Professional Documents
Culture Documents
Facultad de Enfermería
INTEGRANTES:
TEMA:
Desarrollo físico, cognitivo y lingüístico de la infancia
El preescolar: desarrollo físico, cognitivo y lingüístico
MATERIA:
Psicología Evolutiva
DOCENTE:
CURSO:
GRUPO:
#6
CAPITULO # 6.
LOS NEONATOS.
Los neonatos llegan al mundo con una gran capacidad de sentir el ambiente y responder a éste.
Pueden ver y oír; gustan de los sabores y perciben los olores; sienten la presión y el dolor.
Observan las cosas de una manera selectiva. Aprenden, a pesar de que sus habilidades son
limitadas. En los dos primeros años de vida, cambian más rápida y drásticamente que en cualquier
otro periodo semejante. Algunas modificaciones son patentes: gatean, se sientan, caminan y
hablan. Otras resultan más difíciles de evaluar. En realidad, no es fácil saber con exactitud lo que
ven, oyen o piensan.
Los neonatos comunican sus necesidades llorando, bostezando o con una mirada de soslayo, pero
nacen con una profunda ignorancia. No tienen un conocimiento real de la vida, del día y la noche,
del yo y los otros, de lo mío y lo tuyo, del varón y la mujer, de la madre y el padre, de hijos e hijas.
Pero al cabo de dos años piensan, razonan y expresan sus ideas y sentimientos mediante el
lenguaje. Éste, a la vez, les ayuda a estructurar lo que saben y a entenderlo. Por el enorme poder
que da el lenguaje, se considera éste como un puente hacia fuera de la infancia y un auténtico hito
en el desarrollo cognoscitivo.
El primer mes es un periodo importantísimo porque el niño debe adaptarse a vivir fuera del
ambiente protegido del vientre materno. Según vimos en el capítulo 2, el primer mes es un
periodo de recuperación del proceso de nacimiento, en el que se ajustan funciones vitales como la
respiración, la circulación, la digestión y la regulación de la temperatura corporal. Es, asimismo, un
periodo en que se alcanza el equilibrio entre una estimulación excesiva y una estimulación
deficiente en un cambiante entorno físico o social.
Neonatos
Los estados conductuales del recién nacido son seis: actividad en la vigilia, llanto, inactividad
alerta, somnolencia, sueño regular y sueño irregular.
A los cinco meses, el niño puede extender la mano, coger un objeto y acercárselo; a esta
capacidad se le llama alcance guiado por la vista. Continúan perfeccionándose las habilidades
motoras finas y lo mismo sucede con las habilidades motoras gruesas; la mayoría de los niños de
ocho meses se sientan sin ayuda y muchos pueden sostenerse de pie apoyándose en algo.
La mitad de los niños de 12 meses se sostienen de pie y dan sus primeros pasos. Han desarrollado
la destreza de atenazar con el pulgar opuesto al índice, y participan en juegos simples como hacer
rodar un balón hacia adelante y hacia atrás.
A los 18 meses el niño cuadruplica su peso neonatal. Casi todos caminan solos. Apilan dos o cuatro
bloques y se alimentan sin ayuda.
Los niños de dos años dominan varias habilidades motoras: saltar, lanzar objetos, subir escalones,
manipular objetos y vaciar agua. Se visten y se desnudan sin ayuda.
La desnutrición en la infancia ya sea por una cantidad insuficiente de alimento o por insuficiencia
de ciertas clases de alimento puede ocasionar serios efectos a largo plazo. Con programas de
suplementos alimenticios se logran invertir algunos de ellos.
En términos generales, la leche materna es mejor para la salud del niño. Pero la alimentación con
biberón no causa problemas a la mayoría de los niños en los países desarrollados.
Los investigadores se valen del paradigma de la novedad para calcular la diferencia mínima de un
estímulo que detectan los niños de corta edad. En el método de la preferencia, se les permite
elegir los estímulos que verán o escucharán. El paradigma de la sorpresa consiste en medir los
cambios de las frecuencias respiratoria y cardiaca para evaluar reacciones de sorpresa.
Los recién nacidos ejercen cierto control sobre los movimientos oculares y pueden seguir un
objeto con la vista. Son selectivos en lo que miran, pues prefieren los patrones relativamente
complejos como el rostro humano. Pueden imitar las expresiones faciales.
En los primeros meses de vida mejoran con rapidez las capacidades visuales. Mejoran la capacidad
de enfocar, la agudeza visual y la discriminación de colores. Los infantes de mayor edad controlan
mejor los movimientos oculares y dedican más tiempo a explorar el ambiente.
La visión binocular tarda unos cuatro meses en desarrollarse, pero los niños pueden servirse de las
señales espaciales para reaccionar en forma defensiva.
Los estudios relacionados con el “abismo visual” han demostrado que los infantes saben
discriminar entre señales especiales de profundidad.
El recién nacido puede responder a una amplia variedad de sonidos. Es muy sensible a los sonidos
del habla.
La agudeza auditiva mejora considerablemente en los primeros seis meses. A los cuatro meses, el
niño distingue la voz de su madre de la de otra mujer.
Los sentidos están integrados (coordinados) en el momento del nacimiento, o bien la integración
ocurre temprano y con rapidez.
Desarrollo cognoscitivo
En el desarrollo cognoscitivo del niño el juego con objetos es importante y pasa por etapas
identificables: comienza por exploraciones simples y después se convierte en un examen más
riguroso, en el que el infante intenta utilizar los objetos de manera correcta. Finalmente se
convierte en algo realista. (Piaget, 1966)
La imitación comienza a los dos meses. Entre los seis o siete meses, el niño imita los gestos y las
acciones con bastante exactitud. La permanencia del objeto es la conciencia de que las cosas
existen en el tiempo y en el espacio, estén o no a la vista. Esta conciencia la adquiere el niño en
forma gradual entre los ocho y los 18 meses. El seguimiento de los objetos y la búsqueda de los
que están escondidos presentan una secuencia predecible. El niño capta la idea de la permanencia
de la persona un poco antes que la del objeto.
Los infantes de muy corta edad parecen tener una poderosa memoria visual. La representación
La teoría de Piaget ha sido criticada porque sus hallazgos no siempre son exactos. Algunos teóricos
muestran escepticismo ante una teoría que se basa en etapas cualitativamente distintas.
Los infantes de corta edad examinan lo que ven y oyen en busca de los usos que los objetos
permiten.
Los infantes son capaces de percibir algunas categorías del mismo modo que los niños mayores y
los adultos.
El desarrollo cognoscitivo se realiza dentro de un contexto social; los niños son guiados en la
comprensión y en la adquisición de habilidades por compañeros más conocedores.
Los infantes distinguen todos los sonidos posibles del lenguaje humano. Mediante el balbuceo
aprenden a emplear los sonidos necesarios para hablar la lengua de quienes los cuidan.
La mayoría de los niños emiten las primeras palabras hacia el final del primer año. Sus expresiones
son palabras aisladas, por lo general nombres de personas y cosas presentes en su entorno
inmediato.
El habla holofrásica consta de expresiones de una palabra que comunican ideas más complejas.
Las primeras palabras del niño a menudo son sobrextensiones: generalizaciones que designan a
todos los objetos similares.
En la mitad del segundo año, el niño empieza a combinar palabras. Utiliza el habla telegráfica, que
conserva los términos informativos y omite los menos importantes.
Los principales procesos del aprendizaje del lenguaje son la imitación, el condicionamiento, las
estructuras innatas y el desarrollo cognoscitivo. (Chomsky, 1989)
RESUMEN
Las proporciones corporales cambian muchísimo durante la niñez. Al nacer, la cabeza del infante
abarca una cuarta parte de la extensión total del cuerpo, pero a los 16 años representa apenas una
octava parte.
A medida que madura el sistema esquelético, los huesos se desarrollan y se endurecen por medio
de la osificación. La edad esquelética a veces no coincide con la edad cronológica.
A los cinco años, el cerebro del niño alcanza casi la mitad del tamaño del cerebro del adulto.
La maduración del cerebro y del sistema nervioso central incluye la mielinización - formación de
células protectoras que “aíslan” las neuronas y facilitan la transmisión de los impulsos nerviosos.
Es indispensable para el desarrollo de las habilidades y la coordinación motoras. (Cratty, 1986)
Los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro controlan por lo general las funciones del lado
opuesto del cuerpo: a este proceso se le llama lateralización.
En la mayoría de las personas diestras, el lenguaje se encuentra localizado en las áreas del
hemisferio izquierdo. En los zurdos, con frecuencia lo comparten ambos lados del cerebro.
En un proceso denominado subordinación funcional, las acciones que al inicio se realizan por su
valor intrínseco quedan integradas más tarde en habilidades más complejas y propositivas.
Las habilidades motoras del niño mejoran en forma considerable durante el periodo preescolar
(Clark & Phillips, 1985).
Las habilidades motoras gruesas se desarrollan a los tres años, la conducta motora gruesa muestra
señales de Automaticidad o sea, la capacidad de efectuar actividades motoras sin pensar en ellas.
Las habilidades motoras finas que incluyen el uso coordinado y diestro de la mano, de los dedos y
del pulgar también comienzan a mostrar automaticidad hacia el final del tercer año de vida.
Se requiere aprestamiento para aprender una habilidad nueva. El aprestamiento se refiere a cierto
nivel de maduración y a la presencia de determinadas habilidades básicas.
Desarrollo cognoscitivo
Durante la etapa preoperacional, el preescolar amplía su conocimiento del mundo mediante sus
crecientes habilidades lingüísticas y de solución de problemas.
La etapa preoperacional se divide en el periodo pre conceptual (de los dos a los cuatro años) y en
el periodo intuitivo o de transición (de los cinco a los siete años).
El pensamiento racional se desarrolla más durante el periodo intuitivo, pero los niños todavía
están dispuestos a utilizar el pensamiento mágico para explicar las cosas.
Los procesos de pensamiento se hacen más complejos con el empleo de símbolos. El pensamiento
infantil se vuelve menos egocéntrico y más sociocéntrico.
El pensamiento del preescolar es concreto; no entiende las abstracciones. Es, además, irreversible:
ve los sucesos como si ocurrieran en una sola dirección. Se caracteriza por el egocentrismo y la
centración (tendencia a concentrar se en un solo aspecto o una dimensión de un objeto o una
situación). Los niños pequeños tienen una idea rudimentaria de las secuencias causales
De acuerdo con la perspectiva social, las formas en que los adultos de muestran cómo resolver
problemas ayudan al niño a aprender a pensar. Todas las culturas inician a los niños en actividades
complejas y significativas por medio de la participación guiada.
La memoria es un aspecto esencial del desarrollo cognoscitivo. Sus procesos comienzan cuando la
información visual entra en el registro sensorial del cerebro. La in formación a la que se presta
atención llega a la memoria a corto plazo, llamada también memoria de trabajo. Si se hace un
esfuerzo por recordar la in formación, ésta pasa a la memoria a largo plazo. La memoria puede
estar formada por imágenes, acciones o palabras.
Los niños también pueden recordar la información que está ordenada temporal mente o en una
secuencia de tiempo.
Si bien un niño de entre cuatro y seis años sabe que un adulto no puede transformarse en niño y
que la gente no puede atravesar los objetos sólidos, la mayoría de los pequeños de esta edad
cambiará de opinión si un adulto narra un cuento como si fuera verdadero (Subbotsky, 1994).
La gramática de los niños se va ampliando a través de varias etapas: emisiones de dos palabras;
emisiones un poco más extensas que a veces incluyen la sobre regulación de las inflexiones;
Durante el periodo preescolar, el niño aprende palabras con rapidez. Aunque muchos métodos
para hablarle al niño y para relacionarse con él facilitan el desarrollo del lenguaje, no se sabe con
certeza cómo interactúa el lenguaje de los progenitores con el desarrollo lingüístico de sus hijos.
Los progenitores hablan de modo diferente a sus hijos y a sus hijas, lo que consolida las diferencias
de género.
Las conversaciones de los niños pequeños a menudo son monólogos colectivos en los cuales
toman la palabra por turnos, pero hablan de temas inconexos.
En el aprendizaje de la pragmática, o sea, de los aspectos sociales del lenguaje, el niño descubre
que el lenguaje expresa el estatus, los roles y los valores de su comunidad.
Algunos niños hablan sud dialectos, como el inglés negro que se habla además del inglés
estadounidense oficial. El uso de sudialectos en la escuela es una forma importante de expresión
personal, a condición de que los alumnos también adquieran competencia en el lenguaje de la
mayoría.
Muchos niños crecen en ambientes bilingües. En general, los investigadores piensan que el
bilingüismo no dificulta el desarrollo y que, además, puede ser una ventaja tanto en términos
culturales como cognoscitivos.
Juego y aprendizaje
Los niños juegan en varias formas. Los que se concentran en aspectos sensoriales lo realizan
porque desean sentir este tipo de experiencias. El juego de movimiento incluye actividades como
correr, saltar y hacer cabriolas. El juego brusco ofrece la oportunidad de ejercitarse y de liberar
energía; además, ayuda a aprender a controlar los sentimientos y los impulsos y a evitar las
conductas incorrectas. El juego con el lengua je permite a los niños practicar el dominio de la
gramática y las palabras que está aprendiendo.
Otros tipos de juego son el juego dramático y el modelamiento, los deportes, los rituales y el juego
competitivo.
El juego favorece el desarrollo cognoscitivo porque brinda al niño la oportunidad de explorar los
objetos físicos y que conozca mejor algunos conceptos como tamaño, forma y textura.
Los niños pre operacionales mayores prueban sus conocimientos sociales en el juego dramático.
Las actividades lúdicas de niños de varios grupos estimulan la adquisición de nuevas formas de
pensar y de resolver problemas.
Bloom, L., & Lahey, M. (1978). desarrollo del lenguaje y trastornos del lenguaje. language
development and language disorders (pág. 210). Nueva York: Wiley.
Chomsky, N. (1989). Su naturaleza, origen y uso. La naturaleza del lenguaje (pág. 298). Madrid:
Alianza.
Clark, J., & Phillips, S. (1985). Estabilidad del desarrollo en saltos. Psicología del desarrollo.
Psicología del desarrollo (pág. 935). Washington: Prentice Hall.
Craig, G. y., & Gesell, A. (1940). Desarrollo Psicologico. Desarrollo Psicologico (pág. 724). Mexico:
Pearson.
Cratty, B. J. (1986). Perceptual and Motor Development in Infants and Children. Desarrollo
perceptivo y motor en bebés y niños (pág. 306). Los Angeles: Macmillan.
Piaget, J. (1966). Psicologia del niño. La Psychologie de L'enfant (pág. 140). Madrid: Morata S. L.
Serra, M., Serrat, E., Solé, R., Bel, A., & y Aparici, M. (2000). La adquisición del lenguaje. La
adquisición del lenguaje (pág. 420). Barcelona: Ariel.