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RECOLECTORES DE RESIDUOS

RECICLADORES DE BASE HECTOR LUIS


RAMIREZ LAGOS
SOCIOLOGO
Dignificar esta labor es parte de una buena
GAIA CHILE
política pública sobre reciclaje, es pensar
en el futuro y la esencial labor que realizan
desde hace un siglo estas personas que de
manera invisible se encargan a diario de
recolectar y separar las diferentes
fracciones de residuos que los habitante de
distintos sitios urbanos y rurales desechan
de manera inconsciente y sin darle valor.
Articulo presentado en el marco del
PROGRAMA SANTIAGO RECICLA del
Ministerio del Medio Ambiente de
Chile, con financiamiento del Banco
Interamericano de Desarrollo BID y la
Subsecretaría de Desarrollo Regional
SUBDERE del Gobierno de Chile.
1
Si pensamos en la situación actual de los recolectores de base, podemos
concluir que, en términos de la caracterización, su situación actual
constituye un escenario bastante más detallado que en el momento del
primer estudio sectorial, que corresponde al año 1992 realizado en el
marco del programa de descontaminación de la Región Metropolitana
para la creación de la primera asociación de recolectores independientes
de Santiago, con recursos del gobierno regional de la Región
Metropolitana.

Esta experiencia se realizó con la idea de que la asociatividad era el


medio para resolver el problema de los residuos, inicialmente del centro
de la ciudad y en etapas posteriores, el resto de las comunas que
comprenden la región.

Si bien es cierto que la situación general no cambio mucho, podemos


apreciar que la cantidad de recolectores que hoy existen es mayor y que
las razones para incorporarse a este trabajo, también se modificaron en
el tiempo. Mientras en los 80, esta tarea era asumida como una forma
exclusiva de sobrevivencia, ejercida principalmente por indigentes y
personas cesantes, hoy para la mayoría representa una opción de trabajo
o una forma de incremento del ingreso familiar, que se ordena y trata
como una fuente formal de empleo y acceso a recursos frescos.

Según los estudios realizados en los últimos años2, en los que se investigó
como es el comportamiento de los recolectores, se puede apreciar que
en la mayoría de los casos, hoy los recolectores comprenden su aporte
medio ambiental y actúan de manera catalizadora de las iniciativas
necesarias para el mejoramiento del tratamiento de los residuos
domiciliarios en torno a la reducción y valorización.

Es relevante su apreciación en torno a la necesidad de contar con


espacios propios para el acopio y posterior comercialización de los
residuos con las contrapartes intermedias o con la empresa que realiza el
tratamiento final en la cadena del reciclaje.

1
HECTOR RAMIREZ, Estudio de caracterización de recolectores de base. Programa SANTIAGO
RECICLA 2010.
2
Casa de la Paz 2007, Sistematización de experiencias de recolectores independientes en Chile.
En este sentido una de las miradas principales es la de traspasar a la
comunidad la responsabilidad de la separación de los residuos en origen
para mejorar las condiciones de la recolección y posterior trasferencia a
los centros de acopio o empresas de tratamiento final.

El recolector tipo en los 80 y 90, eran personas en su mayoría de


extracción socio económica baja y su nivel escolaridad, sin estudios
básicos completos. Esta situación cambió radicalmente y hoy tenemos
una composición del sector con un 40% de personas en el mismo rango y
se suman personas con educación media completa y sorprende la
aparición de personas son estudios superiores completos en un 7%.

Esta situación, permite a su vez, la creación de organizaciones gremiales y


/o funcionales que son dirigidas por estas personas, lo que no asegura su
buena gestión, pero implica un mejor posicionamiento frente sus
contrapartes formales se informales.

En este ámbito, los recolectores indican sus aprehensiones respecto a los


manejos de recursos de la organización y la necesidad de que exista
capacitación por parte de las contrapartes, ya que fueron estas las que
los indujeron o motivaron a organizarse y “hacerse visibles” frente a lo
público y la comunidad donde desarrollan su trabajo.

La opinión al respecto dirige la mirada hacia la idea de que los dirigentes


son quienes pueden mantener la cohesión de las organizaciones y las
negociaciones con las contrapartes y por lo tanto depende bastante de
ellos el éxito incluso el comercial.

Mientras el nivel de escolaridad de los dirigentes es más alto, el ejercicio


del rol es más eficiente y logran mantener mejores relaciones con las
contrapartes. Sin embargo, esta situación no siempre se reproduce al
interior de las organizaciones, ya que la diferenciación en los niveles de
formación formal genera una brecha importante entre los participantes.
Simultáneamente, destacan que el factor de las relaciones humanas es
clave para consolidar una buena organización y proyectar su trabajo
hacia el mejoramiento de las condiciones de vida de los recolectores.
Frente a los desafíos futuros, se plantean ciertas incógnitas ya que uno de
los obstáculos que existen desde su mirada es la mala o nula información
respecto de las formas de participación o postulación de las
organizaciones para la obtención de recursos que permitan fortalecer su
trabajo a la vez que profesionalizarlo, entendiendo este último factor,
como la empresarización del sector y por tanto su formalización como
actividad económica regular en el Tratamiento de Residuos Sólidos
Domiciliarios.

En los trabajos de terreno realizados en el marco del programa


SANTIAGO RECICLA 2010, queda de manifiesto que podrían existir al
menos 2 lecturas de la situación de los recolectores, en las que la mirada
del estado es un y la propia de los recolectores es otra, completamente
antagónica.

El estado, busca fórmulas para absorberlos como cesantes y por lo tanto


su inclusión en el mercado laboral, sería la forma de hacerlos
“desaparecer” de las calles, sin embargo, desde la mirada propia ellos
creen que su actividad es importante y al no existir alguien más que la
ejecute, ellos serían naturalmente quienes debieran abordar el problema
y ejecutar la solución, ya sea de manera formal o informal. En esta
mirada, abunda la confusión, ya que, hasta la fecha, la formalización no
redunda en mejoras sectoriales notorias, por lo que se mira con cierta
incredulidad las iniciativas que se proponen desde las instituciones
públicas o privadas.

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