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12/10/2016
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¿Quién es Enrique Dussel?
Estudios universitarios
Docente comprometido
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Entre 1966 y 1968 fue profesor de Ética de la Universidad Nacional de
Resistencia en Chaco, Argentina.
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idiomas), lo convierte en uno de los más prestigiados pensadores filosóficos
del siglo XX, que ha contribuido en la construcción de una filosofía
comprometida y la pedagogía de la descolonización. Ha sido crítico de la
modernidad apelando a un "nuevo" momento denominado
transmodernidad. También ha sido crítico del helenocentrismo, del
eurocentrismo y del occidentalismo. Defiende la postura filosófica que ha
sido denominada bajo el rótulo de "giro descolonizador" o "giro
descolonial".
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entrevista al equipo de La Iguana televisión durante su reciente visita a
Caracas. En la conversación habló acerca de la coyuntura política
latinoamericana, caracterizada por un reflujo de las fuerzas conservadoras
y de la importancia que tiene la filosofía en la lucha de los pueblos por su
definitiva emancipación.
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•Hay que tener mucho cuidado para que en los próximos dos pasos
adelante no volvamos a cometer los errores que hemos cometido. La
etapa anterior debemos entenderla como una escuela.
•La filosofía permite saber que lo que nos proponen son fantasías e ir
a la esencia de las cosas. Y ese es el origen de cualquier revolución.
No quiero ponerme a citar clásicos, pero alguien dijo que una
revolución sin teoría no es revolución.
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sentido. El filósofo puede comparar el distinto sentido que ha dado a
la muerte cada civilización.
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-Bueno, el imperio, Estados Unidos, ha ido siempre modificando sus
prácticas para detener la emergencia de los pueblos latinoamericanos. En
algún momento fueron las dictaduras militares, después fue el atractivo de
la expansión de las trasnacionales y el neoliberalismo. Pero, efectivamente,
desde el fin del siglo XX, desde 1999, y debe decirse que por influencia de
la experiencia muy particular de Venezuela, hemos presenciado el avance
de las fuerzas progresistas. Hoy, cuando se siente la carencia de Hugo
Chávez, se aprecia más su importancia, pues él es considerado por la
izquierda y por la derecha mundial como un parteaguas, es un hombre
que dejó muchas cosas y cuya falta se hace sentir.
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Con el pueblo brasileño va a pasar exactamente igual. Estaban montados
sobre la alegría de los logros y, lo que querían era disfrutarlos y aumentar.
Perdieron de vista que esos logros se habían alcanzado gracias a una
conducción severa, objetiva, que había defendido los intereses del pueblo.
Ahora, cuando les dan de pronto el frenazo, muchos de los que votaron se
van a dar de nariz contra la pared y se van a preguntar ¿qué hicimos?. A
veces el pueblo, engañado por la prensa y por ilusiones, tiene que
confrontar la realidad y hay un sufrimiento inevitable. Claro que sufren más
los que vieron el peligro, los que estuvieron en contra, pero también los que
se dejaron atraer por espejitos. “Hay que preparar los dos pasos adelante”
que decía Lenin. Entender que no hay triunfo de los que están gobernando
y tampoco la izquierda progresista debe creer que los logros que había
alcanzado eran definitivos, toda vez que son muy perecederos, y aceptar
que se han cometido errores, ha habido corrupción. El militante, a veces, es
austero, disciplinado y luchador mientras está en la base, pero al llegar a
posiciones de poder tiene un salario alto, se compra un auto, cambia de
casa, y resulta que se corrompió. Hay que tener mucho cuidado para que
en los próximos dos pasos adelante no volvamos a cometer los errores que
hemos cometido. La etapa anterior debemos entenderla como una escuela.
-Esos próximos dos pasos adelante tienen mucho que ver, según
numerosos análisis, con que haya una revolución cultural, que en
la mente y en el alma de las personas se produzca de verdad un
cambio revolucionario. ¿Que faltó en esta primavera para instaurar
esa revolución en el terreno cultural?
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-Bueno, uno ha estado entregado a este mundo de la filosofía desde los
quince años de edad y ve la complejidad de este lenguaje de lenguajes,
este metalenguaje muy complejo, que es una cierta visión orgánica,
argumentada, histórica de la realidad. Es lo que va detrás de siglos, del
pensamiento de Platón en Grecia, de Confucio en China o del Upanishad en
la India. Y lo que estamos descubriendo es un pensamiento crítico que en
América Latina comenzó hace cuarenta años. Cuando planteamos una
filosofía latinoamericana de liberación se le quiso dar un sentido
anecdótico. Lo profesores en Estados Unidos y Europa lo veían como el
producto de una incultura, no de una cultura latinoamericana. Teníamos
que golpear las puertas de las universidades, y nos rechazaban, no nos
permitían ser profesores. Ahora (esta doctrina) ha cobrado una fuerza y el
pensamiento crítico debe dar un horizonte de largo plazo, pues una
revolución que no llega a una descolonización del pensamiento, sigue
siendo colonial. Ni la izquierda esta vacunada de seguir siendo colonial.
Hasta los sectores más vanguardistas, entre comillas, porque son
dogmáticos.
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entender que el último nivel de la dominación, y al mismo tiempo de la
transformación histórica, es una cierta visión del mundo.
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realidad distinta y hemos aprendido a pensar si quiere lentamente, pero
ahora debemos entrar de forma responsable de hacer cambios muchos mas
profundo.
-Venezuela vive una crisis bastante grave desde los puntos de vista
económico y social. Y eso lleva a una vieja pregunta que mucha
gente se ha hecho: ¿para qué sirve la filosofía?, y en casos como el
nuestro, ¿para qué sirve cuando la persona está pasando
necesidades o tiene hambre?
-Debo decir que esto es una convicción que he ido acumulando con los
años, desde que era un joven licenciado de 23 años, hace casi 60. A medida
que voy creciendo, ganado años, pero no perdiendo juventud, voy viendo
más la importancia de la filosofía. No es un asunto de comer hoy, es comer
mañana. Es, como decía un líder asiático, no es cuestión de darle a alguien,
como limosna, un pescado, sino de enseñarle a pescar (bueno, si hay
pescado, si el capitalismo no los ha matado a todos).
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Considero que es tanta la importancia de la filosofía que hasta me extraña
que me pregunten para qué sirve. Sirve para cambiar el cerebro, la
interpretación, para poder ver lo que nos están haciendo. Porque aparte de
eso solo hay apariencias, la Coca Cola, la riqueza, el modelo americano… y
los mismos ciudadanos americanos están completamente desilusionados
de lo que son. Basta ver los dos candidatos que tienen. El pueblo no cree en
ellos. Y ese pueblo, que parece ser la imagen de la democracia es un
pueblo barbarizado, voy a atreverme a decirlo. Se le dan las noticias que
convienen, casi todas norteamericanas. Van a Siria y la destruyen sin
siquiera saber lo que es Siria.
Destruyeron Alepo sin saber nada de ese lugar, destruyeron Bagdad, que es
el centro de una cultura mundial, el origen de las matemáticas modernas,
de la astronomía, un lugar donde vivieron grandes filósofos aristotélicos,
que luego pasaron a Fez, a Córdoba y apenas llegaron a París en el siglo
XIII. Bagdad es la Mesopotamia, el origen la cultura humana, allí estuvo
Hamurabi, allí estuvo el pueblo de Israel en el exilio, allí empezaron a
escribir la Biblia, en estilo cuneiforme. Y el señor Bush, que se dice cristiano
fundamentalista de derecha, es un ignorante que no ve ni lo que tiene
delante de la nariz, destruyó Bagdad sin saber que destruía la cuna de la
Biblia. Bueno, la filosofía permite saber que lo que nos proponen son
fantasías e ir a la esencia de las cosas. Y ese es el origen de cualquier
revolución. El mundo mulsuman es oportunamente racionalizado, a ellos no
le cuesta para nada asumir la tecnología porque lo hicieron 5 siglos antes
que Europa. Entonces los gobiernos de EEUU son unos ignorantes porque
destruyen ciudades árabes sin conocer su historia de aportes dados a la
humanidad, en cambio si saben ¿por qué destruyeron Bagdad? Y la
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respuesta es por el capital. Dígame usted si los presidentes de los EEUU no
padecen de ignorancia, al destruir el origen de la cultura humana.
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-Usted ha postulado la necesidad de impulsar una filosofía de los
pueblos originarios latinoamericanos. ¿Cómo puede instrumentarse
esa filosofía, tomando en cuenta que en su mayoría fueron pueblos
sin una lengua escrita?
-Mire, dice Aristóteles, y luego lo reiteraron Platón y los demás griegos, que
el filósofo es mitopoyético (creador de mitos). Porque el mito es método
para hacer filosofía, contra lo que piensan algunos analíticos, formalistas
del lenguaje anglosajones que hoy tienen el poder político y filosófico en
casi todos los departamentos de Filosofía en la Tierra y a los que solo les
interesa el habla. La filosofía hay que pensarla por su contenido político,
económico, psicológico porque el asunto no es hablar sino de qué hablo. El
mito, decía mi profesor en la Sorbona, muy famoso, Paul Ricoeur,
reconocido filosofo del siglo XX, que el mito es un relato racional basado en
signos. Si es racional das justificación, argumentas simbólicamente, no
unívocamente. Hay que tener hermenéutica para saber interpretar los
mitos para ver el contenido racional, no la parte estúpida, para chiquillos o
inventada. El sabio crea mitos en el sentido de que pone relatos que son
muy difíciles de interpretar. Por ejemplo, el relato de Adán y Eva es un mito
sobre la falsa moral, en el sentido de Ricoeur, es una cosa muy seria, muy
racional, no es para chicos, es para grandes, está cifrado simbólicamente.
El tema no es el pecado original, sino la estructura de la falta moral hoy y
siempre.
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absolutamente actual, que me enseña cosas que en cada época puedo leer.
El mito es un gran instrumento de la filosofía. Dirán que el mito no es
filosófico, pero la filosofía tampoco es ciencia, sino que piensa el principio
de la ciencia. El geómetra es un científico, pero el filósofo se pregunta qué
es el espacio. El matemático es un científico, pero el filósofo indaga qué es
un número, qué es la cantidad, va al fundamento de la ciencia. Cuando a un
shamán, en una comunidad indígena quiché o guahibo, le preguntan el
sentido de la muerte, él cuenta un mito y le da un sentido y el filósofo
puede comparar el distinto sentido que ha dado a la muerte cada
civilización. Eso ha sido clave porque unos, como los griegos, los hindúes y
los indoeuropeos, decían que muere el cuerpo, pero el alma es inmortal. En
cambio, los semitas, los de Babilonia, los palestinos, los egipcios, decían
que muere todo el ser humano, pero luego resucita. Otro mito. Ninguno de
los dos se puede probar científicamente, pero cada uno le da un sentido
diferente a la vida. Si yo creo que el alma es lo bueno, lo divino, lo
ingenerado y eterno, el cuerpo es el origen del mal, tener deseos sexuales
es pecados, como creyó el pobre San Agustín el amor y el sexo eran
pecados, que equivocado estaba.
Osiris, tres siglos antes del fundador del cristianismo y 19 siglos antes de
Engels y Marx, le preguntó al muerto: “¿Qué has hecho de bueno en la
Tierra?”, y el muerto le respondió: “Le di de comer al hambriento, de beber
al sediento, de vestir al desnudo y una barca al peregrino en el Nilo”. Todos
eran principios vitales, relacionados con la carne. Para los semitas y para el
fundador del cristianismo, dar de comer era la primera obligación, eso es
una política, una economía, una concepción del mundo. En Venezuela, la
crisis se plantea en términos filosóficos entre gente que quiere dar de
comer al hambriento y gente que, en nombre de principios modernos, están
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en contra de ese aspecto fundamental del cristianismo. Lo que les interesa
es alimentar al capital. El filósofo les muestra su contradicción. Así ocurre
en otros países. Vengo de Colombia, allá hay un tal Uribe, es un gánster.
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