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Éste es el tiempo en que llegas,
Esposo, tan de repente,
Que invitas a los que velan
Y olvidas a los que duermen.
Según las estadísticas cada minuto mueren en el mundo cerca de 600 personas, y la
gran mayoría de ella muere sin haber ansiado la salvación y sin haber hecho nada para
salvarse, pues cuando más, vivieron una religiosidad cultural o intelectual amando y
deseando todo lo de este mundo, pero no amaron a Dios con sincero corazón. Una de
esas personas que en este momento mueren puedes ser tú mismo, o tu hijo, o tus
padres, o alguien como tú, con un corazón y unos ojos capaces de llorar por toda la
eternidad, porque luego del juicio nunca más volverán a ver a Dios UNO Y TRINO, y la
belleza y ternura de María Santísima, ni compartir con los coros de los Ángeles y
Santos pues serán rechazados para siempre del Paraíso Celestial.
¿Has pensado en lo que significaría tocar y tocar sin que se te abra esa puerta?
Hermano, no dejes que el amor se muera en ti. TE INVITAMOS en este año declarado
por el Santo Padre como AÑO DE LA FE, a que te unas a esta campaña por la Salvación
de muchos hombres en la tierra, uniéndote a Jesucristo a través del SANTO VIACRUCIS
ofreciéndolo diariamente en lo posible. Recorrer esta Vía Sacra (Isaías 35, 8) es ir a la
fuente de la Redención, es acompañar a Jesucristo en compañía de María e ir
recogiendo los tesoros de la Redención, su preciosísima Sangre para ti y tus hermanos.
Para facilitarte la práctica diaria de esta santa devoción te bastaría rezar un avemaría
y un padrenuestro en cada estación, un poco de amor y buena voluntad que Dios te la
dará. Recordemos que esta devoción supone la práctica del Santo Rosario (Fátima-
visión del infierno) y la Coronilla de la Misericordia. No te imaginas hermano el gozo y
la felicidad que experimentan los Corazones unidos y traspasados de Jesús y de María
en esta devoción al Santo Viacrucis.