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Historia
La estela fue descubierta en 1883 cerca de la actual ciudad de Aydın, a unos 30 km de la
ciudad costera de Éfeso (en Turquía) Desapareció en 1922 durante el Holocausto de
Asia Menor. Posteriormente se rencontró, rota en su base, en poder de una mujer del
pueblo que había cortado la base y la usaba para apoyar una maceta. Hoy se encuentra
en el Museo Nacional de Dinamarca.
Existe una tradición de notación de la música más antigua que el sistema griego. Hay
fragmentos de música registrada en tabletas cuneiformes de Nippur, que datan del
2000 a. C. Su traducción es bastante controvertida.
Algunos escritores creen que unos textos chinos de la dinastía Tang (618-907 d. C.),
presentan música ceremonial que se cree que tiene más de mil años de antigüedad. Pero
no hay evidencia material de que esa música sea tan antigua, y que haya sido
transmitida de generación en generación con total fidelidad. Por eso se considera que
este escolión de Seikilos es la composición musical conservada completa más antigua
que se conoce.
Textura
Monofónica
Plantilla
Una cantante y un instrumento de cuerda, posiblemente una lira o una cítara, que dobla
a la cantante.
Aspectos melódicos
Melodía de ámbito estrecho(la distancia entre la nota más grave y la nota más aguda es
de una octava), que discurre sobre todo por grados conjuntos(intervalos de segunda y
tercera). Entre los saltos melódicos sólo puede destacarse el de quinta ascendente con el
que se inicia la composición. El ámbito estrecho, la escasez de saltos y la (presumible)
utilización de un instrumento para doblar la línea vocal hacen que la interpretación de la
melodía no revista complejidad técnica alguna.
La melodía está dividida en cuatro fases, exactamente iguales en duración (12 tiempos
cada una). Todas las frases, excepto la última, terminan con un sonido prolongado, y
todas las frases, excepto la primera, pueden considerarse cerradas.
Relación música texto
Como es característico de la música de la Grecia Antigua, melodía y texto forman un
todo unificado. Cada frase musical coincide con cada uno de los cuatro versos que
constituyen la composición literaria. El texto es tratado de manera silábica, aunque se
observan algunos pequeños adornos.
Información adicional
El ethos de la composición es equilibrado y está definido por la especie de octava
(Harmonía) escogida (Frigia). No se pretende, aparentemente, expresar sentimientos de
tristeza ni alegría.
Aspectos rítmicos.
El tiempo básico, o unidad de duración (chronos protos), es la duración breve,transcrita
en notación ortocrónica como corchea. Cada frase musical, y cada verso del
poema,están constituidos por 12 chronos protos.
Los sonidos de la pieza pueden tener tres duraciones: la trancrita como corchea (chronos
protos), la transcrita como negra (diseme o dos chronos protos) y la negra con puntillo
(triseme chronos protos).
Las tres útlimas frases tienen una construcción rítmica muy similar.
Modalidad
La composición está construida y organizada según principios modales. Aparecen todos
los sonidos de la escala Mi4+Mi5, con Fa y Do sostenidos. El sonido aparece con más
frecuencia es La4 (ocho apariciones), seguido de Mi5 (seis apariciones). Mi4 es el
sonido más grave, que cierra la composición.
La importancia del sonido La posiblemente viene dada por su carácter de nota central
(mese) de los Sistemas Perfectos griegos. Esta posición determinó, no solo un lugar
privilegiado en las sistematizaciones teóricas, sino también según Aristóteles, en las
composiciones musicales.
Información adicional
Los estudiosos de la obra coinciden en señalar que, dada la disposición de tonor y
semitonos de la escala empleada (Mi4+Mi5) con Fa y Do sostenidos, la especie de
octava es la Frigia.
Notación
Alfabética, bastante precisa para indicar los parámetros de altura y duración.
Los caracteres alfabéticos determinan la altura de los sonidos. Las indicaciones que
aparecen, o no, sobre los caracteres alfabéticos, determinan la duración de los sonidos.
Los caracteres que carecen de indicaciones rítmicas equivalen a un chrono protos; el
guión horizontal indica una diseme (dos tiempos), y el guión horizontal con un trazo
vertical a la derecha, una triseme (tres tiempos)
MUSICA BIZANTINA
Características
Se diferencia del canto gregoriano en que es cantada en griego (o árabe en aquellos
lugares de la región conocida antiguamente como Antioquía) y se acompaña vocalmente
con un sonido grave y mantenido llamado ison o (isocrátima).
Se originó en la primeras comunidades cristianas del desierto del Sinaí. Es conservada
en los monaterios ortodoxos griegos y, con diversos estilos, dentro de los núcleos
urbanos de las zonas cristianas orientales.
Es un canto a una voz (monodia) diferenciándose del canto gregoriano consolidado en
Roma en que es cantada en griego en lugar del latín y se acompaña vocalmente con un
sonido grave y mantenido llamado ison o (isocrátima).
La música bizantina es un sistema musical completo que emplea la rica paleta de gamas
melódicas del oriente mediterráneo para valorizar los textos bíblicos e himnográficos
que exponen admirablemente la teología de los Padres de la Iglesia. El monasterio de
Cantauque ejecuta el canto bizantino no con textos griegos, como es lo más frecuente
que se haga, sino en francés.
La saltérica
La notación de la música bizantina, llamada saltérica, deriva de un sistema de
acentuación griega (tono, apóstrofo...) que ha evolucionado a lo largo de los siglos hacia
neumas(signos descriptivos). Situados encima del texto, éstos acentúan musicalmente
las sílabas, es decir, les confieren la entonación y la expresión que les conviene. Los
neumas, a diferencia de las notas occidentales puestas sobre el pentagrama, indican
simples variaciones de nivel. Las «notas bizantinas» tienen pues un valor relativo; no
tienen sentido sino en la relación de unas con otras. Se agregan en movimientos
melódicos que varían según los modos (cuatro auténticos y cuatro plagales) y los
géneros de música. Ver un ejemplo en la notación del Himno de los Querubines.
La interpretación
Una partitura bizantina debe ser siempre interpretada más allá de la estricta notación;
ésta, de acuerdo con la tradición oriental, es un simple esqueleto destinado a ser
revestido de múltiples vibraciones e impulsos que se transmiten únicamente de maestro
a discípulo. En este tema, la música bizantina debe mucho a Simón Karas y a su sucesor
Licurgo Angelópoulus. Efectivamente por un defecto de transmisión oral, los cantores
habían llegado a suprimir poco a poco la interpretación de los neumas: las
características de la música bizantina se iban perdiendo y eran reemplazadas por
armonizaciones, variaciones de intensidad, expresiones sentimentales, etc. S. Karas se
aventuró en un inmenso trabajo de musicología con el fin de reconstituir los
fundamentos teóricos de la música bizantina. Y para devolver toda su dinámica a la
línea melódica bizantina, reintrodujo numerosos signos de la antigua notación.
Autoría
Existen dudas sobre la autoría directa del rey Alfonso X el Sabio, pero nadie duda de su
participación como compositor en algunas de ellas, siendo al menos diez de indudable
atribución al rey. Una opinión fundamentada en una nota del manuscrito toledano
atribuye al propio rey la autoría de unas cien cantigas. Probablemente, son obras
personales del monarca las loas y aquellos milagros relacionados con su propia
biografía o, quizá, aquellos que le causaron una impresión más fuerte, siendo los
restantes de la autoría de los colaboradores integrantes de su corte poética.
Escena de batalla.
Una cita del prólogo de sus cantigas, apoyaría la idea de la autoría personal del
monarca:
Quero seer oy mais seu trobador,
e rogolle que me queira por seu
trobador e que queira meu trobar
reçeber, ca per el quer eu mostrar
dos miragres que ela fez
W. Mettmann, autor de una edición crítica de los textos de las Cantigas, cree que al
poeta y trovador gallego Airas Nunes se le pueden atribuir muchas de ellas. La cuestión
de la autoría no está resuelta aún pero con el tiempo y las investigaciones va creciendo
la idea de una participación directa del rey.
Códices
Ilustración del Codex E de las Cantigas.
De las Cantigas de Santa María hay cuatro códices conservados, procedentes todos
ellos de la propia corte del rey Alfonso X.
El Códice Toledano, que perteneció a la Catedral de Toledo hasta 1869 y que
ahora se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid (ms. 10069), es la
primera colección salida del escritorio del rey, después de 1257. Contiene 128
composiciones con notación musical. Son 160 hojas de pergamino a dos
columnas, en letra francesa del siglo XIII. Fueron transcritas y reproducidas en
1922 por el musicólogo Julián Ribera.[1]
El segundo códice, el más rico, se conserva en la Biblioteca de El Escorial
(códice J. b. 2), y contiene 417 cantigas, ilustradas con 40 miniaturas, y lleva
notación musical. Son 361 hojas de pergamino escritas a dos columnas con letra
francesa del siglo XIII.
También se conserva en El Escorial otro códice (J. b. 1) con 198 cantigas,
notación musical y 1275 miniaturas agrupadas en láminas de seis cuadros, que
dan a la obra un gran valor iconográfico y pictórico. Son 256 hojas de pergamino
escritas a dos columnas con letra francesa del siglo XIII.
El códice de Florencia, conservado en la Biblioteca Nacional de esta ciudad,
contiene 104 cantigas, de las que dos no aparecen en los otros códices y otras
ofrecen variantes de cierto interés. Está incompleto, faltando estrofas, quedando
por dibujar muchas viñetas y con las líneas de notación musical en blanco. Son
131 hojas escritas con letra gótica del siglo XIII y generalmente a dos columnas.
Fuentes
La colección de cantigas alfonsíes derivan fundamentalmente de fuentes escritas. Las
más importantes son las colecciones latinas de milagros de la Virgen, aunque se pueden
rastrear las huellas de una o dos fuentes en lengua romance.
En cuanto a las fuentes de la literatura oral, hay que tener en cuenta los relatos de
milagros del folclore español y alemán, pues este era el origen de la madre de Alfonso
X, Beatriz de Suabia que era nieta del emperador Federico Barbaroja, e incluso las
experiencias personales del rey. Estos ejemplos del propio autor tienen su paralelo en
los exempla de los sermones populares de los predicadores, que relataban casos
presuntamente autobiográficos para aumentar el interés narrativo.
Clasificación
Hay 417 cántigas, recopiladas en 4 libros. Las Cantigas de Santa María pueden
dividirse en dos grupos:
El primero lo forman las «Cantigas de Nuestra Señora», en las que el tema está
formado por alabanzas a la Virgen Santa María y es un verdadero compendio de
historias, milagros, y relatos relacionados con la Virgen, bien sea por su
intervención directa o por los amores místicos que su figura genera en las almas
piadosas.
El segundo, más reducido (puesto que son las cantigas cuyo número de orden es
múltiplo de diez), son las cantigas de loor, poemas más serios, profundos, casi
místicos, en los que en lugar de cantar los milagros de la Virgen se reflexiona
sobre ella, como en una oración. Estas adoptan la forma de himnos sagrados
como los que se interpretaban en la liturgia, pero que sirvieron a la vez de
entretenimiento literario y musical en las cortes palaciegas y fiestas profanas, y
que de ahí eran transmitidas por los juglares al folclore de tradición popular.
Trascendencia
La obra tiene gran importancia desde un triple punto de vista: como obra literaria,
musical y pictórica.
Desde el punto de vista de la historia de la música, está considerada como la colección
de música cortesana monódica más importante del siglo XIII. Alfonso X de Castilla
heredó de su padre Fernando III su Capilla musical que reunía intérpretes y
compositores de varias culturas y que formaron parte de la corte alfonsí, al igual que su
Escuela de traductores o scriptorium regio. De ellos aparece rodeado en algunas de las
ilustraciones de los manuscritos de las cantigas.
Las melodías están tomadas de la monodia gregoriana, de la lírica popular y de las
canciones de los trovadores, y adoptan en su mayoría la forma de rondeau, con un
estribillo musical que se repite tras las glosas.
Los códices de la Biblioteca del Escorial están adornados con profusión de miniaturas.
Muchas de ellas han sido de importancia capital para la organografía española, puesto
que allí se aprecian los instrumentos del siglo XIII: organistrum, salterio, laúd, viola de
arco, rebec, cítara, arpa, trompa, trompeta, castañuelas, cornamusas, dulzainas y muchos
otros. Y también se puede investigar cómo se ejecutaban estos instrumentos, que se han
podido reproducir para poder tocar esta música.
Como manuscrito iluminado, se ha querido ver en las Cantigas de Santa María la
primera aleluya o historia dibujada de la península ibérica.
Carmina Burana
Carmina burana es el nombre dado a la colección de cantos goliardos de los siglos XII
y XIII reunidos en el manuscrito encontrado en Benediktbeuern en el siglo XIX.
Etimología y pronunciación
El nombre de la obra “Carmina Burana” era originalmente “Canciones profanas para
cantantes y coro, para ser cantadas junto a instrumentos e imágenes mágicas”. El
término procede del latín cármĕn carminis, ‘canto’, ‘cántico’, poema (no confundir con
la palabra árabe carmén ‘jardín’), y burana es el adjetivo gentilicio que indica la
procedencia: ‘de Bura’ (el nombre latino del pueblo alemán de Benediktbeuern). El
significado del nombre es, por tanto, ‘Canciones de Beuern’.
Aunque generalmente se encuentra escrito Carmina (sin tilde, como en el original latín)
se pronuncia /kármina/. Para evitar que un hispanohablante pronuncie erróneamente (lo
cual sucede con mucha frecuencia entre músicos y locutores), la Real Academia
Española[1] sugiere que a las palabras latinas se les coloque la tilde (en casos como este
en que la ortografía latina no coincide con la española).
El manuscrito
El original Carmina burana es una colección de cantos de los siglos XII y XIII, que se
han conservado en un único códice encontrado en 1803 por Johann Christoph von
Aretin en la abadía de Bura Sancti Benedicti (Benediktbeuern), en Baviera; en el
transcurso de la secularización llegaron a la Biblioteca Estatal de Baviera en Múnich,
donde se conservan (Signatura: clm 4660/4660a).
El códice recoge un total de 300 rimas, escritas en su mayoría en latín (aunque no con
metro clásico), algunas partes en un dialecto del alto alemán medio, y del francés
antiguo.
Fueron escritos hacia el año 1230 aproximadamente, posiblemente en la abadía
benedictina de Seckau o en el convento de Neustift, ambos en Austria.
Contenido
En estos poemas se hace gala del gozo por vivir y del interés por los placeres terrenales,
por el amor carnal y por el goce de la naturaleza, y con su crítica satírica a los
estamentos sociales y eclesiásticos, nos dan una visión contrapuesta a la que se
desarrolló en los siglos XVIII y segunda parte del XIX acerca de la Edad Media como
una “época oscura”.
Ludus duodecim scriptorum, parecido al chaquete.
En los Carmina burana se satirizaba y se criticaba todas las clases de la sociedad en
general, especialmente a las personas que ostentaban el poder en la corona y sobre todo
en el clero. Las composiciones más características son las Kontrafakturen que imitan
con su ritmo las letanías del Antiguo Evangelio para satirizar la decadencia de la curia
romana, o para construir elogios al amor, al juego o, sobre todo, al vino, en la tradición
de los cármina potoria. Por otra parte narran hechos de las cruzadas, así como el rapto
de doncellas por caballeros.
El bosque.
Igualmente se concentra constantemente en exaltar el destino y la suerte, junto con
elementos naturales y cotidianos, incluyendo un poema largo con la descripción de
varios animales. La importancia de esta serie de textos medievales, es que sencillamente
es la más grande y antigua colección de versos de carácter laicos del medievo (puesto
que lo acostumbrado era realizar únicamente obras literarias religiosas).
La colección se encuentra dividida en 6 partes:
Carmina ecclesiástica (canciones sobre temas religiosos)
Carmina moralia et satírica (cantos morales y satíricos)
Carmina amatoria (canciones de amor)
Carmina potoria (contiene obras sobre la bebida, y también parodias)
Ludi (representaciones religiosas)
Supplemantum (versiones de todas las anteriores, con algunas variaciones)
Carmina Burana a pesar de de ser un cántico clásico de la edad media también es un
códice goliardo donde estos hacian ofensas a su dios Jésus o del latín Iesus.
Clemencic Consort
Discografía
Las grabaciones que vienen a continuación se han ordenado por la fecha en que fueron
publicadas o grabadas por primera vez, pero se han puesto las ediciones más modernas
que se pueden encontrar actualmente en CD. En los casos en los que no exista edición
en CD, se informa de la correspondiente edición en vinilo. Algunas series de discos
como el Carmina Burana, Troubadours o las Cantigas de Santa María, que fueron
publicados en su día como discos diferentes, se encuentran actualmente en formato CD
agrupados en cajas.
Magnus Liber
El Magnus Liber o Magnus Liber Organi es un manuscrito de música medieval que
contiene piezas de órganum. El nombre completo del libro es Magnus liber organi de
graduali et antiphonario pro servitio divino. Fue escrito durante el siglo XII y
principios del XIII. Sus composiciones son atribuidas a los maestros de la Escuela de
Notre Dame, entre los que se encuentran Léonin y su sucesor Pérotin. (Conocemos éstos
nombres gracias a un estudiante de la Universidad de París conocido como Anonymous
IV).
El Magnus Liber constituye un paso en la evolución desde el canto llano hasta la
intrincada polifonía de finales del siglo XIII y XIV. (Ver Machaut y ars nova).
El manuscrito contiene 33 trabajos para la misa y 13 piezas para las horas y su música
fue utilizada en la liturgia durante las festividades a través de todo el año litúrgico.
El manuscrito
El códice seguramente fue mandado copiar por la abadesa del Monasterio de Las
Huelgas, María González de Agüero. Como fue abadesa desde el 1319 al 1333,
podemos deducir que fue durante esos años cuando se copió el manuscrito, seguramente
hacia el año 1325. Posiblemente recoge todo el repertorio interpretado por las religiosas
del monasterio desde su fundación, recogido ahora en en único manuscrito para evitar
su dispersión. La copia del manuscrito fue encargada al copista Johannes Roderici (Juan
Rodríguez en castellano), quién es además el autor de algunas de las obras. Johannes
Roderici también retocó algunos de los tenores originales de los motetes y transcribió
las obras en notación mensural, lo cuál ha facilitado la transcripción del códice a la
notación moderna y ha ayudado en la transcripción de otros manuscritos en notación
cuadrada.
El manuscrito fue descubierto en 1904 por los monjes benedictinos del Monasterio de
Santo Domingo de Silos, Casiano Rojo y Luciano Serrano, cuando buscaban códices
gregorianos. Sin embargo, fue dado a conocer por el musicólogo catalán Higinio Anglès
en su trabajo El Còdex Musical de as Huelgas. Música a veus dels segles XIII-XIV,
publicado en 1931, dónde incluye un facsímil del manuscrito. El descubrimiento puso
de manifiesto la práctica de la composición y ejecución de la música polifónica en la
península ibérica durante la Edad Media, cuestión que había estado en entredicho hasta
entonces. También permitió reconsiderar como hispánicos otros manuscritos de los que
no se tenía la certeza de su origen, como el Codex de Madrid. Posteriormente, en 1982,
el musicólogo Gordon Athol Anderson realizó una nueva y controvertida transcripción
del repertorio en su libro The Huelgas Manuscript, Burgos, Monasterio de Las Huelgas.
El códice consta de 170 folios y se compone de 19 cuadernillos. El tamaño es 260 x
180mm. La parte escrita varía desde los 153 x 132 mm. hasta 235 x 130 mm. Fruto de la
última restauración del manuscrito, el musicólogo Ismael Fernández de la Cuesta,
reordenó los cuadernillos del códice, situándolos en el orden correcto, por lo que el
orden de las piezas actual difiere de la antigua distribución de Anglès. Así en los cuatro
primeros cuadernillos contienen los organa, los diez siguientes los motetes y prosas y
los últimos cuatro los conductus.
Las obras
Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas. Las Claustrillas.
Contiene 186 piezas musicales compuestas originalmente desde el siglo XII hasta
comienzos del siglo XIV. De ellas 7 carecen de música, por lo que en realidad tenemos
solo 179 obras musicadas. Las formas musicales representadas abarcan casi todas las
correspondientes al Ars Antiqua: motete, conductus, órganum y secuencia.
Aproximadamente 145 de las piezas son polifónicas.
Podemos clasificar las 186 obras de la siguiente manera (clasificación de Anglès y
Roberto Pla):
1 tropo para el Gloria. Sin música.
3 Graduales. Sin música.
3 versos aleluyáticos. Sin música.
32 conductus. De los cuáles tenemos:
2 a tres voces. Todos provienen de Notre-Dame
15 a dos voces. De los cuáles:
9 provienen de Notre-Dame
6 solo se dan en el Codex Las Huelgas. Entre ellos tenemos:
Casta Catholica. Es un doble-conductus
De Castitati thalamo
Ave Maria.
15 a una voz. De los cuáles:
7 provienen de Notre-Dame
1 también se encuentra en el Codex de Montpellier
1 es de Tortosa
6 solo se dan en el Codex Las Huelgas. De ellos tenemos:
4 planctus. Éstos son cantos funerarios dedicados a
personajes importantes. Son los siguientes:
Rex obit (Por Alfonso VIII de Castilla. † 1214)
Plange, Castella misera (Por Sancho III de Castilla.
† 1158)
Quis dabit capiti meo (El destinatario permanece
desconocido)
O monialis concio burgensis (Por la madre abadesa
María González de Agüero. † 1335)
2 antífonas oracionales. Son las siguientes
Omnium in te
Ihesu clementissime
31 secuencias o prosas. Podemos clasificarlas de la siguiente manera:
2 son anteriores a Adam de St. Victor. Una es debida a un maestro alemán
y la otra a uno francés.
6 se encuentran también en otros manuscritos europeos anteriores o
contemporáneos a Las Huelgas.
6 se encuentran también en otros manuscritos sólo peninsulares.
10 se encuentran también en otros manuscritos, pero el Codex Las
Huelgas es el más antiguo que las incluye.
7 se incluyen solo en Las Huelgas, entre las que podemos citar:
Novis cedunt vetera
Flavit auster
54 partes de la misa. De ellas:
5 Kyries. Dos son exclusivos del Codex Las Huelgas. Carecen de tropo.
1 Ofertorio
8 Sanctus. Uno carece de tropo. De los siete restantes, sólo dos a dos
voces, aparecen en exclusiva en éste códice.
9 Agnus Dei. Todos con tropo. Cinco son exclusivos del Codex Las
Huelgas.
31 Benedicamus Domino. De ellos:
9 aparecen sin tropo.
1 se presenta solo como tropo del Benedicamus, sin el
Benedicamus previo.
3 son ilegibles en el manuscrito.
De los 18 restantes:
8 se encuentran en otros troparios europeos.
10 se encuentran solo en el Codex Las Huelgas. De ellos:
1 a una voz. Compuesto por Johannes Roderici.
8 a dos voces. Dos de ellos compuestos por
Johannes Roderici.
1 a tres voces
59 motetes, que podemos clasificar de la siguiente forma:
11 provienen de melismas polifónicos del repertorio de Notre-Dame
15 se conocen por otros manuscritos de la Escuela de Notre Dame, pero
en el Codex Las Huelgas se presentan de una forma más primitiva.
5 se encuentran también en el Codex de Montpellier.
7 son de una época posterior y también se conocen por otros manuscritos.
21 solo se encuentran en el Codex Las Huelgas.
1 Credo. Añadido posteriormente al manuscrito. Es el primer Credo polifónico
(3 voces) del que se tiene noticia.
1 Solfeo a 2 voces. Añadido posteriormente al manuscrito. Constituye la primera
lección de solfeo conocida.
Por el número de voces, 86 piezas son a dos voces, 49 a tres voces, 1 a cuatro voces. El
resto son monódicas, grupo éste al que pertenecen la mayor parte de las secuencias, los
conductus y los Benedicamus.
La música la encontramos tanto en partitura como en partes separadas. La notación, de
tipo franconiana, no es unitaria y presenta algunas anomalías como la distribución de las
voces y ligaduras en la voz de tenor de los motetes.