedad la naturaleza humana alcanza su per-
Dios le hace expiar su victoria con un doble fección, y por el ejercicio de las virtudes sociales
castigo: con los desastres que acarrea a los se acerca más y más a la naturaleza divina, limi·
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tar el imperio del Hombre-Dios al estrecho círcu- «Si no se reconoce pura y simplemente la
lo de las conciencias individuales y desterrarle de autoridad que el Hijo de Dios ha venido a es-
la sociedad, es lo mismo que arrebatarle su más tablecer en la tierra, para llenar sus veces no
bella corona y excluirle de su más bello dominio. queda en pie ningún poder capaz de dirigir la
Menos absurdo sería negar francamente su divi- razón del hombre, gobernar su libre voluntad
nidad.» y refrenar sus malas pasiones. Fuera de Dios
Por lo demás, el liberalismo llega demasiado no hay para mandar al hombre más que los
tarde para oscurecer el dogma de la autoridad hombres sus iguales, ¿y qué hombre podrá
real de Jesucristo sobre la familia humana; pues- arrogarse sobre sus semejantes la autoridad
to que entre todos los títulos del Hombre-Dios no que él niega al Criador? Lo repetimos: recha-
hay quizás otro que le sea dado más solemnemen- zada la doctrina católica, la lógica sólo está
te por las profecías antiguas, y que más alta y de parte del liberalismo extremado. En el or-
repetidamente sea proclamado en las Santas Es- den intelectual, ,religioso y político, el hombre
crituras. El fue anunciado a la humanidad mu- es independiente, la libertad humana es sobe-
chos siglos antes de su venida como el Rey de las rana, y el derecho de cada uno no tiene otro
gentes y el Deseado de los pueblos. Las enteras límite que su poder. He aquí lo que exige la
naciones, y no algunos individuos tomados aisla- lógica de las ideas y lo que tarde o temprano
damente, son invitados en las sagradas Letras a exigirá la lógica de los hechos. ( ... ) El radica-
ponerse bajo sus leyeis y a recibir la paz que les lismo es el liberalismo sincera y lógico, que
trae. Dios da a su Hijo las naciones en herencia, y proclama todos sus principios y no retrocede
le encarga las gobierne con cetro de hierro. Son ante ninguna de sus consecuencias. .. En el
finalmente los reyes y los jueces de la tierra a orden político es la demagogia, el derecho otor-
quienes el Omnipotente intima a rendir homena- gado a la multitud de destruir o cambiar a su
je a su Cristo, si quieren evitar su indignación gusto las instituciones civiles. En el orden po-
( ... ).
lítico-religioso, es la plena esclavitud de la so-
ciedad religiosa a la sociedad política.»
Por espacio de catorce siglos las naciones cris-
«Es absolutamente insostenible la posición
tianas, aun en sus más culpables desvaríos, no
intermedia del liberalismo conservador. Si no
pensaron jamás en contrastar esta supremacía del
admite la doctrina social fundada por el cris-
Hijo de Dios. Príncipes y pueblos convenían en
tianismo sobre la caída y redención del hom-
reconOcer su autoridad como la base de todos los
bre, debe necesariamente admitir en toda su
poderes, y su ley como la norma de todas las
extensión la doctrina antisocial, deducida del
leyes. Así formaban bajo su paternal cetro una
socialismo de la hipótesis naturalista. La ló-
familia de naciones, que se llamaba la Cristian-
gica del error, favorecida por la violencia de
dad. La Revolución, destruyendo esta creación, la
las pasiones, ha hecho deducir las últimas con-
más sublime de cuantas ha sido escenario la tie-
secuencias de los principios liberales y no hay
rra, ha consumado una verdadera herejía social, y
en el mundo poder ni habilidad bastante para
cabalmente el liberalismo ha erigido en sistema
contenerlas ... "Es necesario ser católico o so-
esta culpable negación de los derechos de Jesu-
cialista", ha dicho muy bien Saint-Bonet. Toda
cristo. Después de todo esto, ¿hemos hecho mal en
la política gira en torno a estas dos ideas: o el
llamarlo el anticristianismo?
hombre nace bueno, y de ahí la libertad, la
igualdad de derechos, la no necesidad de códi-
go penal, o el hombre nace inclinado al mal.
Liberalismo y socialismo La cuestión religiosa es toda la cuestión polí-
tica. Vuestro racionalismo, oh hombres de Es-
Muchos, todavía hoy, creen que el socialismo tado, es la metafísica del socialismo.
radical: el marxismo revolucionario, surge como Tal es la conclusión: Liberalismo y Revolu-
una reacción contra los fallos y excesos del libe- ción son una misma cosa. El liberalismo es la
ralismo económico: el capitalismo. Ramiere nos doctrina de la Revolución y la Revolución es
demuestra cómo el socialismo no es ninguna reac- la aplicación del Liberalismo... y los pueblos
ción, sino el lógico desarrollo de los principios que se han dejado seducir por la mentira del
liberales: liberalismo, por necesidad de la lógica inexo-
245

rabIe, se ven obligados a beber todo el cáliz de «¿En qué fundamos nuestra esperanza? En
sus consecuencias.» primer lugar, en Dios, el omnipotente médico
de las sociedades, y después, aunque en un
La ley de la razón inversa de las fuerzas represivas sentido muy diverso, en el exceso del mismo
mal. Tal es la enseñanza que da el estudio de
Ramiere expone la que llama «Ley de la razón la Historia: vemos que la Providencia no tiene
inversa de las fuerzas represivas», tan cierta como medio más eficaz para aleccionar a las socie-
la de Kepler, y que por sí sola bastaría para pro- dades, que la experiencia de las funestas con-
bar la inevitable bancarrota del liberalismo polí- secuencias de sus errores. Antes de curarlas
tico: la necesaria correlación entre la disminu- de los males que se han acarreado con su infi-
ción de la autoridad de Dios y el acrecentamiento delidad, permite que se agraven estos males
de la fuerza brutal: hasta el punto que parezcan irremisiblemente
incurables; y entonces es 'cuando muestra su
«Es del todo claro que se hace indispensa- poder y su bondad, enviándoles del cielo el
ble que haya una fuerza represiva cualquiera remedio que en vano habían pedido a la tierra.
que sea, y que la sociedad tiene por uno de sus Consideradas de esta suerte, bajo el punto
principales deberes la creación de esa fuerza de vista de la divina misericordia y respecto
para su defensa común. De dos maneras pue- de los pueblos que Dios quiere salvar, las mis-
den ser reprimidas las violaciones a que están mas tinieblas pueden, con su obscuridad, ser
expuestos los derechos: por dentro o por fuera, el indicio de la aproximación de la luz. En
con la influencia moral o con la fuerza bruta. este sentido creemos ver hoy día, en el que-
Cuanto más la Religión dominará sobre las brantamiento general de las bases más esen-
almas, conteniendo sus desordenadas pasiones, ciales de la sociedad, el indicio de una próxi-
tanto menos necesario será reprimir los exce- ma intervención de la divina misericordia.
sos con la fuerza material, y al contrario ésta Cuanto más desesperado es nuestro estado
deberá ser tanto más rigurosa, cuanto más respecto a los hombres, con más firmeza con-
influencia aquella haya perdido. Semejante ra- fiamos en la bondad divina.
zón inversa, que se halla en la misma natura- Desesperen en buena hora aquellos que pue-
leza de las cosas, viene también a ser confiT- den persuadirse de que Dios ha dado ya a su
mada por la experiencia. De los múltiples Iglesia toda la gloria que la tenía destinada
notables hechos en que se apoya Le Play, uno en la tierra. Por lo que a nosotros toca, abri-
sólo tomaremos, y éste es en que en dos nacio- gamos la invencible persuasión de que los pa-
nes de Europa, en las que hasta ahora se ha sados triunfos de la verdad no son más que
conservado más su autoridad social, ha sido los comienzos de un triunfo mucho más com-
casi nula e innecesaria la fuerza pública; nos pleto que le está reservado en lo porvenir. Cada
referimos a los pequeños cantones católicos de vez que ha sido acometida por un error parcia:!,
Suiza y a las provincias vascas del Norte de ha parecido que debía sucumbir; pero no ha
España; y aun en algunos puntos de estas pro- tardado en suceder a aquella aparente derro-
vincias, para mantener asegurado el orden, ta, una gloriosa victoria.
bastaba colocar en sitio público la vara que Nada puede impedirnos esperar que Dios
representa y simboliza la autoridad.» va a conceder a su Iglesia semejante compen-
sación, y esta vez la victoria parece deberá ser
¿Cuál es el remedio? tanto más gloriosa, cuanto el ataque ha sido
¿En qué fundamos nuestra esperanza? tanto más violento, y la derrota en apariencia
más irremediable.
El autor se pregunta: ¿Dónde hallaremos el No ha sido una sola verdad la que ha sido
remedio para este deplorable estado de cosas? atacada en esta ocasión, han sido todas las
Parte del principio de que los servidores de Dios verdades. No ha sido un solo pueblo el que se
tan sólo pueden luchar con las armas de la ver- ha sublevado contra la soberanía de Jesucris-
dad y de la justicia, y que ni recurriendo a la to, ha sido toda la sociedad moderna. Las
fuerza, ni al poder de los príncipes, se podrá ya leyes de la Providencia parecen exigir que a
restituir la salud a la sociedad moderna. esta universal apostasía vaya unida una com-
246

pleta restauración; y como la apostasía e~ la de Dios y constituirse fuera de Jesucristo. Esta


falta no sólo de los príncipes y de los gobIer- pretensión es la que mata a la sociedad moderna;
nos , sino de la sociedad entera, así la restau-
, y mientras no la rechace completa e irrevocable-
ración debe obrarse con el concurso esponta- mente, en vano intentará librarse de la muerte.
neo de los gobiernos y de los pueblos.» Todos los que llamará para reparar sus ruinas,
sólo levantarán muros sin argamasa, según la ex-
presión del Profeta, y sus construcciones se de-
No es imposible para Dios
rrumbarán al primer soplo de la próxima tempes-
tad. Todos sus progresos serán vanos engaños,
«Si se nos dice que esta conversión es huma-
todos sus inventos sólo servirán para agravar sus
namente imposible, no lo negaremos; pero en
desórdenes, estimulando su egoísmo. En vano será
cambio sostenemos, y esto nos basta, que no es
que uno y otro día llame a la paz; la paz no ven-
imposible a Dios.
drá. Proclamarán la libertad y su esclavitud irá
No, no es imposible a Dios obligar a la socie-
en aumento, mientras na restablezca en su trono
dad humana a que reconozca esta indispensable
al único verdadero libertador, y hasta que no se
necesidad de la autoridad divina, que sus doloro-
establezca de nuevo sobre el fundamento que le
sas agitaciones la hacen cada vez más sensible; puso la misma mano de Dios, el único verdadero
no, no es imposible hacer aceptar a nuestra socie- pacificador.
dad la 'Soberanía del Hombre-Dios, como no lo
Entonces y sólo entonces comenzará la nueva
fue en otro tiempo imponer al mundo pagano el
era. Entonces el mundo nuevo será creado. En-
dogma de la unidad de Dios. El divino poder, que
tonces el EvanRelio, aceptado como regla de las
hizo el primero de estos milagros, es capaz de
relaciones sociales, al propio tiempo que la de las
obrar el segundo. Si el mundo no merece seme-
individuales, permitirá conservar paz sin agotar
jante gracia, es acreedora de ella al menos su
los recursos en ruinosos armamentos, y mante-
Iglesia, cuyas pruebas terrestres r~claman e~ta
ner los derechos sin oprimir la libertad. Entonces
compensación, y la merece Jesucrzsto, a qUIen
la sociedad, instruida por la dura, pero saludable
Dios, su Padre, prometió, por boca de todos sus
enseñanza de la experiencia, iluminada por las
profetas, el universal establecimiento de su so-
mismas tinieblas que han amontonado tres siglos
beranía.
de estériles discusiones, comprenderá mejor la
Lo que es indudable al menos, es que este solo
suavidad del yugo que le impone la autoridad
milagro puede hacer brotar la luz en el seno del
divina, y rendirá a Jesucristo y a su Iglesia un
caos en que se halla abismada la sociedad moder-
tributo más libre que el del temor y más duradero
na. No hay remedio humano para esta mortal en-
que el de una ignorante sencillez.»
fermedad de las almas. Cualquier religión nueva
( ... ) Quizás este triunfo no lo veremos noso-
es imposible; cualquier filosofía es radicalmente
tros con nuestros ojos en esta tierra; pero ¿qué
impotente. . importa? ¿Acaso no debemos darnos por muy sa-
No queda, pues, otro recurso: o es preClSO re-
tisfechos habiendo cooperado a él?
nunciar para siempre al más preciado tesoro del
Si, como confiamos, Jesucristo debe reinar un
hombre o consentir en recibirle de manos de
día en la sociedad humana, libre y amorosamente
Aquel q~e vino a traérnoslo del cielo. La sociedad
sometida a sus leyes, noS cabrá un gran contento
humana sólo puede volver a entrar en el goce de
con poder decir que, sacrificando nuestra popula-
la verdad, el día en que reconozca de nuevo por
ridad, y despreciando la ira de la opinión, pudi-
Rey al que dijo: YO SOY LA VERDAD.»
mos contribuir, en la medida de nuestras fuerzas,
a facilitar el establecimiento de este terrestre
El reino de Cristo reino del Hombre-Dios;a procurar a la Iglesia esta
gloria y a la sociedad humana esta felicidad.»
«La causa de los males de la sociedad moderna
es la pretensión de poder sustraerse a la soberanía J. J. E.-S.
Dos textos clarividentes de Donoso Cortés
Viniendo ahora a las causas de esta revolu- La escuela liberal tiene por oficio proclamar
ción, el partido progresista tiene unas mismas las existencias que anula y anular las existencias
causas para todo. El Sr. Cortina nos dijo ayer que que proclama. Ninguno de sus principios deja
hay revoluciones porque hay ilegalidades y porque de ir acompañado del contraprincipio que la des-
el instinto de los pueblos los levanta uniforme y truye. Así, por ejemplo, proclama la monarquía, y
espontáneamente contra los tiranos. Antes nos luego la responsabilidad ministerial, y, por con-
había dicho el Sr. Avecilla: ({¿Queréis evitar las siguiente, la omnipotencia del ministro responsa-
revoluciones»? Dad de comer a los hambrientos.» ble, contradictoria de la monarquía. Proclama la
Véase pues aquí la teoría del partido progresista omnipotencia ministerial, y luego la omnipotencia
en toda su extensión: las causas de la revolución soberana, en materias de gobierno, de las asam-
son, por una parte, la miseria; por otra, la tira- bleas deliberantes, la cual es contradictoria de la
nía. Señores, esa teoría es contraria, totalmente omnipotencia de los ministros. Proclama la sobe-
contraria a la Historia. Yo pido que se me cite rana intervención en los asuntos del Estado de
un ejemplo de una revolución hecha y llevada a las asambleas políticas, y luego el derecho de los
cabo por pueblos esclavos o por pueblos ham- colegios eleotorales para fallar en última instan-
brientos. Las revoluciones son enfermedades de cia, el cual es contradictorio de la intervención
los pueblos ricos; las revoluciones son enferme- soberana de las asambleas políticas. Proclama el
dades de los pueblos libres. El mundo antiguo er~ derecho de supremo arbitraje que reside en los
un mundo en que los esclavos componían la electores, y luego acepta más o menos explícita-
mayor parte del género humano; citadme cuál mente el supremo derecho de insurrección, con-
revolución fue hecha por esos esclavos. (En los tradictorio de aquel arbitraje pacífico y supremo.
bancos de la izquierda: La revolución de Espar- Proclama el derecho de insuHección de las mu-
taco.) chedumbres, lo cual es proclamar su soberana
Lo más que pudieron conseguir fue fomentar omnipotencia, y luego da la ley del censo electo-
algunas guerras serviles; pero las revoluciones ral, lo cual es condenar al ostracismo a las mu-
profundas fueron hechas siempre por opulentísi- chedumbres soberanas. Y con todos estos princi-
mas aristócratas. No, señores, no está en la escla- pios y contraprincipios se propone una sola cosa:
vitud, no está en la miseria el germen de las revo- alcanzar a fuerza de artificio y de industria un
luciones; el germen de las revoluciones está en equilibrio que nunca alcanza, porque es contra-
los deseos sobreexcitados de la muchedumbre por dictorio de la naturaleza de la sociedad y de la
los tribunos que la explotan y benefician. Y seréis naturaleza del hombre. Sólo para una fuerza no
como los ricos; ved ahí la fórmula de las revolu- ha buscado la escuela liberal su correspondiente
ciones socialistas contra las clases medias. Y se- equilibrio: la fuerza corruptora, la corrupción es
réis como los nobles; ved ahí la fórmula de las el dios de la escuela, y como Dios, está a un
revoluciones de las clases medias contra las clases tiempo mismo en todas partes. De tal manera ha
nobiliarias. Y seréis como los reyes. Ved ahí la combinado las cosas la escuela liberal, que donde
fórmula de las revoluciones de las clases nobilia- ella prevalece, todos han de ser forzosamente co-
rias contra los reyes. Por último, señores, y seréis rruptores o corrompidos; porque en donde no
a manera de dioses; ved ahí la fórmula de la pri- hay ningún hombre que no pueda ser César, o
mera rebelión del primer hombre contra Dios. votar al César, o aclamar al César, todos han de
Desde Adán, el primer rebelde, hasta Proudhon, el ser o Césares o pretorianos. Por esta razón, todas
último impío, esa es la fórmula de todas las re- las sociedades que caen debajo de la dominación
voluciones. de esta escuela, mueren de una misma muerte:
todas mueren gangrenadas.

(Donoso Cortés, «Discurso sobre la dictadura», pronuncia- (Donoso Cortés, «Ensayo sobre el catolicismo, el liberalis-
do el 4 de agosto de 1849. Obras completas, B.A.C., vol. n, mo y el socialismo», publicado en julio de 1851. Obras com-
pág. 193. Madrid, 1946.) pletas, B.A.C., vol. 11, págs. 450-451. Madrid, 1946.)
LA REVOLUCION LIBERAL EN ESPAÑA
JOSÉ M.a ALSINA ROCA

La revolución liberal española fue la obra de El testimonio de los que asistieron a la implan-
una pequeña minoría aristocrática y conservado- tación del régimen liberal, incluso el expuesto por
ra, partidaria del «justo medio», que ni siquiera sus propios defensores, resulta demostrativo del
era liberal en sentido estricto. Enfrentados a la verdadero estado de cosas. El embajador inglés
mayoría del país, que era tradicional, y acosados Villiers, que tuvo gran influencia en la política
por la minoría radical progresista, esta aristo- española por el apoyo que dio a Mendizábal, afir-
cracia, ni siquiera era burguesa, sólo miraba y le maba en el año 1835 el carácter artificial y con-
preocupaba sus intereses, ambiciones y lo que trario a las aspiraciones del pueblo español de la
podían pensar sus congéneres franceses o de las revolución liberal que se estaba introduciendo en
«potencias del norte». España.
El liberalismo español no hubiera triunfado
sin el apoyo de los monárquicos fernandinos que «Todo lo que está ocurriendo -escribe Vi-
no comprendieron el sentido de la guerra de la lliers a su hermano-- les parece bien a los que
Independencia y, menos aún, la oposición que se están fuera del país, quizá también al observador
levantó contra la política del trienio liberal, ex- superficial dentro de él; pero está hueco y podri-
presada en la Regencia de Urge!. Estos hombres, do. Es como traje de oropel y la sonrisa forzada
de los que Calomarde ha quedado como tipo re- del comediante al que el espectador aplaude. Pero
presentativo, realizaron su labor más deleznable si pasara al otro lado del telón vería que todo
durante la «década ominosa». ello es miserable, corrompido y deplorable... La
Llenos de contradicciones, como lo señala Do- gran masa del pueblo es honrada, pero es carlista;
noso Cortés, su falta de realismo y su desarraigo odian a los llamados del Gobierno liberal, insti-
popular no son más que la consecuencia de su tuciones liberales y hombres liberales porque sa-
propia utopía y del orgullo de quienes creen que ben por experiencia que de este estado de cosas
«el justo medio» es, por definición la verdad que se derivan peores resultados que de un solo dés-
ha de complacer a todos. La realidad histórica pota. El principal error que cometéis, tú y otros
desmintió siempre a esta pretensión de quienes, extranjeros, es creer que el pueblo español está
como señala Vicente Pou, creían que el carácter esclavizado o tiranizado. No hay en Europa un
español había de medirse por el suyo propio. pueblo tan libre; las instituciones municipales son
Hoy en día se ha hecho tópico afirmar el ca- republicanas; en ningún país existe tanta igual-
rácter popular de las ideas revolucionarias. Se dad. El pueblo se rige por unas cuantas costum-
presenta el principio de la «soberanía del pueblo», bres antiguas, le importan poco las Leyes y los
como surgido de este mismo pueblo, que se le Derechos Reales y hace más o menos lo que le
supone enfrentado a los usos y costumbres tra- apetece. No hay distinción de clase y todo está
dicionales. Esta afirmación es totalmente tergi- abierto a todos ... Me refiero únicamente a la ple-
versadora de la realidad histórisca y el caso espa- be; el resto -gentes de frac -están corrompi-
ñol es, más que ningún otro, revelador de esta dos, son egoístas, ignorantes y brutales y despó-
falsedad hoy tan extendida. La revolución liberal ticamente tiránicos cuando están en el poder, y
en España no llegó como consecuencia de las serviles e intrigantes hasta que acceden a él.
exigencias populares, sino que, por el contrario, El hombre no confía en el hombre, no tiene más
despreciando el sentir de este pueblo, le fue im- objetivo que el dinero y todos los medios le pare-
puesto por parte de una minoría ilustrada y aris- cen buenos para obtenerlo. No hay integridad ni
tocrática, pedante y ciega para la realidad que patriotismo ni civismo. Sabiendo esto, como yo
tenía ante sus ojos. Fueron éstos quienes intro- lo sé, puedes juzgar cuán repugnantes son los des-
dujeron en España la corrupción para ganarse vengozados alardes de valor y patriotismo y qué
unos adeptos que no sentían tampoco la causa pocas esperanzas hay de que esté próximo el mo-
del liberalismo. mento en que sean una décima parte de lo que
249

pretenden ser... La gran mayoría es carlista y habían tenido un gran impacto en los medios li-
partidaria del rey absoluto.» berales españoles. Arias Tejeiro en setiembre de
este año anota en su Diario:
Durante el contradictorio reinado de Fernan-
do VII, especialmente durante la época llamada «¡Cuánto tiempo hace que estoy diciendo que
por la historiografía liberal «la década ominosa», lo temible es la revolución legal! Todos los pasos
se preparará el ambiente propicio para que vaya del Gobierno tienden a esto. Sus últimos nombra-
penetrando en España la necesidad de una revo- mientos, su realismo de amalgama, su sistema y
lución liberal. El alejamiento de las esferas po- tendencia toda. Añádase a esto la influencia in-
líticas de aquellos que más se habían significado glesa; y los tontos durmiendo, confiados en que
por su lucha antiliberal durante el trienio 1820- la nación no quiere la revolución.»
1823, Y por el contrario la presencia en puestos
de responsabilidad política de aquellos hombres A partir de 1832, lo que hasta entonces se
pertenecientes a los sectores que habían colabo- había ido preparando, gracias al prestigio y con-
rado con la monarquía de José Bonaparte o ha- fianza de que gozaba Calomarde en algunos me-
bían mirado con simpatía incluso el gobierno li- dios realistas, va ser llevado a cabo con toda cla-
beral, hará surgir un enfrentamiento de la eufo- ridad y rapidez. La vida de Fernando VII se aca-
ria popular hacia el monarca que se reflejará en ba y es necesario preparar el momento para ase-
los levantamientos realistas especialmente el de gurar la sucesión de Isabel II que, como se teme,
Cataluña conocido con el nombre de la guerra no será aceptada por gran parte de la nación.
deIs agraviats. La primera medida es la sustitución de los capi-
El ambiente y opinión que se había formado tanes generales por otros que gocen de la confian-
entre los sectores genuinamente realistas sobre za de los liberales. De igual modo se procede con
la política dirigida por los ministros de Fernan- los subdelegados de la policía y con la supresión
do VII, especialmente por Calomarde, queda re- de la Inspección General de voluntarios realistas.
flejado en este fragmento del diario de Arias Te- El decreto de amnistía, en la misma fecha en que
jeiro, personaje que tendrá gran importancia en se abrían las Universidades clausuradas desde el
la corte del Pretendiente durante la guerra car- año 1830, denota que los que apoyan la suce-
lista. Se refiere a la situación política durante los sión Isabelina quieren alagar al sector liberal ante
años 1828-1829, es decir, en plena «década omi- el apoyo popular que rodea a D. Carlos.
nosa», tan falsamente juzgada por los historiado- Donoso Cortés en su Historia de la Regencia
res liberales como la época de la «reacción». de la Reina María Cristina, escrita durante el des-
tierro de ésta, con el fin de preparar el ambiente
«iDes~aciada nación! S. M. se empeña en sos- para su retorno, comentaba estos hechos con es-
tener tales ministros, hombres que no sólo por tas significativas palabras:
su ignorancia, sino por un perverso plan trazado
por las loldas, llevan a la nación a su ruina. En «Parecióle a la Reina que daría buen principio
efecto. nada más conocido. El gran obieto de la a su gobierno y una gran muestra de su afición
Cofradía moderada o camarillera ha sido agriar a los estudios de la sabiduría, mandando abrir
todos los ánimos y desquiciarlo todo, para que la las Universidades; y como lo pensó, así lo hizo tan
revolución llegase a ser necesaria y no hallase luego que comenzó a gobernar llevando la fecha
oposición.,. del 6 de octubre este Decreto memorable. Difícil-
mente conseguiría mi intento si quisiera describir
El desmantelamiento de los cuerpos volunta- el júbilo v entusiasmo con que recibía la nación
rios realistas, obra de la política calomardiana, este beneficio, el primero en el orden de los tiem·
así como la Pragmática Sanción, prepararon y pos si no en el de su importancia que le dispen-
posibilitaron el definitivo cambio de rumbo de la saba su Reina con mano generosa.
política de Fernando VII. Es significativo que »...Levantáronse los poetas, e impuesto silen-
hacía ya dos años se hablase de un proyecto de cio a la muchedumbre, se adelantaron hacia el
modificación de las instituciones en armonía con Trono pulsando las cuerdas de sus liras, espar-
las «luces» y el «carácter» de la nación. Los he- ciendo por los aires voces armoniosas y suavísi-
chos revolucionarios franceses de julio de 1830 mo cantos. Y la Reina, viendo esas muestras de
250

apasionada lealtad, parecía decir a los que la ro- naria, como lo señala Arias Tejeiro y que mira-
deaban, bañados también en lágrimas sus ojos: ban con desprecio las instituciones tradicionales
"¿No me habéis dicho que había aquí hombres y al mismo pueblo, las corresponde el haber crea-
revolucionarios y desleales? ¿Dónde está la des- do el cuerpo de policía, desconocido hasta enton-
lealtad, dónde la revolución en España?" ¡Des- ces por los españoles, haber introducido la corrup-
venturada Reina! la revolución estaba ya en todas ción y parcialidad en los destinos públicos y, lo
partes: fascinándote con sus ojos, empañándote que es altamente significativo auténticos y su
con su aliento lleno de ponzoña, adormeciéndo- sustitución por otros que, como el general Llau-
te con sus pérfidos halagos, estaba en la atmós- der podían alegar en 1834 «los importantes ser-
fera que te rodeaba, en esas voces concertadas, vicios prestados a la causa liberal mientras servía
en esos cantos suaves, armoniosos, en esas estré- a la monarquía absoluta» como inspector del ejér-
pitas bendiciones y en esas frenéticas alegrías. cito y en otros destinos».
»El Decreto de amnistía --continúa Donoso
Por esta razón, los hombres del «justo medio»
Cortés- vino a abrir las puertas de España a las
no encontraron después de la década ominosa
revoluciones. Yerran grandemente los que creen
ningún respaldo popular para poderse sostener
que cualquier tiempo es bueno para dispensar
contra sus aliados de ayer, cómo lo sintetiza Vi-
beneficios; que algunas veces se dispensan fuera
cente Pou: «Se esfuerzan en sostener vanamente
de sazón con grave detrimento del Estado. Una
el estado del justo medio, en que tan bien se
amnistía general otorgada por un Gobierno fuer-
hallan a costa de vencedores y vencidos, como si
te después de asegurada su victoria, y cuando los
la revolución debiera hacerse exclusivamente en
tiempos corren prósperos y bonancibles, es una de
su provincia. Quieren, después de haberla empu-
aquellas providencias que bastan para honrar la
jado, que se detenga en el umbral de sus puertas».
memoria de los reyes, otorgada, empero, en tiem-
poh revueltos y banderizos, y por quien tenía que Describe Vicente Pou la debilidad de los cristi-
resolver una cuestión dinástica y otra política an- nos liberales desde que la turba de republicanos y
tes de afirmar la corona en la cabeza, no podía demagogos a la que despertaron con el grito mági-
traer en pos de sí sino lo que trajo para nosotros: co de la libertad, los ha abandonado en medio de la
catástrofes y desventuras.» carrera, impacientes por llegar al término del furor
revolucionario que ellos habían desencadenado.
La composición de estas fuerzas cristiano-libera-
A partir de aquellos momentos y a pesar de
les la describe Pou en estos términos: «Empleados
que el moderantismo tendrá un papel importante
y pretendientes ávidos de fortuna; literatos sin
en los momentos inmediatamente posteriores a
prudencia que confunden la idea de gobernar los
la muerte de Fernando VII. el triunfo pertenecerá
pueblos constituidos con la fantasía de crear Cons-
al sector más exaltado del liberalismo, es decir,
tituciones para naciones imaginarias, políticos cos-
a lo que se llamará el partido progresista. La in-
mopolitas únicamente extranJeros a las ideas y
fluencia de las ideas ilustradas que habían ido
sentimientos de la nación que les dio el ser; egoís-
penetrando en España, la ambición del poder y
tas sin patria que todo lo sacrifican a su propio
la ceguera política llevaron a distanciar cada vez
interés; a~iotistas de bolsa que hallan el medio
más al Gobierno de la Regencia de María Cristi-
de aumentar sus riquezas en los vaivenes y tras-
na de la realidad del pueblo español. Los aliados
tornos de un Gobierno fluctuante y transitorio;
del momento del partido moderado, se conver-
jóvenes sin carrera que en los cambios sucesivos
tirán muy pronto en sus enemigos y el ropaje
esperan entrar por el atajo y lucir las primeras
artificioso y falsamente tradicional con que se
plazas; hombres ilustres y poderosos por su cuna
quiere vestir aquel edificio revolucionario, nos
y sus grandes posesiones, pero sin capacidad, sin
referimos al Estatuto Real, solamente encontrará
mérito personal, y sin costumbres para conservar
un pequeño eco en aquellos sectores que creen
la influencia que les diera naturalmente aquellos
que podrán mantener su posición cortesana den-
antecedentes, teólogos jansenistas prontos siem-
tro de una monarquía de corte revolucionaria,
pre a ensayar en la I~lesia los planes que sus
imagen de la monarquía, orleanista que se había
compañeros plantean al Estado.»
instalado en Francia con Luis Felipe.
A los hombres, que durante el reinado de Fer- El carácter de los españoles no podía avenirse
nando VII habían preparado la tarea revolucio- con el partido del «justo medio». Su corazón -es-
251

cribe Pou- grande en todos conceptos no puede como civiles. Aunque se encubriera bajo fines ha-
contentarse con la mitad del bien ni con la mitad cendísticos o de reactivación económica, preten-
del mal y no para hasta disfrutar el uno o el sión que ya la historia ha juzgado como falsa, la
otro por entero. Es importante subrayar el carác- desamortización persiguió principalmente un ob-
ter «selecto» de los partidarios isabelinos. Repeti- jetivo político: crear unos intereses que vincula-
damente los políticos de la situación, para satis- ran definitivamente al sistema liberal a aquellas
facer y apaciguar a los Gobiernos europeos con- clases sociales que se enriquecieron mediante di·
traponían las fuerzas sociales que apoyaban al cha desamortización. Estas clases sociales no fue-
trono isabelino frente a los del Pretendiente ron las clases humildes sino aquellas que ya te-
D. Carlos. Así se expresaba Nicolás Garely ante nían un poder económico en la época anterior y
el Estamento de Próceres en 1835: que habían tenido un papel preponderante en el
inicio de la revolució liberal dirigida por el par-
«Si D. Carlos reinase en España, ésta volvería tido moderado. Estos «intereses creados» corta-
en breve a los siglos bárbaros. Porque, ¿quiénes rían definitivamente el camino de «marcha atrás»
serían los que se apoderarían de las riendas del ante los excesos de la revolución y hacían impo-
Estado? Las dos clases peores y más perjudicia- sible la alianza con los partidarios de D. Carlos
les de la sociedad, a saber, la teocrática ínfima, como reacción a estos excesos. Se imposibilitaba
poco ilustrada, y la proletaria; las dos que tienen así cualquier veleidad política derechista del par-
menos interés en la verdadera felicidad de la na- tido moderado.
ción; porque las más cultas, las más poderosas, Lo que hemos querido decir, lo podemos resu-
todas ellas, con rarísimas excepciones, se han pro- mir de este modo. Las características de la revo-
nunciado por nuestra Reina y Señora Doña Isa- lución española, heredera de las ideas del enciclo-
bel. Volvamos sino la vista a este mismo Esta- pedismo y de la Ilustración francesa, que tuvo
mento de Próceres y en él veremos lo más es- gran influencia en algunos ministros del reinado
clarecido de España, por las armas, por las le- de Carlos 111, tuvo sus momentos más álgidos en
tras, por la nobleza.» 1812 con la Constitución de Cádiz y durante el trie-
nio liberal de 1820-1823. Pero se asentó y se pusie-
De igual modo, en el mismo año, Martínez de ron las bases de su futuro desarrollo durante la
la Rosa, en las instrucciones cursadas para tran- época que los historiadores liberales han llamado
quilizar la las potencias del norte y solicitando el la década ominosa o absolutista que siguió al trie-
reconocimiento al trono de Doña Isabel afirmaba nio liberal. Los hombres y los hechos que prevale-
el carácter conservador, y de orden que suponía cieron durante esta fase del reinado de Fernan-
su Gobierno, reprentado por la clases «elevadas do VII fueron los que realmente prepararon e hi-
y ricas». cieron posible el tdunfo de la revolución liberal.
Pero las pretensiones de paz y orden, caracte- En esta época se puso de manifiesto que la
rísticas del partido conservador, se verían pronto revolución liberal española tenía un carácter mar-
desmentidas por la misma realidad. En julio, po- cadamente aristocrático, y más adelante tuvo que
cos meses después de estas declaraciones ocurría crear intereses económicos hasta entonces inexis-
la matanza de religiosos en Madrid y durante el tentes para posibilitar su permanencia política
año siguiente se extendía por distintas ciudades ante su total falta de arraigo popular. Por ello
de España. La guerra carlista va tomando mayor mismo encontró una tenaz resistencia entre el
auge, las sublevaciones de carácter liberal se mul- pueblo que Vicente Pou caracteriza en estos tér-
tiplican, los progresistas entran a formar parte minos:
del Gobierno, se decreta el restamiento de la Prág-
mática de Carlos III contra los jesuitas y, como «El carácter y sentimiento del pueblo español
final de una serie de acontecimientos revolucio- explicados por los hechos en todos los tiempos y
narios, un pronunciamiento de sargentos en La vicisitudes, en los grandes sucesos y en circuns-
Granja termina con el Estatuto Real y se res- tancias extraordinarias vienen en apoyo de estas
tablece la Constitución de 1812. mimas conjeturas. Piadosamente tenaces los es-
El hecho determinante para asentar la revolu- pañoles en su Religión, en sus costumbres y hábi-
ción liberal en España se puso en marcha con la to, en sus leyes, instituciones y antiguas formas;
desamortización tanto de los bienes eclesiásticos profundos en sus convicciones, y tan remirados
252

en empeñare como decididos y resueltos en los signados el momento propIcIo aunque deban le·
empeños una vez tomados, muy difícilmente se gar la esperanza a sus hijos y a sus nietos, por-
dejan abordar por nuevas y peregrinas teorías; que saben por repetidas experiencias que ésta,
su espíritu nacional de país y de familia, preva· aunque se difiera, nunca les ha engañado... El ver·
lece al de un mezquino egoísmo, y estrechamente dadero pueblo español, que en último resultado
unidos por unos mismos principios religiosos y decide en las grandes crisis, no es el que vocea
políticos, por grandes y comunes intereses, y por en las plazas y teatros, o se reune en los salones
un sentimiento heroico que les inspira la salva- y tertulias patrióticas de algunas ciudades popu-
ción de la patria a costa de todo sacrificio, sufren losas, sino el que atento a sus deberes se halla
con paciencia, resisten con firmeza, y esperan re- diseminado en toda la superficie de la península.»
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SO~ANDO CON EI~


BUEN FRAILE TOMAS (JII)
M. M. DOMENECH l.

Fray Tomás: -¿En qué estás pensando, hijo? D. - Deje que me explique, porque en el fondo
la nueva cosmología a que me refiero es formal-
Discípulo: -En lo que habría que hacer para mente idéntica a la suya. Lo único que cambiaría
poner al día toda su obra. es su expresión material concreta. Hoy podemos
conocer mejor nuestro universo material porque
F. - Ya sabes que esto es muy peligroso. Mu- hemos tenido más tiempo para explorarlo, y aun-
chos lo han intentado y acabaron interpretándome que esto se ha hecho ordinariamente con igno-
mal. Lo peor es el daño que han hecho, no a mí rancia filosófica y hasta con mab intención, se
que ya no pueden hacerme ninguno, sino a los pueden aprovechar los datos aportados por la in-
hombres aún morales, que no han podido bene- vestigación científica.
ficiarse de mi doctrina porque me atribuyen los Por lo que he podido averiguar su concepción
errores de mis malos intérpretes. cosmológica medieval puede resumirse en estos
puntos:
D. - Precisamente por eso estoy pensando en
hacerlo de una manera diferente. A mi entender 1.0 El universo tiene una simetría esférica en
lo único que hay que poner al día es la visión cos- cuyo centro se sitúa la tierra, primer elemento,
mológica medieval que usted tenía. Yo reescribi- como en su lugar propio, al que tiende como para
ría toda su obra, sin tocar absolutamente nada de conseguir la perfección de su forma. Concéntrica-
su teología ni de su filosofía, pero traduciría to- mente a la tierra se van situando los demás ele-
das las alusiones cosmológicas en términos de una mentos, agua, aire y fuego, que como más activo
nueva cosmología. ocupa un lugar más elevado. Completamos así la
región sublunar, donde los elementos constitui-
F. - Aun así podrías caer en el error de mu- dos por cualidades contrarias están sujetos al
chos. Lo que se entiende normalmente por nueva cambio sustancial. Más allá de la Luna entramos
cosmología es una interpretación evolucionista y en las esferas celestes, cuyos cuerpos, aunque
materialista del universo que degenera siempre en constituidos de materia y forma, sólo están suje-
el panteísmo, y nada está tan lejos de mi teología tos al movimiento local ya que su forma colma
como eso. completamente a su materia.
253

2.° El movimiento de los cielos es debido a ma. Más por razón de la forma, no corresponde al
sustancias intelectuales, porque los giros no pue- cuerpo celeste el estar en este lugar o en aquel.
den ser debidos a nada corpóreo ya que con ellos Luego el principio del movimiento celeste no es
no se alcanza ninguna perfección corporal, sino sólo la naturaleza. En consecuencia, el principio
sólo el ser causa del movimiento en los seres in· de su movimiento deberá ser algo que mueva por
feriares, con lo que se asemejan a Dios en el aprehensión».
causar, y se completa la generación de los elegi- Pues bien, este texto podría traducirse así:
dos que han de glorificar eternamente a Dios jun- «Si el principio del movimiento inercial fuera
to a los coros angélicos. sólo la naturaleza, sin aprehensión alguna, tal
Pues bien, hoy día sabemos que el universo no principio tendría que ser alguna forma, como pasa
tiene esa simetría esférica y que los mismos ele- entre los elementos; pues aunque las formas de
mentos están por todas partes sin tender a un lu- las sustancias químicas no sean motores, son, no
gar propio. Sin embargo podemos distinguir dos obstante, principios de movimientos, porque tras
causas diferentes de movimiento: una, las fuerzas ellas siguen los movimientos naturales, como to-
corporales y otra, la causa de la inercia. De las das las demás propiedades naturales. Pero es im-
fuerzas corporales resulta siempre un cambio cor- posible que el movimiento inercial siga a una for-
poral que se puede interpretar como una tenden- ma como a un principio activo. Pues la forma
cia a un mejoramiento ontológico o una resisten- es principio del movimiento local cuando a la
cia a perder el ser. En cambio los movimientos parte de un cuerpo le corresponde por ella tal lu-
llamados de inercia, no pueden explicarse así y gar relativo a las demás partes, hacia el cual se
exigen fiilosóficamente la acción de una sustancia mueve en virtud de que por la forma tiende a él;
inteligente por las mismas razones que usted atri- y entonces, como lo engendra, la forma se llama
buía a las sustancias separadas el movimiento ce- motor, como vemos que la parte de hidrógeno
leste. tiende a situarse a 0,965 Angstrom de la parte de
En resumen, se puede decir que cabría tradu- oxígeno en virtud de la forma del agua. Más por
cir sus obras sustituyendo sus términos« movi- razón de una forma, no corresponde a lo que se
miento celeste» por «movimiento inercia!», y «ten- mueve inercialmente el estar en éste o en aquel
dencia al lugar propio» por «tendencia a una for" lugar. Luego el principio del movimiento inercial
ma mejor». Simplemente así, quedaría puesta al no es sólo la naturaleza. En consecuencia el prin-
día su obra. cipio de este movimiento deberá ser algo que mue-
Vaya ponerle un ejemplo. En el cap. XXIII va por aprehensión». ¿Qué le parece?
del tercer libro de su Suma Contra Los Gentiles;
usted escribía, entre otras razones para demos- F. - Que esta manera de pensar puede hacer
trar que el movimiento celeste obedece a un prin- mucho bien.
cipio inteligente: «Si el principio del movimiento
celeste es sólo la naturaleza, sin aprehensión al-
D. - Pero resulta difícil de entender. A casi
guna, tal principio tendría que ser la forma del
nadie le interesan a la vez la verdadera filosofía,
cuerpo celeste, como pasa entre los elementos;
las matemáticas y la física. Además los hombres,
pues aunque las formas simples no sean motores,
víctimas de la dialéctica, se pasan la vida discu-
son, no obstante, principios de movimientos, por-
tiendo y todos vamos tras el dinero, esclavos de
que tras ellas siguen los movimientos naturales
nuestras pasiones. El mundo ya no merece co-
como todas las demás propiedades naturales. Pero
es imposible que el movimiento celeste siga a la nocer la verdad.
forma del cuerpo celeste como un principio acti-
vo. Pues la forma es principio del movimiento lo- F. - Es lamentable que digas eso. ¿Has olvi-
cal cuando a un cuerpo le corresponde por ella dado que Nuestro Señor, que es el camino la ver-
tal lugar, hacia el cual se mueve en virtud de dad y la vida, a pesar de nuestros pecados, se en-
que su forma tiende a él; y entonces, como lo en- carnó y se manifestó a todos?
gendra, la forma se llama motor, como vemos que
el fuego tiende hacia arriba en virtud de su for- (entonces me desperté)
EL PENSAMIENTO ANTILIBERA L
DE SARDA Y SALVANY
NARCISO TORRES RIERA

Definición del liberalismo ofensa a Dios, nuestro creador y señor. El pecado


nos priva de la gracia divina y tal privación nos
«Cada cosa es lo que es», así escribe Sardá hace merecedores de las penas eternas del infier-
y Salvany en su libro «El liberalismo es Pecado». no. Queremos ir al cielo y ver a Dios cara a cara,
El liberalismo en sus distintas fases y aplicaciones lo cual nunca puede ser factible colaborando y
es siempre la rebeldía del hombre frente a Dios. transigiendo con las doctrinas liberales, u otras
«Es la emancipación social de la ley cristiana, o doctrinas de semejante índole. Ni siquiera es
sea el naturalismo político». Tal rebeldía implica aceptable una caritativa colaboración en su fa-
la consciente ceguedad de unos hombres, que en vor, pues uno se hace cómplice del pecado al per-
su manifiesto orgullo se empeñan en permanecer mitir la propagación del mal, hasta tal punto que
en las tinieblas del pecado arrastrando a él a incluso « es complicidad celebrar fiestas cívicas
quienes caen en sus pérfidas redes. El liberalis- o religiosas por actos notoriamente liberales o
mo es la divinización del hombre, quien subyuga revolucionarios; asistir voluntariamente a dichas
la fe a su capricho y gusto particular. fiestas; celebrar exequias patrióticas que tienen
más de significación revolucionaria que de sufra-
Intransigencia católica frente al liberalismo gio cristiano; pronunciar discursos fúnebres en
elogio de difuntos notoriamente liberales; adornar
Frente al liberalismo el católico tiene el de- con coronas y cintas sus sepulcros».
ber y obligación de ser intolerante, pues -conti-
núa Sardá y Salvany- «la suma intransigencia
católica es la suma católica caridad. Lo es en Urgencia de luchar contra el liberalismo
orden al prójimo por su propio bien, cuando por
su propio bien le confunde y sonroja y ofende y El liberalismo debido a su inspiración satá-
castiga. Lo es en orden al bien ajeno, cuando por nica no ceja en su premeditado plan de querer
librar a los prójimos del contagio de un error hundir la nave de la Iglesia católica, y para ello
desenmascara a sus autores y fautores, los llama los liberales se reúnen en asociaciones, fundan
con sus verdaderos nombres de malos y malva- periódicos, abren escuelas, hacen constituciones
dos, los hace aborrecibles y despreciables como para someter bajo su mezquina autoridad no
deben ser, los denuncia a la execración común, y sólo a los católicos, sino a sus bienes, sus liber-
si es posible, al celo de la fuerza social de repri- tades, su magisterio, su enseñanza oficial o pri-
mirlos y castigarlos. Lo es finalmente en orden a vada, y en definitiva a su vida, pues sucumbir a
Dios cuando por su gloria y por su servicio se una tal esclavitud es en cierto modo morir. Por
hace necesario prescindir de todas las considera- ello, y «siendo el problema actual, en que anda
ciones, saltar todas las vallas, lastimar todos los revuelto el mundo, brutalmente práctico en toda
respetos, herir todos los intereses, exponer la la propiedad del adverbio subrayado», el católico
propia vida y la de los que sea preciso para tan -continúa Sardá-, para no sucumbir a una tan
alto fin.» gran ignominia tiene la urgencia de «oponer a la
pluma, la pluma; a la lengua, la lengua; pero
No se puede colaborar con los liberales principalmente al trabajo, el trabajo; a la acción,
la acción; al partido, el partido; a la política, la
Antes morir que pecar, pues el pecado es algo política; a la espada (en ocasiones dadas), la es-
mil veces peor que la muerte. El pecado es una pada».
255
La política debe subyugarse a la Religión y no principio la «Soberanía del Pueblo», es decir, en
al revés vez de dar culto a Dios, para el liberal se debe
dar culto al Hombre por el hombre, pero es evi-
La persona liberal acaricia con expresa ava-
dente que -como dice Sardá- «las mismas elec-
ricia el ideal nefasto, en países de auténtica, real
ciones que se pregonan como el acto más sagra-
y tradicional mayoría católica, de separación en-
do e inviolable de los pueblos libres, no es un se-
tre la Iglesia y el poder político, alegando hipó-
critamente la frase evangélica «a Dios lo que es creto para nadie que nos las da siempre hechas a
de Dios, y al César lo que es del César», como si su imagen y semejanza el ministro de la Gober-
nación».
todo cuanto es o representa el César no fuese
de Dios y por Dios. «Política y religión, dice Sar-
dá y Salvany, en su sentido más elevado y meta- Inflexibilidad de la tesis católica
físico, no son ideas opuestas ni aún separadas; al
revés, la primera se contiene en la segunda, como Tanto los que por centrismo «que no es más
la parte se contiene en el todo, o como la rama que una mutilación de aquellos derechos de Dios
se contiene en el árbol. La política, o sea el arte en aras de una falsa concordia entre El y sus ene-
de gobernar a los pueblos, no es más, en su par- migos», como los que con extremismos indebidos
te moral, que la aplicación de los grandes prin- adoptan una tesis revolucionaria «que es el falso
cipios de la Religión al ordenamiento de la so- derecho que pretende tener la sociedad a vivir por
ciedad por los debidos medios a su debido fin ... sí sola y sin sujeción alguna a Dios, a su fe, y
la política es una parte muy importante de la Re- en completa emancipación de todo poder que no
ligión, porque es o debe ser sencillamente una proceda de ella misma», van en contra de la Igle-
aplicación en grande escala de los principios y sia Católica, cuya tesis, en sí misma extremada-
de las reglas que dicta para las cosas humanas mente inflexible, «es el derecho que tienen Dios
la Religión, que en su inmensa esfera las abarca y el Evangelio a REINAR exclusivamente en la
todas». Es patente que para el Estado laico o esfera social, y el deber que tienen todos los ór-
liberal no hay ni bien ni mal, sino que las cosas denes de la esfera social de estar sujetos a Dios
o son útiles o son inútiles, yen consecuencia nun- y al Evangelio».
ca puede haber Justicia en su sentido más ver-
dadero.
La gran responsabilidad actual
España, País de eterna Cruzada
Como muy bien se ha dicho respecto a la fe
Para Sardá y Salvany España es y será un «servir es reinar» y en este sentido todo cuanto
«país de eterna Cruzada» en lucha constante con- se haga al servicio de la fe servirá no sólo para
tra los enemigos de la fe católica, hasta tal pun- honrar mejor a nuestro único Dios, sino también
to que «desde San Hermenegildo hasta la guerra para el mejor bienestar del género humano. «Sólo
de la Independencia y más acá la defensa armada la Verdad nos hará libres» y es una verdad que
de la fe católica es un hecho poco menos que ca- tanto el «el liberalismo, como el socialismo y el
nonizado». Es un hecho que sólo quienes falsean comunismo (como dice León XIII en su encíclica
la historia de España con intencionada ignoran- Diuturnum) son la MUERTE DE LA SOCIEDAD»,
cia u omisión olvidan que: «creación oficial han por eso Sardá y Salvany termina su libro dicien-
sido aquí todas las llamadas exigencias de la épo- do: «¡Gran responsabilidad alcanzará ante Dios y
ca; oficialmente se ha implantado aquí la REVO- ante la patria a los que de palabra o de hecho,
LUCION; oficialmente y con el presupuesto se por directa conmisión o por simple omisión, se
la ha mantenido; acampada como un ejército in- hayan hecho cómplices de esta horrible celada,
vasor vive sobre nuestro suelo, y a costa de él su por la cual con falsas excusas de mal menor y de
burocracia, que es la única que explota sus be- hipotéticas circunstancias, no se logra otra cosa
neficios». que anular los esfuerzos de los que sostienen ser
aún posible para España la íntegra SOBERANIA
Imposición de las Constituciones liberales SOCIAL DE DIOS, y ayudar a los que pretenden
llegue a ser un día absoluta en ella la soberanía
Los liberales pregonan como una petición de del demonio!»
¿ES PECADO EL LIBERALISMO?
RAMÓN GELPf SABATER

Hace poco más de un siglo, un prestigioso contrarios» * se aplica en todos los órdenes y
sacerdote de la ciudad de Vic, Sardá y Salvany, funciona como una ley de orden superior que rige
escribía un curioso y documentado libro titulado la Naturaleza, la Ciencia, la Moral, etc. Tampoco
«El Liberalismo es pecado», que tal vez algunos nos vamos a detener aquí en analizar estas reglas
de nuestros lectores ya conozcan. que constituyen la base filosófica de la llamada
Este libro, naturalmente, estaba escrito para «Revolución permanente» y demás expresiones ya
su tiempo; y este su tiempo era precisamente en conocidas por nuestros lectores, pero sí queremos
el que el relajamiento y acomodación de algunos hacer hincapié en la importancia que tienen estos
católicos había creado la imagen del «Católico principios en su orientación y enfrentarse a Dios
liberal» que, aceptando los principios de la Revo- y a su Creación y a su Providencia.
lución en forma más o menos mitigada, trataba Sí, lo peor del Comunismo no es su Doctrina
de «asimilar» la Doctrina de la Iglesia a tales Social, consecuencia lógica y natural de su base
principios. filosófica, no es su praxis y su «astucia dialécti-
No vamos a entrar en detalles ni a juzgar la ca», como llaman ellos a su forma descarada de
obrita de Sardá y Salvany; simplemente la cita- mentir,o su moral, inmoral, basada en los mismos
mos y la usamos como tema para el título de este principios; lo peor del Comunismo son estos mis-
mucho más modesto artículo. Pero la pregunta mos principios enfrentados a toda Providencia
sí la queremos plantear: ¿Es pecado el Liberalis- Divina y a toda idea de Religión y sin los cuales
mo? Porque hoy, en nuestros días, cuando ya al- el Comunismo no sería tal.
gunos católicos están en la fase de acomodación Pero esto, que con mayor o menor claridad es
de las doctrinas marxistas, parece que al hablar observado por bastantes católicos, ha creado en
de Liberalismo se toca algo ya trasnochado. Hoy nuestros días una paradójica situación. El enemi-
día los liberales son «acusados» de «derechistas». go de hace 100 años es hoy considerado por mu-
Entonces tal vez pudiera parecer más lógico chos como amigo, o por lo menos aliado: El Li-
preguntar: ¿Es pecado el Comunismo? ¿Es peca- beralismo.
do el Socialismo? El Papa, ante la colaboración Se ataca al marxismo con argumentos neta-
de ciertos católicos italianos con el Partido Co- mente liberales: La. verdad y el error tienen los
munista, ha insistido repetidamente en la incom- mismos derechos. Y, claro está, la «Verdad mar-
patibilidad del Magisterio de la Iglesia con la xista» no puede tener la exclusiva; ha de convivir
doctrina y la praxis marxistas. ¿Es, pues, el Co- con el «error» Cristiano y otros errores interme-
munismo hoy, para los católicos, lo que fue el dios que constituyen la amplia gama de matices
Liberalismo en tiempos de Sardá y Salvany? ¿Se del Liberalismo. Los comunistas, naturalmente no
pueden usar por tanto hoy argumentos de tipo lo aceptan, ellos «poseen la verdad»; pero a veces
liberal para defender el Cristianismo ante los evi- «condescienden» por motivos tácticos y porque su
dentes progresos del Comunismo? moral no excluye la mentira cuando les beneficia,
Ciertamente que al Comunismo lo podemos y entonces este argumento liberal se vuelve contra
situar hoy como «mal mayor», que es preciso evi- el Cristianismo que sí posee la verdad: «Yo soy el
tar por todos los medios moralmente aceptables Camino, la Verdad y la Vida», dijo Jesucristo de
( y nótese que decimos «moralmente aceptables»). forma clara e inequívoca.
El Comunismo es, como todo el mundo sabe, ateo; El Liberalismo es también anticristiano, no
es algo más que esto, es anti-Teo, se rebela contra nos engañemos; su filosofía materialista es tam-
el orden natural creado por Dios y contra su or- bién atea y si «tolera» (y sólo hasta cierto punto,
den moral y espiritual y pretende crear un orden como sabemos muy bien) al Cristianismo es sola-
nuevo basado en la evolución y en sus «reglas del mente pa.ra no contradecir, al menos formalmente,
juego» de origen hegeliano. Su llamada «regla de su condición liberal. La Sociedad Liberal que priva
257

en Occidente no es sino los restos de la Sociedad cuando no inmoral? ¿Acaso no pierden también
Cristiana, la Cristiandad, que apostató de su con- y por añadidura el pudor, el respeto a la Fami-
fesionalidad, de su Fe, tras el triunfo de la Revo- lia ya la Autoridad (que procede de Dios) y hasta
lución Francesa y su implantación en Europa. su propia libertad en un mundo que no reconoce
Esta ideología, como todo el mundo sabe, se im- reglas ni moral y que concede iguales derechos
puso por la violencia (en nombre de la Libertad, al error que a la verdad?
eso sí.. .), atropellando a la Iglesia Católica, y se No, no pactemos con la Revolución Liberal ni
manchó las manos de sangre, salvando las distan- siquiera para defendernos del Comunismo; la Re-
cias en tiempo y lugar, de igual forma si cabe que volución es siempre anticristiana y no nos salva-
la Revolución Comunista. Y uno, ante ello, y vien- rá y, además, la experiencia demuestra bien clara-
do esta pretendida irtcompatibilidad entre la sO: mente que la Revolución Liberal no ha sido sino
ciedad Liberal y la Comunista, no puede menos la antesala de la Comunista, consecuencia lógica
que preguntarse: ¿Pero es que acaso la Revolu- de la inestabilidad de aquélla.
ción no es una? Para los católicos la Revolución es una, se
Ciertamente los comunistas harán que nues- llame con los nombres que quiera, y de ella jamás
tros hijos pierdan la Fe en sus escuelas con su saldrá bien alguno para la Cristiandad.
machacona propaganda atea (los comunistas son
sin duda unos magníficos publicistas), pero ¿acaso
no la pierden también de grado o por fuerza en .. Ver Principios fundamentales del Marxismo·Leninismo,
nombre del Liberalismo en este Occidente amoral de B. Ortoneda; Editorial Católica.

LA IGLESIA DEL SILENCIO EN CHILE


Viene de la página 264

noble, calumniosa y mendaz contra Pinochet, al hallan en la paradójica situación, en no pocas


cual, de otra parte, habiendo salvado a su Patria diócesis, de que han de adoptar la táctica de la
y a sus vecinos en 10 esencial, difícilmente se le «Iglesia del silencio», frenando, ya que no pueden
puede exigir 10 imposible. Las contrarrevolucio- hacer otra cosa, con su resistencia pasiva, el in-
nes no se realizan -utilicemos la ironía- con comprensible error de muchos de sus pastores
«ursulinas», y los choques son choques. Pero hay que se empeñan en hacer imposible el régimen
que mirar las cosas elevadamente. de Pinochet que, aparte de cuantos defectos pue
Lo que es extraño es que esta orquestración da tener, como humano que es -y habida cuenta
haya tenido la habilidad de engañar una vez más las enormes dificultades y triste herencia que ha
a tanta gente buena, pero boba. (Ya nuestra ge- tenido que superar-, en definitiva ha salvado las
nial Santa Teresa rogaba para que las buenas esencias cristianas y civilizadoras del amado Chi-
almas no fueran bobas). y en el engaño, haya le, nuestro país hermano, y quizá de gran parte de
arrastrado a gran parte de Jerarquia y pastores Ibero-América.
cuya ingenuidad es tan grande, como corta su
inteligencia. Los buenos cristianos, en Chile, se L. C.
AL MEDIO SIGLO

1917, EN LA TEOLOGIA DE LA HISTORIA


LIX
SIGUEN LAS CONSIDERACIONES SOBRE LA GRAN SUBVERSION
y LA NUEVA IDEA-FUERZA : CRISTO REY
¡Necesitamos un hombre! Proclamémolos bien alto. j Sí! Jesús Hombre -no
en vano se hizo tal- y «habitó entre nosotros», nos
Gustemos la última expresión de nuestro anterior atrae. Y, en cierto modo, digámoslo en confiada con-
artículo: i Dios tiene Corazón, y Corazón de hombre, fesión: ¿no es esto propio de nuestra condición hu-
como el nuestro! mana? Es innegable que parece más a nuestro alcan-
En los primeros siglos de la Iglesia, Satán -a ce Jesús-Hombre, visible, paciente, amable, Rey y
quien Dios permite «zarandearla»-, las grandes he- Señor nuestro, que Dios en su infinita majestad in-
rejías pueden condensarse en dos: una que en defi- visible. Y así, llenos de miseria, de indigencia, de
nitiva negaba la divinidad, y la otra la humanidad degradaciones, a punto de perecer, vemos al Hom-
de Nuestro Señor Jesucristo. Mas todo esto quedó ya bre. Al Unico que puede salvarnos. Y le tendemos
superado: quizá pocas veces haya tenido mayor vic- los brazos.
toria la Iglesia. Tanto, que quizá no se ha enfrentado
luego con herejías tan profundas hasta llegar a las Porque este hombre tiene, y nos lo muestra abier-
de la hora presente, que, diabólicamente, las resu- tamente, corazón
men y sintetizan a todas.
Cuanto vamos a decir ahora, nada tiene que ver El mayor Corazón de la Historia. El Hombre -el
con ellas: pero por prudencia hemos querido hacer- Jesucristo histórico, que vivió y padeció- nos atrae
les una referencia. por encima de todos los demás hombres de todos
Porque queremos señalar que quizá, hasta ahora, los tiempos y nada tiene de extraño que nos enseñe
ante la entrega, la adoración, el amor que nos exige tan abiertamente su Corazón. Que le llevó a dar su
la figura de Jesucristo y que ha originado divinas vida por nosotros, a redimirnos, porque nos amó
cataratas de santidad, quizá se ha producido el he- primero.
cho de que nos fijásemos más en nuestro Jesús en Fuente de su Amor. Y remarquémoslo. Jamás na-
su naturaleza divina que en la humana. ¿No es na- die en el mundo, se ha sentido arrastrado por un
tural, de otra parte? ¿No es infinitamente más Dios político, por un jefe, por un capitán, sólo por sus
que el hombre? Pues bien. También en este terreno talentos. No. Todos los que han sabido arrastrar a
vamos a reivindicar la victoria para nuestro Señor los demás, en una forma u otra -siquiera falsa-
Jesús. Precisamente cuando ahora la Humanidad, en mente- lo han hecho por corazonadas, unas veces
su Apostasía, en su negación de Dios -« i Dios ha sinceras, otras no. Pero usando de ellas.
muerto! »- pretende ser cada vez más antropocén- Tal es, infinitamente mayor, el secreto de Cristo
trica y prefiere siempre ver al hombre. Jesús. Y es el que, aun y habiéndolo expresado tan
¿Y qué hombre ha habido como El? Aun y cuan· claramente cuando quiso que el soldado le abriese
do no hubiera sido Dios: ¿cabría hallar, a lo largo el costado para que su Corazón traspasado nos diese
de toda la Historia, una figura humana semejante? todos sus últimos e infinitos tesoros de sangre, esto
Y es este apasionante «antropocentrismo» el que es, de amor y de agua, esto es, gracia, quiso que, en
hace que, por instinto, dirijamos nuestras miradas lo que podemos decir plenamente su conocimiento
a Jesús Hombre. Quizá en medio de tantas aberra- integral quedase reservado a estos nuestros últimos
ciones como hoy observamos, incluso en nuestros tiempos. «Miserear super turbam»!! Y de un modo
medios de difusión -prensa, radio, cine, tele-, es- especial ahora: cuando en nuestra máxima miseria
tas imágenes borrosas, casi siempre equívocas, la- más le necesitamos.
mentables, que nos llegan (apartemos de nuestro re- Ya no nos llamaremos más «turba» si somos fie-
cuerdo las blasfemas), tal vez tengan un fondo, como les a la salvación que se nos ofrece. Vemos mejor a
alguien ha hecho observar, de una añoranza hacia su nuestro Salvador, Dios, Jefe y Hombre. Y como que,
adorable Figura. Quizás es prueba de que se la echa según hemos dicho, en definitiva, lo que hace al hom-
de menos! bre es su corazón, símbolo y síntesis de su persona,
259

nosotros, hombres afligidos de esta triste actualidad, No se nos llame «profetas de desgracia»: decimos
conocemos más deleitablemente que nunca a Quien una verdad. Humanamente hablando -no se trata
es Camino, Verdad y Vida. Y gustamos la humanidad de «complejos apocalípticos)}-, no tenemos remedio.
de Cristo amable, sin límites, en esta admirable Creer que por el camino que lleva la Humanidad no
Síntesis que es su Corazón, divino Motor. Como de- va al desastre, es no tener sentido común. Es soñar.
cíamos en nuestro anterior artículo, i he aquí el des- Seamos realistas.
cubrimiento mayor de todos, en estos tiempos de Por tanto, ante la absoluta ausencia de remedios
grandes hallazgos hasta científicos y cósmicos! Helo naturales, recurramos a los sobrenatulares, los úni-
aquí: que Dios tiene corazón. i Oh, si comprendiése- cos que nos restan. Si nos hallamos ante una inun-
mos bien esto! «j Si conociésemos el Don de Dios!» dación, donde un Niágara centuplicado se nos echa
(Juan 4-10). encima, arrollándolo todo: ¿no seremos locos si no
confesamos que creemos más en la humilde oración
de una pobre vieja que en la actuación de los me-
Un corazón, mediador de mediadores jores ingenieros, impotentes para improvisar siquiera
la construcción de un dique protector? Y es que
Gustemos este pensamiento, tan piadoso como
cuando fallan, sin apelación, los medios naturales,
agudo. Cristo ha sido nuestro Mediador. Si obtuvi-
sólo queda un recurso para aquellos a quienes no
mos el Perdón de Dios Padre y la devoción de su
ciega un fatuo orgullo: Dios. Y así nos lo enseña-
gracia, no fue por ningún mérito nuestro, sino por
ría la infalible sabiduría de los humildes.
los de su Hijo. No tenemos otro derecho ni título
y es ahora, gustémoslo, repitámoslo una vez más,
para volver a ser sus amados (¿somos, siquiera,
en estos tiempos modernos, trágicos y miserables
amables?), sino a causa de que nos ve a nosotros,
como nunca, cuando nuestro Señor Jesús -y preci-
viles y pecadores, a través de El.
samente, en revelaciones dulces y consoladoras, pri-
Pero, (.qué podía, a su vez, mover a Jesucristo,
vadas y piadosas- nos quiso dar a comprender me-
Nuestro Señor, a hacer cuanto hizo en favor nues-
jor que antes no lo expresara, si cabe: que hay una
tro? Incluso humanamente, ¿cómo podía sentir hu-
solución para todo.
manamente también el ser hermano nuestro? El sólo
i Qué Jesucristo, que Dios tiene Corazón!
tuvo a Dios por Padre, y a la siempre bendita Vir-
gen María purísima por Madre, Mujer, Obra maestra
de Dios, surgida en medio de la triste y degradada y Pío XI lo proclama de nuevo, mancomunándolo
Humanidad como gentil milagro, Flor pura e inma- con la idea fuerza Cristo-Rey
culada nacida en medio de la misma miseria. Ni como
Dios, ni como Hombre, podía tener amor natural ni y es que los tiempos venían señalados por la
sentir la menor solidaridad hacia nuestra triste raza, Providencia.
la de Adán caído. Se veían sus signos.
Nos atreveríamos, esperando perdón para nues- En su deleite y contemplación dedicaremos nues-
tra audacia piadosa, adivinar que hemos tenido un tros últimos artículos de esta larguísima serie.
Segundo Mediador nuestro. Sin éste, ni a Jesucristo Signo de los tiempos. Ya se nos decía - j no es de
mismo comprendemos. Porque, ante El, el Hombre ahora!-, allá en los años veinte, que asistimos al
maravilloso, no podíamos soñar acercarnos ni con el {<j fin de la época constantiniana!}}
menor título. Y Hombre-Dios, Heno de méritos y per- Ya comenzaba lo de ahora. Algo increíble, increí-
fecciones infinitas. ble para el que sabe un mínimo de historia... casi de
y este Mediador: este, digámoslo, algo como Se- bachiIlerato! La Iglesia, acusada de todas las situa-
gundo Mediador, promotor de todo, no podía ser, y ciones de privilegio, requerida a confesar faltas y
no fue otro que el propio Corazón de Jesucristo, el errores.
que le movió a su infinita e inexplicable misericor- Era ya, por tanto, el momento de comenzar a
dia. i Porque Jesucristo, porque Dios tiene Corazón! alzar el estandarte -repetimos, genialmente manco-
munado al Corazón de J esús- de los derechos so-
Ante la absoluta ausencia de remedios naturales... beranos de Cristo-Rey que Pío XI aclamara.
De {{lEra Constantiniana» se acusa, y se acusaba
Nosotros, en nuestro orgullo, olvidamos lo que ya hace medio siglo, a nuestra Madre la Iglesia.
este Corazón divino sabe de nosotros. Que el natural ¿Cabe mayor despropósito?
castigo que nos aportan nuestras culpas nos hará Porque entendían por este tópico -que ahora
sentir: que ya en el pecado comenzamos a llevar la ya es más sobado- una situación, si no mundial, por
terrible penitencia, cuales son estos tremendos cas- lo menos europea V en lo que llamamos mundo tra-
tigos que nos afligen, el más típico de ellos -por dicionalmente civilizado, en que la Iglesia gozase de
visible y espectacular-, es por ejemplo, el de la gue- una posición, de una autoridad, básicas y recono-
rra atómica. cidas, articulada con el Estado, etc., etc., desde el
260

más alto grado hasta otros menores, y, por tanto, se niega! ¿Es que nuestra memoria flaquea?
también gozase de unos privilegios, base, según mu- Seamos serios. Recordemos los tiempos de nues-
chos, del actual y farisaico escándalo. tra juventud. Estos tiempos, precisamente, de los
Aun y cuando fuese justificado -que no lo es-, años del intrépido Pío XI, cuando un Cuero ejemplar
véase cuánta calumnia hay, e invención, en esto de -ya hemos repetido esta frase de la Escritura otras
la «era constantiniana». Y cuán lejos, desde hace veces- «era río caudaloso que alegraba la Ciudad de
siglos, de hallarse la Iglesia en situaciones de privi: Dios». Ahora nos dicen que aquellos sacerdotes ejem-
legio; sino, antes bien, de neta aflicción, cuando no plares, que no hace falta nombrar, porque todos, o
de declarada persecución. En un artículo nuestro lo recordamos, o nos han hablado de ellos (desde un
reciente, ya lo hemos sobradamente estudiado y co- Santo Claret, a un Sardá y Salva y o a un Fiter),
mentado. Permítasenos repetir alguno de sus con- «i estaban en el Tabor!» Mas bien creemos recordar
ceptos. haberlos visto, sentido, i en el Calvario!
Sepamos ser agradecidos a los que nos legaron
y sepamos ser agradecidos a aquella santa gene· este tesoro de Fe inconmovible que aún nos anima.
ración de sacerdotes que preparara la grande aco- De aquellos sacerdotes de nuestra juventud que que-
gida y gozo de la Iglesia ante el anuncio de Cristo maron sus vidas en su misiónh acia nosotros... y per-
mítasenos, con santa franqueza, exponerlos como
Rey... modelos a nuestro joven clero, por el que ellos, des-
No. La Iglesia, como algunos pretenden, i no ha de el Cielo, ruegan ...
sido llevada por ineptos y pancistas! Se nos ha lle- Desde hace siglos, notoriamente desde el XVIII, no
gado a decir -y ya hemos visto en las anteriores hemos visto a la Iglesia gozar punto de reposo. Unas
líneas con cuán poco fundamento- que la «Iglesia persecuciones han seguido a otras, Reforma, Abso-
sólo había vivido hasta ahora en las delicias del Ta- lutismos, Incredulidad, todo el ciclo desde la Revo-
bar». Es más aún: y por pluma -desgraciadamente lución francesa acá, para culminar en los dos gran-
prestigiosa- la peregrina opinión -que nos lleva, des monumentos, Colosos de la Immpiedad, surgien-
perdósenos el humorismo, al extremo de dudar si do del abismo: El Comunismo ruso y el Comunismo
«haber» se escribe con «h» -que ya es sabido que chino.
«gracias a la Revolución francesa, el Clero alcanzó No. La Iglesia no ha vivido en las delicias del
en nuestra Sociedad una situación de privilegio no- Tabor.
toria». Nosotros creíamos, de buena fe, tal como Por esto nos consolamos en los presentes artícu-
dicen todas las historias, que durante la Revolución los, que aun han de seguir, con la ayuda de Dios.
guillotinaban sacerdotes y ahogaban religiosos: cree- La devoción al Corazón de Jesús, coronándose en
mos -como antes hemos dicho- recordar y haber la Idea-Fuerza de Cristo-Rey.
visto con nuestros propios ojos lo mismo ... i Y ahora LUIS CREUS VIDAL

IUlIII::llllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllmmmlllllllllllllllllllll::11::::::::m:mmm::m:m::::mu:::mm:m:lll::::1III11:m:::ut:mm
En cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 21, en relación con el artículo 24, de la vigente Ley
de Prensa e Imprenta, publkaanos a continuación los nombres y apeIlidos del personal de la revista
CRISTIANDAD
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"S E ANONADO •••"
FRAY ANTONIO DE LUGO, OSH

Cuando el Apóstol San Pablo escribe a los Fili- y la humildad de corazón. A los Apóstoles, después
penses y les habla de la Encarnación de Jesucristo, lo de haberles lavado los pies en la última Cena, les
hace en términos que tienen una fuerza estremece- dice: «Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís
dora. Afirma del Verbo eterno de Dios que: «subsis- bien, porque lo soy; si, pues, os lavé los pies, yo el
tiendo en la forma de Dios ... se anonadó a sí mismo, Señor y el Maestro, también vosotros debéis unos a
tomando forma de esclavo, hecho a semejanza de los otros lavaros los pies» (Jn. 13-13). Es difícil que la
hombres, - se abatió a sí mismo, hecho obediente caridad fraterna esté a la altura que debe, si falta
hasta la muerte, y muerte de cruz» (2-6-8). Es meta- verdadera humildad, que nos mueve a olvidarnos de
físicamente imposible que Dios pueda dejar de ser nosotros mismos cuando se trata del bien de los
Dios, y no obstante, Dios, en la Persona de su Hijo demás.
eterno, se reviste de nuestra naturaleza, es decir, apa- Para nuestro pobre estilo resulta extraño que Je-
rece hecho hombre, lo cual califica el Apóstol de sús, Sabiduría increada, haya querido ser enseñado
«anonadamiento», de humillación, en un grado difícil por otros pese a la ciencia infusa que como hombre
de definir. El «exinanivit» latino nos aclara un poco poseía; se dejó mandar y obedeció no sólo a su Ma-
más la idea; se hizo como nada. Tomó lo que no dre Santísima y a San José, sino a las autoridades
era, sin dejar de ser lo que era; el Creador se pre- civiles y religiosas;obedeció hasta morir en la Cruz;
senta como criatura; Dios como hombre; el Santo más aún, permitió «ser tentado por el diablo», como
por esencia, el que no podía conocer el pecado carga leemos en el Santo Evangelio que dice: «Y al punto
sobre sí el fardo de todos los pecados de la huma- el Espíritu le saca al desierto. Y estuvo en el desierto
nidad; la maldición que merecían nuestros pecados cuarenta días, siendo tentado por Satanás; y vivía
recayó sobre El, que, por amor a los hombres «se entre las fieras, y los ángeles le servían» (Mc. 1-12).
hace maldición»; leemos en San Pablo: «Cristo nos Por dos veces, refiere San Mateo, que el tentador,
rescató de la maldición de la ley, hecho por nosotros ignorante de que Jesús era el Hijo de Dios, para salir
objeto de maldición, porque escrito está: "Maldito de dudas comienza su tentación, diciéndole: "Si eres
todo el que está colgado de un palo"» (Gal. 3-13). el Hijo de Dios" ... Hay que pensar que Satanás, al
i Qué abismos de contemplación amorosa y agrade- ver a Cristo colgado en la Cruz lo cree ya definitiva-
cida se ofrecen al alma que reflexiona sobre el anona- mente vencido... Luego, no es el que viene a des-
damiento del Señor! Sí, por nosotros los hombres se truir su imperio en el mundo; es un impostor... ; y
hizo como nada, «exinanivit»; y ya hecho hombre, de Jesús sufre la humillación de un aparente y ruidoso
tal forma se humilla, que viene a ser «el maldito». fracaso, que hace saltar de gozo al mismo Satanás, y
Enseña la teología católica que el alma humana eso precisamente cuando, desde la Cruz, estaba triun-
de Jesucristo contemplaba la esencia de Dios, a Quien fando del pecado, del demonio y de la misma muerte.
estaba hipostáticamente unida, y sin embargo el Se- Es el «Rex regum et Dominus dominantium», pero
ñor, al anonadarse, por la encarnación, acepta el quiere que un velo de deshonor, de oprobio, de fra-
dolor, la tristeza, el sufrimiento del cuerpo, del alma caso, le envuelva a El en el momento más solemne,
y del corazón, que son incompatibles con la visión en que con su Muerte en la Cruz ha consumado la
beatífica de que gozaba su alma santa; milagro que obra de nuestra redención, haciendo las paces entre
no es fácil entender, si no es recurriendo al infinito Dios y los hombres, y restableciendo así el equilibrio
poder de Dios. El hecho es ése, que Cristo se humilló roto por el pecado. Así humillado, abandonado y
al hacerse hombre, «tomó la forma de esclavo». Tal hasta el final escarnecido, puede exclamar: «Consu-
actitud la mantuvo a través de toda su vida mortal. matum est»; en efecto, se ha cumplido todo como
El no necesitaba la medicina de la mortificación para está previsto desde toda la eternidad.
reprimir los brotes de orgullo y de soberbia, que tan No es la humildad cristiana un acto que afecta
fácilmente afloran en nuestras almas. Impecable, por sólo a la periferia de nuestro ser; es algo más hon-
ser Dios, quiere que la humillación le acompañe, y do; radica en el alma y, por lo mismo, es una actitud
nos invita a que aprendamos de El la mansedumbre interna del hombre de cara a Dios, de cara a los
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demás, e incluso de cara a sí mismo, ante su propia prenden, no pueden comprender que hay dentro de.
conciencia; actitud que le mueve a proceder hacia la Iglesia unas reservas espirituales de gracia divina,
fuera, en la línea de la más pura sinceridad para con que la hacen invencible. Cuanto más atacada, cuanto
Dios, para con los demás y para consigo mismo; la más infamada, la Iglesia sabe volverse, con humil-
humildad nos hace sinceros, jamás hipócritas. Sólo dad, hacia su Señor y Maestro, que ha prometido
se puede confundir la humildad con la hipocresía no abandonarla, y la Iglesia lo sabe y confía firme-
cuando se ha deformado el concepto genuino y autén- mente en Quien habló palabras de vida eterno, y dijo
tico de la humildad. Jesús, que tanto nos la reco" solemnemente: «Pasará el cielo y la tierra, pero mis
mendó y enseñó con su ejemplo, fustigó terrible- palabras no pasarán». A este respecto son muy oportu-
mente la hipocresía. Siendo la fe el fundamento de nas y luminosas las siguientes palabras del Concilio
la vida sobrenatural, en el plano ontológico la hu- Vaticano JI: «La Iglesia va peregrinando entre las
mildad se puede considerar en otro plano, el psi- persecuciones del mundo y los consuelos de Dios
cológico, también como fundamento de la vida espi- (San Agustín. - La Ciudad de Dios), anunciando la
ritual; sin ella nuestra vida interior carece de base Cruz del Señor hasta que venga. Está fortalecida con
y se desploma cuando menos lo esperamos. Cristo, la virtud del Señor resucitado para triunfar con
contemplado con los ojos de la fe, es la lección viva paciencia y caridad de sus aflicciones y dificultades,
que nos da el Padre. tanto internas como externas, y revelar al mundo
No es infrecuente el hecho de que el Señor que fielmente su misterio, aunque sea entre penumbras,
nos ha invitado a seguirle nos quiera hacer partíci- hasta que se manifieste en todo el esplendor al final
pes de sus humillaciones. Ocurre a las personas y de los tiempos» (Const. Lumen gentium, Cap. 1, nú-
ocurre a la Iglesia, Cuerpo Místico del Señor. Apren- mero 8). Por todo el organismo vivo de la Iglesia
damos de El la elegancia en el dolor, en la humilla- discurre la divina savia de la Gracia, que constante-
ción, llevándola con aquella gentileza tan caracterís- mente lo renueva, y sin cesar maduran frutos de
tica del Señor. A veces el camino nos aparecerá muy santidad, con los cuales se incrementa su vida sobre-
áspero, casi insufrible; en El encontraremos la fuer- natural. Los Sacramentos, la oración, el ejercicio de
za, la paz, el sosiego para no desmayar. Leyendo las obras de misericordia, a impulsos del más puro
despacio la Historia de la Iglesia, encontramos que amor de Dios, a la vez que sostienen la misteriosa
en repetidas ocasiones el Divino Esposo quiere re- vitalidad de la Iglesia, son un testimonio de la misma
cordar a su Esposa Mística, que debe participar de ante el mundo.
las afrentas del Esposo, e incluso de su dolorosa De manera semejante, en la vida espiritual de cada
Pasión. Sabemos que Jesús padeció una sola vez en alma el camino corre parejas con el que realiza la
su Cuerpo físico; es verdad de fe. Sigue padeciendo Iglesia, hasta llegar a la consumación de su misterio
en su Cuerpo místico, y en ocasiones esta participa- en el Cielo. Vamos hacia Dios en medio de los con-
ción de los miembros en los sufrimientos de la Ca- suelos de la gracia y las tribulaciones inherentes a
beza alcanza caracteres verdaderamente dramáticos. nuestro paso por la tierra. «En el mundo pasaréis
La amargura de la Pasión debe recordarnos a qué congojas, pero no temáis, Yo hevencido al mundo»;
precio hemos sido redimidos; el amor nos debe ani- así hablé Jesús a los suyos, y San Juan nos enseña
mar a seguir a Cristo a cualquier costa. Tal vez los que «la victoria que vence al mundo es nuestra fe».
días actuales que vive la Iglesia Católica estén mar- En efecto, la fe viva y operante supera todos los
cados por ese sello de abatimiento en la humillación. obstáculos, incluso los que proceden del maligno. San
Parece como si, en efecto, los enemigos de hoy y de Pedro nos previene: «Sed sobrios y vigilad, porque
siempre hubieran logrado vencer definitivamente y vuestro adversario el diablo, como león rugiente, os
la Iglesia se viera hundida en su fracaso. Nada más rodea buscando a quien devorar; resistidle, firmes en
falso. Esta encrucijada de la historia pasará, y supe- la fe» (1. a Pedo 5-8-9). La fe al hacerse viva por la
rada la humillación, aparecerá la Iglesia como lo que caridad sobrenatural pone al cristiano en actitud de
ha sido, como lo que es y como será: la Esposa ra- confianza, que sostiene su optimismo en medio de
diante; la Columna y sostén de la Verdad; la Madre los sufrimientos de esta vida. A la firmeza en la fe
y Maestra que conduce a los hombres hacia Dios, hemos de añadir la firmeza en el amor; así nos lo
eterna e inmutable Verdad. Es preciso beber el cáliz enseñó el mismo divino Maestro cuando dijo: «Quien
hasta las heces. La configuración con Cristo ha de permanece en Mí y yo en él, ésté lleva fruto abun-
ser mediante «la participación en sus penas, hasta dante, porque fuera de Mí nada podéis hacer... Per-
la identificación en su Muerte»; sólo así seremos ad- maneced en mi amor. Si mis mandamientos guarda-
mitidos a la gloria de la Resurrección. La Iglesia, reis, permaneceréis en mi amor. Permaneced en Mí
asistida por el Espíritu divino, que la consuela, la y yo en vosotros» (Jn. 15-3-5-9). Este permanecer en
sostiene y la fortalece, sabe que debe caminar hacia el amor de Jesús nos obliga a fomentar en nosotros
la consumación de su Misterio, por el camino de la el conocimiento de Jesús, sin el cual no es posible
Cruz, donde Cristo es la «Fuerza y Sabiduría de Dios». amarle y menos aún permanecer en su amor. La fe
Los enemigos de Cristo y de su Iglesia no com- nos lo da a conocer; la meditación de su Palabra y
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sobre todo la oración silenciosa, sobrenatural, perso- Si el Señor es servido de que participemos en
nal, nos pone en contacto íntimo y vivo con El. Co- alguna ocasión o por tiempo de las angustias de su
nocimiento de Cristo que, a medida que se hace más Hijo; si a veces la Cruz la sentimos demasiado pe-
profundo, nos permite elevarnos por encima de todo sada, o nos vemos como envueltos en aquel manto
lo transitorio para situarnos de manera estable en de oprobio que envolvió al Verbo eterno del Padre
su amor. De este conocimiento escribe San Pablo: en su vida mortal, aceptemos de buen grado lo que
«A pesar de todo, cuantas cosas eran para mí ganan- sin duda está ordenado sabiamente por Dios para
cias, esas por Cristo las he reputado perdidas. Que nuestro bien. A veces el sufrimiento puede ser mayor;
sí, que aun todas las cosas estima ser una pérdida así, cuando contemplamos a la Iglesia de Cristo hU1
comparadas con la eminencia del conocimiento de millada, calumniada, perseguida, y lo que es peor,
Cristo Jesús, mi Señor, por quien di al traste con cuando desde el seno mismo de la Iglesia, Madre
todas, y las tengo por basuras, a fin de ganarme a nuestra, salen voces de crítica corrosiva; cuando ele-
Cristo y ser hallado en El...» (Fil. 3-7-9). Este cono- mentos disolventes tratan desde dentro de arruinar
cimiento de que habla el Apóstol no es ciertamente lo que por ser obra de Dios no podrá jamás ser
un conocimiento puramente teórico, fruto del estudio destruido por el hombre, entonces el mismo amor a
o de la reflexión personal; es un conocimiento casi Cristo y a su Iglesia es un estímulo para aceptar
experimental, cálido, fruto del amor; es un Don de unos caminos bien distintos a los caminos trazados
Dios, puesto que se trata de aquella Ciencia y Sabi- por los hombres; ya el Señor, por Isaías, nos recuer-
duría de Dios de que hablan los místicos, y que «ha da que «sus caminos no son nuestros caminos, ni
sido ocultada a los soberbios y en cambio ha sido sus trazas son las nuestras». En la citada canción del
manifestada a los sencillos y humildes», por lo cual Cántico Espiritual, al hacer el comentario al último
el Maestro divino da gracias al Padre. verso, «entremos más adentro en la espesura», escri-
En el Cántico Espiritual, San Juan de la Cruz pone be el Santo: «De donde también por esta espesura
en boca del alma la siguiente estrofa: «Gocémonos, en que aquí el alma desea entrar, se entiende harto
Amado, / y vámonos a ver en tu Hermosura; / al propiamente la espesura y multitud de los trabajos
monte y al collado, / do mana el agua pura, / entre- y tribulaciones en que desea esta alma entrar, por
mos más adentro, en la espesura.» Esta espesura, a cuanto le es sabrosísimo y provechísimo el padecer,
donde desea entrar el alma, es la espesura, dice el porque el padecer le es medio para entrar más aden-
Santo, de «la sabiduría y ciencia de Dios». El alma tro en la espesura, de la deleitable sabiduría de
pide ser introducida en un conocimiento de Dios, al Dios»... (Obra citada de San Juan de la Cruz, can·
que no puede llegar si no le es concedido; por eso ción 36).
pide ser introducida, porque ella sola no puede; es, «Son tiempos recios», podemos afirmar, repitiendo
al fin, un don divino, al que ciertamente nosotros las palabras de Santa Teresa. Hemos de trabajar se-
podemos y aun debemos disponernos. «Los limpios riamente en el conocimiento de Jesucristo sin perder
de corazón verán a Dios», dice el Señor. Un corazón de vista que se trata del Hijo de Dios y Dios como
limpio, liberado de desórdenes que entorpecen y man- el Padre y el Espíritu Santo, y por tanto es un co-
chan, es el primer paso para que el Señor se digne nocimiento al que aspiramos, que no se aprende en
concedernos aquel sublime conocimiento de Cristo. los libros, aunque éstos ayuden; el mismo Señor
La recta intención en el servicio de Dios y en el Jesús, a quienes tienen verdadera «sed de Dios», los
servicio de nuestros hermanos es señal de que la acerca a Sí, según sus trazas, por sus caminos, y
luz que guía nuestras acciones es pura y limpia, y muy de ordinario haciéndoles participantes de sus
así, juega un papel importante en nuestra prepara- dolores y de su Cruz, a fin de que se cumpla en ellos
ción espiritual, ordenada al conocimiento de Cristo; la voluntad del Padre, según expone el Apóstol San
sobre todo la humildad, la falta de doblez, es decir, Pablo: «Porque a los que de antemano conoció, tam-
la sencillez, nos dispone de manera más inmediata bién los predestinó a ser conformes con la imagen de
y eficaz a recibir el don de Dios; en todo caso, es su Hijo, en orden a que fuese el primogénito entre
gratuita, pero El está queriendo otorgarlo a quienes muchos hermanos» (Rom. 8-29).
convenientemente se disponen.

«ES INCOMPATIBLE CON LA PROFESION DE FE CRISTIANA LA ADHESION y EL


APOYO A AQUEL MOVIMIENTO QUE, AUNQUE EN FORMAS DIVERSAS, SE FUNDA
SOBRE EL MARXISMO».

«NO SE PUEDE SER SIMULTANEAMENTE CRISTIANO Y MARXISTA»


(Declaración del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Italiana)
<X><><><><><X><<><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><<><c::><><:><><c::><><:><><c::><><:><>cc::><><
SIN COMENTARIOS
(Rigurosamente histórico)
Camino de Rusia, hemos tenido ocasión de visitar de nuevo Estocolmo, siempre inte·
resante por sus monumentos. Y esta vez, contrariamente a nuestra costumbre, para mejor
comodidad, lo hicimos en grupo, con otros españoles.
No podía faltar el pasar por el histórico templo de Storkyrian (llamado la gran Iglesia),
fundada en 1264, y bien conocido por sus riquezas artísticas.
Nos precedía una guía-cicerone, por lo demás competente y discreta, que nos dio mu-
chas explicaciones, todas de interés, de las que, naturalmente, hacemos gracia al culto lector.
y he aquí que, al detenerse delante del enorme cuadro, mejor dicho panel, que cubre
un inmenso muro, debido a Ehrenstrahl (m. en 1698), que representa el Juicio Final, evi·
dentemente inspirado en el del inmortal Miguel Angel, y de innegable valor propio, tras su
descripción, y con toda naturalidad nos dijo dicha guía, como excusándose:
«Ya sabemos que Vdes., los católicos, actualmente ya no creen en el Infierno. Noso·
tros, los protestantes, sí.»
Y, sin más, prosiguió la visita.
Sin comentarios. LUIS CREUS VIDAL

LA IGLESIA DEL SILENCIO EN CHILE


Sin el golpe de estado, y defensa a ultranza
Con el subtítulo «La T. P. F. PROCLAMA LA de lo más elemental y básico de la civilización,
VERDAD ETERNA», la benemérita Sociedad «CO-
VADONGA», bien conocida de nuestros lectores debido al general Pinochet, hoy en América del
(Editorial Fernando III el Santo) ha publicado en Sur, como consecuencia del desastroso régimen
Madrid, en este 1976, esta impresionante obra, de Allende, ya tendríamos un Viet-Nam, una An-
provinente de la «Sociedad Chilena de Defensa gola. Ya contaríamos con un enclave (a lo cuba-
de la Tradición, Familia y Propiedad». no) de penetración, seguramente con tropas de
El servicio realizado por la Sociedad Cultural importación comunista, incluso de China. La na-
COVADONGA es inapreciable. ción hermana chilena gemiría bajo el más tremen-
Da a conocer, en un volumen extraordiriaria- do e irreversible yugo. Y, dada su situación geo-
mente documentado, la tragedia que viven los gráfica (larguísima franja de costa en el Pacífico,
cristianos de Chile, colocados, muchos de ellos, desde los mares australes hasta el Trópico), de
ante una de las situaciones más paradójicas que una eficacia estratégica para la penetración del
jamás hayan podido registrarse. comunismo destructivo en todo el Continente
Intentemos resumirlo. Sin pretender, ni mu- sudamericano.
cho menos, canonizar el actual Gobierno y polí- No es extraño que toda la prensa mundial, ma-
tica chilenas (que, por fortuna, no son las únicas nejada por las Sectas y por inconfesables mane-
de Ibero-América), y sabiendo, perfectamente, que jos, arquestren, admirablemente, una ofensiva in-
dentro de las impurezas de la realidad nada hay
perfecto, una cosa es evidente. Pasa a la página 257

Dep Legal: B. '5.860'1958 Artes Gráficas RAFAEL SALVA - Casanova. 140 • BARCELONA

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