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¿Existe una epistemología latinoamericana?

Book · January 2000

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1 author:

Johannes Maerk
Ideaz Institute Vienna Austria
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L a presente publicación tiene la fmalidad de invitar
"co-pensar" sobre las posibilidades de construc
ción/es del conocimiento en torno a aparentement
sencillas preguntas: ¿Cuál es el papel de la epistemolo
en general y en América Latina en especifico? ¿Cu'I
son las aportaciones intelectuales originales del contin
te al conocimiento? ¿Cómo es el proceso de construcc
del conocimiento? Obviamente no hay una única
puesta, sino más bien propuestas de caminos posibles.
Las mencionadas preguntas fueron discutidas
Primer Simposio Internacional sobre Construcci
Conocimiento en América Latina y el Caribe: ¿E
una Epistemología Latinoamericana?, bajo el au
de la Universidad de Quintana Roo.

Construcción del Conocimiento


en América Latina y el Caribe
Conatrucclón del Conocimiento
en Arn6rlca Latina y el Caribe

ohannes Maerk y Magaly Cabrolié


(Coordinadores)

•••
¿EXISTE UNA
EPISTEMOLOGÍA
LATINOAMERICANA?

Johannes Maerk y Magaly Cabrolié


(coordinadores)

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Diseño de portada: André Cabroher

Primera edición: octubre 1999


Primera reimpresión: octubre del 2000
ÍNDICE
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA
LATINOAMERICANA? Presentación
Maga/y Cabrolié/Johannes Maerk. 7
©Universidad de Quintana Roo
©Plaza y Valdés, S.A. de C.V . Epistemología y política en el conocimiento socio-histórico
Hugo Zemelman ..... . .................... . . . 11
Derechos exclusivos de edición reservados para todos los
países de habla hispana. Prohibida la reproducción total o Perspectivas y nuevos horizontes para las ciencias
parcial por cualqui r medio sin autorización escrita de los sociales en América Latina
editores. Horacio Cerutti Guldberg . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

Editado n M '· xic por Plaza y Valdés, S.A . de C.V. Cultura, valores éticos y modernidad. Hacia una
Manu 1 María ntreras No. 73 Col. San Rafael eticidad latinoamericana
Méxi ·o, 1 .F. 0(>47 1 el. 705-00-30 Francisco Piñón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
T BN : %X -X. (, 7 17-5 La epistemología frente al reconocimiento del
conocimiento en las ciencias naturales
Impreso en C'olomh11 Prinl din Colombia Alberto Pereira Corona ...................... . 63
D ' Vinni Fd11rn 1111 1 rda.

El neoliberalismo como pseudocicncia


Juan Carlos Arriaga Rodrígu z .. 77

5
Consideraciones en tomo a la adopción del término
"desarrollo sustentable" en América Latina
Leonardo H. Rioja Peregrina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

La contribución del teatro al conocimiento de


América Latina
Héctor Rosales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

La "ciencia cover" en las ciencias humanísticas


y sociales en América Latina
Johannes Maerk. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

Disciplina e interdisciplina en las ciencias sociales de hoy PRESENTACIÓN


Gerardo Torres Salcido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135

si bien en América Latina nos hemos autocriticado frecuente-


mente por caer en la copia de teorías, conceptos y modelos de
explicación de la realidad desarrollados en otras latitudes., no es
menos cierto también que una importante parte de la comunidad
científica latinoamericana se esfuerza por construir un conoci-f
miento propio. Propio, en el sentido de que no sólo lleve el sello
"Hecho en", sino en el sentido de que sea pertinente y adecuado k
a la realidad o realidades latinoamericanas.
Antes de~ acabe el siglo, estamos. presenciando una
seguidilla de~de distinto orden: económicas, políticas, étnicas,
militares , organ1zacionales, de paradigmas, de utopías, etc.; la
lista es larga. El quehacer científico y académico no está ajeno a
esta realidad que a cada paso nos dice que nuestros viejos es-
quemas ya no sirven, que las formas tradicionales de conocer ya
no son eficaces, que el dinamismo y complejidad imperantes re-
quieren de algo más que la simple implantación de modelos.
En contra de la imperante división del trabajo intelectual que
asigna a los centros y sus altas esferas de la academia un pup ·I
clave en la elaboración de nuevos marcos teóricos de in l' ,' 1 t 'ª
ión y a las peri ferias el papel de aplicación de lo. mt 1110: ·11

----~-~- ""····· ····- -· ..·- ··-·-"""'"'""-"""_"_'_"""'"'"-"-"""'"'''''"'''''''''''"""""' __________________________ ................................. """""""""""""""""""""""


¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? PRESENTACIÓN

forma de estudios de caso, en la Universidad de Quintana Roo , la Universidad Autónoma Metropolitana, de la Universidad de
la última frontera de México, la periferia de la periferia empe- ma-Suiza, de la Universidad Iberoamericana Golfo Centro-
zamos a reflexionar en torno a aparentemente sencillas pregun- Puebla, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, de
tas: ¿Cuál es el papel de la epistemología en América Latina? 1 Universidad Autónoma de Querétaro y de la propia Universi-
¿Cuáles son las aportaciones intelectuales orginales del conti- dad de Quintana Roo.
nente al conocimiento? ¿Cómo es el proceso de construcción Las sesiones se organizaron según las siguientes temáticas:
del conocimiento? Preguntas que nos llevaron a muchas otras,
pero que básicamente cuestionaban el bagaje teórico instrumental 1. ¿Existe una epistemología latinoam·e ricana?, implicaciones para
con que hemos pretendido "conocer" nuestro mundo. Obviamente las ciencias sociales y las ciencias naturales.
no hubo una única respuesta. sino más bien propuestas de canlb . ¿Existe una epistemología latinoamericana? implicaciones
s osib . Lo ue si arece estar c ro es ue uien ~ éticas para la investigación .
ciencia o investigación tendrá gue ser cada vez líñás sens1ble\y . Tendencias actuales en el quehacer epi tem lógico en Amé-
~'a.da vez más respetuoso de las "otras" formas de conocimiento, rica Latina y el Caribe.
ias "no científicas", las informales por una arte, y or otra, cada 4 . Perspectiva y nuevos horizontes.
ez más transdisci linario es decir aca ar con los com artimento
cerrados de cada campo del conocimiento científico. La pregunta central del simposio "¿Existe una epistemolo gía
Así, surgió de un grupo de profesores de la Universidad de latinoamericana?" despertó una amplia y a veces polémica dis-
usión entre los participantes: algunos argumentaron , qu si bien
Quintana Roo la idea de convocar a una reflexión en torno a las
s cierto que se puede hablar de una epi temología en América
mencionadas preguntas y de esa forma llegamos a la realización
Latina, no existe una epistemología latinoamericana, como tam-
del Primer Simposio Internacional sobre Construcción del Co-
poco existe una epi temología china alemana o africana :
nocimiento en América Latina y el Caribe: ¿Existe una epistemología
Algunas intervenciones, especialmente de investigadores de
latinoamericana? que se realizó los días 19 al 21 de agosto de
las ciencias naturales destacaron la importancia de abrir un diá-
1998, bajo el auspicio de la Universidad de Quintana Roo, en la
logo entre las ll amadas ciencias 'duras" y ciencias " blandas",
oiJ. ciudad de Chetumal. El objetivo de este evento era promover la

l
discusión y la reflexión en torno a la construcción del conoci-
miento desde la realidad latinoamericana. Los trabajos que inte-
gran el presente texto fueron presentados y ampliamente discu-
para estrechar la brecha existente entre una cultura de la espe-
cialización y una cultura general.
Asimismo, un punto de amplio consenso entre los participan-
l
tidos durante 1 vento. Los autores enviaron después las ver-
siones corr · , idas de sus intervenciones. Se contó con la presen-
tes del simposio fue la nec ·dad de crear un ropio conocimiento
. esde América Latina a artir de 1 e eriencias ro IU
ontin . Esta exigencia que se plantea a los intelcctu 11
r
cia de una d > na de destacados especialistas en el campo de la cobra todavía mas importancia a partir de la creciente mundiali1. a 1 1
filosofía, las i ·n ias sociales en general, y la epistemología en de la economía y de los paradigmas científicos. El dinami mo 1
particular. Acudi ·r n profesores e investigadores de la Univer- tra sociedad latinoamericana cuestiona estas viejas fonna 1
sidad Nacional /\ut ' noma de México, de El Colegio de México, c ión científica muchas veces importadas.

8 9

,_ _ __ _ _ _ _ _ _. ._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ __ _ _ 11111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111
¿ X I TE UNA EPISTEMOLOGÍA LAT IN OAMER I ANA?

Esperamos que la temática de la presente publicación sirva como


punto de arranque para futuras investigaciones en tomo a la bús-
queda de nuevos modelos explicativos de la realidad social latinoa-
mericana y desde aquí los invitamos a abrir la puerta que conduce a
uno de muchos senderos en http://saskab.uqroo.mx.
Agradecemos la ayuda de Lucina Olmos Arelia Aguilar y Juan
Salvador en la transcripción de las ponencias.

Johannes Maerk/Magaly Cabrolié

EPISTEMOLOGÍA Y POLÍTICA EN EL
CONOCIMIENTO SOCIO-HISTÓRICO
HUGO ZEMELMAN
Centro de Estudios o iológicos
El olegio de México

Agradezco la oportunidad de poder intercambiar, aunque sea


brevemente, algunas preocupaciones en relación a la pregunta
¿Existe una Epistemología Latinoamericana?, que nos convoca .
Pregunta que merece la mayor atención, por lo que felicito a la
Universidad de Quintana Roo, por haber convocado a diferentes
ámbitos académicos a intercambiar ideas sobre la epistemología.
Formular la pregunta, creo que es central en este momento que
vivimos, en este momento de globalización que se acompaña, ade-
más, de una serie de circunstancias que podríamos, sin mati zar, lla-
mar graves para el mundo latinoamericano. Vivimos a partir de este
pseudodescubrimiento que es la globalidad, una suerte de bloqueo
mental para ver las cosas de manera diferente de como se nos im-
pone por el curso de la vida, lo que es particularmente claro entre lo
intelectuales. Y como estamos aquí entre intelectuales hay qu e de-
cir las cosas con toda crudeza.

10 11

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¿ ' '1 E UN A EPIST EMOLOGÍA LATINOAMERI ANA ? EPISTEMOLOGÍA Y POLÍTI CA EN EL CONOCIMI ENTO SO JO-HISTÓRI CO

Creo que en gran medida lo que está ocurriendo en América liría que surge una serie de líneas de razonamiento que habría
Latina, en el ámbito del mundo intelectual -aunque suene severa ¡ue puntualizar en el marco de la pregunta que nos ha convoca-
la afirmación y desde luego hay siempre excepciones a la regla, . Efectivamente es una pregunta, no es una afirmación. Creo
en la cual estarían los presentes en esta reunión, y no por conce- que hay que empezar a examinarla desde la raíz, ¿se está pen-
sión de protocolo-, es que los intelectuales en este momento ·ando en América Latina? , ¿efectivamente se piensa en Améri-
están mostrando cabalmente una suerte de falta de compromiso ·a Latina? ¿qué significa pensar en América Latina?, ¿desde
con su propio quehacer; una falta de compromiso ante el desafío ónde se piensa en América Latina? , ¿para qué se piensa en
mismo de conocer la realidad , lo que contribuye a generar toda América Latina? De pronto cuando uno se hace estas preguntas
suerte de nihilismos y derrotismos que han sido justificados por- r cuerda la vieja crítica de Husserl a la ciencia europea en la
que hace algunos años se cayeron unos ladrillos en Berlín, ladri- década de los treinta, porque podría uno decir ¿pero cómo usted
llos que son ladrillos simbólicos, que aplastaron tanto a sus cons- e pregunta eso?, si hay tantos científicos sociales, hay tanto
tructores como a quienes veían en ellos los muros de una gran institutos dedicados a la investigación, hay tantos curso de
celda. Es así como un día nos encontramos en América Latina , posgrado, cualquier cantidad de maestrías y doctorados, cómo
incluso quienes eran acérrimos críticos de esas construcciones puede preguntarse si e piensa o no en América Latina, cómo
llamadas socialistas, reales o irreales , purgando una culpa pu.es puede dudarse.
sirios y troyanos han sido aplastados por el muro. ¿Por qué es Diría que la excelencia, a veces, de los institutos y de lo
así? La explicación de este hecho podría estarla dando un filóso- programas de posgrado , es la prueba de que no se pien a, por-
fo español , Reyes Matte, cuando señala que el muro de Berlín, que el mundo intelectual vive en un mundo cosmopolita má
cuando existía, era una prueba de que aunque se estuviera cons- preocupado de estar enterado de lo que produjo Hab rma que
truyendo al otro lado del muro de Berlín no fuera lo que se decía lo que produjo su vecino , más preocupado de citar a L1.1hman
que era, por lo menos era una prueba de que el capitalismo de que ver los problemas que tiene bajo sus narices. Lo digo como
occidente no era definitivo. El derrumbe del muro, y lo estamos una manera de evadir la respuesta a la pregunta arropándose de
iendo todos los días, viene a ser la corroboración del uso ideo- erudición. Lo que hay en América Latina sin duda alguna es
lógico de la caída del muro de Berlín, en el sentido de que no hay erudición, información , investigación, sin duda alguna, pero esto
lternativa al capitalismo, que el capitalismo deja de ser provi- no garanti za la respuesta afirmativa a la pregunta de i en Amé-
sional, que en sí mismo es la única versión posible de la realidad rica Latina se piensa. Me recuerda una afirmación de Carlos
ocia] e histórica· asumiendo casi ontológicamente el carácter Fuentes, de hace algunos años, que repitió hace poco en una
de definitivo . Este hecho aplasta y lo curioso del caso es que entrevista en la televisión en México, acerca de si acaso -y eso
también aplasta a personas que fueron crítica de esas expe- es un bonito debate con los filósofos aquí presentes- la filosofía
riencias; por lo tanto tendríamos que comenzar a plantearnos de América Latina estaba no en los filósofos sino en los litcru -
algunas cuestiones a partir de esta premisa que nos deja el siglo tos. Cuánto pensamiento hay en su literatura cuánto pensam1 ·nto
XX, que es sin duda histórica.
Si vinculamos el hecho psico-cultural del muro de Berlín con
en sus lenguajes simbólicos, pero que si confrontamos · 011 t•I
ámbito de las. ciencias sociales, vemos que no hay una r ·l 1 · 1c'l11 ¡
lo que está pasando con el pensamiento latinoamericano de hoy ,

12
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no hay un ~nriquecimiento recíproco;

13
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¿ ' 1 T E UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAM ERI CANA? hr 1 TE MOLOGÍA Y POLÍTI CA EN EL CONOCIMI ENTO SOCIO-HISTORI CO

Los programas de -~los,gr.o~amas de dS)ctora~ l1l día nos caracteriza lo nombramos, pero sin saber a ciencia
~stán cuidando de la fuqnac~11trn:al, está~nQ.Q más~ 1 1 ·rta en qué consiste. Usamos muchas palabras pero sin saber

de la formación técnica y en el mejor de los casos unos cuantos q 11 ' on esas palabras. Decimos que estamos viviendo en un
libros de los llamados pensadores clásicos, y algunos de moda, 111undo de la globalización, pero, ¿se sabe qué es la globalización?
pero fue.rtemente la formación es técnica y poca atención a la No conozco muchas respuestas, sólo sé algo elemental pero que
historia o ninguna, poca atención a la historia de las ideas; para .i n mbargo no se termina por discutir; que la globalización de
decirlo en términos más amplios, ninguna atención a la filosofía, tin a manera o de otra, querámoslo o no, es la consecuencia hoy
tampoco a la epistemología que hoy día nos convoca, y menos a lía de un viejo proceso económico, ya descrito y analizado hace
la literatura. Se supone que eso tiene que manejarlo cada quien llluchos decenios por autores hoy día denigrados, el de la con-
por su cuenta , pero cuando uno comienza a leer las tesis de . ntración y centralización del capital ; o como se dio en llamar
maestría y doctorado se da cuenta de la pobreza de sus conteni- · n mayor precisión la transnacionalización del capital y por lo
dos , de sus elaboraciones y argumentaciones. ~Jlg}t--iruagjna- lanto de las sociedades nacionales.
_Eión , no hay audacia, no hay ~)tura: hjQjnforma_cjón,..e.!JlPÍria, Hay tantos que creen que la globalización surge como un fe-
tecnolo ía a l . abría r untars si es s e samient . nómeno nuevo, que no tiene nada que ver con la lógica de la
Pensamiento, ¿de qué? ¿para qué? ¿de quién? ¿desde dón- r producción del capital; lógica de reproducción que exige en
de? Nos encontramos ante el hecho de que la producción inte- te momento , por la alta densidad que ha alcanzado, de merca-
lectual en el mejor de los casos puede estar dando respuestas a dos gigantescos , donde los mercados ya no son de cinco , diez o
preguntas que el mundo intelectual aún no se ha formulado. Sig- quince millones sino de trescientos, quinientos o mil millone de
nifica que alguien está pensando por ese mundo intelectual, en personas. Y avanzamos así hacia una concentración creciente
forma que cada vez más se le reduce al rol de responder pre- de capital , que hoy día se manifiesta en treinta y cinco miJ gran-
guntas que no se están formulando ni contestando, lo que es des empresas transnacionales, que, probablemente con sus sub-
particularmente grave cuando uno vincula esos temas con lo sidiarias, sumarán unas cien mil más, sometidas a un proceso de
procesos de formación; en una palabra, con la educación. ~ concentración que reduce el número de empresas controladoras
~ucación_gtá más~inconada_p-IQ 'l11eJ.2.s pedagogo , de lo que llamamos mundo. Cada vez serán menos las empresas
de una orientación particular pero dominante, llaman tecnología que controlen la economía mundial , empresas que encarnan a
educativa, donde el problema se reduce a la tecnología pero si~ los actores de la globalización , que son los que tenemos que en-
pensamiento; por eso decía que esta situación me recuerda la tender.
crítica de Husserl a la ciencia europea, en su clá ico texto, cuando Frente a un hecho tan escueto como éste suel e llamar la
señalaba que la ciencia cada vez más es sólo tecnología intelec- atención que cuando discutimos la globalización no le pongamos
tual sin pensamiento. Es lo que está pasand en las ciencias so- nombre a las cosas y sigamos hablando de la globalización, casi
ciales de hoy, en las eximias , en las de alto nivel. como diciendo ingenuamente que la globalización es la mejor
Las consideraciones anteriores llevan a plantearnos, en el comunicación entre los seres humanos; es el rompimiento de la
marco de la pregunta, cuestiones tales como las siguientes: ¿Cómo fronteras y todo eso, pero no analizamos lo que hay detrá d · la
estamos nosotros pensando en América Latina? El contexto que dinámica que mueve a esta globalización . ¿Qué está pcn san lo

14 15
E PI STEM OLOGÍ A Y POLÍTI A EN EL CONOCIMIENTO SOCIO-HISTÓRI CO

el mundo intelectual hoy frente a esa globalización? es una pregun- En efecto, seguimos pensando encajonados dentro de límites
ta que dejo planteada para retomarla en otro plano. ~ en l1 'ciplinarios y no somos capaces de romperlos, en circunstan-
efecto dos alternativa~ que conviene por lo menos puntualizar · 1a que están emergiendo en estos momentos, realidades que
¡f\ en un ámbito discursivo como ue tenemos en este momento. ¡uiebran esos límites disciplinarios; incluso más, me atrevería a
\l.) Pensamos a A éri · exi en s ec icas 1 ·cir que los problemas que estamos enfrentando en el ámbito
políticas, sociales, etcétera, cada vez más profundas la pensa...:::..- 1 1 conocimiento histórico están fuertemente cuestionando al
@ ~s desde ese contexto; o bien, pens ' ·ca Lati 1 r pio sistema clasificatorio de las ciencias sociales; no obstan-

~ciendo el esfuerzo de colocarnos~ el contexto-sin ! , si se analizan los currícula de los programas de maestría y
9-gb!egarnas a sus lógicas ~· 1 ctorado , así como los de investigación de los instituto califi-
Si no hacemos el esfuerzo de colocarnos~ el contexto de ·ados , siguen ceñidos a los límites disciplinarios. Hay una tarea
la globalización, estamos simplemente organiz~o un pensamien- 1 mportante pendiente, pero no es una tarea que se resuelva sólo

JI. to y sus consiguientes teorizaciones sólo en el marco dentro de liciendo que hay que encontrar un discurso transdisciplinario para
los parámetros que se nos imponen contextualmente. En este lar cuenta del momento histórico. Hay que resolverlo en el pla-
marco de razonamiento nunca veremos alterna ti vas. no metodológico ahí es donde están los grandes tropiezos.
Lo que uno aprecia a través del discurso del poder que se Cuando se habla de la reconstrucción del objeto o de la re-
transmite a través de los medios de comunicación, pero también onstrucción del fenómeno, supone asirse a una forma de orga-
a través de las universidades , es que para hacer historia hay que ni zación del conocimiento que no se limite estrictamente, como
pensar, colocarse ante el contexto en la perspectiva de pensar la hoy extensa y metodológicamente lo estamos resolviendo, al
realidad de una manera diferente a como está siendo moldeada por ámbito de disciplinas aisladas, que no hacen sino expresar la
el discurso dominante. Y que representa un desafío enorme , fragmentación de la realidad. Debemos, en un plano epistémico,
porque el primer enemigo que tenemos es la inercia mental. Un comenzar a leer con ojos diferentes para poder ver ciertas con-
segundo enemigo es la pobreza de nuestros propios lenguaje vergencias entre posturas epistémico-filosóficas. Desde las gran-
cognitivos que probablemente no tengan la suficiente fuerza como des aportaciones de Marx y las del historicismo alemán - estas úl-
para permitirnos este ejercicio de colocarno ante problemáti- timas a pesar de ser fundamentales , bastante dejadas de lado-, así
cas tan concretas como las que estoy mencionando. Entonces como las de la fenomenología.
estamos ante desafíos múltiples que, de una man ·ra u otra, po- Podría haber posibilidades de convergencia en términos de
drían ser el marco dentro del cual podríamos ·~tar n ste momento encontrar algún tipo de fundamento, sin caer en eclecticismos
discutiendo temas aparentemente inoccnt ·s, p ·r que no se termi- fáciles, para mostrar una respuesta al problema de la compleji-
nan de resolver y, también, llamar la at ·n ·ión acerca de por qué no dad . Estamos enfrentados a una realidad emergente, inédita, cada
se terminan de resolver, por lo m ·nos l'll ·I ámbito de la sociolo- vez más compleja que nos obliga a romper los límites disciplina-
gía, de la economía, de la antropolo iía . En el plano concreto de rios. Y si estamos conscientes de eso hay que encontrar una
la construcción del conocimi nto no e resuelven , aun cuando respuesta. Es con este espíritu y desde estas perspectivas qu ·
hayan muchos discursos qu c.li •un que los resuelven; me refiero menciono las aportaciones de estas diferentes posturas de razo-
al problema de los límites dts ·1plinarios. namientos que hoy existen, y que no son fáciles de rcCUJll'l'llr .

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..... ,,.,., ,,, ... ,, .... , , .. , •••••••••••••••, ,.,,,.,,_,..,.,.,,.,.,,., _ _ _ _ ...,.._.. llllllWlll .... lllllllllllllllllllll llllllllllllllllllllllllllllllllllllllll _ _ _ . . __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ IHllllllllllllllllllll ll!l l!!!!tlt tttttttttttttt111t11111111111t•lt ttt!ll
¿; ' I TE UNA EPIST EMOLOGÍ A LATINOAM ERI CANA? EP ISTEMOLOGÍA Y POLÍTICA EN EL CONOCIMI ENTO SOCIO-HISTÓRICO

Hac poco tiempo atrás se celebró en México un simposio, 1 1 • problemáticas emergentes día a día , que tenemos que abor-

que duró tres meses, entre científicos sociales y filósofos, con el dar i queremos leer la realidad de América Latina desde una
ánimo de retroalimentar recíprocamente el discurso. El resulta- p ·r ·pectiva que no sea aquella que se nos está imponiendo como
do fue que así como entraron, salieron. Cabría preguntarse ¿por 11ni ca por un discurso que se ontologiza, en la medida que pre-
qué?, ¿no hay ninguna posibilidad de escucharse, no hay posibi- 1 ·nde ser el único discurso de la historia.
lidades de enriquecerse? Entonces, qué función cumplen los as preguntas de Braudel han estado perturbando , aunque
metadiscursos, brillantes, pero cuando se les procura recuperar 11( uficientemente, a las ciencias sociales en los últimos cua-
en la práctica investigativa de la sociología, o de la economía, u 1 ·nta años , pero todavía éstas no pueden contestar a ninguna de

otras, no tienen presencia. Estamos en un mundo de grandes ·!l as . Braudel señalaba, como toda la Escuela de los Anales ,
discursos, de elucubraciones que no llegan a retroalimentar lo 11na idea que no está tan claramente presente en la historiografía
que en verdad debería importamos, a partir de la pregunta acer- latinoamericana. Decía que un país, o un pueblo, no tiene sólo un
ca de cómo se está construyendo el conocimiento en América 1 a ado, sino muchos pasados; tendríamos que completar seña-

Latina, para América Latina, desde América Latina, que nos lando que, así como es cierto que un país o una nación no tiene
permita ver realidades diferentes a aquellas que impone el dis- : lo un pasado, también tendríamos que concluir que tiene mu-
curso hegemónico que plasma nuestras conciencias día a día. ·hos futuros.
Se constata una extendida forma de investigación, cuantitativa y En este marco, enfrentamos uno de los temas fundamentales
cualitativa, con abuso y uso, uso y abuso de tecnología, pero con 1 la discusión epistémica, como es la relación , no suficientemente
escasez de pensamiento. ¿Dónde está entonces la gran contribu- nsamblada, entre lo que es construir un conocimiento que se orga-
ción de esos metadiscursos?, ¿dónde está realmente la contribución ni za al interior de exigencias cognitivas, según las exigencias del
de esos autores que aparecen citados en todas las tesis doctorales, método científico, con otras funcione s y gnoseológicas de _apro-
pero siempre a pie de página, o en las bibliografias generales pero piación de la realidad. Obviamente hay una gran traba, pues ha-
que no tienen ninguna presencia en la argumentación misma de los brá que modificar el concepto mismo de método científico. Ima-
textos? ¿Es ésta una pregunta escolar?, no, no es escolar porque inémonos, para ejemplificar un conocimiento con base en exi-
tiene que ver con el cómo estamos en América Lati:na leyendo la gencias cognitivas, tal como clásicamente las hemo conocido
producción internacional. Desde dónde y para qué y por qué ; no n el siglo XX . Ensamblar ese conocimiento con exigencias de
está claro, pues se tendrían que justificar como insumos que per- futuro , nos plantea un problema como es el status epistémico de
mitan enriquecer nuestra necesidad de enfrentar la problemáti- las exigencias de futuro. ¿Qué significa la necesidad de futuro?
ca actual del momento histórico de América Latina. Pero nos La necesidad de futuro que es la que está pretendiendo ser re-
enfrentamos con una cuestión grave: ¿existe, me pregunto , la flejada en la discusión filosófica que hoy día sí se da en América
necesidad de conocer América Latina? o, ¿existe más bien la Latina, afortunadamente, sobre la utopía. ¿Cómo engarzar uto-
necesidad de escribir sobre América Latina ? ¿Existe el compro- pía con conocimiento científico? Si preguntamos a un científico
miso con realidade o más bien existe e l compromiso con la ¿cómo incorpora la utopía en su análisis? , evidentemente mirarú
especulación de idea ? El mundo intelectual vive en un discurso con cara de extrañado , porque no se concibe que algui n qm·
propio, autoreferido , que a veces tiene muy poca relación con está haciendo trabajo científico incorpore la utopía. O Sl' ll , 110

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¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LA T!NOAM ERI CA NA? l ' l ' l .' T l~ MOLOGÍA Y POLÍTICA EN EL CONOCIMIENTO SOCIO-HISTÓRI O

incorpora ninguna visión de futuro. Pero al no hacerlo se pierde stán efectivamente pensando en lo que están constru-
en las descripciones del momento, por cabales que sean sus des- ' 11 1 mo conocimiento: simplemente están construyendo un
cripciones, por sofisticadas que sean técnica y conceptualmente; 1 11110 ·i miento mecánicamente sin plantearse el problema y , por

son, en definitiva, descripciones coyunturales en el sentido de 111 1 111t , sin saber qué sentido tiene su propio conocimiento, ¿para
contingente. Ello porque carecen de proyección, por tanto las q111 ·on truyo lo que quiero conocer, quién va a usar ese conoci-
investigaciones que no se manejen desde una exigencia valórica, 1111 ·nl qué me va a permitir iluminar? Ello no está presente,
como es la visión del futuro, no estarán aludiendo a lo que ya en 11 1 1 o . í en cambio mucha información, información que por con-

la vieja discusión, desde los clásicos en adelante, se llamó aconteci- 11•111 nte tampoco sabemos leer con seguridad
miento. Serán simplemente hechos empíricos instrascendentes aun- I, que decimos se desprende de la falta de articulación entre
que probablemente trascendentes para quien pida la investiga- d1~ )randes exigencias del conocimiento, según las reglas canó-
ción en razón de ser quien formula las preguntas iniciales. 111 ·as : las que podríamos llamar de la cientificidad y las propias

Lo dicho nos remite a lo que estaba planteando hace un mo- d1 · la visiones de futuro, desde las cuales leemos la real id ad·
mento: ¿quién está haciendo hoy las preguntas fundamentales 111 1 :s i no hay una visión de futuro nos perdemos en las descrip-

que orientan la investigación? Sin duda , el poder, pero el poder 1on s contingentes. Ello se vincula con la gran cuestión de hoy
como una lógica que permea nuestro modo de ver, que nos per- d :1, que tendríamos que recuperar si queremos contestar la pre-
mite colocarnos dentro de ciertos parámetros creyendo que no •1 1nta, y que es una de las mayores enseñanazas del siglo XX:
son parámetros, que no son un recorte de realidad sino la reali- qu' la realidad sociohistórica no está claramente sometida a
dad misma. Pero no es así. Son recortes que se imponen , frente 1 · •a liformidades como se pretendía en el siglo XIX, y que encon-
a lo cual podemos hacer todo tipo de gimnasia intelectual al inte- 11 <'> n el marxismo una máxima expresión.

rior de los ámbitos problemáticos que quedan incluidos en esos ·l último tercio del siglo XX mostró que la historia es ba. tante
parámetros, aunque sin llegar a cuestionarlos. En efecto , son inú caprichosa· pero , ¿qué significa eso? Significa entre otras
pocas las investigaciones capaces de romper con los parámetros. que el siglo XX cuestiona el optimismo positivista del siglo ante-
' 1 r, que la historia estaba sometida a progresividad y que esa
¿Cuál es el ángulo desde el cual el científico social de hoy,
pr gresividad está valóricamente asociada con la emancipación
economista, sociólogo, antropólogo, se puede plantear los pro-
1 ' I hombre ; en una palabra, con el bien de la humanidad. Nos
blemas que permitan pensar que rompe con lo parámetros que
·o loca ante la incertidumbre ya que el signo de la progresividad
impone el poder? Eso que Holton llamó ángul Z como el ángulo
1 u de ser muy azaroso , revestir un carácter regresivo. En lugar
convencional, que no tiene que ver con la a ·umulación de infor-
1 ver pasar el cadáver del enemigo, ver pasar el del amigo, la
mación, ni con la de concepto , ' ino qu la pregunta que el
propia derrota. La reflexión epistémica en América Latina no
investigador se plantea: ¿cómo voy a n locar el Estado, hoy?
puede dejar de ser una toma de conciencia de cómo fue cons-
¿Cómo voy a analizar las migrac1011 -.. , cómo la desigualdad so-
lruido el conocimiento, en forma que permita entender por qu '·
cial, cómo la explotación?, etcét ·ra .
· iertas posibilidades de construcciones sociales no se dieron , y 1
Preguntas que no están claramente incorporadas a la discu-
¡ue las ciencias sociales tienen su responsabilidad en lo. pro· ·
sión académica, por lo que p demos suponer que los investiga-
'i s políticos.

20 21

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¿EXISTE UNA EP ISTEMOLOGÍA LATINOAMERI ANA? PISTEMOLOGÍA Y POLÍTICA EN EL CONOC IMI ENTO SO

Pensar que los procesos chileno o argentino, o de cualquier 11 1 de conformidad con las exigencias que las problemáticas
otro país, se iban a hacer con la alianza, la ayuda del señor .o ·iohistóricas nos están planteando; de ahí que tengamos que desa-
Kissinger o del Pentágono, o de la CIA, creo que era pedir dema- 11 llar una forma de pensamiento acerca de la realidad que no
siado; es decir, había de alguna manera que tener en cuenta que ·s t. ' claramente sometida a leyes, por lo menos en el corto y
estaba .Presente un parámetro adverso. Cabe preguntar ¿qué 111 diano tiempo. Si estamos hablando .de los tiempos breves, de
papel cumplieron en estos contextos las ciencias sociales? La pre- 1> tiempos cortos o de los tiempos medianos de Braudel, evidente-
gunta se relaciona con el cómo se estaba pensando en América " nte es un tema que debe preocuparnos, por cuanto estamos ocu-
Latina en esos años y cómo se sigue pensando hoy. Por eso es que pados en construir un conocimiento eri esas escalas temporales, lo
no podemos soslayar una preocupación: se construye cono- ¡u nos enfrenta con desafios categoriales no resueltos.
cimiento, pero sin un pensamiento que le dé sentido a ese Frente a estas complejidades, las categorías que hemos here-
conocimiento. Y lo que estoy señalando se refuerza con la en- dado y que han sido brillantes en la propia historia de las cien-
señanza que nos deja el siglo XX, en cuanto al concepto de la ·ias sociales en el siglo XIX, y en buena parte de la primera
realidad histórica , esto es, que la realidad histórica, en mayor mitad del siglo XX, podrían ser insuficientes; pero no tenemos
medida de lo que estábamos dispuestos a aceptar, se construye ·lar idad respecto de cuáles son las estructuras categoriales ac-
por sujetos. Construir la realidad, no es lo mismo que explicarla. luales que permitan rescatar, a partir de la idea de la construc-
Por lo tanto, estamos enfrentados a desafíos epistémicos, en un ·ión , Ja elaboración del conocimiento científico. No solamente
sentido mucho más estricto: ¿con qué categorías estamos pen- 1t nder Ja conjugación , a Ja cual me he venido refiriendo , entre
sando América Latina? · nocimiento y utopía como el marco más inclusivo dentro
Sabemos que existe una limitación en las viejas estructuras 1 1 cual tendrá que ubicarse la discusión epistémica de hoy ,
categoriales que conformaron y hasta hoy día siguen confor- s ino además a los desafíos propios de las categorías me.ncio-
mando el razonamiento científico; de ahí que estamos en pre- nadas.
sencia de desafíos de conocimiento que no se ajustan necesaria- En este sentido, la discusión epistémica, en el ámbito delco-
mente a esas exigencias categoriales. Por ejemplo, exigencias n cimiento sociohistórico, no puede prescindir de las categorías
como lo "aleatorio", lo "indeterminado", lo "necesario", que no de potencialidad, de necesidad y de lo indeterminado, que , por
se agotan en la relación causa-efecto, y que desconciertan a los otra parte, no son categorías que inventan las ciencias históri-
especialistas en sujetos sociales o movimientos ociales cuando as, sino que vienen de la propia física . Recordemos el Post-
se enfrentan con las emergencia. sociales que no son efectos de ' criptum de Popper sobre lo indeterminado. Todos son desafíos
causas. Cuando estamos en pre encía de realidades mutables a que tenemos definidos en el plano de los metadiscursos , aunque
velocidades imprevisibles, o ante la circunstancia de qL e los fe- ~s tá pendiente el esfuerzo de incorporarlos a la experiencia con-
nómenos son multidimensionalcs , donde cada una de sus dimen- reta de las investigaciones, en forma de dar cuenta de lo que
siones tiene ritmos temporales dif"·rcntes , espacios diferentes. stá pasando en América Latina. Pero hacerlo no al estilo de un
¿Cómo estamos manejando la organización del pensamiento diagnóstico, sino en la perspectiva de leer la realidad a mayor ,'
en América Latina para dar cu ·nta del actual momento históri- niveles de profundidad, traspasando las formas de los fi núnw
co?, ¿manejamos tiempo y u e pacio? Pienso que no lo maneja- nos en su expresión puramente morfológica, para d s ·uh111 lo

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·-----""'''"''"'"'''''''"''''"""'ll+llfllllllllllltlllllllltllll!l!ll"!f~llllttttttttttllllllttlllll!lllll!llttll!tllllllttlllllllfltlltlttllfmtf1flll'll!!
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¿EX ISTE UNA EP ISTEMOLOGÍA LATINOAMERI CANA? EPISTEMOLOGÍA Y POLÍTI CA EN EL CON OCIMI ENTO SO 10-HI STÓRI CO

que, haciendo una paráfrasis como Braudel, podemos llamar los Quizás uno de los grandes desafíos que tienen en el plano
muchos futuros posibles. metódico las ciencias sociales hoy día para contestar la pregun-
Futuros posibles que pasan por algo que en el conocimiento la de esta reunión, es precisamente que tenemos que romper no
social es central y que es la otra cara de lo que vengo señalando solamente con los límites disciplinarios, sino además encontrar
en un plano más abstracto como el de las categorías: me refiero ina forma de organizar epistémico-metodológicamente la exi-
al rescate del sujeto. En efecto , ¿de qué sujeto estamos hablan- ' ncia de un razonamiento de articulación entre dimensiones. El
do? Preocupación epistémica fundamental , pero no so lamente r nómeno del sujeto social es uno de los problemas desafiantes
epistémica, también ética y filosófica. Porque partimos consta- · ntrales si queremos entender lo que está pasando hoy día , y ,
tando algo que también hay que asumir y discutir, que son dos ras- · bre todo si qu eremos saber qué puede pasar a partir de la
gos desconcertantes que han caracterizado a América Latina: pri- ·oyuntura actual para no conformarnos con un diagnó st ico .
mero, que es un continente fecundo en crear discursos pero que E lo mismo que trabajar con la hi toria como una e pecie de
carecen de sujetos; estamos aturados de discurso pero que no I ' gica iconográfica para lo cua l la historia se tran forma en un i ono
tienen sujetos; segundo probablemente tenemos mucho sujetos iue hay simplemente que reverenciar, pero que no podemo in
que no reconocemos, como tales , porque no están a la altura de r verenciar. De lo que se trata ahora es ver cómo pod 1110 no
los grandes discursos , lo que es un problema porque ocurre que r verenciar ese icono leyendo su movimiento interno e a poten-
la historia no la construimos con discursos que carezcan de suje- ialidad que no se muestra en productos o en cri tali zacione .
tos. Esto es digno de un seminario en í mi mo. ¿Qué se abe I ~ el de safí o epistémico de las ciencias ocia le para ir má s allá
sobre los sujetos sociales sumando el conocimiento de la antro- 1 la descripción morfológica o de la simple relación de cau a-
pología, de la sociología, de la economía, de la p icología? El ·fecto· esto es, de colocarno en la ten ión d 1 present n u
balance nos pone alerta acerca de la gran ignorancia ex iste nte igencia de futuro. Desafío que no es exclusivamente axio lógic
sobre un tema central. Se tien e un conocimiento fragme:ntado, ético, sino epi témico porque upone resolver problemas
pero ocurre que lo fragmentado no es suficiente el sujeto por ·ategoria les, como alguno que me ncionábamo a manera de
definición exige un conocimiento total , pero no total en el sentido 1 lustración.

en que lo criticaba Popper porque no se trata de una consid era- Estamo en pre se ncia de desafíos de natural eza nu eva, para
ción ontológica sino de la total idad como exigencia de razona- ·I rescate del uj eto, de u co nocimi nto y el d la ubj tividad,
miento frente a un fenómeno al que no se puede conocer ¡ue presenta un défic it. Nos ex ige definicion e conceptuale
segmentando en sus diferentes dimensiones. En efecto , la prác- profundas lo que e parte de los reto qu e no he r da 1 iglo
tica social no es el resultado de una sumatoria de práctica eco- , x cuando pensamos que la historia se con truy e. Y que se
nómica, más práctica sociológica, má práctica politológica, más ·onstruy e por sujetos , s ujetos que se despli egan con tant mente
una práctica psicológica. Es simplemente una práctica que reco- de diferentes formas , que reconocen mucho ti empo y espa-
noce en sí misma articuladamente a un conjunto de dimen iones; ·ios, a la vez que no hay sólo un ujeto sino una mu ltiplicidad de
por lo tanto el gran desafío en relación al sujeto es que tenemos sujetos para 1o cual tenemos escasez de concepto .
que desarrollar una capacidad d pensar la problemática de l s u- Quizás lo dicho nos remita a una di cusión de otro ord •n.
jeto en toda su c mplejidad . no de los grandes desafíos que podemos estar a umiendo ·o n-

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. . . ._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ lllllllllllllUHlllUllHllllllllllllllllllUlllllllllllUllllllllllllllllllllUlllllUllllllUUUIUlllllUJmlllllllUllUllUllllUUIUlllllllllUllllllllllllllllllill illllllllllllllllllllllllllllll-- - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - ---


¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAM ERI CANA? EP ISTEMOLOGÍA Y POLÍTI CA EN EL CON OCIMIENTO SOCIO-HISTÓRICO

siste en pensar en este tipo de problemas, lo que supone pone ¡ nnden la pregunta? , ¿sabemos en qué momento histórico vivi-
atención en algo tan elemental como lo siguiente: pensar en cuá 111 > ? Es la pregunta que no podemos dejar librada simplemente
les son las formas para organizar el razonamiento en lugar de 1 la metáfora; tenemos que saber abordarla.
encerrarnos en la acumulación de grandes teorías de la historia, No tiene sólo una puerta de entrada su respuesta, pero es funda-
o de los actores sociales, si estamos de acuerdo en que más 111 ·ntal encontrarla porque la relación entre conocimiento y con-

grande que cualquier teoría es la inspiración epistémica para saber 1 1 ·ncia, que subyace a lo que decimos, es una piedra angular para

colocarse ante la historia. nt nder el presente en función de un futuro, y de no confundir


Saber pensar la historia nos remite a la idea genial, que viene 1•1 momento con la historia en su despliegue, de no confundirla
de Gramsci, cuando sostenía que una de las grandes contribu- l' on una concepción de probabilidades que se van a dar. Porque
ciones del marxismo había sido crear una ciencia capaz de cre- n: tá llena de espacios indeterminados, imprevisibles , entre los
cer con la historia. Con lo que se rompe con la concepción de ·11ales el hombre construye o logra construir. Pero, cada vez
sistemas rígidos que se tienen que ir trasladando, con todos sus que se formula la pregunta: construye, pero ¿quién?, ¿el que sabe,
riesgos de obsolescencia, en cuanto las realidades van cambian- ·I rudito?, ¿el especialista?, No , el que construye es el que tie-
do en direcciones no previsibles. 11 • necesidad de construir, y quien tiene necesidad de construir

Desarrollar nuestra capacidad para colocarnos no sólo desde -.· el que tiene necesidad de realidad; porque tiene necesidad de
el contexto, sino ante el contexto. Creo que es un desafio tanto T sujeto.

en el plano de la investigación como en el de la educación, esto De ahí que lo expresado se vincule con esa dicotomía central
es, de la formación. Formar gente capaz de pensar su momento, d · la relación entre conocimiento y utopía ; pero no con el discur-
no de explicarlo, la explicación viene después, ya que si es capaz ·o obre la utopía sino con la incorporación de la utopía en la
de pensar podrá explicar; por cuanto se capacita a la gente en ·onstitución misma de las forma de construcción del co.noci-
explicar, en circunstancias que a veces esa capacidad de expli- rniento científico . Representa uno de los retos importante que
car anula la capacidad de pensar. En este momento, f~ente a enfrentamos para dar cuenta del contexto histórico , de manera
realidades tan complejas que no están claramente sometidas a d poder avanzar en sugerir líneas de respuesta a la pregunta
leyes, es fundamental asumir este desafío epistémico que tiene polémica y medular que nos han formulado los organi zadores de
indudables consecuencias de carácter ético. ·ste evento . Muchas gracias.
En definitiva, si se tratara de decir quién es el invitado de
piedra de todas estas reflexiones, de toda estas disquisiciones,
podemos decir que e la conciencia histórica. La pregunta en-
tonces es: ¿en estos momento ' ten ·mo conciencia de lo que
estamos viviendo?, ¿tenemos ·on ·i ·ncia de lo que es vivir en el
México de hoy?, ¿hay conci ·n ·ia de lo que es la Argentina de
hoy? ¿hay conciencia de lo qu e · vivir en el Chile posterior a la
dictadura? ¿Hay conciencia? l lay conocimiento antropológico,
económico, geográfico, pero todo ese conjunto de disciplinas ¿res-

26 27

1
PERSPECTIVAS Y NUEVOS
HORIZONTES PARA LAS CIENCIAS
SOCIALES EN AMÉRICA LATINA*
HORA 10 CERUITT GU DB R
entro Coordinador Difu ·or d
Estudio latinoam ri ·a11 os. AM

Muchas gracias Johannes y Magaly por la invitación . Los fe-


l1 110 por haber organi zado e te evento con una inte rrogante:
, 1• · 1 ·te una epistemologí~ latinoamericana?, que para mí , como
I' 11 a mucho de los que estamos aquí , ha sido fundamenta] du-
' 1111 • años. reo que es muy importante que no olam ente nos
11·111iamos para di cutir ahora, s ino qu impul em una reflex ión
1111linuada sobre este asunto. H emos vi to aquí la~ c undidad
q11 · pueden tener e te tipo de discu ione y ad emá , la urgencia
~ l 1 11ecesidad de que este debate se lleve adelante .
C)uiero aprovechar esta oportunidad para compartir con us-
d ·. las reflexiones fundamentales de un 1ibro que acabo de

p111 d ·zco a Luci na Olmos la reproducción de la mitad de este texto.

29
¿EXISTE UNA EP IST EMOLOG ÍA LATI OAM ERI CANA? 1 ERSP E T I VAS Y NU EVOS HORIZONT ES PARA LAS l ENCIA S SOCIA LE .. .

terminar cuyo tema central remite de manera directa a las pre- q1 1 flexibilizar los términos. Pensar en la filosofía no como una
ocupaciones de este simposio. En este libro examino el modo de 11 ·!ividad del pensamiento que surge y se presenta de de el ini-
proceder del filosofar latinoamericano desde una perspectiva 10 on carácter universal sino más bien como una expre ión del
epistemológica y buscando determinar su especificidad. Y est 1 ·n amiento que tiene aspiración hacia la universalización. Es de-

filosofar no puede ejercerse a cabalidad si no es en un quehace 1r, en lugar de afirmar que la filosofía es universal, diría - distin-
multidisciplinario en el cual las ciencias sociales ocupan un pa l'l lÍ ndo entre filosofía y filosofar- que el filo ofar es universalizable.
pel preponderante, por así decirlo inspirador, preparatorio y has : í ya no tendríamos tantos problemas con la expresión. La filo-
ta propedéutico. Voy a referirme a mi libro sólo como un mod dfa surge en una situación latinoamericana de hecho, pero con
oblicuo de tratar el tema que me ha sido asignado y aprovechán- 1 1 iración de valer en todo lugar y en todo tiempo. Si lo logra o
dome de esa coincidencia en preocupaciones - seguramente n 110 , s otro problema. Lo mismo pasa con la fi ica, con la mate-

fortuita- . En realidad , compartir estas reflexiones y haber e cri- 111:'ttica, etc. Entonces apartamos el primer problema acerca de
to este libro es una manera de festejar treinta años dedicados l a terminología filosofía o epistemología latinoamericana . En
la docencia e investigación sobre filosofía latinoamericana. s • undo lugar, quiero decir que en mi opinión , de pué del dere-
1

pero que sean los primeros treinta años porque pien o egui h a la vida que es un derecho fundamental. y casi diría des-
activo varios años más. p11 ' pero acompañándolo inmediatamente viene un segundo
Antes de entrar de lleno a expresarles el itinerario central d d ·r cho in el cual e l derecho a la vida quedaría muy re tringido
la reflexión que artícula este libro , quisiera apartar, quitar de e v amputado . t derecho es e l derecho al ej ercicio propio de la
medio , ciertos fantasmas que podrían de alguna manera confun 1 i1 ;, ' n. Derecho complementario al derecho a la vida . on te
dir la reflexión y hacernos perder el tiempo en lo que m paree lll no di go derec ho al ej rcicio de la razón propia, ino derec ho
que no nos conduce a ninguna parte. Por ejemplo, la expresió ti ejercicio propio de la ra zón. E decir, una razón que tiene
filosofia latinoamericana tomada en su sentido literal me paree ·aracteres comunes para los seres humano s sean varones o
que es una contradicción en los términos. De alguna manera com 111ujeres, sean de este siglo o de otro, sean de este lugar o zona
si postuláramos en sentido fuerte una física mexicana o una mate · gráfica o de otro de otra cultura, etcétera. Nosotro tene-
mática brasileña. De verdad no me subiría a un avión o a u el der cho a hacer un uso propio de la razón diríamos con
barco que estuviera calcwlado con matemática brasileña o física stilo propio si se quiere , en la medida en que seamos capa-
mexicana o algo a í. .. Má bien hay que tomar la expresión e de reconocer e te estilo y de justificarlo también concep-
su sentid hi . tórico. lli stóri ca m ·nt , la expresión filosofía lati- lualmente.
noameri ca na r ·mi t • a 1 modo de r fl xión o al modo de practica Sobre la base de estas dos aclaraciones previas quisiera ex-
la filosofía cnlrc no:-:otrns. por lo menos en los últimos doscien pr sar aquí a grandes rasgos cuál ha sido el itinerario de la rc-
tos años, aunqu · ·1 lo l1l ·ior s • p dría extender hacia atrás mu- 11 xipn que articulo en este libro que acabo de terminar. Supon-
cho más. 1'º que podría ser algo así como la oportunidad de experim ntar
A propósito de ·sta arlara ·i n terminológica, que podría se d · de dentro , o por lo menos más o menos desde dentro, ·únw
válida también para la H'll · i ' n que esta aquí sobre la mesa acer · hac e o cómo se puede hacer un filosofar latinoamerican1 sta .
ca de una presunta cp1sll'111ol ría latinoameíicana, creo que ha Ln otras palabras, lo que a mí me preocupa aclarar y .·o · ·

o 31
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA?

justamente lo que entiendo por epistemología, es cómo se produ- rilosofía y pronuncia el nombre de Wittgenstein o pronuncia, qué
ce o cómo se ha producido el conocimiento filosófico en la re- e yo el nombre de Tomás de Aquino o el nombre de Rorty, y
gión. para los asistentes la clase va en serio. Pero, se dice Vasconcelos
Antes de entrar a bosquejar este itinerario, quiero mencio- Ricaurte Soler y el público piensa: concedámosle que siga ha-
narles dos condiciones que me puse a mí mismo cuando inicié el blando, a ver si lo que dice vale la pena.
trabajo sobre este libro, porque son dos condiciones que se enun- En fin éstas son mis dos condiciones y la pregunta central es
cian muy facilmente, pero cumplirlas más o menos acabadamente . ófo una: ¿cómo ha ido posible filosofar desde nuestra Améri-
me ha costado un esfuerzo verdaderamente denodado. La pri- a? La respue ta, después de darle muchas vuelta , se conden-
mera, ha sido hablar o escribir, y en este caso hablar y exponer, sa en una sola fomulación. Esta formulación dice: e l filo ofar
en un lenguaje accesible· en un lenguaje que no se refugie en la de de nue tra América ha sido posible pen ando la realidad a
medida de lo posible, en la jerga técnica. ¿Por qué? En primer partir de nuestra propia hi toria crítica y creativamente para
lugar porque creo que la filosof1a tiene que llegar a lo públicos Lransformarla. Todo el trabajo que hago en e te libro e explicar
más amplios posibles y en segundo lugar porque ospechaba ada una de esta cuatro parte de la respue ta, porque final-
que refugiándose en la jerga técrnca a lo mejor se e tarían encu- mente, ¿qu' quiere decir pen ar nue tra realidad? ¿qué quiere
briendo ciertas dificultades de la argumentación cierto vacío de decir hacerlo a partir de nu stra propia historia?, etcétera.
la argumentación que la misma terminología bien utilizada disi- Enunciar así la respuesta no es uficiente. Hay que ac larar
mula. Entonces, en primer lugar hablar en un lenguaje que se los términos de la misma y mostrar cómo opera 1 argum nto n
entienda y si no se entiende prestarse a la discusión y al debate que e in cribe. Aquí está toda la dificultad de la ju tificación
para que se pueda aclarar qué es lo que se quiere decir. Porque pistemológica de un filo ofar latinoaniericani ta. Dificultad
la reflexión filosófica ti ne que ser en primera instancia una co- porque este itinerario de la respuesta, no es un itinerario ljnea l.
municación cumplida, no puede ser un soliloquio o un monólogo Al momento en que se quiere empezar a aclarar 1 sentido de pen-
donde sólo alguien pien e maravillas pero no ea capaz de trans- ar o de realidad , es menester hacer referencia, nece ariamente, a
mitirlas. En segundo lugar, la otra condición autoimpu ta, ape- las otra tres parte de la respuesta . Lo mismo seria i se empezara
lar siempre inicialmente a la tradición cultural que me es más por el final. Ocurre que hay una especie de círculo hermenéutico,
cercana e irme apartando de ella en círculos concéntrico . Si aunque me resisto a pensar esto como círculo hermenéutico, dado
para citar a una fuente puedo citar a un autor mexicano empe- que no apelo a ninguna precomprensión exi tencial. E decir no
zar por citar a un mexicano. Si no, a un latinoamericano o a un stoy apelando a ninguna carga del sujeto interlocutor para que
africano o a un asiático. Y si al final de todo esto no queda de me entienda qué es lo que quiere decir realidad o pensamiento o
otra, a un autor gringo o europeo. Con esto trato de invertir lo crítica antes de comenzar. AJ contrario, lo que estaría pidiendo
que es el hábito constante. Porque el hábito requiere comenzar es ql.le, aunque estas palabras son las palabras que usamos en el
por el recurso de autoridad y el recurso de autoridad general- lenguaje cotidiano, me den tantita chance a que explique cada
mente por el tipo de desarrollo cultural seguido por la historia de una de las cuatro partes para que no me vayan a estar
la humanidad, ha tenido su centro en los países hegemónicos, en decodificando los términos en su sentido cotidiano. Si no no va-
los países que han sido metrópolis. Uno comienza una clase de mos a avanzar en lo que realmente queremos avanzar. Es decir,

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~:.........-- .....
¿EX1STE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERI CANA?

hay una cierta firma de un cheque en blanco donde todo mundo !ación inicial de la vida biológica, no excluye pensar en la evolu-
tiene que saber que hay que tomar en cuenta todas las partes de ·ión etc; pero lo que se hace es centrar el problema en la reali-
1a argumentación, pero no necesariamente inc 1uye esta ad sociohistórica . Y, vean ust~des, en lo poquito que llevo di-
precomprensión existencial. Al contrario, sería como poner en- ·iendo en todo momento me he estado afirmando o apoyando en
tre paréntesis esa precomprensión para que haya un estado de 1 que ha planteado la tradición filosófica latinoamericana. Quie-
apertura; a ver lo que quiere decir este señor con estas palabras ro decir que la segunda parte de mi respuesta ya está implícita
que está aquí proponiendo. aquí ; porque la segunda parte de mi respuesta dice: a partir de la
Pensar la realidad es como una consigna permanente para propia historia. Enseguida me voy a referir a eso. Nada más
toda la tradición latinoarnericanista en filosofía, por lo menos 1lamo la atención: ya e tá presente esa segunda parte.
desde la generación del 3 7 del siglo pasado hasta nuestros días. Ahora supongamos que concedemos en primera instancia que
Siempre la misma consigna, siempre la misma bandera. En nom- ' '"' ªrealidad a pensar es la realidad socio-histórica: ¿comó se la
bre de un pensamiento que es capaz de dar cuenta de la r ali- puede pensar y qué significa pensar? Creo que aquí hay que
dad, se repudian proyectos, se dejan de lado alternativas o se nfrentar una primera gran dificultad. En e ta parte de mi reflexión
asumen posibilidades que parecen muy importante . El proble- al primer obstáculo lo he denominado " la ilusión de la transparen-
ma es que en toda esa tradición no hay una aclaración cuidadosa ·ia". Esta ilusión alude a la idea completamente ingenua de que
de qué significa pen ar la realidad , ¿cómo se hac ?, ¿a qué r a- po ibl acceder a la realidad de manera inmediata, es decir
Lidad se está haciendo referencia? Es intere ante que uno e sin mediaciones. Fíjense ustedes las consecuencias que tiene esta
pueda ubicar en el seno de esta tradición y hacer ese trabajo, el ilusión gnoseo lógica. Si puedo acceder a la realidad - a e ta real i-
trabajo que falta. Decir que hay que pensar la realidad , ya e tá lad socio-histórica o a cualquier otro nivel de realidad- , d
dicho. Lo que no está aclarado es ¿qué realidad y cómo pen ar- manera inmediata, también podría decir en un m m nto de-
l rminado "tengo la realidad en mi mano" o "la verdad ·de la
la? Éstas on las preguntas que me hago. A partir de ahí , ¿cuál
es la realidad que tendríamos que pensar? ¿cuál e e ta r ali- realidad", cualquiera que sea la interpretación d verdad que
dad objeto de la reflexión filosófica?, si e que se puede afirmar a umamo en este momento· quien no esté conmigo e tá contra
mí. Es la ilusión de la transparencia que e manifiesta a í a nivel
que la fi losoffa tiene objeto. La respuesta sería doble. · n prim r
del conocimiento. Constituye el fundamento de todos los
lugar, es toda la realidad. Porque la filosofía tiene en lar gión y
dogmatismos. Dogmatismo primero epistemológico pero posterior-
ha t ·nido al nivel de la tradición filosófica mundial, una vocación
mente de manera casi directa se convierte en dogmatismo político,
h >I ís t i ·a, una pretensión de pensarlo todo y de pensar en todo.
·n dogmatismo ideológico, etc., y conduce de manera insensible
A sí <Jlll', n primera instancia , no habrá limitaciones . Sin embar-
a abandonar el nivel de la racionalidad e imponer la fuerza. Como
10 , · ua11 uno analiza con más cuidado la realidad específica y
tengo la razón y los que están contra mí no la tienen, como tengo
el r · · oi t • de la realidad sobre la cual se centra la preocupación
la verdad en un puño y los que están contra mí no tienen la ver-
latinoam ·ricanista, advierte que se restringe significativamente
dad en un puño con el puño les impongo la verdad y la realidad
a la que podríamos llamar realidad sociohistórica. Ésta e la rea-
que me parece que hay que imponer. ¿Cualquier parecido d
lidad eminente sobre la cual se quiere trabajar. No excluye pen- to con, por ejemplo, la auténtica democracia en este mund ,
sar en el Big-Bang, no excluye pensar en los niveles de manifes- • pura casualidad?
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J
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAM ERI ANA?

¿Cómo se puede combatir la ilusión de la transparencia? Ca- flexión filosófica, o de otra manera se podría decir que la filosofía
yendo en la cuenta de que el acceso a la realidad siempre es no puede operar como filosofia primera, sólo que opera necesaria-
mediado. Mediado, ¿por quién? En primer lugar por el lenguaje. mente como un reflexionar a posteriori de lo que plantean las cien-
Hay código lingüístico que está mediando entre el sujeto y la ias sociales, otras ciencias también, pero básicamente las ciencias
realidad. Pero, además, mediado por el inconsciente mediado sociales, antropológicas.
por la ideología, mediado por teorías o elaboraciones conceptua- Por último hay que tratar esta primera parte en oposición a
les anteriores , etcétera. 1 que podríamos denominar la reflexión filosófica academicista,

Si hay todas estas mediaciones que están por lo menos com- la cual habla muy suelta de cuerpo de· una pureza filosófica') de
plicando el acceso a la realidad el acceso conceptual a la reali- ma filosofía pura, como si la filosofía e tuviera n el limbo . Hace
dad, ese acceso es impo ible o completamente relativizado. ¡No! !'alta caer en la cuenta de que la filosofía no olament no e tá
No es imposible. Ese acceso e posible en la medida en que ·n ningún limbo sino que los sujeto filo ofante on di ver o
tomemos conciencia de las mediaciones en la medida en que las p r su condición social, por u género etc. No es lo mi mo er
controlemos racionalmente y en la medida en que permitarno que l'ilósofo que filósofa· no es lo mismo ser filó ofo en una condi-
la percepción ajena corrija nuestra propia percepción porque i no ' ión social de élite a ser filósofo 'de la raza de la base de la
damos chance a eso no hay posibilidad de corrección ninguna en s ciedad. E to nos lleva a plantearnos desde dónde se filosofa.
el acercamiento a la realidad. I ~ una cue tión que el pen amiento latinoamericano vio con toda
Disculpen que tenga que ir a toda carrera aquí , mo trando ·laridad obre todo en los últimos v inticinco o treinta año .
cuanto más el menú de mi itinerario . Supongamo que u tedes 1) de dónde se con truye un conocimiento - en e te ca o e l
me aceptan e to , que esta mediacione tienen que er tomadas · nocimiento filo ófico- , es deci ivo para la c nstitución mi ma
en cuenta , que tienen que ser trabajadas , que hay códigos de 1 ese conocimiento. ¿Por qué? Porque hay área de la r aJidad
acceso, etc. Me atrevería a añadir que hay mediaciones privile- que se visibilizan desde una cierta posición y otra que permane-
giadas. ¿Cuáles son? ¿cuáles son las mediaciones privilegiadas . n invisibilizadas. La filosofía latinoamericana tiene que a umir
para que la reflexión filosófica pueda acceder a la realidad so- · plícitamente ese desde dónde y tiene que incorporarlo com
cio-histórica? Ni más ni menos que el trabajo de la ciencias parte de su propia reflexión. on esto adelanto un punto qu e
sociales. La reflexión filosófica no puede acceder en forma di- · rnstante en todo te 1tmerario.
recta a la realidad socio-histórica. Tiene que acceder nece aria- Uno d los problemas centrale , dificultad epistemol 'gica
mente a través de los aportes de las ciencias sociales y e to e · ' ntral, es decir dificultad para con truir el filosofar en e ta si-
puede documentar de manera empírica y de modo transparente luación específica en que estoy hablando y es que permanente-
en América Latina. Los momentos en que la filosofía ha sido mente hay que estarse moviendo y desplazando en do nivele :
más fecunda en América Latina han sido aquellos en que se ha lo que es propiamente filosofar y lo que es la reflexión obre el
apoyado de una u otra manera en las ciencias sociales~ llámense 1 rl sofar. Brinda un carácter a la reflexión como sincopada como

esas ciencias economía, historia, sociología, etc. Es decir, usan- 1 e fuera frenando. Se avanza un pasito y hay que regresar
do lenguaje tradicional podríamos decir que las disciplinas de las para ver qué es lo que se avanzó y cómo se avanzó. Siempre
ciencias sociales se convierten en ciencias auxiliares de la re- hay que estarse manejando combinadamente a nivel discur 1v

36 37
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA?

y metadiscursivo, filosófico y metafilosófico; justificando lo que 11 se sabe. Estamos 500 años después. Pero, incluso 20 años
se está haciendo a cada paso. I' pués de la llegada, ya no se podía decir casi nada, porque los
Supongamos de nuevo que con lo que he dicho, algo se acla- 1 • bmonios estaban destruidos y no solamente los testimonios

ró acerca de ese pensar la realidad. ¿Cómo hacerlo a partir de ino que los sujetos también estaban en buena medida destruí-
la propia historia? Lo primero que habría que decir es que hay ! . No se puede saber propiamente hablando según este mode-
una relación, a mi juicio, necesaria entre filosofía e historia de la 1 >historiográfico si hubo o no filosofía antes de la llegada de los
filosofía. Esta relación es negada por la filosofía académica. Lo l ' ·pañoles. En todo caso el trauma de la conquista es tan grande,

que la filosofía académica parece mostrar de manera explícita bre una grieta tan profunda, que ·n o se puede sortear. Por lo
es que hay una relación necesaria entre historia de la filosofía y lanto, lo único que se puede afirmar con evidencia empírica e
filosofía. Para hacer historia de la filosofía hace falta ser filóso- 1ue la filosofía 11ega después de 1492.
fo. Pero para ser filósofo no es necesario ser historiador de la La filosofía llega como producto de importación terminado
filosofía. Lo que voy a afirmar en esta segunda parte es que u ·abado. Se lo trae de Salamanca, se lo mete aquí en la univer-
esta relación sí es indispensable sobre todo en paíse depen- ·1dad de la región y lo único que queda e repetir e a filo ofía
dientes o coloniales como los nuestros. ¿Por qué? Porque n ·n el mejor de lo ca os y en el peor, deformarla· o ea, repetirla
países dependientes o coloniales como los nuestros lo qu e ha malam nte y hacer una mala copia de lo qu e era un original muy
hecho es un esfuerzo sistemático para borrarnos la memoria hi - l ueno y que funcionaba perfectamente allá. egunda con ecuen-
tórica y con esa memoria histórica se nos ha borrado la historia ·ia la filo so fía una actividad académica exclu ivam ent ,
filosófica. un trabajo para las universidades o para lo e minario · é a
Uno podría decir: aquí estamos en un caso un tanto diferente :u única vida institucional. Fuera de eso no hay posibi 1id ad de
al de las ciencias. La química en este momento no necesita co- ¡ue se hable de filosofía. Tercera con ec u ncia la filo <?fía e
nocer lo que hacían los alquimistas. En el caso de la filosofía un producto típicamente occidental qu e e arraiga mal en esta
también podriamos decir que es algo semejante, porque i quiero · sta . La cuarta consecuencia , la filo ofía apar c orno un
la respuesta ética al problema del aborto ¡qué me importa lo que pensamiento prácticamente monolítico, que cubre t d lo que e
pensaba Tomás de Aquino sobre el sexo humano! Puede ser un ' a noche oscura de la colonia, pensada entre no otro por ta
dato ilustrativo interesante pero no pertinente para responder. historiografía como si fuera la Edad Media entre la Grecia clási-
Lo que he hecho . del nerm en lo que 11amo la dificultad el ·a y el llamado Renacimiento. En e a oscuridad. lo único que
ob tácul a brin ·ar en estas· ·ión d mi reflexión. Lo he llama- r almente hay es un pensamiento hegemónico llamado e colás-
do 1 antimod ·lo h1 stono •ráfi · paradigmático; es decir, una 1ica y habrá que esperar hasta finales del s iglo XVIII para ncon-
man 'ra dl· ha 'l'I' l'ilo: ol'ía latinoamericana que , en primer lugar, 1 rar alguno atisbos de Ilustración, la cual , por otra parte, nadie
no da ·u ·ntu d •I p1 o ' l". o h1 stóri o filosófico en la región de modo sabe cómo ll ega aquí. Porque llega de contrabando. E taba pro-
adecuado . ·11 . • 1111do lu •ar, e ve imposibilitada de seguir pen-
1
hibido ese pensamiento. Llega como fayuca digamos y con esa
sando a cont111u a ·1ú11 Y , ·ó mo e podría caracterizar este mo- íayuca no se sabe tampoco qué hacer. Llega , la recibimos, la
delo de mancrn m 1 1 '1p1du ? Llegan los conquistadores españo- leemos a escondidas y la utilizamos como se pueda y así se sigue
les en 1492 a lar 1ú11 . l o qu ' había aquí en materia de filosofía 1 proceso. Fuimos escolásticos, porque f!OS dijeron que había

.8 39
¿EXIST E UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? P ER PE TIVAS Y NUEVOS HORIZONTE PARA LA

que ser escolásticos. Después fuimos ilustrados, nadie sabe por filosofar presente. ¿Cómo filosofar? ¿Simplemente esperando que
qué. Después románticos. Terminaremos siendo positivistas. Se aiga alguna mercadería de importación y repetirla o en todo caso
dibuja un panorama gris, donde hay movimientos hegemónicos deformarla? Es mucho de lo que se ve en nuestra formación
que se van siguiendo etapa por etapa. Nadie sabe por qué se universitaria. Se pone de moda el existencialismo o se pone de
deja de ser una cosa y se pasa a otra, salvo la importación de moda el estructuralismo, etc. Es decir somos in saber por qué
una nueva moda. Siempre por este mecanismo como de olea- althusserianos, después gramscianos, después wittgensteiniano ,
das. La ola surge muy fuerte donde se genera, en Europa y despué posmodemos y nos matamos por Lyotard o por Vattimo
cuando va llegando a estas costas, llega muy diluida. Lo que se y nadie sabe ni por qué. Finalmente con el agravante de que la
practica es muy superficial, muy de repetición, muy insuficiente, manera de enseñar historia de la filosofía en las univer idades
no hay fuerza teórica propiamente hablando. es el eje vertebral en la enseñanza de la filo ofía pero e tá com-
Después de ese panorama que llega hasta el positivi m , hay pl etamente divorciado de lo que on Ja materia i temática
una reacción espirituali ta antipositivista de los años treinta para dentro de la filo ofía. No e abe , por ejemplo cóm c n ctar
acá. Y más o menos a mediados de iglo , la década d lo e- ' tica con hi toria de la filo ofía. Por otro lado, la mayoría d 1
senta del siglo XX , como por arte de magia, se abre una e pecie profesores que dictan en la univer i.dades hi toria d la filo fía
de abanico pluralista de posibilidades. Se pueden elegir, como si no son hi toriadores profe ionales de la filosofía. dramático
fuera en un supermercado, -ismos. Se puede ser partidario del n los cur o de historia de la filosofía que salvo ca o muy
existencialismo o del neotomismo o del marxismo o del idealismo xc pcionales no son hi toriadore de la filo ofía lo profeso-
o del historicismo. Sin ninguna coherencia e elige esto o aque- res. Lo que e hace comúnment e que un profe or, qu e un
l lo. Hay libertad de elegir entre plurales po ibilidade filo óficas. poco todólogo bu que un manual alguno texto fu ente y ya
Sé que estoy caricaturizando ese desarrollo historiográfico , pero stá . on e o ya hici te un cur o de filo ofía m di val lo que
créanme que cuando uno analiza con detalle, palabra má , pala- fuere. La filosofía cortada en cach y d América Latina nada.
bra menos, el panorama es éste. Es más, en este libro me ba o sto viene a repercutir también n la reflcxi ' n filo ófica
en una síntesis excepcional hecha por uno de los filó fos más latinoamericani ta.¿ órno podría enfrentar e e te antimodelo?
importantes de este siglo en América Latina, el peruano Augu to Construyendo un modelo o contramodelo de interpretación al-
Salazar Bondy. Construye toda su interpretación en un libro clá- ternativa. ólo a í e dable advertir una doble tarea porque hay
sico: ¿Existe una jllosofia de nuestra América? En la primera que filo ofar y al mismo tiempo construirnos una visión
historiográfica de la historia de la filo ofia· e decir, ser historia-
parte, que se llama el proceso , nos dice: "ésta e mi interpreta-
dores de la filo ofía para poder filosofar. reo que este trabaj
ción del proceso filosófico en América Latina". Pero , esta ma-
hay que hac rlo. No quiero decir que la mi ma persona t ~n ,a
nera de ver las cosas va a condicionar todo su análisis , muy
que. hacerlo. Hay necesidad de equipos para hacer e e traha1( .
valioso por otra parte, pero muy insuficiente como ya se ha visto
Pero, no me cabe la menor duda de que si no contamos ·on una
con el correr del tiempo.
visión adecuada y pertinente de lo que ha sido nu stro pa .·ado
Ahora bien, ¿cómo se puede hacer para superar este
histórico filo ófico, difícilmente vamos a poder fi losofot 1 1 11t11
antimodelo paradigmático? Porque a partir de él se e teriliza el
de ahí para estar de acuerdo con esas tradicion s. 1 " 1 1 1o Ion

40 41
¿EXI T E UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAM ERI CANA?

garles esa reflexión o para estar en desacuerdo pero con cono- tojolabales que hace Karl Lenkersdorf en su último libro?
cimiento de causa. h a hipótesis, por lo tanto, difícilmente se puede sustentar por-
Conviene, entonces, enfrentarse a cuestiones vertebrales. Por que de alguna manera hay sobrevivencias, o sea, continuidad, la
ejemplo, la cuestión del inicio de la filosofía en esta región. No ·ual se constata cuando uno empieza a rastrear en serio en to-
se puede eludir este problema. ¿Cuándo comenzó la filosofía 1 s las sublevaciones indígenas desde Túpac Amaru hasta el
aquí? ¿Comenzó cuando se funda la primera universidad y en- 1.apatismo. Pensamiento sobre la realidad que no es un pensa-
tonces la filosofía de Salamanca pasa a ser filosofía enseñada miento acuñado académicamente; por supuesto que no pero es
aquí? ¿o había filosofía antes? Este es un problema central. un pensamiento o un contrapensami'ento respecto del cual otra
Ahora resulta que para saber si había filosofía antes hay que maní festaciones de pensamiento se están ejerciendo. La mane-
saber qué estamos entendiendo por filosofía. Nece ariamente "ª de recon truir la historia de la filosofía empieza a cambiar
hay que adelantar una definición de la filosofía. ¿Qué ocurriría mucho porque ya no se puede recluir sólo en lo que e produce
si uno aceptara como definición de la filosofía, que la filosofía es ·n la universidades o en los eminario durante la época colo-
"u 1 esfuerzo por pensar la realidad a partir de la propia historia nial sino hay que ver cómo ese pen amiento in titucional tá
crítica y creativamente para transformarla"? ¿Qué concluir res- ·n contrapo ición con otro pen amiento marginado in.c ivili zado
pecto del pensamiento aborigen? Si a esto le añadimo "y que se p ro que es opue to y que están necesariamente trabajando en
enseña y se transmite institucionalizadamente para que otros tam- ontra de él o a partir de él o tergiversándolo , etc. te panora-
bién puedan hacer este tipo de reflexión". También se lo practi- ma gri donde fuimos escolásticos, de pués ilu trados , qu daría
caba. Filosofía se dice quizás de la misma manera pero e prác- de truido y aparecería otro má mati zado en el cual la e colá ti-
tica con estilos específicos. Hay derecho al ejercicio propio de ca sería la filosofía hegemónica , pero no la única . Lo negro
la razón en diferentes circunstancias históricas. ¿Qué ocurriría imarrones tuvieron su manera de pen ar y e rebelaron. eg ún
si uno tomara en serio la hipótesis de la historiografía tradicional u manera de pensar. Los indígena la uya y se reb )aron egún
de que el trauma de la conquista rompe completamente la conti- ella. Una manera de pensar compleja, la cual incluye dim n i -
nuidad con las reflexiones anteriores? Sencillamente que si uno nes religio as, políticas, etc. De aquí empezará a surgir una hi -
es coherente con esa tesis, no podría explicarse por qué persiste toria muy distinta de la filosofía en la región. Una histori grafía
la cosmovisión previa a la conquista en las barriadas de Lima a que hace historia de la filosofía, pero apoyada en lo re ultados
finales de los sesenta, - conformando un caldo de cultivo en el de los trabajos antropológicos históricos, semiótico etc., de los
que después va a entrar a saco y de manera violenta Sendero cuales ya disponemos.
Luminoso, pero un caldo de cultivo mesiánico, cuya única mane- Otra cuestión me parece fundamental. La filosofía académi-
ra de aprehenderlo es remontándose a la antigua cosmovisión ca se ejerce, y no solamente e ejerce sino que se expresa , e
del Tahuantinsuyu-. Si de verdad se hubiera cortado, esa conti- construye y repercute en la sociedad sobre todo , digamo a par-
nuidad histórica, eso sería impensable. Otro ejemplo podrían ser tir de la Colonia , de la llamada Colonia hasta acá, de acu · re.lo a
los comunicados del Frente Zapatista. Aquí hay algo que es más las posibilidades que brinda la relación entre los filósofo s 1
fácil entenderlo si uno trabaja con la lógica implícita al Popo/ Estado. A tal punto que uno no se puede explicar, por ·j ·mplo, la
Vuh. ¿Y dónde quedarían, por otra parte, las reflexiones sobre figura de un Vasconcelos si no fuera por sus cercanía : y prn : 11 s

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¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGiA LATINOAMERI CANA?

lejanías al Estado revolucionario mexicano. No podría haber sido In desarrollamos más. Otro elemento que me parece muy claro
el Maestro de América y no podría haber incidido como incidió en rn América Latina es lo que 11amo, no sin espíritu alburero , una
la SEP, si no hubiera sido a través de esa relación. Este aspecto de la d 1 léctica interrupta. ¡Sí! porque es una dialéctica sin síntesis
relación de los filósofos, de los productores de filosofía -en el 11 hay coito digamos. A lo má que se llega es a pare opuestos
caso de los profesionales sobre todo- con las posibilidades que ¡u permanecen siempre así . No es que sea un continente
el Estado abre o cierra, es fundamental para reconstruir esta h ge liano como se dice , es que ni a Hegel llega . También , si
historia filosófica. ¡uieren enseguida entramos a ese debate.
La tercera parte alude simplemente al hecho de que la obra La sección cuarta me interesa ·nomás también e bo zarla.
filosófica se realiza plenamente cuando hay recepción crítica. Si ', Para qué e piensa finalmente? Se piensa para transformar la
no la hay, ahí se queda. Lamentablemente nuestra vida intelec- r ·a lidad. Se ansía conocer la realidad para transformarla . s lo
tual se ha caracterizado por la ignorancia de lo que se produce ¡ue d cía Marcuse, se piensa por necesidad . Lo que m e preocu-
1 a e que esto suena demasiado - por lo menos en una prim ra
en el cubículo de al lado· eso lo sabemos todos. Entre leer lo que
escribe el colega de junto criticarlo y permitirle que modifique lo aproximación en este itinerario que e toy reseñando- . a la tesi
que está haciendo y ponerse a leer el último grito de algo que nce de Marx sobre Feuerbach; no ba ta con interpr tar la rea-
1idad, sino que hay que transformarla. Pero, no está pensado
apareció no sé dónde y que se dice que hay que leer siempre se
decanta por este último. ¿Será una especie de actitud malinchista to desde el marco de la tesi once de Marx obre Feuerbach y
congénita, según la cual cualquier cosa que venga de afuera es a mí me gu taría que no se pen ara de de ahí. ¿Por qué? No por
mejor que lo que se produce aquí? Si no hay esta culminación miedo a ser tachado de marxi sta no por miedo a que e caiga mi
crítica, no hay posibilidad de acumulación del conocimiento, no ·1rgumenta ión junto con los ladrillo de l muro del que se hablaba
ta mañana , ino que en toda la reflexión latinoamericani ta de de
hay posibilidad de que la crítica sirva como estímulo para la crea-
los mayas ha ta ahora, lo que e ve es que se pi en a la realidad
tividad. Una crítica que se agota en la crítica no es coherente
para transformarla. Ha estado esta preocupación expresa entre
consigo misma. Su primer entido es autocrítica, para incrementar
nosotros de manera permanente, siempre la preocupación ha sido
la creatividad.
pensar la realidad para transformarla; siempre se ha hecho aquí
iemprc jugando on do 1 mento que son fundamentales. Un
filo ofía por razone prácticas. Por eso incluso se ha descalificado
proce o de m ·taforiza i n uriosí ·imo. La filosofía, sobre todo la
el pensamiento latinoamericano , porque e decía que no había
filo ofia a ad ·1111 ·a, .'ll'mpr ha r pudiado de su seno la metáfora.
una filosofía , que no había una metafísica, que no había una cons-
¿Por qu ~? 1orqm· la ni ·tú f'ora igni fica polisemia y en realidad el
trucción de un sistema básico. Aquí estaban preocupado por
con· ·ptn filo .'Ú f1 ·o l '. 1111 ·oncepto que se pretende unívoco. Cuan- hacer revoluciones de la Independencia , se requería filo ' O fí a;
do di 'º nll'sa, todo ·l 11111nd tiene que pensar mesa, no puede pen- estaban preocupados por hacer constituciones, por inventar nu -
ar altank lo · a ·11l1e 1os , t icn que pensar mesa, ¿sí? Resulta que vos- países, había que hacer filosofía; estaban preocupados ·n
si se ra strrnn lo. d1 r t11 ·os fectivamente habidos de filosofía, inventar ciudadanos para esos nuevos países y había qu · ha · ·r
lo que abunda d · man ·r a abrumadora son metáforas, hasta abu- el sistema educativo , había que hacer filosofía. Sicmpu: la filo -
so de metáfora: . l•n1011 T .' , ¡,qué hacemos con las metáforas? sofía fue filosofía práctica, filosofía de la educación , filo o lfo d ·
Nada más lo plant u, 1 q111l·r ·n después con tiempo en el debate la política, filosofía del arte, etcétera.
t4 45

- -- - - - - - - - - - - - - - - - - - .- - -- - - - - - - · - - - - - - - - - - - - - -- - -..................
, ,....__,______,_ _,.,._ , _ _ __ __¡
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGiA LATINOAMERICANA?

Es lo que podría expresar en una visión panorámica y a vuelo


de pájaro con al ánimo de haberles aportado algo y de recibir sus
preguntas . He tratado desde una filosofía reconceptualizada de
reconceptualizar epistemológicamente a las ciencias sociales y
viceversa. La realidad así lo exige. ¡Muchas gracias!

CULTURA, VALORES ÉTICOS Y


MODERNIDAD. HACIA UNA ETICIDAD
LATINOAMERICANA
FRAN O PIÑÓN
Universidad Autónoma Metropolitana, lztapa lapa

J . Nuestra " modernidad", hoy, tiene mezc la de mucho materia-


l · culturales. No es, ni puede ser interpretada en una ola dimen-
1ón. Vivimos en un mundo viejo. Todos somos contemporáneos
d todas las culturas. Somos hijos de griegos, como de Mesopotamia,
11 igual que herederos de las antiguas culturas de América. En no-
otros confluyen ya por lo menos a manera de reto, los acentos de
la racionalidad y de la tecnociencia del occidente europeo, como
lns " intuiciones" y los "va lores" de esas culturas que no tienen
rn el paradi gma del método científico la medida de u " huma-
111 mos". Por lo mismo una Filosojla de la cultura no es sinó-
11imo, sin anotar las di fe rencias , de una general Filosofia del
hombre o, en términos de E. Cassirer, de una antropología .fi-
losófica. La condición humana, término tan querido por los
1 Il ósofos existencial istas , no es la misma en todos los humanos.
Ni siquiera en la angustia o en la muerte. Epicteto .\'('11/Íu la s

46 47
¿E X IST E UN A EPIST EMOLOGÍ A LATINOAM ERI CANA ? C ULTU RA , VALOR ES ÉTI COS Y MODERNIDAD .. .

cadenas , aunque éstas no le impedían "hermanar" ciertas esfe- • 1ún diferencia , sueño y utopía, mitos y realidad . No podemos
ras con la filosofía de Marco Aurelio. Las crisis , inclusive, no q11 • larnos en una filosofía de la cultura en los límites de
son las mismas. Nuestra sensación de ausencia de valores , y .¡> ·ncer, como si La decadencia de Occidente fuese al mismo
cierta decadencia en nuestra contemporaneidad, no tiene los 1 rnpo , la decadencia de toda cultura humana. En todo caso , la

mismos escenarios ni las mismas formas mentales con los que till ura que " moría", o que Spengler o Toybee señalaban como
Dante, en su Proemio general a La di vina coniedia , diagnosti- 11!· ·::i dente , no era todo lo que se podía considerar como "cultura
caba las crisis medievales, sobre todo cuando se preguntaba en ti · ccidente", sino, tal vez, sólo aquella cuya racionalidad se
dónde y por qué la humanidad había perdido el rumbo . En ti em- 1.I ·nhfi caba con los solos derechos de la " ra zón ", o con el eter-
pos del medioevo , se sentía - y vivía- en una sensación de " co- 1111 ·ontinuum galileano , pero sin el espíritu con qu e G . Bruno
munidad" . Era la "cristiandad'', que proporcionaba " ignifica- 111 • ·ndiaba el Cosmos. Acordémonos que Webe r pudo describir
dos" y "seguridad" al habitante de los fe udos tanto como con- 1111 mundo desencantado porque descubrió que el hombre había
flictos y litigios entre trono y altar , y controvers ia s de compe- pnd ido e l sentido del mis terio. se mundo qu e ya, de de el
tencia entre las do s espadas. Pero la modernidad rompe la quie- 1 ilo XVII , y parte del XVIII , era el ordo naturae y código d la
tud de todos los esquemas: el Dios viejo del antiguo cri tiani smo 11 1/ura leza , pe ro cuya norma y criterio ya no e ra la natura
empieza a dejar vacíos los cielos de Bruno de Schellin g mi en- 11 1/urans de Ja filoso fía medieval que por lo m e nos e in spiraba
tra s H egel comenzaba a llenar de nu evos contenidos la idea ya ' ll la Phron esis gri ega sino en lo s números fig uras y movi-
mil e naria , de divinizar al hombre. Mi entra Galil eo fra c turab a la Jlli ntos del racionalismo cartes iano y la mecá nica a unqu e re-
fí s ica y la filosofía ari stotélico-tomi sta, que pr suponí a un a vi- ·sti da de p as iones, de la filosofía de Hobbes. E e mundo des-
sión unitaria del Universo, en términos religioso-cósmico en el 1•11 ·an tado era , ci ertamente, el mundo del hombre el que nos
campo de la política se comenzaba a quebrantar, tambi én, la nada d · cubrió Maquiave lo , in mi terios, el de pura " fu er zas:', por-
idílica concepción de un fides , una communitas, una potes tas, q 11 'ya empezaba a ser pose ído por una cie ncia ra c ional y técni-
remembranza de la vieja Pax Romana. 1•:1, que intentaba de splazar al logos griego y e n v z d paraíso
Desde el principio de la modernidad, con el nacimi e nto de 1· 11 el má allá, ofrecía efectividad, utilidad , utilita rismo o, in-
los nuevos "humanismos" y el "ensanchamiento" de nueva s ti e- l'lu ive libertad en el aquí y ahora. La eticidad grecolatina e
rras y nuevas "culturas", empezamos a notar, al mismo ti empo , 1usnaturalista , de un Platón, de un Cicerón, de un Aquino, venía
nuestras diferencias. Era ya el principio de esa mirada secular 1 : r suplantada por la ética del hombre nuevo , de un J. Stuart

con la que el hombre se veía a sí mismo y con la cual , tambi én , Mill, un A . Smith o un Bentham . Sabemos, por otra parte , que
detectaba que el mundo ya no podía gobernarse , como dij era \' Sa "cultura" - admirable en muchos de sus rubros y, por lo de-
Guicciardini , " a base de padre nuestro ".Tal vez Dante intuyó, más con tintes humanísticos y revolucionarios también incluía o
ya desde aquella época, el principio de nuestro drama moderno: · prestó - según la interpretación de H e idegger y Marcuse , y
el no saber compaginar nuestras di fcrcncias. intes de Kierkeggard-, una cultura del domin io y del pod ·r
Una filo sofía de la cultura, por lo tanto, exigiría una lectura ro mo instrumentum mortis . Evidentemente fue una cultura qUl'
no monolítica, no una metafísica abstracta, fija , como si el ser no no tuvo en cuenta las "razones" de Pascal , la "persona nwru I"
fuera , esencialmente, un devenir qu e es vivencia determina- d ·Kant, la "eticidad" de Hegel, la "subjetividad" de Ki crk mi ,

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- - - - - - ---11111111111ü111111111u11u1wutW1mu11m111m11111111111111111111111illllllllllllllllllllllllllllllJJJNllllüllllüllülllllllllllllltHHlll'WMMMMM*'"" 1' 11111 UUWWWutUIJllUJIWWllllWUJlllllllll-lllllll


¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? CULTURA, V A LOR ES ÉTICOS Y MODERNIDAD ...

la dimensión del arte y de lo infinito de los románticos Schlegel, d ·l liberalismo decimonónico. Es también eso, pero incluyendo,
Goethe o Novalis. 1d ·más, todo lo que el hegeliano-vasconceliano espíritu ha ma-
Hoy tendríamos que propugnar una filosofía de la cultura que 11 il · tado en las razas y pueblos de América.
tenga en cuenta lo universal y lo particular, lo fáctico, lo Por otro lado, la clásica definición de E. B. Tylor, en su obra
fenomenológico , lo que está ahí en el mundo y se me aparece, ' '1iltura primitiva, al identificar cultura con civilización , orilló
en los términos de Dilthey, de Husserl, de Scheler, de Heidegger. 1 1111a formación mental en donde cultura era simplemente sinó-

No una filosofía que encierre una sola definición de hombre, de 111 rn de antropología o sociología, pero quedando relegada,
cultura, de civilización, de humanismo, sino abierta a la "civiliza- tl1n en su rico relativismo, a una teoría de los valores éticos. 1 Un
ción de lo universal". Una cultura que no justifique todo lo mun- 1 u111tismo, pues, antropológico. De la misma manera que por la

dano por ser racional-real en el sentido hegeliano de dejar que 1i' 11 xión de un Hobbes o un Hume, se iniciaba una "filosofía"
"aúllen los lobos", porque podemos caer en la fórmula de Spinoza q11 ' pretendía ser tan solo ciencia, sin un sistema de valores , a
del non ridere, non lugere, neque detestari (no llorar, no mal- 110 er los que aparecían en los puros "conceptos" del lenguaje.
decir, sino comprender), porque entonces nuestra cultura será No es extraño por consiguiente, que esta clase de "cultura" la
eminentemente positivista, a una sola dimensión, sin más ídolos de quantums y paralelogramos, haya iniciado un proceso de
que los de la racionalidad tecnocrática. 1· 1 ·ionalización en donde Weber radicaba - y exphcaba- la crea-
Hoy, es cierto, asistimos a la identificación, en el ámbito de las r 1ón de una parte de la cultura de Occidente. 2 Los "encadena-
relaciones internacionales, entre cultura y civilización. Pero no 111i ntos de circunstancias" de los que Weber hablaba y que han
debemos olvidar que Cultura occidental no es solamente informa- lrnido una "dirección evo lutiva de alcance y validez universa-
ción, dominio de la técnica, imperio del hombre sobre la naturaleza, l ·s", no creo que agoten otras manifestaciones éticas más pro-
eficiencia en la administración, globalización de la economía ino 1'11ndas. Sobre todo aquellas que no pasan por la conciencia de
que también, el término cultura hereda la tradición griega de r a ional ización, de administración burocrática, de organización
paideia la cultura animi ciceroniana la racionalidad del bonus ficiencia instrumental. 3 El saber científico nunca será ex-
vir y del bien común de la filosofía tomista, los "ideales" de la l'lusivo del saber racional. Si la tecn.o-ciencia no abe de los
Human.ista.s de los renacentistas o el concepto de formación mitos que todavía pueden re-crear la naturaleza la intuición
humana en e l sentido de progreso de un Bacon, Puffendorf, 111ilenaria de los pueblos podría, una vez más, volver a recordar
Leibniz o Kant. Tradición europea que es, también, Renacenti ta que el horno faber se alimenta , también, de libros de caballería,
y parte, al mismo tiempo, de esa Racionalidad ilustrada que, que el horno oeconomicus podría echar mano, si hubiera en-
en este aspecto, no puede ser encerrada en los marcos de la 1 ·ndido una cultura integral , de los sentimientos naturales de
decadencia de la filosofía de la historia de Spengler o en los un Adam Smith o de los valores ético-religiosos, esos que, pos-
tintes del pesimismo de Adorno o Horkheimer. Cultura, ade- t •rigrmente, fueron liquidados por el hedonismo materialista,
más, que en tierras americana no es olamente los "experimen-
tos" de Europa, al decir de ' ,orman, ni tan sólo los transplantes
1
Tylor E. B. ult11ra primitiva, 2 vols., Ayuso, Madrid , 1981.
de la escolástica, ni el cr ,do secular de las revoluciones
' Weber M. Ensay os sobre sociología de la religión, t. 11, Tauru , M1ul111I , ·1 11M1
jacobinas, ni el concepto u 'democracia" del Estado-Nación ' l labermas, Teoría de la acción comunicativa l., Taurus. Madrid, 14'K /•

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¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? CULTURA, VALOR ES ÉTICOS Y MODERNIDAD . ..

gún Weber, del capitalismo de la segunda revolución industrial. 1111 ' blos que sueñan "un mundo donde quepan muchos mundos"
Cierto: si bien la cultura de occidente europeo nos ha dado la ' ·11 donde el mandar sea un obedecer, y en donde las razones
conciencia de los derechos de la razón y su autonomía. en d ·I orazón no pretendan medirse con los paradigmas de una
sentido laico y secular, también ha producido sus límites y su 1 1 ·i nalidad cartesiana-hobsiana.

condición trágica. Tal vez por eso asistimos a una alienación Tenemos que combatir esa modernidad que, en nombre de
planetaria, aun en medio de nuestra racionalidad tecnocrática, l 1 ·i ntificidad, nos orilla, una vez más , al dominio del capital.
siguiendo la línea interpretativa de Heidegger y Marcuse, en donde 1 o ' personajes de Madame La Ter~ y Monsieur Le Capital
la vida, en muchas de sus facetas , se nos revela sin sentido o en 1111 s n los personajes, tan sólo , de los Grundrisse del siglo pasa-
una racional-irracionalidad. 4 d11 , ino de esa moderna Stoa griega de los organismos interna-
Por consiguiente deberemos luchar por una filosofía de la ' males que combina mercadeo e ideología, mercancías y diálo-
cultura que no se encierre en el Destino manifiesto de aquello )'OS científicos, altar de dioses y foros democráticos en una
que , como Thomas Jefferson , en 1786, intentaban una "confe- 1 (('ionalidad instrumental que es el nuevo dios moloch de lo
deración" , con dominio anglo-sajón, para "toda América" 5 11 ·mpos modernos. Cuidémonos de importar a los pueblos ubal-
como aquellos políticos norteamericanos que , en 1848, pen aba 11111 so a las periferias esos "compendios sin sentido" o "fetiches
y ejercían políticas de ocupación, soñando un canal e 1 qm pletos" con los que Marx designaba la adoración del capital7
Tehuantepec que fuese "prolongación del Misisipi" y que forma- que es el maquillaje con el cual se reviste el espíritu moderno
se "un gran lago americano". 6 Hoy no nos podemos permitir una d · " progreso" de globalización de transculturación , pero que
cultura de una sola fides, de una sola Nación, de una ol ni ida que no son sino otros "becerros de oro" de la cultura mo-
potestas , al estilo de las tres instituciones de Justiniano. Ni si- ti ·rn a .
quiera la "idea" del moderno Estado-Nación, cuando éste s 2. Pero , ahora, qué decir de nuestra culturas americana ,
encierra exclusivamente en los derechos naturales de los in ol re todo aquellas que empezaron a fundirse a partir de la
dividuos , marginando - o a veces suprimiendo- los derecho ''011quista y que tienen ingredientes culturales en donde la "mo-
sociales o colectivos de los pueblos originarios, esos que , ta d Tnidad" o no ha llegado en plenitud o se ha falseado en expe-
vez, no supieron de llíadas o de Odiseas, ni de efectivida 1 rm entos alienantes del espíritu de los pueblos en aras de mode-

maquiaveliana o verificabilidad comtiana , ni de una ética mor los que arrancan de las revoluciones industriales. Qué decir de
geometrico-mathematico demonstrata, pero sí tuvieron - 1· n simbiosis extrañas y variadas , pletóricas de mitos y
todavia lo gozan- el sentido de "comunidad" de sohdarida rrnbologías, porque en ellas laten infinidad de tradiciones que no
efectiva , de raigambre a una tierra y a unas tradiciones. Eso p11 den morir por el magister dixit de las políticas globales y
q11 todavía sobreviven a pesar del intento de alineamiento cul-
l11r ll de quienes quisieran que el mundo no fuese sino una gran
~ ldem . 1ldea dirigida por aquellas potencias que siguen emulando 1
5 Koc k y Peden , The life and S<>h•t'fl'fl Writing s of Th . Jefferson , N.Y., 1994, p.
3 91.
6 Re ve l-Mouro z, Aprovechamit'llfO )' ·olonización del trópico húm edo mex ica

no, FE., México, 1980, p . 114 M:irx K. Sto rie del/e teorie economiche, v. 111, Einaudi, Torinn , 11.1 71,
,,
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¿EXISTE UNA EPIST EMOLOGÍA LATINOAMERI ANA? CULTURA, VALORES ÉTICOS Y MODERNIDAD . . .

Leviathán de Hobbes. Qué decir de esas culturas en donde 11111 v ' nir, porque tiene el peligro de mirarse a sí misma en su
sueño y la utopía no pueden, ciertamente, desterrar a la mode I'' 11 pi espejo. Como la ciencia moderna, según Heidegger, que
nidad - ni deberían hacerlo- pero, igualmente, no se resignan 1111 11 ne al mundo como imagen , sino a si misma en sus real iza-
que esa modernidad arrase sus "visiones del mundo" , el mod 11111 ad infinitum.
en que ellas entienden la naturaleza y la manera en que siente Nuestros procesos de planificación cultural , en nuestra
y viven su convivencia y la manifiestan en ritos y costumbre • 11111 mporaneidad, deberían tener en cuenta un profundo senti-
que no están contemplados, formalmente , en los marcos de 1 ,¡,, his tórico. Saber , por ejemplo ,. que no existen culturas
jurisprudencia occidental. Cuál será la norma de moralidad par lu/ ricias, sino sólo en transición. Que sus interpolaciones y
enjuiciar y valorar unas culturas que no supieron del Discurs 11¡ •1posiciones son pasajeras , mientras van madurando y per-
del método de Descartes, ni del utilitarismo de Benthan 11 l.1ndo nuevos rostros culturales. Los hijos, ya desde San Agustín.
J. Stuart Mill, ni del juego de los mercados de La mano invis' 111 1 ' an, es cierto , a los padres; pero éstos son empujados y , a
ble de Adam Smith, pero tampoco de un concepto de Na 1 r ' , sacados de la escena por los primeros. Pero nunca por

ción , estilo Locke o Montesquieu, en donde el centro es d1 ·r to. Los ritos, los mitos y las costumbres, no sólo conforma-
individuo - y se ensancha su libertad- y no se valora , suficien 11111 l "material" de la filosofía sino que son el hábitat y el
temente, la tradición comunitaria. nda dero "hogar" el que da seguridad y significado a e e
Creemos que ante estos interrogantes no tenemos respues 1 1¡ 1 raño animal que no puede ser encerrado e n la pura

tas integrales. Menos en filosofía. La mirada, en todo caso, 1 llll' ·a nicidad. El hombre para poder vivir necesita re-crear la natu-

tenemos que dirigir a la historia. Tal vez en ella, como lo pensar 1 ti ·za. Saber que más allá del número y la medida exi te - puede
Ortega y Gasset, encontremos las inspiraciones para no caer e 1 1stir- la intuición, la eticidad el sueño y la utopía. De ahí la nece-

la irracionalidad o en la desesperanza. Acordémonos de los grie 1 lad de volver a los valore de la historia .
gos: su gran literatura llegó después de la tragedia. Precisamente, por la necesidad de que la modernidad no pi rd a
Tal vez la mejor respuesta será profundizar en la pregunta 1·1 sentido de la historia es conveniente reflexionar en nue tra
Plantearla como cuestión, como problema , como algo que n 'ida americana. orno naciones, es cierto, somos jóvenes en 1
se puede resolver con ecuaciones inmediatistas de proyectos cultu 1· • nario mundial. Pero no somos diáspora no estamo en or-

rales que tienden, al fin de cuentas, a uniformar, a sacrilizar 1 l 111dad cultural. Nuestras tradiciones ya estaban antes de qu
forma de racionalidad euro-centri ta y que, por lo mismo, en la praxis 111ra "civilizaciones" llegaran a enseñarnos la técnica de la ra -
eliminan esas ricas diferencias u/tura/es que una mentalida <in de estado o los conflictos y contubernios entre trono y al-
jurídica cerrada no puede detectar . N olvidemos que la !ex si """ o la racionalidad de la administración de la civitas Dei.
espíritu mata e impide el libre e rrcr de los veneros de la histo l loy como en tiempos de Renacimiento , nada de lo humano
ria: los que trastocaron, con sus mi smos materiales , un templ nos puede ser ajeno. No podemos construir el hombre univer-
pagano en la catedral cristiana , los que hicieron posible 1 w l , pero sí aprovechar los valores de una universalidad que es
metamorfosis de la isonomía 1 ricga y subjetividad escolástic pr piamente tal , porque se ha sabido nutrir de las particulari-
en la secular doctrina de los d r ':J chos del hombre y del ciuda tlodes culturales. La cultura que no se renueva está cond nada
dano. La mejor "cultura", hoy, no es aquella que tan sólo ve e 1 morir en el anquilosamiento , como el agua o como el árbol .

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C ULT URA, VALOR ES ÉTICOS Y MOD ERNIDAD . ..
¿EXISTE UNA EPIST EMOLOGÍA LATINOAMERI CANA?

Los pueblos, como los individuos , necesitan los cambios y las Hoy, más que nunca, necesitamos una nueva epistemología
novedades para no caer en el adocenamiento o en el aburrimien P ra América Latina. Fenomenológicamente integral , en sentido
to espiritual. Las manos necesitan cambiar de espíritu para qu d Husserl , con esa "hambre de realidad" de volver "a las cosas
puedan producir otros cuadros de Rafael o Leonardo. Y la mis· 111 i mas" (zu den Sachen selbst) , a esa historia hegelianamente

ma técnica necesita de otras intuiciones para no ser solament ·ntendida, que integra arte, religión y filo sofia , en una dialéctica
una simple máquina manejada por unos hombres que son, as d ujeto-objeto , que no deja aislados a los sujetos creadores , ni
vez, también simples máquinas. ·' la sola razón como única norma de verdad; pero también , al
Nuestra modernidad necesita la savia de nuestras antigua 1n i mo tiempo no se cae en un empirismo craso en donde el
tradiciones. Se supone de aquellas que pasen la mirada crític li mbre se convierte en un mero espectador de las fit erzas del
de lo mejor de nuestra racionalidad ética, científica, humanística 1mmdo o en el hermeneuta que solamente " interpreta" su mundo
Inclusive , los grandes valores de nuestra cultura occidental , e 1 ·ro no se decide ni siqui era por una sola vez, a maldecirlo.

su literatura y filosofía , no se pueden perder en una "moderniza 11 y, ciertamente, estamos más propensos a no ilusionarno con
ción" mal entendida. Detrás de todos los océanos y tradicione los espejismos de los positivismos pero no podemos afirmar que
1 ·tamos fuera de l peligro de ese "espíritu" positi vi ta qu e e
si empre habrá un lugar que nos recuerde el valor de la utopía
nos evite caer en los marasmos de una racionalidad purament ll nma el encantamiento de la tecno-ciencia . No sólo esa ' organi-
tecnologizante. Nuestro mundo moderno necesita estar dispues ' ' ·ión tecno-e structural " que nos encierra en permanentes cír-
1 111 s concéntricos, de la que hablaba J. Kenneth Galbraith , sino ,
to a 'entender" otros " lenguajes" , otros " significados" , para ha
11 in bi én , e o s le via than es de la mod ernidad ci e ntifici ta
cer revivir sus humanismos.
Por lo pronto , nuestra eticidad latinoamericana , dentro d 111· lonista y globali zadora , ante los cuale el L viathan de H bbe
los parámetros de una filosofía de la cultura , no pu ede s p.t lidecerí a porque és te , mínimo , sería con trolado por u p_a-
sino histórico-filosófica , es decir , recoger - y sinteti zar- 1 '10 11 es .
heredad de todos los filones culturales del pasado , europeo Tal vez por eso hasta por la pérdida del sentido d l misterio
americano, de todos los signos, con todas sus "visiones de l m u d 1 encantamiento del mundo , en palabra s de W eber nece i-
do", aun aquellas que se esconden tras losfundamentalismos l 1111 s una nueva p a ideia y por consigui e nte, una nu e va
los integralismos; que de ellas , también, se pueden originar 1 ¡1i.,·tenwlog ía . Tal vez una vez má , una re-creac ión d la no-
enseñanzas de la magistra vitae . Inclusive de los nacionali 1lcza de los tiempos heroicos de Homero de la sug tiva vida
mos esos egoísmos en gran esca la , podemos aprender a disti 11npesina de los trabajos y los dias de Hes íodo , la admira-
' . 10 11 de una tierra para labrar y modelar de lo vi ejos e critores
guir el oropel de la prosa políti ca, aquella que sólo persigue
dominio y el poder tras la fachada d republicanismo democrá to manos De re iustica , como Catón y Verrón que combinaban
co y aquel fondo de identidad 11a ·ional, expresado en tradicion tt· n ia y cotidianidad y que por algo serán admirados por Virgilio.
culturales, por donde circulan los ') thos de los pueblos, esos que l 11 cz convenga recordar que la racionalidad aquella que nació
se pueden enclaustrar en lo molde jurídicos de una "razón de E n lr los siglos XV y XVII no fu e sólo una dimensión. También
tado" que ya hace mucho ticmp olvidó la maquiavehana lectura 111aba de la intuición de G. Bruno en su s infinitos mundo.~·
cambiar cuando las circunstcm ias y los tiempos lo demandan. infinitas "diferencias". Y Leonardo , uno de los priml'-

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¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? CULTURA, VALORES ETICOS Y MODERNIDAD . . .

ros enamorados de la experiencia, y cien años antes de Galileo 11 1 • nte preguntarnos, es cierto, cómo y en dónde hemos naci-
al damos el concepto moderno de ciencia, ¿no enlazaba cienci lo , qué dioses nos cobijaron, para fundamentar nuestra identi-
y fantasía, porque "la naturaleza, observa, está plagada de infi 1/ / I pero, también, preguntarnos el porqué y el cómo no han
nitas razones que jamás se han encontrado en la experiencia" 1lorecido los árboles europeos de la centralidad del hombre, de
Evidentemente, no toda modernidad la debemos encerrar e l.1 lignidad de la persona, de la eticidad política comunitaria.
paralelogramos cuantitativistas, ni toda racionalidad en los H I•: decir, ¿por qué se nos ha olvidado la lección política de un
mi tes de la Razón pura. Debemos importar, también, para nue 1'1 · della Mirandola, de un Kant, de .un Hegel? ¿Será que los
tro continente , no sólo lo mejor de la cultura científica de la tr 'ra c ionalismos" se han llevado mejor con los centauro del po-
dición anglo-sajona, incluyendo los ideales del hombre nuev d 'f' y los "positivismos" con una tecno-ciencia que alimenta los
con un pragmatismo renovado que no castre la fantasía o mutil 11¡rr s económicos globalizadores, pero que deja al individuo, solo
la utopía, sino, al mismo tiempo, abrir para nuestros horizontes v 1 snudo, frente a la maquinaria de la moderna administración?
gran tradición ética de la latinidad, esa que, al heredar el pens Por lo tanto , nuestra "modernidad" latinoamericana , e a
miento griego, unía Cosmos y hominidad, logos y mundo fí.sico, q11 aprendió a "aullar entre lobos" , y no sólo la del "hi rro y
concomitantemente no separaba política y virtudes éticas. 1 1 acero" de nuestras revoluciones, tiene mucho que apren-
3. Sabemos que por La Conquista, en el siglo XVI, nos en
d ·r todavía , de las viejas utopías, de los antiguos mitos , de
una modernidad preferentemente militar, sin los aires, inclusiv
l11 s por algunos llamados "decadentes" relatos, pero que para
de la clasicidad del arma et litterae del humanismo renacentis
111u hos individuos ofrecen sentido a la existencia y empujan,
pero sin excluirlo. Pero, también, es cierto, que no debemos olv
1 01110 ya lo decía Sorel, a la lucha por la vida en una historia que
dar los ideales de los mejores humanismos del Renacimient
ll 1 perdido, en buena medida, el vértigo por la aventura de la
italiano y español, aquel que consideraba la civitas hominis co
l1h rtad y de la dignidad. Tal vez por eso, nuestra filosofja - y
la obra del hombre, como artífice, como creador, como sujet
1111' tra ciencia política- debe volver, una vez más a la historia
abierto a todos los mares y, por lo tanto, a todas las culturas.
a la literatura: a esas experiencias y a esas savias con las
ayer Europa necesitó la gesta colombina para seguir respirand
11ales el hombre puede, además de interpretar un mundo, in-
tal vez hoy , en la contemporaneidad, Latinoamérica necesi
1t·11tar cambiarlo.
volver a sus propias raíces culturales: aquellas en donde el esp
ritu se exprese por sus pueblos, por sus razas, por sus "difere Por lo anterior, tal vez nos haga falta , para enriquecer nues-
cías", aun por el color de la piel, por los símbolos y ritos de lta s epistemologías , esos Cantos de vida y esperanzas con los
religiosidad, por la diferente manera de concebir y vivir la dem q11' nuestro Rubén Darío trataba de animar y vivificar nuestra
cracia. Éste, ciertamente, será el gran tema del futuro inmedi mérica. Esa América que era la de Roosvelt la de la técnica,
to. Los vientos del sur - y no sólo los del sur- lo anuncian. l 1 qu~ , según el poeta, se oponía a Tolstoi , aquella que tenía ver-
Pero para no caer en fundamentalismos , nuest os de Walt Whitman , algo de Washington y mucho de Alejan-
epistemología, convertida en paideia, y anclada en la mode lto-Nabucodonosor. Pero que, al mismo tiempo, le cantaba a
dad , no puede encerrarse en una sola tradición cultural. Por fo a otra América invadida y saqueada, aquella que, según us .
tuna, hoy la historia ya no es inocente, ni lineal, ni dicotómica. ilabras, era la "América ingenua, la que tiene sangre indígena ,

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¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? C ULTU RA, VALORES ÉT ICOS Y MODERNIDAD . ..

que aún reza a Jesucristo y aún habla español". 8 Según el poet 11 l 1 íiloso fía hegeliana y, por lo tanto , hay tantos espíritus pu-
a la América de la técnica, esa que cuando se estremece hay 1111111 1 cuantos pueblos se expresan por sus razas. Sabemos,
los otros países "un hondo temblor que pasa por las vértebr d1 111 ú ·, que perviven, inclusive en el Dios del cristianismo, las
enormes de los andes", a esa América que junta "el culto 11 111111i cencias de los Tlamatinime, aquellos sacerdotes aztecas

Hércules y el culto a Mammón", le faltaba aún teniéndolo tod p11 , ante La Conquista, creyeron , una vez, que sus dioses habían
el sentido profundo de la divinidad. 9 Creo que Rubén Darío ten 1111n·1l . Pero en contra de la "modernización", Latinoamérica no
razón, la América, la hispano-africano-portuguesa, siempre 1111 p ·rdido ni todo su encanto, ni todo su misterio.
tenido otra racionalidad-pasionalidad. No solamente 1 I' l r otra parte, ninguna epistemología, ni ontología, ha sido
instrumental-cientista, la que la ciencia moderna aprisiona en cá pin· ida relación entre sujeto-objeto, entre su~jetividad y mun-
culos y medidas y que tiene al mundo como imagen, sino tambi 111 • terno. Menos en Latinoamérica. Aquí , en tierras america-

la pascaliana y la roussoniana, la que todavía no sabe del organo 1111 ., la filosofía no ha podido ser ni pura lógica , ni puraflloso-
aristotelicom, ni del problema de los universales , ni de la razó 1 ,, <'i ncia. Tal vez porque no hemos tenido, en el horizonte
de Estado, la decadencia de Occidente o la muerte de Dio 1 1dl11ral, ni el desnudo fa-tum de los griegos , encerrado en su

Rubén Darío le cantaba a esa otra América, Ja que , tal vez, no , f1 •r 11 0 retorno , ni la enigmática Diosa Fortuna de los latinos ,
sabido suficientemente de la racionalidad anglo-sajona, pero qu 11q11 ·lla que incitaba a la osadía (vis) del vir-principe, propi-
según el poeta, "tiembla de huracanes y vive de amor", simpleme 1 1 111 o acciones heroicas. Aquí , Ja filosofía , que siempre 1lega

te porque "vibra y es hija del sol". Sabemos que, por las crisis q t.11 1· al decir de Hegel , no tiene prisa por llegar. Pareci era que
corren y por los poderes ahenantes del imperio, que sienta sus re 1 1mos, como en Grecia la época de la infancia histórica, aun-
les en la propia casa, Rubén Darío pudo haber tenido razón cuan '111 · ~ ta, ciertamente, en medio de la espada o el desgarramiento.
exclamaba: "Hay mil cachorros sueltos del León espafiol. Se nec q1tÍ la filosofía nunca ha sido, a no ser por breve espacio en la
sitaría, Roosvelt, ser por Dios mismo, el Riflero terrible y el fue e ol nía, una mera ancilla theologiae , ni mera consolación
cazador, para poder tenemos en vuestras férreas garras. Pues q hn ·siana. Por algo aquí nació esa reflexión crítica de la historia
contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!". 1 º p1 · e llama la teología de la liberación. Ahí radica, por lo
Es cierto. Nos consta por nuestra historia latinoamericana: 11nt , la relación entre epistemología e historia: en esta capa-
"Dios" de la América, allende el Bravo, no es, o no ha sid ulad que tengamos de entender, de aprehender, de intuir la rea-
precisamente, el Dios de Newton, todo causalidad, o el d /te/ad plural de las culturas latinoamericanas. En busca de una
Voltaire , pleno de racionalidad, ni tan ólo, el Deus sive Natur , 111 sis en que convivan las "diferencias", se basa, a mi enten-
de la filosofía de Spinoza. Latinoamérica no ha asesinado a su tln, la nueva epistemología que debemos afrontar. Epistemología
dioses, según el reclamo de Ni tzchc. Pareciera, más bien , qu q11 · no es el simple conocimiento, como génesis o como técni-
sus dioses lo constituyen, prefcrcnt ·mente, los innumerables geis ' 11, ino que, trascendiendo las formas o categorías simbólicas ,
1111 hte aprehender las grandes "lecciones" de la historia. Estu
ná, también , la nueva eticidad. El mundo de lt>s valore s 1
8 Darío Rubén , Azul, El Salmo d<• 111 pluma . rmtos d e vida y esperan z a y otro ·nt ndido , no será medido , exclusivamente, con los parám tro
poemns, Porrúa, México, 1990 p . 1'1
9 ldem, p. 124 . ti· la racionalidad de la cultura de Occidente, sino tlll •• 11
10 /dem . 111 iéndola, confrontándola y heredándola, según el caso, 1 llll lo

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¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGiA LATINOAMERICA A?

de valores estará nutrido con los diferentes ethos que conform


las disímbolas culturas latinoamericanas. La ética, por consiguie
te, no será una disciplina extraña a la epistemología, porque és
estará nutrida por la historia. Hegel, Dilthey, Scheler, y Grams
juntos, en una simbiosis que la realidad latinoamericana exigiría
contra de una modernidad que ya a partir de Hobbes, pretendí
enarbolar una filosofia meramente fisicalista. Eticidad, además,
donde Kant está siempre presente, desde el momento que se pon
como fundamento el reconocimiento del valor del individuo com
persona moral, sujeto y norma de una ética racional. Ética, por 1
demás, que no se mide, evidentemente, con los métodos científico
ni su "racionalidad" se agota en los solos "juegos del lenguaje" , o
limita o fundamenta, solamente, en los simples diálogos o canse
LA EPISTEMIOLOGÍA FRENTE AL
sos. Acordémonos que la razón, a lo largo de la historia, tambi' RECONOCIMIENTO DEL
ha sido un instrumentum mortis. Por algo la diosa Diké, ya des
los tiempos de los mitos griegos, siempre ha combatido a los etem
CONOCIMIENTO EN LAS
trasimacos. CIENCIAS NATURALES
Eticidad, finalmente, que unída a una epistemología histórica exi
retomar - e incluir- el sentido, y la dirección, de una ética comunl ALBERTO P REIRA ORONA
taria , que rebasa y trasciende el individualismo liberal, que no Universidad de Quintava Roo
detiene en la identificación del Estado con la Nación . Sobre tod
una ética comunitaria, que incita al estudio y valoración de 1
culturas populares: porque en éstas, y por éstas, circulan las ve
<laderas tramas de la vida de los pueblos y porque en ellas se ere
1~.1 ,presente documento pretende ser, más que una mera expo-
ll' l n de elementos de índole técnica un llamado a la reflexión
y se difunden los auténticos lazos de identidad, de solidaridad, 11 torno a una problemática que, por su naturaleza es de
decir, de nación . tn ·umbencia generalizada a todas las área del saber humano
Un Estado, hoy, independientemente de la forma de gobiem
110 solamente de las mal llamadas Ciencias Naturales. '
que ostente, no puede pretender una homogeneidad cultural, 1
1 ~ 1 reconocimiento del conocimiento es uno de los problemas
neal y monolítica. La realidad histórico-cultural, la que vivencialmen
l11ndamentales tanto en la Psicología como en la Administración
se gesta en los pueblos, terminará al fin de cuentas, por resquebr
1k la investigación , la Epistemología o la educación. Sin embar-
jar un orden jurídico que fue delineado únicamente por los requ
o , 1problema tiene diferentes versiones y enfoques según s a
rimientos del poder. El Estado de derecho debe aprender una v
•I punto de vista del que lo analiza. En el primero. de los casos,
más, de la filosofía de la cultura.
lo. aspectos interesantes, al igual que para los pedagogos, pu
1kn er los procesos que tienen lugar dentro del cerebro d 1 u to

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¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? LA EPIST EMOLOGÍA FRENTE AL RECONOCIMIENTO ...

para reconocer una información como un elemento que debe s esde el punto de vista de Piaget, 1 hay, de manera inherente
procesado , almacenado e incorporado dentro del cúmulo de datos il 1 roceso de aprendizaje, una cierta incapacidad sucesivamen-
ya existentes en el cerebro, así como los procesos involucrados e 1 • menor conforme se desarrolla el aprendizaje del sujeto para

la generalización o particularización , así como la clasificación 1d ·ntificar los elementos que pueden ser novedosos para él·
ordenación de dichos elementos por parte del sujeto. Por su par 1w'1 logamente las ciencias, el saber humano en general , se en-
te , un administrador se enfocaría sobre los aspectos que tienen 1 11 ·ntran en muchos de sus aspectos aún en la infancia y tanto

que ver con la validación de dicho conocimiento por parte de lo lns individuos como los grupos de trapajo son en muchas ocasio-
sistemas oficiales tanto administrativos como académicos, par 11 ·s incapaces de identificar aquellos elementos que son
la aceptación de dichos elementos como productos de una in 111) dosos en su enfoque o aportación al cuerpo general de co-
ve tigación . 1111 imiento del área en que se mueven.
En las ciencias de la información y en la educación el enfo No obstante que se trata de una situación sumamente común ,
que tendería a buscar o evaluar la capacidad para discernir 1 1 1 1 roblema existe y se agudiza cuando aparejada a esa capaci-
información o elementos realmente relevantes de acuerdo a un d.icl o incapacidad parar conocer el conocimiento va asociada
serie de criterios establecidos dentro de un conjunto mucho má il ¡•Lma de do exigencias sociale (de grupo) sumament comu-
amplio de enunciados en los cuales se encuentra inmerso. 11 ·s ya sea la exig ncia de la aportación novedo a o, n u caso,
El problema planteado en sí mismo, puede entonces er enfo l 1 igencia de lajustificación sobre la novedad de lo hallado por
cado desde diferentes puntos de vista y con diferentes aproxi
1 •rupo o sujeto.
maciones y consecuencias, tanto en el área de lo merament lrn el primer caso tenemos con frecuencia una au encía no-
pragmático como en lo teórico-metodológico e implicar diferente
111 1 de productos ya que la presión acumulada obliga en mu-
recursos epistemológicos en su explicación y para su comprensión
1111 · ocasiones a que elementos realmente novedoso ean d echa-
En aras de la claridad trataré en el presente documento d
dn:, ya que en el proceso de construcción el sujeto e ha ido
omitir en lo posible los ismos que caracterizan muchos de esto
l 11niliarizando con aproximaciones sucesivas al mismo de modo
trabajos, y haré uso de algunas expresiones más o menos flori
111 que no llega a reconocer el momento en que su producción ha
das que espero no quiten al documento parte de su rigor, pero la
11 ·anzado el carácter de novedad y en muchos casos tenemos
cuales espero igualmente sirvan para dar mayor claridad y énf:
111 ' el proceso se hace inmensamente largo sin que haya una
sis a algunos de los puntos que se plantean.
111 oducción aparente por parte del sujeto el cual, por su parte,
El problema del reconocimiento del conocimiento tiene en
ton ces al menos tre vertiente en lo general: la primera qu 1111nca llega a estar convencido de la novedad de su aportación o
afecta de manera fundamental al individuo y al pequeño grup k la relevancia o completez de la misma. Tenemos entonces
de trabajo , se relaciona fundamentalmente con la capacidad q11l·. aparecen los inconformes perennes , Jos perfeccionistas exa-
l ' l I ados, etc. , los cuales no llegan a hacer públicas sus aportacio-
incapacidad del mismo para la id ntificación oportuna de cono
cimientos potencialmente nov d os o aportaciones sustancia lll'.' y explican su renuencia con los puntos antes mencionados.

les al cuerpo general de conocimiento del individuo o del grup


según sea el caso. 1 1'1 11 •e t, Jean , Th e Langunje nnd Thought of the Child, 1926.

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¿EXISTE UNA EPI TEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? LA EPIST EMOLOGÍA FRENTE AL RECONOC IMI ENTO ...

La necesidad de justificación no se refiere a la novedad de la mpero, para comprender es necesario no solamente explicar,
aportación , sino a la justificación en muchos casos inexistent 1110 integrar y asimilar el conocimiento construido en un cuerpo
que hay que dar a la búsq.u eda del conocimiento para obtener, a 1·omplejo e interrelacionado de conocimientos, entre los cuales las
t~enos c_omo una conces1ó.n , la posibilidad de usar tiempo para 1 ·laciones epistémicas están amarradas en muchos casos a

dicha busqueda. En este tipo de situaciones con frecuencia se 1 • ri zaciones que no son verificables por la experiencia directa
confronta al investigador con la alternativa de sacrificar su tiem- o indirecta del individuo en el momento; es entonces cuando,
po personal para ello o comprometer parte del mismo constru- ·nmo los niños que apenas vislumbran el mundo, tenemos que
yendo una serie de explicaciones, en mucho incompletas y for- 11 ·1 er un salto a ciegas hacia lo desconocido , arriesgar la flecha
zada~ para obtener si no el apoyo económico o en recurso para el ·n busca de una verdad más universal y una compren ión más
t:abaJo, por lo menos la posibilidad de usar "justificadamente" un p ·rdurable .
tiempo en dicha búsqueda de conocimientos. El acto de construcción del conocimiento es en mucho un
De lo anterior, podemos decir que la realidad de la construc- u ·to creativo, un acto de fe y de exploración en el cual nos ma-
ción del conocimiento es en muchos sentidos una realidad azaro- rw illamos del osmos que nos rodea y nos lleva poco a poco
sa, por sus condiciones y por cuanto algo que es nuevo · resulta d de la segura cuna de lo sabido y aceptado , hacia lo ignoto y
en primera instancia inidentificable o difícilmente identificable in isterioso que se abre ante nuestros ojos.
por cuanto no hay experiencia previa de contacto con dicho ele: Existen planteamientos meramente mecanicistas que pueden
mento. Por otro lado esa realidad mutable en la cual vivimos 1 ' cir que esa generación o construcción del conocimiento igue
constantemente, exige del sujeto constructor una visión histórica debe seguir un método , y en algunos casos llegan a considerar
que le permita ajustarse a esa realidad , que en el momento de la que el seguir tal o cual método de manera estricta debe inevita-
creación o el instante del hallazgo se convierte en una realidad bl emente, conducir a la construcción misma del conocimiento.
diferente y le conmina a la búsqueda acelerada de las relacio Sin ser este trabajo una rítica al Método , debemo reconocer
nes epistémicas inmediatas entre el descubrimiento en ciernes
que nuestro métodos y procedimientos adolecen hoy de tantas
su acervo de conocimientos o su experiencia previa.
rallas e impreci iones que ese acto de creación o de fe al abrigo
En esta realidad azarosa que envuelve al constructor del conoci-
a del Búho de Minerva ya del Tzum-tzum zapoteco , se vuelve
miento - el sentido de historicidad del saber en cualquier área del
conocimiento conlleva peligros espectaculares- por cuanto en la n cesario cuando no indispensable.
Es en esta posición extrema cuando la Epistemología se en-
mayoría de lo ca os, la visión hi tórica de los fenómenos corres-
frenta a un problema serio puesto que en ese salto a lo ignoto, en
ponde más o menos a una vi. ión lineal y per onal del devenir d
muchos casos hay que dejar atrás las ataduras de una relación
gran cantidad de acontccimi ntos, qu de manera separada se da
e.n forma cercanamente paralela, simultánea o convergente en el ·pistémica clara no sólo entre los conocimientos recién con. -
truidos y los ya existentes, sino, en ocasiones, también entre aqu ·
tiempo.
Es así como acudimos al d v nir de los hechos en busca de llos usados como base para la construcción, por cuanto la apot
una incierta seguridad, d l mca 1id ad y simpleza en nuestro cada tación misma las modifica.
día más complejo mundo : hallando , tan sólo, que la complejidad La segunda vertiente del problema está en el prohl ·m a 1 1
está en la óptica que usamos para interpretarlo. reconocimiento del conocimiento como fenómeno so · 1 1 1 ·11 ti

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¿EXISTE UN A EPISTEMOLOGÍA LATINOAM ERICANA? LA EPISTEMOLOGÍA FRENTE AL RECONOCIMIENTO . ..

ha derivado desde las mismas concepciones epistemológica 111 a rquetipos que los sistemas educativos imponen , han
sobre el conocimiento y de los paradigmas comúnmente acepta dnhl gado en mucho su pensamiento ante el poder (económico,
dos sobre la construcción del mismo. Esto en el mejor de lo pul ítico y social) y han orientado sus pesquisas en concordancia
casos entorpece y retrasa la construcción misma del conocimien 1 1111 los intereses del grupo que detenta y ostenta ese poder, ya

to; es decir, usando la palabra reconocimiento como equivalent p11r hecho o derecho, o en direcciones más o menos convencio-
y no sinónimo de aceptación. El segundo problema al que s 1111 • y que, inevitablemente, responden a intereses de dicho gru-
enfrenta la epistemología está dado por la diferente aceptació pu ~ to es particularmente visible e~ las Ciencias Naturales en
del conocimiento construido por parte de los grupos sociales 111 la Latinoamérica.
que pertenece el constructor del conocimiento, y las relacione Así puedo decir que: "recuerdo hoy la sinrazón de maña~a de
que existen entre estos grupos y el investigador, lo cual indefec l 1 ra zón de ayer", es decir, puede concebirse como necesario en
tiblemente modifica la forma en que este conocimiento construí 1111 ayer terriblemente dependiente en lo que a construcción del
do es presentado y avalado , ya desde dentro del grupo o desd 1 on cimiento se refiere, pero los tiempos cambian y la situación
fuera del mismo. 11 ·tual de construcción del conocimiento en América Latina es
En un artículo aparecido tiempo atrás en Scientific American 11H1 y diferente a la de ayer, y lo que tenemos hoy apunta no a una
Sergio Salazar dice "la ciencia latinoamericana no está perdida 1 ' 1 ncia o Epistemología Latinoamericanas, sino hacia una ien-
sólo ignorada". Esta es una terrible afirmación por lo acertado y 1 1a o Epistemología desde, por y para Latinoamérica, la cual as-

lo intemporal de la misma, el conocimiento generado en el Ter ¡mamos a que vaya al Mundo. .


cer Mundo en general, y Latinoamérica en particular, no est s en estas condiciones que surge a fechas recientes y no
perdido, pero está siendo ignorado por los sistemas globales d (ilo en Latinoamérica, una corriente que propugna por la
construcción y validación del conocimiento. lurmalización de la informalidad , valga la expresión en un reco-
La centralización del conocimiento, y el poder que da el mis 11oc imiento de que el conocimiento generado o construido en gru-
mo, inicialmente en Europa, más actualmente en Europa po informales o no plenamente formalizados y reconocidos, es
Norteamérica, ha acarreado que, de manera más o meno ital para la consolidación de una Epistemología más general,
intencional , se establezcan cortapisas para la aceptación y vali- que nos conduzca por un camino que el día de hoy apenas ent:~­
dación del conocimiento construido en núcleos académicos qu cmos hacia una explicación más perdurable y una comprenston
se encuentran fuera de los sancta sanctuari de las "viejas civi- rn ás profunda del "Hombre", tal vez muy diferente de lo que hoy
lizaciones y culturas" y los centros actuales del poder. · nacemos.
Para ello, y aventuro el postulado, e valen de la etiquetad Dicho de manera tal vez un poco menos filosófica y más dra-
ciencia, la cual sólo e st nsibl por aquel los que de una u otra rná tica hacia la universalización del conocimiento no sólo del
manera aceptan esta ituación como un hecho inamovible y que, hombr~ 0 de la naturaleza, sino hacia una visión cosmogónica
condicionados tanto por su n ·ccsidad de conocimiento como por más completa, armónica y compleja que las que nos han pr · ·-
dido. .
2 Salazar, Sergio, "Third World S ·i ·111.: c is not lost , just ignored ", Scientific Este aspecto nos lleva de manera natural a meditar ni 1
American, agosto, 1995, p . 76 . ·pistemologías pasadas y presentes y cuestiona. de m n r' · ' t

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¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? LA EP ISTEMOLOG ÍA FRENTE AL RECONOC IMI ENTO .. .

estridente, muchos de los paradigmas del conocimiento actual, mu- 1n ) una de las líneas que unen el conocimiento no sólo a la
chos de los quehaceres y actitudes de la sociedad contemporánea. 1· . plicación del hombre sino a su comprensión , aunque sea des-
d ' 1 punto de vista de otra cultura, con otros enfoques filosófi-
: ¿cuántos casos no hay como éste en el mundo?
El curandero de la selva s menester meditar que la comprensión de un sistema se
· 11 ·uentra más allá de la simple descripción o explicación de sus
Tomemos uno de muchos casos y ejemplos que podemos encon- 1· mponentes y las interacciones ent.r e ellos; está en la asimila-

trar en este sentido: el tepezcohuite es una planta rubiácea bas- · 1 ' n de los ritmos inherentes a cada componente y los que re ul-
tante frecuente aunque no común en mesoamérica. Desde tiem- lnn de las interacciones ; está en el conocimiento de cómo e
pos lejanos, nos llega en forma de consejas y recetas de abuelita l'Omporta y relaciona y en la comprensión de cómo u compor-
el conocimiento cierto de que la aplicación sobre heridas y que- lnmiento construye el tiempo que lo envuelve y caracteri za .
maduras de un poco de la corteza de esta planta, previamente Finalmente, la tercera vertiente del problema , planteada al
pulverizada, favorece la regeneración de los tejidos dañados y in ic io del trabajo está en el reconocimiento de las relacione
evita en gran medida el embridamiento de los mismos al modifi- lransepistémicas que establece el conocimiento por su simple
car la forma en que se construye y reabsorbe el tejido cicatricial · i tencia , es decir, en el pa o obligado que hay que dar en bus-
("para que no te quede cicatriz", dicen). ·a de una totalidad hegeliana o posmarxista que nos permita ir
Este conocimiento es ancestral en muchas de las culturas de d ' la disciplinaridad del conocimiento hacia la transdi ciplina-
mesoamérica· sin embargo, al no ser un conocimiento construi- r ·i dad del mismo.
do con base en "la ciencia" de nuestro moderno mundo occiden- Hasta hoy, por el desarrollo acelerado que ha tenido la
tal, al no estar claros los mecanismos de operación y al no existir : uperespecialización, la tendencia en la formación de los cons-
una relación epistémica clara entre este conocimiento y los co- lructores " oficiales" del conocimiento ha sido en el sentido de un
rrespondientes en la ciencia médica de Occidente , o con los po- l' tudio cada día más detallado del objeto perdiendo de vista en

cos que hasta nosotros han llegado de las culturas precolombi 111uchos casos cual es el objeto, distanciando al sujeto no ólo de su
nas, el conocimiento se rechaza, se desconoce y se tacha de h 1manidad ino de su objeto de estudio mismo, convirtiéndolo casi
pseudociencia o mejor aún de brujería sin fundamento científico. trágicamente en una parodia de hombre en una caricatura de la
Posteriormente a su "redescubrimiento", el tepezcohuite ha antítesis del Quijote de Cervantes en su humanidad utópica y tam-
sido sometido a "pruebas" en lo laboratorios y hospitales mo- bién de la humanidad inmediata y pragmática de Sancho Panza.
dernos para "verificar y e nstatar" ~ u efectividad, lo cual desde
otro punto de vista e solam ·nt un proceso de reconstrucción
del conocimiento, reconstruc ·1ón que en muchos casos hace que Sakhichas para especialistas
se pierdan las relaciones cpist ~mica que existían entre el y la
cosmovisión de los que prim ·rarnente lo aportaron , empobre- r nemos un problema casi proverbial que se puede presentar d '
ciéndonos más que otra cosa aunque en el proceso "ganemos un modo adecuado con la siguiente metáfora sobre el trabajo de inv ·s-
medicamento efectivo", ya ¡u · al perderse ese contacto perde- i igación cada día más especializado:

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--~--- ~~·-······~·~ "
LA EPISTEMOLOGÍA FRENTE AL RECONOC IMIENTO .. ·
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LA TJNOAMERICANA?

El investigador actual toma una salchicha y un cuchillo y la corta 1


11
·ron sueños y el trabajo ha convertido en realidades . Es me-
por medio, le da una parte a un colega y para estudiar la parte 11 · ·ter, en mi opinión, para el epistemólogo actual, trabajar muy
restante decide cortar la por medio, toma una parte y la entrega a d · cerca con todos esos superespecialistas que se han formado,
otro colega para que la estudie, y para estudiar la parte restante para en una titánica empresa de trabajo transdisciplinario dar
decide cortarla por medio, toma una parte y la entrega a otro ·oherencia a la Babel de conocimiento que hoy en día se nos
colega para que la estudie, y de pronto, tras un número indeter- 1
ne encima y amenaza con atomizar aún más nuestro conoci-
minado pero muy grande de cortes, nos encontramos con que el miento y comprensión del mundo.
investigador está estudiando una partícula tan pequeña del obje- En su libro El shock del futuro, Toffler nos previene, tal vez
to en cuestión, que ha perdido de vista que originalmente se tra- d manera burda de los problemas epistemológicos que hoy en-
taba de una salchicha; el constructor de conocimiento ya no sabe l'r ntamos: la ge~eración cada día más acelerada de con?ci.mien-
1 > rebasa con mucho la capacidad del hombre para as1m1larlo
lo que estudia, por qué lo estudia o para qué o quién lo hace;
tenemos un especialista tan especialista que sabe todo de prác- ·n su humanidad y en consecuencia vemos una "ciencia" cada
ticamente nada. lí a más deshumanizada.
En éstas condiciones es prácticamente imposible que el cons- En este punto debemos recordar igualmente que, para e~a
tructor del conocimiento establezca las relaciones epistémicas r construcción del objeto, tenemos en contra nuestra una sene
1 fuerzas e inercias de ingente proporción que dificultan la ta-
de su objeto de estudio con sus correspondientes y sus correlati-
vos, ya que la naturaleza misma del objeto de estudio ha cambia- rea· el Caos, en el sentido clásico, nos acecha en cada recodo
do de modo radical al transformarse en sí mismo; al dejar de ser del camino que hemos de andar y fluye y se escurre por entre
una parte de otro objeto, ha adquirido naturaleza propia y se 1 s resquicios que nuestro imperfecto conocimi~nto del . ~smo

redefinen las relaciones del objeto con su entorno. ha dejado. El Caos de Prigogine, de Briggs, del mismo An loteles,
Ello (la mutabilidad del objeto y sus relaciones) genera un ya no es sólo una figura , es una fuerza actuante en nuestra con-
problema serio para el mismo profesional de la investigación, el tra en muchas ocasiones. .
cual ve dificultado a grado extremo tanto su trabajo, como sus El aos es causa y consecuencia de nuestra construcción del
esfuerzos por mantenerse actualizado en su campo; campo y objeto conocimiento, pero es, en el entido más amplio, una fuerza que
de estudio que se transforman y desaparecen con cada paso que se erá necesario no sólo explicar sino comprender para poder
da para profundizar y detallar el conocimiento mismo. compensarla 0 usarla en nuestro favor en el mejor de lo~ c~sos;
Por el contrario, para el epistemólogo cada paso ensancha su para ello hace falta empezar la deconstrucció~ del con~c1m1ento
universo y material de trabajo pero , infortunadamente, también para reubicar y ordenar el conocimiento y sus ~nterrelac1ones. En
lo aleja del mismo al estar el conocimiento escondido tras una esta labor y con esa dirección habrán de trabaJar arduame~te los
Babel de tecnicismos necesarios para ubicar y contextuar el objeto fu1:uros constructores del conocimiento, cada uno en su area Y
de estudio y el conocimiento que ha generado. en grupos ya no multi o interdiscipl_ in~ri~s , si_no constituyéndosl'
En estas circunstancia , es menester volver la vista atrás y cada uno de ellos en sujetos transd1sc1plmanos. .
tratar de reconstruir el objeto, tratar de volver a la realidad tras Pero no caigamos en este quehacer, en el juego s1mpli stu 1kl
una excursión plena de de cubrimientos en el mundo de lo que humanismo fácil de la propaganda y de las divisiones d l ·0110 · 1

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¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? LA EP ISTEMOLOGÍ A FRENTE AL RECONO !MI ENTO . . .

miento en ciencias duras y ciencias blandas o sociales: la ciencia li frutaron las metáforas de Platón, de Aristóteles y Leucipo , de
es una, es conocimiento, y no es tarea privativa del epistemólogo r ochipilli y Moctezuma, de Rosario Castellanos y José Martí.

el establecer las relaciones entre sus componentes; es tarea de Si el límite entre la ciencia y la ciencia ficción se encuentra
todo aquel que construye el conocimiento formal o informalmen- ·n un lugar cercano a donde termina la narrativa y comienza la
te con o sin subsidios. En nuestra Latinoamérica ya hay ejem- rantasía , entonces posiblemente la Epistemología se encuentre
plos aunque escasos de este trabajo. n algún lugar de la frontera entre la explicación del hombre Y la
Sin embargo, el "Hombre", esa frágil criatura, para aprehender · mprensión del mismo.
y hacer suyo ese conocimiento universalizado , debe aprender a
desligarse de sus temores; debe aprender a escapar del ri.tornello
a que nos induce la falsa linearidad de las historicidades de unas
ciencias maquilladas , artificialmente catalogadas y fero zmente
divorciadas.
Como hombres inseguros y gregarios, que no sociale Bu ca-
mos en acaeceres pasados la respuesta a las mismas preguntas de
ayer, sin damos cuenta que las mismas preguntas, en nuevos tiem-
pos y circunstancias, exigen nuevas respuestas; respuestas que
innoven sobre los postulados ya obsolescentes por hallarse total-
mente descontextuados en el devenir de los aconteceres cada
día más acelerado.
Estas tres vertientes sobre el problema del reconocimiento
del conocimiento, considero que son hoy parte importante de lo
que debe tomar en cuenta la epistemología en busca de su pro-
pio futuro, amén de que sus ramificaciones pueden llevarnos a
devolver a "La ciencia" parte de su "sentido humanista" .
No sé si etiquetar la propuesta de neopositivista, realista, utópica,
hegeliana, kantiana o cualquier otro ismo o ana que se pueda
pensar , pero en su contexto y sentido la propuesta es clara:
hay que acelerar la construcción del quehacer transdisci-
pl inario ; hay que reevaluar nuestros criterios de reconocimiento
y validación del conocimiento· hay que volver a hacer " una cien-
cia del hombre, por el hombre y para el hombre, como un todo
que no puede vivir aislado del resto del Cosmos".
Quisiera finalizar con una idea que lleva alguno años bailan-
do en mi cabeza y que puede resultar del agrado d aquellos que

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EL NEOLIBERALISMO COMO
PSEUDOCIENCIA
JUAN CARLOS ARRIAGA RODRÍGUEZ
Uni versidad de Quintana Roo, Mé ·1co

Reflexionemos sobre la cientificidad del pensamiento económico


neoliberal. ¿Los principios fundadores de esta ideo logia tien~n vali-
dez universal? ¿Tales principios le permiten al neoliberalismo apor-
tar ideas fundamentales al pensamiento social?
El presente ensayo intenta responder las preguntas anterio-
res. Iniciaremos con una revisión del carácter cie ntífico del pen-
·amiento económico neoliberal, de los principales conceptos que
la sustentan y de los alcances interpretativos de sus postulados.
n segundo lugar, presentaremos una serie de argumentos que
con base en el neoliberalismo se han usado para explicar fenó-
menos sociales de la más diversa naturaleza.

La ciencia y la técnica científica

La ciencia, dice Bertrand Russell , es en esencia cono · 11111 1110


. . s un conocimiento de un género particular "qu l u:· 1 1'\' l'

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- - - - --llllWWIJ1illllillllllJJlllllllllllillilll/i1jjj¡j¡j¡¡¡¡¡¡¡¡¡u¡¡¡¡¡j jjjjjjj1J¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡11111lllllllllJllUlllllllllllllUlllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll1U11111111111u1üU1üülO..-uumuouuuuoiiioooooooioo _ __ _ __
¿EX ISTE U NA EPIST EMOLOGÍA LATINOAMERI CANA? EL NEOLIB ERALI SMO OMO PS EU DOCI EN IA

generales relacionadas a ciertos hechos particulares", sean és- s artefactos que por medio de movimientos regulares y pre-
tos del plano ideal o del plano fáctico. 1 ·i os pueden crear los objetos necesarios para el bienestar hu-
La ciencia como tipo de conocimiento fáctico siempre está mano. Mas la ciencia aplicada tiene también otra connotación:
en conflicto permanente con la realidad. Cuando la ciencia in- 1
uede ser entendida como una serie de procedimientos para al-
tenta interpretar la realidad, de manera rigurosa y ordenada, se ·anzar determinados fines y objetivos en el ordenamiento social.
enfrenta a un primer problema: qué procedimiento seguir para ¿Cómo adquiere Ja ciencia aplicada su poder manipulador?
explicar la realidad, esto es, qué método seguir. La construcción I·: pliquemos . La epistemología divide el conocimiento en dos
del conocimiento siempre ha estado ligada a la construcción de ·ategorías: el conocimiento científico y el conocimiento empíri-
un método de análisis. . . La diferencia entre ambos tipos radica en el procedimiento
Un segundo problema de la ciencia es el uso práctico de los ¡ue utiliza cada uno para obtener conocimiento, es dec~r, en el
principios e ideas que produce. En ocasiones este problema se método utilizado para llegar a la explicación de la realidad . 1
vincula con los principios éticos del conocimiento, es decir, no · nacimiento científico se apoya en la experimentación, en la
sobre si es ético en general el nuevo conocimiento, sino en cómo ·onfirmación y en la demostración de Jos resultados: el conoci-
y bajo qué principios usar ese nuevo conocimiento. En las socie- miento empírico se apoya en la experiencia.
dades consumistas y tecnologizadas la generación de nuevo co- El conocimiento científico se basa en la observación y en la
nocimiento se realiza en función de las relaciones de poder esta- perimentación y no es inherentemente normativo. La afirma-
blecidas; se establece entonces el principio: a mayor y mejor iones científicas deben ser demostradas sólo entonces alcan-
conocimiento mayor poder de manipulación de la sociedad y su ·1.arán el rango de hipótesis científicas. Además, esas hipótesis
entorno. En principio, lo anterior significa que la ciencia como ientíficas son provisionales, nunca absolutas y, por lo tanto pue-
conocimiento fáctico e ideal ha sido desplazada por la "ciencia den ser refutadas en cualquier momento por nuevas hipótesis. El
como poder manipulador". 2 onocimiento científico es impermanente.
La ciencia se convierte en un poder que manipula Ja vida y la Por su parte el conocimiento empírico tiene como finalidad
convivencia social de los hombres cuando , a través de Ja técni- "comprobar cómo son las cosas para 1legar a comprender des-
ca, impone las condiciones para el desarrollo social , la genera- cribiendo" .3 Se vale de un lenguaje que emplea palabras que
ción de satisfactores materiales, los modelos de creación de la tienen un significado "perceptivo" derivadas de la observación
riqueza y de di tribución de la misma. Esta característica perni- visual y auditiva de los hechos. Su presentación es a través de
ciosa ha sido adquirida por la ciencia a través del desarrollo de argumentos descriptivos. .
la técnica científica o ci ncia aplicada (tecnología). Ahora bien de ambos tipos de conocimiento sólo el conoci-
Es precisamente en ·I ·ampo d • la tecnología donde la ciencia miento científico busca la neutralidad de sus resultados, es decir.
ha obtenido sus triunfos mús famosos. uando se habla de tecnolo- no valora los hechos ni las conclusiones de cómo es la realidad.
gía de inmediato no, vi ·n ·a la m ·nte la invención de máquinas,

1 Russell Bertrand, La pt'r.~¡11•t• t11 •11 1•1f•11tífica, Ariel, Barcelona, 1974, p. 8. ' Sartori Giovanni, La política : lógica y méto do en ciencias sociales. H ' I • M1 I•
2 !bid. CO, 1984 , p . 36 .

7 79
E L NEO LIB ERALISMO C OMO PS EU DOC IEN C IA
¿E X ISTE UNA EPISTE MO LOG ÍA LATINOAM E RI CANA?

1 11 lingüístico que permite el razonamiento complejo de fenó-


Cu~ndo e.n la .ciencia se recurre a juicios de valor, entonces no
~e ace ciencia, sino ideología. Como afirma Giovanni Sartori 111 nos de variables multicausales.
Así pues, la aplicación de los resultados de tales investigacio-
[ . ._.] los propugnadores de una ciencia valoradora son en el
11 • • lo que podríamos llamar técnica económica, es confiable
meJ~r de los ca~os, filósofos disfrazados de hombres de ciencia
p:1ra los fines que persigue. Esta consideración se sustenta en
(aqm el mal reside ya en el disfrazarse); o son científicos reposte-
111 • e trata de un modelo económico verificado en la observa-
ros, que gust,a~ de preparar mélanges de todo un poco: literatura
1 1'rn empírica y en el análisis formal (a través de la lógica y la
filos~fi~, pohttca, acas.o poesía y hasta algunos ingredientes más".4 111a temática) , por tanto , es "científicamente viabl e".
S1gu1endo a Sart~n, el conocimiento científico debe argumen-
tarse con un lengua~e que restrinja la emotividad del inves'tiga-
"do.r. Con . ,,esto
c se afirma implícitamente que el "valorar" no es l ,a economía y la técnica científica
~ 1 e~cta . uando ~ e '.·ecurre a la valoración se perturban los
c1m1entos
1 del
· . conoc11rn ento y la ci encia muere · ''Al f m
' d e cuen- IJna de las ciencias donde e ha presentado con mayor claridad
tas, a n:ed~cma persigue el 'bien ' del enfermo· pero si la medici- la dife rencia "ciencia como conocimiento" y "ci encia como po-
na pers1gu.1ese só/~,el bien del enfermo y olvida se el laboratorio 1 'r manipulador" es preci samente en la economía. En e te campo
y l~ expenmentac10n , estaríamos todavía en la época de los he- le la s cienc ias sociales, la técnica ha sido difundida errónea-
c~1ce:os" . Y concluye, "una ciencia que no verifica no es cien- 111 nte con pensamiento científico, es decir, la técnica ci entífica
cia, smo engaño" .s , e ha confundido con la ciencia económica , provocando grandes
. La ciencia económica no sirve para demostrar Ja idea ante- r trocesos en la formulación de nuevas teorías. Una de las co-
n.or. .º.u~ante muc~os años .la economía logró cierto grado de ' rientes económicas responsable s de tal confu sión es el pensa-
c1 ent1ftc1dad a traves de .Ja sistemati zación de us conceptos. En miento económico neolibera1.
este campo del pensam1ento pocas ocasiones se reabren deba- Es un hecho abundantemente demostrado que el neoliberalismo
tes sobre . )~ definición de conceptos como precio, valor trabajo, una técni ca económica y no constituye ningún tipo de avance
costo, uttltdad
fi ·marginal
· , balanza de pagos ' etc . Además , pocas para la ci enc ia económica. 6 Inclusive, para anali stas más perspi-
veces su re vanac10nes de sintaxis en sus argumentaciones lógi- aces ,7 el neoliberalismo sólo representa una corri ente de pensa-
cas,. ?ues se apoya en la lógica formal y en la medición y expli- miento económico que promueve cierta técnica económica carente
c~c~on matemática. Es por ello que el conocimiento económico de cualqui er fundamento científico. Podemos afirmar que el
bas1camente es acumulativo. neo liberalismo es una pseudociencia con poder manipulador que
. L~s investi,ga~iones económicas consisten, por lo regular, en equivale para las ciencias sociales lo mismo que el esoterismo
dis,e1:~s estad1stlcos, regresiones y correlaciones estadísticas para las ciencias naturales· es la contraparte en el avance de la
anahs1s de ~~ayectoria d~ fenómenos , análisis factoriales y hast~ ra~ón y el conocimiento .8
programac10n computac10nal. Para lo anterior utilizan un proto-
Vé ase, Vill arreal René , La contrarevo/u ción 11 eoliberal , Océano. M \ l l' ll , l •IK I
4
lbidem , p . 53 . 7 Hanso n Jay , " Lunatic Politics", mimeo, junio de 1998 .
5 lbidem , p. 54 . 8 l b id em .

80 81

11111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111
EL NEOLIBERALISMO COMO PSEUDOCIEN CIA
¿EXISTE UN A EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA?

El pensamiento económico neo liberal y el pensamiento esotéri· trado. Si esto es así, entonces el neoliberalismo no es un pensa-
co tienen algo en común: ambos poseen un fundamento conjetural. ini nto científico, es un pensamiento pseudocientífico. Explico.
Lo anterior se debe a que tanto la base conceptual del neoliberalismo El neoliberalismo se asume a sí mismo como un pensamiento
como la argumentación metafísica del esoterismo parten de con- :ib o luto, inmutable. Podemos notar que, al igual que en el esoterismo,
ceptos considerados como absolutos y verdaderos. ·I discurso neoliberal se conforma de abundantes términos "ético-
Otra semejanza es que en sus respectivas cosmogonías exis- 1"'ligiosos", tales como "bien económico", servicio, utilidad, "pre-
ten fuerzas universales principios morales y principios de : i nes externas", etc. todos ellos incomprensibles sin un juicio
"dualidad conflictiva". Las fuerzas universales son leyes valor. El neoliberalismo es en esencia un pensamiento
inviolables que rigen la vida de los hombres (dios y la mano invi- alorativo y por lo tanto ideológico.
sible del mercado). Los principios morales también son alcance El pensamiento neoliberal es subjetivo. El subjetivismo de la
universal ya que regulan el comportamiento social y establecen · onomía neoliberal podemos explicarlo con la siguiente metá-
los patrones o modelos de hombre-ciudadano (el hombre verda- lora. El automóvil es un bien de consumo que tiene determinada
dero y la ética empresarial). Por último, los principios de "dualidad utilidad, y por lo tanto adquiere determinado valor de cambio y
conflictiva" caracterizan la convivencia social es decir princi- de uso. Sin embargo, para cierto tipo de personas, el automóvil
pios y valores duales (el bien y el mal) son considerados eternos , ólo puede ser un "bien" cuando su valor va más allá de su utili-
y útiles para definir a las sociedades ("el gobierno es la Iglesia dad.
de Satán" y "la lucha contra el estatismo").9 Para el neoliberalismo el precio del bien está en relación con
Una buena parte de las nuevas ideas económicas carecen de 1 que la gente hace y cree, así que la economía también está en

cualquier fundamento científico. Esto se debe en gran parte a la r !ación directa con lo que la gente hace y piensa y no con lo que
influencia del pensamiento económico neoliberal, corriente eco- hay frente a sus ojos. La existencia de niños tra~ajadores e~­
nómica autoproclamada como teoría económica. El neoliberalismo pleados por las maquiladoras instaladas en los paises de la peri-
empezó a construirse a finales de la década de los cuarenta ante feria subdesarrollada no es un problema social, es simplemente
la mirada indiferente de los economistas más importantes de la una realidad del mercado de trabajo. Desde esta perspectiva, la
época. Algunas décadas más tarde, gracias a la mercadotecnia ubcontratación de fuerza de trabajo infantil - parte de la eco-
de sus promotores y al financiamiento de grupos conservadores nomía informal- es uno de los atractivos que tienen tales paí-
. l 10
en Estados Unidos e Inglaterra, se ha convertido en el pedestal es para el gran capital transnac1ona . .
del llamado "pensamiento único". Los neoliberales afirman que lo que la gente hace y piensa
Hemos dicho que el pensamiento científico no es absoluto. puede medir, para eso existe la "econometría", una herramienta
que no es valorativo ni subjetivo, y que siempre debe ser demos- que explica la economía a través del cálculo matemático de los
co~tos y beneficios y de la conjugación estadística de variabl .
dispersas. Sólo de esta manera los neoliberales abordan los pro
9 Así llamaba el Consejero al •obicrno "republicano" instalado en 1889 en Brasil,
luego de la " revolución sin san •re" con tra el gobierno monárquico de Pedro 11. El
comenüador es aquel personuj · d · la novela La guerra del fin del mundo de Mario 10Según datos de la Organización Internacional del Trabajo existen 11 1 m1111 l11
Vargas Llosa. 120 mill ones de niños trabajadores en la industria maquiladora d 11111 I h 11

2 83
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? EL NEOLIBERALISMO COMO PSEUDOCIENCIA

blemas y lo resuelven casi todo. 11 La ciencia física también re• d · mercados en los que leyes universales deciden de manera
curre a las matemáticas para explicar variables abstractas y 11alural lo que es óptimo para los hombres. Éste es el argumento
variables concretas, sin embargo, en ambos procedimientos exist ·lave del neoliberalismo, tal y como lo fue para el pensamiento
una diferencia fundamental: la primera mide voluntades huma· l 1 iócrata del siglo xvm.
nas individuales para explicar acciones de repercusión colecti· El economista neoliberal asume que el pueblo realiza activi-
va; la segunda mide y cuantifica variables en absoluto inheren- dades económicas de manera racional ("rational decisions" o
tes a los deseos , pensamientos o acciones humanas. "rational choice"), 13 pero se abstien~ de comprobar o de veri-
Con el instrumento de las matemáticas, el neoliberalismo se l'i ar tal afirmación. En lugar de comprobar, invoca a la "teoría
jacta de ser un tipo de pensamiento científico que permite com- d las preferencias manifiestas", la cual establece que la e lec-
prender todo y explicar todo. La lógica es bastante simple: se . ión de los sujetos económicos es racional porque ellos están
seleccionan cualquier cantidad de situaciones sociales como ejem· basados en preferencias conocidas de otras elecciones que to-
plo, las adorna con "fórmulas científicas"- en especial con aque- maron anteriormente. 14 La vaguedad de este argumento sirve
llas que involucran operaciones matemáticas complejas- y enton- para justificar la existencia de una supuesta normatividad uni-
ces se crea una nueva teoría. Imaginemos cómo explicaría el v rsal que sirve para crear una serie de tesis que para ellos son
neo liberalismo la eutanasia, tal vez dirían lo siguiente: "la eutanasia irrefutables:
puede justificarse en función de la media ponderada de la utili-
dad negativa del individuo en su estado condenatorio y de su • Achicar al Estado es agrandar a la civilización .
utilidad positiva en el estado relativo de la salud en la que él se • Se acabó la historia , la sociedad será siempre capitalista Y
encontraría si hubiera elegido vivir a pesar de todo. Lo quepo- liberal.
dríamos resumir con la fórmula pU d(l-p) Uh+ c(2)". 12 • El liberalismo lleva, inexcusablemente, a la democracia .
La cruzada neoliberal no ha estado en pos de la transforma- • Hay que adoptar el modelo neoliberal, que es el que se impo-
ción científica del pensamiento económico. Parecería más bien ne en todo el mundo. La economía social de mercado forma
que ha sido una cruzada religiosa. Recordemos la frase de Adam parte del pasado y sus defensores son dinosaurios ideológi-
Smith que decía: "el ser divino inventó y condujo la inmensa cos, emisarios del pasado o idiotas según los nuevos manua-
máquina del universo , así como lo hizo durante mucho tiempo les (Mario Vargas Llosa).
para producir la grandiosa posibilidad a la felicidad".
El neoliberalismo pocas veces invoca a tal poder divino para
debatir en público las relaciones económicas nacionales e inter- 1J "Las ciencias socia le s tienen una larga y rica bibliografía sobre ta ·:racionalidad" .
nacionales, en su lugar utiliza otro tipo de argumentos. Por ejem- En ta tradición eco nómi ca neoclásica, la influencia de Pareto ha s ido fundam~n­
tal. Para es te autor, la acción es racional cuando corresponde a .t os f111es ~ obje -
plo, afirmar que Ja sociedad pu de er entendida como la suma
tivos buscados . La racionalidad significa la adaptación de tos medios a lo~ ~mes ; se
adopta et más congruente d e lo s medi ?s ª. !ºs fines .~ se ob~iene ta dec1s.16n -~ú s
eficien te y, por consiguiente , ta organtzac1on más e fica z. Yease, Sage Mary z~ .
11 Warde Ibrahimk. " l u v1 •. lu mort ·, le marché", en Le Monde Diplomntique, Decision Mnking: Altemntives to Rntional Chois Mode/s , 1992, P· 16 . .
junio de 1998, p . 1ti . 14 Sage Mary Zey, Rationnl choice tlreory nnd orgnnizntionnl Theory : ti < 1·1t11¡111',
12
lbid. 1998, p . 31.

84 85

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l111WJ1Jrn11ww111mWlillJ111!!11jlüillUlllUUUUUllUl11111111111111111111111111111.........................,......,_ _ _ _ __
¿ XISTE UNA EPI STEMOLOG ÍA LATINOAMERICANA?
EL NEOLIBERALISMO COMO PS EU DOC IENC IA

•Pragmatismo, ya pasó la época de las ideologías.


•El mercado lo resuelve todo del mejor modo posible. pi · mente que se manipula el orden del i:ien.s aje y se ~~mbia. la
1 • ción a tomar por e] individuo . Es decIT, sm la elecc10n rac10-
• No se pretende atacar a los débiles, sino a ]as pretension
más débilmente justificadas. 11:tl del individuo - por ejemplo, en el caso del rechazo a la. so-
·1ulización de las deudas provocadas por el desfalco financiero
• Siempre hubo y habrá corrupción, pero en el liberalismo e
marginal y en el estatismo, estructural. ti · los banqueros- , ni el orden ni la regulación de los mercados
1 ueden ser realizados. . .
• Siempre habrá desigualdades porque están en la naturalez
humana. Toda esta ambigüedad conceptual .a leja al neoltberaltsm? del
1nzo namiento científico. Resulta toda una joya de~ ra zonam1~,nto
•Primero hay que agrandar el pastel y luego repartirlo.
vulgar la afirmación de] gurú Friedman en el sentid~ de que los
•El neolibera]ismo chileno es la panacea, hay que imitarlo. IS
• Etcétera. a lores ecológicos (sic) pueden encontrar su espac10 nat~ral en
·I mercado, como cualquier otra demanda de los consumidores.
l. problemas del medio ambiente, como cual~uier otro prob~e-
Conclusión 111 a, pueden ser resueltos a través de mecanismo~ de precio,
rn diante transacciones entre productores y consumidores, cada
1ino bajo sus propios intereses".
Los economistas latinoamericanos iniciados en el neoliberalismo
Por lo tanto con una fe infinita en el mercado, fundado en la
aceptan con fe ciega e] argumento de las "preferencias mani-
1 velación de fuerzas universales y argumentos tautológi~os, el
fiestas" y, en consecuencia, aceptan el resto de los argumento
del neoliberalismo. n oliberalismo promete un crecimiento material infinito, ma~a-
1 ab1e , permanente, y un producto nacion~l respaldado por dios
El centro de adoración de la tecnocracia latinoamericana
rnismo (o Ja mano divina). Los males sociales d~I m~ndo e re-
es el mercado , una tautología que le sirve para explicar casi todo
s !verá n una vez que la economía entre en la espiral virtuosa del
pues según e1Ia, es ahí donde se optimiza la creación de satisfactore'
sociales, Jos ingresos individuales y, en general, todo el bienestar mercado. , ,
social. Por Jo anterior, si el mercado lo es todo, hagamos de todo De esta manera , Ja autonombrada nueva econor~11a ~~ta lle-
ando a la humanidad a una nueva edad oscurantista de la
parte del mercado. Esta lógica deriva en un artificio
ual, si lo permitimos, difícilmente podremos salir algún día.
epistemológico: la "mano invisible", un término que mezcla y
conf~nde la descripción del fenómeno con las "leyes naturales
del sistema". Diría Monsiváis que la mano invisible es en el
neoliberalismo, el triunfo de la teoría sobre Ja evidencia . '
Desde el poder, e] n olibcrali mo ha provisto información
manipulada para validur sus hip ' te is. ¿Qué significa esto? Sim-

is E 1- . J
ste an1a oaquln, l 11 11111 ' ' '" ' ' <"0 11 0 111ía . La globaliznción, Debate , Madrid,
1996, p. 37 . · de I' emp 11e
· · roman " • en le
16 Duelos Denis, "Étrange ressemblance avec la fin
Mo nde Diploma tique, París, agosto de 1997, p. 14 .
86
87
CONSIDERACIONES EN TORNO A LA
ADOPCIÓN DEL TÉRMINO
"DESARROLLO SUSTENTABLE"
EN AMÉRICA LATINA
Leonardo H. Rioja Peregrina
Univer idad de Quintana Roo

I{ ·lación ser humano-naturaleza; la discusión pertinente.

n este trabajo, se pretende establecer algunas aproximacio-


11 • y consideraciones en torno a la conceptualización de los pro-
hl ·mas relacionados con el deterioro ambiental, en la medida en
q11 éste va adquiriendo importancia en diferentes planos de la
1 ·alidad mundial y va llenando algunos de los intersticios del pen-
11111iento social y político contemporáneo . A su vez, esta proble-
111:'1tica incide en el ámbito latinoamericano en la medida en que
prr isten prácticas culturales de supervivencia en comunidades
111dígenas y campesinas.
n términos generales, se puede decir que el proceso del d ·-
h'ri ro ambiental está dado por su dimensión histórico-sm: 1al ,

89
¿Ex1 T E UNA EP ISTEMOLOGÍA LATINOAM ERI CANA? CONSIDERACIONES EN TORNO A LA ADOPCIÓN DEL TÉRMINO ...

entendida ésta por la ubicación espacio-temporal y las condicíon La anterior apreciación es también un ejemplo de una forma
y características en las relaciones ser humano-naturaleza, y que d • interpretación y que para ese entonces no podía expresarse
manifiestan conforme a un estadio en el cual el impacto de las acti in <liante un cuerpo teórico y conceptual acabado. Sin embargo ,

vidades de algunos grupos humanos infligen daños significativos la concepción en torno a las características fundamentales de
entorno que les rodea afectando severamente las condiciones d di ho problema se establece en torno al debate de la crisis y
reproducción de las formas de vida. Consecuentemente, en algun 1 gradación ambiental , en el orden conceptual respecto al signi-
culturas se advierten diversas formas y representaciones de la rea l 1 ado de naturaleza. Este problema, aunque parece resuelto de
lidad en la relación ser humano-naturaleza mediante el ejercicio crf intemano, ha sido puesto en la palestra de la discusión filosófi-
tico y la reflexión, lo cual a su vez se expresa como un conjunto d l' a teórica , metodológica y conceptual. De entrada es un tema

conceptos mediante la construcción de conocimiento en tomo a es prolífico que cada vez despierta mayor interés en los campos de
compleja problemática. la investigación social y de las ciencias que tradicionalmente han
Sin embargo, en el plano discursivo y de la validez de los postu d finido su objeto hacia la denominada naturaleza .
lados en tomo al problema de la relación ser humano-naturalez Cabe señalar que este trabajo no es ajeno a los problemas del
existen referencias respecto a la correspondencia entre la realida " ... debate ideológico y político que no han generado una
económica, política y social que condiciona dicha relación y a la · nceptualización adecuada sobre los modos de inscripción a los
2
respuestas que se han dado como parte del quehacer en la cons procesos naturales en los procesos sociohistóricos". Pero qu
trucción de conocimiento. El progreso material y el dominio del s d bido a los niveles y dimensiones de la complejidad que e te
humano sobre la naturaleza han alentado en gran medida u activi 1 ma representa, se pretenden atar algunos cabos, más aún si e

dad económica y justifican, de algún modo la satisfacción de su lrata de entrar en el terreno filosófico y epi temológico propia-
necesidades respecto a su reproducción material y espiritual. mente dicho.
Cabe señalar, que desde los orígenes del pensamiento mar-
Sin embargo, no nos dejemos llevar ... por el entusiasmo a nuestr · i ta se indica" ... que el capital explota al trabajo y destruye la
victorias sobre la naturaleza. Después de cada una de estas vict naturaleza, un aspecto ampliamente desconocido para lo s lecto-
rias, la naturaleza toma su venganza. Bien es verdad que las prim rc de Marx y más aun para quiene lo ignoran ... Marx no igno-
ras consecuencias de estas victorias son las previstas por nos ró las relaciones entre sociedad y naturaleza , pero no fueron
tros, pero en segundo y en tercer lugar aparecen unas consecue lratadas con suficiente sistematicidad , sino solamente de
cias muy distintas, totalmente imprevistas y que, a menudo anul paso ... ".3 De hecho el punto de apoyo teórico para la reflexión
a las primeras. Los hombres en Mesopotamia, Grecia, Asia Men en torno a la naturaleza la da el propio Marx. "La producción
y otras regiones talaban los bosques para obtener tierra de labor,
·apita lista por consiguiente, no desarrolla la técnica y la com~i­
siquiera podían imaginarse que al eliminar con los bosques 1
nac ión del proceso social de producción sino socavando al mis-
centros de acumulación y re erva de humedad, estaban sentan
las bases de la actual aridez de esas tierras". 1
Leff, Enrique, Ecología y capital, 2a. ed., Siglo XXI, México, 1994 , p. 124 .
1 Engels , Friedrich, El papel del tra/)(lj<J e n la transformación d e l mono e 1 /\m in, amir, Los desnflos de la 111undializac ió11 , iglo XXI/ JI 11-UNAM, Méx1
hombre l 2a . reim . Ediciones de C'ullura Popular, México. 1984, p. 21 I . ·o, 1997, pp . 116 y 117 .

90 91

. . . . . . . . . . ._ _ _ __ _ ,1ullillll!Uiil!l!lllllllll.ll!ll l l l llllllll!!l!!!!l!l!•t1111•11t11t11t1••••• tt1ttt•••••••••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••••••••"''"""'"''''''''''''''''''''''''''''' ' ' '''' '' '''''''• · · ·•••··•••••·•••••••·•~··•·····
CONSIDERACIONES EN TORNO A LA ADOPCIÓN DEL T ÉRMINO . . .
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERI CANA?

mo tiempo, los dos manantiales de toda riqueza: la tierra y el di e ... " 7 que puede explicarse ampliamente el fenómeno del dete-
trabajador". 4 El problema de la relación entre naturaleza y capi ' 1 ro ambiental, el cual no puede quedar reducido a un análisis
tal ~e ~lantea como una necesidad apremiante para explicar e d · relaciones de simples flujos de energía de la materia orgánica
cap1tahsmo en su fase de depredación acelerada de los recurso · inorgánica.
naturales, así como su reflejo en el ámbito superestructura!. Los fines que persigue el ser humano no son sólo naturales,
Sin embargo, y desde la perspectiva del materialismo históri p( rque de ser así ,
co-dialéctico, se puede decir que la naturaleza es un problema
[ ... ] se olvida que ni el sujetó es el principio de sus propios
filosófico, epistemológico y político, el cual se ha abordado de tal
deseos y necesidades, ni las leyes de la naturaleza son verda-
manera que se ha llegado a afirmar que la naturaleza es una cons
des ahistóricas. Marx, produjo el conocimiento del proceso histó-
trucción social que articula las relaciones entre el ser humano y su rico que traduce el deseo humano en demanda creciente e insa-
entorno a partir de "concebir al mundo como un "complejo de pro- ciable de mercancías y en un deseo de saber, que dentro del
cesos" y no como un "complejo de cosas acabadas". 5 Así, para proceso de la lucha de clases determina la producción teórica y
com?render las causas profundas que provocan la degradación a la aplicación práctica de los conocimientos científicos. Este
ambiental, se requiere partir del proceso de construcción de co• proceso se desarrolla no para someter la materia y la naturaleza
8
nocimiento mediante a los "fines del hombre'', sino a la lógica del capital.

... la unificación del mundo ... no como la unidad ontológica entre lo En tales condiciones, se exacerba el mito de las necesidades
natural y lo social, sino como el efecto de la articulación de los -recientes mediante el argumento que la producción ilimitada de
procesos naturales del proceso de producción del valor y de mercancías puede satisfacer cualquier deseo humano. En este
plusvalor; el cual, a su vez, genera un proceso de uniformación
cul~ra_l, a partir ~e la desintegración de la diversidad étnica y
contexto, el desarrollo acelerado de las fuerzas produ_c tivas se
ecolog1ca de las diferentes regiones, causada por la generalización xpresa como la necesidad que tiene el capital para garantizar
del intercambio mercantil y de la acumulación del capital a escala u reproducción, incorporando a su vez los valores de la natura-
mundial. 6 leza y la cultura a su propia lógica mediante la producción cre-
ciente de satisfactores a necesidades creadas, que garantiza la
De esta manera, se puede asegurar que es a partir de la com- apropiación privada de la ganancia.
prensión de las características de" ... la materialidad de las relacio-
nes culturales, su articulación con el proceso de reproducción del El proceso material que determina y da forma al objeto y ~\ .suje­
capital, así como de los efectos resultantes sobre la práctica de la to del proceso de trabajo es la historia, con las cond1c1ones
específicas que surgen de sus relaciones sociales de produc-
apropiación de los recursos naturales y la transformación del me-
ción, las cuales no pueden reducirse a una dialéctica abstracta
4
entr~ naturaleza y sociedad como medio para alcanzar fines in-
!bid, p . 276, apud Marx, Carlos, El cnpitnl, vol. 2 (texto original esc rito en 9
186 3), Siglo XXI, México , pp . 612-613 . determinados de la subjetividad humana .
5 Leff, Enrique, op cit., p . 132. ap11d F. Engc l , ludwing Feuerbach et la fin de

la filosophie c/a ss iq11 e al/emande. Fd . So c ia les. París , 1966 , p. 61 , en : Obras 7 /bid.' p . 134 .
es cogidas , vo l. 11 , Progreso, Moscú, 1980 . 8 !bid., p . 135 .
6 /bid. , p . 133 . 9 /bid .

93
92

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ONS IDERA CION ES EN TO RNO A LA ADOPCIÓN DEL TÉRM I NO ...
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAM ERI CA NA?

Gracias al mantenimiento de la ideología dominante se e on strucción de saberes ambientales


rantiz.an relaciones sociales que se guían por valoración ~ubj
" h ce referencia a un conjunto de relaciones manifiestas a
va, mientras por otro lado se obtienen los beneficios del valor
11 ir de un cierto nivel de conciencia, donde el pensami~nto
cambio, en el régimen de apropiación privada del exceden 11
1\ iental se manifiesta de manera contundente. En tal sentido ,
mediante el mejoramiento de los medios de producción. 111
1 duce que a partir del estudio del capitalismo y sus efectos
1

Los conocimientos generados por las prácticas científicas p · 1 nic iosos hacia el medio ambiente, ~s que van surgien.do con-
son un simple valor de uso, a pesar de sus múltiples aplicaci 1.1 t s, categorías, postulados, y premisas que n~ necesa.n~mente
nes técnicas[ ... ] El conocimiento científico, además de permi v recrean de manera exclusiva en un parad1gma teonco. La
p1 nblemática ambiental , como centro del debate pasa por di~er-
1

una apropiación cognoscitiva de lo real, es el fundamento teó


co de una apropiación productiva por medio de sus aplicaci 11s filtros metodológicos y conceptuales como una necesidad
nes tecnológicas. Este proceso modifica los efectos de las ley para construir formas de explicación e interpretación de una '.ea-
de la ganancia capitalista en los procesos naturales como obj l1<l ad compleja. De esta manera, no podría hablar~e d~ ~na c1.~n­
tos y medios de trabajo para el capital. 10 ¡•ia ambiental , sino de la articulación del saber ci ent1f1co Y no
·1 ntifico" para explicar este problema.
El anterior planteamiento refuerza la lógica de la producción ori
Desde esta óptica y por motivos de orden conce ptual , e~ c?n-
tada hacia la generación de valor de cambio materializado en mer
·niente establecer la diferencia entre lo ambiental y lo ecolog1co,
cancía. Mercancía que a su vez entra en un proceso de metamorfosi
1 cual nos permitirá avanzar mesuradamente en algunos de lo
en la g~neración, adquisición y asignación de valor. Desde este pun
problemas surgidos de su uso recurrente como conceptos . en el
to de vista, la naturaleza y muchas de sus diversas manifestacion
ti sc urso académico, político, social y económico. Lo antenor.no
adq~ie~en un valor de cambio importante, en la medida en que e
·upon e una construcción de conocimiento strictu sen u, s~~o
capitalismo expande sus relaciones en el ámbito mundial en pos
ue en muchos ca o s se puede asumir como una reproduccrnn
1~ apropiac.ión de valor por lo que" ... el modo de producción capita 1
acríti ca de Ja ideología dominante . Regularmente , se hace refe-
hsta, se articula con el ambiente en el que se reproducen sus relaci
r ncia a estos conceptos como si fueran sinónimos y se les trata
nes sociales de producción mediante el proceso mismo de apropia
ción de la naturaleza, en el consumo productivo de los recursos na· de vincular con regularidad a los problemas del deterio~o an;-
turales, para valorizar el capital... Sin embargo, la naturaleza no e biental, lo cual lejos de aportar elementos para un est~d10 ma
un ente pasivo ... en la producción de valor y plusvalor del capi· claro y profundo, se despliegan de manera confusa y d1s~er~a a
tal". 11 Por lo tanto, la naturaleza, en u proceso de degradación ¡ largo de la conciencia social. De hecho , muchos trabaJOS 1m-
port~ntes en este sentido tienen este pr~b.lem~. Y adole~e~ .de
0
gana valor porque se vuelve escasa y ujeta a nuevas formas do
explotación y apropiación marcada por los límites de su una carencia de reflexión respecto a la ut1hzac10n de defm1c10-
autoreproducción, y objeto de la di sputa y contradicciones del capital. nes conceptuales más o menos precisas.
En tal sentido,
IO !bid, p . 13 5 y 136.
11 !b id., p. 137.

95
4

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¿EXISTE NA EPISTEMOLOGÍA LATINOAM ERI CA NA? Co ID ERACIONES EN TORNO A LA ADOPCIÓN DEL T ÉRMINO ...

[ ... ] la ecología y preocupación por la ecología, ha pasado a


este respecto, Ja definición del concepto de ecología no es
las expresiones comunes de un temor ampliamente difundid
11 ·na a problemas de carácter epistemológico. En este sentido,
de una reconciliación con el mundo deseada acaso por su v
1 !optar el concepto de ecología más general , tal y como se re-
guedad . El discurso ecologista, en su ambigüedad, ha contri
buido involuntariamente a esta indeterminación al integrars l1·r al principio de este párrafo , es necesario desde el punto de
una normalidad comunicativa que ha expuesto sus carencias \' tsta práctico, en tanto se requiere el auxilio de esta ciencia para
el orden de la racionalidad política.1 2 111 rdar algunos de los problemas ambientales con mayor ampli-
111 l y profundidad, aun cuando esta parte del trabajo no sea pro-
Esto puede constatarse en Jos siguientes enunciados, dond 11amente un estudio de ecología.
la confusión y mutua sobreposición entre lo ambiental el medi sí, en la medida en que se agudizan las contradicciones de
y la ecología es manifiesta. Lo anterior genera brechas, probl l 1 relación ser humano-naturaleza, se van perfi !ando y definien-
mas para la construcción de conocimiento. Por ejemplo: d< históricamente también rasgos significativos de la superes-
'' u tura, reflejándose ésta a través de un tipo de conciencia so-
" La eco logía en las relaciones Norte-Sur: el debate sobre el d 1·1a l muy peculiar que se va extendiendo gradualmente por el
sarrollo sustentable[ .. .] El debate ecológico se centra cada v in un do. Al conjunto de elementos que se expresan como la pre-
más en la destrucción de los ecosistemas globales[ ... ] De la con nrupación y el abordaje de los problemas ambientales se le ha
ciliación entre ecología y economía[ ...] Enfoque ec ológic
dado en llamar en primera instancia , "conciencia ecológica" o
neoliberal[ ... ] una salida a los problemas ecológicos . 13
" · nciencia ambiental". Es conveniente destacar un elemento
qu e permite Ja interiorización de ciertos aspectos vinculado con
En estricto sentido, la ecología se refiere al campo de estudio so
r l fenómeno de la conciencia determinados a partir de la forma
las interacciones entre los seres vivos y su entorno natural por Jo que
·n que se producen mediante actos reflejos de repeticiones su-
ivas, donde las condiciones sociales imperantes impulsan gra-
[ .. .]aparece, dentro del amplio campo de las ciencias biológica
actuales, con un relieve y un alcance extraordinarios ; la impor lualmente hacia una determinada acción externa e interna a partir
tancia de las cuestiones, que su constante avance plantea, d la incorporación de ciertas nociones, ideas y niveles de cono-
indiscutible. Ello se debe a que esta disciplina relaciona y con · imiento sobre problemáticas específicas en la praxis social.
juga, en una fructífera labor de síntesis, hechos y concepto Consecuentemente, la denominada "conciencia ambiental" o
que aislados y dispersos tienen la significación que logra s "conciencia ecológica" es parte superestructura] de un reflejo
aparecen enlazados y reunidos. 14 polivalente, ambiguo y contradictorio de las concepciones y re-
presentaciones que se tienen sobre la problemática ambiental.
12
Ballesteros , arios, "E l concepto de seg uridad ambiental y la integració n d
mercado norteamerica no'', Reln ciones Int ern acionales, 58, abril-junio de 199
Centro de Re laciones Internacionales, FCPyS, UNAM, Mé xico, p . 63. No existe término que sea tan popular y al mismo tiempo tan
13
Mármora , Leopo ld o , "La ecología en las relac ion es Norte-Sur: el de bate sob falto de significado unánimemente aceptado. ¿Cómo puede un
el desarrollo sustentable", en: Comercio Exterior, vol. 42 , núm . 3, mar zo d término significar algo cuando se emplea para connotar al o
1992 , Banco Na c ional de Co me rcio Exterior , México , 206-219 .
14 todo , incluyendo su propia negación? Uno oye hablar del oh1
Rioja , Enrique , Algunos conceptos ecológicos para el sociólogo y el economista
2a , ed . Coordinació n de Humanidades , UNAM, México , 1987 , pp . 7-11 5. to de la conciencia y del sujeto de la conciencia y de la unu 11 "''

96 97
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA?
Co SID ERA CION ES EN TORNO A LA ADOPCIÓN DEL TÉRMINO ...

amb~s e~ la au.toconciencia; de la conciencia individual, d


il 1 z de una conciencia ecológica o ambiental en términos de
c?nc1encia social [de la conciencia ecológica o conciencia
b1ental] Y de la conciencia trascendental; de la conciencia int 11 a loración social, no solamente en el ámbito de la superes-
1111 ·tura, sino de una praxis social concreta.
na Y la externa, la mucha o poca conciencia, la conciencia t
pora~ Y I~ conciencia eterna; la actividad y Jos estados d 1 1 orlo tanto, puede afirmarse que hay solamente algunos in-

c~nc1~n~ia. Ade.más, existe la materia de la conciencia y la e d1 ·ios que permiten vislumbrar la difusión de un término o una
ciencia inconsciente, llamadas respectivamente material de 1 1d ·, que surge a partir de una supuesta conciencia ambiental,
mente.' po~ brevedad y estados psíquicos inconscientes o su l 1I e] caso desarrollo sustentable. Esta expresión se refiere
co~sciencia, para evitar la contradicción verbal. Esta lista n 1 una pretendida construcción conceptual derivada de un con-
esta completa, pero es bastante sorprendente . La concienc jlllllO de discusiones en tomo a la problemática ambiental. Por lo
comprende todo ello e infinitas cosas más. No es de extraft l 111to , dicha expresión adquiere en primera instancia connota-
que haya pocas tentativas por definirla. is
1 1 nes particulares de una falsa conciencia o una conciencia
di storsionada, en tanto muestra solamente de manera desarticu-
E~to ~o significa que se pretenda definir el contenido de 1 lnda , fragmentada, confusa y parcial la realidad del problema
conc1~nc1a ambiental o ecológica, sino que a partir de estas con ¡ .i rnbiental , reduciéndolo generalmente a sus efectos y expresio-
dera~1ones resulta obligado preguntar profundamente el significad 11 • superficiales. Es evidente que la expresión colectiva en el
prop10 del concepto antes referido y su aplicación o relación con J (1rnbito planetario, de la conciencia ambiental no existe. Amén
problemática ambiental desde el punto de vista de su contenido. d ser un simple reflejo de falsa conciencia entre otras cosa
De t~l manera, si la conciencia strictu sensu es producto de p rque las condiciones imperantes no permiten que las mentes
complejo proceso de aprehensión y comprensión individual dich d millones de seres humanos tengan el nivel de conocimiento
" .. ._entendimiento está de acuerdo con la derivación de Ja ~alab n cesario acerca de dicha problemática. El impacto de l~ ideo-
lati~; scire, '. sab~r', raíz del término ciencia. 16 Por lo tanto, la pala 1 gía occidental dominante, asociada al ejercicio ~el poder m~­
~ra ... conciencia denota la capacidad para la reflexión en el sen liante Ja institucionalización de sus acciones, constituyen "corti-
tido del saber lo que uno sabe o de ser capaz de pensar acerca de J nas de humo" que impiden que el saber socia l se materialice y
que u~~ sabe'.'. ª A partir de estas referencias, se deduce que I
16
s extienda como práctica social, así como para la aprehensión
extens1on hacia el campo social de la conciencia se vincula con I de la problemática en sus causas más profundas.
refle~i?n colecti_va, r~specto a saberes científicos determinados y
cond1c1onados h1stoncamente. "Reflexionar es estar consciente d
estar consciente o saber que se sabe". 17 De estos razonamient
pueden extraerse importantes lecciones para cuestionar tanto I• urgimiento del término " desarrollo sustentable"

n el contexto de la Guerra Fría un pequeño grupo de investiga-


15 dores advierten sobre la destrucción del hábitat terrestre, a raíz
16 Ballin Klein, David , El concepto de In conciencia FCE México 1989 p
!bid., p. 18 . ' ' ' ' . del anuncio del deceso de] océano hecho por Ehrlich , en 1969.
16a /bid .
17 Ésta es, sin lugar a duda, la pauta que marca el surgimiento d · ·I
!bid., p. 20 .
Club de Roma en 1972. Desde entonces, la discusión se amplía
98
99

·············-il Wl lfil l l il l l /l lUl l l l l U l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1"'" " " """"""""º"'


CONSIDERACIONES EN TORNO A LA ADOPCIÓN DEL TÉRMINO.··
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAM ERI CANA?

hacia diversos grupos sociales y equipos de investigadores pr Todos los aspectos antes señalados también tiene~ una inci-
ocupados al respecto. Una de las aproximaciones más import il ·ncia en el campo del conocimiento y una detem~ma~~ c~n-
tes respecto al debate de los problemas ambientales, y expresión 1 ·nc ia social que a su vez repercute en una revalonzac1on si~-
1
las características que van delineando la inclusión de nuevos el 111 ricativa para la reorientación de los model~s de desarr,o~lo. Sm
mentos en la superestructura mundial, se realiza en la reunión qu n bargo, se denota la concurrencia de un discurso p~ltt1co que
1
encabezara G. Harlem Brundtland, a instancia de la Comisi ,¡ slaya las nuevas contradicciones de una fa~e.s~penor del de-

Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, quien en 198 .~1rro1lo. Por principio, y a partir de algun~~ anahs1s, el desarrollo
publicara el informe denominado Nuestro futuro común, tam durable es cuestionado por su inadecuac1on.
bién conocido como el Informe Brundtland. 18 La traducción
lengua castellana que más se acerca a este término es el d En el idioma castellano, resulta evidente por el parentesco de
desarrollo durable 19 el cual se utilizará a lo largo del trabaj las palabras "sostenible" y " sust~ntable'' , que el conc~pto de
"Desarrollo Sostenible" remite al concepto de "C apac1d~d de
como sinónimo de desarrollo sustentable. Pero que desde el punt
Sustentación" propio de la ciencia ecológica. En cam~10, en
de vista de una apropiación crítica basada en la perspectiva lati
inglés , Sustai~able Development, no está a pr.imera vista tan
noamericana, modifica su contenido sustancialmente, tal y com
directamente relacionado con Carrying Capa.city'. t~do ~epen­
se verá al final de este trabajo. dería de la definición que diéramos de Sus ~ai.nability. Sm ~i:i­
En el mencionado informe se resaltan problemas, se citan bargo quienes introdujeron con gran ex1to la expres1,on
cifras , se plantean posturas y se dan recomendaciones. De ahí Sustai~able Developm ent en la política internacional.. . qu e,na.n
surge , precisamente la idea para articular las necesidades del combinar conscientemente esas dos ideas: desarrollo econom1-
. ' ?1
capital en el ámbito de la producción . Éste se entiende como un co y capacidad de sustentac1on.-
proceso que garantice cubrir las necesidades presentes y futu-
ras de los diversos grupos que habitan el planeta. "El desarrollo Emerge, por lo tanto, una supuesta racionalidad ambiental. ~n
sustentable es el desarrollo que satisface las necesidades del un contexto donde las condiciones generales de .sob~expl~tac10n
presente sin comprometer la capacidad de que las futuras gene- de los recursos naturales y la fuerza de trabajo d1spomble se
raciones puedan satisfacer sus propias necesidades". 2 En ese º aceleran de manera inus1tada. Esto se debe , entre otras cosas,.ª
momento no se adoptan compromisos, ni obligaciones para suje- ue los prernpuestos de nuevos modelos de desarrollo y crec1-
tos involucrados, es solamente un diagnóstico y donde se deli- ~1iento económico no modifican su esencia con respecto a las
nean las bases y el preámbulo para algunos de los aspectos de formas dominantes, entre otras cosas porque operan ,co~ la mera
mayor relevancia que serán rebasados en la Cumbre de la Tie- idea de la limitación de los recursos, pero actúan pra.c t1camente
rra , realizada a mediados de 1992 en Río de Janeiro, Brasil. como si éstos fueran inagotables. De esta forma ~e fmcan espe-
ranzas en los logros que se pueden alcanzar mediante los avan-
18 Co mi sió n Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo , ONU , Nu estro

fulllro común, Oxford Un iversity Press, 1987 .


19 Véase , Hernández-V e la Salgado, Edmundo, Diccionario de política internacio-
· f' · [ ecologismo pop11/nr, hJ
nal, 4a . ed., Porrúa, Méx ico, 1996 , pp . 277-280 . 21 Martínez Allier , Joan, De fa economia eco og1ca, a
°
2 Co mi sión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, ONU, op. cit., p. 43 .
Ica ria , Barcelona , 1994 , p .69 .

100 101
¿E X ISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINO A M ERI CANA?
C ON IDERAC IONES EN TORNO A LA ADOPCIÓN DEL TERM INO .. .

ces de la ciencia y la tecnología. Es decir, que de este modo


un ?1odelo con~olidado de desarrollo, se le pretende sobrepon' 1 ·¡ ciones filosóficas , políticas, económicas, sociales , reli?io,s~s
o disfrazar mediante Ja utilización de argucias superestructura) · inc luso esotéricas, irrumpen en torno a esta coyuntura h1ston-
~on f?r~as por demás novedosas en lo político, Jo jurídico y J •;1. Desde este punto de vista es necesario partir de algunas

1deolog1co, Y que reflejan sólo algunos aspectos de la realidad d · ns ideraciones, explicaciones e indicios dispersos que abordan
l~s problemas existentes. "La dinámica dominante en este fin d ti manera amplia y diversa cómo es que se han desencadenado
siglo es la mundialización de la economía. Se basa en la ideolo ·i rtos efectos negativos en el entorno natural ~ lo c~al a su :~ z
gía de] ,"pensami.ento único", que ha decretado que a partir d rmite cierta coherencia a partir de un ejercicio de mtegrac1on
~h~ra solo es pos1bl.e u~a determinada política económica, y qu íntesis , sin que eso signifique una forma acabada de plantear
unicamente los cntenos del mercado y del neolibera1ismo abordar dicha problemática.
( c?mpetitivida~, productividad, librecambio, rentabilidad, etc.) per E n este contexto - abordar las implicaciones que supon ~ la
m1ten a una soc1~dad sobrevivir en un planeta convertido en la jungla . nstrucción de conocimiento en América Latina- resu.lta im-
de 1? compet~ncia. Sobre este núcleo duro de la ideología contem- portante destacar la influencia que los paradigmas dominantes
poranea se rncorporan nuevas mitologías que intentan hacer jercen en las variables ubyacentes al prob~ema d e~tro ~el P~?­
aceptar a los ciudadanos el nuevo estado del mundo ". 22 La ceso globali zador como una dimensión de la 1~temac1o~alt za~10n
propu estas para la transformación de realidad concreta se en- y transnacionalización del discurso ecolog1sta-amb1entahsta-
fren~an a los obstáculos de las fuerzas e intereses que marcan el ustentabilista, el cual a su vez es producto de un proc~so de
sentido de las tendencias mundiales, en las cuales el análisis cen- interiori zación en un tipo de conciencia , en cierto gra~o difusa Y
tral consiste en señalar que habrá perdedores y ganadores. 23 Esto profusa respecto a los problemas del de~erio~o a~b1enta~ . .Por
signific~ que para este tipo de visiones todo se reduce a muy pocas ta les razones , es importante abordar las 1mpltcac10nes teonc~­
alternativas para los perdedores, donde el macromodelo del desa- prácticas de la acepción del término desarrollo du ra ~~e,_e l ni -
rrollo del imperio del capitalismo globali z ador y s us diferentes vel de interiori zación social y su papel en la co~strucc1on d e re-
versiones (integración regional , formación de bloques económi- ferentes epi stemológicos debido a que ha. suscitado un acalora -
cos Y globalización) necesariamente marcarán el rumbo de la do debate . Asimismo, esto choca con los intereses de lo.s sect~­
historia. res involucrados , donde fundamentalmente sig~i~ica el 1mpe~10
A este respecto, cabe hacer mención de algunas carac terísti- de un determinado paradigma científico-tecnolog1c~ que requie-
c~s Y efectos del debate ambiental. Se multiplican las publica- re ' validez científica" para la justificación de s~s. acc.10nes. Desde
c~ones y se va creando gradualmente un entorno intelectual , que esta perspectiva, se vislumbran problemas significat1vos en .cuan-
sm lugar a dudas e ejemplo de una e xtraordinaria prolijidad y to las limitaciones del término que se ha Ile_g ado a ~on 1d~rar
rique za t m á ti ca. La conflu enc ia de paradigmas, teorías , con- concepto, paradigma, modelo , teoría, e i.n clus1ve podna asociar-
se a ·un nuevo culto cuasi religioso semejante a lo que el desarro-
22 llo y el progreso significó para nuestros ?ªí~e_s. ~fortunadamen­
Ra mon c.l, Igna ci o , " .ll ul· 1n u11 a • ·opo liti ca del caos ?" en Capítulos, SEL A
Caracas , num. 51 , Julio S· pt11'111h1 c d · 1997, p . 9. '
te, lo anterior no ha eliminado avances s1gmf1c~ti:os en el plano
23 y· K
de la exploración en nuevos ámbitos del conoc1m1ento.
ease, ennedy, Paul, ""' ''" t'/ .1·ixlo XI. Plaza y .Janes, Barce lona , J 993, 480 pp.

102
103
CONSIDERACIONES EN TORNO A LA ADOPCIÓN DEL TERMINO ...
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA?

La idea o enfoque del desarrollo sustentable adquirió relev~ncia ~n


La necesaria adopción del término "desarroll
n plazo relativamente breve y fue incluida en.las fo~ulac1lone~ e
sustentable" en América Latina U · · fl encia en a onen-
los organismos internacionales que mas nen en m u M d. l ( 1990-
tación de los modelos de desarrollo, com? ~l Ban~o un ia? e la
La envergadura de las políticas dictadas desde los centros d 1 1992) la Comisión Económica para Amenca Latma y el Canbe d
poder político mundial tiene eco en los estados y gobiernos de 1 ONU'( 1992), el Banco Interamericano de Desarroll? (BID) y ~~os.
región, los cuales han incorporado mediante la institucionalización De igual manera, el enfoque fue incorporado en el discurso politI2~º·
del problema ambiental, acciones para el "combate de la conta· no solamente ambientalista sino en general sobre el desarrollo.
minación" a la sombra del "paradigma" del desarrollo durable.
El problema de fondo radica en la politización e ideologización, y E claro que cada modelo o enfoque d~ de~a~o1lo supon~ d.e
en cierta medida la mediatización imperante en la concienci la di posición o construcción de medios c1ent1f1cos y tecn;.io;1-
social respecto al origen, causas y consecuencias de los problemas ' 0S ue ermitan cubrir la parte que le corr.e~ponde en 1c ~s
ambientales. Los problemas como el aumento de la deuda externa plan~ea;;ientos y que éstos a su vez están def1mdos por determi -
de América Latina en las últimas dos décadas, trajeron consecuen· nado tipo de intereses. . 1
cias negativas para sus sociedades desde el punto de vi ta de su La ex eriencia histórica de América Latina re pec.t~ a a
bienestar social, desarrollo humano y deterioro ambiental. implanta~ión e imposición de modelos eco.nó~i?os, poht:~eº~:i
Como parte del actual contexto, una nueva dimensión de la de- ociales mediante diversas formas de dommac1on por p~
pendencia aparece como una relación internacional de intercambio mundo desarrollado hacia nuestra región, conlleva neces~ia;~~t~
Norte-Sur: deuda por naturaleza; desarrollo por desarrollo a la reflexión de las implicaciones que la puesta en marc .ª e .e
arrollo durable desde el ?unto de vista de los cost~~ :r ~~f3~~~
1
durable. "El desarrollo económico sustentable es inseparable del
deseo del manejo de los recursos naturales". 24 Consecuentemente, tecnológicos y socioamb1entales que este nuevo p . _g
la incidencia de los dictados de las grandes corporaciones financie- podría traer consigo.
ras como el Banco Mundial , el Fondo Monetario Internacional y la
En este conjunto de condiciones , la cienci~ y la tecnolog~a e~~~
banca privada internacional han repercutido en la definición de nue-
subdesarrollo tropiezan con sever~s o?sta.culol~ ... ~~ m ~~in­
vas políticas de ajuste que permitieran a las economías de Ja región bable ue el proceso histórico de mst1tuc1ona ~zac1on y
poder cumplir con sus forzados y pesados compromisos por con- dusn·i~ización de la ciencia y la té~nica ~onoc1d~o ~~1 Eur~:::
cepto de su deuda externa que para 1995 se estimaba en 467 500 en Estados Unidos sea irreproduct1ble e mtrans en e a
millones de dólare .2 n tales condiciones, y particularmente a lo .
ciedad latmoamencana.
. 27

largo de e ta década, la adopción de una "nueva" forma de desa-


rrollo cobraba importancia. Hasta la fecha, se han adecuado y creado. for~as para eva-
luados impactos que las actividades humanas mfügen al entorno
24 Shahid Javcd , Burlo.1, vk ·p1 · ~ 1d ·111 • para la Región de América Latina y el

Caribe del Banco Mundiul, ""11 11on111 ntal Ovcrview from th e Environment, . . "El nfo ue del desarrollo sus! ·n1uhh .. ' 1•11
Dcpartment, Environmcntall S11:.1a1nahlc Dcvelopment, World Bank, 1998 : littp :/ 26 Provencio , Enrique y Julia Carab1as: . e b .q t / UNAM Méxi n, ¡1)111 , I' \
/ www. worldbank.org. Desnrro/lo s11sten.tnb/e: hncia ""ª po/111cn nm ien n , '
25 http :// www. worldba11k . or~ 27 Horada, .Joseph, op. cit .. p . 11 .

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~--------------!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!i!!!!!l!~~~~~~~
lllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllMllllllMMMlltlllllllll
Co SIDERA CION ES EN TORNO A LA ADOP CIÓN DEL T ÉRMIN O ...
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERI ANA?

. de una supuesta pauta de reproducción


natural mediante la creación de cierto tipo de modelos econométric 1111r considerarse dentro t ble Para ello las caracte-
tratando de copiar pautas de evaluación realizadas en el mund 1 a . criterios del desarral~n~;~~e;eªens~ñanza su;erior suelen

i tsllcas generdale~ de a~º:p~ar algunos criterios o conceptos gene-


desarrollado fundamentalmente. De esta manera se establee
criterios muy disímiles, ambiguos y contradictorios, utilizándo \ 1 ·gar a repro uc1r Y
como indicadores del impacto ambiental, pero dándoles un énfa 1:i os en otras latitudes.
sis de mercado. ., . . educativo de los países latinoa-
La articulación de los esfuerzos y compromisos derivados d Alienac1on progres~va del s1stelma . sitario hacia las pautas
· pectalmente e univer '
los acuerdos de integración regional no son compatibles en lo mencanos, es ,. d \as metrópolis sobre todo
. , . s culturales y po 1iticas e ,
hechos con los continuos daños que se siguen infligiendo al am· soc10econom1ca d b destacarse especialmente
de Estados Unidos. A este res~~cto e etud1'antes y de especializa-
biente, a pesar de que algunas de las mercancias, en forma d \ b de formac1on para es
servicios, proyectos planes o programas, se ostenten o etiqueten el papel de as ecas l . t .a técnico-científica y financiera de
ción p~ra g~aduados, a as1s. e~~: extranjeras, y las misiones que la
como productos "ecológicos". 28 Lo ecológico ha sido integrado,
las universidades y fundac10 d , la incorporación y la imita-
por lo tanto como parte de la publicidad o mercadotecnia, que ervisan Se pro uce asi ·
cump 1en y la sup .· . , del mundo de su ciencia
supuestamente está soportado por una estructura científico-tec- ción pasiva de una ~artl~~lar cdoncep~1on de sus nor~as y valores
nológica que "no contamina" versus la producción contaminan- , . . vestlgac1on y ocenc1a... ,.
y tec111ca, su m d . l' do de poco 0 nada cnt1-
te. Este fenómeno refleja, una vez más, la fetichización de las mer- actitudes opiniones[ ... ] acepta o y ap ica
30
cancías debido a que solamente se sustituye la apariencia del objeto co,[ ...] Co mo totalidad perfecta.
en su valor de uso, que se ajusta para. la sobreexplotación de los f d t les y condición in e qua
recursos humanos y.naturales. "El carácter misterioso de la for- Uno de lo s a~pec.t?s un r:~~:i:ado término del d arra-
ma mercancía estriba, por lo tanto , pura y simplemente en que nan para la reahzac1~n del., a la valoración social del
proyecta ante los hombres el carácter social del trabajo ... la for- ll~ durable, es la cons1d~a~\~~ar~;f~t~~·cambio desigual devalo-
ma fantasmagórica de una relación entre objetos materiales, no m1sm?, no desde el ~u~~o ci~n e interiorización consciente de las
es más que una relación social concreta establecida entre los res , smo de un~ as1m1 .ª . l dentro de los va \ore ' co -
mismos hombres". 29 Por lo tanto, se deduce que en el actual necesidades e ~~perat1vos ~oi~~se~istóricamente y que definen
contexto estos objetos no transforman la esencia en su carácter tumbres y trad1c10nes adqm~ . embargo no están libres
de mercancia, ni mucho menos le agrega un valor extraordinario una identidad y cultura propia, que sm
de contradicciones.
l , t blecidas en América Lati-
28 También, se puede ob ervar cómo cierto tipo de mercaderías responde a una Las polít~cas de cienc~a y tel~~ºs~;:~t:\~egaron a aplicar procedi-
"nueva moda" mcr ·antil de actividade s ·onómicas (bienes o servicios) que se na a partir del decenio de f . de tecnología y registro de
autodenominan como "l· ·oló •1 ·os", " sustentables", o "no contaminantes". Tal mientos legales para la trans erencia
es el caso de alguna s a:.olinu s. pup ·I · reciclados , envases de aluminio reciclado,
cosméticos, envases dl' a ·rns11I ·s . d ·t r •ente , insecticidas, pinturas. computadoras,
tel e visores , automóvil ·s. ul1111c11to s, ve s tido, restaurantes , hoteles, agencias de . c1·o' r1 en A111éricn Ln1i11n , 2a ed .
. ' · n In111ji1ca
viajes por mencionar alguno s 30Kaplan. Marcos , Soc1ednd. p~!'·''c YU~AM México , 1985 , p. 84 .
29 Marx, Carlos, op. cit .,I. 1, pp 17 8. Instituto de Investigaciones Jun icas, '

107
106

L - - -==---.......,,,,,..-- - - - - - - - - - -- - -- - - -MllUllllllllllllllllll
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAM ERI ANA? CONSID ERA CION ES EN TORNO A LA ADOP IÓN DEL T ÉRMI NO . . .

p~te~,tes y marc~~· buscando fortalecer una capacidad de neg il' las alternativas para superar dichos problemas , diferentes a
~~~~~~~~ s;~;c:::i~aer tecnología. Menos eficaces han sido 1 l:i s pautas imperantes.
las c d. . , ~ adaptar las tecnologías importadas Para conc]uir, la adopción de este concepto en América Latina
, on ic10nes ecolog1cas, sociales y culturales de nuestr '
11 'ne dos acepciones contradictorias. La primera es la que impulsa
~:~~e~:t::i~ gen~rar un proceso endógeno de innovación ... ·I aneo Mundial, y la OCDE, entre otros organismos internaciona-
. , o un impacto en la destrucción ecoló ica 1
degradacion ambiental de la región.JI g y en l ' y corresponde Ja forma de hacer sustentable el desarrollo del
·apitalismo en el ámbito global con todas sus contradicciones. La
Como se ha podido t . . ,' 'gunda acepción se refiere a] desarrollo durable como la piedra
Am, . L . h . cons atar, 1as mstituciones estatales en
come~1~~a pat1.na .dand mcorpora.d o Ja noción del desarrollo durab/ angular para la transformación de las relaciones sociales de pro-
non a que reqmere ser valorada . ducción capitalista. El desarrollo durable como concepto científi-
, , pol'tico y económico alternativo, liberador, inclusivo, profunda-
mente crítico e incluso, "subversivo". En este sentido, puede ser
En búsqueda de contenido para 1 onveniente adecuar este concepto a la idea de la sustentabilidad
a durabilidad desde la ubversiva. 32 Ésta, pretende reflejar el grado de malestar social
perspectiva latinoamericana
ante los procesos de exclusión y marginación propios del deterioro
La valoración que h d · ·d de las relaciones sociales, políticas y económicas dominantes en
. a a qum o el desarrollo durable ha ido en
ascenso, sm embargo , t h América Latina . "La sustentabilidad es entonces acerca de
. , . ' es a e oca frontalmente con la realid d
una lucha por la diversidad en todas sus dim.ension es". 33
f~:c~~~F7~sª %ep:~:~~i:~: !:~:~~~ ~~ l~a:e:~~~;:;~;:e::~;
e es e pobreza en las zonas rura]es y urbanas A
Es también , un concepto que encierra la lucha por mejores con-
diciones de vida , de trabajo , de salud de alimentación, de segu-
~~ ~Jo,, l?s eru~rzos incipientes realizados hasta la a~tuafi~saa~ ridad de los grupos sociales con mayores rezagos y carencias.
Para ello , es importante trabajar afanosamente en el estudio ,
acríti:e~1~adic~~n~oªd~ntan generalmente hacia la inducción recuperación y recreación de conceptos concepciones y cons-
fi e o, en tanto que se pretende atacar
e _ectos, y no las causas profundas de dicho deterioro Los a sus trucciones cognitivas vivas en ancestrales prácticas culturales ,
cws y propaganda asociada a las actividades co . . nun- pautas de producción y consumo. Incluir en la durabilidad el
parte de algunos agentes económicos así como 1 merciale~, por rico mosaico de etnias, grupos y comunidades indígenas y cam-
y ca - b. ' as promociones pesinas, amenazadas , excluidas abandonadas y expulsadas, en
mpanas am ientales promovidas por el Est d d
de 1~ su~:rficialidad con la que es abordado e] p~b~, andcuenta su mayoría, por el paradigma dominante del desarrollo. Incorpo-
tammac10n ambiental. De e ta m . ema e con- rar a dicho concepto la lucha y resistencia cultural como eje
1 1 anera se suele distorsionar
o~u ltar ~s ~ausas económicas, políticas, sociales y ambientale~ para la construcción de nuevas posibilidades de conocimiento.
q, ~ o ongman. En tal sentido, se muestran las 1· .t . .
tonco-soci~les que_ permitan uperar las contra~:~:~~~:s:~;~
31 Leff, Enrique , op. cit., p . 168 y 169 .
32 Barkin, David , Riqueza. pobreza y desarrollo su estentable , JUS/CE\Ont /l ' •11
gentes, debido a Ja incapacidad socia] de valorar adecuadamen- tro Lindavista, México , 1998 , p . 1O.
33 /bid ., p . 56 .

108 109

- -
..__............ ...... _,.,,.. ......... __ ~
LA CONTRIBUCIÓN DEL TEATRO
AL CONOCIMIENTO DE
AMÉRICA LATINA
HÉCTOR ROSALES
Centro Regional de In vestigaciones Multidiscip/i11aria ·
RIMIUNAM

"En /ns cie n cias d e l hombr e


qui e n plantea int e rrogant es no
puede sen tirse ajeno a lo q11 es
int errogado ".
MIR EA ELI ADE

Contexto y presentación

E1 marco que ofrece esta reunión académica me parece ideal


para exponer algunas ideas que forman parte de un proceso de
indagación más amplio acerca de las interrelaciones entre Tl·u
tro, Sociedad y Conocimiento que actualmente realizo en 1<• n111,
Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UN/\M . I• 11

111

- - -------------------lliiiüiiiillllllllllllllllillllllilillllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll
¿EXISTE UNA EP ISTEMOLOGÍA LA TINOAMERI ANA?
LA CONTRIBUC IÓN DEL TEATRO AL CONOCIMIENTO ...

mvestigación tiene un doble ori .


las ideas desarrolladas p H g~n. por una parte el estudio 11111 ·L , sino que está en el investigador mismo. Es la subjetividad
y espacios académicos· 'or ug~ emelm~~ en diferentes libn 1 11 ' I investigador. Ese esfuerzo de reconocimiento explicaría
com rend d , ' y .por a otra, m1 mterés personal p ctos que no se hacen explícitos en las comunicaciones aca-
truc~ón d:: 0~~~i~%ªn~~~~ ~~tt:r~:;.ne la subjetivida~ en la ~on
11 1

rl1 · 111 icas. ¿Por qué, precisamente, el estudiante o el investigador


ci~o. por la elección de la creativid~;o tema se.ha visto ennqu p1 o G sional se plantea esas preguntas y no otras?
privilegiado para estudiar d como,u~ angulo de lectur El planteamiento de Zemelman es importante porque nos re-
hete~ogéneos que intervienene e~~~;rqau~~~~s:ICa h1os elemento 1111 l , por una parte, al pasado del que el investigador e porta-
Frnalme t · res umanos. dor dimensión que se complementa con el énfasis que se hace
. 1 .n e e importante recordar la ubicación histó .
pacia y existencial que connota lo latino . n~a, 1· 11 1 sujeto como constructor de futuro. De esta manera se en-
orno científicos sociales as ir americano Y canbefl 11 ¡uece la investigación porque se incluye la dimensión ética de
tras prop . . p amos a controlar y verificar nue ¡>ira qué investigar, cuál es el sentido de la investigación. Hay
os1c1ones pero con plena conci . d
de universales absolutos sino , encia .e que no se trat rnuchas formas de producir un conocimiento útil que pueda ser
específicos y es en ellos dond (.ue estan ~efen~os a contexto < ialmente apropiado. Aquí hay un componente utópico que
e ienen pertinencia y eficacia.
v·1racteriza la propuesta epistemológica de Hugo Zemelrnan.

La situación latinoamericana y la Lenguajes artísticos y conocimiento


.
Ofens1va necesidad de abr1·r una
epistemológica
La decisión de acercarme al universo teatral forma parte de una
La propuesta metodológica de Hu o Zem 1 . trategia que busca tomar en cuenta los lenguaje artí~ticos
ceso creativo previo al diseño de ingvestiga~i::,anEmcluy; el pro- forjados en América Latina que puedan nutrir el pensamiento
puede llamarse de "incubación" d . . n esa a e, que ocia l.

!~~:;~~a~::~~~·~:;~::~~t~~om·~~~:~~~~nde~ ~nu:~~~:~~~ ~:;~ En los estudios latinoamericanos, además de atender las di-
mensiones económicas, políticas, ambientales, tecnológicas, edu-
de Zemel . o que nos ofrece la propuesta cativas y de la comunicación, sería importante incorporar el in-
man es comprender la tr t .
de experiencia social del investigado~cq~~~~ t~:~I la t~ayect~ria terés y el estudio de otros lenguajes: plásticos, arquitectónicos,
tearse ese problema de investigación Lo ue , eva .º a pan- fílmicos, literarios o espectaculares. Entiendo que una experien-
olvidar esa trayectoria individual pcr. nal qAIJ ~I n~s p~de es.ºº ci a transdisciplinaria plantea un desafio de articulación del pen-
samente, lo ubjetivo no só lo se r toma en. 1 fil es, on e, cuno- samiento . Desde la perspectiva que ofrece la relación entre tea-
e enomeno o en el tro y conocimiento, podemos hacer el esfuerzo de situarnos n
situación de umbral para romper las rutinas que nos llevan u
~ Co nsultar bi~liografía . reiterar lo ya conocido. En este sentido, una decisión ac rt d 1
Los e nsayos integrados ·11 l'I lthr o ~" .
sido e laborados desde esta ¡w1 1i¡w · 11~a<. 11t1pe11sar la cu ltura , (Rosales , 1998), han en el proceso de investigación ha sido mantener una actitud h1 1
ta ante instrumentos que originalmente no fueron pen. u t
112
113
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOG ÍA LATINOAM ERI ANA?
LA CONTR IBUC IÓN DEL TEATRO AL CONOCIMIENTO .. .

fines heurísticos profanos ero


pectiv~ holística, como lo; ~and~~=s~on portadores de una p l 1 ' ar sus decisiones , sino que las toma porque en su vida ese
1 ·ma de investigación se le presenta como una necesidad apre-
El intento de pensar la com 1 ..d
parte de un proceso abierto de ¡~;11 a~ ,del hech? teatral form 111 iante.3No es una necesidad externa. Incluso, muchas veces,
resa por 11enar de sentido cad ag~c1on y de vida que se int 1· ·capa a la lógica de los temas que cuentan con más apoyo fi-

las evidencias crecientes d a uno e nuestros actos, frent nanciero, o de aquellos que, aparentemente , son de mayor ur-
visión del mund .e .q ue hay una perversión en nuest ' ncia social o política. De pronto aparece la pregunta: ¿por qué
en el pensamien~ ~~;e ongma en la escisión que se establee no ocuparse de estos temas, si son los más apremiantes? La
entre el sujeto y el obje;~n~~tent;e ~1 observador y lo observad posición que se sostiene aquí plantea que si lo que interesa
afirma Morris Berman· :,L re o . um~no y lo natural. Como) ' ir al origen de los problemas, es conveniente aprender a
· a conciencia · t'f
c~encia alienada porque ha estable .d cien I ica es una . ~on mirar más allá de lo aparente. En esta propuesta el teatro es
distanciamiento con la naturaleza" c(B1 o una total separac1on 'Y un vehículo que permite volver a hacer un conjunto de pregun-
.Q , . · erman 1981 · 17) tas fundamentales que están debajo de lo social perceptible, y que
qué\e~~~~::a~·;~:~::ae~r~~:t~cº frente a este hecho? ¿Por remiten al magma o energía primaria que está en la profundidad de
posición frente a] malestar .ªpara fundamentar nuestr la condición humana y que es irreductible a cualquier intento de
p que sentimos en el alma?
orque el hecho teatral encierra , 1 . 1 . definición unidimensional: horno sapiens o animal laborens
der las paradojas y contrad . . mu hp. es claves para enten- (Arendt, 1996).
temporánea. No es exager:~c10;.~s en la situación cultural con. La elección del teatro como objeto, realidad fenoménica o
sión cultural que integra en so~· 11m~r
de la vida soc . 1 ,
iue el teatro es la expre-
u istona , as modalidades diversas
'co ntinente de realidad" a explorar respondió , en un primer mo-
mento, a una decisión intuitiva , misma que con el paso del tiem-
hasta 11egar as~; u: ei:~e~t su vez'. la . teatralidad se expande po y con el estudio de una amplia bibliografía, ha demostra~o su
1a reproducción de lo social.oEl constitutivo de Ja prod
teatr
·, d
, ~cc1on y e potencial para establecer múltiples diálogos, interrelaciones, in-
celencia, sólo en él se t o es el arte polit1co por ex- tercambios y cuestionamientos de carácter epistemológico . Los
vida humana Es el , . raspone en arte la esfera política de la orígenes del teatro están indefectiblemente unidos a las expre-
. urnco arte cuyo solo te lh
su relación con los demás. (Arendt, 1996). ma es e ombre en siones primigenias de la especie humana, motivo por el cual su
estudio está relacionado con el de muchas otras ciencias, desde
la antropología y la historia, hasta la sociología, la comunicación,
Del teatro como d. · . la psicología, las ciencias políticas, la semiótica o la biomecánica.
ispos1tivo para conocer Ame'r·1ca L atma
.
En el teatro se hacen observables las interrelaciones entre la
¿Por qué el teatro? mente , el cuerpo, la fantasía y la creatividad.
Esta pregunta admite múlti le
Hay un nivel estrictamente pe~ on:I ~~:s~as de t~dos n~veles. 3 "Además de la dime nsión empíri ca o fenoménica (x) y de la dimensión he urístico-
que Zemelman retomando a ' ace re1erencia a lo
sea el ámbito d~nde el invesli~~~J~r ~~ ~~e~j'qulelama ¡~¡ eje ':z", .º
exp icar o JUstt-
analítica (y), pod e rnos defi ni r un a tercera, o eje Z. Es ta tercera dimen sió n es la de
los pres upuesto s fundamentales , la s nociones, lo s térmi nos , juicios y decisiones
m etodo lóg icas ''. (Holton , 1989 :23)

114
115
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? LA CON TRIBUCIÓN DEL TEATRO AL CONOCIMIENTO ...

Precisamente, la realización de este proyecto se justifica p 1 po a, al recrear la vida de manera artistic~, con !ª . disposi~ión
que el hecho teatral encierra múltiples claves para entender 1 1 ·¡ acial y temporal adecuadas a cada monta3e escemco. ~1 tiem-
paradojas y contradicciones presentes en la situación cultu 1' >de lo cotidiano se hace más soportable cuand? se . ~attsface la
contemporánea. El teatro reúne un conjunto de característi · 11 ·esidad de asistir vivencialmente a la reconstituc1on y repro-
que permiten imaginar diversas estrategias de razonamiento p d11 ·ción de lo social.
proponer hipótesis renovadas acerca de lo social. Esto es po La teatralidad no es , en consecuencia, solamente la que se
ble porque el teatro ocupa un lugar crucial en la cultura llama 110 muestra en los teatros, en los espac;ios explícitamente cons-
"occidental", desde las formas originales que adquirió en la e l 11' 1idos para representar fragmentos de la vida, si~o que , en ge-
tura griega, hasta la modernidad (Kerckore, 1985: 42-4 7). No 11 -ra l la teatralidad está en todos los eventos sociales. La gran
exagerado afirmar que el teatro es la expresión cultural que i paradoja es que en la vida social institucional~zada y rutiniza?a
tegra, en su historia, las modalidades diversas de la vida social , . vive una teatralidad manipulada y despojada de su sentido
que, a su vez, la teatralidad se expande hasta llegar a ser un el 11tual re-vinculante de lo humano, lo natural Y lo divino .
mento constitutivo de la producción y de la reproducción social. Ante esa situación, este es un proyecto que intenta lanzar
Interesa constatar también que, en cada una de las civiliz 11 na gran red para aprehender lo real sin fragmentarlo. El pro-
ciones y culturas, existieron y aún existen formas teatrales pr 'Cto está estructurado siguiendo un camino que va de lo gene-
pias que satisfacen necesidades antropológicas básicas, porqu 1al a lo particular. Por esta razón , en la primera etapa se propo-
a través de ellas se modelan y modulan los usos del cuerpo, 1 n· trabajar el hecho teatral en general. Allí lo que se intenta es
habilidades de representación y la utilización adecuada de 1 1 ·unir un conjunto de preguntas que provienen de la a~tropolo-
signos, códigos y sistemas simbólicos que regulan los interca 1' ía filosófica y que se le pueden hacer al teatro . Prectsam~nte,
bios entre los seres humanos y de éstos con la naturale ro n relación al teatro en general, es donde emerge un pnmer
(Schechner, 1997, 6-11 ). Por estas razones, el teatro es uno lriángulo que, en sus transformaciones y despliegues '. va origi-
los instrumentos más adecuados para el intercambio y la co nando un conjunto de palabras clave que indican la rique za de
prensión intercultural (Pavis, 1992). los universos de conocimiento de todo tipo que están implícitos
El teatro, desde esta perspectiva, no es propiamente sólo ·n el estudio del teatro. Estos entrecruzamientos y confluencias
reflejo de lo social, sino una forma específica de creación entre teatro , sociedad y conocimiento son los que~ en esta pri-
realidad. 4 En esta vertiente, el teatro es un instrumento de e mera etapa, tendrán prioridad. Si se asume la u~1.dad entre el
nocimiento que nos permite relacionarnos con lo social de u vivir y el investigar, la metáfora del viaje puede ser u~tl para evo~ar
manera sintética y profunda, a diferencia de lo que ocurre en la actitud metódica que aquí se propone: el inventano y la res~na.
vida cotidiana. El teatro intensifica el conocimiento de las sit Qué es lo que será incluido? ¿Qué ejercicios y tareas se reahza-
ciones y momentos cruciales que afectan a la socialidad de u ,'.án? ¿Cómo se objetivará el trabajo realiza~o? ¿En qué momento
será pertinente cerrar un ciclo para compartir lo hallado c~n ~~os
4
viajeros? La incertidumbre forma parte de la apertura ª.l~ medito.
Los lenguajes artisticos · umpl ·n una función gnoseológica y no sólo cogniti
Además de pretend er const i tu 1r un re tlej o , representan un "germen transfor La esperanza se alimenta cada noche clara, cuando perc1b1mos que
dor''. (Ze melman, 199 2 · 167 ) la ruta elegida es la que resulta del propio caminar.

116 117
LA CONT RIBUCIÓN DEL TEATRO AL CONOC IMI ENTO .. .
¿EXISTE UNA EPIST EMOLOGÍA LATINOAMERICANA?

El referente concreto en este proyecto es el hecho teatral t ' ada dimensión responde a una racionalidad que debe y puede
y como se presenta en América Latina. La aproximación a es · plicitarse. La delimitación de lo latinoamericano funciona como
referente se hace con las premisas epistemológicas, teórica un locus político y simbólico que permite mirar el mundo. Asu-
metodológicas que conciben la realidad no como algo ya dad mir la latinoamericanidad consiste en afirmarse como parte de
sino dándose (Zemelman, 1992). En este sentido, el teatro un a comunidad que constituimos, no para segregamos sino para
estudia a partir de su historicidad, su configuración como cam · nstruir vínculos significativos con los "otros" que tienen algo
po, sus ritmos de cambio o persistencia, y las mutaciones que h 1
ue decirnos , algo que enseñarnos y CC?~ quienes p~demos co~­
sufrido en cada contexto nacional o regional. !luir en tareas comunes porque compartimos un conjunto de atri-
El teatro en América Latina tiene una gran significación hi l utos, necesidades valores y deseos que e han ido construyen-
tórica. Especialmente en los últimos cincuenta años se ha con d en la historia.
gurado como uno de los hechos culturales donde se registran 1 En este punto resulta importante reflexionar sobre la poten-
acontecimientos que han marcado el devenir de comunidad · ia lidad epistémica de pensar el teatro en una dimen ión
múltiples, regionales o nacionales , y que expresan de man lran cultural e decir, en el flujo de una tradición de tradiciones
polifónica, la historia subcontinental, así como la manera especl ue reconozca en el teatro el sentido de investigación y profun-
1
fica en que se han vivido y registrado los acontecimientos polítl lidad que subyace a toda labor científica y artí tica y qu~ recu-
cos y económicos en la subjetividad social e individual. p re para Jos estudios culturale~ , los ap?rtes cre.a.t1vo Y
5
En esta investigación se busca comprender de manera integr 1 1noseológicos de una de sus comunidades mas propos1t.1vas.
para el caso latinoamericano, las múltiples facetas del hecho t Una aproximación panorámica al universo teatral latinoame-
tral , el cual incluye: la escritura, la creación escénica, 1 ricano puede obtenerse a través del conjunto de ensayos,
escenificación, la recepción, la historicidad, la reproducción de 1 y
inventarios, directorios fichas de trabajo reunidos en los cuatro
sujetos, las condiciones de producción la intertextual idad, y 1 volúmenes que se publicaron con el título Escenarios de .do
dinamismos entre la tradición y la innovación. Todo ello entend mundos ( 1992) bajo la coordinación de Moisés Pérez oten llo ,
do como un proceso en movimiento, donde se articulan difer así como las obras de teatro iberoamericano publicadas en el
tes temporalidades, espacialidades y juegos simbólicos. l•ondo de Cultura Económica, compiladas por varios autores. De
La elección de la región latinoamericana se hace a partir
asumir intereses históricos concretos. De manera similar a lo q
planteó César Femández Moreno (1972), para el caso de la lit ' Lo transc ultural remite a los trabajos de Ángel Rama , quien ac tuali zó el. concep-
10 de transculturación acuñado por el cubano r:ernández Ortiz para dc~ign~r las
tura , el conocimiento disponible y el que pueda generarse ac
Jifercntc fa e del proceso transiti vo de una c ultura a otra . 1 proceso implica. la
ca del teatro debe servir para replantear un problema que sig idqu isición, Ja pérdida y la creación de .e lement.os culturales . · I co nce pto. ~escribe
vigente: ¿Qué es América Latina? Esto significa que no se la cu ltLu·a presente en Ja co munidad latino~me ncana . como . un prod u c t~ lai ga m.e n-
1. tran scu ltur ado y en permanente evolución; al mi smo ll e mpo qu e ( .. . ) ~o iro ­
por demostrada la unidad de América Latina, sino que se acep
hora la energia crea dora que la mu eve . haciéi~dola m~y di s t111ta de un imple
como una hipótesis de trabajo de la cual se parte y que pu ug regado de normas, comportamientos, creencias y objetos cultura.les, p~es se
ser comprobada o no a lo largo de la investigación. trata de una fuerza que actúa con desenvoltura tanto sobre su herenci.a parll cu lar,
Lo latinoamericano se configura en un proceso dialéctico en NCgún las situaciones propias de su desarrollo , como sobre las aportaciones prove-
nientes de fuera". (Rama , 1982 : 34)
lo local, lo regional lo nacional , y lo subcontinental caribeft
119
118
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAM E RICANA? LA CONTRIBUCIÓN DEL TEATRO AL CONOCIMIENTO ...

igual valor es la Enciclopedia mundial del teatro, especialm Con relación a la delimitación teórica, resulta fundamental
en el volumen dedicado a las Américas, coordinado por el mae hacer explícito el lugar imaginario desde el cual se teoriza. En
Carlos Solórzano (1996). La definición de observables: autores, t r ste proyecto interesan en particular los siguientes aspectos: la
tos, genealogías de grupos, puestas en escena, procesos de cr · nstitución de los sujetos que hacen teatro; los contextos
ción, acumulación cognoscitiva, memoria e instituciones que s cioculturales en los que tiene lugar el hecho teatral ; la relación
incorporados al cuerpo de la investigación, serán seleccionado entre lo micro y lo macro social, mediado por la creación teatral;
partir de la revisión de varias fuentes: bibliotecas especializad sobre todo, las relaciones entre las expectativas utópicas , los
revistas, periódicos, redes electrónicas, encuentros y entrevi 1 nguajes que se articulan en el proceso de creación teatral la aper-
tas. lura a formas nuevas de construcción del conocimiento; la pre-
En términos espaciales, se trabajará la región latinoameri s ncia de la otredad ; y, finalmente, los fenómenos de la
na como una realidad que conjuga la unidad, la fragmentación 1nterculturahdad.
la diversidad .6 En esta etapa, las especificidades nacional La manera en que se ha estructurado este proyecto de in-
locales no serán objeto de una descripción y un análisis detallad stigación admite su continuación de manera indefinida. ¿Qu '
porque lo que interesa privilegiar es el pensar en términos latin ' entonces lo que establece la pertinencia de ocuparse del es-
mericanos y en este sentido, se seleccionarán los interlocutor ludio del hecho teatral tal y como e presenta en uno o varios
las fuentes que se sitúen en este nivel de reflexión. procesos creativos, realizados en un corte temporal y e pacial
La delimitación temporal tiene que ver con una pregunta cen · pecífico? Si se asume la unidad entre el vivir, el conocer, el
¿Cómo juega el tiempo en la objetividad del fenómeno? En el ca narrar y el comprender que se dan como totalidade de sentido
del teatro latinoamericano al ser una entidad viva que resultad 'n nue tras trayectorias de vida, la elección de autores, textos,
inversión continua de trabajo humano, obliga al investigador a m cenificaciones instrumentos teóricos, y temas de interés , res-
nejar distintas temporalidades y a enfrentar el problema de la m ponderá a la ca~acidad que tengamos para religamos con las
diación. Las mediaciones son dispositivos heurísticos que penni manifestaciones creativas que sean resonantes con nuestra sub-
ubicar la atención en diferentes planos y niveles de la realidad. jetividad. De este modo, puede ejercerse la libertad de investi-
mismo tiempo, las mediaciones permiten establecer, con cierto e gación afirmada en una lógica de lo imagina! : una ubjetividad en
trol metodológico, las interrelaciones entre los procesos macr acto, que engendra su propia temporalidad y su propio e pacio
micro sociales. Para cada investigación surge el desafio de establ (Jambert, 1989). Un uso creativo y lúdico que trans-forma lo .
cer las mediaciones que resulten pertinentes. 7 imaginario en invención (Chateau, 1976). La construcción de
múltiples relaciones de conocimiento con los lenguajes que per-
6 mitan ocupamos de lo inexpresable hasta expresarlo (Hjelsmlev,
La pregunta: ¿Qué es América Latina?, tiene muchas respuestas que serán pi
del invcnlario de la investigación, por ejemplo : " Hoy concebimos a Am~r
Latina co~o una articulación más compleja de tradiciones y mod ernidades (
versas, desiguale ), un continente heterogéneo formado por países donde, en e hablando de mediaciones. La concreción histórica es una concreción mediada en
uno , coexisten mli llipl 's lóg icas de desarrollo " . (García Canclini, 1989 :23) vi rtud de que el contenido de los procesos está determinado por una articulación
7
Según Hugo Zemclman : " ... /a mediación es la especificidad histórica del fe de tiempos difer e ntes y de nivel es en alguna relación no prede terminada "
meno ; por lo tanto, c uando hablamos de lo históricamente determinado, esta ( 1992 :42) .

120 121

J J l l l - - - - - - - - - - - - - - - -- - - I J l l ! l l illiillllllllijlll!llllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllH>""'""'"""""''"'''''''''''''''''''jjll i
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA?
LA CONTR IBU IÓN DEL TEATRO AL CONOCIM I ENT ...

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SOCIALES EN AMÉRICA LATINA
JOHANNES MAERK
Universidad de Quintana Roo

" Si ustede s se fijan en la forma en que hacemo investiga-


c ión teórica, estamos repitiendo las pauta anteriores de
hace rla, empezando por preguntarnos qu é dijo Habermas,
qué dijo Tony iddens ... Y me parece muy bi en, no vayan a
creer que no qui e ro que lean a Tony , o que no leamos a
Habermas ... Pero lo que quiero decir es que estamos partien-
do de un supuesto teórico-metafísico del que no logramos
deshacernos y que sería el primer punto de partida de una
investigación teórica seria ... " (Pablo Gonzále z asanova) 1

E1 "cover" está de moda en México y en general, en América


Latina. Igual a los "covers" de la música en los años sesenta
(cuando Alberto Vázquez o César Costa cantaban canciones de

1 González Casanova : "Ciencias sociales, agenda para los próximos veinte ai'los "

en : Perló Cohen, Manuel, Las Ciencias sociales en México. A11álisis y persprct1


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124 125

- - - - - - - --Uilllil!lllillllüill1Ullillllllillli!lllli.1Jllillillilüilüllüil!ilUtblllu111111111111111111111111111111111111111111111,.1.,1,,,, 1,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, ... _,.,_, _ _ _ _ _ _ _ ~..tlll l l


¿EXISTE UNA EPIST EMOLOGÍA LATINOAM ERI CANA ? L A " CI ENCI A COV ER" EN LAS CI ENCIA S HU MAN ÍSTI CAS ...

Elvis Presley o Paul Anka en español, o el grupo de rock Thr ine a América Latina para aprender y conocer otras formas Y con-
Souls in My Mind de Alex Lora interpretaba canciones en in . ptos de vida, otras mentalidades y costumbres. Y efectivamente
glés); de igual manera, hoy en día, en los noventa el "cover" sigu 1 he encontrado en los barrios, las vecindades, las aldeas y en las

vigente en las ciencias humanísticas y sociales -supongo que n •randes ciudades . Lamentablemente, esta gran variedad Y riqueza
solamente ahí. s reflejan muy poco en la reflexión intelectual de los investigado-
Hay una larga tradición en los países latinoamericanos de im r s del continente sobre su realidad social latinoamericana.
portar ideas y conceptos de otros lados y aplicarlos indiscrimi Se cae en el error de "universalizar" conocimientos locales de
nadamente a la realidad social de América Latina; es decir, los in supuestamente "grandes autores": Max Weber analiza y des~ribe
vestigadores sociales "copian" o mejor dicho se "fusilan" teoría al burócrata del viejo continente; Joseph Schumpeter descnbe Y
conceptos y métodos ajenos, sin importar que éstos puedan s :mallza al capitalista innovador europeo (sobre todo inglés); Jürgen
aplicables o no a su objeto de estudio. José Gaos denominaba t Labem1as la sociedad actual desarrollada (sobre todo alemana) Y
esta situación epistemológica el "imperialismo de las categoría ' Pi erre Bourdieu la de Francia de los siglos XIX y XX. En vez de
es decir, que unas categorías oriundas y originadas en la cultu r conocer el carácter singular de cada una de estas teorías, en
europea pasaran sin más a tipificar el proceso histórico , econ América Latina existe la tendencia a creer que en cada capitalista
mico, social y filosófico latinoamericano, sin recibir las modifi latinoamericano hay un capitalista al estilo de Schumpeter o Weber;
caciones y adaptaciones que el caso requiere. 2 0
que la relación entro lo público y lo privado en México o Brasil sea
Me gustaría invitar a los economistas mexicanos al barrio d un similar de la situación alemana según Habermas. Estos son sola-
Tepito en la ciudad de México para que se den cuenta que el e mente algunos ejemplos de una tendencia generalizada. (por lo me-
merciante tepiteño (igual a otros de sus colegas del continente) n no s en las Ciencias Sociales y Humanidades) de traducir conceptos
encaja en el concepto de la razón calculadora (ZweckrationalitlJt y teorías ajenos al español latinoamericano. .
del comerciante (Kaufmann) de Max Weber. La economía tepite ¿Cuáles podrían ser las causas de este "contrabando de ideas"
(similar a muchas otras formas de la economía latinoamerican desde los llamados centros del conocimiento (sobre todo Europa Y
está basada en una red social de "cuates" y una razón "emotiva stados Unidos) hacia el continente latinoamericano? A mi modo
En vez de invertir las utilidades, este comerciante las goza de ver se puede mencionar al respecto por lo menos cuatro causas:
disfruta ya sea en forma de fiestas, mujeres, automóviles últim
modelo o joyas ostentosas. Está claro que los economistas, qu 1. La escolástica dominaba en América Latina todavía en el
entienden obras de su especialidad sólo si están escritas en i iglo XVII mientras en Europa este pensamiento me~ieva~ fue
glés, nunca van a comprender estos rasgos particulares de ustituido por el empirismo inglés (Locke, Hume) y el rac1onahsmo
economía latinoamericana. francés (Descartes). Así , el Discurso sobre el M étodo de Des-
Y por qué dice todo esto un europeo (a la mejor bisnieto d cartes , que fue publicado en Francia en 163 7 , se dio a ~o~ocer
Maximiliano), e podrán preguntar. La respuesta es sencilla: y en el Nuevo Mundo más de un siglo de spués y en Mex1co el
3
tribunal de la Santa Inquisición se abolió apenas en 1862.
2
Véase Villegas Abc la1d o, "So bre el es tudio de la filo so fía la tinoame ri cana",
Balances y perspectivas de los es tudios /atinoa111 ericanos, M éxico, UNAM, 198
p . 94-95. 3 Cere ijido, Marcelino , Por qué no tenemos ciencia , Méx ico, Siglo XXI, 1997. ll 11 I,

126 127

, _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ illllllllllllllllllllllttlllllllllllllll lllllUUllUllmnmuumum m111mm m111111111111111111111111111111uumn • •""''""" '""'""""" ='~""""'~~""'°'""'"'"


¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERI /\NA'! LA "CIENCIA COVE R" EN LAS C IENC IAS HUMAN ÍST ICAS ...

. 2 · Una ve.z lograda la independencia latinoamcricunn En los años sesenta del presente siglo, en el marco del
g.mada la universidad escolástica y pontificia en el siglo 1 / 1r pra ma de la Alianza para el Progreso lanzado por el en-
filosof~a .positi~ista de Comte se convirtió en el "guía cspirll 11111 • presidente de Estados Unidos, John F . Kennedy , se trató

~e Amenca Latma - las fórmulas básicas de la fiJosofía coi 1 li 11 utralizar el impacto de la Revolución cubana en la juventud
.orden
_ y prog . reso " f tguran
' h asta el presente en la band r 11111 v -rs itaria de América Latina, mediante el fortalecimiento de
s1 lena-. ~e !~portó el sistema de la "Universidad Na poi e 1,, 111 estigación científica, la construcción de laboratorios, el
~on las s1gu1.entes características: descentralización de lu 1p1q amiento de bibliotecas y la departamentali zación universi-
nanza . superior, 0 sea , su organizac1on · · . en centros de ·stu 111 1:i . Se trataba como el investigador argentino Oteiza comenta
superiores
. . , que no n ecesanamente · . .
son untvers1dad d · una reforma concebida fuera de la región". 6
e~adicac10n de la teología y el culto a las nuevas institucion L En Ja actualidad, la política científica de organismos inter-
d1cas y e~onómicas del sistema capitalista en desarrollo. S 11 1 ·i nales como el Banco Mundial y otras agencias de coopera-
be ademas . la taJ·ante sep arac1on · , en tre mvestigac1on
· . . , y docen 1 1ún internacional apunta, a diferencia de la Alianza para el Pro-
d?,cencta como tarea específica de la universidad, y la invc t 1' ·so fundamentalmente a
c,10 n ~orno tarea exclusiva de los institutos autónomo ,
1 Institut d~ France creado por Napoleón I. 4 Pero mientr disminuir el compromiso del estado con la universidad pública,
~uropa la filosofía positivista ligó la polémica intelectual y reducir los recursos estimulando la expansión de la cobertura
ritual con el desar1·ollo de 1os p1.oce d 1m1entos
' · , . . de un sector privado de orientación profesionista, ubicado sin
. tecmcos e in ambages en el mercado y orientado de manera acrítica hacia la
tnales
. , en América
. . . L t . e lt b ·
a ma 1a a a aquel impulso sempttcrn ·
prese rvación de l statu quo de la estructura del poder[ ... ] y fa-
do~d~ el pos1t1v1smo se convirtió en una receta para la ac vorece r la proliferación de universidades privadas. 7
practt~a. Así pues, se invirtió la relación entre realidad cientf
Y.reahdad empírica: la experiencia tuvo que adecuarse a la el Por supuesto hubo y hay intentos en América Latina de con -
cia. Muchas de las pugnas políticas de la segunda mitad del i truir conocimiento propio a partir de la realidad social de l conti-
XIX en los ' ¡atmoamencano
· ·
paises se pueden explicar a p 11 nte. Tal es el caso de la teoría de la dependencia , la sociología
de este ?~c~o. El derrocamiento del emperador Pedro 11 de Br de la explotación, el modelo centro-periferia o el concepto del
por posittv1stas, el sentido pronunciadamente anticlerical d 1 ·· imperialismo interno", que eran muy influyentes en los años se-
leyes Juárez y Lerd o en M'ex1co, · ·
e mcluso la Constitución m t nta y ensayaron la "sustitución de importaciones en el plano
can,ª. de 1~57 , fueron intentos de adecuar la realidad social 8
1 ·órico-interpretativo". Sin embargo, con Hugo Zemelman se
9

polttica latinoamericana a la fi1osofía proveniente de Francia.


11 ereijido, Marcelino , op. cit ., p. 11 3.
1 lbidem .
K Vale~zuela José C. "A níbal Pinto : un clásico latinoamericano", en Marini Ru y
Mauro y Márgara Millán , la teoría soc ial latinoam ericana . Subdesarrollo y
4 Mi c he lana , Héc tor Silva/So t· H . R . d p endencia, t. 11, México , El Ca ballito , 1994, p. 73 .
. .. . . . nn ag, e 1n z udolf, Universidad d ependen c
~evo luc1011 , M ex ico : Siglo XXI, 1984 , p. 21-22 . . •1 Zeme lman, Hugo , "Los desafíos del conocimiento sociohistórico en América
Stege r, Han ns-A lbert ( 1974) ¿ . 'd Latina" en Leal y Fernández Juan Felipe La sociología en México. Persp ectivas
.. . , . , ~ as un1 vers1 ades en el d C'sarro l/o so cial de Am
11 ca latina, Mex1co , Fondo de ultura Eco nómica , p. 92 . discip linarias y nu evos d esafíos, México: FCPyS, UNAM, 1994 .

128 129
LA "CIENCIA COV ER" EN LAS CIEN IAS HUMANÍSTI CAS . . .
¿EXISTE UNA EPIST EM OLOGÍA LATINOAMERI CANA ?

p,uede pr~guntar por qué se abandonan tan rápidamente las t y no a Luis Villoro en algo sustantivo. ¿Qué indica todo esto? que
no hay acumulación sistemática en la tradición de investigación
nas propias en América Latina. La respuesta no es sencilla. R
mexicana, que en su lugar hay una suerte de colonización mental
Mauro Marini, uno de los grandes pensadores de la teoría d 1
que asigna mayor estatus al citar a un autor extranjero que a un
dependencia, llega a la siguiente conclusión: "América Latinan
autor mexicano, el cual puede haber desarrollado lo mimo que aquel
puede desarrollar un pensamiento reflexivo, crítico, sobre sí mi 12
con igual seriedad.
ma. De la misma manera como consumen los productos elab
rados por las manufacturas europeas, los latinoamericanos v Únicamente cuando un autor como. es el caso del economista
a consumir también las ideas que se generan del otro lado d hindú Amartya Sen logra el reconocimiento por parte del centro en
Atlántico. En una amplia medida, esas ideas serán tomadas d forma de un premio Nobel , el autor tercermundista se vuelve
mismo modo como se toman los productos manufacturados
decir como bienes finales , cuyo proceso de elaboración sed "citable".
Por ende, México - igual a otras regiones periféricas en Amé-
conoce - lo que no deja otra alternativa a la vida intelectual sin rica Latina, Asia y África- se encuentra en una situación desfa-
la exégesis y la apología" .10 vorable al respecto con la división internacional del trabajo para
G.ina Zabludovsky 11 analiza en un libro editado por la UNAM la construcción del conocimiento: la creación de los "metarelatos"
mediados de los noventa la sociología contemporánea en Méxi como señala Jean-Franc;ois Lyotard, 13 es decir grandes teorías
co donde aparecen como constructores del conocimiento soci líneas epistemológicas, escuelas propiamente dichas en los paí-
I?gico única y exclusivamente autores de los países industri ses centrales y la aplicación de este conocimiento en forma de
lizados como Jeffry Alexander, Pierre Bourdieu, RalfDahrendor~ estudios de caso, recopilaciones de historias locales e investiga-
Norbert El ias, Talcott Parsons y otros. Luis F. Aguilar trata de ex ciones de campo en los países periféricos. Esto se ve todavía
plicar este fenómeno para el caso de la sociología en México: 14
más claro en el campo tecnológico. Marcos Kaplan comenta
~e todos modos, en la mayor parte del territorio sociológico al respecto:
sigue observando baja acumulación, producciones que no
La actual división internacional del trabajo científico sirve poco
eslabonan, que no hacen referencia a las investigaciones o pro
y mal a las necesidades de los países del Tercer Mundo . La ciencia
d~ctos de ?tros investigadores mexicanos en campos afines o qu
y la técnica contemporáneas de los países avanzados - naturales Y
solo menc1~nan al pequeño circulo de colegas afines. Investigad
sociales- tienen características y limitaciones etnocéntricas.
res que obviamente prefieren citar a Habermas en alguna trivialida
Concebidas y elaboradas para otros contextos y fines, actúan

10 Marin~ , 1~11 Muu rn. " I a so iolo ía po líti ca", en Gonzále z Casanova. Pablo 'I
otro s .\oc10/oglo 1frl 11<'.wirrollo /a1i11 00111e ricn110 . Una gu ía pnrn su estudio 12 A.guilar , Luis F., "El estado actual de la investigación soc iol ógica en México".
1970, p . 160 .
en Leal y rernández , Juan Felipe y otros, Es tudio s de teoría e historifl de la
11 Zabludovsky, ~ i111u. " I{ ·Jl ·,u111 ·s n torn a la teoría sociológica e n Méxic , sociología en México . México , UNAM-UAM, 1995 , p. 21 O.
los..~ucvos reto , 1 . •n 1 \'11 1 h~ rn {1nd c7, Juan Felipe y otro s, Ln sociología ell 13 Lyotard , Jean-Franc;:ois , Ln co ndición posmoder11n, Madrid . Cátedra, 1'>Kh
Me.x 1co . Perspect111 fl .\' 1l1H'ip//11011os nu evos des n'íos México· FCP s UNAM 14 Kaplan , Marcos , La ciencia en In sociedad y en In política, México. Sl·I' 1>11111 ,
1994 . ,. • . y '
1979, p . 54 .

130 131
LA " C IENCIA COVER' EN LAS IENC IAS HUMA ÍSTICAS .. ·
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA?

"Si alguno de ustedes ha estado alguna vez en una fa.vela de


además en el sentido de una dominación y una explotación cr •
una ciudad sudamericana, se habrá dado cuenta cómo uno se
cientes del Tercer Mundo por las potencias industriales.
siente ahí inmediatamente como un cuerpo, y lo que ve a su
alrededor es una masa formada por otros cuerpos. Algunos de
ellos aparentemente son personas, juegan un rol ~n los sis~e­
Por otra parte, existe poca comunicación con otros colegas d mas de comunicación, pueden tener carreras y relaciones socia-
países periféricos: se puede constatar un raquítico vínculo con 1 les, pero una gran masa de la sociedad humana vive reducida a
producción intelectual y poco acceso a la información actualizad ' cuerpos'. Estos pueden personalizarse entre sí, pero yo supon-
de otros países del llamado Tercer Mundo que tienen problema go que lo hacen en un grado muy pequeño, principalmente olre-
17
económicos y sociales similares a los de los países latinoameri· dedor de cuestiones como la violencia y la sexualidad".
canos (por ejemplo Brasil, India, China). Lo mismo sucede con
los intercambios académicos, estadías de investigación y año En vez de esta pobre y mecanicista descripición por parte de
sabáticos que normalmente se hacen en países centrales. Con un influyente representante del funcionalismo alemán pueden
Esteban Krotz 15 se puede cuestionar el concepto de ''cienci surgir en América Latina científicos al estilo de ~!ex Lor~ quien
mundial". Para el caso concreto de la enseñanza de la antropo· ha sido capaz de convertirse, de un cantante de covers ,en. un
logía en México se restringe, de hecho a aquella producida n auténtico cronista de la vida urbana de la ciudad de Mex1co,
Gran Bretaña Francia y Estados Unidos, sin tomar en cuenta 1 desde un punto de vista "muy acá".
producción científica de otras latitudes. Lo mismo sucede con 1
producción editorial: casi todas las obras antropológicas extran·
jeras traducidas en México provienen de estos tres países y ca.
todos los antropólogos mexicanos que cuentan con un doctorad
extranjero lo han obtenido en uno de ellos. Además, para 1
organismos gubernamentales encargados de otorgar becas d
posgrado en el extranjero, no existen universidades "de excelen
cia" fuera de los tres países mencionados. 16
Si hemos analizado hasta aquí la "ciencia cover" en los país
latinoamericanos hay que constatar también en algunos "grand
autores de la llamada "ciencia mundial" una tendencia de proyect
sus propias teorías en realidades sociales ajenas. Por ejemplo,
sociólogo alemán Niklas Luhmann "describe" de la siguiente man
raque por sí solo habla un barrio latinoamericano:

15 Krotz, Esteban, "¿Los prescindibles? Ensayo sobre las tensiones entre 1

científicos sociales y sus campos de actividades", en Perló Cohen, Manuel, o 11 Luhmann, Niklas, " Unidad y diferenciación en la sociedad modcrnn" , rn
1 1 111
1 •
cit ., p . 249.
16 Ibídem .
Socio lógicn, núm . 12, 1994 , Méx ico, septiembre-diciembre.

133
132
DISCIPLINA E INTERDISCIPLINA EN
LAS CIENCIAS SOCIALES DE HOY*
·J
GERARDO TORRES SAL IDO
Centro de Estudios /11/ erdisciplin arios en
Ciencias y Humanidades, UNAM

E1 hilo conceptual que guiará esta contribución e la relación


actual entre las disciplinas científico-sociales y la interdi ciplina.
El objetivo que busca es plantear una discusión sobre los límites
del conocimiento social y sus probables desarrollos en los próxi-
mos años. El estado actual del conocimiento científico exige abor-
dar esta relación incluso entre áreas tan disímile y aparente-
mente extra ñas a las ciencias sociales como las ciencia natura-
les. De aquí surge una propuesta, por otro lado, fundam ental: el co-
nocimiento interdisciplinario exige un conocimiento a fondo de las
disciplinas pero al mismo tiempo significa un planteamiento de prin-
cipio .sobre la unidad del conocimiento. Esta contradicción pare-
ce ser insalvable en la actualidad debido al reciente desarrollo
de las ciencias, lo que ha propiciado la acumulación de informa-
ción en las disciplinas a una escala sin precedentes en la historia

* Agradezco los comentarios de Guadalupe Valencia y de Jorge Cadena .

135
DISCIPLINA E INTERDI C IPLINA EN LAS CIENC IAS SOC IAL ES DE HOY
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERI C ANA?

de la humanidad. El problema reside en saber cómo llevar a cabe pensamiento científico, por un lado y el cambio social,_µor otro; El
el proyecto de una cultura general sin abandonar la especializ convencimiento de que la modernidad significaba cambio y que este
ción que impone la disciplina, cómo construir un conocimienll era inevitable llevó a la burguesía al convencimiento que éste de-
unificado sin abandonar las posibilidades de la especializació bía ser admi~istrado. Esta vocación administrativa del cambio
disciplinaria. Epistemológicamente el problema es construir m· despertó las sospechas y la hostilidad de Marx respecto .ª l_a
temamente el desarrollo de los conceptos que están posibilitand sociología. Las ciencias naturales marcaron la pauta para disci-
una trayectoria hacia esta unidad y por supuesto están construyen· plinar el pensamiento rebelde y el ca~bio social. Aqu~lla .tran -
do las categorías propias de esta nueva situación. mitieron un contenido empírico y demostrativo a las ciencias so-
La unidad del conocimiento ha sido una meta largamente aco· ciales y la ambición newtoniana de plantear leyes uni~ersale
riciada por el pensamiento científico. Los grandes momentos d después de un largo proceso de acumulación de ~videncias Y de
síntesis filosófica y científica han marcado los momentos clav datos. La tarea parecía ser, no obstante, demasiado ardua Y el
para aspirar al conocimiento unitario y axiomático. En la anti · proyecto de investigación de las ciencias sociales no plan~eaba
güedad clásica Aristóteles marca el punto culminante de un gran de manera realista su probable culminación por lo que eviden-
desarrollo filosófico que permite llevar a cabo un proyecto unifi · ciaba su atraso , lo que provocó una baja autoestima de los cien-
cador del conocimiento bajo la disciplina de la lógica. En la so· tíficos sociales frente a sus colegas de las otra ciencia . Cons-
ciedad moderna el ejemplo de esta aspiración a la unidad d l cientes de esta 1imitaciones, los intelectuales de Europa central
conocimiento es el pensamiento completamente autosuficient provenientes de la física, de las matei~~ticas y de la filosofía
que construye Hegel. Pero en otro sentido , también es una aspi · buscaron llevar a cabo un proyecto umficador basado en axio-
ración a la unidad del saber la recomposición sistemática de pen- ma últimos. El programa de la escuela de Viena tuvo su fun?~­
sar al capitalismo como totalidad, que después lleva a cabo Marx . mento en la bú queda de estos axiomas . El desarrollo de_ }~ ~1S1-
Para la ciencia y los científicos de fin de siglo XIX, e inicios d l ca y de las matemáticas ofreció al mundo mo~e~o la posibilidad
siglo XX, los supuestos de estos pensadores eran completamen- real de llevar a cabo la unificación del conoc1m1cnto.
te especulativos y se referían en esencia a sujetos trascenden· El planteamiento de una ciencia unificada baj~ est~ _ caracte~
tes que realizarían esta unidad en el espíritu hegeliano o la cla risticas , con una preten ión universalizante y axiomattca ,e~tro
obrera marxista. Estaban convencidos de que un planteamiento en crisis, sin embargo, muy pronto . Los desarrollos c1ent1f1co
sobre la unidad del saber debía partir de los descubrimiento recientes pusieron en cuestión las pretensiones de un conoc1-
científicos· es decir, en sentido estricto debía tener evidencia miento tal. La emergencia de nuevas propuestas que se basan
empíricas. Probablemente lo que parecía "no científico" en e • en la idea de \a incertidumbre y de las estructuras disipativas Y
tas grande con truccionc conceptuales era, por un lado, su autoreguladas, han significado una revolución del pe1:san:i~nto de
resistencia n par ·lar 'le nocimicnto y por otro, la heurística d largo alcance, que ha sido llamada, a partir de la pubhcac1on _de la
la posibilidad obj ti va qu' ta teorías contienen . segunda parte del libro de Snow , The Two Cultures, publ 1ca~a
Las ciencia so ·ialcs m di ciplinas surgen, parafraseand en 1963 , y en la cual contesta a sus críticos, como la em~rg~~cta
a Marcuse (1980) y Wal 1·rstcin ( 1998), como un intento por "di • de la tercera cultura (Snow, 1993). Este libro , que fue sigmfica-
ciplinar", es decir. ord ·níH y ujetar a pautas de conducta l tivo para los estudios de la nueva cultura científica marcó el

L36 137
DISCIPLI A E INTERDI CIPLINA EN LAS CI ENCIAS SOCIALES DE HOY
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAM ERI CANA '?

punto de partida para un diálogo entre científicos y humanistas. la unidad de las "dos culturas", qué punto de partida debe
Para Collini, editor de Snow, desde la publicación de este libro, adoptarse. Un primer problema no resuelto es la relación entre
han surgido nuevas disciplinas y especialidades que reflejan este el sujeto y el objeto y entre el sujeto y el sujeto que debe ser
diálogo, como la biología molecular, la biotecnologia, la bioquímica, aclarado. Un segundo problema es el de las consecuencias
pero sobre todo, la nueva física que representa un acercamiento institucionales del cambio; y un tercer problema es el de las
a las ciencias humanas (Snow, xiv-xvii). implicaciones de este cambio para el pensamiento social de los
Sin embargo, desde un punto de vista sociológico, el acerca- países llamados "periféricos" a los cuales debe verse no en un
miento disciplinario se dio a partir de la Segunda Guerra Mun- sentido pasivo, sino en sus aportaciones intelectuales como suje-
dial, cuando las necesidades militares impusieron una coopera- tos participantes del cambio. Aquí cabe la pregunta del coloquio:
ción entre científicos de las distintas disciplinas que encontraron ¿Existe una epistemología latinoamericana? Interrogante que
intersecciones entre sus respectivos campos de saber, dando lu- puede ser precisada de esta manera: ¿Puede construirse una
gar a nuevas disciplinas y nuevos problemas que han abierto epistemología latinoamericana?
perspectivas y sobre todo la posibilidad de un diálogo entre es- Las ciencias sociales que vivieron bajo el designio empirista
pecialistas. El planteamiento emergente ha encontrado en los y universa lista de la física del siglo XIX observaron la realidad
cuatro últimos decenios desarrollos conceptuales y descubrimien- social como una relación de sujeto a objeto y el modelo siempre
tos en al menos tres campos muy importantes en la actualidad: fue, claramente, llegar a un estado de desarrollo semejante a las
las ciencias de la información, los sistemas complejos y el ciencias naturales. La emergencia de la nueva cultura científica
estructuralismo. En cuanto a las ciencias sociales, el desarrollo parece plantear un problema semejante al que afrontaron las
en esos campos ha provocado que las fronteras disciplinarias ciencias sociales decimonónicas, pues las categorías de anál isi
surgidas en el siglo XIX comenzaran a "traslaparse" producien- que se imponen ahora parecen tener un referente en la~ cien-
do un estado de incertidumbre en los límites de las disciplinas y cias, sobre todo en la biología o en la química. Sin embargo ,
una duda generalizada sobre la validez de la distinción entre áreas existe una ambigüedad en este punto. Algunos de los nuevos
del conocimiento. conceptos de las ciencias (caos, disipación, bifurcación) pare-
Los autores del informe Gulbenkian para la reestructuración de cen tener un referente en la sociedad y sus procesos de sociali-
las ciencias sociales llamaron a este proceso de unificación "la ne- zación. Las propuestas de Prigogine e lsabelle Stengers, dos de
cesaria apertura de las ciencias sociales "(Wallerstein et al., 1996). los más decididos promotores del diálogo entre las dos culturas,
La distinción entre las ciencias nomotéticas e ideográficas o son profundamente humanistas, al plantear que todo conocimiento
hermenéuticas y explicativas empieza a ponerse en duda . es social (Prigogine y Stengers, 1990). Pero ello no quiere decir
Del debate en torno a la cooperación entre campos del saber que todos los promotores de la emergencia de la tercera cultura,
distintos, de las base obre la que puede plantearse una unidad y más específicamente de las nuevas tecnologías, tengan este
del conocimiento y de la perspectivas que seguirá la discusión punto de vista. Tal podría ser el caso de John Brokcman ( 1996)
epistemológica, e preciso establecer algunos problemas que quien no da importancia a las ciencias sociales en este cambio.
están presentes y que deben ser clarificados. Uno de ellos se Por otra parte, es evidente que las discusiones y propuestas de
refiere a las bases sobre las que debe desarrollarse el diálogo y la cultura emergente están provocando una revolución intelcc-

138 139

llll1111••••"""moi11umm11111111111111111mm..............,.,,,,,,,,,,,,,.,.,.,. .... ,,.,11,,.,.,,.,,,.,.,.,.,.,.,.,,.,,.,,,.,.,.,.,.,,.,.,, ...... ,, .... ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, ,,,,,,,,, .... , ............., ........................... .,,,,,,,_._,,.... __ ,,..,,,,,,,,, .... , ......................... _ •••••••
¿EXISTE UNA EP ISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? DISCIPLINA E INTERDI CIPLINA EN LA CI ENC I AS SO I ALES DE HOY

tual en el sistema mundial que está afectando las estructura. novedad que representa la interdisciplina. En el año de 1970 se
académicas y los cotos disciplinarios institucionales, de maner realizó en Niza, Francia, un congreso que tenía por objetivo plan-
semejante a cuando la institucionalización disciplinaria del siglo tear algunas definiciones y acercamientos a conceptos tales como
XIX puso en cuestión las viejas facultades de teología, filosofia y disciplina, interdisciplina y transdisciplina. El resultado de estas
derecho en la universidad medieval. En este sentido, uno de lo discusiones fue traducido y presentado al público de habla cas-
programas más claros a echar a andar es discutir el papel qu tellana en 1975 (Apostel. 1975). En las discusiones se destaca ,
pueden tener los nuevos centros de investigación y estructura en general, que la disciplina está con~ormada por una comunidad
académicas flexibles que permitan la cooperación científica, pero de científicos que establecen una metodología común que les
que en la actualidad se ven sometidos a enormes presiones. Otra sirve para interactuar y comunicarse entre sí y con otras comu-
vez el símil de la institucionalización disciplinaria del siglo XIX nidades científicas, al mismo tiempo que establecen formas de
parece ser pertinente. La resistencia que enfrentaron las disci- transmisión y reproducción de los métodos y las propuestas
plinas referidas a la ciencia política, la sociología, la economía y axiomáticas de estas disciplinas (ídem, p. 181 ). En la noción de
la antropología en el seno de las facultades de teología, derecho, la disciplina existe la conformación de comunidades que se rela-
medicina y filosofía (escolástica), es en gran medida idéntica al cionan normativamente y que transmiten su visión del mundo.
reto de supervivencia que están afrontando los centros de inves- En este sentido, como lo hace ver González Casanova la disci-
tigación interdisciplinaria y los que quieren llevar a cabo un diá- plina tiene también el sentido de la búsqueda ordenada~ ri.g u:o-
logo (de pares y no subordinados) entre los científicos de la sa de la verdad. Existe el peligro real de que cuando la d1sc1plma
ciencias naturales y las sociales. El tercer problema tiene que es transgredida, se incurra en la indisciplina. La interdisciplina,
ver con el hecho de que en los centros escolares de Latinoamérica para este último autor, es una manera de establecer .Y ~estable­
se ha vivido un papel subordinado y ciertamente imitativo de las cer los vínculos que desde hace mucho tiempo han ex1st1do entre
tendencias intelectuales de los países centrales. Una pregunta las ciencias y las humanidades y de estrechar los lazos entre una
central de este documento es si frente a esta nueva tendencia cultura de la especialización y una cultura general. No obstant~ ,
unificadora puede plantearse una aportación desde Latinoamérica es preciso señalar que la interdisciplina aparece como una ~sp1-
y cuáles serían las características de esa aportación. ración a la unidad en los momentos de síntesis del pensamiento
¿Cuáles son las características que adquiere la nueva cola- humano. No por algo , González Casanova recurre a Aris:ótel~s
boración entre las distintas áreas del saber y entre las discipli- como el pensador sistemático de la antigüedad , como la smtes1s
nas? ¿Cómo se plantea esta colaboración en Latinoamérica? del conocimiento especializado y la cultura general.
Para abordar estas preguntas de una manera conceptual po- En un plano más general , Piaget (1975) también po~tula la
dríamos escoger el camino de las definiciones, que por supuesto unidad de las ciencias con relación a los vínculos que siempre
no son rígidas de áreas de conocimiento, disciplina e han· existido en el área de las ciencias naturales y que se han
interdisciplina. La discusión entre las áreas del conocimiento y originado en la necesidad de comprensión de ~o.s fenó1:1e~os que
sus enfrentamientos los abordaremos más adelante. En cuanto a relacionan dos o más disciplinas, como la f1s1co-qu1m1ca o la
las definiciones de las disciplinas e interdisciplina existe un de- bioquímica. Para Piaget, el establecimiento de las relaciones
bate muy amplio generado desde los años setenta acerca de la interdisciplinarias se da en un plano estructural profundo, en el
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERI ANA? DISCIPLINA E INTERDICIPLINA EN LAS CIENCIAS SOCIALES DE HOY

que se est~bl.ec~n relaciones conceptuales que van enriqueci n ste proceso permitió grandes avances en el conocimiento de
do a las d1sc1plmas que se vinculan. La interdisciplina apare los objetos y en sus descripciones, condujo, sin embargo, a una
como un pr~ce~o ~ue e~vuelve a la mu]ti~isciplina. la interdisciplin especialización en la que la jerarquía de las ciencias permitió el
Y ~a transd1sc1plma. En este sentido, las disciplinas establee n establecimiento de ramas y de subconjuntos en las cuales los
P.n meramente ~n ~ce.rcamiento de tipo informativo que no añad especialistas se divorciaron incluso de los troncos de la discipli-
nqueza a las d1s.c1plmas ni establece cambios en su estructura. na que les había dado origen. Tal ha sucedido en las ramas más
A este pr?c~so P1aget Je denomina multidisciplina y correspond especializadas de las ciencias sociales como la demografía y las
al conoc1m1ento de los fenómenos observables. En un segund numerosas especializaciones que ésta tiene, o en Ja historia, en
momento, las estructuras no observables se configuran como lo la que los especialistas no pueden construir visiones generales
elem~ntos más importantes para la construcción del saber enri · de la misma. De ahí que algunos especialistas no hablen tanto de
quec1end~ las disciplinas y propiciando su cambio gradu~I. No la interdisciplina como de las intersecciones de estos subconjuntos.
e~ que ex1.s ta ~na intención explícita de los científicos de estu- Un ejemplo de estas intersecciones sería la historia económica
diar un objeto mterdisciplinariamente, sino que Ja única manera (Mattei, Dogan y Robert Pahre, 1990). Para nosotros , es indu-
d~ e~tu?iar el objeto es por medio de las intersecciones entre la dable que esta última posición excluye un punto de partida sobre
disc1plmas abo~ada~ a su estudio. Un ejemplo de este proceso la unidad del conocimiento y su construcción. La interdisciplina
P?dna ser las ciencias ambientales, las tecnologías o Jos estu- se realizaría en estas intersecciones interminables de las diver-
dios de ~a s.al~d. La transdisciplina sería e] paso siguiente, cuan- sas especializaciones, tanto más interminables cuanto más espe-
~º las d1s~1pl mas se unifiquen en una especie de teoría sistemá- cializaciones surjan. Desde nuestro punto de vista la interdisciplina
tica que SJrva de marco explicativo a las relaciones estructurales no debe verse como un ejercicio de asociación entre las distinta
entr~ las cie~cias. La pregunta que se han hecho algunos como especialidades sino que debe reivindicar su carácter de cons-
Gusdorf es s1 la concepción de interdisciplina debe ser concebida trucción de una visión conceptual que tiene la estructura: el sis-
en e~te se~tido. sistemáti~o y unificado. Él pugna más bien por un tema histórico o la totalidad como punto de partida epistemológico
sentido mas abierto de la mterdisciplina y por una visión más plural para el conocimiento de los procesos profundos del conocimie~to.
de los problemas que se aborden interdisciplinariamente (Gusdorf, La sociología, la antropología y la historia, tienen un sentido
1982). ,No o?stante, hay que mencionar que la definición de Piaget interdisciplinario en este sentido; la economía como ciencia de la
no esta alejada de los momentos históricos en la medida que riqueza también tuvo en sus orígenes una aspiración sintética y
esta~J~ce como cate~oría de estudio fundamenta] la epistemología comprehensiva de la sociedad.
genetica Y el estudio de las estructuras en su origen lógico y Al margen de que el positivismo imperante haya introducido una
desarrollo conceptual.
aspiración a la hiperespecialización, la prueba de que la interdisciplina
. Lo. q~e .h e expuesto aquí son algunas de las definiciones de no se constituye como un agregado de "subconjuntos" o de discipli-
mterd1sc1plma~ p.e ro ello no quiere decir que éstas se hayan agotado. nas aisladas, es la aparición de las nuevas formas del conocimiento
Algunas defimc1on~s más recientes conceptúan la interdisciplina que hemos enunciado anteriormente, cuya aportación fundamental
como un. resultado h~ea.I d~ la división intelectual del trabajo, que ha sido una profunda reestructuración de conceptos en las ramas
fue el ongen de las d1sc1plma y su institucionalización. Aunque del saber más significativas que han conducido a un nuevo d1úlo •<
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DISCIPLINA E INTERD ICIPLINA EN LAS CIENCIAS SOCIALES DE HOY
¿EXIST E UNA EP IST EMOLOGÍA LA TI NOAME RI ANA?

entre las ciencias y las humanidades. Decimos conscientement · proceso mediante el cual el espíritu se ha conocido y re-conoci-
nuevo diálogo porque éste se ha dado, efectivamente, desde siglos do. La totalidad es entonces una visión del pasado desde una
atrás. Para demostrarlo recorreremos algunas de las discusion realidad que ha llegado a ser racional en si misma. La aspiración
en tomo a la relación entre las ciencias y las humanidades, para a la unidad de Ja ciencia aparece aquí con relación a la construc-
abordar después las implicaciones para el pensamiento y la cul - ci ón de una totalidad teleológica en la cual las ciencias físicas o
tura latinoamericana. químicas, por ejemplo, sólo reproducen el movimiento de la tota-
En el párrafo anterior introdujimos el concepto "áreas del lidad y son sólo una fase del desarrollo del espíritu. En La enci-
saber" y la necesidad de que establezcan un diálogo. Así pue clopedia de las ciencias filos~ficas," por ejemplo, la química
es preciso ubicar en dónde se dio una división de las ramas del representa el movimiento de una teleología "finita" en la cual la
saber. La primera mitad del siglo XIX tuvo una visión total de la materia se transforma para seguir un fin determinado: convertir-
ciencias. Después de las visiones enfrentadas entre la cienc1 e en un bien "consumible" por el espíritu, es decir , por la huma-
cartesiana y la historia, que en gran medida habían marcado la. nidad. Representa , por otro lado, el proceso de trabajo en el cual
discusiones del siglo XVII y XVIII , y que se habían traducido en el hombre se reconoce y humaniza. La unidad de las ciencia
una separación entre las ciencias exactas, newtonianas y las cien- aparece bajo la égida de un espíritu que se reconoce en el esca-
cias históricas , el siglo XIX, poskantiano , se propuso crear un lón más alto: la eticidad, es decir las instituciones y las leyes que
visión total de la ciencia que tuviera como objetivo la construc- constituyen el Estado.
ción, o la restauración romántica de una totalidad sin fisuras . Para los jóvenes hegelianos y para Marx, la totalidad hegeliana
Hegel , Marx y Comte aspiran a la reunificación de Ja humanidad debía, por el contrario, ser construida por medio de una nueva
bajo la protección de la ciencia. Las concepciones hegelianas d ruptura distinta a las realizadas por Hegel. Para algunos de e -
la totalidad, la visión marxista de la sociedad capitalista como un tos jóvenes hegelianos , la totalidad era altamente especula!iva y
sistema dinámico o la comtiana de la sociedad como un su idea de Ja racionalidad como totalidad actual era una identifi-
reunificación de la humanidad, representaron formas de conc • cación mística con el presente, por lo que debía ser separado de
birla unidad de las ciencias bajo un aspecto filosófico basado n lo filosófico lo que existía como científico. Para otros , la totali-
la categoría de la totalidad. dad debía partir de la consideración de lo humano como el ente
Hegel parte de la totalidad como una totalidad dialéctica qu creador y no el espíritu abstracto hegeliano . Para Marx, la tota-
se construye en la lucha y el desgarramiento. El conflicto es l lidad debía ser construida partiendo del hecho de que no existía
elemento fundamental de esa construcción. En la dialéctica d l un determinismo histórico en el cual el espíritu a final de cuentas
amo y el esclavo, la historia encuentra su sentido. Sin embargo, debiera reconocerse. Las primeras diferencias entre Marx Y
el enfrentamiento cede paso a la conciliación , la totalidad e Hegel se refieren justamente a una consideración distinta de la
construida como un efecto de la reconciliación entre los opue • física democrítea y epicúrea. Hegel ve en ~l atomismo antiguo
tos: éstos se transforman, de enemigos, en partes integrantes d de Demócrito y Epicuro el determinismo de la naturaleza. El
un mismo fin , de un espíritu astuto que ha hecho del sufrimient atomismo antiguo es para Hegel el reino de la necesidad, el rei-
y el trabajo los elementos fundamentales de su reconocimiento, no en el que la unión de los átomos se realiza de acuerdo a movi-
Al fin, Hegel puede decir que la historia es lo ya superado. Es l mientos necesarios y ciegos. Marx coincide con el maestro en el

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DISC IPLINA E IN TE RDICIPLINA EN LAS C IENC IAS SOCIALES D E HOY
¿E X IST E UNA EPIST EMOLOGÍA LATINOAM ERI ANA?

sentido que el atomismo democríteo es determinista, pues la uni tral. En lo que difieren es en el método , por un lado , Y en el
de los átomos se realiza mediante su caída, es decir, de man tiempo en que aquéllas deben ser realizadas. Par~ Hegel Y Marx
necesaria, sin que la libertad o la capacidad de decisión teng el método es el rupturista, dialéctico; y la categona central de. ~u
un papel relevante en la unidad de los átomos. Pero el atomism pensamiento es el conflicto, la inestabilidad y la reestructurac10n
epicúreo reivindica el azar y la declinación de los átomos. E t interna, dialéctica de los sistemas. No obstante, para H~g~l la
hecho, que Hegel no valora, para Marx representa la posibilida conciencia realizada en el ahora resuelve las preguntas ~as1cas.
de la libertad - hoy diríamos la incertidumbre tal y com La construcción del sistema ha pas.ado por el conflicto, el
acertadamente descubre Prigogine al rescatar el momento de 1 desgarramiento ha cesado, el sistema positivo es lo .~erdadero .
declinación, o clinamen de los átomos de Epicuro como el orig n Para Comte el método es positivista el de la negac1on de todo
remoto de la física contemporánea (Prigogine, 1996, 17-61 )- , n contlícto . s~ categoría central sería la estabilidad, la contrarre-
la naturaleza, pero también significa encontrar los fundamento volución. . .
naturales de la construcción autoconsciente de la vida públic El tiempo constituye la categoría complementana de la totah-
libre. Para Marx, la totalidad, entonces, en cierta manera surg dad. El momento de la unificación entre el sabe~ y el hacer en-
también de la consideración filosófica de la naturaleza, pero com tre el sujeto y el objeto, entre el sujeto y el sujeto, es, para el
para Hegel , esta consideración tiene por objetivo buscar una cien· pensamiento positivo, el ahora; para Marx es el futuro. Expresa-
cia que sirva a la construcción de la historia. A final de cuenta • do de otra manera , la unidad de la ciencia puede estar basada en
esta historia, aunque no es el presente, puede encontrarse en el una certidumbre que nace de la confianza que puede tener su
futuro. origen en un conocimiento que ha demostra~o su P.~der .de ,p~e­
Para Comte, la unidad de las ciencias se resolvía también en la dicción . No importa que éste surja de la cons1derac10~,h1stonca
construcción de la ciencia social. Pero al revés de los filósofos ale- de los desgarramientos y conflictos; o de la ~or:i;ulac10n d~l co-
manes, Comte suponía que para que esta unidad se diera debía nocimiento físico con un alto poder de pr~d1cc1on , Y q~~ se pre-
existir una unidad metodológica que provendría de la física. La so· senta como el modelo o paradigma a segmr. Pero t~mb1e~ puede
ciedad sólo podría abandonar su estado de crisis, a partir de la físi- ser el de un modelo a construir, en el que el confl~cto sigue es-
ca. Su método "positivista" consistía en ver en la física el paradigma tando presente y su resolución, por lo menos para c1~rto~ proble-
de estabilidad y de acontecimientos predecibles (o reversibles, se- mas planteados, se encuentra en el futuro. L~ totalidad a~are~e
gún la terminología actual) que debiera imitar la sociedad. En reali- como una categoría en construcción y la umdad ~~ la ciencia,
dad, la unidad de la ciencia podría resolverse en la sociología que no como en el caso de Marx, aparece como una func10n de la uto-
era otra cosa que una "física social". Sin embargo, en su jerarquía pía, en la medida que esta categoría .se encuentra e~ el futuro. -
de las ciencias, la física aparecía como la base y la sociología como Una pregunta central en este sentido e_s: ¿~or que se ab~ndo
la punta de la pirámide que debía ser coronada por los científicos, nó la idea central de una unidad de la c1enc1a y de ~n metodo
aquellos que conociendo la totalidad y unidad de las ciencias, debe- común en la construcción de los conceptos? Una _µnmera res-
ría gobernar la sociedad. puesta sociológica está dada por Waller~tein , ~ qmen ya hemo
Como puede observarse, la totalidad y la unidad de las cien- citado y que consideramos válida; pero s1 estu?1~mos el desarro-
cias aparecen en estos pen adores como una preocupación cen- llo del conocimiento y la discusión metodolog1ca, se observ an

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¿EXIST E UNA EPIST EMOLOGÍA LATI OAM ERI CAN A? DI SC IPLI NA E INTERDI CIPLI NA EN LAS C IEN IAS SOCIALE S DE HOY

dos momentos que pueden ser expresados en este documento: trascendentalismo que había que desterrar de las universidades
a) porque el programa de los filósofos de la totalidad era alta- y no ser enseñada como parte de las disciplinas. Su distinción
mente especulativo y fue contrario a la corriente dominante que entre racionalidad formal y material dio pie, sin embargo , para
aún tenía triunfos que cosechar en el ámbito de la lógica cientí- una nueva división de las ciencias que terminó en una crítica de
fica "newtoniana", en la segunda mitad del siglo XIX y las hipó- éstas últimas.
tesis y las teorías de las que partieron para construir su visión La escuela de Francfort dio a la distinción de la racionalidad
fueron rápidamente olvidadas o ridiculizadas por los científicos. weberiana un nombre preciso: racionalidad instrumental y razón
Aún Comte, a pesar de su positivismo, fue rechazado por su critica. El divorcio entre la ciencia y la ·s ociedad se debía básica-
intención re1igiosa , en el sentido de re-ligar, sobre las ciencias. mente a que los métodos experimentales y de dominio de la ciencia
las humanidades y los sabios · b) porque se dio un renacimiento no respondían a una visión liberadora. No es que la ciencia en sí
en las universidades alemanas y occidentales del kantismo y d misma fuera neutral: su método de dominio de la naturaleza res-
su visión dicotómica de la ciencia, que se expresó en los medio pondía, para los francfortianos , a métodos intrínsecos de domi-
como una nueva división y epistemología de la ciencia entre la nio social: de ahí que la crítica social debiera pasar por una crí-
ciencias de la comprensión y la explicación. Las ciencias com- tica de la ci encia. E11o respondía además a otro objetivo que era
prensivas con un sentido interpretativo de la acción, en tanto qu no caer en la tentación de construir sistemas acabados que per-
las ciencias de la explicación como aquellas basadas en la bú • mitieran la reposición de las visiones totalitarias: el método debía
queda de las leyes de la naturaleza. Los Rickert, los Wildelbandl ser ensayístico y no permitir el desarrollo de nuevas formas de
y los Dilthey llevaron a cabo una especie de revolución en con- totalitarismo. Adorno , Horkheimer y Marcuse criticaron el si s-
tra de la totalización de sus antecesores, de tal modo que pusi - tema soviético por querer parecerse a Occidente en cuanto al
ron en boga lo irreductible de los campos de las ciencias por 1 desarrollo de la ciencia. Ello haría que la unión soviética no se
naturaleza distinta de sus proyectos. De este modo, incluso desarro11ara como un terreno de la libertad del hombre sino como
impuso definitivamente en las universidades la división discipli· una nación en la que la ciencia desempeñaría un papel nuevo en
naria y el divorcio entre los científicos y humanistas. el dominio del hombre.
Weber ha sido considerado como un neokantiano que cons • Luckács y sus discípulos partieron también de Max Weber
lidó la divi sión de la ciencia y estableció los métodos de la soci • para desarrollar la distinción entre ciencia crítica y ciencia
logía. No obstante, debe considerarse que Weber presentó a e t instrumental, pero Luckács pronto tuvo la totalidad como divisa.
última ciencia como ciencia de la comprensión de la acción s En su artículo sobre "La conciencia de clase", anunció una es-
cial , pero sólo sobre la base de la explicación de la misma, pecie de nueva unidad de la ciencia sobre la base de la categoría de
decir, sobre la base de la imputación de los nexos causales. We la conciencia posible y de la acción que debía ser encabezada por
no pensó por supuesto en la totalidad como objetivo de la ci un sujeto social. Sin embargo, por residir justamente en el ámbito de
cia, esto le parecía más bien un transcendentalismo filosófi la sociedad, el sujeto; debía ser un sujeto con-ciencia; es decir, de-
que nada tenía que ver con la construcción de los concept bía ser un sujeto consciente que permitiera autoconocerse, es decir,
científicos. La idea de "Volk geist", de revolución, de pro) comprenderse para llevar a cabo una nueva forma de conocimiento
riado o de religión de la humanidad, era una remembranza y de acción social. Lucien Goldman, quien es uno de los di scípul

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DISCIPLI NA E INTERD! ClPLINA EN LAS CIENCIAS SOCIALES DE HOY
¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA?

más connotados de Luckács, habla de las ciencias de la soci • los supuestos del neo-positivismo que se había desarrollado en la
dad como cienc~as del~ con-ciencia. Con ello, Goldman recup • Europa central a principios de los años veinte, que suponía que
ra en gran medida la idea weberiana de la comprensión com la ciencia podría ser unificada a partir de axiomas últimos. Que
elemento fundamental de la ciencia, pero a mi juicio, soslaya uno aquélla podría ser reducida a dos o tres propuestas formales.
Rolando García en un excelente artículo sobre las discusiones
de los ª.spe~~os fundamentales de la obra weberiana: el poder d
de esta época ha señalado que los experimentos de Piaget pare-
la exph~ac10n para la construcción de los conocimientos y la.
cieron confirmar que el conocimiento no puede ser considerado
ca~egonas sociales. Con ello se separa de las 'posibilidades d
como reducible a axiomas formales, sino que tiene un elemento
umdad entre las ciencias y las humanidades.
intrínsecamente constructivo, que depende de la relación social.
Pero Goldman ubica al conocimiento como una estructur
Habría que mencionar otras corrientes que han contribuido a
genética, es decir, emergente e histórica, que se acerca, por otr
destruir el mito de una ciencia unificada basada en axiomas for-
parte, ~ uno de l?s científicos más notables del presente siglo.
males: el surgimiento de la cibernética y de la historia de larga
Me r.efiero a los mtentos estructuralista-genéticos de la escuela
duración. En cuanto a la primera, debe mencionarse que la
de gm.ebra, que a través de las observaciones empíricas del desa-
cibernética ha demostrado que las estructuras formales de pen-
~ollo mtelectual del niño demostró que el conocimiento de éste po·
samiento pueden ser expresadas en términos de comunicacio-
dta se: c?mparable, es más, podía ser idéntico, al desarrollo del nes probables. Norbert Wiener, por ejemplo , planteó que el final
conoc1m1ento científico. Estoy citando de memoria, pero si mal no del siglo XIX había marcado la época de revolución del paradigma
recu~rdo en la historia y psicogénesis de la ciencia, Piaget y Rolando
de la ciencia newtoniana a la ciencia de lo probable , de un esta-
~arcia, hablan de tres estadios en el conocimiento geométrico idén- do menos probable a lo más probable. Desde la física y la biolo-
ticos al conocimi~n.to del niño: El conocimiento de la geometría pla- gía se introdujeron conceptos como caos incertidumbre que
na, el de la euchd1ana y el de la geometría tridimensional como marcaron el desarrollo de las ciencias en el siglo XX. Como he-
estadios del conocimiento, semejantes, a la forma en que el niño mos visto, Prigogine introdujo el concepto de la incertidumbre en
c~nstruye su conocimiento. Por ejemplo, la ciencia de la geome- el cual el universo newtoniano y aún el universo unificado están
t~ia .se construye en tres estadios fundamentales que es el cono- siendo superados por una visión más comprensiva de la realidad.
ctmi~nto de las líneas, la relación entre las mismas para formar Así, se concibió a la realidad como una realidad compleja con
una figura y la relación de una figura con otras. El niño constru- una serie de elementos y categorías que pasaron de las ciencias
ye su p~~samiento con relación al yo, a su descentramiento y a de la física y de las ·m atemáticas a las ciencias sociales. Entre
su relac10n con otros. El origen del cognitivismo fue uno de los las categorías que cabe mencionar se encuentran la de probabi-
e.lementos más fuertes que contribuyeron a pensar en la posibi- lidad, la de complejidad, la de cambio irreversible la de estructu-
lidad de una reunificación de la ciencia. Así, se inició er, el mun- ras inestables y la de bifurcación. Es indudable que los nuevos
do un debate epi temológico en el que se desarrollaron una serie conceptos encierran un gran poder explicativo. Sin embargo , es
d~ po~tulado que pusieron en cuestión la antigua división de las preciso para un programa de ciencias sociales ubicar qué es lo
ciencias y pu icron de moda la visión interdisciplinaria de los nuevo dentro de estos conceptos.
problemas. Una de las consecuencias más interesantes de la Las teorías del largo plazo en la historia y la sociología han
emergencia de este nucv paradigma fue el replanteamiento de provocado una enorme revolución en la forma de pensar en la

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¿EXISTE UNA EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA? DISCIPLINA E INTERDI CIPLINA EN LAS CIENC IAS SOCIALES D · HOY

sociedad desde Braudel hasta Foulcault· se ha reflexionado so co que asume la unificación de la ciencia, no en e] sentido de los
bre las estructuras en la sociedad, como estructuras de lar t po.sitivistas y neopositivistas, quienes consideran que la actividad
plazo y emergentes. Wal1erstein pudo redefinir este concepto humana es una simple extensión de la física, sino que la actividad
como la "historia-mundo" que ha sido de trascendencia en lo científica es en sí misma un proceso de creatividad e innovación
ciencias sociales. profundamente social; e) el feminismo ha sido e] movimiento so-
Es indudable que el surgimiento de nuevos conceptos y su ac r cial más persistente que ha impulsado la discusión interdisci-
camiento han provocado una revolución epistemológica que es preci plinaria con las obras de Donna Haraway, Keller y Vandana
so ubicar en la discusión de las ciencias sociales. Las teorías de 1 Shiva, quienes son científicas que se han propuesto reflexionar
complejidad han desarrollado una serie de modelos explicativos parn en tomo a los problemas científicos de una manera distinta a la
las ciencias nuevas que tienen que ver con la intersección ciencia, vista desde una perspectiva masculina. La parte impor-
interdisciplinaria: las ciencias ambientales, la de la salud, las ci n tante de su crítica ha sido que el determinismo de la ciencia
cias de la computación y las ciencias de las políticas públicas. El puede ser sustituido por un constructivismo social que vea a la
acercamiento de estos modelos ha sido posible porque en 1 naturaleza no como un objeto de dominio sino como un organi s-
ámbito académico e institucional se ha ido imponiendo una VI · mo vivo con lo cual han establecido una nueva perspectiva hu-
sión de apertura de las ciencias sociales . J. Wal1erstein es uno manista de la ciencia ; y j) la crítica a la modernidad. Wallerstein
de los promotores de los acercamientos entre las ciencias nu · cita a Latour, quien ha sido mal leído como posmoderno pero
va y las ciencias sociales. En una conferencia reciente, él enu- que en realidad critica la modernidad y la posmodernidad como
mera los ámbitos de cambio en ]as ciencias y afirma que existen elementos que han ilusionado a los sociólogos pero que en reali-
seis motores que posibilitan pensar en una nueva unidad de la. dad nunca han existido, como sí ha existido la multiplicidad de
ciencias. Estos seis elementos son los siguientes: a) el cambio sociedades y de tiempos que es preciso estudiar bajo nuevas
de racionalidad que Freud impuso en la cultura occidental, al perspectivas.
señalar que los actos de los individuos e taban gobernados por De los cambios que enumera Wallerstein uno de los más sig-
el inconsciente; b) el cambio en el eurocentrismo con la emer- nificativos ha sido sin duda el descentramiento del pen amiento
gencia de nuevas zonas económicas y de producción de conoci- europeo y la emergencia de conceptos propios de la regiones
miento en el mundo, que han transformado la realidad sociopolítica como Latinoam érica . Ello nos lleva a Ja consideración de la
provocando un cambio geográfico en los centros de poder y un posibilidades de la ciencia desde nuestros paí es. Las aportacio-
cambio de civilización; e) el surgimiento de múltiples realidade nes que han hecho las ciencias desde nuestros países a la nueva
del tiempo , lo que ha derivado en una construcción social del configuración del saber son múltiples . En este párrafo sólo me
mismo como un tiempo distinto al newtoniano, como un tiempo referiré a algunos de los conceptos y a la red de conceptos que
finito e irreversible. Recu 'rdese por ejemplo, que Norbert E lías puede ser construida como fruto del diálogo de las ciencias. En
remite a una concepción de l tiempo en el que éste no es externo, un texto reciente Pablo González Casanova afirma que entre los
sino que es un elcm nto de reconfiguración dinámica de la mis- conceptos de difusión mundial y aceptados por los científicos de
ma; d) Las ciencias de la complejidad con Prigogine y Maddox. las sociedades centrales se encuentran el de marginalidad , de-
Wallerstein invoca la importancia de Prigogine como un científi- pendencia, centro-periferia, colonialismo interno y explotación ,

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DISCIPLIN A E INT ERDI CIPLINA EN LAS CIENC IAS SOCIALES DE HOY


¿E XIST E UN A EPISTEMOLOGÍA LATINOAMERICANA?

que se constituyeron como conceptos claves de las ciencias o· se encuentran sometidas a una presión que deriva de las mismas
ciales. Estos conceptos fueron muy importantes y ahora el reto disciplinas y de las comunidades científicas reacias al diálogo.
consiste en pensarlos en términos de la nueva globalidad d 1 En cierto sentido , estas posibilidades se están enfrentando a las
capitalismo. Otro de los cambios señalados por Wallerstein dificultades que se enfrentaron las disciplinas sociales del siglo
rescatar se refiere al surgimiento de nuevas formas d XIX en las facultades tradicionales. Si bien nos acercamos a una
racionalidad. No se trata sólo del inconsciente freudiano frent nueva síntesis científica, que anticipa el conocimiento y la activi-
al cálculo capitalista. Se trata de la emergencia de formas d dad académica del siglo XXI con universidades abiertas, currícula
saber indígena , que se opone a las visiones desencantadas de 1 flexibles y movilidad entre las facultades de profesores y estu-
naturaleza. Acaso la conciencia colectiva que gana cada vez diantes la investigación descentrada en los equipos y las redes
más conciencia, ha reivindicado las formas indias del conoci- de investigadores preocupados por reestructurar los conceptos Y
miento, con lo que puede hablarse de una epistemología indígena las formas del saber, es todavía insuficiente. Como lo señalan los
en la que el saber de la naturaleza está - y debe estar- dirigido a autores del informe Gulbenkian ( 1996) un planteamiento más am-
una forma de apropiación no expoliadora. En este sentido, uno plio de la "apertura" de las ciencias sociales o del diálogo entre las
de los conceptos a observar es dentro del amplio espectro del ciencias deberá abordar la necesaria construcción de espacios para
saber ambiental y que ha tenido un impacto profundo en las cien- una reforma institucional.
cias sociales, véase por ejemplo el concepto de racionalidad
ambiental acuñado por Enrique Leff a partir de lecturas de Marx
y Weber. Bibliografía
La emergencia del saber étnico ha puesto en la mesa de dis-
cusión las posibilidades de este diálogo desde una perspectiva Apostel, L. et al (1975) , Jnterdisciplinariedad. Prob~ema~ de
teórica y política. Si hablamos entonces de el nuevo diálogo de la enseíian.za y de la investigación en las univers u.la-
las ciencias y las aportaciones desde el ámbito latinoamericano, des , ANUIES, México , 423 pp.
es necesario señalar que éste es un diálogo dirigido a la libera- - -- , ( 1975), Jnterdisciplinariedad y ciencias humanas ,
ción, a la construcción de una heurística de la tolerancia y de los
Tecnos-UNESCO, Madrid, 339 pp.
movimientos sociales con conceptos propios. La interdisciplina.
Arroyo Pichardo , Graciela (1993), "lnterdisciplin~ried~d: ¿ vi~j?
entonces, estaría dirigida a construir la utopía de la democracia
0 nuevo reto?", en Revista mexicana de ciencias pohtz-
y la independencia. En este sentido la pregunta de diálogo entre
cas, Año XXXVIII , 5a. época, octubre-diciembre, núm.
las ciencias ¿para qué?, adquiere proyección histórica y está
154, pp 9-18 .
dominada por una direccionalidad. Esta interrogante finalmente
Brockman , John ( 1996), The Third Culture. Bey ond th e
nos conduce a las posibilidad in titucionales que entraña pen-
Scientific R evolution, First Touchstone, 411 pp.
sar la epistemolo •ía 11 la univer idades latinoamericanas en el si-
Eve, Raymond A ., Sara Horsfall y Marie E. Lee (eds.) (1997) ,
glo XXI. Las posibilidad ·s de diálogo entre las diversas áreas del
Chaos, Complexity, and Sociology , Myths, Modcl and
saber y la constitución de ·quipos de investigación se encuentran
Theories, Sage publications, 328 pp.
sumamente restringidas . Las carreras y áreas interdisciplinarias

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