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TENTATIVAS PARA PRECISAR LA IMPRECISION DEL USO DE LOS TERMINOS SIGNIFICACION, DENOTACION Y SENTIDO, METALINGUISTICO Y ABSTRACTO, PRAGMATICO Y MODAL 0.1. La situacién lingiiistica en que estas «Tentativas» se colocan es la siguiente: a) versan acerca de términos pertenecientes a diver- sos lenguajes formalizados, los cuales versan a su vez ora sobre otros Ienguajes formalizados, ora sobre lenguajes no formalizados 0 «natu: rales»; b) ellas, por su parte, estan escritas en un lenguaje no forma- lizado, el espafiol oficial. 0.2, Esta situacién es frecuente, y casi dirfa la situacién regular, en los estudios de Seméntica, de Légica formal o de Metamateméti- cas; donde, en efecto, por encima, y ocasionalmente por debajo, de los varios niveles de lenguajes formalizados que sucesivamente to- men como objeto de su habla formulas o términos del lenguaje «an- terior» o «inferior», hay un lenguaje supremo (aunque nada més se presente en el prdlogo del escrito) que es un lenguaje «natural o no formalizado: nuevamente «naturals o no formalizado en el caso, al menos, de la Seméntica, cuando el lenguaje de nivel «mas bajo» al que se referia era ya un lenguaje «natural», 0.3. © expuesto con un ejemplo simple: L (lenguaje infimo); Todos fos perros ladran ML (primer metalengua- Todos os perros ladran es en L verdad si y s6lo si todos Je, formalizado): _Ios perros Iadran, e. e. si la nota ‘ladrar’ est incluida en la definicién del término ‘perro’. m, 1.10 146 AGUSTIN GARCIA CALVO MI2 (segundo metalen- La traduccién de «stodos los perros ladran»» de L a guaje, formalizado): «todos ios perros ladran», de MLt no es legitima si L no es un Jenguaje formalizado que esta incluido en ML! como parte de su sistema ML (ercer metalengua- La predicacién de ilegitimidad de ta traducci6n entre L je, formalizado): y ML, tal como se enuncia en la férmula de ML? escrita encima de ésta, implica que ML’, siendo un lenguaje for- malizado, contiene un término L que designa un lenguaje cuya naturaleza de formalizado © no formalizado no esté determinada en el momento del establecimiento del len- guaje M2 la (lenguaje supremo): Todos los metalenguajes de la serie, infinita, ML4, M12, MLA... tienen cada uno como uno de sus términos un nombre que designa el ML que le precede en la serie. Ahora bien, cabe demostrar que L* no es un lenguaje formalizado (ni Ja formula Ultimamente escrita puede reducirse a otra de un lengua- je formalizado), por la sola consideracién de que es imposible cons- truir un lenguaje formal en que dos términos como ‘todos’ y como ‘infinito’ puedan funcionar como predicados de un mismo sujeto. 04, Convenia presentar las observaciones precedentes a fin de mostrar cémo estas «Tentativas» escritas en un lenguaje «natural», no pueden pretender hablar con precisién del uso general de los térmi- nos 'significacién’, etc., en tipos diversos de metalenguajes, si bien, por cierto, nada excluye de antemano que puedan precisar en al- guna medida la imprecisién del uso general de dichos términos. 1.1. No suele cuestionarse con la debida pertinacia, sino més bien dejarse pasar como un resultado del azar histérico, el hecho de que el mismo titulo de «SemAntica» («SemAnticas») se haya usado para ti- tular el estudio tradicional sobre las significaciones de las palabras, en el sentido de M. Bréal (0 en rigor, en el del Cratilo), y para titu- lar el estudio sobre la verdad de las formulaciones, tal como fijado, mas o menos, por A. Tarski y W. V. Quine hace unos treinta o cua- renta afios. IMPRECISION DEL USO DE LOS TERMINOS 147 1.2. El doble uso del titulo se aparece sobre todo como doble por el hecho de que ’significacién’ parece ser un rasgo inherente a las palabras en cuanto dyépare, nO como AéEetc O fiiuata, €. & a las palabras no en su uso actual en predicaciones, sino en cuanto depo- sitadas, por as{ decir, en el tesoro Iéxico de la lengua no realizada, mientras que, por el contrario, la verdad parece ser, como la falsedad, algo tinicamente predicable acerca de predicaciones; de manera que ni puede preguntarse por la verdad del término ‘amor’ ni por la sig- nificacién de la predicacién Cada cual se ama a si mismo: mas pre- cisamente, dirfamos en nuestra lengua que la interrogacién ‘Amor’ ges verdadero? y la interrogacién «¢Cudl es el significado de ’Cada cual se ama a si mismo'?» carecen de sentido. 13, Mas es, por cierto, de notar que esa diferencia, tan clara en principio, entre 'significacién’ y ‘verdad’ (como correspondiendo, res- pectivamente, al campo asociativo y al campo sintagmatico, neta- mente distinguidos por de Saussure) tiende a enturbiarse en el acto de la practica de las dos Seménticas que en 1.1. distinguiamos: pues, de un lado, cuando en la Sem. 2 se trata de la verdad de una predicacién como Todos los perros ladran, ello exige el recurso a un ML en que esa predicacién ya no aparece como tal predicacién, sino como un nombre de sf misma que pertenece al acervo Iéxico de dicho ML, y asi Ja cuestién de verdad viene a reducirse a la cuestién de la significacién de esa nueva clase especial de nombres, y de otro lado, al cuestionar a un término de L por su significacién, e. e, al interve- nir en L la pregunta socrética del t{ govt, ese término abandona en el acto su condicién, por asi decir, estética en el tesoro de la lengua, pasa de ser 3yoc a Ser A€ét¢ (si no predicado, parte de predicacién) y su significar es un querer decir, segin la locucién de nuestra len- gua; de modo que se sugiere en la Sem. 1 que una palabra, por su sola presencia en la lengua, estA diciendo algo; y la busqueda del Eropov de una palabra, e. e. de su verdad consistfa, p. ej. en el Cra- tilo, en reducir la palabra o bien a una locucién onomatopéyica, 0 bien a un compuesto, a algo, en suma, que, en el acto de nombrar, esté diciendo.

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