Professional Documents
Culture Documents
Doctrina
La doctrina italiana señala que, "el derecho de impugnación corresponde solo a
quien la ley se lo confiere expresamente". "La impugnación será admisible
independientemente de la calificación que se le de a ella por la parte que la ha
propuesto" (Código de Procedimiento Penal italiano). Este cuerpo de ley señala,
que la impugnación por parte del Ministerio Publico es lo siguiente (Art. 570): "El
Procurador de la República ante el Tribunal y el Procurador General ante la Corte
de Apelación, pueden interponer impugnaciones, en los casos establecidos por
la ley, cualesquiera que hayan sido las conclusiones del representante del
Ministerio Publico".
Si la condena, tiende a sufrir problemas físicos - psicológicos solucionables, si
se la absuelve, queda impregnada en ella síntomas psicológicos imborrables. Es
decir, la vida psíquica es la más perturbadora.
Esto implica, que las resoluciones emitidas por los tribunales, tienden a ser
susceptibles de objetarlas -cuando afectan a determinados intereses personales
y colectivos-, por consiguiente, a través de la presentación de la redactoria
(escrito) forense, ante el mismo órgano jurisdiccional, para que se eleve al
inmediato superior.
La redactoria presentada, impulsa el recurso impugnatorio, y se orienta
básicamente, a la materialización de intereses de control de los sujetos
procesales, influyen también el interés de la sociedad y el Estado. Se estima,
que el recurso32 orienta al juzgador, poniendo en práctica el buen trato e
imparcial tratamiento. Este es, el real sentido de la impugnación, como una
garantía del debido proceso: de modo subjetivo es un derecho, de modo objetivo
constituye un medio tendiente a la corrección de los errores judiciales
(Convención Americana de los Derechos Humanos).
El interrogatorio en la audiencia
Segunda regla
No hacer la pregunta, sino se conoce bien la orientación. Es decir, usted debe
saber en primer orden, de qué tipo de testigo se trata: parentesco, enemistad,
amistad, oportunista, convidado de piedra, amigo de la parte contraria. EI
abogado defensor no debe hacer una pregunta, cuando realmente no sabe
orientar su accionar psicológico del testigo: las apariencias engañan.
Tercera regla
Es poco recomendable utilizar las preguntas, qué, cuándo, dónde, por qué y
cómo. Debido, a que la respuesta tiende a ser -aunque no siempre-, descriptiva,
además que ofrece al testigo la oportunidad de hablar con prolijidad, orientado a
escapar del control de los sujetos procesales, fundamentalmente del abogado
defensor.
En la mayoría de los casos -si no es en todos- el abogado defensor busca que
el testigo, responda a su necesidad e inquietud, para que lee favorezca a su
causa. Si está en lo correcto aplaude, de lo contrario lo rechaza. Pues, a medida
que usted le interrogue de manera correcta, simultáneamente lo está orientando
a que se encamine a precisar el compendio del evento, desde el ámbito de la
objetividad. Siempre es bueno tener las palabras que pudiese mencionar el
testigo, ya que no siempre les son favorables.
Obviamente, como el proceso estuvo avanzado, la aparición de supuestas
evidencias, pusieron en jaque a las autoridades juzgadoras y acusadores. Es
decir, se produjo el contrainterrogatorio. El abogado defensor del occiso, puso
toda su atención a tan delicado problema, el de la conversación donde amenaza
de matar. Una y otra insistió al testigo, haberse equivocado de fecha, que no
coincidía con la información que él poseía. El testigo insistió, en que difícilmente
podría equivocarse, y mantuvo su posición. El abogado -como es de su oficio-,
siguió insistiendo en que podría tratarse de un error de fecha. La Vocalía
Colegiada, al no obtener otra alternativa, sostuvo con gallardía ¡Basta de
continuar con el interrogatorio!
El abogado -audaz e inteligente-, con un documento en la mano se acercó al
testigo y con voz enérgica sostuvo. Sea usted sincero, hable la verdad, ya que
el Día del Periodista, Rosendo estuvo fuera de esta ciudad, esto lo compruebo
con este documento (y lo enseña), acto seguido, el juzgador, al observar
apabullado al testigo, se entera del documento, disponiendo inmediatamente
anular el testimonio decepcionado, no solo en forma extemporánea, sino también
-y sobre todo-, orientada con una conducta cargada de mentiras, que
compromete ampliamente al sistema judicial y a la defensa de la legalidad.
En este sonado caso, el triunfo es del abogado defensor, que supo aceptar el
contrainterrogatorio34, precisamente para lograr demostrar la inocencia de su
patrocinado y poder solicitar -como realmente corresponde- su absolución. Se
teje varias hipótesis, otras se limitaran a ser simplemente conjeturas.
Los abogados tienden a encarar la tarea de repreguntar a los peritos de tres
formas:
No preparan las repreguntas. Las improvisan, tratando de ser más listos que el
perito. Es por consiguiente una táctica suicida.