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HUARAZ – ANCASH
AÑO 2018
INTRODUCCIÓN
El agua juega un papel importante en los diferente usos que se le puede dar, tales como el consumo
doméstico, consumo público, uso en agricultura y ganadería, vía de comunicación y en la industria
para la construcción. Nuestro tema se ha centrado en este último uso. En la naturaleza se
encuentran diversos tipos de agua, los cuales dependiendo de sus características, se puede
determinar si son aptas o no para usarse en la preparación de mezclas de concreto. Es evidente
que la problemática del agua en el mundo es cada vez más grave. Su escasez se agudiza debido,
entre otros factores, al crecimiento demográfico, a la sobreexplotación, la contaminación, y a los
ritmos de producción industrial. El cuidado del agua exige una actuación a todos los niveles y en
todas las actividades económicas. Actualmente, el sector de la construcción es responsable del
16% del consumo mundial de agua. Una Construcción Sustentable debe velar por reducir el
impacto sobre el ciclo del agua, en todas las fases, incluyendo los procesos constructivos. Lo que
implica un uso racional del recurso y evita la contaminación de napas freáticas y flujos de agua
Aun así, dentro del proceso de decisión y selección de materiales, sistemas y procesos
constructivos, es importante tener en cuenta la repercusión que estas decisiones van a tener en el
consumo directo e indirecto de agua en la obra. De forma general, el consumo global de agua
durante el proceso de fabricación y puesta en obra de un producto disminuye en cuanto más
finalizado salga dicho producto de fábrica y, en consecuencia, menos operaciones serán
necesarias en obra para su instalación y acabado. Los sistemas industrializados requieren
habitualmente un menor consumo de agua que los tradicionales in situ. Teniendo en cuenta los
datos preliminares, la información de este trabajo se ha dispuesto de la siguiente manera: En
primer lugar se tendrá en cuenta un pequeño y preciso concepto del agua, luego se hablarán de
sus tipos, sus propiedades de las cuales depende para ser apta o no en la construcción, así como
su correcta dosificación para la fabricación del concreto. Por último se presentarán las
conclusiones del trabajo, las cuales serán el extracto de la información presentada en el cuerpo.
MARCO TEORICO
AGUA:
Dicho término proviene del latín “agua”, el agua es una sustancia cuyas moléculas están
compuestas por un átomo de oxígeno y dos átomos de hidrógeno (H2O). Se trata de un líquido
inodoro (sin olor), insípido (sin sabor) e incoloro (sin color). Es esencial para la supervivencia de
todas las formas conocidas de vida, además el agua es el componente que aparece con mayor
abundancia en la superficie terrestre (cubre cerca del 71% de la corteza de la Tierra). Forma los
océanos, los ríos y las lluvias, además de ser parte constituyente de todos los organismos vivos.
La circulación del agua en los ecosistemas se produce a través de un ciclo que consiste en la
evaporación o transpiración, la precipitación y el desplazamiento hacia el mar.
TIPOS DE AGUA
AGUA ÁCIDA:
Tiene un pH menor a 7.
AGUA ALCALINA:
Tiene un pH superior a 7.
AGUA BLANDA:
El agua blanda es otra manera de referirse al agua dulce. Por lo tanto, es un agua que contiene
niveles muy bajos de sales. En algunos casos, cuando el agua no contiene ningún tipo de sal se
denomina agua destilada. Como sabemos, este tipo de agua se encuentra sobre todo en lagos, ríos
y glaciares, por lo que se puede presentar de distintas formas. Este tipo de agua tiene
concentración de menos de 50 mg/l de carbonato cálcico.
AGUA DULCE:
Como su nombre lo indica, es el agua que contiene muy pocas cantidades de sales. Por lo tanto,
se trata de un tipo de agua que puede ser consumida por el humano, siempre y cuando la someta
a un proceso de potabilización. El agua dulce que todos los seres humanos necesitan para crecer
y desarrollarse representa sólo el 2,75% del agua de todo el planeta. Además se encuentra
distribuida en forma in-equitativa, concentrándose más del 90 por ciento de la misma en los
casquetes polares, glaciares y masas de hielo. El agua dulce se puede encontrar en ríos, lagos,
manantiales, lagunas, cascadas.
AGUA DURA:
Esta agua contiene un gran número de iones positivos. La dureza está determinada por el número
de átomos de calcio y magnesio presentes. Es por lo tanto un tipo de agua opuesta al agua blanda
o dulce. Su consumo no es recomendado para humanos. Aunque este tipo de agua puede ser muy
importante en varios procesos industriales, es altamente perjudicial para nuestra salud y la de la
piscina, y es por esto que, apenas se divisa, debe realizarse un tratamiento de ablandamiento del
agua.
AGUA FREÁTICA:
Es el agua subterránea más cercana a la superficie.
AGUA POTABLE:
El agua potable es el tipo de agua que es ideal para el consumo humano. Es por lo tanto un tipo
de agua baja en sales y muy limpia No contiene agentes nocivos, aunque sí puede contener
bacterias que son dañinas para el ser humano. Es por ello que este tipo de agua se debe someter a
un proceso de filtrado o purificación que elimine por completo todas las bacterias. El término se
aplica al agua que cumple con las normas de calidad promulgadas por las autoridades locales e
internacionales. El pH del agua potable debe estar entre 6,5 y 8,5.
AGUA SALADA:
Como su nombre lo dice, este tipo de agua es lo contrario al agua dulce. Por lo tanto, el agua
salada contiene una gran cantidad de sales, lo que le da un sabor característico. En realidad, este
tipo de agua no es óptima para el consumo humano, aunque es posible someterla a un proceso
para quitarle la mayor cantidad posible de sales. Sin embargo, es un proceso costoso. Por el
contrario, el agua salada se utiliza para obtener precisamente sal que sí puede ser consumida por
el humano. El mejor ejemplo de este tipo de agua es la de los océanos y mares (contienen un
97,25% del total de agua que forma la hidrosfera) y se denomina de esta forma porque contiene,
por término medio, unos 35 g/l de sales.
AGUA SALINA:
Es agua que tiene una mayor salinidad que el agua dulce, pero no tanto como el agua de mar. La
salinidad expresa la cantidad de sal disuelta o el contenido de sal de una determinada cantidad de
agua.
Técnicamente, el agua salobre contiene entre 500 y 30.000 ppm de sal - o en porcentaje: 0,05 -
3,0%.
AGUA SUBTERRÁNEA
Agua que se infiltra en el suelo y se acumula en depósitos subterráneos que fluyen y se renuevan
con lentitud conocido como mantos freáticos o acuíferos.
Además, no deberá contener substancias que puedan producir efectos desfavorables sobre el
fraguado, la resistencia, la durabilidad, apariencia del concreto o sobre los elementos metálicos
embebidos en este.
La norma peruana limita los contenidos perjudiciales en el agua de acuerdo a la Norma Técnica
Peruana 339.088 (NTP 339.088).
La norma NTP 339 088 considera apta para el amasado y/o curado de concretos y morteros, el
agua cuyas propiedades y contenido en sustancias disueltas estén comprendidas dentro de los
límites siguientes:
Aguas ácidas.
Aguas calcáreas, minerales; carbonatadas, o naturales.
Aguas provenientes de minas o relaves
Aguas que contengas residuos industriales.
Aguas con un contenido de cloruro de sodio mayor del 3%; o un contenido de sulfato
mayor de 1%.
Aguas que contengan algas, materias orgánicas, humus, partículas de carbón, turba,
azufre, o descargas de desagües.
Aguas que contengan ácido húmico y otros ácidos orgánicos.
Aguas que contengan azúcares o sus derivados.
Aguas con porcentajes significativos de sales de sodio o potasio disueltos en especial en
todos aquellos casos en que es posible la reacción álcali-agregado.
En general el agua que tenga como total menos de 2.000 ppm (partes por millón) de sólidos
disueltos puede usarse satisfactoriamente para hacer concreto, pero se debe evitar a toda costa que
esté contaminada de sulfatos que son agresivos al cemento.
EFECTOS EN EL CONCRETO DE ACUERDO A LOS COMPONENTES DEL AGUA
TRABAJABILIDAD DE LA MEZCLA
Una mezcla trabajable es aquella que puede colocarse sin dificultad y que con los métodos de
compactación disponibles permite obtener concretos densos. Al mismo tiempo la mezcla debe
tener suficiente mortero para envolver completamente la piedra y las armaduras y obtener
superficies lisas sin nichos de piedras ni porosidades. En otras palabras, debe llenar
completamente los huecos entre las piedras y asegurar una mezcla plástica y uniforme. Una
mezcla trabajable para un tipo de elemento puede ser muy dura para otro. Por ello el concreto que
se coloca en elementos delgados o con mucha armadura debe ser más plástico que el
de construcción masiva.
TABLA DE PROPORCIONES
En esta tabla se muestra las proporciones de los materiales necesarios para preparar concretos
resistentes. El agua, arena y grava, se miden en tobos, (baldes), que equivalen a 19 L.
Para calcular el volumen de cemento a usar considérese que la densidad del cemento es variable.
Si el cemento tuviera una densidad aparente de 1.1, entonces 42 kg equivaldrían a unos 35 litros
en volumen. Téngase en cuenta que este volumen no se suma al del resto en su totalidad, habida
cuenta de que se realiza una mezcla con absorción de agua y reacciones químicas.
Zapatas
200 kg/cm² 42 kg 4.5 6 1.5 145 l
(emparrilados)
Columnas y
250 kg/cm² 42 kg 2.75 5.5 1.25 130 l
techos
Alta resistencia 300 kg/cm² 42 kg 3 4.75 1 112 l
La evolución de los equipos y las necesidades de un sector en continua evolución, han propiciado
la aparición de una serie de técnicas del agua a presión en el sector de construcción, que cada vez
son más empleadas.
DEFINICIÓN
Las técnicas del agua a presión en construcción consisten en el empleo de equipos especiales
(bombas, lanzas, mangueras,…) que permiten proyectar el agua a la velocidad y caudal
apropiados para realizar la acción que se desea: Limpiar, sanear, escarificar, demoler de forma
selectiva, etc.
Al igual que sucede en otras actividades especializadas, en las técnicas del agua a presión existe
un gran variedad de herramientas, accesorios y complementos que pueden emplearse,
dependiendo de la aplicación.
APLICACIONES
Algunas de las aplicaciones más habituales de las técnicas del agua a presión en construcción son:
Preparación de soportes
Acabados estéticos en concreto y roca natural
Limpieza y recuperación de materiales o equipos de construcción
Eliminación de revestimientos y óxidos en estructuras metálicas
Eliminación de lechadas y de relleno de juntas
Retirada selectiva de marcas viales y de capas de pintura en grandes áreas
Eliminación extensiva de recubrimientos
Rehabilitación de drenes en presas
Limpieza de hastiales y bóvedas de túneles
Hidrocorte
Hidrodemolición
Hidrosaneado selectivo de concreto en mal estado
Descubrimiento de armaduras y elementos metálicos
a) Preparación de soportes
Factores diversos, como el deterioro de los recubrimientos, el cambio de uso o las afecciones
causadas por agentes externos, obligan con frecuencia a sanear y reparar superficies.
Estas superficies pueden estar, por citar algunos ejemplos, en paramentos verticales de concreto,
a cientos de metros de altura, en espacios subterráneos confinados, en paramentos combinados de
varios materiales (metálicos y pétreos).
En todos estos casos, si es necesario actuar sobre la superficie, por ejemplo para retirar una capa
de óxido o un recubrimiento deteriorado, es aconsejable usar agua a alta presión para limpiar o
decapar el grosor necesario.
El agua a presión, aplicada correctamente, permitirá dejar lista la superficie para un nuevo
recubrimiento, o simplemente para recuperar su imagen original.
Para mejorar sus capacidades, puede emplearse agua a alta presión, trabajando la superficie para
generar los acabados que se necesitan.
Para conseguir estos acabados se requiere una aplicación regular de un caudal controlado, al
tiempo que se va avanzando sobre las superficies a tratar.
Una exposición prolongada e irregular del chorro de agua a presión puede generar irregularidades
graves y deterioro en los materiales, muy difíciles de reparar.
c) Limpieza y recuperación de materiales o equipos de construcción
El entorno de la construcción es muy agresivo con los materiales y equipos que se emplean. De
modo que si estos materiales no reciben el mantenimiento adecuado, con el uso pueden reducir
su vida útil de forma considerable.
Además de tareas tan habituales como la limpieza de piezas de encofrado y todo tipo de soporte
de hormigón, en construcción el agua a presión se emplea también para recuperar otros equipos
que han sufrido incidencias.
Un ejemplo muy habitual son los tubos de bombeo de hormigón, que por problemas variados
(fallo en el equipo de bombeo, error de manipulación, hormigón mal mezclado,…) pueden quedar
obstruidos.
Usando agua a presión, con los equipos adecuados, se puede retirar todo el material atascado
dentro sin dañar su camisa interior y recuperando para su uso habitual piezas de gran valor.
Con frecuencia, para aplicar nuevos recubrimientos a una edificación o estructura, será preciso
retirar antes la capa previa, o bien limpiarla adecuadamente de cualquier resto que pueda tener.
Un ejemplo habitual es la retirada de pinturas en estructuras metálicas, o la eliminación del óxido
en las mismas, ambas operaciones necesarias para la posterior aplicación de una capa nueva de
pintura que proteja la estructura.
Para ello se emplea agua a presión que, aplicada correctamente, permite dejar las superficies
completamente limpias, que permitirán una mayor adherencia del nuevo revestimiento.
También es muy habitual emplear agua a presión para eliminar restos de lechada y otros residuos
que se quedan en las juntas de las edificaciones o estructuras.
Tras retirar estos residuos, y sin necesidad de operaciones posteriores, podrá procederse al sellado
de las juntas o a la aplicación de aislantes, como resinas epoxi.
Las carreteras, pistas de aeropuertos y otras áreas relacionadas con el tráfico de vehículos están
sometidas a un uso y desgaste muy intensos. Esto hace que deba renovarse y mantenerse con
frecuencia, no sólo en su pavimento, sino también en todas sus marcas viales.
Mediante el uso de agua a presión pueden retirarse marcas viales, eliminar de forma selectiva
capas de pintura, e incluso dotar de rugosidad a los pavimentos, para garantizar una mayor
adherencia.
Estas labores suelen requerir el empleo de equipos muy especializados, puesto que la mayoría de
las pinturas para marcas viales son especialmente resistentes, y además suelen estar colocadas
durante largas distancias.
Otra aplicación habitual, dentro de este campo, es la eliminación de marcas viales temporales,
que ha sido necesario crear durante los trabajos de renovación o mantenimiento de una vía.
Hacer este trabajo con agua, en vez de con otras técnicas más agresivas (como el granallado)
garantiza mayor control de los resultados y menores afecciones a las superficies que se quedan
para su uso posterior.
Mediante el agua a presión, y tras la realización de las pruebas de calibración de los parámetros a
adoptar, se pueden programar los equipos robotizados para realizar un saneo selectivo muy
preciso discriminando entre distintas resistencias del mismo paramento a reparar.
Gracias al agua a presión, se puede retirar la parte de concreto necesaria, rescatando elementos
metálicos embebidos en él o generando longitudes de solape necesarias en las armaduras,
dejándolas limpias e intactas y, lo más importante, sin afectar al contacto concreto-barra, ni
deteriorar el resto de concreto.
Limpieza de todo tipo de paramentos como muros, hastiales y bóvedas de túneles con equipo
autónomo dotado con la última tecnología en el campo del agua a alta presión.
Con esta limpieza, se mejora notablemente el grado de luminosidad de los túneles, sin contaminar
el entorno y sin entrar en contacto con el soporte sobre el que actúa, evitando daños en las
instalaciones y en los elementos de señalización existentes fijados colocados en los paramentos
de los túneles.
j) Hidrodemolición
Como se ha expuesto a lo largo de los puntos anteriores, las técnicas de agua a presión permiten
trabajar sobre las superficies.
Además, utilizando los parámetros adecuados de presión y caudal, podemos superar la resistencia
interna a la tracción del concreto provocando microestallidos superficiales que nos permiten su
extracción controlada, esta técnica es conocida como Hidrodemolición.
Esta técnica, que está muy avanzada y extendida por todo el mundo, nos permite retirar de forma
selectiva la parte del concreto que se desee, desde pequeñas porciones en mal estado a rebajes
regulares, a lo largo de una gran superficie.
Además, dada la complejidad de los trabajos de hidrodemolición, es habitual emplear para ellos
equipos robotizados o bien sistemas automatizados, instalados sobre bastidores, que permiten
obtener rendimientos mucho mayores que las lanzas manuales.
La única limitación de este método de trabajo es el agua que se requiere, puesto que si se trata de
retirar grandes volúmenes de concreto, será preciso contar con el agua necesaria para que las
bombas de agua a presión puedan suministrar el caudal necesario.
Es importante destacar que este sistema no puede compararse con otras técnicas de demolición,
puesto que tanto la metodología de trabajo como los resultados que se obtienen son
completamente diferentes.
Por otra parte, el corte con diamante no genera vibraciones, pero no distingue entre concreto y
armadura, cortando todo lo que encuentra a su paso. Esto tampoco lo hace adecuado para labores
de recrecimiento o ampliación, puesto que se pierde la conexión con la armadura existente.
k) Hidrocorte
Aumentando la presión por encima de 1.600 bar (23.200 PSI), alcanzamos velocidades superiores
a 550 m/s. A la vez, reduciendo el caudal > 20 l/min., conseguimos un chorro quirúrgicamente
fino Ø > 1 mm y concentrado.
• Es un corte frío.
• Libre de polvo.
• No aumenta significativamente la temperatura.
• No provoca deformaciones por calor.
• Es un corte húmedo, las chispas quedan sofocadas.
• No genera vibraciones en el resto de la estructura.
• Es dirigible y preciso.
• Indicado en atmósferas potencialmente peligrosas.
Esta técnica es recomendable para realizar cortes en ambientes con peligro de explosión e
incendio como: Tanques y tuberías de hidrocarburos, Industria Offshore Oil and Gas Facilities,
Industria Nuclear, Buques, etc.
CONCLUSIONES
Se llega a la conclusión que el agua es un líquido inodoro, insípido e incoloro que es
esencial para la supervivencia de todas las especies conocidas de vida en la tierra.
Al existir un sin número de tipos de agua, divididos por su composición, se dice que el
agua más recomendable para la utilización en la construcción civil es el agua potable. Sin
embargo se puede utilizar cualquier otro tipo de agua, pero para obras de menor
envergadura.
La dosificación es de gran importancia ya que, si las cantidades varían la resistencia
también, perjudicando o mejorando las estructuras.
En conclusión, es importante conocer que el agua más recomendable en la fabricación
del cemento es el agua potable, debido a que esta carece de impurezas que dañen o
modifiquen las propiedades internas del mortero, pudiendo ser estas muy perjudiciales
en la construcción.
Al aumentar la dosis de dosificación en el concreto se gana trabajabilidad, pero
perdiendo las resistencia y durabilidad; por eso hay que estar muy pendiente de las
cantidades de agua que se usarán.
En conclusión el agua es muy importante en las obras de ingeniería debido a que es el
agregado esencial para que los morteros y concretos puedan fraguar. El agua es uno de
los complementos del cemento, y que se encuentra presente donde está el cemento.
BIBLIOGRAFÍA
http://econstruccion.com/el-agua-en-las-obras-de-construccion/
http://articulos.infojardin.com/boletin/1-aguas-riego/tipos-de-aguas-clases-de-aguas.htm
http://www.cuidoelagua.org/empapate/origendelagua/tiposagua.html