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La devoción a los santos

Es un medio poderosísimo para nuestro crecimiento espiritual. Los santos son para los creyentes un modelo
de santidad e intercesores en favor nuestro.
Por supuesto la Iglesia Católica a nadie obliga a invocar y tener devoción a los santos. Solamente los propone
como modelos para ser imitados y los promueve como poderosos intercesores.

Objeciones protestantes que son una tentación para los católicos:


1. No necesitamos otros modelos de santidad, ya que tenemos el modelo de Jesús.
2. menos necesitamos a los santos como intercesores, pues Cristo es el Único mediador ante el Padre.

Muchos católicos no saben qué contestar y están dudosos frente a estas opiniones, y lo peor: caen en la
tentación de privarse de la inmensa gracia que Dios quiere concedernos por este medio…

Solo imitar a Jesús…


Esta es una verdad a medias.

El Apóstol Pablo: «Hermanos, sigan mi ejemplo y fíjense también en los que viven según el ejemplo
que nosotros les hemos dado a ustedes» (Fil. 3, 17).

En otra parte dice el Apóstol: «Sigan ustedes mi ejemplo como yo sigo el ejemplo de Cristo Jesús»
(1 Tim. 1, 16).

Pablo se pone a sí mismo como ejemplo de seguidor de Cristo, e incita a los creyentes a ser sus
imitadores, como él lo es de Cristo.

La Biblia, pone claramente a María como modelo de santidad para todas las generaciones. «en
adelante todos los hombres me llamarán bienaventurada» (Lc. 1, 48).

Y es eso lo que celebra la Iglesia Católica al venerar a María. La veneración a María nunca puede ser culto
de adoración; la veneración es un culto de honra y de profundo respeto hacia la Madre de Jesús.

Por supuesto debemos evitar excesos, los santos no son semidioses y la santidad de tal o cual persona
nunca puede oscurecer el seguimiento de Cristo. Al contrario, la verdadera santidad de los santos siempre
anima hacia una mayor búsqueda de Dios.

Se trata de imitarlos en cuanto a…

-su modo de seguir a Cristo que los hizo victoriosos sobre pruebas, tentaciones, ataques del demonio,
-En su celo apostólico, obras apostólicas,
-En la radicalidad de su entrega y en su amor apasionado y ferviente por Cristo…
-En el ejercicio heroico de las virtudes… Heb 11 y 12…

Los santos como intercesores


Muchos hermanos evangélicos tienen problemas para aceptar a los santos como intercesores en favor nuestro.
Simplemente dicen que Jesucristo es el único Mediador entre Dios y los hombres y que no necesitamos nuevos
intercesores: «Hay un solo Dios, y un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús» (1 Tim. 2, 5; Hebr.
8, 6 y 9, 11-14).
Veamos el ejemplo de María en las bodas de Cana. Es María la Madre de Jesús la que invita discretamente
a su Hijo a hacer un milagro diciendo: «Ya no tienen vino». Y Jesús le hace entender que la hora de hacer
signos no ha llegado todavía. Sin embargo, por la intercesión de su Madre María, Jesús hace su primer
milagro (Jn. 2, 1-12).
Este es el sentido bíblico de la intercesión de los santos. Hay muchos ejemplos más de la intercesión
de los santos ante Dios. Veamos algunos textos: Moisés ora a Dios por intercesión de Abraham, Isaac y de
Jacob (Ex. 32, 11-14).

Dios acepta la oración de los santos


La Biblia nos enseña también que debemos ayudarnos mutuamente con la oración. «La oración de los santos
es como perfume agradable ante el trono de Dios» (Apoc. 8, 4).

¿Quiénes son los santos? CEC


Los que llegaron ya a la patria y gozan de la presencia del Señor.
-Ellos no cesan de interceder por nosotros presentando a Dios por medio del único Mediador Jesús (1, Tim. 2,
5), los méritos que en la tierra alcanzaron.
-Son de gran ayuda para alcanzar gracias similares a las que ellos alcanzaron.
-Sus enseñanzas están llenas de Espíritu Santo-
-Su ejemplo suele ser usado como medio para un llamado a la conversión y entrega radical a Jesucristo: San
Ignacio, Santa Teresa de Jesús, Santa Teresita, Santa Edth Stein…
-Conocer su vida nos aumenta el fervor.
¿Qué es la comunión de los santos?
La comunión de los santos significa que, así como todos los creyentes forman entre sí un solo cuerpo, así
también el bien de unos se comunica a otros.
Por la comunión de los santos, podemos también pregustar su compañía en esta tierra.
Sta Teresita, patrona de las misiones, “quiero pasar parte de mi cielo haciendo el bien en la tierra”.
P Pio, “ No entrare al cielo, sino que me quedare en la puerta hasta que cada uno de mis hijos espirituales
entren”.

Al invocar a los santos siempre contemplaremos las virtudes que obró Dios en ellos.

Dios está siempre en el trasfondo de nuestra invocación o veneración a los santos.

Los santos no nos alejan de Dios, sino que nos invitan a ponernos directamente en contacto con El, con la
sola mediación de Jesucristo.

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