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Bruja

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Para otros usos de este término, véase Bruja (desambiguación).

Las brujas de Lancashire,1ilustración del inglés William Harrison Ainsworth.

Deux sorcières, cuadro de Hans Baldung.


Cuadro representando dos mujeres desnudas acompañadas de un joven demonio y de un macho cabrío, bajo un cielo donde

se observa una humareda negra y roja.


Una bruja (en masculino, un brujo) es una persona que practica la brujería. Si bien la
imagen típica de un brujo o de una bruja es muy variable en función de cada cultura, en el
acervo popular del mundo occidental la representación de una bruja se asocia fuertemente
hoy en día a la de una mujer con capacidad de volar montada en una escoba, así como
con el Aquelarre (lugar de brujas) y con la caza de brujas (búsqueda e identificación de
brujos y brujas). Al brujo algunos lo asocian con el vidente o con el clarividente, otros lo
asocian con el chamán(quien es un especialista de la comunicación con las potencias de
la naturaleza y con los difuntos), mientras que otros lo asocian con un brujo de tribu más
orientado a la curación de enfermos del cuerpo y del alma, etc. La bruja (en femenino) es
un personaje recurrente de la imaginación contemporánea, que perdura y se afirma
gracias a los cuentos, las novelas, las películas, así como a través de ciertas fiestas
populares y de sus especiales máscaras.

Etimología[editar]
En latín, las brujas eran denominadas maleficae (singular malefica), término que se utilizó
para designarlas en Europa durante toda la Edad Media y gran parte de la Edad Moderna.
Términos aproximadamente equivalentes en otras lenguas, aunque con diferentes
connotaciones, son el inglés witch, el italiano strega, el alemán Hexe y el francés sorcière.
Esta última palabra, femenino de sorcier, deriva del latín vulgar sortiarius (que literalmente
significa « hablador de suertes o parlachín de suertes») y del latín clásico sors, sortis (que
primero señalaba un procedimiento de clarividencia, y luego significaba destino o suerte).
La palabra española «bruja» es de etimología dudosa, posiblemente prerromana, del
mismo origen que el portugués y gallego bruxa y el catalán bruixa. La primera aparición
documentada de la palabra, en su forma bruxa, data de finales del siglo XIII.2 En 1396 se
encuentra la palabra broxa, en aragonés, en las Ordinaciones y
paramientos de Barbastro. Carmelo Lisón Tolosana considera que el origen de la palabra
puede encontrarse en el área pirenaica. En Gascuña y Béarn era también corriente el uso
de una palabra etimológicamente relacionada, brouche. Debe tenerse en cuenta que en
esta época el Languedoc y la Corona de Aragón eran áreas culturalmente muy
relacionadas.3 El término inglés witch tiene un origen más controvertido, aunque
posiblemente deriva del radical wik de origen tanto celta como germánico.4567
En el País Vasco y en Navarra se utilizó también el término sorgin (/sorguín/ en su
pronunciación en español), y en Galicia, la voz meiga.

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