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País que ganó Primer paso de Independencia ¿Independiente

su independencia independencia definitiva de quién?


Cuba 10 de octubre de 1868 20 de mayo de 1902 España
República Dominicana 27 de febrero de 1844 16 de agosto de 1863 Haití
Uruguay 25 de agosto de 1825 28 de agosto de 1828 Brasil
Brasil 7 de septiembre de 1822 29 de agosto de 1829 Portugal
Panamá 10 de noviembre de 1821 28 de noviembre de 1821 España
Guatemala 15 de septiembre de 1821 1 de julio de 1823 España
Honduras 15 de septiembre de 1821 1 de julio de 1823 España
Nicaragua 15 de septiembre de 1821 1 de julio de 1823 España
Costa Rica 15 de septiembre de 1821 1 de julio de 1823 España
Perú 28 de julio de 1821 9 de diciembre de 1824 España
El Salvador 5 de noviembre de 1811 15 de septiembre de 1821 España
Paraguay 14 de mayo de 1811 3 de octubre de 1813 España
Chile 18 de septiembre de 1810 12 de febrero de 1818 España
México 16 de septiembre de 1810 27 de septiembre de 1821 España
Colombia 20 de julio de 1810 7 de agosto de 1819 España
Argentina 25 de mayo de 1810 9 de julio de 1816 España
Venezuela 19 de abril de 1810 5 de julio de 1811 España
Ecuador 10 de agosto de 1809 24 de mayo de 1822 España
Bolivia 25 de mayo de 1809 6 de agosto de 1825 España
Haití 1 de enero de 1804 17 April 1825 Francia
Todos Los Presidentes Argentinos y sus Gabinetes
Cronología de las Presidencias Argentinas

El gobierno de derecho o de jure,, es el que surge de los mecanismos legales vigentes en el estado. La
constitución escrita o no escrita determina los procedimientos que se deben seguir para que se constituya un
gobierno. Así establece la forma de gobierno, la distribución del poder, la competencia de cada uno de los
órganos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), el tiempo que durarán en sus funciones y la forma de ser elegidos.
Las autoridades surgidas de esta manera, deben desempeñarse dentro del marco jurídico que establece la
Constitución y las leyes del estado.

El gobierno de hecho o de facto al contrario que el gobierno de derecho, proviene de un origen no corriente
y por lo tanto no estipulado por las normas legales del estado, expresadas por la Constitución o por las leyes
especiales al respecto.En Argentina existe una gran experiencia en este tipo de gobiernos. Casi 24 años de
gobierno de facto y seis golpes de estado militares en lo que va del siglo, más una cantidad imprecisable de
asonadas militares y golpes palaciegos que no prosperaron, marcan una realidad que, aparte de la preocupación
por la situación política del país, determinó una gran experiencia jurídico-poltica y filosófico-política, con
respecto a las características de los gobiernos de facto.

Macri, Mauricio 2015 – Michetti, Gabriela

Kirchner, Cristina 2011 -2015 Boudou, Amado

Kirchner, Cristina 2007 -2011 Cobos, Julio

KIRCHNER, Néstor 2003 – 2007 Concluye SCIOLI, Daniel

DUHALDE, Eduardo 2002-2003 Concluye * Provisional (Presidente del Senado)

CAAMAÑO, Eduardo 2001 – 2001 Concluye * Provisional (Presidente de Diputados)


Interino (Elegido por Asamblea
RODRÍGUEZ SAA, Adolfo 2001 – 2001 Renuncia
Constituyente)
PUERTA, Ramón 2001 – 2001 Concluye * Provisional (Presidente del Senado)

DE LA RUA, Fernando 1999 – 2001 Renuncia 1937 – … ALVAREZ, Carlos

MENEM, Carlos Saúl 1995 – 1999 Concluye 1930 – … RUCKAUF, Carlos

MENEM, Carlos Saúl 1989 – 1995 Concluye 1930 – … DUHALDE, Eduardo

ALFONSIN, Raúl Ricardo 1983 – 1989 Renuncia 1927 – … MARTINEZ, Víctor

BIGNONE, Reynaldo B. 1982 – 1983 Normalizador 1928 – …

GALTIERI, Leopoldo F. 1981 – 1982 Renuncia 1926 – …


1924 –
VIOLA, Roberto E. 1981 – 1981 Depuesto
1994
VIDELA, Jorge Rafael 1976 – 1981 Concluye 1925 – …

MARTINEZ de Perón, María E. 1974 – 1976 Depuesto 1931 – …


1895 –
PERON, Juan Domingo 1973 – 1974 Fallece MARTINEZ de Perón, M. E.
1974
1915 –
LASTIRI, Raúl Alberto 1973 – 1973 Normalizador
1978
1909 –
CAMPORA, Héctor José 1973 – 1973 Renuncia SOLANO LIMA, Vicente
1979
1918 –
LANUSSE, Alejandro 1971 – 1973 Normalizador
1996
LEVINGSTON, Roberto 1970 – 1971 Depuesto 1920- …
1914 –
ONGANIA, Juan Carlos 1966 – 1970 Depuesto
1995
1900 –
ILLIA, Arturo Humberto 1963 – 1966 Depuesto PERETTE, Humberto
1981
1910 –
GUIDO, José María 1962 – 1963 Normalizador
1975
1908 –
FRONDIZI, Arturo 1958 – 1962 Depuesto GOMEZ, Alejandro
1995
1903 –
ARAMBURU, Pedro E. 1955 – 1958 Normalizador ROJAS, Isaac
1970
1896 –
LONARDI, Eduardo 1955- 1955 Depuesto ROJAS, Isaac
1956
1895 –
PERON, Juan Domingo 1951 – 1955 Depuesto TEISSAIRE, Alberto
1974
1895 –
PERON, Juan Domingo 1946 – 1951 Concluye QUIJANO, Hortensio
1974
1887 –
FARRELL, Edelmiro 1944 – 1946 Normalizador PERON, Juan Domingo
1980
1884 –
RAMIREZ, Pedro Pablo 1943 – 1944 Depuesto FARREL, Edelmiro
1962
1873 –
CASTILLO, Ramón S. 1942 – 1943 Depuesto
1944
1886 –
ORTIZ, Roberto M. 1938 – 1942 Renuncia CASTILLO, Ramón S.
1942
1876 –
JUSTO, Agustín P. 1932 – 1938 Concluye
1943
1868 –
URIBURU, José Félix 1930 – 1932 Normalizador SANTAMARINA, Enrique
1932
1852 –
YRIGOYEN, Hipólito 1928 – 1930 Depuesto MARTINEZ, Enrique
1933
1868 –
de ALVEAR, Marcelo T. 1922 – 1928 Concluye GONZALEZ, Elpidio
1942
1852 –
YRIGOYEN, Hipólito 1916 – 1922 Concluye LUNA, Pelagio
1933
1840 –
de la PLAZA, Victorino 1914 – 1916 Concluye
1919
1851 –
SAENZ PEÑA, Roque 1910 – 1914 Fallece DE LA PLAZA, Victorino
1914
1860 –
FIGUEROA ALCORTA, José 1906 – 1910 Concluye
1931
1835 –
QUINTANA, Manuel 1904 – 1906 Fallece FIGUEROA ALCORTA, José
1906
1843 –
ROCA, Julio Argentino 1898 – 1904 Concluye QUIRNO COSTA, Roberto
1914
1831 –
URIBURU, José E. 1895 – 1898 Concluye
1914
1822 –
SAENZ PEÑA, Luis 1892 – 1895 Renuncia URIBURU, José Evaristo
1907
1846 –
PELLEGRINI, Carlos 1890 – 1892 Concluye
1906
1844 –
JUAREZ CELMAN, Miguel 1886 – 1890 Renuncia PELLEGRINI, Carlos
1909
1843 –
ROCA, Julio Argentino 1880 – 1886 Concluye MADERO, Francisco B.
1914
1837 –
AVELLANEDA, Nicolás 1874 – 1880 Concluye ACOSTA, Mariano
1885
1811 –
SARMIENTO, Domingo F. 1868 – 1874 Concluye ALSINA, Adolfo
1888
1821 –
MITRE, Bartolomé 1862 – 1868 Concluye PAZ, Marcos
1906
1809 –
DERQUI, Santiago 1860 – 1861 Renuncia PEDERNERA, Juan E.
1867
1801 –
de URQUIZA, Justo José 1854 – 1860 Concluye DEL CARRIL, Salvador M.
1870
1780 –
RIVADAVIA, Bernardino 1826 – 1827 Renuncia www.sitiosargentina.com.ar
1845
Esta entrada es un completo resumen ideal, para los principiantes curiosos de la historia nacional, como así
también para los alumnos de niveles primarios y secundarios que deben investigan sobre el proceso evolutivo
de Argentina desde la conquista española. A fines de mejorar su comprensión, y lograr una ubicación en
tiempo-espacio de los mas destados hechos históricos, se ha dividido la historia en varias etapas, la cuales
pueden ser leídas en forma cronológica o bien elergir alguna en especial. Tambien en esta web se tratan
todos esos hechos mas importantes en entradas individuales en donde se aportan mas detalles e icografía, ya
para estudiarlos con mas profundidad. Sugiero que leas este resumen antes de avanzar, puede ser leído en
pocos minutos, y tendrás una completa idea de los que fue nuestra historia nacional argentina….te invito a
comenzar su lectura.
RESUMEN DE LAS ETAPAS DE LA HISTORIA NACIONAL ARGENTINA
ETAPA1: Aborígenes que Habitaron Territorio Argentino
ETAPA 2: Colonización Española en América
ETAPA 3: Período Colonial
ETAPA 4: Período de la Independencia de España
ETAPA 5: Inestabilidad Política – Guerras de Independencia
ETAPA 6: Anarquía Política – Los Caudillos Federales
ETAPA 8: La Secesión de Buenos Aires
ETAPA 9: Un Nuevo Orden Económico
ETAPA 10: Los Gobiernos Conservadores
ETAPA 11: La Ley Electoral de Saenz Peña
ETAPA 12: Primer Gobierno Democrático
ETAPA 13: Primer Golpe de Estado – Década Infame
ETAPA 14: Golpe de Estado del GOU
ETAPA 15: Nuevos Golpes Militares
ETAPA 16: Tercera Presidencia de Juan Perón
ETAPA 17: Proceso de Reorganización Nacional
ETAPA 18: Nuevo Período Democrático, con Raúl Alfonsín

ETAPA1: Aborígenes que Habitaron Territorio Argentino

Primeros Pobladores:
Los Aborígenes: Los españoles encontraron una gran diversidad de culturas aborígenes que habitaban
distintos ambientes: algunas se dedicaban a la caza, la pesca y a la recolección de frutos y plantas silvestres.
La población del actual territorio argentino a la llegada de los españoles a principios del siglo XVI sumaba
unas 330.000 personas agrupadas en una veintena de grupos étnicos.

Los habitantes del Noroeste, las Sierras Centrales y la Mesopotámica practicaban la agricultura, mientras
que el resto del territorio estaba ocupado por grupos de cazadores-recolectores. Las culturas más extendidas
fueron los diaguitas al Noroeste, los guaraníes, los tupíes, los tobas y los guaycurúes en el Noreste, los
pampas en el centro y los tehuelches, mapuches y onas en el Sur.
La arqueología y las fuentes coloniales nos permiten atisbar dos grandes grupos de culturas: los de la llanura
chaqueña y los de la estepa patagónica.

Los pobladores más antiguos, que datan de hace unos 12.000 años, vivían en cuevas que decoraban con
pinturas y cazaban animales ya extinguidos, como el mylodon —un perezoso gigante—, o el gliptodonte —
una mulita gigante—. Estos grupos se adaptaron pronto al uso de las especies introducidas por los españoles,
como el caballo.

Algunos de los pueblos que integraban este grupo son los wichis, los matacos, los abipones, los chorotes, los
chulupíes, los pilagaes, los mocovíes, los tobas; y otros, tempranamente extinguidos, como los mocorotaes,
los calchines, los quiloazas y los chanátimbúes.

Los matacos habitaban al oeste de la actual provincia de Formosa y en el Chaco salteño. Practicaban la pesca
en los ríos y cultivaban, en forma rudimentaria, el zapallo y el maíz. Sus chozas circulares estaban hechas de
ramas y paja. Se vestían con prendas de cuero y lucían collares, pinturas corporales, tatuajes, tobilleras de
plumas y vinchas. Eran monógamos, aunque los jefes podían tener más de una mujer. Los caciques compartían
su autoridad con los médicos hechiceros. Creían en espíritus malos (ohots) que controlaban ciertos ritos y
fiestas.

Los abipones, tobas y pilagaes se extendieron en parte de las actuales provincias de Formosa, Chaco y Santa
Fe. Pescaban con amones y redes, y cazaban venados y ñandúes. También recogían frutos y miel. Vivían en
chozas de ramas y, en épocas de frío, vestían el manto de piel de nutria (quillongo); usaban vinchas, mocasines,
faldas de piel y se tatuaban el rostro. Su familia monogámica era fácilmente disoluble y la poligamia era
común en los jefes. Sus caciques eran hereditarios y tomaban esclavos entre los prisioneros de guerra.
Creían en un ser supremo y en espíritus de la naturaleza.

Un poco más al este y en la Mesopotamia vivían los caingang, pescadores recolectores de miel, piñas de
araucaria, tubérculos, frutos, etc. Vestían un delantal pequeño, hecho con cuero para los hombres y con fibras
vegetales para las mujeres. Sus chozas eran simples techumbres a dos aguas sin paredes. Sus caciques-
hechiceros gobernaban tribus de unas veinte familias. Creían en un dios bueno (Topen) y en uno maligno (Det
Korenk); también sostenían que los animales de caza tenían espíritus que los dominaban y protegían, por lo
cual permitían su caza para la alimentación, pero castigaban cualquier abuso.

ETAPA 2: Colonización Española en América

Conquista y colonización: Los españoles concibieron la experiencia americana como una verdadera cruzada.
Los conquistadores eran hombres ambiciosos, cuyo modelo era el de los caballeros medievales. Durante el
siglo XVI desembarcaron en América los conquistadores: con acuerdo de la Corona de España entrarían en
el continente para someter a los nativos y convertirlos a la fe cristiana.

Algunos conquistadores, como Hernán Cortés, Francisco Pizarro o Francisco de Aguirre, eran una mezcla de
caballero cruzado y militar al servicio del reino. Armados por su fe y su ilimitada ambición, quedaron a
cargo del avance español y su gobierno en el llamado Nuevo Mundo.

En 1536 Don Pedro de Mendoza fundó Santa María de los Buenos Ayres, la primera ciudad argentina. La
miseria y el hambre doblegaron a Mendoza y su gente y Buenos Aires quedó despoblada hasta su segunda
fundación por Juan de Garay en 1580.

Las ciudades argentinas fueron fundadas por conquistadores que provenían de distintas zonas de América.
La corriente pobladora del este, llegada desde España, tomó como base de operaciones la ciudad de
Asunción y fundó las ciudades litorales. La que vino desde el Perú ocupó el Tucumán, como se llamaba
entonces a todo el Noroeste argentino. Las ciudades cuyanas fueron fundadas por la corriente proveniente de
Chile.

Estos hombres provenían, en su gran mayoría, de las zonas más atrasadas del territorio español, aunque
pudieran ostentar algún titulo de hidalguía, vivían en la pobreza y abrumados por la falta de horizontes.
Estaban convencidos de la superioridad de su causa, una lucha destinada a servir a la que para ellos era la fe
verdadera”: la católica.

Los ideales caballerescos los volvieron individualistas y despiadados: solían tratar cruelmente a los nativos y
a sus propios hombres, pero también eran hombres extremadamente valientes.

Las grandes riquezas en oro y plata generaron fuertes disputas entre los conquistadores, lo que hizo perder
unidad a la tarea de la conquista y obligó al poder real a reorganizar la política de esas tierras. Cuando
llegaron los primeros funcionarios reales, los adelantados y corregidores, comenzó el eclipse de los
conquistadores.

ETAPA 3: PERÍDO COLONIAL

El Virreinato del Río de la Plata fue creado por orden real de Carlos III, en 1776, en el mismo año en que las
colonias inglesas de América del Norte se independizaban de Gran Bretaña. El rey aprovechó que los
británicos estaban dedicando sus mayores esfuerzos a detener el movimiento independentista y, por lo tanto,
decidió enfrentar a los portugueses, aliados de los ingleses. El objetivo esencial fue detener el avance
portugués en el Río de la Plata y en la región que hasta 1767 habían ocupado las Misiones Jesuíticas.

La economía del virreinato del Río de La Plata en 1776 se basaba en las exportaciones de plata, cuyo
volumen representaba un 80 % del total, y en las de tasajo y cueros, que significaban un 20 %. El comercio
exterior y el poder político estaban controlados por los peninsulares (españoles) , a los que se enfrentaban
los criollos, propietarios de tierras y comerciantes que controlaban el mercado interior.

La introducción del libre comercio, decretada por las reformas borbónicas, perjudicó notablemente los
intereses de los peninsulares. Paralelamente, el área del Río de La Plata iba adquiriendo una preponderancia
económica con respecto a las provincias de Tucumán y Córdoba. En consecuencia, el virreinato se dividía en
provincias exteriores, que producían para la exportación, y provincias interiores, cuya producción agrícola,
ganadera y manufacturera se orientaba hacia el Alto Perú.
4-CRISIS DEL IMPERIO ESPAÑOL
El Proceso de Independencia

En 1806 y 1807 se produjeron dos invasiones inglesas, que fueron rechazadas por el pueblo de Buenos
Aires, alistado en milicias de criollos y españoles. En cada milicia, los jefes y oficiales fueron elegidos
democráticamente por sus integrantes. Las milicias se transformaron en centros de discusión política. Estas
invasiones inglesas demostraron que España estaba seriamente debilitada y que no podía ni abastecer
correctamente ni defender a sus colonias. La ocupación francesa de España por Napoleón, la captura de del
Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII y la caída de la Junta Central de Sevilla decidieron a los criollos a
actuar.

En Sevilla se formó una Junta Central que gobernó en nombre de Fernando VII, y que luego, al pasar a
Cádiz, fue disuelta, creándose allí un Consejo de Regencia. Casi toda la península estuvo en manos de los
franceses. El rey Fernando VII estaba preso, como consecuencia nació un movimiento emancipador, que
finaliza con la revolución de mayo de 1810, con la deposición del virrey Hidalgo de Cisneros. El 25 de
mayo de 1810 se formó la Primera Junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra, que puso fin al
período virreinal. Mariano Moreno, secretario de la Junta, llevará adelante una política revolucionaria
tendiente a fomentar el libre comercio y a sentar las bases para una futura independencia.

Nacen dos ideas enfrentadas, una la de Moreno con tendencia unitaria respecto a concentrar el poder político
en Bs.As., y tomar medidas radicales respecto a la dominación española. Escribe el Plan de Operaciones , un
proyecto de estrategia política de la revolución. Respecto a la economía seguía atado a la exportación de
tasajo y cueros. Por otro lado Cornelio Saavedra, presidente de la Junta de Gobierno, con ideas políticas
mas conservadoras.

La junta intentó imponer su autoridad en un área mucho más vasta que se extendía a zonas tan alejadas
como el Alto Perú, Paraguay y la Banda Oriental.
Se convocó a una Junta Grande formada por los representantes de las demás provincias, con ideas mas
federalistas, representando los intereses del interior, a los fines de evitar la competencias de los productos
manufacturados que llegaban de exterior.

Este enfrentamiento entre federales y unitarios será una constante de la vida política argentina de la primera
mitad del siglo XIX, dando lugar a la rebelión de Artigas, quien, al no ser aceptada su propuesta de un
régimen republicano y federal, decretará la secesión de la Banda Oriental.

Manuel de Belgrano expulsó a las tropas realistas de Argentina después de la batalla de Tucumán (1812) y
de Salta (1813) y, en 1816, el Congreso de Tucumán declaró la independencia de las Provincias Unidas del
Río de La Plata de la metrópoli y de todo poder extranjero.

El 9 de julio de 1816 el congreso presidido por Francisco Laprida, abogado, y diputado por San Juan y como
secretario Juan José Paso diputado por Bs.As. declaró la independencia de las Provincias Unidas del Sur
América. El otro objetivo del congreso, dictar una Constitución que organizara el estado y la misma fue una
constitución unitaria en 1819, que defendía subrepticiamente una monarquía, resultó un fracaso. Las
provincias reaccionaron con la Batalla de Cepeda, segregándose de Bs.As. y declarándose autónomas
(Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, etc.), mientras que la Banda Oriental se integraba en el imperio portugués,
lo que había de provocar posteriormente (1825) la guerra con el Brasil.

ETAPA 5: Inestabilidad Politica Argentina y Guerras de la Independencia

La etapa revolucionaria (1810-1820): Entre 1810 y 1820 se vive un clima de gran inestabilidad política. Se
suceden los gobiernos (Primera Junta (1810), Junta Grande (1811), Triunviratos (1811-1814) y el Directorio
(1814-1820) que no pueden consolidar su poder y deben hacer frente a la guerra contra España. En esta
lucha se destacarán Manuel Belgrano, José de San Martín, llegado al país en 1812, y Martín Miguel de
Güemes.

Las campañas sanmartinianas terminarán, tras liberar a Chile, con el centro del poder español de Lima. El 9
de julio de 1816 un congreso de diputados de las Provincias Unidas proclamó la independencia y en 1819
dictó una constitución centralista que despertó el enojo de las provincias, celosas de su autonomía.
A comienzos de 1817, el Congreso inició su traslado a Buenos Aires, donde comenzó a sesionar en mayo.
Luego de muchas discusiones, el 22 de abril de 1819 proclamó la Constitución. Aunque de apariencia
republicana, sus artículos podían ser fácilmente modificados para convertir al Estado en una monarquía. En
efecto: establecía la figura de un Director Supremo que debía gobernar junto con un Consejo de Estado.

El Poder Legislativo era bicameral: una Cámara de Representantes, dirigida por el pueblo de la nación, era
acompañada por un Senado, donde se encontrarían representadas las grandes corporaciones: Iglesia, Ejército,
provincias y universidades. Aunque la Constitución fue formalmente jurada por las provincias, la resistencia
contra su carácter centralista y pro-monárquico no tardó en aparecer. En pocos meses, caería junto con el
Congreso y el Directorio que le habían dado vida.

ETAPA 6: LA ANARQUÍA POLÍTICA:Los Caudillos

Grandes Desacuerdos Políticos: Unitarios y Federales: Durante el período comprendido entre los años
1819 y 1825, el país vivió una situación de incertidumbre política y social, caracterizada por los
enfrentamientos entre los dos bandos rivales. El triunfo de los federales no se tradujo en cambios sustanciales
en el nuevo orden republicano, ya que los jefes del directorio se aliaron con los dirigentes federalistas para
reprimir la oposición popular. Por otro lado, Buenos Aires se aprovechó de las disidencias surgidas en las filas
de los vencedores para imponer a la postre su hegemonía.
A partir de 1819, el fracaso de los intentos porteño y artiguista por conformar un Estado que sucediera al
antiguo Virreinato dejó paso a las tendencias autonomistas desatadas por la Revolución. se fueron definiendo
claramente dos tendencias políticas: los federales, partidarios de las autonomías provinciales, y los unitarios,
partidarios del poder central de Buenos Aires.

Estas disputas políticas desembocaron en una larga guerra civil cuyo primer episodio fue la batalla de
Cepeda en febrero de 1820, cuando los caudillos federales de Santa Fe, Estanislao López, y de Entre Ríos,
Francisco Ramírez, derrocaron al directorio.

En 1824 se firmó la Ley Fundamental, que establecía fundamentalmente que las provincias se regirían
independientemente hasta tanto el Congreso no sancionara una nueva Constitución con la aprobación de
todas ellas. En 1825, el congreso constituyente creó la figura del presidente que recayó en Rivadavia, pero
éste tuvo que enfrentarse de nuevo a los federalistas provinciales que no ratificaron la constitución unitaria
de 1826, estallando de nuevo una guerra civil entre las dos fracciones y que se saldó con la creación de una
comisión representativa, establecida en Santa Fe, que controlaba los Asuntos Exteriores. El gobernador de
Buenos Aires pasó a controlar los asuntos relacionados con la guerra.

Una nueva crisis se planteó tras la firma de la paz con el Brasil, pues pesar de las derrotas terrestres y
navales, el emperador del Brasil estaba decidido a continuar la guerra, pero Rivadavia envió a Manuel José
García para que llegase a un arreglo honroso con el Brasil. Lamentablemente reconoció a la Banda Oriental
como provincia del Imperio. Cuando se conoció el convenio, el escándalo fue mayúsculo y pocos días
después el presidente Rivadavia se vio obligado a renunciar.

De esta manera terminaba la experiencia unitaria de gobierno y ahora llegaban los federales al poder de la
mano de Juan Manuel de Rosas. En el interior el federalismo también triunfó dominado por López y
Quiroga. El asesinato de Quiroga instaló a Rosas en el gobierno con poderes dictatoriales y facilitó su
hegemonía en el interior.
ETAPA 7: Gobiernos de Rosas y Urquiza

En 1829 uno de los estancieros más poderosos de la provincia, Juan Manuel de Rosas, asumió la
gobernación de Buenos, fue una de las figuras más controvertidas de nuestra historia. Impuso durante sus
gobiernos una política muy particular, que le permitió mantener los privilegios económicos de Buenos Aires
frente a las provincias.

Fue incialmente proclamado por la Legislatura porteña con el título de “Restaurador de las Leyes”, llevó
adelante una ordenada administración provincial, tratando de sanear las finanzas públicas mediante el
recorte de gastos y el aumento de los impuestos, se reanudaron las relaciones con la Santa Sede, suspendidas
desde 1810, y se dictó una Ley de Imprenta que disponía el necesario permiso gubernamental para el
establecimiento de cualquier imprenta o publicación.

Rosas y los gobernadores del Litoral consideraron que había llegado la hora de romper con el dominio unitario,
y firmaron el 4 de enero de 1831 el Pacto Federal entre las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Bs.As., lo
que significó una alianza militar contra los enemigos interno y externo. Durante sus dos gobiernos, Rosas
expansionó la frontera hacia el sur, en lo que se denominó «campaña del desierto». Ello conllevó la práctica
desaparición de los indígenas allí existentes.

Inteligente, supo cómo postergar la unidad nacional. Encargado del manejo de las relaciones exteriores,
defendió, ante las potencias extranjeras, la soberanía de las provincias. Enfrentó, también, acciones del interior
en su contra, las que finalmente desencadenaron su caída en 1852.

A partir de entonces y hasta su caída en 1852, retendrá el poder en forma autoritaria, persiguiendo duramente
a sus opositores y censurando a la prensa, aunque contando con el apoyo de amplios sectores del pueblo y de
las clases altas porteñas. Los cuestionamientos mas importantes fueron: la navegación libre de los ríos, el
control de la aduana y distribución de los ingresos por derechos de exportación e importación.

Durante el rosismo creció enormemente la actividad ganadera bonaerense, las exportaciones y algunas
industrias del interior que fueron protegidas gracias a la Ley de Aduanas. Rosas se opuso a la organización
nacional y a la sanción de una constitución, porque ello hubiera significado el reparto de las rentas aduaneras
al resto del país y la pérdida de la hegemonía porteña.

ETAPA 8: SECESIÓN DE BUENOS AIRES

La Secesión: Justo José de Urquiza era gobernador de Entre Ríos, una provincia productora de ganado como
Buenos Aires que se veía seriamente perjudicada por la política de Rosas, que no permitía la libre navegación
de los ríos y frenaba el comercio y el desarrollo provinciales.

Ante la hegemonía comercial de Buenos Aires se enfrentó a Rosas al que venció en 1852. En 1853, se
promulgó una nueva constitución de carácter federal que puso las bases para la unificación económica de la
nación. Paralelamente, Urquiza fue nombrado presidente constitucional de la Confederación Argentina, en la
que no participaba la provincia de Buenos Aires, al declararse Estado independiente.

Todos los años, puntualmente, Rosas enviaba un mensaje a la Sala de Representantes de la Provincia de
Buenos Aires y expresaba en él su voluntad de abandonar el mandato. No obstante, la Legislatura y los
diputados del interior lo reelegían. Para e1 periodo 1850-1855, Entre Ríos y Corrientes se abstuvieron de
enviar diputados y, el 1 de mayo de 1851, Urquiza envió un Pronunciamiento, en el que exponía la necesidad
de acceder a los pedidos de renuncia de Rosas. Los acontecimientos se precipitaron: Urquiza, al frente del
Ejército Grande, terminó en Caseros con los sueños rosistas. El camino de la organización quedaría abierto
con el Acuerdo de San Nicolás y la posterior Constitución de 1853.

Urquiza convocó a un Congreso Constituyente en Santa Fe que en mayo de 1853 sancionó la Constitución
Nacional. Pero aunque ya no estaba Rosas, los intereses de la clase alta porteña seguían siendo los mismos y
Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina, dieron un golpe de estado, conocido como la “Revolución del 11 de
Septiembre de 1852”.
En 1859, Urquiza venció a los porteños, pero en 1861, Mitre en la batalla de Pavón consiguió imponerse a
Urquiza, lo que significó la unión de todo el territorio, bajo la autoridad de los porteños, convirtiéndose
Mitre en el jefe de la nueva nación.

ETAPA 9: CONSOLIDACIÓN DE UN NUEVO ORDEN ECONÓMICO:

El 11 de noviembre de 1859 se firmó el Pacto de San José de Flores entre el estado de Buenos Aires con la
Confederación Argentina logrando un primer gran paso a la unión de la República Argentina después de casi
7 años de separación. Hacia 1861 las fricciones entre él gobierno de la Confederación y la rebelde
Buenos Aires fue en aumento, y desembocaron en la batalla de Pavón, primer el triunfo militar porteño.

Esta fecha marca un verdadero hito histórico, ya que a partir de ese momento será, la provincia de Buenos
Aires la que dirija la reorganización del país. El lapso comprendido entre 1862 y 1880, es el de la consolidación
de la organización nacional, uno de cuyos aspectos básicos fue la estructuración definitiva del aparato político-
administrativo del Estado nacional.

Se sucedieron los gobiernos de Bartolomé Mitre (1862-68), Domingo F. Sarmiento (1868-1874) y Nicolás
Avellaneda (1874-1880), quienes concretaron la derrota de las oposiciones del interior, la ocupación del todo
el territorio nacional y la organización institucional del país fomentando la educación, la agricultura, las
comunicaciones, los transportes, la inmigración y la incorporación de la Argentina al mercado mundial como
proveedora de materias primas y compradora de manufacturas.

Los períodos presidenciales mostraron un predominio, muchas veces ejercido por la fuerza, del llamado
liberalismo, el que por entonces estaba representado por el Partido Nacional, encabezado por Mitre, y el
Partido Autonomista, liderado por Adolfo Alsina. Desde Buenos Aires, el poder central buscó y logró barrer
con las dirigencias federales de las provincias, la mayoría de las veces mediante revoluciones y choques
armados que tuvieron, incluso, sus fracasadas réplicas federales, como los levantamientos en Cuyo,
protagonizado por Carlos Juan Rodríguez y Juan Saa, en La Rioja, Catamarca y San Luis, liderado por
Vicente “El Chacho” Peñaloza, y el que llevó a cabo Felipe Várela en Tucumán y Santiago del Estero.
A nivel económico, el período comprendido entre Rosas y Roca significó para la provincia de Buenos Aires
ver cómo el ferrocarril duplicaba el valor de las exportaciones. En el sur de Santa Fe y Córdoba pequeños
propietarios o arrendatarios, en su mayoría italianos, comenzaron a crear la pampa cerealera.

ETAPA 10:GOBIERNOS CONSERVADORES

A partir de 1880 diversos intelectuales destacados se multiplicaron. Lucio Mansilla, Eugenio Cambaceres,
Lucio V. López, Julián Martel, Miguel Cané, Eduardo Wilde y Paul Groussac fueron algunos de los más
sobresalientes miembros de la llamada Generación del Ochenta.

Estos hombres, de ideas liberales, estaban ansiosos de dejar atrás el pasado al que asociaban con el mundo
colonial y español. Los integrantes de esta Generación del Ochenta creían devotamente en el progreso
(positivismo) y en el liberalismo como herramienta ideológica para su logro. Este liberalismo no
necesariamente era antirreligioso, aunque se estimaba que la Iglesia debía ocuparse exclusivamente de las
cuestiones de la fe.

El objetivo de estos hombres fue colocar a la Argentina entre las naciones más avanzada de la época. Por esta
razón, estimaban que el país debía desprenderse de su pasado hispánico y de sus tradiciones criollas. Estos
intelectuales eran, en efecto, profundamente cosmopolitas y admiraban a países como Inglaterra y Francia.
Sin embargo, no debe creerse que desestimaban las posturas nacionalistas.

LA ARGENTINA AGROEXPORTADORA: La economía nacional se insertaba en la mundial a caballo


de los cambios producidos por la Revolución Industrial, particularmente los de su segunda etapa, con la
máquina a vapor aplicada al ferrocarril y a los barcos, el telar mecánico, la utilización del acero, el
surgimiento de la electricidad, la fotografía, el telégrafo y el teléfono, la lámpara eléctrica, los inicios de la
aviación, el revólver y la ametralladora; en fin, la producción masiva, en serie, elaborada con pautas
científicas (fordismo/ taylorismo), condujeron al mundo a nuevas necesidades, entre ellas, la de mayor
cantidad de materias primas. Fue en este rubro en el que se destacó la Argentina y con el que se enriqueció
gran parte de su clase dirigente.
Ya durante la presidencia de Avellaneda, nuestro país había logrado no sólo dejar de importar trigo sino
exportarlo por primera vez en 1878; además, vendíamos al exterior maíz y harinas. Hacia fin de siglo, vastos
sectores del campo argentino produjeron un importante aumento de las superficies cultivadas y, a los
cultivos tradicionales como el maíz y el trigo, se agregaron otros como el lino, la alfalfa y la avena.

Todos los dirigente de esta etapa, conocidos como la generación de 80, coincidieron en apoyar un proceso
de modernización de la Argentina para insertarla dentro del concierto de naciones de primer orden. Así,
apoyaron a la escuela laica como elemento básico para el cambio que esperaban y como herramienta para
proporcionar una identidad cultural definida a un país al que abrieron a la inmigración masiva;
modernizaron la ciudad de Buenos Aires, tratando de darle un aire europeo, afrancesado, y mejoraron las
condiciones de higiene y salubridad. Su concepción de la vida política era eminentemente elitista, en la que
la república -donde la Iglesia se subordinaba al Estado- debía estar gobernada por notables (Política del
Acuerdo), quienes profesaban una fe liberal, mas sólo en el campo económico, en el que, en líneas
generales, se manifestaban partidarios del libre comercio.

Los grupos oligárquicos intentaron mantener su posición privilegiada, pero el movimiento sindical y político
que iba surgiendo en Buenos Aires y la lucha que mantenía el radicalismo para alcanzar el poder por la vía
revolucionaria, revelaron el agotamiento del régimen gobernante. El presidente conservador, Roque Sáenz
Peña (1912), estableció el sufragio universal secreto y las elecciones de 1916 dieron el triunfo al líder de la
Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen.

ETAPA 11:LA REFORMA ELECTORAL DE SAENZ PEÑA

PRESIDENCIA DE ROQUE SAENZ PEÑA (1910-1914)


Efectuadas las elecciones presidenciales, triunfó sin mayor oposición el doctor Roque Sáenz Peña,
acompañado en la fórmula por el doctor Victorino de la Plaza. Asumieron sus respectivos cargos el 12 de
octubre de 1910.

El nuevo presidente era un verdadero estadista, un gran diplomático y un destacado jurisconsulto, quien se
propuso eliminar el personalismo político y reformar el sistema imperante a fin de garantizar la libre
expresión del pueblo en las luchas cívicas.

Antes de ocupar el poder, Sáenz Peña había celebrado dos entrevistas con Hipólito Yrigoyen —jefe del
partido opositor—, en cuyo transcurso el último exigió plenas garantías de libertad de sufragio para que el
radicalismo abandonara su actitud de abstención política. Sáenz Peña prometió entregar al país una ley
electoral.
La lucha radical, expresada en las revoluciones de 1893 y 1905, y el creciente descontento social, expresado
por innumerables huelgas, llevarán a un sector de la clase dominante a impulsar una reforma electoral que
calme los ánimos y traslade la discusión política de las calles al parlamento.

En 1912, el presidente Roque Sáenz Peña concentró sus esfuerzos en democratizar la vida política, a través de
una reforma electoral basada en tres elementos clave: el voto secreto, obligatorio, y utilizando el padrón
militar.

Con los antecedentes de la “Revolución del Parque” (1890) y los levantamientos armados de los radicales
como en 1905, protestas estudiantiles en la universidad, y el Grito de Alcorta en el campo, la UCR había
logrado consolidar una extensa base de apoyo en sectores medios, hijos de inmigrantes y jóvenes
profesionales, que pasaron a formar parte de las filas del partido y de hecho llegaron al poder a través de la
figura de Hipólito Irigoyen.

Entre los opositores a su gobierno se encuentran los beneficiarios del antiguo régimen electoral, cuyos
privilegios se veían claramente amenazados por la reforma. Así, muchos legisladores de los sectores
conservadores, aún no oponiéndose abiertamente, obstaculizan la reforma; sin embargo, esta será proclamada
el 10 de febrero de 1912 como Ley N° 8871, conocida desde entonces como “Ley Sáenz Peña”.

ETAPA 12:PRIMEROS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS

Primer Gobierno de Hipólito Yrigoyen: La etapa radical La aplicación de Ley Sáenz Peña hizo posible
la llegada del radicalismo al gobierno. En contra de las expectativas de los sectores conservadores que habían
promovido la reforma electoral de 1912, la Unión Cívica Radical ganó las elecciones de 191 6. Así, Hipólito
Yrigoyen alcanzó la presidencia de la Argentina.

El 12 de octubre de 1916 Yrigoyen asumió la presidencia, rodeado de importantes muestras de respaldo


popular. Desde el gobierno, continuó con su convicción de que el radicalismo constituía la única
fuerza política y moralmente legítima para gobernar el país, en oposición a las fuerzas “oligárquicas y
fraudulentas” que venían gobernando desde 1880. Por esta razón, las relaciones con la oposición fueron
siempre tensas, más aún cuando los conservadores seguían manteniendo importantes cuotas de poder.

Los radicales gobernarán el país entre 1916 y 1930 bajo las presidencias de Hipólito Yrigoyen (1916-1922)
(1928-1930) y Marcelo T. de Alvear (1922-1928), e impulsarán importantes cambios tendientes a la
ampliación de la participación ciudadana, la democratización de la sociedad, la nacionalización del petróleo y
la difusión de la enseñanza universitaria.

El período no estuvo exento de conflictos sociales derivados de las graves condiciones de vida de los
trabajadores. Algunas de sus protestas, como la de la Semana Trágica y la de la Patagonia, fueron duramente
reprimidas con miles de trabajadores detenidos y centenares de muertos.

Yrigoyen era un hombre carismático, de pocas palabras, “misterioso”, al decir de sus contemporáneos,
encerrado en sí mismo: lo llamaban “el Peludo”. El escritor español Blasco Ibáñez lo vio como un “hombre
austero, que gusta de vivir retirado […] sin prestarse a conferenciar con los periodistas”.

En cuanto al partido radical, dijo que “merece más su título por los procedimientos que le son favoritos que
por su programa. [. . .] [Sus aspiraciones se basan en la reforma moral del país más que en la reforma política.

Quiere la pureza del sufragio, la integridad administrativa, con otras nobles y vagas aspiraciones. Aparte de
esto, no ha hecho ninguna afirmación claramente revolucionaria en las cuestiones religiosas y sociales que
tanto preocupan hoy al radicalismo de otros países”.

En efecto, utilizaba una serie de conceptos cuyo amplio contenido delineaba una declaración de principios
más que un programa de gobierno: la Causa contra el Régimen, la Reparación Histórica, la recuperación de la
ética, el respeto al Federalismo.
ETAPA 13:PRIMER GOLPE MILITAR

La década infame El 6 de septiembre de 1930 los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo
encabezaron un golpe de estado, apoyado por grupos políticos conservadores, y expulsaron del gobierno a
Yrigoyen inaugurando un período en el que volvió el fraude electoral y la exclusión política de las mayorías.

Los militares habían ganado poder y espacios políticos durante los años previos y la incapacidad del segundo
gobierno de Hipólito Yrigoyen para sortear la crisis económica mundial del ‘29 condujo al derrocamiento del
líder radical. Pero el nuevo presidente, el general José Félix Uriburu, tampoco encontró la salida a la depresión.
Recién en 1933, durante la presidencia del general Agustín P. Justo, se tomaron las medidas necesarias para
paliar la situación.

En 1933 se firmó el pacto Roca-Runciman con Inglaterra que aumentó enormemente la dependencia Argentina
con ese país. Se sucedieron los gobiernos conservadores (el general Uriburu, entre 1930 y 1932; el general
Justo, entre 1932 y 38; Roberto Ortiz, entre 1938 y 1942, y Ramón Castillo, entre 1942 y 1943), que se
desentendieron de los padecimientos de los sectores populares y beneficiaron con sus políticas a los grupos y
familias más poderosas del país.

GOBIERNO DE URIBURU: Desde el primer día de su gobierno, Uriburu intentó modificar la Constitución
para -traducir cláusulas de carácter corporativas, a imitación del régimen fascista italiano de benito Mussolini.
Uriburu tampoco dudó en utilizar la represión en una escala hasta entonces desconocida: su jefe de policía,
Leopoldo Lugones (hijo), introdujo por primera vez en la Argentina el uso de la picana eléctrica.

Sin embargo, pronto Uriburu perdió buena parte de los apoyos que lo habían llevado al poder el del ejercito,
dominado por el general justo, quien respaldaba una salida electoral para ser él mismo candidato; el de los
partidos políticos que habían apoyado el golpe, que se reunieron en la opositora Federación Nacional
Democrática; el de la opinión pública, que en una elección realizada en la provincia de Buenos Aires en Abril
de 1931 dió la victoria a la Unión Cívica Radical.
Las elecciones fueron finalmente anuladas, pero la presidencia de Uriburu había acabado. Por esta razón, el
Presidente se vio obligado a desistir de su intento de reforma institucional, como también de llamar a
elecciones nacionales para noviembre de 1931.

Poco antes de las elecciones de 1931, Uriburu vetó la candidatura de Marcelo T. de Alvear, lo que produjo la
abstención electoral de la Unión Cívica Radical, que duró hasta enero de 1935. De esta manera, el general
Agustín Pedro Justo consiguió que su principal opositor quedara fuera de la carrera presidencial.

En las elecciones de noviembre de 1931 se enfrentaron dos candidatos: Justo, por una alianza de radicales
antipersonalistas; los conservadores del Partido Demócrata Nacional y el Socialismo Independiente; y
Lisandro de Torre, como representante de otra alianza entre los partidos Demócrata Progresista y Socialista.

ETAPA 14:GOLPE MILITAR DEL G.O.U.

En 1943 un grupo de militares nacionalistas dio un golpe de estado y derrocó al presidente Castillo. Dentro de
este grupo se destacó el coronel Juan Domingo Perón, quien, desde la secretaría de Trabajo y Previsión, llevará
adelante un política tendiente a mejorar la legislación laboral y social (vacaciones pagas, jubilaciones,
tribunales de trabajo). El apoyo popular a Perón lo llevará al gobierno en las elecciones de 1946.

Desde la presidencia, Perón continuó con las políticas sociales que beneficiaron tanto a la clase trabajadora
como al empresariado nacional, sobre todo industrial. Luego del triunfo electoral disolvió los tres partidos que
se habían creado para sostener su candidatura, Laborista, Unión Cívica Radical Junta Renovadora y el Partido
Independiente, para unificarlos en una sola organización política, llamada primero Partido Único de la
Revolución y luego simplemente Peronista o Justicialista.

Expandió enormemente la agremiación de los trabajadores en sindicatos que respondían a la corriente laborista
y ayudó a establecer el predominio de la Confederación General del Trabajo (CGT) como central unitaria.
Durante sus dos presidencias (1946-1952 y 1952-1955) Perón, que ejercerá el poder limitando el accionar de
la oposición y censurando a la prensa, impulsará una política que combinaba el impulso de la industria, el
empleo, las comunicaciones y los transportes, con la acción social desarrollada por Eva Perón a través de la
construcción de hospitales, escuelas, hogares para niños y ancianos, y ayuda económica para los más pobres.

ETAPA 15: LOS GOLPES MILITARES

La inestabilidad política (1955-1973)

En 1955 un nuevo golpe militar derrocó a Perón, quien marchó al exilio. A partir de entonces y hasta 1973,
los peronistas no podrán votar por su partido. Este derrocamiento marcó el cierre de un ciclo histórico en el
país. A partir de entonces se sucedió una época que comúnmente se denomina como de “empate” entre fuerzas,
alternativamente capaces de vetar los proyectos de las otras, pero sin recursos para imponer perdurablemente
los propios. El “empate político” se vio reflejado en los ciclos periódicos de crisis económica.

El poder económico fue compartido entre la burguesía agraria pampeana (proveedora de divisas y por lo tanto
dueña de la situación en los momentos de crisis externa) y la burguesía industrial, volcada totalmente hacia el
mercado interior. Las alianzas se establecerían según cual fuera el momento del ciclo.

En ese período habrá dos presidentes civiles, Arturo Frondizi (1958-62) y Arturo Illia (1963-66) que intentarán
impulsar el desarrollo nacional y poner fin a la proscripción del peronismo. Ambos serán derrocados por
golpes militares.

El golpe del ’66, llamado Revolución Argentina, se prolongó en el poder por siete años hasta que la presión
popular expresada en violentas protestas como el Cordobazo y en la aparición de grupos guerrilleros, obligó
a los militares a llamar a elecciones el 11 de marzo de 1973. El candidato peronista, Héctor Cámpora, resultó
electo.
ETAPA 16: TERCER GOBIERNO PERONISTA

Para la apertura democrática Perón se ofrecía como el único capaz de evitar el terremoto social en la Argentina,
pero por una cláusula de residencia no pudo presentar su candidatura. En su lugar fue Héctor Cámpora, que al
frente del FREJULI (coalición que reunía sobre el eje peronista a frondicistas, conservadores populares,
populares cristianos y otras agrupaciones) triunfó el 11 de marzo de 1973 con el 49,59 % de los votos, por
sobre la fórmula radical encabezada por Balbín.

Buenos Aires vivía una fiesta carnavalesca, Héctor Cámpora asumió la presidencia de la Nación. Después de
dieciocho años de proscripción, el peronismo volvía al poder. En los alrededores del Congreso más de un
millón de personas festejaban la partida de los militares.

El peronismo gobernó nuevamente con cuatro presidentes (Cámpora, 1973; Lastiri, 1973; Perón, 1973-1974;
e Isabel Perón 1974-1976), quienes intentaron retomar algunas de las medidas sociales del primer peronismo,
como el impulso de la industria y la acción social, el mejoramiento de los sueldos y el control de precios.

La bajo el liderazgo del General Perón, un conjunto de fuerzas coexistieron de manera permanente. Sin
embargo, las mismas quedaron sin control desde el día mismo de su muerte. Pero, el punto son retorno surge
justamente antes de julio de 1974, dejando visiblemente certera la ruptura entre las facciones peronistas.

Sumado a ello, este deceso tan importante despojó al gobierno de una conducción legítima y aceptada por la
totalidad del conjunto peronista, asegurando esta gobernabilidad, mediante la reformulación de acuerdos
políticos.

José López Rega, ministro de acción Social y secretario privado de Perón, fue quien acompaño y aconsejó de
manera influyente a la viuda del presidente, que ocupó el lugar, ejerciendo de manera fluctuante la dirección
ejecutiva.

Pero los conflictos internos del movimiento peronista y la guerrilla, sumados a la crisis económica mundial
de 1973, complicaron las cosas que se agravaron aun más con la muerte de Perón en 1974 y la incapacidad de
su sucesora Isabel Perón para conducir el país.
Esta crisis fue utilizada como excusa para terminar con el gobierno democrático y dar un nuevo golpe militar.

ETAPA 17:PROCESO DE ORGANIZACION NACIONAL

La dictadura Militar: La muerte de Perón dejó sin control al conjunto de fuerzas que habían coexistido
conflictivamente bajo su liderazgo. La muerte del líder privó al gobierno de una conducción legítima y
aceptada por el conjunto del peronismo, que pudiera reformular los acuerdos políticos y sociales para asegurar
la gobernabilidad del país.

El régimen militar instalado en marzo de 1976 y presidido por el general Jorge Rafael Videla desplegó una
represión inédita, cuyas consecuencias aún se hacen sentir en la Argentina. Ya en 1974 estaban dadas las
condiciones que explican algunas de las actitudes que tomaría la dictadura militar. Por un lado, la política era
concebida como una guerra: le objetivo no era dirimir los conflictos sino exterminar físicamente al enemigo.
Por otro el propio Estado había abandonado toda racionalidad legal y desde algunas de sus dependencias,
como el Ministerio de Bienestar Social, se organizaban acciones armadas

Cuando las Fuerzas Armadas se hicieron cargo del poder en 1976, tomaron la represión en sus manos y, para
ello, involucraron a otras instituciones del Estado desde la propia presidencia hasta las policías provinciales.
Sin embargo, esta expansión del terrorismo de Estado” se debía menos a la violencia guerrillera (que, para
1976 estaba en franca decadencia) que al proyecto político y social de los militares que tomaron el poder.

En efecto: la violencia alcanzó a todos los sectores de la sociedad desde sindicalistas hasta intelectuales, desde
estudiantes secundarios hasta amas de casa. La arbitrariedad y la universalidad eran, en efecto, condiciones
básicas para imponer el terror en la sociedad.

Como si de una operación militar se tratara, las jerarquías de las Fuerzas Armadas dividieron al país en varias
zonas y distribuyeron el control entre ellas, en especial Armada y el Ejército.
ETAPA 18:GOBIERNO DESMOCRÁTICOS

La democracia (1983-2013): Después de la guerra de Malvinas, el gobierno militar quedó desarmado y en


poco tiempo reapareció la oposición. Entre 1982 y 1983, la situación económica se agrava y comenzaron las
protestas sociales, los conflictos gremiales y las huelgas generales. La sociedad demostraba en actos y
manifestaciones masivas en Plaza de Mayo su repudio contra la dictadura.

La democracia era vista como la bandera contra el autoritarismo que habían ejercido los gobiernos militares.
La ciudadanía renovaba su interés por la participación y se afiliaba a los tradicionales partidos tradicionales.

En las elecciones internas del radicalismo fue elegido como candidato presidencial por la U.C.R. el líder del
Movimiento de Renovación y Cambio, Raúl Alfonsín. El discurso democrático y antiautoritario del
candidato radical tuvo gran repercusión, sobre todo entre la juventud.

El peronismo, en cambio, carecía de una estructura partidaria y de toda práctica de debate interno. Así, lejos
de toda renovación, fueron elegidos como candidatos Ítalo Luder y Bittel.

RETORNO DE LA DEMOCRACIA EN 1983- RAÚL ALFONSÍN

El 30 de octubre de 1983, el peronismo fue derrotado por primera vez en elecciones libres por la fórmula
radical, que obtuvo el 52% de los votos. El Presidente Raúl Alfonsín electo asumió el 10 de diciembre con
gran apoyo social.

Se restablecieron las libertades públicas y los derechos humanos, y la cultura argentina volvió a destacarse en
el mundo La herencia dejada por la dictadura militar fue muy pesada y los sucesivos gobiernos (Raúl Alfonsín
y Carlos Menem) vieron condicionados sus planes sociales y políticos por las presiones económicas.

Menem entendió que la solución pasaba por una política de privatizaciones. Esta política generó una breve
etapa de bienestar (1991-1995), pero que concluyó con una profunda crisis que generó desocupación y
aumentó notablemente la deuda externa.
De la Rúa presidente
El candidato de la Alianza, Fernando de la Rúa, triunfó en las elecciones presidenciales de 1999 con el 48,5%
de los votos, venciendo al justicialista Eduardo Duhalde. La situación económica manifestaba una profunda
crisis: mientras que el Estado no encontraba cómo financiar sus gastos, los capitales internacionales
desaparecían.

La única salida era devaluar el peso y terminar con la convertibilidad, pero el Presidente se negó a tomar esa
decisión. Ni una suba de impuestos (el “impuestazo”), tampoco la reducción de los salarios públicos en un
13%, alcanzaron para equilibrar la situación.

En diciembre de 2000, el gobierno obtuvo un crédito de 30.700 millones de dólares denominado en una amplia
campaña publicitaria el “Blindaje”, que no tuvo efectos positivos.

En marzo de 2001, el titular de la cartera de Economía en ese entonces, José Luis Machinea, fue reemplazado
por Ricardo López Murphy. El nuevo ministro propuso un programa de ajuste sobre los salarios de los
empleados estatales y el presupuesto de educación. Hubo sucesivas protestas populares. Su plan fue rechazado
y debió renunciar.

El 20 de marzo de 2001, De la Rúa convocó a Domingo Cavallo, que se había desempeñado como ministro
de Economía durante el gobierno de Carlos Menem, y antes, como presidente del Banco Centra! en la última
etapa del gobierno de facto.

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