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1. Carritos de venta:
¿Qué sería de las calles sin los carritos de venta? Fruta, jugos, comida
callejera, de chicles, cigarrillos y papas, todos y cada uno de los
trabajadores que se dedican desde tempranas hasta altas horas de la
madrugada son la prueba fehaciente de que los colombianos tienen
madera.
2. Ventas informales:
De todo y para todos los gustos, los vendedores informales que se sientan
con paciencia a esperar vender la mercancía que tienen son también
trabajadores que se la luchan a diario.
3. Comederos express:
La oferta gastronómica es amplia, A un costado de la vía, casi siempre en
una esquina es común ver una pequeña vitrina de venta de alimentos como
empanadas, buñuelos, chorizos y demás, también hay otros puestos un
poco más elaborados que venden tamales o sancocho.
4. Semáforos:
Los semáforos se han convertido en puntos clave para la venta de todo tipo
de productos, últimamente respondiendo a la demanda, de artículos
tecnológicos y sus derivados.
5. Estatuas humanas:
Es todo un “camello” empezando por la estructura simbólica que
representan que implica disfrazarse, pararse inmóvil en la mitad de la calle
durante horas y horas a la espera de ganar plata.
6. Reciclaje
Aunque se ha hecho una labor importante en las principales ciudades del
país para brindar mayor estabilidad laboral a las personas que se dedican
al reciclaje, la cantidad de trabajadores dedicados a esta actividad sin
vincular sigue siendo poderosa, recorrer las calles a diario, llevando encima
el peso de lo que se recoge no es en lo absoluto una tarea sencilla.