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Ética y Empresa
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1.2. Los objetivos de la empresa
Una empresa es una comunidad de personas, con una gran variedad de motivaciones e
intereses; una tarea común, que exige una cierta dirección unificada; unos resultados
adecuados, y el imperativo de la continuidad.
Esta definición nos permite formular los objetivos de la empresa.
El primer objetivo de una empresa es generar beneficios a sus propietarios, de lo contrario
ésta va a desaparecer. Podría generalizarse este objetivo diciendo que deben satisfacerse las
necesidades de los que forman parte de la organización (propietarios, directivos, empleados).
Cada uno de sus miembros debe ver satisfechas sus motivaciones, quizás no día a día, pero
sí a lo largo del tiempo, y de manera quizás no muy completa, pero sí, al menos, suficiente.
El segundo objetivo de la empresa viene marcado por la tarea común que llevan a cabo: la
producción de bienes y servicios para atender las necesidades de los clientes, consumidores
y usuarios.
El tercer objetivo es la eficiencia, es decir, la consecución del mejor resultado posible con el
mínimo uso de recursos necesarios: el desperdicio de recursos escasos, renovables o no, no
es admisible El objetivo de la eficiencia se materializa así en la creación de valor, entendido
como aquella diferencia entre los resultados obtenidos y el empleo de recursos.
Esta definición de responsabilidades de la empresa constituye una excelente base para
entender qué significa que la empresa sea una comunidad de personas y cuál es su
responsabilidad con la sociedad.
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oportunidades de encuentro, de colaboración, de valoración de las capacidades de las
personas implicadas.
El hecho de que los hombres que conforman la comunidad empresarial constituyen un grupo
particular al servicio de la sociedad entera implica que la empresa, como todas las
instituciones humanas, está ordenada al bien común , porque todo grupo social debe tener en
cuenta las necesidades y las legítimas aspiraciones de los demás grupos; más aún, debe tener
muy en cuenta el bien común de toda la familia humana y, en particular, la empresa debe
caracterizarse por la capacidad de servir al bien común de la sociedad mediante la producción
de bienes y servicios útiles. En particular, la empresa debe orientarse a las necesidades de los
hombres y mujeres que la forman y, en especial, de los trabajadores, contribuyendo a la
satisfacción de sus necesidades y haciendo posible su participación en la actividad
económica.