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Andina y Comunidad Nativa, su autonomía y los derechos que emanan de ellas, así
como también, determinar la finalidad que tuvieron los Decretos Legislativos 1064 y
1090, cuya aprobación, fuero el detonante del conflicto.
De ahí se desprende, que las comunidades Andinas y Nativas tienen existencia histórica
y legal, lo cual les otorga personería jurídica, derechos y facultades, tales como, el
derecho a la propiedad y el derecho a la disposición de sus tierras que el Estado, debe
respetar.
El choque de dos mundos, refleja dos posiciones muy marcadas: por un lado la
idiosincrasia, costumbres y autonomía de las Comunidades Andinas y Nativas, y por el
otro, el aparente bienestar de un país.
Pues bien, a nuestro criterio, todo radica en una falta de entendimiento mutuo. Por un
lado los campesinos e indígenas, al estar amparados constitucionalmente, son amos y
señores de sus tierras y no permiten cambios, mejoras, ni intromisiones; y por otro lado,
el Estado peruano, que quiso decidir por ellos, prácticamente a la fuerza, violando sus
derechos, en aras del crecimiento nacional.
Sobre el particular, nuestra visión capitalina, nos hace cometer el error de pensar y
creer, que los nativos y campesinos, son seres incapaces de pensar en su propio
bienestar, incapaces de tomar sus propias decisiones e incapaces de vivir
civilizadamente, claro está, dentro de su cultura y creencias, pues, no entendemos, que
Lima no es el Perú.
Por otro lado, que es más importante para una nación, ¿el bienestar de unos cuantos o
el bienestar de todo el país completo? tomando en cuenta que, el interés colectivo está
por encima del interés privado.
Estas comunidades nativas e indígenas, cuentan con privilegios que el ciudadano civil
no tiene. Uno de ellas es que no pueden ser juzgados, ni sancionados por las mismas
leyes que le son aplicadas a cualquier poblador, ya que por su condición, desconocen
la tipificación de cualquier delito o falta, asimismo, tienen el derecho de propiedad y a la
libre disposición de sus tierras, viven en un mundo aparte, con sus costumbres y
creencias, no permitiendo la intromisión de nadie, así está, sea para el bienestar
nacional.