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Sermón N°6: La disciplina del servicio

Por: Jorge Betancur

Hoy continuamos con nuestra serie de sermones que hemos titulado “La celebración de la disciplina
cristiana”

Hasta este punto hemos desarrollado lo que podríamos decir las disciplinas internas del cristiano, que
son el estudio de la Palabra, la Oración, el Ayuno y la Meditación.

Desde hoy comenzaremos a desarrollar las tres disciplinas externas del cristiano. La primera de ella es
“La disciplina del servicio”.

De todos los valores del Reino de Dios, el servicio puede ser el menos comprendido y esto es en parte
porque vivimos en un mundo con valores opuestos al del Reino de Dios, el mundo nos dice que
debemos ser servidos, en cambio en el Reino de Dios se nos dice que debemos ser servidores de todos.

La grandeza del servicio cristiano no es una lista de cosas que realizamos, sino que es una manera de
entender y vivir la vida cristiana.

Lucas 22:24-27 “24 Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. 25 Pero
él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son
llamados bienhechores; 26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y
el que dirige, como el que sirve. 27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve?
¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.”

Cuando Jesús pregunta quién es mayor, el que está sentado a la mesa o el que sirve, la respuesta obvia
que los griegos y judíos habrían dado es incorrecta.

Jesús instituye un nuevo modelo de relaciones humanas que se extiende incluso al atender a la mesa.
Por eso la única senda de grandeza para los cristianos es hacerse servidores e incluso esclavos de todos.
La vida de la comunidad es por tanto una vida de servicio.

[1] Entonces, para entender la importancia de la disciplina del servicio, primeramente debemos
desarrollar y comprender dos conceptos que son “Siervo” y “Servir”

Siervo

En el Nuevo Testamento aparecen varias palabras griegas que significan siervo. Dos de las más comunes
son Doulos y Diakonos.

Un doulos era un esclavo que pertenecía a un amo. En la iglesia, la palabra doulos se usaba como una
metáfora para designar a personas que estaban completamente sometidas a la voluntad de Dios.

Romanos 1:1 “Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,”

Diakonos designa a un ministro o siervo eclesiástico. En la iglesia primitiva, el diácono era un siervo que
cuidaba de los pobres y viudas.
Servir

En el Nuevo Testamento aparecen tres palabras que significan servir.

Lautreo que significa servir prestando reverencia o adoración. La segunda palabra es Diakoneo que
significa servir o atender a alguien. La tercera palabra es Douleo que significa servir como un esclavo que
obedece a su amo.

Como pueden apreciar la riqueza de las palabras tanto de siervo como de servir están relacionadas no
solo con una actitud (soy siervo) sino que también con una acción (estoy sirviendo).

En el servicio cristiano no es solamente la disposición de involucrarse, esta disposición debe ser


seguida por el involucramiento. Si alguien se está ahogando, un siervo lo rescatará. Si hay
necesidad de consejo, los siervos proveerán el consejo. Si una persona está buscando
desesperadamente ser afirmada, los siervos la afirman.

Un cristiano debe preguntarse, ¿cuáles son las formas simples de servir al cuerpo de Cristo?

[2] Ahora, que comprendemos la base bíblica del Nuevo Testamento para el Servicio, podemos ver la
implicancia de la disciplina del servicio para el cristiano.

Si no nos disciplinamos para servir por el bien de Cristo y su Reino y para el propósito de la piedad,
solamente “serviremos” ocasionalmente o cuando sea conveniente a nuestros horarios o para nuestros
propósitos.

Cuando Dios llama a sus escogidos a sí mismo, no llama a ninguno a la ociosidad. Cuando nacemos de
nuevo y nuestros pecados son perdonados, la sangre de Cristo limpia nuestra conciencia para que
podamos servir a Cristo.

Hebreos 9:14 “14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí
mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”

La comprensión del servicio comienza con la realización del sacerdocio de todos los creyentes.

1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por
Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”

Aquí el texto presenta al pueblo de Dios como un real sacerdocio, una expresión que significa que todos
los creyentes no solo tienen acceso libre a Dios, sino que cada miembro del Cuerpo de Cristo tiene una
función sacerdotal que llevar a cabo.

Ya no existe una casa sacerdotal en la que solo unos pocos son llamados al servicio directo a Dios. Por el
contrario, cada creyente debe realizar su servicio a Dios y al prójimo con diligencia.

El peligro es confiar que la obra de servicio debe ser realizada por “algunos líderes” dentro de la iglesia y
no vernos como siervos de Cristo.

El ministerio de la iglesia no está para ser realizado por unos pocos; sino para ser llevado a cabo por
todo el cuerpo. La tarea del liderazgo es instruir y capacitar a los miembros de la iglesia con el fin de que
todo el cuerpo cumpla con el ministerio.
Efesios 4:11-13 “11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento
del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;”

Que la iglesia se congregue en el compañerismo no es solo con el propósito de alabar a Dios y la


confesión de pecados. Incluye el ministrarse unos a otros.

Cada miembro es responsable de todos los otros miembros y cada uno tiene algo para contribuir al
bienestar espiritual de los demás miembros.

Descuidar nuestra responsabilidad en el ministerio daña nuestro crecimiento personal y nuestra salud
espiritual y también afecta negativamente a la congregación.

[2.1] Pablo, un ejemplo del servicio disciplinado.

Filipenses 2:17-30 “17 Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe,
me gozo y regocijo con todos vosotros”
Nada caracterizaba tanto la vida y el ministerio de Pablo como el amor por el Señor, su obra y por el
servicio disciplinado hacia la iglesia.
Ese amor impulsaba a Pablo a servir sin reservas y con abnegación. Él temía que no esforzarse al
máximo.
Él era profundamente consciente de que tenía un llamado, así como dones y capacidades por las cuales
el Señor, como es fiel y justo, pediría cuentas. Pablo escribió acerca de esa obligación a los corintios.
1 Corintios 4:1-2 “4 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de
los misterios de Dios. 2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.”
Pablo entendió que el servicio abnegado por la iglesia, es una ofrenda dada para Dios, la cual debe ser
dada gozosamente.
Colosenses 1:24 “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de
las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia”
[3] Motivos para desarrollar la disciplina del servicio

Motivados por la obediencia

Deuteronomio 13:4 “En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus
mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis.”

Motivados por la gratitud

1 Samuel 12:24 “Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues
considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.”

Motivados por la humildad

Juan 13:12-16 “12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y
les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo
soy. 14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los
pies los unos a los otros. 15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros
también hagáis. 16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es
mayor que el que le envió.”

Motivados por amor

Gálatas 5:13 “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la
libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.”

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