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Guayaquil, 04 de mayo de 2018

Considero que hay diferentes formas de hallar respuestas para una pregunta que abarca
muchas posibilidades para un individuo, en cuanto a lo que se refiere a la preparación
académica y científica, y en ésta ocasión el esbozar una contestación clara que explique de
forma inequívoca el por qué, constituye un reto.

Reto en el sentido del significado que tiene dicha respuesta, ya que se puede responder desde
diversos ámbitos, empezaré por el personal.

Claro está que dentro de la preparación académica, un individuo busca la excelencia y el


enriquecimiento en cuanto a los conocimientos que obtiene dentro de su rama científica, el
hecho de conseguir más éxitos y reconocimientos, se vuelve uno de los pilares fundamentales
dentro de lo que engloba la preparación profesional, y de lo cual obrar de forma contraria
revelaría que simplemente no se busca prosperar.

Ahora, de cierto modo, la idea de prosperar en cuanto al aspecto personal, lo identifico como
parte de la oportunidad de estudiar a nivel de Maestría y extender posteriormente a nivel de
Doctorado, con el simple hecho de encaminar todos los esfuerzos posibles a incorporar o
agregar al bagaje científico que posee nuestro medio, conocimientos que permitan de alguna
manera, enriquecer el quehacer de mi rama profesional, la Psicología, es decir, contar con
más herramientas que colaboren con el desarrollo científico y académico en mi país.

De allí nace el segundo motivo, a nivel profesional, la búsqueda de incorporarme a la


preparación de futuros profesionales, es decir, ser docente dentro del nivel superior, objetivo
proveniente de mi etapa de formación profesional en las aulas, que tras tantos esfuerzos y
decisión, llevaron al resultado de hoy, la inspiración en preparar a nuevos colegas dentro de
la rama de las ciencias psicológicas, pasó a ser algo que ahora impulsa como segundo puntal
éste objetivo de continuar con mi preparación académica.

¿Cómo?

Buscando encaminar a los futuros profesionales en la senda de la investigación científica y


en conjunto crear nuevos conocimientos para nuestra realidad.

Ahora, hay que ser consciente que dicha actividad puede considerarse como una aspiración
bastante alta, pero parafraseando al escritor Paulo Coelho en una de sus frases, que marcó
una etapa en mi vida “Maldito quien no honre y ame a su tierra”.

Creo firmemente que no hay mayor amor a la tierra que lo vio nacer a uno, que el mismo
hecho de tratar de contribuir al desarrollo del conocimiento científico y de profesionales que
poco a poco luchen en conjunto por mejorar y vivir en este país y en ésta ciudad.

Hay retos muy grandes por venir, tras múltiples tropiezos que pudieron suscitarse en la vida
de este ser humano, considero que el mantenerse siempre en pie y seguir trabajando aquí
donde somos necesarios hace que sea válido todo esfuerzo por mi parte de preparación y
adquisición de conocimientos.

No son mayores bienes económicos con los que se puede contar como nación, o como
sociedad, pero independientemente a ello, en mi yace la idea que, mejorar el mundo no es
una cuestión muy onírica si nos enfocamos al hecho que en cuanto al trabajo que hay por
mejorar el mundo es inmenso y de ello estamos conscientes, pero, al mejorar el mundo de
una persona provocamos que éste modifique la apreciación que tiene del mundo y así para
esa persona viene a mejorar su vida cumpliendo nuestra razón de ser.
De allí parte la tercera razón, la cual viene enmarcada en base a la experiencia obtenida en la
actividad desplegada ya en campo, en el ejercicio profesional, la experiencia profesional que
el accionar de la Psicología Clínica como mi carrera efectivamente fue corroborando, que la
preparación continua para el Psicólogo viene a ser un elemento primordial, una condición
sine qua non para la atención de niños, niñas, adolescentes y adultos.

El trabajo de atención, desde mis comienzos como profesional, sacaba a relucir lo expresado
anteriormente, generando desde la necesidad de adaptabilidad a las problemáticas que se
atendían, pasando por los diferentes casos que como sumatoria de signos y síntomas e incluso
el mismo proceso de recuperación y posterior resolución de conflictos, todas esas cuestiones
confluían en una sola conclusión, el ser humano es un universo por descubrir.

Actividades de prevención, e incluso actividades de psicoterapia, permitían corroborar que


más allá de las teorías que se manejan dentro de la preparación de pregrado, o tal vez sea
dentro de la preparación de posgrado, el ser humano, se constituye como una maravilla
provista incluso de contrastes muy alucinantes, que van desde la belleza de la inocencia en
el trabajo de un niño, hasta situaciones muy caóticas observadas en pacientes con problemas
de consumo de sustancias, o personas víctimas de abuso sexual.

Y creo que allí yace una de las claves para lo que tal vez sea la razón de ser del ser humano,
el comportamiento del ser humano no es una sola dirección en la que vamos enmarcados
todos, sino la sumatoria de todo lo que poco a poco hemos contribuido y seguiremos
contribuyendo a lo largo de nuestra existencia como especie, y que desde el mismo hecho en
el que se trabaja para que el paciente se cuestione quien es, permite a que como profesionales
incluso nosotros mismos sigamos trabajando en nuestra construcción como seres humanos,
respondamos nuestras preguntas aprendiendo en conjunto, en el trayecto con las personas
que seguimos atendiendo.
Y así, podrán haber razones que involucren más y más diferentes hechos, posiciones,
vivencias e incluso ideas muy sutiles sobre las reflexiones que podrían argumentar por qué
decidí estudiar la Maestría en Psicología Clínica y de la Salud, pero considero que para efecto
de lo que deseo expresar, pues no bastaría nada más una carta, sino redacciones científicas
que atestigüen el trabajo que día a día como profesional deseo realizar en cumplimiento del
deber, ser mejores seres humanos, ser mejores profesionales, ser mejores ayudando a los
demás a ser mejores.

Psi. Cli. Cristhian Ramiro Ruiz Vasconez

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